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El ancho mar del South Blue. Un lugar repleto de agua. Como no, es una mar. El día parecía estar perfecto. El agua bastante calmada y las gaviotas paseaban de un lado a otro tranquilamente. Un pequeño bote paseaba por aquellas aguas. En el bote iba Drake echado tranquilamente en un lado con ambas manos metidas dentro del agua y con los ojos cerrados. Se había quedado totalmente frito y roncaba mientras viajaba. Sus parpados completamente cerrados hacían que su rostro estuviera apacible ya que también estaba sonriendo. Rápidamente sus ojos se abrieron cuando sintió un enorme ruido y su bote se zarandeo. Un barco enorme y al parecer uno pirata y bastante grande. Este había echado el ancla junto al pequeño bote y ahora varios hombres se asomaban por cubierta. Uno de ellos empezó a hablarle en un tono amenazante.
- Suba enseguida por la cuerda que vamos a ofrecerle o aplastaremos la balsa y a ti con ella.
El chico frunció el ceño. Había tenido muy mala suerte y le había tocado soportar a unos piratas bastante molestos. El barco tenía bastantes daños como si hubieran tenido una batalla hace poco. Finalmente una pequeña cuerda fue tirada hasta su posición. El lobo salto tranquilamente subiendo por ella y llegó hasta donde estaban aquellos piratas. En efecto parecía que habían tenido una batalla pues eran tan solo seis piratas. Y algunos heridos. Más les valdría que no le intentasen atacar o robar porque al chico no le importaba eliminarlos. Aunque si le atacaban entre los seis estaría bastante chunga la cosa. El capitán de aquellos hombres parecía estar bastante serio. Su aspecto era el de un hombre adulto de unos cuarenta años de pelo castaño oscuro y una cicatriz en la ceja izquierda. Un sombrero negro con una calavera de símbolo y barba desaliñada. Vestía un chaleco blanco dejando a la vista su musculoso cuerpo. Un pantalón negro y unos zapatos negros. Los cordones bien apretados y dos pistolas por armas. Los demás parecían vestir con pañuelos de distintos colores y todos de la misma forma. Con camisetas blancas cortas y pantalones de distintos colores pero todos arañados. No sabía con quien habían combatido pero habían salido bastante mal parados. Drake frunció el ceño observando al que parecía ser el capitán y metió lentamente las manos en los bolsillos mientras esperaba a ver lo que pasaba
- Suba enseguida por la cuerda que vamos a ofrecerle o aplastaremos la balsa y a ti con ella.
El chico frunció el ceño. Había tenido muy mala suerte y le había tocado soportar a unos piratas bastante molestos. El barco tenía bastantes daños como si hubieran tenido una batalla hace poco. Finalmente una pequeña cuerda fue tirada hasta su posición. El lobo salto tranquilamente subiendo por ella y llegó hasta donde estaban aquellos piratas. En efecto parecía que habían tenido una batalla pues eran tan solo seis piratas. Y algunos heridos. Más les valdría que no le intentasen atacar o robar porque al chico no le importaba eliminarlos. Aunque si le atacaban entre los seis estaría bastante chunga la cosa. El capitán de aquellos hombres parecía estar bastante serio. Su aspecto era el de un hombre adulto de unos cuarenta años de pelo castaño oscuro y una cicatriz en la ceja izquierda. Un sombrero negro con una calavera de símbolo y barba desaliñada. Vestía un chaleco blanco dejando a la vista su musculoso cuerpo. Un pantalón negro y unos zapatos negros. Los cordones bien apretados y dos pistolas por armas. Los demás parecían vestir con pañuelos de distintos colores y todos de la misma forma. Con camisetas blancas cortas y pantalones de distintos colores pero todos arañados. No sabía con quien habían combatido pero habían salido bastante mal parados. Drake frunció el ceño observando al que parecía ser el capitán y metió lentamente las manos en los bolsillos mientras esperaba a ver lo que pasaba
Gangryong
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Me encontraba en la bodega de un barco de dimensiones superiores a la estandar, medio derruido a causa de los daños causados por la batalla naval que habia acontecido en las aguas del South Blue hacia pocos dias y, por desgracia para los miembros de la banda pirata a bordo de aquella nave, sus atacantes eran ni mas ni menos que Sons Of Anarchy, un grupo de piratas en estado latente que habia perdido a algunos miembros importantes recientemente, entre ellos su capitan, y que ahora se reforzaba desde las sombras para resurgir como lo que un dia fue: una de las bandas piratas mas temibles del Nuevo Mundo ¿Y que tenia yo que ver en todo aquello?.... Me habia convertido en una de las mas recientes incorporaciones a sus filas, y como tal, debia demostrar mi valia.
En una de nuestras incursiones en alta mar nos topamos con una banda de piratas de medio pelo que apenas podian denominarse a si mismos "una amenaza". La resolucion del pequeño conflicto acabo conmigo en la bodega de carga del barco enemigo, accion realizada con total sigilo gracias a mi habilidad y que me asegure de no mostrar a los grumetes del barco rival para que no fueran conscientes de ella sin necesidad. Las ordenes eran seguirlos hasta su guarida, acabar con ellos y conseguir sus posibles tesoros o riquezas.
"Espero volver con un buen botin envuelto en un saco mas grande que yo, quiero impresionar a mis camaradas." pensaba mientras aguardaba al lado de un barril que guardaba la fruta del barco, posiblemente una de las pocas reservas de comida que aun conservaran.
Al pararse el barco di por hecho que habiamos llegado a nuestro destino, por lo que me encamine con pies de plomo hacia la cubierta por los pasillos. Era extraño que no me encontrase a nadie que hubiera bajado para recoger los pertrechos que aun poseian despues de la batalla, por lo que alargue mi brazo hacia la espalda y desenganche el arco seguido de una flecha que extraje del carcaj con la mano opuesta, colocandola en su sitio y tensandola un poco. Me asome por el pequeño cristal circular de la puerta y vislumbre no de forma muy nitida como los supervivientes a la masacre, seis hombres bien armados, rodeaban a un chico que salia desde una de las roturas de la baranda ayudado por una cuerda. Eran demasiados como para plantearse siquiera el enfrentarlos de frente y ayudarlo, pero ¿Quien decia que tuviera que ir de frente? Haciendo uso de mi habilidad cree una puerta en el suelo de madera a un metro de distancia, teniendo como salida el mismo suelo de la cubierta, justo detras del ultimo de los piratuchos que ahora estaban demasiado pendientes del recien llegado como para saber lo que en realidad estaba pasando. Tense la cuerda y dispare hacia abajo, lo que provoco que en su homonima la flecha saliese disparada desde abajo hacia arriba con el mismo angulo que yo desde mi posicion habia marcado, atravesando el pecho desde atras a uno de los atacantes. La puerta desaparecio tras dejar paso al punzante objeto, lo suficientemente rapido como para que ninguno de los presentes se diese cuenta de lo sucedido, aunque lo mas probable era que la siguiente estuvieran mucho mas atentos. Esperaba que el chico, al cual aun no habia podido distinguir, pudiera mantenerse en pie en lo que diezmaba las filas enemigas.
En una de nuestras incursiones en alta mar nos topamos con una banda de piratas de medio pelo que apenas podian denominarse a si mismos "una amenaza". La resolucion del pequeño conflicto acabo conmigo en la bodega de carga del barco enemigo, accion realizada con total sigilo gracias a mi habilidad y que me asegure de no mostrar a los grumetes del barco rival para que no fueran conscientes de ella sin necesidad. Las ordenes eran seguirlos hasta su guarida, acabar con ellos y conseguir sus posibles tesoros o riquezas.
"Espero volver con un buen botin envuelto en un saco mas grande que yo, quiero impresionar a mis camaradas." pensaba mientras aguardaba al lado de un barril que guardaba la fruta del barco, posiblemente una de las pocas reservas de comida que aun conservaran.
