[Privado - Pasado] Aprendiendo caminos extraños. [Samanta - Kitsuga]

Me encontraba en una isla que nunca había pisado, mas allá en la costa estaba mi familia, me encontraba caminando por una aldea, al parecer había grandes disciplinas en este lugar. La gente me veía de lo mas extraño, una joven señorita en un traje blanco con una burbuja en su cabeza, pronto seria el día de mi cumpleaños y quería un buen regalo, un instructor de Kyudo. Vi algunas personas que estaban practicando hará un par de meses. Pero mi amor nació al ver como en una guerra, una arma era silenciosa, y letal. Disparada desde la seguridad de una pequeña base. Yo quería eliminar a la injusticia e ignorancia, esa era mi arma ideal, todos me molestaban que aprendiera el uso de armas de fuego, y termine aprendiendo las, a regañadientes, que se le puede hacer cuando tu padre te ama con todo su corazón, pequeñas rosas como nosotras necesitamos saber defendernos de los salvajes.

Y si bien me especialice en asesinar desde distancias seguras, mi padre tubo grandes planes para mi quería formarme íntegramente en su mejor guardaespaldas. En quien mas puedes depositar enteramente tu vida que en la misma familia, el amor a la familia el valor mas importante de todos. Ai que quería instruirme en un arma de mi agrado, siempre escogían por mi. Pero ahora no. Caminaba por un páramo de tierra, pero era un buen lugar mis guardaespaldas me seguían a una distancia prudente, no me gustaba mucho el como me siguen.

Sam - Mira que lugar tan desagradable me pregunto donde encontrar a un buen entrenador. Esto es complicado. Como saber si sirven o no. - Me gire para ver a uno de mis guardaespaldas - Oye rino no quiero que me sigan mas, deben irse al barco. Yo puedo apañarmelas sola.

Me removí la burbuja y me quite el traje de protección, se lo di a rino y seguí caminando, debía encontrar alguien digno de ser mi instructor. Se inclino y salió corriendo a toda prisa. Así debían ser las personas, serviciales y útiles.

Termine de limpiar mis armas, y de ordenar todo en mi mochila, sacudí mi traje y me ajuste mis tacones, el clima era cálido, así que traía mi chaqueta suelta, me gustaba sentir en mi cuerpo la brisa del aire. Eso me recordaba que ruxor estaba por algún lado de la isla, salí en busca de un buen barco y por el momento, no encontré nada. Pero venia de una dirección donde no había explorado. Así que me dirigí a su ubicación.

Sam - Me podrías indicar donde encuentro un gran puerto, hay unos muy pequeños por estas zonas y busco uno donde exista un transito de concurrencia amplio, necesito encontrar un buen barco.

El rostro de la chica era fijo y serio, algo frio, pero tenia una mirada penetrante profunda sus ojos azul aqua, podían verse claramente atra vez de sus gafas claras. Traía un traje negro y gran parte d su cuerpo se podía apreciar. Un sedoso y bien cuidado cabello, así como 3 armas a simple vista. Dos ballestas y un rifle de francotirador.

Sam - Por cierto sabes donde venden por esta zona algún animal para carga y usos diversos.

Mientras miraba al chico frente a ella que fumaba, se denotaba en su rostro el desagrado por la contaminación de su cuerpo y del de ella. Mantenia una distancia prudente con respecto a el no por miedo, si no para alejarse del humo.

Sam - Tu pequeña sabandija, deja de fumar frente otra gente que no lo hace es grosero. No importa, me las apañare sola a buscar, un barco, y no, no busco un gran barco.

Comencé a caminar, en alguna dirección. No importaba cual tomase solo que no fuera la misma en la que se dirigía el tipo, seguiría al siguiente puerto Ya que nuestros caminos no hicieron mas que cruzarse, iría al otro lado para poder, encontrar el barco. Continúe caminando, y saque un pequeño trapo, y limpiaba algunas de las flechas, también me percate de otra cosa. El terreno era un tanto irregular, y mis tacones estaban maltratando un poco, así que cambie mis zapatos, por unas botas, de campo. Y guarde mis tacones en la mochila. No tenia mucho tiempo para explorar solo un par de horas, antes de necesitar regresar.

