Iku Hanna
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Turnos: Kyoji-Zane-Kyoji...
Escenario: Water Seven es una ciudad conocida por sus carpinteros. Water Seven es una isla enorme, de las más grandes de Grand Line. Es una ciudad gigantesca pero parte de sus calles están situadas bajo el agua. Sus calles son formadas por canales, lo que le han atribuido el titulo de "Capital de Agua".
Normas:
- El reto será a KO.
- Sin límite de tiempo para el combate.
- Sin saltos de turno.
- El ganador gana 1500 de experiencia. El perdedor 800.
- En caso de empate ambos ganan 800 de experiencia.
- Los daños recibidos no serán permanentes (Es decir, si uno pierde un brazo no lo pierde para el rol).
- La isla será la que él decida.
¡A DARSE DE HOSTIAS!
Kyoji Kagami
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El cielo se veía totalmente despejado, dejando paso así a los rallos del sol, que hoy brillaba especialmente fuerte. Me encontraba perdido por una isla nueva para mí, mucho más lejos de lo que yo pensaba, tras aceptar un encargo que el Cipher Pol me mandó. Se me había ordenado recoger, aunque pueda parecer una bobada, el sombrero de un antiguo miembro, que llegó a ser de los más fuertes del CP9 hace muchos, muchos años, y que estuvo mucho tiempo infiltrado aquí, en "la capital del agua", Water Seven. Al parecer iba a ser parte de un museo de la agencia en honor a sus más grandes miembros de la historia, con el cual pretendían atraer a más miembros a esta y hablar bien de su trabajo para que a los jefazos les gustara más el CP. Fuera cual fuese la razón, me había tocado a mí hacer el trabajo sucio, en la de años que habían pasado desde su estancia aquel sombrero podría estar dios sabe donde, no sería nada fácil encontrarlo...
Un barco había venido a buscarme y me había llevado a otra isla, desde la cual tuve que coger un rarísimo tren, que acabó por dejarme donde ahora me encontraba. Tras dar varias vueltas por la ciudad llegué a la casa del alcalde, una gran mansión, y decidí que podría ser que se encontrara allí, así que me colé en esta, pero nada, no había rastro. Buscando por toda la isla acabé por encontrar algo. Un gran puesto estaba vendiendo cosas antiguas y, entre estas, estaba el sombrero que yo buscaba. - ¡Ahí está! ¡Sólo debo ir a por él y comprarlo! -Pero cuando iba a llegar al puesto alguien se me adelantó y vi como se iba a llevar el gorro ante mis narices. Comencé a correr a toda prisa para tratar de evitarlo, y si se lo llevaba, tendría que arrebatárselo por la fuerza.
Un barco había venido a buscarme y me había llevado a otra isla, desde la cual tuve que coger un rarísimo tren, que acabó por dejarme donde ahora me encontraba. Tras dar varias vueltas por la ciudad llegué a la casa del alcalde, una gran mansión, y decidí que podría ser que se encontrara allí, así que me colé en esta, pero nada, no había rastro. Buscando por toda la isla acabé por encontrar algo. Un gran puesto estaba vendiendo cosas antiguas y, entre estas, estaba el sombrero que yo buscaba. - ¡Ahí está! ¡Sólo debo ir a por él y comprarlo! -Pero cuando iba a llegar al puesto alguien se me adelantó y vi como se iba a llevar el gorro ante mis narices. Comencé a correr a toda prisa para tratar de evitarlo, y si se lo llevaba, tendría que arrebatárselo por la fuerza.
- Off:
- Bueno, puedes ser ese tú si quieres, y si no te gusta esta trama no seas ese xD Que sea un tonto y me lo cargo y au (?) xDD Ya luego te encontraré a ti >.> jaja
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Unos cuantos meses habían pasado desde que entré al Gran Line, y en muchas islas había estado quitándome la camiseta y haciendo de las mías para conseguir copas gratis; ese día, en el que una de mis mayores aventuras, me encontraba en un barco de civiles vacacional, el cual se dirigía a un ritmo muy agradable a la isla más bella de todo el grand line, desde mi punto de vista, la grandiosa Water Seven. A medida que llegaba a la ciudad del agua, podía observar como la isla parecía una grandiosa fuente gigante, la cual expulsaba una considerable e inagotable cantidad de agua que se repartía por los canales de diversa manera, y en los cuales siempre me había imaginado con una bella doncella, mientras un remador en su barca nos llevaba a algún lado cantando una canción de amor.
Sin darme cuenta, absorto en mis sucios pensamientos, ya me encontraba amarrado uno de los muchos puertos que tenía la ciudad, baje del barco y me encontré en la entrada de algo parecido a una grandiosa ciudad con calles partidas por el agua, llena de viviendas de piedra, niños jugando, gente navegando en unos bichejos parecidos a caballos de mar gigantes que me llamaron mucho la atención.
