Sten Godweyn
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Mi amada Rose
Nunca paso un solo día en el que no pensara en ti. Siempre has sido el sol que ilumina mis mañanas y me da fuerzas para seguir adelante, en un lugar tan frio y árido como Murynos, has sido el fuego que alivia nuestros corazones.
Nunca cambies rose, siempre has de seguir ese fuerte ardor en tu pecho, y salir de este lugar, jamás rendirte, no cometas mis errores.
Unas ultimas aceitosas gotas azules podían verse caer del aparato metálico, goteando en el suelo de madera gastada y dejando unas pequeñas quemaduras corrosivas. Este artilugio estaba fabricado de varias piezas irregulares, extrañamente simétricas desde ciertos ángulos, que formaban algo similar a una bocina oxidada, con una fina tela tapando el hueco interno, en el exterior se podían ver solo dos perillas de madera, de distinto formato, pero igual tamaño con un par de antenas hechas con alambre. Curiosamente una vez que la mano hacia girar una de las perillas el aparato hacía sonar una relajante melodía.
Y es el retoque final… ya solo queda realizar las entregas…
El muchacho, pelo marrón con salientes rojizas aquí y allá, sostenía su usual sonrisa, mientras levantaba su nuevo invento. Ya hacia un tiempo que venía comercializándolas y pocas personas de la ciudad carecían de uno, después de todo el precio por ellos resultaba ínfimo.
El viejo Gera es el último… con esto mi boleto fuera de esta isla está asegurado…
¿Hace cuantos años ya que comencé con este camino? Cada trozo de chatarra, cada litro de aceite quemado… cada tuerca… bah, no debería pensarlo tanto, no hay porque estar nervioso, el crucero zarpa hoy al caer el sol, como cada mes… hoy es el día.
Algo nervioso, algo ansioso, completo su rutina de todas las mañanas. Saco un viejo libro, con hojas sueltas, mojadas y algo raído en los bordes, el cual daba la- sensación de ser mucho más fino de lo que originalmente era, y comenzó a realizar lentos movimientos marciales, siguiendo las instrucciones una a una sin saltearse un solo paso, aumentando el ritmo y realizando movimientos cada vez más complejos.
Un tercio de hora después, y empapado de sudor, fue a la habitación de al lado, pasando por una vieja placa de chapa, para llegar a un pequeño espacio con solo un par de baldes en el suelo, los cuales parecían servir de recipientes para las goteras del techo provocadas por el deshielo, el rocío de la mañana y un par de agujeros bastante pronunciados.
¿Cuál era el cumpleaños del hijo del alcalde? ¿26/11/51XXX? Recuerdo eso… jajaja que ebrio que estaba anoche… solo dos copas y ya comienza a hablar de lo que sea… arrrggggg… Maldición esta helada… haaa… hay que soportarlo, cuerpo sano mente sana, con los músculos despiertos será más sencillo continuar el día.
Debería acelerar el camino…Jhonas no esperara todo el día.
Luego de aquel baño rápido volvió a colocar los baldes en su lugar, se cambió rápidamente empapando el único cambio de ropas que poseía, aunque esto parecía tenerlo sin cuidado. Guardo con cuidado el libro en uno de los muchos bolsillos de una vieja gabardina gastada, a decir verdad, ya lo recordaba palabra por palabra desde las primeras semanas en las que consiguió aquel ejemplar, pero lo hacía sentirse más seguro tener las instrucciones a mano.
Tomo tres ejemplares de aquel artilugio musical, el ultimo con más cuidado y delicadeza que el resto, y partió por la puerta principal hacia el borde de un viejo callejón, donde lo esperaba su vieja carreta, remolcada a pura fuerza de voluntad.
- ¡Orios! ¡Aquí está tu Radio!
-Aquí están tus diez Berries Muchacho jajaja
- ¡Lenias! ¡Radio nueva! ¡No la vuelvas a estropear!
-JAJA ¡No lo puedo prometer! ¡La melodía hace que quiera danzar!!
-¡¡Nini!! Tu pedido, a tu puerta.
-jovencito… toma 20 Berries… no, no, no te atreves a devolver el resto, ve y cómprate algo de almorzar.
El pueblo estaba movido en esta época del mes, todos los negocios reponían su mercadería, desde los pequeños comerciantes hasta los grandes edificios gubernamentales. De entre estos lugares los más pequeños, así como los residentes más antiguos todos conocían desde hace tiempo al joven, el cual se paseaba por las calles tirando de su carreta y vendiendo aparatos de invención propia a un precio de broma. El joven, con los clientes más amigables, siempre repetía que lograría comprar un boleto al lujoso crucero que pasaba por la isla cada mes y no volverían a verlo, evidentemente a todos les parecía una excelente broma, conociendo el precio del pasaje y la vida que llevaba muchacho, era claro que este seguiría soñado durante largos años antes de lograrlo.
-y Finalmente Gera, tú has sido el más amable de entre todas las personas que me he cruzado en mi larga vida, por eso el tuyo será uno mucho más especial-
Una cálida sonrisa aparecía en el rostro del muchacho mientras le mostraba el aparato a un hombre de mediana edad, aunque joven esta persona parecía estar extremadamente avejentada, con unas enormes ojeras y un cuerpo tan frágil que parecía que cualquier tipo de brisa podría quebrarlo.
-Eres ridículo ¿lo sabias?... Cof Cof…Solo tienes 12 años, no tienes derecha a hablar de esa forma… y sabes muy bien que no tienes que darme una de tus estúpidas radios para que te de dinero, podrías venir a… Cof Cof… vivir con nosotros, en lugar de seguir en aquel basurero… Coff…
Un hilo de sangre corrió por la boca del hombre, mientras el muchacho se apresuraba a sacar un viejo pañuelo de entre sus ropas y acercárselo a Gera.
-JaJaJa no te causare un problema más, te dejare morir lentamente con tus propias preocupaciones, aparte, sabes muy bien que mi lugar está allí afuera más allá del horizonte.
Una sonrisa se asomaba en el rostro del enfermo mientras observaba al muchacho soñador decir aquello con una firme voluntad, completamente seguro de aquello. Pero no siguió discutiendo, aquello ya venía desde hacía tiempo, y nunca había podido convencer al joven testarudo, y después de todo era cierto que pronto moriría, una vieja enfermedad le acechaba desde hacía mucho tiempo, un viejo sangrado interno de sus años como marine, ahora ya retirado lo único que podía hacer era dedicarse a la vieja florería familiar.
-Sabes, la radio tendrá mejor acústica en un espacio alto, lo pondré en aquella estantería alta detrás del mostrador, lo dejare encendido por ti.
-Claro, Claro… Cof… Cof… ¿Cuéntame sucedió con ese trabajo en la taberna que había conseguido para ti?
-Me despidieron
- ¿C-C-Como? ¿Qué diablos sucedió?
-Me descubrieron robando licor de la bodega.
-Ven para aquí pequeño bastardo!! Cof Cof… ¿Sabes lo que costo… Cof Cof… convencer al tabernero? Cof Cof… ¡¡No te atrevas a escapar!!
-JAJAJA Te echare de menos Gera!
