[Reto] Takeshi Vs Karl

Karl paseaba entre los enormes árboles, con las burbujas ascendiendo a su alrededor. Iba con paso decido y presto, pero con cautela y mirando a su alrededor. Sabía que era una zona sin ley y que era un suicidio para un marine ir sólo a allí, eso incluso para un marine de su rango, experiencia y poder. Sin embargo no le importaba, y tenía un objetivo claro. Había oído hablar mucho sobre uno de los dos nuevos shichibukais, el cazador de piratas Takeshi Yamamoto. Al parecer era una persona extremadamente fuerte y quería comprobarlo retándole a un duelo. Sólo había oído sobre él que era espadachín y que se servía de un gran número de objetos para combatir. Su moral y código de honor del Sokudan le impedían empuñar armas en combate que no fuesen un Bo o su Kuro no Arm. A raíz de ello, a pesar de que comprendía a los que empleaban armas, despreciaba a los que basaban su poder única y exclusivamente en la fuerza de las armas que empuñaban y no la suya propia. Quería demostrar que su Sokudan podía contra el poder de los artefactos de Takeshi Yamamoto.

Aquel día iba con su chaqueta blanca de oficial colgada de los hombros. Esta ponía a la espalda "Teniente Primero", y tenía en el lado delantero el distintivo de capitán de flota y la insignia de la Brigada Disciplinaria. Por debajo de la chaqueta llevaba una camisa blanca simple, que a causa de su gran musculatura le quedaba bastante ajustada. Llevaba unos pantalones negros cómodos que le dejaba bastante libertad de movimiento y botas. Karl era una persona bastante alta, de casi dos metros de altura, piel bronceada, pelo corto castaño oscuro y una barba perfectamente recortada que le rodeaba la boca, además de unas enormes patillas pobladas que le llegaban a la mandíbula. Su ojo izquierdo estaba tapado por un parche negro, fruto de una herida de guerra. Además de esto era increíblemente musculoso, haciendo que su altura fuese incluso más impactante y destacable.

Al final llegó a un claro enorme rodeado de Mangrooves y lleno de raíces enormes que asomaban por doquier, en una suerte de campo de obstáculos. Se acercó a una raíz y se subió a esta, sentándose. No tenía muy claro por dónde seguir buscando. Se rascó la cabeza y miró a su alrededor con un gesto de desconcierto. Estaba totalmente perdido, y no parecía haber un alma en varios cientos de metros a la redonda. Suspiró y sacó una libreta que comenzó a ojear.

- No tengo ni la más remota idea de dónde puede estar ese maldito shichibukai... tal vez no haya sido buena idea tirarme a la aventura. Pensé que si estaba en Shabaody, sería cazando criminales en los bosques. A lo mejor me he equivocado, o a lo mejor no he tenido suerte. En fin, he hecho mal en no traer mi guitarra...


De repente escuchó pasos entre los árboles, y se desperezó, mirando en esa dirección. "Pensándolo mejor, la guitarra hubiese dado mucho el cante. Veamos lo que nos depara la fortuna."

Entonces Karl lo vio. Un hombre alto vestido con ropas similares a las del país de Wano. Era como se lo habían descrito, aunque no lograba verle el rostro totalmente por el sombrero que llevaba, que le tapaba los ojos. El marine se puso recto y bajó de un salto de su elevado asiento, caminando tranquilamente hacia el shichibukai. Se sorprendió al ver que carecía de ojos, pero con el rango que tenía supuso que aquello no resultaba un problema para el guerrero. El enorme luchador se cruzó de brazos.

- Shichibukai Takeshi Yamamoto - dijo con solemnidad y voz grave - Mi nombre es Quimera Karl, capitán de la Brigada Disciplinaria y mejor luchador de los Siete Mares. He oído hablar mucho de vos. Sobre vuestro reciente ascenso y vuestra gran fama de combatiente... y se podría decir que me interesáis. Iré al grano, os reto a un duelo. Aquí y ahora.

