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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Jue 26 Dic 2013 - 14:59}

El peligro siempre está rondando en cada rincón del mundo, en cada esquina de tabernas y otros establecimientos de ocio. Nos situamos en un bar nocturno de la isla de Syrup, donde la gente reía, bebía y comía como si nada malo fuera a ocurrir. Las mesas estaban abarrotadas, y no había ni un solo hueco en el que los clientes nuevos pudieran sentarse. Técnicamente, estaban sacando un dineral aquella noche de clima veraniego, por lo que tanto el encargado como el camarero principal estaban con una gran sonrisa en sus mandíbulas.  La gente jugaba a lanzar los dardos, también intimaban echando partidas de billar en una mesa con sus palos homologados. Una noche tranquila, pensaría la mayor parte de la gente que se preciara a observar la escena.

Sin embargo, había un cliente en una de las mesas cercanas a la zona sur que no se mostraba tan contento como los demás. Apoyado en un sillón, comía un plato de carne para paliar el hambre que horas atrás había atenazado su estómago y hecho rugir. Su vestimenta desentonaba con cualquier otro hombre que pudiera estar por la zona, lo que era un claro indicativo de que no pertenecía a Syrup. Vestía unos pantalones oscuros, con unas botas altas que llegaban hasta casi la mitad de su espinilla, desabrochadas. El cinturón dejaba caer una de sus partes hacia abajo, en una actitud un tanto despreocupada. Por la parte de arriba, una camisa de color blanquecina estaba adherida a su cuerpo, a través de la cual podía notarse un torso firme y fuerte, para nada esquelético. Encima de esta se posaba una gran gabardina oscura, que llegaba hasta los tobillos del susodicho. Parecía la noche en sí misma, cosa que contrastaba con su tez clara. Su espada estaba colocada justo a su lado, apoyada contra la mesa en la que estaba sentado. Y dos detalles más, plateados y de buen material: un colgante y un pendiente en lo alto de una de sus orejas. Dos indicativos de que pertenecía a una familia noble, que desconocía para su pesar. Algo que aportaba un poco de variedad a su gama de colores. El pelo le caía en una larga melena hasta los hombros, de tonalidad negruzca. Muchos le podrían tachar de gótico, pero él era así. Su cara mostraba facciones serias y bien definidas, sensuales por llamarlas de algún modo. Pero lo que más llamaba la atención de su figura, eran sus dos orbes. De color blanco -despigmentados y demoníacos-, se fijaban en todo lo que podía acontecer, no dejaban que nada se les escapase.

Su mano izquierda tomaba el tenedor, mientras que la derecha hacía lo propio con el cuchillo. Partió un trozo del filete y lo pinchó, para llevárselo a la boca y masticarlo cuidadosamente. Parecía tranquilo y taciturno, pero en verdad estaba alerta. Mostraba una expresión pacífica, pero a la vez podía ser tan fiero como un tigre de bengala. Él era un pirata, y algunas personas que estaban disfrutando de la bebida y el juego lo sabían. Últimamente habían llegado rumores de que uno de los piratas de la antigua generación había regresado, y que se estaba ganando cierta reputación contra ellos. ¿Sería aquel joven, al que apodaban “Kurogami No Ray”? ¿O solo sería una proyección muy parecida de él? Básicamente lo conocían por su frialdad asesina y por aquellos dos orbes que parecían salidos del Infierno, pero muy pocos se querían acercar a averiguarlo. De repente, dos hombres dejaron de jugar a los dardos y se acercaron a la mesa del chico. Con muy malos modales, apoyaron sus manos en la mesa, y le miraron desprendiendo un olor a alcohol por la boca. Rápidamente comenzaron una conversación, aunque esta no duraría demasiado:

¿Eres tú el pirata del que habla todo el East Blue? Estás muy flacucho, seguro que te rompería cien huesos de un solo golpe ¡Hahaha! – Rió, soltando un poco de saliva debido a su brutal actuación de descortesía.

Pero mírale, si está bien duchadito y se ha peinado su cabellera. Me parece a mí que es más un niño consentido que un hombre de los de verdad, ¿no crees? – Dijo el segundo, acercando su cara a la del joven de ojos blancos y retándole visualmente.

El chico les dedicó una rápida mirada, en la que no mostró ningún sentimiento aparte de una pasividad sin límites. Tras cinco segundos de tener sus ojos clavados en aquellos personajes que se habían acercado con tan buena intención, volvió a bajar la vista hacia su plato, partiendo otro trozo de carne y diciendo antes de llevárselo a la boca, para proseguir con la comida que le habían cortado por unas tontas preguntas y difamaciones contra su persona:

- Mi identidad no es algo que tenga que importar a dos asqueroros borrachos de barrio, así que dejadme comer tranquilo. No estoy para enfados – Comentó, a la par que desviaba su mirada hacia la comida y metía el nuevo trozo de carne en su boca. Posteriormente pinchó una patata frita con su tenedor, y la masticó suficientes veces como para crear un ambiente distraído y que no tenía ningún interés en aquellos dos personajes semi-borrachos.

