Suzaku
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Akuma no mi
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Hacía tiempo que me había apetecido volver a la Villa Shimotsuki a rememorar los tiempos en los que había estado entrenando mi arte de espada: mi Kenjutsu. Y había ido con mi hermano Hayato, que, aunque de momento no, sabía que algún día conseguiría superarme en el arte de la espada. Mi hermano tenía un poder de concentración increíble y con el entrenamiento suficiente sería capaz de aumentar su poder de Kenjutsu de una manera increíble.
Qué grande eres, hermanito. Llegarás muy lejos y serás conocido como el mejor espadachín del mundo.
Me acerqué a un bar cercano para tomarme algo antes de seguir recorriendo aquella villa y descansar un poco de los recuerdos. Al entrar, el bar estaba lleno de gente que ni se giraron para fijarse en el nuevo invitado que había entrado allí. Me acerqué a la barra y me senté en un taburete que había al lado de ésta.
~ Ponme una copa de sake, por favor. ¿Tú que quieres, Hayato?
Y me giré para preguntarle a Hayato qué quería de tomar, aunque había desaparecido. No entendía nada. Eché un vistazo por todo el bar pero no lo encontraba. Su característico pelo azul no aparecía por ningún lado.
¿Dónde se habrá metido?
Qué grande eres, hermanito. Llegarás muy lejos y serás conocido como el mejor espadachín del mundo.
Me acerqué a un bar cercano para tomarme algo antes de seguir recorriendo aquella villa y descansar un poco de los recuerdos. Al entrar, el bar estaba lleno de gente que ni se giraron para fijarse en el nuevo invitado que había entrado allí. Me acerqué a la barra y me senté en un taburete que había al lado de ésta.
~ Ponme una copa de sake, por favor. ¿Tú que quieres, Hayato?
Y me giré para preguntarle a Hayato qué quería de tomar, aunque había desaparecido. No entendía nada. Eché un vistazo por todo el bar pero no lo encontraba. Su característico pelo azul no aparecía por ningún lado.
¿Dónde se habrá metido?
Hayato
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Akuma no mi
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Durante el transcurso de nuestro viaje, Suzaku decidió parar en la villa Shimotsuki. Supongo que para enternecerse recordando el tiempo que se pasó allí entrenando. La tripulación se quedó en el barco pero yo bajé con él. No me gustaba quedarme parado en el barco sin hacer nada y no estaría mal ver donde aprendió mi hermano su técnica de espada. Estuvimos paseando la villa mientras Suzaku me indicaba lugares que recordaba. Se le llenaba la cara de alegría y añoranza cuando hablaba de ello. Yo mientras tanto recordaba también mis años con el viejo samurái. Decidimos parar en un bar cercano para tomar algo pero justo al llegar a la puerta mientras Suzaku entraba, yo no pude evitar fijar mis ojos en la academia de Kendo y me acerqué instintivamente allí. Advertí a Suzaku que me esperara pero no estoy seguro de si me escuchó con claridad, ya que había entrado en el bar y con el ruido era difícil escuchar.
~ Rubio, espérame quiero ver algo.
Me acerqué a la academia y entré despacio. En el jardín había varios muñecos de entrenamiento y varios muchachos muy jóvenes practicando con shinais. Se encontraban practicando los golpes más básicos, repitiendo una y otra vez ataques horizontales y verticales descendentes contra los muñecos, hechos de paja y madera.
Vaya...me recuerda tanto a mi..
Fue entonces cuando vi que en la zona derecha de la academia, había un pequeño ruedo con un muñeco en un extremo de éste. No pude resistir la tentación de acercarme y posicionarme en la postura básica de Kendo de espera. No portaba arma alguna en mis manos, pues tenía a Shimei Kaeru bien amarrada a mi cinturón, pero aun asistí simulé asestar un golpe al muñeco en el cuello y volví a mi posición inicial. Baje los brazos suavemente y miré mis manos curtidas y duras por el repetido uso de palos para practicar cuando era niño.
~ Qué recuerdos..
~ Rubio, espérame quiero ver algo.
Me acerqué a la academia y entré despacio. En el jardín había varios muñecos de entrenamiento y varios muchachos muy jóvenes practicando con shinais. Se encontraban practicando los golpes más básicos, repitiendo una y otra vez ataques horizontales y verticales descendentes contra los muñecos, hechos de paja y madera.
Vaya...me recuerda tanto a mi..
Fue entonces cuando vi que en la zona derecha de la academia, había un pequeño ruedo con un muñeco en un extremo de éste. No pude resistir la tentación de acercarme y posicionarme en la postura básica de Kendo de espera. No portaba arma alguna en mis manos, pues tenía a Shimei Kaeru bien amarrada a mi cinturón, pero aun asistí simulé asestar un golpe al muñeco en el cuello y volví a mi posición inicial. Baje los brazos suavemente y miré mis manos curtidas y duras por el repetido uso de palos para practicar cuando era niño.
~ Qué recuerdos..
Suzaku
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Al no ver a mi hermano por ninguna parte, empecé a pensar dónde podía haberse metido. Aquel chaval era un culo inquieto y siempre estaba de aquí para allá. No me dio tiempo si quiera a tomarme algo en el bar antes de darme cuenta de dónde estaba Hayato. Él era un espadachín, al igual que yo. Lo más probable es que hubiera ido al dojo de espadachines que había en la villa, el cual era famoso por todo el mundo, y donde yo había entrenado durante algunos años de mi vida, antes de lanzarme a la aventura por el mundo.