La presencia de Karl era imponente. No sólo por su altura, su corpulencia y su voz grave aderezada con un tono serio y confiado. El parche de su ojo izquierdo, su barba y patillas y las arrugas que comenzaba a mostrar (A pesar de aun no haber cumplido la treintena) le daban un aire de experiencia, reforzado por su actitud calmada y segura. Daba la impresión de que era una persona curtida y que sabía lo que hacía. Y no era para menos. El historial militar de Karl era impresionante, y había ascendido mucho y muy rápido en muy poco tiempo. Mucha gente lo veía como un claro aspirante para llegar a capitán o incluso a vicealmirante en un futuro. Y su fama correspondía a sus logros. Llevaba saliendo en los periódicos, aunque fuese mencionado en artículos cortos, desde que había entrado en la Marina.

- Se que es descortés por mi parte no ofreceros el primer golpe y atacaros antes de daros la oportunidad de negaros a aceptar mi desafío, pero vuestra reputación os precede. Y la máxima de mi estilo es llevar siempre la iniciativa - dijo con una leve sonrisa.

Estaba a unos cuatro metros de él. En una mísera zancada empleando su Super Shadow se plantaría delante de él en unas milésimas de segundo. Era una buena ocasión para probar algo que le había ocurrido... algo muy interesante y que podría sorprender al cazador. Preparó sus brazos como si fuese a emplear el Impact Point con ambos. Los músculos de ambos brazos se tensaron y expandieron, aumentando de tamaño notoriamente. Concentró su haki en estos para imprimir más fuerza en el golpe, pues con un shichibukai nunca se sabía. Entonces desapareció, empleando su Super Shadow, y reapareció frente a Takeshi, golpeando el aire con sus puños mientras estos se envolvían en energía roja. El resultado fue una brutal onda de choque que destrozaría buena parte del terreno frente a Karl, y que si impactaba de lleno en el espadachín le causaría importantes daños.

- Master Sokudan, Tsuinzu no kyoku jū! (Canción de los cañones gemelos) [AMF] [Haki armadura]

Hubo una potente detonación y grandes cantidades de escombros y polvo salieron volando en todas las direcciones. No había rastro del shichibukai, pero Karl había captado un levísimo movimiento una milésima de segundo antes del ataque. Su experiencia le decía que las casualidades no existían. No había impactado al espadachín... este le había esquivado. Lo cual era de esperar. Le habría decepcionado mucho que hubiese llegado a shichibukai y que cayese ante su primer ataque sin darle tiempo siquiera a usar su Primer Camino o alguno de sus nuevos poderes.

Los brazos del marine seguían apuntando hacia delante, humeando vapor ligeramente. Gradualmente los músculos se fueron destensando y volviendo a su tamaño original. Jadeando observó a su alrededor, en busca del shichibukai, cuando de repente le llegó una voz desde un punto a su izquierda que no veía a causa del parche. El tono del shichibukai hizo que un ligero escalofrío le recorriese la columna y se girase en esa dirección.

- Veo que los que dicen los artículos no es mentira, que eres un formidable luchador pero, ahora que sé tu capacidad, no te será agradable combatir - le dijo.

Apenas llegó a ver la figura de su oponente unos momentos, con tres katanas desenvainadas. Entonces se abalanzó sobre él en un torbellino de colores negro y rojo. El marine se tiró por puros reflejos hacia un lado, pero entonces notó un intensó dolor en el costado y salió propulsado por la fuerza del tajo, golpeándose de espaldas contra algo. Durante unos segundos su visión se tiñó de rojo, y estuvo a punto de perder el sentido. Sin embargo, logró recobrarse. "¡Idiota, despierta! Este shichibukai es otra prueba más en tu camino. Si no la superas, jamás cumplirás tus metas. Sigue avanzando sin importar lo que haya delante." Esas palabras resonaron en su mente, extrañamente con la voz de su maestro. Karl se recompuso milagrosamente y logró mantener la consciencia. Se había llevado un fuerte golpe en la cabeza, y tenía un brutal corte en el costado izquierdo. Le dolió solo de verlo. "He debido activar el haki inconscientemente. De lo contrario, semejante golpe me habría partido en dos."

