Kóen Stark
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Exp:
0
Nivel:
1
Nombre:
Kóen Stark.
Apodo:
Sorairo Raion
Edad:
21 años.
Sexo:
Hombre
Raza:
Humano
Rango social:
Alto
Descripción Akuma No mi: Neko-Neko no mi: Modelo gato.
-Tipo:
Zoan
-Apariencia de la fruta:
De forma y tamaño parecida al coco, de tonos azur con espirales blancas, y por dentro de color verdoso. Tiene una textura lisa y aunque parezca lo contrario, es blanda tanto por dentro como por fuera.
-Poder Característico:
Le proporciona al usuario la capacidad de convertirse parcial o completamente en un gato de las mismas proporciones que la persona.
Kóen vive desde su nacimiento en su forma híbrida, siendo éste incapaz de volver a su forma humana. Tanto su cola como sus orejas demuestran este hecho. Gracias a estar siempre en esta forma, su velocidad y agilidad es superior al de la media, y gracias a las pequeñas garras retractiles su poder ofensivo también aumenta. Posee un mejor sentido auditivo y olfativo parecido al de los gatos, pero no tan desarrollado. Ve con facilidad en la oscuridad.
En su forma completa Kóen se convierte en un felino completo, de un espeso pelaje de color azul. Su pelo tiene dos tonalidades, uniéndose ambas entre extraños símbolos parecidos a los tribales. En esta forma su velocidad, agildiad y reflejos aumentan drásticamente, pudiendo alcanzar grandes velocidades o reaccionar mejor ante sucesos inesperados. Sus garras retractiles son de un tamaño mayor a su forma anterior y bastante más afiladas, por lo que es un peligro combatir cuerpo a cuerpo contra él. Tanto su sentido olfativo, auditivo como vista en la oscuridad mejora a niveles extremos.
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: Rikudori.
-Ejecución: El Rikudori se basa en golpes continuos ejecutados con la mayor potencia posible, pudiendo añadir movimientos de otras artes marciales en este arte. Se usan sobre todo los puños, cerrados para causar fisuras en la defensa del enemigo y romper huesos. En este estilo la fuerza está por encima de la velocidad, logrando grandes daños pero sacrificando velocidad. Es aconsejable para enemigos lentos, quietos o con gran defensa. Los nombres de las técnicas de ésta rama suelen comenzar con "Kudori", y el nombre de la técnica en sí.
-Nombre:
Shizen Hakai.
-Ejecución: El Shizen Hakai es una especialización de la lucha libre y el Muai Tai, en donde mezcla puños, pies y zarpas para atacar los puntos débiles de los enemigos a la mayor velocidad posible. Se mezclan los golpes con manos y pies para cansar al enemigo, sin dejarle un segundo de descanso para que se recupere o defienda. En este estilo la velocidad está por encima de la fuerza, logrando golpes más rápidos sacrificanto algo de potencia. Es aconsejable para enemigos de gran velocidad o con una fuerza demasiado grande para estar demasiado tiempo expuesto. Los nombres de las técnicas de ésta rama suelen comenzar con "Shizen Hakai", y el nombre de la técnica en sí. [/i]
Descripción física:
Kóen es un adolescente bastante típico en lo que al físico se refiere, exceptuando algunas obviedades que destacan. Es de complexión fuerte, algo musculoso pero tampoco en gran parte; mide un metro setenta y siete centímetros y pesa entre setenta y setenta cinco kilos. El primero de esos detalles que no pasan desapercibidas son las orejas y la cola de gato, propiedades físicas que tiene por su akuma. Los otros dos son sus ojos azules, profundos y con un brillo parecido al de la luna llena; y su pelo azulado, liso corto y despeinado, que es visible a decenas de metros de distancia.
En ambas mejillas, por la parte inferior, posee unos tatuajes del mismo color que su pelo en forma de "arañazo".
Descripción psicológica:
Kóen es de talante serio y algo ambicioso, y suele pensar tan solo por él. Por su forma de ser a primera vista la gente no suele confiar en el. Mas esto es casi una mala equivocación en comparación a su verdadera forma de ser. Kóen es un joven jovial, espontáneo, atrevido, confiado de sí mismo, sagaz y perspicaz, aunque siempre sin perder un mínimo y serenidad.
Es una persona que valora sobretodo la lealtad y la amistad, aunque haya veces que de la sensación de lo contrario. Desde muy pequeño le ha gustado hacer siempre lo que le apeteciese, aún estando fuera del gusto de los demás. En ocasiones puede parecer algo egoísta, pero tan solo es un pequeño reflejo de lo mimado que fue de pequeño, algo que odia demasiado.
Suele darle prioridad a sus compañeros o amigos, y ayuda tanto como esté en su mano, más aún si es en contra de la marina o el gobierno mundial.
Tras unirse a la orden del Loto Blanco y conocer a sus integrantes apareció un lado filosófico de la vida que no creyó jamás pudiera tener. Aprecia la verdad y intenta siempre buscarla, lo que hace que no pierda la ilusión por el siglo vacío y por desenmascarar la verdad del gobierno mundial.
En el ámbito bélico suele mostrar las características propias de un verdadero asesino: serenidad total y una falta de sentimientos abismal.
Gustos:
-La leche fresquita.
-La noche, las estrellas y la luna.
-Andar en su forma completa haciéndose pasar por un animal del lugar.
-Jugar con su presa como se jugaría con un ratón.
-Hacer fogatas en el bosque por la noche.
-Las aventuras y estar todo el día corriendo.
-El parkour y el skate, ambas artes lo fascinan.
-Dormir en lugares calentitos o con una gran cantidad de mantas encima.
-Leer y la historia antigua.
Desagrados:
-El calor extremo.
-El tabaco y el humo que éste produce.
-La gente demasiado mandona.
-El gobierno mundial y sus secretos.
-Los que hacen el mal por diversión.