Salí del bar y me dirigí hacia el dojo. En el camino pasé cerca de algunas tiendas, casas y árboles que me recordaban a mi infancia en la villa. Las calles que recorría corriendo para entrenar mi físico... los árboles que utilizaba para escalarlos y entrenar mi equilibrio... Todo me recordaba a mi vida hacía diez años.
Me pregunto cómo estará el dojo.
Me dirigí hacia allí, esperando encontrar a alguien conocido con quien hablar para que me contara como había ido todo en los últimos diez años.
Al llegar al dojo, todo eraba exactamente igual a como lo había dejado tiempo atrás. Abrí la puerta corrediza que daba entrada al hall del dojo. Entré lentamente, pasando primero la cabeza y mirando a derecha e izquierda por si veía a alguien. Pero no parecía haber nadie.
~ ¿Hola? ¿Hay alguien?
Silencio. No parecía haber nadie, así que decidí salir de allí, pues no quería que nadie pensara que era un ladrón o algo parecido. Pero, justo en el momento en que iba a cerrar la puerta, oí un golpe proveniente del patio de entrenamiento del dojo. Aquel golpe había sido a uno de los muñecos de entrenamiento que usábamos en el dojo, pero no había sido con arma alguna, sino que había sido físico, aunque había sonado muy potente para serlo. De todas formas, decidí ir hasta allí para investigar qué era aquello que había sonado.
Entré en el dojo y cerré la puerta detrás de mi. Caminé lentamente a través de los pasillos que me iban a llevar hasta el patio. Quería empaparme del olor característico a madera de caoba y tatami. Las habitaciones del dojo a penas habían cambiado: una sala con un gran tatami, suficiente para que un grupo grande de personas entrenara; la sala de entrenamiento personal, con un tatami más pequeño; un pequeño patio interior, protegido por cristales, donde había unos bonsais a los que le daba directamente la luz del sol gracias a un sofisticado sistema de espejos. Llegué a la puerta que daba al patio exterior y la abrí, lentamente. En el patio pude ver a mi hermano Hayato, estaba en posición de guardia de Kendo y se miraba las manos. Descendí por los tres escalones que había desde donde me encontraba hasta el suelo del patio, sonriendo. Cerré la puerta detrás de mi.
~ Hombre Hayato. No se por qué, pero sabía que estarías aquí. ¿Ves todo esto? Hace diez años yo entrenaba aquí. Y creo que es un buen lugar para comprobar cuánto has aumentado tus habilidades.
Me quedé a unos seis metros de mi hermano. Me coloqué en posición de guardia. Empujé un poco mi katana fuera de su vaina con el dedo pulgar de mi mano izquierda y la mano derecha la puse a la altura de la cara, estirada y de forma vertical, con el dorso de la mano hacia la derecha.
~ Crees... ¿Crees que podrás golpearme? No te contengas, pequeño.
Salí del bar y me dirigí hacia el dojo. En el camino pasé cerca de algunas tiendas, casas y árboles que me recordaban a mi infancia en la villa. Las calles que recorría corriendo para entrenar mi físico... los árboles que utilizaba para escalarlos y entrenar mi equilibrio... Todo me recordaba a mi vida hacía diez años.
Me pregunto cómo estará el dojo.
Me dirigí hacia allí, esperando encontrar a alguien conocido con quien hablar para que me contara como había ido todo en los últimos diez años.
Al llegar al dojo, todo eraba exactamente igual a como lo había dejado tiempo atrás. Abrí la puerta corrediza que daba entrada al hall del dojo. Entré lentamente, pasando primero la cabeza y mirando a derecha e izquierda por si veía a alguien. Pero no parecía haber nadie.
~ ¿Hola? ¿Hay alguien?
Silencio. No parecía haber nadie, así que decidí salir de allí, pues no quería que nadie pensara que era un ladrón o algo parecido. Pero, justo en el momento en que iba a cerrar la puerta, oí un golpe proveniente del patio de entrenamiento del dojo. Aquel golpe había sido a uno de los muñecos de entrenamiento que usábamos en el dojo, pero no había sido con arma alguna, sino que había sido físico, aunque había sonado muy potente para serlo. De todas formas, decidí ir hasta allí para investigar qué era aquello que había sonado.
Entré en el dojo y cerré la puerta detrás de mi. Caminé lentamente a través de los pasillos que me iban a llevar hasta el patio. Quería empaparme del olor característico a madera de caoba y tatami. Las habitaciones del dojo a penas habían cambiado: una sala con un gran tatami, suficiente para que un grupo grande de personas entrenara; la sala de entrenamiento personal, con un tatami más pequeño; un pequeño patio interior, protegido por cristales, donde había unos bonsais a los que le daba directamente la luz del sol gracias a un sofisticado sistema de espejos. Llegué a la puerta que daba al patio exterior y la abrí, lentamente. En el patio pude ver a mi hermano Hayato, estaba en posición de guardia de Kendo y se miraba las manos. Descendí por los tres escalones que había desde donde me encontraba hasta el suelo del patio, sonriendo. Cerré la puerta detrás de mi.
~ Hombre Hayato. No se por qué, pero sabía que estarías aquí. ¿Ves todo esto? Hace diez años yo entrenaba aquí. Y creo que es un buen lugar para comprobar cuánto has aumentado tus habilidades.
Me quedé a unos seis metros de mi hermano. Me coloqué en posición de guardia. Empujé un poco mi katana fuera de su vaina con el dedo pulgar de mi mano izquierda y la mano derecha la puse a la altura de la cara, estirada y de forma vertical, con el dorso de la mano hacia la derecha.
~ Crees... ¿Crees que podrás golpearme? No te contengas, pequeño.
