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pannini69
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La isla golden es una isla grande existente fuera de las aguas del Grand Line, en el mar del oeste. Su nombre proviene de las ricas familias adineradas con tradición militar en la marina. En su totalidad, esta formada por una gran urbe de cientos de miles de personas ( 654.132 personas último censo). Esta divida en dos grandes partes, la perteneciente al norte donde viven las personas acomodadas y otra parte al sur, repleta en su mayoría de gente pobre o de recursos escasos. Hay una gran cantidad de marines, ya que en los últimos años se han instalado muchos revolucionarios y piratas en la isla, como es normal, en la parte sur de la ciudad.
Como cada día, antes de salir de la guarida de mis compañeros revolucionarios, miro la fotografía de mis padres para inspirarme en mis proximas aventuras. Inspiro profundamente, abro la puerta y expulso todo el aire llenado en mi estomago, gritando:-¡¡BUENOS DIAS CAMARADAS!!
Como cada día, antes de salir de la guarida de mis compañeros revolucionarios, miro la fotografía de mis padres para inspirarme en mis proximas aventuras. Inspiro profundamente, abro la puerta y expulso todo el aire llenado en mi estomago, gritando:-¡¡BUENOS DIAS CAMARADAS!!
Derian Markov
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El barco de Derian se había tenido que detener en la isla Golden. Era una isla con buena fama, especialmente para un aristócrata como Derian, pero por mala suerte habían acabado en la mitad sur. Esta estaba llena de gente de mala muerte, pobres, piratas y criminales de baja estofa. En definitiva, presas. Gente a la que Derian podía matar y comerse fácilmente. A pesar de que era de día, tenía el hambre suficiente para querer arriesgarse a intentar cazar a algún humano desprevenido y beber su sangre. Sabía que a la luz del día era más débil, pero confiaba ser lo suficientemente fuerte para poder con alguno. De todos modos, parecía que había tenido suerte. De haber desembarcado en la mitad norte, no podría haber cazado. La desaparición de algún miembro de una familia adinerada hubiese desembocado en una investigación, y no quería llamar la atención. Sin embargo, nadie echaría en falta a un criminal cualquiera o a algún mendigo. Pobres diablos, no sabían lo que se les echaba encima. Se dirigió a la tripulación, antes de desembarcar.
- Hombres, marcho a buscar algo en la ciudad. Vosotros encargaos de rellenar nuestras bodegas de comida, agua y vino. Y vigilad que no os den vino aguado, en ese puerto de mala muerte no me extrañaría.
Tras esto, descendió del barco. Aquel día iba vestido discreto, para no delatar su pertenencia a una familia noble. Iba con un pesado abrigo marrón, una camiseta azul oscura, pantalones negros y botas. Al cinto llevaba una pesada espada de mano y media. Esta era una más bien simple, sin decoraciones ni nada. Normalmente hubiese llevado a Vanator, pero era una espada de gala, un instrumento obviamente de ricos. Y quería evitar parecerlo. El pálido noble se metió entre las callejuelas, con pose altiva y mirando a todos lados con gesto desconfiado. Su melena negra y lisa se agitaba al aire. Su rostro mostraba profundas ojeras, y era tan pálido que parecía casi un muerto. Aquella ciudad era una amalgama de olores nauseabundos y llamativos. Olía a pescado, tanto fresco como podrido, aroma procedente del puerto. Apestaba a agua estacanda y a basura en descomposición. Desde luego no parecía un lugar agradable. Buscando a alguien solitario, acabó en las afueras de la población.
- Todo el mundo aquí es demasiado cauto. Son calles peligrosas y la gente va en grupos o bien armada... o ambas cosas. Tal vez debería probar suerte y buscar alguna guarida de criminales. Los degollaré y me beberé su sangre aun caliente.
Con una sonrisa diabólica, se adentró en las agrestes zonas boscosas a las afueras de la gran ciudad. Su olfato le guiaba. No tardó en captar una fuerte concentración de aroma a hombre, y se dirigió en esa dirección. Era una zona de riscos y lomas, donde había algunas casas ruinosas y granjas pobres. Vio que era una zona de los arrabales que se extendía desde la ciudad, era parte de su periferia.
- Probaré suerte aquí.
Murmuró, desde el arbusto en que se escondía. Entonces escuchó un grito que llegaba desde un conjunto de casas viejas y pequeñas "¡buenos días, camaradas!"
- ¿Revolucionarios? Parece que hoy desayuno piojosos - se dijo a sí mismo.
- Hombres, marcho a buscar algo en la ciudad. Vosotros encargaos de rellenar nuestras bodegas de comida, agua y vino. Y vigilad que no os den vino aguado, en ese puerto de mala muerte no me extrañaría.
Tras esto, descendió del barco. Aquel día iba vestido discreto, para no delatar su pertenencia a una familia noble. Iba con un pesado abrigo marrón, una camiseta azul oscura, pantalones negros y botas. Al cinto llevaba una pesada espada de mano y media. Esta era una más bien simple, sin decoraciones ni nada. Normalmente hubiese llevado a Vanator, pero era una espada de gala, un instrumento obviamente de ricos. Y quería evitar parecerlo. El pálido noble se metió entre las callejuelas, con pose altiva y mirando a todos lados con gesto desconfiado. Su melena negra y lisa se agitaba al aire. Su rostro mostraba profundas ojeras, y era tan pálido que parecía casi un muerto. Aquella ciudad era una amalgama de olores nauseabundos y llamativos. Olía a pescado, tanto fresco como podrido, aroma procedente del puerto. Apestaba a agua estacanda y a basura en descomposición. Desde luego no parecía un lugar agradable. Buscando a alguien solitario, acabó en las afueras de la población.
- Todo el mundo aquí es demasiado cauto. Son calles peligrosas y la gente va en grupos o bien armada... o ambas cosas. Tal vez debería probar suerte y buscar alguna guarida de criminales. Los degollaré y me beberé su sangre aun caliente.
Con una sonrisa diabólica, se adentró en las agrestes zonas boscosas a las afueras de la gran ciudad. Su olfato le guiaba. No tardó en captar una fuerte concentración de aroma a hombre, y se dirigió en esa dirección. Era una zona de riscos y lomas, donde había algunas casas ruinosas y granjas pobres. Vio que era una zona de los arrabales que se extendía desde la ciudad, era parte de su periferia.
- Probaré suerte aquí.
Murmuró, desde el arbusto en que se escondía. Entonces escuchó un grito que llegaba desde un conjunto de casas viejas y pequeñas "¡buenos días, camaradas!"
- ¿Revolucionarios? Parece que hoy desayuno piojosos - se dijo a sí mismo.
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Un bote de aproximaba a aquella isla. Su navegante se podía ver a lo lejos como una simple silueta alejada sin rasgo alguno que le pudiera reconocer. Pasados unos minutos el bote llegó a tierra firme. Parecía no haber nadie en la playa, había llegado al lado sur de la isla. De aquella barca salto la figura de Zakashi a tierra con una sonrisa algo sádica en el rostro. Llevaba varios días sin pisar tierra. Exactamente dos, menos mal que tenía comida en el bote de haber comprado en la isla anterior. Se clavo de rodillas en el suelo y empezó a respirar muy deprisa para después dar un grito al cielo con todas sus fuerzas.
- Tierra!!! Si!! Uoooo!!
Zakashi gritaba como loco con la boca abierta y los ojos igual de abiertos que la boca dejando salir toda la fuerza de su voz. Colocó la cabeza en el suelo y abrió mas la boca tomando entre sus fauces un puñado de arena y empezando a masticarlo como loco. Su mirada de loco se notaba a simple vista, tras unos segundos miró al cielo y escupió toda la tierra que caía a su lado. Reía sin parar dando puñetazos con fuerza en la arena a mucha velocidad hasta el punto de hasta hacerse daño. Cuando sintió algo de dolor miró a la arena poniendo cara de pena totalmente. Parecía arrepentido de algo. Deslizo sus manos suavemente por la arena despacio para musitar con un tono de arrepentimiento.
- Perdóname no quería hacerte daño
Tras unos segundos su mirada y tono cambiaron a sádicos
- Era broma!! Hahahahaha!!!
Empezó a darle puñetazos de nuevo a la arena. Estaba como una cabra, siguió durante varios minutos más cuando sin pleno aviso paró de hacer aquello y se dirigió a su bote atándolo en una roca enorme. Tras eso se calmo de forma muy rápida y comenzó a andar. Estuvo un rato por aquella zona muy tranquilo, su mirada asustaba a la gente pobre. Algunos le miraban de la misma forma, el no cambiaba esa mirada de chiflado por nada. No era así, le daban ocasiones de tranquilidad y se ponía cuerdo. Pero dos días en ese bote aburrido le había estar enfadado y descargaba toda su locura ahora. Observó a un pequeño gatito que se le acercó cuando caminaba por un callejón y empezó a acariciarle la pierna. Este sonrió mirando al pequeño animal acariciándole la cabeza. Tras unos segundos el gatito le gustaba la sensación y cerró sus ojos despreocupado. Zakashi llevó su mano hasta su cajeta de la parte izquierda y saco una aguja de unos quince centímetros. Aprovechó que el gato estaba tranquilo y distraído para atravesarla con fuerza por su cráneo así atravesándole el cerebro y provocando la muerte del animal. Su mirada era de felicidad, sonreía feliz pensando en que el gato iría al cielo y se lo pasaría bien con las gatitas de allí. Ya iba feliz por el camino. Había hecho una buena obra o eso pensaba su mente. No aguantaba más estar por allí y aburrido se dirigió a las afueras con mucha tranquilidad.
- Tierra!!! Si!! Uoooo!!
Zakashi gritaba como loco con la boca abierta y los ojos igual de abiertos que la boca dejando salir toda la fuerza de su voz. Colocó la cabeza en el suelo y abrió mas la boca tomando entre sus fauces un puñado de arena y empezando a masticarlo como loco. Su mirada de loco se notaba a simple vista, tras unos segundos miró al cielo y escupió toda la tierra que caía a su lado. Reía sin parar dando puñetazos con fuerza en la arena a mucha velocidad hasta el punto de hasta hacerse daño. Cuando sintió algo de dolor miró a la arena poniendo cara de pena totalmente. Parecía arrepentido de algo. Deslizo sus manos suavemente por la arena despacio para musitar con un tono de arrepentimiento.
- Perdóname no quería hacerte daño
Tras unos segundos su mirada y tono cambiaron a sádicos
- Era broma!! Hahahahaha!!!
Empezó a darle puñetazos de nuevo a la arena. Estaba como una cabra, siguió durante varios minutos más cuando sin pleno aviso paró de hacer aquello y se dirigió a su bote atándolo en una roca enorme. Tras eso se calmo de forma muy rápida y comenzó a andar. Estuvo un rato por aquella zona muy tranquilo, su mirada asustaba a la gente pobre. Algunos le miraban de la misma forma, el no cambiaba esa mirada de chiflado por nada. No era así, le daban ocasiones de tranquilidad y se ponía cuerdo. Pero dos días en ese bote aburrido le había estar enfadado y descargaba toda su locura ahora. Observó a un pequeño gatito que se le acercó cuando caminaba por un callejón y empezó a acariciarle la pierna. Este sonrió mirando al pequeño animal acariciándole la cabeza. Tras unos segundos el gatito le gustaba la sensación y cerró sus ojos despreocupado. Zakashi llevó su mano hasta su cajeta de la parte izquierda y saco una aguja de unos quince centímetros. Aprovechó que el gato estaba tranquilo y distraído para atravesarla con fuerza por su cráneo así atravesándole el cerebro y provocando la muerte del animal. Su mirada era de felicidad, sonreía feliz pensando en que el gato iría al cielo y se lo pasaría bien con las gatitas de allí. Ya iba feliz por el camino. Había hecho una buena obra o eso pensaba su mente. No aguantaba más estar por allí y aburrido se dirigió a las afueras con mucha tranquilidad.
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Hiren salió a la calle a tomar un poco el aire. Le agobia quedarse en casa todo el rato. Ha pasado una noche muy mala,se celebraba la nueva entrada de un ciudadano en el grupo revolucionario, por lo que toda la noche estuvieron de fiesta,bebiendo y montando jaleo. Gracias a dios había desarrollado una gran resistencia a las resacas, pero no por ello alruido que se montó fuera. La fiesta de bienvenida duró hasta bien entrada la madrugada. Apenas durmió trés horas. Se sentía cansado, sonñolento y le faltaban energías, asi que se dirigió hacia la cocina, lugar que era compartido por todos los camaradas que en esa zona residían. Allí Hiren se sentía alguien, era un gran cocinero, como muchas veces había demostrado realizando comidas para todos sus compañeros. -Necesito algo de comer-pensó mientras avanzaba pensativo, con la mirada altiva.
Al parecer, numerosas muchachas se sentían atraídas por los revolucionarios, por esos ideales que pregonaban, destruccion del gobierno decían unos, revolución social comentaban otros a las jóvenes, con el propósito de llevarselas a la cama. -Ignorantes-, pensó, -ignorantes pero felices-. Con cierto tono de tristeza, entró en la cocina y se dispuso a preparar el desayuno como cada mañana, carne en cantidad, para proporcionar energía, y marisco, de baja calidad, recien traído por la mañana de la costa. Todos se sentaron a la mesa, comentando que el nuevo recluta era un fiera, que no había nadie tan festivo y tuviera tanta resistencia al alcohol como la tenía Hiren.
-Si eso es así, muchacho, un día tendré que desafiarlo a ver quien cae antes-.
Mientras el desayuno discurría tranquilamente con risas y comentarios se escucharon gritos en la calle:
-¡ALERTA, ALGUIEN SOSPECHOSO SE ACERCA!-gritó un camarada que estaba montando guardía en la entrada de la guarida.
Según informó, una persona alta, vestida parcialmente de negro, destacada por su palidez se estaba acercando al campamento.Esas no eran las únicas noticias que alteraban el estado de tranquilidad que existía en la zona. Para colmar el vaso, habían avistado a cierto sospechoso, con caracter de loco, pegando puñetazos a la arena y riendose de forma siniestra.
-Parece que el día se presenta turbio -, digo para mis pensamientos, mientras envaino mi espada al cinto y salgo a la calle.
Al parecer, numerosas muchachas se sentían atraídas por los revolucionarios, por esos ideales que pregonaban, destruccion del gobierno decían unos, revolución social comentaban otros a las jóvenes, con el propósito de llevarselas a la cama. -Ignorantes-, pensó, -ignorantes pero felices-. Con cierto tono de tristeza, entró en la cocina y se dispuso a preparar el desayuno como cada mañana, carne en cantidad, para proporcionar energía, y marisco, de baja calidad, recien traído por la mañana de la costa. Todos se sentaron a la mesa, comentando que el nuevo recluta era un fiera, que no había nadie tan festivo y tuviera tanta resistencia al alcohol como la tenía Hiren.
-Si eso es así, muchacho, un día tendré que desafiarlo a ver quien cae antes-.
Mientras el desayuno discurría tranquilamente con risas y comentarios se escucharon gritos en la calle:
-¡ALERTA, ALGUIEN SOSPECHOSO SE ACERCA!-gritó un camarada que estaba montando guardía en la entrada de la guarida.
Según informó, una persona alta, vestida parcialmente de negro, destacada por su palidez se estaba acercando al campamento.Esas no eran las únicas noticias que alteraban el estado de tranquilidad que existía en la zona. Para colmar el vaso, habían avistado a cierto sospechoso, con caracter de loco, pegando puñetazos a la arena y riendose de forma siniestra.
-Parece que el día se presenta turbio -, digo para mis pensamientos, mientras envaino mi espada al cinto y salgo a la calle.
