Gracias a los esfuerzos conjuntos lográis defenderos de los shurikens de energía, algunos con más daños, otros con menos. El furioso puñetazo de Zuko pilla a Krauser en parte por sorpresa, lo que le obliga a defenderse con la espada. Una gran deflagración emerge del choque y una explosión cubre la zona. Cuando vuestro enemigo empieza a recuperarse e intenta devolver el golpe una lluvia de ondas cortantes le obliga a cambiar su atención. Lanza uno de sus shurikens a estas, desviando y destruyendo algunas, pero recibe otras dos.
- Ser un títere... si... es un buen término. - Dice con una voz hastiada mientras presenciáis algo. Juraríais que tiene una resistencia mayor de lo normal, pero esto va por encima de vuestras expectativas. Los dos cortes de Zane están abiertos completamente. De pronto unos hilos blancos emergen de ambas partes de los cortes y comienzan a hundirse en la carne cerrando las heridas. - Ni siquiera un títere puede decidir cuando lo van a desechar.
Tras decir esto vuelve a cargar contra Zane. Esta vez con el espadón cargado de energía lanzando un tajo descendente. Desde esa posición una ofensiva directa de Zuko podría resultar en fuego amigo.
Por cierto, el gigantesco Krauser de niebla comienza a desvanecerse, pero revela algo preocupante dentro. Una gigantesca esfera de energía latente, con un anillo en forma de shuriken alrededor.
Empieza Zane.
Lo que hasta entonces había parecido ser un escenario caótico resultó ser la calma que precedía a la verdadera tormenta. Una sombra desconocida se cernía sobre ellos, mientras que los estallidos y los gritos de la incesante batalla que estaba ocurriendo a su alrededor sonaban con fuerza en toda la aguja. Los primeros acordes de una canción conocida para muchos empezaron a escucharse, como si fuera la famosa melodía angelical que algunos creyentes decían que se oía cuando un moribundo estaba a punto de entrar en el reino de los muertos. Unas bestias emergieron de la nada. Eran grandes y peludas, con una fuerza colosal. Empezaron a destruir todo a su paso. ¿Qué eran? ¿De dónde habían salido? ¿Quién los había traído consigo? ¿Y por qué no tenía uno así en su tripulación? Muchas preguntas, y poco muy poco tiempo para obtener respuestas.
Krauser había hablado. Su voz sonaba triste, pero al mismo tiempo solemne. Algo le pasaba, y de nuevo a su mente vinieron las palabras que recitó cuando su niebla inundo la aguja: «Habéis jugado conmigo. Me habéis usado como una marioneta», repitió en su cabeza, intentando encontrar una resolución que contradijera lo que su propio instinto le estaba diciendo. Clavó sus ojos sobre los de Krauser. Aquella era la primera vez que podía verle a los ojos sin sentir pavor. Había pasado mucho tiempo desde que lo vio por primera vez. Fue en Síderos, y le pareció un cretino aún más soberbio que Dexter Black solo por su forma de actuar tan descortés. Había conseguido herirlo, y eso era algo que los aventajaba. Y entonces, como por arte de magia, algo parecido a unas fibras de color blanquecino comenzaron a zurcir sus heridas y cerrarlas. ¿Qué demonios era ese poder? Otra pregunta a la que seguramente no encontraría respuesta inmediata. Intentó ver de dónde venían esos hilos. ¿Algún poder de su fruta? ¿Quizá alguna variedad de un posible despertar? Todo era posible en un mundo de locos como en el que se encontraba.
Fue entonces cuando el revolucionario volvió a moverse, mientras que de forma simultanea el Krauser gigante comenzaba a desaparecer, dejándole ver a alguien que conocía muy bien. El demonio de la niebla había cubierto su espada de energía y sus intenciones estaban más que claras: atacar al suzaku. El pirata de cabellos rojizos, consciente de ello, fue concentrando fuego en sus extremidades inferiores, mientras movía su ala diestra hacia atrás para impulsarse hacia un lado en el momento oportuno. Lo estaba viendo todo con claridad gracias a su vista de pájaro y la experiencia que había conseguido a lo largo de los años, y cuando la espada estuvo a punto de descender para atacarle se impulsó hacia un lado a gran velocidad, despareciendo de la vista de todos y apareciendo de nuevo a varios metros del revolucionario, intentando de esa forma evadir el golpe. Él era un pájaro, un ave de presa, y el cielo era su territorio. De todos modos, aún tenía la armadura de energía recubriendo su cuerpo, así que si no conseguía evitarlo por completo recibiría menos daño de lo normal.
—Es hora de caldear el ambiente —comentó en voz alta, mientras se quitaba la parte superior de sus ropajes con su mano diestra y las tiraba al suelo. Aquello era algo fácil, pues casi nunca llevaba nada sobre su torso. Cualquiera que lo conociera sabía que cuando eso ocurría era que se iba a poner serio, y con los ojos rasgados como los de un ave rapaz puestos en Zuko, asintió y le guiñó un ojo. Después de eso se envolvió de fuego. Todo a su alrededor era un ambiente hostil que superaba los ochocientos grados centígrados con facilidad. Estaba a la distancia suficiente del suelo como para no afectar a los que allí había, y a su alrededor únicamente estaba Krauser, al que no le importaba calcinar y Zuko que, como pudo comprobar en el pasado y hace unos segundos, también era puro fuego—. ¡Deathstroke, Osuka! —gritó—. Si no sois capaces de aguantar el fuego no os acerquéis mucho —Su mirada se fijo en lo que el gigante de niebla había preparado para ellos. Era una gigantesca esfera de energía rodeada de un shuriken aún más grande—. Quizás podríais ocuparos de eso —dijo, señalando con la cabeza; aunque no hacía falta que lo hiciera, pues, seguramente, se podría ver desde cualquier posición en ese lugar.
Su plumaje se incendió de pronto, haciéndole parecer que estaba envuelvo en fuego por completo. Era la primera vez que mostraba esa habilidad frente a alguien que no fuera su tripulación, y gracias a esa nueva forma guardaba algunos ases en la manga que estaba loco por descubrir. «Déjame que te muestre el poder del rey del sur», se dijo para sus adentros. Rápidamente, se abalanzó sobre Krauser con sus katanas en ristre, aún ennegrecidas por su haki de armadura e intentó arremeter contra él de forma directa, esperando que lo esquivara o bloqueara su golpe. Una vez lo hiciera, casi de forma simultanea intentaría crear a su alrededor un área de puro fuego con el que quemar al revolucionario, para luego abrir sus brazos y tratar de alejarlo dos ondas cortantes a corta distancia.
Krauser había hablado. Su voz sonaba triste, pero al mismo tiempo solemne. Algo le pasaba, y de nuevo a su mente vinieron las palabras que recitó cuando su niebla inundo la aguja: «Habéis jugado conmigo. Me habéis usado como una marioneta», repitió en su cabeza, intentando encontrar una resolución que contradijera lo que su propio instinto le estaba diciendo. Clavó sus ojos sobre los de Krauser. Aquella era la primera vez que podía verle a los ojos sin sentir pavor. Había pasado mucho tiempo desde que lo vio por primera vez. Fue en Síderos, y le pareció un cretino aún más soberbio que Dexter Black solo por su forma de actuar tan descortés. Había conseguido herirlo, y eso era algo que los aventajaba. Y entonces, como por arte de magia, algo parecido a unas fibras de color blanquecino comenzaron a zurcir sus heridas y cerrarlas. ¿Qué demonios era ese poder? Otra pregunta a la que seguramente no encontraría respuesta inmediata. Intentó ver de dónde venían esos hilos. ¿Algún poder de su fruta? ¿Quizá alguna variedad de un posible despertar? Todo era posible en un mundo de locos como en el que se encontraba.
Fue entonces cuando el revolucionario volvió a moverse, mientras que de forma simultanea el Krauser gigante comenzaba a desaparecer, dejándole ver a alguien que conocía muy bien. El demonio de la niebla había cubierto su espada de energía y sus intenciones estaban más que claras: atacar al suzaku. El pirata de cabellos rojizos, consciente de ello, fue concentrando fuego en sus extremidades inferiores, mientras movía su ala diestra hacia atrás para impulsarse hacia un lado en el momento oportuno. Lo estaba viendo todo con claridad gracias a su vista de pájaro y la experiencia que había conseguido a lo largo de los años, y cuando la espada estuvo a punto de descender para atacarle se impulsó hacia un lado a gran velocidad, despareciendo de la vista de todos y apareciendo de nuevo a varios metros del revolucionario, intentando de esa forma evadir el golpe. Él era un pájaro, un ave de presa, y el cielo era su territorio. De todos modos, aún tenía la armadura de energía recubriendo su cuerpo, así que si no conseguía evitarlo por completo recibiría menos daño de lo normal.
—Es hora de caldear el ambiente —comentó en voz alta, mientras se quitaba la parte superior de sus ropajes con su mano diestra y las tiraba al suelo. Aquello era algo fácil, pues casi nunca llevaba nada sobre su torso. Cualquiera que lo conociera sabía que cuando eso ocurría era que se iba a poner serio, y con los ojos rasgados como los de un ave rapaz puestos en Zuko, asintió y le guiñó un ojo. Después de eso se envolvió de fuego. Todo a su alrededor era un ambiente hostil que superaba los ochocientos grados centígrados con facilidad. Estaba a la distancia suficiente del suelo como para no afectar a los que allí había, y a su alrededor únicamente estaba Krauser, al que no le importaba calcinar y Zuko que, como pudo comprobar en el pasado y hace unos segundos, también era puro fuego—. ¡Deathstroke, Osuka! —gritó—. Si no sois capaces de aguantar el fuego no os acerquéis mucho —Su mirada se fijo en lo que el gigante de niebla había preparado para ellos. Era una gigantesca esfera de energía rodeada de un shuriken aún más grande—. Quizás podríais ocuparos de eso —dijo, señalando con la cabeza; aunque no hacía falta que lo hiciera, pues, seguramente, se podría ver desde cualquier posición en ese lugar.
Su plumaje se incendió de pronto, haciéndole parecer que estaba envuelvo en fuego por completo. Era la primera vez que mostraba esa habilidad frente a alguien que no fuera su tripulación, y gracias a esa nueva forma guardaba algunos ases en la manga que estaba loco por descubrir. «Déjame que te muestre el poder del rey del sur», se dijo para sus adentros. Rápidamente, se abalanzó sobre Krauser con sus katanas en ristre, aún ennegrecidas por su haki de armadura e intentó arremeter contra él de forma directa, esperando que lo esquivara o bloqueara su golpe. Una vez lo hiciera, casi de forma simultanea intentaría crear a su alrededor un área de puro fuego con el que quemar al revolucionario, para luego abrir sus brazos y tratar de alejarlo dos ondas cortantes a corta distancia.
- Resumen:
- En líneas generales narro la situación, medito sobre todo y uso mi mantra tier 11 en visión (el cual me permite prever con segundos de antelación a 500 metros de distancia, medir la fuerza de mi oponente y tal) junto a mi firebust, crear un área de fuego tras quitarme el haori, usar la forma del rey del sur y arremeter contra Krauser haciendo un combo guarro)
- Cosas Bélicas:
- Clase: Actuales (+5 por raza): Reflejos: 12 | | Poder de destrucción: 12 | Agilidad: 8 | Resistencia: 12 | El resto: 3
- Maestría en Ondas cortantes:
- Nivel 15: Aprende a lanzar ondas cortantes, que se propagan a veinte metros por segundo unos veinte metros. Apenas tienen un par de metros de longitud.
Nivel 30: Sus ondas cortantes alcanzan los treinta metros por segundo, y se disipan a treinta metros.
Nivel 45: Ha llegado a tal potencia que su onda es “sólida”. Podría confrontar espadas lanzando ondas cortantes.
Nivel 60: Puede encadenar varias ondas cortantes a cincuenta metros por segundo, a una distancia de hasta setenta metros.
Nivel 75: Sus ondas cortantes se propagan a ochenta metros por segundo, y su extensión es de unos diez metros.
Nivel 90: Sus ondas cortantes son tan potentes que una sola haría colapsar edificios de tamaño medio.
Nivel 105: Las ondas cortantes que lanza llegan a los veinte metros de longitud, y recorrerían los cien metros antes de disiparse en medio segundo.