“¿Qué serán esos bichos?” –Me pregunte acercándome a uno de ellos observándolo detenidamente. Absorto en que podía ser aquella cosa, un hombre de avanzada edad se me acerca y mirándome se ríe. – ¿Eres un turista verdad? -Dijo con gesto afable. “Sin duda la primera impresión que tuve de aquel pueblo no era del todo equivocada”-Pensé. –Si bueno… Acabo de llegar a esta isla. –Terminé diciendo con gesto confuso, después de todo no me esperaba a aquel hombre allí. –Me podría decir que es este ¿Bicho? –Pregunté rascándome la nuca –Si no es mucha molestia claro está.
Un silencio que duró unos segundos muy incómodos, pues no sé porqué aquella situación lo era, el hombre sin andarse con rodeos, se sienta en el borde del canal y haciendo un gesto extraño con la mano me indica que haga lo mismo, así que intento sentarme pero, mis katanas me lo impiden así que haciendo gala de mi grandiosa sutilidad, tras varios y bruscos movimientos consigo sentarme, y me percato de que el hombre está desternillándose, lo cual me humilla de mala manera.
-Veamos por donde empiezo -Comentó aquel anciano –Estos “bichos” como tú los llamas jovencitos, son unos nobles animales que desde tiempos inmemoriales han servido de transporte en esta isla. Y son unos caballos con cola de pez simplemente, algunos dicen que es la evolución de los famosos caballitos de mar, es algo que todavía no se ha estudiado pero, aquí nos importa eso más bien poco. –Carraspeó un poco la garganta, pues me puse a mirar al horizonte –Prosigo, hay tres tipos de Toro: Están los toro yagara, que son los que ves aquí delante, estos se dedican a llevar a personas y pequeñas cargas son los más utilizados por la gente de esta isla; para los mercantes y comerciantes tenemos a los toro rabuka, que son algo más grandes que estos, y aunque no tienen aspecto de “caballo de mar” son de un tamaño lo suficientemente grande como para llevar grandes cargas. Por último, tenemos a los misteriosos reyes toro, estos son de un tamaño igual al de un barco de mediano tamaño y en esta isla los usan para remolcar grandes cantidades de madera o bien llevar los barcos recién construidos al mar, son muy extraños de encontrar no obstante, son muy domesticables.
La explicación estaba siendo la mar de interesante cuando de repente el hombre sin avisar ni nada se levantó, se montó en uno de esos yagara, y se fue como el que no quiere la cosa. “A esto le llamo yo educación, sí señor” –Me dije a mi mismo levantándome y partiendo hacia dios sabe dónde.
Alegremente empecé a andar como un chulo de discoteca saludando haciendo la pistolita con mis dedos pulgar, índice y corazón a toda joven muchacha que aparecía hasta que veo un hombre que esta alquilando toros, en qué momento se me ocurrió alquilar uno, pero lo hice. Me monté en el bicho el cual tiene pinta de ser un animal poco inteligente y este emprendió la marcha, en un principio pareció seguro, pero iba muy lento, y eso empezó a desesperarme cada vez más, hasta que en un alarde de inteligencia, cogí las riendas del yagara, y apretándolas mientras elevo los brazos con ellas para bajarlas de golpe, el bicho emitió un sonido extraño y empezó a acelerar hasta conseguir una velocidad de lo más ingente.
Unos segundos más tarde, sin saber cómo, acabé en el suelo de una de las calles, tras una brusca frenada del estúpido animal.
“Nota mental: No ser brusco con los caballos de mar con gigantismo” –Reflexionaba hacia mis adentro, mientras me levantaba del suelo. Pero algo me dijo que no iba a pasar mucho tiempo hasta volver a caerme, porque un individuo de tez morena y cabellos claros se acercaba hacia mí a gran velocidad.
Sin darme cuenta, absorto en mis sucios pensamientos, ya me encontraba amarrado uno de los muchos puertos que tenía la ciudad, baje del barco y me encontré en la entrada de algo parecido a una grandiosa ciudad con calles partidas por el agua, llena de viviendas de piedra, niños jugando, gente navegando en unos bichejos parecidos a caballos de mar gigantes que me llamaron mucho la atención.
“¿Qué serán esos bichos?” –Me pregunte acercándome a uno de ellos observándolo detenidamente. Absorto en que podía ser aquella cosa, un hombre de avanzada edad se me acerca y mirándome se ríe. – ¿Eres un turista verdad? -Dijo con gesto afable. “Sin duda la primera impresión que tuve de aquel pueblo no era del todo equivocada”-Pensé. –Si bueno… Acabo de llegar a esta isla. –Terminé diciendo con gesto confuso, después de todo no me esperaba a aquel hombre allí. –Me podría decir que es este ¿Bicho? –Pregunté rascándome la nuca –Si no es mucha molestia claro está.
Un silencio que duró unos segundos muy incómodos, pues no sé porqué aquella situación lo era, el hombre sin andarse con rodeos, se sienta en el borde del canal y haciendo un gesto extraño con la mano me indica que haga lo mismo, así que intento sentarme pero, mis katanas me lo impiden así que haciendo gala de mi grandiosa sutilidad, tras varios y bruscos movimientos consigo sentarme, y me percato de que el hombre está desternillándose, lo cual me humilla de mala manera.
