[Misión legendaria-Nuevo Mundo] Necesitamos armas

Contratante:Líder mercenario Spolyar

Descripción: Estamos entrenando a un selecto grupo de campesinos en Wano, pero resulta que no tienen armas. Sin embargo, sabemos cómo conseguirlas. Un barco Marine ha salido recientemente del G5 con destino a la Red Line, lleno de tecnología sideriana y armas de gran calidad que podríamos aprovechar aquí. El único problema es que si alguien nos relaciona con esto estamos perdidos, y tienen un sistema de rastreo que, aunque sabemos que está ahí, no tenemos ni idea de cómo inutilizar.

Objetivos: Secuestra ese barco y llévaselo a Spolyar.

Objetivos secundarios: Consigue que la Marina no se entere del cambio de rumbo de su barco.

Premios: Una pieza del equipo robado, elegida libremente entre genuino y épico.

Premios por objetivos secundarios: Una pieza de equipo tecnológico de hasta rango 13 de ingeniero artillero o mecánico.

- Si queremos que la misión salga perfecta, no podemos hacer ruido. Nada de entradas espectaculares ni llamar la atención. Tenemos que eliminar a los guardias de cubierta y localizar y robar los den den mushis del barco. Una vez hecho eso ya podemos empezar a meter hostias a diestro y siniestro.

Estaban reunidos en el centro de mando del Leviatán. Estaban Dark, Friedrich, Michael y él. En principio los ghouls se iban a quedar en el submarino de momento, pero cuando tomasen el barco, un grupo de zombies y Friedrich subirían al barco para ayudar a llevarlo sano y salvo a Wano. Sin embargo para eso primero tenían que lograr tomarlo sin que dieran la alarma a la Marina. Miró a Dark rascándose la barbilla, y finalmente con un suspiro tocó un botón de su gabardina y esta adoptó su aspecto real: una capa negra de aspecto etéreo, como si estuviera tejida con sombras. Sacó algunas cosas de los bolsillos como varios diales, dagas y munición de las pistolas, y luego se la tendió.

- Sé que lo tuyo no es ser discreto, así que usa mi Manto de Sombras. Con este botón oculto genera un campo de mimetismo que dificultará percibirte - se cruzó de brazos - Ahora el Leviatán ascenderá a la superficie justo junto al barco marine, asomando solo la escotilla superior. Abriremos la compuerta en silencio y saldremos al exterior. ¿Puedes volar o tengo que subirte?

Una vez determinados los pormenores, Ivan daría órdenes a Michael de hacer maniobrar el navío y se dirigiría con Dark a la escotilla para prepararse. En cuanto estuvieran listos, abriría cuidadosamente y se asomaría para echar un vistazo y comprobar que ningún marine justo había asomado por la borda. Entonces si tenía que agarrar a Dark, lo subiría con él en silencio para dejarlo en cubierta, buscando previamente las posiciones de los marines para buscar un punto correcto. Había elegido para el abordaje una zona donde solían originarse nieblas marinas para camuflar sus movimientos, y efectivamente cuando asomó había una neblina no especialmente espesa, pero que les ayudaría. En cuanto comprobase que su compañero estaba en posición se alejaría volando a ras de mar antes de alzar el vuelo amparándose en la niebla, para poder acercarse al vigía de la cofa desde arriba inadvertido.

No habían pasado demasiados días desde que entregaron a Black Hole a los estrella oscura. Se habían encaminado directamente a una zona entre el G-5 y la red line para interceptar un barco de la marine. Lo que iban a realizar, quizás, era la locura más absurda que había hecho Dark hasta la fecha. Tenían que hacerlo todo sin que soltase la alarma, y sería un problema muy gordo por su parte. Era ágil y veloz, pero el sigilo se le daba fatal. Le costaba hasta tararear la musiquilla de la pantera rosa. Estaba con varios Ghouls más e Ivan, el cual le cedió su capa hyper mega especial y algo raro sobre conectores neuronales... Una especie de vial verde con aguja. AGUJA. Se  puso por encima el manto y observó el botón, el cual el vampiro le explicó todo el funcionamiento en general. Después salieron hacia fuera y saltó encima de la espalda de Ivan, levantando un puño para arriba para indicarle que volase. Mientras lo hacían, le intentó relajar un poco. Cuando se trataban de temas tan serios, él sabía dar la talla. Pero Ivan pareció hacer algo a traición. Observó el vial y se lo clavó, metiendo todo el líquido mientras hiperventilaba. Las agujas le daban un pánico increíble.

—No. Vuelvas. A. Hacer. Eso. —Dijo mientras se secaba las lágrimas y se recomponía—. En fin... tranquilo, Ivan. Por suerte sé esconder mi presencia absolutamente, así que entre eso y tu manto de sombras podré apañármelas un poco —le dijo mientras se ponía el transmisor de su combat suit en el oído—. Estaré todo el rato conectado a la mierda esta neuronal, así podremos hablar en tiempo real. Me dedicaré a observar las patrullas y puntos importantes del barco.

Tras hablar y tomar el vuelo, Ivan le dejó con cuidado en un lugar donde no había nadie. Activó el botón de la capa y se mimetizó, pero aún así prefirió andar con cuidado. Agarró aire y, tras exhalar, escondió su presencia totalmente. Después empezó a andar con cuidado, tratando de no pisar con fuerza las tablas. El barco parecía estar extremadamente protegido, hasta el punto de ver oficiales por todos los lados. Aquello le preocupó, ya que tendrían que hacer una matanza para robar el barco. Se hundió las manos en la cara y tuvo un pequeño debate mental con él mismo. ¿Realmente merecía la pena matar por una recompensa? No, no lo merecía. Pero aquella misión era para un bien mayor. No era fan de la teoría del mal menor, pero aquella gente tenía familias y amigos. Que no volverían a ver. Se apoyó en una de las paredes observando las rutas y empezó a llorar algo nervioso.

—Aquí Dark, probando... probando... Vale, creo que funciona. Hay quizás unos veinte en cubierta. Para entrar al interior hay cuatro entradas, orientadas en proa y babor. Por los kanjis de la espalda, son la mayoría oficiales. Cuando me des alguna buena indicación por ahí arriba procedo. Cambio y corto. —Acabó diciendo en su interior. Era como hablarle a su conciencia.

Agarró aire y esperó pegado a la pared al primero que pasase. Después con un ágil movimiento de manos y la suficiente fuerza, le rompió el cuello y pateó el cadáver al mar tras comprobar que no había nadie mirando. Se mordió el labio y empezó a maldecir la situación. No quería ser un asesino, pero era pirata, y los marines eran sus enemigos naturales. Aguantó la mano sobre su pecho e intentó reunir el coraje suficiente como para convencerse de que todo aquello estaba bien mientras Ivan exploraba la zona.

