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El sol brilla con fuerza y hace calor, es mediodía. Las olas lamen la madera de la nave meciéndola suavemente. Os encontráis cerca de la costa de Baterilla. Todavía no sabéis por qué era tan importante venir a esta isla, pero los superiores insistieron en que debíais llegar pronto. Desembarcáis y una comitiva de marines os saludan. Uno de ellos se acerca a Karl y le habla.
-Señor, hay una carta para ustedes. Son órdenes directas de sus superiores- Dice el marine.
El hombre abre la carta y lee en voz alta para que todos puedan escuchar el contenido.
El marine se lamenta al informar de que no hay datos sobre dicho revolucionario ni la implicación de los habitantes. Las fuentes informantes solo han dicho un nombre, "Sehaz". Sin ninguna pista ni base desde la que partir, debéis hallar cualquier dato que os ayude en vuestra búsqueda y cumplir la misión con éxito. El Gobierno Mundial no acepta fracasos.
-Señor, hay una carta para ustedes. Son órdenes directas de sus superiores- Dice el marine.
El hombre abre la carta y lee en voz alta para que todos puedan escuchar el contenido.
- Carta:
- Estimados miembros de la Brigada:Nos enorgullece informarles de que su tropa ha sido confirmada y ya consta en los nuevos registros. No hemos podido esperar para otorgarles su primera misión, ay que es de vital importancia y se ha de cumplir con presteza. Debido al historial de dicha tropa, eran los más indicados para nuestro objetivo en Baterilla. Según nuestros informes un alto cargo del ejército revolucionario se esconde en la ciudad y los habitantes pueden estar escondiéndolo. Deben encontrarlo y traerlo al Cuartel de la Marina más cercano a su posición. Si los habitantes lo han estado protegiendo deben cumplir su sentencia por ayudar a un criminal de tan alto nivel. Como representantes del Gobierno Mundial y de la Marina deben ser nuestra mano ejecutora. Esperamos grandes cosas de ustedes.Hasta la próxima misión,
Mando General de la Marina.
El marine se lamenta al informar de que no hay datos sobre dicho revolucionario ni la implicación de los habitantes. Las fuentes informantes solo han dicho un nombre, "Sehaz". Sin ninguna pista ni base desde la que partir, debéis hallar cualquier dato que os ayude en vuestra búsqueda y cumplir la misión con éxito. El Gobierno Mundial no acepta fracasos.
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Karl lee la carta y sonríe. Es hora de volver a las andadas. Parecía que el pasado se repetía, pues la primera misión de la anterior Brigada, cuando Karl era un oficial joven e inexperto, también había sido buscando a ese tal "Sehaz". En la anterior vez, en Whiskey Peak, había actuado incorrectamente. Sabiendo un buen número de otros criminales estaban en ese momento en la isla, dio la orden de arrasar el pueblo. Esa orden le valió que el tal Sehaz escapara y una buena reprimenda por parte de sus superiores, pero también fama por el gran número de piratas famosos capturados. Además había tenido lugar allí su segundo duelo con su archienemigo, Allen D. Walker. Aquella vez había llegado a causarle grandes daños antes de hacerle huir. Se guardó la carta pensando: "Esta vez tengo más experiencia, Sehaz. No te me escaparás tan fácilmente." Miró a los marines allí reunidos. Había treinta reclutas de la guarnición local, cincuenta de su Brigada y sus oficiales.
- ¡Escuchadme todos! - dijo, en tono de mando - Tenemos que localizar a un criminal refugiado en esta isla. Es posible que haya fuerzas enemigas camuflados entre los ciudadanos. Actuad con suma cautela, pero no dudéis en atacar o defenderos, o en arrestar a quien sea preciso. Recordad la regla de oro de la Brigada: no hay piedad para los traidores al Gobierno. Vamos a trazar ahora un plan de acción.
Comenzó rápidamente a pensar. Lo primero era cortar las vías de acceso al pueblo para que no escapase por tierra. Por mar su navío impediría que nadie partiese. Debía encerrarlo en el pueblo. Para ello, enviaría a Arabel y a Toshiro a patrullar las afueras de la ciudad. Serían los más apropiados. Arabel con su enorme tamaño destacaría demasiado en la ciudad, y Toshiro al ser de los más nuevos de la Brigada le vendría bien aprender de una veterana como ella.
- Bien, empecemos por lo principal. Arabel, Toshiro, llevaos a veinte hombres y impedid que nadie salga por tierra del pueblo.
Lo siguiente sería ir pensando algún plan para comenzar a registrar el pueblo. Teravan y Suspiro imponían como oficiales. Les mandaría a ellos al mando de un grupo de marines a comenzar a interrogar aldeanos y buscar posibles revolucionarios para arrestar. Les daría permiso para atacar. Por otro lado, enviaría a Krauser y a Sonicus como espías, sin ir vestidos de marines, a enterarse de qué comentaba la gente y intentar localizar de manera solapada a posibles revolucionarios. Y en cuanto a él mismo... iría a encontrarse con un mafioso de Baterilla, con el cual había tenido tratos en el pasado. Jon "Bulldog", un tipo agresivo y al que le gustaba bastante el dinero. Se enteraba de todo lo que pasaba en la ciudad, y posiblemente sabría algo de Sehaz.
- Hombres, estas son mis órdenes para el resto. Oficial Teravan, Contramaestre Suspiro, coged a treinta hombres y comenzad a interrogar a ciudadanos y arrestar sospechosos. Eso hará que los ciudadanos empiecen a mostrarse molestos, y entonces será más fácil que se vayan de la lengua y nuestros espías les escuchen. Y ahí es donde entran los espías profesionales de la Brigada: Sami, Krauser, vosotros os encargaréis de esa tarea. Intentad haceros pasar por ciudadanos normales o aventureros y a ver de qué os enteráis. En cuanto a los veinte reclutas sobrantes, impedid que nadie salga por mar. Nadie, sin excepciones.
Tras dar sus órdenes, Karl se dirigió al barco de nuevo. Una vez en el camarote, se quitó la chaqueta de oficial y los galones y se quedó vestido con una camiseta blanca de asas, unos pantalones negros y botas. Sabía que era reconocible por los tatuajes de su brazo, así que se echó una gabardina por encima sin abrochársela ni ponerse las mangas. Vestido así, se dirigió a los bajos fondos. Sabía a qué edificio dirigirse. Y sabía que Jon "Bulldog" le temía.
- ¡Escuchadme todos! - dijo, en tono de mando - Tenemos que localizar a un criminal refugiado en esta isla. Es posible que haya fuerzas enemigas camuflados entre los ciudadanos. Actuad con suma cautela, pero no dudéis en atacar o defenderos, o en arrestar a quien sea preciso. Recordad la regla de oro de la Brigada: no hay piedad para los traidores al Gobierno. Vamos a trazar ahora un plan de acción.
Comenzó rápidamente a pensar. Lo primero era cortar las vías de acceso al pueblo para que no escapase por tierra. Por mar su navío impediría que nadie partiese. Debía encerrarlo en el pueblo. Para ello, enviaría a Arabel y a Toshiro a patrullar las afueras de la ciudad. Serían los más apropiados. Arabel con su enorme tamaño destacaría demasiado en la ciudad, y Toshiro al ser de los más nuevos de la Brigada le vendría bien aprender de una veterana como ella.
- Bien, empecemos por lo principal. Arabel, Toshiro, llevaos a veinte hombres y impedid que nadie salga por tierra del pueblo.
Lo siguiente sería ir pensando algún plan para comenzar a registrar el pueblo. Teravan y Suspiro imponían como oficiales. Les mandaría a ellos al mando de un grupo de marines a comenzar a interrogar aldeanos y buscar posibles revolucionarios para arrestar. Les daría permiso para atacar. Por otro lado, enviaría a Krauser y a Sonicus como espías, sin ir vestidos de marines, a enterarse de qué comentaba la gente y intentar localizar de manera solapada a posibles revolucionarios. Y en cuanto a él mismo... iría a encontrarse con un mafioso de Baterilla, con el cual había tenido tratos en el pasado. Jon "Bulldog", un tipo agresivo y al que le gustaba bastante el dinero. Se enteraba de todo lo que pasaba en la ciudad, y posiblemente sabría algo de Sehaz.
- Hombres, estas son mis órdenes para el resto. Oficial Teravan, Contramaestre Suspiro, coged a treinta hombres y comenzad a interrogar a ciudadanos y arrestar sospechosos. Eso hará que los ciudadanos empiecen a mostrarse molestos, y entonces será más fácil que se vayan de la lengua y nuestros espías les escuchen. Y ahí es donde entran los espías profesionales de la Brigada: Sami, Krauser, vosotros os encargaréis de esa tarea. Intentad haceros pasar por ciudadanos normales o aventureros y a ver de qué os enteráis. En cuanto a los veinte reclutas sobrantes, impedid que nadie salga por mar. Nadie, sin excepciones.
Tras dar sus órdenes, Karl se dirigió al barco de nuevo. Una vez en el camarote, se quitó la chaqueta de oficial y los galones y se quedó vestido con una camiseta blanca de asas, unos pantalones negros y botas. Sabía que era reconocible por los tatuajes de su brazo, así que se echó una gabardina por encima sin abrochársela ni ponerse las mangas. Vestido así, se dirigió a los bajos fondos. Sabía a qué edificio dirigirse. Y sabía que Jon "Bulldog" le temía.
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Perfecto. Simplemente perfecto, comenzaba la fiesta. Asi que el objetivo era encontrar a ese tal ``Sehaz`` . Pues a ello, pensó Krauser allí plantado escuchando toda la conversación. Al parecer ellos eran los enviados a aquella zona. Se les confió aquella misión. No podían fallar y se lo hacían no sería por falta de ganas, al menos por parte de este. Sus ojos fríos y serios observaban todo a su alrededor familiarizándose con el entorno y la posición de las cosas. Eran bastantes hombres por lo que parecía. Le había sido asignado uno de sus cargos favoritos, el de espiar y conseguir información infiltrándose. Una sonrisa se dibujo en su boca, cosa que nadie pudo ver debido a las vendas de su boca. A no ser que vieran través de los objetos claro. Al parecer debía usar la ropa normal y no la de marine. No le importaba el atuendo por lo que sin ninguna queja se lo quitó despacio quedando con su ropa normal. Su camiseta de tirantes negra, su pantalón grisáceo. Sus sandalias marrones y de suela lisa y sus guantes llegándole hasta los codos dejando los dedos libres. También llevaba su cinta en la cabeza. Escuchó lo de la no tener piedad y sonrió. Ese no sería problema, no tenía ninguna.