- Impresionante, shichibukai Yamamoto.

Dijo levantándose. Tras él, el árbol con el que había chocado tenía la corteza hundida y astillada con la forma de su cuerpo. Le caía un hilillo de sangre de la cabeza, y tenía la camisa destrozada. Tiró a un lado su chaqueta de oficial y se arrancó la camisa, poniendo a la vista un torso curtido, lleno de cicatrices de guerra. La más impresionante era un corte alrededor del cual la piel estaba quemada, que le iba del pectoral izquierdo a la cadera derecha. Además de eso tenía un tatuaje de una quimera en el pecho y otro de una estrella negra en el hombro izquierdo. El tatuaje de la quimera estaba desfigurado por las cicatrices, y la nueva herida cortaba la cabeza de león a la mitad. La sangre le corría por su musculoso torso, marcando sus hercúleos abdominales.

- Te he subestimado exponiéndome demasiado, aunque eso no volverá a pasar.

Mientras decía eso, se arrancó el parche y lo tiró encima del resto de su ropa. Bajo el parche no había un agujero, si no un ojo con el iris rojo y sin párpado. Alrededor del mismo, la piel estaba quemada. En conjunto era una visión desagradable e intimidante. Karl había perdido aquel ojo en su pelea contra Red Stinger, y a consecuencia de eso se había puesto un implante cyborg. Sin embargo llevaba aquel parche, pues que sus rivales pensasen que su punto débil era la carencia de ojo izquierdo (Y por tanto, falta de visión) le convenía. Además hacía los combates más interesantes. Solo se quitaba el parche cuando se ponía en serio.

- Midamos ahora nuestras fuerzas. No pienso contenerme ahora que se de vuestro poder. Preparaos, shichibukai. No os lo pienso poner fácil - los labios de Karl se curvaron en una sonrisa diabólica.

De repente el aire comenzó a vibrar, y el pelo de Karl comenzó a agitarse, como movido por el viento. De repente una especie de fuego comenzó a surgirle de los hombros, y rápidamente se le extendió por todo el cuerpo. Sin embargo no parecía quemarle. Era de tonos rojizos, anaranjados y amarillos. Visto con detenimiento uno se podría dar cuenta de que no era fuego, si no algo muy distinto. Era un aura de energía pura. Ese era el Flaming Mode Karl. Cuando lo activaba, concentraba enormes cantidades de energía en sus músculos para potenciarlos y aumentar su velocidad y el poder destructivos de sus golpes al imbuirlos en la misma. Sin embargo, el poder de Karl era tan elevado que la energía se condensaba en una llama que surgía de su cuerpo, delatando lo que hacía.

- ¡Original Iron Fist! - gritó Karl, pegando un puñetazo al suelo.

Su puño iba envuelto en haki. De repente, el suelo del claro tembló y se quebró en pedazos. Aprovechando la distracción y que posiblemente su rival se hubiese desequilibrado, el marine atravesó en un instante el espacio que los separaba con un Super Shadow. En el trayecto, el tatuaje de su brazo envolvió el mismo volviéndolo de color negro. De repente el antebrazo de Karl comenzó a crecer y se transformó en una espada del mismo color que este. A pesar de ser luchador, también tenía dotes de asesino. Había combatido a espada y pistola en su época de corsario, cuando era un adolescente.

- Kuro no Arm, ¡Claymore!

Envolviendo en haki el arma, trazó un tajo diagonal descendente buscando alcanzar el cuerpo del ciego. Su ataque era poderoso y letal por su velocidad, pero también temerario. A esa velocidad era presa fácil de un contraataque, pues difícilmente podría esquivar uno. Tenía un plan en mente, y aunque no esperaba ganar con ese ataque, tal vez lograse herirlo o pillarlo por sorpresa por lo inesperado de semejante carga suicida.

