Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
~La Boda Carmesí~
- Spoiler:
El capitán Legan Legim tiene un pasado bastante misterioso, pocos o casi nadie que siga vivo conoce la historia de este pirata que algunas veces trabaja para la armada revolucionaria, es más, se pueden contar con los dedos de una mano, cuantos conocen el verdadero nombre del capitán y seguramente sobren muchos dedos de dicha mano.
Leonardo se llamaba el joven de cabellos plateados que deambulaba por las calles de una famosa villa, Villa Fucsia. Leonardo era un joven de 21 años y medio, sus cabellos eran blancos como la nieve, y su mirada era fría y vacía, carente de sentimientos ¿La razón? Esa es otra historia que otro día será contada, hoy, es el día en el que un pequeño gesto de Leonardo, corazón de hielo apodado en aquel entonces, cambiaría la vida de una joven niña.
Una boda se celebraba en la Villa Fucsia, la hija de una familia bien iba a casarse con un hombre que ya rondaba los cuarenta y poseía una gran riqueza. La hija tenía 16 años, se llamaba Kanae Takamire, había sido educada desde muy niña para este momento, el momento en donde se convertiría en la mujer de un hombre rico, el día en el que su vida cambiaría por completo y pasaría de ser una joven niña a una esposa joven que debería de tener contento al marido y ser capaz de darle varios hijos que heredasen sus riquezas y continuasen el linaje de su familia.
Sin embargo, el tío de la niña tenía una ambición mucho mayor que cualquiera. Él sabía que si todo salía como planeaba, él recibiría toda la herencia para si solo, sin embargo, esto debía de ocurrir tras la boda, de ocurrir antes, perdería todo el dinero. Así pues, el tío, habiendo escuchado los rumores de un gran asesino a sueldo, le hizo llamar, este asesino se llamaba Leonardo "Corazón de hielo"
La misión era sencilla, ir a la boda que se celebraba por la mañana, y matar a todos los presentes, no dejar a nadie con vida. Pero debería de ser después de que se hiciera oficial el matrimonio, si lo hacía antes, no valdría de nada. Así pues, el joven Leonardo, quién muchos años después sería conocido como el Capitán Legan Legim, iba hacia la boda con el fin de matarlos a todos, sin dejar un cuerpo siquiera con vida.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Esa noche de luna llena todos en mi casa se encontraban andando de un lado para otro preparando los entresijos de la boda que sería celebrada mañana de forma inminente, aún no conocía siquiera a mi prometido, le conocería en el altar, pero eso en mi familia era de poca importancia. Según los rumores que me confesaban las doncellas mi futuro esposo sería un hombre que me duplicaba la edad. Esa noche no quería hablar con nadie, me puse en el porche de mi gran mansión a ver la luna y las estrellas ya que eran lo único que me hacía olvidar y recordar la promesa de mis difuntos hermanos que con esta boda se disipaba cómo como el humo en el aire.
Las doncellas de la casa preparaban la zona donde se celebraría el banquete después de la celebración, como de costumbre la boda la pagaba el novio mientras que el lugar de encuentro lo podría la novia. La boda se celebraría mañana por la mañana con los primeros rayos de sol en la iglesia principal del pueblo. Era un acontecimiento importante ya que todo el lugar estaría presente en la boda, no todos los días se desposa un miembro de la familia real. Mis padres estaban emocionados, el sueño que siempre habían querido por fin se estaba cumpliendo, la familia más rica y poderosa del lugar al fin tendrían lazos de sangre con la realeza, y como no, yo sería la causa... La verdad es que yo me limitaba a mirar todo con desgana desde el porche mirando y acariciando el collar con el símbolo de la familia Takamire, tenía ganas de llorar pero no quería darle esa satisfacción a mis padres ni decepcionar a mis hermanos que me mirarían desde el cielo. En ese entonces era una niña un poco confiada e ingenua... al fin y al cabo solo tenía 16 años de edad. Los rasgos aniñados se notaban en mi cara redondita y mis ojos grandes que ahora estaban tristes.
Se supone que debía ser feliz, mañana era mi boda y todos esperaban el acontecimiento con ansia y felicidad. Todos... excepto yo al parecer, tantas horas de estudio me proporcionaron conocimientos de otras culturas y costumbres, no estaba de acuerdo con casarme con alguien a quien apenas conocía aunque me hubiesen educado para eso. Ansiaba conocer mundo, ver las otras culturas con mis propios ojos y no a través de los libros que tanto llegué a aborrecer. Por no hablar de que sabía que mi libertad se acabaría con esta boda, seré la esposa de alguien de la familia real, mi deber era la casa, los hijos y cuidar de mi esposo, calmarle cuando estuviese nervioso, curarle cuando estuviese herido, darle mi cuerpo cuando lo desease... Mis deseos, mi opinión... ya nada tendría valor. En realidad en mi familia nunca lo tuvo demasiado, los únicos que me tenían en cuenta eran mis hermanos mayores. Cuanto les echaba de menos...
Mis pensamientos inundaban mi cabeza con todo lo sucedido en mi familia a lo largo de los años, mis hermanos, y su promesa de escapar conmigo antes de que este día llegase... Pensaba en mi padre y en sus aventuras con otras mujeres, en mi madre con su actitud de asentir y callar... y ahora en mí... no me agradaba la idea de ser como mi madre, de ver como mi esposo frecuenta a otras mujeres y como vuelve a casa después para reclamar lo que es suyo, mi madre ya ha sufrido algunas enfermedades y en ocasiones algunas bastante grabes por culpa de mi padre. Me negaba a ser como ella, pero no tenía más opción.
¿Que podía hacer una niña de 16 años como yo contra el mundo?
Esa pregunta resonaba en mi cabeza mientras apretaba en mi mano las cadenas del colgante antes de estamparlo contra una pared. Me quedé mirándolo unos segundos, por alguna razón no podía dejarlo ahí, me daba bellos recuerdos de mis hermanos, al fin y al cabo era lo único que ellos me regalaron y que aún conservaba... era cierto que ese collar significaba mi esclavitud con mi apellido y mi familia, pero también era cierto que ellos fueron quienes eligieron su diseño para mí, y con su entrega una promesa "Juramos que te sacaremos de aquí pequeñaja", seguido de despeinarme con sus enormes manos, no sabía la razón pero esos pensamientos dibujaban una sonrisa tonta en mi triste rostro. Cada collar de la familia tiene un diseño exclusivo para cada miembro para evitar imitaciones los collares de los miembros de la familia fallecidos se enterraban con ellos. Por lo que no había 2 collares iguales, además se grababa en la parte de atrás del colgante el nombre del miembro de la familia al que pertenece.
Recogí el colgante del suelo y lo pegué a mi pecho, en esa posición continué mirando la luna esperando que llegase lo que yo consideraba el principio del fin.
-Kanae...¡KANAE! ¡Ven ahora mismo tenemos que probarte el vestido!
Las frías palabras de mi madre me despertaron de mi letargo. Puse mi collar en mi cuello y me acerqué para cumplir las exigencias de dicha mujer. Se supone que una hija ha de amar a sus padres, pero ese no era mi caso, les odiaba profundamente... Por lo que pasó con mis hermanos, por lo que se hacían a sí mismos y por lo que me estaban haciendo a mí. Esa noche fue ajetreada, mi padre y mi madre se aseguraron de que todo estuviese perfecto antes de que llegase el amanecer, y por lo tanto antes de dejarme ir dormir, por suerte el tiempo se me hizo corto retraída en mis pensamientos y al fin pude deshacerme del bullicio entres las sábanas de mi cama.
Las doncellas de la casa preparaban la zona donde se celebraría el banquete después de la celebración, como de costumbre la boda la pagaba el novio mientras que el lugar de encuentro lo podría la novia. La boda se celebraría mañana por la mañana con los primeros rayos de sol en la iglesia principal del pueblo. Era un acontecimiento importante ya que todo el lugar estaría presente en la boda, no todos los días se desposa un miembro de la familia real. Mis padres estaban emocionados, el sueño que siempre habían querido por fin se estaba cumpliendo, la familia más rica y poderosa del lugar al fin tendrían lazos de sangre con la realeza, y como no, yo sería la causa... La verdad es que yo me limitaba a mirar todo con desgana desde el porche mirando y acariciando el collar con el símbolo de la familia Takamire, tenía ganas de llorar pero no quería darle esa satisfacción a mis padres ni decepcionar a mis hermanos que me mirarían desde el cielo. En ese entonces era una niña un poco confiada e ingenua... al fin y al cabo solo tenía 16 años de edad. Los rasgos aniñados se notaban en mi cara redondita y mis ojos grandes que ahora estaban tristes.
Se supone que debía ser feliz, mañana era mi boda y todos esperaban el acontecimiento con ansia y felicidad. Todos... excepto yo al parecer, tantas horas de estudio me proporcionaron conocimientos de otras culturas y costumbres, no estaba de acuerdo con casarme con alguien a quien apenas conocía aunque me hubiesen educado para eso. Ansiaba conocer mundo, ver las otras culturas con mis propios ojos y no a través de los libros que tanto llegué a aborrecer. Por no hablar de que sabía que mi libertad se acabaría con esta boda, seré la esposa de alguien de la familia real, mi deber era la casa, los hijos y cuidar de mi esposo, calmarle cuando estuviese nervioso, curarle cuando estuviese herido, darle mi cuerpo cuando lo desease... Mis deseos, mi opinión... ya nada tendría valor. En realidad en mi familia nunca lo tuvo demasiado, los únicos que me tenían en cuenta eran mis hermanos mayores. Cuanto les echaba de menos...
Mis pensamientos inundaban mi cabeza con todo lo sucedido en mi familia a lo largo de los años, mis hermanos, y su promesa de escapar conmigo antes de que este día llegase... Pensaba en mi padre y en sus aventuras con otras mujeres, en mi madre con su actitud de asentir y callar... y ahora en mí... no me agradaba la idea de ser como mi madre, de ver como mi esposo frecuenta a otras mujeres y como vuelve a casa después para reclamar lo que es suyo, mi madre ya ha sufrido algunas enfermedades y en ocasiones algunas bastante grabes por culpa de mi padre. Me negaba a ser como ella, pero no tenía más opción.
¿Que podía hacer una niña de 16 años como yo contra el mundo?
Esa pregunta resonaba en mi cabeza mientras apretaba en mi mano las cadenas del colgante antes de estamparlo contra una pared. Me quedé mirándolo unos segundos, por alguna razón no podía dejarlo ahí, me daba bellos recuerdos de mis hermanos, al fin y al cabo era lo único que ellos me regalaron y que aún conservaba... era cierto que ese collar significaba mi esclavitud con mi apellido y mi familia, pero también era cierto que ellos fueron quienes eligieron su diseño para mí, y con su entrega una promesa "Juramos que te sacaremos de aquí pequeñaja", seguido de despeinarme con sus enormes manos, no sabía la razón pero esos pensamientos dibujaban una sonrisa tonta en mi triste rostro. Cada collar de la familia tiene un diseño exclusivo para cada miembro para evitar imitaciones los collares de los miembros de la familia fallecidos se enterraban con ellos. Por lo que no había 2 collares iguales, además se grababa en la parte de atrás del colgante el nombre del miembro de la familia al que pertenece.
Recogí el colgante del suelo y lo pegué a mi pecho, en esa posición continué mirando la luna esperando que llegase lo que yo consideraba el principio del fin.
-Kanae...¡KANAE! ¡Ven ahora mismo tenemos que probarte el vestido!
Las frías palabras de mi madre me despertaron de mi letargo. Puse mi collar en mi cuello y me acerqué para cumplir las exigencias de dicha mujer. Se supone que una hija ha de amar a sus padres, pero ese no era mi caso, les odiaba profundamente... Por lo que pasó con mis hermanos, por lo que se hacían a sí mismos y por lo que me estaban haciendo a mí. Esa noche fue ajetreada, mi padre y mi madre se aseguraron de que todo estuviese perfecto antes de que llegase el amanecer, y por lo tanto antes de dejarme ir dormir, por suerte el tiempo se me hizo corto retraída en mis pensamientos y al fin pude deshacerme del bullicio entres las sábanas de mi cama.
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Acababa de llegar Villa Fucsia y por fin pisaba tierra tras varios días navegando junto a unos pescadores. Estos circulaban por los cuatro mares llevando el pescado que pescaban al Grand Line, donde estos peces no suelen existir, era algo sacrificado, el mero hecho de ir hacia el Grand Line era más que arriesgado, pero las cosas cada vez se ponían más duras y no quedaba más remedio. Las familias notaban como el mundo cambiaba, poco a poco se iba modernizando, y la piratería, la revolución, o simplemente bandidos, solo complicaban la existencia a las familias humildes que se dedicaban exclusivamente a vivir y mantener a sus hijos.
Poco me importaba a mí esto, realmente, no había mucho que me importase en esta vida, todo me venía dando igual, había perdido todas las ganas de vivir, y no por nadie a quién odiar, así que en mi corazón, en mi mirada, en mi ser, solo había un tremendo vacío, no tenía nada que perder. Si tuviese las agallas suficientes, me habría quitado la vida yo mismo hace ya mucho, sin embargo, no las tenía, y mi instinto de supervivencia aún seguía latente, haciendo que siguiera comiendo para mantenerme vivo, siguiera respirando y evitase los caminos que me llevasen a la muerte de forma directa. Lo único que hice para poder asegurarme morir pronto era empezar como un asesino en serie, y para mi pesar, se me daba demasiado bien, mi frialdad a la hora de matar estaba haciéndose famosa, lo cual tenía un lado positivo, pronto vendrían a mi guerreros fuertes deseando matarme, acabar con mi vida y llevarse eso a su propia fama personal. Así pues, solo era cuestión de tiempo que ocurriese ello.
Salí de mis pensamientos y me centré en mi camino al pueblo, donde observé a los niños jugando en la plaza, notaba en mi corazón un pequeño impulso de alegría, hace unos años siempre me había gustado ver a los niños jugar, me trasmitía alegría, pero rápidamente se deshizo en todo lo contrario, un mar de odio que arrasaba con toda esa alegría instantánea, para después pasar a ser simple indiferencia y vacío de nuevo. En mi corazón aún había una lucha interna entre el odio y el amor, no sabía el motivo, creía que estaría ya destruido esos sentimientos, pero aún no lo estaban. Seguí mi camino hasta la iglesia, observé cómo la gente estaba algo alterada y me dediqué a escuchar la conversación de los que estaban por el lugar, ya tenía fuentes de información fiables que me dio el hombre que me contrató, pero las habladurías de los pueblos solía completar mucho la información de la que disponía, eso era algo que había aprendido a lo largo de mis viajes como asesino a sueldo.
Se hizo la noche, fue entonces cuando me dirigí a la casa del cura, esta sería mi baza principal en esta matanza, la información que había recogido en el día de hoy me confirmaba lo que me dijo ese hombre, el cura era el único que trabajaba por y para la iglesia, era un hombre solitario que vivía alejado del pueblo y no quería nada con nadie fuera de las horas de trabajo. Precisamente por esta actitud, casi nadie iba a la iglesia, motivo por el cual muy pocos conocían al hombre. Según escuché, se trataba de un joven cura de cabellos blancos, por la descripción, tenía el mismo color que yo, una suerte, pero en menor tamaño.
- Bien, podré estar en esa boda, delante del novio y la novia, que placer señor, oh mi benévolo señor – Pensé con ironía mientras por fin veía la casa del cura.
Miré a mi alrededor, no había nadie cerca, ni si quiera una casa, por lo que no tendría nada de lo que preocuparme. Sin decir nada toqué la puerta tres veces con el puño cerrado esperando una respuesta que jamás existió, sin embargo, pude percibir al otro lado algunos ruidos. Instintivamente miré a los lados y con una sonrisa derribé la puerta.
Una vez dentro vi al cura desnudo y boca abajo mirándome con una botella de alcohol en mi mano, ante esta imagen me sacudí las manos cerrando la puerta tras de mí y sacando de mi cintura una pequeña hacha que siempre guardaba allí. Lentamente me acerqué a él, quién confundido pero furioso me recriminaba que hacía allí.
- ¡Ey! ¿No sabes quién soy? ¡FUERA DE AQUÍ!
Mi sonrisa fue la única respuesta que recibió, aunque acompañada de una patada en la botella haciendo que esta se partiese sobre él. De forma violenta clavé mi rodilla en su espalda impidiendo el movimiento y con una gran ola de fuerza mezclada de odio clavé el hacha en su cabeza. La sangre salpicó por todos los lados y un charco de color carmesí empezaba a emanar de su cabeza. Pisando la cabeza separé el hacha de su cabeza y la volví a descargar sobre el cuello dejando el hacha en la mitad de este. La primera muerte de esta boca acaba de ser cometida.
Había sido una suerte para mí que el cura estuviese borracho, sería un justificante a mi olor a alcohol, y al estar desnudo dejó intacta la ropa de cura, así que solo tuve que trocearlo y lanzarlo a la chimenea para que el fuego consumiese su cuerpo dejando solo los huesos entre las cenizas de su propio cuerpo.