-Veamos por donde empiezo -Comentó aquel anciano –Estos “bichos” como tú los llamas jovencitos, son unos nobles animales que desde tiempos inmemoriales han servido de transporte en esta isla. Y son unos caballos con cola de pez simplemente, algunos dicen que es la evolución de los famosos caballitos de mar, es algo que todavía no se ha estudiado pero, aquí nos importa eso más bien poco. –Carraspeó un poco la garganta, pues me puse a mirar al horizonte –Prosigo, hay tres tipos de Toro: Están los toro yagara, que son los que ves aquí delante, estos se dedican a llevar a personas y pequeñas cargas son los más utilizados por la gente de esta isla; para los mercantes y comerciantes tenemos a los toro rabuka, que son algo más grandes que estos, y aunque no tienen aspecto de “caballo de mar” son de un tamaño lo suficientemente grande como para llevar grandes cargas. Por último, tenemos a los misteriosos reyes toro, estos son de un tamaño igual al de un barco de mediano tamaño y en esta isla los usan para remolcar grandes cantidades de madera o bien llevar los barcos recién construidos al mar, son muy extraños de encontrar no obstante, son muy domesticables.
La explicación estaba siendo la mar de interesante cuando de repente el hombre sin avisar ni nada se levantó, se montó en uno de esos yagara, y se fue como el que no quiere la cosa. “A esto le llamo yo educación, sí señor” –Me dije a mi mismo levantándome y partiendo hacia dios sabe dónde.
Alegremente empecé a andar como un chulo de discoteca saludando haciendo la pistolita con mis dedos pulgar, índice y corazón a toda joven muchacha que aparecía hasta que veo un hombre que esta alquilando toros, en qué momento se me ocurrió alquilar uno, pero lo hice. Me monté en el bicho el cual tiene pinta de ser un animal poco inteligente y este emprendió la marcha, en un principio pareció seguro, pero iba muy lento, y eso empezó a desesperarme cada vez más, hasta que en un alarde de inteligencia, cogí las riendas del yagara, y apretándolas mientras elevo los brazos con ellas para bajarlas de golpe, el bicho emitió un sonido extraño y empezó a acelerar hasta conseguir una velocidad de lo más ingente.
Unos segundos más tarde, sin saber cómo, acabé en el suelo de una de las calles, tras una brusca frenada del estúpido animal.
“Nota mental: No ser brusco con los caballos de mar con gigantismo” –Reflexionaba hacia mis adentro, mientras me levantaba del suelo. Pero algo me dijo que no iba a pasar mucho tiempo hasta volver a caerme, porque un individuo de tez morena y cabellos claros se acercaba hacia mí a gran velocidad.
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Al fin había alcanzado a aquel “usurpador” de sombreros y ahora tocaba encontrar la mejor forma de arrebatárselo de las manos, y yo sabía cuál era esta. Me acerqué a aquel señor, que ahora que lo veía bien era un hombre anciano, de pelo lacio y blanco, cano, al que le faltaban algunos dientes y cojeaba de una pierna. Portaba un bastón de marfil y su ropa parecía ser muy cara también, así que supuse que sabía que el objeto que estaba comprando podría valer una fortuna si se vendía al gobierno mundial o a coleccionistas, de modo que no me lo iba a dar fácilmente, no, por lo que la única forma de recuperarlo sería robándoselo. Cuando me acercaba por su espalda para cogérselo y lo tenía a escasos centímetros, pues lo llevaba colgando despreocupado, pequé un salto como el tigre que salta a cazar su presa. Aquel viejo levantó el brazo y yo pasé de largo, chocando contra una pared que había en frente, y además se pavoneó de sus reflejos. –Muy lento, joven. Jejeje, si el gobierno quiere este sombrero tendrá que pagar por él su peso en oro. ¡Jejeje! –Tras decir esto volteó la esquina y continuó avanzando hasta un ensanchamiento en los canales dónde le esperaba su transporte. Podía ser un rey marino, un monstruo de mar, o Dios sabe qué, pero aquella cosa era un caballito de mar mutante y enorme. Cuando me levanté corrí a por él, que ya estaba a lomos de aquel mastodonte, navegando canal abajo con él, y con el sombrero en sus manos. Yo no me rendiría fácilmente, así que corrí hasta lo alto de un puente cercano y, desde allí arriba, di un potente salto sobre aquel bicho. En el aire convertí mis brazos en arena y los envié a por él, que se sorprendió mínimamente al ver esto y sonrió. –Logia, ¿eh? Genial, será divertido. –Mientras él decía esto me percaté de que no era un viejo común y dirigí mis brazos de arena hacia el sombrero, pero él