Ikaru
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Una playa tan tranquila...El sol me daba totalmente en la cara aunque al tener los ojos cerrados no me importaba. La arena puñetera se metía entre los recovecos de mi ropa pero tampoco me importaba y de vez en cuando las olas tocaban levemente mis pies dandoles un gustillo fresco y también pegajoso que simplemente haría que luego se me pegase mas arena a ellos y todo fuese una autentica jodienda de limpiar. El día estaba tan calido y agradable que nunca hubiese querido moverme de allí...La arena aunque jodiendo mas que otra cosa, era bastante suave y me recordaba a aquellos días con ella en la playa...tan felices los dos...
Recuerdos y recuerdos de cosas felices eran lo único que podía materializar en mi mente. De repente incluso hice que una pequeña imagen de ella comenzara a correr por la fina distancia que separa el mar de la tierra...Siempre estaba tan feliz...Siempre...
"No tendría que estar pensando todas estas cosas...Ya me vendrán los recuerdos malos en cualquier momento...Dhis...Creo que tengo que volver de nuevo a el pueblecito de esta isla, es bastante acogedora pero según lo que se hay varios revolucionarios y marines tendré que ir con cuidado si no quiero ser resultado herido"
Pensé justamente antes de levantarme. El agua comenzó de nuevo a tocar mis pies y se sentía tan bien... me fui hacia mis zapatos que se encontraban a menos de un metro de distancia, los cogí y me los puse.Entonces comencé a andar, a andar hacia el pueblo que no se encontraba demasiado lejos, era costero y todas esas cosas. Despues de el había un gran bosque que seguro que era donde se salvaguardaban todos los revolucionarios. Ese tipo de personas me caían bien normalmente, buscaban la paz y todo eso...Aunque desde mi pequeña vivencia con Mashiro nunca pensaría lo mismo de ellos.
Me estaba hospedando en la zona sur a la que llegue en menos de lo que canta un gallo. Allí todo era estados de pobreza o al menos si que se encontraban en el umbral de esta. Realmente me preguntaba si los revolucionarios hacían algo por este pueblo o lo dejaban tirado como con muchos otro que había visto en mis anteriores aventuras. Tenia mucha curiosidad por saber donde se encontraban a si que una vez fui a coger las cosas a mi habitación de motel de mala muerte me marche directo hacia el bosque intentando buscar algo divertido...Aquí el texto...
pannini69
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off: a partir de ahora con la entrada de Ikaru el orden de posteos es: pannini69, Derian, Zakashi e Ikaru. Como yo ya postee le toca a Derian.
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Derian se mostró y caminó por la senda directamente al conjunto de casas, con pose altiva y firme. Dejó que una sonrisa le aflorase al rostro. Sin embargo, no era una sonrisa alegre. Era una sonrisa malvada y fría, capaz de helar de terror la sangre en las venas incluso al más valiente. Un revolucionario comenzó a dar la alarma, pero en dos veloces pasos se plantó frente a él. A la luz de la luna sus capacidades atléticas eran tres veces las de un humano. A la luz del día era la mitad del fuerte, pero seguía siendo increíblemente rápido y fuerte. Miró durante un momento a los ojos del revolucionario, quieto. Este estaba paralizado de terror. Entonces dejó de sonreír.
- Adiós, piojoso.
De repente el guerrillero notó algo atravesándole las entrañas. Era la espada de Derian. Este se la hundió hasta la empuñadura, ignorando los gritos de dolor del hombre. Después le apoyó un pie en el cuerpo y arrancó la mano y media de este. El hombre se desplomó, desangrándose. "Ah... qué olor más delicioso." El aristócrata comenzó a lamer con gusto la sangre que corría por la hoja de su espada. Una puerta se abrió a su lado y de esta salió otro revolucionario.
- Oh, qué gran servicio. El desayuno viene a buscarme a mi.
De repente su pelo se volvió de un tono blanco planteado, y su piel más pálida aun. Pero lo más siniestro fueron sus ojos azules, que se volvieron rojo sangre. En esa forma su fuerza aumentaba un 50% incluso por el día (Aunque por la noche era obviamente más letal). Agarró por el pelo al hombre y le mordió el cuello gran velocidad. Este se debatió y trató de golpearle, pero Derian le ignoró. Chupó su sangre a gran velocidad, y notó cómo el corazón del joven latía cada vez más lentamente. Entonces escuchó pasos rápidos, y supo que venía más gente. Apartó su boca chorreante de sangre del cuello del hombre y dijo:
- Lamento no quedarme hasta el final de la comida, pero me han surgido asuntillos.
En el momento en que llegaban el resto de revolucionarios, se transformó en murciélago y alzó el vuelo velozmente. Se subió a un tejado y se escondió allí, preparándose para tenderle una emboscada a algún incauto que pasase por debajo. Volvió a forma de vampiro, manteniéndose agachado.
- Adiós, piojoso.
De repente el guerrillero notó algo atravesándole las entrañas. Era la espada de Derian. Este se la hundió hasta la empuñadura, ignorando los gritos de dolor del hombre. Después le apoyó un pie en el cuerpo y arrancó la mano y media de este. El hombre se desplomó, desangrándose. "Ah... qué olor más delicioso." El aristócrata comenzó a lamer con gusto la sangre que corría por la hoja de su espada. Una puerta se abrió a su lado y de esta salió otro revolucionario.
- Oh, qué gran servicio. El desayuno viene a buscarme a mi.
De repente su pelo se volvió de un tono blanco planteado, y su piel más pálida aun. Pero lo más siniestro fueron sus ojos azules, que se volvieron rojo sangre. En esa forma su fuerza aumentaba un 50% incluso por el día (Aunque por la noche era obviamente más letal). Agarró por el pelo al hombre y le mordió el cuello gran velocidad. Este se debatió y trató de golpearle, pero Derian le ignoró. Chupó su sangre a gran velocidad, y notó cómo el corazón del joven latía cada vez más lentamente. Entonces escuchó pasos rápidos, y supo que venía más gente. Apartó su boca chorreante de sangre del cuello del hombre y dijo:
- Lamento no quedarme hasta el final de la comida, pero me han surgido asuntillos.
En el momento en que llegaban el resto de revolucionarios, se transformó en murciélago y alzó el vuelo velozmente. Se subió a un tejado y se escondió allí, preparándose para tenderle una emboscada a algún incauto que pasase por debajo. Volvió a forma de vampiro, manteniéndose agachado.
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Zakashi caminaba por la zona de las afueras aburrido, su ataque de locura parecía haberse calmado un poco y no iba como antes. Miró una piedra la cual pateó y chocó contra un árbol. Su mirada ahora se desvío un momento cuando oyó unos gritos cercanos a su posición, gritaban ``alarma``. Qué diablos pensó este, aquello no tenía pinta de propiedad privada ni nada parecido. ¿Por qué daban esa alarma entonces? . No sabía si eran piratas o marines o quizás cazadores o revolucionarios. Lo que si estaba claro es que no se iba a achantar por aquellos. Su ataque de locura empezó a surgir en su mirada sonriendo ahora ampliamente y caminando despacio hacia ellos con mucha tranquilidad. Más de ellos salían afuera y no sabía el motivo. Escuchó unos gritos de dolor desde la parte alta. No podía subir pues no volaba ni nada parecido. Pero cogió una piedra y la tiró allí arriba con tranquilidad como si eso fuera lo más normal del mundo.
- Eh! Salid fuera! Soy el hombre del saco y os secuestrare si no queréis obedecer jajajajaja!!!. Si tenéis cangrejo cocinadme un plato, os lo pagare. ¿ y porque gritáis? Es que tenéis la regla o algo así?
El pelirrojo observaba con aquella sádica mirada el ambiente. Aquellos gritos de dolor le estaba excitando y emocionando. Buscaba con la mirada algún animal para pagar aquella sensación con él pero no encontró ninguno. Retrocedió varios pasos alejándose solo un poco observando con cautela y con la mano derecha en su cajeta derecha. La mano izquierda metida en la cajeta izquierda. Ambas manos sujetaban tres agujas cada una. Solo por mera precaución, no era ningún asesino si no le provocaban y no iba a hacer nada. Pero si recibía algún insulto o provocación, o un intento de ataque contra su persona. Que rezaran porque atacaría sin piedad alguna. Quería saber que había pasado y cuanto antes, su curiosidad no conocía límites. En su posición era blanco fácil para cualquier hombre armado, pero eso le daba igual. ¿ Tan loco estaba para quedarse ahí quieto?. No, en casos de peligro era bastante listo. Si estaba ahí quieto era porque las balas no le asustaban lo mas mínimo, ni otro ataques a distancia. Su espera le estaba resultando eterna y se empezaba a cabrear bastante, su demencia le empezaba a jugar malas pasadas. Estaba viendo a hombres riéndose de él. No estaba ocurriendo tal cosa pero su mente le engañaba haciendo que los viera. Apretó los dientes como loco y empezó a reírse como un maldito loco.
- Jajajajaja!!! Vamos! Bajad aquí! Quiero jugar con vosotros a los doctores! Jajaja prometo que no os dolerá!
Dijo mintiendo a voces mientras se relamía gozando del dolor que quería provocar a alguien. Con tan solo una persona torturada por él se calmaría. Pero aquella gente no querría atender a razones seguramente. Para eso ya estaba listo para cualquier cosa. Sus ojos observaban cada detalle de la zona estando alerta ante todo.
- Eh! Salid fuera! Soy el hombre del saco y os secuestrare si no queréis obedecer jajajajaja!!!. Si tenéis cangrejo cocinadme un plato, os lo pagare. ¿ y porque gritáis? Es que tenéis la regla o algo así?
El pelirrojo observaba con aquella sádica mirada el ambiente. Aquellos gritos de dolor le estaba excitando y emocionando. Buscaba con la mirada algún animal para pagar aquella sensación con él pero no encontró ninguno. Retrocedió varios pasos alejándose solo un poco observando con cautela y con la mano derecha en su cajeta derecha. La mano izquierda metida en la cajeta izquierda. Ambas manos sujetaban tres agujas cada una. Solo por mera precaución, no era ningún asesino si no le provocaban y no iba a hacer nada. Pero si recibía algún insulto o provocación, o un intento de ataque contra su persona. Que rezaran porque atacaría sin piedad alguna. Quería saber que había pasado y cuanto antes, su curiosidad no conocía límites. En su posición era blanco fácil para cualquier hombre armado, pero eso le daba igual. ¿ Tan loco estaba para quedarse ahí quieto?. No, en casos de peligro era bastante listo. Si estaba ahí quieto era porque las balas no le asustaban lo mas mínimo, ni otro ataques a distancia. Su espera le estaba resultando eterna y se empezaba a cabrear bastante, su demencia le empezaba a jugar malas pasadas. Estaba viendo a hombres riéndose de él. No estaba ocurriendo tal cosa pero su mente le engañaba haciendo que los viera. Apretó los dientes como loco y empezó a reírse como un maldito loco.
- Jajajajaja!!! Vamos! Bajad aquí! Quiero jugar con vosotros a los doctores! Jajaja prometo que no os dolerá!
Dijo mintiendo a voces mientras se relamía gozando del dolor que quería provocar a alguien. Con tan solo una persona torturada por él se calmaría. Pero aquella gente no querría atender a razones seguramente. Para eso ya estaba listo para cualquier cosa. Sus ojos observaban cada detalle de la zona estando alerta ante todo.
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Estaba de camino al bosque, con mi habitual andar, totalmente sosegado vago y dando la impresión de que era una persona que no se tomaba nada en serio. Pero seguí continuando esta amanera por el simple hecho de que seguramente ningún ratero de por aquí, que aunque me viese con pintas de lento e idiota, me fuese a intentar robar viendo que llevaba conmigo cinco Katanas diferentes. Vale que eso no significaba realmente nada y que por enseñar mas los dientes uno no tiene que ser mas fuerte pero si infundía algo de miedo era mejor que si no lo hacia.
Todo el rato lo único que podía observar era pobreza a mi alrededor. Gente pidiendo en la calle, pequeños chicos robando a tenderos como en cualquier obra de teatro de picaresca. Todas esas pequeñas cosas que si se diesen por separado nadie se percataría de ellas pero que todas juntas daban una gran imagen de pobreza a todo el pueblo entero. Según había escuchado la otra parte, la norte, era bastante mas rica y que allí era donde se hospedaban los marines...Sabia que no era de casualidad.
Por fin comencé a internarme en el bosque. En un principio no sabia ni por donde moverme por que claramente el bosque era bastante inmenso y no sabia exactamente a donde quería llegar por lo menos hoy. A si que simplemente continué yendo hacia delante sin pausa pero tampoco con mucha prisa observando todo lo que formaba a mi alrededor.Era bastante bonito a decir verdad, la madera de los arboles parecía ser bastante buena y comencé a observarlos un poco para ver si de ella podía sacar algún medicamente en el futuro, claro que para ello necesitaba un árbol cortado entero... A si que me dispuse a hacerlo. Desenvaine Jaiantsu y cogiéndolo con la mano derecha di un gran estacazo de forma horizontal cortando la base del árbol y haciendo que este cayera sobre otro tumbándolo a el también. Había sido un corte limpio así que podría ver el interior del árbol con claridad. Pero como había imaginado no había nada interesante.
De repente, mientras que iba andando con mi pasaimonia habitual, comencé a escuchar una alarma y lo que parecían ser unos gritos...unos gritos que darían mala espina a cualquier mortal. Comencé a hilar un poco las cosas mientras que corría hacia el lugar donde se habían escuchado los gritos y las alarmas. Seguramente me estaría acercando a una base de revolucionarios en donde hubiesen sido sorprendidos por una cuantos marines o puede que también viceversa.
No tarde demasiado en llegar. Una persona se transformo en murcielago y abandono la escena sin poder vele...pero sabia que era otra persona . Había otro muchacho ( No se por que usare estas palabras posiblemente siendo yo mas joven que ellos) que también le lanzo amenazas al tipo vampírico. Salí a escena detrás de ellos observandolos y diciendoles ya directamente.
-Seguramente... Dos locos...Sedientos de sangre, que gracioso que os hayáis encontrado conmigo que no quiere ver ni una sola gota derramada, bueno, a ti murcielago...em...hombre...Dracula....Lo que quiera que seas,y donde quiera que estes, deja ya de intentar matar a gente por favor es poco ético. Y ahora tu, por favor no manches mi profesión de ese modo, lo médicos somos mucho mas educados.
Tras eso mostré un sonrisa y cerré los ojos un momento pensando que había arreglado un poco el momento...También envaine de nuevo a Jaiantsu, y volví a abrir los ojos para mirarlos.
Todo el rato lo único que podía observar era pobreza a mi alrededor. Gente pidiendo en la calle, pequeños chicos robando a tenderos como en cualquier obra de teatro de picaresca. Todas esas pequeñas cosas que si se diesen por separado nadie se percataría de ellas pero que todas juntas daban una gran imagen de pobreza a todo el pueblo entero. Según había escuchado la otra parte, la norte, era bastante mas rica y que allí era donde se hospedaban los marines...Sabia que no era de casualidad.
Por fin comencé a internarme en el bosque. En un principio no sabia ni por donde moverme por que claramente el bosque era bastante inmenso y no sabia exactamente a donde quería llegar por lo menos hoy. A si que simplemente continué yendo hacia delante sin pausa pero tampoco con mucha prisa observando todo lo que formaba a mi alrededor.Era bastante bonito a decir verdad, la madera de los arboles parecía ser bastante buena y comencé a observarlos un poco para ver si de ella podía sacar algún medicamente en el futuro, claro que para ello necesitaba un árbol cortado entero... A si que me dispuse a hacerlo. Desenvaine Jaiantsu y cogiéndolo con la mano derecha di un gran estacazo de forma horizontal cortando la base del árbol y haciendo que este cayera sobre otro tumbándolo a el también. Había sido un corte limpio así que podría ver el interior del árbol con claridad. Pero como había imaginado no había nada interesante.
