Azumi Kento vs Takefusa Kato [Reto]

Participantes: Azumi Kento y Takefusa Kato
Limite de tiempo: 20 dias-->23 de Enero a las 00:00 se acaba el combate.
Escenario: Archipiélago Shabaody
Clima: Despejado y con vientos leves por toda la isla.
Orden de posteo: Azumi Kento-Takefusa....
Condiciones::
-Premio para el ganador: 1000 puntos de Experiencias.
-Si Azumi gana obtendrá 100 millones por su cabeza.
-Si Azumi pierde ira a Impel Down al nivel 4, siendo difícil su salida.
-El combate sera a K.O y los daños serán permanentes.
-Se ruega leer las normas de combate ya que de aquí se sacara la moderación final. El retador puede solicitar una segunda moderación en caso de difusa.
-Todo conseguido después de la creación del reto no se puede usar. Por ende el personaje anda "en el reto", siendo así todo problema en este reto se vera repercutido para el personaje en su actualidad.
-Se pide unos post que se entiendan y sin transversiones, es decir que todo lo leído se entienda.

Caminaba todo lo oculto que podía entre los inmensos troncos de los árboles. No sería nada fácil salir de allí con la marina por todas partes. En el puerto solían patrullar de vez en cuando, y no me extrañaba que tras los sucesos (que ya serían conocidos por la marina) hubiesen reforzado la seguridad para evitar que nadie saliese de la isla hasta que se atrapase al culpable.

Tras el tronco algo lejano de un gran árbol asomé la cabeza observando en profundidad. El puerto se hallaba allí entre los groves del archipiélago Shabaody. Las gentes que se podían observar caminaban despreocupados de un lugar a otro. Amarrado en un muelle se hallaba un pequeño bote, ese mismo que pretendía coger para marcharme de allí, el mismo bote en el cual había llegado al archipiélago.

Pero no sería fácil. Pude reconocer fácilmente un pequeño grupo de personas uniformadas con un atuendo blanquecino. No cabía duda que eran soldados de la marina. Aquello no sería sencillo, ni mucho menos. Por una vez en mucho tiempo no quería luchar contra la marina, me sentía mal por acabar con tanta vida inocente que no sabían donde diablos se estaban metiendo.

Había algo que hacía muchisimo tiempo que no había realizado. Una gran técnica que había dejado olvidada en mis recuerdos. Una clara ventaja ante la escapatoria. Todo mi cuerpo comenzó a relajarse oculto tras aquel gran tronco. Cerré mis ojos, tras volver a ocultarme completamente, y me concentré. Hace tiempo había aprendido a reconocer cada una de mis células, a tener control sobre ellas. Suena irónico que la primera técnica que me enseñaron en mi estancia con el gobierno mundial fuese aquella que me permitiese escapar de ellos. El semei kikan.

De pronto mis cabellos comenzaron a crecer. De mi rostro emergió una barba castaña que se alargó unos centímetros, como si llevase varios meses sin afeitarme. Los cabellos me llegaron a media espalda. Mis músculos se replegaron entre sí volviendo mi cuerpo ligeramente más fino. Y aunque no se veía, mis cuerdas vocales se modificaban, cambiando el tono de mi voz, la cual ahora era algo más grave de lo normal.

Al terminar dicha transformación comencé a respirar un poco acelerado. Hacía mucho tiempo que no hacía algo como eso y me había resultado complicado hacer una transformación tan completa. Respiré hondo me armé de valor. Con éste cambio sería imposible que me reconociesen, ni siquiera por la voz podrían detectar que sería yo mismo. En caso de que supiesen a quien buscar, cosa que dudaba horrores.

Finalmente me armé de valor, agarré una gran rama que había en el suelo a modo de bastón y comencé a caminar en dirección al puerto. Pretendía dar el aspecto de alguien de avanzada edad, alguien próximo a la tercera edad pero que todavía sabía valerse por sí mismo.

Con calma y tranquilidad y con un gesto afable en el rostro me aproximé con intenciones de marcharme de allí en aquél bote.

"Cálmate Azumi. Céntrate"

Durante unos instantes había estado inmerso en mis pensamientos, en mi pasado. En el dolor. Mas finalmente logré recobrar la compostura. Mis ojos todavía llorosos observaron directamente los de Take. Me estaba mirando, sin hacer nada, sin decir nada. Parecía estar pensativo. Había escuchado todo cuanto le había dicho al parecer, y eso le había hecho pensar.

Pero todo llega a su final. Takefusa comenzó a dirigirse a mí, mas sus palabras sonaban extrañas, no parecía prevalecer en él el tono de arrogancia que anteriormente había denotado en su voz. No. Su voz ahora era más cálida, o por lo menos se me antojó como cercana. Habló que no deseaba la violencia, y que aunque no quisiera atacar, no le quedaba otro remedio que volverse contra mí.

- Si... Es algo irónico -dije con una voz apagada.

Seguía mirándole, por lo que pude observar un gesto que me sorprendió en gran cuantía. Sus ojos se asemejaron a los míos. En ellos también comenzaron a brotar lágrimas, no supe si sería por mi historia, o que la suya hubiese sido similar. Fuera como fuese eso hizo que cambiase mi opinión acerca de esa persona.

Demostró que tenía humanidad con ese gesto. No podía culparle por lo que ocurriese en su desconocido pasado. No se por qué se alistó en la marina, no obstante parecía ser de los pocos hombres honrados que se hallaban en un cargo elevado.

- Lo lamento amigo.

Takefusa cogió sus espadas y se lanzó a por mí. Una katana en cada mano, en un ataque frontal hacia mí. No deseaba luchar. Pero no me estaba dejando alternativa alguna. En cuanto se lanzó a por mí activé el tekkai que había estado preparando. En cuanto sus katanas rebotaron en mi cuerpo endurecido me moví con rapidez. Aumenté mi velocidad a 300Km/h. Le agarré las manos retorciéndolas para tratar de hacer que soltase las katanas. Seguido a esto me agacharía para ejecutar un barrido y arrojarle al suelo.

Si conseguía hacer eso le pisaría la mano izquierda mientras desplegaba la cuchilla oculta y le apuntaba al cuello. Si todo resultaba efectivo le tendría inmovilizado completamente sin causarle más daños que una posible contusión por el giro rápido de las muñecas, lo que si habría resultado le dificultaría su uso durante un tiempo.

Contraataque (AIF)

- No quiero hacerte daño marine -mis ojos todavía estaban humedecidos- No me obligues a hacerlo. Tienes tus principios, los respeto. Sin darte cuenta me has demostrado ser un hombre de honor con tus actos. Confío en que en tí no se halle todavía la corrupción de la marina... Por favor, no prosigas.[color=#333366]

Sería complicado haber eludido éste ataque debido a la velocidad que había ejecutado la técnica, e incluso había tratado de no causarle graves daños, aunque si le había retorcido bien las muñecas tal vez eso le habría podido dejar bastante mal.