- Trabaja para dios, que él te ascenderá hasta los cielos… no sé si ese dios tuyo cogerá tu sucia alma de borracho y la llevará a los cielos, pero no te preocupes, el humo que desprende tu cuerpo al ser quemado, ascendió a los cielos, te lo puedo asegurar – Dije observando las llamas con un gesto totalmente indiferente y vacío.
Cayó la media noche por fin, y en esta, tras recoger todo el desastre junto a la sangre que había producido con mis tan violentas acciones, decidí intentar dormir en la cama del hombre al que acaba de matar con el hacha ya limpia de su sangre en su lugar. Mañana sería otro día, un día donde sin dudar habría una masacre y sería conocido en todo el lugar durante años y años, la llamarían la boda trágica quizás, o quizás dirán que eran unas bodas de sangre en alusión a toda la sangre que se derrame… realmente, se lo dejaría a la originalidad de aquellos que escriban sobre mis acciones, poco me importaba, la verdad, serviría para aumentar mi prestigio, que es lo único que quería con el fin de ser asesinado por un verdadero guerrero que sea capaz de sentir algo y ser feliz o sentirse orgulloso de ello.
Poco me importaba a mí esto, realmente, no había mucho que me importase en esta vida, todo me venía dando igual, había perdido todas las ganas de vivir, y no por nadie a quién odiar, así que en mi corazón, en mi mirada, en mi ser, solo había un tremendo vacío, no tenía nada que perder. Si tuviese las agallas suficientes, me habría quitado la vida yo mismo hace ya mucho, sin embargo, no las tenía, y mi instinto de supervivencia aún seguía latente, haciendo que siguiera comiendo para mantenerme vivo, siguiera respirando y evitase los caminos que me llevasen a la muerte de forma directa. Lo único que hice para poder asegurarme morir pronto era empezar como un asesino en serie, y para mi pesar, se me daba demasiado bien, mi frialdad a la hora de matar estaba haciéndose famosa, lo cual tenía un lado positivo, pronto vendrían a mi guerreros fuertes deseando matarme, acabar con mi vida y llevarse eso a su propia fama personal. Así pues, solo era cuestión de tiempo que ocurriese ello.
Salí de mis pensamientos y me centré en mi camino al pueblo, donde observé a los niños jugando en la plaza, notaba en mi corazón un pequeño impulso de alegría, hace unos años siempre me había gustado ver a los niños jugar, me trasmitía alegría, pero rápidamente se deshizo en todo lo contrario, un mar de odio que arrasaba con toda esa alegría instantánea, para después pasar a ser simple indiferencia y vacío de nuevo. En mi corazón aún había una lucha interna entre el odio y el amor, no sabía el motivo, creía que estaría ya destruido esos sentimientos, pero aún no lo estaban. Seguí mi camino hasta la iglesia, observé cómo la gente estaba algo alterada y me dediqué a escuchar la conversación de los que estaban por el lugar, ya tenía fuentes de información fiables que me dio el hombre que me contrató, pero las habladurías de los pueblos solía completar mucho la información de la que disponía, eso era algo que había aprendido a lo largo de mis viajes como asesino a sueldo.
Se hizo la noche, fue entonces cuando me dirigí a la casa del cura, esta sería mi baza principal en esta matanza, la información que había recogido en el día de hoy me confirmaba lo que me dijo ese hombre, el cura era el único que trabajaba por y para la iglesia, era un hombre solitario que vivía alejado del pueblo y no quería nada con nadie fuera de las horas de trabajo. Precisamente por esta actitud, casi nadie iba a la iglesia, motivo por el cual muy pocos conocían al hombre. Según escuché, se trataba de un joven cura de cabellos blancos, por la descripción, tenía el mismo color que yo, una suerte, pero en menor tamaño.
- Bien, podré estar en esa boda, delante del novio y la novia, que placer señor, oh mi benévolo señor – Pensé con ironía mientras por fin veía la casa del cura.
Miré a mi alrededor, no había nadie cerca, ni si quiera una casa, por lo que no tendría nada de lo que preocuparme. Sin decir nada toqué la puerta tres veces con el puño cerrado esperando una respuesta que jamás existió, sin embargo, pude percibir al otro lado algunos ruidos. Instintivamente miré a los lados y con una sonrisa derribé la puerta.
Una vez dentro vi al cura desnudo y boca abajo mirándome con una botella de alcohol en mi mano, ante esta imagen me sacudí las manos cerrando la puerta tras de mí y sacando de mi cintura una pequeña hacha que siempre guardaba allí. Lentamente me acerqué a él, quién confundido pero furioso me recriminaba que hacía allí.
- ¡Ey! ¿No sabes quién soy? ¡FUERA DE AQUÍ!
Mi sonrisa fue la única respuesta que recibió, aunque acompañada de una patada en la botella haciendo que esta se partiese sobre él. De forma violenta clavé mi rodilla en su espalda impidiendo el movimiento y con una gran ola de fuerza mezclada de odio clavé el hacha en su cabeza. La sangre salpicó por todos los lados y un charco de color carmesí empezaba a emanar de su cabeza. Pisando la cabeza separé el hacha de su cabeza y la volví a descargar sobre el cuello dejando el hacha en la mitad de este. La primera muerte de esta boca acaba de ser cometida.
Había sido una suerte para mí que el cura estuviese borracho, sería un justificante a mi olor a alcohol, y al estar desnudo dejó intacta la ropa de cura, así que solo tuve que trocearlo y lanzarlo a la chimenea para que el fuego consumiese su cuerpo dejando solo los huesos entre las cenizas de su propio cuerpo.
- Trabaja para dios, que él te ascenderá hasta los cielos… no sé si ese dios tuyo cogerá tu sucia alma de borracho y la llevará a los cielos, pero no te preocupes, el humo que desprende tu cuerpo al ser quemado, ascendió a los cielos, te lo puedo asegurar – Dije observando las llamas con un gesto totalmente indiferente y vacío.
Cayó la media noche por fin, y en esta, tras recoger todo el desastre junto a la sangre que había producido con mis tan violentas acciones, decidí intentar dormir en la cama del hombre al que acaba de matar con el hacha ya limpia de su sangre en su lugar. Mañana sería otro día, un día donde sin dudar habría una masacre y sería conocido en todo el lugar durante años y años, la llamarían la boda trágica quizás, o quizás dirán que eran unas bodas de sangre en alusión a toda la sangre que se derrame… realmente, se lo dejaría a la originalidad de aquellos que escriban sobre mis acciones, poco me importaba, la verdad, serviría para aumentar mi prestigio, que es lo único que quería con el fin de ser asesinado por un verdadero guerrero que sea capaz de sentir algo y ser feliz o sentirse orgulloso de ello.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por fin llegó la mañana, los primeros rallos de sol se acogían a mis sonrojadas mejillas, pero esa paz duraría poco, concretamente con la voz de mi madre aporreando la puerta. Me levanté con desgana y parsimonia, me acerqué lentamente la puerta y la abrí con suavidad y lentitud. Aún no había terminado de abrir la puerta cuando la mano de mi madre me agarró de la muñeca y tiró de mi metiéndome en el estrecho hueco de la apertura de la puerta que logré abrir. Mi madre tiraba de mí con fuerza por entre los pasillos y con una mirada enfadada por haberme quedado durmiendo hasta última hora me lanzó literalmente hacia las ciadas las cuales me atraparon al vuelo frenando mi caída
-¡Peinadla, pintadla y haced lo que sea necesario con ella antes de ponerle el vestido!
Las doncellas me llevaron a la sala para hacerme todo lo necesario, primero me desnudaron para darme un baño , al quitarme la ropa se podía ver mi cuerpo aún aniñado , sin demasiadas curvas ni caderas, de hecho aún apenas tenía vello, ni pecho alguno, la verdad es que era una chica bastante plana incluso para mi edad. Era una chica normal como cualquier otra mi rostro redondeado contrastaban con mi cuerpo poco desarrollado, parecía incluso más joven de lo que realmente era, tenía unos ojos alegres y llenos de vida que miraban a las doncellas a las que quería más que incluso a su propia familia. Ella se metió en el baño odiaba que hiciesen todo por ella pero era la obligación de las doncellas ocuparse de su "señorita", la enjabonaron y enjuagaron, limpiaron su corto cabello morado el cual le llegaba por encima de los hombros. Era una chica hermosa a pesar de su edad pero con una apariencia corporal poco femenina en ese entonces, tal vez por su cuerpo poco desarrollado parecía más un chico que una chica. Aunque sus gruesos labios rosados delataban su sexo.
Tras ser bañada por las doncellas, éstas la peinaron con un peinado lo más adulto posible para intentar disimular sus rasgos jóvenes y aniñados. Tras eso la vistieron, el vestido era blanco y muy pomposo cosa que yo odiaba a muerte, ocultaba casi todo su cuerpo con encajes y tela tapándole incluso el cuello y los brazos dejando libre solo las manos y la cabeza, pero incluso con lo pomposo que era el vestido para intentan disimular la falta de pecho y su cuerpo aniñado, el vestido ceñido delataba su pecho plano como tabla de planchar y su falta de curvas. A pesar de todo la chica no era fea ni siquiera ese vestido ocultaba los hermosos rasgos de su rostro. La falda la cual poseía un enorme cancán por debajo la hacía parecer aún más grande y pomposa impidiendo enormemente mi movimiento. Tras enfundarme en ese horroroso vestido las doncellas me maquillaron para resaltar mis rasgos y ocultar las características aniñadas, lograron hacerlo... o al menos como pudieron. Pintarme demasiado significaba estropearme en vez de mejorarme por lo que decidieron solo echarme polvos, pintarme los labios y un poco la línea del ojo por lo que seguía aún pareciendo una niña pero al menos un poco más madura. Y como no me enfundaron en unos enormes tacones para suplir mi estatura.
Tras todos estos preparativos me acompañaron al carruaje de mi padre en el cual apenas podía entrar gracias a la dichosa falda. Recuerdo que miraba por la ventana mientras me dirigía a la iglesia y pensaba en mi sueño de viajar y vivir aventuras. Por fin llegué a la iglesia mi mirada alegre, mi sonrisa amistosa y mi voz dulce ocultaban el dolor que sentía en mi interior. Entré en la iglesia y ya estaba todo preparado. Mis ojos se dirigieron al cura el cual se encontraba de pié justo detrás del altar, no supe porqué pero me recordó mucho a uno de mis hermanos mayores, no era especialmente mayor pero tenía el pelo blanco, sus rasgos faciales eran hermosos y me agradaban , la verdad me sorprendió ver a un muchacho como ese como cura. Mi idea siempre fue de personas mayores o feas ejerciendo el sacerdocio, pero ese chico se salía de mis expectativas.
Intentaba mantener la sonrisa alegre y la voz amistosa todo lo que podía pero en los momentos en los que nadie miraba me daban flaquezas de debilidad y mi expresión alegre se convertía en una mirada al suelo triste. En ese momento reparé en la atenta mirada del sacerdote que me miraba desde su posición, recuerdo que pensé "Oh... me ha visto ¿que hago? espero que lo entienda y no diga nada..." , me acerqué al sacerdote para dirigirle la palabra y explicarme cuando la voz histérica de mi padre apareció chillando desde la calle hasta los pasillos de la iglesia
-¿¡¡PERO SE PUEDE SABER QUIEN SE CREE ESE MISERABLE QUE ES PARA HACER ESTO!!?
Miré a mi padre mientras me mordía la carne del interior de la boca con algo de timidez, con una voz dulce y suave a la par que temblorosa que le denotaba miedo a la presencia de aquel hombre, decidí responderle.
-¿Qué...que sucede padre?
Dije mientras le miraba con una mirada de miedo mientras agarré mis manos por delante de mí demostrando una actitud sumisa y miedosa. Mi padre me miró de mala gana y empezó a gritarme como de costumbre descargando su ira sobre mí de sus frustraciones.
- ¡¿QUE ME PASA?! QUE...¡¿QUE ME PASA?! ¡¿QUE ME PASA DICE LA INÚTIL DE MI HIJA?! PUES RESULTA QUE TU QUERIDO ESPOSO NO VENDRÁ HASTA LA TARDE YA QUE EL BARCO QUE LE TRAÍA DE VUELTA A SUFRIDO UNA AVERÍA Y TUBO QUE ATRACAR EN OTRA DICHOSA ISLA ANTES DE VENIR. ESO QUIERE DECIR QUE LLEGARÁ CON RETRASO...
Intenté calmar a mi padre dedicándole una dulce sonrisa e intentando hablarle con dulzura para que se calmase, la verdad es que mi padre me daba bastante miedo por ese entonces. Mi voz temblorosa empezó a salir de mi boca de forma dulce.
-Si... le decimos a los invitados que la boda se retrasa no pasará nada... relájese padre...
Pronto descubrí que jamás debí haber intentado razonar con él, ya que cuando está ciego de ira no le importaba quien andase delante, su esposa, su hija o una doncella, siempre y cuando no fuese un hombre que pudiese plantarle cara, él lo golpeaba. Sin esperarlo le vi acercarse a mí de forma agresiva, intenté retroceder unos pasos pero el vestido no me dejo moverme demasiado, miré hacia atrás un segundo para saber cómo moverme pero cuando volví a mirar hacia delante la mano de mi padre ya estaba demasiado cerca como para esquivarla. Recibí un tremendo guantazo por su parte que me hizo caer al suelo, no contento con eso él avanzó hacia mí con la intención de seguir pegándome, me arrastré por el suelo hacia atrás con una expresión de miedo en mi rostro para intentar huir. Mi padre estaba a punto de darme una patada cuando mi madre le agarró del hombro con las siguientes palabras.
-¡CARIÑO! Si la golpeas y su esposo la ve quizás no la quiera como esposa...Lo mejor será esperarle piensa que es por la sangre de nuestra familia.
Mi padre paró en seco su ataque y se dio la vuelta para marcharse no sin antes golpear con un guantazo a mi madre también por haberle desafiado. Él no dijo nada pero no hacía falta hacerlo, él salió de la habitación malhumorado y mi madre se quedó conmigo. Cuando mi padre se marchó mi madre me dedico una mirada fulminante que una persona normal no dedicaría ni a la persona a la que más odiaba, con una voz ruda y de odio me dijo un simple.
-Todo por no callarte inútil... espero que al menos valgas para algo y nos proporciones un título real...
Por supuesto todo lo sucedido quedaba entre el cura y nosotros , como no, ellos guardaban siempre las apariencias y jamás se hubiesen comportado de esa forma si hubiese habido público. Mi madre te miró unos segundos y colocándote una bolsa de dinero en tu mesa hizo lo que siempre hacían cuando querían que la gente guardase silencio, sobornarlas. No te dijo nada tampoco hacía falta, era evidente para qué era el dinero. Tras hacer eso se marchó de la iglesia dejándome dentro de esta. Por supuesto tampoco me hizo falta preguntar si podía salir puesto que nadie podía ver a la novia antes de la boda excepto el cura, los padres y los sirvientes que la prepararon.
Sentada aún en el suelo dejé que mi pelo cállese sobre mi rostro, solo pudiste ver cómo me mordía el labio inferior por la impotencia, mordiendo tan fuerte que incluso logré que un hilo de sangre cayese de mi boca hacia mi barbilla, mis manos se aferraron con fuerza a sí mismas arañando el suelo, mi cuerpo temblaba por la fuerza en la que apretaba mis puños. A los pocos segundos escuchaste como di un suspiro, mis manos dejaron de apretar relajándose poco a poco y dejé de morderme el labio, me limpié la sangre con la mano derecha y me levanté poniéndome de pié, a pesar de todo ese acto demostraba la enorme fuerza interior que en realidad poseía, pero que aún no había desarrollado...
-¡Peinadla, pintadla y haced lo que sea necesario con ella antes de ponerle el vestido!
Las doncellas me llevaron a la sala para hacerme todo lo necesario, primero me desnudaron para darme un baño , al quitarme la ropa se podía ver mi cuerpo aún aniñado , sin demasiadas curvas ni caderas, de hecho aún apenas tenía vello, ni pecho alguno, la verdad es que era una chica bastante plana incluso para mi edad. Era una chica normal como cualquier otra mi rostro redondeado contrastaban con mi cuerpo poco desarrollado, parecía incluso más joven de lo que realmente era, tenía unos ojos alegres y llenos de vida que miraban a las doncellas a las que quería más que incluso a su propia familia. Ella se metió en el baño odiaba que hiciesen todo por ella pero era la obligación de las doncellas ocuparse de su "señorita", la enjabonaron y enjuagaron, limpiaron su corto cabello morado el cual le llegaba por encima de los hombros. Era una chica hermosa a pesar de su edad pero con una apariencia corporal poco femenina en ese entonces, tal vez por su cuerpo poco desarrollado parecía más un chico que una chica. Aunque sus gruesos labios rosados delataban su sexo.