De repente, mientras que iba andando con mi pasaimonia habitual, comencé a escuchar una alarma y lo que parecían ser unos gritos...unos gritos que darían mala espina a cualquier mortal. Comencé a hilar un poco las cosas mientras que corría hacia el lugar donde se habían escuchado los gritos y las alarmas. Seguramente me estaría acercando a una base de revolucionarios en donde hubiesen sido sorprendidos por una cuantos marines o puede que también viceversa.
No tarde demasiado en llegar. Una persona se transformo en murcielago y abandono la escena sin poder vele...pero sabia que era otra persona . Había otro muchacho ( No se por que usare estas palabras posiblemente siendo yo mas joven que ellos) que también le lanzo amenazas al tipo vampírico. Salí a escena detrás de ellos observandolos y diciendoles ya directamente.
-Seguramente... Dos locos...Sedientos de sangre, que gracioso que os hayáis encontrado conmigo que no quiere ver ni una sola gota derramada, bueno, a ti murcielago...em...hombre...Dracula....Lo que quiera que seas,y donde quiera que estes, deja ya de intentar matar a gente por favor es poco ético. Y ahora tu, por favor no manches mi profesión de ese modo, lo médicos somos mucho mas educados.
Tras eso mostré un sonrisa y cerré los ojos un momento pensando que había arreglado un poco el momento...También envaine de nuevo a Jaiantsu, y volví a abrir los ojos para mirarlos.
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Hiren vió como varios de sus compañeros revolucionarios eran fulminados. Uno de ellos fue atravesado por una espada, justo en las entrañas, al otro le faltaba una parte en el cuello. Sangraba a chorros. Rapido Hiren acudió a ayudarlos, aplicandole al segundo un torniquete en el cuello con la esperanza de salvarlo:
-Resiste amigo, pronto encontraremos un médico cerca- le susurra Hiren a su compañero, moribundo en el suelo. Por desgracia, el que fue atacado en las entrañas no tenia tanta suerte de ser salvado. Las tripas se le salían de su cuerpo, y este se las sujetaba, llorando y gimiendo de dolor. Hiren se acerca y le acierta un golpe de gracia en el cuello, para palizar su sufrimiento, pasando al otro mundo en medio de un gran revuelo causado por la muerte de un nakama.
El espadachín, viendo lo que había ocurrido tuvo una reflexión, si aquel monstruo había podido acercarse para matar y herir a dos revolucionarios sin que nadie tuviera tiempo de reacción, tenía que ser digno de admiración. Con aquel pensamiento en la cabeza, Hiren avanza hacia las afueras del campamento. Todos corrían como pollos sin cabeza. El asesinato era algo que aún no tenían demasiado arraigado a la cabeza los pertenecientes al reciento. Para ellos pertenecer a los revolucionarios era una excusa para emborracharse y jactarse de ir en contra del gobierno, por lo que muchos de ellos aún no habían tenido siquiera su primera pelea. Hiren ordenó a todos que se guarecieran, mas ataques podían sucederse y no necesitaban que el revuelto aumentara y algun espía de los marines descubriera donde estaban escondidos.
-Tengo que encontrar a ese sujeto- dijo para su adentros-.
Salió del campamento y andó durante unos cuantos metros. Encontró una estampa que no esperaba encontrarse, en primer lugar vió como un poco mas abajo de su posición se encontraba alguien con cierta pinta de demente y loco. Roja cabellera, tal y como habían relatado en el informe de la mañana cuando una barca llegó a la playa. En sus dedos vió que llevaba un arma que nunca había visto antes, agujas, largas y punazantes, que no le causaron ningún tipo de confianza. Enfrente suyo observó una persona con cara de pasota, al que poco le importaba la situación que estaba desarrollandose. Hiren, con motivo de intentar entablar una conversación sin recurrir a la violencia le dijo:
-Buenos días caballero, ¿no será usted la persona que acaba de atacar a mis compañeros?-pregunto en un tono elegante y desenfadado, para intentar relajar la
situación existente-.
Al tipo con pinta de bufón loco que estaba debajo Hiren le pregunto, con mayor seriedad y cierto tono de preocupación:
-Usted, ¿el de abajo, no sabrá algo de primeros auxilios? Mis compañeros han sido atacados, si los sanas te cocinare la comida que tu quieras como agradecimiento y en pago por el trabajo- volvió a preguntar, mientras tenía la sensación de que alguien mas se ocultaba en la escena...
-Resiste amigo, pronto encontraremos un médico cerca- le susurra Hiren a su compañero, moribundo en el suelo. Por desgracia, el que fue atacado en las entrañas no tenia tanta suerte de ser salvado. Las tripas se le salían de su cuerpo, y este se las sujetaba, llorando y gimiendo de dolor. Hiren se acerca y le acierta un golpe de gracia en el cuello, para palizar su sufrimiento, pasando al otro mundo en medio de un gran revuelo causado por la muerte de un nakama.
El espadachín, viendo lo que había ocurrido tuvo una reflexión, si aquel monstruo había podido acercarse para matar y herir a dos revolucionarios sin que nadie tuviera tiempo de reacción, tenía que ser digno de admiración. Con aquel pensamiento en la cabeza, Hiren avanza hacia las afueras del campamento. Todos corrían como pollos sin cabeza. El asesinato era algo que aún no tenían demasiado arraigado a la cabeza los pertenecientes al reciento. Para ellos pertenecer a los revolucionarios era una excusa para emborracharse y jactarse de ir en contra del gobierno, por lo que muchos de ellos aún no habían tenido siquiera su primera pelea. Hiren ordenó a todos que se guarecieran, mas ataques podían sucederse y no necesitaban que el revuelto aumentara y algun espía de los marines descubriera donde estaban escondidos.
-Tengo que encontrar a ese sujeto- dijo para su adentros-.
Salió del campamento y andó durante unos cuantos metros. Encontró una estampa que no esperaba encontrarse, en primer lugar vió como un poco mas abajo de su posición se encontraba alguien con cierta pinta de demente y loco. Roja cabellera, tal y como habían relatado en el informe de la mañana cuando una barca llegó a la playa. En sus dedos vió que llevaba un arma que nunca había visto antes, agujas, largas y punazantes, que no le causaron ningún tipo de confianza. Enfrente suyo observó una persona con cara de pasota, al que poco le importaba la situación que estaba desarrollandose. Hiren, con motivo de intentar entablar una conversación sin recurrir a la violencia le dijo:
-Buenos días caballero, ¿no será usted la persona que acaba de atacar a mis compañeros?-pregunto en un tono elegante y desenfadado, para intentar relajar la
situación existente-.
Al tipo con pinta de bufón loco que estaba debajo Hiren le pregunto, con mayor seriedad y cierto tono de preocupación:
-Usted, ¿el de abajo, no sabrá algo de primeros auxilios? Mis compañeros han sido atacados, si los sanas te cocinare la comida que tu quieras como agradecimiento y en pago por el trabajo- volvió a preguntar, mientras tenía la sensación de que alguien mas se ocultaba en la escena...
Derian Markov
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Derian observó con una sonrisa malvada lo que ocurría. Un tipo realmente extraño con cara de loco acababa de llegar. Este parecía un lunático, y al parecer, uno agresivo. En aquel momento no era el Derian habitual, frío y impasible, si no que estaba en sed de sangre y era otro Derian. Uno agresivo, salvaje y sádico. Y este deseaba que aquel loco derramase sangre, para atacar él mismo a los caídos y devorarlos. De repente llegó un extraño más, el cual no sólo le vio, si no que parecía ser que había visto lo que había hecho antes, porque le recriminó por ello. Derian rechinó los dientes y siseó como si fuese un animal, con sus ojos rojos brillando y los colmillos chorreando sangre. Entonces llegó uno de los revolucionarios a los que había olido.
- Esto empieza a parecer una reunión de bichos raros - murmuró.
Entonces a su trastocada mente de psicópata megalómano se le ocurrió un juego de lo más divertido. Con ese juego no sólo mataría el rato y saciaría su sed de sangre, si no que calmaría su lado narcisista dándose a conocer y tratando de hacerse una persona temida.
- Ey, vosotros - se puso en pie sobre el tejado - Parece que no me conocéis, me presentaré. Mi nombre es Lord Derian Markov, Conde de Halstat y inmortal. He venido a plantearos un pequeño juego, digamos que una especie de "pilla pilla". Os doy tres horas para capturarme. Cada quince minutos mataré y devoraré a un revolucionario si lo hacéis - su sonrisa se amplió, mostrando su dentadura y los colmillos - Que comience el juego.
Saltó al aire y se transformó en murciélago, alejándose velozmente por los aires. Se dirigió al bosque para darles esquinazo, tras los cual volvió a la guarida de los revolucionarios y entró en uno de los edificios por una ventana. Una vez allí se convirtió en vampiro de nuevo. "Ahora a ver si son capaces de encontrarme. Mientras voy a ver qué encuentro de desayuno aquí."
- Esto empieza a parecer una reunión de bichos raros - murmuró.
Entonces a su trastocada mente de psicópata megalómano se le ocurrió un juego de lo más divertido. Con ese juego no sólo mataría el rato y saciaría su sed de sangre, si no que calmaría su lado narcisista dándose a conocer y tratando de hacerse una persona temida.
- Ey, vosotros - se puso en pie sobre el tejado - Parece que no me conocéis, me presentaré. Mi nombre es Lord Derian Markov, Conde de Halstat y inmortal. He venido a plantearos un pequeño juego, digamos que una especie de "pilla pilla". Os doy tres horas para capturarme. Cada quince minutos mataré y devoraré a un revolucionario si lo hacéis - su sonrisa se amplió, mostrando su dentadura y los colmillos - Que comience el juego.
Saltó al aire y se transformó en murciélago, alejándose velozmente por los aires. Se dirigió al bosque para darles esquinazo, tras los cual volvió a la guarida de los revolucionarios y entró en uno de los edificios por una ventana. Una vez allí se convirtió en vampiro de nuevo. "Ahora a ver si son capaces de encontrarme. Mientras voy a ver qué encuentro de desayuno aquí."
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Zakashi observaba tranquilo la conversación que ocurria, tras eso escucho como aquel hombre le ofreció un trato. Le haría de comer lo que quisiera a cambio de curar a una persona. Parecia algo bastante justo ya que mataba dos pajaros de un tiro. Curaba a una persona y encima le hacían de comer y estaba claro que iba a pedir cangrejo. Su baba caia por su comisura derecha y sus ojos estaban abiertos como platos ante esa enorme noticia que estaba escuchando. Pero tras unos segundos escucho las palabras del otro tipo. Parecia ser otro medico, este se giró fascinado observándole , su cara ya no era la de un maldito loco. Ahora era la de un crio ilusionado como cuando le regalan su primera bicicleta. Dio un paso hacia él pasando monumentalmente del chico que anteriormente renia delante y le ofrecia la comida. Sonrio de forma inocente observando al que le había dicho que también era medico.
- Guau!! Eres medico como yo!! Encantado de conocerte! Me llamo Zakashi y soy una persona hecha y derecha que busca abrir un restaurante!. Se llamara el cangrejo infinito y se cocinaran todo tipo de cangrejos y de todas las formas y yo comeré gratis!. Si quieres te puedo dar vales de descuento y podrás degustar su delicioso sabor buen amigo!. Y no solo eso , por el módico precio de diez berries llévate dos cangrejos totalmente gratis!!. Deliciosos y saludables cangrejos de mar , los mejores los tendremos!. Puedo asegurártelo, dime que iras, dime que iras por favor. A cambio te regalo una piedra!! Debes saber que yo voy a ser el rey de los osos panda!.
Tras esas palabras se giró al escuchar la voz de otra persona. Estuvo escuchando todo el momento sus palabras, sus ojos se abrieron como platos con una cara de felicidad enorme al escuchar lo que dijo. Quería jugar al pilla pilla. Zakashi no se iba a negar, amaba los juegos y mas ese .Cuando el hombre desapareció se giró de nuevo mirando a los otros dos y hablándoles pero a voces para que se ollera todo lo posible.
- Bien! Me pido el capitán! Debemos perseguir al señor Lord Sepia Markov!! Conde de la salsa inmoral!. Que no escape colegas! Al hombre herido que le jodan!! Y al restaurante le daremos una fogata con los sueños de los osos hormigueros!! Seguramente estará al norte ya que es un hombre de pelo negro!. Vamos tíos no podemos dejarle ganar! Yo voy a atraparle y después pillareis vosotros!!jajajajaja!! adelante compañeros de la fuerza de la amistad!! Jueza de buena fe de mis actos temerarios!!. Al abordaje! Mis ovejas!!
Zakashi salió corriendo en dirección al bosque con el puño levantado y riendo sin parar. Pensaba encontrarle le costara lo que le costara. Le había bautizado como Lord Sepia Markov, el conde de salsa inmoral y haría lo que fuera para encontrarle.
- Vamos!! Piedra papel o tijeras!!!
- Guau!! Eres medico como yo!! Encantado de conocerte! Me llamo Zakashi y soy una persona hecha y derecha que busca abrir un restaurante!. Se llamara el cangrejo infinito y se cocinaran todo tipo de cangrejos y de todas las formas y yo comeré gratis!. Si quieres te puedo dar vales de descuento y podrás degustar su delicioso sabor buen amigo!. Y no solo eso , por el módico precio de diez berries llévate dos cangrejos totalmente gratis!!. Deliciosos y saludables cangrejos de mar , los mejores los tendremos!. Puedo asegurártelo, dime que iras, dime que iras por favor. A cambio te regalo una piedra!! Debes saber que yo voy a ser el rey de los osos panda!.
Tras esas palabras se giró al escuchar la voz de otra persona. Estuvo escuchando todo el momento sus palabras, sus ojos se abrieron como platos con una cara de felicidad enorme al escuchar lo que dijo. Quería jugar al pilla pilla. Zakashi no se iba a negar, amaba los juegos y mas ese .Cuando el hombre desapareció se giró de nuevo mirando a los otros dos y hablándoles pero a voces para que se ollera todo lo posible.
- Bien! Me pido el capitán! Debemos perseguir al señor Lord Sepia Markov!! Conde de la salsa inmoral!. Que no escape colegas! Al hombre herido que le jodan!! Y al restaurante le daremos una fogata con los sueños de los osos hormigueros!! Seguramente estará al norte ya que es un hombre de pelo negro!. Vamos tíos no podemos dejarle ganar! Yo voy a atraparle y después pillareis vosotros!!jajajajaja!! adelante compañeros de la fuerza de la amistad!! Jueza de buena fe de mis actos temerarios!!. Al abordaje! Mis ovejas!!
Zakashi salió corriendo en dirección al bosque con el puño levantado y riendo sin parar. Pensaba encontrarle le costara lo que le costara. Le había bautizado como Lord Sepia Markov, el conde de salsa inmoral y haría lo que fuera para encontrarle.
- Vamos!! Piedra papel o tijeras!!!
Ikaru
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Todo se estaba volviendo demasiado extraño. Me quede quieto, mirando como algunos revolucionarios se quedaban en una parte mas alta intentando buscar a quien acabo con la vida de todos los revolucionariso que estaban yaciendo en el suelo muertos. Y clara, pareció ser que a mi que realmente no tengo ni pinta de asesino ni de demente fue a quien preguntaron si había sido yo quien había causado todo este destrozo y estas muertes. Mas especificamente había sido un Revolucionario con un tono de habla demasiado formal para mi gusto y yo simplemente me puse a mirarle un poco apartando la mirada de el demente que tenia al lado mía y le conteste como siempre de forma algo alegre aunque aun vaga.
-Pues como veras...No no he sido yo si no tendría toda mi vestimenta llena de la sangre de estos pobres hombres...o lo que fuesen que hay cada uno, bueno como iba diciendo el que ha matado a tus compañeros...