En cuanto observo como el capitán entraba en el barco de nuevo tras dar las órdenes se puso manos a la obra. Salió de allí rápidamente pata meterse en el lugar. Por sus pintas nadie diría que era un marine sino un mendigo enfermo o algo por el estilo. Sus vendas hacían que la gente le tomara por estar enfermo o simplemente por tener quemaduras o algún herida profunda que no quería enseñar. Eso le daba cierta ventaja pues no podían ver con claridad su expresión. El primer sitio a donde se dirigiría Krauser ya estaba decidido. La taberna del lugar, sin duda era su principal objetivo ahora. Podía ser un sitio bastante bueno para espiar y ganar información, intentaría camelarse al tabernero de alguna forma. También podría preguntar a algún borracho ofreciéndole mas bebida y pagándola de su bolsillo. Sus pasos se detuvieron en cuanto la encontró.
Abrió aquella puerta la cual le daba el acceso al local. Había varias personas bebiendo y otras comiendo tranquilamente. Caminó hasta la barra tranquilamente y tomó asiento en uno de aquellos taburetes. Desde ahí podía observar las distintas botellas de bebidas alcohólicas que poseían en la taberna. Ron, cerveza, y muchos más eran los que se podían apreciar desde la barra a simple vista. Varios ceniceros se veían colocados en toda la barra para los fumadores, Parecía haber bastante ambiente por lo que parecía. Los camareros no daban a lugar sirviendo copas y comida a las distintas personas del lugar. Quizás había sido mala idea empezar por la taberna o tal vez no. Aún así se quedaría un rato si era necesario, ya se las apañaría para conseguir información. Escuchaba las conversaciones que podía, algunas sobre el trabajo y la falta de dinero en los hogares y otras hablaban sobre los chicos y chicas populares del lugar. Un desperdicio según Krauser. Estar allí escuchando estupideces de aquellas personas. Rápidamente levanto la mano para llamar al tabernero. Cuando este lo vio acudió rápidamente a la posición del marine rápidamente tomándole nota pues estaba bastante ocupado también con toda la gente de la barra. Krauser le respondió de forma tranquila y amable. Totalmente fingiendo su forma de ser para ganarse un poco la confianza de aquel hombre.
- Jefe, ponme un vaso de agua. No tengo para nada más. La vida está fatal
Dijo con una falsa risa esperando a ver la reacción del hombre. Este asintió sonriéndole y rápidamente dirigiéndose a uno de los barriles y cogiendo un vaso de madera y pronto llenándolo de agua fresca de aquel barril para dejársela después. Siguió atendiendo gente bastante ocupado por lo que parecía. Krauser cogió el vaso y le dio un trago. El agua se filtraba atreves de las vendas mojándolas un poco pero bebiendo fácilmente. La gente lo miraba confusa por su forma de beber, cosa que a este le daba igual. Suspiro tras el trago y se quedó callado esperando a poder escuchar algo interesante. Era su primera misión con aquel ``equipo`` como el solía llamarlo. No iba a defraudar a su capitán ni al resto de los hombres que seguro que se esforzarían también por tener buena reputación. Por lo que pudo ver ellos también iban bien preparados. Había otro al que habían asignado de espía para facilitar la tarea. Al fin y al cabo dos eran mejor que uno. Su capitán parecía tener bastante experiencia debido a aquella planeación tan rápida y eficaz. Los demás tenían sus objetivos también por lo que parecía. Interrogar a los ciudadanos y rodear la isla para que nadie escapara. Todo estaba calculado perfectamente. Era una táctica perfecta al parecer. La mente de Krauser en estos instantes solo pensaba en poder enterarse de algo. Con el barullo de la gente le estaba costando concentrarse. Hablaban de tonterías y en voz alta a toda velocidad y algunos ni vocalizaban. Empezaba a ponerse nervioso con tanta estupidez. Intentó relajarse un poco dando otro trago de agua y respirando despacio. Odiaba bastante el ruido y aquel ya era insoportable. Pero no podía llamar la atención. Debía espiar, no liarla en un lugar público y levantar sospechas. Por lo que se tuvo que callar y esperar en su sitio sentado tranquilamente.
En cuanto observo como el capitán entraba en el barco de nuevo tras dar las órdenes se puso manos a la obra. Salió de allí rápidamente pata meterse en el lugar. Por sus pintas nadie diría que era un marine sino un mendigo enfermo o algo por el estilo. Sus vendas hacían que la gente le tomara por estar enfermo o simplemente por tener quemaduras o algún herida profunda que no quería enseñar. Eso le daba cierta ventaja pues no podían ver con claridad su expresión. El primer sitio a donde se dirigiría Krauser ya estaba decidido. La taberna del lugar, sin duda era su principal objetivo ahora. Podía ser un sitio bastante bueno para espiar y ganar información, intentaría camelarse al tabernero de alguna forma. También podría preguntar a algún borracho ofreciéndole mas bebida y pagándola de su bolsillo. Sus pasos se detuvieron en cuanto la encontró.
Abrió aquella puerta la cual le daba el acceso al local. Había varias personas bebiendo y otras comiendo tranquilamente. Caminó hasta la barra tranquilamente y tomó asiento en uno de aquellos taburetes. Desde ahí podía observar las distintas botellas de bebidas alcohólicas que poseían en la taberna. Ron, cerveza, y muchos más eran los que se podían apreciar desde la barra a simple vista. Varios ceniceros se veían colocados en toda la barra para los fumadores, Parecía haber bastante ambiente por lo que parecía. Los camareros no daban a lugar sirviendo copas y comida a las distintas personas del lugar. Quizás había sido mala idea empezar por la taberna o tal vez no. Aún así se quedaría un rato si era necesario, ya se las apañaría para conseguir información. Escuchaba las conversaciones que podía, algunas sobre el trabajo y la falta de dinero en los hogares y otras hablaban sobre los chicos y chicas populares del lugar. Un desperdicio según Krauser. Estar allí escuchando estupideces de aquellas personas. Rápidamente levanto la mano para llamar al tabernero. Cuando este lo vio acudió rápidamente a la posición del marine rápidamente tomándole nota pues estaba bastante ocupado también con toda la gente de la barra. Krauser le respondió de forma tranquila y amable. Totalmente fingiendo su forma de ser para ganarse un poco la confianza de aquel hombre.
- Jefe, ponme un vaso de agua. No tengo para nada más. La vida está fatal
Dijo con una falsa risa esperando a ver la reacción del hombre. Este asintió sonriéndole y rápidamente dirigiéndose a uno de los barriles y cogiendo un vaso de madera y pronto llenándolo de agua fresca de aquel barril para dejársela después. Siguió atendiendo gente bastante ocupado por lo que parecía. Krauser cogió el vaso y le dio un trago. El agua se filtraba atreves de las vendas mojándolas un poco pero bebiendo fácilmente. La gente lo miraba confusa por su forma de beber, cosa que a este le daba igual. Suspiro tras el trago y se quedó callado esperando a poder escuchar algo interesante. Era su primera misión con aquel ``equipo`` como el solía llamarlo. No iba a defraudar a su capitán ni al resto de los hombres que seguro que se esforzarían también por tener buena reputación. Por lo que pudo ver ellos también iban bien preparados. Había otro al que habían asignado de espía para facilitar la tarea. Al fin y al cabo dos eran mejor que uno. Su capitán parecía tener bastante experiencia debido a aquella planeación tan rápida y eficaz. Los demás tenían sus objetivos también por lo que parecía. Interrogar a los ciudadanos y rodear la isla para que nadie escapara. Todo estaba calculado perfectamente. Era una táctica perfecta al parecer. La mente de Krauser en estos instantes solo pensaba en poder enterarse de algo. Con el barullo de la gente le estaba costando concentrarse. Hablaban de tonterías y en voz alta a toda velocidad y algunos ni vocalizaban. Empezaba a ponerse nervioso con tanta estupidez. Intentó relajarse un poco dando otro trago de agua y respirando despacio. Odiaba bastante el ruido y aquel ya era insoportable. Pero no podía llamar la atención. Debía espiar, no liarla en un lugar público y levantar sospechas. Por lo que se tuvo que callar y esperar en su sitio sentado tranquilamente.
Samanta
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Me encontraba quieta escuchando desde cubierta todo lo que acontecia, mi capitan dio instrucciones claras, tome mi tiempo, deje que las embarcaciones de algunos marines salieran, escogí a los 20 hombres. Mas que nada las habilidades necesarias, las consideraciones a tomar que necesitaba dos fuertes dos tiradores y alguien de comunicaciones, necesitaban formarse 4 equipos, que se acordonara el area. Dos de esos 4 equipos debían estar en los extremos del pueblo no nos interesaba cuidar el oceano, para eso estaria el acorazado. Pero debíamos impedir a toda costa que si deseaban huir lo consiguieran, asi que debíamos impedir el paso mas simple de escape la zona montañosa con su bosque. Me encargaría de estar en la parte mas este del pueblo exactamente donde esta el punto boscoso.
Mientras que se generaba el area acordonada, iríamos cerrando todo a su paso, y cerrando el circulo lentamente. En lo que las partes internas se replegaban e investigaban eso formaria dos ondas de investigación. 2 equipos junto con Toshiro tomarian esa ligera investigación de cerrado de circulo. Mientras que las otras dos unidades en las puertas principales y yo resguardaríamos todo el pueblo, mientras esten las entradas principales del norte y sur del pueblo podría ocuparme de todo el resto de la herradura, desde mi punto veria a quien fuera, y con mi soru no me tomaria ni un pestañeo llegar a donde el gracias a mi tamaño.
Una vez que pasaron los botes y llegaron todos al pueblo e inicio el estado de búsqueda, tome a los 10 hombres encargados de cubrir las dos entradas principales.
-Bien chicos hagamos esto simple...
Les explique el plan de acción.
- Necesito que ustedes 10 entren a la mochila debemos ir a nuestras posiciones de inmediato, mientras Toshiro ira con los suyos para facilitarnos el trabajo de protección.
Al entrar los 10 soldados a mi mochila la levante y me la coloque y ajuste.
- Agarren se bien sera agitado el viaje.
Sin mas use el soru nuevamente, una tecnica del rokushiki de movimiento rapido, y con mi fuerza y grandes sancadas era casi como si me teletransportara en distancias cortas, inferiores a un kilometro. Pero aun que estuviera un poco mas lejos llega sin problemas a los puntos, pase a la entrada norte y deje al equipo de resguardo se colocaron en posición y listos para comunicarse conmigo de ser necesario. Luego me dirigi al Sur rodeando el pueblo y dejandolos, al terminar que estuviera todo en orden pase a la zona boscosa cerca de las montañas y me quede parada a expectativa y mis ojos muy abiertos dispuesta a contraatacar o revisar a cualquier persona que se diriga a mi punto.
Ya que no buscaba esconderme y al saber de mi, no considerarían venir para aca. Entonces buscarían ir hacia la salida Sur ya que la norte los acercaria mas al oceano. Lo que conlleva que existan una gran posibilidad que me necesiten en ese punto toshiro debe estar al tanto de esto, asi que es aconsejable que inicie su búsqueda desde ese punto.