Pareció que tal falta de atención por parte del joven causó una furia indescriptible y fugaz en las almas de los hombres, que tomaron por un lateral la mesa y ejercieron un poco de fuerza para volcarla en dirección al chico. Los cubiertos cayeron al suelo, y tomó rápidamente su arma, lanzando un corte hacia la mesa. Consiguió dividirla en dos partes, y dio un salto desde su asiento tomando el plato de comida en el aire. Aterrizó encima de la barra del camarero, que estaba pasando un trapo sucio para limpiarla. Cruzó sus piernas y enfundó la espada con una sola mano, para más tarde coger una patata con los dedos índice y pulgar y llevársela a la boca. Miró a los hombres con aquellos vacíos, pero a la vez profundos, orbes diabólicos, y les dijo con unos modales impecables:

Id firmando el testamento, en cuanto el plato esté vacío, serviréis de comidilla para los cuervos... Llevo mucho tiempo oculto, es hora de que el terror vuelva a los mares – Con la voz sumamente tranquila, como si la situación estuviera totalmente controlada por su parte.  La gente se le quedó mirando, pero a él poco le importaba. Tomó un trozo de carne pequeño y lo comió, tragó y se pasó la lengua por los labios. Estaba riquísimo.
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Jue 26 Dic 2013 - 19:46}

Era una noche calurosa, como cualquier otro día de verano. La Luna llena iluminaba la isla en la que me encontraba, tan sola en aquel inmenso cielo,  al igual que yo, tan sola en este mundo inmenso. La melancolía y la tristeza inundaban mi corazón. Echaba en falta a todas las persona que un día quise y estaban a mi lado, pero ahora, la gran mayoría de ellas, están muertas, algunas incluso por mi culpa. Mi pasado me atormentaba desde hace ya varios años, pero no podía hacer nada por evitarlo. Caminaba sin rumbo alguno por la isla Syrup, mi pelo negro azulado brillaba bajo la luz de la Luna, y mis ojos morados estaban a punto de inundarse en un mar de lágrimas, pero no iba a permitirlo, hoy no.

Tras un largo rato caminando me topé con una especie de taberna, decidí entrar  en ella, el alcohol siempre hace que una se olvide de todo, y además así podría saciar mi hambre. El estómago me rugía desde hace horas. Abrí la puerta del lugar, y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro. Había un montón de hombres pero no divisaba más de un par de mujeres. Algunos estaban ya tan borrachos que no se mantenían en pie, otros en cambio jugaban al billar, un juego divertido a mi parecer, pero era todavía más divertido observar jugar a hombres rudos y borrachos que no aciertan ni una y se creen profesionales y los terceros, jugaban a los dardos, un juego demasiado simple a mi parecer.

Me dirigí hacia la barra y le pedí al tabernero una jarra de sake y un filete con patatas, el cual me lo sirvió con enseguida con una sonrisa en el rosto, una conducta que me sorprendió un poco, normalmente te miran como si fueras una escoria. Le di las gracias y le di un par de tragos al sake comenzando a cortarle un trozo al filete para después llevármelo a la boca. La gente de mí alrededor me miraba con sorpresa, seguramente por lo de siempre, no entendían que es lo que hacía una chica joven y atractiva como yo en estos lares, pero no le prestaba atención al asunto, aunque a decir verdad aquellos babosos comenzaban a tocarme la moral.

De pronto escuché un ruido extraño cercano a la zona sur de aquel lugar, poco era lo que me importaba, pero no pude evitar girarme en esa dirección y observar como dos hombres molestaban a un joven bastante atractivo a decir verdad. La curiosidad despertó en mí ser, por lo que me puse mis oídos de pantera para escuchar mejor aquella conversación. Al parecer, los tres eran piratas, cada uno más idiota que el otro, y a pesar de que parecía que aquel muchacho estaba perdido, el movimiento que hizo para coger su plato al vuelo y seguir comiendo, junto las palabras que pronunció a continuación me resultaban muy familiares:


Id firmando el testamento, en cuanto el plato esté vacío, serviréis de comidilla para los cuervos... Llevo mucho tiempo oculto, es hora de que el terror vuelva a los mares

Creía que ya sabía de quién se trataba, Rayder, un joven pirata muy temido antiguamente por los mares, y lo pude confirmar al observar sus ojos que parecían salidos del mismísimo infierno. Era conocido por su frialdad al matar a sus víctimas, aunque hasta ahora no tuve el placer de conocerlo. Sabía que se las podía arreglar solo, pero me apetecía unirme de la fiesta por lo que me incorporé de la silla en la que estaba sentada, me coloqué la falda correctamente y me acerqué a aquel lugar, sabía que podía jugarme la vida, pero la vida no es vida sin acción en ella. Sonreí amablemente con una sonrisa adorable y saqué las dos espadas que llevaba en mi cintura y le quité el plato a Rayder.  

Deja eso y patéales el culo, que tengo ganas de fiesta.

Dije seria y con los ojos brillantes por el deseo de la sangre de aquellos piratas. Esbocé una sonrisa, y me lancé a por uno de ellos en un intento de dejarlo sin cabeza, pero me esquivó cayéndose al suelo. Esbocé una sonrisa sádica y me transformé en mi forma híbrida de pantera poniéndome encima y poniendo mis garras sobre su pecho izquierdo, apretando más y más cada, vez mientras que con la otra zarpa le apretaba en el cuello impidiéndole respirar. Al cabo de escasos instantes me adueñé de su corazón y con tal acto, de su vida. Volví a mi forma humana y me dirigí junto a Rayder.  