Tras ser bañada por las doncellas, éstas la peinaron con un peinado lo más adulto posible para intentar disimular sus rasgos jóvenes y aniñados. Tras eso la vistieron, el vestido era blanco y muy pomposo cosa que yo odiaba a muerte, ocultaba casi todo su cuerpo con encajes y tela tapándole incluso el cuello y los brazos dejando libre solo las manos y la cabeza, pero incluso con lo pomposo que era el vestido para intentan disimular la falta de pecho y su cuerpo aniñado, el vestido ceñido delataba su pecho plano como tabla de planchar y su falta de curvas. A pesar de todo la chica no era fea ni siquiera ese vestido ocultaba los hermosos rasgos de su rostro. La falda la cual poseía un enorme cancán por debajo la hacía parecer aún más grande y pomposa impidiendo enormemente mi movimiento. Tras enfundarme en ese horroroso vestido las doncellas me maquillaron para resaltar mis rasgos y ocultar las características aniñadas, lograron hacerlo... o al menos como pudieron. Pintarme demasiado significaba estropearme en vez de mejorarme por lo que decidieron solo echarme polvos, pintarme los labios y un poco la línea del ojo por lo que seguía aún pareciendo una niña pero al menos un poco más madura. Y como no me enfundaron en unos enormes tacones para suplir mi estatura.
Tras todos estos preparativos me acompañaron al carruaje de mi padre en el cual apenas podía entrar gracias a la dichosa falda. Recuerdo que miraba por la ventana mientras me dirigía a la iglesia y pensaba en mi sueño de viajar y vivir aventuras. Por fin llegué a la iglesia mi mirada alegre, mi sonrisa amistosa y mi voz dulce ocultaban el dolor que sentía en mi interior. Entré en la iglesia y ya estaba todo preparado. Mis ojos se dirigieron al cura el cual se encontraba de pié justo detrás del altar, no supe porqué pero me recordó mucho a uno de mis hermanos mayores, no era especialmente mayor pero tenía el pelo blanco, sus rasgos faciales eran hermosos y me agradaban , la verdad me sorprendió ver a un muchacho como ese como cura. Mi idea siempre fue de personas mayores o feas ejerciendo el sacerdocio, pero ese chico se salía de mis expectativas.
Intentaba mantener la sonrisa alegre y la voz amistosa todo lo que podía pero en los momentos en los que nadie miraba me daban flaquezas de debilidad y mi expresión alegre se convertía en una mirada al suelo triste. En ese momento reparé en la atenta mirada del sacerdote que me miraba desde su posición, recuerdo que pensé "Oh... me ha visto ¿que hago? espero que lo entienda y no diga nada..." , me acerqué al sacerdote para dirigirle la palabra y explicarme cuando la voz histérica de mi padre apareció chillando desde la calle hasta los pasillos de la iglesia
-¿¡¡PERO SE PUEDE SABER QUIEN SE CREE ESE MISERABLE QUE ES PARA HACER ESTO!!?
Miré a mi padre mientras me mordía la carne del interior de la boca con algo de timidez, con una voz dulce y suave a la par que temblorosa que le denotaba miedo a la presencia de aquel hombre, decidí responderle.
-¿Qué...que sucede padre?
Dije mientras le miraba con una mirada de miedo mientras agarré mis manos por delante de mí demostrando una actitud sumisa y miedosa. Mi padre me miró de mala gana y empezó a gritarme como de costumbre descargando su ira sobre mí de sus frustraciones.
- ¡¿QUE ME PASA?! QUE...¡¿QUE ME PASA?! ¡¿QUE ME PASA DICE LA INÚTIL DE MI HIJA?! PUES RESULTA QUE TU QUERIDO ESPOSO NO VENDRÁ HASTA LA TARDE YA QUE EL BARCO QUE LE TRAÍA DE VUELTA A SUFRIDO UNA AVERÍA Y TUBO QUE ATRACAR EN OTRA DICHOSA ISLA ANTES DE VENIR. ESO QUIERE DECIR QUE LLEGARÁ CON RETRASO...
Intenté calmar a mi padre dedicándole una dulce sonrisa e intentando hablarle con dulzura para que se calmase, la verdad es que mi padre me daba bastante miedo por ese entonces. Mi voz temblorosa empezó a salir de mi boca de forma dulce.
-Si... le decimos a los invitados que la boda se retrasa no pasará nada... relájese padre...
Pronto descubrí que jamás debí haber intentado razonar con él, ya que cuando está ciego de ira no le importaba quien andase delante, su esposa, su hija o una doncella, siempre y cuando no fuese un hombre que pudiese plantarle cara, él lo golpeaba. Sin esperarlo le vi acercarse a mí de forma agresiva, intenté retroceder unos pasos pero el vestido no me dejo moverme demasiado, miré hacia atrás un segundo para saber cómo moverme pero cuando volví a mirar hacia delante la mano de mi padre ya estaba demasiado cerca como para esquivarla. Recibí un tremendo guantazo por su parte que me hizo caer al suelo, no contento con eso él avanzó hacia mí con la intención de seguir pegándome, me arrastré por el suelo hacia atrás con una expresión de miedo en mi rostro para intentar huir. Mi padre estaba a punto de darme una patada cuando mi madre le agarró del hombro con las siguientes palabras.
-¡CARIÑO! Si la golpeas y su esposo la ve quizás no la quiera como esposa...Lo mejor será esperarle piensa que es por la sangre de nuestra familia.
Mi padre paró en seco su ataque y se dio la vuelta para marcharse no sin antes golpear con un guantazo a mi madre también por haberle desafiado. Él no dijo nada pero no hacía falta hacerlo, él salió de la habitación malhumorado y mi madre se quedó conmigo. Cuando mi padre se marchó mi madre me dedico una mirada fulminante que una persona normal no dedicaría ni a la persona a la que más odiaba, con una voz ruda y de odio me dijo un simple.
-Todo por no callarte inútil... espero que al menos valgas para algo y nos proporciones un título real...
Por supuesto todo lo sucedido quedaba entre el cura y nosotros , como no, ellos guardaban siempre las apariencias y jamás se hubiesen comportado de esa forma si hubiese habido público. Mi madre te miró unos segundos y colocándote una bolsa de dinero en tu mesa hizo lo que siempre hacían cuando querían que la gente guardase silencio, sobornarlas. No te dijo nada tampoco hacía falta, era evidente para qué era el dinero. Tras hacer eso se marchó de la iglesia dejándome dentro de esta. Por supuesto tampoco me hizo falta preguntar si podía salir puesto que nadie podía ver a la novia antes de la boda excepto el cura, los padres y los sirvientes que la prepararon.
Sentada aún en el suelo dejé que mi pelo cállese sobre mi rostro, solo pudiste ver cómo me mordía el labio inferior por la impotencia, mordiendo tan fuerte que incluso logré que un hilo de sangre cayese de mi boca hacia mi barbilla, mis manos se aferraron con fuerza a sí mismas arañando el suelo, mi cuerpo temblaba por la fuerza en la que apretaba mis puños. A los pocos segundos escuchaste como di un suspiro, mis manos dejaron de apretar relajándose poco a poco y dejé de morderme el labio, me limpié la sangre con la mano derecha y me levanté poniéndome de pié, a pesar de todo ese acto demostraba la enorme fuerza interior que en realidad poseía, pero que aún no había desarrollado...
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A la mañana siguiente me desperté de un salto casi, empapado de sudores entre las pesadillas que había tenido durante toda la noche. El sudor recorría mi cuerpo entero, en mi cabeza notaba un fuerte dolor de cabeza al que por suerte ya me había acostumbrado, era lo que me pasaba cada mañana, igual que las mandíbulas, dolía como si tuviera grandes agujas atravesándolas, fruto de apretar los dientes durante la pesadilla para no gritar.
Con la respiración aún agitada me senté en la cama frotándome el rostro, espabilándose así y acercando a mí un vaso de agua que había sobre la mesilla, se ve que el cura era un borracho por las noches, pero que por la mañana tenía todo preparado para beber agua y despejarse, al final resulta que no era tan tonto como lo pintaban.
Con la respiración ya controlada suspiré por última vez y me levanté haciendo ejercicios de estiramiento, salté, corrí un poco dentro de la misma casa, estiré las extremidades y así realicé varios ejercicios de calentamiento. Poco después me fui a la ducha, allí comprobé que había agua caliente, no era una sorpresa para mí que este cura tuviera agua caliente, un lujo bastante caro, si se bebía dos o tres botellas a la noche, de seguro que tiene muchas comodidades más fruto del dinero de los habitantes del lugar.
- Estúpido cura… tú el día donde dijeron reparte tus riquezas entre los necesitados seguro que no estabas, seguro que estabas fumando y bebiendo con los colegas ¿Eh? – Dije riendo un poco mientras miraba a la chimenea donde estaban sus huesos y cenizas.
Retiré la mirada de la chimenea y me metí en la ducha dejando que sobre mi cuerpo cayera el agua caliente, esta caía sobre mi ardiendo, no muchas personas soportaban esta temperatura, pero mi nivel de frialdad y pasotismo había superado hasta estas condiciones físicas. Mientras el agua iba cayendo tenía frente a mí un espejo, y con unas tijeras fui recortándome el pelo tal y como lo tenía el cura, algo fácil que no requería mucha complicación.
Una vez realizado todo el corte de pelo suspiré y puse el agua todo lo fría que pude, esto lo hacía siempre desde hacía años, una especie de ritual que aprendí en oriente. Allí lo hacían los monjes, esto consistía en que al poner tú cuerpo a una temperatura tan fría, el calor del agua con la que te bañaste antes, queda en el cuerpo por todo el día, razón por la cual era muy extraño que sintiese yo frío, o eso creía.
Con el agua fría mi mente se fue relajando, el dolor de cabeza desapareció, y los pelos cortados fueron cayendo arrastrados por el agua que salía del grifo de la ducha. Mi cuerpo se relajaba, notaba la piel más suave, tal y como mis ideas, mis ojos descansaban bajo el recorrer del agua fría y mi boca un poco abierta bebía del agua de la ducha satisfaciendo mi sed. En mi mente entonces volvieron los pensamientos de los que aceres de hoy, tenía aún cierta duda de cuanto me llevaría matar a los más de 300 invitados, menos mal que según las familias era algo íntimo, pero de todas formas, matar a trescientas personas, era algo que aunque me llamaba la atención y deseaba hacerlo, pensaba que realmente era muy difícil ¿Cómo iba a llevar a cabo esa locura de matanza? Me preguntaba una y otra vez rascándome la nuca, sin embargo, decidí reflexionarlo más adelante mientras iba saliendo de la ducha.
Una vez fuera me sequé con la toalla y cerré el grifo con rapidez, pensar en todo lo que tenía que hacer me estaba impacientando, pero debía de darme prisa, pronto tendría que reunirme con la familia de la novia y acompañarlos hasta la iglesia según me dijo el hombre que me contrató. Era una lata, pero debía de aparentar ser medianamente humano, seguramente hasta tendría que hacer la pelota a la familia rica y luego a la realeza, es lo que todo cura que trabaja solo y ambicioso desearía.
Perdido aún en esos pensamientos revisé mis pertenencias y me quedé sorprendido al ver en mi bolsillo 3 botes de tamaño mediano. Una sonrisa se me dibujó al verlo, eran 3 botes de un líquido que dejaba paralizado a todo aquél que lo bebiese, aunque tardaría 20 minutos en hacer efecto, lo cual, era perfecto para esta misión, podría acabar fácilmente con ellos, y siendo un cura, sabía cómo hacer que todos lo tomasen de ese liquido. Sencillamente, perfecto.
Pasada una hora me marchaba dirección a la iglesia, esta estaba cerrada hasta mi llegada ya que yo era el único que tenía la llave, aunque eso es algo nuevo, normalmente solía tenerla el verdadero cura. Una vez dentro, preparé en un gran cuenco trescientas porciones de pan ácimo, que una vez consagradas, son conocidas como hostias consagradas. En cada hostia, dejaba caer varias gotas, y una vez que estuvieron todas, derramé lo que quedaba de bote sobre las hostias y puse mitad de otro bote, quedándome solo con un bote y medio, más que suficiente. El líquido era insípido, así que sin nada que temer cogí el vino y lo mezclé con dicho líquido.
- La sangre y el cuerpo de nuestro señor, será lo que os paralice queridos caníbales religiosos – Pensé mientras terminaba con todo el procedimiento.
Al fin terminé, ya quedaba solo media hora para que llegase la novia y su familia, así que guardé todo con un plato por encima cubriéndolo y esperé paciente a que llegase la familia. Dicha espera se me hizo algo larga, así que me mojaba la cara con agua bendita para espabilarme e intentar parecer más humano a los ojos de los demás, por primera vez en mucho tiempo sonreía de forma amable y no de forma sádica como en los últimos tiempos, debía de ir practicando para cuando llegasen.
Por suerte los preparativos de la boda ya estaban puestos gracias a que ese cura borracho era al menos previsor y me dejó esto ya hecho. Escuché entonces un carruaje y me quedé tras el altar para recibir a la familia de la novia desde allí, esta y toda su familia sonreía, más sabía perfectamente que era una sonrisa falsa la de la niña, nadie mejor que yo podría saber eso, ya que con la misma sonrisa los estaba recibiendo ahora mismo.
- ¡Buenos días en este gran día señores y señoritas, demos gracias al señor por este gran día que hoy se va a dar! – Exclamé sonriente y con las manos extendidas
Mi mirada se detuvo algunos segundos en la novia, la notaba ausente, su intento de ser alegre a los ojos de los demás no estaba funcionando para nada con esa actitud. Para mi sorpresa, ella detectó mi mirada, y comenzó a caminar hacia mí. Sin embargo fue entonces cuando una voz resonó por todo el lugar.
-¿¡¡PERO SE PUEDE SABER QUIEN SE CREE ESE MISERABLE QUE ES PARA HACER ESTO!!? – Exclamó entre gritos el padre.
Me molestó horrores ese hombre y en situaciones normales lo hubiese matado en ese instante, lástima que debía de ceñirme a mi misión y sonreí de forma amable al padre a punto de pedirle silencio argumentando que estamos en la casa del señor. Sin embargo, la voz de la niña hizo que me silenciase.
-¿Qué...que sucede padre?
- ¡¿QUE ME PASA?! QUE...¡¿QUE ME PASA?! ¡¿QUE ME PASA DICE LA INÚTIL DE MI HIJA?! PUES RESULTA QUE TU QUERIDO ESPOSO NO VENDRÁ HASTA LA TARDE YA QUE EL BARCO QUE LE TRAÍA DE VUELTA A SUFRIDO UNA AVERÍA Y TUBO QUE ATRACAR EN OTRA DICHOSA ISLA ANTES DE VENIR. ESO QUIERE DECIR QUE LLEGARÁ CON RETRASO...
Realmente, el iba a ser el primero en morir este día bañado de sangre, lo acababa de decidir, y lo haría de la forma más dolorosa posible, una lástima que tuviera cierta prisa, si no me hubiera gustado divertirme un poco con él.
-Si...le decimos a los invitados que la boda se retrasa no pasará nada... relájese padre...- Dijo la niña con una voz dulce tratando de tranquilizar a su padre.
El padre, lejos de tranquilizarse, avanzó cuan gorila cabreado para pegar a la hija de un bofetón. Mi ira aumentó, quería matar ahora mismo a ese hombre tan ruidoso allí mismo sin decir nada, tuve que apretar los puños para contenerme.
-¡CARIÑO! Si la golpeas y su esposo la ve quizás no la quiera como esposa...Lo mejor será esperarle piensa que es por la sangre de nuestra familia. – Gritó la madre interponiéndose y llevándose luego otro bofetón, callándose y guardándose la ira para la hija -Todo por no callarte inútil... espero que al menos valgas para algo y nos proporciones un título real...
-Ya tenemos a la segunda en morir este día, que bien, me van a facilitar el orden de las muertes- Pensé con la imagen de cómo la mataría tras el cadáver del marido irreconocible en mi imaginación.
Para mi sorpresa me entregó una bolsa llena de dinero y sonreí gratamente.
- No se preocupe, Dios nos enseñó que debemos educar a nuestros hijos si estos no van por el camino correcto- Dije actuando como el cura debería actuar en esa situación.
Sin embargo la madre tras eso se fue siguiendo al padre, dejándome solo con la novia. Debía de actuar para parecer una persona normal y amable, así pues me acerqué y te limpié la sangre con cuidado, sin decir nada más te miré a los ojos, en ellos pude ver cuánto sufrimiento pasabas, y por un pequeño instante volví a ser el humano que había dejado de ser hace ya mucho tiempo.
- No te preocupes… todo saldrá bien, no será tan duro como imaginas… - Comenté pensando en que acabaría con todos de forma rápida y evitaría alargar el sufrimiento.
La niña había logrado hacer mella en este ser lleno de frialdad, lo cual me dio cierto miedo, podría llegar a recuperar mi lado humano, pero no iba a dejar que eso pasase, cuando terminase mi conversación a solas con ella, volvería a mi papel y centraría mi mente en el objetivo sin dilaciones.
Con la respiración aún agitada me senté en la cama frotándome el rostro, espabilándose así y acercando a mí un vaso de agua que había sobre la mesilla, se ve que el cura era un borracho por las noches, pero que por la mañana tenía todo preparado para beber agua y despejarse, al final resulta que no era tan tonto como lo pintaban.