Hayato
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Akuma no mi
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Justo después de dejar de pensar en dicha fase de mi vida, oí unos casi imperceptibles pasos detrás de mi. Al darme la vuelta descubrí que era Suzaku, mi hermano mayor que ya me había alcanzado. Suzaku parecía no estar sorprendido de encontrarme en esa parte del dojo practicando. Tenia una gran sonrisa en la cara y la mirada iluminada, se nota que estaba contento de volver a revivir partes de su pasado. Lo entendía perfectamente.
~ Si hermano, quería...recordar algunas cosas.
Suzaku había estudiado allí sus artes de espadachín. En ese momento me retó a comprobar mi habilidad adquirida con los años que pasé solo con el viejo samurái.
Es cierto, Suzaku no me ha visto pelear jamás ni hablar de ello. Es una buena oportunidad.
~ Vale Rubio, pero no me sermonees si te estropeo la permanente.
Entonces con un pestañeo miré a alrededor. Sé que Suzaku conoce este sitio bien por lo que carezco del beneficio del lugar. Tras esta pequeña broma entre hermanos me lancé en embate contra mi hermano, cargando mi peso hacia adelante, con la mano izquierda en la cintura, agarrando firmemente la funda de mi espada Shimei Kaeru y con la mano derecha delante de mi cuerpo. Cuando alcancé una distancia de metro y medio, aproximadamente, di el último paso de mi embestida, lanzando mi ataque desenvainando mi espada con un corte diagonal ascendente desde su rodilla derecha a su hombro izquierdo con el objetivo de cortar no demasiado profundo el pecho de mi hermano, seguido de la vaina que cogí en sentido inverso y siguió la misma trayectoria apuntando directamente a su cabeza, para desestabilizarlo y hacerlo perder el equilibrio y el sentido.
Nitōryū: Sentsuizan (Golpe réplicante) [AI]
Vamos hermano, demuéstrame que eres un buen espadachín.
Acto seguido, di dos rápidos saltos atras, de más o menos un metro y poco cada uno, para coger una postura defensiva y esperar su reacción, volviendo a guardar mi vaina en mi cinturón.
~ Si hermano, quería...recordar algunas cosas.
Suzaku había estudiado allí sus artes de espadachín. En ese momento me retó a comprobar mi habilidad adquirida con los años que pasé solo con el viejo samurái.
Es cierto, Suzaku no me ha visto pelear jamás ni hablar de ello. Es una buena oportunidad.
~ Vale Rubio, pero no me sermonees si te estropeo la permanente.
Entonces con un pestañeo miré a alrededor. Sé que Suzaku conoce este sitio bien por lo que carezco del beneficio del lugar. Tras esta pequeña broma entre hermanos me lancé en embate contra mi hermano, cargando mi peso hacia adelante, con la mano izquierda en la cintura, agarrando firmemente la funda de mi espada Shimei Kaeru y con la mano derecha delante de mi cuerpo. Cuando alcancé una distancia de metro y medio, aproximadamente, di el último paso de mi embestida, lanzando mi ataque desenvainando mi espada con un corte diagonal ascendente desde su rodilla derecha a su hombro izquierdo con el objetivo de cortar no demasiado profundo el pecho de mi hermano, seguido de la vaina que cogí en sentido inverso y siguió la misma trayectoria apuntando directamente a su cabeza, para desestabilizarlo y hacerlo perder el equilibrio y el sentido.
Nitōryū: Sentsuizan (Golpe réplicante) [AI]
Vamos hermano, demuéstrame que eres un buen espadachín.
Acto seguido, di dos rápidos saltos atras, de más o menos un metro y poco cada uno, para coger una postura defensiva y esperar su reacción, volviendo a guardar mi vaina en mi cinturón.
Suzaku
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El combate había empezado. Veía que Hayato tenía bastantes ganas e ilusión de enseñarme todo lo que había aprendido durante toda su estancia con su maestro samurai. Tenía a mi favor el conocimiento del campo de batalla, ya que había pasado allí bastantes años de mi vida entrenando el arte de la espada. Tras unas palabras de broma de mi hermano, como era normal en él, lanzó su ataque.
Dio un paso hacia mi mientras desenvainaba su espada en un corte diagonal ascendente, seguido con otro golpe en la misma dirección y sentido, pero esta vez de la vaina, aprovechando la inercia del primero de sus golpes.
~ ¿Un ataque frontal? No me subestimes, hermano.
Sin sacar a Kilayima de su funda, paré la primera arremetida con la vaina, con un golpe exactamente igual que el suyo, como si fuera un espejo, dejando que el golpe hiciera caer la propia vaina. Su segundo golpe lo paré con un movimiento de espada, colocándola en posición vertical con el mano arriba y la hoja debajo. Tras esto, Hayato dio dos saltos hacia atrás, los cuales seguí de cerca. Cuando estaba a una distancia de metro y medio, giré sobre mi mismo hacia la derecha mientras me agachaba, intentando golpear en mis piernas con su pierna derecha, aunque esto sólo era un método de distracción. Aprovechando la propia inercia, intenté dar un golpe con la parte ancha de la espada en el pecho de Hayato. Era bastante probable que lo acertara ya que estaría pendiente de defender la patada a las piernas. Con ese ataque no quería herir a mi hermano, simplemente marcarle la guardia. [AMB]
Es bueno. Es muy bueno. Pronto me superará.
Tras aquello, me levanté y, dando un simple paso atrás, coloqué a Kilayima con la punta en el suelo a metro y medio de mi pierna, y con la mano izquierda detrás de la espalda, esperando el siguiente movimiento de Hayato. Éste iba a ser un combate interesante que llevaba tiempo queriendo librar.
