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Dastan Agrabah
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El combaste estaba siendo de lo mas complicado para el duo ya que los simios no parecian tener interes alguno en querer detenerse todo lo contrario, estaban mas que decididos a luchar a imponer su voluntad debido a que no dejaban de seguir tirando cosas, Objetos que no eran ofensivos normalmente pero con la fuerza que lo lanzaban aquellos animales hacia que la gente seguramente saliera huyendo de ese lugar apenas pudiera. Dastan estuvo teniendo que esquivar y golpear con sus dos bastones alguno de esos objetos para que no le hicieran daño, mientras veia con sus propios ojos el movimiento que era capaz de hacer su acompañante quien realidad demostraba un talento nato para el combate con esa Katana, seguramente en otra vida al pelimorado le hubiera gustado ser espadachin. Tan talentoso como el chico que tenia su lado aunque este vio que los monos no eran enemigos a tomar a la ligera ya que aunque intento pasar terminaron deteniendo su avance e incluso no solo eso sino que lo sacaron volando hacia atras algo que saco una leve sonrisa al pelimorado en ese momento.
-Parece que ellos no se andan con juegos, ese tipo el que esta liderando el grupo no parece ser alguien de este lugar.
Claramente no era un mono comun y corriente sino que todo lo contrario tenia un tamaño y una forma que parecia mas bien algo mas peligroso y su mirada no era tan bestial sino parecia ser una humana. Este parecia portar algo en su espalda aunque desde el punto de vista que ambos tenian era dificil saber que era. Dastan entendio el movimiento que su compañero hizo despejando el camino para el pelimorado que podria a ver usado sus poderes para llegar hasta el sujeto. Aparecer detras de este y darle con un baston y varios cientos de miles de volteos de esa forma dejarlo plasmado en el suelo. Pero no queria dejar ver su juego, no se fiaba que le fueran a dejar quedar con parte del tesoro despues que los guiara, aunque ahora solamente quedaba uno.
Dastan corrio por el pasillo que el pirata hizo y de un salto apoyandose en los monos para tomar impulso, lanzo un golpe con fuerza desde su lado izquierdo usando el baston para acertarle en la cara al mono, que termino bloqueando su ataque con una katana, el mono tenia un arma y hizo que Dastan quedara colgado en el aire el mono se lanzo contra el aprovechando que tenia altura.
-Tsk... un mono espadachin lo que faltaba.
Menciono girando su cuerpo en bola para esquivar el ataque del mono chocando sus dos bastones contra este, haciendo de defensa lo suficiente para poder tocar suelo y retroceder varios metros hacia atras. Sonriendo por que realmente no esperaba un mono con tanto talento, se notaba que el no pertenecia a esa isla por algun motivo habia llegado y no solo eso sino que ahora sabia manejar un arma. El simio parecia estar interesado en el arma de Aigon ya que no le saco el ojo de encima desde que se vieron, quizas por que este sabia manejar armas tambien. En ese momento los demas monos se pusieron en guardia pero no atacaban sino que rodearon al trio, como esperando cual de los dos seria el rival de su lider. Para cortarle el paso al otro Dastan bajo sus armas en ese momento suspirando.
-Creo que te quiere a ti de rival, me parece que quiere tu arma Aigon.
Señalando el arma del chico que le hacia de compañero en ese momento con una leve sonrisa, seria gracioso que perdiera y tuviera que ceder su arma a un mono luchador que tenia la capacidad de usar espadas.
-Parece que ellos no se andan con juegos, ese tipo el que esta liderando el grupo no parece ser alguien de este lugar.
Claramente no era un mono comun y corriente sino que todo lo contrario tenia un tamaño y una forma que parecia mas bien algo mas peligroso y su mirada no era tan bestial sino parecia ser una humana. Este parecia portar algo en su espalda aunque desde el punto de vista que ambos tenian era dificil saber que era. Dastan entendio el movimiento que su compañero hizo despejando el camino para el pelimorado que podria a ver usado sus poderes para llegar hasta el sujeto. Aparecer detras de este y darle con un baston y varios cientos de miles de volteos de esa forma dejarlo plasmado en el suelo. Pero no queria dejar ver su juego, no se fiaba que le fueran a dejar quedar con parte del tesoro despues que los guiara, aunque ahora solamente quedaba uno.
Dastan corrio por el pasillo que el pirata hizo y de un salto apoyandose en los monos para tomar impulso, lanzo un golpe con fuerza desde su lado izquierdo usando el baston para acertarle en la cara al mono, que termino bloqueando su ataque con una katana, el mono tenia un arma y hizo que Dastan quedara colgado en el aire el mono se lanzo contra el aprovechando que tenia altura.
-Tsk... un mono espadachin lo que faltaba.