Con la respiración ya controlada suspiré por última vez y me levanté haciendo ejercicios de estiramiento, salté, corrí un poco dentro de la misma casa, estiré las extremidades y así realicé varios ejercicios de calentamiento. Poco después me fui a la ducha, allí comprobé que había agua caliente, no era una sorpresa para mí que este cura tuviera agua caliente, un lujo bastante caro, si se bebía dos o tres botellas a la noche, de seguro que tiene muchas comodidades más fruto del dinero de los habitantes del lugar.
- Estúpido cura… tú el día donde dijeron reparte tus riquezas entre los necesitados seguro que no estabas, seguro que estabas fumando y bebiendo con los colegas ¿Eh? – Dije riendo un poco mientras miraba a la chimenea donde estaban sus huesos y cenizas.
Retiré la mirada de la chimenea y me metí en la ducha dejando que sobre mi cuerpo cayera el agua caliente, esta caía sobre mi ardiendo, no muchas personas soportaban esta temperatura, pero mi nivel de frialdad y pasotismo había superado hasta estas condiciones físicas. Mientras el agua iba cayendo tenía frente a mí un espejo, y con unas tijeras fui recortándome el pelo tal y como lo tenía el cura, algo fácil que no requería mucha complicación.
Una vez realizado todo el corte de pelo suspiré y puse el agua todo lo fría que pude, esto lo hacía siempre desde hacía años, una especie de ritual que aprendí en oriente. Allí lo hacían los monjes, esto consistía en que al poner tú cuerpo a una temperatura tan fría, el calor del agua con la que te bañaste antes, queda en el cuerpo por todo el día, razón por la cual era muy extraño que sintiese yo frío, o eso creía.
Con el agua fría mi mente se fue relajando, el dolor de cabeza desapareció, y los pelos cortados fueron cayendo arrastrados por el agua que salía del grifo de la ducha. Mi cuerpo se relajaba, notaba la piel más suave, tal y como mis ideas, mis ojos descansaban bajo el recorrer del agua fría y mi boca un poco abierta bebía del agua de la ducha satisfaciendo mi sed. En mi mente entonces volvieron los pensamientos de los que aceres de hoy, tenía aún cierta duda de cuanto me llevaría matar a los más de 300 invitados, menos mal que según las familias era algo íntimo, pero de todas formas, matar a trescientas personas, era algo que aunque me llamaba la atención y deseaba hacerlo, pensaba que realmente era muy difícil ¿Cómo iba a llevar a cabo esa locura de matanza? Me preguntaba una y otra vez rascándome la nuca, sin embargo, decidí reflexionarlo más adelante mientras iba saliendo de la ducha.
Una vez fuera me sequé con la toalla y cerré el grifo con rapidez, pensar en todo lo que tenía que hacer me estaba impacientando, pero debía de darme prisa, pronto tendría que reunirme con la familia de la novia y acompañarlos hasta la iglesia según me dijo el hombre que me contrató. Era una lata, pero debía de aparentar ser medianamente humano, seguramente hasta tendría que hacer la pelota a la familia rica y luego a la realeza, es lo que todo cura que trabaja solo y ambicioso desearía.
Perdido aún en esos pensamientos revisé mis pertenencias y me quedé sorprendido al ver en mi bolsillo 3 botes de tamaño mediano. Una sonrisa se me dibujó al verlo, eran 3 botes de un líquido que dejaba paralizado a todo aquél que lo bebiese, aunque tardaría 20 minutos en hacer efecto, lo cual, era perfecto para esta misión, podría acabar fácilmente con ellos, y siendo un cura, sabía cómo hacer que todos lo tomasen de ese liquido. Sencillamente, perfecto.
Pasada una hora me marchaba dirección a la iglesia, esta estaba cerrada hasta mi llegada ya que yo era el único que tenía la llave, aunque eso es algo nuevo, normalmente solía tenerla el verdadero cura. Una vez dentro, preparé en un gran cuenco trescientas porciones de pan ácimo, que una vez consagradas, son conocidas como hostias consagradas. En cada hostia, dejaba caer varias gotas, y una vez que estuvieron todas, derramé lo que quedaba de bote sobre las hostias y puse mitad de otro bote, quedándome solo con un bote y medio, más que suficiente. El líquido era insípido, así que sin nada que temer cogí el vino y lo mezclé con dicho líquido.
- La sangre y el cuerpo de nuestro señor, será lo que os paralice queridos caníbales religiosos – Pensé mientras terminaba con todo el procedimiento.
Al fin terminé, ya quedaba solo media hora para que llegase la novia y su familia, así que guardé todo con un plato por encima cubriéndolo y esperé paciente a que llegase la familia. Dicha espera se me hizo algo larga, así que me mojaba la cara con agua bendita para espabilarme e intentar parecer más humano a los ojos de los demás, por primera vez en mucho tiempo sonreía de forma amable y no de forma sádica como en los últimos tiempos, debía de ir practicando para cuando llegasen.
Por suerte los preparativos de la boda ya estaban puestos gracias a que ese cura borracho era al menos previsor y me dejó esto ya hecho. Escuché entonces un carruaje y me quedé tras el altar para recibir a la familia de la novia desde allí, esta y toda su familia sonreía, más sabía perfectamente que era una sonrisa falsa la de la niña, nadie mejor que yo podría saber eso, ya que con la misma sonrisa los estaba recibiendo ahora mismo.
- ¡Buenos días en este gran día señores y señoritas, demos gracias al señor por este gran día que hoy se va a dar! – Exclamé sonriente y con las manos extendidas
Mi mirada se detuvo algunos segundos en la novia, la notaba ausente, su intento de ser alegre a los ojos de los demás no estaba funcionando para nada con esa actitud. Para mi sorpresa, ella detectó mi mirada, y comenzó a caminar hacia mí. Sin embargo fue entonces cuando una voz resonó por todo el lugar.
-¿¡¡PERO SE PUEDE SABER QUIEN SE CREE ESE MISERABLE QUE ES PARA HACER ESTO!!? – Exclamó entre gritos el padre.
Me molestó horrores ese hombre y en situaciones normales lo hubiese matado en ese instante, lástima que debía de ceñirme a mi misión y sonreí de forma amable al padre a punto de pedirle silencio argumentando que estamos en la casa del señor. Sin embargo, la voz de la niña hizo que me silenciase.
-¿Qué...que sucede padre?
- ¡¿QUE ME PASA?! QUE...¡¿QUE ME PASA?! ¡¿QUE ME PASA DICE LA INÚTIL DE MI HIJA?! PUES RESULTA QUE TU QUERIDO ESPOSO NO VENDRÁ HASTA LA TARDE YA QUE EL BARCO QUE LE TRAÍA DE VUELTA A SUFRIDO UNA AVERÍA Y TUBO QUE ATRACAR EN OTRA DICHOSA ISLA ANTES DE VENIR. ESO QUIERE DECIR QUE LLEGARÁ CON RETRASO...
Realmente, el iba a ser el primero en morir este día bañado de sangre, lo acababa de decidir, y lo haría de la forma más dolorosa posible, una lástima que tuviera cierta prisa, si no me hubiera gustado divertirme un poco con él.
-Si...le decimos a los invitados que la boda se retrasa no pasará nada... relájese padre...- Dijo la niña con una voz dulce tratando de tranquilizar a su padre.
El padre, lejos de tranquilizarse, avanzó cuan gorila cabreado para pegar a la hija de un bofetón. Mi ira aumentó, quería matar ahora mismo a ese hombre tan ruidoso allí mismo sin decir nada, tuve que apretar los puños para contenerme.
-¡CARIÑO! Si la golpeas y su esposo la ve quizás no la quiera como esposa...Lo mejor será esperarle piensa que es por la sangre de nuestra familia. – Gritó la madre interponiéndose y llevándose luego otro bofetón, callándose y guardándose la ira para la hija -Todo por no callarte inútil... espero que al menos valgas para algo y nos proporciones un título real...
-Ya tenemos a la segunda en morir este día, que bien, me van a facilitar el orden de las muertes- Pensé con la imagen de cómo la mataría tras el cadáver del marido irreconocible en mi imaginación.
Para mi sorpresa me entregó una bolsa llena de dinero y sonreí gratamente.
- No se preocupe, Dios nos enseñó que debemos educar a nuestros hijos si estos no van por el camino correcto- Dije actuando como el cura debería actuar en esa situación.
Sin embargo la madre tras eso se fue siguiendo al padre, dejándome solo con la novia. Debía de actuar para parecer una persona normal y amable, así pues me acerqué y te limpié la sangre con cuidado, sin decir nada más te miré a los ojos, en ellos pude ver cuánto sufrimiento pasabas, y por un pequeño instante volví a ser el humano que había dejado de ser hace ya mucho tiempo.
- No te preocupes… todo saldrá bien, no será tan duro como imaginas… - Comenté pensando en que acabaría con todos de forma rápida y evitaría alargar el sufrimiento.
La niña había logrado hacer mella en este ser lleno de frialdad, lo cual me dio cierto miedo, podría llegar a recuperar mi lado humano, pero no iba a dejar que eso pasase, cuando terminase mi conversación a solas con ella, volvería a mi papel y centraría mi mente en el objetivo sin dilaciones.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Miré lentamente al cura y miré sus ojos, sin saber muy bien el motivo vi que tus ojos eran vacíos y muy tétricos. Te sonreí lentamente para intentar que no te preocupases por mí cogí lentamente tu pañuelo y lo usé sin dejarte que tú me limpiases con una sonrisa en mis labios un poco forzada.
-No hace falta que disimules... te da igual lo que me pase... lo veo en tus ojos...
Dije con una suave sonrisa en mis labios. Yo siempre solía ser una chica muy espabilada, leía medianamente las intenciones y comportamientos de la gente solo con mirarlos, sin saber cómo podía hacerlo era capaz de captar pequeños gestos o movimientos que me daban una idea de cómo era o que intenciones tenía todo el que estaba a mi alrededor y del lugar en el que me encontraba. Extrañamente olías a sangre y a alcohol cosa que no me fue difícil de detectar cuando te acercaste a mí y gracias mis conocimientos de medicina estudiados hasta ese entonces me acostumbré a esos dos olores por lo que eran un olor familiar. Al ver eso empecé a extrañarme un poco, vi que tenías las manos agrietadas y con multitud de heridas causadas por lo que suponía las peleas. Todo esto y ver el vino fuera de su botella horas antes de la ceremonia me hizo sospechar, no era un secreto que el cura era un amante de la bebida, y por lo tanto jamás dejaría un vino al aire fuera de su botella, incluso si mi futuro esposo no se hubiese retrasado el vino hubiese perdido mucho sabor, por lo que el cura no lo prepararía todo hasta que estuviésemos a punto de empezar la ceremonia.
Con toda la información recopilada hasta ese momento no me hizo falta pensar demasiado para hacerme una idea de por qué estabas allí, me limité a sonreírte dulzura ya sabiéndolo todo. Extrañamente esa sonrisa no era fingida, tu presencia allí significaba mi liberación de una forma u otra. Me limpié la sangre con tu pañuelo y te lo devolví fijándome en que era el típico pañuelo de burdel como los que solía traer mi padre a casa por las noches. Me limité a reír un poco y a darte el pañuelo.
-Bonito pañuelo señor cura...
Dije en un tono burlón para darte a entender que sabía que no eras el cura, pero sin decírtelo a las claras. Tras decir eso paseé un poco por la iglesia sin saber demasiado bien que hacer hasta que llegase la hora en la que tuvieses que actuar para hacer tu trabajo. Me limpié las manchas del vestido, y tras andar un poco por la iglesia mirando las cruces y las estatuas te sonreí, por primera vez en todo el día mi sonrisa era sincera y mis ojos dejaron de estar tristes para estar llenos de alegría, un brillo extraño en mis ojos delataban mi extraña y repentina felicidad, cuando paré justo en fuente de un crucifijo con la figura de Jesús en la cruz.
-Todos creen que morir es malo ¿¿sabe señor cura??...pero ... en ocasiones...es por una buena causa... Es una liberación... ¿¿me entiende??
Dije dándote pistas de que conocía mi inminente final pero siempre guardando las apariencias de una novia nerviosa por su inminente boda, por si alguien más escuchaba o te vigilaba para asegurarse de que cumplías tu trabajo.
-No hace falta que disimules... te da igual lo que me pase... lo veo en tus ojos...
Dije con una suave sonrisa en mis labios. Yo siempre solía ser una chica muy espabilada, leía medianamente las intenciones y comportamientos de la gente solo con mirarlos, sin saber cómo podía hacerlo era capaz de captar pequeños gestos o movimientos que me daban una idea de cómo era o que intenciones tenía todo el que estaba a mi alrededor y del lugar en el que me encontraba. Extrañamente olías a sangre y a alcohol cosa que no me fue difícil de detectar cuando te acercaste a mí y gracias mis conocimientos de medicina estudiados hasta ese entonces me acostumbré a esos dos olores por lo que eran un olor familiar. Al ver eso empecé a extrañarme un poco, vi que tenías las manos agrietadas y con multitud de heridas causadas por lo que suponía las peleas. Todo esto y ver el vino fuera de su botella horas antes de la ceremonia me hizo sospechar, no era un secreto que el cura era un amante de la bebida, y por lo tanto jamás dejaría un vino al aire fuera de su botella, incluso si mi futuro esposo no se hubiese retrasado el vino hubiese perdido mucho sabor, por lo que el cura no lo prepararía todo hasta que estuviésemos a punto de empezar la ceremonia.
Con toda la información recopilada hasta ese momento no me hizo falta pensar demasiado para hacerme una idea de por qué estabas allí, me limité a sonreírte dulzura ya sabiéndolo todo. Extrañamente esa sonrisa no era fingida, tu presencia allí significaba mi liberación de una forma u otra. Me limpié la sangre con tu pañuelo y te lo devolví fijándome en que era el típico pañuelo de burdel como los que solía traer mi padre a casa por las noches. Me limité a reír un poco y a darte el pañuelo.
-Bonito pañuelo señor cura...
Dije en un tono burlón para darte a entender que sabía que no eras el cura, pero sin decírtelo a las claras. Tras decir eso paseé un poco por la iglesia sin saber demasiado bien que hacer hasta que llegase la hora en la que tuvieses que actuar para hacer tu trabajo. Me limpié las manchas del vestido, y tras andar un poco por la iglesia mirando las cruces y las estatuas te sonreí, por primera vez en todo el día mi sonrisa era sincera y mis ojos dejaron de estar tristes para estar llenos de alegría, un brillo extraño en mis ojos delataban mi extraña y repentina felicidad, cuando paré justo en fuente de un crucifijo con la figura de Jesús en la cruz.
-Todos creen que morir es malo ¿¿sabe señor cura??...pero ... en ocasiones...es por una buena causa... Es una liberación... ¿¿me entiende??
Dije dándote pistas de que conocía mi inminente final pero siempre guardando las apariencias de una novia nerviosa por su inminente boda, por si alguien más escuchaba o te vigilaba para asegurarse de que cumplías tu trabajo.
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Noté una mirada fija en la niña hacia mis ojos, esta niña me sonreía sin saber muy bien porque lo hacía, pero aún así se mostraba distante manteniendo las distancias
-No hace falta que disimules... te da igual lo que me pase... lo veo en tus ojos... - Me respondió mirándome fijamente pero conservando la sonrisa.
-Y tú deja de fingir esa sonrisa si tienes esos pensamientos, veo mucho dolor en tu mirada, y sonreír te protegerá de tus padres, por mi deja de sonreír si quieres, no me importa como bien dices- Respondí serio y tajante.
La mirada de la joven se perdía observando todo el lugar, parecía que pensaba con detenimiento algo, y si fuera alguien con cierto poder o de más edad hubiese temido que me descubriese, sin embargo, no temía nada de nada con una niña, la subestimé.
En su cabeza todo iba cobrando forma, iba adivinando mis acciones y mis pensamientos, tantos años donde estudiaba la historia, la química, la física, la literatura, tantos años de estudios intensos la hicieron una chica bastante inteligente y audaz, por lo que en su mente, todo estaba más que calculado con tan solo fijarse en pequeños detalles.
-Bonito pañuelo señor cura... - Dijo la niña mientras me entregaba el pañuelo. Yo sin decir nada lo recogí guardándolo nuevamente en el bolsillo y haciendo como si organizase cosas que ya estaban más que organizadas, solo esperaba que comenzase ya la boda y pudiese terminar esto pronto.
La niña aburrida empezó a andar por la iglesia, no parecía saber muy bien qué hacer y el novio tardaba en llegar. La joven empezaba a mostrarse más tranquila que de lo común, casi se la notaba aliviada, y no sabía muy bien el motivo. ¿Acaso habría averiguado algo? Rápidamente negué con la cabeza, eso no era posible, apenas era una niña como para ser tan espabilada. Sin embargo, cada vez parecía más alegre, llena de felicidad, y me mostraba una sonrisa sincera. Empezaba a sospechar que se había percatado y lo aceptaba, aunque no terminaba de creérmelo.
-Todos creen que morir es malo ¿Sabe señor cura?...pero ... en ocasiones...es por una buena causa... Es una liberación... ¿Me entiende?- Expresó la niña tranquilamente dejándome claro que mis sospechas eran ciertas.