~ Vamos renacuajo, puedes hacerlo mejor.
Y le sonreí. Nos encantaba estar todo el día vacilándonos.
Dio un paso hacia mi mientras desenvainaba su espada en un corte diagonal ascendente, seguido con otro golpe en la misma dirección y sentido, pero esta vez de la vaina, aprovechando la inercia del primero de sus golpes.
~ ¿Un ataque frontal? No me subestimes, hermano.
Sin sacar a Kilayima de su funda, paré la primera arremetida con la vaina, con un golpe exactamente igual que el suyo, como si fuera un espejo, dejando que el golpe hiciera caer la propia vaina. Su segundo golpe lo paré con un movimiento de espada, colocándola en posición vertical con el mano arriba y la hoja debajo. Tras esto, Hayato dio dos saltos hacia atrás, los cuales seguí de cerca. Cuando estaba a una distancia de metro y medio, giré sobre mi mismo hacia la derecha mientras me agachaba, intentando golpear en mis piernas con su pierna derecha, aunque esto sólo era un método de distracción. Aprovechando la propia inercia, intenté dar un golpe con la parte ancha de la espada en el pecho de Hayato. Era bastante probable que lo acertara ya que estaría pendiente de defender la patada a las piernas. Con ese ataque no quería herir a mi hermano, simplemente marcarle la guardia. [AMB]
Es bueno. Es muy bueno. Pronto me superará.
Tras aquello, me levanté y, dando un simple paso atrás, coloqué a Kilayima con la punta en el suelo a metro y medio de mi pierna, y con la mano izquierda detrás de la espalda, esperando el siguiente movimiento de Hayato. Éste iba a ser un combate interesante que llevaba tiempo queriendo librar.
~ Vamos renacuajo, puedes hacerlo mejor.
Y le sonreí. Nos encantaba estar todo el día vacilándonos.
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Mi hermano Suzaku había logrado esquivar mi ataque doble sin mucho esfuerzo, haciendo gala de sus habilidades como espadachín. Su rápido movimiento de espada y su bloqueo eficaz me hizo pensar que mi hermano era mucho mejor espadachín de lo que yo había estimado. Cuando mi hermano decidió tomar la ofensiva comenzó a acercarse hacía a mi y saqué de nuevo mi espada llevándola en mi mano derecha, no quería cometer el error de estar sin capacidad defensiva ante mi hermano, aunque estando envainada, daba pie a utilizar un esquive seguido de un desenvaine atacando pero, no me fiaba de mi hermano. Cuando estaba cerca de mi, giró sobre si mismo hacia la derecha agachándose y estirando la pierna y el brazo donde portaba la espada. Mi reacción fue completamente desanimada.
Hermano, un ataque frontal dándome la espalda...
No soy un espadachín super experimentado pero, sé perfectamente que dar la espalda a un enemigo es un error, y más con un giro, que me dio todo el tiempo del mundo para dar un paso a tras, lo justo como para esquivar la patada a la que ni siquiera di atención, pero si a la espada que me venía encima y que paré con mi espada en posición vertical bloqueándola sin esfuerzo. Mientras mi hermano me trataba de decir que podía hacerlo mejor, lo corté completamente dándole un pequeño golpe en la parte de atrás de la cabeza a modo de colleja con la funda de mi espada.
Ittōryū: Colleja educativa. [ADD]
Tras eso miré a mi hermano con cara de circunstancia. No mediamos palabras. Nos miramos y asentí. Me alejé unos pasos de nuevo.
~ ¿Repetimos?
El combate va a estar interesante.
Hermano, un ataque frontal dándome la espalda...
No soy un espadachín super experimentado pero, sé perfectamente que dar la espalda a un enemigo es un error, y más con un giro, que me dio todo el tiempo del mundo para dar un paso a tras, lo justo como para esquivar la patada a la que ni siquiera di atención, pero si a la espada que me venía encima y que paré con mi espada en posición vertical bloqueándola sin esfuerzo. Mientras mi hermano me trataba de decir que podía hacerlo mejor, lo corté completamente dándole un pequeño golpe en la parte de atrás de la cabeza a modo de colleja con la funda de mi espada.
Ittōryū: Colleja educativa. [ADD]
Tras eso miré a mi hermano con cara de circunstancia. No mediamos palabras. Nos miramos y asentí. Me alejé unos pasos de nuevo.
~ ¿Repetimos?
El combate va a estar interesante.
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Cuando hice el ataque, Hayato echó la pierna derecha para atrás para defender mi ataque de distracción, al cual casi no le puso ni atención, para bloquear después con su espada la mía, evitando el golpe con el canto de mi hoja en su pecho. Tras eso, noté un golpe en mi nuca. Mi hermano había utilizado la vaina de su katana para golpearme con ella en la cabeza, a modo de colleja. Luego dio dos pasos hacia atrás, y yo me levanté.
~ Bien hermanito, veo que voy a tener que emplearme a fondo para conseguir derrotarte. A partir de ahora no será todo tan fácil. Vamos allá.
Agarré mi espada con firmeza y me lancé al ataque de Hayato. Sabía que los ataques frontales sin más no iban a poder hacer nada con él, puesto que era un gran espadachín ya formado, así que tenía que buscar la forma de atacarle sin que se diera cuenta o por su punto muerto. Pero, de cualquier manera, debía ser rápido.
