Quien debe, paga... [Pasado]

No conseguía localizar al supuesto animal que estaba lanzando las piezas de las armaduras. Me centré más aún en el mantra, intentando expandir más el radio de acción, pero solo nos notaba a nosotros y al escorpión gigantes, que nos intentaba seguir. Algo pasaba que se nos escapaba.

Mientras avanzábamos intentaba ayudar al centro de donde se dirigían todos los ataques con las armaduras. Mako, por su parte sacó el arma y comenzó a disparar como buenamente podía contra los proyectiles. Me parecía extraño que solo él fuese objetivo de los ataques, además con el haki tampoco podía detectar cuando un nuevo objeto era lanzado.

Por lo que me había explicado en su momento el maestro de Sung, el haki era la voluntad haciendo eco de una parte interna de uno mismo, por ello era muy difícil que pudiese darme un resultado erróneo cuando sabía que no podía fallar en, por lo menos, la detección de un ser vivo. Fue entonces cuando se me ocurrió una cosa que podía tener sentido. Mi caso había sido bastante diferente a lo que se podía considerar normal al respecto de mi poder.

Saqué una moneda con la mano que sujetaba a Mako a la vez que este estaba centrado en disparar a otra cosa que venía hacia él. La solté a apenas un par de centímetros de su brazo y la moneda, sin hacer caso de la gravedad se fue directa hacia el brazo donde quedó pegada. Si, no me había equivocado.

-Deja de disparar, no va a servir de nada – reproché al calvo –. Ni digas nada. Cierra los ojos y centrate en respirar, inhala hondo y exhala despacio. Si no te relajas, vamos a seguir con este problema y no tengo ganas de salir de aquí con un chichón por tu culpa, porque sí, es tu culpa, que ya se que ocurre.

Sí podía decirle que había tomado una fruta del diablo, pero no era el momento me parecía, en mi caso conocía bastante como funcionaba el poder de las sombras por lo que le vi a mi maestro, pero para él era algo nuevo, tendría que relajarse primero y luego asimilarlo.

Miles y miles de teorías extrañas pasaban por mi cabeza, esporas que hacían que los objetos se pegaran, monos que aprovechaban los agujeros hechos por algún animal terrestre para lanzarnos cosas, aldeanos o mejor dicho, nativos que odian a los extraños y atacan de forma más extraña aún, eso podía ser, sí, creo que lo tenía, claramente era una civilización antigua a la que nos encontramos, por algún ritual o creencia no se acercaban a los arboles y por eso el miedo a los monstruos, los civiles que ya encontramos habrían sido atacados desde los inicios por ellos de formas raras, con animales peligrosos domados y demás, solo un humano podría explicar los lanzamientos de proyectiles tan certeros... -Creo que..- No pude acabar la frase cuando Morgoth dijo que era culpa mía, que respirara o yo que se que tonterías de yoga y me centrara en... Pero este tipo quien se cree que es, ¿Por que le he pedido ayuda piensa que puede ninguneame? -Sabes que...- Iba a decirle de todo, estaba hasta por pegarle un tiro aún que eso conllevase a mi muerte pero algún guerrero nativo con más que buena puntería acertó.. Al centrarme en Morgoth no me di cuenta de un escudo de tamaño pequeño, cual gladiador venía rápidamente hacia mi. ¡Splash! Se escuchó, fue el hierro golpeando mi cabeza y dejándome K.O. El puñetero escudo se quedó pegado a mi calva mientras yo parecía un muñeco de trapo, pero todos los elementos imantables de la zona dejaron de moverse... Si no me hubiera pasado a mi, me estaría riendo, pues era gracioso ver a Morgoth, agarrado a un muñeco de trapo con un escudo en la cabeza y un brazo esquelético en las agarraderas del mismo... Parecían una estatua de arte abstracto...

En mi inconsciencia tuve un sueño o más bien un recuerdo... Era yo de chico siendo entrenado, cuando perdía, me echaban la bronca o me castigaban encerrandome y sin comida no pensaba en mejorar para hacer los trabajos a la perfección... Pensaba en aplastar, matar y en mi supremacía... ¿Qué pasó con ese chaval? Donde esta esa ira... Quizás el sueño es una revelación y cuando me recupere corrija mis pasos... Quizás simplemente siga trabajando para otros... Vaya mierda de vida...

Parecía que el asesino también le daba vueltas a la cabeza para pensar en qué era lo que nos estaba atacando, y justo cuando me iba a dar su explicación le dije qué era lo que estaba sucediendo. Este no la pareció correcto lo que le acababa de decir dado que intentó rebatirme lo que había dicho, sin embargo, parecía que no le salían las palabras.

De pronto, algo le golpeó la cabeza y lo dejó inconsciente. Por suerte para mí era fuerte y pude coger el cuerpo del calvo sin problemas. Aunque me lo cargué al hombro como si fuese un saco de patatas. El escudo no se le cayó a pesar de que no estaba consciente. Ya se lo quitaría cuando no tuviese que correr. De pronto noté como dos sombras entraron en la mía.