Mientras que se generaba el area acordonada, iríamos cerrando todo a su paso, y cerrando el circulo lentamente. En lo que las partes internas se replegaban e investigaban eso formaria dos ondas de investigación. 2 equipos junto con Toshiro tomarian esa ligera investigación de cerrado de circulo. Mientras que las otras dos unidades en las puertas principales y yo resguardaríamos todo el pueblo, mientras esten las entradas principales del norte y sur del pueblo podría ocuparme de todo el resto de la herradura, desde mi punto veria a quien fuera, y con mi soru no me tomaria ni un pestañeo llegar a donde el gracias a mi tamaño.
Una vez que pasaron los botes y llegaron todos al pueblo e inicio el estado de búsqueda, tome a los 10 hombres encargados de cubrir las dos entradas principales.
-Bien chicos hagamos esto simple...
Les explique el plan de acción.
- Necesito que ustedes 10 entren a la mochila debemos ir a nuestras posiciones de inmediato, mientras Toshiro ira con los suyos para facilitarnos el trabajo de protección.
Al entrar los 10 soldados a mi mochila la levante y me la coloque y ajuste.
- Agarren se bien sera agitado el viaje.
Sin mas use el soru nuevamente, una tecnica del rokushiki de movimiento rapido, y con mi fuerza y grandes sancadas era casi como si me teletransportara en distancias cortas, inferiores a un kilometro. Pero aun que estuviera un poco mas lejos llega sin problemas a los puntos, pase a la entrada norte y deje al equipo de resguardo se colocaron en posición y listos para comunicarse conmigo de ser necesario. Luego me dirigi al Sur rodeando el pueblo y dejandolos, al terminar que estuviera todo en orden pase a la zona boscosa cerca de las montañas y me quede parada a expectativa y mis ojos muy abiertos dispuesta a contraatacar o revisar a cualquier persona que se diriga a mi punto.
Ya que no buscaba esconderme y al saber de mi, no considerarían venir para aca. Entonces buscarían ir hacia la salida Sur ya que la norte los acercaria mas al oceano. Lo que conlleva que existan una gran posibilidad que me necesiten en ese punto toshiro debe estar al tanto de esto, asi que es aconsejable que inicie su búsqueda desde ese punto.
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Estaba en el puerto, de pie, esperando ordenes del capitán, que estaba leyendo una carta. Al fin levantó la cabeza y se dirigió a nosotros:
- ¡Escuchadme todos! Tenemos que localizar a un criminal refugiado en esta isla. Es posible que haya fuerzas enemigas camuflados entre los ciudadanos. Actuad con suma cautela, pero no dudéis en atacar o defenderos, o en arrestar a quien sea preciso. Recordad la regla de oro de la Brigada: no hay piedad para los traidores al Gobierno. Vamos a trazar ahora un plan de acción.
- Bien, empecemos por lo principal. Arabel, Toshiro, llevaos a veinte hombres y impedid que nadie salga por tierra del pueblo.
- Hombres, estas son mis órdenes para el resto. Oficial Teravan, Contramaestre Suspiro, coged a treinta hombres y comenzad a interrogar a ciudadanos y arrestar sospechosos. Eso hará que los ciudadanos empiecen a mostrarse molestos, y entonces será más fácil que se vayan de la lengua y nuestros espías les escuchen. Y ahí es donde entran los espías profesionales de la Brigada: Sami, Krauser, vosotros os encargaréis de esa tarea. Intentad haceros pasar por ciudadanos normales o aventureros y a ver de qué os enteráis. En cuanto a los veinte reclutas sobrantes, impedid que nadie salga por mar. Nadie, sin excepciones.
Eso era justo lo que quería, un objetivo, no era nada del otro mundo interrogar a unos habitantes pero al menos teníamos permiso para ser hostiles con aquellos que nos diesen motivos.
-Así se hará, Capitán.- me giré a la tripulación -¡Ya habeis oído al Capitan!, a ver, ¡los destacamentos del 1 al 3 con el oficial Teraván y conmigo! ¡Os quiero armados y listos para salir hace 5 minutos! ¡Corred!.-
Todos salieron corriendo, subieron al barco y en un tris bajaron con sus armas sobre los hombros, cuando el último se puso en la fila, empecé a andar haciéndoles un gesto de que me siguieran.
-Oficial Teravan, vamos por delante, ahora nos alcanzas.-
y con todo dicho, nos pusimos en marcha dirección al centro del pueblo. Por el camino les recordé cual era nuestra misión, dándoles libertad de que interrogaran libremente, siempre en parejas, y me informaran en cuanto supieran algo.
De esa manera, los soldados se iban separando del grupo, una pareja iba a un bar, otro a una tienda, otras se metían por una calle, unas cuantas por otras...
Yo me dirigí a una zona de una plaza donde había muchas personas hablando, y si se les escapaba algo, allí estaría para enterarme de eso
- ¡Escuchadme todos! Tenemos que localizar a un criminal refugiado en esta isla. Es posible que haya fuerzas enemigas camuflados entre los ciudadanos. Actuad con suma cautela, pero no dudéis en atacar o defenderos, o en arrestar a quien sea preciso. Recordad la regla de oro de la Brigada: no hay piedad para los traidores al Gobierno. Vamos a trazar ahora un plan de acción.
- Bien, empecemos por lo principal. Arabel, Toshiro, llevaos a veinte hombres y impedid que nadie salga por tierra del pueblo.
- Hombres, estas son mis órdenes para el resto. Oficial Teravan, Contramaestre Suspiro, coged a treinta hombres y comenzad a interrogar a ciudadanos y arrestar sospechosos. Eso hará que los ciudadanos empiecen a mostrarse molestos, y entonces será más fácil que se vayan de la lengua y nuestros espías les escuchen. Y ahí es donde entran los espías profesionales de la Brigada: Sami, Krauser, vosotros os encargaréis de esa tarea. Intentad haceros pasar por ciudadanos normales o aventureros y a ver de qué os enteráis. En cuanto a los veinte reclutas sobrantes, impedid que nadie salga por mar. Nadie, sin excepciones.
Eso era justo lo que quería, un objetivo, no era nada del otro mundo interrogar a unos habitantes pero al menos teníamos permiso para ser hostiles con aquellos que nos diesen motivos.
-Así se hará, Capitán.- me giré a la tripulación -¡Ya habeis oído al Capitan!, a ver, ¡los destacamentos del 1 al 3 con el oficial Teraván y conmigo! ¡Os quiero armados y listos para salir hace 5 minutos! ¡Corred!.-
Todos salieron corriendo, subieron al barco y en un tris bajaron con sus armas sobre los hombros, cuando el último se puso en la fila, empecé a andar haciéndoles un gesto de que me siguieran.
-Oficial Teravan, vamos por delante, ahora nos alcanzas.-
y con todo dicho, nos pusimos en marcha dirección al centro del pueblo. Por el camino les recordé cual era nuestra misión, dándoles libertad de que interrogaran libremente, siempre en parejas, y me informaran en cuanto supieran algo.
De esa manera, los soldados se iban separando del grupo, una pareja iba a un bar, otro a una tienda, otras se metían por una calle, unas cuantas por otras...
Yo me dirigí a una zona de una plaza donde había muchas personas hablando, y si se les escapaba algo, allí estaría para enterarme de eso
Teravan Finger-bullet
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Teravan se encontraba tumbado en su hamaca de la bodega, leyendo distraído un libro a la tenue luz que se colaba por una de las rendijas de cubierta. De vez en cuando se daba la vuelta y se echaba una cabezada, disfrutando de su magnífica existencia. Pasó la página, se trataba de un libro sobre termodinámica, más específicamente sobre las posibilidades de calentar agua para hacer cosas con el vapor, eso le fascinaba, seguramente leería más sobre ello e investigaría.
Se dio la vuelta y se puso el libro sobre la cara, intentando conciliar el sueño a pesar de todo el movimiento que arriba tenía lugar. Alargó la mano hacia el suelo y, tras inclinarse un poco, logró coger una botella de cerveza que tenía apoyada. Bebió un largo trago, entrecruzó las manos sobre su pecho y cerró los ojos.
Oficial Zallen, ¡oficial Zallen!, le espera el capitán en cubierta... - dijo un soldado que más tenía de niño que de combatiente. Parecía asustado, esperando recibir una reprimenda. Seguramente le tomaba por uno de esos ariscos e irascibles oficiales que amargan la vida a los reclutas.
- Está bien.. está bien, ya voy, pero llámame Teravan, por favor, no soy mi padre... - dijo con un deje perezoso en su voz.
Se levantó de la hamaca lentamente y cogió con la misma parsimonia su chaqueta de encima de un barril, se la echó sobre los hombros si tan siquiera ponerse la mangas y salió al exterior. Hacía calor y la luz en un primer momento le hizo llevarse la mano a los ojos. Una vez su vista se hubo acostumbrado a la claridad, se dirigió a donde le esperaba su capitán, Lion D. Karl, "Quimera Karl", le llamaban, con quien había tenido un interesante combate que casi le cuesta la vida.
El enorme personaje repartió las órdenes, a él le tocaba interrogar a unos ciudadanos junto con otro miembro de la Disciplinaria. Este le tomó la delantera y de llevó a los soldados. "Vaya prisas..." pensó el joven oficial, miró alrededor, observando el terreno, realmente lo tendrían difícil los revolucionarios para salir de allí.
Se puso en camino hacia la aldea y, en cuanto llegó, se dirigió al sitio donde podía hacer lo que mejor se le daba, a la taberna. Allí empezaría con las preguntas, si tenía suerte incluso habría una pelea que lograse despertar su adrenalina de una vez.
Aquel lugar no estaba tan mal, estaba atestado de gente, algunos compañeros suyos, y los camareros no daban a basto. Vio a uno de la Brigada hacer el imbécil con un vaso de agua y a unos cuantos sujetos sospechosos jugando a las cartas. Se acercó a ellos, tomó asiento y dijo con la voz más animada que pudo.
- Buenos días, caballeros, ¿puede un humilde servidor del deber y el orden unirse a una partida? ¡Camarero!, ¡Una ronda para todos estos amables hombres! - dijo señalando a la mesa.
Se dio la vuelta y se puso el libro sobre la cara, intentando conciliar el sueño a pesar de todo el movimiento que arriba tenía lugar. Alargó la mano hacia el suelo y, tras inclinarse un poco, logró coger una botella de cerveza que tenía apoyada. Bebió un largo trago, entrecruzó las manos sobre su pecho y cerró los ojos.
Oficial Zallen, ¡oficial Zallen!, le espera el capitán en cubierta... - dijo un soldado que más tenía de niño que de combatiente. Parecía asustado, esperando recibir una reprimenda. Seguramente le tomaba por uno de esos ariscos e irascibles oficiales que amargan la vida a los reclutas.
- Está bien.. está bien, ya voy, pero llámame Teravan, por favor, no soy mi padre... - dijo con un deje perezoso en su voz.
Se levantó de la hamaca lentamente y cogió con la misma parsimonia su chaqueta de encima de un barril, se la echó sobre los hombros si tan siquiera ponerse la mangas y salió al exterior. Hacía calor y la luz en un primer momento le hizo llevarse la mano a los ojos. Una vez su vista se hubo acostumbrado a la claridad, se dirigió a donde le esperaba su capitán, Lion D. Karl, "Quimera Karl", le llamaban, con quien había tenido un interesante combate que casi le cuesta la vida.