Me senté en una butaca y me limité a observar cómo te movías, suspirando te seguí con los ojos y te hice un gesto para que te acercases.
- ¿Qué crees que va a pasar hoy aquí pequeña? - Pregunté sin más rodeos para ir deprisa al centro de la cuestión antes de que llegase nadie.
Comencé a preocuparme por la niña sin pensar mucho en ello, no me estaba dando cuenta de que el hablar con ella solo hacía que me volviera más humano y sintiera cierta lástima por ella.
-No hace falta que disimules... te da igual lo que me pase... lo veo en tus ojos... - Me respondió mirándome fijamente pero conservando la sonrisa.
-Y tú deja de fingir esa sonrisa si tienes esos pensamientos, veo mucho dolor en tu mirada, y sonreír te protegerá de tus padres, por mi deja de sonreír si quieres, no me importa como bien dices- Respondí serio y tajante.
La mirada de la joven se perdía observando todo el lugar, parecía que pensaba con detenimiento algo, y si fuera alguien con cierto poder o de más edad hubiese temido que me descubriese, sin embargo, no temía nada de nada con una niña, la subestimé.
En su cabeza todo iba cobrando forma, iba adivinando mis acciones y mis pensamientos, tantos años donde estudiaba la historia, la química, la física, la literatura, tantos años de estudios intensos la hicieron una chica bastante inteligente y audaz, por lo que en su mente, todo estaba más que calculado con tan solo fijarse en pequeños detalles.
-Bonito pañuelo señor cura... - Dijo la niña mientras me entregaba el pañuelo. Yo sin decir nada lo recogí guardándolo nuevamente en el bolsillo y haciendo como si organizase cosas que ya estaban más que organizadas, solo esperaba que comenzase ya la boda y pudiese terminar esto pronto.
La niña aburrida empezó a andar por la iglesia, no parecía saber muy bien qué hacer y el novio tardaba en llegar. La joven empezaba a mostrarse más tranquila que de lo común, casi se la notaba aliviada, y no sabía muy bien el motivo. ¿Acaso habría averiguado algo? Rápidamente negué con la cabeza, eso no era posible, apenas era una niña como para ser tan espabilada. Sin embargo, cada vez parecía más alegre, llena de felicidad, y me mostraba una sonrisa sincera. Empezaba a sospechar que se había percatado y lo aceptaba, aunque no terminaba de creérmelo.
-Todos creen que morir es malo ¿Sabe señor cura?...pero ... en ocasiones...es por una buena causa... Es una liberación... ¿Me entiende?- Expresó la niña tranquilamente dejándome claro que mis sospechas eran ciertas.
Me senté en una butaca y me limité a observar cómo te movías, suspirando te seguí con los ojos y te hice un gesto para que te acercases.
- ¿Qué crees que va a pasar hoy aquí pequeña? - Pregunté sin más rodeos para ir deprisa al centro de la cuestión antes de que llegase nadie.
Comencé a preocuparme por la niña sin pensar mucho en ello, no me estaba dando cuenta de que el hablar con ella solo hacía que me volviera más humano y sintiera cierta lástima por ella.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me limité a mirar al cura con esa mirada alegre y tranquila, mis ojos llenos de vida se clavaron en tus ojos vacíos y sin vida, como cansados por el paso de los años o por un gran dolor, te hice caso y me acerqué a ti sentándome en el suelo de la iglesia justo enfrente de tu figura colocándome el vestido como buenamente podía. Una vez sentada escuché tu pregunta clara y directa que hizo que me desconcertase un poco.
- ¿Qué crees que va a pasar hoy aquí pequeña?
Aunque eso solo significaba que no te importaba que te respondiese claro, me limité a mirarte aún con la sonrisa en mis labios. Y miré de nuevo la copa fijamente dándote a entender que sabía lo que había dentro. Tras mirarla durante un largo tiempo de manera fija y vi que reparaste en la copa con el veneno que tú preparaste decidí hablarte.
-Usted lo sabe mejor que nadie señor cura... o mejor dicho... señor asesino...
Me limité a mirarte de nuevo con esa sonrisa alegre y cariñosa en mis labios, en mi voz y mi mirada no se denotaba miedo, más bien una extraña alegría. Mi voz era dulce y cortés y mi mirada cubierta por ese extraño brillo de esperanza y felicidad. Decidí hablarte antes de que pudieses preguntarme nada para aclarar tus dudas, no quería alargar esas preguntas durante mucho tiempo ya que yo misma no quería que nadie se enterase que había un asesino en mi boda o todo tu plan se iría al garete y con él mi liberación.
-Sus manos...fueron sus manos...al principio me llamó la atención ese intenso olor a alcohol y a sangre que desprendía su cuerpo. El alcohol es normal viniendo de mi cura pero ... no ese olor a sangre... por lo que pensé que podría ser un medico.. ¿pero un medico? ¿Imitando a un cura? ¿Para qué? ... entonces reparé en sus manos, con cicatrices y heridas de peleas o batallas... entonces caí en la cuenta... no era un medico, era un asesino... sigo sin saber porqué huele usted tanto a alcohol pero ya sabía porque olía a sangre, para mi es más que suficiente. Además otra cosa que me llamó la atención era que preparó el vino a primera hora de la mañana, todo al que le guste beber como es el caso de nuestro cura, cosa que no es un secreto, sabe que descorchar tan pronto una botella de vino le hace perder el sabor... lo que me hace pensar que la preparó tan pronto por alguna razón... quizás cuando coma la ostia y beba el vino la abrigue... pero no hay que ser demasiado listo para saber que hay algún tipo de veneno...
Hice una leve pausa para que asimilases el hecho de que pudiese adivinar todo eso con solo ir mirando. Finalmente terminé mi frase con otra aclaración.
-No se lo tome a mal... le aseguro que nadie le hubiese descubierto, el hecho de que nuestro cura sea tan bebedor hubiese justificado su intenso olor a alcohol. Tampoco conocía al cura en persona al igual que muchos de la región, que solo lo ven en contadas ocasiones. Pero su apariencia física concuerda perfectamente. Nadie hubiese descubierto su tapadera... es solo que... yo soy especial...
Tras eso te miré de nuevo con esos ojos llenos de vida y alegría ahora que sabía que la boda no tendría lugar. Me quedé mirándote un poco y esperé a que me dijeses algo, pero al ver que te costaba asimilarlo y que no decías nada te dije con un tono suave y amoroso.
-Usted me recuerda a mis hermanos mayores... me alegro de que sea usted... quien cumpla la promesa de liberarme que ellos me hicieron...-hizo una leve pausa y en una risotada dijo- aunque sea de esta forma...
Tas eso te miré guardando silencio de nuevo para dejarte hablar al fin.
- ¿Qué crees que va a pasar hoy aquí pequeña?
Aunque eso solo significaba que no te importaba que te respondiese claro, me limité a mirarte aún con la sonrisa en mis labios. Y miré de nuevo la copa fijamente dándote a entender que sabía lo que había dentro. Tras mirarla durante un largo tiempo de manera fija y vi que reparaste en la copa con el veneno que tú preparaste decidí hablarte.
-Usted lo sabe mejor que nadie señor cura... o mejor dicho... señor asesino...
Me limité a mirarte de nuevo con esa sonrisa alegre y cariñosa en mis labios, en mi voz y mi mirada no se denotaba miedo, más bien una extraña alegría. Mi voz era dulce y cortés y mi mirada cubierta por ese extraño brillo de esperanza y felicidad. Decidí hablarte antes de que pudieses preguntarme nada para aclarar tus dudas, no quería alargar esas preguntas durante mucho tiempo ya que yo misma no quería que nadie se enterase que había un asesino en mi boda o todo tu plan se iría al garete y con él mi liberación.
-Sus manos...fueron sus manos...al principio me llamó la atención ese intenso olor a alcohol y a sangre que desprendía su cuerpo. El alcohol es normal viniendo de mi cura pero ... no ese olor a sangre... por lo que pensé que podría ser un medico.. ¿pero un medico? ¿Imitando a un cura? ¿Para qué? ... entonces reparé en sus manos, con cicatrices y heridas de peleas o batallas... entonces caí en la cuenta... no era un medico, era un asesino... sigo sin saber porqué huele usted tanto a alcohol pero ya sabía porque olía a sangre, para mi es más que suficiente. Además otra cosa que me llamó la atención era que preparó el vino a primera hora de la mañana, todo al que le guste beber como es el caso de nuestro cura, cosa que no es un secreto, sabe que descorchar tan pronto una botella de vino le hace perder el sabor... lo que me hace pensar que la preparó tan pronto por alguna razón... quizás cuando coma la ostia y beba el vino la abrigue... pero no hay que ser demasiado listo para saber que hay algún tipo de veneno...
Hice una leve pausa para que asimilases el hecho de que pudiese adivinar todo eso con solo ir mirando. Finalmente terminé mi frase con otra aclaración.
-No se lo tome a mal... le aseguro que nadie le hubiese descubierto, el hecho de que nuestro cura sea tan bebedor hubiese justificado su intenso olor a alcohol. Tampoco conocía al cura en persona al igual que muchos de la región, que solo lo ven en contadas ocasiones. Pero su apariencia física concuerda perfectamente. Nadie hubiese descubierto su tapadera... es solo que... yo soy especial...
Tras eso te miré de nuevo con esos ojos llenos de vida y alegría ahora que sabía que la boda no tendría lugar. Me quedé mirándote un poco y esperé a que me dijeses algo, pero al ver que te costaba asimilarlo y que no decías nada te dije con un tono suave y amoroso.
-Usted me recuerda a mis hermanos mayores... me alegro de que sea usted... quien cumpla la promesa de liberarme que ellos me hicieron...-hizo una leve pausa y en una risotada dijo- aunque sea de esta forma...
Tas eso te miré guardando silencio de nuevo para dejarte hablar al fin.
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La niña procedió a explicar todo con una voz dulce y una sonrisa en el rostro, aunque sabía que se enfrentaba a la muerte la recibía con la misma sonrisa que tiene una niña cuando le regalan una muñeca. Sin embargo, esta niña era muy diferente.
-Usted lo sabe mejor que nadie señor cura... o mejor dicho... señor asesino...- Dijo sonriente la joven sin miedo alguno.
La niña se mostraba demasiado tranquila, lo cual me ponía nervioso, estaba feliz de poder tener al alcance de su mano una muerte, y según sus palabras anteriores, sentía que la muerte la iba a liberar.
-Sus manos...fueron sus manos...al principio me llamó la atención ese intenso olor a alcohol y a sangre que desprendía su cuerpo. El alcohol es normal viniendo de mi cura pero ... no ese olor a sangre... por lo que pensé que podría ser un medico.. ¿Pero un medico? ¿Imitando a un cura? ¿Para qué? ... entonces reparé en sus manos, con cicatrices y heridas de peleas o batallas... entonces caí en la cuenta... no era un medico, era un asesino... sigo sin saber porqué huele usted tanto a alcohol pero ya sabía porque olía a sangre, para mi es más que suficiente. Además otra cosa que me llamó la atención era que preparó el vino a primera hora de la mañana, todo al que le guste beber como es el caso de nuestro cura, cosa que no es un secreto, sabe que descorchar tan pronto una botella de vino le hace perder el sabor... lo que me hace pensar que la preparó tan pronto por alguna razón... quizás cuando coma la ostia y beba el vino la abrigue... pero no hay que ser demasiado listo para saber que hay algún tipo de veneno...
Me quedé pensativo con las palabras de la joven niña, esta niña había logrado averiguar todo mi plan con tan solo observar algunas cosas, era increíble su capacidad de averiguar cualquier cosa con la mera observación. Iba a responder, sin embargo ella empezó a hablar y yo en silencio me limité a escucharla y observarla con cierta sonrisa.
-No se lo tome a mal... le aseguro que nadie le hubiese descubierto, el hecho de que nuestro cura sea tan bebedor hubiese justificado su intenso olor a alcohol. Tampoco conocía al cura en persona al igual que muchos de la región, que solo lo ven en contadas ocasiones. Pero su apariencia física concuerda perfectamente. Nadie hubiese descubierto su tapadera... es solo que... yo soy especial...- Dijo mientras me miraba la niña con alegría y con felicidad en sus ojos.
Esto era lo que más me sorprendía de todo esto, su capacidad de observación y deducción era increíble, pero el hecho de que fuera feliz viendo su muerte aproximarse, era algo que me asombraba aún más, era algo antinatural casi.
-Usted me recuerda a mis hermanos mayores... me alegro de que sea usted... quien cumpla la promesa de liberarme que ellos me hicieron...-hizo una leve pausa y en una risotada dijo- aunque sea de esta forma...
Suspiré tras una leve pausa y me levanté cruzando los brazos mirándote a los ojos.
- ¿Cómo es que estás tan contenta de que tu vida se acabe? ... La vida da muchas vueltas, un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo... y en cualquier momento, puede llegar una persona, y salvarte de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... es algo muy complejo, pero solo te digo que rendirte con tanta facilidad... siendo aún tan joven... es algo ilógico, incoherente y anti natural... si tienes tanto miedo de esto, huye, se libre... no te quedes para sufrir simplemente...
Ya estaba hecho, esa niña en cuestión de minutos había logrado revivir en mi un lado humano ya extinguido para mí, o eso creía.
-Usted lo sabe mejor que nadie señor cura... o mejor dicho... señor asesino...- Dijo sonriente la joven sin miedo alguno.
La niña se mostraba demasiado tranquila, lo cual me ponía nervioso, estaba feliz de poder tener al alcance de su mano una muerte, y según sus palabras anteriores, sentía que la muerte la iba a liberar.
-Sus manos...fueron sus manos...al principio me llamó la atención ese intenso olor a alcohol y a sangre que desprendía su cuerpo. El alcohol es normal viniendo de mi cura pero ... no ese olor a sangre... por lo que pensé que podría ser un medico.. ¿Pero un medico? ¿Imitando a un cura? ¿Para qué? ... entonces reparé en sus manos, con cicatrices y heridas de peleas o batallas... entonces caí en la cuenta... no era un medico, era un asesino... sigo sin saber porqué huele usted tanto a alcohol pero ya sabía porque olía a sangre, para mi es más que suficiente. Además otra cosa que me llamó la atención era que preparó el vino a primera hora de la mañana, todo al que le guste beber como es el caso de nuestro cura, cosa que no es un secreto, sabe que descorchar tan pronto una botella de vino le hace perder el sabor... lo que me hace pensar que la preparó tan pronto por alguna razón... quizás cuando coma la ostia y beba el vino la abrigue... pero no hay que ser demasiado listo para saber que hay algún tipo de veneno...
Me quedé pensativo con las palabras de la joven niña, esta niña había logrado averiguar todo mi plan con tan solo observar algunas cosas, era increíble su capacidad de averiguar cualquier cosa con la mera observación. Iba a responder, sin embargo ella empezó a hablar y yo en silencio me limité a escucharla y observarla con cierta sonrisa.
-No se lo tome a mal... le aseguro que nadie le hubiese descubierto, el hecho de que nuestro cura sea tan bebedor hubiese justificado su intenso olor a alcohol. Tampoco conocía al cura en persona al igual que muchos de la región, que solo lo ven en contadas ocasiones. Pero su apariencia física concuerda perfectamente. Nadie hubiese descubierto su tapadera... es solo que... yo soy especial...- Dijo mientras me miraba la niña con alegría y con felicidad en sus ojos.
Esto era lo que más me sorprendía de todo esto, su capacidad de observación y deducción era increíble, pero el hecho de que fuera feliz viendo su muerte aproximarse, era algo que me asombraba aún más, era algo antinatural casi.
-Usted me recuerda a mis hermanos mayores... me alegro de que sea usted... quien cumpla la promesa de liberarme que ellos me hicieron...-hizo una leve pausa y en una risotada dijo- aunque sea de esta forma...
Suspiré tras una leve pausa y me levanté cruzando los brazos mirándote a los ojos.
- ¿Cómo es que estás tan contenta de que tu vida se acabe? ... La vida da muchas vueltas, un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo... y en cualquier momento, puede llegar una persona, y salvarte de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... es algo muy complejo, pero solo te digo que rendirte con tanta facilidad... siendo aún tan joven... es algo ilógico, incoherente y anti natural... si tienes tanto miedo de esto, huye, se libre... no te quedes para sufrir simplemente...
Ya estaba hecho, esa niña en cuestión de minutos había logrado revivir en mi un lado humano ya extinguido para mí, o eso creía.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me limité a escucharte con una mirada tranquila, me limite a mirarte y a negar con la cabeza mientras hablabas y te escuchaba hablar.
- ¿Cómo es que estás tan contenta de que tu vida se acabe? ... La vida da muchas vueltas, un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo... y en cualquier momento, puede llegar una persona, y salvarte de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... es algo muy complejo, pero solo te digo que rendirte con tanta facilidad... siendo aún tan joven... es algo ilógico, incoherente y anti natural... si tienes tanto miedo de esto, huye, se libre... no te quedes para sufrir simplemente...
Una vez terminaste te sonreí con dulzura y con la misma voz suave y cariñosa de antes.