Al pararse el barco di por hecho que habiamos llegado a nuestro destino, por lo que me encamine con pies de plomo hacia la cubierta por los pasillos. Era extraño que no me encontrase a nadie que hubiera bajado para recoger los pertrechos que aun poseian despues de la batalla, por lo que alargue mi brazo hacia la espalda y desenganche el arco seguido de una flecha que extraje del carcaj con la mano opuesta, colocandola en su sitio y tensandola un poco. Me asome por el pequeño cristal circular de la puerta y vislumbre no de forma muy nitida como los supervivientes a la masacre, seis hombres bien armados, rodeaban a un chico que salia desde una de las roturas de la baranda ayudado por una cuerda. Eran demasiados como para plantearse siquiera el enfrentarlos de frente y ayudarlo, pero ¿Quien decia que tuviera que ir de frente? Haciendo uso de mi habilidad cree una puerta en el suelo de madera a un metro de distancia, teniendo como salida el mismo suelo de la cubierta, justo detras del ultimo de los piratuchos que ahora estaban demasiado pendientes del recien llegado como para saber lo que en realidad estaba pasando. Tense la cuerda y dispare hacia abajo, lo que provoco que en su homonima la flecha saliese disparada desde abajo hacia arriba con el mismo angulo que yo desde mi posicion habia marcado, atravesando el pecho desde atras a uno de los atacantes. La puerta desaparecio tras dejar paso al punzante objeto, lo suficientemente rapido como para que ninguno de los presentes se diese cuenta de lo sucedido, aunque lo mas probable era que la siguiente estuvieran mucho mas atentos. Esperaba que el chico, al cual aun no habia podido distinguir, pudiera mantenerse en pie en lo que diezmaba las filas enemigas.
Jallial Reezek
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No sé qué día era, ni mucho menos que hora podía ser… Por no saber, creo que ni sé en qué estación estábamos… Acababa de vivir, de nuevo, una mala experiencia… Ese imbécil de Red me había vuelto a poseer, y como siempre, me veía sólo, en un pequeño bote hecho pedazos, abandonado en medio del mar, sin ser capaz siquiera de recordar que había pasado o cómo había llegado hasta ahí.
Desperté y pude ver un barco. Tenía la apariencia de un naufragio que por razones intrascendentes salía de nuevo a la superficie, o tal vez de un barco que el tiempo era lo único que bastaba para convertirlo en basura del fondo del mar. Daba igual, yo tenía hambre y allí podía haber algo de comer, de modo que no lo dudé ni un momento y me metí por uno de los agujeros que tenía en la parte inferior, aunque no sin antes terminar de ensancharlo un poco más para poder pasar sin problemas. Una vez dentro comencé a subir hasta llegar a la bodega. Era esta una clásica bodega pirata y tenía bastante comida, no tardé en ver un barril lleno de fruta y, algo más escondido, uno lleno de carne, y claro, como no, también tenía ron en abundancia. Cogí todo rápidamente. Una botella de ron entre cada uno de mis dedos me dejaban con cuatro botellas y la etiqueta de alcohólico pegada en la frente, un enorme pedazo de carne, a medio cocinar, como un glotón o un hambriento, y la otra mano, que arrastraba el barril entero hacia la mesa, como un avaro. Sin siquiera parar un segundo a mirar si había alguien cerca, y darme cuenta así de que no estaba solo en aquella habitación, comencé a comer.
Cuando ya había comenzado a comer, como un cerdo, vi a un tipo mirando por la ventana, muy concentrado en lo que había ahí fuera. Me acerqué lentamente a ver que ocurría y cuando estuve lo bastante cerca para ver a través de esa pequeña ventanita, pude ver fuera un muchacho rodeado de enemigos, uno de los cuales se quejaba de dolor en la espalda mientras se desangraba ligeramente. -*Vaya... Qué divertido!* -Pensé. Tras esto abrí la puerta de golpe, sin temer aplastar contra la pared a aquel tipo que miraba a través de la ventana, y salí a la cubierta gritando: -Yo también quiero jugar!! -Y tras decir esto salté contra uno de los tipos que había ahí, vestido de forma muy ordinaria y con un pañuelo en la cabeza, y le di un fuerte puñetazo en el pómulo derecho, quedando este tirado en el suelo semiinconsciente y todos los demás mirándome enfadados. -Oh, ya la he cagado otra vez... Bueno, pues ya solo puedo salir de esta pateando culos... Vamos, escoria! - Dije soltando mi cadena, enroscada al rededor de mi brazo, dejándola caer hasta llegar al suelo al tiempo que la sujetaba por el asa de amarre.
Desperté y pude ver un barco. Tenía la apariencia de un naufragio que por razones intrascendentes salía de nuevo a la superficie, o tal vez de un barco que el tiempo era lo único que bastaba para convertirlo en basura del fondo del mar. Daba igual, yo tenía hambre y allí podía haber algo de comer, de modo que no lo dudé ni un momento y me metí por uno de los agujeros que tenía en la parte inferior, aunque no sin antes terminar de ensancharlo un poco más para poder pasar sin problemas. Una vez dentro comencé a subir hasta llegar a la bodega. Era esta una clásica bodega pirata y tenía bastante comida, no tardé en ver un barril lleno de fruta y, algo más escondido, uno lleno de carne, y claro, como no, también tenía ron en abundancia. Cogí todo rápidamente. Una botella de ron entre cada uno de mis dedos me dejaban con cuatro botellas y la etiqueta de alcohólico pegada en la frente, un enorme pedazo de carne, a medio cocinar, como un glotón o un hambriento, y la otra mano, que arrastraba el barril entero hacia la mesa, como un avaro. Sin siquiera parar un segundo a mirar si había alguien cerca, y darme cuenta así de que no estaba solo en aquella habitación, comencé a comer.
Cuando ya había comenzado a comer, como un cerdo, vi a un tipo mirando por la ventana, muy concentrado en lo que había ahí fuera. Me acerqué lentamente a ver que ocurría y cuando estuve lo bastante cerca para ver a través de esa pequeña ventanita, pude ver fuera un muchacho rodeado de enemigos, uno de los cuales se quejaba de dolor en la espalda mientras se desangraba ligeramente. -*Vaya... Qué divertido!* -Pensé. Tras esto abrí la puerta de golpe, sin temer aplastar contra la pared a aquel tipo que miraba a través de la ventana, y salí a la cubierta gritando: -Yo también quiero jugar!! -Y tras decir esto salté contra uno de los tipos que había ahí, vestido de forma muy ordinaria y con un pañuelo en la cabeza, y le di un fuerte puñetazo en el pómulo derecho, quedando este tirado en el suelo semiinconsciente y todos los demás mirándome enfadados. -Oh, ya la he cagado otra vez... Bueno, pues ya solo puedo salir de esta pateando culos... Vamos, escoria! - Dije soltando mi cadena, enroscada al rededor de mi brazo, dejándola caer hasta llegar al suelo al tiempo que la sujetaba por el asa de amarre.
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Akuma no mi
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Drake observaba a aquellos seis piratas que le rodeaban con el ceño fruncido. De repente uno de ellos fue atravesado por una flecha. Pero lo extraño fue cuando el chico observo a su alrededor y no veía nada. ¿De dónde procedía aquella flecha? No había nadie en cubierta y no había barcos cercanos. Había sido todo un misterio. Tras aquello otro hombre apareció se la nada golpeando a uno de los bucaneros. Drake sabía que ese no había podido tirar la flecha pues no tenía ningún arco ni ballesta. Aparte que según la posición de donde salió hubiera sido imposible darle donde le había dado la flecha. Sin más demora aprovechó la situación para librarse. De un rápido movimiento sacó su guadaña para dar un tajo que se estrelló con el cráneo de uno de los que tenían pañuelos. Tras eso otro de los corsarios se lanzó a por él con su espada por delante. Drake bloqueó su tajo con su propia guadaña y lo miró sonriendo de lado y dándole una patada en el pecho que lo lanzó contra la borda pero sin llegar a tirarlo. El pirata corrió de nuevo a por él. Gritaba mosqueado cuando de repente Drake clavó la guadaña en la madera del barco y echó el cuerpo hacia atrás para después lanzar un golpe recto con el puño que se estampo en el estomago del corsario que se quedo sin respiración tosiendo. Drake recogió su guadaña y la elevo con una mano a bastante altura estirando el mango para después bajar con fuerza y decapitarlo con crueldad.