El enorme personaje repartió las órdenes, a él le tocaba interrogar a unos ciudadanos junto con otro miembro de la Disciplinaria. Este le tomó la delantera y de llevó a los soldados. "Vaya prisas..." pensó el joven oficial, miró alrededor, observando el terreno, realmente lo tendrían difícil los revolucionarios para salir de allí.
Se puso en camino hacia la aldea y, en cuanto llegó, se dirigió al sitio donde podía hacer lo que mejor se le daba, a la taberna. Allí empezaría con las preguntas, si tenía suerte incluso habría una pelea que lograse despertar su adrenalina de una vez.
Aquel lugar no estaba tan mal, estaba atestado de gente, algunos compañeros suyos, y los camareros no daban a basto. Vio a uno de la Brigada hacer el imbécil con un vaso de agua y a unos cuantos sujetos sospechosos jugando a las cartas. Se acercó a ellos, tomó asiento y dijo con la voz más animada que pudo.
- Buenos días, caballeros, ¿puede un humilde servidor del deber y el orden unirse a una partida? ¡Camarero!, ¡Una ronda para todos estos amables hombres! - dijo señalando a la mesa.
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La primera misión en la Brigada no se hizo esperar, así mismo el mismo Gobierno pidió nuestra ayuda en una difícil misión al parecer, atrapar a un peligroso revolucionario de nombre Sehaz, de esta manera al desembarcar en el pueblo y dar la información detallada de la misión, el capitán Quimera D. Karl, dio órdenes muy rápidas para tomar manos al asunto inmediatamente, aunque Toshiro era apenas un novato , se podía considerar acto para llevar a cabo la misión junto a su equipo, y no vacilaría en aplicar la justicia ante los traidores. De esta manera las órdenes del Capitán no se hicieron esperar, pidió que junto a la segunda oficial Arabel, nos encargáramos de que nadie entrara ni saliera del pueblo por tierra, sin ninguna excepción, al esperar que todos salieran primero que nosotros, la oficial Arabel tomo la primera orden, tomando conmigo a 20 hombres en el cual dividió en cuatro grupos, dos de ellos se irían con ella, para resguardar las dos entradas principales, un grupo en la del sur y otro en el norte, entonces ya que la oficial llamaría mucho atención dentro del pueblo plenamente por su tamaño, decidió estratégicamente esperar y vigilar en una zona boscosa , donde tendría comunicación con los 4 equipos directamente y si alguien escapara ella los detendría, un plan brillante y sin mucho margen de error, y para asegurar esto yo estaría al mando de los 2 equipos restantes para patrullar y vigilar el círculo cerrado que se formaría. Era obvia la petición que cada equipo tuviera un Den Den Mushi para informar constantemente, claro sin dar ninguna información crucial, siempre era el caso que podrían interceptar las llamadas y espiarnos, al tener poca información sobre nuestro enemigo no podíamos confiarnos.
Al llegar al pueblo con los 10 hombres y luego de ver como la gigante Arabel con su Soru dejaba a los equipos en las salidas del pueblo, era el momento de nosotros actuar para vigilar totalmente este círculo. Patrullaremos en dos grupos en este caso, como sabemos que las salidas están vigiladas, debemos centrarnos principalmente en el medio de la ciudad, pero no olvidarnos de vigilar las salidas, al desconocer el enemigo, podría suceder cualquier cosa. Dicho estos Marines encargados en las comunicaciones me entregaron un Den Den Mushi y haciendo presencia de los suyos también. Patrullaremos en sentido inverso al otro grupo, para tratar de no encontrar puntos ciegos. Decidí que comenzaran la patrulla en los dos puntos principales, la salida norte y la salida sur, luego de esto se devolverían pasando por la ruta que el otro grupo paso anteriormente. Yo no estaría con ningún grupo de patrulla exclusivamente, pero me alternaría constantemente y daría órdenes e informaciones a Arabel en cualquier momento, necesitamos cubrir la mayor área en este pueblo para evitar errores. Dicho esto me dirigí junto al grupo que pasaría por la puerta Sur para empezar, como informaron, la salida norte era la más cercana al puerto, que conectaba al mar, pero estaba muy vigilado para que huyeran por este lado, en cambio el sur era una salida más libre y solitaria que anterior, además de menos vigilada, por este motivo pasaría por este punto para empezar.
Sonó el den den mushi y lo conteste rápidamente. Estamos cruzando la salida norte, nada fuera de lo normal, seguiremos la patrulla. Asentí ante esto y use el mío para informar a Arabel de que estábamos listos para la patrulla. Oficial Arabel, empezamos la patrulla por la ciudad, todo en orden, estaré en la salida sur, avisare cualquier problema. Dicho esto mi grupo estaba llegando a la salida sur, aunque era posible que no pasara nada, yo estaría aquí para confirmar esto. Para llevar a cabo la misión, todos deberíamos cooperar indirectamente para atrapar a este revolucionario.
Al llegar al pueblo con los 10 hombres y luego de ver como la gigante Arabel con su Soru dejaba a los equipos en las salidas del pueblo, era el momento de nosotros actuar para vigilar totalmente este círculo. Patrullaremos en dos grupos en este caso, como sabemos que las salidas están vigiladas, debemos centrarnos principalmente en el medio de la ciudad, pero no olvidarnos de vigilar las salidas, al desconocer el enemigo, podría suceder cualquier cosa. Dicho estos Marines encargados en las comunicaciones me entregaron un Den Den Mushi y haciendo presencia de los suyos también. Patrullaremos en sentido inverso al otro grupo, para tratar de no encontrar puntos ciegos. Decidí que comenzaran la patrulla en los dos puntos principales, la salida norte y la salida sur, luego de esto se devolverían pasando por la ruta que el otro grupo paso anteriormente. Yo no estaría con ningún grupo de patrulla exclusivamente, pero me alternaría constantemente y daría órdenes e informaciones a Arabel en cualquier momento, necesitamos cubrir la mayor área en este pueblo para evitar errores. Dicho esto me dirigí junto al grupo que pasaría por la puerta Sur para empezar, como informaron, la salida norte era la más cercana al puerto, que conectaba al mar, pero estaba muy vigilado para que huyeran por este lado, en cambio el sur era una salida más libre y solitaria que anterior, además de menos vigilada, por este motivo pasaría por este punto para empezar.
Sonó el den den mushi y lo conteste rápidamente. Estamos cruzando la salida norte, nada fuera de lo normal, seguiremos la patrulla. Asentí ante esto y use el mío para informar a Arabel de que estábamos listos para la patrulla. Oficial Arabel, empezamos la patrulla por la ciudad, todo en orden, estaré en la salida sur, avisare cualquier problema. Dicho esto mi grupo estaba llegando a la salida sur, aunque era posible que no pasara nada, yo estaría aquí para confirmar esto. Para llevar a cabo la misión, todos deberíamos cooperar indirectamente para atrapar a este revolucionario.
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En el próximo post de moderación empezaré a separar el rol en grupos según como os hayáis dividido. Este post será, todavía, grupal.
On:
Los habitantes del pueblo se meten enseguida en sus casas y las cierran de cal a canto. Los pocos que permanecen en las calles os miran con desprecio y giran la cara en cuanto los veis. No sois bienvenidos al lugar. En un sitio tan pequeño las noticias vuelan y se puede escuchar a los niños jugando en la calle hablando de los terribles marines que vienen a asolar su tierra y que ellos serán los héroes que los castiguen. En cuanto os ven huyen atemorizados.
No será nada fácil encontrar a alguien en un pueblo tan indispuesto a la hora de tratar con agentes de la Marina, pero vuestra experiencia debería otorgaros la ventaja para ello. Hay varias tabernas que parecen abiertas y casas con las ventanas sin cerrar. Podrían ser un buen punto de partida para la investigación, aunque los habitantes no se tomarán nada bien la entrada de las nuevas personas en las tabernas. Es mucha casualidad que lleguen al mismo tiempo que los marines.
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Los habitantes del pueblo se meten enseguida en sus casas y las cierran de cal a canto. Los pocos que permanecen en las calles os miran con desprecio y giran la cara en cuanto los veis. No sois bienvenidos al lugar. En un sitio tan pequeño las noticias vuelan y se puede escuchar a los niños jugando en la calle hablando de los terribles marines que vienen a asolar su tierra y que ellos serán los héroes que los castiguen. En cuanto os ven huyen atemorizados.
No será nada fácil encontrar a alguien en un pueblo tan indispuesto a la hora de tratar con agentes de la Marina, pero vuestra experiencia debería otorgaros la ventaja para ello. Hay varias tabernas que parecen abiertas y casas con las ventanas sin cerrar. Podrían ser un buen punto de partida para la investigación, aunque los habitantes no se tomarán nada bien la entrada de las nuevas personas en las tabernas. Es mucha casualidad que lleguen al mismo tiempo que los marines.
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Off: Un poco más de actividad flota, que aquí ni Dios postea.
On: Karl ignoraba lo que pasaba en la plaza principal del pueblo o en otras zonas. Se desplazaba en silencio por los barrios bajos, con la garbardina ondeando a su espalda. Su paso era firme y confiado, pues sabía que no tenía nada que temer. Unos mafiosos de baja estofa y un capo cutre de barrio no tenían nada que hacer contra Lion D. Karl. Ni siquiera tendría que esforzarse en caso de ser atacado. Se acercó a una casa algo más cuidada que el resto de aquella zona, una de dos pisos y paredes blancas. En cuanto se acercó a la puerta le salieron al paso dos hombres fornidos con porras de madera.
- ¡Alto! Jon Bulldog no recibe visitas hoy...
El hombre iba a decir algo más, pero Karl hizo un ágil y velocísimo movimiento. Pareció más un paso de baile o de un arte marcial refinada y elegante que el brutal golpe de un luchador. Estirando su brazo derecho hacia delante al tiempo que se estiraba en esa misma dirección y adelantaba su pierna izquierda, golpeó con la palma de la mano en el estómago al matón. Este hizo un ruido de ahogo al quedarse sin respiración y se desplomó mientras intentaba respirar. Mientras, el otro intentó golpearle con la porra. Karl interpuso su antebrazo izquierdo. Apenas notó el golpe.
- Hijo, aun está lejos el día en que puedas derrotar a un maestro del cuerpo a cuerpo en un combate a corta distancia.
En un rápido gesto, desvió el arma que tenía sobre su brazo y la agarró. Tiró de esta arrastrando al matón con ella, y le dio un potente puñetazo en la cara, partiéndole la nariz y mandándolo hacia atrás. Tras esto abrió la puerta y entró con una media sonrisa. Dentro había un grupo de mafiosos que ya estaban alerta por el ruido de la puerta. Al ver la imponente figura de Karl, el cual tenía el puño manchado de sangre, vacilaron y retrocedieron.