- Tsuyoki jūden... [AIF] [Haki armadura]

El golpe alcanzó de lleno al shichibukai, inesperadamente. Había algo extraño sin embargo en él, pues su intentona de bloqueo había sido demasiado acertada y precisa para un ciego. "A mi que no me engañe. Este hombre ve perfectamente, como sospechaba." El golpe había sido lo suficientemente fuerte como para hacer al hombre arrodillarse de dolor, pero la herida no era tan grave. Supuso que se había protegido con haki.

- Me parece que nos vamos a divertir, pues al igual que tú con el parche, mis ojos ocultan un secreto - dijo Takeshi.

- Lo intuía ya, shichibukai Yamamoto.

De repente Karl notó un frío intensísimo y notó que le faltaba el aire. El oxígeno no parecía llegarle al cerebro, y se notaba cansado y aturdido. El siguiente movimiento del espadachín fue tan veloz que al experimentado marine le costó percibirlo por culpa del aturdimiento. Tensó los músculos de su torso y los fortaleció con haki para protegerse de su posible ataque. Sin embargo el corte vino acompañado de una potentísima descarga eléctrica. Con un grito de dolor, Karl salió volando hacia atrás. Entre el letal frío y la electricidad tenía los músculos entumecidos.

- Eres fuerte... pero yo aun tengo... ases en la manga.

Se incorporó, con grandes esfuerzos. El aire estaba enrarecido y le costaba moverse, pero su titánica fuerza le permitía hacerlo igualmente. "Si me muevo en este ambiente me cansaré muy rápido. En lugar de moverme con mis músculos me impulsaré con energía empleando mi movimiento aéreo. Así ahorraré fuerzas para el combate." Así hizo, y de repente terminó de levantarse como si ya no notase el efecto de la técnica de Yamamoto. De repente comenzó a levitar y a elevarse velozmente, mientras la llama de energía de reavivaba. La segunda herida de su torso era fea, pero no sangraba dado que la electricidad la había cauterizado. No tenía claro cómo continuar. Quería reservar las rumble balls y el Primer Camino para más adelante, pero la situación parecía demasiado desesperada. "Aun no las usaré. Emplearé mi forma híbrida para combatirle a media-larga distancia usando el Sokudan."

- ¡Contempla el terror de las zoan mitológicas! Ahora verás por qué me llaman Quimera Karl.

Su cuerpo comenzó a cambiar y crecer de tamaño. En un instante se convirtió en un ser humanoide de tres cabezas que parecía estar hecho por partes de animales diferentes. Sus brazos parecían de reptil y estaban acabados en dedos con garras. Sus piernas eran patas de cabra de pelo blanco. Su torso era increíblemente musculoso y estaba cubierto de pelaje dorado. Además le había crecido una larga cola cubierta de escamas al final de la cual tenía una cabeza de ofidio. Por último, las dos cabezas eran respectivamente de león y de cabra con rasgos humanos. Ahora medía unos dos metros y medio.

- Modified Sokudan... Firestorm! [AI]

Comenzó a exhalar una llamarada corta con sus cabezas de león y cabra justo hacia sus propios puños mientras daba cientos de puñetazos al aire. Un montón de pequeñas ondas de energía envueltas en sus llamas de Quimera salieron disparadas hacia el suelo, desplegándose como una lluvia de llamas. El ataque era doblemente letal, pues al tocar el suelo la onda estallaba, y la explosión esparcía el fuego en un corto radio. Al haber tantas ondas, pronto todo el claro estaría en llamas. Esas llamas no eran llamas comunes (O de lo contrario se apagarían en la técnica del shichibukai en seguida) si no que estaban alimentadas por la energía del Flaming Mode.