Bueno, ¿te unes a la fiesta o sigo yo solita?
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Vie 27 Dic 2013 - 0:27}

Tras haber realizado aquel malabarístico esquive del vuelco de la mesa de los personajes, el pelinegro cayó encima de la barra de la taberna con el plato en una de sus manos. Una vez que guardó la espada en su vaina correspondiente, siguió tomando comida a la par que respondía las afirmaciones de dichos hombres. A su lado, no muchos metros de su posición, una joven de pelo cerúleo oscuro y cuerpo atractivo se fijaba en los movimientos del espadachín, además de participar abiertamente en la conversación que se había labrado. La gente empezó a mirar, puesto que para unos aldeanos de Syrup, cualquier pelea era un acontecimiento raramente observable en la isla. Todos estaban acostumbrados a lo pacífico, y en cuanto algo se volvía un poco más candente, abrían los ojos como platos y afinaban la oreja para enterarse de todo lo que pasaba. Fue a tomar un poco más de comida, en el momento en que la chica anteriormente mencionada tomaba su plato y se lo quitaba de las manos, ocasionando que diera un muerdo al aire. Esto derivó en un castañeo de sus dientes, cosa que no era agradable una vez que se daba sin querer. El rostro de Rayder giró para observar a tal señorita, mientras que una media sonrisa nacía de sus labios:

Vaya, vaya… ¿Pero qué tenemos aquí? – Intentó parecer sorprendido, contorneando su cuerpo para quedar encarado a la preciosidad que había decidido tomar parte de aquel juego de borrachos. E iba armada con espadas, cómo le ponían las mujeres independientes. – Ten cuidado, no te vayas a cortar, princesa… – Juguetón, como él siempre solía ser con el sexo opuesto, su debilidad. Sus palabras fueron como música para sus oídos, ¿quería un poco de guerra dentro de la taberna? Una chica interesante, desde luego.

Mas no es oro todo lo que reluce, y la joven decidió mostrar una parte de su poder que hacía mucho tiempo que el pelinegro no presenciaba. Arrinconando a uno de los dos borrachos, transformó su cuerpo a una entidad animal de gran calibre. Uno de los grandes depredadores del mundo, y los orbes blanquecinos del pirata lo observaron todo con sumo cuidado. – Vaya fiera, grr… – Exclamó en el instante en que separaba el corazón del cuerpo del hombre, haciendo como que rugía con su propia boca. Mucho tiempo había pasado desde que presenció tal falta de humanidad por parte de alguien ajeno a él, y pronto se bajó de la barra.

Tomando el cuchillo de comer entre dos dedos de su mano derecha, los hizo girar repetidamente antes de lanzarlo contra el otro borracho que quedaba con vida. Mientras tanto, la espada seguía estando en el interior de la funda, sujeta por la mano que estaba libre. – ¿Fiesta? ¿En serio crees que matar a dos borrachos es considerado una celebración? No lo sé, tal vez me haya anticuado un poco en todo este tiempo – Dijo el pelinegro, mientras que el cuchillo se clavaba contra la espalda del borracho, que pretendía huir para salvar su vida. De igual forma, durante la caminata del criminal, este golpeó con su pierna uno de los taburetes que había cerca de su posición, mandándolo hacia el hombre que había fijado como objetivo.

Cual presa atemorizada, el ebrio cayó al suelo al impactar el objeto de madera contra sus piernas, dejándole paralizado unos instantes por el fuerte golpe. Hubo tiempo suficiente para que el espadachín se acercase a él y pusiera su pierna encima del cuello de este, privándole del oxígeno que sus pulmones necesitaban para respirar con tranquilidad. – Nosotros somos la fiesta, ellos son los desechables – Sentenció, a la par que retorcía el cuello del hombre y dispersaba algún que otro fluido interior sobre el suelo. Rápidamente se dio la vuelta y miró a todo el mundo, para decir con una sonrisa. – Y el que no quiera bailar, que se vaya a tomar por culo – Todo finura él, mirando al camarero y haciéndole el mismo gesto para que se marchase.

Tras dar una última patada sin honor a la cabeza inerte de su presa, se dirigió hacia el punto donde se encontraba la chica Zoan, haciendo una sutil reverencia de cabeza como saludo, clavando sus orbes en los de ella. – Gracias por el detalle, y por recordarme lo que es el amor a primera vista – Guiñándole un ojo. Podría haber estado años congelado, pero sus modales nunca cambiarían. Ni sus gustos. Atrevido, quedó a menos de un paso de la chica, agachándose un poco para quedar a su altura. Se acercó tanto que incluso podía oler el perfume que emanaba de su piel, relamiéndose con su propia lengua y mordiendo el labio inferior con suavidad. – ¿Y la señorita es? – Tendiéndole la mano derecha, para formalizar un contacto físico. Arrogante, prepotente, predispuesto a la seducción. Era el típico chico malo de las películas, pero a la vez tenía unos modales encantadores. Cualquier mujer que hablase con él tendría un choque interno de pensamientos. ¿Bueno? ¿Malo? ¿Sexy? ¿Aprovechado? Las preguntas irían pronto a la mente de la chica, mientras que dichos labios se separaban poco a poco para dejar entrever una sonrisa que a muchas calentaría la temperatura corporal.
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Dom 29 Dic 2013 - 1:57}

Esbocé una pequeña sonrisa en mis carnosos labios que dejaba  ver mis dientes lancos, y los miré con picardía.

