Teravan Finger-bullet
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Akuma no mi
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Al fin había llegado, el viaje en barco había sido monótono y aburrido, por lo que a Teravan le resultó francamente agotador. Puso un pie en tierra y suspiró aliviado. Se alegraba de al fin tener algo que hacer.
Miró a su alrededor y vio las concurridas calles de Loguetown. Nunca había estado allí pese a lo bien que le habían hablado de esa ciudad. Necesitaba provisiones, y estaba seguro de que allí podría encontrarlas.
El brillante sol de la mañana vio cómo el tirador, apodado Finger-bullet por el propio Quimera Karl, caminaba animado por las blancas calles. Su chaqueta apoyada sobre los hombros ondeaba con la suave brisa mientras el pelirrojo personaje sonreía a la multitud que, al igual que él, buscaban provisiones o, simplemente, paseaban.
Llegó a la zona comercial de la ciudad, vio unas cuantas tiendas de brillantes colores que captaron su interés. Muchas de ellas contenían artículos de gente que había estado en el Grand Line y las había vendido, o dejado allí. Visitó algunas de aquellas tiendas y compró la munición que necesitaba, pues tampoco tenía mucho dinero para más.
- ¿Me estás timando? Es carísimo, más caro que en cualquier otra ciudad del East Blue. - se quejó Teravan con la mirada encendida.
- Esto es Loguetown, niño, si quieres precios bajos te recomiendo que vayas a comprarle munición a tu madre.
- Cuida tu lengua, bastardo, a no ser que quieras volar en pedazos junto con el resto de esta tienda. - le agarró por el cuello de la camisa, le miró fijamente y al ver que estaba asustado, lo soltó.
- Es lo que hay, en esta ciudad todo está a este precio, puedes ir a cualquier tienda a comprobarlo.
- Está bien, espero que sea de la calidad que se espera.
Pagó el elevado precio de la munición y salió de la tienda. Acababa de llegar y ya tenía ganas de largarse de aquella isla. Pero aún tenía que hacer unas cosas en el cuartel de la Marina. Por lo que se dirigió con paso apresurado hacia allí.
Miró a su alrededor y vio las concurridas calles de Loguetown. Nunca había estado allí pese a lo bien que le habían hablado de esa ciudad. Necesitaba provisiones, y estaba seguro de que allí podría encontrarlas.
El brillante sol de la mañana vio cómo el tirador, apodado Finger-bullet por el propio Quimera Karl, caminaba animado por las blancas calles. Su chaqueta apoyada sobre los hombros ondeaba con la suave brisa mientras el pelirrojo personaje sonreía a la multitud que, al igual que él, buscaban provisiones o, simplemente, paseaban.
Llegó a la zona comercial de la ciudad, vio unas cuantas tiendas de brillantes colores que captaron su interés. Muchas de ellas contenían artículos de gente que había estado en el Grand Line y las había vendido, o dejado allí. Visitó algunas de aquellas tiendas y compró la munición que necesitaba, pues tampoco tenía mucho dinero para más.
- ¿Me estás timando? Es carísimo, más caro que en cualquier otra ciudad del East Blue. - se quejó Teravan con la mirada encendida.
- Esto es Loguetown, niño, si quieres precios bajos te recomiendo que vayas a comprarle munición a tu madre.
- Cuida tu lengua, bastardo, a no ser que quieras volar en pedazos junto con el resto de esta tienda. - le agarró por el cuello de la camisa, le miró fijamente y al ver que estaba asustado, lo soltó.
- Es lo que hay, en esta ciudad todo está a este precio, puedes ir a cualquier tienda a comprobarlo.
- Está bien, espero que sea de la calidad que se espera.
Pagó el elevado precio de la munición y salió de la tienda. Acababa de llegar y ya tenía ganas de largarse de aquella isla. Pero aún tenía que hacer unas cosas en el cuartel de la Marina. Por lo que se dirigió con paso apresurado hacia allí.