- Te he dejado un segundo conector en el bolsillo interior superior derecho del manto. En cuanto se te agote, inyéctate la segunda dosis. Vas a tener que superar tu miedo y hacerlo, estos aparatos tienen un tiempo límite de funcionamiento relativamente corto - le dijo mentalmente, tras inyectarse un vial azul con la contraparte del de Dark.

Tras situarse sobre el vigía, descendió con cuidado y se situó a su espalda. Entonces sacó la Hoja Negra y le cortó sin piedad el cuello, agarrándole para que no hiciera ruido al caer y tapándole la boca. Lo depositó en el interior de la cofa con cuidado y lo dejó desangrándose. Entonces le llegó una comunicación telepática de Dark.

- Acabo de eliminar al vigía - respondió - Procura matarlos de un solo golpe y asegúrate de que están solos. Ah, y si están enteros... mejor. Luego pretendo levantarlos como no muertos para que nos echen una mano. De todos modos ten cuidado y no te expongas mucho. Tenemos que ser muy cautelosos, y se me da mejor lo que no me vean venir. Y por cierto, ¿qué diablos es un kanji? ¿Es contagioso?

Descendió levitando silenciosamente, situándose en el castillo de popa. El timonel estaba llevando el barco atento a la mar... pero no tanto al barco. A Ivan no le costó acercarse el silencio y taparle la boca mientras le mordía el cuello. Usó Der Kuss para incapacitarlo y vaciarlo totalmente de sangre, matándolo. No lo dejó caer al suelo, sino que empezó a enviar energía nigromántica hacia él mientras lo sujetaba y lo reanimó como ghoul. Entonces le dio una orden mental "Sigue navegando y no desveles lo que ha pasado. Empieza a desviarte del rumbo muy poco a poco, que no se note. Nos vamos al este."

- Dark, he acabado con el timonel y lo he levantado. Avísame de los que vayas eliminando... y oculta los cuerpos - dijo por el vínculo.

Tras eso comenzó a moverse por el barco extremando las precauciones. Escuchó a alguien subir por las escaleras de babor hacia el castillo y se agazapó y pegó contra la baranda de cubierta. El que subió era un oficial en su ronda, que se aproximó al timonel a comentarle algunas cosas. Ordenando al ghoul que le siguiera la corriente, se acercó a su objetivo y tras silenciarlo le atravesó el corazón y el pulmón izquierdo con la Hoja.

- Otro menos - avisó.

¿Tenía que volver a clavarse la aguja? Llevó al momento su mano al bolsillo que el vampiro le citó y sacó el vial, observando que estaba cubierta esta por un plástico. Suspiró aliviado y la colocó con cuidado, volviendo a pegarse en la pared mientras asentía una y otra vez con la cabeza. Todavía se le hacía absurdamente raro tener la voz de Ivan resonando en su mente, y esperaba que no durase demasiado. Escuchar al peliblanco en su intimidad sería una peor experiencia que la de enfrentarse a las avispas aquellas. No paraba de avisarle sobre los que estaba eliminando y él estaba ahí, quieto. Se armó de coraje y, con un ágil movimiento de brazos, volvió a agarrar uno de los oficiales. Este presentó resistencia, pero fue fútil. Apretó y giró sus manos, partiéndole el cuello otra vez. Suspiró pesadamente y lo escondió debajo de unas lonas.

—Ivan, he eliminado otro, buen trabajo con lo del vigía —informó—. Un kanji es un sinograma de origen japonés. Drake y Xiba me dijeron que mi isla natal era Norin, y allí tienen todo en ese idioma —tomó una pequeña pausa para pensar en el siguiente paso—. Tienen que tener algún tipo de alarma en el interior del navío, a parte de los den den o equipos de comunicaciones que puedan conectar con la base marine. Si libramos al equipo o persona que se encargue de esa parte, podremos dejarnos de la mierda del sigilo, o por lo menos no tendré que tener la tensión de cagarla. Sabes de sobras que no se me da bien ser sigiloso. Cambio y corto. —Acabó diciendo telepáticamente.

"Vale, pongámosnos en situación. ¿Qué es lo que sería el movimiento correcto por mi parte?" pensó mientras echaba otra ojeada fuera. No poder usar el mantra complicaba las cosas, ya que si lo hacía, tenía el riesgo de que algún oficial le pillase también. Se echó al suelo y empezó a arrastrarse, usando los antebrazos y los muslos para avanzar más rápido, como una serpiente. Aunque fuese un estúpido a la hora de ser sigiloso, no lo era en general. Aprovechaba las sombras de los lugares para quedarse quieto conforme hacían ronda. Entrar por la puerta de la proa era muy peligroso: sin los equipos de comunicaciones previamente asegurados, entrar ahí era decir a gritos que activasen la alarma. Además de que tendría que girar el eje de la puerta para abrirla, y aquello hacía un ruido de la hostia. Suspiró y miró unas escaleras hacia arriba, que iban a la torre del vigía. Se metió por estas y empezó a subir, teniendo que eliminar a otro oficial que bajaba tan tranquilo.

—Otro más, Ivan. Me encuentro dirigiéndome a la torre del vigía. Desde ahí arriba te daré una mejor información. Más no puedo hacer sin arriesgar la misión —le comentó mientras acababa de llegar y le echaba una ojeada a toda la cubierta, tras tirar el cadáver en un lado—. Okey, quedan quince personas. Pero yo las ignoraría e iría a por lo que te he comentado antes. Cuando me digas algo procedo a hacer mi movimiento. Cambio y corto. —Dijo pensando hacia dentro, comunicándose por la telepatía.

"Tengo que aprender de él y dejar mis inseguridades de lado. Esos marines han venido aquí con el riesgo de morir. Nosotros hoy somos la parca." acabó pensando mientras se cruzaba de brazos y seguía observando atentamente ayudándose de sus ojos cyborg.

—Hey, Ivan, ¿cómo vas por ahí? —Preguntó algo preocupado.

La situación seguía igual de tensa que antes. El vampiro llevaba un rato sin informar y quizás eso le preocupaba. Si no decía algo podría entrar en peligro de joder la misión, hasta el punto de que diesen la alarma. Si realmente iban a dar la alarma, tendría que empezar a cercenar de un lado para otro marines, lo contrario que quería hacer anteriormente. Suspiró de forma pesada mientras seguía pegado a la pared, con algo de ansiedad. El manto de sombras no era perfecto y, por mucho que quisiera ser sigiloso, no era su fuerte. "A ver si contestas ya, cabronazo. Me tienes en una tensión que te lo flipas" pensó mientras seguía con la vista desde la torre del vigía a todos los marines. Tenían poco tiempo para hacer aquello, y esperaba que pudiese encargarse del tema anterior e informar.