Mientras huía riendo de la única florería en la avenida principal de la ciudad, al pasar con la carreta observo casualmente como un cuerpo de marines custodiaban la reposición del tesoro al banco, y pasando un poco más adelante, se detuvo unos momentos en uno de los buzones que la central de correo colocaba cada tantas cuadras, abrió rápidamente su abrigo y saco su viejo libro de artes marciales, tomo unas hojas sueltas que había en la contraportada y las envolvió en un sobre que había comprado un par de semanas antes, tanteo su abrigo otro poco más y finalmente pudo encontrar otra hoja en la que parecía haber un dibujo. Una vez sellado lo lanzo dentro del buzón, y siguió su recorrido, dirigiéndose hacia los muelles.
Fría y horrenda ciudad, amable con los pudientes y atroz aquellos de bajos recursos… hielo se forma en los techos de los hogares, y los muelles necesitan ser mantenidos de forma constante si es que los dueños de los navíos regulares no quieren que sus barcos queden encallados alrededor de la isla… maldito sea este lugar…
Si uno miraba con detenimiento, a pesar de aquella sonrisa casual, en su rostro se observaba frustración e incluso un frio resentimiento.
Había vivido muchos años allí de diversas formas, pudo disfrutar de la buena viva y de la mala, siendo un ciudadano común y viviendo en las calles, e incluso por las afueras junto con una vida salvaje glaciar, nadie podía discutir que a su edad había tenido todo tipo de experiencias, y en su mente la más importante siempre ha sido nunca confíes en alguien del cual no sepas su objetivo. Lo cual parecería algo lógico, pero cuando comienzas a considerar que saber que un ladrón el cual siempre querrá robar es más confiable que una persona la cual ayuda a cruzar la calle a un anciano sin ninguna pretensión aparente, ahí es donde comienzan a surgir los problemas
-Jhonas debería estar esperando detrás del muelle numero 14…
Ya volviendo a su realidad, pasando por los varios galpones de construcción y almacenamiento, finalmente llegando a un oscuro callejón entre el muelle número 14 y el 15, se podían observar unas 5 figuras esperando, sentados y apoyados de forma relajada contra las paredes.
Pantalones amplios y rotos, chaquetas recortadas de diferentes cueros remendados aquí y allá, dos de ellos estaban completamente rapados exhibiendo tatuajes tribales, y todos ellos mostrando visiblemente una gran variedad de armas, desde espadas cortas hasta una Flintlock alargada.
Uno de ellos, corpulento, de pelo corto y con una vistosa cicatriz que iba dela barbilla hasta su labio superior derecho, al ver al muchacho acercarse levanto el brazo a modo de saludo.
-Jhonas…
-Muchacho te has tomado tu tiempo, ¿tienes idea de lo importante que es el día de hoy?
Dentro de ciertos… “círculos” de la ciudad Jhonas era bastante conocido, usualmente él y su banda se encargaban de realizar aquellos trabajos de los que las personas normales, las personas decentes, no aceptarían. Siendo hoy el día de uno de sus proyectos personales más esperados, por lo que el retraso del joven lo ponía extremadamente fastidioso.
-Vamos chico ¿tienes lo que prometiste?
- ¿Tienes mi dinero?
-No te hagas el listo conmigo muchacho, recuerda con quien estas tratando…
Jhonas nunca fue un hombre de mucha paciencia, pero en esta ocasión debía admitir que sin este muchacho sus planes no se realizarían tan fácilmente. Realizo un par de señas a sus hombres a regañadientes, y pocos segundos después estos estaban abriendo un pequeño maletín lleno de billetes.
Sin vacilar más, desenvaino su espada, apunto contra el muchacho y volvió a preguntar.
- ¿Lo tienes o no?
Con una sonrisa curvando su rostro este rebusco durante unos momentos en su carreta y saco de ella otro artilugio similar a sus viejas radios, solo que esta vez mas ovalado y con lo que parecía un viejo reloj despertador sostenido por un par de cables de aspecto inestable, mientras lo movía hacia Jhonas podían verse algunas manchas de aceite caer en el viejo suelo derritiendo la fina capa de escarcha natural por pura corrosión.
-Aquí lo tienes, suficiente explosivo para volar la bóveda del banco de una sola vez.
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Si estás leyendo esto, ya sabes que es lo que ha sucedido, pero al menos muchos meses ya deberían haber pasado y las lágrimas secado.
Rose, tienes un corazón de oro, y nunca dejaras de llorarme si no te lo pido, así que eso es lo que hare, tu vida es tuya, y de nadie más. Créeme es demasiado corta para que la dejes pasar preocupándote por cosas que ya no tienen solución. Ponte un objetivo, ponte una meta, mas allá de las heladas playas, mira el horizonte, tomate el tiempo que necesites y no dejes que nadie se interponga en el camino hacia tus sueños…
-Ridículo ¿una sola carga?
-Una sola carga
- ¿Esta cosa? ¿Qué tiene dentro?… ¿Estás seguro que no explotara aquí en mi mano?
-Solo se puede programar una vez, tiene el temporizador, una vez llegue el momento comenzara a sonar la alarma, generara una chispa por dentro que conectara los líquidos, y la bola de fuego comprimida provocara una explosión lo suficientemente potente como para volar la bóveda…
-no tengo idea que es lo que acabas de decir…
los 5 pandilleros se miraros entre si confusos mientras se encogían de hombros, dos de ellos tenían sus manos en las fundas de sus armas preparados para atacar, mientras que un tercero, algo más alterado, se alejaba lentamente mientras realizaba una cruz con los dedos a modo de protección contra aquella brujería.
-… Solo… solo dime la hora en la que quieras que explote y hará volar el lugar…
-Oh… Por supuesto… si… la hora… lo haremos a las… ¿15hs?
-tengo manicura…
-turno en la peluquería.
-Eres calvo!
-pero la barba no se mantiene sola…
-la barb… ¿16?
- ¿Pueden decidirse? Si no tengo cuidado…. Esto podría volar aquí mismo de todos modos…
-Pero si has dicho que no explot… 16:30, esa hora
-demasiado tarde 17:30 y contando
-Pero tenía una cita en ese momento...
- ¡Ya! ¡Calma todos!
-Fue un placer hacer negocios con ustedes. Recuerden, 17:30! Si no están preparados antes de eso “Kboom” jajajaja
- ¡Enano vuelve aquí! ¡Si morimos juro que te matare! He… en que momento tomo el dinero…
Unos minutos más tarde, ya alejado del ajetreado callejón del muelle 14, un carro tirado por un niño envuelto en una gabardina vieja y evidentemente demasiado grande para su cuerpo, apareció en el borde del muelle número 1, donde se encontraba un enorme crucero de lujo.
El crucero, de color verde cobre y con punta de rompehielos, se posaba imponente ante los ojos de los ocasionales transeúntes de los muelles, se podían escuchar los vítores y el chocar de las pocas de los adinerados pasajeros desde bastante distancia. El navío fácilmente podía transportar a cientos de personas, todas y cada una de ellas con sus pequeñas y grandes riquezas personales, por lo que evidentemente la parada en Murynos solo era para abastecimiento a mitad del recorrido.