Corrí hacia Hayato con la espada en mi mano derecha y el filo hacia atrás. Cuando me encontraba a cuatro metros de él y sin dejar de correr, hice un movimiento diagonal y ascendente de derecha a izquierda. A la mitad del movimiento y a unos tres metros de Hayato, cambié el giro de la espada y lo hice horizontal, lanzando una onda cortante a mi hermano a una distancia de a penas un metro gracias a la habilidad que había conseguido a lo largo de años y años de entrenamiento.[AIF]
La idea era simple: si no la esquivaba o intentaba desviarla, aquella onda sería capaz de cortar su espada, ya que mi nivel y conocimiento sobre el Kenjutsu era mucho más avanzado que el suyo; en el caso de que la esquivara, la onda cortaría el árbol que había detrás de él, a unos tres metros, haciendo que cayera y, probablemente, golpeándole. Hiciera lo que hiciera para salir airoso, algo le golpearía.
Quiero ver si eres capaz de escapar tan fácilmente de esto, Hayato-kun. Demuéstrame lo que vales.
En cuanto lancé la onda cortante, di dos saltos hacia atrás, quedándome semi agachado, con la espada apoyada en el suelo por la punta y con mi mano izquierda también apoyada en el suelo. Mi cabeza estaba levantada, mirando a Hayato y a sus movimientos. Tenía que estudiar cada uno de sus pasos, pues no era un espadachín cualquiera y había que tenerle en cuenta. No en vano, era un Shakkin.
~ Bien hermanito, veo que voy a tener que emplearme a fondo para conseguir derrotarte. A partir de ahora no será todo tan fácil. Vamos allá.
Agarré mi espada con firmeza y me lancé al ataque de Hayato. Sabía que los ataques frontales sin más no iban a poder hacer nada con él, puesto que era un gran espadachín ya formado, así que tenía que buscar la forma de atacarle sin que se diera cuenta o por su punto muerto. Pero, de cualquier manera, debía ser rápido.
Corrí hacia Hayato con la espada en mi mano derecha y el filo hacia atrás. Cuando me encontraba a cuatro metros de él y sin dejar de correr, hice un movimiento diagonal y ascendente de derecha a izquierda. A la mitad del movimiento y a unos tres metros de Hayato, cambié el giro de la espada y lo hice horizontal, lanzando una onda cortante a mi hermano a una distancia de a penas un metro gracias a la habilidad que había conseguido a lo largo de años y años de entrenamiento.[AIF]
La idea era simple: si no la esquivaba o intentaba desviarla, aquella onda sería capaz de cortar su espada, ya que mi nivel y conocimiento sobre el Kenjutsu era mucho más avanzado que el suyo; en el caso de que la esquivara, la onda cortaría el árbol que había detrás de él, a unos tres metros, haciendo que cayera y, probablemente, golpeándole. Hiciera lo que hiciera para salir airoso, algo le golpearía.
Quiero ver si eres capaz de escapar tan fácilmente de esto, Hayato-kun. Demuéstrame lo que vales.
En cuanto lancé la onda cortante, di dos saltos hacia atrás, quedándome semi agachado, con la espada apoyada en el suelo por la punta y con mi mano izquierda también apoyada en el suelo. Mi cabeza estaba levantada, mirando a Hayato y a sus movimientos. Tenía que estudiar cada uno de sus pasos, pues no era un espadachín cualquiera y había que tenerle en cuenta. No en vano, era un Shakkin.
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En es momento tras nuestra pequeña pausa, Suzaku y yo nos miramos y me dijo que iba a emplearse a fondo. No es que mi hermano me asuste pero, sé que es difícil de llevar si se lo propone. Suzaku comencó a correr hacia a mí con la espada en la mano y el filo hacia atrás, llevándola a ras de suelo. En ese momento utilicé mi mejor capacidad, mi habilidad deductiva a la hora de ver un combate de Kenjutsu.
Lleva la espada abajo. Ataques posibles, hacia arriba si el primer movimiento es rápido o si la mueve despacio y la sube será un ataque descendente.
Entonces comencé a correr hacia él con la espada enfundada agarrando fuertemente la saya en el final y mango. En el momento en el que Suzaku a unos cuatro metros de mí comenzó a mover su espada rápidamente hacia arriba en diagonal, pensé en el movimiento que ya tenía planeado. Cuando cambió su dirección de ataque en horizontal acabó dándome la ventaja total en la ofensiva. Suzaku era más alto que yo, asique me agaché lo suficiente como para colarme por debajo de su ataque mientras lanzaba su finta, esquivándolo fácilmente mientras daba la vuelta a mi espada Shimei Kaeru y comenzaba a desenvainar en diagonal golpeando desde el pecho hasta la cintura de mi hermano con el reverso de mi espada evitando cualquier peligro mortal.
Ittoryu: Gyakuten Iai (Desenvaine inverso) [AID]
La inercia de mi ataque me hizo pasar de largo de mi hermano al menos un metro, pero no iba a quedarme de espaldas a mi hermano a esa distancia puesto que ese ataque no era normal que lo hubiera derrotado y avancé al menos uno más y me di la vuelta con tal de observar el efecto de mi ataque, viendo como el árbol que había detrás de mi caía cortado por su ataque.
¡Qué potencia!...parece que he subestimado a mi hermano, qué poder..
Lleva la espada abajo. Ataques posibles, hacia arriba si el primer movimiento es rápido o si la mueve despacio y la sube será un ataque descendente.