Con aquellos dos fuera de juego. El que estaba medio dormido en el suelo por el puñetazo del otro hombre que apareció y el que murió por la flecha. Ya solo quedaban el capitán que parecía estar furioso y un simple corsario que parecía un simple novato observando. Dos solos hombres contra otros dos. O eso creía Drake ya que no podía saber que había alguien más simplemente dejó el tema de la flecha de lado y observo a los otros dos. Aunque pronto miró en varias direcciones cuando olisqueo el ambiente. Allí olía a mas de los que había presentes. Sumado a los daños del barco estaba claro que ese barco había tenido una batalla hace poco ya que aun olía a los cadáveres. Aunque se hubiera desecho de ellos, el lobo podía oler la peste que habían emanado antes de haber sido tirados al mar o escondidos o cualquier otra cosa. Dejó de olisquear y se centró en los dos que quedaban. Pero antes le echó una mirada al chico que había salido de la nada a ayudarle y le preguntó tranquilamente en un tono calmado y ya más tranquilo después de haberse librado de aquella situación.
- ¿Te quedas con el capitancito o con el que huele a miedo?
Con aquellos dos fuera de juego. El que estaba medio dormido en el suelo por el puñetazo del otro hombre que apareció y el que murió por la flecha. Ya solo quedaban el capitán que parecía estar furioso y un simple corsario que parecía un simple novato observando. Dos solos hombres contra otros dos. O eso creía Drake ya que no podía saber que había alguien más simplemente dejó el tema de la flecha de lado y observo a los otros dos. Aunque pronto miró en varias direcciones cuando olisqueo el ambiente. Allí olía a mas de los que había presentes. Sumado a los daños del barco estaba claro que ese barco había tenido una batalla hace poco ya que aun olía a los cadáveres. Aunque se hubiera desecho de ellos, el lobo podía oler la peste que habían emanado antes de haber sido tirados al mar o escondidos o cualquier otra cosa. Dejó de olisquear y se centró en los dos que quedaban. Pero antes le echó una mirada al chico que había salido de la nada a ayudarle y le preguntó tranquilamente en un tono calmado y ya más tranquilo después de haberse librado de aquella situación.
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Jallial Reezek
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Ante mi atónita mirada, o más bien mi perezosa e inexpresiva mirada, aquel tipo, el muchacho que parecía estar en desventaja, se había desecho de la mitad de los enemigos sin esfuerzo, ni miramientos. Tras esto me miró y me preguntó a cuál de los dos que quedaban prefería yo. –Bueno… Pues… Pito, pito, gorgorito, dónde vas tu tan… -Pero antes de acabar ese infantil juego le lancé un cadenazo a la cara a uno de los dos, el que parecía más débil de los dos, o como él dijo, “el que huele a miedo”. Cayó al suelo casi en el acto tras ser golpeado, por lo que luego miré a mi ahora compañero en la batalla y le dije: -Bueno, pues como solo hay uno para elegir, elijo al capitancito… -Y esbocé una pequeña sonrisa. Ahora faltaba que mi cuerpo pudiera canjear el talón que había firmado mi boca, de modo que debía acabar con aquel capitán, aunque parecía algo más duro que sus amigos. Di un paso al frente, cadena en mano, y le dije al que ahora era mi oponente: -Ey! Tú! Puedes dar las gracias al cielo, porque en el infierno tienen una sala especial sólo para mis invitados de honor, y tú tienes un hueco en ella, siéntete halagado! –Y tras decir esto me lancé a por él para darle un fuerte latigazo, no obstante él era más hábil que los demás, y fue capaz de esquivarlo y, con una gran hacha que este tenía a su espalda, partió mi cadena con un potente golpe. Tras esto comenzó a pavonearse, era realmente molesto, de modo que le debía bajar los humos. –Oye, olvida eso del infierno… No digo que no te vaya a matar, solo que eres demasiado tonto y prepotente para entrar en mi sala V.I.P, de modo que irás a un infierno normal, lo siento…- Antes de poder concluír echó a reír, y siguió presumiendo. –Jajajaja!! No puedes hacer nada contra mí, ya has visto lo que le he hecho a tu cadena y… -Yo le interrumpí esta vez. –Silencio! Un cadáver no habla, y tú eres sólo eso… -Tras decir esto mi cadena, intacta, pasó a rodear su cuello tras un movimiento brusco de mi muñeca. Comencé entonces a asfixiarle lentamente, para que acabara postrado de rodillas ante mí, que me acerqué a él para explicarle. –Verás, leipdig no está hecha a base de fundirse, si no que está unida por magnetismo. Si se rompe los polos se invierten y se vuelve a juntar, es una cadena que no se puede partir tan fácilmente… Ahora, ves al infierno, y díselo a aquellos que ni llegaron a oírlo… -Y tras decir esto tiré fuerte de la cadena hacia un lado al tiempo que le daba un rodillazo en la cabeza hacia el otro, partiendo así su cuello.
Tras todo esto miré al chico, con quien apenas había hablado, y le dije: -Ey, cómo te llamas? Yo soy Reezek, Jallial Reezek, un placer… Bueno, y ahora qué?
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Akuma no mi
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Drake observaba como aquel tipo de la cadena peleaba con destreza contra los dos piratas. Le había quitado una presa y se había ocupado de los dos. Durante el combate hablaba cosas del infierno y cosas parecidas. Menudo par se había juntado. El que hablaba del infierno y salas especiales reservadas para él solo. Y por otro lado el castaño que se creía todo un dios. Un dúo curioso, ambos hablaban de cosas relacionadas con la divinidad. Aquella cadena era algo increíble, funcionaba con un sistema de magnetismo según dijo el moreno antes de partirle el cuello de un rodillazo al capitán. Un buen estilo, violento, sádico y brutalmente espectacular. Algo que agradaba al chico que observó toda la pelea con una media sonrisa. Tras aquello el moreno dijo su nombre, se hacía llamar Jallial Reezek. Tras aquello le preguntó por su nombre y sobre lo que hacer. Este cogió con fuerza su guadaña y fue atravesando los cráneos de las victimas que había allí asegurándose de que todos estaban muertos. Una vez acabó no se molestó en limpiar la sangre de la guadaña y la amarró a su espalda tranquilamente para después contestarle al chico con tranquilidad. Aún tenía la duda de aquella flecha que había salido de la nada pero no había explicación.
- Me llamo Drake. Es un placer conocerte también compañero. Tu segunda pregunta es algo más complicada de responder pero creo que podríamos…
Antes de que acabara la frase un cañonazo que impacto en el barco pirata hizo que Drake cayera al suelo al no esperárselo, había caído muy cerca del castaño. Estaba en el suelo quejándose de un fuerte golpe en el hombro sin explicarse que había podido pasar. En ese momento se levantó despacio y observó la causa de su caída y ese maldito cañonazo. Frente al barco donde estos estaban había otro barco con la insignia de la marina. Un verdadero peligro pues ese cañonazo había dañado bastante el barco y varios marines se podían apreciar en cubierta preparándose para abordar el barco pirata. Solo eran dos personas ahora y ellos todo un barco, la cosa estaba muy pero que muy chunga. Drake giró la vista hacia su compañero moreno y sonrió de lado mientras le hablaba en un tono tranquilo y amable mostrando a la vez una mirada sádica llena de ganas de pelea.