No era que nadie pudiese comprar un pasaje y simplemente subir a bordo, simplemente no estaban al alcance del ciudadano común, y los que realmente podrían hacerlo no veían la necesidad.
-Hola Bob, vengo a reservar mi pasaje para hoy.
-Jaja ¿otra vez tu muchacho? Todos los meses haces lo mismo, pero sabes que no puedo dejarte pasar gratis, perdería mi trabajo.
-No, no, lo digo seriamente, vengo a reservar mi pasaje.
-Muchacho, si solo consiguieras una décima parte de los 5 millones de Berries que cuesta el pasaje te aseguro que me quitaría el sombrero por ti.
De entre los muchos bolsillos de aquella gabardina el chico saco un pequeño maletín, para entregarlo el hombre de traje que custodiaba el barco. Este era alto y de amplios hombros, con una amplia cabellera que caía alrededor de un sombrero de copa alto.
-50 mil Berries
Atónito Bob conto rápidamente el dinero, y observando solemnemente al muchacho se quitó el sombrero de copa, mostrando debajo de él una incipiente calva con cabello solo a partir de las orejas.
-Tienes mi respeto, pero debes saber que solo puedo tomar la reserva hasta las 18 horas, al bajar del sol partiremos, no abra reembolsos y a no ser que tengas todo el resto para ese momento, lo cual dudo, perderás tanto el viaje como tu dinero.
-No tienes de que preocuparte, serán todos los ahorros de mi vida, pero valdrá la pena para salir de este lugar.
-Los ahorros de tu vida… muchacho, no esperas que me crea eso… mira no hare preguntas, te he visto desde hace mucho tiempo observando este crucero mes a mes, se lo que es tener un sueño, si consigues el resto mirare hacia un costado y te dejare pasar… Qué diablos ¡Tendrías el mismo tratamiento de un pasajero de Primera Clase! ¡Lo Juro por mi sombrero!
-Sabía que tú me entenderías jajaja
-Esto me meterá en problemas lo se… dime algo ¿Aun tienes aquella cosa?
- ¿He?
-Si aquella caracola, con la que te paseabas haciendo música mientras andabas en la carreta.
-Oh jajaja… no, no… se averió, la utilicé como modelo para mis equipos musicales, pero una vez que la desarme para ver cómo funcionaba por dentro nunca más pude volver a colocarla correctamente…por cierto ¿Quieres una radio?
-Jaja no muchacho, otra de esas ya no, aún tengo las ultimas 6 aquí dentro… es una lástima… me gustaba aquella caracola…
-…
Las siguientes horas se sucedieron con fluidez.
En su camino paso por las afueras de la ciudad, pasando un viejo puente de chapa paso un pequeño arrollo formado por un enorme bloque de hielo derretido. Aquella zona curiosamente poseía vegetación, todos ellos arboles fuertes y resistentes a las bajas temperaturas, que parecían desprender una fuerte sabia azulada que parecía proteger la corteza en los lugares más frágiles.
Detrás de una pequeña colina, a solo 5 minutos del muelle llego finalmente hacia una zona cubierta de médanos escarchados a bastante distancia del agua, con un gran glaciar que sobre la ladera. Se podía decir que la única manera de saber de la existencia de aquel lugar era lanzarse de aquella cumbre helada hacia el agua y nadar hasta llegar a la orilla, lo cual era considerado un suicidio por los lugareños, por la cantidad de rocas y corales que se encontraban justo debajo, nadie podía ver aquel lugar desde arriba, el ángulo de visión no era el indicado, mientras que por el camino del viejo puente de chapa, aquellos pocos que se aventuraron lo suficiente en la isla como para conocerlo sabían que solo llevaba a una parte de la fría playa con poca arena, muchas rocas afiladas y en la cual el mar era propenso a crecer durante gran parte del día y todas las noches, tapándolo por completo y arrastrando al que se atreviese a aventurarse hacia los afilados corales y más allá de la costa por una fuerte marea.
Lo único que podría llamar la atención de aquel lugar era un viejo y obstinado árbol, el cual era erosionado día a día por la marea y aplastado y encorvado por las rocas a su espalda, subiendo hacia el risco.
Todo debería estar en su lugar…
El muchacho se acercó casualmente dejando el carro en la entrada de la playa y pateando la arena cada tanto, provocando un extraño golpeteo metálico, hasta llegar a la base del árbol, lo palmeo u par de veces y este se tambaleo ligeramente.
Pronto podrás descansar…
Comprobó casualmente una soga que parecía estar atada cerca de algunos de los pliegues de las ramas más antiguas, y pudo ver que estaban aún tensos y congelados, casi invisibles a la distancia. Este agarre se encontraba amarrado a unas grandes salientes en cada extremo, en cada uno de ellos podía notarse que la piedra helada parecía haber sido golpeada hasta agrietarse levemente.
Debajo siguiendo con los golpeteos, el joven pudo comprobar una gran placa metálica fina, la cual levanto levemente desde lo que parecía una manija que sobresalía desde uno de los bordes, Revelando un enorme hoyo en la arena de varios metros de profundidad, sostenido otras varias placas oxidadas a los costados y por la base, junto con tres viejas maderas que hacían de una suerte de vigas, aparentemente evitando que toda la estructura interna se desmoronase sobre si misma cada vez que la marea comenzara a subir. Todo esto lo cual no evitaba que se llenase de agua helada todos los días, curiosamente parecía que quien realizo el sellado, aunque con pocos recursos, había realizado un buen trabajo encajando cada una de las partes, reduciendo al mínimo la cantidad de líquido que se acumulaba en el interior, aunque el agujero aún seguía acumulando una gran cantidad de agua era lo suficientemente poca como para que se filtrara sola entre los distintos huecos de abajo, hacia la arena antes de que la siguiente marea arremetiese.
Ahora… solo queda esperar…
Cerro nuevamente el orificio, y se sentó al lado del árbol, observando la marea chocar contra las afiladas rocas, y el horizonte a lo lejos. Tirito unos momentos por una briza fría que traía consigo el aroma salado del agua, y luego rebusco unos momentos en su chaqueta, hasta sacar una vieja y gastada caracola color verde claro.
Se sonrió unos momentos, hizo girar una manija que parecía estar agarrada por fuera y desde el orificio del costado comenzó a sonar la relajante música que usualmente podía oírse en las radios de la ciudad, mientras giraba la perilla tomo con su otra mano la base de la espalda de aparato y lo hizo girar hacia la izquierda provocando un chispazo de electricidad, y súbitamente la relajante melodía dio lugar a una canción de cuna, en la que podía oírse una hermosa voz femenina cantando en un idioma extraño.
Estiro su cuerpo, ajusto su abrigo y observo el horizonte mientras oía aquella melodía.
****
Turururu
Turururu
-Maldición... casi se me hace tarde…
Una especie de reloj improvisado entre viejas piezas comenzó a sonar en su muñeca izquierda avisando que ya eran las 16:45 de la tarde. El artilugio era curioso, cuando movías la mano rápidamente parecía como si su peso cambiara de posición, probablemente por llevar algún tipo de líquido en su interior, para quienes preguntaban la respuesta siempre fue “exceso de aceite”, para quienes lo conocían, y sabían que tanto de este tipo de materiales “tomaba prestados”, no lo dudaban.