Habilidades:
-La actividad física, está en buena forma ya que siempre anda haciendo ejercicio. El parkour le fascina y lo considera imprescindible para un arqueólogo aventurero, por lo que también tiene gran conocimiento sobre él. A parte de este arte también domina el skate, otro el cual practica cada vez que tiene la ocasión y del que sabe una gran variedad de cosas.
-Por la ilusión que le pone a la historia antigua, a todo lo que tenga pinta de ser "antiguo" le presta más atención, aprende más rápido y consigue más información que de otras cosas.
-Tocar la ocarina. Desde pequeño fue aprendiendo a tocar el mismo instrumento que perteneció a su madre, el cual guarda siempre con cariño, el mismo cariño que le pone al interpretar una melodía
-Se podría decir que una de sus habilidades es agotar la paciencia de las personas que están cerca de él, pues tanto su forma de ser como su continuo sarcasmo cansa a cualquier persona normal.
-Es básicamente imposible que se pierda dentro de cualquier cueva; le gustan tanto que aunque pasen años nunca se olvida de ellas. Una razón algo más lógica es la capacidad que tiene para memorizar kilómetros de terreno subterráneo. En la superficie tampoco se pierde, pero no almacena tanta información, más bien la mínima.
Torpeza:
-Tiene por costumbre no hacer mucho casi a sus superiores, e ignora gran parte de las órdenes que recibe debido a su pequeña insubordinación.
-Aunque su puntería es bastante decente, su odio hacia las armas de fuego le impide poder usarlas. Siempre que lo intenta puede llegar a desviarse decenas de metros de su objetivo.
-Tiene un deficit de atención, el cual se acentúa en gran manera cuando el tema del que se habla no es de su interés, causando así que ignore a todas las personas que lo rodean.
-Como no le importa en demasía la limpieza y el orden, nunca suele limpiar u ordenar nada de lo que usa, y si lo hace lo deja a medias o mal hecho.
-No se sabe comportar en momentos de tensión, o mínimamente serios, siempre tiene que decir alguna estupidez o dar el canto haciendo cualquier cosa incoherente.
-Debido a sus rasgos felinos, tanto las orejas como la cola gatuna, suele serle difícil no destacar cuando va en su forma híbrida, por eso suele ir siempre en su forma completa.
Profesiones:
-Luchador, nivel 1.
-Guardabosques, nivel 1.
-Arqueólogo, nivel 1.
Banda:
Ninguna.
Armas y habilidades:
Ninguna de momento.
Historia:
Esta historia comienza siete meses antes del nacimiento del propio Kóen, lejos de Alubarna, la ciudad de nacimiento tanto de él, como de la madre, la que tras varias horas después del atardecer bajo el cielo estrellado se encontraba caminando con prisa por el desierto de Arabasta.
Todo parecía ir en contra de la muchacha: la tormenta de arena arremetía contra ella con todas sus fuerzas, gran parte de la luz que emitían las estrellas se perdía en medio de las densas nubes grisáceas, y todos los animales del desierto nada más sentir su presencia se abalanzaban en contra suya; pero ella no se rendía. Ella seguía caminando a contra corriente, envuelta con un manto negro, igual de negro que la oscuridad que la rodeaba, y cuando algo intentaba atacarla, lo único que se escuchaba era el sonido metálico de una katana desenvainándose y volviéndose a envainar.
Tras un par de horas caminando, pareció llegar a un claro en el desierto, donde tanto los animales como la tormenta de arena habían dejado de existir: solo había dunas, y, en el centro de éstas, esperando vehemente, una persona ataviada de negro.
-Ya he conseguido aquello que querías, ahora da media vuelta y lárgate por donde has venido. -Sus palabras retumbaron en el silencio de la noche, y mientras las pronunciaba le lanzó un objeto al hombre, del cual tan solo se pudo ver una sonrisa macabra tras la capucha del traje y la mano al salir de éste para atrapar al vuelo dicho objeto.
-Me alegra saber que aprecias la vida de tu próximo hijo. Una pena que no apreciaras suficiente al anterior. -La voz grave del hombre se clavó en el pecho de la chica, logrando que ésta derramara una imperceptible lágrima que acabó cayendo a la arena y desapareciendo.- Pero... No solo te pedí ésto. Sabes lo que eso significa, ¿verdad?
-Sí, perfectamente. Pero no me importa siempre que él no sufra las consecuencias de mis actos... -Posó la palma de su mano izquierda en su vientre mientras bajaba levemente la mirada.
-Así será si así lo deseas, Keira. -El hombre simplemente se dio la vuelta, y nada más dar el primer paso alejándose así de la chica, la tormenta inundó aquel vacío que solo había estado lleno por silencio y tristeza-
Keira reflejó los movimientos del misterioso personaje y volvió a Alubarna, donde su destino estaba escrito con sangre.
Pasaron los meses, siete para ser exactos. Estamos en el palacio real de Alubarna, en una sala en donde solo hay cinco personas. Keira, la cual está en una camilla un hombre que la agarra fuerte de la mano y tres enfermeros. La chica no para de gritar con todas sus fuerzas mientras uno de los médicas intenta calmarla comentando que está a punto de llegar. Pasan un par de minutos, y tras cesar los gritos de Keira, comienzan unos nuevos, más agudos y potentes. Tras el nacimiento de Kóen, nombre que le pone a su hijo nada más nacer, se extiende la noticia del nacimiento del próximo heredero y príncipe real del país. Se celebra el nacimiento del príncipe en todas partes, pero con especial motivo en el mismísimo palacio.
El nacimiento de Kóen deja asombrados a muchos, no solo por su extraño color de pelo azul cielo, que parece una mezcla del azabache de la madre y del platino del padre, sino de que nace con las habilidades de la fruta del diablo que poseía su madre, la cual al instante perdió su capacidad de usarlo.
Todo va bien, todo menos la actitud de Keira, la cual aun siendo feliz y teniendo una enorme sonrisa, se la puede ver un sentimiento de aflicción que le recorre el rostro, marchitando con ternura su bello rostro. Nadie entiende la actitud de la muchacha; no al menos, hasta que al día siguiente desaparece sin dejar rastro. El país entero atribuye su desaparición a una traición: la reina que le dio la espalda a su gente. Mas un pequeño grupo de personas sabe la verdad... Un asesinato.