Miré hacia atrás y pude ver como el escorpión gigante avanzaba a toda velocidad hacia mí. Las sombras habían perdido y no las podía invocar de nuevo hasta que no descansase un rato. Comencé a correr hacia los arboles que por fin estaban a la vista. No me hacía mucha gracia aquel olor, pero mucha menos el tener que enfrentarme a aquel bicho. No creía que perdiese pero no tenía todas conmigo y no me iba a arriesgar por algo así, prefería salvar al tipo aquel y que me debiese un favor.

Cuando estaba casi a la altura de los árboles, el escorpión, que casi me había alcanzado de pronto se detuvo y comenzó a caminar despacio hacia atrás. Parecía que me había librado aquella vez, pero, sabía que la próxima vez que me adentrase aquel animal estaría buscándome para vengarse de mi.

Más tranquilo me dirigí a la casa en la que se había escondido Og al principio y dejé al tipo aquel sentado en el suelo mientras le vigilaba hasta que se despertase. No me hacía mucha gracia, dado que podría ser un enemigo al final, pero debía de decirle el por qué las armaduras estaban yendo hacia él si todavía no se había dado cuenta.

Empecé a abrir los ojos, dios, que dolor de cabeza, espalda, hombro, que dolor de vida, me dolían hasta las uñas. Me llevé la mano a la cabeza, por suerte el escudo se cayó más o menos a la altura de los arboles raros aún que claro, que iba a saber yo si estaba en un viaje astral de la ostia que me llevé. Tras pasarme un par de veces la mano por la cabeza miré a mi alrededor, estaba en una casa mugrosa, no hacía falta ser licenciado en lo que hiciera falta para saber que había pasado, observé a Morgoth y lo entendí a la perfección, el tío se había librado del escorpión, me había salvado y estaba esperando, que majo... Notesé la ironía, mierda, ahora le debía un buen favor por el trato... -Mierda...- Comenté, me levanté con la ayuda del brazo bueno y me quedé apoyado contra la pared -Veo que al final te debo una... No sabes la rabia que me da tener que pagarte cuando llegue el momento sabiendo que has sido el culpable de mi situación...- Y era así, por su culpa necesité pedirle un favor -Eres un buen mafioso...- Comenté con un tono quizás más bien cómico.

Me limpie por encima el polvo y observé mi cuerpo en sí, necesitaba un médico, pero era resistente, no lo suficiente como para sobrevivir sin atención médica pero sí para aguantar hasta tenerla -¿Que fue de Og? No me veo con energías de ir a recuperar su cuerpo- Le comenté, sin pruebas no había dinero, sin dinero... No podría comprar la nueva americana... -Sabes, eres muy raro, eres fuerte y tienes habilidades raras ¿Y te dedicas a jugar al gato y al ratón con un matón de poca monta? Con tus habilidades podrías extender tu influencia...- Mierda, se estaba activando mi lado empresarial... -¿Por qué no piensas hacerte un "huevo" en el bajo mundo? Yo podría ayudarte, aconsejarte, decir por donde puedes empezar... Tu poder puede abrir más puertas que unas ganzuas... Yo con dicho poder me haría con todo Dark Home- Dinero, dinero, dinero, influencia, frutas y casinos... Es más, olvida las frutas y los casinos, solo dinero, dinero, dinero...

El rato fue pasando y mientras jugueteaba con Raven, casi la única sombra que quedaba a mi disposición. Le molestaba con el dedo y el ave intentaba cogerlo con su pico. El animal no lo consiguió hasta que me distraje con el trajeado cuando comenzó a abrir los ojos. Lo primero de dijo al despertar fue “mierda” quizás por el dolor que sentía, quizás porque se estaba dando cuenta de la situación en la que estaba, o quizás por ambas. Se levantó y consciente ya de como estaba la cosa aceptó que me debía un buen favor., luego dijo algo de ser un mafioso.

-Si, me imaginé que necesitarías alguna prueba, por eso el cadáver del tío lo acerqué a los árboles. Lo encontrás ahí – le dije señalando unos árboles –. Aunque luego deberías de meter el cuerpo más adentro del bosque para que se eliminen las pruebas – terminé recomendandole.

El tipo insistió en que debía le parecía que debía unirme al bajo mundo, consideraba que podría extender mi influencia por ahí sin mucho problema. Quizás fuese cierto aquello, pero no estaba listo para acercarme tanto a aquel mundo. Mi objetivo se encontraba ahí en un escalón muy alto y debía de estar a la altura si quería ir a por él.