cogió mis dos brazos con sus manos. No podía creerlo, ¿ese tipo habría cogido mi brazo, como si no fuera de arena, como si estuviera mojado, realmente?. ¿Sería cosa de la humedad del aire? No, eso nunca me había pasado… La humedad no bastaba, pero entonces, ¿cómo demonios lo habría hecho? Mientras yo me comía la cabeza él sonrió y comenzó a explicarse. –Jajaja! Pobre diablo… Verás chico, las frutas como la tuya no son invencibles, ¿sabes? En este mundo existe una cosa llamada Haki. Con él se puede golpear a los usuarios de las frutas logias, se puede “tocar” lo “intangible”, así que no podrás hacer nada contra mí, pues como verás, yo soy un usuario del Haki… -Mientras él hablaba yo registraba cada una de sus palabras, pues me serían de gran ayuda en el futuro, pero eso no significaba que no pudiera hacer nada contra él. –Gracias viejo, lo tendré en cuenta, por desgracia para ti, mi fruta sólo es una herramienta, mi verdadera arma es mi cerebro… Era evidente que no eras un viejo normal, y supongo que la forma en que me esquivaste antes también fue gracias a esto que llamas Haki, pero bueno, eso no te hace invencible, y si eres capaz de anticiparte a mis movimientos, trata de evitar esto… ¡Kamu! –Grité tras mis palabras y la arena de lo que parecían ser mis brazos tomó forma de grilletes y apresaron al viejo, que quedó muy sorprendido. -¿Qué demonios…?-Dijo mientras los grilletes se cerraban y sus manos quedaban inmovilizadas. –Verás, en el momento en que te vi sonreír supe que tenías algún As bajo la manga, así que cambié la arena de mi cuerpo por un poco de la que siempre llevo encima conmigo. Cuando vi que parabas mis supuestos brazos con esa seguridad supuse que eras capaz de detener mi cuerpo, así que detuve la arena para que creyeras que así lo hacías. Como he dicho ya, gracias por esa explicación, viejo, procuraré darles buen uso a tus palabras en el futuro, pero ahora debo llevarme ese sombrero, y no me gustaría tener que acabar contigo para conseguirlo… Así que… ¡No molestes! –Y tras gritar esto lo levanté con los grilletes y lo tiré al agua para después montarme en su bicho gigante y huir de allí con el sombrero. Cuando logró salir del agua el viejo estaba enfadado, pero era un viejo rico que sólo buscaba algo de diversión en su vida, y yo se la había dado, así que ni siquiera se molestó en perseguirme. –Bueno, puedes quedártelo, chico… Al fin y al cabo estoy seguro de que volveremos a vernos, ¡Jejeje! –Rio mientras se alejaba de allí lentamente y mientras yo me iba alejando de él a toda prisa sobre el bicho de agua.
Mientras iba navegando con aquel mastodonte por aquellas calles caí en la cuenta de algo, cuando lo inmovilicé el sombrero cayó en la espalda del bicho, pero ahora no lo encontraba. -*Dónde demonios puede…* -En lo que pensaba dónde podría estar el sombrero, lo vi. Por desgracia estaba volando sobre una de las calles de la ciudad, cayendo lentamente hasta quedar justo a los pies de un extraño individuo pelirrojo. – ¡Oh no, de eso nada, no voy a dejar que nadie más me quite el sombrero, cabronazos! –Grité a aquel tipo, que poca o ninguna culpa tenía en la caída del sombrero mientras saltaba del bicho acuático. Desde el aire me dispuse a atacar a aquel chico. –Ahora verás… ¡Sabaku no buki, Supiazu! (Armas del desierto, Lanza) –Y tras gritar esto la arena de debajo de mi ropa se convirtió en una lanza de arena compactada, y lancé esta con todas mis fuerzas, aumentando además su velocidad por mi control de la arena, hacia el pecho de aquel chico.
Lanza de arena [AIF]
Mientras iba navegando con aquel mastodonte por aquellas calles caí en la cuenta de algo, cuando lo inmovilicé el sombrero cayó en la espalda del bicho, pero ahora no lo encontraba. -*Dónde demonios puede…* -En lo que pensaba dónde podría estar el sombrero, lo vi. Por desgracia estaba volando sobre una de las calles de la ciudad, cayendo lentamente hasta quedar justo a los pies de un extraño individuo pelirrojo. – ¡Oh no, de eso nada, no voy a dejar que nadie más me quite el sombrero, cabronazos! –Grité a aquel tipo, que poca o ninguna culpa tenía en la caída del sombrero mientras saltaba del bicho acuático. Desde el aire me dispuse a atacar a aquel chico. –Ahora verás… ¡Sabaku no buki, Supiazu! (Armas del desierto, Lanza) –Y tras gritar esto la arena de debajo de mi ropa se convirtió en una lanza de arena compactada, y lancé esta con todas mis fuerzas, aumentando además su velocidad por mi control de la arena, hacia el pecho de aquel chico.