Aún por la desaparición de Keira, el joven Kóen y su presencia hace que no se pierda la la alegría. El joven pasa los primeros años de su vida jugueteando por palacio -siendo siempre vigilado por Kenneth, el que será años después su maestro- robándoles una sonrisa a todo el que le ve con su espíritu infantil su pelo azulado y su cola felina, cualidades que hace que todos recuerden a su madre.
A los siete años, edad donde empieza a estudiar y el combate cuerpo a cuerpo, le es permitido salir de palacio y pasearse por la ciudad de Alubarna. Él, un espíritu libre al que no pueden retener, siempre que ve la oportunidad sale de la ciudad y se dirige al desierto, más exactamente a las ruinas que hay cerca de éstas. La mayoría de las veces Kenneth se lo impide y lo lleva a rastras de vuelta al palacio, aunque no sin antes revelarse.
Cada año que pasa la curiosidad de Kóen va en aumento y empieza a interesarse por la historia. Los sucesos antiguos le apasionan, y su inherente interés por éstos hace que se tope de lleno con el Siglo Vacío. Por mucha información que intente buscar, cuando cree que está a punto de encontrar algo fiable se topa con un muro que lo hace retroceder. Semanas después de fracaso tras fracaso le cuenta todo lo que ha investigado a Kenneth. Éste atiende perplejo las palabras del aún joven Kóen, ya no solo por la información en sí, sino por el entusiasmo que parece ponerle.
-Eres muy pequeño aún Príncipe. Te diré lo que sé cuando cumplas los dieciocho.
Este comentario fue el desencadenante a una infinidad de quejas por parte del soberano, pero pocos días después de que no soltara palabra alguna dejó de insistir, y simplemente esperó.
Quince, dieciséis, diecisiete años, y el joven Kóen a parte de ir cada vez más lejos en el desierto en busca de ruinas por las que perderse, fue mejorando notablemente en el cuerpo a cuerpo, tanto, que cuando Kenneth le encontraba y le hacía volver a palacio, se enzarzaban en una lucha: el que ganara decidía lo que se hacía. Obviamente, el muchacho siempre perdía ante la maestría de un verdadero luchador como lo era Kenneth.
En una de estas búsquedas, y después de evadir con sutileza a su guardia personal, cayó en una de las ruinas más antiguas de toda Arabasta, cerca de la ciudad de Nanohana. Tenía un aspecto similar al del palacio real -cosa que advirtió al momento- aunque con un deterioro bastante grande. Parecían unas ruinas como otras cualquiera, pero algo que no cuadraba eran la cantidad de antorchas que iluminaban el lugar; un sitio tan viejo no podía conservar las antorchas encendidas. Como cualquier arqueólogo que se precie, tomó la decisión de explorar el lugar; aunque no le quedaba otra, puesto que el lugar por donde había entrado se encontraba a unos cien metros por encima de él, e intentar salir era un poco inútil. Sobrevivió de puro milagro, ya que cayó justo en un pequeño lago que se había formado en él.
Tras largas horas dando palos de ciego, llegó a una sala de unos diez por diez metros y unos cuatro o cinco de alto, con únicamente en su interior una enorme caja rectangular hecha de piedra, aunque gran parte de ésta se había resquebrajado y derrumbado; como gran parte del lugar.
-Una tumba... Bastante antigua parece. Puede que de una época anterior a la del Siglo Vacío, incluso. -Se fue moviendo a la par que arrastraba levemente los dedos de la mano derecha por la pared.- Por muy viejo que ésto sea, se nota que nuestros edificios están inspirados en éstos. -Suspiró, apesadumbrado.- Bueno, al menos he aprendido algo de arquitectura.
Se acercó a la tumba mientras se quitaba el polvo de los dedos en la camisa. Al estar cerca de ésta, movió aplicando un poco de fuerza la tapa. Al hacerlo se levantó una gran cantidad de polvo que le hizo toser con fuerza. Cuando se despejó del todo miró dentro, y como era de esperar se encontró con un cadáver.
-Viejo no, lo siguiente... Para que esté en este estado tienen que haber pasado cientos de años.
Inspeccionó rápido al tumba, pero excepto el polvo, la arena, los huesos desgastados y la ropa raída, no había nada especial.
Siguió su camino por las salas contiguas, donde de repente empezó a encontrar muchas más tumbas en salas exactamente iguales, pero perfectamente diferentes. En todas el mismo sarcófago, con huesos en el mismo estado; en todas, menos en una. Dentro de la tumba de la última sala había, a parte de los ya esperados huesos, una pequeña caja azul con bordes plateados. Con sana curiosidad, como todo buen arqueólogo debe tener, la cogió entre sus manos, se sentó en el suelo y la abrió: en su interior encontró un pequeño colgante de cuero con un zafiro colgado de él.
Sonrió y se colgó el collar. Volvió sobre sus pasos para llegar de nuevo al lugar donde había caído. Al llegar al lugar intentó consecutivamente y sin descanso trepar por la pared, puesto que no había lugar alguno por el que salir a excepción del hueco que había en el techo, pero todo intento quedaba frustrado, más de la mitad de las veces por un salto demasiado grande que ni él ni su habilidad en el parkour pudieron superar.
Tras horas, muchas horas, cesó en su intento de abandonar el lugar y se quedó sentado en el suelo cerca del agua, esperando algún suceso que lo salvara. Fue en vano. El tiempo siguió fluyendo y Kóen no se movió ni un ápice de donde se había sentado.
El joven príncipe estaba deshidratado, hambriento, y el frío que hacía le impedía moverse, seguramente tendría una hipotermia debido al frío; si no moría por inanición, lo haría por el frío. Habían pasado ya cuatro días, y el estado de Kóen seguía empeorando a cada instante que pasaba;. Parecía que aquello era el final.