- No era exactamente lo que te iba a proponer pero creo que esto valdrá la pena. Sera mejor que tengamos cuidado y no nos confiemos. Ellos nos ganan en número y seguro que los cobardes atacaran con armas de fuego
El barco se acercaba mucho más a ellos y de repente las cuerdas empezaron a ser lanzadas hacia el barco donde los dos chicos se ubicaban. Drake frunció el ceño y sacó su guadaña de nuevo apretando el puño de su mano libre. Aquel combate podía estar a un nivel muy peligroso, pero no se iba a rendir sin luchar. Además contaba con la ayuda del moreno que parecía pelear bastante bien. Este sonrió de nuevo esperando a que llegaran, no pensaba usar su transformación pero lo haría si fuese necesario. También se preocupaba un poco por su bote que estaba aún pegado al barco pirata, temía que se lo hundieran ya que no tendría forma de seguir con su viaje.
- Me llamo Drake. Es un placer conocerte también compañero. Tu segunda pregunta es algo más complicada de responder pero creo que podríamos…
Antes de que acabara la frase un cañonazo que impacto en el barco pirata hizo que Drake cayera al suelo al no esperárselo, había caído muy cerca del castaño. Estaba en el suelo quejándose de un fuerte golpe en el hombro sin explicarse que había podido pasar. En ese momento se levantó despacio y observó la causa de su caída y ese maldito cañonazo. Frente al barco donde estos estaban había otro barco con la insignia de la marina. Un verdadero peligro pues ese cañonazo había dañado bastante el barco y varios marines se podían apreciar en cubierta preparándose para abordar el barco pirata. Solo eran dos personas ahora y ellos todo un barco, la cosa estaba muy pero que muy chunga. Drake giró la vista hacia su compañero moreno y sonrió de lado mientras le hablaba en un tono tranquilo y amable mostrando a la vez una mirada sádica llena de ganas de pelea.
- No era exactamente lo que te iba a proponer pero creo que esto valdrá la pena. Sera mejor que tengamos cuidado y no nos confiemos. Ellos nos ganan en número y seguro que los cobardes atacaran con armas de fuego
El barco se acercaba mucho más a ellos y de repente las cuerdas empezaron a ser lanzadas hacia el barco donde los dos chicos se ubicaban. Drake frunció el ceño y sacó su guadaña de nuevo apretando el puño de su mano libre. Aquel combate podía estar a un nivel muy peligroso, pero no se iba a rendir sin luchar. Además contaba con la ayuda del moreno que parecía pelear bastante bien. Este sonrió de nuevo esperando a que llegaran, no pensaba usar su transformación pero lo haría si fuese necesario. También se preocupaba un poco por su bote que estaba aún pegado al barco pirata, temía que se lo hundieran ya que no tendría forma de seguir con su viaje.
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Mi ahora compañero de fatigas se presentó ante mí. Su nombre era Drake, un nombre con fuerza, me transmitía buenas vibraciones, no obstante, antes de poder responder a mi segunda pregunta, en la cual le pregunté qué pensaba hacer ahora, se produjo algo inesperado. Un ataque marine. Era normal, al fin y al cabo, pues estábamos en un barco pirata, sin embargo fue muy repentino. Los dos caímos al suelo, tomados por la sorpresa, pero rápidamente nos reincorporamos y observamos la escena. Me dijo que lo que ahora iba a venir prometía ser interesante, pero que aquellas cobardes personas usarían armas de fuego. Yo no veía el problema. – ¿Y? Mejor, si no lucharan con todo no sería emocionante, ¿no? En fin, te propongo una cosa, dudo que dos simples personas como nosotros podamos hacer frente a todo un barco, así que yo me ocuparé de entretenerlos, tú ves a buscar un bote o algo así para escapar. –Y tras decir esto comencé a correr hacia el extremo del barco para abordar a los marines. Ante su mirada me lancé a por el barco marine sin pensarlo, confiando en que él haría caso y se ocuparía de la huida. Tras esto me transformé en mi forma híbrida, en un hombre lobo, un licántropo. Un solo lobo no iba a poder aplacar todo un barco. Mientras caía sobre el susodicho barco saqué mi cadena y comencé a arremeter con fuerza contra aquellos marines, que eran bastante más débiles de lo que me esperaba. Aquel barco seguía disparando al barco donde instantes antes yo había estado, y para evitar que lo hundirán, cogí uno de los cañones usando mi cadena a modo de lazo y lo estrellé contra el suelo de la cubierta del barco. En cuestión de minutos el barco comenzó a hundirse, y el otro estaba también en unas condiciones pésimas, por lo que no tardaría en hacerlo tampoco. Mi principal esperanza pasaba por Drake, y porque hubiera logrado encontrar algo para escapar de allí.
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La cosa se estaba poniendo fea. Tras unos segundos su compañero le mencionó que era más divertido si ellos usaban todo lo que tenían. Eso le daba igual al chico, pero le molestaba que en vez de luchar mano a mano lucharan alejados y disparando. Tras aquello escuchó las palabras de huir de su compañero, tenía razón ellos solos no podrían con un barco de la marina. Eso sin contar con los probables refuerzos que podían haber llamado. Este se dirigía al bote por el que había venido. Por suerte aún estaba allí a un simple salto. Cuando fue a avisar aquel moreno lo vio transformarse en un hombre lobo. Este sonrió de lado pues ante él había otro zoan de lobo. Era una enorme coincidencia. El licántropo peleaba contra aquellos hombres de forma hábil y agarró un cañón con su cadena provocando daños en el barco enemigo. En ese momento dos marines habían saltado al barco pirata que estaba en pésimas condiciones. Estos observaron a Drake sacando una katana cada uno y corriendo a por él.
El castaño sonrió de lado transformándose en su forma hibrida, un hombre lobo de color blanco y ojos dorados. Con un rugido los asustó un poco para después dar un paso adelante. Los dos marines retrocedieron y uno de ellos lo miró asustado señalándole con el dedo índice de su mano derecha.
- ¡No vale, pelea como un hombre no como una bestia cobarde!
Drake frunció el ceño al oir aquel hombre. Ellos atacaban de dos en dos y ahora el cobarde era él. Vaya estúpidos. Sin embargo este volvió a su forma humana crujiéndose los nudillos sonriendo con una amplia sonrisa sádica en el rostro mientras caminaba hacia ellos con total comodidad.
- Bien, vamos valientes atacadme los dos a la vez si podéis. Es hora de que sufráis mi nueva habilidad.
El primero salió corriendo a por el castaño. Una vez estaba cerca de él lanzó un tajo hacia el chico con su katana. Este de un rápido movimiento se echó a un lado y lo cogió por el cuello para después darle un rodillazo en la boca del estomago y tirarlo de una patada en la cara por la borda del barco. El segundo le dio a Drake un puñetazo en toda la cara que hizo que este escupiera un poco de sangre retrocediendo. Sonrió un poco tras aquello y miro al marine que ahora corría a por el chico con la katana en mano. El castaño soltó un bostezo y de repente soltó por su boca una estrofa al parecer de una canción suya propia, al ser cantante las componía también él.
- ¡Vamos baby, baila y grita auuuu!
La última palabra que pareció más bien un aullido la empleo con todo tu tono de voz e hizo que aquel hombre cerrara los ojos sintiendo una ligera desorientación. Al ser músico cantante tenía la habilidad ya algo desarrollada y había aprendido trucos como ese. Tras ver al hombre algo desorientado, Drake echó el puño hacia atrás y frunció el ceño. Tras unos dos segundos estiro el puño hacia la cara del marine mientras que concentraba toda su energía en dicho puño. Al rozar tan solo la piel de su atacante este salió despedido unos cinco metros hacia atrás con la nariz rota y cayendo por la borda como si un empujón de choque hubiera salido del puño de Drake que ahora gritaba con fuerza.
- ¡Ripera o utsu!
