[Libre-Pasado] ¡Al fin un descanso! ...O eso creo.

Hace un par de semanas atras...

-¡Nyaaa! ¡Esto era lo que necesitaba!- exclamo la joven peliblanca mientras se estiraba sobre una raposera frente a una de las tantas piscinas que había en Kyuuka. El día estaba plenamente soleado y el hotel en lo alto de la palmera estaba repleto de personas. Rozzen no podía estas mas feliz de la vida al darse un descanso, aunque sea tan pequeño, de los entrenamientos y trabajos venían de la mano de ser un Cypher Pool.

Sin pensar que últimamente a donde fuera que iba siempre se terminaba encontrando con algún grupo de tontos e ineptos piratas que querían hacer de las suyas. Su padre ya lo decía... Rozzen tiene una habilidad sin igual para atraer los problemas como la comida a ella. El solo recordarlo diciendo aquellas palabras tan graciosas la había reírse sola, como quien recuerda un chiste que le contaron hace algún tiempo atrás. Lucia una bikini blanca y simple, en la parte de abajo la cubría un pequeño pareo rosa.

Mientras estaba tomando sol, totalmente perdida en la nada de sus pensamientos y solo relajándose, sintió como algo le tapo la sombra. Abrió un ojo y delante vio a un joven, de esos típicos niños mimados, bronceado y rubio. -Hola preciosa, no pude evitar ver que estabas sola y...- creyó por unos momentos estar captando su atención por una sonrisa y una mirada ilusionada que Rozzen había plasmado en su rostro. Pero en el momento que se levanto y se suponía que iba hacia el, lo paso de largo y se dirigió directo a la bandeja de un mesero que llevaba unos postres de crema y chocolate.-¿Me podría traer una copa muy, muy grande de esos? ¡Ah! ¡Y también un kilo de helado!- cuando estaba pensando en los sabores escucho un grito.

-¡Oye no seas mal educada! ¡Te estoy hablando!- a sus espaldas el chico le gritaba enfurecido por no haberle prestado atención. Rozzen se volteo mirándolo curiosa.- Ah ... Disculpa pero es que me estabas aburriendo. ¡Ademas mira esos postres!- dijo volviéndose a girar, mientras el camarero la miraba extrañado y no hacia mas que enojar al otro chico.

Buff, hace demasiado calor -pensaba para mi mismo mientras caminaba por la ciudad buscando algún alojamiento, lo cual era difícil porque casi ningún hotel decente aceptaba que se alojase un chico con un Capibara, pero bueno no debía desanimarme, al fin y al cabo solo había buscado en tres hoteles, y por esta zona tan calurosa debía haber bastante.

Mientras yo divagaba en mis pensamientos Kygess estaba olisqueando un montón de plantas desconocidas para el, parecía muy entusiasmado con la idea de pasar unos días en esta ciudad veraniega, mas yo no estaba tan de acuerdo, el excesivo calor me hacía sudar de una manera increíble, por suerte mi túnica tapaba las marcas de sudor de mi camisa, aunque era culpa de esta el que tuviese tanto calor.

Por fin tras varias horas caminado encontré un hotel apetecible, estaba encima de una palmera lo cual me llamo bastante la atención, pregunte al recepcionista si podía alojarme con mi capibara, me dijeron que en principio no había ningún problema pero que como se quejase alguien me echarían, acepte con gusto las normativas y cuando hube pagado la habitación me instale y me eche una siesta, estaba demasiado cansado, de andar tantas horas con este calor.

Tras dormir unas cuantas horas me dirigí a la piscina del hotel, esperaba poder refrescarme un poco, así que me quite la túnica y me puse una bermuda con una camiseta negra (procurando tapar mi tatuaje de revolucionario). Cuando salí a la piscina vi que un grupo de señores jugaba al poker en una mesa cercana a la barra de postres, me senté junto a ellos y comencé a jugar, fácilmente gane una cantidad considerable de dinero, con el que pedí un vaso de cola y una manzana para kygess.

Cuando la estaba tomando vi como una chica rechazaba a un noble de la zona (lo sabia porque había visto salir de su mansión cuando pasaba por la ciudad) y me quede sentando observando como acababa esta discusión.