- Vengo a ver a Bulldog. No me hagáis esperar, no soy un hombre paciente... como ya han comprobado vuestros camaradas de la puerta.
Los mafiosos se apartaron hacia una esquina, aterrorizados. Uno le señaló una escalera al fondo de la destartalada estancia. Karl caminó hacia esta y llegó hasta una puerta que ya conocía. La abrió de golpe.
- Viejo zorro, necesito tu colaboración con un asunto peliagudo. Y no te atrevas a cabrearme, ya me conoces.
On: Karl ignoraba lo que pasaba en la plaza principal del pueblo o en otras zonas. Se desplazaba en silencio por los barrios bajos, con la garbardina ondeando a su espalda. Su paso era firme y confiado, pues sabía que no tenía nada que temer. Unos mafiosos de baja estofa y un capo cutre de barrio no tenían nada que hacer contra Lion D. Karl. Ni siquiera tendría que esforzarse en caso de ser atacado. Se acercó a una casa algo más cuidada que el resto de aquella zona, una de dos pisos y paredes blancas. En cuanto se acercó a la puerta le salieron al paso dos hombres fornidos con porras de madera.
- ¡Alto! Jon Bulldog no recibe visitas hoy...
El hombre iba a decir algo más, pero Karl hizo un ágil y velocísimo movimiento. Pareció más un paso de baile o de un arte marcial refinada y elegante que el brutal golpe de un luchador. Estirando su brazo derecho hacia delante al tiempo que se estiraba en esa misma dirección y adelantaba su pierna izquierda, golpeó con la palma de la mano en el estómago al matón. Este hizo un ruido de ahogo al quedarse sin respiración y se desplomó mientras intentaba respirar. Mientras, el otro intentó golpearle con la porra. Karl interpuso su antebrazo izquierdo. Apenas notó el golpe.
- Hijo, aun está lejos el día en que puedas derrotar a un maestro del cuerpo a cuerpo en un combate a corta distancia.
En un rápido gesto, desvió el arma que tenía sobre su brazo y la agarró. Tiró de esta arrastrando al matón con ella, y le dio un potente puñetazo en la cara, partiéndole la nariz y mandándolo hacia atrás. Tras esto abrió la puerta y entró con una media sonrisa. Dentro había un grupo de mafiosos que ya estaban alerta por el ruido de la puerta. Al ver la imponente figura de Karl, el cual tenía el puño manchado de sangre, vacilaron y retrocedieron.
- Vengo a ver a Bulldog. No me hagáis esperar, no soy un hombre paciente... como ya han comprobado vuestros camaradas de la puerta.
Los mafiosos se apartaron hacia una esquina, aterrorizados. Uno le señaló una escalera al fondo de la destartalada estancia. Karl caminó hacia esta y llegó hasta una puerta que ya conocía. La abrió de golpe.
- Viejo zorro, necesito tu colaboración con un asunto peliagudo. Y no te atrevas a cabrearme, ya me conoces.
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La gente del lugar empezaba a mirar de forma rara a Krauser. Como con odio o algo parecido. Este enseguida lo entendió al parecer no eran muy bienvenidos los marines allí. Pero ellos no podían saber que él lo era. Tal vez el hecho de no ser conocido en el pueblo era demasiado cantoso. Este sin embargo pensaba actuar como si fuera un ciudadano más. Tal vez con algo de suerte podría pasar desapercibido o ganarse la confianza de alguno. Tras beberse el vaso de agua lo primero que hizo fue alzar la voz fingiendo mirar hacia las ventanas.
- Joder esos malnacidos ya están otra vez detrás mía.. con la pila de piratas que hay con mi misma recompensa y tienen que tocarme las narices aní
Dijo dando un puñetazo en la barra del bar frunciendo el ceño y encogiéndose para que no le vieran los marines supuestamente pues aquello solo era un pequeño teatro que estaba haciendo. Aunque con la voz de mala leche que puso y el gesto de golpear la barra con fuerza tal vez hiciera aquella actuación algo mas creíble. Con la mirada al mismo tiempo seguía buscando algún borracho al que pudiera usar para sus propios métodos. Para combatir el aburrimiento mientras esperaba deslizó su mano derecha hasta su bolsillo sacando un mango grisáceo con franjas negras el cual servía para hacer unos centímetros más larga su espada. Lo acariciaba con cuidado girándolo y demás. Todo aquello se había armado para buscar a un hombre.
Cuando vio entrar a uno de sus compañeros fingió estar algo nervioso y se agacho algo más en su sitio. Se había sentado y pretendía jugar a las cartas con unos hombres de allí. Este lo observaba con mirada de odio totalmente fingida para después mirar al camarero sin expresión y hacerle llamar con la mano. El camarero no tardó en llegar y mirar al chico el cual observo al camarero hablándole en un tono bajo pero se le podía escuchar perfectamente a la distancia que tenían él y el camarero.
- Perdone señor pero ¿Qué diablos pintan los malditos marines aquí? Mi cabeza tiene precio y no me hace gracia que haya tantos por la zona. En principio creía que era por mí. Pero no valgo tanto para tanto marine aquí reunido
Su otro compañero pretendía invitar a una ronda a todos los demás. Krauser no sabía si aquello era una buena táctica o una estupidez ya que le pareció algo sospechoso poniéndose el mismo en la piel de un revolucionario. Pero bueno el sabría como debía actuar. Cada cual tenía su propia forma. Sin decir nada más esperó la respuesta del camarero tranquilamente guardando ya su mango en el bolsillo de nuevo y bien profundo para que no se le cayera ni nada parecido por el estilo.
- Joder esos malnacidos ya están otra vez detrás mía.. con la pila de piratas que hay con mi misma recompensa y tienen que tocarme las narices aní
Dijo dando un puñetazo en la barra del bar frunciendo el ceño y encogiéndose para que no le vieran los marines supuestamente pues aquello solo era un pequeño teatro que estaba haciendo. Aunque con la voz de mala leche que puso y el gesto de golpear la barra con fuerza tal vez hiciera aquella actuación algo mas creíble. Con la mirada al mismo tiempo seguía buscando algún borracho al que pudiera usar para sus propios métodos. Para combatir el aburrimiento mientras esperaba deslizó su mano derecha hasta su bolsillo sacando un mango grisáceo con franjas negras el cual servía para hacer unos centímetros más larga su espada. Lo acariciaba con cuidado girándolo y demás. Todo aquello se había armado para buscar a un hombre.
Cuando vio entrar a uno de sus compañeros fingió estar algo nervioso y se agacho algo más en su sitio. Se había sentado y pretendía jugar a las cartas con unos hombres de allí. Este lo observaba con mirada de odio totalmente fingida para después mirar al camarero sin expresión y hacerle llamar con la mano. El camarero no tardó en llegar y mirar al chico el cual observo al camarero hablándole en un tono bajo pero se le podía escuchar perfectamente a la distancia que tenían él y el camarero.
- Perdone señor pero ¿Qué diablos pintan los malditos marines aquí? Mi cabeza tiene precio y no me hace gracia que haya tantos por la zona. En principio creía que era por mí. Pero no valgo tanto para tanto marine aquí reunido
Su otro compañero pretendía invitar a una ronda a todos los demás. Krauser no sabía si aquello era una buena táctica o una estupidez ya que le pareció algo sospechoso poniéndose el mismo en la piel de un revolucionario. Pero bueno el sabría como debía actuar. Cada cual tenía su propia forma. Sin decir nada más esperó la respuesta del camarero tranquilamente guardando ya su mango en el bolsillo de nuevo y bien profundo para que no se le cayera ni nada parecido por el estilo.
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Al pasar por la salida del sur, no parecía haber mayores percances , ya al informarme que pasaba lo mismo en la otra salida, esto no hacía más que ponerme más serie en esta situación, con la llegada de los marines, los revolucionarios en cualquier momento podrían atacar sin avisar, así que debíamos estar preparado, cuando ahora me encontraba de parado , dejando pasar la patrulla y siguiera su ruta, me quería quedar unos minutos por esta ruta antes de seguir, la cantidad de habitante del pueblo que se encontraban a la vista eran muy escasas, la mayoría se había metido a sus casas , ignorando a los marines y alejándose de ellos lo más que podían, era algo esperado que pasara, que los estemos encerrando como ratas no les debe gustar para nada, simplemente querían tener más libertad… o había algo más en este, sabíamos que en esta isla se debe encontrar en revolucionaria, así que es posible que los ciudadanos hayan y seguirán cooperando con este mismo revolucionario . Era algo que no podíamos ignorar, cuando comenzaron a verme de mala maneras los ciudadanos y otros que se encerraban en sus casas, esto me molestaba algo, pero no podía hacer más, la idea de esto era que nuestros espiase escucharan algo de información de los ciudadanos. Me acerque a la entrada del sur para encontrarme con los otros marines que protegían la salida, estos estaban a cargo de Arabel, pero decidí pasar por este lugar antes de devolverme. Muy bien marines ¿ha sucedido algo inusual mientras estaban aquí? Los marines me saludaron subiendo su mano y colocándosela en la frente, en esto uno de ellos me contesto rápidamente. No señor, no ha pasado nada inusual, hace poco vimos que el segundo pelotón pasó por estos lugares y se devolvieron, es lo único que hemos visto. Dicho esto me despedí de ellos, deseándoles suerte y que siguieran el trabajo, no conseguí nada en este lugar, me impacientaba algo que sucedía en este pueblo.
Aunque todos se ocultaban de los marines y los rechazaban, era sumamente extraño que sucediera justo después de que procediéramos a encerrar en un círculo la ciudad, era más esperable que se pusieran nerviosos, irritados y asustados, no que se ocultaran y nos evitaran a toda costa, era extraño este comportamiento, aunque muchos si estaban irritados y asustados por lo que pasaba, para que muchos se recluyeran en sus casas, era porque evitaban que entráramos en contacto con ellos…o quizás fuera por otra cosas peor. Cuando me devolvía a por el otro pelotón que iba a norte, reaccione repentinamente ante esto, tome mi Den Den Mushi y llame al otro pelotón. Aquí Toshiro, regreso al norte... algo nuevo. No recibí respuesta ante esto, pensé por un momento que estaban ocupados y no podían contestar la llamada, pero era una ridiculez pensar esto, mirando al cielo note levemente como una brisa pasaba por ciudad y mi cabello se agitaba, me daba una mala espina esto, pero ahora mi Den Den Mushi sonaba, al parecer estaban llamando ahora, así que conteste. Se…Señor… Escuche esto… ha desaparecido uno de nosotros. Ante esto me sorprendí mucho, pensando en lo que estaba sucediendo.