Nivel 120: Sus ondas cortantes mellan los materiales más duros, y cortan todo lo demás. Estas ondas son tan veloces como balas.
- Stats (Pasivos + Raciales forma híbrida):
- Fuerza/P. Destrucción x7
Velocidad x6
Resistencia x8
Agilidad x3
Reflejos x6
- Técnicas usadas este turno:
- Nombre de la técnica: Rey del Sur
Naturaleza de la técnica: Akuma no mi.
Descripción de la técnica: La envergadura de Zane se eleva un metro más que en su forma humana, llegando a los tres metros y diez centímetros de altura, mientras su cuerpo se recubre de pequeñas plumas de color carmesí que están hecha de puro fuego a la máxima temperatura que puede generar, pareciendo que está envuelto en manto de llamas. Dicho manto, además de acelerar su capacidad para crear llamas, hace que cualquiera que golpee su cuerpo salga herido, eso sin contar que una vez cada dos turnos puede deshacerse de sus plumas, enviándolas lejos de él en un radio de veinte metros, las cuales empiezan a explotar creando un mar de llamas; y de forma inmediata vuelven a crecerle otras.
Tiempo de canalización :Dos segundos.
Tiempo de ActivaciónCuatro turnos con un tiempo de reutilización.
- Hakis:
- Mantra, modalidad: Visión tier 11.
- Tier 10: Puede prever los ataques de una persona con una antelación de hasta siete segundos, o a hasta diez personas con tres segundos de antelación. Podría triplicar esta cantidad, pero su concentración se perdería al triple de velocidad.
- Tier 11: Podría prever los golpes de su oponente a hasta quinientos metros de distancia. Podría evaluar con facilidad el nivel de combate de un oponente.
Armadura (predilecto): Tier 11 (2 de 35 turnos)- Armadura: Tier 11: Es capaz de mantener el Haki de manera continuada hasta treinta y cinco asaltos. Durante ellos, puede generar una armadura transparente con brillo metálico alrededor de su cuerpo, que resiste los golpes siempre y cuando el atacante no posea cinco veces más fuerza que el usuario resistencia o lo iguale en Haki.
- Armamento: Tier 11: Si concentrase su Haki en una sola arma podría golpear con cuatro veces más potencia. En sus manos un arma normal podría superar a una mítica.
- Tier 10: Puede prever los ataques de una persona con una antelación de hasta siete segundos, o a hasta diez personas con tres segundos de antelación. Podría triplicar esta cantidad, pero su concentración se perdería al triple de velocidad.
- Técnicas activas:
- Dansetsu no Samurai: la energía que emana el espadachín se materializa y adopta un armazón (armadura) de samurái que le recure todo el cuerpo. Ésta tiene todos los componentes de la una armadura clásica, a excepción del casco que es algo así como una máscara. Las propiedades de dicha armadura son equivalentes a las de los materiales de calidad épica, presentando una tenacidad, resistencia y plasticidad increíbles, además, al ser energía, le otorga la capacidad de imbuir sus armas y sus ataques en la misma, así como cortar otras canalizaciones.
Tiempo activa 3 TURNO 1 de 3
Tiempo de recarga: 2.
Hayden Ashworth
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Su puño ennegrecido chocó contra la espada del revolucionario. Una onda expansiva de pura fuerza salió despedida por todas partes, acompañada de una ígnea explosión que al dragón no afectó. Antes siquiera de que el revolucionario pudiese devolver su ataque, ondas cortantes fueron dirigidas hacia él. El dragón apretó los colmillos, algo enfadado por la intervención del pirata, aunque en el fondo sabía que en esa batalla el orgullo y el honor debían dejarse de lado para hacer caer a un titán como aquel. Las heridas provocadas por los cortes del pirata de golpe se cerraron, como si estuvieran siendo cosidas por una fuerza invisible. El marine frunció el ceño, colocándose en posición, clavando su ojo bueno en el revolucionario que ahora atacaba a Zane.
El cuerpo de Zuko se vio cubierto de golpe por una armadura azulada y negra, que cubría también su cola y sus alas. Cubriendo todo menos la cabeza, pues el dragón que el revolucionario tuviese bien claro quien era la persona que lo derrotó, el comodoro empezó a verse rodeado por llamas azules que surgían de sus manos y lo cubrían, como una poderosa aura ígnea, potenciada por las cualidades de su armadura. Sus alas se extendieron, mostrando al mundo su gran envergadura, y no tardaron en verse también envueltas de fuego. El dragón parecía ahora un ser elemental. Voló hacia delante a toda velocidad, dejando tras de si una estela de fuego que quemaba el aire a casi mil grados, perdiendo su color azul conforme más se alejaban del dragón.
Empezó a volar en círculos, rodeando al espadachín y al revolucionario, a cada vez más velocidad. El fuego que iba generando se iba formando en un círculo que se extendía hasta llegar al suelo y a varios metros sobre ellos, en una ígnea columna de fuego vacía por dentro, con ellos en su interior. El dragón sabía que el pirata no se vería afectado por ese fuego, y que como aliado temporal debía procurar que no recibiese daños colaterales. Entonces, el dragón entró en la propia columna de fuego, pero en una posición superior a la de los espadachines. Con los brazos extendidos hacia los lados, el fuego que generaba empezó a conectar con el de la columna.
Juntó ambas manos frente a si, apuntando hacia abajo donde se encontraba el revolucionario. El fuego empezó a moverse por sus brazos y formar una enorme bola ígnea delante de sus manos, como si de un sol en miniatura se tratase. El dragón mostraba los colmillos, esforzándose en acumular toda su fuerza y energía. Sus músculos se tensaban mientras pensaba en el infierno y la lluvia de fuego que iba a hacer caer sobre el criminal. Y cayó. El fuego se extendió, llenando el vacío interior de la columna, y no saldría de allí. Desde fuera, la columna de fuego se vería alzada y emitiendo un potente calor, pero a menos que se acercasen mucho no debería afectarles. Krauser, en cambio, de ser efectivo el ataque, estaría en el mismo centro, rodeado de paredes de fuego mientras el calor del mismísimo infierno caía sobre él.
El cuerpo de Zuko se vio cubierto de golpe por una armadura azulada y negra, que cubría también su cola y sus alas. Cubriendo todo menos la cabeza, pues el dragón que el revolucionario tuviese bien claro quien era la persona que lo derrotó, el comodoro empezó a verse rodeado por llamas azules que surgían de sus manos y lo cubrían, como una poderosa aura ígnea, potenciada por las cualidades de su armadura. Sus alas se extendieron, mostrando al mundo su gran envergadura, y no tardaron en verse también envueltas de fuego. El dragón parecía ahora un ser elemental. Voló hacia delante a toda velocidad, dejando tras de si una estela de fuego que quemaba el aire a casi mil grados, perdiendo su color azul conforme más se alejaban del dragón.
Empezó a volar en círculos, rodeando al espadachín y al revolucionario, a cada vez más velocidad. El fuego que iba generando se iba formando en un círculo que se extendía hasta llegar al suelo y a varios metros sobre ellos, en una ígnea columna de fuego vacía por dentro, con ellos en su interior. El dragón sabía que el pirata no se vería afectado por ese fuego, y que como aliado temporal debía procurar que no recibiese daños colaterales. Entonces, el dragón entró en la propia columna de fuego, pero en una posición superior a la de los espadachines. Con los brazos extendidos hacia los lados, el fuego que generaba empezó a conectar con el de la columna.
Juntó ambas manos frente a si, apuntando hacia abajo donde se encontraba el revolucionario. El fuego empezó a moverse por sus brazos y formar una enorme bola ígnea delante de sus manos, como si de un sol en miniatura se tratase. El dragón mostraba los colmillos, esforzándose en acumular toda su fuerza y energía. Sus músculos se tensaban mientras pensaba en el infierno y la lluvia de fuego que iba a hacer caer sobre el criminal. Y cayó. El fuego se extendió, llenando el vacío interior de la columna, y no saldría de allí. Desde fuera, la columna de fuego se vería alzada y emitiendo un potente calor, pero a menos que se acercasen mucho no debería afectarles. Krauser, en cambio, de ser efectivo el ataque, estaría en el mismo centro, rodeado de paredes de fuego mientras el calor del mismísimo infierno caía sobre él.
- Cosas:
Osuka Sumisu
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Por fin el ex-almirante Samegure estaba a su alcance, sabiéndolo de manera desagradable. Pues el aura que influía aquel individuo conseguía paraliza de nuevo al oficial apenas un segundo, pero no cayo otra vez en el movimiento del shuriken de energía. De un rápido esquive, se lo quitó de encima, esta vez sin perder un pelo.
De entre los presentes, podía reconocer al siempre gañan, y a veces carismático, Kenshin, haciendo frente a Krauser en un duelo de espadas. También pudo visualizar a Deathstroke, que pese nunca habia tenido contacto con él, sabía que era el segundo al mando del Yonkou Dexter Black. El emperador de los mares estaba desaparecido, pero si no estaba luchando contra Krauser, seria porque estaba haciendo una tarea más importante o depositaba la confianza en el resto. El tercer individuo no lo había visto nunca, pues con semejante cicatriz en la cara seria fácil de recordad, pero en aquel momento destacaba más por su pintas de marine. No podía olvidar que Krauser no solo había declarado la guerra a la revolución y a los piratas, también había hecho que el gobierno le pusiera de nuevo en el punto de mira.
La pelea ya parecía haber empezado, y la forma gigante de Krauser se había desvanecido, pero mostrando al almirante con una esfera de energía de aspecto muy amenazante. Había visto el potencial destructivo de Krauser con sus shurikens, hasta el punto que escucho que el más grande de ellos pudo partir un buque marine por la mitad como si fuese mantequilla, pero aquella esfera era nueva, o al menos, no recordaba a Krauser usarla.
El pelirrojo indico al segundo al mando de los Blue Rose y al oficial revolucionarios que detuvieran aquel ataque, pues si eso explotaba, no les iba a doler precisamente poco.
- ¿Ni siquiera un “hola”? –musito Ishi a la vez que Osu se acercaba a la esfera de energía, a la vez que guardaba distancia con los ardientes ataques del marine y Zane-. Esa mitológica lo ha vuelto un mandón. Te lo digo yo.
- Primero evitamos el apocalipsis. Luego si nos sobra tiempo discutes mientras merendamos –le respondió Osu-.
Apuntando con su mano derecha, como si fuese a lanzar un láser por la palma, empezó a controlar el metal e hormigón de la zona. Esta empezó a rodear la esfera de energía, capa por capa como una cebolla. No sabría si aguantaría, pero esperaba que absorbiera la mayor parte de la implosión.
De entre los presentes, podía reconocer al siempre gañan, y a veces carismático, Kenshin, haciendo frente a Krauser en un duelo de espadas. También pudo visualizar a Deathstroke, que pese nunca habia tenido contacto con él, sabía que era el segundo al mando del Yonkou Dexter Black. El emperador de los mares estaba desaparecido, pero si no estaba luchando contra Krauser, seria porque estaba haciendo una tarea más importante o depositaba la confianza en el resto. El tercer individuo no lo había visto nunca, pues con semejante cicatriz en la cara seria fácil de recordad, pero en aquel momento destacaba más por su pintas de marine. No podía olvidar que Krauser no solo había declarado la guerra a la revolución y a los piratas, también había hecho que el gobierno le pusiera de nuevo en el punto de mira.
La pelea ya parecía haber empezado, y la forma gigante de Krauser se había desvanecido, pero mostrando al almirante con una esfera de energía de aspecto muy amenazante. Había visto el potencial destructivo de Krauser con sus shurikens, hasta el punto que escucho que el más grande de ellos pudo partir un buque marine por la mitad como si fuese mantequilla, pero aquella esfera era nueva, o al menos, no recordaba a Krauser usarla.
El pelirrojo indico al segundo al mando de los Blue Rose y al oficial revolucionarios que detuvieran aquel ataque, pues si eso explotaba, no les iba a doler precisamente poco.
- ¿Ni siquiera un “hola”? –musito Ishi a la vez que Osu se acercaba a la esfera de energía, a la vez que guardaba distancia con los ardientes ataques del marine y Zane-. Esa mitológica lo ha vuelto un mandón. Te lo digo yo.