Miraba el pasto y pensaba que destino tan deprimente el solo ser un alimento y adornar la alegria de los fuertes. Si seria realmente felizes con alegria ajena. Lo suficiente como para mentirse a si mismos y ser alegres.

Me encontraba en alguna parte de un bosque había echo mi fogata, estaba cepillando mi cabello, después de estar caminando. Algo de poca comida que poseía. Intentaba saciar mi hambre. Era complicado sobrevivir. Y cada vez analizaba mucho mas las reacciones de las personas. Y como son. El ocultar mi identidad era complicado. Pero debía aprender que no era ocultar si no dejar serla. Sin embargo debía aprender a tratar a todos como si fuera nobles.

Sam - Creo que esta decidido, tendré que tratarlos a todos de una forma noble, después de eso. Deberé sacar un juicio. Y revisar si debo asesinarlo o no. Que complicado es el mundo. Cuando exista un buen gobierno y todos sean educados aprenderán a respetarse y conocerán su lugar. El tiempo a podrido a la humanidad, y alguien debe limpiar todo eso. (ahora te entiendo padre, por que es que llevaría tanto tiempo, conocer a cada persona y hacerle un juicio justo para saber si merecer morir o no es una labor titánica, y mas aun si intentas hacerlo por medios legales) Pero no preocupéis, yo ayudare a ser el primer filtro y mejorare.

Me alce de golpe y levante mi mirada rumbo al cielo era un bello atardecer. Y la poca comida que tenia, daba un excelente aroma y buena pinta. Sin embargo apenas servirá para matar el hambre. Debía buscar ya algo para desayunar o cazar algo.

Sam - Muy bien es natural. Te acompaño, pero no creas que loca dormiré junto a ti. Me las puedo liar bien en la casita yo sola. Gracias.

Apague el fuego con cuidado, y disipe todo rastro que pudiera alterar de una manera grave el ecosistema. Estuve acompañando a este joven extraño, siempre estuve lista con mi ballesta para el mínimo movimiento desagradable. Caminamos al menos unos 20 minutos cosa que realmente no estaba muy lejos de mi, para cuando llegamos por fin las pinceladas de obscuridad, marcaron el fin del día. A la vez el brote delicado de las estrellas comenzó a mostrarse. Al llegar estaba montado un pequeño campamento pero no tenia, ni fogata encendida pero si su casa montada, Me limite a sentarme cercas de la fogata, para ver con claridad, deje mi rifle y ballesta que reposaran en el suelo removí una de mis ballestas de mi brazo, saque un cepillo, y lenta y suavemente comencé a limpiarlo.

Sam - Permite que cosine. Espero valla a ser de tu total agrado. Y puedes decirme Sam. Me llamo Samanta.

Saque algunos utensilios y cuchillos bastante finos de cocina de mi mochila, algunos pequeños claro, pero suficientes para prepararme cualquier cosa frita y/o dorada. Tome algunos de los ingredientes que poseía y yo use mis especias aun recordaba la cocina. Me dedique a cortar pelar preparar, sazonar, todo con calma  en su momento después poner un poco de aceite de una ampolleta pequeña. No tenia muchas cosas liquidas la mayoría eran hierbas. Saborisantes y aromatizantes, use un poco de agua de mar. Para salar y condimentos, use algunas brazas aparte de la fogata, para mantener un calor adecuado y cocinar todo en orden. Acomode en un plato los alimentos y adorne con un poco de perejil. Le serví el plato.

Sam - Generalmente cocinaba solo para mi o mi familia. Pero desde hace un par de meses e cocinado para un amigo y ahora un desconocido. se que debe estar rico. Pero a falta de ingredientes y utensilios no puedo hacer milagros.

Sam - Ciertamente busco al mejor entrenador de Kyudo, quiero aprender arquería de la mejor forma. Yo vengo del Red line. No soy originaria de ninguna isla.