Lanza de arena [AIF]
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El individuo, gracias a los dioses, se paró a unos pocos metros de mí, durante unas escasas milésimas segundos le miré, su rostro no parecía muy amigable, de su boca salieron unas palabras que, a ojo, se dirigían a mi pues no había nadie más, y gente pelirroja no había demasiada en el mundo, cabe decir que es un color de pelo poco usual, pues antaño, a la gente con el mismo color de pelo los acusaban de demonios y los mataban.
-Pero qué coño –Mascullé, viendo como de su cuerpo emergía arena como de la nada –“Un usuario” –Me dije a mi mismo pasando a mi forma híbrida por lo que pueda suceder. Como intuí al ver tal cantidad de arena de la nada, el morenazo tenía en sus manos una picuda alabarda. Dejándome llevar por mi instinto, y sobre todo por mi desconfianza por la gente trajeada, deje caer la funda de una de mis katanas a la par que daba un salto y haciendo gala de los poderes de levitación, con suerte me apoyé sobre ella y me elevé un metro sobre la escasa superficie que pude pisar. No obstante, la lanza pasó entre mis piernas haciéndome un ligero corte en la parte lateral de mi pierna izquierda, el cual dolió durante un instante.
“Maldito cabrón” –Pensé armándome con mis dos katanas –“¿Pero qué estás haciendo Zane?, no puedes enfrentarte a un logia”-Me dije a mi mismo flotando un metro por encima del suelo de grises adoquines de la isla. Sin más demora, hice un saludo a mi atacante y me escabullí por la primera calle a la esquina, alejándome del chaval intentando pensar un plan si decidía perseguirme.
-Pero qué coño –Mascullé, viendo como de su cuerpo emergía arena como de la nada –“Un usuario” –Me dije a mi mismo pasando a mi forma híbrida por lo que pueda suceder. Como intuí al ver tal cantidad de arena de la nada, el morenazo tenía en sus manos una picuda alabarda. Dejándome llevar por mi instinto, y sobre todo por mi desconfianza por la gente trajeada, deje caer la funda de una de mis katanas a la par que daba un salto y haciendo gala de los poderes de levitación, con suerte me apoyé sobre ella y me elevé un metro sobre la escasa superficie que pude pisar. No obstante, la lanza pasó entre mis piernas haciéndome un ligero corte en la parte lateral de mi pierna izquierda, el cual dolió durante un instante.
“Maldito cabrón” –Pensé armándome con mis dos katanas –“¿Pero qué estás haciendo Zane?, no puedes enfrentarte a un logia”-Me dije a mi mismo flotando un metro por encima del suelo de grises adoquines de la isla. Sin más demora, hice un saludo a mi atacante y me escabullí por la primera calle a la esquina, alejándome del chaval intentando pensar un plan si decidía perseguirme.
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- OFF:
- Buenoooooo xDDD A ver, lo de “individuo pelirrojo” es parte de la narración, no lo digo en ningún momento, así que no pillo lo de “se dirigían a mi pues no había nadie más, y gente pelirroja no había demasiada en el mundo”. Sigamos, que hay muchas cosas más xDD Aclaro que no estaba parado en frente tuya, sino cayendo en el aire, y lo más inquietante, ¿cómo has sabido que era un logia? Jaja (._.) xDD Podrías haberme atacado al menos para confirmarlo o algo jaja Ya te dije que no voy a usar la capacidad logia, ahora haré que llueva o que me salpiquen o algo, pero antes habría dicho que no lo vi venir y me pilló por sorpresa tu golpe, o una piedra así xDD Y lo peor de todo… ¿¡Trajeado!? Llevo una túnica del desierto y un turbante, ¿dónde ves el trajeado? xDDD
De repente, justo cuando lancé mi lanza, aquel individuo comenzó a levitar alrededor de un metro sobre el aire, esquivando en gran parte el golpe. Parecía que no iba a ser un combate aburrido, si aquel viejo ya había logrado sorprenderme, este tipo podía también darme mucha guerra. O eso pensaba yo, hasta que vi cómo salía corriendo como alma que lleva el diablo. Por desgracia para él, y para mí, pues me obligó a perseguirlo, el sombrero se debía haber enganchado a su ropa, o tal vez levitaba por su poder, pero el caso es que iba justo detrás del tipo pelirrojo, y yo no lo iba a permitir. -*Mierda, de eso nada, no se me va a escapar ese sombrero…* -Pensaba al ver cómo ambos se escabullían y desaparecían tras el horizonte.
Tras voltear la esquina los perdí, así que me puse a la carrera para encontrarlos, aunque decidí atajar por encima de las casas de aquella callejuela. Transformándome en arena me elevé hasta el tejado de una de estas, dónde pude ver a mi presa y al sombrero. Usé mis ojos demoníacos para estudiar con algo más de calma la situación, y tras aquello pude ver que este terreno no era ventajoso para ninguno, pues había mucha agua alrededor, pero especialmente para mí, pues esta era una debilidad añadida a mi fruta. Decidí que el combate se desarrollaría mejor a cierta distancia que cuerpo a cuerpo, al menos según mis intereses, de tal forma que si quería lograr vencerlo debía asegurarme de mantenerlo a cierta distancia, y la mejor forma era usar el Tetsu no ame (Lluvia de hierro). Con esto lograría mantenerlo ocupado un rato, así que me daría la oportunidad de preparar mi ataque con más detenimiento.