¿Solo uno?.... ¿quieres decir que se quedó atrás? Sostenía el Den Den mushi con mucha fuerza mientras apretaba mis dientes, era imposible que uno de ellos se hubiera perdido. No… simplemente desapareció… no sé cómo explicarle, cuando sono el Den Den mushi, lo encontramos en el suelo, desaparecio en que mantenia la comunicacion. Dicho esto suspire un poco y le conteste finalmente. Regresen a la entrada sur, esperen mis órdenes. Guarde el den den mushi y decidí ir al norte en estos momento, tenía que precisar si algo estaba pasando mientras perdía el tiempo aquí, pero ahora que lo recuerdo era sumamente extraño esto, así que tome el Den Den mushi para hacer otra llamada finalmente. Arabel…. Aquí Toshiro desde el pueblo, hay algo que informarte. Dicho esto le conté el suceso extraño del marine que desapareció, simplemente desapareció sin más, además le notifique la situación y la respuesta de los ciudadanos ante nuestro encierro.
OFF: Yo pensaba que ahora posteamos por el orden en que posteamos antes, pero al parecer no postean todos, asi que lo hago para seguir esto.
Aunque todos se ocultaban de los marines y los rechazaban, era sumamente extraño que sucediera justo después de que procediéramos a encerrar en un círculo la ciudad, era más esperable que se pusieran nerviosos, irritados y asustados, no que se ocultaran y nos evitaran a toda costa, era extraño este comportamiento, aunque muchos si estaban irritados y asustados por lo que pasaba, para que muchos se recluyeran en sus casas, era porque evitaban que entráramos en contacto con ellos…o quizás fuera por otra cosas peor. Cuando me devolvía a por el otro pelotón que iba a norte, reaccione repentinamente ante esto, tome mi Den Den Mushi y llame al otro pelotón. Aquí Toshiro, regreso al norte... algo nuevo. No recibí respuesta ante esto, pensé por un momento que estaban ocupados y no podían contestar la llamada, pero era una ridiculez pensar esto, mirando al cielo note levemente como una brisa pasaba por ciudad y mi cabello se agitaba, me daba una mala espina esto, pero ahora mi Den Den Mushi sonaba, al parecer estaban llamando ahora, así que conteste. Se…Señor… Escuche esto… ha desaparecido uno de nosotros. Ante esto me sorprendí mucho, pensando en lo que estaba sucediendo.
¿Solo uno?.... ¿quieres decir que se quedó atrás? Sostenía el Den Den mushi con mucha fuerza mientras apretaba mis dientes, era imposible que uno de ellos se hubiera perdido. No… simplemente desapareció… no sé cómo explicarle, cuando sono el Den Den mushi, lo encontramos en el suelo, desaparecio en que mantenia la comunicacion. Dicho esto suspire un poco y le conteste finalmente. Regresen a la entrada sur, esperen mis órdenes. Guarde el den den mushi y decidí ir al norte en estos momento, tenía que precisar si algo estaba pasando mientras perdía el tiempo aquí, pero ahora que lo recuerdo era sumamente extraño esto, así que tome el Den Den mushi para hacer otra llamada finalmente. Arabel…. Aquí Toshiro desde el pueblo, hay algo que informarte. Dicho esto le conté el suceso extraño del marine que desapareció, simplemente desapareció sin más, además le notifique la situación y la respuesta de los ciudadanos ante nuestro encierro.
OFF: Yo pensaba que ahora posteamos por el orden en que posteamos antes, pero al parecer no postean todos, asi que lo hago para seguir esto.
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- Krauser y Teravan:
- Los hombres sentados en la mesa de juego miraron a Teravan con tanto desprecio como pudieron, más no se negaron a la ronda gratuita ni al nuevo jugador. Podían sentir asco por el marine y expresarlo, pero no parecían querer arriesgarse a acabar muertos o en prisión. Al menos por ahora. Uno de ellos hizo un espacio en la mesa para Teravan ante la mirada de odio del resto. Quizás ese miedo jugaría a favor de la Marina. Aunque también podría poner las cosas mucho peor.
El camarero se acercó a Krauser y le sirvió un vaso de cerveza.
-La casa invita. Y no hables muy alto, ese de ahí es un marine y hay unos cuantos más por la ciudad. Por cierto, también tenemos algunos cazadores de recompensas, no te conviene alardear de tu recompensa- Dijo.
Por ahora parecía funcionar la tapadera, pero se podían ver algunos hombres de la taberna que miraban a Krauser muy atentos examinándolo. Quizás no era tan sencillo ocultarse o podía haber sido un error el nombrar una "recompensa". Al menos el camarero parecía amigable y podría ser un buen principio para comenzar la investigación.
- Karl:
- Unos cuantos hombres se pusieron delante del que estaba sentado, pero los hizo apartarse con un gesto de la mano. Su frente estaba empapada en sudor y su boca mostraba una mueca que parecía una sonrisa. Por mucho que intentara disimularlo, el miedo que sentía podía incluso olerse.
-Hombre, viejo amigo, qué placer tenerte aquí. ¿Quieres tomar algo? Traedme un café. Al menos podrías haber llamado a la puerta, no es de buena educación entrar así. ¿En qué puedo ayudarte?- Respondió.
Se podía palpar la tensión que sentía el mafioso, haría todo lo que Karl le pidiera y no se arriesgaría a enfurecerlo, o eso parecía. Bien podía ser una estratagema para que el marine se confiara y atacar cuando menos lo esperaba, aunque lo conocía bien y sabía que era mejor no enfurecerlo.
- Toshiro:
- Un grupo de hombres se puso frente a los marines. Eran una docena y estaban armados, aunque no parecían muy peligrosos. Llevaban ropas de civiles y las armas no eran muy rudimentarias. Podía ser un grupo de ladrones o unos habitantes furibundos. Uno de ellos se adelantó unos pasos.
-No nos gustan los marines. Será mejor que os vayáis de nuestra ciudad o tendréis problemas. Somos unos grandes luchadores y utilizaremos nuestras armas sin miedo- Dijo con seguridad.
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Krauser observó como su compañero finalmente se acoplaba a la mesa de los jugadores sin problemas. Pero sabía jugar muy bien su papel ya que le miraba con ira fingida. Al ver como el camarero le ofrecía una cerveza gratis se extrañó un poco. De repente invitando a un desconocido así sin más. No se fio ni un pelo de la cerveza, podía contener algo para dormirle o algún veneno o eso pensaba el marine. Si no bebía podían pensarse algo raro de él y le pillarían rápidamente. Por ello agradeció la bebida y bebió atreves de las vendas. Pero fue algo más listo. Cuando el líquido traspasó los vendajes dejo caer la cerveza pos su comisura. El líquido que no podía ser visto caía por el cuello tapado del gran espada para acabar en el torso cubierto por la camiseta. Tras eso puso la cerveza en la barra y observó al camarero.
- Realmente buenísima. Vaya así que ese es un marine
Dijo colocando la mano en el mango de su espada y haciendo un amago de levantarse pero de repente vio que como tal había dicho el camarero había gente mirándole por lo que deslizó la mano hasta su rodilla soltando el mando de la espada y sentándose de nuevo en su sitio observando al camarero
- Sí, eso parece. Parece ser que los malditos marines no van a ser la única cosa que me preocupe aquí. Lo de los cazadores pase ya que hay por todos lados últimamente pero no me explico que hace tanto marine por aquí. Ni que estuviera el mismísimo diablo por la zona. Esto es increíble. En cuanto las ratas de cloaca de mis hombres aparezcan pienso largarme de esta isla. Espero que no les hayan pillado. Debo llegar a la próxima isla rápidamente. ¿Ha pasado algo raro últimamente señor?
Preguntó dándole otro falso trago a la cerveza repitiendo la acción anterior que antes mientras levantaba la mirada para observar al camarero. Este solo podría ver a un hombre el cual solo mostraba sus ojos y pelo pues de nariz para abajo estaba totalmente cubierto. Lo que le daba un aire siniestro por aquellas vendas y cualquiera pensaría que tendría la cara quemada o algo así. Por ello Krauser había podido hacer el truco de beber cerveza falsamente aunque sentía el líquido en su pecho. Lo que era algo incomodo. Al ser también su camiseta de color negro no se notaria si se manchaba un poco.
- Realmente buenísima. Vaya así que ese es un marine
Dijo colocando la mano en el mango de su espada y haciendo un amago de levantarse pero de repente vio que como tal había dicho el camarero había gente mirándole por lo que deslizó la mano hasta su rodilla soltando el mando de la espada y sentándose de nuevo en su sitio observando al camarero
- Sí, eso parece. Parece ser que los malditos marines no van a ser la única cosa que me preocupe aquí. Lo de los cazadores pase ya que hay por todos lados últimamente pero no me explico que hace tanto marine por aquí. Ni que estuviera el mismísimo diablo por la zona. Esto es increíble. En cuanto las ratas de cloaca de mis hombres aparezcan pienso largarme de esta isla. Espero que no les hayan pillado. Debo llegar a la próxima isla rápidamente. ¿Ha pasado algo raro últimamente señor?
Preguntó dándole otro falso trago a la cerveza repitiendo la acción anterior que antes mientras levantaba la mirada para observar al camarero. Este solo podría ver a un hombre el cual solo mostraba sus ojos y pelo pues de nariz para abajo estaba totalmente cubierto. Lo que le daba un aire siniestro por aquellas vendas y cualquiera pensaría que tendría la cara quemada o algo así. Por ello Krauser había podido hacer el truco de beber cerveza falsamente aunque sentía el líquido en su pecho. Lo que era algo incomodo. Al ser también su camiseta de color negro no se notaria si se manchaba un poco.
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Karl observó la destartalada habitación. La recordaba más elegante. En la estantería antes había más libros, era posible que hubiese tenido que empeñarlos para saldar alguna deuda o sacar algún dinero. La suerte no parecía haber sonreído a "Bulldog". El mafioso estaba sentado sobre un sillón viejo y polvoriento.
- Veo que los negocios no prosperan. ¿Ese novato de Meneror, el nuevo mafioso de la zona te está desbancando? Quién lo hubiese pensado del poderoso John Bulldog... - dijo con una sonrisa malévola - Dudo que ahora mismo sea un buen momento para buscarte problemas con la justicia. Y no, no me tomaré nada. No me tomes por imbécil. No aceptaré bebida o comida de un hombre al que acabo de amenazar. Las ratas arrinconadas tienen la mala costumbre de atacar al cuello.
Se paseó por la habitación dedicando una intimidante mirada a los matones presentes. Eran poca cosa comparada con él. Era cierto que eran corpulentos, pero al lado del titánico tamaño de Karl parecían novillos frente a un toro adulto. Finalmente volvió a mirar a Bulldog y se cruzó de brazos.
- Seré breve y claro. Y no me vengas con rodeos. No tendría reparos en matarte y ir a tratar con Meneror si veo que no me eres de utilidad. Eso incluye mentirme. Sabes que te encontraré si lo haces - entrecerró los ojos. Su voz era fría - Quiero saber quién es Sehaz y dónde se ocultan los miembros de la Armada Revolucionaria en esta ciudad. Dime todo lo que sepas: nombres, colaboradores, almacenes. Todo. Por supuesto, no sales con las manos vacías. No me conviene desbancar a Meneror dado que tengo negocios con él, pero puedo darte liquidez financiera y contactos para relanzar tu negocio.