Al pasar un rato, terminé con la comida 4 platos bien ordenados cocinados y presentación intermedia. Me sentía extraña, nunca había durado tanto tiempo sin guardias, y sin mi esfera de oxigeno. Comí con tanta calma y gracia, poco a poco, dejando limpio y sin ensuciarme nada. Solo comí lo de un plato de alimentos, los otros eran para mi acompañante. Permanecí sentada y callada pensando, como estarían todos, y si se preocupaba mi padre de mi ausencia tan temeraria.

Sam - Buen provecho. Por cierto no fumes por favor, suficiente es respirar tantos aromas. ¿Como es que te llamas tu?

Sam - Tranquilo deben estar bien, me gusta que estén conmigo. Pero seria interesante escuchar alguna propuesta de como mejorarlas. Respondiendo a tu pregunta, pues como dije no vengo de ninguna isla, por lo que podemos inferir que soy residente del único continente. el gran e imponente Red line. El continente que divide los océanos. Junto con el grand line terminan los 4 océanos mas tranquilos del mundo. El north blue, south blue, East blue y west blue. Digo tranquilos por que valla que es un problema grande y grave navegar por el grand line. Es muy peligroso se necesita de unos acorazados, y personal altamente capacitado. Esas tormentas entre otras cosas, tienden a ser mortales. Muchos navíos terminan en un naufragio seguro si son descuidados. Pero mi motivo es mejorar mis habilidades. Para ser mejor los tiempos extrovertidos de hoy lo ameritan.

Tome uno de mis brazaletes y se lo pase, para que examinara mis ballestas. Quizás podía hacer algo interesante por ellas.

Después de eso, pase a descansar, me limite a entrar a la casa de campaña y dormir. Estaba agotada, y tenia confianza de que nada sucedería. La noche era larga, y a estas horas deben de tomar distancia los guardaespaldas. Pero solo me interesaba perderme en el sueño. Era tarde me sentía cansada.

Me encontraba corriendo en el bosque, y unos perros me perseguían entonces me gire a golpearles pero se transformaron en grandes perros de metal, que comenzaron a morder mi brazo hasta arrancarlo, el dolor era incalculable, inmovible, insoportable. Pero estaba cayendo por un oceano negro, cuando me encontraba en un restaurante. Comia un pedazo de lomo bañado en jugo de lima. Mi muñón tomaba el tenedor, y al terminar de comer se regenero mi brazo. Pero senti como un marine me disparaba desde la espalda, con una espada.

estaba destapada en el suelo, era frío y despertaba con un sabor amargo y melancolía. Cuando entre en mi si era de madrugada, mirando el cielo me percate que no sabia que hora era. Así que me limite a quedarme aun lado de las brazas. y ver el cielo obscuro.

Mientras estaba sentada vi las armas pero no vi a nadie cercas. Me las coloque, y me arme. No sabia donde había ido pero bueno. Solo era cuestión de estar tranquila y disfrutar de la noche. Esa pesadilla no había sido para nada agradable. Tenia mucho en que enfocarme. Tras transcurrir el tiempo regreso, mi facilitador de alimentos y cobijo. Uno muy feo pero uno al fin.

Sam - ¿Todo fue bien? Que yo e descansado fatal no quiero hablar del por que para que ni preguntes gracias. Mejor dime, ¿siempre vives así de pordioseramente?

Sam - No gracias no quiero frutas estoy bien así. Bueno seguiré mi rumbo. Por cierto han quedado muy bien, recordare buscarte después para que me crees algún arma internaste según algunas ideas que se me ocurran que seguro cuando me someta a un estrés de combate saldrán necesidades. Ten un buen inicio de día. Y gracias por los retoques.

Me levante tome todas mis pertenencias, y me coloque un par de ropas un poco mas cálidas. Comencé a caminar y toque un silbato, se me acerco uno de mis guardaespaldas. Murmuramos un poco solo que sabían quien era el maestro que necesitaba y lo seguía. Poco a poco me encontraba mas cercas de lograr mis ambiciones.