Comencé pues con la rápida ráfaga de ataques, tratando de cubrir todos los flancos posibles. Lancé cuatro de mis senbons a toda velocidad por su espalda. No era un ataque demasiado difícil de esquivar, así que también lancé parte de mi arena al suelo que había delante de él, en forma de “U”, creando una especie de semicírculo de contención, para que así dejara de avanzar en su huida, y si se frenaba recibiera mi ataque. Si no se detenía, y continuaba avanzando tratando de saltar aquella “U” de arena, mi Hanten ame (Lluvia invertida) o el Sabaku no ame (Lluvia del desierto) le darían por completo.
[AF]
Por desgracia, mientras estaba tan ensimismado en atacar a mi rival, tan concentrado en aquella zona, no vi como a mi espalda estaba el enorme mastodonte que le robé al viejo, que al parecer se aburría de estar sólo, y comenzó a chapotear en el ensanchamiento del canal. Aquel incesante chapoteo creo una pequeña ola que cayó justo sobre el tejado dónde yo estaba, dejándome completamente empapado. Esto era un problema, cierto, pero mientras mi “rival” continuara huyendo en lugar de atacarme estaría fuera de peligro, además, estábamos a varios metros y su estilo no parecía ser a distancia, y por si fuera poco, el ataque constante por mi parte apenas le dejaría un segundo para reaccionar. -*Esto no cambia nada… Sólo debo terminar este combate rápido y ya está… En el próximo golpe no seré tan indulgente… *-Pensaba yo, todo mojado.
- OFF:
OFF: Aclaraciones xDD: El “Hanten ame” consiste en crear agujas de arena solidificada sobre la arena, en este caso sobre esa arena que ha formado la “U”, y lanzarlas hacia arriba, alcanzando estas, a mi nivel actual, la altura de 5 metros en poco más de 1 segundo. El “Sabaku no ame” consiste en, una vez lanzadas hacia arriba por el “Hanten ame”, lanzarlas de nuevo hacia abajo, esta vez con la velocidad de la caída añadida. Al usar ambas a la vez se crea una especie de muro de agujas que van y vienen hasta 5 metros de altura en cosa de 1 segundo. // Los “Senbons” son unas agujas de gran tamaño. // El “Tetsu no ame” es el estilo de pelea que engloba el “Hanten ame” y la segunda parte de esta técnica, el “Sabaku no ame”, que consiste en lanzar agujas y/o senbons para hacer que mi enemigo se entretenga defendiéndose y no me pueda atacar con facilidad. (No te “obliga” a no atacarme durante “X” turnos ni nada, pero en la coherencia del rol sí hace que te sea más difícil xD) // Los “Ojos demoníacos” hacen que vea las cosas ligeramente más despacio de lo que ocurren en la realidad, es decir, son ojos que analizan la información más rápido de lo normal. (No demasiado, no voy a ser capaz de ver el soru a cámara lenta, pero sí son capaces de hacerme ver cómo llueve más despacio o cómo alguien normal se lanza a darme un puñetazo a menor velocidad). OFF
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- OFF:
- Como te dije por skype… Un agente sin traje no es nada ¬¬ xD Y respecto a lo de la caída, el gimnasio me tiene trastocado, así que leí lo que me dio la gana, sorry. Y respecto a los erroes, pues...:
Feel Like a Noob
La huida parecía un éxito, dejé a aquel extraño sujeto un par de calles hacia atrás, por si acaso seguí levitando y huyendo a gran velocidad unos segundos más, todo estaba tranquilo, como era de esperar, lentamente bajé mi ritmo de huida, no obstante, seguí en mi forma semifantasmal como si nada. La gente me miraba extrañada, pero yo ni me alarmé. Mis katanas desenfundadas, algo que no me resultaba extraño, pues era como una prolongación de mis brazos tan tantas horas entrenando.
Continué avanzando, con la guardia baja, cuando de la nada, algo me da en la espalda, me atravesó la piel lentamente, pero no lo suficiente como para adentrarse más allá de mi fornida masa muscular y llegar a zonas perjudiciales para mí y otra de ellas me peinó, metafóricamente hablando.. El dolor era notable, pero soportable al mismo tiempo, aquello hizo que me parara de golpe y observara que frente a mi hay un semicírculo de arena, al ver eso miré a mi alrededor alertado, pero al instante me calmé, y elevé la mirada, en los deshabitados tejados de las ciudades observé al hombre de antes, el que me rompió mi hakama con una lanza. Atacarme de frente era una cosa, quedar de cobarde por no querer luchar también, pero un ataque a traición por la espalda era algo sin honor alguno que no podía permitir. El muchacho estaba en la azotea de un edificio de unos cinco metros de altitud, de los más bajos del lugar, menos de veinte metros en línea recta.