Acto seguido sonrió de lado tras ese breve calentamiento con ambos marines. El bote estaba listo para la huida, observó a Jallial con una tranquila mirada y le hizo una seña de levantar el pulgar para que supiera que todo estaba listo. Había usado dos de sus habilidades, había comprobado que efectivamente eran muy útiles y sus efectos mucho más aún. Podía seguir mejorándolas a lo largo de sus viajes y eso le alegraba. Tenía aún más técnicas bajo la manga como se suele decir pero no iba a usarlas todas en un ataque de la marina. A no ser que su vida corriera peligro, en ese caso si las usaría y sin vacilar un instante. Los cuerpos de ambos marines derrotados habían caído por la borda. Ahora solo quedaba que Jallial volviera al barco para desde allí saltar al bote con cuidado de no caer al agua y alejarse de allí.
- Vámonos compañero la huida está asegurada, si esperamos mas es muy posible que lleguen más navíos de la marina y con probabilidad de que manden agentes del gobierno mundial. Vamos es hora de irse Jallial.
Dijo por última vez corriendo hacia la borda por el lado en el que estaba el bote allí flotando. Por suerte no había mucha corriente y estaba en el mismo lugar que donde lo había dejado anteriormente. Parecía que el dios de la suerte estuviera de su parte ese día. No solo se había librado de esos malditos piratas sino que también podría escapar de los marines fácilmente sin necesidad de esforzarse al máximo. En su interior sentía ganas de seguir luchando contra ellos y demostrar lo fuerte que podía llegar a ser. Aunque era muy arriesgado que se llevara un balazo en un mal sitio y por ello era mejor la retirada. Esperaba sobre la borda a que llegara su compañero, el otro lobo y de una vez pudieran largarse de aquel lugar.
El castaño sonrió de lado transformándose en su forma hibrida, un hombre lobo de color blanco y ojos dorados. Con un rugido los asustó un poco para después dar un paso adelante. Los dos marines retrocedieron y uno de ellos lo miró asustado señalándole con el dedo índice de su mano derecha.
- ¡No vale, pelea como un hombre no como una bestia cobarde!
Drake frunció el ceño al oir aquel hombre. Ellos atacaban de dos en dos y ahora el cobarde era él. Vaya estúpidos. Sin embargo este volvió a su forma humana crujiéndose los nudillos sonriendo con una amplia sonrisa sádica en el rostro mientras caminaba hacia ellos con total comodidad.
- Bien, vamos valientes atacadme los dos a la vez si podéis. Es hora de que sufráis mi nueva habilidad.
El primero salió corriendo a por el castaño. Una vez estaba cerca de él lanzó un tajo hacia el chico con su katana. Este de un rápido movimiento se echó a un lado y lo cogió por el cuello para después darle un rodillazo en la boca del estomago y tirarlo de una patada en la cara por la borda del barco. El segundo le dio a Drake un puñetazo en toda la cara que hizo que este escupiera un poco de sangre retrocediendo. Sonrió un poco tras aquello y miro al marine que ahora corría a por el chico con la katana en mano. El castaño soltó un bostezo y de repente soltó por su boca una estrofa al parecer de una canción suya propia, al ser cantante las componía también él.
- ¡Vamos baby, baila y grita auuuu!
La última palabra que pareció más bien un aullido la empleo con todo tu tono de voz e hizo que aquel hombre cerrara los ojos sintiendo una ligera desorientación. Al ser músico cantante tenía la habilidad ya algo desarrollada y había aprendido trucos como ese. Tras ver al hombre algo desorientado, Drake echó el puño hacia atrás y frunció el ceño. Tras unos dos segundos estiro el puño hacia la cara del marine mientras que concentraba toda su energía en dicho puño. Al rozar tan solo la piel de su atacante este salió despedido unos cinco metros hacia atrás con la nariz rota y cayendo por la borda como si un empujón de choque hubiera salido del puño de Drake que ahora gritaba con fuerza.
- ¡Ripera o utsu!
Acto seguido sonrió de lado tras ese breve calentamiento con ambos marines. El bote estaba listo para la huida, observó a Jallial con una tranquila mirada y le hizo una seña de levantar el pulgar para que supiera que todo estaba listo. Había usado dos de sus habilidades, había comprobado que efectivamente eran muy útiles y sus efectos mucho más aún. Podía seguir mejorándolas a lo largo de sus viajes y eso le alegraba. Tenía aún más técnicas bajo la manga como se suele decir pero no iba a usarlas todas en un ataque de la marina. A no ser que su vida corriera peligro, en ese caso si las usaría y sin vacilar un instante. Los cuerpos de ambos marines derrotados habían caído por la borda. Ahora solo quedaba que Jallial volviera al barco para desde allí saltar al bote con cuidado de no caer al agua y alejarse de allí.
- Vámonos compañero la huida está asegurada, si esperamos mas es muy posible que lleguen más navíos de la marina y con probabilidad de que manden agentes del gobierno mundial. Vamos es hora de irse Jallial.
Dijo por última vez corriendo hacia la borda por el lado en el que estaba el bote allí flotando. Por suerte no había mucha corriente y estaba en el mismo lugar que donde lo había dejado anteriormente. Parecía que el dios de la suerte estuviera de su parte ese día. No solo se había librado de esos malditos piratas sino que también podría escapar de los marines fácilmente sin necesidad de esforzarse al máximo. En su interior sentía ganas de seguir luchando contra ellos y demostrar lo fuerte que podía llegar a ser. Aunque era muy arriesgado que se llevara un balazo en un mal sitio y por ello era mejor la retirada. Esperaba sobre la borda a que llegara su compañero, el otro lobo y de una vez pudieran largarse de aquel lugar.
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En un momento todo había pasado a ser un caos. Ambos barcos se mantenían a flote de milagro, y todos los que estaban en ellos podrían perecer en cualquier momento. No me preocupaba mucho, salvo por la nimiedad de que yo era uno de los que allí se encontraban. Mi primer impulso fue correr a babor para comprobar si Drake había logrado zafarse, y para mi sorpresa, se estaba encargando de unos marines con una facilidad pasmosa. -No lo hace mal el chico... -Pensé para mis adentros.
En un momento de deshizo de ellos y me dio la señal para que saltáramos al bote que había preparado y que vi al costado izquierdo del barco marine, que se iba hundiendo poco a poco. Cuando hube saltado al pequeño bote comencé a ver como, a lo lejos, se acercaban dos barcos marines más que, al parecer, venían a socorrer a los otros barcos, tanto al marine como a los que siguieran con vida dentro de aquel barco pirata, aunque seguramente ellos serían encerrados o dios sabe qué... Tampoco me paré demasiado a pensarlo, y me enfoqué más en decidir qué hacer ahora. Dado que no era mi bote no sería yo quien decidiera el rumbo, así que me limité tan solo a esperar que Drake decidiera a dónde ir ahora. Las opciones eran de lo más divertidas, o bien nos largábamos a buscar una isla donde desembarcar, o bien nos quedábamos y enfrentábamos a otros dos barcos de la marina, aunque en ellos parecía que vendría algún marine más duro de los que nos cruzamos antes y podríamos perder esta vez... Fuera cual fuese la decisión de Drake, yo lo apoyaría...
En un momento de deshizo de ellos y me dio la señal para que saltáramos al bote que había preparado y que vi al costado izquierdo del barco marine, que se iba hundiendo poco a poco. Cuando hube saltado al pequeño bote comencé a ver como, a lo lejos, se acercaban dos barcos marines más que, al parecer, venían a socorrer a los otros barcos, tanto al marine como a los que siguieran con vida dentro de aquel barco pirata, aunque seguramente ellos serían encerrados o dios sabe qué... Tampoco me paré demasiado a pensarlo, y me enfoqué más en decidir qué hacer ahora. Dado que no era mi bote no sería yo quien decidiera el rumbo, así que me limité tan solo a esperar que Drake decidiera a dónde ir ahora. Las opciones eran de lo más divertidas, o bien nos largábamos a buscar una isla donde desembarcar, o bien nos quedábamos y enfrentábamos a otros dos barcos de la marina, aunque en ellos parecía que vendría algún marine más duro de los que nos cruzamos antes y podríamos perder esta vez... Fuera cual fuese la decisión de Drake, yo lo apoyaría...