A Dark no le faltaba razón. ¿Tal vez debía hacerle caso y adelantarse a robar den den mushis, desactivar alarmas y buscar al encargado de contactar con la base? Si es que lo había. Parecía desde luego mejor que ir limpiando poco a poco la cubierta exponiéndose a que Dark fuese pillado o que alguien se diese cuenta de que faltaba demasiada gente. Así pues tomó la decisión de hacerlo así: primero revisaría la cubierta en busca de den den mushis personales. Después iría bajo cubierta. Pero, ¿cuál era el mejor método para encontrar los pequeños caracoles? "Puedo intentar localizarlos combinando el olfato y el kenbunshoku. Tienen un aroma peculiar." Así pues, se deslizó en silencio a lo largo del barco, esquivando a los marines que trabajaban o patrullaban a bordo y acercándoseles en cuanto le daban la espalda para olfatearlos silenciosamente. Le llevó un buen rato bastante tenso, en el que prestó escasa atención a Dark.

- Cabronazo lo será tu padre, capullo. Te recuerdo que puedo oírte - replicó por el vínculo - Estaba asegurándome de que nadie tenía den den mushis en cubierta. Voy a entrar en el castillo de proa. No te delates.

La parte del barco donde tendrían que lidiar con el sistema de rastreo estaba bajo cubierta, en la bodega. Pero probablemente el encargado de contactar con el cuartel marine en caso de ataque estaría en uno de los castillos. Así pues en cuanto entró en este se deslizó silenciosamente por el pasillo, pegando el oído a las puertas y vigilando las Voces cercanas con su haki. Entró en una de las estancias con cuidado y en silencio tras percibir una Voz débil y animal y el olor del caracol. En esta se encontró a un oficial escribiendo en un cuaderno, que se giró hacia puerta en el momento en que esta se abrió. Sin embargo no tuvo tiempo a ponerse alerta, pues Ivan se plantó a su lado en un instante y le atravesó el ojo derecho con la Hoja Negra, hundiéndosela hasta el cerebro. Tras acabar con él, cogió el den den mushi y mató al animal. Llevárselo no era una opción; podría haber recibido una llamada mientras merodeaba. Tras eso terminó de revisar el castillo, evitando varias estancias con gente y acabando con un par de caracoles que encontró en salas vacías.

- Castillo de proa listo. Paso al de popa. Posiblemente en ese encuentre, de haber, al encargado de dar la alarma.

Tras ponerse un uniforme robado y adoptar el aspecto de uno de los marines que había eliminado recurriendo a su polimorfia, salió a cubierta y se dirigió tranquilamente al castillo de proa. Su disfraz no levantó sospechas. No era infalible; era la clase tapadera que se vendría rápidamente abajo si entablaba una conversación con alguien, pero era suficiente para moverse sin llamar la atención. Entró en el castillo de popa y buscó a alguien que estuviera solo. Se encontró con un teniente que salía silbando de una de las puertas, pero que al verle se apresuró a cuadrarse ante él. Perfecto. Sin perder un instante, se lanzó contra él tapándole por la boca y le mordió el cuello. Tras dejarlo sin sentido con Der Kuss, lo vació totalmente de sangre y examinó sus recuerdos.

- Dark, tenías razón. Hay un tipo encargado de dar la alarma al G5. Tiene un den den mushi de bronce, si lo pulsa una escuadra de tres acorazados con un Vicealmirante al mando vendrá al lugar donde se haya pulsado. En cuanto lo elimine, tienes vía libre para volverte loco. Al final vas a tener suerte y no tendrás que inyectarte el segundo vial.

Se acercó a la puerta que había visto en los recuerdos del oficial y respiró hondo. Podía entrar y eliminar al den den mushi... o podía robarlo y usarlo para sus propios planes. Sin embargo el olor que le llegó del interior le disuadió. Quien quiera que se encargase de la alarma era fuerte. Si quería asegurarse del éxito de aquella tarea, debía matar también a este caracol. Así pues sacó una de las desert eagle, localizó la posición de la débil Voz del caracol y potenció la bala con su endurecimiento. Apuntó a través de la pared de madera y tras estar seguro de tener el tiro correcto, disparó.

- ¡Ahora, Dark!

Tras recibir la orden, se aseguró de poner la canción correcta en el cassette. Desactivó el manto de sombras y salió de la esquina, soltando una onda que partió por la mitad a uno de los oficiales. Alarmados por el estruendo, empezaron todos a llamar al unísono... Pero no pasaba nada. Vinieron diez a la vez a por él y tuvo que endurecer inmediatamente a Extorquendo Mundi, tragándola en llamas negras. "Vale, Dark. Demuestra que eres un duelista excelente." pensó mientras activaba el mantra y despejaba todos sus sentidos concentrándose. Podía hacer el bobo a veces, pero cuando se ponía a luchar, era imparable. Llegaron una lluvia de cortes por todos los lados, los cuales empezó a esquivar en el mismo sitio mientras retrocedía. Tragaba saliva mientras se preparaba para pillarlos a todos de imprevisto, cosa la cual era bastante difícil por el rango de su arma.

Corrió hacia el castillo de babor mientras iba haciendo fintas ágiles para esquivar. Se arrinconó a propósito para que, una vez todos creyesen que tenían posibilidad, un único corte los matase a todos. Dio una única vuelta cuando todos saltaron a la vez, soltando un  tajo que partió por la mitad a todos. Cayeron al suelo todos los cadáveres al unísono, observando el albino cómo los de mayor fuerza se arrastraban brevemente, en un movimiento inútil para sobrevivir. Dark pasó por encima de un salto y se dirigió hacia los cinco que quedaban, pero la situación era mucho más grave. Activando el mantra, pudo ver que los cinco eran de su nivel. Tragó saliva y llevó la hoja delante de su arma, tomando un último respiro antes de enfrentarse a algo mucho más gordo.

—Espero que podamos tener una pelea honorable —dijo en voz alta, mientras separaba la espada de su cara haciendo un movimiento en diagonal y limpiando toda la sangre de la hoja—. Venid a por mí.

No parecía ser que fuese honorable. Dos se adelantaron y atacaron de forma coordinada, obligando a Dark a sacar a Haruno Rö e imbuírla también en busoshoku. Se concentró y visualizó los objetivos, uno por cada lado. Atacaría al de la derecha con la katana, y al de la izquierda con la espada. Hizo un gran corte en X que esquivaron a la vez girando al unísono y golpeándole en la cara, tirándolo varios metros hacia atrás. Se recompuso aprovechando la inercia con una mortal hacia atrás, preparándose otra vez para atacar. "Ivan, espero que me estés escuchando. He matado a diez, pero estoy jodido. Ahí abajo hay presencias de un calibre mayor, así que ve a por esas. Yo ya me encargaré como pueda de lo mío, confía en mí. Buena suerte." y tras decir eso, y esperar una respuesta del vampiro, notó cómo el vínculo desaparecía.