¿Cortarme yo? Más te gustaría, estas espadas las llevo manejando desde hace años, es mucho más probable que el que se corte seas tú, y no, no lo considero una celebración, pero para mí siempre es gratificante matar a dos piratas como estos.

Cuando aquel chico acaba con el segundo de los piratas, que a pesar de sus esfuerzos no consiguió escapar, dijo unas palabras que asustaron a los clientes del lugar, hasta el tabernero se fue haciendo que seamos las dos únicas almas que vagan por aquel lugar. A decir verdad no me molestaba, siempre era grata la compañía de alguien como él. Rayder se acercó más y más  a mí, de tal forma que quedó a un solo paso de mi persona, haciendo que pudiera percibir su olor, me resultaba tan… sexy y varonil, pero para mi sorpresa no me importaba, ni siquiera estaba nerviosa, es más, estaba más tranquila que nunca.  El joven dijo unas palabras que me hicieron sonrojar un poco, lo que quise disimular con mi pelo, un tanto pensativa, parecía el típico chico que ligaba con toda mujer viviente, lo que me molesta bastante, estaba harta de que para los hombres solo seamos un trozo de carne y ninguno nos valorara como la gran mayoría nos merecemos.  Con un tono de voz bastante serio y seco me dispuse a contestarle.

Gracias por el cumplido, supongo, y siento mi mala educación, me llamo Iku, Iku Hanna, y tú debes de ser Rayder, ¿me equivoco?

Lo miré a los ojos, buscando su mirada, estaba casi segura de que era él, pero nunca tuve el placer de llegar a conocerlo. Le dediqué otra sonrisa, pero esta vez más tímida y discreta y me propuse a sentarme donde estaba anteriormente y terminar lo que estaba comiendo. Corté otro trozo del filete y me lo metí a la boca junto a un trago de sake, y comencé a jugar con una de las patatas por el plato.

Puedes sentarte a mi lado si quieres, no muerdo ¿sabes? bueno, más bien no tengo intención de morderte.

Me reí y me terminé el sake por lo que fui tras la barra y cogí la botella para servirme más, total, no había nadie que lo hiciera por mí y lo miré de nuevo sin parar de sonreír.

¿Quieres guapo?

Dije ofreciéndole la botella, y, mientras esperaba su respuesta decidí dar pie a alguna conversación, aunque no sabía de qué hablar con un tipo como el por lo que dije la primera chorrada que pasó por mi mente.  

Y bueno, ¿Qué hace un chico como tú en un lugar como este? Creí que te gustaban los lugares bastante más ruidosos.

Tras pronunciar aquellas palabras me di cuenta de que mi primera frase sonó a la típica frase que se utiliza para ligar, me reí de mi misma y le dediqué una mirada tierna que le podría robar el corazón a cualquier hombre.
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Dom 29 Dic 2013 - 14:40}

La gente comenzaba a irse de la taberna. Sucumbiendo al terror de que una usuaria de Zoan carnívora, y un pirata no menos peligroso, habían sido capaces de matar a dos personas con una facilidad arrolladora, la habitación se desalojó en muy poco tiempo. Incluso el camarero salió detrás del tropel, tropezándose con una de las sillas que había por el camino. Cruzado de brazos, con la espada sujeta por su mano derecha, el pelinegro observaba con aquellos orbes demoníacos a toda la gente que había decidido no permanecer ni un solo segundo más. Empezó a caminar entonces por la sala, rozando con sus estilizados dedos algunas mesas que había por la zona, y tomando una jarra de cerveza que había quedado a medio terminar. Se la llevó a los labios y le dio un buen trago, limpiando la espuma que había quedado encima de su labio superior con la lengua. – Aprovecha, que ahora nos sale todo gratis – Dijo el Señor Backstraw, quien no apartaba los ojos de la chica que se había quedado con él. Respondía al nombre de Iku Hanna, dándole vueltas en su mente a dicha identidad, para ver si era capaz de recordar algo de los viejos tiempos. Parecía que ella le conocía a él, cosa que subió su ego un poco. Pero lo que más le gustaba de la fiera espadachina, es que respondía bastante bien a los juegos de coqueteo que Rayder intentaba adelantar con ella. Sonreía de vez en cuando, o se tocaba el pelo para tapar un sonrojo de su faz. La sonrisa del pirata no se separaba de su cara, era bueno volver a tomar partido con el sexo opuesto después de tanto tiempo a pan y agua. O ni eso. – ¿Te gusta matar piratas? ¿Y qué hago vivo todavía? – Socarrón, se acercó hasta ella para decirle al oído. – Hay otras formas de matarme, y no necesitas una espada para ello – Separándose y guiñándole un ojo, accediendo a su invitación para tomar algo.