Se está haciendo tarde… no debería haber venido, ya sabía que todo estaba en su lugar… no es hora de relajarse, si esto no funciona… si no funciona… funcionara, claro que funcionara, yo mismo lo he planeado, paso a paso… funcionara, no hay fallas, no hay variantes, le diré adiós a esta isla… a esta maldita isla… de una vez por todas, y nadie podrá evitarlo.
Mientras iba de camino hacia el centro de la ciudad este ya se mostraba alborotado, al parecer algo estaba sucediendo en una de las avenidas principales, disparos y gritos, ciudadanos corriendo de aquí para allá, caos en las calles.
- ¡¿Qué es lo que sucede?!
-Parece que los bandidos locales finalmente perdieron la cordura y están asaltando el bando de la ciudad!!
- ¡dementes! ¡Esta es la época del mes con mayor cantidad de marines en la ciudad!
-Pero también con la mayor cantidad de dinero…
Las noticias ya se habían expandido como el fuego, y las calles se iban vaciando para llenar la avenida principal en busca de una mejor vista del arresto más esperado de los últimos años. Aquellos pendencieros, bandidos según a quien preguntaras, hacían de las suyas hace tiempo, pero por alguna razón nunca se los encontraba culpables de nada, algunos malos rumores lo atribuían a que quizás el alcalde tendría algún trato con ellos, otros que ninguna fuerza marine de la zona era lo suficientemente fuerte como para suprimirlos.
¿Pero aquello? Era simplemente una locura, jamás podrían salir de esta situación impunes, y nadie se lo perdería, exceptuando unos pocos viejos habitantes que preferían quedarse en sus casas y negocios, si bien aprovechando el oleaje de nuevos clientes en la avenida, o quedándose seguros y abrigados en sus casas considerando un mal trato pasar frio por algo de lo que se terminarían enterando de igual forma al día siguiente.
Aquí estamos…
Un joven de apariencia andrajosa se paseaba por la avenida contraria a donde estaba sucediendo la acción, y sin ser visto gracias a la conmoción se adentró a uno de los callejones aledaños del gran edificio que era el Banco de la ciudad, rebusco en su carro unos momentos, y saco con cuidado un cuadrado metálico evidentemente más grande que sus usuales artilugios.
Uff… no recordaba que estuviese tan pesado hace dos meses.
Con el rostro enrojecido del esfuerzo, levanto y movió el armatoste hacia la mitad del callejón. Por dentro, mientras iba colocando un par de cables en posición, y comenzaba a girar un par de manijas, agradecía que el edificio no fuese un cuadrado perfecto, y que diese lugar a este tipo de caminos serpenteantes.
A la distancia se podía escuchar claramente los gritos de Jhonas, posiblemente en el hall principal del banco, intentando mantener a raya a todos los trabajadores y desafortunados que se encontraban en el interior, y las risas de sus compañeros, disparando de tanto en tanto, si tenía que suponer, lo hacían hacia el cuerpo de marines que debía estar en la entrada, haciendo lo posible para detener a los asaltantes.
Idiotas… y pensar que realmente piensan que aquello es suficiente como para volar una bóveda…
El muchacho parecía casi a punto de reír, mientras se alejaba cuidadosamente luego de colocar la carga explosiva.
Ahora solo quedaría esperar la hora pactada para sincronizar los explosivos.
En su reloj la hora marcaba las 17:15hs. Suspiro levemente y saco su caracola y comenzó a girar las manecillas, haciendo que comenzara a sonar una relajante melodía.
Sería algo complicado…
Coloco sus manos en la parte trasera de la espiral y la hizo girar hacia la derecha, haciendo sonar levemente unos engranajes.
Por suerte
Y con un pequeño “Clic” una pequeña palanca metalizada sobresalió de uno de los bordes
Tengo el detonador.
KBOOOOM.
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Freesia querrá cuidarte, pero quizás no sepa que haciéndolo podría lastimarte.
Eres más inteligente de lo que ella cree, y estoy muy seguro de que sabrás que es lo que debes hacer una vez que termines de leer esto. Quizás nunca comprendas porque nunca lo mencione antes, y tampoco tiene importancia, todo es tuyo, es lo único que debes saber
El dispositivo era mucho más simple de lo que usualmente se pensara, utilizando aquella caracola con sonidos almacenados como modelo, modifico la original, agregando un par de antenas, palancas y cableados extras, todo esto remendado con viejas parte de metal y cinta aisladora. El resultado era moderadamente sencillo, originalmente cuando la perilla giraba esta cambiar de sintonía el aparato, y con un pequeño chispazo eléctrico de interferencia una melodía distinta comenzaba a escucharse. Este sistema también estaba agregado en el explosivo que Jhonas poseía así como también en el que estaba colocado en el viejo callejón, solo que en ninguno de ellos aparecía ningún complemento que permitiera cambiar de sintonía, por otra parte, gracias a las modificaciones hechas, desde la caracola original, si se giraba el dispositivo hacia el sentido contrario, en lugar de cambiar su sintonía este permitía modificar a la distancia las demás, siempre que se ajustara a la frecuencia adecuada mediante la perilla principal, provocando que quienes estuviesen alrededor del dispositivo escuchasen durante un momento una melodiosa y extraña canción de cuna, a la vez que una descarga eléctrica realizaba el resto del trabajo…
El combustible… bueno ese había sido otro tema…
No fue un problema acumular durante unos meses grandes cantidades de la bebida más fuerte del poblado mientras trabajaba en una taberna popular, sus bodegas siempre estaban repletas. Conseguir aceite y querosén de los muelles también había sido medianamente simple, solo llevaba una gran cantidad de tiempo y esfuerzo el revolver basural tras basural, para luego absorberlo con un viejo paño, trasladando gota a gota. Y aun así aquello no fue suficiente, porque aquella mezcla marrón, espesa y olorosa tan solo quemaba extremadamente bien, aun no conseguía crear nada parecido a un explosivo solo un combustible altamente inflamable… seguía faltando algo más, un catalizador.
Cof… Cof… conque que así se ve una bóveda por dentro…
sin esperar a la dispersión del humo el muchacho se lanzó hacia dentro a través del agujero recién creado arrastrando consigo el viejo carro detrás suyo, allí se podía observar una evidentemente lujosa recepción ahora cubierta de rocas y escombros.
Bueno… eso me habría gustado poder decir…
La recepción estaba “dentro” de la bóveda, pero no era realmente “la bóveda”, un largo pasillo serpenteaba hacia la derecha, mientras que a pocos metros hacia la izquierda se podía observar una enorme puerta metálica de más de 3 metros de altura, la cual parecía apenas raspada luego de la explosiva entrada, sonidos de ajetreo y disparos se oían atenuadamente desde el otro lado sin poder pasar del todo por detrás del grueso metal
-Q…Qui…Quien…
-Oh, lo siento, no fue mi intención que supieras nada de esto
Debajo de un escritorio se encontraba un guardia de seguridad, aplastado e impactado por la lluvia de rocas cuando la pared se desmorono sobre él, todavía consciente no parecía poder moverse y su pierna derecha se encontraba completamente aplastada, derramando sangre por todo el lugar.