Notó la Voz del caracol apagarse y morir. Y la de al lado, más inmensa y poderosa, despertar y arder en furia. El vampiro enfundó la pistola y la daga y desenvainó a Vanator, abriendo la puerta de golpe y entrando en la estancia con aire altanero. Era un pequeño despacho donde había un den den mushi color broncíneo muerto sobre el escritorio, ojos de buey a babor y estribor y tras la mesa un corpulento marine pelirrojo con un imponente mostacho. Llevaba la gabardina blanca de los oficiales superiores, y por sus insignias pudo reconocerlo como un Vicealmirante. Parecía que efectivamente aquel cargamento era importante. Tecnología sideriana, por lo que había podido ver en los recuerdos del teniente que se había merendado. Recuerdos de la guerra de Síderos y sus letales armas de guerra pasaron por la mente de Ivan, causándole un escalofrío que logró contener. Aún no había olvidado al pájaro guardián contra el que había peleado Drake.

- Destruir primero nuestras comunicaciones... supongo que es la clase de tácticas a las que debe recurrir la gente que se enfrenta a mí - dijo el marine atusándose el bigote, con expresión calmada - Ivan Markov, ¿verdad? Es una interesante espada esa que tienes entre manos.

- Menos palabrería, marine. Sin comunicaciones con el exterior no tenéis oportunidad alguna.

Sin darle tiempo ni a levantarse, Ivan alzó a Vanator y descargó un fuerte golpe descendente con intención de cortarle el hombro izquierdo y seguir bajando. Sin embargo el marine desveló un hacha dorada que tenía tras el escritorio y bloqueó el golpe con esta. Ambas armas chocaron con un sonido metálico y chispas negras brotaron del enfrentamiento entre sus hakis. Fue en ese momento en el que Ivan se percató de la realidad: no era capaz de romper su defensa. Aquel tipo tenía tanta fuerza como él o más.

- Ummmm... ¿Dark? No creo que vaya a ir abajo. Creo que acabo de encontrarme con el pez gordo. Y es de los REALMENTE gordos - contestó a su compañero.

- Puedes llamarme Vicealmirante Hogan. O Bristol, si prefieres un trato más informal - dijo el marine, con una sonrisa serena.

Vanator temblaba sobre el hacha, incapaz de hacerla descender ni unos centímetros. Entonces el puño de Hogan, ennegrecido por el haki, se estampó contra el rostro de Ivan haciéndole atravesar la pared de la estancia, así como el pasillo, la pared siguiente y salir a cubierta, estampándose contra uno de los palos que crujió peligrosamente.

- Auh... hola, Dark - dijo débilmente al verlo.

¿Qué cojones era esa presencia? No sólo tenía que preocuparse de que Ivan mencionase sobre algo jodidamente fuerte, si no que los dos que tenía delante estaban casi a su nivel. De hecho, se agacharon de forma coordinada para esquivar a Dark y le pegaron los dos a la vez un golpetazo en el pecho de forma ascendente, mandándolo a volar donde... Donde estaba volando el vampiro. Miró hacia arriba y le saludó, devolviéndole el saludo con una mano.

—Hola... Ivan... —Exclamó estampado debajo de él—. Esto se nos está yendo de las manos...

Tosió algo de sangre mientras se aguantaba con las piernas en el palo y se ofrecía a agarrar a Ivan. Si aceptaba, lo lanzaría con todas sus fuerzas hacia la presencia del vice-almirante. Dark era extremadamente fuerte, así que aquello podría darle cierta ventaja en la pelea. "¡Tándem! Espero que acepte." pensó mientras se ofrecía. Después bajaría del palo mientras se derrumbaba por la presión y volvería a su pelea, cayendo mientras cogía velocidad y lograba partir por la mitad a uno de los marines. El otro pareció cabrearse y un tercero unirse, jurando vengar a Pepe. "Venga, sólo faltan cuatro..." pensó mientras volvía a embatirse contra estos. El quinto que estaba más al fondo parecía estar tocando varios botones en una caja de mandos, pero no podía llegar hasta él. Solo esperaba con total sinceridad que no fuese realmente algo para informar de su posición.

Hizo un círculo con las dos armas que después elevó de forma ascendente, haciendo un pequeño torbellino de cortes que soltó varias ondas que les costó esquivar. Por suerte para él, el primer marine, Pepe, que había muerto debido al espectáculo parecía ser el más sincronizado con el segundo, no daría más problema. La nueva pareja de oficiales no tenían la misma coordinación y eso le hacía al peliblanco tener algo más de posibilidades. Lograba asestar más de un corte, y recibir menos golpes. Su mandíbula le dolía, el torso, las costillas... Le estaban pegando una paliza bastante fuerte. No bastaba con endurecerse o esquivar: esa gente también usaba los dos hakis y aquello era el problema real. Por suerte logró matar al segundo de una patada que aprovechó tras saltar para esquivar una presa, reventándole el cráneo.

—Ivan, por dios. Espero que puedas. Porque yo no voy a durar mucho más. —Dijo en voz alta mientras seguía siendo apaleado.

- Jojojo. Eres un chico resistente - dijo Bristol saliendo del castillo de popa - Me recuerdas a un teniente que una vez resistió una de mis bofetadas disciplinarias.

"¿De dónde ha salido este monstruo?" pensó, levantándose con esfuerzo. Tal vez abandonar el sigilo había sido una mala opción. Asesinar a aquel monstruo hubiese sido más fácil que enfrentarle cara a cara. Por otro lado, rehuir los encuentros desafiantes no era su estilo. Sonrió fieramente y asintió al ver el gesto de Dark. Era hora de cooperar. Se dejó lanzar por su compañero y en el aire se posicionó para lanzar un golpe ascendente con Vanator. Se cortó la mano izquierda con el arma, dejando que la sangre empapase el filo.

- Dritter Mond...

Una llama azul envolvió la hoja, comenzando a brotar desde la zona ensangrentada. Mientras la herida se cerraba, agarró con ambas manos la espada y lanzó el golpe. Hacha y espada volvieron a enfrentarse, pero esta vez Ivan en lugar de apostar por enfrentar sus fuerzas, deslizó a Vanator sobre el filo del arma de su rival y le trazó un corte en el costado. A continuación pulsó el botón de succión de sangre y retrocedió de un salto, pulsando el siguiente para que esta fuese inyectada en su mano.

- ¡Boreas!

La llama fría congeló la herida del Vicealmirante, quien la miró con una extraña mezcla de curiosidad y sorpresa. Tras eso, se rió animadamente y dijo:

- ¡Vaya! Eres algo más fuerte de lo que esperaba. No está mal.

Aquel tipo le estaba menospreciando. No soportaba aquel tono de superioridad y condescendencia. Pronto le mostraría lo poderoso que podía llegar a ser... ¿qué le ocurría en la herida? Salía vapor de ella. Entonces se percató de que la temperatura estaba subiendo considerablemente... y la escarcha se descongelaba.

- Es mi turno.