Fue hacia la mesa donde se sentó la joven, tomando una silla y quedando justo enfrente de ella, mostrando un contacto visual constante y permanente con ella. Raramente Rayder apartaba su mirada de otra persona, obligando que fueran ellos los que lo hicieran. Como un muro, intentaba ver lo que había en el interior de la gente a través de sus orbes. Tal vez fuera eso lo que los incomodase bastante, aunque para él era algo normal y corriente, y a veces era inconsciente de que lo hacía. – Sí, soy Rayder. Pero para ti soy quien tú quieras – Alargando la mano derecha para tomar la bebida que Iku le había ofrecido. En dicho instante, hubo un contacto físico entre ambos -claramente provocado por el pelinegro- quien rozó levemente la mano de la chica. Tomó el vaso y se sirvió. – De nada, guapa – Respondiendo nuevamente a aquel juego de seducción al que la chica parecía querer jugar. – ¿Por qué sentarme a tu lado cuando puedo estar frente a ti y ver lo guapa que estás, Iku? Soy un hombre conservador, tendrás que intentar algo más elaborado si quieres compartir cama conmigo esta noche, maja – Estrechando las posiciones de ambos en distintos lados de la mesa, pasando el dorso de su mano por la mejilla de la chica con rapidez y suavidad. Caricias fugaces de Rayder, un tópico que nunca se desligaría de él. Volvió a acomodarse en su parte de la mesa, mientras que dejaba la espada apoyada contra el filo de esta, en vertical contra el suelo. Tomó la bebida que se había servido de la botella de Iku, y tras hacer el típico "arriba, abajo, al centro y para adentro", en honor a la señorita, dio un sorbo bastante largo. Después de haber salido de su estapa criogénica, hablar demasiado terminaba secándole la garganta, por lo que hidratarla era una opción demasiado agradecida para él. Y qué mejor para humedecerla que una buena copa de taberna, cómo no.

Ante la pregunta de Iku, lo primero que hizo es reír, tomando su vaso con las dos manos y dándole vueltas sobre la mesa. La miró con una ceja más alzada que la otra, totalmente provocativo, mientras que la línea de su boca dibujaba una majestuosa e imperiosa necesidad por seguir hablando con ella. – ¿Estudias o trabajas? – Ni que se estuvieran agasajando el uno al otro, vaya par de descocados. Aun así, la voz de Rayder se relajó un poco, y siguió conversando con la chica de notables cualidades atractivas. Intentaba que su tono de voz no se elevara demasiado, que sus matices le mostrasen como alguien seguro de sí mismo. Con confianza, que supiera en cada instante lo que hacer. Era una cualidad que solía gustar a las mujeres en general. – Bueno, resulta que no hace mucho volví a la vida real. Y tampoco es que esté como un jabato, así que he vuelto al Mar más débil para retomar un poco de mi antigua vida. ¿Tú sabes algo de los Barbarrubia? Seguro que has oído hablar de ellos – Pasando la lengua por el interior de sus carrilleras, clavando aquellos ojos lectores en el cuello de Iku. Por un simple impulso carnal, no se reprimió y llevó su mano hacia el cuello de la chica, acariciándolo lentamente hasta llegar a su mandíbula, recorriéndola de derecha a izquierda hasta la barbilla. Tomó esta con suavidad, alzando la cabeza de Iku mientras él acercaba la suya, quedando a pocos centímetros y pudiendo oler el sabor de sus labios. – Y tú, Iku... ¿Qué haces en un lugar como este? – Sus ojos se perdían en el interior de los orbes cristalinos de la chica, mientras que se contenía para no ser demasiado descortés con ella. Parecía que Rayder había vuelto un poco más directo de sus vacaciones, aunque de momento, aquello no era más que una conversación entre amigos. ¿O es que iría a algo más con el paso del tiempo?
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Lun 30 Dic 2013 - 1:59}

Observé al chico con determinación, se llevó la jarra de cerveza a la boca y al darle un trago se manchó el labio superior e hizo que me riera levemente de él. La verdad es que me recordaba a alguien, pero no sabía a quién con exactitud, como era de suponer el chico se propuso a hablar por lo que lo escuché atentamente, y al acabar, le contesté con una voz bastante seria y seca, como con desprecio.

No, me parecería mal por el tabernero, pienso pagar todo lo que consuma esta noche, por raro que te parezca aún quedan personas honradas en el mundo. Respecto a tu comentario, sigues vivo por que tú no me cabreaste en estos instantes, aunque si lo prefieres te mato aquí y ahora.

Tras decir aquello, y pasar completamente de su anterior comentario ya que no tenía intención alguna de empatizar demasiado con aquel joven, seguí comiendo, un tanto pensativa en mi pasado, y es que ya lo recordaba, aquel joven me recordaba un poco a Taiko, y, de pronto un montón de sentimientos y recuerdos que creía olvidados resurgieron dentro de mi ser. Recordé el cómo mató a Crimson en mitad de una misión, el odio que sentí hacia su persona y que a pesar de ello le salvé la vida por alguna razón que desconocía en aquel entonces pero es que a pesar de todo, quería a ese muchacho, con toda mi alma, y maldecía el día de nuestra despedida, el día que dejó nuestro gremio, pero que a su vez fue el día más feliz de mi vida hasta entonces y es que fue cuando me confesó sus sentimientos, pero nunca más lo volví a ver, lo último que supe de él es que se unió a los barbarubia.