-¡Aquí! ¡Está aquí! - Se oyó en lo alto del lugar. Una larga cuerda cayó con velocidad, y de ella un hombre que Kóen hubiera reconocido si ni fuera por su pésimo estado. -Menos mal, ya le he encontrado... Nos tenía muy preocupados...-
-Je, creo que... es la primera vez... que me alegro... de verte, Kenne-...
-¡Sáquennos de aquí de inmediato! ¡El príncipe necesita un médico!
La siguiente semana después de aquel incidente se trató la hipotermia de Kóen, al igual que la, según el propio médico, leve inanición que sufrió aquellos días. Kenneth acudió a visitar a su aprendiz, que se recuperaba con bastante agilidad. Cuando estuvieron a solas, éste le contó la historia de Arabasta, toda la historia. Cuándo fue fundado y por quién, los reyes más importantes e influyentes, las guerras y rebeliones que más daño produjeron al país, todo. Pero, las dos cosas que dejaron a Kóen atónito fueron, la verdad sobre la muerte de su madre, y la revelación sobre un grupo de personas que buscaban la verdad sobre el siglo vacío, la orden del Loto Blanco. Kenneth le ofreció unirse a la orden; le había entrenado durante años y sabía cómo era el joven, sabía que podía confiar en él. Éste aceptó encantado, pero no sin mostrar un repentino odio entremezclado con tristeza al saber la verdad sobre su madre.
Los dos años siguientes los pasó entrenando, preparándose junto con Kenneth para ser un mejor guerrero. Aprendió una gran cantidad de cosas de los sabios de la orden, tanto historia, como sabiduría para su vida. Poco antes de cumplir los diecinueve años, zarpó de Arabasta en busca de convertirse en miembro de la Cipher Pol para lograr conseguir infromación secreta del gobierno, aunque lo hizo huyendo de todos.
Ahora se encuentra bajo las órdenes del Cipher Pol, buscando venganza por la muerte de su madre y la verdad bajo el Siglo Vacío. Es ahora cuando comienza la verdadera historia del Príncipe Olvidado de las Arenas.
Mar de origen:
El Paraíso; Arabasta, Alubarna
Pertenencias:
-Una bandana con orejeras, regalo de su hermano.
-Un collar de cuero del cual cuelga un zafiro en forma de rombo el cual encontró en las ruinas de Nanohana.
Botín de partidas:
Ninguno.
Sueños:
-Ser fiel a sus principios y divertirse con sus amigos.
-Descubrir la verdad tras el Siglo Vacío leyendo los Poneglyphos y completando el Río Poneglyph.
-Encontrar dos de los barcos más importantes de la historia: el Holandés Errante y la Perla Negra.
-Encontrar la tumba del Rey Arturo y la verdadera Excalibur.
-Encontrar la Máscara Funeraria de un Faraón Egipcio.
-Encontrar la Caja de Pandora.
-Descubrir la Cuna de la Vida.
-Encontrar el árbol de las Akuma no mi.
-Aunque muy en menor manera, descubrir lo que se encuentra detrás del One Piece. Perdió gran parte de interés cuando lo empezó a buscar todo el mundo.
Referido por:
Nadie
0
Nivel:
1
Nombre:
Kóen Stark.
Apodo:
Sorairo Raion
Edad:
21 años.
Sexo:
Hombre
Raza:
Humano
Rango social:
Alto
Descripción Akuma No mi: Neko-Neko no mi: Modelo gato.
-Tipo:
Zoan
-Apariencia de la fruta:
De forma y tamaño parecida al coco, de tonos azur con espirales blancas, y por dentro de color verdoso. Tiene una textura lisa y aunque parezca lo contrario, es blanda tanto por dentro como por fuera.
-Poder Característico:
Le proporciona al usuario la capacidad de convertirse parcial o completamente en un gato de las mismas proporciones que la persona.
Kóen vive desde su nacimiento en su forma híbrida, siendo éste incapaz de volver a su forma humana. Tanto su cola como sus orejas demuestran este hecho. Gracias a estar siempre en esta forma, su velocidad y agilidad es superior al de la media, y gracias a las pequeñas garras retractiles su poder ofensivo también aumenta. Posee un mejor sentido auditivo y olfativo parecido al de los gatos, pero no tan desarrollado. Ve con facilidad en la oscuridad.
En su forma completa Kóen se convierte en un felino completo, de un espeso pelaje de color azul. Su pelo tiene dos tonalidades, uniéndose ambas entre extraños símbolos parecidos a los tribales. En esta forma su velocidad, agildiad y reflejos aumentan drásticamente, pudiendo alcanzar grandes velocidades o reaccionar mejor ante sucesos inesperados. Sus garras retractiles son de un tamaño mayor a su forma anterior y bastante más afiladas, por lo que es un peligro combatir cuerpo a cuerpo contra él. Tanto su sentido olfativo, auditivo como vista en la oscuridad mejora a niveles extremos.
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: Rikudori.
-Ejecución: El Rikudori se basa en golpes continuos ejecutados con la mayor potencia posible, pudiendo añadir movimientos de otras artes marciales en este arte. Se usan sobre todo los puños, cerrados para causar fisuras en la defensa del enemigo y romper huesos. En este estilo la fuerza está por encima de la velocidad, logrando grandes daños pero sacrificando velocidad. Es aconsejable para enemigos lentos, quietos o con gran defensa. Los nombres de las técnicas de ésta rama suelen comenzar con "Kudori", y el nombre de la técnica en sí.
-Nombre:
Shizen Hakai.