El mesero le dio una copa de postre y le dijo que podía servirse de la barra de dulces lo que quisiese. Escucho una carcajada en la misma dirección de un joven de piel morena y con cuerpo musculoso, seguramente por un ardo entrenamiento, al rato solo escucho el grito escandaloso de "tu te lo pierdes niña tonta" de atrás. Miro a ambos lados y mientras se le resbalaba una gota por su cabeza dibujo una expresión extrañada. -¿Dije algo malo?-la pregunta había sido un tanto al aire pero había sido también para el chico que se estaba riendo a carcajadas.

Realmente Rozzen solo escucho puro "bla bla bla" luego de que los postres llamaran su atención. Quizás ni todo el oro del mundo podría despejar su atención de la comida. En lo que el joven contestaba, o no, su pregunta no tardo terminarse aquel pobre postrecito e ir rápidamente por mas. Fruta, dulces, helados, chocolates... Estaba tan feliz como un niño en una jugueteria. Tomo un plato, mas bien una bandeja y empezó a hacer su propio postre: una montaña de helado de casi un metro de altura, con fruta, galletas y todo lo dulce que se pudiera haber encontrado en la mesa. Si alguien pensaba que nadie podía comer eso solo, es por que no conocían a la peliblanca.

Como toque final le puso ojos de cereza, una nariz de palito de chocolate y una boca de banana. -¡Esta vivo!- exclamo Rozzen levantando los brazos en alto para luego sonreír con entusiasmo y "malicia". -Pero no por mucho.- dijo de forma cantarina, como cuando un niño se burla de otro. Antes de empezar a comer se quedo mirando un animal bastante extraño que estaba cerca de la mesa...

Para ese momento el asunto del primer chico que le hablo antes se le había olvidado por completo.

Cuando se hubieron calmado las cosas la chica peliblanca hizo un postre que solo puedo catalogar como monstruosidad, hizo lo que parecía un un muñeco de nieve pero a base de helado y frutas, la verdad es una imagen que no podre sacar de mi cabeza (ya que tengo memoria fotográfica XD) pero bueno cuando esta chica iba a empezar su helado vi que Kygess se había acercado mucho a ella, al principio la chica se quedo algo asustada con mi mascota pero después esbozo una gran sonrisa y le acaricio suavemente el hocico y le dio una de las cerezas de su helado, Kygess sorprendido por este gesto de generosidad se acurruco rapidamente sobre los pies de aquella chica. Kygess deja de molestar y ven aqui -le grite haciendole un gesto de que se pusiese detrás de mi. Cuando este lo hizo me dirigí a la peliblanca:
- Disculpa si mi amiguito te a molestado. Dije con un tono de voz algo forzado.
- No pasa nada es muy simpático, nunca había visto un animal como este, ¿que es?
- Es un capibara, es un roedor que habita en las llanuras.
-Interesante, ya veo que le gustan las cerezas, le daré algunas mas -al oir esto Kygess se acerco de nuevo a la chica, mas esta se sorprendió mucho cuando miro a su helado- aquí faltan cerezas, donde estarán.

Empece a recordar cada instante de la conversación hasta que en una parte de la conversación recordé que había visto a un chico hurgado en su helado, lo busque por los alrededores, cuando lo visualice me dirigí a la peliblanca:
-Ese chico de pelo azul que esta allí ha sido quien te ha robado las cerezas, no me preguntes como lo se pero te juro que no miento.
Me echo una ojeada y debió creerme ya que acto seguido salio corriendo tras del chico con el plato de helado en una mano.

Tras perderla de vista mire hacía Kygess, estaba algo desconcertado porque la persona que le había prometido darle comida se había ido corriendo.
-No te preocupes -le dije- ya te comprare algo de picar.

Aquel curioso animalito que se quedo mirando Rozzen antes de empezar a comer su enorme muñeco de helado se acerco a ella olfateándola. Acuclillada en el suelo giro su cabeza mirándolo hasta sonreir y empezar a acariciar al pequeño.-Que bonito eres.- pero antes de poder siquiera hacer algo el pequeño salio corriendo ante el llamado de su dueño.