-Me temo que tengo que rechazar esa oferta por muy tentadora que sea. Antes de centrarme en lo que vaya a acabar haciendo, primero de todo debo de realizar una tarea autoimpuesta, que involucra el bajo mundo y estoy más seguro a la luz por el momento – Le expliqué volviendo a distraerme un momento con Raven –. Por cierto, que sepas, que no debes volver a tocar el agua. Lo que te pasó antes no era cosa de un animal. Sino que eras tu. Por alguna razón habías perdido el control de tu akuma, supongo que por la situación, pero debes entrenar la mente para que eso no te vuelva a pasar. Una habilidad curiosa por cierto. Bueno, ahora me voy, ah, y ten, para que puedas pagar el regreso a casa – dije tirándole unos billetes enrollados con lo que podría contratar a algún capitán de barco.

El tipo de verdad era un mafioso escondido bajo la piel de un lobo... Sí, lobo, no me he confundido, por que de cordero este no tenía ni el pelo. Sin pedírselo, me trajo el cuerpo objetivo, lo dejó cerca ¿Cuando lo mató? Me duele la cabeza para recordar, pero no iba a rechazar ese regalo. Luego me dijo que su objetivo era el bajo mundo y rechazó mi oferta, un dato bastante interesante, quizá pueda aprovecharme de él -Pues cuando necesites algo de ese mundo, yo puedo pagar mi deuda... O también me puedes contratar, a expensas de la deuda, el dinero siempre es bien recibido- Dije antes de recibir un buen taco de billetes enrollados pero lo que dijo mientras lo lanzaba no era de mi agrado -¿Yo, akuma? Nunca he ingerido dichas frutas ni pienso hacerlo, sois monstruos, vais anti natura, nunca me convertiría en algo tan aberrante- ¿Qué? Ningún usuario me ha dado buena suerte, el dragón mariposeado casi me mata, este se puso a jugar... ¡Ah! y casi me mata... Y aquellos marines transformadores monstruosos, casi me matan... Si me convierto en uno, quizás muera del todo...

Cogí el dinero y me lo llevé a la frente -Te lo devolveré y contacta conmigo en Dark Home cuando necesites algo, pero ten cuidado, esa isla no es para gente de luz... Pregunta por Mako, si sigo vivo con solo que preguntes por ahí te encontraré...- Efectivamente, tenía chivatos por todos lados, de ahí que aún siguiera vivo... -¡Y no soy un monstruo!- ¿A qué se refería? Yo nunca comí frutas llameantes, frutas parlantes o con dientes (era la idea que tenía de los cuentos infantiles) No podía ser un monstruo, con un equipo y armas, investigaría ese maldito monstruo, exterminaría a todos los de la isla...

A la vuelta a Dark Home, no tenía que olvidar investigar a este tipo -¿Morgoth? Qué más, para saber que quien me busque para cobrarse la deuda sea el correcto por si mandas a alguien en tu nombre- Mentira, necesitaba su apellido para poder buscarle mejor si no sería algo tedioso y tendría que hacerlo personalmente, en cambio con su nombre al completo, podría pagar para... Bueno, eso, investigar...

El asesino no se quedó convencido de lo que le decía sobre ser un usuario de akuma no mi, refería que no le traían buena suerte los usuarios sin contar el echo de que nos llamaba monstruos. No le culpaba, no era algo normal, aunque estando él en el bajo mundo me parecía raro aquel pensamiento, consideraba que el tema de cosas raras lo debía de tener al día.

-Piensa lo que quieras, pero así es, no te recomendaría darte un baño solo. Y tiene que ver con el magnetismo.

Prometió que me devolvería el dinero en cuanto pudiese y me dijo como podía contactar con él. Sin embargo, yo tenía un método mejor, una las tima que no pudiese llevarlo a cabo en aquel momento. Aún así no era complicado conseguir una sombra que me valiese temporalmente, por lo que mandé a Raven al cadáver de Og. Quiso saber más sombre mí para cuando mandase a alguien representándome para pedir el favor.

-Por eso no te preocupes, en cuanto llegue el momento sabrás que soy yo, primero porque te lo pediré personalmente y segundo, soy el único que sabe detonar, a voluntad claro, la canica que te di, guardala – le expliqué –. Un momento voy a mear un momento.

Salí de la habitación y entré en una especie de baño bastante asqueroso. Atranqué la puerta y cambié mi posición con Raven. Allí estaba el cadáver, saqué la linterna y le quité la sombra, la cual no se resistió. Se introdujo en la mía y volví a cambiar de posición con Raven.

-Bueno, lo dicho, que si necesito algo te avisaré, no te preocupes.

Le tendí la mano para despedirme de él, si lo hacía en el momento en el que se junta sen las manos la sombra que acababa de adquirir se introduciría en la suya. De esa forma podía comunicarme con él en caso de necesidad, inclusive saber algo que necesitase.

No que que haría él, suponía que ir a cobrar su recompensa, en cuanto a mí, me quedaría por la isla una temporada, aquellos animales me habían gustado, y podían ser grandes activos para la colección.