- Primero evitamos el apocalipsis. Luego si nos sobra tiempo discutes mientras merendamos –le respondió Osu-.
Apuntando con su mano derecha, como si fuese a lanzar un láser por la palma, empezó a controlar el metal e hormigón de la zona. Esta empezó a rodear la esfera de energía, capa por capa como una cebolla. No sabría si aguantaría, pero esperaba que absorbiera la mayor parte de la implosión.
- Cosis:
SABER DEL METAL:
El usuario puede manipular cualquier metal en una zona de 20 metros que tenga restos de piedra en su interior, por lo que un metal con pureza muy alta no servirá.(Como el Oro o la Plata)
Deathstroke
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Aquello parecía el festival del fuego, las llamas comenzaron a cubrir todo tras una de las habilidades de Zane, formando una especie de remolino de fuego gigantesco que generaba bastante calor a pesar de la distancia a la que nos encontrábamos el último en llegar al lugar y yo.
Esto solo me había permitido ver a Krauser momentáneamente. Viendo los ataques que estaban haciendo los dos pirómanos del grupo supuse que Krauser estaría bastante jodido para aguantar aquel calor. Rápidamente me centré en el grupo que estábamos allí y conecté sus mentes con la mía.
-Zuko, Zane, evitad matarlo, quiero que le explique lo que ha pasado a Dexter. – les pedí mentalmente mientras Osuka comenzaba a cubrir una esfera de energía con algo que parecía terreno – Zuko, luego dejaré que te lo lleves para que lo encierres. Es una promesa.
Cuando Osuke terminó de cubrir aquella esfera de lo que parecía hormigón volé hacia la esfera y controlando el viento y creando un tornado debajo de la esfera e hice que fuese creciendo con la intención de alejar aquello de la estructura, en caso de que explotase, entre más lejos se encontrase mejor.
-Chico, no se si ha sido buena idea cubrirla de eso – le dije mentalmente al revolucionario – Si esto explota has añadido bastante metralla que puede causar daños, pero bueno, quizás con el hierro que has añadido pueda soportar el impacto. – seguí informándole mientras seguía intentando alejar más la esfera de la estructura.
Levanté uno de los brazos hacia el cielo y comencé a formar unas nubes por si en algún momento me tocaba salir con prisas de aquel sitio.
Esto solo me había permitido ver a Krauser momentáneamente. Viendo los ataques que estaban haciendo los dos pirómanos del grupo supuse que Krauser estaría bastante jodido para aguantar aquel calor. Rápidamente me centré en el grupo que estábamos allí y conecté sus mentes con la mía.
-Zuko, Zane, evitad matarlo, quiero que le explique lo que ha pasado a Dexter. – les pedí mentalmente mientras Osuka comenzaba a cubrir una esfera de energía con algo que parecía terreno – Zuko, luego dejaré que te lo lleves para que lo encierres. Es una promesa.
Cuando Osuke terminó de cubrir aquella esfera de lo que parecía hormigón volé hacia la esfera y controlando el viento y creando un tornado debajo de la esfera e hice que fuese creciendo con la intención de alejar aquello de la estructura, en caso de que explotase, entre más lejos se encontrase mejor.
-Chico, no se si ha sido buena idea cubrirla de eso – le dije mentalmente al revolucionario – Si esto explota has añadido bastante metralla que puede causar daños, pero bueno, quizás con el hierro que has añadido pueda soportar el impacto. – seguí informándole mientras seguía intentando alejar más la esfera de la estructura.
Levanté uno de los brazos hacia el cielo y comencé a formar unas nubes por si en algún momento me tocaba salir con prisas de aquel sitio.
- resumen:
- intentar alejar la esfera de energía recubierta hacia el cielo para reducir daños.
- cosas:
- -Control de viento de la akuma para formar un tornado que aleje la esfera.
-Preparar otra técnica.
Kane se lanza contra Krauser y este intercepta el ataque con su espada, apoyando el otro brazo para resistir la fuerza de Zane. Cuando parece que va a ceder notas algo raro. Primero sientes una presencia extra en él, pero no completa, como si fuera un eco de algo que no está ahí. Luego ves como los músculos de sus brazos se hinchan, algo se retuerce entre ellos reforzándolos.
En el momento que el calor comienza a acariciar su piel un tornado de llamas desciende sobre este, devorando a ambos contrincantes. Zane, no vez bien lo que pasa antes de lanzar la onda cortante, pero tienes una mala corazonada. Krauser alza uno de sus brazos y forma un gigantesco shuriken con este, el cual estalla en vertical, mandando una onda de choque que desestabiliza las paredes del tornado, así como un corte residual hacia la dirección de Zuko.
El humo y las llamas se apartan, revelando una figura intimidante. Diríais que Krauser ahora es más grande incluso más musculoso. La miad de su cara, el brazo y la mitad izquierda de su pecho están calcinados, hasta el punto de que no queda piel es estos. Su cara tiene una media mueca, una macabra sonrisa con la mandíbula expuesta al aire. Sus ojos cubiertos por una sombra ominoso que sólo deja ver un tenue brillo rojizo.
- Tenéis que esforzaros más si queréis defender el mundo. Creedme, no hay otro camino. - Sus palabras se pierden mientras su cuerpo se deshace en niebla.
Una calma antinatural se adueña de la escena, el silencio sólo se ve interrumpido por el rumor de los escombros y el hormigón armado que manipula Osuka y las llamas invocadas por el dragón. Todo está tranquilo, demasiado. Mientras tanto el viento empieza a mover lentamente la esfera, la cual sigue teniendo por fuera el shuriken gigantesco, cualquier trozo de hormigón o metal que entra en contacto con este es desintegrado en el acto, reduciéndolo a polvo.
De pronto, todos notáis algo, cada uno puede ver como un Krauser se forma a partir de niebla a la espalda de todos los presentes. No hace ruido, no tiene presencia, pero aun así, habéis notado algo, un presentimiento, un retazo de presencia, puede que un fallo del propio Krauser, el cual os ha puesto en alerta. Cada uno de ellos se lanza hacia cada uno de vosotros, con la intención de lanzaros un corte a la altura de la cintura.
En el momento que el calor comienza a acariciar su piel un tornado de llamas desciende sobre este, devorando a ambos contrincantes. Zane, no vez bien lo que pasa antes de lanzar la onda cortante, pero tienes una mala corazonada. Krauser alza uno de sus brazos y forma un gigantesco shuriken con este, el cual estalla en vertical, mandando una onda de choque que desestabiliza las paredes del tornado, así como un corte residual hacia la dirección de Zuko.
El humo y las llamas se apartan, revelando una figura intimidante. Diríais que Krauser ahora es más grande incluso más musculoso. La miad de su cara, el brazo y la mitad izquierda de su pecho están calcinados, hasta el punto de que no queda piel es estos. Su cara tiene una media mueca, una macabra sonrisa con la mandíbula expuesta al aire. Sus ojos cubiertos por una sombra ominoso que sólo deja ver un tenue brillo rojizo.
- Tenéis que esforzaros más si queréis defender el mundo. Creedme, no hay otro camino. - Sus palabras se pierden mientras su cuerpo se deshace en niebla.
Una calma antinatural se adueña de la escena, el silencio sólo se ve interrumpido por el rumor de los escombros y el hormigón armado que manipula Osuka y las llamas invocadas por el dragón. Todo está tranquilo, demasiado. Mientras tanto el viento empieza a mover lentamente la esfera, la cual sigue teniendo por fuera el shuriken gigantesco, cualquier trozo de hormigón o metal que entra en contacto con este es desintegrado en el acto, reduciéndolo a polvo.
De pronto, todos notáis algo, cada uno puede ver como un Krauser se forma a partir de niebla a la espalda de todos los presentes. No hace ruido, no tiene presencia, pero aun así, habéis notado algo, un presentimiento, un retazo de presencia, puede que un fallo del propio Krauser, el cual os ha puesto en alerta. Cada uno de ellos se lanza hacia cada uno de vosotros, con la intención de lanzaros un corte a la altura de la cintura.
El suzaku no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa de satisfacción al comprobar como el temido revolucionario se estaba viendo forzado a tener que usar ambas manos sobre su espada para así contener su ofensiva; aunque solo fuera durante un instante. Había notado algo extraño, parecida a una presencia muy distinta a la de Krauser. El atisbo de una existencia ajena a lo que había sentido hasta ese momento. «¿Qué demonios…?», se cuestionó el pelirrojo de golpe, cediendo ante el revolucionario que había aumentado considerablemente su musculatura. Todo se había envuelto de fuego, cerniéndose sobre él y el revolucionario hasta cubrirlos por completo. Eran unas llamas intensas, aunque para Zane, que había sido capaz de sobrepasar los límites de su fruta del diablo, eran como pequeña brisa de verano.
«Has mejorado, Zuko, pero si eso es todo lo que tienes aún te queda mucho que recorrer en el sendero de los señores del fuego» —se dijo para sí mismo, pensando en las heridas que les había hecho a Therax en su combate.
El contraataque del revolucionario no tardó en llegar. Liberando de nuevo la mano que no sujetaba su espada, volvió a crear un shuriken de gran tamaño. Zane retrocedió por miedo a que lo explotara en su cara directamente, sin embargo, lo hizo explotar de forma perpendicular, rompiendo el tornado de llamas y cubriéndolo todo de humo.
—«No te preocupes, Death» —Unas llamas comenzaron a recubrir el cuerpo de Zane. Estas eran de un color distintos y los daños causados por el shuriken fueron desapareciendo a medidas que éstas iban cubriendo el torso del suzaku—. «No tengo intención de matarle, como mucho derrotarle y quedarme su espada, aunque…»
Al contemplar el estado en el que se encontraba su oponente dejó de hablar con el Ju Senshi. Habían conseguido quemar un gran porcentaje de su cuerpo, y el hedor a carne chamuscada impregnaba el lugar. El rostro del demonio de la niebla era nauseabundo, pues la mitad de su cara formaba una tétrica sonrisa ladeada permanente, y podían verla todos.
—Si es lo que quieres… —Y de pronto desapareció.
Una calma absoluta se cernió sobre el pelirrojo, la cual únicamente era interrumpido por los incesantes disparos, golpes y gritos de impotencia y dolor procedentes de las decenas de batallas que estaban ocurriendo a su alrededor. Miró a un lado y hacia el otro, hacia arriba y hacia abajo, pero era incapaz de ver a su contrincante, incapaz de sentirlo. Zane sabía que su vista podía engañarle, así que optó por cerrar los ojos e intentar centrarse en todo lo que sucedía a su alrededor, cualquier movimiento del aire. Era capaz de sentir gente volando, la respiración de todos los que había a su alrededor, como Osuka cambiaba la morfología de los materiales de la aguja para crear sendos muros, el ascenso de las corrientes de aire que movían la esfera de energía…Todo. Y de repente lo notó. Algo estaba apareciendo a su espalda, el atisbo de un fragmento de la temible presencia de Krauser. Rápidamente, hizo un giro rápido hacia la derecha con la intención de bloquear su golpe y desviarlo con ambas katanas.
—No hay nada más deshonorable para un espadachín que atacar por la espalda —La armadura de energía que recubría el cuerpo del señor de la piratería comenzó a deshacerse, mientras que del cuerpo del pelirrojo emanaba una intensa aura destructora que no dudó en propagar a su alrededor, llegando a poder quebrar, incluso, los muros formados por Osuka y reducirlos a simples trocitos de piedra—. No mereces blandir una espada como esa.
Era bien sabido que su estancia en Wano había cambiado, más o menos, la forma de percibir el mundo que tenía Zane. Ya no era capaz de concebir que una persona buscara atacar por la espalda en un combate. No había pundonor alguno en ello. Y eso le había enfadado.
Teniendo a ese Krauser delante, sin saber si era el original o no, pues no muy lejos de allí había otro. Aferrándose a las empuñaduras de sus katanas, cargó con su zurda trazando una diagonal descendente desde el suelo hacia su rostro, intentando no solo cortarle, sino también golpearle en el rostro. Tras eso, apretando con fuerza la empuñadura de su derecha, trataría de hacer un corte horizontal a la altura de su cintura.