Tenía la mirada totalmente perdida y un tanto brillante, era como si me evadiera de todo lo que pasaba a mí alrededor. Oía como Rayder me hablaba, pero me entraba por un oído y me salía por otro, y notaba como mis ojos poco a poco se humedecían. Respiré hondo, relajándome y controlando mis emociones, no solo no quería derrumbarme delante de Rayder, que además, visto lo visto, se aprovecharía de la situación, sino que tampoco quería enamorarme de nadie, esas cosas siempre acaban mal, y es que ese chico es demasiado prepotente y el ego demasiado alto para mi gusto sin mencionar que parece que solo quiere una cosa, acostarse conmigo y después marcharse, pero eso no ocurriría, no pensaba permitirlo.

Tras un rato perdida en mi mundo, pude escuchar a Rayder decir algo de los barbarubia, algo que me sorprendió y causó que le prestara más atención.


Ah, entiendo. Bueno, seguro que pronto vuelves a recuperar tus fuerzas. ¿Los barbarubia?, si, los conozco, aunque hace ya unos años que no oigo nada sobre ellos, algunos dicen que se retiraron.

Después de aquello vi como el chico alza su mano y comienza a acariciar su cuello y acercándose bruscamente a mí, quedando solo a un par de centímetros. Lo miré extrañada, arqueando la ceja y con un rostro bastante expresivo dejándole ver que me molestó aquel acto. ¿Pero este que se ha creído? Como odio a los chicos así, siempre van a lo que van, para eso que recurran a una señorita de compañía.

Creo que te estás equivocando conmigo.

Aparté su mano con la suya y seguí comiendo como si nada hubiera pasado, me molestó bastante, pero tampoco iba a montar ninguna escena por aquello, me parecería demasiado inmaduro por mi parte.
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Mar 31 Dic 2013 - 11:21}

¿Pagarle todo al camarero? Aquella chica tenía más corazón del que enseñaba por la parte delantera de su cuerpo, pero aun así Rayder no se mostró demasiado sorprendido por ello. Si la chica quería gastarse una fortuna en dejar a cero las cuentas de la taberna, no sería por su propia culpa. El pirata cruzó sus piernas por debajo de la mesa, y se echó hacia atrás al comprobar que Iku no estaba para juergas. Una pena, pero tampoco iba a ser un auténtico pesado intentando agasajarla. Ella se lo perdía, claro está, y eso se reflejaba en la sonrisa pícara que portaba el espadachín consigo. Siempre podría levantar una piedra del suelo y que cuatro mujeres más salieran, era así de adorable y embaucador. Lo que no le gustó fue la rapidez con que la chica se encendió. ¿Matarle? ¿Acaso le estaba perdonando para hablar con alguien dentro de la taberna? El Señor Backstraw levantó una de sus cejas, en una expresión de incertidumbre. – Te parecerá bonito querer matarme, pero seguro que mi cabeza sería un precioso adorno en tu salón. Tampoco es que sea demasiado buscado, pero te llevarías una pieza importante de cara al futuro – Le dijo mientras se abalanzaba sobre la mesa con cuidado, acercándose más a ella y diciéndole con una voz más seca. – ¿No me vas a matar, verdad señorita? – Algo más áspero, no le hacía ni gracia que le tratasen como a alguien que podía morir en cualquier momento. Nunca estaría predispuesto a ello.

Los siguientes minutos fueron totalmente sentimentales, puesto que el pirata pudo notar cómo la chica empezaba son síntomas de lloriqueo por algún motivo en especial. ¿Acaso se estaba acordando de alguien? ¿O es que había tenido un roce con otro de los piratas de Barbarrubia y se había sentido expuesta a su pregunta? Era algo que nunca sabría a no ser que ella misma se lo dijera, ya que no es bueno indagar en los pesares de una mujer sin que esta de permiso previamente. Chasqueó la lengua ante su respuesta, mostrando un rostro un poco más enfadado que antes. – ¿Retirarse? Venga ya. Unos piratas nunca renuncian a su camino, y los Shakkin lo tenían suficientemente claro como para dar la espalda a sus metas. Os habéis tenido que creer la mayor mentira de la historia… Retirarse, manda huevos – Empeñado en que sus compañeros todavía seguían navegando por los mares, bailando con las olas y volviéndose famosos sin su presencia. Seguramente se habrían dirigido ya hacia el Grand Line, algo bastante lógico teniendo en cuenta que sus poderes ya se considerarían monstruosos dentro de cualquiera de los Mares Cardinales. Volvió a tomar la copa y le dio un sorbo largo, sintiendo el alcohol que traspasaba su garganta y balanceándose un poco en su propia silla. – Y deja de lloriquear, mujer. Una cara bonita no tiene que ensuciarse de esa manera – Intentaba consolarla como buenamente podía, porque no le gustaba para nada que hubiera señoritas tristes a su alrededor. Por muy pirata que fuera, siempre sería un caballero ante todo.