No pude continuar por una interrupción...Si venida de el loco demente que se encontraba a mi lado, que había dicho hacer menos de un momento que quería jugar a los médicos con los revolucionarios y al que había intentado regañar sin causa ninguna. Comenzó a decir una tontería tras otra pero tenia una cara de niño ilusionado que me recordaba algo a mi niñez la verdad, siempre tan ilusionado por todo y queriendo ver masa y mas cosas sorprendentes. Pero el tío cambiaba de tema demasiado rápido, comenzó a hablarme sobre la medicina y termino por contarme algo de un restaurante. Realmente ni le estaba haciendo caso si no que estaba pensando en donde se podría haber escondido el murcielago ese para decirle también unas cuentas cosas pero mas a la cara...aunque intentase incarme el diente.
Y entonces fue cuando volvió a escena proponiéndonos un pequeño reto a todos. Aunque primero soltó un pequeño aviso para le viésemos por fin. Le mire fijamente algo mas serio que de costumbre y crují un poco el cuello y los puños antes de que comenzara a hablar tras mirarle. Comenzó a dar su pequeño reto...Teníamos que pillarle en menos de 3 horas e iría matando mas revolucionarios mientras que no lo capturásemos...un reto interesante, pero no quería correr el riesgo de ser atacado a si que tras ver como finalizaba use la aceleración de mi Sound para justamente y en un instante lanzarme sobre él... Aunque tuve mala suerte...Pues justo cuando ya estaba su lado en el tejado e iba a capturarle con la mano, se transformo en un murcielago de nuevo y huyo de la escena dejandome algo en ridículo.
Me apoye en el tejado y con un saltito baje...quedandome donde esta el anterior revolucionario que me había confundido con el autor de las muertes hacia ni hacia un momento.Le mire y despues observe como el loco demente salio a la caza de el "Vampiro". Lo veía una tontería pues un animal tan pequeñito no se vería demasiado bien el bosque...y si quería matar gente ¿La encontraría en el bosque? No seguramente no a si que me quede junto al revolucionario y le dije.
-Bueno...Parece que ese ha atacado a unos cuentos de tus compañeros, Era de esperar, la gente suele ser demasiado sanguinaria y no, no vayas a buscarle, se que volverá...por que entonces...si no viene...¿Cómo matara a los revolucionarios que pretende matar? Todo tiene algo de lógica, aunque realmente me la repanplifa este asunto, solo te aviso....¿Teneis algo que comer? tengo hambre y eso.
-Pues como veras...No no he sido yo si no tendría toda mi vestimenta llena de la sangre de estos pobres hombres...o lo que fuesen que hay cada uno, bueno como iba diciendo el que ha matado a tus compañeros...
No pude continuar por una interrupción...Si venida de el loco demente que se encontraba a mi lado, que había dicho hacer menos de un momento que quería jugar a los médicos con los revolucionarios y al que había intentado regañar sin causa ninguna. Comenzó a decir una tontería tras otra pero tenia una cara de niño ilusionado que me recordaba algo a mi niñez la verdad, siempre tan ilusionado por todo y queriendo ver masa y mas cosas sorprendentes. Pero el tío cambiaba de tema demasiado rápido, comenzó a hablarme sobre la medicina y termino por contarme algo de un restaurante. Realmente ni le estaba haciendo caso si no que estaba pensando en donde se podría haber escondido el murcielago ese para decirle también unas cuentas cosas pero mas a la cara...aunque intentase incarme el diente.
Y entonces fue cuando volvió a escena proponiéndonos un pequeño reto a todos. Aunque primero soltó un pequeño aviso para le viésemos por fin. Le mire fijamente algo mas serio que de costumbre y crují un poco el cuello y los puños antes de que comenzara a hablar tras mirarle. Comenzó a dar su pequeño reto...Teníamos que pillarle en menos de 3 horas e iría matando mas revolucionarios mientras que no lo capturásemos...un reto interesante, pero no quería correr el riesgo de ser atacado a si que tras ver como finalizaba use la aceleración de mi Sound para justamente y en un instante lanzarme sobre él... Aunque tuve mala suerte...Pues justo cuando ya estaba su lado en el tejado e iba a capturarle con la mano, se transformo en un murcielago de nuevo y huyo de la escena dejandome algo en ridículo.
Me apoye en el tejado y con un saltito baje...quedandome donde esta el anterior revolucionario que me había confundido con el autor de las muertes hacia ni hacia un momento.Le mire y despues observe como el loco demente salio a la caza de el "Vampiro". Lo veía una tontería pues un animal tan pequeñito no se vería demasiado bien el bosque...y si quería matar gente ¿La encontraría en el bosque? No seguramente no a si que me quede junto al revolucionario y le dije.
-Bueno...Parece que ese ha atacado a unos cuentos de tus compañeros, Era de esperar, la gente suele ser demasiado sanguinaria y no, no vayas a buscarle, se que volverá...por que entonces...si no viene...¿Cómo matara a los revolucionarios que pretende matar? Todo tiene algo de lógica, aunque realmente me la repanplifa este asunto, solo te aviso....¿Teneis algo que comer? tengo hambre y eso.
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Hiren observó como esa extraña, ¿persona? ¿ser? Salía volando en forma de murciélago hacia dentro del bosque. ¿Existen realmente los vampiros? Se preguntó. Pensaba que solo eran cuentos que les narraban de pequeños para infundirles miedo, pero parece ser que era verdad. Su padre le conto la existencia de frutas que daban poderes y podían alterar el cuerpo del sujeto que la consumía.
Sea como fuere se había alejado, pero su desafío no le proporcionaba demasiada confianza. ¿Si quiere matar revolucionarios, de verdad se marcha al bosque? Allí sería el último lugar donde los encontraría, pero bueno, allá él.
Hiren también vió salir corriendo detrás del vampiro al chico afectado por la locura, -es una pena, me gustaría conocerlo en otra circunstancia, parece un tipo interesante-,se dijo mientras giraba la cabeza para entablar conversación con el sujeto con cara de pasota:
-Si tienes hambre amigo, puedo cocinarte algo, lo hago diariamente para mis compañeros y tú serás uno más si quieres, ayudamos a cualquiera que vaya contra el gobierno, y tú, amigo, no creo que seas un shichibukai jajajaja- comentó y rió para amenizar un poco el ambiente.
De repente le vino a la cabeza un problema que áun no habían solucionado, ¡sus camaradas!, aún había uno que seguía herido:
-Si eres médico o sabes algo de primeros auxilios, ¿podrías ayudarme a salvarle la vida?-preguntó con prisas. No había tiempo que perder, pero más aún le preocupaba la posibilidad de que se convirtiera en un vampiro, si eso sucedería, el mismo le daría el descanso eterno.
Tras plantearle esa cuestión al chico que a su lado se situaba se dedicó a dar órdenes para la seguridad del perímetro:
-Dedicaros todos a organizar guardias en el campamento, que nadie vaya solo, no vaya a ser que aparezca de nuevo el enemigo y os mate sin que podáis dar la voz de alarma-dijo en voz alta, casi a gritos. Justo en el momento que gritaba esto apareció el líder de la base. No se trataba de una persona demasiado fuerte, había llegado allí manipulando a un sector de los revolucionarios, y amenazando y extorsionando a otros para que lo eligieran líder:
-Tu, Hiren, ¿te crees acaso el líder?¿Quién te ha dicho que puedes dar órdenes, gusano?-le dijo gritándole a la cara y escupiéndole. Acto seguido le proporciono un golpe con el revés de la mano que lo tiró al suelo y marchó mientras soltaba unas grotescas carcajadas.
-Ríe mientras puedas, maldito, dentro de poco pagarás todo lo que estás haciendo, aprovechándote de nosotros- dijo entre dientes, mientras se levantaba. Mientras se sacudía el polvo, le hizo una última cuestión al chico que acaba de conocer:
-¿Te apetecería ayudarme a acabar con esa maldita sabandija? Quedare en deuda contigo, amigo-dijo mientras le tendía la mano, con una expresión de confianza y una sonrisa en su rostro…
Sea como fuere se había alejado, pero su desafío no le proporcionaba demasiada confianza. ¿Si quiere matar revolucionarios, de verdad se marcha al bosque? Allí sería el último lugar donde los encontraría, pero bueno, allá él.
Hiren también vió salir corriendo detrás del vampiro al chico afectado por la locura, -es una pena, me gustaría conocerlo en otra circunstancia, parece un tipo interesante-,se dijo mientras giraba la cabeza para entablar conversación con el sujeto con cara de pasota:
-Si tienes hambre amigo, puedo cocinarte algo, lo hago diariamente para mis compañeros y tú serás uno más si quieres, ayudamos a cualquiera que vaya contra el gobierno, y tú, amigo, no creo que seas un shichibukai jajajaja- comentó y rió para amenizar un poco el ambiente.
De repente le vino a la cabeza un problema que áun no habían solucionado, ¡sus camaradas!, aún había uno que seguía herido:
-Si eres médico o sabes algo de primeros auxilios, ¿podrías ayudarme a salvarle la vida?-preguntó con prisas. No había tiempo que perder, pero más aún le preocupaba la posibilidad de que se convirtiera en un vampiro, si eso sucedería, el mismo le daría el descanso eterno.
Tras plantearle esa cuestión al chico que a su lado se situaba se dedicó a dar órdenes para la seguridad del perímetro:
-Dedicaros todos a organizar guardias en el campamento, que nadie vaya solo, no vaya a ser que aparezca de nuevo el enemigo y os mate sin que podáis dar la voz de alarma-dijo en voz alta, casi a gritos. Justo en el momento que gritaba esto apareció el líder de la base. No se trataba de una persona demasiado fuerte, había llegado allí manipulando a un sector de los revolucionarios, y amenazando y extorsionando a otros para que lo eligieran líder:
-Tu, Hiren, ¿te crees acaso el líder?¿Quién te ha dicho que puedes dar órdenes, gusano?-le dijo gritándole a la cara y escupiéndole. Acto seguido le proporciono un golpe con el revés de la mano que lo tiró al suelo y marchó mientras soltaba unas grotescas carcajadas.
-Ríe mientras puedas, maldito, dentro de poco pagarás todo lo que estás haciendo, aprovechándote de nosotros- dijo entre dientes, mientras se levantaba. Mientras se sacudía el polvo, le hizo una última cuestión al chico que acaba de conocer:
-¿Te apetecería ayudarme a acabar con esa maldita sabandija? Quedare en deuda contigo, amigo-dijo mientras le tendía la mano, con una expresión de confianza y una sonrisa en su rostro…
Derian Markov
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Derian caminó por la habitación en la que se encontraba pisando con cuidado. El suelo era de madera, y un descuido lo haría crujir revelando su presencia. El lugar era pobre y deprimente en su opinión, era un trastero destartalado casi vacío, en que sólo había un par de muebles simples y apolillados y un estante de armas vacío en una esquina. No era apropiado juzgar por la buhardilla, pero esos revolucionarios parecían más bien pobres. No era extraño en todo caso, por algo eran revolucionarios. Tras pasar este cruel pensamiento por su mente contuvo una risa y continuó avanzando. Cambió su mentalidad, entrando en la forma de actuar y pensar que solía adoptar cuando cazaba. Estaba totalmente en tensión, como un felino, atento a cualquier ruido u olor. Y no tardo en captar algo.
Escuchó ruidos y risotadas, así como pasos pesados. El revolucionario decía algo de un golpe y un tal Hiren, acompañado de risas y pullas. Después dijo que iba a por una cerveza a arriba. Derian cayó en la cuenta en ese momento de que el hombre estaba en el piso de abajo. No se daba acostumbrado a sus nuevos sentidos. Su fino oído le había permitido seguir la conversación como si se hubiese desarrollado en una habitación contigua, y no en otro lugar de la vivienda, separados por un entresuelo en lugar de únicamente un tabique.
Cayó en la cuenta además de que su presa se dirigiría al piso donde estaba él. Experimentó un subidón de adrenalina al constatar, por el ruido de pisadas, que sólo contaba de unos escasos segundos antes de que el hombre subiese. Decidió buscar el lugar donde guardaban la cerveza para tenderle una emboscada y matarlo. Salió de la habitación por la puerta entreabierta en silencio, y caminó por el pasillo siguiendo el aroma a fermento hasta una estancia que carecía de puerta, presumiblemente había sido arrancada de los goznes de cuajo. Aun había restos de las bisagras. A pesar del momento de tensión, no pudo evitar pensar que esos piojosos deberían haber reparado aquello. Entró en la estancia velozmente y se ocultó entre dos enormes barriles, agazapado.
El revolucionario era un hombre de mediana altura y algo imponente de cuerpo, aunque no demasiado musculoso. Tenía el pelo algo largo y castaño claro, y tarareaba una melodía mientras abría el grifo de un barril tumbado y se llenaba una jarra. Derian se agachó totalmente flexionando las rodillas y preparándose para saltar sobre él. Sus ojos rojos brillaban en la semioscuridad. El hombre, que no era otro que el líder de la base, se giró hacia él al ver algo.
- Hola, presa - dijo Derian fríamente.
El hombre dio un respingo y se le cayó la jarra. Comenzó a retroceder, pero resbaló entre los restos de cerámica y cerveza, y cayó de espaldas, dando un grito y golpeándose contra el suelo. Intentó incorporarse, sin embargo Derian fue más rápido y se puso sobre él. Con una mano le echó la cabeza hacia un lado, dejando el cuello al descubierto.
- Puedo escuchar tu corazón palpitar a toda velocidad, gritando muerto de miedo. La sangre fluyendo por tus venas es toda una melodía para mi.
El hombre gritó aterrorizado mientras los colmillos afilados como cuchillas descendían sobre el cuello del hombre. Para cuando los revolucionarios del piso de abajo hubieron subido, tan sólo vieron a su líder inconsciente en brazos de un hombre alto y pálido vestido de negro, de larga melena blanca. Derian le dio una patada a la pared de madera, reventándola, y saltó fuera del edificio.
Escuchó ruidos y risotadas, así como pasos pesados. El revolucionario decía algo de un golpe y un tal Hiren, acompañado de risas y pullas. Después dijo que iba a por una cerveza a arriba. Derian cayó en la cuenta en ese momento de que el hombre estaba en el piso de abajo. No se daba acostumbrado a sus nuevos sentidos. Su fino oído le había permitido seguir la conversación como si se hubiese desarrollado en una habitación contigua, y no en otro lugar de la vivienda, separados por un entresuelo en lugar de únicamente un tabique.
Cayó en la cuenta además de que su presa se dirigiría al piso donde estaba él. Experimentó un subidón de adrenalina al constatar, por el ruido de pisadas, que sólo contaba de unos escasos segundos antes de que el hombre subiese. Decidió buscar el lugar donde guardaban la cerveza para tenderle una emboscada y matarlo. Salió de la habitación por la puerta entreabierta en silencio, y caminó por el pasillo siguiendo el aroma a fermento hasta una estancia que carecía de puerta, presumiblemente había sido arrancada de los goznes de cuajo. Aun había restos de las bisagras. A pesar del momento de tensión, no pudo evitar pensar que esos piojosos deberían haber reparado aquello. Entró en la estancia velozmente y se ocultó entre dos enormes barriles, agazapado.
El revolucionario era un hombre de mediana altura y algo imponente de cuerpo, aunque no demasiado musculoso. Tenía el pelo algo largo y castaño claro, y tarareaba una melodía mientras abría el grifo de un barril tumbado y se llenaba una jarra. Derian se agachó totalmente flexionando las rodillas y preparándose para saltar sobre él. Sus ojos rojos brillaban en la semioscuridad. El hombre, que no era otro que el líder de la base, se giró hacia él al ver algo.
- Hola, presa - dijo Derian fríamente.
