Annie vs. Nº 5

En un principio pensó que las pelotas de tenis no llegarían a alcanzarla debido a que no aparecía ninguna, pero aparecieron aunque en ningún momento dejó de hacer que el viento de su alrededor dejara de fluir. El hombre se acercaba peligrosamente a ella acompañado de un rifle que dispararía una red.

Annie abrió los ojos como platos y cesó su aire para descender rápidamente aunque no intentaría llegar al suelo de golpe, si no que amortiguaría la caída con su propio viento. Esto le dio pie a transformarse en la forma completa de su fruta del diablo. Su cuerpo comenzó a estirarse hasta dejar paso a una serpiente emplumada de gran tamaño.

Agitó sus alas con fuerza, creando ráfagas de viento lo suficientemente potentes como para intentar expulsar la red hacia el hombre que se acercaba hasta ella y, de paso afectarle a él con el viento, con la intención de empujarlo hasta uno de los pilares de la aguja.

-No me gusta la gente que habla en verso - espetó.

Si su plan funcionaba volvería a alzarse hacia lo alto. Si conseguía apresarlo entre su cuerpo y asfixiarlo dejaría de molestar de una vez. Quien sea quien estuviera detrás de todo esto podía intuir que solo intentaban ralentizarlos. Por una parte, Annie estaba cansada de ascender y no obtener respuestas sobre la Aguja, pero por otra tenía la suficiente ira acumulada como para querer pegarse con aquellos que se pusieran por delante para interrumpirla.

Miró hacia abajo, para ver como le iba a Maki y este parecía estar bien acompañado. Sentía tener que haberlo dejado atrás, pero se trataba de una cuestión de importancia. Annie solo quería detener la Aguja a toda costa. La revolucionaria no esperó para ver si surtía efecto su ataque y comenzó a ascender lentamente con suaves meneos de sus alas.

Con suma facilidad logras quitarte la red de encima, pero una de las pelotas ha sobrepasado tus defensas de aire y te ha dado en la frente. Se te ha puesto roja y te ha salido un chichón. No es nada grave, pero te va a doler mucho.

—Lagartona voladora yo no hablo en verso. Rapeo sobre la base, en la tarima, ¿no sabes lo que es eso? Te falta flow, te falta rollo, y esas caderas me dicen que te gusta hincharte de bollos. ¡Yeah! —Los movimientos de las manos de tu oponente así lo corroboraron: era un rapero, y muy malo en realidad.

Mientras rapeaba, tu oponente no se daba cuenta que le estabas envolviendo, pero cuando intentas apretar notas que su cuerpo no cede mucho, quizás lo aplastas un poquito y te mira. No puedes ver su rostro porque lleva una máscara, pero te mira.

—¿Qué tratas de hacer? —te pregunta, zafándose de ti saliendo de tu agarre—. No me gustan los abrazos fríos y sin amor. Si lo que quieres es tema, búscate otro que no sea yo.

Tras eso, con algo parecido a un silbido el hombre desaparece ante tus narices. Comienza a dar vueltas a tu alrededor, como si estuviera analizándote y cuando menos te lo esperas está cayendo sobre tu lomo, agarrando su rifle como una maza e intenta golpearte en la cola, tras eso, lo consiguiera o no, se abalanzaría sobre tu cabeza lanzando unos pequeños proyectiles que salen de su cuerpo y se dirigen directamente hacia tu cabeza.

Annie sonrió al ver que lo que hacía surtía efecto. Sin embargo, una bola de goma chocó contra su frente. Emitió un gruñido, no es que hubiera sido lo peor del mundo, pero era molesto y seguramente le dejara alguna rojez que con el tiempo desaparecería. La serpiente estaba en todo momento alerta y, por si fuera poco, el señor no paraba de rapear. Si ya de por sí a la revolucionaria no le gustaba la poesía y tanto verborrea le terminaba estresando, el hombre la llamó gorda sutilmente.

-Se te da de pena rapear, menos mal que nadie te está escuchando porque si no serías el hazmerreír de toda la Aguja - espetó.