Con una velocidad inesperada para un hombre de su tamaño, Hogan se plantó a su lado y le lanzó un hachazo descendente. Interpuso a Vanator para tratar de desviarla hacia un lado, pero fue entonces cuando fue consciente de la verdadera fuerza del Vicealmirante. El peso del golpe reventó la cubierta bajo sus pies, destrozó su defensa y le trazó una horrible herida en el torso. El vampiro cayó a la cubierta inferior, donde un grupo de marines le rodeó, a los que se unió Hogan saltando desde arriba y cayendo frente a él.

- Has elegido el barco incorrecto, chico.

Estaban jodidos.

Podía observar a Ivan luchando no muy lejos de ahí. El nivel que mantenían era de lo más increíble, pero no tenía tiempo para pararse a verlo. Seguían pegándole una paliza ahí delante. Le tiraron al suelo de una patada y después el cuarto saltó en el aire hasta un punto muy alto, cayendo con una lanza y dejándole empalado en el suelo. Soltó una bocanada de sangre y empezó a cerrar los ojos. O por lo menos durante unos instantes. Se levantó con la lanza clavada y aprovechó aquella proeza de voluntad para soltar la onda especial de Extorquendo Mundi, matando a los dos que tenía delante. El lancero sacó la lanza de su estómago y se puso en guardia, mientras el último seguía golpeando botones.

—Prepárate para tu final, Dark E. Satou, ¡traidor!

Tras gritar traidor, bajó la lanza imbuyéndola en busoshoku. Soltó una poderosa onda de haki del rey que no afectó a Dark para nada. Se encogió de hombros con la mano izquierda tapando el agujero de su estómago y se preparó para lo peor. El marine soltó un combo de seis estocadas muy rápidas, las cuales Dark no pudo esquivar del todo, causándole cortes en la ropa y rompiéndole la gabardina. Dark contraatacó aquello con un intento de estocada que desvió el hombre con el palo del arma, haciéndole caer hacia el suelo. Se levantó con una voltereta ágil y esquivó otra caída del salto, el cual aprovechó para cortarle una pierna. El marine se desastibilizó pero aguantó en el sitio, saliendo de la pérdida de la extremidad espíritu que le mantenía en pie. "No me jodas. Esto no puede ser real." pensó mientras apuntaba a la cabeza de su enemigo con un corte ascendente.

—¡He preparado el protocolo para la activación! ¡En diez minutos estallará todo! —Gritó el quinto marine con todos sus pulmones— ¡Daremos nuestra vida antes de que robéis estas armas!

De uno de los castillos de proa ascendió un pilar de luz, el cual tenía los diez minutos marcados. Dark lo observó por un momento, empezando a escuchar el sonido ensordecedor de una cuenta atrás. Se podían escuchar sirenas y más marines aún subiendo hacia arriba. Intentó buscar la mirada de Ivan de alguna forma para ver si eso podía consolarle. Esperaba que su pelea fuese mejor que la suya. Pero en el movimiento de cabeza, vio que veinte marines más, no de tanto poder como los oficiales, empezaron a rodearle.

Estaban MUY jodidos.

Comenzó a danzar de un lado a otro, lanzando tajos y esquivando balas, espadas, puñales y golpes. Los marines comenzaron a caer a su paso mientras intentaba abrirse un camino a la escalera, pero eran simplemente demasiados. Iba recibiendo decenas de heridas menores de los golpes que no lograba esquivar totalmente, que si bien iba regenerando, eran simplemente demasiadas a la vez como para hacerlo rápidamente. Había empleado la sangre robada al Vicealmirante para potenciar su destreza y aumentar su factor regenerativo, lo que estaba logrando que mantuviera el tipo. Sin embargo su problema era que además de ser muchos, había bastantes oficiales lo bastante hábiles como para darle problemas.

- ¡Ivan Markov! ¡Ven aquí si eres hombre!

Un marine con insignias de capitán salió a su encuentro. Era moreno, de altura media y no muy corpulento, pero de cuerpo fibroso. Llevaba consigo unos nunchakus de metal oscuro. Ivan aceptó su desafió y trató de despacharlo con una finta que tenía por objetivo su cuello. Aunque su enemigo era más débil que él (podía olerlo), mostró una gran habilidad al ver venir su finta, echarse a un lado y darle un golpe en el dorso de la mano con su nunchaku. No solo fue doloroso, sino que al momento sintió una desagradable y conocida debilidad.

- Kairoseki...

- Exacto. Los usuarios de akuma os confiáis demasiado por vuestros monstruosos poderes. Por eso siempre cometéis errores.

Trató de retroceder. No podía enfrentarse así de golpe contra un hombre con kairoseki y todo un batallón marine a la vez. Era una suerte que Hogan no siguiera atacando... supuso que para no herir a sus hombres, dado su brutal estilo. O tal vez seguía menospreciándole. En cualquier caso cuando pretendía huir para replantear su estrategia, una espada le atravesó desde la espalda y le asomó por el pecho, y recibió un tiró en el torso. A continuación una puñalada en la cara. Mientras gritaba de dolor y trataba de revolverse contra sus atacantes, alguien le golpeó en la parte trasera de la rodilla desde atrás, rompiéndosela. Cayó al suelo sobre su rodilla sana, gruñendo y ensangrentado. Frente a él el capitán de los nunchakus se acercó para rematarlo... pero no iba a permitirlo.

La poderosa onda de haoshoku derribó a sus enemigos cercanos e hizo temblar el barco. La mayor parte de los marines empezaron a desplomarse por el poder de su presencia, incluso el del kairoseki. Solo quedaron en pie Hogan y tres más. Eso no fue todo, sino que un aura de oscuridad comenzó a rodear al vampiro, mientras su forma física cambiaba. Balas y armas comenzaron a caer de su cuerpo y las heridas se cerraron. Creció considerablemente y dos alas negras brotaron a su espalda. Sonriendo con una boca llena de colmillos, dijo:

- Segundo asalto, cabrones.

¿Qué cojones hacía Ivan liberando el haoshoku de esa forma tan descontrolada? Dark se quedó brevemente paralizado, al igual que los enemigos que le rodeaban, los cuales iban cayendo todos desplomados. Exceptuando el pesado de la lanza, claro. Suspiró pesadamente tras recuperar el control de su cuerpo y muy a su pesar, su enemigo también lo hizo. Era más rápido que el albino, pero no era tan diestro como él. Cada estocada que le soltaba con la lanza era, de forma consecutiva, más difícil de esquivar. Incluso ayudándose del mantra, le resultaba extremadamente complicado superar la ofensiva de aquel hombre.

—Nunca te perdonaré haber traicionado a la marine. ¡Nunca! ¡Traidor! —Volvió a gritar aumentando aún más la velocidad de sus golpes.

Dark cerró los ojos, concentrándose y dejándose empalar a propósito. Soltó una bocanada de sangre y endureció la herida de su estómago, rechinando con el haki de su rival. De esa forma podría mantener la lanza dentro de su cuerpo. Le dolía horrores, pero era la única opción posible. Aprovechó aquella situación y clavó a Extorquendo Mundi en el estómago del marine, el cual repitió la misma jugada del peliblanco, impidiéndole sacar su arma. Dark se separó y rompió el mango de la lanza con la mano, dejando la punta clavada dentro de su cuerpo. El hombre intentó hacer lo mismo, pero se rompió la mano al intentar partir a Extorquendo Mundi. Recubrió su puño de espíritu y busoshoku al unísono de su enemigo y abrió los ojos, dedicándole una mirada.