El joven al ver esta escena se acercó a escombro mas grande que pudo encontrar, y realizando un evidentemente gran esfuerzo, lo fue acercando hacia el guardia levantándolo hasta la altura de sus hombros
-N…N…No…Po..Por fav…
Crack
Nadie me detendrá… nadie…
Con la respiración agitada y el rostro enrojecido volvió a tomar el carro y comenzó a correr a lo largo de los pasillos con las ruedas evidentemente entorpecidas por las rocas y alejándose del cuerpo inerte del guardia el cual tenía la cabeza completamente tapada por material de construcción.
En el recorrido se podían ver decenas de puertas metálicas con enormes timones a modo de manijas y pequeñas roscas en los extremos izquierdos las cuales parecían utilizarse para marcar la clave de seguridad de cada una de las bóvedas particulares, lo único que parecía distinguirlas entre si era un brillante cartel marcado en metálico encima de cada puerta con un nombre escrito en el.
-26/11/51XXX…26/11/51XXX…26/11/51XXX…26/11/51XXX…26/11/51XXX…
Al llegar a la mitad del recorrido se detuvo dentro en el nombre “Muryanos Elforger”.
Con una sonrisa casi demente fue acercando la mano temblorosa hacia la puerta metálica, e ingresando el numero poco a poco.
Estoy seguro, muy seguro… tiene que ser esta… no puede ser otra… debe ser…
Con un pequeño clic, la última vuelta de una serie de más de 6 dígitos fue completada, y la puerta de la bóveda se abrió.
El joven simplemente cayo de rodillas y las lágrimas comenzaron a fluir de sus ojos, no era por el tesoro, no era por el dinero, era por el camino.
Dentro de la bóveda se podían observar lingotes de oro macizo, así como dos cofres repletos de dinero, mapas e incluso armas con extrañas inscripciones.
Pero no había tiempo para nada de ello, tomo lo que podía y fue acomodándolo dentro del carro, subió dos cofres y unos cuantos lingotes, lo máximo que él sabía que podría llegar a arrastrar, sin mencionar un cofre más pequeño y viejo, lo suficiente como para ser llevado debajo del brazo. Envolvió todo en una vieja tela por encima de del carro y comenzó a tirar de él, siguiendo el camino que estaba recorriendo, alejándose cada vez más de la entrada improvisada por la que había ingresado
-¡Quietos todos los que estén allí dentro!
- ¡Ya sabemos que sus compañeros solo eran una distracción, tan solo es cuestión de tiempo para que los atrapemos a todos!
Gritos hacían ecos a la distancia y el sudor comenzaba a caer por su frente, mientras tiraba de la vieja carreta, imposiblemente más resistente de lo que uno imaginaria, repleta de tesoros, hasta llegar a la próxima encrucijada del pasillo. Pasos apresurados se oían desde detrás, y avisos de alto eran cada vez más claros.
-Ya es hora…
Con una expresión solemne, como si realmente estuviese moviendo algo muy pesado saco nuevamente su caracola, volvió a activar el mecanismo, luego comenzó a cambiar de sintonía hasta que se escuchase un leve sonido de interferencia avisando que una señal había sido captada, y finalmente bajaba la pequeña manija metálica, y volvía a realizar el proceso otras tres veces.
-Adiós…
KBooom
KBooom
KBooom
KBooom
Cuatro explosiones consecutivas se pudieron escuchar, dos de ellas derrumbando dos paredes en ambas esquinas de la bifurcación del banco, mostrando un camino hacia los edificios contiguos. Las otras explosiones parecían provenir de lugares más alejados, una de ellas posiblemente sobre la avenida principal, frente al banco, mientras que el ultimo no se podía distinguir exactamente donde ubicarlo desde su posición
-Esto solo me dará un poco de tiempo…
Sin dilatar más la situación, arrastro el carro a través de la abertura a su izquierda y paso a través de lo que parecía una tienda cubierta de plantas y escombros
Se detuvo un momento para sacar nuevamente la caracola y comenzó a girar el artefacto nuevamente, con evidente nerviosismo en el rostro tensado, queriendo ignorar el cuerpo que se hallaba a pocos metros en el suelo, completamente quemado, posiblemente lo hubiese agarrado la explosión de lleno por la espalda.
-Así descansaras…
Susurro levemente como últimas palabras, mientras jalaba nuevamente de la palanca.
KBooom…
Tres movimientos más tardes, tres explosiones volvieron a sucederse, y una brecha se volvió a abrir hacia el edificio siguiente, mientras que las otras dos explosiones parecían sucederse tanto en la calle frente al banco como siguiendo el camino al otro extremo de la avenida.
No puedo seguir perdiendo el tiempo…
Secándose la nariz con el brazo, y cubierto de polvo de arriba abajo siguió tirando del carro por encima de los escombros pasando de edificio en edificio, mas explosiones seguían sucediéndose con el girar de la caracola y el camino que tomaba comenzaba a zigzaguear un poco, casualmente por edificios vacíos. Luego de la quinta casa, simplemente espero un momento, y giro nuevamente el aparato, si uno de los ciudadanos en las calles podría describir lo sucedido la palabra seria “caos”, en un comienzo las explosiones parecían controladas, pero con el pasar de los minutos el fuego comenzó a extenderse.
Cada explosión provocaba que el líquido azul aceitoso y corrosivo se encendiese y esparciese libremente, provocando caos en la ciudad, todos los ciudadanos ya no se quedaban en la avenida simplemente observando cómo se sucedía cada cosa, ahora todos corrían por las calles, algunos entrando a sus casas para resguardarse, otros, viendo que esto no era la mejor opción simplemente se alejaban hacia las zonas en las que el fuego todavía no había llegado. Pero esto de poco sirvió, ya que las explosiones cada vez eran en lugares más alejados, cubriendo muchas cuadras de distancia y sin una lógica desencadenante que dictara cuando llegaría la siguiente bomba, la ciudad yacía en llamas, y entre todo el caos, un niño con gabardina y una caracola en la mano tiraba de su carro sucio y lleno de escombros hacia fuera de la ciudad, evidentemente había sido atrapado cerca de alguna de las explosiones, pero todos estaban demasiado ocupados intentando salvarse a sí mismos como para intentar ayudarlo o pensar en hacerlo, como mucho no lo envidiaban.
Tocaban las 17:47, y se encontraba nuevamente en la entrada a una playa, vientos y nubes oscuras se podían ver a la distancia, mientras que el oleaje chocaba contra las rocas y arrastraba grandes cantidades de arena cada vez que arremetía y volvía a retroceder, dejando ver dos vías metálicas precariamente fabricadas que formaban una especie de sendero hacia una placa metálica en la arena.