El hombre dio un respingo y se le cayó la jarra. Comenzó a retroceder, pero resbaló entre los restos de cerámica y cerveza, y cayó de espaldas, dando un grito y golpeándose contra el suelo. Intentó incorporarse, sin embargo Derian fue más rápido y se puso sobre él. Con una mano le echó la cabeza hacia un lado, dejando el cuello al descubierto.
- Puedo escuchar tu corazón palpitar a toda velocidad, gritando muerto de miedo. La sangre fluyendo por tus venas es toda una melodía para mi.
El hombre gritó aterrorizado mientras los colmillos afilados como cuchillas descendían sobre el cuello del hombre. Para cuando los revolucionarios del piso de abajo hubieron subido, tan sólo vieron a su líder inconsciente en brazos de un hombre alto y pálido vestido de negro, de larga melena blanca. Derian le dio una patada a la pared de madera, reventándola, y saltó fuera del edificio.
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El pelirrojo seguía corriendo llegando a un bosque cercano. Debía encontrar a aquel hombre si o si. Su mirada era sádica y alocada pues su misión principal era ser el mejor de los que había allí. Sus ovejas como él las llamaba ahora no parecían seguirle. Aún así Zakashi estaba dispuesto a capturar al tal Sepia Markov como le había sonado cuando este se presentó. Se estaba cansando de correr por lo que se puso mejor a andar con la lengua fuera del agotamiento que sentía en ese momento. Se fijó en uno de los árboles y dio un salto agarrándose a una de las ramas, con fuerza consiguió agarrarse a otra con una mano y subir a esta. Una vez allí arriba puso sus rodillas flexionadas y dio un enorme salto a la siguiente rama agarrándose con ambas manos y subiendo. Esta le costó más que el anterior debido ya al esfuerzo físico. Tras unos minutos cortos que serian unos dos o tres consiguió subir a la copa de al árbol cuando de repente se quedó callado y pensativo y dijo para si mismo en un tono calmado y serio.
- ¿Se puede saber que estoy haciendo yo aquí?.
Se le había olvidado por completo el motivo por el que había subido a dicho árbol y estaba algo confuso. Se quedó unos segundos reflexionando allí arriba cuando resbalo y estuvo a punto de caer. Por suerte se agarró a la rama de al lado que era bastante dura debido a que aguanto su peso y así se pudo librar de haberse roto algo o haberse matado. Eran diez metros lo que había hasta el suelo y no iba a perder la vida allí. Tras unos segundos se acordó de lo que hacía en el árbol. Se había subido a comprobar si desde arriba podía ver al hombre que buscaba pero no vio nada. Solo veía el mar a lo lejos y las casas de la parte sur. No había mucho más que mirar desde allí arriba. Suspiró y con cuidado empezó a descender rama por rama hasta bajar por completo del árbol. No tenía ni idea de a donde dirigirse a buscar y los otros no le habían seguido. ``ovejas cobardes`` pensaba él. Se dirigió caminando al lugar donde estaban anteriormente pero no parecía haber nadie. Aburrido se tumbo junto al edificio en pleno suelo sin importarle marcharse y se puso a observar el cielo con tranquilidad. Dio un enorme bostezo y cerró sus ojos decidido a echarse una cabezadita. Menos mal que no se durmió ya que sintió un gran estruendo. Abrió los ojos y pudo ver como trozos de madera se le venían encima. Este en acto reflejo giró rápidamente con gran agilidad. Dichos trozos le cayeron al lado y algo asustado miro al lugar de donde vinieron. De allí pudo ver saltar al tal ``Sepia`` como él le llamaba y su sonrisa salió a la luz colocándose de pie. No perdió más tiempo en mirarlo y sonrió gritándole desde su posición.
- Por Sepia! Te he pillado! Es solo con mirar no con tocar así que te cogí jajajaja!! ¿Te habías escondido allí arriba? Que tío mas listo!
- ¿Se puede saber que estoy haciendo yo aquí?.
Se le había olvidado por completo el motivo por el que había subido a dicho árbol y estaba algo confuso. Se quedó unos segundos reflexionando allí arriba cuando resbalo y estuvo a punto de caer. Por suerte se agarró a la rama de al lado que era bastante dura debido a que aguanto su peso y así se pudo librar de haberse roto algo o haberse matado. Eran diez metros lo que había hasta el suelo y no iba a perder la vida allí. Tras unos segundos se acordó de lo que hacía en el árbol. Se había subido a comprobar si desde arriba podía ver al hombre que buscaba pero no vio nada. Solo veía el mar a lo lejos y las casas de la parte sur. No había mucho más que mirar desde allí arriba. Suspiró y con cuidado empezó a descender rama por rama hasta bajar por completo del árbol. No tenía ni idea de a donde dirigirse a buscar y los otros no le habían seguido. ``ovejas cobardes`` pensaba él. Se dirigió caminando al lugar donde estaban anteriormente pero no parecía haber nadie. Aburrido se tumbo junto al edificio en pleno suelo sin importarle marcharse y se puso a observar el cielo con tranquilidad. Dio un enorme bostezo y cerró sus ojos decidido a echarse una cabezadita. Menos mal que no se durmió ya que sintió un gran estruendo. Abrió los ojos y pudo ver como trozos de madera se le venían encima. Este en acto reflejo giró rápidamente con gran agilidad. Dichos trozos le cayeron al lado y algo asustado miro al lugar de donde vinieron. De allí pudo ver saltar al tal ``Sepia`` como él le llamaba y su sonrisa salió a la luz colocándose de pie. No perdió más tiempo en mirarlo y sonrió gritándole desde su posición.
- Por Sepia! Te he pillado! Es solo con mirar no con tocar así que te cogí jajajaja!! ¿Te habías escondido allí arriba? Que tío mas listo!
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El revolucionario que estaba a mi lado no parecía un mal tipo.Tras preguntarle si podría comer algo me contesto bastante afectuoso de forma que me agrado bastante, invitandome a comer algo preparado de sus propias manos, un gesto bastantedesinteresado y agradable. Me quede mirándole un momento tras que me dijese que servían cualquiera que fuese en contra del gobierno...La verdad es que yo no tenia ninguna hostilidad hacia ese tal gobierno mundial, ya que de por si ellos no me habían hecho nada hasta ahora pero tampoco me importaba destruirlo si lo necesitaba para alguno de mis planes futuros. Tras ese pequeño ofrecimiento del revolucionario me pregunto otra cosa, si simplemente sabia algo de medicina para salvar a su compañero herido. Asentí con la cabeza y fui directo hacia ese compañero y agachandome tocando sus heridas y examinandolas.
-Uff...La herida es demasiado profunda... Necesita algo mas que primeros auxilios, en cuanto le ponga las vendas hay que llevarlo a alguna enfermería donde haya material quirúrgico, de mientras puedo retrasar su perdida de sangre y demás pero no puedo hacer mucho por este chaval.
Tras eso de mi bolsillo saque algo de alcohol desinfectante y también unas vendas que tenia enrolladas a una pequeño palo de madera que había ido reuniendo, como si fuese un pequeño quit de primeros auxilios. Comencé a cerrarle las heridas con las vendas y a desinfectarlas con el alcohol...se pudo escuchar el grito por el escozor, era algo mas que normal en estos momentos, tras ver como había terminado de vendarle hice indicaciones para que se lo llevaran, pero entonces apareció lo que parecía ser un gran idiota, o lo que parecía ser el líder. Primero le dijo unas cuantas palabras a el revolucionario que me había ofrecido comida y tras eso le arreo un buen golpe tras que lo que todo el mundo comenzó a reírse al igual que el que tras eso comenzó a andar y se fue a lo que parecía...ir a tomar un aperitivito.
Hiren, que parecía que a si se llamaba el revolucionario, me hizo una buena cuestión y era matar a el tipejo que le había atacado y que parecía ser el líder...lo recapacite un buen momento y le mire a la cara de nuevo y conteste algo mas serio que de construmbre.
-No creo que haga falta darle su merecido...o al menos nosotros...esta yendo solo a un lugar alejado y el vampirito esta por aqui...en palabras de Mashiro, el esta totalmente muerto ya.
Y a si fue por en seguida se escucho un grito que no parecía venir de muy lejos. Mire hacia el lugar de el que procedía el sonido y me dirigí rápidamente hacia el lugar...lo que parecía ser una bodega donde beber y tomarse algo. Y allí estaban los dos, el Vampirito y el líder idiota, uno muerto...y el otro no tan muerto.Desenvaine una de mis katanas sin vacilar y tras eso el rostro pálido de una patada rompió la pared intentando salir del lugar y yo rápidamente salte tras de el, casi alcanzandolo, lo tenia cerca muy cerca pero en cualquier momento podría transformarse en murcielago de nuevo y escapar a si que actué lo mas rápido que pude y pronunciando desde mi boca unas simples palabras :" Corte energético" para ser mas exactos y haciendo un leve giro de brazo lanzando unas estoscada contra el de forma vertical de la cual salio una gran onda de energía que iba directo a uno de sus brazos. La onda iba a una gran velocidad incluso inseguible para algunos ojos poco entrenados a si que no esperaba que la esquivase.
Excalibur[AI]
-Uff...La herida es demasiado profunda... Necesita algo mas que primeros auxilios, en cuanto le ponga las vendas hay que llevarlo a alguna enfermería donde haya material quirúrgico, de mientras puedo retrasar su perdida de sangre y demás pero no puedo hacer mucho por este chaval.
Tras eso de mi bolsillo saque algo de alcohol desinfectante y también unas vendas que tenia enrolladas a una pequeño palo de madera que había ido reuniendo, como si fuese un pequeño quit de primeros auxilios. Comencé a cerrarle las heridas con las vendas y a desinfectarlas con el alcohol...se pudo escuchar el grito por el escozor, era algo mas que normal en estos momentos, tras ver como había terminado de vendarle hice indicaciones para que se lo llevaran, pero entonces apareció lo que parecía ser un gran idiota, o lo que parecía ser el líder. Primero le dijo unas cuantas palabras a el revolucionario que me había ofrecido comida y tras eso le arreo un buen golpe tras que lo que todo el mundo comenzó a reírse al igual que el que tras eso comenzó a andar y se fue a lo que parecía...ir a tomar un aperitivito.
Hiren, que parecía que a si se llamaba el revolucionario, me hizo una buena cuestión y era matar a el tipejo que le había atacado y que parecía ser el líder...lo recapacite un buen momento y le mire a la cara de nuevo y conteste algo mas serio que de construmbre.
-No creo que haga falta darle su merecido...o al menos nosotros...esta yendo solo a un lugar alejado y el vampirito esta por aqui...en palabras de Mashiro, el esta totalmente muerto ya.
Y a si fue por en seguida se escucho un grito que no parecía venir de muy lejos. Mire hacia el lugar de el que procedía el sonido y me dirigí rápidamente hacia el lugar...lo que parecía ser una bodega donde beber y tomarse algo. Y allí estaban los dos, el Vampirito y el líder idiota, uno muerto...y el otro no tan muerto.Desenvaine una de mis katanas sin vacilar y tras eso el rostro pálido de una patada rompió la pared intentando salir del lugar y yo rápidamente salte tras de el, casi alcanzandolo, lo tenia cerca muy cerca pero en cualquier momento podría transformarse en murcielago de nuevo y escapar a si que actué lo mas rápido que pude y pronunciando desde mi boca unas simples palabras :" Corte energético" para ser mas exactos y haciendo un leve giro de brazo lanzando unas estoscada contra el de forma vertical de la cual salio una gran onda de energía que iba directo a uno de sus brazos. La onda iba a una gran velocidad incluso inseguible para algunos ojos poco entrenados a si que no esperaba que la esquivase.
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Tras las palabras de amabilidad del que por ahora sería su compañero en su camino en el golpe de estado al comandante de la base vio cómo se acercaba al camarada que yacía tumbado en el suelo, con la mano en su garganta, herido y malherido. Sus ojos reflejaban el miedo a la muerte, como si pidiera auxilio, aferrarse a la vida. El joven doctor se acercó a él y tras examinarlo dio un diagnóstico muy claro:
“-Necesitamos material quirúrgico”-resumió tras comprobar la profundidad de la herida.
-Tenemos una sala financiada con fondos del gobierno para casos de este tipo-dijo Hiren esbozando una sonrisa burlona refiriéndose al robo de artilugios de operaciones que la regencia de la ciudad almacenaba en grandes almacenes a las afueras de la ciudad de la parte norte.
-Vosotros dos, encargaros de llevar a nuestro amigo a la sala de procedimientos quirúrgicos mientras yo hablo con nuestro nuevo amigo-manifestó a dos jóvenes cadetes que por allí rondaban, fruto de la curiosidad por el ruido provocado.
Tras esto comenzó a relatarle un plan para hacerse con el cargo de líder del campamento revolucionario.
-Lo primero será mandar una carta desafiando al líder del campamento de forma anónima, de forma que cuando este salga fuera del perímetro lo emboscaremos para matarlo. Por supuesto, se le dará la oportunidad de defenderse, no quiero que en mi conciencia quede una voz de por vida en la que
no di la opción de supervivencia a una persona con cierto déficit mental- narró burlándose de la ignorancia que mandaba en la base. Pero su plan se fue al traste cuando vio salir volando a Carroll, el jefe del cuartel a través de una ventana de madera;
-Mira que bien, el estirado del vampiro acaba de ahorrarnos mucho trabajo-comentó mientras desenvainaba agarraba el cuchillo de su compañero yaciente en el suelo y se lo lanzaba como quien busca acertar en el centro de una diana y conseguir así la máxima puntuación.
-¡Veamos como esquivas esto monstruo del aver…!- pero no pudo completar la frase. Conforme el cuchillo se dirigía hacia la pierna un mensaje de alerta lo interrumpió,de parte de uno de los guardianes que a las afueras del campamento se escondían en los árboles para dar la voz de alarma en caso de ataques enemigos:
-¡Se acerca una patrulla de marines!- chilló a los allí reunidos.
“Parece que se acumulan los problemas”-murmuró Hiren para sus adentros. “Parece ser que debemos de encargarnos de esos fisgones antes de que nos descubran” pensó Hiren. Dandose la vuelta volvió a desenvainar la espada y comentó a forma de sugerencia a su nuevo amigo, que acababa de lanzar un devastador ataque contra el vampiro:
-Se acercan marines, voy a acabar con ellos en lo que tú te comes los entrantes de la comida, si acabas pronto quizás te deje probar un poco del primer plato- expresó Hiren sonriendo mientras se lanzaba a por los enemigos que en pocos minutos llegarían.
El joven rubio se dirigió hacia el bosque, subiéndose a un árbol para tenderles una emboscada, “ un, dos, un, dos” iba recitando conforme escalaba aquella enorme encina.
Al poco apareció la patrulla, alertada por los sonidos y gritos que sonaban a la redonda del campamento:
-¡Aquí es donde hemos escuchado los alaridos y bramidos, seguro que hay alguna pelea, a por ellos marines!- arengaba el que parecía el líder de la expedición. Un metro ochenta, unos noventa kilogramos, sí, sería un buen oponente para Hiren. Este, impaciente por entrar en combate se lanzó con furia desmedida hacia sus oponentes, mostrando una sonrisa burlona mientras empuñaba su estoque en la mano derecha.
-¡Vosotros sereis mis oponentes marines!-dijo mientras lanzaba varios cortes a dos marines que con gesto de insuficiencia caían uno tras otro, imponentes por no poder hacer nada.
Mientras Hiren pensaba que el combate iba a ser pan comido, “solo quedan ocho y el jefe” pensó conforme se ponía en posición de defensa, apuntando con la palma izquierda hacia su siguiente objetivo y con la mano que blandía el estoque lo ponía en alto por encima de su cabeza, enfilando al que sería su siguiente objetivo. Más de repente le entró sensación de preocupación, cuando al mirar a un árbol que a su lado se encontraba observó como el loco que antes había conocido se encontraba en lo alto de la copa;
-Lo que faltaba, ahora el demente se unirá a la fiesta- suspiró mientras se dirigía hacia su siguiente objetivo…
“-Necesitamos material quirúrgico”-resumió tras comprobar la profundidad de la herida.