—Soy mucho más duro de pelar de lo que crees, perro del gobierno. —Exclamó mientras soltaba un directo de derecha que chocaba contra el del marine.

Empezaron a forcejear, quebrando todo el suelo de la misma fuerza. La cosa es que gracias al forcejeo, Dark flexionó su torso hacia atrás, haciendo que el hombre por la misma fricción e inercia saliese volando hacia detrás de él. Le agarró de la única pierna que le quedaba y lo estampó contra el suelo, aprovechando el mismo golpe para encadenar uno y otro sin parar. Cuando no quedó más que un cadáver inerte, se arrancó la lanza del estómago volviendo a sacar sangre y cayendo de rodillas. Apoyó las manos en el suelo quebrado y dejó caer la cabeza contra éste. "Dios santo. Esto va mucho más allá de mis capacidades." pensó mientras dejaba que su regeneración empezase a hacer efecto.

Elevó la cabeza y miró el tiempo del reloj. Quedaban ocho minutos para que el barco estallase. Se levantó a duras penas, tambaleando, pero algo lo tiró al suelo, haciendo que rodase varias veces. Dos barcos con banderas negras acababan de chocar a estribor, empezando a subir piratas a bordo. Activó el mantra y vio que no eran tan fuertes, pero habían abordado más de cincuenta personas. Observó una vez más la cuenta atrás: siete minutos y treinta segundos. Empezó a golpear el suelo con rabia y se levantó, sacando a Extorquendo Mundi de su rival muerto.

—¡Esto no ha acabado todavía! —Gritó con todas sus fuerzas.

- Hmmm... tal vez me haya equivocado. No eres un polluelo, sino un aguilucho joven - Hogan empuñó su hacha - No bastará con estos gavilanes para ti. Hará falta algo un poco más grande.

Parecía que finalmente se había decidido a enfrentarle. Era una suerte que le hubiese subestimado lo bastante como para no atacarle mientras se enfrentaba a todo el resto de enemigos. Sin embargo aún había algunos junto a él y... ¿qué era eso? Percibía más olores aproximándose. Voces que olían a sangre, agresividad y codicia. Y venían desde el mar. ¿Más gente estaba asaltando el barco?

- Esta mierda se nos está yendo de las manos.

El Vicealmirante se abalanzó sobre él, pero el vampiro se movió veloz como una flecha en torno al enorme guerrero y se dirigió a los que estaban tras él. Les lanzó un único corte con el que alcanzó a los tres. Tomados por sorpresa por el poder de su Despertar, no alcanzaron ni a defenderse antes de caer al suelo, dos partidos a la mitad, el tercero que tenía un haki más poderoso (o a lo mejor simplemente era más resistente) con un corte muy profundo y grave en el pecho.

- Esto es entre nosotros dos, aguilucho - dijo Hogan, frunciendo el ceño y levantando la mano izquierda - Parece que necesitas que me ponga en serio.

En la mano del Vicealmirante algo empezó a brillar. Una pelota rojiza que empezó a crecer. ¿Fuego? ¡Fuego! Cuando fue aproximadamente del tamaño de una bala de cañón, la lanzó contra él. ¿Por qué siempre tenía que ser fuego? Sintió una punzada de terror a la que decidió hacer caso, lanzándose en línea recta hacia arriba. Reventó la cubierta con la cabeza, ignorando el dolor, y ascendió entre las filas de gente... ¿piratas? ¡Dos barcos! Y además había una extraña columna de luz con una cuenta regresiva.

- ¡Dark! ¿Qué coño está pasando aquí?

—¡¿Que qué está pasando?! —Gritó histéricamente—. ¡Qué no está pasando!

Se abalanzó hacia el grupo de piratas que empezaban a abordar la cubierta sin ninguna razón. Se abría paso a base de cortes, acrobacias y bloqueos rápidos. Estaba totalmente superado en número, así que empezó a agarrar aire y a elevar las manos de forma lenta, para después extenderlas hacia los lados y liberar todo el haoshoku que pudiese. Salieron dos ondas que empujaron violentamente a los susodichos, causando que muchos se desmayaran. Los otros caían al mar, pero no podía perder nada de tiempo: el objetivo real era reventar los barcos. Saltó hacia el mar y, mientras caía, soltó una andanada de ondas cortantes que reventaron la proa de cada uno de los barcos. Después, en el agua, clavó a Haruno Rö contra el lateral del navío marine, usándola como impulso para abalanzarse contra la mitad de los dos barcos, los cuales estaban en paralelo. Mientras volaba hizo más tajos con ondas cortantes y, tras caer al agua por segunda vez, los barcos empezaron a hundirse totalmente reventados. Empezó a escalar clavando la mano dracónica y ayudándose de Extorquendo Mundi para volver a la cubierta.

—Dios santo. ¡Esto es demasiado! ¡Demasiado te digo! —Volvió a gritar mientras miraba al pilar—. ¡Yo me encargo de la bomba, Ivan!

Cinco minutos. El estómago se le revolvió y, en la misma cubierta, pegó un tajo para caer hacia abajo. Le quedaban solo dos minutos para desactivarla, y lo peor es que no tenía ni idea de dónde se encontraba. Se apoyó por un segundo en la pared y soltó un cabezazo en esta. "No puedo perder el tiempo. Tengo que elegir derecha o izquierda." pensó mientras miraba un corredor que llevaba hacia dos salas. Tiró hacia la derecha y vio un indicador con números rojos. Era una pequeña pantalla que parecía estar atada a unos cables de varios colores. Observó durante diez segundos la escena y se llevó la mano a la boca. ¿Cuál cojones debía cortar? ¿Por qué tenía que hacerlo? No podría sobrevivir si llegaba a elegir mal. Pero por suerte, entre las cajas de armas, encontró una especie de libro. Lo miró por encima y vio que estaba relacionado con la bomba: era una prototipo, y habían miles de más dentro de las cajas.

—Tengo un minuto y veinte segundos. Leeré un minuto y decidiré. —Dijo con un tono fúnebre mientras empezaba a pasar las páginas.

Dark se encargó de los barcos, pero aún quedaban todos los piratas que habían subido a cubierta, y el furioso Hogan, que subió de un salto a cubierta. ¿Y se suponía que tenía que encargarse de un Vicealmirante de ese nivel y dos bandas pir...? Ah, se estaban pegando entre ellos. Bueno, no todos. Unos cuantos empezaron a apuntar al aire e intentar derribarle. Voló en zigzag para evitar los proyectiles y descendió hacia la masa de enemigos, volando entre ellos lanzando tajos a diestro y siniestro.