Todo salió como esperaba… mejor de lo que esperaba… estoy feliz… puedo irme finalmente… ¿entonces por qué? ¿Por qué duele? Ya sabía que esto era lo que tenía que pasar… si, era la mejor opción… era lo mejor… lo mejor…
Aun con lágrimas en los ojos abrió el compartimiento y volcó el primer cofre junto con los lingotes de la carreta, los cuales cayeron pesadamente con un golpeteo metálico a unos metros de profundidad. Tomo el cofre más pequeño y luego de unos golpes logro abrirla, descubriendo una fruta en su interior, una manzana de un color dorado intenso, con vetas circulares negras que parecían envolverla a su alrededor.
Pero que…
Quedo hipnotizado unos momentos por el objeto, hasta que una idea se formara firmemente en su cabeza concluyese que fuera lo que fuese debía tener un gran valor.
Por lo tanto… aquí es donde deberías estar.
Con una sonrisa en el rostro lanzo la fruta junto con los Berries y el oro, y una vez vacío, relleno el pequeño compartimiento con el dinero del segundo gran cofre que aún quedaba en la carreta, guardo un poco más por aquí y por allá en sus bolsillos, para finalmente enviar lo que quedaba del dinero al fondo de la tierra y cerrar firmemente la tapa metálica.
Ahora solo quedas tu
Con una mueca en el rostro saco un pequeño trozo de metal oxidado que utilizaba a modo de cuchillo, y corto en pocos momentos la cuerda que hacía de soporte junto al viejo árbol de parte de la ladera, provocando en pocos momentos lo que parecía ser un derrumbe.
Huyo de la zona, arrastrando lo que parecía ser un carro vacío y un cofre bajo el hombro, mientras observaba como su escondite y aquel viejo árbol quedaban enterrados bajo toneladas de piedra, la cual el mar taparía durante la noche consolidado la firme estructura de aquel escondite.
Camino a los muelles uno podía ver a un joven polvoriento, llevando una caja bajo el hombro, y tintineando cada a cada paso, mientras con una caracola en mano seguía girándola, al compás las explosiones a la distancia. Gritos de pánico podían oírse a lo lejos, y el cielo comenzaba a ennegrecerse por el humo, al mismo tiempo que el mundo se llenaba de un matiz anaranjado y lenguas llameantes se asomaban queriendo tocar el cielo, para ser sofocadas por las frías ráfagas de la isla, y pocos momentos más tarde volvían a arremeter con fuerza.
Una sonrisa forzaba podía verse levemente iluminada por las llamas, mientras estas continuaban extendiéndose sin vistas a detener su paso en un corto plazo… sonaban las 18hs y el corazón se aceleraba al mismo tiempo que su reloj vibraba con fuerza, avisando que el tiempo límite ya había sido alcanzado.
Debo correr o sino no lleg…
-Muchacho JaJaJ… pequeña sabandija rastrera… sabría reconocer aquella carreta donde sea…
-Quien…Como…
Por uno de los ahora oscuros callejones de los muelles, una figura roja y negruzca se asomaba. El hombre caminaba rengueando, se podía ver un corte profundo en su pierna izquierda que dificultaba su caminar, pero lo más llamativo era una gran quemadura en toda la mitad superior de su cuerpo, todo su brazo derecha se encontraba inutilizable, completamente en carne viva aun humeando y parte de sus huesos se hacían visibles en sus dedos, que aun sostenían una espada entre ellos, no por fuerza de voluntad, sino porque el mango parecía estar fundido a ella. El impacto de la explosión había alcanzado la mitad de su pecho, desgarrando piel y carne, su rostro se había llevado una de las peores partes, con la mitad de la cabellera completamente quemada, el ojo izquierdo completamente negro y parte del hueso de su mandíbula expuesto, aunque aún se podía notar una vieja y profunda cicatriz que iba desde el mentón pasando por lo que antes había sido el labio.
-Jhonas
-Muere sabelotodo
Jhonas sacó una pistola con su único brazo bueno y disparo hacia el muchacho, errando por bastante distancia al estar tambaleando el brazo intentando apuntar, con dificultades para calcular la profundidad, pero acercándose hacia el chico
-quédate quieto, así puedo dispararte bastardo
-¡¡deberías estar muerto!!
El joven vociferaba con encontrar algún hueco por el cual huir del rango del arma sin demasiada suerte. Dos disparos más se escucharon, uno rozando su oreja izquierda y el otro pasando entre sus piernas,
-Tengo más balas que tu escondites, ahora se un buen chico y quédate quieto, prometo hacer que suceda rápido… bueno, mejor no, espero que sufras te desangres, te quemes, y luego tus huesos sean comida para los peces.
-maldición…
En evidente desesperación y sin lugar a donde escapar, apretó los dientes y se lanzó hacia delante, haciendo frente al arma, corriendo con las palmas extendidas delante suyo tapando el campo de visión.
Una sonrisa apareció en el cadavérico rostro de Jhonas mientras observaba como su aquel odiado chico se acercaba hacia su muerte ¿Cómo podía ser que el chico se las hubiese jugado? Sus compañeros estaban muertos o arrestados, la explosión había matado a quien estaba sosteniendo el explosivo, el estando a su lado se llevó gran parte del impacto reducido por estar justo detrás de su compañero, y aun así la puerta de la bóveda no había recibido un solo rasguño… luego de eso el cuerpo de marines arremetió, pero el fuego comenzó a extenderse rápidamente, aquel liquido azulado parecía sostener las llamas por mucho tiempo… solo en la confusión entre las demás explosiones pudo escapar, su pierna recibió una herida muy profunda y sabia por la simple sensación que lo peor fue ocasionado por el fuego… no podía sentir su brazo derecho, pero el dolor y ardor de su rostro eran lo peor… si no huera sido por el ningún marine podría haberlo detenido… si no huera sido por el todo el dinero habría sido suyo, incluso sin la bomba, aquello solo debería haber facilitado el trabajo, pero esto no podría terminar así… no, claro que no… el pequeño insolente malnacido caería ahora.
-Espero que sufras esto tanto como yo lo disfruto
Con el cañón del arma casi a quemarropa, una de las manos tapo el orificio de salida mientras intentaba girar el brazo, el gatillo fue presionado y la bala atravesó limpiamente la mano derecha hasta llegar al hombro, un grito de dolor desgarro el aire mientras el joven levantaba el rostro para quedando cara a cara con Jhonas, entre sus dientes, fuertemente apretados, parecía haber un hilo que bajaba hacia la izquierda de su gabardina, un pequeño “clic” se pudo oír seguido de un líquido azulado y un chispazo salían del reloj en su muñeca izquierda. Acto seguido una llamarada envolvió el cuerpo ya quemado del bandido, el cual comenzó a gritar de evidente dolor, y a correr tambaleante hacia la orilla del muelle como podía, cayendo finalmente al mar metros abajo, para ser devorado por las frías aguas.
-aaarg…. maldición… no tenía que ser así… no tenía que ser así…estúpido, estúpido… deberías haber pensado en eso…. ¡Idiota!
Se decía a si mismo mientras se sacaba rápidamente el reloj de la mano, el cual comenzaba a quemarse solo, y comenzaba a golpearse la cabeza. Momentos después, ya reaccionando, comenzó a correr hacia los primeros muelles, sosteniendo con fuerza su hombro derecho, y el cobre contra el pecho, caminando como podía, dejando un rastro de sangre a lo largo de las largas tablas de madera.