Entonces comencé a correr hacia él con la espada enfundada agarrando fuertemente la saya en el final y mango. En el momento en el que Suzaku a unos cuatro metros de mí comenzó a mover su espada rápidamente hacia arriba en diagonal, pensé en el movimiento que ya tenía planeado. Cuando cambió su dirección de ataque en horizontal acabó dándome la ventaja total en la ofensiva. Suzaku era más alto que yo, asique me agaché lo suficiente como para colarme por debajo de su ataque mientras lanzaba su finta, esquivándolo fácilmente mientras daba la vuelta a mi espada Shimei Kaeru y comenzaba a desenvainar en diagonal golpeando desde el pecho hasta la cintura de mi hermano con el reverso de mi espada evitando cualquier peligro mortal.
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La inercia de mi ataque me hizo pasar de largo de mi hermano al menos un metro, pero no iba a quedarme de espaldas a mi hermano a esa distancia puesto que ese ataque no era normal que lo hubiera derrotado y avancé al menos uno más y me di la vuelta con tal de observar el efecto de mi ataque, viendo como el árbol que había detrás de mi caía cortado por su ataque.
¡Qué potencia!...parece que he subestimado a mi hermano, qué poder..
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Hayato se agachó justo en el momento de mi ataque, consiguiendo esquivar mi onda cortante. Mientras me esquivaba, sacó su katana girándola para intentar asestarme un golpe descendente desde el pecho hasta la cintura, ataque que esquive fácilmente rotando sobre mi pie izquierdo para que la espada pasara a escasos milímetros de mi cuerpo. Aunque el ataque me afectó, cortándome un mechón de pelo.
~ Me cago en la puta. Me has cortado mi precioso pelo. Esta te la ganas, mocoso. ¡¡ÉSTA TE LA GANAS!!
Seguí avanzando un par de metros para crear una distancia entre nosotros y me moví dos pasos a la izquierda. En lo que mi hermano Hayato no había caído era en que el árbol iba a caer... y la dirección que llevaba era la misma en la que nos encontrábamos. Con esos dos pasos, yo había conseguido evitarlo, pero mi hermano aún tendría que hacerlo, y tendría poco tiempo ya que el árbol estaba a punto de golpearle justo cuando se estaba dando la vuelta. Pero sabía que lo conseguiría esquivar. Era un Shakkin. Aunque no se lo iba a poner fácil.
Cuando el árbol golpeó el suelo, me moví hasta el lugar donde se encontraba Hayato en ese momento y, sin darle tiempo a reaccionar y entrando por su espalda, le golpeé con el mango de la espada en la parte de atrás del hombro derecho, aunque no con gran fuerza.[AM]
Entonces, miré a Hayato fijamente a los ojos. Podía ver en él verdadera pasión y dedicación a la vida de la espada. Mi hermano vivía para la espada, y eso era algo que poca gente entendía. El honor, el reconocimiento de otro espadachín... era por lo que vivíamos. Y vi aquello en los ojos de mi hermano.
Te has convertido en un fabuloso espadachín, Hayato-kun. Y tu nombre será conocido en el mundo entero como dominante de la espada.
Esta vez, no me moví de donde me encontraba, pues quería que el combate pasara a una situación más cercana y próxima. Quería ver cómo se desenvolvía mi hermano en las distancias cortas, en el cuerpo a cuerpo. Un verdadero espadachín debe ser completo y dominar todos los aspectos de su forma de combate.
Hayato se agachó justo en el momento de mi ataque, consiguiendo esquivar mi onda cortante. Mientras me esquivaba, sacó su katana girándola para intentar asestarme un golpe descendente desde el pecho hasta la cintura, ataque que esquive fácilmente rotando sobre mi pie izquierdo para que la espada pasara a escasos milímetros de mi cuerpo. Aunque el ataque me afectó, cortándome un mechón de pelo.
~ Me cago en la puta. Me has cortado mi precioso pelo. Esta te la ganas, mocoso. ¡¡ÉSTA TE LA GANAS!!
Seguí avanzando un par de metros para crear una distancia entre nosotros y me moví dos pasos a la izquierda. En lo que mi hermano Hayato no había caído era en que el árbol iba a caer... y la dirección que llevaba era la misma en la que nos encontrábamos. Con esos dos pasos, yo había conseguido evitarlo, pero mi hermano aún tendría que hacerlo, y tendría poco tiempo ya que el árbol estaba a punto de golpearle justo cuando se estaba dando la vuelta. Pero sabía que lo conseguiría esquivar. Era un Shakkin. Aunque no se lo iba a poner fácil.
Cuando el árbol golpeó el suelo, me moví hasta el lugar donde se encontraba Hayato en ese momento y, sin darle tiempo a reaccionar y entrando por su espalda, le golpeé con el mango de la espada en la parte de atrás del hombro derecho, aunque no con gran fuerza.[AM]
Entonces, miré a Hayato fijamente a los ojos. Podía ver en él verdadera pasión y dedicación a la vida de la espada. Mi hermano vivía para la espada, y eso era algo que poca gente entendía. El honor, el reconocimiento de otro espadachín... era por lo que vivíamos. Y vi aquello en los ojos de mi hermano.
Te has convertido en un fabuloso espadachín, Hayato-kun. Y tu nombre será conocido en el mundo entero como dominante de la espada.
Esta vez, no me moví de donde me encontraba, pues quería que el combate pasara a una situación más cercana y próxima. Quería ver cómo se desenvolvía mi hermano en las distancias cortas, en el cuerpo a cuerpo. Un verdadero espadachín debe ser completo y dominar todos los aspectos de su forma de combate.