Al escucharlo Rozzen ladeo la cabeza de un lado al otro.- Para nada.- escucho del propio dueño que era un capibara y decidió darle algo de comida pero cuando se volteo a ver su helado los "ojos" se su muñeco ya no estaban. Miro a todos lados y escucho al joven señalarle al chico que antes se estaba riendo a carcajadas. Dejo su helado en la mesa, por que era muy pesado para cargarlo too el tiempo y se acerco al joven.

-¡Hey! ¡¿Que te pasa?! ¡ Búscate tus propias cerezas!- dijo usando la cuchara con la que iba a comer para empujar su mano y dejarla contra la mesa de la barra. Rozzen podía ser la chica mas distraída, vaga y alegre del mundo... Pero nunca le robes su comida.

Después de comprarle unas uvas a Kygess para que quedase satisfecho me di un pequeño chapuzón en la piscina para refrescarme, y lo conseguí, ya que el agua estaba excesivamente fría. Mientras nadaba vi desde la orilla a mi capibara mirándome con una mirada de odio y resentimiento.

-No me mires así, si no fueses tan glotón ahora mismo podrías meterte a nadar también, no es culpa mía que te gusten las akumas. -Le dije. Aunque lo decía en broma salí rápidamente del agua ya que no soportaba la temperatura del agua, volví a mi habitación y me puse mi túnica.

Salí a la calle a buscar algún prado para realizar anotaciones y para que kygess pudiera correr un poco, a demás debía hacer tiempo hasta que se hiciese de noche, ya que era entonces cuando quería explorar a fondo la ciudad.

Rozzen dibujo una expresión caprichosa y luego una pensativa. El chico no parecía en lo absoluto malo y hasta era un chico lindo. Quizás podría jugarle una broma y simplemente hacer un nuevo amigo. Ademas podría también ponerse a jugar con el pequeño animalito del otro chico que ya había tomado distancia de la situación y se había metido a la psicina.

Pero antes de siquiera poder decir una palabra un grupo de matones se hizo presente en el lujoso hotel. Parecía el típico grupo de piratas que solo iba de aquí para allá, causando destrozos hasta que de alguna forma u otra hicieran algo lo suficientemente notorio para agregarle unos miseros berrys a sus pobres cabezas. La gente los miro mientras entraban de forma escandalosa, empujando gente, sacando comida a los huéspedes, algún que otro idiota arrojándose a la psicina y cosas por ese estilo.

No parecían con muchos ánimos de irse, a diferencia de los demás que no tardaron en dejar esa zona rápidamente. Rozzen solo los quedo mirando seriamente mientras ellos se divertían, esperando no meterse en mas problemas y mas cuando había llegado a ese hotel solo para pasarla bien. "Lo que me faltaba."

Caminaba por las largas y laberinticas calles de la ciudad, estaba de camino a un prado bastante grande, del que me habían informado unos amables lugareños, pero de camino me encontré lo que venia a buscar, la oficina de la marina. Senti el impulso de entrar pero aun no era el momento de entrar en acción, debía esperar hasta esta noche para realizar mi misión, asi que seguí plácidamente hasta que llegue a una gran pradera, en cuanto llegamos Kygess empezo a correr como un poseso, yo empece a observar los parajes y la vegetación.

Tras unas dos horas que fueron como dos años, ocurrio algo que no me esperaba, para mi desgracia unos cazadores furtivos habían regresado de un viaje y llevaban consigo algunos animales raros en jaulas. En cuanto vieron a Kygess intentaron cogerle pero este era mucho mas listo que aquellos idiotas y rápidamente se escabullo y llego hasta mi. Cuando los cazadores vieron que era su dueño se acercaron hasta mi, eran dos; uno moreno y otro rubio, ambos debían de medir unos dos metros, uno de ellos estaba muy musculado y el otro estaba muy gordo, hacian una extraña pareja.

-He chico, no se si sabes que el animal que tienes es un raro especimen y por tanto muy valioso - Dijo el que parecia el lider de los dos- Asi que que te parece si te lo compramos por una suma de digamos 80.000 berris.

-Me temo que eso no va a ser posible -Dige mientras les observaba con una mirada carente de expresión.

-Vamos chaval, queremos a ese bicho, y si no nos los das -Me dijo con un tono amenazante mientras sacaba una navaja del bolsillo- nos lo llevaremos nosotros mismos.