- ¡Sí, yo me encargo! - gritó a Dark - Espera, ¿CÓMO QUE UNA BOMBA?

Aquello era perfecto. ¡Para morirse de la risa! ¿En qué puto fregado se habían metido aquella vez? Aquellos marines estaban tan chalados que estaban dispuestos a irse a pique con toda la mercancía antes que dejarles robarla. Y aún encima a falta de una, DOS bandas piratas habían decidido empezar a asaltar el barco A LA VEZ. Y aunque muchos piratas caían bajo su espalda, notaba que dos de ellos (¿los capitanes, tal vez?) eran considerablemente más fuerte. De hecho se estaban peleando. Eran una tipa de pelo rosa con un alfanje y una pistola y un hombre con la barba azul llena de caramelos pegados por todos lados. Puaj.

- ¡Deja de meterte en mi camino, Barba Azucarada!

- ¡Este barco es nuestro, Melinda!

Esquivo por centímetros un hachazo de Hogan tan potente que una pequeña onda de aire hendió a cuatro piratas. Era más veloz que el marine, pero si le daba con uno de esos golpes, estaría en problemas. Pero eso le dio una idea. Tras alejarse de él, se quedó quieto y le desafió con la mirada, alzando a Vanator.

- ¿Has decidido dejar de volar y enfrentarme como un hombre, aguilucho? Bien

Iba a tener que calcular al milímetro el momento de la esquiva. Aguardó hasta el último instante, fintando un bloqueo, y entonces se echó hacia un lado. Este golpe fue tan potente que el aire le golpeó con tanta fuerza como un sólido y lo lanzó contra el mástil. Sin embargo, su plan funcionó. La onda cortante del hacha golpeó a los dos piratas y los derribó. ¡Bien! Era hora de causar un poco de caos.

- ¡Alzaos y luchad por mí! ¡Os invoco desde la tumba!

Levantó la mano y una niebla violeta comenzó a brotar de esta y extenderse por el barco. Los caídos de todos los bandos comenzaron a volver a levantarse, convertidos en no muerto bajo su servicio. "Acabad con todos." Ordenó mentalmente.

Leía a una velocidad asombrosa, pero es que el manual tenía demasiadas páginas. Explicaba las funciones básicas de la bomba, la potencia que era aclarada como mayor a nuclear... Cosa la cual él no entendía demasiado, pero tenía pinta de ser peligroso. El problema es que no lograba entender ni el manual ni por qué los marines tenían un cargamento lleno de bombas nucleares. ¿Es que se habían vuelto absolutamente locos? ¿Y ese era el plan si lo descubrían, volarlo todo? El radio de la explosión tendría que ser gigantesco, y le quedaba menos de un minuto para desactivarla. Pero no lograba encontrar nada. Llegó a encontrar para qué servían las cables, lo cual leyó en voz alta.

—Vale, el rojo sirve para esto. El negro para lo otro.

Veinte segundos. No le iba a dar tiempo. Miró muy asustado al reloj y agarró a Extorquendo Mundi, cortando el techo con cuatro tajos. Esquivó el trozo que cayó, notando como la brisa de este entraba hacia la sala de las armas. Diez segundos.

—¡Aaaaaah! —Gritó con lágrimas en los ojos mientras cortaba todos los cables a la vez de un tajo en vertical.

Agarró la bomba mientras se podía leer cinco segundos. Cargó espíritu en el brazo, renunciando a uno, mientras saltaba hacia arriba, elevándose más de diez metros en el aire. Se echó ligeramente hacia atrás y lanzó con una potencia absoluta el explosivo, el cual, tras volar dos segundos. Explotó. Y la potencia fue tal que la onda expansiva le hizo caer en picado, chocándose contra la barandilla y sonando cómo algo se rompía en su torso. Después la onda expansiva llegó, con tal potencia que hizo mercer al barco de forma violenta de un lado para otro varias veces. Observó cómo se acercaba un tsunami gigantesco detrás del gran hongo del que salía la explosión y tuvo que ir corriendo saltando hacia abajo por el agujero que había creado anteriormente, tirando hacia arriba el trozo de techo que cayó y clavando las dos armas que le quedaban en diagonal para que entrase la mínima agua posible. Después volvió al pasillo y salió a cubierta con un sprint, desarmado. Miró hacia Ivan mientras no podía parar de llorar y agitar los brazos.

—¡¡¡El tsunami!!! ¡Sácame de aquí! —Gritó desesperado.

"[i]Nos hemos salvado de pelo de la bomba. Si no tuviese una fuerza tan grande y un mínimo de precisión no habría colado. El problema es que espero que esto no tenga consecuencias. Espero que no hubiese una isla o algo así." pensó mientras seguía agitando los brazos. Se le podía notar con una cara horrible: tenía tanto estrés, lágrimas, heridas, sangre encima que estaba al borde del colapso. Jamás había hecho algo de este calibre. Y si salía de esta vivo, cosa la cual ya estaba empezando a asumir que no, iba a tener que descansar. Iba a tener que parar de hacer estas misiones. Volver a su objetivo principal durante un rato. Evadir de ayudar a la estrella negra durante un par de semanas. Si seguía forzándose a ese nivel, acabaría loco.

- Sigues usando triquiñuelas. Supongo que eso es todo lo que puedes hacer - dijo con un tono condescendiente y casi con lástima el marine.

- Ya verás lo que sé hacer, mostachito.

La siguiente tanda de hachazos no fueron golpes únicos cargados, sino una serie de golpes encadenados. Ivan tuvo que usar toda su coordinación y agilidad para apartarse de ellos, saltar por encima del hacha y alejarse. Sin embargo Hogan volvió a lanzarse a por él. Parecía haber perdido la paciencia totalmente. Esta vez Ivan no lo evitó: aguardó con Vanator preparada y la recubrió con endurecimiento. Recurrió a sus últimas reservas de sangre y potenció su fuerza con ellas. Entonces cuando el hacha cayó sobre él, usó su mejor contraataque para desviar hacia un lado el arma, dejando que se estampara contra el suelo y lanzando un corte contra torso del marine, poniendo toda su fuerza en juego. El golpe tuvo tal potencia que logró romper el haki de armadura de su enemigo, trazarle una fea herida y lanzarlo contra el castillo de proa, haciendo que se estrellara en este.

- Te dije... que te mostraría lo que podía hacer.

A su alrededor zombies y ghouls mataban a los piratas y marines que quedaban. Hogan salió ensangrentado del castillo, con una mueca de rabia, cuando un estruendo de fondo le ensordeció. A lo lejos una enorme explosión había perturbado el mar, y como resultado, una enorme ola se dirigía hacia ellos.

- Joder...