El shichibukai parecía realmente molesto. No le había logrado hacer un daño real en apariencia, pero le había quemado la capa. Yamamoto masculló algo sobre el símbolo de su familia. Karl supo que aquello no era bueno. Cuando la gente volcaba sus sentimientos hacia sus seres queridos en la batalla, ya fuese por protegerlos o por un caso como aquel, luchaban con una fiereza sin límites. Él mismo lo había demostrado hacía ya más de siete años, cuando presenció la muerte de Rino y despertó la forma completa de su akuma. Y efectivamente Takeshi tramaba algo. Karl reconoció al instante el estremecimiento en el cuerpo de su rival antes de comenzar a crecer y transformarse. Él también era un zoan. Por las palabras del cazador y la forma que adoptó reconoció la transformación como la forma híbrida de la sasori sasori no mi. Había leído acerca de ella hacía años, cuando se dedicó a investigar sobre su propia akuma para saber cómo emplear su poder. "Piensa, Karl. ¿Qué recuerdas sobre esta akuma? Exoesqueleto tenaz y resistente, aguijón venenoso... había más cosas pero fue hace demasiado tiempo. En fin, tendré que centrarme en la batalla y averiguarlo por mi mismo."

- Transformaros no os dará la victoria, Yamamoto. Las zoan de insectos son en efecto temibles, pero las zoan mitológicas están en una categoría superior. Pronto lo comprenderéis - dijo, con tres voces diferentes a la vez.

El hombre escorpión comenzó a escarbar con una velocidad inusitada y desapareció en el subsuelo antes de que el marine tuviese tiempo a pasar a la ofensiva. Karl maldijo y se puso alerta, listo para contraatacar en cuanto viese algo extraño. De repente un montón de insectos comenzaron a salir del agujero que el shichibukai había cavado. Fuesen lo que fuesen, no podían ser algo bueno.

- Suerte de que me he fijado. Posiblemente sea alguna clase de ataque.

Inhaló aire por sus tres cabezas y vomitó una potente llamarada triple por ellas que abarcó un gran área del suelo. Dudaba que algún insecto hubiese sobrevivido, pero no podía estar seguro. En todo caso, como había centrado las llamaradas en el agujero por el que el escorpión había entrado, el calor posiblemente le obligaría a salir. Eso si había desactivado aquella extraña técnica que enrarecía el aire y hacía bajar la temperatura. Karl dudaba que fuese capaz de mantenerla permanentemente, pero de alguien tan monstruosamente fuerte como un shichibukai había que esperárselo todo. Entonces ocurrió algo que el avezado oficial no se esperaba: un montón de lanzas comenzaron a salir disparadas en su dirección desde el subsuelo, pillándole con la guardia baja. Se giró hacia el ataque y comenzó a hacer gestos con los brazos, preparando su defensa.

- Advanced Sokudan... - dijo, mientras echaba hacia atrás su brazo derecho - ¡BURST!

En un veloz gesto, dio un golpe al aire con la palma de la mano extendida, al tiempo que el aura de energía (que había disminuido de intensidad tras el anterior ataque) se reavivaba con un intenso brillo. Una potente onda expansiva de los mismos colores que su aura salió de su palma, atravesando el aire y desviando las lanzas. Sin embargo a medida avanzaba, perdió fuerza, y algunas de las última lanzas la atravesaron para sorpresa del luchador. Evitó tres de ellas desplazándose hacia un lado, pero no vio la cuarta hasta que era ya demasiado tarde...

- ¡Aaagh...! ¡Joder!

La hacia agarrado tratando de frenarla, pero se le había clavado la punta entera en el torso, justo bajo el costillar. Una herida realmente grave y mortal si no la trataba. Pero había algo más. Apenas unos segundos después de haberle atravesado el frío acero notó una fuerte quemazón y los músculos del abdomen se le contrajeron y tensaron. Aulló de dolor, descendiendo varios metros al perder concentración. Apretó el arma con fuerza y se la arrancó del cuerpo, mientras se destransformaba. Respiraba con dificultad, y  era incapaz de mover algunos músculos del torso. "Veneno... las lanzas estaban envenenadas." Recordó que su maestro Lao Xuan conocía una técnica que empleaban los monjes del Sokudan más ancianos para mover su cuerpo mediante "hilos" de energía. Así podían mover y combatirse con igual agilidad y destreza que cuando eran jóvenes. De igual manera, esa técnica servía para combatir efectos de paralización. Sin embargo en aquel momento ese conocimiento le resultaba inútil, pues Karl desconocía la técnica. "Mi entrenamiento no está completo. Si conociese esa técnica, esto no me resultaría un impedimento para seguir luchando." Karl sopesó sus opciones. Le costaba respirar y perdía altura por momentos aunque lentamente a causa de la falta de concentración. Además sus anteriores heridas le dolían bastante.