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Jallial ya había saltado al bote y estaba esperando a que lo hiciera Drake. En ese momento sus ojos se abrieron de forma considerable cuando observó como dos barcos más de la marina se acercaban. Ya habían asaltado uno para defenderse y aquello no les iba a salir nada gratis. El acto que habían hecho había ido demasiado lejos y se la estaban jugando mucho. Al menos Drake no quería poner en peligro a sus aliados con problemas con los marines. Lo que habían hecho ya estaba hecho y no podían cambiarlo. Por un momento bajó del filo de la borda a la cubierta del barco. Por su mente pensaba la idea de entregarse. No quería relacionar a nadie con lo sucedido y si algún día lo pillaban con Minathy o su jefe Derian podía meterles a ellos en problemas serios a ellos y no quería eso. Agachó la cabeza quedándose allí unos segundos y haciéndole a Jallial un gesto con la mano para que este se fuera del lugar y se salvara él. Este así podría darle tiempo con alguna excusa tonta. Ambos barcos estaban lamentables. Dos marines mas aparecieron del barco que estaba pegado al de ellos. El castaño caminaba hacia ellos muy tranquilo sin mala intención. Estaba entregándose. Ambos marines parecieron darse cuenta y se acercaron a este estando alerta.
- Buena decisión chico, veo que sabes estar en lo correcto. Si hubieras huido habría sido muchísimo peor. Ya están aquí nuestros refuerzos, pon las manos donde podamos verlas y tira todas tus armas al suelo.
Drake asintió con la cabeza despacio y agarró el mango de su guadaña. En ese momento por su mente pasaron varias cosas. La expedición en Ireos con Derian. El encuentro en el restaurante con Minathy. La amistad que había tenido con la chica pirata en la isla de los insectos. Su misión de proteger a su jefe hasta la muerte y llevarlo hacia sus metas. La venganza que aún debía realizar por el asesinato de sus padres. En ese momento tomó su decisión, si debía vivir como un criminal lo haría. Frunció el ceño gruñendo y de repente sacó la guadaña, pero no para tirarla en el suelo sino para atravesar la frente del primer marine. Tras eso la sacó de su cráneo y golpeó el pecho del segundo con su pierna tirándolo al suelo. Guardó su guadaña y lo remató usando su forma de lobo completo para morderle en el cuello. El lobo observó a los barcos de la marina acercarse y tras un gruñido salió corriendo. Había pasado muy poco tiempo para que Jallial se hubiera alejado apenas unos metros, si es que lo había hecho pues todo había pasado en unos siete segundos. El animal colocó sus patas en el filo de la borda y saltó hacia el bote con elegancia. Una vez cayó en este volvió a la forma humana y cogió un remo remando con fuerza.
- Al sur. Luego decidimos el rumbo, pero vámonos ya o nos cogerán
- Buena decisión chico, veo que sabes estar en lo correcto. Si hubieras huido habría sido muchísimo peor. Ya están aquí nuestros refuerzos, pon las manos donde podamos verlas y tira todas tus armas al suelo.
Drake asintió con la cabeza despacio y agarró el mango de su guadaña. En ese momento por su mente pasaron varias cosas. La expedición en Ireos con Derian. El encuentro en el restaurante con Minathy. La amistad que había tenido con la chica pirata en la isla de los insectos. Su misión de proteger a su jefe hasta la muerte y llevarlo hacia sus metas. La venganza que aún debía realizar por el asesinato de sus padres. En ese momento tomó su decisión, si debía vivir como un criminal lo haría. Frunció el ceño gruñendo y de repente sacó la guadaña, pero no para tirarla en el suelo sino para atravesar la frente del primer marine. Tras eso la sacó de su cráneo y golpeó el pecho del segundo con su pierna tirándolo al suelo. Guardó su guadaña y lo remató usando su forma de lobo completo para morderle en el cuello. El lobo observó a los barcos de la marina acercarse y tras un gruñido salió corriendo. Había pasado muy poco tiempo para que Jallial se hubiera alejado apenas unos metros, si es que lo había hecho pues todo había pasado en unos siete segundos. El animal colocó sus patas en el filo de la borda y saltó hacia el bote con elegancia. Una vez cayó en este volvió a la forma humana y cogió un remo remando con fuerza.
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- Sorry:
- Perdón, pero no había visto que ya habías respondido y ahora, mirando mis mensajes en el foro, me di cuenta que llevabas 4 días esperando jaja Si ves que tardo dame un toque, que es que se me pasa xDD Por cierto, puedes escoger atacar a los aldeanos o aliarnos con ellos contra los marines, yo te sigo xDD
En cuestión de unos segundos Drake hizo el amago de entregarse a la marina, pero finalmente no lo hizo. No obstante, durante ese breve espacio de tiempo donde sí pensé que se iba a entregar, comencé a pensar en todas las cosas que pasaría si él se entregaba, dado que me quedaría solo y probablemente me cogerían a mí también, así que si él se entregaba lo mejor sería que yo también lo hiciera. Si finalmente no era capaz de huir, la idea era procurar que mi huida fuera sencilla, por lo que ya estaba pensando en cómo escapar sin llamar demasiado la atención, aunque de forma poco fructífera. De repente vi como Drake caía del barco y subía a aquel pequeño bote junto a mí, de modo que pensé que algo había ido mal y tocaba salir por patas, y él me lo confirmó, diciéndome al mismo tiempo que fuéramos al sur, para después ya ver hacia dónde podíamos dirigirnos. Hice caso a su propuesta y comencé, junto a él, a remar en la dirección que él indicó. Si no nos dábamos prisa los barcos de refuerzo llegarían, por suerte aún debían atender a los heridos de su barco y de aquel barco pirata, por no hablar de evitar que se hundieran estos.
Tras un rato remando a brazo partido los dos ya estábamos lo suficientemente lejos para tranquilizarnos cuando, a lo lejos, comencé a vislumbrar una pequeña isla que parecía perfecta para refugiarnos y abastecernos, si debíamos huir también sería bueno tener la opción de separarnos, y aumentar así nuestras posibilidades de éxito, y si había un pueblo en aquella isla sería la forma perfecta de lograrlo.
Una vez llegamos a aquella isla remando sin cesar yo mismo metí el bote hasta dentro de la costa. Tras esto miré a mi ahora compañero de huida y, algo dudoso, le volví a preguntar a él, que en esta extraña experiencia era a quien yo consideraba más apto para dirigirnos debido a mi inexperiencia huyendo de la autoridad.
-Bueno… ¿Y ahora qué? ¿Crees que los habremos despistado? –Y en los instantes después de lanzar mi pregunta cayó una bala de cañón justo a unos metros a mi lado cuya explosión me lanzó volando más de un metro. – ¡Lo tomaré por un no! –Grité en el aire. Cuando me reincorporé vi que la bala no había venido del mar, sino de mi espalda, de la isla, y pude ver cómo, encima de un pequeño acantilado, había un grupo de aldeanos armado, alguno que otro con un pequeño cañón, que nos miraban asustados. –La hemos cagado… -Le dije y me quedé esperando a que Drake me dijera qué hacer.
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Una vez habían llegado a la pequeña isla, el castaño respiraba agitado por el susto viendo que estaban lejos de los barcos y estos casi ya hundidos. Por ello los demás marines que llegaron luego debían ayudar a los de los barcos si no querían que se hundieran. De no ser así acabarían de pasto de los peces. Con una pequeña sonrisa de medio lado volvió a mirar al moreno cuando observó como una bala de cañón. Impactaba cerca del otro lobo y lo mandaba a volar, a lo que este estiro su brazo hacia el abriendo mucho los ojos.
- ¡Jallial no te mueras tronco!
Dijo dando un grito pero viendo después que estaba bien. Su mirada observó ahora a los habitantes de aquella isla que los miraban armados desde el acantilado, encima de llevar armas de fuego estaban fuera del alcance de los dos chicos lobo. No era justo, desde abajo no podían defenderse de los ataques, pero estaban algo asustados. Quizás por haber visto lo de los barcos hundiéndose. En ese momento el castaño miró hacia ellos y sonrió fingiendo ser amable y gritándoles para que estos pudieran oírle claro y alto.