-Tenemos una sala financiada con fondos del gobierno para casos de este tipo-dijo Hiren esbozando una sonrisa burlona refiriéndose al robo de artilugios de operaciones que la regencia de la ciudad almacenaba en grandes almacenes a las afueras de la ciudad de la parte norte.
-Vosotros dos, encargaros de llevar a nuestro amigo a la sala de procedimientos quirúrgicos mientras yo hablo con nuestro nuevo amigo-manifestó a dos jóvenes cadetes que por allí rondaban, fruto de la curiosidad por el ruido provocado.
Tras esto comenzó a relatarle un plan para hacerse con el cargo de líder del campamento revolucionario.
-Lo primero será mandar una carta desafiando al líder del campamento de forma anónima, de forma que cuando este salga fuera del perímetro lo emboscaremos para matarlo. Por supuesto, se le dará la oportunidad de defenderse, no quiero que en mi conciencia quede una voz de por vida en la que
no di la opción de supervivencia a una persona con cierto déficit mental- narró burlándose de la ignorancia que mandaba en la base. Pero su plan se fue al traste cuando vio salir volando a Carroll, el jefe del cuartel a través de una ventana de madera;
-Mira que bien, el estirado del vampiro acaba de ahorrarnos mucho trabajo-comentó mientras desenvainaba agarraba el cuchillo de su compañero yaciente en el suelo y se lo lanzaba como quien busca acertar en el centro de una diana y conseguir así la máxima puntuación.
-¡Veamos como esquivas esto monstruo del aver…!- pero no pudo completar la frase. Conforme el cuchillo se dirigía hacia la pierna un mensaje de alerta lo interrumpió,de parte de uno de los guardianes que a las afueras del campamento se escondían en los árboles para dar la voz de alarma en caso de ataques enemigos:
-¡Se acerca una patrulla de marines!- chilló a los allí reunidos.
“Parece que se acumulan los problemas”-murmuró Hiren para sus adentros. “Parece ser que debemos de encargarnos de esos fisgones antes de que nos descubran” pensó Hiren. Dandose la vuelta volvió a desenvainar la espada y comentó a forma de sugerencia a su nuevo amigo, que acababa de lanzar un devastador ataque contra el vampiro:
-Se acercan marines, voy a acabar con ellos en lo que tú te comes los entrantes de la comida, si acabas pronto quizás te deje probar un poco del primer plato- expresó Hiren sonriendo mientras se lanzaba a por los enemigos que en pocos minutos llegarían.
El joven rubio se dirigió hacia el bosque, subiéndose a un árbol para tenderles una emboscada, “ un, dos, un, dos” iba recitando conforme escalaba aquella enorme encina.
Al poco apareció la patrulla, alertada por los sonidos y gritos que sonaban a la redonda del campamento:
-¡Aquí es donde hemos escuchado los alaridos y bramidos, seguro que hay alguna pelea, a por ellos marines!- arengaba el que parecía el líder de la expedición. Un metro ochenta, unos noventa kilogramos, sí, sería un buen oponente para Hiren. Este, impaciente por entrar en combate se lanzó con furia desmedida hacia sus oponentes, mostrando una sonrisa burlona mientras empuñaba su estoque en la mano derecha.
-¡Vosotros sereis mis oponentes marines!-dijo mientras lanzaba varios cortes a dos marines que con gesto de insuficiencia caían uno tras otro, imponentes por no poder hacer nada.
Mientras Hiren pensaba que el combate iba a ser pan comido, “solo quedan ocho y el jefe” pensó conforme se ponía en posición de defensa, apuntando con la palma izquierda hacia su siguiente objetivo y con la mano que blandía el estoque lo ponía en alto por encima de su cabeza, enfilando al que sería su siguiente objetivo. Más de repente le entró sensación de preocupación, cuando al mirar a un árbol que a su lado se encontraba observó como el loco que antes había conocido se encontraba en lo alto de la copa;
-Lo que faltaba, ahora el demente se unirá a la fiesta- suspiró mientras se dirigía hacia su siguiente objetivo…
Derian Markov
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Mientras Derian saltaba, vio llegar a uno de los chicos de antes, el cual ya había estado a punto de atraparle en el tejado de la casa de antes. Era indudablemente veloz, y sería un gran problema. Entonces escuchó unos gritos desquiciados a sus pies. Era el loco pelirrojo de antes. "Mierda... me han rodeado." El chico saltó tras él con determinación. Hizo un gesto con la mano, y un a onda extraña y fina de energía salió hacia él. Gracias a su increíble fuerza de vampiro, movió en el aire al líder rebelde como si fuese un muñeco de trapo y lo usó para bloquear el corte. El hombre chilló mientras el ataque le cortaba la espada, alcanzándole la columna y casi partiéndosela. Si sobrevivía, era hombre no volvería a andar. Sin embargo, el golpe fue tan fuerte que impulsó al líder hacia abajo, aplastando a Derian. Por una casualidad del destino, al impulsarle a más velocidad de la caía originalmente el golpe, un cuchillo dirigido hacia él pasó por encima suya. El golpe al caer fue en la espalda y bastante doloroso, pero no era tan frágil como un humano. De un veloz gesto de brazo apartó a un lado al moribundo y rodó hacia el lado contrario al que estaba el demente. El chico caía hacia el suelo mientras. Con una sonrisa sangrienta (Literalmente, la sangre fresca le chorreaba por la boca) se transformó en murciélago y echó a volar velozmente, ascendiendo en el aire y alejándose. No podía enfrentarse a dos oponentes siendo de día, y menos al chico de las ondas cortantes.
- Aprovecharé para observar los alrededores.
Ascendió en el aire algo más de una decena de metros y comenzó a observar. Una patrulla de marines combatía contra el otro joven de antes en la entrada principal del refugio. Pero eso no era todo. Un grupo de seis marines más se acercaba por el flanco izquierdo, y el ruido había atraído a un segundo grupo, esta vez de andrajosos que probablemente serían bandidos, al pequeño conjunto de casas. Los bandidos huirían al ver marines, posiblemente.
- Me parece que me mantendré al margen de momento, y observaré el curso de los acontecimientos - dijo.
- Aprovecharé para observar los alrededores.
Ascendió en el aire algo más de una decena de metros y comenzó a observar. Una patrulla de marines combatía contra el otro joven de antes en la entrada principal del refugio. Pero eso no era todo. Un grupo de seis marines más se acercaba por el flanco izquierdo, y el ruido había atraído a un segundo grupo, esta vez de andrajosos que probablemente serían bandidos, al pequeño conjunto de casas. Los bandidos huirían al ver marines, posiblemente.
- Me parece que me mantendré al margen de momento, y observaré el curso de los acontecimientos - dijo.
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Zakashi había observado como el Conde Sepia caía a toda velocidad por el peso de un segundo hombre al cual había usado de escudo humano. Tras eso cayó al suelo y rodó hacia el lado contrario del pelirrojo convirtiéndose en un murciélago. El cazador no se esperaba eso para nada sus ojos no salían de su asombro. Por si fuera poco escuchaba ruidos de donde había venido. Marines fue lo que observo y encima acudían más. Zakashi no le agradaban mucho y los marines y al estar él en la zona de aquel asesinato podrían echarle algún tipo de culpa. No era algo que le importara pero no iba a dejarse como un tonto. Se acerco al cadáver que había en el suelo. El mismo que aquel hombre había asesinado o mejor dicho usado de escudo humano ante el ataque del otro chico. Con una sonrisa sádica se acerco a este despacio y sacó de su cajeta izquierda una aguja plateada de quince centímetros con la cual pincho en los ojos de dicho hombre. Empezó por el derecho y después con el izquierdo. Una vez hecho esto levantó la aguja al aire donde en ella estaban ensartados los dos ojos de aquel hombre que había fallecido. Tras eso dio una voz con todas sus fuerzas para que todos le escucharan y vieran lo que tenía en la mano
- Tengo un pinchito de bacalao!! ¿ quién quiere el pinchito?. Que traigan las campanas! Que suenen las trompetas! Si! Que grite todo el pueblo! Llegan los marines! El cielo se ilumina! El dios de las ovejas ha vuelto! Seré el rey de los pandas! Y nadie podrá evitarlo! Lo juro por este pinchito de bacalao! Uooo!!
Tras esos gritos el chalado salió corriendo hacia la zona de casas destruidas y pobres. Reía como loco por el camino. Uno de los marines que estaban acercándose se atrevió a seguirlo. Zakashi sonreía a mientras corría a pleno pulmón. Tras unos dos minutos no podía más y se metió por uno de los callejones donde descubrió que este no tenia salida alguna. Con una sonrisa despreocupada llevó la aguja hasta su boca donde se metió uno de los ojos en ella. Lo masticó un minuto al menos y después lo tragó. No estaba bueno ni sabia a bacalao pero tampoco le resulto un sabor desagradable. Un grito se pudo escuchar a su espalda. Este se giró con suavidad metiéndose el otro ojo en la boca y masticándolo para finalmente tragarlo también con una mueca de desagrado. Frente a él había un marine. El marine observaba asqueado lo que este había hecho y salió corriendo a por él con su espada pues sabía que no atendería a razones. Zakashi con esa misma aguja la lanzo a toda velocidad contra el cráneo de aquel hombre en el cual se clavó llegando a tocar su cerebro y produciéndole la muerte en el acto. Tras eso Zakashi se acercó a dicho hombre y sonrió sacándole la aguja y guardándola en su cartuchera.
- Que conste que empezaste tu… y a ti no te tocaba pillar..
- Tengo un pinchito de bacalao!! ¿ quién quiere el pinchito?. Que traigan las campanas! Que suenen las trompetas! Si! Que grite todo el pueblo! Llegan los marines! El cielo se ilumina! El dios de las ovejas ha vuelto! Seré el rey de los pandas! Y nadie podrá evitarlo! Lo juro por este pinchito de bacalao! Uooo!!
Tras esos gritos el chalado salió corriendo hacia la zona de casas destruidas y pobres. Reía como loco por el camino. Uno de los marines que estaban acercándose se atrevió a seguirlo. Zakashi sonreía a mientras corría a pleno pulmón. Tras unos dos minutos no podía más y se metió por uno de los callejones donde descubrió que este no tenia salida alguna. Con una sonrisa despreocupada llevó la aguja hasta su boca donde se metió uno de los ojos en ella. Lo masticó un minuto al menos y después lo tragó. No estaba bueno ni sabia a bacalao pero tampoco le resulto un sabor desagradable. Un grito se pudo escuchar a su espalda. Este se giró con suavidad metiéndose el otro ojo en la boca y masticándolo para finalmente tragarlo también con una mueca de desagrado. Frente a él había un marine. El marine observaba asqueado lo que este había hecho y salió corriendo a por él con su espada pues sabía que no atendería a razones. Zakashi con esa misma aguja la lanzo a toda velocidad contra el cráneo de aquel hombre en el cual se clavó llegando a tocar su cerebro y produciéndole la muerte en el acto. Tras eso Zakashi se acercó a dicho hombre y sonrió sacándole la aguja y guardándola en su cartuchera.
- Que conste que empezaste tu… y a ti no te tocaba pillar..
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Las alarmas sonaron con fuerza mientras que continuaba caminando detrás de el estúpido vampiro al que hace nada mas y nada menos que unos pocos segundos había lanzado una de mis atronadoras ondas de energía que si le acertaban podría considerarse por atrapado al menos esta vez. Pero como normalmente me ocurría, no tuve nada de suerte y no fije que el vampirito saltimtinpanquis había salido de allí junto al cuerpo de el líder que realmente parecía que seguía vivo, ironías del destino por esta vez, y gracias a su hablidad fue capaz de defenderse de mi ofensiva poniendo simplemente el cuerpo de este delante, haciendo que el ataque le impactase totalmente en la columna y partiendosela, matándole seguramente. El impacto hizo que adquiriese una gran fuerza y arrollase a el vampiro haciéndole caer al suelo y a la vez esquivando uno de los cuchillos que había lanzado el compañero revolucionario que me había seguido. No sabia como había podido mantener mi ritmo el tampoco, pero no me preocupaba pues no iba a ser mi enemigo de momento. Continué corriendo hacia el vampiro esta vez tirado en el suelo debajo de el cuerpo inerte de el jefe corrupto de los revolucionarios.
Escuche de nuevo la voz de mi compañero revolucionario, parecía que quería decirme que los marines había entrado en la base y que iba a ir a enfrentarse a ellos, no quería dejarle solo por si algo le pasaba, pero no podia desaprovechar esta oportunidad para poder pillar a el ser sobrenatural asesino, ya estaba muy cerca de el y me relaje demasiado para esta vez por lo que fui corriendo normalmente en vez de usar mi sound para alcanzarlo enseguida, mala decisión. El tipejo tras quitarse de encima el pobre líder revolucionario se convirtió de nuevo en vampiro y hecho a volar como hizo en anteriores ocasiones. Se me habia escapado de las manos otra y no creía que volviese.
-Tsk...Se volvió a escapar, tengo que pensar en como atraparle de nuevo, aunque primero tendría que deshacerme de los marines que han apareció, sera divertido vencer a unos cuantos jejeje, según las alarmas están atacando tanto en la entrada principal que si mal no recuerdo...esta Hiren peleando con ellos... a si que iré por el lado izquierdo que de seguro hay algunos pocos que pueda matar con mis propias manos.
Fui directo hacia la entrada que se encontraba en lado izquierdo de toda la base. Me costo un poco encontrarla pero por los ruidos de la batalla fui capaz de llegar hasta ella. Allí había dos revolucionarios peleando contra 6 marines...justo cuando llegue uno de esos revolucionarios fue asesinado por dos marines que le clavaron sus espadas a la vez( Si, se que suena bastante mal) . El otro el solo tampoco duro muchas tiempo que 1 minutillo. Me quede observándoles, no quería salvarlos, solo quería ver de lo que era capaces lo marines...nada del otro mundo. Había otro marine que tenia alguna que otra conmemoración en su traje y parecía ser quien los dirigía. Me acerque poco a poco a ellos mirándolos, ellos también me miraban y me pintaban con sus espadas, al menos 4 por que los otros 2 estaban a apuntándome con sus armas de fuego, entonces hable.
-Bueno, chicos, que sepáis que no tengo ningún problema con vosotros, pero el hecho de que estáis intentando matar y apuntándome con vuestras armas hace que tenga que daros un pequeños escarmiento jejej no os lo toméis a mal ¿eh?,que os conozco jajajaj
Entonces usando mi sound me posicione justamente delante de uno de los marines y le lance un buen golpe en el estomago haciéndole caer al suelo bastante dolorido, después esquive con gran facilidad una de las espadas que intentaba cortarme verticalmente y salte un momento pegando un patada giratoria y dándole en la cabeza a otro de los dos marines, estaba siendo coser y cantar. Me volví a alejar y vi como ellos volvían a levantarse y me insultaban entre dientes como podían...nunca aprenderían...
Escuche de nuevo la voz de mi compañero revolucionario, parecía que quería decirme que los marines había entrado en la base y que iba a ir a enfrentarse a ellos, no quería dejarle solo por si algo le pasaba, pero no podia desaprovechar esta oportunidad para poder pillar a el ser sobrenatural asesino, ya estaba muy cerca de el y me relaje demasiado para esta vez por lo que fui corriendo normalmente en vez de usar mi sound para alcanzarlo enseguida, mala decisión. El tipejo tras quitarse de encima el pobre líder revolucionario se convirtió de nuevo en vampiro y hecho a volar como hizo en anteriores ocasiones. Se me habia escapado de las manos otra y no creía que volviese.