En el caso de que lo derrotara, y resultara que aquel Krauser era un simple clon creado por su niebla, intentaría encontrar la procedencia de su aura para abalanzarse sobre ella y hablarle directamente.
—Contéstame a una pregunta, ¿qué es lo que buscas con todo esto?
«Has mejorado, Zuko, pero si eso es todo lo que tienes aún te queda mucho que recorrer en el sendero de los señores del fuego» —se dijo para sí mismo, pensando en las heridas que les había hecho a Therax en su combate.
El contraataque del revolucionario no tardó en llegar. Liberando de nuevo la mano que no sujetaba su espada, volvió a crear un shuriken de gran tamaño. Zane retrocedió por miedo a que lo explotara en su cara directamente, sin embargo, lo hizo explotar de forma perpendicular, rompiendo el tornado de llamas y cubriéndolo todo de humo.
—«No te preocupes, Death» —Unas llamas comenzaron a recubrir el cuerpo de Zane. Estas eran de un color distintos y los daños causados por el shuriken fueron desapareciendo a medidas que éstas iban cubriendo el torso del suzaku—. «No tengo intención de matarle, como mucho derrotarle y quedarme su espada, aunque…»
Al contemplar el estado en el que se encontraba su oponente dejó de hablar con el Ju Senshi. Habían conseguido quemar un gran porcentaje de su cuerpo, y el hedor a carne chamuscada impregnaba el lugar. El rostro del demonio de la niebla era nauseabundo, pues la mitad de su cara formaba una tétrica sonrisa ladeada permanente, y podían verla todos.
—Si es lo que quieres… —Y de pronto desapareció.
Una calma absoluta se cernió sobre el pelirrojo, la cual únicamente era interrumpido por los incesantes disparos, golpes y gritos de impotencia y dolor procedentes de las decenas de batallas que estaban ocurriendo a su alrededor. Miró a un lado y hacia el otro, hacia arriba y hacia abajo, pero era incapaz de ver a su contrincante, incapaz de sentirlo. Zane sabía que su vista podía engañarle, así que optó por cerrar los ojos e intentar centrarse en todo lo que sucedía a su alrededor, cualquier movimiento del aire. Era capaz de sentir gente volando, la respiración de todos los que había a su alrededor, como Osuka cambiaba la morfología de los materiales de la aguja para crear sendos muros, el ascenso de las corrientes de aire que movían la esfera de energía…Todo. Y de repente lo notó. Algo estaba apareciendo a su espalda, el atisbo de un fragmento de la temible presencia de Krauser. Rápidamente, hizo un giro rápido hacia la derecha con la intención de bloquear su golpe y desviarlo con ambas katanas.
—No hay nada más deshonorable para un espadachín que atacar por la espalda —La armadura de energía que recubría el cuerpo del señor de la piratería comenzó a deshacerse, mientras que del cuerpo del pelirrojo emanaba una intensa aura destructora que no dudó en propagar a su alrededor, llegando a poder quebrar, incluso, los muros formados por Osuka y reducirlos a simples trocitos de piedra—. No mereces blandir una espada como esa.
Era bien sabido que su estancia en Wano había cambiado, más o menos, la forma de percibir el mundo que tenía Zane. Ya no era capaz de concebir que una persona buscara atacar por la espalda en un combate. No había pundonor alguno en ello. Y eso le había enfadado.
Teniendo a ese Krauser delante, sin saber si era el original o no, pues no muy lejos de allí había otro. Aferrándose a las empuñaduras de sus katanas, cargó con su zurda trazando una diagonal descendente desde el suelo hacia su rostro, intentando no solo cortarle, sino también golpearle en el rostro. Tras eso, apretando con fuerza la empuñadura de su derecha, trataría de hacer un corte horizontal a la altura de su cintura.
En el caso de que lo derrotara, y resultara que aquel Krauser era un simple clon creado por su niebla, intentaría encontrar la procedencia de su aura para abalanzarse sobre ella y hablarle directamente.
—Contéstame a una pregunta, ¿qué es lo que buscas con todo esto?
- Resumen:
- Narro la situación, recibiendo daños por lo del shuriken, esquivo a Krauser y le ataco.
- Cosas Bélicas:
- Clase: Actuales (+5 por raza): Reflejos: 12 | | Poder de destrucción: 12 | Agilidad: 8 | Resistencia: 12 | El resto: 3
- Maestría en Ondas cortantes:
- Nivel 15: Aprende a lanzar ondas cortantes, que se propagan a veinte metros por segundo unos veinte metros. Apenas tienen un par de metros de longitud.
Nivel 30: Sus ondas cortantes alcanzan los treinta metros por segundo, y se disipan a treinta metros.
Nivel 45: Ha llegado a tal potencia que su onda es “sólida”. Podría confrontar espadas lanzando ondas cortantes.
Nivel 60: Puede encadenar varias ondas cortantes a cincuenta metros por segundo, a una distancia de hasta setenta metros.
Nivel 75: Sus ondas cortantes se propagan a ochenta metros por segundo, y su extensión es de unos diez metros.
Nivel 90: Sus ondas cortantes son tan potentes que una sola haría colapsar edificios de tamaño medio.
Nivel 105: Las ondas cortantes que lanza llegan a los veinte metros de longitud, y recorrerían los cien metros antes de disiparse en medio segundo.
Nivel 120: Sus ondas cortantes mellan los materiales más duros, y cortan todo lo demás. Estas ondas son tan veloces como balas.
- Stats (Pasivos + Raciales forma híbrida):
- Fuerza/P. Destrucción x7
Velocidad x6
Resistencia x8
Agilidad x3
Reflejos x6
- Hakis:
- Haki del rey, modalidad: Destrucción tier 6.
- Tier 6: Su presencia se vuelve aterradora (sustituye temible por este epíteto), y podría centrarse en una pieza de metal para partirla en un asalto completo (los objetos más grandes requerirían más tiempo). Fijar el Haki de observación en él dejaría paralizado de miedo durante un asalto a cualquier usuario sin un Haki sobresaliente.
Mantra, modalidad: Visión tier 11.- Tier 10: Puede prever los ataques de una persona con una antelación de hasta siete segundos, o a hasta diez personas con tres segundos de antelación. Podría triplicar esta cantidad, pero su concentración se perdería al triple de velocidad.
- Tier 11: Podría prever los golpes de su oponente a hasta quinientos metros de distancia. Podría evaluar con facilidad el nivel de combate de un oponente.
Armadura (predilecto): Tier 11 (3 de 35 turnos)- Armadura: Tier 11: Es capaz de mantener el Haki de manera continuada hasta treinta y cinco asaltos. Durante ellos, puede generar una armadura transparente con brillo metálico alrededor de su cuerpo, que resiste los golpes siempre y cuando el atacante no posea cinco veces más fuerza que el usuario resistencia o lo iguale en Haki.
- Armamento: Tier 11: Si concentrase su Haki en una sola arma podría golpear con cuatro veces más potencia. En sus manos un arma normal podría superar a una mítica.
- Tier 6: Su presencia se vuelve aterradora (sustituye temible por este epíteto), y podría centrarse en una pieza de metal para partirla en un asalto completo (los objetos más grandes requerirían más tiempo). Fijar el Haki de observación en él dejaría paralizado de miedo durante un asalto a cualquier usuario sin un Haki sobresaliente.
- Forma Activa:
- Nombre de la técnica: Rey del Sur
Naturaleza de la técnica: Akuma no mi.
Descripción de la técnica: La envergadura de Zane se eleva un metro más que en su forma humana, llegando a los tres metros y diez centímetros de altura, mientras su cuerpo se recubre de pequeñas plumas de color carmesí que están hecha de puro fuego a la máxima temperatura que puede generar, pareciendo que está envuelto en manto de llamas. Dicho manto, además de acelerar su capacidad para crear llamas, hace que cualquiera que golpee su cuerpo salga herido, eso sin contar que una vez cada dos turnos puede deshacerse de sus plumas, enviándolas lejos de él en un radio de veinte metros, las cuales empiezan a explotar creando un mar de llamas; y de forma inmediata vuelven a crecerle otras.
Tiempo de canalización :Dos segundos.
Tiempo de ActivaciónCuatro turnos con un tiempo de reutilización.
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En el momento en que lanzó el fuego y este se tragaba a Krauser como si de una bestia hambrienta se tratara, algo lo cortó, directo hacia él con la velocidad de una bala. El dragón, utilizando el propio fuego, se propulsó a un lado para esquivarlo y el corte salió volando hacia arriba, habiendo esquivado a duras penas. El fuego desapareció y la temperatura disminuyó y el dragón bajó hasta ponerse a la izquierda del Suzaku, con sus pies rebotando en el aire. Ver al revolucionario en aquel instante era como ver un cadáver en vida. Parte de su cuerpo estaba quemada, mostrando su carne negruzca y rojiza, así como el lado de su mandíbula. Sus ojos eran oscuros, sombríos y rojos. Sin embargo, sus palabras eran tristes. Fue entonces cuando su mente contactó con la de Zane, pues el dragón había llegado a una conclusión que llevaba ya pensando un rato.
"Zane..." —le dijo mentalmente— ". Quiere que lo detengamos."
Las palabras de Deathstroke entraron en su mente sin respuesta. Zuko no era un asesino, pero lo que tenía delante era una amenaza que lo superaba con creces. No podía contenerse, no podía permitirse el lujo de aguantar su fuerza para no matarlo, porque si la aguantaba... perdería. ¿Y Dexter? ¿Por qué Dexter? Era un criminal, un emperador de una sociedad sin ley. ¿Qué tenía él que decir sobre el destino de Krauser o sus motivos? Era un hombre fuerte, pero su presencia no era importante. Su autoridad no existía. Como un flash que duró una milésima de segundo, tras la desaparición de Krauser, la presencia del revolucionario apareció tras él. Se giró, y como si el mundo fuese a cámara lenta vio como el revolucionario dirigía un espadazo a su cintura.
No podía hacer nada. Su azul armadura se volvió de un color negro brillante en la zona en la que iba a impactar el enorme espadón. Era lo único que podía hacer. El arma impactó, pero no cortó, gracias a la resistencia que le otorgaban el haki y aquella avanzada armadura. Sin embargo, el golpe fue suficiente para mandarlo volar contra el muro más cercano. Su cuerpo impactó con la pared y la agrietó para después caer al suelo bocabajo. Le dolía la cintura, como si le hubiesen golpeado repetidas veces con algo muy pesado. Se apoyó en el suelo con los brazos, apunto de levantarse, mientras el suelo se manchaba de la sangre que tosía y de la que la herida de su ojo emanaba.
Su pelo se había vuelto negro de nuevo y su armadura se había retraído, mostrando su cuerpo otra vez. El impacto había hecho que abandonase la forma híbrida y tuviese de nuevo su aspecto humano. El único ojo por el que veía le hacía verlo todo borroroso y su cabeza daba vueltas, desorientada. No tardó en volver en si e intentar levantarse, sin embargo...
Un gigantesco peso se colocó sobre su espalda, casi impidiendo que se levantase. Sus manos en el suelo crearon grietas, como si una enorme fuerza lo presionara hacia abajo. La presencia de Zane, utilizando su haki de aquella manera, era abrumadora y poderosa. Unida a la de Krauser, que si bien en aquel momento no estaba utilizando una habilidad similar, también era gigantesca. Zuko gruñó, apretando los dientes. Un hilo de sangre emanó de su boca por el puro esfuerzo mientras intentaba levantarse. La fuerza lo seguía empujando hacia abajo.
—Débil... —dijo la voz de su padre en su oído—. Débil débil débil débil débil débil débil...
Golpeó el suelo con el puño y un grito, agrietando el suelo más aún. Su padre repetía la misma palabra una y otra vez, de manera fría y sin sentimiento alguno, como siempre le había hablado. Pronto, a las palabras de su padre se le fueron uniendo otras que sonaban por encima, mientras el "débil" se mantenía repitiéndose una y otra vez. Escuchaba cosas que ya había oído. Su destierro, su deshonor, insultos y maltratos. Repetidos intentos de ganarse el honor y orgullo de un padre, todos un fracaso. Una vida entera viviendo como una marioneta, cuyo destino estaba forzado por una mano ajena.