Karl era famoso en el mundo del crimen organizado. En apariencia era un marine combativo y bravo, fiel a la Marina. Pero era solo fachada. Si bien estaba más que dispuesto a morir luchando y combatir a los enemigos del Gobierno allí donde apareciesen, el teniente era un oportunista ante todo. Llevaba metido en casos de corrupción interna desde su misma entrada como recluta, y era muy bueno cubriendo sus pasos. Nunca le habían pillado.
- Veo que los negocios no prosperan. ¿Ese novato de Meneror, el nuevo mafioso de la zona te está desbancando? Quién lo hubiese pensado del poderoso John Bulldog... - dijo con una sonrisa malévola - Dudo que ahora mismo sea un buen momento para buscarte problemas con la justicia. Y no, no me tomaré nada. No me tomes por imbécil. No aceptaré bebida o comida de un hombre al que acabo de amenazar. Las ratas arrinconadas tienen la mala costumbre de atacar al cuello.
Se paseó por la habitación dedicando una intimidante mirada a los matones presentes. Eran poca cosa comparada con él. Era cierto que eran corpulentos, pero al lado del titánico tamaño de Karl parecían novillos frente a un toro adulto. Finalmente volvió a mirar a Bulldog y se cruzó de brazos.
- Seré breve y claro. Y no me vengas con rodeos. No tendría reparos en matarte y ir a tratar con Meneror si veo que no me eres de utilidad. Eso incluye mentirme. Sabes que te encontraré si lo haces - entrecerró los ojos. Su voz era fría - Quiero saber quién es Sehaz y dónde se ocultan los miembros de la Armada Revolucionaria en esta ciudad. Dime todo lo que sepas: nombres, colaboradores, almacenes. Todo. Por supuesto, no sales con las manos vacías. No me conviene desbancar a Meneror dado que tengo negocios con él, pero puedo darte liquidez financiera y contactos para relanzar tu negocio.
Karl era famoso en el mundo del crimen organizado. En apariencia era un marine combativo y bravo, fiel a la Marina. Pero era solo fachada. Si bien estaba más que dispuesto a morir luchando y combatir a los enemigos del Gobierno allí donde apareciesen, el teniente era un oportunista ante todo. Llevaba metido en casos de corrupción interna desde su misma entrada como recluta, y era muy bueno cubriendo sus pasos. Nunca le habían pillado.
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Después de que unos de mis hombres desaparecieran, la situación se complicaba mucho más, después de avisarle a Arabel la situación, esperaba que tomaran manos en el asunto, su posición de mando y su ubicación eran mejores que la mía. Pero como fuera la situación yo debía actuar enseguida, me dirigí hasta donde mis hombres se encontraban alarmados del suceso. Pensé dos cosas ante esto, uno que era obra de las revoluciones que se encontraban en la isla, para dar un aviso o sacar información al marine, y la otra era que los ciudadanos actuaban por ellos. Como fuera el caso habría siempre que seguir nuestra misión y castigar a los que se oponen, no podía quedarme como un cobarde y seguir mi rutina mientras ellos estaban en peligro quería ver la situación antes mis ojos azules.
Cuando llegue con los marines, ellos estaban retomando la patrulla pero sin el mismo aire que antes, cuando me divisaron se detuvieron rápidamente para acercarse a mí. ¿No han descubierto nada? Pregunte a ellos ante que nada. No señor, nadie ha notado nada ni ha visto nada, tendríamos que buscar por toda la aldea, pero es peligroso y romperíamos nuestra vigilancia. La verdad era, que era imposible que descubrieran algo de esta manera, si no se habían dado cuenta en el momento que desapareció menos ahora, pero antes que diera nuevas órdenes, un grupo de aldeanos se nos acercó rápidamente y portaban con ellos, una armas poco convencionales pero eran armas letales a la final, lo tomaría como amenaza y sospechosos para llevarlos conmigo a la guardia del sur, pero tenía que esperar sus acciones. Se aproximaron drásticamente en forma de amenaza para pedirnos en una forma “cordial” y “por las buenas”, de que abandonáramos la isla y los dejáramos en paz, los marines no les agradaban como era de esperarse, ya las reacciones de toda la isla era más que obvia en esta afirmación. Mis hombres estaban a punto de arrestarlos por hablar de esta forma a unos marines que defendían su pueblo de un conflicto, pero yo los detuvo con mi mano sin notarse mucho y los mire fijamente, estos hicieron caso al instante y los dejaron ir por un momento. Señor…no podemos dejarlos ir de esta manera. Yo asentí ante esto y di unos últimos órdenes. Sigan de patrulla y avisen los sucedido a la guardia del norte, y la del sur, pero no el avisen a los superiores ante nada, si se enteran tomaran manos al asunto y colocaran a los revolucionarios, aldeanos o lo que están implicados en esto, a la defensiva, no me dejaran actuar para empezar. Les daré una visita a este grupo de guerrilla, ahora siguán la patrulla es una orden.
Los marines siguieron la patrulla y obedecieron mis órdenes sin rechistar, aunque guardaban sus dudas, pero tenían que confiar en mí, aquellos aldeanos en vez de dispersarse o dirigirse a una taberna o alguna casa, se aproximaron a unos de los callejones al lado de la taberna silenciosamente, yo los seguí a mucha distancia para observar que ruta tomaban. Los seguí por unos minutos breves, hasta que se detuvieron y entraron en una biblioteca pública de la aldea, realmente extraño que con estas armas y sean los motivos que sean, entraran en una biblioteca, así que ellos al cerrar la puerta, seguí de largo para dar vuelta en la esquina, encontré una ventana que daba acceso aquella biblioteca y me queda pegado a la pared para escuchar algo interesante de aquellos aldeanos, si entraba me atacarían lo más probable y si me ven más rápido a un, solamente tenía que escuchar algo fuera de contorno para actuar enseguida, con mi Den Den Mushi avisaría al Capitán Lion , y si había que actuar , lo haría sin miedo a las consecuencias. Saque un dulce de mi bolsillo, aquellos que tanto me gustaban, me lo dirigi a la boca para comermelo rapidamente, mientras esperaba que sucediera algo.
Cuando llegue con los marines, ellos estaban retomando la patrulla pero sin el mismo aire que antes, cuando me divisaron se detuvieron rápidamente para acercarse a mí. ¿No han descubierto nada? Pregunte a ellos ante que nada. No señor, nadie ha notado nada ni ha visto nada, tendríamos que buscar por toda la aldea, pero es peligroso y romperíamos nuestra vigilancia. La verdad era, que era imposible que descubrieran algo de esta manera, si no se habían dado cuenta en el momento que desapareció menos ahora, pero antes que diera nuevas órdenes, un grupo de aldeanos se nos acercó rápidamente y portaban con ellos, una armas poco convencionales pero eran armas letales a la final, lo tomaría como amenaza y sospechosos para llevarlos conmigo a la guardia del sur, pero tenía que esperar sus acciones. Se aproximaron drásticamente en forma de amenaza para pedirnos en una forma “cordial” y “por las buenas”, de que abandonáramos la isla y los dejáramos en paz, los marines no les agradaban como era de esperarse, ya las reacciones de toda la isla era más que obvia en esta afirmación. Mis hombres estaban a punto de arrestarlos por hablar de esta forma a unos marines que defendían su pueblo de un conflicto, pero yo los detuvo con mi mano sin notarse mucho y los mire fijamente, estos hicieron caso al instante y los dejaron ir por un momento. Señor…no podemos dejarlos ir de esta manera. Yo asentí ante esto y di unos últimos órdenes. Sigan de patrulla y avisen los sucedido a la guardia del norte, y la del sur, pero no el avisen a los superiores ante nada, si se enteran tomaran manos al asunto y colocaran a los revolucionarios, aldeanos o lo que están implicados en esto, a la defensiva, no me dejaran actuar para empezar. Les daré una visita a este grupo de guerrilla, ahora siguán la patrulla es una orden.
Los marines siguieron la patrulla y obedecieron mis órdenes sin rechistar, aunque guardaban sus dudas, pero tenían que confiar en mí, aquellos aldeanos en vez de dispersarse o dirigirse a una taberna o alguna casa, se aproximaron a unos de los callejones al lado de la taberna silenciosamente, yo los seguí a mucha distancia para observar que ruta tomaban. Los seguí por unos minutos breves, hasta que se detuvieron y entraron en una biblioteca pública de la aldea, realmente extraño que con estas armas y sean los motivos que sean, entraran en una biblioteca, así que ellos al cerrar la puerta, seguí de largo para dar vuelta en la esquina, encontré una ventana que daba acceso aquella biblioteca y me queda pegado a la pared para escuchar algo interesante de aquellos aldeanos, si entraba me atacarían lo más probable y si me ven más rápido a un, solamente tenía que escuchar algo fuera de contorno para actuar enseguida, con mi Den Den Mushi avisaría al Capitán Lion , y si había que actuar , lo haría sin miedo a las consecuencias. Saque un dulce de mi bolsillo, aquellos que tanto me gustaban, me lo dirigi a la boca para comermelo rapidamente, mientras esperaba que sucediera algo.
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- Krauser:
- El camarero miró a todos lados. Parecía desconfiado, aunque luego mostró una sonrisa.
-Entre nosotros, últimamente hay demasiado movimiento. Hay reuniones clandestinas en las calles por la noche y la gente es más precavida que antes. Eso no me gusta nada, porque hay dais que la taberna está vacía y tengo que cerrar antes de tiempo- Dijo.
Acto seguido comenzó a limpiar un vaso de cerveza. Si lo que dijo era cierto estabais ante la pista perfecta, pero también podía ser una trampa. Por lo demás el tipo no parecía saber más de lo que te contó. Y era bastante extraño que depositara su confianza tan fácilmente, pero si estaba en lo cierto era ajeno a la armada revolucionaria del lugar, por lo que era normal que no lo supiera todo y que hablara con "libertad".
- Karl:
- El hombre se movía en su asiento y su cara mostraba una fingida sonrisa que no había costado mucho trabajo, pero después cambió drásticamente y pareció disfrutar del asiento. Se levantó y cogió unos pedazos de fruta que comenzó a degustar mientras andaba a tu alrededor y observaba sin decir nada. Tras otro breve lapso de tiempo en silencio, habló.
-Me agrada que me pidas eso. Pero quiero algo más. Es una lástima que no estés contra Meneror, deberías saber quién es tu verdadero aliado. Pero no te lo reprocharé. A parte de lo que me has ofrecido quiero algo más. Según tengo entendido, Sehaz porta una daga de diamantes. Se puede vender cara en el mercado, pero tengo a alguien que pagaría diez veces su precio. Digamos que pertenecía a alguien de mucha importancia. Te diré todo lo que sé sobre los revolucionarios si aceptas el trato. Dinero, contactos y una daga- Respondió mirándote con brillo en los ojos.