En ese momento levante la mirada y mire directamente a ese malnacido a la cara.

-Intentalo si puedes.

Había llegado un momento donde la psicina había quedado solamente ella y el joven ladrón de comida. Se extraño por unos momentos, ya que el chico con el capibara no estaba mas... Ellos dos eran los únicos dos "locos" que se habían quedado.

Rozzen se quedo sentada en una banqueta comiendo unas uvas mientras observaba la situación. Si eran débiles no serian un problema y si eran fuertes seria mejor que estuvieran aquí y lejos de la gente del hotel hasta que llegaran los marines. No lo parecían, pero nunca hay que subestimar a los enemigos...

De repente escucho el grito del joven, el cual paso de estar tan alegre y bromista a gritarles a los piratas. El simple hecho de tirar comida lo había hecho enojar... Y como para menos, ¿que no sabían lo que era respeto? Arqueo una ceja y se quedo mirando seriamente como se acercaba a tres de los 9 que había para bajarlos de unos buenos coscorrones. Si bien los golpes en la cabeza aturden, y mucho, aquellos habían ido acompañados de otra cosa... "¿Haki?". Pensó Rozzen inmediatamente y en aquella energía que estaba deseosa de dominar algún día.

Miro a los otros piratas y se dio cuenta de que estaban asustados pero que faltaba uno. Mientras se oía el estrepitoso ruido de la mesa caer tras ella sintió como un brazo le rodeaba el cuello con fuerza. ¿ Habrían quizás pensado en tomarla de rehén? ...- ¿Quieres que tu amiga siga con vida? ¡¿Eh?!- el hombre parecía desesperado y, encima, como mal secuestrador no tenia ningún arma amenazándola ni nada por el estilo.

Pero debajo del pañuelo ella si, tenia una simple y filosa cuchilla. Antes de que pudiera decir algo mas, el pirata la soltó de inmediato y callo al suelo con su mano herida. -No se te ocurra ponerme de nuevo ni dedo medio encima.- susurro de forma suave pero audible y sombría. Luego sonrió ampliamente como si nada hubiese pasado y se volteo a su atacante. -O sino los matare.- concluyo con un tono infantil, como si de un juego de niños se tratara.

Aquellos dos cazadores no resultaron ser tan buenos como creia, unas cuantas llaves fueron suficientes para inmovilizar al mas gordo de ellos y unos cuantos cortes de mi puñal fueron sufuciente para derrotar al otro.

-Patetico -Dije dirigiendome a los dos cazadores que ahora se encontraban en el suelo- Aprender a luchar, y luego llamarme.

Tras esto me dirigí al hotel para pasar allí el resto de la tarde,no tarde demasiado, ya que esta vez conocía el camino. Cuando llegue me fui a la parte trasera para pedir una bebida, pero cuando entre lo que me encontré fue a una banda de piratas derrotada por la peliblanca de antes y el chico del pelo azul que le había robado las cerezas.

-Valla parece que no habeis estado perdiendo el tiempo -Dije con un tono serio- ojala hubiese podido participar, por cierto -Dije dirigiendome a la peliblanca- olvide presentarme, me llamo Teodoro, pero mis amigos me llaman Ted.

Lejos de mirarla con miedo, el pirata solo la miraba con odio, pero aquel odio no se acercaba, ni siquiera rozaba el que Rozzen podía sentir por el y toda si calaña. Odiaba a ese tipo de piratas mas que cualquier cosa en el mundo: idiotas débiles que se creían en el derecho de poder romperlo todo a su antojo. No merecían aquella dulce libertad, no merecían llamarse a si mismos "Piratas".

El joven del capibara se había acercado a ella y al escucharlo se llevo una mano a la nuca, sonriendo tontamente. - Me llamo Rosalia, pero me dicen Rozzen y la verdad es que casi todo lo hizo el chico de allá.- pero cuando señalo al lugar donde estaba el joven que le había robado sus cerezas ya no había nadie a excepción de los apaleados piratas. -Que raro...¿A donde se pudo ir? - pregunto rascándose la cabeza.