Menciono girando su cuerpo en bola para esquivar el ataque del mono chocando sus dos bastones contra este, haciendo de defensa lo suficiente para poder tocar suelo y retroceder varios metros hacia atras. Sonriendo por que realmente no esperaba un mono con tanto talento, se notaba que el no pertenecia a esa isla por algun motivo habia llegado y no solo eso sino que ahora sabia manejar un arma. El simio parecia estar interesado en el arma de Aigon ya que no le saco el ojo de encima desde que se vieron, quizas por que este sabia manejar armas tambien. En ese momento los demas monos se pusieron en guardia pero no atacaban sino que rodearon al trio, como esperando cual de los dos seria el rival de su lider. Para cortarle el paso al otro Dastan bajo sus armas en ese momento suspirando.
-Creo que te quiere a ti de rival, me parece que quiere tu arma Aigon.
Señalando el arma del chico que le hacia de compañero en ese momento con una leve sonrisa, seria gracioso que perdiera y tuviera que ceder su arma a un mono luchador que tenia la capacidad de usar espadas.
Ryukami Aigon
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Dastan aprovechó el pasillo que el peliazul había dejado atrás perfectamente para lanzarse contra el simio. Aunque para sorpresa de los dos jóvenes, el mono se defendió con ayuda de una katana. Evitando con habilidad el ataque del pelimorado para después contraatacar en el aire. Por suerte, Dastan parecía ser aún más hábil y pudo deshacerse del simio para caer luego ambos junto a Aigon y bajo la atenta mirada del resto de los simios que ahora habían dejado de tirar cosas y permanecían en silencio esperando que el más grande de ellos, el que portaba la katana o cualquiera de los dos jóvenes hiciera su jugada.
-Esta bien, yo me encargo de él…- Respondió al pelimorado sonriendo como si tuviera ganas de probar que tan hábil con la espada era aquel simio. Aunque en realidad no paraba de preguntarse como un mono había aprendido a manejar una katana. - ¡Vamos allá! - Se dijo tomando la katana con las dos manos cuando de repente el simio coloco la katana frente a él tal y como Aigon había echo un momento antes, para luego salir disparado a gran velocidad. -Con que esas tenemos, te dedicas a copiar las técnicas de otros eh…- Dijo parando el ataque del mandril y poniendo su frente por delante de la katana mientras hacia fuerza contra la katana del simio. -Yeeahahahaha Ahora veras copión, intenta copiar esto… -Exclamó haciendo más fuerza y dando un par de saltos hacia atrás para separarse del mandril. -Single, Wild Wolf.- Susurró mientras se llevaba la katana agarrada con ambas manos hasta detrás de la cabeza para luego bajarla tan rápido que una corriente de aire salió despedida desde la posición del peliazul hacia el mandril que salió despedido hacia atrás mientras pequeñas ondas de viento cortante iban haciéndole cortes y arañazos por todas partes mientras volaba hasta aterrizar contra uno de los arboles del boque quebrándolo y haciendo que se torciera hacia el suelo desde la mitad. -Yeeahahahahaha ¿No tienes bastante con eso? – Pregunto en voz alta el peliazul mientras veía como el mandril se levantaba malherido y ensangrentado del suelo y volvía a agarrar la katana. La sostenía de nuevo en una mano mientras miraba desafiante pero impasible al peliazul. - ¡Vamos! - Exclamó lanzándose al mismo tiempo que el mono y saltando ambos al mismo tiempo cayendo los dos a la espalda del otro. Un hilo de sangre apareció en el hombro del espadachín, producto de un pequeño corte, a su espalda el simio caía sobre el suelo después de recibir un corte en diagonal desde el abdomen hasta el pectoral.
-Esta bien, yo me encargo de él…- Respondió al pelimorado sonriendo como si tuviera ganas de probar que tan hábil con la espada era aquel simio. Aunque en realidad no paraba de preguntarse como un mono había aprendido a manejar una katana. - ¡Vamos allá! - Se dijo tomando la katana con las dos manos cuando de repente el simio coloco la katana frente a él tal y como Aigon había echo un momento antes, para luego salir disparado a gran velocidad. -Con que esas tenemos, te dedicas a copiar las técnicas de otros eh…- Dijo parando el ataque del mandril y poniendo su frente por delante de la katana mientras hacia fuerza contra la katana del simio. -Yeeahahahaha Ahora veras copión, intenta copiar esto… -Exclamó haciendo más fuerza y dando un par de saltos hacia atrás para separarse del mandril. -Single, Wild Wolf.- Susurró mientras se llevaba la katana agarrada con ambas manos hasta detrás de la cabeza para luego bajarla tan rápido que una corriente de aire salió despedida desde la posición del peliazul hacia el mandril que salió despedido hacia atrás mientras pequeñas ondas de viento cortante iban haciéndole cortes y arañazos por todas partes mientras volaba hasta aterrizar contra uno de los arboles del boque quebrándolo y haciendo que se torciera hacia el suelo desde la mitad. -Yeeahahahahaha ¿No tienes bastante con eso? – Pregunto en voz alta el peliazul mientras veía como el mandril se levantaba malherido y ensangrentado del suelo y volvía a agarrar la katana. La sostenía de nuevo en una mano mientras miraba desafiante pero impasible al peliazul. - ¡Vamos! - Exclamó lanzándose al mismo tiempo que el mono y saltando ambos al mismo tiempo cayendo los dos a la espalda del otro. Un hilo de sangre apareció en el hombro del espadachín, producto de un pequeño corte, a su espalda el simio caía sobre el suelo después de recibir un corte en diagonal desde el abdomen hasta el pectoral.