Hayato
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Pensaba que mi estrategia era perfecta y que las habilidades de mi hermano no llegarían a tal punto pero...justo cuando ejecuté mi ataque de desenvaine, Suzaku se percató y lo giró pivotando sobre su pie izquierdo y esquivando mi ataque pero perdiendo un mechón de pelo en ese momento. Entonces perdió un poco los nervios y comenzó a gritarme. Suzaku apreciaba mucho su pelo, y amenazó con hacérmelas pagar por ello. Con las voces no caí en la cuenta de que el árbol que su onda de corte había tajado estaba cayendo en nuestra dirección.
~ ¡Mierda!
De un salto al lado contrario al que se había colocado él logre esquivarlo rodando por el suelo, pero no pude reaccionar ante Suzaku que se abalanzó sobre mi y lo vi justo al darme la vuelta y recibí su golpe en mi hombro izquierdo. Mientras me golpeaba pude ver claramente como la mirada de Suzaku rebosaba de energía y de orgullo. Le estaba gustando el combate y a mi también, lo estaba disfrutando al máximo. Gracias al golpe, que aunque dolió no fue suficiente como para tumbarme o desarmarme, giré instintivamente sobre mi mismo hacia la izquierda mientras llevaba mi espada con mi mano derecha hacia su vaina en la cintura al lado contrario pero sin guardarla, pasándola entre mi cuerpo y mi brazo izquierdo quedando así apuntando a Suzaku a la altura de la cintura, tratando de no dar a un punto vital, pretendiendo simplemente dañar levemente.. [AIF]
¿Se acabó?
~ ¡Mierda!
De un salto al lado contrario al que se había colocado él logre esquivarlo rodando por el suelo, pero no pude reaccionar ante Suzaku que se abalanzó sobre mi y lo vi justo al darme la vuelta y recibí su golpe en mi hombro izquierdo. Mientras me golpeaba pude ver claramente como la mirada de Suzaku rebosaba de energía y de orgullo. Le estaba gustando el combate y a mi también, lo estaba disfrutando al máximo. Gracias al golpe, que aunque dolió no fue suficiente como para tumbarme o desarmarme, giré instintivamente sobre mi mismo hacia la izquierda mientras llevaba mi espada con mi mano derecha hacia su vaina en la cintura al lado contrario pero sin guardarla, pasándola entre mi cuerpo y mi brazo izquierdo quedando así apuntando a Suzaku a la altura de la cintura, tratando de no dar a un punto vital, pretendiendo simplemente dañar levemente.. [AIF]
¿Se acabó?
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El golpe que le lancé al hombro derecho, al final acabó impactando en el izquierdo y, con la inercia del golpe y gracias a la gran habilidad que tenía mi hermano, giró sobre sí mismo y metió la espada entre su brazo y su cuerpo intentar clavármela mientras él quedaba de espaldas a mi. Yo, por mi parte, viendo cuáles eran sus intenciones, tomé medidas contraofensivas inmediatamente.
Utilicé mi vaina, que la tenía en mi lado izquierdo, para mover su espada y evitar aquel ataque tan peligroso. Pero su golpe vino mucho más rápido y fuerte de lo que yo me esperaba, así que mi movimiento no fue capaz de desviar su espada. Tras eso, hice un rápido movimiento con mi espada y se la coloqué en el cuello a mi hermano. [AIF]
La situación no podía estar más igualada: Hayato, de espaldas a mi con su espada asida en su mano derecha y con la punta apoyada en mi pecho, justo a la altura del corazón; yo, con la espada de mi hermano puesta en el pecho, tenía mi espada asida con la mano derecha y colocada en el cuello de Hayato. Aquello era un empate totalmente claro. Daba igual todo el tiempo que pasáramos peleando: nuestros niveles de espadachín estaban igualados, y aquello me encantó, pues mi hermano era mucho más poderoso de lo que yo había imaginado.
En aquel momento, di dos saltos hacia atrás para colocarme a una distancia de unos siete metros de Hayato y guardé a Kilayma en su funda. Miré a todos lados, recordando mis tiempos en los que había entrenado allí, y luego me dirigí a Hayato.
~ Ha sido un gran combate, Hayato-kun. Da igual cuánto tiempo más crucemos nuestras espadas: el resultado siempre será el mismo. Y eso me llena de orgullo y satisfacción, pues tienes un gran control sobre la espada que llevas. Serás un gran espadachín si continúas trabajando duro.
Suspiré y mi rostro cambió a uno más tierno. No podía dejar de sentir cariño y admiración por aquel hombre que tenía en frente. Era mi hermano y le quería muchísimo. Nunca olvidaría aquel combate y sabía que cada poco tiempo volveríamos a luchar para comprobar cuánto habíamos mejorado cada uno. Desde aquel momento, mi hermano y yo éramos rivales de espadas y nos ayudaríamos el uno al otro para seguir mejorando. Me di la vuelta y comencé a andar.
~ Vamos, te invito a ese trago que antes no te tomaste conmigo en el bar.
Y giré la cabeza, sonriéndole. Le hice un gesto con la mano para que me siguiera y desaparecí tras la puerta del dojo, la misma por la que había llegado al patio.
_________________________Utilicé mi vaina, que la tenía en mi lado izquierdo, para mover su espada y evitar aquel ataque tan peligroso. Pero su golpe vino mucho más rápido y fuerte de lo que yo me esperaba, así que mi movimiento no fue capaz de desviar su espada. Tras eso, hice un rápido movimiento con mi espada y se la coloqué en el cuello a mi hermano. [AIF]
La situación no podía estar más igualada: Hayato, de espaldas a mi con su espada asida en su mano derecha y con la punta apoyada en mi pecho, justo a la altura del corazón; yo, con la espada de mi hermano puesta en el pecho, tenía mi espada asida con la mano derecha y colocada en el cuello de Hayato. Aquello era un empate totalmente claro. Daba igual todo el tiempo que pasáramos peleando: nuestros niveles de espadachín estaban igualados, y aquello me encantó, pues mi hermano era mucho más poderoso de lo que yo había imaginado.