La serpiente, al estar ligada al viento, cualquier movimiento que hiciera su oponente podía tenerlo en cuenta para adelantarse. El rapero se movía muy rápido a su alrededor hasta que este se puso encima. Cuando Annie sintió la vibración del viento, supo inmediatamente la situación de su oponente. En ese momento, se dio la vuelta para golpearlo con su cola e intentar lanzarlo contra un pilar de la Aguja.

Si su movimiento surtía efecto para alejarlo de ella, de sus alas brotarían varios círculos con pequeñas bolas de viento comprimido. Su intención era que chocaran contra el rapero y también contra los pilares que sustentaban uno de los pisos de la Aguja.

-¡¿Cómo se desactiva esta cosa?! ¡¿Quién está detrás de todo esto?! - bramó enfurecida - Estoy harta de perder el tiempo, si no obtengo respuestas seguiré subiendo.

Tu escamosa cola contraataca contra su rifle, haciendo creando una onda de choque que se esparce en un radio de trescientos sesenta grados. Aunque tu oponente sale despedido hacia un lado, tú, en cambio, sales despedida hacia abajo. Pese a ser un hombrecillo pequeño tiene mucha fuerza, tanto como para contrarrestarte en forma completa.

Una de los círculos de viento choca contra él, pero eso le hace espabilar y esquiva el resto mientras se acerca a ti. Es un sujeto curioso, cuanto menos. Y de nuevo te mira y se dispone a hablarte, o quizás rapearte.

—Esto nena aquí va a acabar. Tu conmigo, yo contigo, lo vas a vislumbrar. ¿Yo un rapero malo? ¡Que impertinente! Lo dice la serpiente que no tiene pretendiente —Y entonces desparece.

No ves nada de nada, sientes una presencia que se mueve de un lado al otro y usa tu cuerpo como base para impulsarse. De pronto, una lluvia de balas se abalanza hacia ti desde arriba y una onda de choque desde abajo. Puedes ver que las balas están tornadas de un negro oscuro.

Cuanto más rapeaba el hombre más crispaba los nervios de Annie. ¿Es que acaso era indestructible? Nunca paraba quieto, nunca se detenía y la serpiente llevaba las de perder como siguiera así. Cuando la niebla la rodeó y sentía las vibraciones en el aire del sujeto moviéndose de un lado a otro, no tuvo más opción que descender.

Pero no podía, estaba siendo atacada tanto por arriba como por abajo. Si se volvía pequeña podía evitar gran parte de las balas incluido con el favor de su viento. A medida que se deshacía de su forma completa, una cúpula de viento la envolvió hasta que regresó a su forma normal. Annie suspiró al ver que todo dependía de su agilidad. En ningún momento dejó de emitir su cúpula de viento, pues aunque poseyera las vibraciones del viento no era capaz de compensar la velocidad de su oponente a la hora de desaparecer.

La revolucionaria podía mantenerse en el aire sin problemas gracias a las corrientes de viento. Miró en todas direcciones y sacó a Nimue, su arco. Solo le bastaban unas cuantas flechas normales para lo que quería hacer. Annie empezó a disparar girando en todas direcciones, incluido hacia arriba con la intención de que estas se transformaran en miles con la finalidad de provocar aluviones de energía explosiva.

No sabía su posición su posición exacta, pero con aquellas flechas que pasaran de largo las haría retroceder con el viento hasta donde estuviera situado el rapero. Si todo estaba lleno de flechas constantes no podría ser tan sencillo que las evitara con facilidad. En todo caso, Annie no dejaría su arco.

-¡Qué te jodan! - Bramó Annie furiosa.

Tus flechas explotan creando un precioso círculo de humos y llamas, las cuales hacen retroceder a tu contrincante con más de una herida curiosa. Ves como tiene quemaduras y como le falta el brazo derecho, el cual tiene algunos circuitos.

—Oye rubia te has pasado. Con tanto fogonazo el brazo me has arrancado —dice, haciendo movimientos con su otra mano.

El segundo brazo, el roto, empieza a moverse y se convierte en un cañón, el cual apunta hacia ti y te lanza un rayo láser, el cual se va dividiendo continuamente hasta tener una gran cantidad de pequeños rayitos láser que abarcan un radio de dos metros.