-Usted no lo entiende... no me estoy rindiendo, pero salir de esta isla sin ayuda no es una opción, mi padre es un hombre muy influyente y siempre me atrapa. De hecho lo he intentado ya varias veces. Mi única esperanza es que alguien me saque de aquí oculta y eso no va a suceder, de esta forma prefiero estar muerta que entregarle mi cuerpo y mi libertad a alguien. No es solo cuestión de felicidad, eso es algo que me fue vedado con la muerte de mis hermanos, es más bien orgullo. Me niego a ser una esclava al servicio de un hombre... me niego ser sumisa... prefiero morir a ser una mujer delicada que necesite protección y a la cual engañan con otras mujeres... quiero ser fuerte... -hice una leve pausa y le miré sonriendo-como usted...
La chica calló durante unos segundo y en su mente resonaron las siguientes palabras que dijiste antes "un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo... " La chica se acercó a ti y te cogió de las manos suavemente con esa mirada dulce clavada en tus ojos mientras con los dedos acariciaba dulcemente las heridas que tenías, acariciándolas con dulzura y cariño.
-¿Eso es lo que le paso a usted? -Preguntó con curiosidad repitiendo textualmente tus palabras- un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo...-hice una pausa antes de continuar la pregunta- ¿Eso es lo que le paso a usted? ¿Por eso tiene esa mirada vacía y sin vida?
Antes de contestar la chica miró tus manos y sonrió.
- El dolor ... es algo que nos llega a todos por igual tarde o temprano... no es malo sentir dolor... lo malo es dejarse llevar por el ... Usted no es tan malo como desea aparentar ¿sabe? lo noto... lo noto en esas mismas manos que usted tiene manchadas de sangre....Solo tiene heridas en lugares más profundos que la propia piel... Pero ese dolor algún día pasará... en cualquier momento, puede llegar una persona, y que le salve de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... -dijo repitiendo de nuevo tus propias palabras- ¿No ha sentido nunca que usted está en este mundo por algo especial?... tal vez... y solo tal vez ... eso se cumpla en el futuro ... y tal vez... lo que usted haga hoy conmigo y mi familia... solo sea un medio para hacer eso importante a lo que está destinado...tal vez encuentre a es apersona que le salve en un futuro -dijo con una sonrisa al mirar tus ojos- o tal vez... seas tú quien salve a dicha persona...
Con esas palabras te soltó las manos y se puso de nuevo de pié ya que escuchó el sonido de los carruajes de su familia pronto todo acabaría. Y ella estaba preparada para que todo llegue a su fin. Antes de que nadie entrase en la iglesia la chica te dijo sin mirarte y mirando a la puerta.
-¿Alguna vez a tenido usted ganas de morir? ¿Alguna vez ha sentido como la oscuridad y el dolor le arrastra? ¿Alguna vez quiso terminar con su propia vida pero no pudo hacerlo por miedo? No tenga pena por mí... usted solo me está dando lo que siempre deseé desde que mis hermanos murieron y comprendí que no podría escapar sola...
Ella terminó la conversación ahí ya que vi a mi madre y mi padre entrar para prepararlo todo anunciando que por fin el novio había llegado. Habían pasado horas...pero para mí habían sido segundos, unos segundos muy agradables a pesar de la situación y teniendo en cuenta con quién las pasé, yo sonreía un poco repasando por mi mente de manera irónica el hecho de que el único hombre que me pudo agradar desde la muerte de mis hermanos era el mismo que me daría muerte. Sonreí feliz al recordar que las sirvientas las cuales eran las únicas de las que recibía algo de cariño en mi vida diaria tenían prohibido asistir a la ceremonia para preparar el banquete. Vi a mi cuarentón esposo llegar y como los invitados se sentaban mientras yo ya me ponía en mi posición para empezar la ceremonia.
- ¿Cómo es que estás tan contenta de que tu vida se acabe? ... La vida da muchas vueltas, un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo... y en cualquier momento, puede llegar una persona, y salvarte de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... es algo muy complejo, pero solo te digo que rendirte con tanta facilidad... siendo aún tan joven... es algo ilógico, incoherente y anti natural... si tienes tanto miedo de esto, huye, se libre... no te quedes para sufrir simplemente...
Una vez terminaste te sonreí con dulzura y con la misma voz suave y cariñosa de antes.
-Usted no lo entiende... no me estoy rindiendo, pero salir de esta isla sin ayuda no es una opción, mi padre es un hombre muy influyente y siempre me atrapa. De hecho lo he intentado ya varias veces. Mi única esperanza es que alguien me saque de aquí oculta y eso no va a suceder, de esta forma prefiero estar muerta que entregarle mi cuerpo y mi libertad a alguien. No es solo cuestión de felicidad, eso es algo que me fue vedado con la muerte de mis hermanos, es más bien orgullo. Me niego a ser una esclava al servicio de un hombre... me niego ser sumisa... prefiero morir a ser una mujer delicada que necesite protección y a la cual engañan con otras mujeres... quiero ser fuerte... -hice una leve pausa y le miré sonriendo-como usted...
La chica calló durante unos segundo y en su mente resonaron las siguientes palabras que dijiste antes "un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo... " La chica se acercó a ti y te cogió de las manos suavemente con esa mirada dulce clavada en tus ojos mientras con los dedos acariciaba dulcemente las heridas que tenías, acariciándolas con dulzura y cariño.
-¿Eso es lo que le paso a usted? -Preguntó con curiosidad repitiendo textualmente tus palabras- un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo...-hice una pausa antes de continuar la pregunta- ¿Eso es lo que le paso a usted? ¿Por eso tiene esa mirada vacía y sin vida?
Antes de contestar la chica miró tus manos y sonrió.
- El dolor ... es algo que nos llega a todos por igual tarde o temprano... no es malo sentir dolor... lo malo es dejarse llevar por el ... Usted no es tan malo como desea aparentar ¿sabe? lo noto... lo noto en esas mismas manos que usted tiene manchadas de sangre....Solo tiene heridas en lugares más profundos que la propia piel... Pero ese dolor algún día pasará... en cualquier momento, puede llegar una persona, y que le salve de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... -dijo repitiendo de nuevo tus propias palabras- ¿No ha sentido nunca que usted está en este mundo por algo especial?... tal vez... y solo tal vez ... eso se cumpla en el futuro ... y tal vez... lo que usted haga hoy conmigo y mi familia... solo sea un medio para hacer eso importante a lo que está destinado...tal vez encuentre a es apersona que le salve en un futuro -dijo con una sonrisa al mirar tus ojos- o tal vez... seas tú quien salve a dicha persona...
Con esas palabras te soltó las manos y se puso de nuevo de pié ya que escuchó el sonido de los carruajes de su familia pronto todo acabaría. Y ella estaba preparada para que todo llegue a su fin. Antes de que nadie entrase en la iglesia la chica te dijo sin mirarte y mirando a la puerta.
-¿Alguna vez a tenido usted ganas de morir? ¿Alguna vez ha sentido como la oscuridad y el dolor le arrastra? ¿Alguna vez quiso terminar con su propia vida pero no pudo hacerlo por miedo? No tenga pena por mí... usted solo me está dando lo que siempre deseé desde que mis hermanos murieron y comprendí que no podría escapar sola...
Ella terminó la conversación ahí ya que vi a mi madre y mi padre entrar para prepararlo todo anunciando que por fin el novio había llegado. Habían pasado horas...pero para mí habían sido segundos, unos segundos muy agradables a pesar de la situación y teniendo en cuenta con quién las pasé, yo sonreía un poco repasando por mi mente de manera irónica el hecho de que el único hombre que me pudo agradar desde la muerte de mis hermanos era el mismo que me daría muerte. Sonreí feliz al recordar que las sirvientas las cuales eran las únicas de las que recibía algo de cariño en mi vida diaria tenían prohibido asistir a la ceremonia para preparar el banquete. Vi a mi cuarentón esposo llegar y como los invitados se sentaban mientras yo ya me ponía en mi posición para empezar la ceremonia.
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La niña era dulce e incluso alegre en todo momento, a medida que hablaba más sobre la posibilidad de matarla, más contenta se ponía, no la entendía y me ponía de los nervios. Lo peor es que yo era igual, deseaba que viniera alguien y me matase para que mi alma pudiera descansar tranquila de una vez, aunque lo suyo tendría una solución, deshacerse de todo lo que le rodea, lo mío sin embargo estaba en mi alma incrustado, parecía imposible sacarse esa espina de dolor que tenía en mi. Es por mi nerviosismo por no entenderla cuando realmente era igual. Precisamente para lograr entenderla mejor decidí preguntar sobre porque no buscaba una solución más alejada de la muerte, otro camino para vivir. Su respuesta, con la misma sonrisa y felicidad, no tardó mucho en llegar.
-Usted no lo entiende... no me estoy rindiendo, pero salir de esta isla sin ayuda no es una opción, mi padre es un hombre muy influyente y siempre me atrapa. De hecho lo he intentado ya varias veces. Mi única esperanza es que alguien me saque de aquí oculta y eso no va a suceder, de esta forma prefiero estar muerta que entregarle mi cuerpo y mi libertad a alguien. No es solo cuestión de felicidad, eso es algo que me fue vedado con la muerte de mis hermanos, es más bien orgullo. Me niego a ser una esclava al servicio de un hombre... me niego ser sumisa... prefiero morir a ser una mujer delicada que necesite protección y a la cual engañan con otras mujeres... quiero ser fuerte... como usted...
Reflexionaba sobre su respuesta, bien era cierto que no podía escapar fácilmente de allí según decía, y la era en la que los héroes ayudaban sin preocupación, hace tiempo que dejó de existir. Así pues, la única solución que veía la chica, y con razón, era la muerte, empezaba a entenderla y no podía negar la razón de la chica.
-¿Eso es lo que le paso a usted? -Preguntó con curiosidad la joven sin saber a que se refería hasta que siguió hablando repitiendo textualmente mis palabras -Un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo...¿Eso es lo que le paso a usted? ¿Por eso tiene esa mirada vacía y sin vida?
Pensaba responder sin saber cómo reaccionar al ver que me había pillado tan pronto. Sin embargo, me cogió las manos y alzando una ceja esperando ver que decía o cómo reaccionar.
- El dolor... es algo que nos llega a todos por igual tarde o temprano... no es malo sentir dolor... lo malo es dejarse llevar por el... Usted no es tan malo como desea aparentar ¿Sabe? lo noto... lo noto en esas mismas manos que usted tiene manchadas de sangre... Solo tiene heridas en lugares más profundos que la propia piel... Pero ese dolor algún día pasará... en cualquier momento, puede llegar una persona, y que le salve de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... ¿No ha sentido nunca que usted está en este mundo por algo especial?... tal vez... y solo tal vez ... eso se cumpla en el futuro ... y tal vez... lo que usted haga hoy conmigo y mi familia... solo sea un medio para hacer eso importante a lo que está destinado...tal vez encuentre a es apersona que le salve en un futuro o tal vez... seas tú quien salve a dicha persona...
Algo anonadado no sabía muy bien cómo reaccionar, esa niña, estaba llegando demasiado lejos. ¿Acaso quería que la matase allí mismo? ¿Era eso? No sabía muy bien cómo reaccionar, pero antes de que sucediese nada, empezaron a escucharse carruajes fuera.
Me recompuse rápido poniendo una cara de alegría para recibirles con una sonrisa y hacer como si nada pasase, me acerqué a recibirlos, pero la chica continuó hablando.
-¿Alguna vez ha tenido usted ganas de morir? ¿Alguna vez ha sentido como la oscuridad y el dolor le arrastra? ¿Alguna vez quiso terminar con su propia vida pero no pudo hacerlo por miedo? No tenga pena por mi... usted solo me está dando lo que siempre deseé desde que mis hermanos murieron y comprendí que no podría escapar sola...
Por unos segundos me detuve apretando el puño, quería contestar a la niña, pero era muy tarde para eso, la familia estaba entrando y volví a ser ese asesino frío que simulaba felicidad, aunque esa niña, había hecho mella en su corazón.
Los padres entraban con un hombre cuarentón, supe reconocerle por la información que había recibido anteriormente, andaba con cierta torpeza, y en su cara solo se veía egoísmo y lujuria de coger a la novia en esa noche, me daba asco.
- Y aquí el cuarto en morir - Pensé sonriendo y tendiéndole la mano.
Los invitados empezaron a llegar, las bancas fueron rápidamente ocupadas y todos se pusieron en su sitio. En ese momento, la boda estaba empezando, e inconscientemente, no podía dejar de mirar a la chica pensando en la conversación con ella y como no había podido responder a sus comentarios. Una loca idea, comenzaba a salir en mi cabeza.
-Usted no lo entiende... no me estoy rindiendo, pero salir de esta isla sin ayuda no es una opción, mi padre es un hombre muy influyente y siempre me atrapa. De hecho lo he intentado ya varias veces. Mi única esperanza es que alguien me saque de aquí oculta y eso no va a suceder, de esta forma prefiero estar muerta que entregarle mi cuerpo y mi libertad a alguien. No es solo cuestión de felicidad, eso es algo que me fue vedado con la muerte de mis hermanos, es más bien orgullo. Me niego a ser una esclava al servicio de un hombre... me niego ser sumisa... prefiero morir a ser una mujer delicada que necesite protección y a la cual engañan con otras mujeres... quiero ser fuerte... como usted...
Reflexionaba sobre su respuesta, bien era cierto que no podía escapar fácilmente de allí según decía, y la era en la que los héroes ayudaban sin preocupación, hace tiempo que dejó de existir. Así pues, la única solución que veía la chica, y con razón, era la muerte, empezaba a entenderla y no podía negar la razón de la chica.
-¿Eso es lo que le paso a usted? -Preguntó con curiosidad la joven sin saber a que se refería hasta que siguió hablando repitiendo textualmente mis palabras -Un día eres feliz, y al otro eres el ser más desgraciado del planeta, te vas sintiendo más solo, empiezas a ver con buenos ojos las cosas que antes te espantaban solo pensarlo...¿Eso es lo que le paso a usted? ¿Por eso tiene esa mirada vacía y sin vida?
Pensaba responder sin saber cómo reaccionar al ver que me había pillado tan pronto. Sin embargo, me cogió las manos y alzando una ceja esperando ver que decía o cómo reaccionar.
- El dolor... es algo que nos llega a todos por igual tarde o temprano... no es malo sentir dolor... lo malo es dejarse llevar por el... Usted no es tan malo como desea aparentar ¿Sabe? lo noto... lo noto en esas mismas manos que usted tiene manchadas de sangre... Solo tiene heridas en lugares más profundos que la propia piel... Pero ese dolor algún día pasará... en cualquier momento, puede llegar una persona, y que le salve de todo, darte de nuevo la alegría, la vida... ¿No ha sentido nunca que usted está en este mundo por algo especial?... tal vez... y solo tal vez ... eso se cumpla en el futuro ... y tal vez... lo que usted haga hoy conmigo y mi familia... solo sea un medio para hacer eso importante a lo que está destinado...tal vez encuentre a es apersona que le salve en un futuro o tal vez... seas tú quien salve a dicha persona...
Algo anonadado no sabía muy bien cómo reaccionar, esa niña, estaba llegando demasiado lejos. ¿Acaso quería que la matase allí mismo? ¿Era eso? No sabía muy bien cómo reaccionar, pero antes de que sucediese nada, empezaron a escucharse carruajes fuera.
Me recompuse rápido poniendo una cara de alegría para recibirles con una sonrisa y hacer como si nada pasase, me acerqué a recibirlos, pero la chica continuó hablando.
-¿Alguna vez ha tenido usted ganas de morir? ¿Alguna vez ha sentido como la oscuridad y el dolor le arrastra? ¿Alguna vez quiso terminar con su propia vida pero no pudo hacerlo por miedo? No tenga pena por mi... usted solo me está dando lo que siempre deseé desde que mis hermanos murieron y comprendí que no podría escapar sola...
Por unos segundos me detuve apretando el puño, quería contestar a la niña, pero era muy tarde para eso, la familia estaba entrando y volví a ser ese asesino frío que simulaba felicidad, aunque esa niña, había hecho mella en su corazón.
Los padres entraban con un hombre cuarentón, supe reconocerle por la información que había recibido anteriormente, andaba con cierta torpeza, y en su cara solo se veía egoísmo y lujuria de coger a la novia en esa noche, me daba asco.
- Y aquí el cuarto en morir - Pensé sonriendo y tendiéndole la mano.
Los invitados empezaron a llegar, las bancas fueron rápidamente ocupadas y todos se pusieron en su sitio. En ese momento, la boda estaba empezando, e inconscientemente, no podía dejar de mirar a la chica pensando en la conversación con ella y como no había podido responder a sus comentarios. Una loca idea, comenzaba a salir en mi cabeza.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La ceremonia comenzó y todos estaban atentos al sermón que el pobre asesino tuvo que dar, para disimular su condición de asesino. Me di cuenta que durante el sermón el asesino no dejaba de mirarme, cada vez que lo hacía le dedicaba una dulce y amigable sonrisa. Por fin llegó el primer descanso, justo después de este descanso daría la última parte del sermón y por fin tocaría el vino y la ostia consagrada.