—Fuerte —dijo la voz de su tío en su oído, ahogando la de su padre.
Zuko se levantó lentamente, soportando el puso en sus hombros. Sus pies se hundieron en el suelo, agrietándolo, mientras apretaba los dientes y pasaba de nuevo a su forma híbrida. Apoyó su mano en la pared, clavando las garras en esta mientras la fuerza seguía empujándolo, pero el dragón se negaba a caer de nuevo. Al final, su cuerpo aguantó la presión. Zuko se negaba a ser sometido, se obligaba a si mismo a ver eso como una molestia ajena. Si fracasaba, el mundo podía caer. Si fracasaba, todo aquello por lo que luchaba moriría con él. Batió las alas y volvió al aire, viendo como casi todo caía bajo la presencia del pirata.
Observó a este para después buscar con la mirada al Krauser que lo había atacado. Y entonces, en el cielo, lo vio. Se formaba una tormenta y un enorme dragón azul volaba en ella. Tragó saliva, apretando el puño y todavía soportando la presión de la presencia de Zane. Volvió a envolverse con la armadura y se colocó en posición, activando su mantra por si aparecía uno de los Krausers y lo atacaba por sorpresa. Sus ojos se movían de un lado a otro, buscando la menor seña de movimiento, ignorando el dolor que sentía en el ojo y la cintura. Sus manos, que en aquel momento parecían las garras de un dragón, echaban chispas. Entonces, desde su pecho, salió una bola de fuego que se expandió como una onda expansiva a su alrededor.
—¡No vas a vencer! —gritó, hablando con el marionetista que controlaba a Krauser, aunque daba toda la sensación que hablaba con el revolucionario—. ¡No existe versión de esto en la que venzas! ¡No existe un solo futuro en el que el mundo sea cenizas y te sientes en un trono sobre ellas! —su ojo miró hacia arriba, viendo como el dragón azul volaba de un lado a otro—. ¡¿Crees que es fácil acabar con todo?! ¡¿Crees que eres el primero que lo intenta?! ¡Como un dragón furioso, el mundo contraataca!
Lo único que esperaba era que, si el que controlaba a Krauser estaba escuchándolos, entendiese a quien iban dirigidas esas palabras. Que mirase al cielo y viese como el dragón atacaba su pequeño reinado. Que entendiese que el mar está protegido.
"Zane..." —le dijo mentalmente— ". Quiere que lo detengamos."
Las palabras de Deathstroke entraron en su mente sin respuesta. Zuko no era un asesino, pero lo que tenía delante era una amenaza que lo superaba con creces. No podía contenerse, no podía permitirse el lujo de aguantar su fuerza para no matarlo, porque si la aguantaba... perdería. ¿Y Dexter? ¿Por qué Dexter? Era un criminal, un emperador de una sociedad sin ley. ¿Qué tenía él que decir sobre el destino de Krauser o sus motivos? Era un hombre fuerte, pero su presencia no era importante. Su autoridad no existía. Como un flash que duró una milésima de segundo, tras la desaparición de Krauser, la presencia del revolucionario apareció tras él. Se giró, y como si el mundo fuese a cámara lenta vio como el revolucionario dirigía un espadazo a su cintura.
No podía hacer nada. Su azul armadura se volvió de un color negro brillante en la zona en la que iba a impactar el enorme espadón. Era lo único que podía hacer. El arma impactó, pero no cortó, gracias a la resistencia que le otorgaban el haki y aquella avanzada armadura. Sin embargo, el golpe fue suficiente para mandarlo volar contra el muro más cercano. Su cuerpo impactó con la pared y la agrietó para después caer al suelo bocabajo. Le dolía la cintura, como si le hubiesen golpeado repetidas veces con algo muy pesado. Se apoyó en el suelo con los brazos, apunto de levantarse, mientras el suelo se manchaba de la sangre que tosía y de la que la herida de su ojo emanaba.
Su pelo se había vuelto negro de nuevo y su armadura se había retraído, mostrando su cuerpo otra vez. El impacto había hecho que abandonase la forma híbrida y tuviese de nuevo su aspecto humano. El único ojo por el que veía le hacía verlo todo borroroso y su cabeza daba vueltas, desorientada. No tardó en volver en si e intentar levantarse, sin embargo...
Un gigantesco peso se colocó sobre su espalda, casi impidiendo que se levantase. Sus manos en el suelo crearon grietas, como si una enorme fuerza lo presionara hacia abajo. La presencia de Zane, utilizando su haki de aquella manera, era abrumadora y poderosa. Unida a la de Krauser, que si bien en aquel momento no estaba utilizando una habilidad similar, también era gigantesca. Zuko gruñó, apretando los dientes. Un hilo de sangre emanó de su boca por el puro esfuerzo mientras intentaba levantarse. La fuerza lo seguía empujando hacia abajo.
—Débil... —dijo la voz de su padre en su oído—. Débil débil débil débil débil débil débil...
Golpeó el suelo con el puño y un grito, agrietando el suelo más aún. Su padre repetía la misma palabra una y otra vez, de manera fría y sin sentimiento alguno, como siempre le había hablado. Pronto, a las palabras de su padre se le fueron uniendo otras que sonaban por encima, mientras el "débil" se mantenía repitiéndose una y otra vez. Escuchaba cosas que ya había oído. Su destierro, su deshonor, insultos y maltratos. Repetidos intentos de ganarse el honor y orgullo de un padre, todos un fracaso. Una vida entera viviendo como una marioneta, cuyo destino estaba forzado por una mano ajena.
—Fuerte —dijo la voz de su tío en su oído, ahogando la de su padre.
Zuko se levantó lentamente, soportando el puso en sus hombros. Sus pies se hundieron en el suelo, agrietándolo, mientras apretaba los dientes y pasaba de nuevo a su forma híbrida. Apoyó su mano en la pared, clavando las garras en esta mientras la fuerza seguía empujándolo, pero el dragón se negaba a caer de nuevo. Al final, su cuerpo aguantó la presión. Zuko se negaba a ser sometido, se obligaba a si mismo a ver eso como una molestia ajena. Si fracasaba, el mundo podía caer. Si fracasaba, todo aquello por lo que luchaba moriría con él. Batió las alas y volvió al aire, viendo como casi todo caía bajo la presencia del pirata.
Observó a este para después buscar con la mirada al Krauser que lo había atacado. Y entonces, en el cielo, lo vio. Se formaba una tormenta y un enorme dragón azul volaba en ella. Tragó saliva, apretando el puño y todavía soportando la presión de la presencia de Zane. Volvió a envolverse con la armadura y se colocó en posición, activando su mantra por si aparecía uno de los Krausers y lo atacaba por sorpresa. Sus ojos se movían de un lado a otro, buscando la menor seña de movimiento, ignorando el dolor que sentía en el ojo y la cintura. Sus manos, que en aquel momento parecían las garras de un dragón, echaban chispas. Entonces, desde su pecho, salió una bola de fuego que se expandió como una onda expansiva a su alrededor.
—¡No vas a vencer! —gritó, hablando con el marionetista que controlaba a Krauser, aunque daba toda la sensación que hablaba con el revolucionario—. ¡No existe versión de esto en la que venzas! ¡No existe un solo futuro en el que el mundo sea cenizas y te sientes en un trono sobre ellas! —su ojo miró hacia arriba, viendo como el dragón azul volaba de un lado a otro—. ¡¿Crees que es fácil acabar con todo?! ¡¿Crees que eres el primero que lo intenta?! ¡Como un dragón furioso, el mundo contraataca!
Lo único que esperaba era que, si el que controlaba a Krauser estaba escuchándolos, entendiese a quien iban dirigidas esas palabras. Que mirase al cielo y viese como el dragón atacaba su pequeño reinado. Que entendiese que el mar está protegido.
- Resumen y cosas:
- Intento resistir la presencia de Zane a base de fuerza de voluntad y cosas (por mi nivel de Haki, su hao no me afecta del todo, sin embargo su presencia es destructiva y abrumadora y es basicamente lo que intento resistir a base de cabezonería pura) intentando superar el hecho de estar rodeado de gente más fuerte que yo. Después me doy cuenta de que Dexter está volando y haciendo cosas (su post en el tema central del capitulo) y hago un discurso de hero mientras me pongo en guardia por si me ataca Krau de golpe
Osuka Sumisu
Fama
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No pudo evitar tragar saliva cuando de la humareda y el fuego apareció la figura de Krauser. Su rostro estaba calcinado por la mitad. Como un los androides tan siniestros sin su piel artificial. No podía comprender como aquel individuo ni siquiera podía inmutarse con semejante heridas en el cuerpo. El ex almirante era alguien insano, pues pese a ser surrealista, sabía que Krauser actuaria así siempre.
Deathstroke conseguía mover lentamente la esfera con su poder sobre el viento. Deseaba que Annie no se hubiera separado, pues ahora sería más de utilidad que el oficial, pues la esfera de energía desintegraba todo lo que tocaba. Tanto su akuma como el estilo de Osu era contacto total, por lo que tratar con algo que no podía tocar se le hacía complicado.
La voz del causante de todo aquello se perdía en la niebla y era incapaz de encontrar el origen. Bufo por un momento, pues no sabía con quién estaba más cabreado; con Krauser, o con el que presuntamente estaba controlando al demonio de la niebla.
- Está claro que no es Krauser quien habla –recrimino a las palabras del titiritero-. El muy cabron nunca hacía nada sin tener más de un “camino”.
Sintió un escalofrió cuanto Zane activo su aterrador haki, que llego un punto que casi despedazo el hormigón que controlaba si no fuese porque iba regenerando las grietas continuamente. Podría quebrar la roca, pero para el aquello lo podría calificar como barro esperando a ser esculpido.
Lejos de molestarle, le centro cuando sintió un algo, un peligro, un “coso”, llamémosle X. La piedra se coló bajo sus pies y lo elevo dos metros, más que suficientes como para que un espadazo del demonio de la niebla fuese fallido. Como naturalmente esperaba que la columna no aguantaría un ataque de aquella bestia parda, aterrizo en el suelo con una voltereta. Cuando se puso de pie de nuevo, su brazo estaba cubierto de piedra y empezaba a adquirir un color anaranjado brillante acompañado del característico olor del fuego.
- Puedo pasarme así todo el día, Redfield –espeto justo antes de empezar a lanzar una salva de magma contra el demonio de la niebla.
Deathstroke conseguía mover lentamente la esfera con su poder sobre el viento. Deseaba que Annie no se hubiera separado, pues ahora sería más de utilidad que el oficial, pues la esfera de energía desintegraba todo lo que tocaba. Tanto su akuma como el estilo de Osu era contacto total, por lo que tratar con algo que no podía tocar se le hacía complicado.
La voz del causante de todo aquello se perdía en la niebla y era incapaz de encontrar el origen. Bufo por un momento, pues no sabía con quién estaba más cabreado; con Krauser, o con el que presuntamente estaba controlando al demonio de la niebla.
- Está claro que no es Krauser quien habla –recrimino a las palabras del titiritero-. El muy cabron nunca hacía nada sin tener más de un “camino”.
Sintió un escalofrió cuanto Zane activo su aterrador haki, que llego un punto que casi despedazo el hormigón que controlaba si no fuese porque iba regenerando las grietas continuamente. Podría quebrar la roca, pero para el aquello lo podría calificar como barro esperando a ser esculpido.
Lejos de molestarle, le centro cuando sintió un algo, un peligro, un “coso”, llamémosle X. La piedra se coló bajo sus pies y lo elevo dos metros, más que suficientes como para que un espadazo del demonio de la niebla fuese fallido. Como naturalmente esperaba que la columna no aguantaría un ataque de aquella bestia parda, aterrizo en el suelo con una voltereta. Cuando se puso de pie de nuevo, su brazo estaba cubierto de piedra y empezaba a adquirir un color anaranjado brillante acompañado del característico olor del fuego.
- Puedo pasarme así todo el día, Redfield –espeto justo antes de empezar a lanzar una salva de magma contra el demonio de la niebla.
- Cosis:
Kikansha mōdo:
Canalizando su energía, Osu consigue aumentar sus niveles de adrenalina en sangre. De esta manera su sentido de la vista aumenta significativamente y su cuerpo aumenta en agilidad, reflejos y velocidad.