Sin pensarlo levité en línea recta en dirección a mi oponente, derribé una puerta de una casa y subí las escaleras, por el camino agredí a un par de civiles pero me subí a la azotea de aquel lugar, en el edificio de al lado se encontraba mi oponente, sin demorar más lo que el destino me ofrecía levité hacia una pequeña plataforma de madera, y desde allí salté hacia el tejado dónde se encontraba el susodicho, estaba algo cansado, así que dejé de usar mi levitación volviendo a mi forma normal de usuario y giré mis katanas sobre mis manos -¿No te han dicho que atacar por la espalda es de cobardes? –Me crují el cuello.
“Al lío” –Me dije a mi mismo para zigzaguear en línea recta hasta llegar a mi rival para que, dejando caer mi peso sobre uno de mis talones, intentar dar un giro bordeando a mi oponente culminando con un tajo vertical de mi katana y un golpe seco de mi sakabato, pues esta última tenía el filo invertido.
[AI]
Continué avanzando, con la guardia baja, cuando de la nada, algo me da en la espalda, me atravesó la piel lentamente, pero no lo suficiente como para adentrarse más allá de mi fornida masa muscular y llegar a zonas perjudiciales para mí y otra de ellas me peinó, metafóricamente hablando.. El dolor era notable, pero soportable al mismo tiempo, aquello hizo que me parara de golpe y observara que frente a mi hay un semicírculo de arena, al ver eso miré a mi alrededor alertado, pero al instante me calmé, y elevé la mirada, en los deshabitados tejados de las ciudades observé al hombre de antes, el que me rompió mi hakama con una lanza. Atacarme de frente era una cosa, quedar de cobarde por no querer luchar también, pero un ataque a traición por la espalda era algo sin honor alguno que no podía permitir. El muchacho estaba en la azotea de un edificio de unos cinco metros de altitud, de los más bajos del lugar, menos de veinte metros en línea recta.
Sin pensarlo levité en línea recta en dirección a mi oponente, derribé una puerta de una casa y subí las escaleras, por el camino agredí a un par de civiles pero me subí a la azotea de aquel lugar, en el edificio de al lado se encontraba mi oponente, sin demorar más lo que el destino me ofrecía levité hacia una pequeña plataforma de madera, y desde allí salté hacia el tejado dónde se encontraba el susodicho, estaba algo cansado, así que dejé de usar mi levitación volviendo a mi forma normal de usuario y giré mis katanas sobre mis manos -¿No te han dicho que atacar por la espalda es de cobardes? –Me crují el cuello.
“Al lío” –Me dije a mi mismo para zigzaguear en línea recta hasta llegar a mi rival para que, dejando caer mi peso sobre uno de mis talones, intentar dar un giro bordeando a mi oponente culminando con un tajo vertical de mi katana y un golpe seco de mi sakabato, pues esta última tenía el filo invertido.
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En cuanto le hube atacado se enfadó realmente, al parecer aquel ataque debió de hacerle mucho daño, pues lo recibió de lleno y no era algo débil precisamente, aunque según parecía le enfadó más el hecho de que lo atacara por la espalda en realidad. Nada más recibir el golpe comenzó a venir por mí, pero no era para nada rápido, además, tuvo que subir por las escaleras, lo cual me dió todo el tiempo del mundo para volver a recuperar mi arena y prepararme para su acometida. Tal y como había deducido, él era luchador de cuerpo a cuerpo, de ahí sus espadas, así que debía procurar que no se acercara demasiado, aunque le daría una pequeña oportunidad de que me alcanzara, para ver cómo de bueno era aquel hombre. Cuando hubo salido finalmente a la azotea comenzó a correr zigzagueando y, aunque lo pude seguir con facilidad, no quise atacarlo, sino esperar a que él me atacara a mí, y así tenerlo justo dónde yo lo quería. Corrió contra mí y dio un giro, bordeándome, en el cual trató de cortarme con una de sus katanas y golpearme con la otra. Era un movimiento simple, aunque efectivo, no lo podría bloquear al completo, pero lo intentaría.
-Sabaku no buki, Yoroi, Tate (Armas del desierto, Armadura, Escudo) -Con parte de mi arena creé un pequeño escudo y, la arena que llevaba bajo la ropa, la endurecí, formando una especie de armadura bajo mi túnica. El escudo sí hizo su función, detuvo por completo el corte, pero su golpe sí llegó a dolerme, aunque tuviera una armadura de arena esta estaba en contacto con mi cuerpo, así que recibí algo de daño, pero nada en comparación con el daño que él iba a recibir. Tras encajar sus golpes usé parte de la arena que había traído y había colocado a mis pies para cogerlo. -Kamu (Agarre) -La arena se solidificó sobre sus pies, quedando él atorado en ella, y yo reculé hacia atrás, para lanzar la última ofensiva, que sería totalmente distinta, mucho más poderosa que los ataques anteriores. Con la arena restante creé unas pelotas de arena, cada una de aproximadamente un kilogramo, que sin tener en cuenta la arena que cubría ahora sus pies, eran un total de treinta bolas. Las hice girar a su alrededor a gran velocidad y, en un segundo, lo aplasté con todas ellas, de las cuales salieron pequeñas agujas de arena justo antes de impactar con su cuerpo. -Sabaku no harinezumi (Erizos del desierto)- Era muy difícil que las lograra evitar, pues venían en todas las direcciones y estaba retenido, y si finalmente impactaban sobre él le dejarían hecho un coladero, dudo que pudiera soportar ese ataque. Una vez lo lancé me fijé en que ya no llevaba el sombrero en su pie, así que debería ponerme a buscarlo otra vez una vez acabáramos el combate, qué pereza...