El aire frio de la noche y el cielo cubierto de oscuras nubes hacían que el camino pareciese extenderse eternamente… la visión ya era algo borrosa, y el frio se estaba extendiendo a través de su cuerpo, estaba tiritando, pero el crucero estaba delante suyo.
¿Cuándo había llegado? No estaba seguro.
Las luces seguían iluminando su interior y música risas y ajetreo seguía escuchándose desde su interior, como si fuese ajeno al caos que estaba ocurriendo en la isla. Parado como una inmóvil estatua delante de las escaleras podía verse una figura de traje y con un enorme sombrero de copa y los brazos cruzados en su espalda, a su lado otras dos figuras de negro se ubicaban inmóviles
-Bob… Bob…
Decía jadeante el muchacho.
-lo tengo, mira, mira… lo tengo… tengo los Berries… deberían ser suficientes
Los hombres de negro intercambiaron una mirada entre sí, mientras que Bob se encontraba inmutable observándolo. El joven sostenía el cofre abierto delante suyo repleto de dinero y monedas doradas, sostenía una sonrisa tambaleante y los ojos llorosos entre dolor y esperanza.
-Aquí se termina tu camino chico
La gruesa voz de uno de los desconocidos resonó en el aire, haciendo reaccionar al muchacho… aquello era extraño… ¿porque el crucero no se había ido? Y la gente… que estaba sucediendo…
-No… No, no, no… me dejaran subir ¡seré un pasajero del crucero y me llevaran lejos de este lugar!
Con un sonido seco el cofre cayó al suelo y algunas monedas comenzaron a rodar, y con la mano saco su caracola, aun con aquella palanca metálica a la vista. Y con una mirada desenfocada observaba a los tres hombres delante suyo.
- ¡Me llevaran! ¡¡¡Se apartarán de mi camino, me dejaran subir y me llevaran, o volare en pedazos todo el maldito crucero y todos arderán en llamas!!!
-chico…
La voz de “Bob” sonó triste en el aire unos momentos.
- ¿Un dial?
-Tobu Shigan
El aire pareció distorsionarse en el dedo de uno de los hombres, y un momento después una grieta apareció en la caracola que sostenía en su mano, para luego caer hecha añicos…
El mundo pareció quedar en silencio, con el brazo aun levantado los ojos del muchacho parecían completamente perdidos en su mundo intentando comprender lo que había sucedido. Bajo la mirada y observo aquella vieja caracola, destruida en decenas de pedazos, manchada levemente por el goteo de sangre que aun caía de su brazo.
-Ahora te entregaras, no queremos que haya más inconvenientes en este lugar, deberás pagar el precio por tus actos, así como to…
Uno de ellos seguía hablando, pero el ya no oía nada salvo la vieja melodía de una canción de cuna. Cayo de rodillas, el espacio alrededor suyo parecía condensarse, mientras levantaba la cabeza nuevamente para observar a los hombres delante suyo, y aire tembló.
-Cómo es posible…
- ¡Soru!
“Bob” desapareció de su lugar y con un golpe seco en la nuca el muchacho cayo desmallado
-Que hare contigo ahora pequeño Sten…
Sten Godweyn
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EPILOGO
- ¿¡Alguien me puede explicar cómo fue esto posible?! ¡Mi dinero! ¡Mi bóveda! ¡Mi ciudad!
-Al parecer los explosivos utilizados eran de potencia considerable, pero el mayor problema era persistencia del fuego…
-Pero ¿Cómo es posible que allá conseguida pólvora? ¡Es solo un niño!
-Emm… los explosivos no tenían pólvora señor…
-¿Que? ¿De que estas hablando?
Desde la ventana del edificio se podía observar como un cuerpo de marines llevaban por la avenida a un niño esposado delante de la atónita multitud a paso lento.
-Es curioso, analizando las radios que estaban ubicadas en el crucero se pudo observar que reemplazo la pólvora con varios aceites, una bebida de alta densidad alcohólica llamada Grog y lo que parecería ser… emm… savia de árbol.
- ¿Savia?
-Si señor
- ¿La savia es inflamable?
-En circunstancias normales podríamos asegurar que no… pero las características especiales de los árboles de Murynos y con la mezcla y composición adecuad…
-Ahórrame los detalles
-Si señor… parece ser inflamable, y un catalizador muy potente utilizado correctamente…
-ya… no tienes que seguir… alguien averiguo como diablos los detonaba desde tanta distancia?
-Aún seguimos investigando eso señor… francamente ese niño debe ser un prodigio…o un monstruo...
-Estás hablando de la persona que causo todo este caos!! Necesito un trago…
-Ejem…
-Ustedes…
Detrás del alcalde se encontraban tres hombres de negro, uno con un enorme sombrero de copa.
- ¿Porque nadie me aviso que aquello no era realmente un crucero de pasajeros?
-El Cipher Pol no le debe explicaciones… nosotros nos encargaremos de la condena de Sten.
-Como te atreves a hablarme de esa… ¿Sten? El chico… estoy seguro que no se llamaba así… recuerdo haber leído el reporte… era algo como…
- Stenafiel Elodin Von Rinkenston Fielderald Godweyn, señor
-…
-Así fue registrado en su orfanato
-Sten, entiendo, mejor solo Sten… ahora entiendo porque nadie lo llamaba por su nombre…a quien podría ocurrírsele algo como eso…
- Un viejo marine lo trajo de alta mar señor, el chico parece poseer unas extrañas deformaciones en la espalda, el niño fue dejado con un aparato musical y una nota con su nombre escrito en letras… jeroglíficas, las interpretaron lo mejor que pudieron señor.
-Eso es extraño… ¿porque pensaron que era su nombre si nadie comprendia el idioma?
-Eso les dijo el marine señor.
- ¿Sabemos quién fue? ¿Dónde está ahora?
-Si señor… ejem… está muerto señor… en una de las explosiones…
-…
La procesión pasaba por delante del Banco en aquellos momentos, las autoridades locales habían logrado apagar el fuego en la ciudad, pero el humo todavía ocupaba gran parte de la vista, aun se estaban contando las perdidas, era una suerte que gran parte de la población no se encontrara en sus casas cuando comenzó el atentado.
-Entiendo el fuego en la ciudad y las explosiones, aquellas radios estaban por todo el maldito lugar, pero como diablos logro salir del banco una vez dentro…
-Aparentemente los explosivos estaban en los negocios contiguos señor… muy cerca de las vigas estructurales y algunas de las construcciones más antiguas, también…
- Está bien, está bien… el pequeño bastardo estudio todo con mucho tiempo…
Durante unos momentos el estudio quedo en silencio mientras el alcalde parecia un poco perdido entre sus propios pensamientos.
- ¿Alguien sabe dónde quedo el resto del dinero que ese pequeño terrorista logro sacar? ¿Y los daños?
-No señor… Sten… digo el acusado solo llevaba consigo cerca de 7 millones en metálico señor.