- Noto algo extraño en mi... me está subiendo la temperatura - murmuró para sí mismo - Hay algo más en ese veneno. Poniéndose en el peor de los casos, no me deben quedar más de unos minutos de vida. En esta situación, es hora de usar "eso". No voy a morir sin dar tregua.

Se metió la mano en el bolsillo y sacó una cajita de color gris. Entonces cayó en la solución a su problema. "Unas gotas de veneno son letales en un cuerpo humano. Pero no lo serían en un cuerpo de un ser de treinta metros de altura." La idea parecía tentadora... pero le habían alertado de los peligros de usar su forma descontrolada. Perdería el sentido y no sabría lo que estaba haciendo. Actuaría por puro instinto y lo destrozaría todo a su paso. Eso llevaría a que Yamamoto podría aprovechar su falta de raciocinio para derrotarle. Sin embargo le libraría de los problemas del veneno. Al fin y al cabo, ¿cuántos libros harían falta para contaminar la sangre de una criatura tan colosal? "No. Aun no es el momento... esperaré antes de usarlo. Primero hay algo que debo probar." Abrió la cajita y sacó una pequeña bola de color amarillo de esta. Esbozando una sonrisa cansada guardó el recipiente y dijo:

- A vuestra salud, shichibukai - y se tragó la bola.

Rumble Ball - Forma de Quimera de Combate

El cuerpo de Karl comenzó a temblar y expandirse. Sus músculos parecieron "desencajarse" y crecer tanto que parecía que no iba a poder moverse por el puro tamaño de su masa muscular. Sin embargo al instante siguiente todo cobró una forma definida. Karl alcanzó los tres metros de altura. Su piel adoptó un tono carnoso, como el de una bestia a la que hubiesen rapado. Al instante siguiente sus antebrazos y piernas se cubrieron de un espeso pelaje marrón, y sus piernas de convirtieron en pezuñas de cabra. De su espalda salió una poderosa cola de reptil gruesa como la rama de un roble. Por último, su cabeza se convirtió en una cabeza de león con una poderosa cornamenta de cabra. Tenía una efigie imponente en esa forma.

- ¡Yamamoto! ¡Prepárate! Los que usan veneno y artimañas deben estar listos para cuando les devuelvan el golpe. ¡Primer Camino, Decisión!

Los músculos de la impresionante criatura comenzaron a crecer y expandirse aun más. Ahora parecía prácticamente un culturista, aunque con cabeza de león, excepcionalmente peludo y de más de tres metros de altura. Las llamas del Flaming Mode se avivaron más que en ningún otro momento, brillando con luz propia como si fuese una estrella. "No necesito mover mi torso para destruirte, Yamamoto. Mis brazos lo harán." Tenía muy claro lo que hacer. Empleando su movimiento aéreo  se giró en el aire para ponerse en una posición desde la que pudiera lanzar la onda hacia el suelo cómodamente sin que su paralizado abdomen le dificultase la tarea. En el pasado hubiese lanzado sin dudarlo más su Supreme Cannon contra el suelo. Pero el pasado era el pasado. Karl estaba a un nuevo nivel de fuerza, y ahora empleando las rumble balls podía realizar un golpe aun más destructivo. Sabía que la explosión sería tan brutal que destrozaría el suelo (Y con toda probabilidad a Yamamoto con él) pero también le mandaría a él volando y destrozaría el bosque en varias decenas de metros a la redonda.

- No quería llevar la pelea tan lejos, pero me has obligado con tu infantil rabieta. Has llevado demasiado lejos una pelea amistosa por una simple pieza de ropa. ¡EXTREME SOKUDAN!