En rol su agilidad, reflejos y velocidad aumentan un 25%. Dura 2 post y necesita otros 2 post para recargar.
SABER DEL FUEGO:
El usuario puede hacer que la piedra entre en un estado de auto fricción, elevando su temperatura hasta el punto de convertir el material en magma en una zona de 20 metros. Antes del punto de fundición, puede ser disparada como proyectiles para lanzar una salva de fuego durante la trayectoria.
- ¿Lo que quiero? Ya lo sabéis. - Comenta el Krauser delante de Zane. - Aunque he tenido que tragarme mi orgullo para conseguirlo. - Este y todos los Krauser parecen arrastrar las palabras ¿Será por el haki, o puede que haya algo más que se lo impida?
El corte a la cara le da de lleno, dejando un profundo tajo en medio de la frente, el cual parece mortal a primera vista, pero que empieza a cerrarse como los anteriores. Tras eso, con la mano libre recibe el segundo tajo, el cual corta el brazo desde la palma hasta el codo, el corte se cierra atrapando la espada. No parece un clon de niebla por la sangre.
- Vamos karaage ¿Es que acaso se te ha olvidado cómo se siega una vida? Deja que te lo recuerde.
El Krauser de Osuka intenta saltar para esquivar, pero un corte aparece en su cara, así como un brazo y pierde el equilibrio, por lo que recibe el chorro de lava en las piernas.
- Deberíais de saber lo que hacer. - Comenta con una mueca de dolor en la cara. - Será mejor que os toméis esto en serio u os larguéis. Cuento con que hagas lo correcto. - Tras eso mira a la esfera de hormigón y se desvanece. Al igual que el de Zuko.
Zuko, tras tu discurso Krauser se desvanece sin hacer nada, al igual que el de Death. Pero tu notas algo, una sensación siniestra en el estómago, algo que casi te hace vomitar. Te sientes observado, aunque no tienes nadie alrededor, notas escalofríos en el cuello, como si un fantasma te hubiera tocado. Aquí está pasando algo raro.
El único Krauser que queda es el de Zane, el cual lanza la espada con todas sus fuerzas a la esfera de hormigón, clavando esta en la superficie y generando una gran grieta de la cual comienza a salir luz. Extiende su mano ahora libre. Zane, notas de nuevo esa presencia extraña, más fuerte que antes. Varios manojos de hilos emergen de los brazos del espadachín agarrando su brazo, formando lo que parecen músculos y grotescos tendones artificiales que se extienden intentando impedir que este haga lo que sea que intenta hacer, tratando de retraer el brazo del demonio de la niebla.
Mientras Krauser se resiste con todas sus fuerzas algo pasa con la esfera. la energía empieza a fugarse por la grieta que ha dejado la espada, haciendo las hojas más grandes lentamente, las cuales empiezan a girar.
Deathstroke, el viento sigue alejando la esfera, pero ahora esta está girando, y el tamaño de las hojas generan su propia corriente, la cual si va en aumento amenaza con generar un auténtico vendaval. No sabéis lo que tiene en mente, pero está claro que será algo grande, tanto que puede que comprometa toda la estructura de la aguja.
El corte a la cara le da de lleno, dejando un profundo tajo en medio de la frente, el cual parece mortal a primera vista, pero que empieza a cerrarse como los anteriores. Tras eso, con la mano libre recibe el segundo tajo, el cual corta el brazo desde la palma hasta el codo, el corte se cierra atrapando la espada. No parece un clon de niebla por la sangre.
- Vamos karaage ¿Es que acaso se te ha olvidado cómo se siega una vida? Deja que te lo recuerde.
El Krauser de Osuka intenta saltar para esquivar, pero un corte aparece en su cara, así como un brazo y pierde el equilibrio, por lo que recibe el chorro de lava en las piernas.
- Deberíais de saber lo que hacer. - Comenta con una mueca de dolor en la cara. - Será mejor que os toméis esto en serio u os larguéis. Cuento con que hagas lo correcto. - Tras eso mira a la esfera de hormigón y se desvanece. Al igual que el de Zuko.
Zuko, tras tu discurso Krauser se desvanece sin hacer nada, al igual que el de Death. Pero tu notas algo, una sensación siniestra en el estómago, algo que casi te hace vomitar. Te sientes observado, aunque no tienes nadie alrededor, notas escalofríos en el cuello, como si un fantasma te hubiera tocado. Aquí está pasando algo raro.
El único Krauser que queda es el de Zane, el cual lanza la espada con todas sus fuerzas a la esfera de hormigón, clavando esta en la superficie y generando una gran grieta de la cual comienza a salir luz. Extiende su mano ahora libre. Zane, notas de nuevo esa presencia extraña, más fuerte que antes. Varios manojos de hilos emergen de los brazos del espadachín agarrando su brazo, formando lo que parecen músculos y grotescos tendones artificiales que se extienden intentando impedir que este haga lo que sea que intenta hacer, tratando de retraer el brazo del demonio de la niebla.
Mientras Krauser se resiste con todas sus fuerzas algo pasa con la esfera. la energía empieza a fugarse por la grieta que ha dejado la espada, haciendo las hojas más grandes lentamente, las cuales empiezan a girar.
Deathstroke, el viento sigue alejando la esfera, pero ahora esta está girando, y el tamaño de las hojas generan su propia corriente, la cual si va en aumento amenaza con generar un auténtico vendaval. No sabéis lo que tiene en mente, pero está claro que será algo grande, tanto que puede que comprometa toda la estructura de la aguja.
La estrellada cúpula nocturna se nubló tan rápido como el dragón azul ascendía hacia lo más alto de la aguja, tronando con tanta fuerza que parecía que el fin del mundo iba a llegar por sus propias manos en lugar de por el artilugio que tanto tiempo les estaba tomando desactivar. «Luego es a mí a quien le gusta llamar la atención», se dijo, echando un vistazo hacia el cielo, contemplando los truenos azules que rodeaban los anillos superiores de la estructura en la que se encontraban. «Aunque he de reconocer que tienes estilo».
Su ofensiva había resultado efectiva, aunque no tardó en cerrarse al igual que había sucedido desde que comenzó el combate. De nuevo se fijó en esos hilos que nacían en su cuerpo de la nada, y centró su mantra sobre ellos. La presencia que sentía era distinta, justo la misma que había notado minutos atrás en el cuerpo del revolucionario. Las piezas del puzle comenzaban a encajar y el resultado no le estaba gustando nada a Zane, que deseaba con todo su ser que Krauser fuera el verdadero causante de todo aquello. Sin embargo, las palabras del demonio de la niebla demostraron lo evidente… Él no tenía nada que ver con ello y quería que lo parasen; algo que no tardó Zuko en corroborar mediante el enlace mental que compartían.
—Tiene que haber otra forma —le dijo Zane, que no paraba de aferrarse impotente a las empuñaduras de sus katanas. De pronto, Krauser hizo algo que nadie hubiera esperado que ocurriera. Agarró con fuerza su propia espada y la lanzó hacia el grueso muro de hormigón que rodeaba la esfera de energía, la cual empezaba a alejarse de allí gracias a los poderes del Ju Senshi, atravesando la piedra como si fuera mantequilla. De la abertura emergió un haz de luz y las aspas del shuriken que lo envolvían comenzaron a moverse cada vez más rápido.
De nuevo esa extraña presencia, pero esa vez con mucha más intensidad. Los hilos que antes únicamente cerraban sus heridas ahora le estaban envolviendo, como si quisieran detenerlo.
—Tío, ¿a qué coño estás jugando? —le preguntó—. ¿Acaso quieres…? —Y se calló de golpe—. Entiendo...En ese caso me voy a ver obligado a detenerte por las malas.
El susaku respiró profundamente y sus ojos se tornaron de color blanco, mientras que la temperatura a su alrededor aumentaba considerablemente. El aleteo de sus alas generaba poderosas llamas que giraban en torno a él formando una cúpula de fuego en la únicamente se encontraban el pirata y Krauser. Su envergadura aumentó en pocos segundos hasta duplicarse, llegando a rozar los seis metros de altura. Una fina capa de plumas de color carmesí con ligeros tonos dorados muy brillantes y una cenefa de tribales emergieron en su piel, aunque sus alas se tornaron de blanco. Sus manos y sus pies eran garras afiladas como cuchillas, mientras que gesto era la fusión perfecta entre un humano y el ave mitológica que lo representaba. Y una vez culminada su transformación la cúpula se evaporó de un aleteo infernal.
Tenía muchas dudas acerca a lo que estaba a punto de intentar hacer, pero en lo más profundo de su ser sabía que era lo correcto. Después del combate contra Dexter se había jurado a sí mismo que solo usaría el despertar de su fruta del diablo si la situación requería de ello, siendo la última baza en una situación complicada. ¿Y qué había más complicado que el fin del mundo conocido? Nada. Estaban en un estado de emergencia y ya no podía seguir andándose con tonterías. No quería matarlo, pero tampoco iba a dejar que matara a inocentes en aquel lugar.
—Solo espero que no me odies por lo que voy a hacer —fue lo único que le dijo, mientras en sus katanas se recubrían de energía espiritual y haki de armadura, aumentando el tamaño de sus aceros para poder cogerlas mejor.
Rápidamente, en menos que dura un parpadeo, el suzaku se abalanzó sobre Krauser trazando un doble tajo con la intención de cortar los hilos que los sostenían, mientras que el aleteo de sus propias alas generaba una tormenta de fuego contra el revolucionario. En seguida, trató de trazar una doble vertical descendiente para separar ambos brazos de su cuerpo y así ganar algo de tiempo. Sabía que era el usuario de una logia y que podría regenerarse con rapidez, pero el plan de Zane era no darle cuartel hasta hacerle caer inconsciente, y en el caso de herirle mucho curarle con su fuego regenerador.
«Tú puedes Zane», se dijo para sus adentros.
Así que, siguiendo aquello que tenía en mente, comenzó a propinarle un corte tras otro cada vez más rápido, generando una onda cortante con cada tajo gracias a su Miya Shogun, así como propagando su propia voluntad. No buscaba la precisión, sino hacerle multitud de heridas en distintos lugares de su cuerpo, al mismo tiempo que cortaba los hilos que intentaban cerrarle las heridas, de tal forma que su castigado cuerpo desconectara por el dolor y el infernal calor que generaban las llamas que estaba generando, cuya temperatura podría ser insufrible hasta para un monstruo como él. Del mismo modo, con cada ataque buscaba alejarlo de allí, con la esperanza de que el control que tenía sobre aquella extraña esfera giratoria fuera deshaciéndose y su energía mermara hasta desaparecer, dándole tiempo al resto para seguir haciendo su trabajo con ella.
Su ofensiva había resultado efectiva, aunque no tardó en cerrarse al igual que había sucedido desde que comenzó el combate. De nuevo se fijó en esos hilos que nacían en su cuerpo de la nada, y centró su mantra sobre ellos. La presencia que sentía era distinta, justo la misma que había notado minutos atrás en el cuerpo del revolucionario. Las piezas del puzle comenzaban a encajar y el resultado no le estaba gustando nada a Zane, que deseaba con todo su ser que Krauser fuera el verdadero causante de todo aquello. Sin embargo, las palabras del demonio de la niebla demostraron lo evidente… Él no tenía nada que ver con ello y quería que lo parasen; algo que no tardó Zuko en corroborar mediante el enlace mental que compartían.
—Tiene que haber otra forma —le dijo Zane, que no paraba de aferrarse impotente a las empuñaduras de sus katanas. De pronto, Krauser hizo algo que nadie hubiera esperado que ocurriera. Agarró con fuerza su propia espada y la lanzó hacia el grueso muro de hormigón que rodeaba la esfera de energía, la cual empezaba a alejarse de allí gracias a los poderes del Ju Senshi, atravesando la piedra como si fuera mantequilla. De la abertura emergió un haz de luz y las aspas del shuriken que lo envolvían comenzaron a moverse cada vez más rápido.
De nuevo esa extraña presencia, pero esa vez con mucha más intensidad. Los hilos que antes únicamente cerraban sus heridas ahora le estaban envolviendo, como si quisieran detenerlo.