-Ejecución: El Shizen Hakai es una especialización de la lucha libre y el Muai Tai, en donde mezcla puños, pies y zarpas para atacar los puntos débiles de los enemigos a la mayor velocidad posible. Se mezclan los golpes con manos y pies para cansar al enemigo, sin dejarle un segundo de descanso para que se recupere o defienda. En este estilo la velocidad está por encima de la fuerza, logrando golpes más rápidos sacrificanto algo de potencia. Es aconsejable para enemigos de gran velocidad o con una fuerza demasiado grande para estar demasiado tiempo expuesto. Los nombres de las técnicas de ésta rama suelen comenzar con "Shizen Hakai", y el nombre de la técnica en sí. [/i]
Descripción física:
Kóen es un adolescente bastante típico en lo que al físico se refiere, exceptuando algunas obviedades que destacan. Es de complexión fuerte, algo musculoso pero tampoco en gran parte; mide un metro setenta y siete centímetros y pesa entre setenta y setenta cinco kilos. El primero de esos detalles que no pasan desapercibidas son las orejas y la cola de gato, propiedades físicas que tiene por su akuma. Los otros dos son sus ojos azules, profundos y con un brillo parecido al de la luna llena; y su pelo azulado, liso corto y despeinado, que es visible a decenas de metros de distancia.
En ambas mejillas, por la parte inferior, posee unos tatuajes del mismo color que su pelo en forma de "arañazo".
- apariencia:
-Forma híbrida-
-Forma completa-
Descripción psicológica:
Kóen es de talante serio y algo ambicioso, y suele pensar tan solo por él. Por su forma de ser a primera vista la gente no suele confiar en el. Mas esto es casi una mala equivocación en comparación a su verdadera forma de ser. Kóen es un joven jovial, espontáneo, atrevido, confiado de sí mismo, sagaz y perspicaz, aunque siempre sin perder un mínimo y serenidad.
Es una persona que valora sobretodo la lealtad y la amistad, aunque haya veces que de la sensación de lo contrario. Desde muy pequeño le ha gustado hacer siempre lo que le apeteciese, aún estando fuera del gusto de los demás. En ocasiones puede parecer algo egoísta, pero tan solo es un pequeño reflejo de lo mimado que fue de pequeño, algo que odia demasiado.
Suele darle prioridad a sus compañeros o amigos, y ayuda tanto como esté en su mano, más aún si es en contra de la marina o el gobierno mundial.
Tras unirse a la orden del Loto Blanco y conocer a sus integrantes apareció un lado filosófico de la vida que no creyó jamás pudiera tener. Aprecia la verdad y intenta siempre buscarla, lo que hace que no pierda la ilusión por el siglo vacío y por desenmascarar la verdad del gobierno mundial.
En el ámbito bélico suele mostrar las características propias de un verdadero asesino: serenidad total y una falta de sentimientos abismal.
Gustos:
-La leche fresquita.
-La noche, las estrellas y la luna.
-Andar en su forma completa haciéndose pasar por un animal del lugar.
-Jugar con su presa como se jugaría con un ratón.
-Hacer fogatas en el bosque por la noche.
-Las aventuras y estar todo el día corriendo.
-El parkour y el skate, ambas artes lo fascinan.
-Dormir en lugares calentitos o con una gran cantidad de mantas encima.
-Leer y la historia antigua.
Desagrados:
-El calor extremo.
-El tabaco y el humo que éste produce.
-La gente demasiado mandona.
-El gobierno mundial y sus secretos.
-Los que hacen el mal por diversión.
Habilidades:
-La actividad física, está en buena forma ya que siempre anda haciendo ejercicio. El parkour le fascina y lo considera imprescindible para un arqueólogo aventurero, por lo que también tiene gran conocimiento sobre él. A parte de este arte también domina el skate, otro el cual practica cada vez que tiene la ocasión y del que sabe una gran variedad de cosas.
-Por la ilusión que le pone a la historia antigua, a todo lo que tenga pinta de ser "antiguo" le presta más atención, aprende más rápido y consigue más información que de otras cosas.
-Tocar la ocarina. Desde pequeño fue aprendiendo a tocar el mismo instrumento que perteneció a su madre, el cual guarda siempre con cariño, el mismo cariño que le pone al interpretar una melodía
-Se podría decir que una de sus habilidades es agotar la paciencia de las personas que están cerca de él, pues tanto su forma de ser como su continuo sarcasmo cansa a cualquier persona normal.
-Es básicamente imposible que se pierda dentro de cualquier cueva; le gustan tanto que aunque pasen años nunca se olvida de ellas. Una razón algo más lógica es la capacidad que tiene para memorizar kilómetros de terreno subterráneo. En la superficie tampoco se pierde, pero no almacena tanta información, más bien la mínima.
Torpeza:
-Tiene por costumbre no hacer mucho casi a sus superiores, e ignora gran parte de las órdenes que recibe debido a su pequeña insubordinación.
-Aunque su puntería es bastante decente, su odio hacia las armas de fuego le impide poder usarlas. Siempre que lo intenta puede llegar a desviarse decenas de metros de su objetivo.
-Tiene un deficit de atención, el cual se acentúa en gran manera cuando el tema del que se habla no es de su interés, causando así que ignore a todas las personas que lo rodean.
-Como no le importa en demasía la limpieza y el orden, nunca suele limpiar u ordenar nada de lo que usa, y si lo hace lo deja a medias o mal hecho.
-No se sabe comportar en momentos de tensión, o mínimamente serios, siempre tiene que decir alguna estupidez o dar el canto haciendo cualquier cosa incoherente.
-Debido a sus rasgos felinos, tanto las orejas como la cola gatuna, suele serle difícil no destacar cuando va en su forma híbrida, por eso suele ir siempre en su forma completa.
Profesiones:
-Luchador, nivel 1.
-Guardabosques, nivel 1.
-Arqueólogo, nivel 1.
Banda:
Ninguna.
Armas y habilidades:
Ninguna de momento.
Historia:
Esta historia comienza siete meses antes del nacimiento del propio Kóen, lejos de Alubarna, la ciudad de nacimiento tanto de él, como de la madre, la que tras varias horas después del atardecer bajo el cielo estrellado se encontraba caminando con prisa por el desierto de Arabasta.