Todos felicitaban al novio, aún era una niña pero era bastante linda, y todos estaban seguros que sería un mujer bastante hermosa cuando creciese. Las cosas trascurrieron durante la primera mitad de la ceremonia bastante normal aunque se notaba al pobre asesino un poco fuera de su ambiente. Se dedicó a leer capítulos de la biblia que el cura tenía subrayados, e hizo salir a dos o tres personas para que lo leyesen por el . Escogió los capítulos más largos que pudo encontrar , se notaba que quería cubrir toda la larga y eterna hora que duraba la primera parte de la ceremonia , pero no le quedaba otra que seguir el procedimiento si no quería ser descubierto. Se ve que respiró tranquilo cuando llegó el descanso, solo era una media hora de descanso pero la suficiente como para despejarse. Durante el descanso se produjeron las firmas que nos unían en matrimonio de forma política y por lo tanto la primera parte de la misión del asesino ya estaba cumplida.
Por suerte a la vuelta solo quedaría el si quiero.
Todos felicitaban al novio, aún era una niña pero era bastante linda, y todos estaban seguros que sería un mujer bastante hermosa cuando creciese. Las cosas trascurrieron durante la primera mitad de la ceremonia bastante normal aunque se notaba al pobre asesino un poco fuera de su ambiente. Se dedicó a leer capítulos de la biblia que el cura tenía subrayados, e hizo salir a dos o tres personas para que lo leyesen por el . Escogió los capítulos más largos que pudo encontrar , se notaba que quería cubrir toda la larga y eterna hora que duraba la primera parte de la ceremonia , pero no le quedaba otra que seguir el procedimiento si no quería ser descubierto. Se ve que respiró tranquilo cuando llegó el descanso, solo era una media hora de descanso pero la suficiente como para despejarse. Durante el descanso se produjeron las firmas que nos unían en matrimonio de forma política y por lo tanto la primera parte de la misión del asesino ya estaba cumplida.
Por suerte a la vuelta solo quedaría el si quiero.
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Llegó el momento de la ceremonia, me encontraba bastante extraño tras la conversación con esa niña e incluso en mi surgía un fuerte deseo de no matarla a ella, aunque eso conllevaría a fallar por primera vez en mis misiones, mi reputación caería y no conseguiría ver realizado mi sueño... no, no podía permitirme el lujo de no matarla, además, ella misma quería eso ¿No es así?....
Los invitados ya sentados, el novio y la novia frente a mí, los familiares bien cerca, la boda daba comienzo. Mis nervios se tranquilizaron y continué la misión sin ninguna incidencia ni pensamiento de fallar en esta. Sin dificultarme mucho la tarea me limité a leer unas páginas del libro que ya había marcado el verdadero sacerdote días atrás con la etiqueta de "Boda real". Algunas veces mandé a algunos invitados o familiares a leer algo, y aunque me sentía tranquilo, no me daba cuenta de que muchas veces mi mirada se dirigía a la niña.
Tras terminar de leer todo, empezó el descanso, lo normal sería que a la vuelta dar el si quiero, y el no, y proceder a repartir la hostia y el vino, pero quise alterar el orden pues si no corría riesgo de que saliera mal y los invitados cayeran desmayados fuera de la iglesia, una verdadera faena luego.
En el descanso mis miradas se cruzaban con la niña de vez en cuando y sonreía a aquel que me mirase, todo parecía ir normal, las firmas ya habían sido hechas y cuando anuncié la alteración del orden previsto a nadie pareció incomodarle. Así pues, comenzó la parte de repartir el vino y las hostias.
Con ayuda de 5 invitados empecé a recorrer la iglesia repartiéndosela a todos los invitados junto al vino, todo tenía que ser rápido, y gracias a dios, así fue, aunque para bien o para mal, dejé las últimas para el novio y la novia sin evitar mirarla fijamente a los ojos en ese momento, llena de alegría y sonriente.
- Bueno, ya casi hemos terminado, apenas unos 10 minutos y todo estará listo. - Dije a los dos sonriéndoles con cierto dolor en mi interior por hacerle eso a la niña.
Los invitados ya sentados, el novio y la novia frente a mí, los familiares bien cerca, la boda daba comienzo. Mis nervios se tranquilizaron y continué la misión sin ninguna incidencia ni pensamiento de fallar en esta. Sin dificultarme mucho la tarea me limité a leer unas páginas del libro que ya había marcado el verdadero sacerdote días atrás con la etiqueta de "Boda real". Algunas veces mandé a algunos invitados o familiares a leer algo, y aunque me sentía tranquilo, no me daba cuenta de que muchas veces mi mirada se dirigía a la niña.
Tras terminar de leer todo, empezó el descanso, lo normal sería que a la vuelta dar el si quiero, y el no, y proceder a repartir la hostia y el vino, pero quise alterar el orden pues si no corría riesgo de que saliera mal y los invitados cayeran desmayados fuera de la iglesia, una verdadera faena luego.
En el descanso mis miradas se cruzaban con la niña de vez en cuando y sonreía a aquel que me mirase, todo parecía ir normal, las firmas ya habían sido hechas y cuando anuncié la alteración del orden previsto a nadie pareció incomodarle. Así pues, comenzó la parte de repartir el vino y las hostias.
Con ayuda de 5 invitados empecé a recorrer la iglesia repartiéndosela a todos los invitados junto al vino, todo tenía que ser rápido, y gracias a dios, así fue, aunque para bien o para mal, dejé las últimas para el novio y la novia sin evitar mirarla fijamente a los ojos en ese momento, llena de alegría y sonriente.
- Bueno, ya casi hemos terminado, apenas unos 10 minutos y todo estará listo. - Dije a los dos sonriéndoles con cierto dolor en mi interior por hacerle eso a la niña.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La ceremonia transcurrió normal, llegó el momento del vino y la ostia , no se si de forma intencionada o no, el asesino dejó al novio y a mi para el final. Vi como los invitados empezaban a quejarse de mareos, así que sin permiso de nadie le metí la ostia consagrada con el vino en la boca del novio, el cual me miró extrañado durante un segundo pero sin pensárselo se los tragó. No faltó mucho para ver como empezaban a caer uno a uno al suelo, luego vi como mi futuro marido y mis padres se quejaban maldiciéndome ya bastante mareados, me alejé de ellos y le dediqué una mirada de desprecio a mis padres antes de caer fulminados al suelo al igual que mi futuro esposo.
Me limité a mirar a todos, los cuales ya estaban en el suelo, las únicas personas en pié fuimos yo y el asesino del cual no sabía ni su nombre. Me acerqué a él y con una mirada dulce pregunté con suavidad y tranquilidad.
-¿Prefiere darme el veneno usted? ¿O me lo como sola?...-hice una leve pausa- ¿Antes de nada podría saber el nombre de la persona que me libero?
Dije dedicándole una dulce y suave sonrisa, con esa voz amistosa y agradable. Mientras me senté en la escalera del altar para esperar tu respuesta. Una vez que supe tu nombre y la forma en la que preferías que pasase todo, sonreí y le hable.
-¿Te importa que te llame Leo?, Leo... hagamos una apuesta... si tan seguro estás de que jamás encontrarás a nadie que te haga ser feliz...no tienes por qué tener miedo de perder y por lo tanto deberías aceptarla... la apuesta es sencilla... cuando encuentres a dicha persona ponte un pañuelo rojo en el brazo derecho... así yo te veré desde el cielo y sabré que eres feliz, y mi alma descansará en paz...
Con esas palabras cogí yo misma una ostia consagrada y la moje bien empapada en vino... sin escuchar tu respuesta simplemente dije "ES UN TRATO" y me metí dicho alimento en la boca, solo pude escucharte durante pocos segundos, te dediqué una hermosa sonrisa mientras mi visión se nublaba, mi sentido del oído se atrofiaba lentamente notando como tu voz se alejaba poco a poco haciéndola inaudible para mí a pesar de que noté que me agarraste entre tus brazos y que me hablabas cada vez más fuerte y de más cerca, poco a poco fui perdiendo también el sentido del tacto. Antes de dormir de mis labios salieron unas palabras dedicadas al asesino a pesar de que mi voz se apagaba lentamente "Se todo lo feliz que yo no pude ser... no seas tonto... y arigato ....Le...o..." El nombre de su asesino se perdió entre sus palabras quedándose completamente dormida bajo el efecto del veneno, dedicándole con esas palabras a su asesino el deseo de verle de nuevo como un humano normal...y de verle feliz... ¿Qué sentido tenía que alguien le dedicase esos buenos deseos a la persona que terminará con su vida? Bueno... digamos que en mi cabeza si tenía sentido... y mucho además, algo me atraía a ese hombre, algo que no entendía y que tal vez nunca llegue a entender. Pero a pesar de todo era feliz, al fin me libraría del yugo de mis padres y del que sería mi futuro esposo, y sería a manos de alguien que es bueno, pero que no lo sabe... he ahí mi ansia de verle, aunque sea desde el mundo de los muertos, de verle feliz, y siendo lo que es, una buena persona...
Me limité a mirar a todos, los cuales ya estaban en el suelo, las únicas personas en pié fuimos yo y el asesino del cual no sabía ni su nombre. Me acerqué a él y con una mirada dulce pregunté con suavidad y tranquilidad.
-¿Prefiere darme el veneno usted? ¿O me lo como sola?...-hice una leve pausa- ¿Antes de nada podría saber el nombre de la persona que me libero?
Dije dedicándole una dulce y suave sonrisa, con esa voz amistosa y agradable. Mientras me senté en la escalera del altar para esperar tu respuesta. Una vez que supe tu nombre y la forma en la que preferías que pasase todo, sonreí y le hable.
-¿Te importa que te llame Leo?, Leo... hagamos una apuesta... si tan seguro estás de que jamás encontrarás a nadie que te haga ser feliz...no tienes por qué tener miedo de perder y por lo tanto deberías aceptarla... la apuesta es sencilla... cuando encuentres a dicha persona ponte un pañuelo rojo en el brazo derecho... así yo te veré desde el cielo y sabré que eres feliz, y mi alma descansará en paz...
Con esas palabras cogí yo misma una ostia consagrada y la moje bien empapada en vino... sin escuchar tu respuesta simplemente dije "ES UN TRATO" y me metí dicho alimento en la boca, solo pude escucharte durante pocos segundos, te dediqué una hermosa sonrisa mientras mi visión se nublaba, mi sentido del oído se atrofiaba lentamente notando como tu voz se alejaba poco a poco haciéndola inaudible para mí a pesar de que noté que me agarraste entre tus brazos y que me hablabas cada vez más fuerte y de más cerca, poco a poco fui perdiendo también el sentido del tacto. Antes de dormir de mis labios salieron unas palabras dedicadas al asesino a pesar de que mi voz se apagaba lentamente "Se todo lo feliz que yo no pude ser... no seas tonto... y arigato ....Le...o..." El nombre de su asesino se perdió entre sus palabras quedándose completamente dormida bajo el efecto del veneno, dedicándole con esas palabras a su asesino el deseo de verle de nuevo como un humano normal...y de verle feliz... ¿Qué sentido tenía que alguien le dedicase esos buenos deseos a la persona que terminará con su vida? Bueno... digamos que en mi cabeza si tenía sentido... y mucho además, algo me atraía a ese hombre, algo que no entendía y que tal vez nunca llegue a entender. Pero a pesar de todo era feliz, al fin me libraría del yugo de mis padres y del que sería mi futuro esposo, y sería a manos de alguien que es bueno, pero que no lo sabe... he ahí mi ansia de verle, aunque sea desde el mundo de los muertos, de verle feliz, y siendo lo que es, una buena persona...
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Una vez finalicé de repartir la hostia y el vino suspiré para continuar la boda y dejar que el veneno fuese cogiendo efecto, sin embargo, algo extraño e inesperado pasó, el veneno era de una reacción rápida y mucho antes de lo esperado, empezó a hacer el efecto dejando en el suelo a muchos invitados.
- Pardiez, que rapidez... - Dije en voz baja siéndome inevitable guardármelo en mis pensamientos.
Me encogí de hombros y me acerqué a la puerta de la iglesia colocando el candado para que nadie saliera y volví hasta el altar para coger allí un par de katanas que tenía con las que empezar a realizar mi trabajo, entonces vi el rostro de la novia, el resto de la iglesia estaba ya en el suelo paralizada, suspiré al ver a la muchacha que había roto un poco mi corazón de hielo dejando a entrever un lado cálido y humano.
-¿Prefiere darme el veneno usted? ¿O me lo como sola?... ¿Antes de nada podría saber el nombre de la persona que me libero?
Suspiré y dejé las katanas a un lado cogiendo de nuevo el vino y la hostia que quedaba. Lentamente la fui acercando a tu boca y suspiré un poco.
- Mi nombre es Leonardo...
Una pequeña pausa se hizo y la niña empezó a hablar matando al silencio.
-¿Te importa que te llame Leo?... Leo...hagamos una apuesta... si tan seguro estás de que jamás encontrarás a nadie que te haga ser feliz...no tienes porque tener miedo de perder y por lo tanto deberías aceptarla... la apuesta es sencilla... cuando encuentres a dicha persona ponte un pañuelo rojo en el brazo derecho... así yo te veré desde el cielo y sabré que eres feliz, y mi alma descansará en paz...
La miré con detenimiento pensativo, en mi mano izquierda tenía la hostia y en la derecha el vino, sin moverme un poco seguía mirando a la chica, pensando en que perdida más grande sería la suya, podría llegar a ser alguien de gran valor sin lugar a dudas. Perdido en mis pensamientos y en observar sus movimientos no reaccione mientras cogía la hostia consagrada y la mojaba en vino para llevársela a la boca. Inmediatamente después de tragarla dijo unas últimas palabras para a los pocos segundos caer inconsciente.
- ¡ES UN TRATO!
- Kanae... no pidas cosas imposibles, eres ridícula si de verdad piensas que eso va a pasar... ahora ve, y descansa en paz... - Dije mientras notaba como quedaba ya en tí poca consciencia o casi ninguna.
O eso creía... me agaché hacia ella levemente para acariciar su frente, pensativo, y pensando en matarla ya con cierta duda. Busqué bajo la sotana mi hacha pequeña cuando de tu boca salió un hilo de voz diciendo la que creías que sería última frase.
- Se todo lo feliz que yo no pude ser... no seas tonto... y arigato....Le...o...
Apreté con el puño lleno de rabia el mango del hacha y lo tiré con todas mis fuerzas a la cabeza del padre reventándola con el hacha que le atravesó en dos.
- ¡¡AAGGH!! - Me levanté de un salto y cogí el mismo hacha para reventar la cabeza del novio y de la madre de la niña. La ira me estaba consumiendo, y con el hacha me dediqué a cortar la cabeza de uno en uno de los invitados mientras gritaba de rabia con cada muerte que cometía.
Pasados 5 minutos había acabado con la vida de 84 personas, estaba cansado, pero no me importaba, aún quedaban 216 personas, y entre ellas la niña. Fue entonces cuando alcé los brazos y gritando de rabia dejé que saliera de mis manos unas olas de alcohol de un tamaño más que considerable, era la primera vez que usaba ese poder recién adquirido y que no terminaba de controlar bien, pero me esforcé pensando en cómo acabar esto de forma rápida.
El alcohol empapó a todos los invitados y familiares, incluso a la novia y los ya muertos. Fue entonces cuando decidí coger a la niña en mi hombro y encendí una cerilla dejando la iglesia en alma.
- Como dijo un sabio, la única iglesia que ilumina, es la que arde... que la iglesia ilumine vuestros corazones... - Dije saliendo por la puerta de atrás y dejando a los invitados y la iglesia en llamas con los papeles oficiales firmados en el bolsillo.
Empecé a salir corriendo y huyendo de la iglesia tras dejar cerrada la puerta trasera también, todos morirían ahí dentro, y la niña con suerte creerían que murió también allí. Esa niña merecía vivir, no como hasta ahora, si no desde otra forma, así que corriendo me dirigí a mi barco pesquero y la dejé allí bajo llaves en mi camarote. No tendría que despertarse hasta mañana, así que no habría problemas. Ahora, era cuestión de ir a por el tío y entregarle los documentos.
- Pardiez, que rapidez... - Dije en voz baja siéndome inevitable guardármelo en mis pensamientos.
Me encogí de hombros y me acerqué a la puerta de la iglesia colocando el candado para que nadie saliera y volví hasta el altar para coger allí un par de katanas que tenía con las que empezar a realizar mi trabajo, entonces vi el rostro de la novia, el resto de la iglesia estaba ya en el suelo paralizada, suspiré al ver a la muchacha que había roto un poco mi corazón de hielo dejando a entrever un lado cálido y humano.
-¿Prefiere darme el veneno usted? ¿O me lo como sola?... ¿Antes de nada podría saber el nombre de la persona que me libero?
Suspiré y dejé las katanas a un lado cogiendo de nuevo el vino y la hostia que quedaba. Lentamente la fui acercando a tu boca y suspiré un poco.
- Mi nombre es Leonardo...
Una pequeña pausa se hizo y la niña empezó a hablar matando al silencio.