Pero esa mujer tenía un carácter fuerte, solo hacía falta verlo con la demostración de independencia al apartar la mano acariciante de Rayder. Este se alejó con una media sonrisa, diciéndole. – Guarda las garras, chica pantera. Tú también te estás equivocando conmigo – Retrocediendo hasta posar su mano sobre el mango de la espada que había apoyado previamente contra la mesa. Era cierto que si ya hubiera querido algo con ella, la situación se estaría desarrollando de una forma bastante distinta. Pero por el momento, solo trataba de conocerla. ¿Y qué mejor forma que ponerla en distintas situaciones especiales? No sabía si podía fiarse o no de ella, el tiempo le había hecho desconfiado ante la gente. La mirada demoníaca del pirata volvió a fijarse en la de la chica, para volver a repetir la única cuestión que ella no había resuelto en su mente. – No me has dicho por qué estás aquí. ¿Debería asustarme porque un grupo de marines están rodeando la taberna ahora mismo? ¿O solo eres una chica que pasaba y se encontró con todo este embrollo? ¿Trabajas para alguien?... No me mientas, lo sabré – Sin apartar sus ojos de ella. Él ya había revelado su condición, pero Iku seguía siendo un misterio. Y el desconocimiento nunca le gustó a nuestro querido amigo de las espadas.
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Jue 2 Ene 2014 - 3:11}

Sonreí con una pícara sonrisa ante sus palabras. Nunca dije que quisiera matarte precioso, solo dije que si así lo deseas lo hare, pero ten por seguro que tu cabeza no es algo que tendría como adorno en mi salón. Noté que el que lo trataran así no le gustaba, pero no era culpa mía el que entendiera mal mis palabras. Chasqueó la lengua y su rostro se volvió más serio, como si comenzara a enfadarse, eso me impresionó mucho y sus palabras siguientes terminaron de sorprenderme.   Tranquilito eh, baja ese tono que no me gusta nada y admítelo, los Shakkin se retiraron hace ya bastante tiempo y dudo que vuelvan a ser lo que eran. Dije bastante seria y me terminé de beber el sake que me quedaba cogiendo de nuevo la botella y volviendo a rellenar el vaso. Tomé unos tragos más para saciar mi sed cuando aquel joven volvió a hablar. Comencé a notar un extraño ardor en mis mejillas, pero ya no sabía si era por sus palabras o los efectos del alcohol comenzaban a afectarme. Le miré de nuevo con mis ojos morados y le sonreí.   No estoy lloriqueando, nunca lo hago y no voy a comenzar ahora, y tu podrías sonreír un poco más, que los hombres hermosos están mejor sonriendo.  

Él se apartó de mí con una pequeña sonrisa un tanto gratificante a mi parecer y apoyó la mano sobre el  mango de su espada, algo que me inquietó e hizo ponerme e guardia y tomando el control de la situación. No se fiaba de él ya que a pesar de que a simple vista es un hombre encantador, aunque un tanto ligón y aprovechado para su gusto, era un pirata  y lo acaba de conocerlo. Me miró y comenzó a hacerme diversas preguntas por lo que mirándolo con seriedad y muy segura de mí y mis palabras me dispuse a contestarle No me gusta mentir, y aunque dudo que sirva para mucho, puedo asegurarte que puedes fiarte de mis palabras. No, por los marines no te preocupes, que a decir verdad no me gustan nada la gran mayoría de ellos. Solo soy una joven cazadora de recompensas que pasaba por aquí, y al tener hambre y sed decidí entrar en la taberna y, como de costumbre unos piratas me tocaron el punto sensible. Y no, no trabajo para nadie por el momento, soy una mujer totalmente independiente. Pero en un pasado estuve en un gremio ´´ghost leviatans´´, no sé si lo conoces y hace poco pertenecía a ´´sons of anarchy´´ pero al irse el capitán y al mismo tiempo un viejo amigo mío volví a mis raíces de cazadora. Lo miré, un poco más tranquila volviendo a darle un trago al sake. ¿Y tú preciosidad a que te dedicas ahora? Le guñé un ojo y comenzaba a darme cuenta de que el alcohol comenzaba a hacerme efecto, por lo que decidí que no beberé más tras acabarme el vaso que me serví hace varios minutos. Comencé a tocarme el pelo y a jugar con el mientras esperaba su respuesta y me perdía en su dulce mirada, que a pesar de tener los ojos rojos como el infierno tenían algo espacial, algo que comenzaba a seducirme.


Última edición por Iku Hanna el Dom 12 Ene 2014 - 13:20, editado 1 vez
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Vie 3 Ene 2014 - 17:09}

Los cambios de humor de aquella chica eran como latigazos para el corazón de Rayder. Ahora te llamo precioso, luego te digo que no me importaría matarte. Ahora estoy lloriqueando, ahora te estoy mandando a relajarte porque no me gusta tu tono de voz. Hacía mucho tiempo que el pirata no se encontraba a alguien con tanta bipolaridad, así que para romper el hielo, decidió responderle de la misma forma. — Tú y yo, en la habitación de invitados. Piénsatelo. No te lo pienses. Piénsatelo. No te lo pienses — Él también sabía ser bipolar si se lo proponía, aunque tal vez aquella acción fuera una tremenda gilipollez. Sin embargo, toda realización tenía su motivo, y en dicho caso sería distraer la atención de Iku para que olvidara los recuerdos que la habían puesto sentimental frente a él.