Dark no tuvo que insistir mucho. En cuanto llegó a su lado, Ivan lo agarró por la cintura y echó a volar en línea recta hacia arriba. Justo a tiempo, pues Hogan se había lanzado de nuevo sobre él sin importarle la ola. La enorme masa de agua pasó por encima del barco. El navío marine era demasiado grande para que lo hundiera, pero la masa de agua barrió toda su superficie y se llevó a los combatientes al mar. Como precaución, el vampiro sacó su desert eagle y le pegó un tiro en un brazo a Hogan mientras este intentaba sobreponerse agarrado al barco. La táctica funcionó, y el mar se le llevó también a él. Finalmente quedó el barco en silencio, balanceándose sobre las aguas y en un estado francamente deplorable. Ivan volvió volando hacia este y se posó sobre cubierta, temblando.

- Voy... voy a desactivar el sistema de rastreo - dijo, sacando el bat-ladrón.

Dark se encontraba volando agarrado por Ivan, bastante nervioso. Seguía llorando pero logró calmarse cuando vio que la cubierta había quedado limpia y los enemigos habían sido arrastrados al mar. Una vez bajaron y el vampiro le comentó que iba a desactivar el sistema de rastreo, Dark se quedó mirando fijamente hacia el cielo. Se quedó un buen rato así esperando a que hiciese lo que tenía que hacer, a lo que aprovechó para recuperar todas sus armas alejándose de él durante un rato. Iba con la mirada perdida allá donde fuese, estando lo más confuso posible y teniendo la mente rota. En cuestión de una media hora, quizás una hora, casi había muerto más de ocho veces. Había sido disparado, cortado, golpeado, insultado... Le habían pasado demasiadas cosas. Una vez lo agarró todo tuvo que ojear durante un rato para encontrar a Ivan, ya que no podía encontrar su presencia. Hasta que llegó a él.

—¿Cómo vas...? —musitó casi sin poder hablar.

Se volvió a colocar en la pared con cuidado de no clavarse a Extorquendo Mundi desde el cinturón de la espalda. Habían cometido la misión de tal forma que la marine no tendría que tener ninguna sospecha, ya que el rumbo del navío no había cambiado. Ahora solo tenían que llevarlo hacia la estrella oscura y negociar por su pago. Porque oh dios, vaya si iba a negociar por algo. El estrés y dolor por el que había pasado tenía que tener algún tipo de recompensa. O sino, ¿para qué había evitado morir por una explosión nuclear? ¿Qué mierda iba a pasar que la estrella oscura necesitaba un cargamento de este índole? ¿Y por qué la marine lo tenía? Eran un montón de preguntas que se preguntaría más tarde, con la cabeza en frío. Cuando Ivan terminó de desactivar el sistema de rastreo y tomaron rumbo hacia el nuevo destino, Dark empezó a llorar.

—¡¿Por qué estamos haciendo esto?! —Exclamó mientras levantaba las manos— ¡¿Por qué me dejas hacer esto?! ¡¿Es que quieres que muramos?!

Se cayó de rodillas y se llevó la mano a la cabeza, soltando un grito ensordecedor y continuando su llanto.

Se puso a trabajar de manera casi mecánica. Recorrió las armas buscando los sistemas de rastreo y desacoplándolos, reuniéndolos todos en un montón. Cuando Dark llegó y le preguntó cómo iba, le dirigió una mirada inexpresiva y reunió en una caja todos los rastreadores. Echó a andar hacia cubierta con aire ausente y puso en un bote la caja, hizo bajar este con cuerdas hasta el mar. El Leviatán subió hacia la superficie siguiendo sus órdenes mentales, y un par de zombies fueron nadando torpemente (más bien flotando mientras agitaban los pies) hasta la balsa.

- Remad en línea recta. Cuando hayáis navegado durante... hasta que se haga de noche, tirad todo al mar. Si viene alguien a por vosotros tiradlo antes de tiempo.

Con un gemido, los no muertos empezaron a remar torpemente. No iban exactamente en línea recta, pero eso le daba igual. Solo quería desorientar a la Marina. Entonces Dark se puso a gritar y llorar, terminando de sacar a Ivan del shock. Este se giró con el rostro desencajado en una mueca y le cruzó la cara de una bofetada.

- ¡NO LO SÉ! ¡NO LO PUTO SÉ! ¡Ni siquiera sé por qué te he pegado! ¡Esto ha sido realmente jodido! ¡CASI NOS MORIMOS!

Dio un grito de frustración y nerviosismo, con los ojos casi desencajados de las órbitas.

- ¡Esto ha sido pura suerte! ¡No estaba en control de la situación! Primero aparece el monstruo ese, luego hay todo un puto regimiento de marines de élite, un tipo con kairoseki, piratas, UNA PUTA BOMBA Y UN TSUNAMI!

Temblando, sacó el den den mushi y marcó el número de Spolyar.

- ¡Eh! ¡Soy Ivan! No va a ser suficiente con una parte de las armas. ¡Ni de lejos! Quiero unas putas vacaciones pagadas en Spa Island. Y que uno de vuestros mejores hombres me entrene cuando haya tenido un buen descanso. ¡ESTA MISIÓN HA SIDO CASI UN SUICIDIO! Lo hemos logrado, pero no sé cómo hemos salido vivos. Más gente sabía del cargamento y vino a robarlo, y para colmo, ¡LOS MARINES INTENTARON VOLAR EL BARCO!

Ivan también había colapsado. La frágil integridad que tenía se había roto cuando él había empezado a llorar. Y es que era normal. Le devolvió el guantazo a Ivan cuando se lo soltó y continuaron llorando juntos.

—¡¿Así que lo reconoces?! —Gritó llorando tras escuchar que Ivan no tenía el control del plan.

Después se dedicó a llamar a Spolyar, el cual cogió algo extrañado el número. Cuando acabó su negociación, volvió a pegar su moflete contra el del vampiro, llenándolo de sangre mocos y lágrimas.

—¡Espero que Spa Island merezca la pena, Spolyar! —Gritó todavía nervioso—. ¡Porque después de que nos tiremos una puta semana ahí metidos más vale que traigáis a la persona más competente que nos pueda entrenar a los dos! —Volvió a gritar mientras se estiraba del pelo y se le desencajaba la cara de los nervios—. Una explosión nuclear, marines, piratas que también lo sabían, tsunamis, armas de kairoseki, insultos, heridas... ¡Aaaaaah! —Volvió a gritar muy nervioso.

Se fue corriendo hasta la caja de las armas y decidió robar a los ladrones algo para él e Ivan. Se aseguró de coger lo que mejor fuese para los dos, ya que conocía muy bien de la forma que usaba las cosas Ivan. De hecho, se esmeró en revisar todo y coger lo de mayor calidad. Algo bueno tenían que sacar de todo aquello, joder. Una vez tuvo las cosas que cogió entre los brazos, volvió a Ivan corriendo y le dio lo que cogió para él.

No tardaron demasiado en llegar, quizás unos días en los cuales estuvieron intentándose relajar. Entregaron el cargamento y esperaron para ver si recibían el entrenamiento tras el spá.