-¿Te importa que te llame Leo?... Leo...hagamos una apuesta... si tan seguro estás de que jamás encontrarás a nadie que te haga ser feliz...no tienes porque tener miedo de perder y por lo tanto deberías aceptarla... la apuesta es sencilla... cuando encuentres a dicha persona ponte un pañuelo rojo en el brazo derecho... así yo te veré desde el cielo y sabré que eres feliz, y mi alma descansará en paz...
La miré con detenimiento pensativo, en mi mano izquierda tenía la hostia y en la derecha el vino, sin moverme un poco seguía mirando a la chica, pensando en que perdida más grande sería la suya, podría llegar a ser alguien de gran valor sin lugar a dudas. Perdido en mis pensamientos y en observar sus movimientos no reaccione mientras cogía la hostia consagrada y la mojaba en vino para llevársela a la boca. Inmediatamente después de tragarla dijo unas últimas palabras para a los pocos segundos caer inconsciente.
- ¡ES UN TRATO!
- Kanae... no pidas cosas imposibles, eres ridícula si de verdad piensas que eso va a pasar... ahora ve, y descansa en paz... - Dije mientras notaba como quedaba ya en tí poca consciencia o casi ninguna.
O eso creía... me agaché hacia ella levemente para acariciar su frente, pensativo, y pensando en matarla ya con cierta duda. Busqué bajo la sotana mi hacha pequeña cuando de tu boca salió un hilo de voz diciendo la que creías que sería última frase.
- Se todo lo feliz que yo no pude ser... no seas tonto... y arigato....Le...o...
Apreté con el puño lleno de rabia el mango del hacha y lo tiré con todas mis fuerzas a la cabeza del padre reventándola con el hacha que le atravesó en dos.
- ¡¡AAGGH!! - Me levanté de un salto y cogí el mismo hacha para reventar la cabeza del novio y de la madre de la niña. La ira me estaba consumiendo, y con el hacha me dediqué a cortar la cabeza de uno en uno de los invitados mientras gritaba de rabia con cada muerte que cometía.
Pasados 5 minutos había acabado con la vida de 84 personas, estaba cansado, pero no me importaba, aún quedaban 216 personas, y entre ellas la niña. Fue entonces cuando alcé los brazos y gritando de rabia dejé que saliera de mis manos unas olas de alcohol de un tamaño más que considerable, era la primera vez que usaba ese poder recién adquirido y que no terminaba de controlar bien, pero me esforcé pensando en cómo acabar esto de forma rápida.
El alcohol empapó a todos los invitados y familiares, incluso a la novia y los ya muertos. Fue entonces cuando decidí coger a la niña en mi hombro y encendí una cerilla dejando la iglesia en alma.
- Como dijo un sabio, la única iglesia que ilumina, es la que arde... que la iglesia ilumine vuestros corazones... - Dije saliendo por la puerta de atrás y dejando a los invitados y la iglesia en llamas con los papeles oficiales firmados en el bolsillo.
Empecé a salir corriendo y huyendo de la iglesia tras dejar cerrada la puerta trasera también, todos morirían ahí dentro, y la niña con suerte creerían que murió también allí. Esa niña merecía vivir, no como hasta ahora, si no desde otra forma, así que corriendo me dirigí a mi barco pesquero y la dejé allí bajo llaves en mi camarote. No tendría que despertarse hasta mañana, así que no habría problemas. Ahora, era cuestión de ir a por el tío y entregarle los documentos.
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mis ojos se cerraron lentamente, una vez cerrados una expresión tranquila se reflejaba en mi rostro totalmente ajena a todo lo sucedido, en mi mente veía un hermoso sueño, en el hablaba con mis hermanos los cuales venían a recibirme después de mucho sin verlos. Ellos estaban felices de verme, me contaron lo que les sucedió en el campo de batalla y como murieron pero me pidieron que no estuviese más triste, que ellos ahora estaban bien y contentos de que yo también lo estuviese.
Les conté todo lo sucedido en mi vida desde sus muertes y como conocí a Leo, todo lo sucedido en la iglesia y como acabé allí. Ellos rieron y me revolvieron el pelo como de costumbre solían hacer, con una sonrisa me decían que no me preocupase por ese hombre, a pesar de que su alma estaba corrompida seguía siendo una buena persona aunque él no lo supiese, me dijeron que ellos mismos le cuidarían... para que no le sucediese nada malo y para que yo gane la apuesta del pañuelo. No pude evitar reír al oír lo de la apuesta, algo me decía que no lo cumpliría, aunque ellos me juraban que te obligarían a hacerlo de alguna forma. Tras eso me dijeron que también me cuidarían a mí, y que buscarían la forma de protegerme.
No entendía esa última parte...yo ya estaba muerta, ya no tenían que protegerme de nada. Ellos sonrieron felicitándome una y otra vez con mi nueva liberación, me dijeron que la vida sería a partir de ahora más y más dura pero que no me preocupase ya que cuando llegase el momento indicado de proteger mi alma, ellos me mandarían a alguien para volver a restaurarla.
Con todo esto tuve un hermoso sueño, a pesar de que a mí me parecieron escasos minutos, en la realidad pasaron horas. Justo antes de conseguir despertarme al día siguiente mis hermanos volvieron a revolverme el pelo para fastidiarme como de costumbre y con una sonrisa se despidieron de mi, recuerdo como intenté seguirles pero ellos con una sonrisa me obligaron a quedarme diciéndome con voz dulce "No veremos onee-chan, algún día... pero eso será dentro de mucho tiempo" recuerdo como me besaron en la frente y desaparecieron dejándome sola de nuevo.
Les conté todo lo sucedido en mi vida desde sus muertes y como conocí a Leo, todo lo sucedido en la iglesia y como acabé allí. Ellos rieron y me revolvieron el pelo como de costumbre solían hacer, con una sonrisa me decían que no me preocupase por ese hombre, a pesar de que su alma estaba corrompida seguía siendo una buena persona aunque él no lo supiese, me dijeron que ellos mismos le cuidarían... para que no le sucediese nada malo y para que yo gane la apuesta del pañuelo. No pude evitar reír al oír lo de la apuesta, algo me decía que no lo cumpliría, aunque ellos me juraban que te obligarían a hacerlo de alguna forma. Tras eso me dijeron que también me cuidarían a mí, y que buscarían la forma de protegerme.
No entendía esa última parte...yo ya estaba muerta, ya no tenían que protegerme de nada. Ellos sonrieron felicitándome una y otra vez con mi nueva liberación, me dijeron que la vida sería a partir de ahora más y más dura pero que no me preocupase ya que cuando llegase el momento indicado de proteger mi alma, ellos me mandarían a alguien para volver a restaurarla.
Con todo esto tuve un hermoso sueño, a pesar de que a mí me parecieron escasos minutos, en la realidad pasaron horas. Justo antes de conseguir despertarme al día siguiente mis hermanos volvieron a revolverme el pelo para fastidiarme como de costumbre y con una sonrisa se despidieron de mi, recuerdo como intenté seguirles pero ellos con una sonrisa me obligaron a quedarme diciéndome con voz dulce "No veremos onee-chan, algún día... pero eso será dentro de mucho tiempo" recuerdo como me besaron en la frente y desaparecieron dejándome sola de nuevo.
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pasaron pocas horas cuando me encontré con el tío de la niña, yo con rostro serio y frío le miré atentamente a los ojos sin decir nada más, la vida me había enseñado que muchas veces mantener el silencio te daba respuestas que si las preguntases no tendrías tan al alcance.
- Hoy las noticias, la iglesia ardió y se derrumbó, todos han muerto y tienen que separar los cimientos para encontrar a todas las víctimas. - Paró para dar un sorbo al café y me miró con cierta seriedad - ¿Tienes los papeles de la boda?
Sin decir nada tiré los papeles a su mesa y le miré suspirando.
- Ahora, deme lo que es mío...
El tío se quedó mirando los papeles para comprobarlos y sonrío al terminar de verlos.
- Hiciste un buen trabajo Leonardo "Corazón de hielo"... tu fama te precede y con esto aumentará más, felicidades.
- Quiero el dinero - Dije mirándole con frialdad y serio, quería acabar con esto rápidamente. - Tengo cierta prisa, tengo otros encargos.
El tío me miró de arriba a abajo con cierto recelo y tendió una bolsa de dinero grande frente a mis narices. Sin decir nada lo cogí y sonreí mirando el interior.
- Gracias, un placer trabajar para vos, ahora, me marcho. Hasta la vista.
Dicho esto me marché rápidamente y comencé a caminar en dirección a mi pequeño barco pesquero. Allí seguía la niña, dormida, y sin molestarla, decidí tomar ya el rumbo a la isla cercana, Villa Shimotsuki.
Varios días después, llegué a dicha villa y me detuve al lado del famoso dojo, sin decir nada, dejé a la chica maniatada y amordazada, y la bolsa de dinero intacta allí. Esperé a que un miembro del dojo de cierta importancia apareciese y le miré con fuerza y frialdad.
- Cuidadla y educadla. Ahí tenéis dinero para mantenerla mucho tiempo, no se os ocurra no hacer caso a esto, o volveré y os mataré a todos.
Tras decir eso y sin esperar respuesta me fui en busca del navío para irme bien lejos en mi camino de la vida...
- Hoy las noticias, la iglesia ardió y se derrumbó, todos han muerto y tienen que separar los cimientos para encontrar a todas las víctimas. - Paró para dar un sorbo al café y me miró con cierta seriedad - ¿Tienes los papeles de la boda?
Sin decir nada tiré los papeles a su mesa y le miré suspirando.
- Ahora, deme lo que es mío...
El tío se quedó mirando los papeles para comprobarlos y sonrío al terminar de verlos.
- Hiciste un buen trabajo Leonardo "Corazón de hielo"... tu fama te precede y con esto aumentará más, felicidades.
- Quiero el dinero - Dije mirándole con frialdad y serio, quería acabar con esto rápidamente. - Tengo cierta prisa, tengo otros encargos.
El tío me miró de arriba a abajo con cierto recelo y tendió una bolsa de dinero grande frente a mis narices. Sin decir nada lo cogí y sonreí mirando el interior.
- Gracias, un placer trabajar para vos, ahora, me marcho. Hasta la vista.
Dicho esto me marché rápidamente y comencé a caminar en dirección a mi pequeño barco pesquero. Allí seguía la niña, dormida, y sin molestarla, decidí tomar ya el rumbo a la isla cercana, Villa Shimotsuki.
Varios días después, llegué a dicha villa y me detuve al lado del famoso dojo, sin decir nada, dejé a la chica maniatada y amordazada, y la bolsa de dinero intacta allí. Esperé a que un miembro del dojo de cierta importancia apareciese y le miré con fuerza y frialdad.
- Cuidadla y educadla. Ahí tenéis dinero para mantenerla mucho tiempo, no se os ocurra no hacer caso a esto, o volveré y os mataré a todos.
Tras decir eso y sin esperar respuesta me fui en busca del navío para irme bien lejos en mi camino de la vida...
Kanae Takamire
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando me desperté me encontré en un barco que no conocía, sorprendentemente seguía con vida, pero estaba atada de manos y pies. Cuando miré vi a Leo llevando los mandos del navío en el que me encontraba, ahora entendía el motivo de mi sueño y porque mis hermanos me decían que debían despedirse de mí y que nos veríamos pero que aún no era el momento. Sin poder evitarlo y a pesar de todo sonreí, si hubiese querido matarme ya lo hubiese hecho y si hubiese querido hacerme daño también lo hubiese hecho ya.
Pasé algunos días en el barco, de vez en cuando me desataba para dar un paseo, intentaba hablar con él a menudo pero sin saber porque él no quería hablar conmigo, se cerró en banda a la hora de hablar. Parecía que e ignoraba, para todo excepto para atarme. Llegábamos a una isla, Villa Shimotsuki, ahí hablar mucho de ella de hecho la armada del lugar se conoce por la formación de los mejores espadachines del mundo, sin decirme nada Leo me ató de manos y pies de nuevo y finalmente me puso una mordaza. Me agarró cual cochino y me llevó a la isla, en ella me llevó al famoso dojo de la armada del país, de él salió una mujer relativamente joven ella se identificó como la capitana de la armada del país por ese entonces, sin saber la razón, Leo le dio el dinero que ganó por el trabajo de mi familia a la mujer y le pidió que me cuidasen y educasen.
La mujer llamada Tomoyo me miró con algo de sorpresa, al fin y al cabo no todos los días un asesino renombrado como leo dejaba a una niña en un dojo para que la entrenasen. Sin duda ella pensó que Leo vio aptitudes en mí y por eso les encomendaba mi educación, así que ella me adoptó como su aprendiz, desde entonces el entrenamiento fue muy duro pero necesario, por no hablar de que efectivamente mostraba madera suficiente para ser de las mejores espadachinas que hay. Desde entonces, mi mundo dio un gran giro...
Pasé algunos días en el barco, de vez en cuando me desataba para dar un paseo, intentaba hablar con él a menudo pero sin saber porque él no quería hablar conmigo, se cerró en banda a la hora de hablar. Parecía que e ignoraba, para todo excepto para atarme. Llegábamos a una isla, Villa Shimotsuki, ahí hablar mucho de ella de hecho la armada del lugar se conoce por la formación de los mejores espadachines del mundo, sin decirme nada Leo me ató de manos y pies de nuevo y finalmente me puso una mordaza. Me agarró cual cochino y me llevó a la isla, en ella me llevó al famoso dojo de la armada del país, de él salió una mujer relativamente joven ella se identificó como la capitana de la armada del país por ese entonces, sin saber la razón, Leo le dio el dinero que ganó por el trabajo de mi familia a la mujer y le pidió que me cuidasen y educasen.
La mujer llamada Tomoyo me miró con algo de sorpresa, al fin y al cabo no todos los días un asesino renombrado como leo dejaba a una niña en un dojo para que la entrenasen. Sin duda ella pensó que Leo vio aptitudes en mí y por eso les encomendaba mi educación, así que ella me adoptó como su aprendiz, desde entonces el entrenamiento fue muy duro pero necesario, por no hablar de que efectivamente mostraba madera suficiente para ser de las mejores espadachinas que hay. Desde entonces, mi mundo dio un gran giro...
Legim
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Y esa fue una de las cientos de historia del capitán Legan Legim cuando era conocido como Leo Corazón de Hielo. Leo intervino en la vida de esta joven muchacha y la liberó de su maldición, le dio una nueva familia y le devolvió las ganas de vivir a la pequeña Kanae Takamire.
Por otra parte, Kanae Takamire abrió un haz de luz en el oscuro y corrompido corazón de Leonardo, este había cedido con la joven niña que tenía los mismos ojos que él y le había liberado de su pesadilla en vida. ¿Por qué hizo tal cosa Leonardo, apodado, corazón de hielo? ¿Cómo es que había dejado que su frío corazón se abriese con esa niña? Esta pregunta tiene multitud de respuestas posibles, pero la que posiblemente sea más correcta es que la niña supo entrar con afecto y dulzura en el corazón de Leo diciendo las mismas palabras que Leo pensaba en su corazón.
Sus caminos se han separado, Leo marcha a continuar sus viajes en busca de fama y más fama para que alguien le diera muerte, cruel sueño para algunos, honorable sueño para otros, un sueño más para los demás. La pequeña Kanae Takamire había comenzado una nueva vida llena de duros caminos, de tortuosos caminos más bien, solo el destino sabría que le depararía a partir de ese hecho.
Muchas preguntas sobre el futuro nos podemos hacer ¿Cómo será de mayor Kanae Takamire? ¿Conocerá Leo a alguien que le dé fin a su vida? o... ¿Habrá conocido la felicidad?... existen multitud de preguntas que podemos hacer, pero sin duda, la que más nos puede interesar es... ¿Volverán a encontrarse?...
The End...
Por otra parte, Kanae Takamire abrió un haz de luz en el oscuro y corrompido corazón de Leonardo, este había cedido con la joven niña que tenía los mismos ojos que él y le había liberado de su pesadilla en vida. ¿Por qué hizo tal cosa Leonardo, apodado, corazón de hielo? ¿Cómo es que había dejado que su frío corazón se abriese con esa niña? Esta pregunta tiene multitud de respuestas posibles, pero la que posiblemente sea más correcta es que la niña supo entrar con afecto y dulzura en el corazón de Leo diciendo las mismas palabras que Leo pensaba en su corazón.
Sus caminos se han separado, Leo marcha a continuar sus viajes en busca de fama y más fama para que alguien le diera muerte, cruel sueño para algunos, honorable sueño para otros, un sueño más para los demás. La pequeña Kanae Takamire había comenzado una nueva vida llena de duros caminos, de tortuosos caminos más bien, solo el destino sabría que le depararía a partir de ese hecho.
Muchas preguntas sobre el futuro nos podemos hacer ¿Cómo será de mayor Kanae Takamire? ¿Conocerá Leo a alguien que le dé fin a su vida? o... ¿Habrá conocido la felicidad?... existen multitud de preguntas que podemos hacer, pero sin duda, la que más nos puede interesar es... ¿Volverán a encontrarse?...
The End...
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.