-Tsk...Se volvió a escapar, tengo que pensar en como atraparle de nuevo, aunque primero tendría que deshacerme de los marines que han apareció, sera divertido vencer a unos cuantos jejeje, según las alarmas están atacando tanto en la entrada principal que si mal no recuerdo...esta Hiren peleando con ellos... a si que iré por el lado izquierdo que de seguro hay algunos pocos que pueda matar con mis propias manos.
Fui directo hacia la entrada que se encontraba en lado izquierdo de toda la base. Me costo un poco encontrarla pero por los ruidos de la batalla fui capaz de llegar hasta ella. Allí había dos revolucionarios peleando contra 6 marines...justo cuando llegue uno de esos revolucionarios fue asesinado por dos marines que le clavaron sus espadas a la vez( Si, se que suena bastante mal) . El otro el solo tampoco duro muchas tiempo que 1 minutillo. Me quede observándoles, no quería salvarlos, solo quería ver de lo que era capaces lo marines...nada del otro mundo. Había otro marine que tenia alguna que otra conmemoración en su traje y parecía ser quien los dirigía. Me acerque poco a poco a ellos mirándolos, ellos también me miraban y me pintaban con sus espadas, al menos 4 por que los otros 2 estaban a apuntándome con sus armas de fuego, entonces hable.
-Bueno, chicos, que sepáis que no tengo ningún problema con vosotros, pero el hecho de que estáis intentando matar y apuntándome con vuestras armas hace que tenga que daros un pequeños escarmiento jejej no os lo toméis a mal ¿eh?,que os conozco jajajaj
Entonces usando mi sound me posicione justamente delante de uno de los marines y le lance un buen golpe en el estomago haciéndole caer al suelo bastante dolorido, después esquive con gran facilidad una de las espadas que intentaba cortarme verticalmente y salte un momento pegando un patada giratoria y dándole en la cabeza a otro de los dos marines, estaba siendo coser y cantar. Me volví a alejar y vi como ellos volvían a levantarse y me insultaban entre dientes como podían...nunca aprenderían...
pannini69
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Nuevas divisiones de marines se dirigían hacia su posición. “Seguro que el ruido los ha alertado” decía mientras prestaba atención al combate. Él se estaba encargando de la división que entraba por el centro del bosque, mientras que Ikaru se encargaba de otro de los grupos que se acercaban por los flancos del campamento. “No tardará demasiado en acabar con ellos” murmuró mientras ladeaba la cabeza distraído con sus ojos mirando hacia arriba y arqueando la ceja derecha.
-¿Tanto nos menosprecias que ni nos prestas atención, maldito revolucionario? Acabaremos con tu piojoso campamento en cuanto demos la voz de alarma, ¡toda la marina de la ciudad se reunirá aquí para ensartar como a perros vagabundos a tus amigos!-gritaba exaltado aquel marine realizando paralelamente una sonora carcajada, que más pareciera un cerdo que una persona. Tras escuchar la risa de aquel oficial Hiren se echó a reír por cómo había sonado aquella amenaza.
-Maldito anárquico, ¡muere!-dijo mientras empuñaba una espada de un material negro que pareciera ser kairoseki.
Hiren, alertado por la acción del enemigo dejó de mofarse de su adversario y con un hábil movimiento esquivó el espadazo del marine.
-Un poco lento, además yo no soy un usuario-sonrió el joven rubio. Tras esto alzo su mano derecha empuñando su estoque y mostrando un gesto de suficiencia en su cara susurró unas palabras.
“-Nodo”-dijo mientras lanzaba veloces golpes a su rival. El primero de ellos se dirigió a la rodilla, el segundo lo alcanzó en el codo y el tercero fue directo hacia el cuello del oficial. Este, sorprendido por la velocidad de Hiren se retiró justo a tiempo de recibir el golpe mortal en la garganta, que de seguro lo habría matado.
-¡Maldito bastardo!- gritaba enfurecido ante la mirada atónita de sus marines. Con furia desmedida y cojeando por los ataques recibidos sacó otra espada, y empuñando una en cada mano lanzó un devastador golpe en forma de cerrojo, cargando ambos brazos a sus respectivos lados para juntarlos en medio y de esta forma atravesar con ambas espadas los costados del revolucionario. Sobrecogido por este nuevo ataque Hiren saltó lo suficiente para ver como ambas espadas se quedaban justamente debajo de él, y para demostrar que estaba a un nivel superior al marine cayó quedándose de cuclillas sobre ambas espadas, apoyándose con sus pies en un equilibrio perfecto. El marine se quedó estupefacto y un escalofrío recorrió su espada;
-Tú…tú no eres humano…perdóneme la vida, yo sólo soy un…- pero no tuvo tiempo de completar la frase. El rubio revolucionario cargó una estocada con ambas manos y le cortó de un tajo limpio la cabeza.
-Nada de marine- dijo mostrando una sonrisa cruel poco habitual en él. El resto de marines corrieron hacia dentro del bosque como pollos sin cabeza. Uno tras otro Hiren fue dándoles caza, matándolos por la espalda mientras corrían desesperados por sus vidas.
-¡No hay honor en la derrota!- gritaba seriamente conforme caían uno tras otro.
Al acabar con todo el grupo que venía por el centro se dirigió nuevamente hacia el campamento. Todos andaban un poco nerviosos por el ataque, así que Hiren se aprovechó de ello y tuvo una idea con la que aprovechar aquel ataque del vampiro y de la marina.
-¡Hoy tomaremos el control de la ciudad, la marina de una vez por todas será expulsada de nuestra isla, los ciudadanos se nos unirán, por la armada revolucionaria!- arengaba Hiren a todos sus compañeros mientras alzaban las espadas y demás armas en señal de unión a su nuevo líder.
-Vosotros dos, carguen a los compañeros que murió por culpa del vampiro y cárguenlo hasta la ciudad. Veamos si cuando lo vean los ciudadanos no se unen a nuestra causa-mandó a dos revolucionarios que por allí pasaban.
Tras recorrer todo el bosque, que tardaron en atravesar unos treinta minutos llegaron a la entrada de la ciudad, y Hiren, motivado por la oportunidad que le había presentado la vida ordenó mostrar el cuerpo de los revolucionarios muertos en el campamento.
-¡Ciudadanos, miren lo que se atreven a hacer los marines! ¿Es esto lo que quieren para sus hijos? ¿Qué sean sacrificados por la marina como vulgar ganado por pensar diferente e ir contra un gobierno que no se mira más que su ombligo? ¡Acompañarnos hasta el cuartel de la ciudad para hacer justicia y acabar con esos corruptos!-pregonaba escuchando el clamor de la multitud que se unía a su causa, blandiendo antorchas y todo tipo de armas que encontraban.
“Parece que el día se ha quedado bueno”-pensaba mientras sonreía felizmente Hiren mientras revolucionarios y ciudadanos se dirigían a la parte norte de la ciudad para reclamar lo que por derecho les correspondía…
-¿Tanto nos menosprecias que ni nos prestas atención, maldito revolucionario? Acabaremos con tu piojoso campamento en cuanto demos la voz de alarma, ¡toda la marina de la ciudad se reunirá aquí para ensartar como a perros vagabundos a tus amigos!-gritaba exaltado aquel marine realizando paralelamente una sonora carcajada, que más pareciera un cerdo que una persona. Tras escuchar la risa de aquel oficial Hiren se echó a reír por cómo había sonado aquella amenaza.
-Maldito anárquico, ¡muere!-dijo mientras empuñaba una espada de un material negro que pareciera ser kairoseki.
Hiren, alertado por la acción del enemigo dejó de mofarse de su adversario y con un hábil movimiento esquivó el espadazo del marine.
-Un poco lento, además yo no soy un usuario-sonrió el joven rubio. Tras esto alzo su mano derecha empuñando su estoque y mostrando un gesto de suficiencia en su cara susurró unas palabras.
“-Nodo”-dijo mientras lanzaba veloces golpes a su rival. El primero de ellos se dirigió a la rodilla, el segundo lo alcanzó en el codo y el tercero fue directo hacia el cuello del oficial. Este, sorprendido por la velocidad de Hiren se retiró justo a tiempo de recibir el golpe mortal en la garganta, que de seguro lo habría matado.
-¡Maldito bastardo!- gritaba enfurecido ante la mirada atónita de sus marines. Con furia desmedida y cojeando por los ataques recibidos sacó otra espada, y empuñando una en cada mano lanzó un devastador golpe en forma de cerrojo, cargando ambos brazos a sus respectivos lados para juntarlos en medio y de esta forma atravesar con ambas espadas los costados del revolucionario. Sobrecogido por este nuevo ataque Hiren saltó lo suficiente para ver como ambas espadas se quedaban justamente debajo de él, y para demostrar que estaba a un nivel superior al marine cayó quedándose de cuclillas sobre ambas espadas, apoyándose con sus pies en un equilibrio perfecto. El marine se quedó estupefacto y un escalofrío recorrió su espada;
-Tú…tú no eres humano…perdóneme la vida, yo sólo soy un…- pero no tuvo tiempo de completar la frase. El rubio revolucionario cargó una estocada con ambas manos y le cortó de un tajo limpio la cabeza.
-Nada de marine- dijo mostrando una sonrisa cruel poco habitual en él. El resto de marines corrieron hacia dentro del bosque como pollos sin cabeza. Uno tras otro Hiren fue dándoles caza, matándolos por la espalda mientras corrían desesperados por sus vidas.
-¡No hay honor en la derrota!- gritaba seriamente conforme caían uno tras otro.
Al acabar con todo el grupo que venía por el centro se dirigió nuevamente hacia el campamento. Todos andaban un poco nerviosos por el ataque, así que Hiren se aprovechó de ello y tuvo una idea con la que aprovechar aquel ataque del vampiro y de la marina.
-¡Hoy tomaremos el control de la ciudad, la marina de una vez por todas será expulsada de nuestra isla, los ciudadanos se nos unirán, por la armada revolucionaria!- arengaba Hiren a todos sus compañeros mientras alzaban las espadas y demás armas en señal de unión a su nuevo líder.
-Vosotros dos, carguen a los compañeros que murió por culpa del vampiro y cárguenlo hasta la ciudad. Veamos si cuando lo vean los ciudadanos no se unen a nuestra causa-mandó a dos revolucionarios que por allí pasaban.
Tras recorrer todo el bosque, que tardaron en atravesar unos treinta minutos llegaron a la entrada de la ciudad, y Hiren, motivado por la oportunidad que le había presentado la vida ordenó mostrar el cuerpo de los revolucionarios muertos en el campamento.
-¡Ciudadanos, miren lo que se atreven a hacer los marines! ¿Es esto lo que quieren para sus hijos? ¿Qué sean sacrificados por la marina como vulgar ganado por pensar diferente e ir contra un gobierno que no se mira más que su ombligo? ¡Acompañarnos hasta el cuartel de la ciudad para hacer justicia y acabar con esos corruptos!-pregonaba escuchando el clamor de la multitud que se unía a su causa, blandiendo antorchas y todo tipo de armas que encontraban.
“Parece que el día se ha quedado bueno”-pensaba mientras sonreía felizmente Hiren mientras revolucionarios y ciudadanos se dirigían a la parte norte de la ciudad para reclamar lo que por derecho les correspondía…
Derian Markov
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El vampiro observó cómo se desarrollaban los acontecimientos. Los revolucionarios, en un giro extraño de los acontecimientos, habían derrotado a los marines con ayuda de aquel joven tan rápido que casi lo había alcanzado dos veces. Ahora además, aquel chico de antes intentaba aprovechar el suceso para espolear a la multitud de la ciudad baja contra los marines. Como noble, Derian debía evitar eso. Voló primero al puerto y descendió sobre la cubierta del barco, transformándose ante la atónita mirada de los marineros, que aun no estaban acostumbrados.
- Hombres, preparen el barco para zarpar de inmediato. Yo tengo cosas que hacer.
Y tan rápido como había llegado, se fue volando de nuevo. Atravesó velozmente los cielos con un objetivo claro: la mansión del Gobernador de Isla Golden. El sol le hacía daño en los ojos y le impedía ser tan veloz como lo era a la noche, pero volando era suficientemente rápido como para llegar ante el gobernador antes de que los revolucionarios se organizasen. Localizó la mansión y voló rodeándola hasta localizar un gran ventanal. A través de este había un hombre vestido de oficial marine y el que debía ser, por sus insignias, el gobiernador. Derian se coló por la ventana abierta, y se transformó ante la estupefacta mirada de los dos hombres.
- ¡Pero qué diablos! - dijo el marine, desenvainando un sable y interponiéndose entre él y el gobernador.
- No os alarméis, teniente - dijo Derian, reconociendo los galones - Mi entrada puede haber sido tan brusca como inesperada, pero es necesaria dado lo acuciante de la situación.
El oficial le miró con un gesto de incompresión extraño. El gobernador tenía los ojos tan abiertos de la impresión que parecía que se le fuesen a salir de las órbitas. Derian en su fuero interno les cogió asco al instante. Eran meras presas, pero a veces había que tratar con escoria así. Un buen cazador se mezclaba entre el rebaño.
- Los revolucionarios han azuzado a la población de la ciudad baja y toda una multitud se dirige a la ciudad - caminó hacia un mapa en la mesa del gobernador, mientras el marine no dejaba de apuntarle con el sable - Hasta donde he podido ver, el grueso principal está concentrado aquí. Esperan contar con el factor sorpresa. Son muchos, mal armados y desorganizados. Tan sólo unos pueblerinos enfurecidos al mando de un exaltado carismático con poca o ninguna idea de táctica militar o estrategia. Si disponéis divisiones de tiradores ocultos en estas colinas y les atacáis por este flanco, donde se verán acorralados entre las lomas, vuestro tiradores y vuestras tropas (Mejor armadas y entrenadas, pues las únicas tropas con experiencia son un puñado de quince o veinte revolucionarios) la muchedumbre se disolverá más rápido que un terrón de azúcar en leche.
- ¿Pero quién sois vos? - dijo el gobernador, comenzando a recuperarse del susto.
Derian sonrió:
- Conde Lord Derian Markov. Señor feudal del Condado Markov en el Reino de Hallstat, y historiador. A vuestro servicio - agregó, mientras le brillaban los ojos - Ahora, mi buen teniente, el tiempo corre. El futuro de la ciudad está en juego. Transmitid esas órdenes y tendréis una victoria sencilla asegurada. Ni un genio militar podría derrotar una formación semejante en un terreno tan desventajoso. No con una turba de plebeyos en lugar de tropas organizadas. Aunque para empezar, un genio militar no avanzaría sobre la ciudad de esa manera - comentó, con una risita.
- Hombres, preparen el barco para zarpar de inmediato. Yo tengo cosas que hacer.
Y tan rápido como había llegado, se fue volando de nuevo. Atravesó velozmente los cielos con un objetivo claro: la mansión del Gobernador de Isla Golden. El sol le hacía daño en los ojos y le impedía ser tan veloz como lo era a la noche, pero volando era suficientemente rápido como para llegar ante el gobernador antes de que los revolucionarios se organizasen. Localizó la mansión y voló rodeándola hasta localizar un gran ventanal. A través de este había un hombre vestido de oficial marine y el que debía ser, por sus insignias, el gobiernador. Derian se coló por la ventana abierta, y se transformó ante la estupefacta mirada de los dos hombres.
- ¡Pero qué diablos! - dijo el marine, desenvainando un sable y interponiéndose entre él y el gobernador.
- No os alarméis, teniente - dijo Derian, reconociendo los galones - Mi entrada puede haber sido tan brusca como inesperada, pero es necesaria dado lo acuciante de la situación.