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El pelimorado observo al igual que todo aquel grupo de simio el combate al parecer aquel mono de mayor t6amaño quien era el jefe del grupo tenia un talento natural para el manejo de las armas, ya que había demostrado poder igualar en combate al chico, imitando sus movimientos de tal forma que el otro se vio sorprendido y eso también causo que Dastan se viera sorprendido de gran manera, realmente era increíble como podían existir seres ya que no se trataba de un ser humano ni tampoco una raza con mucha capacidad de razón, pero si era tan habilidosa como una. Lamentablemente el combate termino tan rápido como comenzó ambos pasando de un lado hacia el otro del cuerpo de sus rivales. La sangre dejo en claro que el mejor espadachín en ese momento era el chico que venias acompañando al pelimorado que no dudo en ponerse en guardia al ver que los simios avanzaban, pero estos se encaminaron a rodear a su jefe y entre varios lo levantaron para cargarlo y llevárselo del lugar. Se notaba que respetaban a su líder de tal forma que estaban dispuestos a luchar para sacarlo de aquel lugar, mas no fue necesario que eso pasara ya que ni Dastan ni el otro seguramente se moverían ellos venían a ese lugar por otra cosa.
-Parece que lo aprecian en gran manera a ese gran simio, te imaginas un ejercito de estos seres seria de lo mas cómico tener que enfrentarse a un grupo de ese tamaño, todos con armas de combate.
Sin saber que eso podría llegar a pasarle a el en algún tiempo por desconocer gran cantidad de las islas de paraíso ya que si bien el venia de aquellas tierras y había vivido durante mucho tiempo en una de ellas, tampoco había podido explorar todas ellas a detalle parta conocer que tipo de seres las poblaban aunque la curiosidad claramente no le estaba faltando. Viendo que la victoria era para su lado del bando guardo sus armas en los costados de su ropa para seguir la caminata ingresando ahora a lo que fue en algún momento la guarida de los monos, se podía ver que alguno que otro se movía rápido para alejarse de ellos dos los campeones de momento. Tuvo que hacer un lado unas lianas para poder entrar era claramente una especie de viejo refugio demasiado nuevo para ser algo relacionado a lo arqueólogo pero demasiado viejo como para ser comparado con algo que pudiera a ver pasado en los últimos meses.
-Al parecer no somos los únicos que buscamos el tesoros, esos monos estarían tras del mismo o serán sus guardianes??
Se preguntaba, aunque lo dijo en voz alta quizás Aigon pudiera transmitirle alguna idea interesante sobre lo que pasaba en ese lugar, siguió moviéndose para dar finalmente con lo que estaban buscando no era el tesoro en si sino una entrada, que parecía llevar mucho tiempo sin usar y tenia telas de araña por todos lados, aparte de una oscuridad bastante intensa en el interior del lugar.
-Parece que lo aprecian en gran manera a ese gran simio, te imaginas un ejercito de estos seres seria de lo mas cómico tener que enfrentarse a un grupo de ese tamaño, todos con armas de combate.
Sin saber que eso podría llegar a pasarle a el en algún tiempo por desconocer gran cantidad de las islas de paraíso ya que si bien el venia de aquellas tierras y había vivido durante mucho tiempo en una de ellas, tampoco había podido explorar todas ellas a detalle parta conocer que tipo de seres las poblaban aunque la curiosidad claramente no le estaba faltando. Viendo que la victoria era para su lado del bando guardo sus armas en los costados de su ropa para seguir la caminata ingresando ahora a lo que fue en algún momento la guarida de los monos, se podía ver que alguno que otro se movía rápido para alejarse de ellos dos los campeones de momento. Tuvo que hacer un lado unas lianas para poder entrar era claramente una especie de viejo refugio demasiado nuevo para ser algo relacionado a lo arqueólogo pero demasiado viejo como para ser comparado con algo que pudiera a ver pasado en los últimos meses.
-Al parecer no somos los únicos que buscamos el tesoros, esos monos estarían tras del mismo o serán sus guardianes??