- Tranquilos no somos enemigos. Somos agentes del gobierno mundial y nuestro barco se ha hundido, solo queremos un poco de agua y comida. Y un mapa que nos indique alguna isla más grande si es posible, amables señores.
Observando para comprobar la reacción de los ciudadanos, uno de ellos el cual vestía de negro y parecía tener ya cerca de los sesenta años comenzó a hablar mientras señalaba a Drake. Su forma de hablar era bastante grosera para la edad que tenia y como si se creyese superior en todas las palabras que iba diciendo.
- No vamos a picar idiota. No sois agentes del gobierno mundial. Tú eres Drake, tu cabeza vale 700.000. Seremos una isla alejada pero no somos tontos, lo que queréis es violar a nuestras hijas y mujeres y matarnos a los hombres para vuestra propia diversión, además con esas pintas de chulo drogadicto no vas a ningún lado. Y el que va contigo con la cadena parece un macarra borracho. No nos fiamos de vosotros par de tontos, podríais hacer un dúo cómico de la pena que estáis dando ahora mismo con esas pintas. Iros de aquí o dispararemos y esta vez no vamos a fallar el disparo.
Tras aquellas palabras el castaño no daba crédito a lo que estaba escuchando. Se creía que era alguna especie de broma o algo parecido, desvió la mirada mirando a Jallial con cara de tonto por llamar de alguna manera a aquella expresión y empezó a hablarle en un tono algo humillado y con pena en la voz.
- Me han dicho drogadicto… tenemos dos opciones, te doy a escoger. O cogemos el bote y nos largamos mientras los marines rescatan los barcos. O subimos al acantilado, cogemos a ese viejo de la cabeza y le arrancamos la piel a mordiscos sin piedad.
- ¡Jallial no te mueras tronco!
Dijo dando un grito pero viendo después que estaba bien. Su mirada observó ahora a los habitantes de aquella isla que los miraban armados desde el acantilado, encima de llevar armas de fuego estaban fuera del alcance de los dos chicos lobo. No era justo, desde abajo no podían defenderse de los ataques, pero estaban algo asustados. Quizás por haber visto lo de los barcos hundiéndose. En ese momento el castaño miró hacia ellos y sonrió fingiendo ser amable y gritándoles para que estos pudieran oírle claro y alto.
- Tranquilos no somos enemigos. Somos agentes del gobierno mundial y nuestro barco se ha hundido, solo queremos un poco de agua y comida. Y un mapa que nos indique alguna isla más grande si es posible, amables señores.
Observando para comprobar la reacción de los ciudadanos, uno de ellos el cual vestía de negro y parecía tener ya cerca de los sesenta años comenzó a hablar mientras señalaba a Drake. Su forma de hablar era bastante grosera para la edad que tenia y como si se creyese superior en todas las palabras que iba diciendo.
- No vamos a picar idiota. No sois agentes del gobierno mundial. Tú eres Drake, tu cabeza vale 700.000. Seremos una isla alejada pero no somos tontos, lo que queréis es violar a nuestras hijas y mujeres y matarnos a los hombres para vuestra propia diversión, además con esas pintas de chulo drogadicto no vas a ningún lado. Y el que va contigo con la cadena parece un macarra borracho. No nos fiamos de vosotros par de tontos, podríais hacer un dúo cómico de la pena que estáis dando ahora mismo con esas pintas. Iros de aquí o dispararemos y esta vez no vamos a fallar el disparo.
Tras aquellas palabras el castaño no daba crédito a lo que estaba escuchando. Se creía que era alguna especie de broma o algo parecido, desvió la mirada mirando a Jallial con cara de tonto por llamar de alguna manera a aquella expresión y empezó a hablarle en un tono algo humillado y con pena en la voz.
- Me han dicho drogadicto… tenemos dos opciones, te doy a escoger. O cogemos el bote y nos largamos mientras los marines rescatan los barcos. O subimos al acantilado, cogemos a ese viejo de la cabeza y le arrancamos la piel a mordiscos sin piedad.
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Drake comenzó ahora a mantener una conversación con aquellos civiles que, al parecer, lo reconocieron de los carteles de se busca. Según oí, la cabeza de Drake valía la friolera de 700.000 berries, lo bastante para comer chuletones y langostinos durante una larga temporada, lástima no ser un caza recompensas. En medio de la conversación uno de los aldeanos llamó a Drake drogadicto, lo cual me hizo partirme de la risa, pero a mitad de mi carcajada me llamaron alcohólico, a mí, que no me había metido con nadie, y eso me enfadó. También dijeron algo sobre violar a sus hijas y a sus mujeres, por ahí igual no estaban muy desencaminados, pero esta no era la cuestión, la cuestión era que esos tipos me habían hecho enfadar, y mucho, pero por suerte para ellos yo era alguien sosegado y calmado, que no se enfadaba por cualquier tontería. No obstante Drake no tardó en darme a elegir la opción de, literalmente, “coger a ese viejo y arrancarle la piel a mordiscos sin piedad”, cosa a la cual yo reusaría, no estaba dispuesto a matar así porque sí, yo no era un monstruo. –Drake, aunque la idea no es mala yo… -Antes de poder decirle que no lo haría “él” hizo acto de presencia, ocupando mi cuerpo y utilizando nuestra akuma. Nos transformamos en forma híbrida y, sonriendo, terminó él la frase por mí. – ¡Yo seré quien le arranque la piel a tiras! –Y tras decir aquello dio un potente salto hacia la cima de aquella colina, no sin la resistencia de los aldeanos, que apuntaron y comenzaron a dispararle. Varias balas lograron rozarle, una incluso impactó contra su hombro, pero Red no sentía dolor, eso era algo que me había dejado a mí, qué gran “privilegio”, de modo que poco le importó, eso no lo detuvo. En la colina cogió a dos ciudadanos del cuello y los lanzó hacia abajo con gran potencia. A otro directamente lo atravesó con sus garras, por más que este hubiera pedido clemencia y piedad. Era ahora una bestia, sin juicio ni razón, y suplicar por tu vida sólo haría que tuviera más ganas de matarte. Finalmente quedé frente a frente con aquel viejo, era ahora un cara a cara, que estaba muy decantado a mi favor. Salvo que Drake decidiera que este era para él, cosa que le preguntaría, Red se iba a divertir mucho jugando a “operación” con aquel viejo. –Oye, tipejo, ¿me lo puedo quedar o vas a usarlo? –Preguntó Red a Drake tras coger por el pescuezo al viejo, asomado al barranco, de tal modo que si se soltaba su caída, y su muerte, eran casi seguras.
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Drake aún estaba algo enfadado por la actuación del anciano diciéndole drogadicto. Incluso ahora su compañero se había vuelto loco o eso parecía. Enseguida el lobo se dio cuenta de que era bipolar o algo así por la forma de hablar de un momento a otro. El chico moreno ahora estaba en su forma hibrida cargándose a aquellas personas. El castaño sin embargo estaba mosqueado aún por las palabras del maldito viejo. Cuando el lobo tiró a los demás ciudadanos hacia abajo, Drake suspiró y sacó su guadaña rematándolos tranquilamente como si nada. Tras aquello subió a donde Jallial y le escuchó. Por suerte esa personalidad no era violenta y no tendrían que pelear. Ahora su oferta era muy tentadora, cargarse al maldito viejo, pero el tipo estaba tan feliz que decidió dejárselo a él.
- Todo tuyo, pero asegúrate que sufre por llamarme drogadicto.
Tras aquello observó un bote que no era el de ellos. Había otro bote encallado en la arena y por suerte ellos eran dos. Cada uno podría irse de una vez por su lado y librarse de los marines cuanto antes. Tras una sonrisa de lado observó al moreno y le gritó con fuerza mientras se dirigía a su bote.