Aun así, y a pesar de las palabras que ella pudiera dirigirle sobre los Barbarrubia, él nunca pensaría que se hubieran rendido tan pronto. Habían sido tantas aventuras junto a ellos que parecía realmente imposible que todo haya terminado. Suzaku, Sohem, Hayato, Hitoku, Taiko, Yuu, Shaky... La lista era interminable, y seguramente estarían perdidos en distintos puntos del mar. Cruzó las manos e hizo caso a la chica para alegrar su cara, mostrando una media sonrisa en todo momento. Incluso cuando le dijo que era una cazadora, alzó una ceja para decirle. — Con gusto te tendería las manos para que me pusieras las esposas, pero espero que tengas mayores aspiraciones que un triste pirata que no encuentra su rumbo en un tiempo que se le hace equivocado — Apoyó su codo derecho sobre la mesa, mientras que cerraba el puño y apoyaba la mejilla sobre él. Quedó mirando el apolíneo rostro de la cazadora, con los sentidos alerta por si acaso estaba intentando ganarse su confianza. Ya no sabía ni cuánto wanted pedían por él, pero un poco de astucia y previsión no estaría de más.

Aquella chica era una verdadera caja de secretos, y emocionó a Rayder cuando le habló de la banda “Sons of Anarchy”. Ante ello, soltó una brutal carcajada, adoptando una posición mucho más suelta en la silla, y diciendo con una voz interesada. — ¿Cómo le va a mi viejo amigo Allen? La última vez que lo vi seguía con esa idea suya de la tripulación, no sabía que habían aguantado hasta el día de hoy como una banda formalizada. Y el último recuerdo que tengo de ello es que los Barbarrubia les retamos, pero no aparecieron… Fue el único oponente que me puso las cosas difíciles alguna vez, espero verle alguna vez más para determinar quién es el más fuerte. Hasta el día de hoy vamos empatados con una victoria y una derrota cada uno — Recordando aquellos viejos tiempos con el chico-sombra y sus putas explosiones, poder que también había perdido tras su criogenización. — Esta preciosidad no puede quitarte los ojos de encima, no sé qué tipo de magia estás empleando conmigo. Por dedicación, creo que es el momento de hacer alguna que otra travesura en los Cuarteles de la Marina, buscar ayudantes y sirvientes, e irme al Grand Line  — Balanceó el peso para redistribuirlo, finalizando con una pregunta para Iku. — ¿Tú qué harás después de esta agradable charla? — Recorriendo con sus ojos incoloros el cuello de la chica, llegando a los labios y quedándose quieto en ellos. Sugerente.
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {Jue 9 Ene 2014 - 18:00}

Lo miré extrañada arqueando la ceja al escuchar sus palabras ¿Es que se ha vuelto loco? Sus palabras me dejaron un tanto descolocada, por lo que decidí no contestarle y hacer como si no hubiera dicho nada, pero la verdad es que aquello me pareció un tanto infantil.

El joven parecía un tanto pensativo, supuse que estaría recordando a los barbarubia y a pesar de que su época ya acabó, parecía tener la esperanza de volver a reencontrarse con ellos, aunque ¿quién sabe? Igual la que se equivoca soy yo. Me dediqué a observarlo unos instates, el cómo se cruzaba de brazos, su media sonrisa, bastante sexy a decir verdad y de pronto, arqueó la ceja y se dispuso a hablar y lo escuche atentamente sonriendo.
Verás cielo, estoy al tanto de tu recompensa y la verdad, no está nada mal, pero tampoco es que me haga mucha falta el dinero en estos momentos, y tampoco es que quiera matarte, por ahora. Le guiñé un ojo juguetona y puse la jarra y el plato vacío sobre la barra y posteriormente sentándome encima de la mesa en frente de Rayder, bastante más cerca de él que antes, parecía nervioso, como si desconfiara en mí. Soy consciente de que no servirá de nada que te diga esto, pero puedes confiar en mí.

Cuando le hablé de ´´Sons of Anarchy´´ el muchacho soltó una carcajada, a lo que me quede un tanto perpleja, y más aún cuando preguntó por un tal Allen. No sé de quién me hablas la verdad, no tuve el placer de conocerlo supongo. Le sonreí de nuevo y me acerqué un poco más a él. Si no lo sabes tú menos voy a saber yo precioso. Lo miro fijamente a los ojos y recorro todo su cuerpo musculoso, bastante atractivo para ser sincera y mordiéndome el labio inferior suavemente pero vuelvo a escuchar su dulce voz lo que hace que vuelva en sí y baje de las nubes. Pues la verdad es que no lo sé, me iré hacia ningún lugar probablemente, tenía en mente fundar un gremio de cazadores, pero bueno, la verdad es que prefiero dejar que las cosas fluyan y dejarlo todo en manos del destino. Dicen que no se puede cambiar lo que ya está escrito. Además, prefiero vivir el día de hoy sin pensar en el mañana ya que tal vez, mañana ya ni exista. Contesté a su pregunta, dándome cuenta de que me puse un tanto filosófica y le había soltado un sermón innecesario, pero eso no era lo que más llamó mi atención en ese instante, sino cómo recorría mi cuello y mis labios con la mirada. De pronto un no sé qué provocó que tuviera ganas de besarlo, pero a pesar de las ganas que tenía no lo hice por alguna razón que se me escapa.    
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El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] Empty Re: El Retorno de la Antigua Generación [Iku Hanna] {}

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