Se preguntaba, aunque lo dijo en voz alta quizás Aigon pudiera transmitirle alguna idea interesante sobre lo que pasaba en ese lugar, siguió moviéndose para dar finalmente con lo que estaban buscando no era el tesoro en si sino una entrada, que parecía llevar mucho tiempo sin usar y tenia telas de araña por todos lados, aparte de una oscuridad bastante intensa en el interior del lugar.
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Después de termina el enfrentamiento los simios se acercaron hasta el líder para rodearlo y ayudarlo a huir mientras unos pocos cubrían la retirada, sin embargo, los dos jóvenes se quedaron en la zona, Dastan se acercó hasta una pared de roca viva cerca de donde se encontraban, Aigon lo seguía de cerca mientras se limpiaba la sangre del hombre. -Parece más bien que estaban protegiendo algo. ¿No te parece? - Dijo el peliazul entrando en la guarida de los monos tras su compañero mientras retiraba las lianas de la entrada. Al fondo de la guarida había una entrada tapiada con madera y laminas de hierro. Aunque en realidad apenas podía distinguirse debido a las telarañas y la vegetación del interior de la cueva. -Deberíamos encontrar algo con lo que iluminar el interior si queremos continuar por ahí. – Advirtió el musico colocando su mano sobre la entrada tras retirar unas pocas telarañas.
El peliazul comenzó a buscar algo con lo que iluminar la cueva, mientras al otro lado de la guarida sonó el chasquido de una rama rompiéndose, algo se movía en la oscuridad de la pequeña estancia, mientras el musico buscaba por todas partes algo con lo que poder hacer una antorcha e iluminar el camino. De entre las sombras de salió disparado un objeto contundente que impactó de lleno en el pecho del musico, lanzándolo contra la entrada tapiada haciéndola añicos mientras el chico rodaba por el interior de camino excavado en la misma roca. - ¿Qué diablos ha sido eso? -Dijo el musico enredado en la capa y tirado en el suelo bocabajo. El golpe le había echo bastante daño, tenia un caño de sangre resbalándole desde la nuca y un dolor intenso en el pecho. – ¿No han tenido suficiente esos malditos monos? – Decía intentando ponerse de nuevo en pie agarrándose a la pared del túnel por el que había rodado tras el impacto. Al levantar la mirada vio unos ojos dorados acechándolos en la oscuridad de la cueva. -Ahí estas… - Dijo sacando de nuevo la katana y colocándose en guardia a la espera de poder lanzar un contraataque.
Un segundo después los ojos desaparecieron, una figura enorme y alargada se deslizaba por el suelo de la cueva, pero esta vez se lanzaba contra el pelimorado, entre la poca luz de la estancia, el pirata pudo distinguir una especie de lagarto enorme con una cola larguísima. - ¡Cuidado Dastan! – Gritó viendo que la figura se lanzaba directamente hacia su compañero e intentando correr hacia él para ayudarlo a defenderse de aquella extraña criatura. Estando cerca pudo ver una forma humanoide y una túnica de color marrón oscuro cubriendo la espalda del lagarto.
El peliazul comenzó a buscar algo con lo que iluminar la cueva, mientras al otro lado de la guarida sonó el chasquido de una rama rompiéndose, algo se movía en la oscuridad de la pequeña estancia, mientras el musico buscaba por todas partes algo con lo que poder hacer una antorcha e iluminar el camino. De entre las sombras de salió disparado un objeto contundente que impactó de lleno en el pecho del musico, lanzándolo contra la entrada tapiada haciéndola añicos mientras el chico rodaba por el interior de camino excavado en la misma roca. - ¿Qué diablos ha sido eso? -Dijo el musico enredado en la capa y tirado en el suelo bocabajo. El golpe le había echo bastante daño, tenia un caño de sangre resbalándole desde la nuca y un dolor intenso en el pecho. – ¿No han tenido suficiente esos malditos monos? – Decía intentando ponerse de nuevo en pie agarrándose a la pared del túnel por el que había rodado tras el impacto. Al levantar la mirada vio unos ojos dorados acechándolos en la oscuridad de la cueva. -Ahí estas… - Dijo sacando de nuevo la katana y colocándose en guardia a la espera de poder lanzar un contraataque.
Un segundo después los ojos desaparecieron, una figura enorme y alargada se deslizaba por el suelo de la cueva, pero esta vez se lanzaba contra el pelimorado, entre la poca luz de la estancia, el pirata pudo distinguir una especie de lagarto enorme con una cola larguísima. - ¡Cuidado Dastan! – Gritó viendo que la figura se lanzaba directamente hacia su compañero e intentando correr hacia él para ayudarlo a defenderse de aquella extraña criatura. Estando cerca pudo ver una forma humanoide y una túnica de color marrón oscuro cubriendo la espalda del lagarto.
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