- Aquí tienes otro bote. Yo me largo a seguir mi camino. Cuídate compañero
Tras sus palabras entró en el bote y se metió en el mar. Su bote se dirigía a una dirección contraria a la de los marines que estaban ocupados con el barco que estaba hundiéndose. Se habían cargado a muchos marines y encima habían asaltado uno de sus navíos y huido del otro tras cargarse el primero. Las victimas no habían sobrevivido pues los dos lobos habían arrasado con ellos sin piedad alguna. Ya era hora de largarse de aquel sitio de una vez y volver cada cual a su destino. El lobo blanco debía largarse al barco de Derian para dirigirse a su siguiente objetivo que había creído escuchar que iba a ser en Loguetown. El otro chico tendría su propio destino en cuanto acabara con aquel estúpido anciano, se había atrevido a vacilarles pese a las buenas intenciones que había tenido el castaño con él y su gente. Otro les habría matado sin decir nada y les habría robado todo lo de valor y tal vez habrían violado a sus mujeres e hijas. Se habían buscado la ruina ellos solos, Drake era una bestia sin escrúpulos dispuesto a matar si hacía falta y sin lamentarlo. Pero ahora estaban en manos del moreno que parecía tener runa peligrosa personalidad con un toque de sadismo. Eso ya no era asunto del castaño que ignorando todo lo demás se dirigía hacia el barco de Derian tranquilamente. El cielo empezaba a nublarse y el chico debía darse prisa en llegar si no quería que una tormenta le atrapase y volcara su bote. Entre suspiros empezó a remar con más fuerza, dispuesto a largarse cuanto antes sabiendo que el moreno disponía de otro bote para huir también de allí.
- Todo tuyo, pero asegúrate que sufre por llamarme drogadicto.
Tras aquello observó un bote que no era el de ellos. Había otro bote encallado en la arena y por suerte ellos eran dos. Cada uno podría irse de una vez por su lado y librarse de los marines cuanto antes. Tras una sonrisa de lado observó al moreno y le gritó con fuerza mientras se dirigía a su bote.
- Aquí tienes otro bote. Yo me largo a seguir mi camino. Cuídate compañero
Tras sus palabras entró en el bote y se metió en el mar. Su bote se dirigía a una dirección contraria a la de los marines que estaban ocupados con el barco que estaba hundiéndose. Se habían cargado a muchos marines y encima habían asaltado uno de sus navíos y huido del otro tras cargarse el primero. Las victimas no habían sobrevivido pues los dos lobos habían arrasado con ellos sin piedad alguna. Ya era hora de largarse de aquel sitio de una vez y volver cada cual a su destino. El lobo blanco debía largarse al barco de Derian para dirigirse a su siguiente objetivo que había creído escuchar que iba a ser en Loguetown. El otro chico tendría su propio destino en cuanto acabara con aquel estúpido anciano, se había atrevido a vacilarles pese a las buenas intenciones que había tenido el castaño con él y su gente. Otro les habría matado sin decir nada y les habría robado todo lo de valor y tal vez habrían violado a sus mujeres e hijas. Se habían buscado la ruina ellos solos, Drake era una bestia sin escrúpulos dispuesto a matar si hacía falta y sin lamentarlo. Pero ahora estaban en manos del moreno que parecía tener runa peligrosa personalidad con un toque de sadismo. Eso ya no era asunto del castaño que ignorando todo lo demás se dirigía hacia el barco de Derian tranquilamente. El cielo empezaba a nublarse y el chico debía darse prisa en llegar si no quería que una tormenta le atrapase y volcara su bote. Entre suspiros empezó a remar con más fuerza, dispuesto a largarse cuanto antes sabiendo que el moreno disponía de otro bote para huir también de allí.
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Tras mi pregunta vino su respuesta, en la cual me dejó claro que me podría divertir yo con aquel viejo. Red y su forma peculiar de "jugar" y de "divertirse" hicieron el resto. Con una de sus garras atravesó el torso de aquel hombre por la espalda y después lo arrojó por el precipicio. Tras esto se dio la vuelta y sonrió, pues vio que aún le quedaban muchos "juguetes" en aquella isla, y se percató de que los marines aún se encontraban a mucha distancia y muy ocupados, por lo que no corría excesivo peligro y tendría tiempo de divertirse con ellos. -Veamos... ¿Quién va ahora? -Preguntaba a cualquier valiente que se decidiera a enfrentarlo, y encontró a un par de ciudadanos, que se lanzaron sobre él con sus espadas melladas y corroídas representando así gráficamente la diferencia de poder entre aquel ente y los pobres ciudadanos, que ya estaban sentenciados.
Una hora. Ese fue el tiempo que le tomó a Red para exterminar a todo el pueblo, con mayor o menor diversión en cada caso. A unos los hizo matarse entre ellos, a otros directamente los asesinó él, a unos pocos los hizo suicidarse saltando por el precipicio, y a los pocos que quedaban los torturó lenta y dolorosamente. Tras haberlos aniquilado por completo se dedicó a robarles sus posesiones más valiosas y su dinero. No era un pueblo especialmente rico, pero sí logró llevarse 5.000 berries gracias a aquellos pueblerinos. Ahora ya estaba listo para marcharse de allí de una vez, y recién se percató de que Drake había abandonado el lugar hacía ya una hora, antes del inicio de aquella matanza, y de cómo el cielo se había tornado más oscuro, presagiando una posible tormenta. -Mierda, no me gusta mojarme... Eso además quitará este fantástico tono rojizo de mi cuerpo... -Dijo él con tono burlón, haciendo referencia a la sangre de aquellas personas, que cubría por completo nuestro cuerpo, y daba a entender por qué su nombre era ese... RED.
Rápidamente se hizo con el bote que estaba varado en la orilla y comencé a alejarme de aquella isla esperando que la tormenta no fuera demasiado dura con nosotros. -Bueno, esto ya te lo dejo a ti, chico... -Dijo Red para, finalmente, abandonar mi cuerpo y devolverme el control, perdidos en el mar y con una tormenta en camino, él siempre tan "generoso"...
Una hora. Ese fue el tiempo que le tomó a Red para exterminar a todo el pueblo, con mayor o menor diversión en cada caso. A unos los hizo matarse entre ellos, a otros directamente los asesinó él, a unos pocos los hizo suicidarse saltando por el precipicio, y a los pocos que quedaban los torturó lenta y dolorosamente. Tras haberlos aniquilado por completo se dedicó a robarles sus posesiones más valiosas y su dinero. No era un pueblo especialmente rico, pero sí logró llevarse 5.000 berries gracias a aquellos pueblerinos. Ahora ya estaba listo para marcharse de allí de una vez, y recién se percató de que Drake había abandonado el lugar hacía ya una hora, antes del inicio de aquella matanza, y de cómo el cielo se había tornado más oscuro, presagiando una posible tormenta. -Mierda, no me gusta mojarme... Eso además quitará este fantástico tono rojizo de mi cuerpo... -Dijo él con tono burlón, haciendo referencia a la sangre de aquellas personas, que cubría por completo nuestro cuerpo, y daba a entender por qué su nombre era ese... RED.
Rápidamente se hizo con el bote que estaba varado en la orilla y comencé a alejarme de aquella isla esperando que la tormenta no fuera demasiado dura con nosotros. -Bueno, esto ya te lo dejo a ti, chico... -Dijo Red para, finalmente, abandonar mi cuerpo y devolverme el control, perdidos en el mar y con una tormenta en camino, él siempre tan "generoso"...
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- La mayor pelea y más épica sin ningún tipo de fallo. Unos tigres, pistolas de agua y un compañerismo sin igual. El rey de las pistolas de agua contra el señor de las pistolas de agua. Un reto que destrozará todo y a la vez lo restaurará.
- Agua, más agua y un par de locos [Pasado - Baskerville y Skywalker]
- Encuentro en la ciudad del agua [Libre]
- [Privado] Un gusto por el agua. [Arabel - Sir Francis Drake]
- [Privado][Minato Uzumaki, Drake y Alex Drachen] De visita en la Capital del Agua.
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