—Tío, ¿a qué coño estás jugando? —le preguntó—. ¿Acaso quieres…? —Y se calló de golpe—. Entiendo...En ese caso me voy a ver obligado a detenerte por las malas.
El susaku respiró profundamente y sus ojos se tornaron de color blanco, mientras que la temperatura a su alrededor aumentaba considerablemente. El aleteo de sus alas generaba poderosas llamas que giraban en torno a él formando una cúpula de fuego en la únicamente se encontraban el pirata y Krauser. Su envergadura aumentó en pocos segundos hasta duplicarse, llegando a rozar los seis metros de altura. Una fina capa de plumas de color carmesí con ligeros tonos dorados muy brillantes y una cenefa de tribales emergieron en su piel, aunque sus alas se tornaron de blanco. Sus manos y sus pies eran garras afiladas como cuchillas, mientras que gesto era la fusión perfecta entre un humano y el ave mitológica que lo representaba. Y una vez culminada su transformación la cúpula se evaporó de un aleteo infernal.
Tenía muchas dudas acerca a lo que estaba a punto de intentar hacer, pero en lo más profundo de su ser sabía que era lo correcto. Después del combate contra Dexter se había jurado a sí mismo que solo usaría el despertar de su fruta del diablo si la situación requería de ello, siendo la última baza en una situación complicada. ¿Y qué había más complicado que el fin del mundo conocido? Nada. Estaban en un estado de emergencia y ya no podía seguir andándose con tonterías. No quería matarlo, pero tampoco iba a dejar que matara a inocentes en aquel lugar.
—Solo espero que no me odies por lo que voy a hacer —fue lo único que le dijo, mientras en sus katanas se recubrían de energía espiritual y haki de armadura, aumentando el tamaño de sus aceros para poder cogerlas mejor.
Rápidamente, en menos que dura un parpadeo, el suzaku se abalanzó sobre Krauser trazando un doble tajo con la intención de cortar los hilos que los sostenían, mientras que el aleteo de sus propias alas generaba una tormenta de fuego contra el revolucionario. En seguida, trató de trazar una doble vertical descendiente para separar ambos brazos de su cuerpo y así ganar algo de tiempo. Sabía que era el usuario de una logia y que podría regenerarse con rapidez, pero el plan de Zane era no darle cuartel hasta hacerle caer inconsciente, y en el caso de herirle mucho curarle con su fuego regenerador.
«Tú puedes Zane», se dijo para sus adentros.
Así que, siguiendo aquello que tenía en mente, comenzó a propinarle un corte tras otro cada vez más rápido, generando una onda cortante con cada tajo gracias a su Miya Shogun, así como propagando su propia voluntad. No buscaba la precisión, sino hacerle multitud de heridas en distintos lugares de su cuerpo, al mismo tiempo que cortaba los hilos que intentaban cerrarle las heridas, de tal forma que su castigado cuerpo desconectara por el dolor y el infernal calor que generaban las llamas que estaba generando, cuya temperatura podría ser insufrible hasta para un monstruo como él. Del mismo modo, con cada ataque buscaba alejarlo de allí, con la esperanza de que el control que tenía sobre aquella extraña esfera giratoria fuera deshaciéndose y su energía mermara hasta desaparecer, dándole tiempo al resto para seguir haciendo su trabajo con ella.
- Resumen:
- Entender cual es la única forma que hay de parar a Krauser y lo que esta tramando. Usar el despertar de su fruta del diablo, así como hakis y alguna técnica espiritual para combatirle con cortes chungos y fuego que oscila entre los 1000-1500 grados centígrados.
- Cosas Bélicas:
- Clase: Actuales (+5 por raza): Reflejos: 12 | | Poder de destrucción: 12 | Agilidad: 8 | Resistencia: 12 | El resto: 3
- Stats (Pasivos + Raciales del despertar):
- Fuerza/P. Destrucción x7
Velocidad x12
Resistencia x8
Agilidad x11
Reflejos x12
- Técnica usada:
- Miya Shōgun: El espadachín tiene un control muy preciso de su energía espiritual, enfocándola únicamente sobre sus espadas, las cuales se recubren de dicha energía y su hoja aumenta hasta duplicar su tamaño (no necesariamente tiene que hacerlo). Del mismo modo, cualquier ataque que realice generará una onda cortante a una velocidad tres veces superior a la que pueda realizar el espadachín.
Tiempo activa: 3
Tiempo de recarga 2
- Despertar:
- El usuario ha conseguido llevar el poder que le otorga su fruta del diablo a un nivel más, llegando a obtener una forma que fusiona perfectamente los poderes del suzaku con sus habilidades como samurái. En esta forma el usuario es un suzaku antropomorfo de color carmesí con tribales rojizos muy brillantes y alas blancas, de seis metros de alto y cuatro de ala a ala. Su cara es completamente la de un ave con los ojos blancos.
Pero eso es solo en apariencia, el verdadero cambio sucede en su interior. Su mera presencia hace que la temperatura ascienda en un radio de veinte metros. El aleteo de sus alas puede lanzar llamaradas y el fuego que genera puede quemar lo que sea, incluso herir a aquellos inmunes al fuego (duplica su temperatura). Y su nivel de regeneración ha aumentado considerablemente, llegando a curar heridas leves de forma inmediata, heridas medias (cortes, contusiones, derrames internos…) en un post y heridas graves (roturas de huesos, heridas extremas en órganos…) en dos post. Además de eso, sus stats en esta forma aumente a Velocidad x10, Agilidad x10 y Reflejos x10. (x10 más que en su forma completa normal)
La duración del despertar variará en función del nivel:
Nivel 110: Cinco post de duración con un tiempo de reutilización de tres post.
- Hakis:
- Haki del rey, modalidad: Destrucción tier 6.
- Tier 6: Su presencia se vuelve aterradora (sustituye temible por este epíteto), y podría centrarse en una pieza de metal para partirla en un asalto completo (los objetos más grandes requerirían más tiempo). Fijar el Haki de observación en él dejaría paralizado de miedo durante un asalto a cualquier usuario sin un Haki sobresaliente.
Mantra, modalidad: Visión tier 11.- Tier 10: Puede prever los ataques de una persona con una antelación de hasta siete segundos, o a hasta diez personas con tres segundos de antelación. Podría triplicar esta cantidad, pero su concentración se perdería al triple de velocidad.
- Tier 11: Podría prever los golpes de su oponente a hasta quinientos metros de distancia. Podría evaluar con facilidad el nivel de combate de un oponente.
Armadura (predilecto): Tier 11 (4 de 35 turnos)- Armadura: Tier 11: Es capaz de mantener el Haki de manera continuada hasta treinta y cinco asaltos. Durante ellos, puede generar una armadura transparente con brillo metálico alrededor de su cuerpo, que resiste los golpes siempre y cuando el atacante no posea cinco veces más fuerza que el usuario resistencia o lo iguale en Haki.
- Armamento: Tier 11: Si concentrase su Haki en una sola arma podría golpear con cuatro veces más potencia. En sus manos un arma normal podría superar a una mítica.
- Tier 6: Su presencia se vuelve aterradora (sustituye temible por este epíteto), y podría centrarse en una pieza de metal para partirla en un asalto completo (los objetos más grandes requerirían más tiempo). Fijar el Haki de observación en él dejaría paralizado de miedo durante un asalto a cualquier usuario sin un Haki sobresaliente.
Hayden Ashworth
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Akuma no mi
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Tras sus palabras, el demonio desapareció. El dragón se llevó entonces la mano al estómago, teniendo una dolorosa sensación. Como si tuviera ganas de vomitar sus entrañas en aquel momento. Se giró de golpe, mirando la extraña esfera que hace un momento había creado el revolucionario. Apretó los puños, viendo como el que quedaba, que hasta hace un momento luchaba contra Zane, lanzó su espada hacia aquella cosa, hundiéndola en la piedra que había creado Osuka. Entonces lo notó. El revolucionario se estaba resistiendo y algo, o alguien, estaba intentando evitar que activase esa cosa. Apretó los dientes y de entre esos surgieron llamas.
—La aguja...
El dragón voló a toda velocidad hacia la espalda del revolucionario mientras el pelirrojo hacia su espectáculo de luces y transformaciones. Su pierna se volvió de color negro brillante a la par que se rodeaba de fuego, como casi siempre que utilizaba el haki a su máxima potencia. El pie iría directo a golpear la espalda de Krauser al mismo tiempo que el pirata hacia su ataque. Tras su patada el dragón intentaría coger el cuello del revolucionario con el brazo, en una potente presa, mientras que con las piernas se sujetaba a su torso. Ambos brazos y piernas estaban totalmente envueltos en haki, siendo la primera vez que extendía tanto la habilidad por su cuerpo.
—¡Quieres destruir la aguja, lo sé! —diría en el caso de que su presa fuese efectiva, tanto para evitar que se mueva como para hacer que el ataque del pirata fuese efectivo—. ¡Te controlan, también lo sé! ¡¿Pero no te das cuenta de lo que ocurrirá si destruyes la aguja?! ¡Detendrás su plan, pero todos morirán! ¡Todo el mundo que ha venido dispuesto a detener el apocalipsis, morirá! ¡Tu amigo y antiguo subordinado morirá! ¡Todos esos reclutas que, como tú tuviste en su día cuando lo fuiste, tienen sueños y ambiciones de salvar el mundo morirán! ¡Tú morirás! ¡Dexter se encargará de apagar la aguja sin que nadie inocente tenga que morir! ¡Déjanoslo a nosotros!
Esperaba que aquello funcionase para disuadirle en su intento de destruir la estructura y que simplemente combatiese, para que pudiesen entretenerle hasta que Dexter llegase hasta aquel que estaba detrás de todo. Esperaba también que el ataque de Zane mientras él lo sujetaba fuese lo suficientemente efectivo como para que terminase la pelea. Lo único que podía hacer en aquel instante, lo único en lo que podía pensar, era tener esperanza.
—La aguja...
El dragón voló a toda velocidad hacia la espalda del revolucionario mientras el pelirrojo hacia su espectáculo de luces y transformaciones. Su pierna se volvió de color negro brillante a la par que se rodeaba de fuego, como casi siempre que utilizaba el haki a su máxima potencia. El pie iría directo a golpear la espalda de Krauser al mismo tiempo que el pirata hacia su ataque. Tras su patada el dragón intentaría coger el cuello del revolucionario con el brazo, en una potente presa, mientras que con las piernas se sujetaba a su torso. Ambos brazos y piernas estaban totalmente envueltos en haki, siendo la primera vez que extendía tanto la habilidad por su cuerpo.
—¡Quieres destruir la aguja, lo sé! —diría en el caso de que su presa fuese efectiva, tanto para evitar que se mueva como para hacer que el ataque del pirata fuese efectivo—. ¡Te controlan, también lo sé! ¡¿Pero no te das cuenta de lo que ocurrirá si destruyes la aguja?! ¡Detendrás su plan, pero todos morirán! ¡Todo el mundo que ha venido dispuesto a detener el apocalipsis, morirá! ¡Tu amigo y antiguo subordinado morirá! ¡Todos esos reclutas que, como tú tuviste en su día cuando lo fuiste, tienen sueños y ambiciones de salvar el mundo morirán! ¡Tú morirás! ¡Dexter se encargará de apagar la aguja sin que nadie inocente tenga que morir! ¡Déjanoslo a nosotros!
Esperaba que aquello funcionase para disuadirle en su intento de destruir la estructura y que simplemente combatiese, para que pudiesen entretenerle hasta que Dexter llegase hasta aquel que estaba detrás de todo. Esperaba también que el ataque de Zane mientras él lo sujetaba fuese lo suficientemente efectivo como para que terminase la pelea. Lo único que podía hacer en aquel instante, lo único en lo que podía pensar, era tener esperanza.
- Cosas:
- Patada a su espalda con haki e intento de una presa para evitar que esquive los ataques de Zane. Intento de disuadirle de su plan que (según yo creo) consiste en destruir la aguja.
Fuerza para la presa: Tier 8 x9 (pasivo) + x5 (Akuma)
Haki Armadura rango 8 (Predilecto)
Osuka Sumisu
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La lava impacto contra el demonio de la niebla, que mostro su primera mueca de dolor. Fuese lo que fuese lo que le estuvieran haciendo estaba siendo efectivo. Al menos parecía, o lo disimulaba muy bien, que aun conservara la mínima humanidad para sentir algo aunque fuese dolor.