Parecía un precio justo. Una simple daga de diamantes y lo que ya habías prometido. Aunque sabías que él siempre salía ganando. No perdería nada por delatar a los revolucionarios y, sin embargo, ganaría mucho ayudándote. Pero eso te beneficiaba para le futuro. ¿Y quién lo iba a saber mejor que tú?
-Rob, trae el arcón verde y saca los papeles con el sello rojo. Nuestro amigo podrá hacer muchas cosas con ellos. Y no te lo pienses tanto, puedes intentarlo con Meneror, pero dudo que tenga tanta información como yo. En esos papeles encontrarás más que en ningún otro sitio. Y puedo decirte unas cuantas cosas más. Sé que aceptarás, no puedes negarte a un trato tan bueno por el... "bien" del Gobierno Mundial- Dijo enfatizando la última parte y riendo.
- Toshiro:
- [i]Desde donde estabas podías escuchar una conversación, aunque te era difícil entender lo que decían. Estaban demasiado lejos. Pero, al final, parecía que se acercaban a tu posición.
-No me gusta que los marines fisgoneen por el pueblo de esta manera. Si no hacemos algo descubrirán a nuestros amigos tarde o temprano. ¿Por qué no los matamos y nos deshacemos de los cadáveres como si nada? El pueblo estará en peligro mientras sigan aquí- Dijo una de las voces.
-Tranquilo, todo a su tiempo. Por ahora hay que avisar a Rex para que tenga cuidado. No viene mal que extremen las precauciones. Seguramente estarán aquí unos días y después se irán sin encontrar nada. Date prisa- Dijo otra de las voces.
Si se referían a los revolucionarios habías dado con el lugar perfecto, pero también podría tratarse de cualquier tontería como una destilería ilegal, un club de lucha clandestino, etc... Podías actuar ahora, esperar y seguir a alguno de ellos o avisar a tus superiores. Tuya era la decisión.
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Según el hombre había reuniones clandestinas en las calles cuando la noche hacia acto de presencia. No solo eso, la taberna decía que se quedaba vacía. Eso significaba que toda aquella gente iba a otro sitio y ese sitio era el que le interesaba. No hizo mucho mas, no había nada más que hacer en aquella taberna. Aún estaba algo molesto por los hombres que lo miraban, al haber dicho ser un pirata muy buscado se había arriesgado a muchas cosas. Entre ellas a que hubiese cazadores o agentes del gobierno mundial que le estropeasen el plan. Por lo que rápidamente debía salir de aquel sitio. Antes observó unos segundos al camarero tranquilamente para después hablarle en un tono tranquilo y algo amable.
- Bueno, le agradezco ese dato pero yo me largo. Mi tripulación me tiene algo preocupado y lo mejor será que los encuentre y me largue de esta isla. Debo dirigirme a mi próximo destino cuanto antes. Iré a buscarles, ha sido un placer señor. Si vuelvo por aquí vendré a esta taberna, me ha atendido bastante bien y eso es algo que se agradece hoy en día. La cerveza estaba muy buena, hasta otra.
Dijo tranquilamente dirigiéndose a la salida del bar y girando el pomo de la puerta para salir a la calle. Ahora mismo el gran espada tenía en mente buscar a alguno de sus compañeros para ver que habían averiguado ellos y así unir las piezas del puzle para averiguar algo más útil. Por otro lado también pensaba en buscar a su superior e informarle de lo que había averiguado. Sin embargo ahora no sabía dónde estaban los demás y no disponía nada para comunicarse con ellos. Por ello decidió caminar por las calles para ver si con suerte encontraba alguno de ellos. O lo que era mejor, hallar el paradero de su líder para informarle a él. Otro de sus compañeros aún estaba dentro del bar y no sabía si seguía jugando a las cartas con los otros tipos.
Pasó por enfrente de un callejón donde había escuchado un ruido. Entró rápidamente con el gesto serio pero solo era un gato negro que estaba mordiendo unas bolsas de restos de basura. Este suspiró y salió del callejón mirando a su alrededor. Tras unos segundos empezó a andar por las calles de aquel pueblo para ver si encontraba algo que le fuera de ayuda en alguno de sus dos propósitos.
- Bueno, le agradezco ese dato pero yo me largo. Mi tripulación me tiene algo preocupado y lo mejor será que los encuentre y me largue de esta isla. Debo dirigirme a mi próximo destino cuanto antes. Iré a buscarles, ha sido un placer señor. Si vuelvo por aquí vendré a esta taberna, me ha atendido bastante bien y eso es algo que se agradece hoy en día. La cerveza estaba muy buena, hasta otra.
Dijo tranquilamente dirigiéndose a la salida del bar y girando el pomo de la puerta para salir a la calle. Ahora mismo el gran espada tenía en mente buscar a alguno de sus compañeros para ver que habían averiguado ellos y así unir las piezas del puzle para averiguar algo más útil. Por otro lado también pensaba en buscar a su superior e informarle de lo que había averiguado. Sin embargo ahora no sabía dónde estaban los demás y no disponía nada para comunicarse con ellos. Por ello decidió caminar por las calles para ver si con suerte encontraba alguno de ellos. O lo que era mejor, hallar el paradero de su líder para informarle a él. Otro de sus compañeros aún estaba dentro del bar y no sabía si seguía jugando a las cartas con los otros tipos.
Pasó por enfrente de un callejón donde había escuchado un ruido. Entró rápidamente con el gesto serio pero solo era un gato negro que estaba mordiendo unas bolsas de restos de basura. Este suspiró y salió del callejón mirando a su alrededor. Tras unos segundos empezó a andar por las calles de aquel pueblo para ver si encontraba algo que le fuera de ayuda en alguno de sus dos propósitos.
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La verdad era una idea pésima en el sentido común seguir a los aldeanos hasta este lugar, aunque se sabía muy bien que los aldeanos están cooperando con los revolucionarios y que por este motivo serán tratados como enemigos, conservo mi humanidad aun para poder ejecutarlos en el caso necesario, me quede estupefacto de lo que ellos estaban conversando, escuche el nombre de lo que posiblemente será un Revolucionario , su nombre era “Rex” ,y de la manera que hablaban de él, era posible que fuera unos de los cabecillas de estos revolucionarios, aunque no escuche bien su conversación , solo lo necesario entendí el nombre del revolucionario y que no les parecía que estuviéramos vigilándolos. Parece que di en el clavo, lo más probable era que informara a los superiores esta información, pero de qué diablos serviría, ellos están en la misma posición que yo, buscando información y localizar a estos revolucionarios. No tengo otra opción. Si salía a informar no ganaría nada interesante con esto, un nombre desconocido no ayudaría mucho a la investigación rápida, seguir a uno de ellos sería ideal… pero no creo que fueran tan estúpidos como para no prevenir que los marines los usaran para interrogarlos, esto era el objetivo de unos espías infiltrados, sin pensarlo más toque la puerta suavemente y al parecer la voz de uno de ellos respondió que iría a ver quién era, claro todos ellos se colocaron alerta al unísono.
Deben saber que nadie del pueblo excepto los involucrados, sabrían de este escondite, y también les extrañara las visitas así que rápidamente me prepare para una rápida emboscada, montándome encima de la casa para este acto. Cuando uno de ellos con su arma abrió las puertas rápidamente y miro a todos lados, se despisto un momento, así mismo desde encima del techo que no estaba muy lejos de la puerta, salte delante de este silenciosamente y coloco mi mano en su boca para evitar que gritara, el antes que tratara de contraatacar, use mi Dial que lo tenía envuelto en unas vendas en mi mano derecha la cual lo congelo rápidamente, pero sin causar mayores percances, esto realizo que se paralizara y lo apartara rápidamente de mi vista y logre entrar velozmente en esta casa , rápidamente todos los aldeanos que estaban en la casa comenzaron a buscar el lugar del sonido.
La puerta abierta y uno de sus hombres en el suelo recuperándose de este rápido congelamiento a medias y sin poder hablar debido su entumecimiento. Me coloque detrás de un librero agachado para evitar que me vieran fácilmente y con mi katana desenfundada. Trate de mirar todo lo que observaba a mi alrededor, pero sin perder de mi percepción donde estaban los aldeanos misteriosos, parecía ridículo pero era una especie de biblioteca pero con sus estanterías viejas y abandonadas, una decoración muy pintoresca y sencilla, incluso para este pueblo, era más que obvio que era un lugar abandonado y retirado de la ciudad, así que este debe ser una de sus bases. Aquí podría conseguir información por parte de ellos y también investigando… ahora no puedo llamar a mis hombres…deben estar en peligro, me ocupare de esto yo solo.
Escuche los pasos y gritos de estos aldeanos que se aproximaban a la sala donde logre escabullirme, era una biblioteca bastante grande para poder moverme, pero me encontraran rápidamente, así que era más que obvio que peleare con ellos, pero la manera y el medio serian desconocidos, si los mato a todos no conseguiré nada, si dejo que huyan es mucho peor, y si pierdo mucho tiempo aquí, me atraparan, como sea estaba totalmente jodido.
Deben saber que nadie del pueblo excepto los involucrados, sabrían de este escondite, y también les extrañara las visitas así que rápidamente me prepare para una rápida emboscada, montándome encima de la casa para este acto. Cuando uno de ellos con su arma abrió las puertas rápidamente y miro a todos lados, se despisto un momento, así mismo desde encima del techo que no estaba muy lejos de la puerta, salte delante de este silenciosamente y coloco mi mano en su boca para evitar que gritara, el antes que tratara de contraatacar, use mi Dial que lo tenía envuelto en unas vendas en mi mano derecha la cual lo congelo rápidamente, pero sin causar mayores percances, esto realizo que se paralizara y lo apartara rápidamente de mi vista y logre entrar velozmente en esta casa , rápidamente todos los aldeanos que estaban en la casa comenzaron a buscar el lugar del sonido.
La puerta abierta y uno de sus hombres en el suelo recuperándose de este rápido congelamiento a medias y sin poder hablar debido su entumecimiento. Me coloque detrás de un librero agachado para evitar que me vieran fácilmente y con mi katana desenfundada. Trate de mirar todo lo que observaba a mi alrededor, pero sin perder de mi percepción donde estaban los aldeanos misteriosos, parecía ridículo pero era una especie de biblioteca pero con sus estanterías viejas y abandonadas, una decoración muy pintoresca y sencilla, incluso para este pueblo, era más que obvio que era un lugar abandonado y retirado de la ciudad, así que este debe ser una de sus bases. Aquí podría conseguir información por parte de ellos y también investigando… ahora no puedo llamar a mis hombres…deben estar en peligro, me ocupare de esto yo solo.
Escuche los pasos y gritos de estos aldeanos que se aproximaban a la sala donde logre escabullirme, era una biblioteca bastante grande para poder moverme, pero me encontraran rápidamente, así que era más que obvio que peleare con ellos, pero la manera y el medio serian desconocidos, si los mato a todos no conseguiré nada, si dejo que huyan es mucho peor, y si pierdo mucho tiempo aquí, me atraparan, como sea estaba totalmente jodido.
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