Todo parecía ir en contra de la muchacha: la tormenta de arena arremetía contra ella con todas sus fuerzas, gran parte de la luz que emitían las estrellas se perdía en medio de las densas nubes grisáceas, y todos los animales del desierto nada más sentir su presencia se abalanzaban en contra suya; pero ella no se rendía. Ella seguía caminando a contra corriente, envuelta con un manto negro, igual de negro que la oscuridad que la rodeaba, y cuando algo intentaba atacarla, lo único que se escuchaba era el sonido metálico de una katana desenvainándose y volviéndose a envainar.
Tras un par de horas caminando, pareció llegar a un claro en el desierto, donde tanto los animales como la tormenta de arena habían dejado de existir: solo había dunas, y, en el centro de éstas, esperando vehemente, una persona ataviada de negro.
-Ya he conseguido aquello que querías, ahora da media vuelta y lárgate por donde has venido. -Sus palabras retumbaron en el silencio de la noche, y mientras las pronunciaba le lanzó un objeto al hombre, del cual tan solo se pudo ver una sonrisa macabra tras la capucha del traje y la mano al salir de éste para atrapar al vuelo dicho objeto.
-Me alegra saber que aprecias la vida de tu próximo hijo. Una pena que no apreciaras suficiente al anterior. -La voz grave del hombre se clavó en el pecho de la chica, logrando que ésta derramara una imperceptible lágrima que acabó cayendo a la arena y desapareciendo.- Pero... No solo te pedí ésto. Sabes lo que eso significa, ¿verdad?
-Sí, perfectamente. Pero no me importa siempre que él no sufra las consecuencias de mis actos... -Posó la palma de su mano izquierda en su vientre mientras bajaba levemente la mirada.
-Así será si así lo deseas, Keira. -El hombre simplemente se dio la vuelta, y nada más dar el primer paso alejándose así de la chica, la tormenta inundó aquel vacío que solo había estado lleno por silencio y tristeza-
Keira reflejó los movimientos del misterioso personaje y volvió a Alubarna, donde su destino estaba escrito con sangre.
Pasaron los meses, siete para ser exactos. Estamos en el palacio real de Alubarna, en una sala en donde solo hay cinco personas. Keira, la cual está en una camilla un hombre que la agarra fuerte de la mano y tres enfermeros. La chica no para de gritar con todas sus fuerzas mientras uno de los médicas intenta calmarla comentando que está a punto de llegar. Pasan un par de minutos, y tras cesar los gritos de Keira, comienzan unos nuevos, más agudos y potentes. Tras el nacimiento de Kóen, nombre que le pone a su hijo nada más nacer, se extiende la noticia del nacimiento del próximo heredero y príncipe real del país. Se celebra el nacimiento del príncipe en todas partes, pero con especial motivo en el mismísimo palacio.
El nacimiento de Kóen deja asombrados a muchos, no solo por su extraño color de pelo azul cielo, que parece una mezcla del azabache de la madre y del platino del padre, sino de que nace con las habilidades de la fruta del diablo que poseía su madre, la cual al instante perdió su capacidad de usarlo.
Todo va bien, todo menos la actitud de Keira, la cual aun siendo feliz y teniendo una enorme sonrisa, se la puede ver un sentimiento de aflicción que le recorre el rostro, marchitando con ternura su bello rostro. Nadie entiende la actitud de la muchacha; no al menos, hasta que al día siguiente desaparece sin dejar rastro. El país entero atribuye su desaparición a una traición: la reina que le dio la espalda a su gente. Mas un pequeño grupo de personas sabe la verdad... Un asesinato.
Aún por la desaparición de Keira, el joven Kóen y su presencia hace que no se pierda la la alegría. El joven pasa los primeros años de su vida jugueteando por palacio -siendo siempre vigilado por Kenneth, el que será años después su maestro- robándoles una sonrisa a todo el que le ve con su espíritu infantil su pelo azulado y su cola felina, cualidades que hace que todos recuerden a su madre.
A los siete años, edad donde empieza a estudiar y el combate cuerpo a cuerpo, le es permitido salir de palacio y pasearse por la ciudad de Alubarna. Él, un espíritu libre al que no pueden retener, siempre que ve la oportunidad sale de la ciudad y se dirige al desierto, más exactamente a las ruinas que hay cerca de éstas. La mayoría de las veces Kenneth se lo impide y lo lleva a rastras de vuelta al palacio, aunque no sin antes revelarse.
Cada año que pasa la curiosidad de Kóen va en aumento y empieza a interesarse por la historia. Los sucesos antiguos le apasionan, y su inherente interés por éstos hace que se tope de lleno con el Siglo Vacío. Por mucha información que intente buscar, cuando cree que está a punto de encontrar algo fiable se topa con un muro que lo hace retroceder. Semanas después de fracaso tras fracaso le cuenta todo lo que ha investigado a Kenneth. Éste atiende perplejo las palabras del aún joven Kóen, ya no solo por la información en sí, sino por el entusiasmo que parece ponerle.
-Eres muy pequeño aún Príncipe. Te diré lo que sé cuando cumplas los dieciocho.
Este comentario fue el desencadenante a una infinidad de quejas por parte del soberano, pero pocos días después de que no soltara palabra alguna dejó de insistir, y simplemente esperó.
Quince, dieciséis, diecisiete años, y el joven Kóen a parte de ir cada vez más lejos en el desierto en busca de ruinas por las que perderse, fue mejorando notablemente en el cuerpo a cuerpo, tanto, que cuando Kenneth le encontraba y le hacía volver a palacio, se enzarzaban en una lucha: el que ganara decidía lo que se hacía. Obviamente, el muchacho siempre perdía ante la maestría de un verdadero luchador como lo era Kenneth.
En una de estas búsquedas, y después de evadir con sutileza a su guardia personal, cayó en una de las ruinas más antiguas de toda Arabasta, cerca de la ciudad de Nanohana. Tenía un aspecto similar al del palacio real -cosa que advirtió al momento- aunque con un deterioro bastante grande. Parecían unas ruinas como otras cualquiera, pero algo que no cuadraba eran la cantidad de antorchas que iluminaban el lugar; un sitio tan viejo no podía conservar las antorchas encendidas. Como cualquier arqueólogo que se precie, tomó la decisión de explorar el lugar; aunque no le quedaba otra, puesto que el lugar por donde había entrado se encontraba a unos cien metros por encima de él, e intentar salir era un poco inútil. Sobrevivió de puro milagro, ya que cayó justo en un pequeño lago que se había formado en él.