-y de cuanto estamos hablando exactamente…
-cerca de 140 millones señor… en cuanto a la perdida por daños… aún estamos calculando los gastos señor…
-Maldita sea…
El alcalde descorcho la botella una botella que una criada acababa de alcanzarle y comenzó a beber de ella como si no hubiera mañana
-Díganme que colgaran a ese monstruo por esto…
-Nos encargaremos de que reciba su merecido…
- ¡Esto no quedara así! ¡El gobierno deberá pagar por lo que ese chico ha hecho… deberá pagar! ¡Nos tendrán que compensar en grande!
Los hombres de negro se retiraban del recinto mientras aun resonaban los gritos del alcalde a la distancia. A pocos metros podían observar el camino del muchacho esposado, la muchedumbre ya más envalentonada vociferaba insultos y arrojaba frutas y basura al muchacho, el alcalde se había encargado de que aquello fuese lo más visible posible.
En cierto punto Sten dejo de avanzar y se quedó mirando hacia uno de los costados de la avenida.
-Porque nos encargaríamos nosotros de su condena Líder Rugar… quiero decir “Bob” …
-No te burles… ¿Robar un banco, usando bandidos capaces de hacer frente a un batallón como mera distracción, causando detonaciones simultaneas en toda una ciudad solo como distracción, dejándola en ruinas… huir y ocultar el botín quien sabe dónde sin ser visto, todo esto con 12 años, aparatos de creacion propia y los recursos de un vagabundo, en una ciudad como Murynos?
El joven estaba siendo pateado por uno de los marines de guardia, obligándolo a avanzar mientras que otro por delante tiraba de unas cadenas atadas a sus esposas. Pero el joven parecía ensimismado observando una vieja florería derrumbada, en la que una madre y una niña de no más de 10 años, ajenas al mundo, lloraban desconsoladamente.
-Así no es como consigues un lugar en prisión o en la horca Jeff… así es como consigues un empleo… un “pasajero de primera clase”.
Ahora escucha atentamente Rose, solo sigue las instrucciones del mapa, y allí encontraras mi regalo hacia ti.
Vive una buena vida hija mía
Geranium.
Sten Godweyn
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Aclaraciones de historia.
Los sucesos narrados han sucedido 13 años antes que el personaje en la actualidad.
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- Peticiones::
Condena: Cantidad estimada de años a servicio del gobierno con el sueldo retenido en un 90% hasta costear todos los daños y vidas perdidas, una vez completada la cantidad estimada años extra obligatoria a modo de redención (que comienzan a contar una vez terminada la devolución del metálico), cantidad de años a discreción del moderador
Despertar de Haki del Rey: uno siempre puede soñar a que la nota llegue xD
Random: Recompensa a discreción del moderador en base a los sucesos. en caso de que se crea que corresponda.
Maze
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Buenas noches, soy Murasaki y hoy seré quien corrija tu diario. Antes de empezar, déjame decirte que los intentos de soborno solo te bajaran la nota.
Dicho esto, temo que debo suspender este diario, siguiendo las normas instauradas en las guías:
Te dejo aquí el link a la guía.
Y bueno, creo que no hace falta explicar más las razones de este suspenso. Para alguien cuya aspiración en este diario era sacar un diez (nota necesaria para despertar el Haki del Rey) El asegurarse de que lo que ha escrito se pueda leer y no complique a su lector es necesario a partes iguales que la coherencia de lo que se narra, así como la originalidad. Sin embargo, desde el principio de tu diario se pueden ver problemas con la puntuación de este. Es normal, todos cometemos estos fallos alguna vez en mayor o menor medida. Pero eso no significa que deba dejarse pasar. Por ello, te voy a dejar aquí algunos párrafos con una "versión mejor redactada", que espero te ayude a la hora de editar el diario.
Una cálida sonrisa aparecía en el rostro del muchacho mientras le mostraba el aparato a un hombre de mediana edad. Aunque era joven, esta persona parecía estar extremadamente avejentada, con unas enormes ojeras y un cuerpo tan frágil que parecía que cualquier tipo de brisa podría quebrarlo.
JaJaJa. No te causare un problema más. Te dejaré morir lentamente con tus propias preocupaciones. Aparte, sabes muy bien que mi lugar está allí afuera, más allá del horizonte.
¿Sabes? La radio tendrá mejor acústica en un espacio alto. La pondré en aquella estantería, detrás del mostrador. La dejaré encendida por ti.
Entre otras. Y, como creo que habrás notado, el tema de las comas y los puntos no es lo único mal a la hora de escribir. He visto varias veces repeticiones, ausencia de acento en varios verbos en pasado que llevaban dicho acento y alguna que otra palabra que no correspondía al uso que pretendías darle.
Dicho esto, tienes dos opciones: Editar el diario, posteando una vez lo hayas editado para avisarme de que puedo releerlo; o pedir una segunda moderación si no estás de acuerdo con mi criterio. Dicho esto, pasa una buena noche.
Dicho esto, temo que debo suspender este diario, siguiendo las normas instauradas en las guías:
Webmaster escribió:La ilegibilidad: Si el mal uso de signos de puntuación o sinonimia provoca incoherencias y malinterpretaciones constantes en el diario, está suspenso.
Te dejo aquí el link a la guía.
Y bueno, creo que no hace falta explicar más las razones de este suspenso. Para alguien cuya aspiración en este diario era sacar un diez (nota necesaria para despertar el Haki del Rey) El asegurarse de que lo que ha escrito se pueda leer y no complique a su lector es necesario a partes iguales que la coherencia de lo que se narra, así como la originalidad. Sin embargo, desde el principio de tu diario se pueden ver problemas con la puntuación de este. Es normal, todos cometemos estos fallos alguna vez en mayor o menor medida. Pero eso no significa que deba dejarse pasar. Por ello, te voy a dejar aquí algunos párrafos con una "versión mejor redactada", que espero te ayude a la hora de editar el diario.
Una cálida sonrisa aparecía en el rostro del muchacho mientras le mostraba el aparato a un hombre de mediana edad, aunque joven esta persona parecía estar extremadamente avejentada, con unas enormes ojeras y un cuerpo tan frágil que parecía que cualquier tipo de brisa podría quebrarlo.
Una cálida sonrisa aparecía en el rostro del muchacho mientras le mostraba el aparato a un hombre de mediana edad. Aunque era joven, esta persona parecía estar extremadamente avejentada, con unas enormes ojeras y un cuerpo tan frágil que parecía que cualquier tipo de brisa podría quebrarlo.
JaJaJa no te causare un problema más, te dejare morir lentamente con tus propias preocupaciones, aparte, sabes muy bien que mi lugar está allí afuera más allá del horizonte.
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-Sabes, la radio tendrá mejor acústica en un espacio alto, lo pondré en aquella estantería alta detrás del mostrador, lo dejare encendido por ti.
¿Sabes? La radio tendrá mejor acústica en un espacio alto. La pondré en aquella estantería, detrás del mostrador. La dejaré encendida por ti.
Entre otras. Y, como creo que habrás notado, el tema de las comas y los puntos no es lo único mal a la hora de escribir. He visto varias veces repeticiones, ausencia de acento en varios verbos en pasado que llevaban dicho acento y alguna que otra palabra que no correspondía al uso que pretendías darle.
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