El oficial le miró con un gesto de incompresión extraño. El gobernador tenía los ojos tan abiertos de la impresión que parecía que se le fuesen a salir de las órbitas. Derian en su fuero interno les cogió asco al instante. Eran meras presas, pero a veces había que tratar con escoria así. Un buen cazador se mezclaba entre el rebaño.
- Los revolucionarios han azuzado a la población de la ciudad baja y toda una multitud se dirige a la ciudad - caminó hacia un mapa en la mesa del gobernador, mientras el marine no dejaba de apuntarle con el sable - Hasta donde he podido ver, el grueso principal está concentrado aquí. Esperan contar con el factor sorpresa. Son muchos, mal armados y desorganizados. Tan sólo unos pueblerinos enfurecidos al mando de un exaltado carismático con poca o ninguna idea de táctica militar o estrategia. Si disponéis divisiones de tiradores ocultos en estas colinas y les atacáis por este flanco, donde se verán acorralados entre las lomas, vuestro tiradores y vuestras tropas (Mejor armadas y entrenadas, pues las únicas tropas con experiencia son un puñado de quince o veinte revolucionarios) la muchedumbre se disolverá más rápido que un terrón de azúcar en leche.
- ¿Pero quién sois vos? - dijo el gobernador, comenzando a recuperarse del susto.
Derian sonrió:
- Conde Lord Derian Markov. Señor feudal del Condado Markov en el Reino de Hallstat, y historiador. A vuestro servicio - agregó, mientras le brillaban los ojos - Ahora, mi buen teniente, el tiempo corre. El futuro de la ciudad está en juego. Transmitid esas órdenes y tendréis una victoria sencilla asegurada. Ni un genio militar podría derrotar una formación semejante en un terreno tan desventajoso. No con una turba de plebeyos en lugar de tropas organizadas. Aunque para empezar, un genio militar no avanzaría sobre la ciudad de esa manera - comentó, con una risita.
Ikaru
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Nunca aprenden, la verdad es que nunca aprenden, estuve pensando mientras que escuchaba y veía como los Marines a los que acaba de tumbar se levantavan del suelo y comenzaban insultarme entre dientes. El que parecía ser el líder de esta pequeña incursión tenia una cara de asombro bastante grande. Estaba todo el rato observandome y apuntandome con su espada para que no hiciese ningún movimiento o al menos el intentaba crearme algún miedo. Pero se notaba perfectamente como el era el que estaba totalmente aterrorizado por la situación. Toque ligeramente la empuñadura de mi espada mientras que seguía esperando a que los marines que había derribado hace un momento se levantasen y volviesen a pelear contra mi. Tenia algo de ganas de pelea y por eso no los mate en esa misma ocasion aunque también se debe a que soy algo demasiado bueno en ocasiones. Comencé a hablar intentando darles un pequeño mensaje y que se fueran del lugar.
-Bueno, Marineritos, os aconsejaría que ahora mismo os fueses de aquí, ya que como habéis visto no sois lo suficientemente hábiles para mi y nadie quiere ver mucha sangre por hoy, aunque si seguís prefiriendo quedaros y tener una muerte inminente es culpa vuestra, que yo ya os lo he advertido gañanes, bueno os doy 5 segundos, el que retroceda 3 pasos estará a salvo y el que no lo haga, pues bueno, Ojala tengo un hueco en el cielo jejeje
Tras decir todo eso, comencé a contar mientras que ligeramente iba desenfundado mi espada. Aun cuando iba por el numero dos ningún de los marines se movió, pero en cuanto conté el siguiente numero los dos que llevaban los rifles salieron por patas metiéndose en el bosque, al contar el cuatro otros tres marines también se fueron ya bastante lejos, como corrían los jodidos cuando les metías miedo y vida peligraba, no os lo podíais imaginar. Y lo ultimo que salio de mi boca fue el sonido al pronunciar "cinco", solo quedaba un marine el condecorado en su traje que aun me estaba apuntando con su sable y parecía que no iba a querer huir. Mostré un pequeña sonrisa y desenvine finalmente a Kaze no Mizu y le apunte también, Al menos uno de ellos se había quedado a luchar, por muy iluso que fuese al pensar que podría vencerme y todo ese tipo de cosas. Le mire fijamente a los ojos algo frió y me acerque andando lentamente con la katana semi apuntándole, el retrocedió unos metros y se podía notar como tenia miedo, mucho miedo. Sus manos temblaban y a cada paso que daba yo el retrocedía otro paso intentando evitarme, despues el comenzó a hablar.
-Se...seras bastardo...¿Como te has podido reír de el jefe de la flota de este lugar asi? Te...Te voy a matar...Maldito ¡¡¡AAAAAA!!!
Se lanzo sobre mi en un intento de cortarme con la espada de forma horizontal. Era bastante rápido y bastante fuerte hay que decirlo, pero no me costo mucho interponer mi arma a la suya y despues rechazarla haciéndole retroceder de nuevo, tras eso me lance yo a por el corriendo y aun con una mano en el bolsillo y efectué un corte en diagonal hacia la derecha que esquivo fácilmente girándose un poco. Intento, tras mi ataque, Empalarme con su espada pero rápidamente use mi paso instantáneo y con gran velocidad me situe a su espalda y le lance un corte en vertical que aunque salto para esquivarlo, no fue lo suficientemente rápido y acabe por dañarle. Desde la punta de mi katana se resbala algo de sangre procedente de el corte que la acaba de hacer. La limpie con la mano y luego me la lleve a la boca, no sabia demasiado mal, y me estaban dando ganas de ver mas sangre.
Mire fijamente al Jefe de la flota que estaba hay un poco dolorido por el ataque y tocándose levemente la espalda y me miraba bastante mas miedoso que antes. Me acerque de nuevo rápidamente hacia el gracias a mi sound por lo que no tuvo casi ninguna oportunidad de esquivar mi ataque y con velocidad clave mi espada en su estomago Haciendo que soltase su espada y se arrodillase al sacársela. Volví a tocar la hoja de mi Katana y pase el dedo cogiendo algo de sangre y llevandomela a la boca de nuevo.Estaba perdiendo un poco el control pero no me daba cuenta en esos momentos. Escuche ruidos en el pueblo del que había venido, parecían gritos de los revolucionarios haciendo incapie para una revolución, no sabia exactamente que hacer a si que simplemente empecé a andar por el bosque, eso si, en dirección la parte rica de la isla...
-Bueno, Marineritos, os aconsejaría que ahora mismo os fueses de aquí, ya que como habéis visto no sois lo suficientemente hábiles para mi y nadie quiere ver mucha sangre por hoy, aunque si seguís prefiriendo quedaros y tener una muerte inminente es culpa vuestra, que yo ya os lo he advertido gañanes, bueno os doy 5 segundos, el que retroceda 3 pasos estará a salvo y el que no lo haga, pues bueno, Ojala tengo un hueco en el cielo jejeje
Tras decir todo eso, comencé a contar mientras que ligeramente iba desenfundado mi espada. Aun cuando iba por el numero dos ningún de los marines se movió, pero en cuanto conté el siguiente numero los dos que llevaban los rifles salieron por patas metiéndose en el bosque, al contar el cuatro otros tres marines también se fueron ya bastante lejos, como corrían los jodidos cuando les metías miedo y vida peligraba, no os lo podíais imaginar. Y lo ultimo que salio de mi boca fue el sonido al pronunciar "cinco", solo quedaba un marine el condecorado en su traje que aun me estaba apuntando con su sable y parecía que no iba a querer huir. Mostré un pequeña sonrisa y desenvine finalmente a Kaze no Mizu y le apunte también, Al menos uno de ellos se había quedado a luchar, por muy iluso que fuese al pensar que podría vencerme y todo ese tipo de cosas. Le mire fijamente a los ojos algo frió y me acerque andando lentamente con la katana semi apuntándole, el retrocedió unos metros y se podía notar como tenia miedo, mucho miedo. Sus manos temblaban y a cada paso que daba yo el retrocedía otro paso intentando evitarme, despues el comenzó a hablar.
-Se...seras bastardo...¿Como te has podido reír de el jefe de la flota de este lugar asi? Te...Te voy a matar...Maldito ¡¡¡AAAAAA!!!
Se lanzo sobre mi en un intento de cortarme con la espada de forma horizontal. Era bastante rápido y bastante fuerte hay que decirlo, pero no me costo mucho interponer mi arma a la suya y despues rechazarla haciéndole retroceder de nuevo, tras eso me lance yo a por el corriendo y aun con una mano en el bolsillo y efectué un corte en diagonal hacia la derecha que esquivo fácilmente girándose un poco. Intento, tras mi ataque, Empalarme con su espada pero rápidamente use mi paso instantáneo y con gran velocidad me situe a su espalda y le lance un corte en vertical que aunque salto para esquivarlo, no fue lo suficientemente rápido y acabe por dañarle. Desde la punta de mi katana se resbala algo de sangre procedente de el corte que la acaba de hacer. La limpie con la mano y luego me la lleve a la boca, no sabia demasiado mal, y me estaban dando ganas de ver mas sangre.
Mire fijamente al Jefe de la flota que estaba hay un poco dolorido por el ataque y tocándose levemente la espalda y me miraba bastante mas miedoso que antes. Me acerque de nuevo rápidamente hacia el gracias a mi sound por lo que no tuvo casi ninguna oportunidad de esquivar mi ataque y con velocidad clave mi espada en su estomago Haciendo que soltase su espada y se arrodillase al sacársela. Volví a tocar la hoja de mi Katana y pase el dedo cogiendo algo de sangre y llevandomela a la boca de nuevo.Estaba perdiendo un poco el control pero no me daba cuenta en esos momentos. Escuche ruidos en el pueblo del que había venido, parecían gritos de los revolucionarios haciendo incapie para una revolución, no sabia exactamente que hacer a si que simplemente empecé a andar por el bosque, eso si, en dirección la parte rica de la isla...
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La turba avanzaba furiosa deseando destruir al gobierno existente. No se habían portado nada bien, y lo de la muerte del revolucionario fue la gota que colmó el vaso. A partir de ahora se iban a cambiar las cosas, eliminarían a los jefes y elegirían a uno democráticamente, o aquello era lo que Hiren les quería hacer pensar. Su objetivo principal sería establecer un régimen justo para la población, con el que se penalizase el robo y otras acciones consideradas anti-morales para la sociedad. Ya tenía lo que necesitaba, una chispa para encender el fuego, solo le faltaba que el viento lo extendiera.
-¡Ciudadanos! ¡Los marines no se atreverán a dispararos!¡Sois civiles, recordarlo!-gritaba arengando a toda la masa que lo seguía. Había tenido una idea, para asegurarse de que no les atacaban irían primero a la emisora de la ciudad, para robar los den-den-mushi y así retransmitir aquella “manifestación democrática”.
-Lo primero que haremos será ir a la gran emisora, que está a unos escasos doscientos metros de aquí, con el den-den-mushi de video retransmitiremos al mundo que es posible cambiar las cosas-dijo en voz alta, para que todos lo escucharan.
La multitud acató las órdenes, aceptando a Hiren como su nuevo líder y se dirigió hacia la emisora de televisión. Ya prácticamente habían recorrido toda la parte pobre de la ciudad y estaban entrando en la zona rica de la ciudad. Multitud de guardias salían al encuentro de la población prohibiéndoles la entrada, formando una especie de muralla humana de guardias armados con escudos.
-¡Tenemos derecho a decidir nuestro futuro!-decía una mujer que llevaba de la mano a su hijo pequeño. Uno de los guardias respondió contundentemente usando una de sus porras para agredir al pequeño. Justo en el momento en que iba a recibir el golpe Hiren se interpuso y agarro de la muñeca al policía retorciéndosela con ambas manos, cada una girando hacia un lado, haciendo que se le rompiese y expulsara un chillido de los más inhumano.
-¡ATACAR A ESTAS RATAS, MALDITA SEA!-gritaba enfurecido el guardia en medio de un baño de lágrimas. Sin embargo el resto de guardias no estaban de acuerdo con aquella orden, y un gran número de ellos se unió a la turba enfurecida.
-¡Yo he presenciado como muchos cargos públicos robaban dinero para el gobierno mundial!-decía uno de ellos.
-¡Yo he visto como mi hijo recibía palizas por gente rica simplemente por nacer en la parte baja!-agregaba otro de los guardias.
Tres cuartas partes de ellos se colocaron de lado de la multitud, mientras que la parte restante salió huyendo hacia la zona rica lanzando insultos mientras corría.
Por fin tras este último incidente entraron en la sede de “Happy Life”. Este era el nombre que recibía la cadena, por sus numeroso actos de benevolencia con la gente pobre. Agarraron algunos de los den-den-mushi propiedad de la empresa y salieron de nuevo con la intención de demostrar al mundo lo que estaba pasando.
-Así es, mostrar todo lo que está pasando, no se atreverán a tocarnos-decía un Hiren sonriente y confiado mientras la población avanzaba imparable con su gran objetivo en mente…
NOTA:(La multitud esta compuesto por varios miles de personas, recordar que la población es de 654.132, siendo mayor cantidad gente pobre que rica, por lo que la gente que se ha rebelado es una gran cantidad)
-¡Ciudadanos! ¡Los marines no se atreverán a dispararos!¡Sois civiles, recordarlo!-gritaba arengando a toda la masa que lo seguía. Había tenido una idea, para asegurarse de que no les atacaban irían primero a la emisora de la ciudad, para robar los den-den-mushi y así retransmitir aquella “manifestación democrática”.
-Lo primero que haremos será ir a la gran emisora, que está a unos escasos doscientos metros de aquí, con el den-den-mushi de video retransmitiremos al mundo que es posible cambiar las cosas-dijo en voz alta, para que todos lo escucharan.
La multitud acató las órdenes, aceptando a Hiren como su nuevo líder y se dirigió hacia la emisora de televisión. Ya prácticamente habían recorrido toda la parte pobre de la ciudad y estaban entrando en la zona rica de la ciudad. Multitud de guardias salían al encuentro de la población prohibiéndoles la entrada, formando una especie de muralla humana de guardias armados con escudos.
-¡Tenemos derecho a decidir nuestro futuro!-decía una mujer que llevaba de la mano a su hijo pequeño. Uno de los guardias respondió contundentemente usando una de sus porras para agredir al pequeño. Justo en el momento en que iba a recibir el golpe Hiren se interpuso y agarro de la muñeca al policía retorciéndosela con ambas manos, cada una girando hacia un lado, haciendo que se le rompiese y expulsara un chillido de los más inhumano.
-¡ATACAR A ESTAS RATAS, MALDITA SEA!-gritaba enfurecido el guardia en medio de un baño de lágrimas. Sin embargo el resto de guardias no estaban de acuerdo con aquella orden, y un gran número de ellos se unió a la turba enfurecida.
-¡Yo he presenciado como muchos cargos públicos robaban dinero para el gobierno mundial!-decía uno de ellos.
-¡Yo he visto como mi hijo recibía palizas por gente rica simplemente por nacer en la parte baja!-agregaba otro de los guardias.
Tres cuartas partes de ellos se colocaron de lado de la multitud, mientras que la parte restante salió huyendo hacia la zona rica lanzando insultos mientras corría.
Por fin tras este último incidente entraron en la sede de “Happy Life”. Este era el nombre que recibía la cadena, por sus numeroso actos de benevolencia con la gente pobre. Agarraron algunos de los den-den-mushi propiedad de la empresa y salieron de nuevo con la intención de demostrar al mundo lo que estaba pasando.
-Así es, mostrar todo lo que está pasando, no se atreverán a tocarnos-decía un Hiren sonriente y confiado mientras la población avanzaba imparable con su gran objetivo en mente…
NOTA:(La multitud esta compuesto por varios miles de personas, recordar que la población es de 654.132, siendo mayor cantidad gente pobre que rica, por lo que la gente que se ha rebelado es una gran cantidad)
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