[AB]
-Sabaku no buki, Yoroi, Tate (Armas del desierto, Armadura, Escudo) -Con parte de mi arena creé un pequeño escudo y, la arena que llevaba bajo la ropa, la endurecí, formando una especie de armadura bajo mi túnica. El escudo sí hizo su función, detuvo por completo el corte, pero su golpe sí llegó a dolerme, aunque tuviera una armadura de arena esta estaba en contacto con mi cuerpo, así que recibí algo de daño, pero nada en comparación con el daño que él iba a recibir. Tras encajar sus golpes usé parte de la arena que había traído y había colocado a mis pies para cogerlo. -Kamu (Agarre) -La arena se solidificó sobre sus pies, quedando él atorado en ella, y yo reculé hacia atrás, para lanzar la última ofensiva, que sería totalmente distinta, mucho más poderosa que los ataques anteriores. Con la arena restante creé unas pelotas de arena, cada una de aproximadamente un kilogramo, que sin tener en cuenta la arena que cubría ahora sus pies, eran un total de treinta bolas. Las hice girar a su alrededor a gran velocidad y, en un segundo, lo aplasté con todas ellas, de las cuales salieron pequeñas agujas de arena justo antes de impactar con su cuerpo. -Sabaku no harinezumi (Erizos del desierto)- Era muy difícil que las lograra evitar, pues venían en todas las direcciones y estaba retenido, y si finalmente impactaban sobre él le dejarían hecho un coladero, dudo que pudiera soportar ese ataque. Una vez lo lancé me fijé en que ya no llevaba el sombrero en su pie, así que debería ponerme a buscarlo otra vez una vez acabáramos el combate, qué pereza...
[AB]
Iku Hanna
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La caligrafía, las faltas de ortografía y demás.
Este punto es para Kyoji Kagami ya que hace un mejor uso de la gramática, y, además tubo menos faltas de ortografía.
Ambientación, y adaptación al escenario
Este punto es para Kyoji Kagami ya que en su rol hace una descripción más amplia del lugar, los sentimientos, las acciones…
Rol Bélico
Este punto es para Zane D. Kenshin ya que la descripción de sus ataques me gustó más ya que su explicación es breve pero más completa.
Rol Escénico
Este punto es para Kyoji Kagami ya que la forma de escribir me adentró más en la historia que Zane, haciendo que me imagine cada escena del combate.
Asumir daños respetando nomenclatura
Este punto es para Zane D, Kenshn ya que asumió mejor los daños de su contrincante.
Acciones cerradas
Este punto lo dejo nulo ya que ninguno hizo acciones cerradas.
Gana Kyoji Kagami
Kyoji Kagami
*1.500 puntos de XP
Zane D Kenshin
*800 puntos de XP
Hojas de personaje actualizadas
Este punto es para Kyoji Kagami ya que hace un mejor uso de la gramática, y, además tubo menos faltas de ortografía.
Ambientación, y adaptación al escenario
Este punto es para Kyoji Kagami ya que en su rol hace una descripción más amplia del lugar, los sentimientos, las acciones…
Rol Bélico
Este punto es para Zane D. Kenshin ya que la descripción de sus ataques me gustó más ya que su explicación es breve pero más completa.
Rol Escénico
Este punto es para Kyoji Kagami ya que la forma de escribir me adentró más en la historia que Zane, haciendo que me imagine cada escena del combate.
Asumir daños respetando nomenclatura
Este punto es para Zane D, Kenshn ya que asumió mejor los daños de su contrincante.
Acciones cerradas
Este punto lo dejo nulo ya que ninguno hizo acciones cerradas.
Gana Kyoji Kagami
Kyoji Kagami
*1.500 puntos de XP
Zane D Kenshin
*800 puntos de XP
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Contenido patrocinado
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- Reto - Kyoji vs Joseph
- Reto - Kyoji vs Issei
- En busca del Jardín del Edén... (Jack L. Shervalah & Gusi & Kyoji Kagami.)
- Un revolucionario, un pirata, un agente y un ciudadano. ( Rol Libre) ( Jin Surfer, Yoh Asakura, Kryword y Kyoji Kagami)
- Un shichibukai, una pelirroja y Azne. Negociaciones en LogueTown[Pasado-privado][Kirito-Rose-Zane]
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