En aquel momento, di dos saltos hacia atrás para colocarme a una distancia de unos siete metros de Hayato y guardé a Kilayma en su funda. Miré a todos lados, recordando mis tiempos en los que había entrenado allí, y luego me dirigí a Hayato.
~ Ha sido un gran combate, Hayato-kun. Da igual cuánto tiempo más crucemos nuestras espadas: el resultado siempre será el mismo. Y eso me llena de orgullo y satisfacción, pues tienes un gran control sobre la espada que llevas. Serás un gran espadachín si continúas trabajando duro.
Suspiré y mi rostro cambió a uno más tierno. No podía dejar de sentir cariño y admiración por aquel hombre que tenía en frente. Era mi hermano y le quería muchísimo. Nunca olvidaría aquel combate y sabía que cada poco tiempo volveríamos a luchar para comprobar cuánto habíamos mejorado cada uno. Desde aquel momento, mi hermano y yo éramos rivales de espadas y nos ayudaríamos el uno al otro para seguir mejorando. Me di la vuelta y comencé a andar.
~ Vamos, te invito a ese trago que antes no te tomaste conmigo en el bar.
Y giré la cabeza, sonriéndole. Le hice un gesto con la mano para que me siguiera y desaparecí tras la puerta del dojo, la misma por la que había llegado al patio.
Fin de mi rol. Un gustazo, Hayato-kun :)
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Después de mi último ataque noté un impacto en mi espada y pensé que algo había salido mal. Pensé que mi golpe podía haber sido infructuoso o demasiado fuerte y haber dañado a mi hermano. Me quedé helado, no podía moverme. Entonces noté el frío metal de la espada de mi hermano en mi cuello. Estaba seguro de que mi espada lo tocaba y la suya a mi. El resultado era un empate como un templo. Había sido un combate rápido pero, gracias a ser hermanos, podíamos darnos cuenta de que por más que tratábamos de pelear y ganar no conseguíamos más que un empate claro y significativo. Aquello fue una gran alegría porque, sé que mi hermano Suzaku es un gran espadachín y yo, hoy, había estado a su altura. Suzaku se retiró varios metros atrás saltando y guardó a Kilayma en su funda. Después de una mirada a todos lados, me dijo que le había encantado el combate y mi forma de pelear.
~ Tu también lo has hecho genial hermano, me alegra haber entrenado. Tenía ganas de que me vieras pelear.
Su rostro desprendía ternura. El mío, sin embargo, admiración. Mi hermano Suzaku es un buen luchador y siempre podré aprender cosas de él. Asique guardé a Shimei Kaeru en su saya y me dirigí a mi hermano que se daba la vuelta y me invitaba a un trago. Girándose y tendiéndome la mano para que lo siguiera, tras lo cual salió por la puerta.
Yo miré al cielo. Había nubes pasando rápidamente pero abajo no se notaba aire.
Vaya...osea que el tiempo, como el aire, no corre igual para unos que para otros, ¿eh?..
Saqué de mi bolsillo el paquete de cigarrillos y saqué uno con un golpe en él y lo encendí después de habérmelo llevado a la boca. Di una primera calada y la expulsé mirando arriba y bajé la cabeza mientras guardaba el paquete y el mechero con mi apellido grabado que miré con nostalgia. Cogí la única piedra que había y la lancé al muñeco que había en el centro del campo de entrenamiento, fallando el tiro. Sonreí.
~ Vamos a por ese trago.
Miré de nuevo a la puerta y Suzaku ya se había ido.
~ ¡Será...!
Y seguí a Suzaku, corriendo, para no perderle de vista. Seguro que la próxima vez, tendría muchas más cosas que enseñarle a mi hermano, y él otras muchas a mi. Al fin y al cabo, así somos los Shakkin.
~ Tu también lo has hecho genial hermano, me alegra haber entrenado. Tenía ganas de que me vieras pelear.
Su rostro desprendía ternura. El mío, sin embargo, admiración. Mi hermano Suzaku es un buen luchador y siempre podré aprender cosas de él. Asique guardé a Shimei Kaeru en su saya y me dirigí a mi hermano que se daba la vuelta y me invitaba a un trago. Girándose y tendiéndome la mano para que lo siguiera, tras lo cual salió por la puerta.
Yo miré al cielo. Había nubes pasando rápidamente pero abajo no se notaba aire.
Vaya...osea que el tiempo, como el aire, no corre igual para unos que para otros, ¿eh?..
Saqué de mi bolsillo el paquete de cigarrillos y saqué uno con un golpe en él y lo encendí después de habérmelo llevado a la boca. Di una primera calada y la expulsé mirando arriba y bajé la cabeza mientras guardaba el paquete y el mechero con mi apellido grabado que miré con nostalgia. Cogí la única piedra que había y la lancé al muñeco que había en el centro del campo de entrenamiento, fallando el tiro. Sonreí.
~ Vamos a por ese trago.
Miré de nuevo a la puerta y Suzaku ya se había ido.
~ ¡Será...!
Y seguí a Suzaku, corriendo, para no perderle de vista. Seguro que la próxima vez, tendría muchas más cosas que enseñarle a mi hermano, y él otras muchas a mi. Al fin y al cabo, así somos los Shakkin.
Rol terminado.
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