Extendió los brazos hacia los lados, con las manos abiertas y los dedos extendidos. Su brillo aumentó durante unos momentos y de repente el aura y toda la energía comenzó a desplazarse y concentrarse en sus manos. Cerró los puños con fuerza y echó los brazos hacia atrás. Ya no era posible rectificar. La técnica ya estaba en marcha, y sería extremadamente letal. Ni él mismo tenía claro hasta dónde llegaba su poder, pues nunca había forzado tanto su energía. Este golpe sería el más poderoso que diese en toda su vida hasta el momento. Y si incluso aquel estallido de pura energía fallaba, aun tenía un as en la manga. Pero no creía que lo hiciese. La técnica que iba a lanzar tenía los mismos fundamentos que el Supreme Flaming Cannon: era una onda de choque de energía pura creada por un puñetazo de gran potencia. La diferencia radicaba en dos hechos: en su forma de Quimera de Combate su fuerza y poder era considerablemente superior. Este hecho combinado con que realizaba la técnica empleando ambos brazos y no uno solo amplificaba la cantidad de energía emitida y aumentaba el poder de la onda que creaba. Hasta ahora nunca se había atrevido a nada parecido porque una técnica así sería muy inestable y corría el riesgo de crear una onda tan potente que le dañase a sí mismo. Que era exactamente lo que pretendía hacer. Lanzó hacia delante sus brazos, golpeando el aire con sus puños. El aire vibró, y una potente onda de color roja salió disparada hacia el suelo.

- ¡ANNIHILATOR CANNON! [AB]

La explosión fue audible hasta en la en la Red Line. Luego, se hizo el silencio.

La brutal explosión encegueció y ensordeció a Karl. Por un momento, notó un dolor tan intenso en los brazos que creía que le habían explotado. Vio una veloz sombra deslizándose en el aire hacia él, y distinguió cuatro brazos empuñando espadas. "Yamamoto... maldita sea." Sin embargo, en ese momento la explosión los mandó volando, alejándoles. En el aire Karl se destransformó, volviendo a su forma humana. Todo daba vueltas mientras caía, y lentamente comenzó a perder la consciencia. El veneno, la explosión y las múltiples heridas eran más de lo que podía soportar. Sin embargo, en el último momento se recompuso y con sus últimas fuerzas se envolvió en haki para no matarse en la caída. Aun así fue un buen golpe. Dolorido, se incorporó tras varios intentos. A su alrededor un sector bastante amplio del bosque y del suelo había desaparecido, sustituido por un cráter gigantesco. En este se podían ver raíces y restos de los troncos de los mangrooves que componen la isla. De hecho Karl pudo comprobar que la propia isla estaba hecha sobre las raíces, pues las partes más profundas del cráter no penetraban en roca, si no en madera. Al fondo de todo había un agujero por el que entraba agua marina lentamente. El cráter medía más de treinta metros de radio, tal vez cincuenta.

- Me parece... que me he pasado un poco - dijo, con una risa cansada y tosiendo - Este maldito veneno me está corroyendo por dentro. Debo... debo tomarme las rumble balls.

Intentó mover los brazos, pero en ese momento se dio cuenta que tenía la piel de estos quemada, y los tenía entumecidos y doloridos. Le costó horrores moverlos hasta la caja de su bolsillo, pero cuando la estaba sacando, Takeshi apareció ante él con diez individuos extraños.

- Poco tiempo te resta en este combate marine, esto llega a su fin.

Entonces hubo un resplandor cegador y el dolor invadió a Karl. Después solo hubo oscuridad y silencio.


La pelea fue tan brutal que las explosiones fueron audibles en las islas cercanas, y el cráter resultante se convirtió en un lago llamado por los habitantes de la isla "Lago de la Batalla".

Reto terminado. El ganador es Takeshi Yamamoto.

1200 de experiencia para Takeshi.
500 Para Karl.

Os quedáis los dos en el nivel que estabais. Recordamos que todas las heridas sufridas en este reto se transfieren al personaje permanentemente.