Tras largas horas dando palos de ciego, llegó a una sala de unos diez por diez metros y unos cuatro o cinco de alto, con únicamente en su interior una enorme caja rectangular hecha de piedra, aunque gran parte de ésta se había resquebrajado y derrumbado; como gran parte del lugar.
-Una tumba... Bastante antigua parece. Puede que de una época anterior a la del Siglo Vacío, incluso. -Se fue moviendo a la par que arrastraba levemente los dedos de la mano derecha por la pared.- Por muy viejo que ésto sea, se nota que nuestros edificios están inspirados en éstos. -Suspiró, apesadumbrado.- Bueno, al menos he aprendido algo de arquitectura.
Se acercó a la tumba mientras se quitaba el polvo de los dedos en la camisa. Al estar cerca de ésta, movió aplicando un poco de fuerza la tapa. Al hacerlo se levantó una gran cantidad de polvo que le hizo toser con fuerza. Cuando se despejó del todo miró dentro, y como era de esperar se encontró con un cadáver.
-Viejo no, lo siguiente... Para que esté en este estado tienen que haber pasado cientos de años.
Inspeccionó rápido al tumba, pero excepto el polvo, la arena, los huesos desgastados y la ropa raída, no había nada especial.
Siguió su camino por las salas contiguas, donde de repente empezó a encontrar muchas más tumbas en salas exactamente iguales, pero perfectamente diferentes. En todas el mismo sarcófago, con huesos en el mismo estado; en todas, menos en una. Dentro de la tumba de la última sala había, a parte de los ya esperados huesos, una pequeña caja azul con bordes plateados. Con sana curiosidad, como todo buen arqueólogo debe tener, la cogió entre sus manos, se sentó en el suelo y la abrió: en su interior encontró un pequeño colgante de cuero con un zafiro colgado de él.
Sonrió y se colgó el collar. Volvió sobre sus pasos para llegar de nuevo al lugar donde había caído. Al llegar al lugar intentó consecutivamente y sin descanso trepar por la pared, puesto que no había lugar alguno por el que salir a excepción del hueco que había en el techo, pero todo intento quedaba frustrado, más de la mitad de las veces por un salto demasiado grande que ni él ni su habilidad en el parkour pudieron superar.
Tras horas, muchas horas, cesó en su intento de abandonar el lugar y se quedó sentado en el suelo cerca del agua, esperando algún suceso que lo salvara. Fue en vano. El tiempo siguió fluyendo y Kóen no se movió ni un ápice de donde se había sentado.
El joven príncipe estaba deshidratado, hambriento, y el frío que hacía le impedía moverse, seguramente tendría una hipotermia debido al frío; si no moría por inanición, lo haría por el frío. Habían pasado ya cuatro días, y el estado de Kóen seguía empeorando a cada instante que pasaba;. Parecía que aquello era el final.
-¡Aquí! ¡Está aquí! - Se oyó en lo alto del lugar. Una larga cuerda cayó con velocidad, y de ella un hombre que Kóen hubiera reconocido si ni fuera por su pésimo estado. -Menos mal, ya le he encontrado... Nos tenía muy preocupados...-
-Je, creo que... es la primera vez... que me alegro... de verte, Kenne-...
-¡Sáquennos de aquí de inmediato! ¡El príncipe necesita un médico!
La siguiente semana después de aquel incidente se trató la hipotermia de Kóen, al igual que la, según el propio médico, leve inanición que sufrió aquellos días. Kenneth acudió a visitar a su aprendiz, que se recuperaba con bastante agilidad. Cuando estuvieron a solas, éste le contó la historia de Arabasta, toda la historia. Cuándo fue fundado y por quién, los reyes más importantes e influyentes, las guerras y rebeliones que más daño produjeron al país, todo. Pero, las dos cosas que dejaron a Kóen atónito fueron, la verdad sobre la muerte de su madre, y la revelación sobre un grupo de personas que buscaban la verdad sobre el siglo vacío, la orden del Loto Blanco. Kenneth le ofreció unirse a la orden; le había entrenado durante años y sabía cómo era el joven, sabía que podía confiar en él. Éste aceptó encantado, pero no sin mostrar un repentino odio entremezclado con tristeza al saber la verdad sobre su madre.
Los dos años siguientes los pasó entrenando, preparándose junto con Kenneth para ser un mejor guerrero. Aprendió una gran cantidad de cosas de los sabios de la orden, tanto historia, como sabiduría para su vida. Poco antes de cumplir los diecinueve años, zarpó de Arabasta en busca de convertirse en miembro de la Cipher Pol para lograr conseguir infromación secreta del gobierno, aunque lo hizo huyendo de todos.
Ahora se encuentra bajo las órdenes del Cipher Pol, buscando venganza por la muerte de su madre y la verdad bajo el Siglo Vacío. Es ahora cuando comienza la verdadera historia del Príncipe Olvidado de las Arenas.
Mar de origen:
El Paraíso; Arabasta, Alubarna
Pertenencias:
-Una bandana con orejeras, regalo de su hermano.
-Un collar de cuero del cual cuelga un zafiro en forma de rombo el cual encontró en las ruinas de Nanohana.
- collar y zafiro:
- https://i.imgur.com/zMb5M24.jpg
Botín de partidas:
Ninguno.
Sueños:
-Ser fiel a sus principios y divertirse con sus amigos.
-Descubrir la verdad tras el Siglo Vacío leyendo los Poneglyphos y completando el Río Poneglyph.
-Encontrar dos de los barcos más importantes de la historia: el Holandés Errante y la Perla Negra.
-Encontrar la tumba del Rey Arturo y la verdadera Excalibur.
-Encontrar la Máscara Funeraria de un Faraón Egipcio.
-Encontrar la Caja de Pandora.