Antes de que pudiera decir otra cosa, desde dentro del hotel se escucharon las destrozos. Rozzen suspiro ampliamente, su día estaba totalmente arruinado por unos imbéciles y ahora tendría que, como no había de otra, actuar como un agente del gobierno. -Tengo que encontrar un Den Den - Mushi. ¿Me ayudarías? Soy...Bueno...-agacho la cabeza avergonzada unos instantes y se sonrojo.- Algo... Mala guiándome.- por supuesto "algo" significaba bastante y "mala", desastrosa. No importa que tan fácil sea llegar a algún lugar, Rozzen siempre conseguía perderse.

-Tengo que encontrar un Den Den - Mushi. ¿Me ayudarías? Soy...Bueno...Algo... Mala guiándome.

Ante aquella petición de ayuda no podia negarme, aunque tampoco me apetecia demasiado andar despues de haber apaleado a esos cazadores.

-Bueno he visto alguno en la recepción del hotel, podrias probar a ver si te sirven, yo te acompaño. Por cierto yo me llamo Teodoro, Ted para los amigos.

Entramos en el hotel y nos encontramos con el chico de pelo azul luchando contra un monton de piratas que se encontraban dentro del hotel. Parecian de la misma banda que los que estaban tirados afuera. Parecia que el chico del pelo azul manejaba la situación perfectamente pero eran denmasiados y solo no podria vencer a todos los piratas.

-Hey quieres que te echemos una mano -dije sacando una de mis escopetas y disparando a varios de los piratas a la espalda del chico azul.

Entre ambos parecía que podían cargarse a los piratas tranquilamente. Era "típico" de los muchachos que navegaban por el Gran Line estar tan capacitados como para defenderse al punto de que ella no necesitaría hacer nada a menos que fuera absolutamente necesario.

El joven de cabello azul parecía nervioso por que cuando los vio, su cara dibujo una forzada sonrisa y salio corriendo quien sabe donde. Rozzen lo quedo mirando con expresión sorprendida, sin entender absolutamente nada...

-Vaya raro...-

Fue lo único que atino a decir antes de recordar el por que estaba en la recepción del hotel. Se dirigió a un gran mostrador de caoba oscura donde habian algunos papeles y un gran hueco donde seguramente estaba la caja registradora. Por suerte un pequeño Den Den - Mushi azulado con un sobrerito de la Marina estaba reposando tranquilamente en una estanteria mas abajo.

Rozzen fue a recogerlo mientras el caos aun estaba disperso por el hotel. Sillas volando, piratas acosando a clientas y mucamas, rompiendo cosas, exigiendo servicio a gritos como si fueran clientes exclusivos. La peliblanca dio un profundo suspiro y llamo.

-¿Moshi moshi? Aquí el Cuartel de la Marina próximo a la Isla Kyuuka.- se escucho desde el otro lado.

-Hola, aquí una clienta indefensa...¡¿Que demonios están haciendo?! ¡Hay piratas atacando el hotel principal mientras ustedes se las están dado de vagos! ¡Hagan algo!.-

-¡S-si Señorita! ¡Los refuerzos van en camino!-

Dicho esto ultimo Rozzen corto la transmisión, no sin antes dar una pequeña reseña de la situación. Estaba molesta por que apenas estaban enterados de que estaban atacando el hotel y si no era por esta llamada quizás nunca iban a venir. Ni se le había cruzado por la cabeza, en ningún momento, que estuviera al lado de posibles criminales: un revolucionario y un pirata.

El peliazul escapo rápidamente a la planta de arriba, parecía que nuestra ayuda no le hacía falta. Cuando nuestra pequeña batalla finalizo la chica pelirosa cogió un den-den Mushi y aviso a la marina -esto no es bueno, no es nada bueno pensé para mi mismo. Cuando la chica termino la llamada me dirigí a ella rápidamente.

-Bueno ha sido un placer, ya nos veremos, adiós.

Tras esto salí rápidamente por la puerta trasera del hotel y me escondí en un pequeño callejón. Tan pronto como me escondí vi pasar un montón de marines que iban en dirección al hotel. Al principio estaba aliviado porque me había librado de los marines. Pero a continuación me alegre mucho porque pensé que si todos los marines estaban en el hotel era el momento perfecto de realizar la misión que me habían encargado.

Estube caminando diez minutos hasta llegar a mi destino, el cuartel de la marina de la isla Kyuuka.

-Bien, comencemos.