Artemisa Luminumbra
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No podía evitarlo, era necesario, aun y cuando fuera en contra de mis principios; varias semanas son demasiadas estando de la misma manera, pero...no quedaba opción alguna, era una orden (las botas me estan matando).
Una voz resonante y profunda llenò el cuarto sumido en la obscuridad, de rodillas y completamente sola (al parecer) me encontraba recibiendo las órdenes, no pude traducir por completo cuál era la verdadera misión, lo único que logre entender era de que se trataba de un simple patrullaje (dudo fuera necesario tanto misterio); un grupo de hombres me acompañaria, dirigirá el barco y se encargarán de las tareas comunes de un marinero.
Ese dia.
No fue necesario que me dijeran que la playa se encontraba a pocos metros, en cuanto divisé la dorada arena, me saque las botas como pude, me puse en la punta de la proa extendiendo los brazos , y con mucho entusiasmo di un salto, el sol se colocó justo tras de mi, los hexágonos brillantes taparon mi cara, de tal modo que los que en la playa estuvieran no me verían, el agua se elevó destellante y glamurosa; mis dedos se enterraron en la arena inundandome de una extraña sensación que me llenó de unas ganas extremas de cantar, la nota nació y corrió, brotó por mi boca.
Para cuando terminó la canción ya no estaba yo en la playa, de alguna extraña manera mi cuerpo se movió solo al compas de la musica entre giros y saltos , estaba ahora en un tipo de mercado, mucha gente diversa se encontraba ahi (odio tanta gente ); algo me sorprendió, una extraña sombra se acercaba donde un tipo pelirrojo salia (con cara de pocos amigos) parecia tener prisa; un pequeño niño andrajoso, con una reconocible velocidad tomo de las manos de el marín un objeto extraño.
La sangre empezó a correr dentro de mi ser a una gran velocidad, la temperatura parecía aumentar, ya no sabía de mi, lo unico que queria era castigar, el pecado es imperdonable de la forma que sea, y si para salvar su alma debo asesinarlo, lo haré.
2 semanas antes.
Una voz resonante y profunda llenò el cuarto sumido en la obscuridad, de rodillas y completamente sola (al parecer) me encontraba recibiendo las órdenes, no pude traducir por completo cuál era la verdadera misión, lo único que logre entender era de que se trataba de un simple patrullaje (dudo fuera necesario tanto misterio); un grupo de hombres me acompañaria, dirigirá el barco y se encargarán de las tareas comunes de un marinero.
Ese dia.
No fue necesario que me dijeran que la playa se encontraba a pocos metros, en cuanto divisé la dorada arena, me saque las botas como pude, me puse en la punta de la proa extendiendo los brazos , y con mucho entusiasmo di un salto, el sol se colocó justo tras de mi, los hexágonos brillantes taparon mi cara, de tal modo que los que en la playa estuvieran no me verían, el agua se elevó destellante y glamurosa; mis dedos se enterraron en la arena inundandome de una extraña sensación que me llenó de unas ganas extremas de cantar, la nota nació y corrió, brotó por mi boca.
- Spoiler:
Para cuando terminó la canción ya no estaba yo en la playa, de alguna extraña manera mi cuerpo se movió solo al compas de la musica entre giros y saltos , estaba ahora en un tipo de mercado, mucha gente diversa se encontraba ahi (odio tanta gente ); algo me sorprendió, una extraña sombra se acercaba donde un tipo pelirrojo salia (con cara de pocos amigos) parecia tener prisa; un pequeño niño andrajoso, con una reconocible velocidad tomo de las manos de el marín un objeto extraño.
La sangre empezó a correr dentro de mi ser a una gran velocidad, la temperatura parecía aumentar, ya no sabía de mi, lo unico que queria era castigar, el pecado es imperdonable de la forma que sea, y si para salvar su alma debo asesinarlo, lo haré.
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