-Descubrir la Cuna de la Vida.
-Encontrar el árbol de las Akuma no mi.
-Aunque muy en menor manera, descubrir lo que se encuentra detrás del One Piece. Perdió gran parte de interés cuando lo empezó a buscar todo el mundo.
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Nadie
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Una muy buena ficha, una interesante extension en la historia. Como no veo nada raro solo me queda aceptar tu ficha y decirte las ultimas cosas:
Por ultimo... Para darte color, pásate por estos temas y rellena los siguientes registros:
1 - Registro de Avatares
2 - Registro de Akumas
Y no te olvides de tener los datos en tu firma que se piden en las normas:
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Hola buenas, soy el Web Master del foro como el propio nombre indica, que agudo soy ¿Verdad?
Bueno, lamento comunicarte esto, pero en el staff en sí hemos cometido un error con tu fruta, la tenía otro usuario y te la aceptamos, de tal forma que 2 usuarios teníais la misma fruta... que locura ¿No? En fin, por antigüedad ella tiene preferencia evidentemente, así que la fruta se la queda ella y tienes que buscarte otra de nuevo, lo lamentamos, a cambio, no será necesario que te cambies el personaje (En casos normales, si te cambias de fruta, cambias el pj para respetar la lógica de One Piece) Tan solo notifica la fruta que deseas, y sigue los pasos que te dirá el staff, ya sea que está aceptada, o no.
Al moderador que la acepte, pido que él mismo, vaya a la enciclopedia de frutas de usuarios, y ponga en el nombre deleste usuario, la fruta nueva que tendrá, para que no tenga que volver a poner el comentario de nuevo y perder tiempo. Si existe algún problema, pues nada, pero si es posible eso, adelante.
Lamentamos las molestias, de verdad. Mucha suerte y te recomiendo la enciclopedia de akumas libres, existen varias interesantes ^^
Bueno, lamento comunicarte esto, pero en el staff en sí hemos cometido un error con tu fruta, la tenía otro usuario y te la aceptamos, de tal forma que 2 usuarios teníais la misma fruta... que locura ¿No? En fin, por antigüedad ella tiene preferencia evidentemente, así que la fruta se la queda ella y tienes que buscarte otra de nuevo, lo lamentamos, a cambio, no será necesario que te cambies el personaje (En casos normales, si te cambias de fruta, cambias el pj para respetar la lógica de One Piece) Tan solo notifica la fruta que deseas, y sigue los pasos que te dirá el staff, ya sea que está aceptada, o no.
Al moderador que la acepte, pido que él mismo, vaya a la enciclopedia de frutas de usuarios, y ponga en el nombre deleste usuario, la fruta nueva que tendrá, para que no tenga que volver a poner el comentario de nuevo y perder tiempo. Si existe algún problema, pues nada, pero si es posible eso, adelante.
Lamentamos las molestias, de verdad. Mucha suerte y te recomiendo la enciclopedia de akumas libres, existen varias interesantes ^^
Kóen Stark
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De acuerdo, puesto que ya no poseo la kaze-kaze no mi (aunque la seguiré usando en roles ya abiertos por tema de lógica), y teniendo en cuenta que me dejan usar otra akuma sin tener que reiniciar el pj, deseo usar ésta:
Descripción Akuma No mi: Juryo-Juryo no mi
-Tipo:
Paramecia.
-Apariencia de la fruta:
De forma y tamaño parecida a un par de cerezas, de tonos azur con espirales blancas, y por dentro de color rojizo. Tiene una textura lisa y no tienen pipas.
-Poder Característico:
Proporciona al usuario la capacidad de aumentar o disminuir por dos el peso de un objeto al tocarlo.
Y ya de paso actualizo con los objetos que Kyle me ha entregado.
Descripción Akuma No mi: Juryo-Juryo no mi
-Tipo:
Paramecia.
-Apariencia de la fruta:
De forma y tamaño parecida a un par de cerezas, de tonos azur con espirales blancas, y por dentro de color rojizo. Tiene una textura lisa y no tienen pipas.
-Poder Característico:
Proporciona al usuario la capacidad de aumentar o disminuir por dos el peso de un objeto al tocarlo.
- TABLA DE LA JURYO:
-Level 1: Puede aumentar o disminuir tres veces el peso de los objetos inanimados.
-Level 10: Puede aumentar o disminuir seis veces el peso de los objetos inanimados. Puede usar su poder a través de objetos.
-Level 20: Puede aumentar o disminuir nueve veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos una vez.
-Level 30: Puede aumentar o disminuir doce veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos dos veces.
-Level 40: Puede aumentar o disminuir quince veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos tres veces.
-Level 50: Puede aumentar o disminuir dieciocho veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos cuatro veces.
-Level 60: Puede aumentar o disminuir veintiuna veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos cinco veces.
-Level 70: Puede aumentar o disminuir veinticuatro veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos seis veces.
-Level 80: Puede aumentar o disminuir veintisiete veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos siete veces.
-Level 90: Puede aumentar o disminuir treinta veces el peso de los objetos inanimados. Puede aumentar o disminuir el peso de seres vivos ocho veces.
Y ya de paso actualizo con los objetos que Kyle me ha entregado.
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Vamos a repetir esto...
Por ultimo... Para darte color, pásate por estos temas y rellena los siguientes registros:
No, mentira. No tenes que hacerlo de nuevo xD
Ahora si, tengo que decirte que esta permitido que uses la logia para acabar los roles donde ya la tenias pero en cuanto esos acaben tenes que cambiar al nuevo poder. Perdon por las molestias ocasionadas~
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Kóen Stark
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Deseo resetear mi pj. Quiero cambiarlo a la facción de CP, aunque hago muchos otros cambios incluyendo entre ellos el físico y la akuma. Siento las molestias y espero que puedan moderar mi nueva ficha, gracias de antemano ^^
Elisabeth
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Porfavor pásese por el censo para que podamos (fastidiarle (?)) cambiarle su color a un (NEGROOOO) miembro de la Cypher Phol.
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