Este se desvaneció, al igual que el resto de Krauser excepto uno. Lo de los clones de niebla era algo nuevo también. Parece que aquellos dos años sin verle le habían enseñado nuevos trucos a un perro viejo como él. El Redfield original lanzo su espada, como un ataque desesperado, contra la esfera de hormigón y empezó a agrietarse. Era como ver el desastre antes de que ocurriera, pues la grieta se expandiría y como un camino de fichas de dominó, ya no se podría parar.
- Pelirrojo, si tienes algún plan este es el momento! – soltó un quejido a su vez que usaba sus dos manos para dirigir mas hormigón contra la esfera. No esperaba repararla pero ralentizaría el desastre -. ¡No vamos a poder aguantarla mucho más antes de que implosione!
Su cuerpo empezaba a sudar, pues aún no se había recuperado de los encuentros anteriores y el hecho de que no podía centrar del todo su atención sobre uno de los mayores expertos asesinos del mundo hacia la tarea más difícil.
- ¡Odio decir esto, pero el marine tiene razón, Krauser! –respondió después de las palabras de Zuko, que eran afiladas y honestas como una espada-. ¡No puedes matar así como así a todos los que están en la torre! ¡Tú paranoia nos ha traído a este escenario! ¡Que cojones, que somos un revolucionario, un marine y un pirata! ¡Esto parece el comienzo de un puto chiste! ¡Terminemos esta locura, hazlo si alguna vez quisiste a alguien; a Karl, a mi o a tu mujer! ¿¡De verdad quieres que lo último que sepa Minako de ti es que mataste a tanta gente como un simple daño colateral!?
Este se desvaneció, al igual que el resto de Krauser excepto uno. Lo de los clones de niebla era algo nuevo también. Parece que aquellos dos años sin verle le habían enseñado nuevos trucos a un perro viejo como él. El Redfield original lanzo su espada, como un ataque desesperado, contra la esfera de hormigón y empezó a agrietarse. Era como ver el desastre antes de que ocurriera, pues la grieta se expandiría y como un camino de fichas de dominó, ya no se podría parar.
- Pelirrojo, si tienes algún plan este es el momento! – soltó un quejido a su vez que usaba sus dos manos para dirigir mas hormigón contra la esfera. No esperaba repararla pero ralentizaría el desastre -. ¡No vamos a poder aguantarla mucho más antes de que implosione!
Su cuerpo empezaba a sudar, pues aún no se había recuperado de los encuentros anteriores y el hecho de que no podía centrar del todo su atención sobre uno de los mayores expertos asesinos del mundo hacia la tarea más difícil.
- ¡Odio decir esto, pero el marine tiene razón, Krauser! –respondió después de las palabras de Zuko, que eran afiladas y honestas como una espada-. ¡No puedes matar así como así a todos los que están en la torre! ¡Tú paranoia nos ha traído a este escenario! ¡Que cojones, que somos un revolucionario, un marine y un pirata! ¡Esto parece el comienzo de un puto chiste! ¡Terminemos esta locura, hazlo si alguna vez quisiste a alguien; a Karl, a mi o a tu mujer! ¿¡De verdad quieres que lo último que sepa Minako de ti es que mataste a tanta gente como un simple daño colateral!?
Deathstroke
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Un Krauser se había formado a mi espalda cuando por fin la esfera había comenzado a ascender. Aquello era un problema, quería poner todos mis esfuerzos en alejarla lo máximo posible, pero posiblemente aquel Krauser me retendría.
Efectivamente, el Krauser se lanzó contra mí realizando un corte. En cualquier otra situación habría podido evitar aquel ataque tan predecible. Sin embargo, estaba más atento de evitar una masacre. El corte fue efectivo, y por suerte la armadura absorbió prácticamente el ataque por completo. Sin embargo, si noté como la sangre salía por el corte de la armadura.
Tenía que hacerle frente o sería mi final. De pronto, el Krauser se desvaneció en niebla. “Parece que ahí abajo están haciendo su trabajo” dije llevándome una mano a la herida y comenzando a sanarla. En ese momento noté una corriente que no estaba generando yo.
Las puntas de la estrella que rodeaba la esfera estaban girando y creaban un viento bastante fuerte. Si se hacía más potente podría acabar ocasionando un desastre natural. Era mi turno. Mantuve la corriente para que la esfera siguiese ascendiendo, desenfundé a Aeglos y me lancé contra una de las puntas de la estrella propulsándome todo lo que pude y ayudándome con un impulso de aire, cubrí mi arma de haki y comencé a volar en dirección opuesta a la que giraban la estrella. Quería detenerla para evitar la corriente de aire, aunque sería algo complicado. Si no podía iría con el plan B.
Efectivamente, el Krauser se lanzó contra mí realizando un corte. En cualquier otra situación habría podido evitar aquel ataque tan predecible. Sin embargo, estaba más atento de evitar una masacre. El corte fue efectivo, y por suerte la armadura absorbió prácticamente el ataque por completo. Sin embargo, si noté como la sangre salía por el corte de la armadura.
Tenía que hacerle frente o sería mi final. De pronto, el Krauser se desvaneció en niebla. “Parece que ahí abajo están haciendo su trabajo” dije llevándome una mano a la herida y comenzando a sanarla. En ese momento noté una corriente que no estaba generando yo.
Las puntas de la estrella que rodeaba la esfera estaban girando y creaban un viento bastante fuerte. Si se hacía más potente podría acabar ocasionando un desastre natural. Era mi turno. Mantuve la corriente para que la esfera siguiese ascendiendo, desenfundé a Aeglos y me lancé contra una de las puntas de la estrella propulsándome todo lo que pude y ayudándome con un impulso de aire, cubrí mi arma de haki y comencé a volar en dirección opuesta a la que giraban la estrella. Quería detenerla para evitar la corriente de aire, aunque sería algo complicado. Si no podía iría con el plan B.
Un último esfuerzo desesperado por detener el desastre, por parte de todos, de los aliados y de Krauser. Aunque los métodos no coinciden.
- ¿Que todos van a morir? Es posible. Pero eres un niñato iluso si crees que esta batalla no puede ganarse sin sacrificios. Es una pena que tenga que morir tanta gente, pero me llevaré por delante miles de vidas si puedo salvar millones. No pienso soltar este clavo ardiendo por la vaga promesa de que alguien se va a hacer cargo, hace tiempo que tengo esta responsabilidad sobre mis hombros y yo no pienso soltarla con palabras bonitas.
El fuego envuelve su carne y con la ayuda de Zuko, Krauser recibe la gran mayoría de los cortes de Zane, llenando su carne de cortes a una velocidad mayor a la que estos se cierran. Los hilos que salen se van quemando en el infierno y cada vez encontráis menos resistencia. Pero antes de que la antigua gloria de la revolución pierda la consciencia aprieta el puño con determinación para luego chasquear los dedos.
Osu, notas como de golpe una gran fuerza intenta salir de la esfera, logras contener la mayoría, pero esta acaba saliendo por los bordes. Deathstroke, empiezas a resistirte a las cuchillas mientras cancelas gran parte de la rotación mientras sube, pero de pronto una luz te ciega desde un lateral, la hoja que empujaste se ha hecho inmensa, liberando una enorme fuerza que te lanza hacia atrás. El shuriken se ha detenido, si, y ahora está a una altura en la que no dañará a los que están en la quinta planta, pero Krauser ha conseguido su objetivo en parte.
Un destello os engulle, un estruendo que llena vuestros oídos con un pitido ensordecedor. La fuerza os ha desorientado por un momento, pero un par de segundos después, cuando podéis ver algo, presenciáis como una nube de fuego azulado se desvanece en el aire. El tercer anillo que sostenía la aguja prácticamente ha desaparecido, el segundo y el cuarto están seriamente dañados. Toda la estructura se tambalea y la aguja, junto con los anillos superiores al tercero, se inclinan ligeramente. La estructura está desconfigurada, puede que pueda activarse, pero ahora el plan de la mente maestra no es una amenaza inminente.
(Explicación: Osu pudo contener el factor explosivo de la esfera en su gran mayoría, logrando que la fuerza fuera sólo hacia las cuchillas. Estas rotaban con la intención de segar toda la estructura, pero gracias a los esfuerzos de Deathstroke por alejarla de la base y parar la rotación, estas seccionaron una parte de la estructura. Si se hubiera dejado tal cual, los daños serían masivos, y las víctimas se contarían en los miles.)
Krauser ha quedad en un estado lamentable. Casi no le queda piel intacta, está lleno de quemaduras y cortes, algunos recientemente suturados. Está inconsciente, puede que en coma, tiene signos vitales, pero son muy débiles. Si sale de esta, es posible que no sea capaz de volver a empuñar la espada en la vida, o puede que de tenerse en pie.
Zuko, tienes varios cortes en el cuerpo fruto de recibir los ataques de Zane a bocajarro y, en general, eres el que peor ha acabado físicamente.
Termina este combate. Las defensas han sido neutralizadas y el desastre retrasado unos valiosos minutos, puede que horas. Pero por ahora podéis respirar.
- ¿Que todos van a morir? Es posible. Pero eres un niñato iluso si crees que esta batalla no puede ganarse sin sacrificios. Es una pena que tenga que morir tanta gente, pero me llevaré por delante miles de vidas si puedo salvar millones. No pienso soltar este clavo ardiendo por la vaga promesa de que alguien se va a hacer cargo, hace tiempo que tengo esta responsabilidad sobre mis hombros y yo no pienso soltarla con palabras bonitas.
El fuego envuelve su carne y con la ayuda de Zuko, Krauser recibe la gran mayoría de los cortes de Zane, llenando su carne de cortes a una velocidad mayor a la que estos se cierran. Los hilos que salen se van quemando en el infierno y cada vez encontráis menos resistencia. Pero antes de que la antigua gloria de la revolución pierda la consciencia aprieta el puño con determinación para luego chasquear los dedos.
Osu, notas como de golpe una gran fuerza intenta salir de la esfera, logras contener la mayoría, pero esta acaba saliendo por los bordes. Deathstroke, empiezas a resistirte a las cuchillas mientras cancelas gran parte de la rotación mientras sube, pero de pronto una luz te ciega desde un lateral, la hoja que empujaste se ha hecho inmensa, liberando una enorme fuerza que te lanza hacia atrás. El shuriken se ha detenido, si, y ahora está a una altura en la que no dañará a los que están en la quinta planta, pero Krauser ha conseguido su objetivo en parte.
Un destello os engulle, un estruendo que llena vuestros oídos con un pitido ensordecedor. La fuerza os ha desorientado por un momento, pero un par de segundos después, cuando podéis ver algo, presenciáis como una nube de fuego azulado se desvanece en el aire. El tercer anillo que sostenía la aguja prácticamente ha desaparecido, el segundo y el cuarto están seriamente dañados. Toda la estructura se tambalea y la aguja, junto con los anillos superiores al tercero, se inclinan ligeramente. La estructura está desconfigurada, puede que pueda activarse, pero ahora el plan de la mente maestra no es una amenaza inminente.
(Explicación: Osu pudo contener el factor explosivo de la esfera en su gran mayoría, logrando que la fuerza fuera sólo hacia las cuchillas. Estas rotaban con la intención de segar toda la estructura, pero gracias a los esfuerzos de Deathstroke por alejarla de la base y parar la rotación, estas seccionaron una parte de la estructura. Si se hubiera dejado tal cual, los daños serían masivos, y las víctimas se contarían en los miles.)
Krauser ha quedad en un estado lamentable. Casi no le queda piel intacta, está lleno de quemaduras y cortes, algunos recientemente suturados. Está inconsciente, puede que en coma, tiene signos vitales, pero son muy débiles. Si sale de esta, es posible que no sea capaz de volver a empuñar la espada en la vida, o puede que de tenerse en pie.
Zuko, tienes varios cortes en el cuerpo fruto de recibir los ataques de Zane a bocajarro y, en general, eres el que peor ha acabado físicamente.
Termina este combate. Las defensas han sido neutralizadas y el desastre retrasado unos valiosos minutos, puede que horas. Pero por ahora podéis respirar.
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