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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Jue 16 Ene 2014 - 19:40}

Tikling tinkling, sonaron las campanillas al abrir la puerta de la tienda. Nada más cruzar el umbral el aroma a especias le inundó por completo provocándole molestia en la nariz debido a la repentina sobre estimulación sensorial. El local se encontraba en la penumbra, ya que a pesar de que fuera hacía un día soleado, la gran cantidad de productos acumulados por todas partes impedía que los rayos solares penetrasen en el interior de la tienda. Selu se quedó contemplando el mostrador, aún no se le había acostumbrado del todo la visión, pero parecía no ver nadie allí. Se alejó de la puerta y se adentró en la tienda y corroboró que no había nadie atendiendo. Se acercó del todo al mostrador e incluso asomó la cabeza por detrás de este para ver si veía a alguien por detrás o en la trastienda, pero no fue el caso. Selu rebuscó en su zurrón y sacó el papel que le había dado Yaya.

Hacía un día y medio la anciana le había mandado comprar unos ingredientes que se le habían acabado, ya que, a pesar de tener su propio huerto, no cultivaba de todo. En Villmark, su isla natal, no había ciudades, ni pueblos, ni más humanos que ellos dos; así que si quería ir de compras tenía que ir a Baterilla, la isla más cercana. Selu nunca había salido de la isla y a pesar de que Yaya sí que le había enseñado a navegar, no era algo que le apasionase. Sobre todo porque no le gustaba tener que relacionarse con la gente. Pero allí estaba a día y medio de su casa, en una isla en la cual no había estado nunca, había tenido que seguir las indicaciones de Yaya hasta dar con aquella tienda y ahora se encontraba con que la tienda estaba desatendida. Se guardó la lista de la compra otra vez y dio una nueva ojeada a la tienda.

Ya habían pasado unos minutos desde que había entrado y su sentido del olfato se había acostumbrado a aquella mescolanza de esencias. El olor a cominos,  curry,  pimentón,  mostaza y otras especias fuertes eran los que mejor identificaba y se encontraban depositadas en enormes sacos justo delante del mostrador, dónde se encontraba. Del techo de la tienda colgaban ristras de ajos que aportaban su olor acre a la mezcla de aromas. El lado derecho de la tienda estaba completamente ocupado por plantas aromáticas algunas de ellas, como el orégano o el romero, estaban frescas y plantadas en pequeños tiestos; mientras otras como el laurel colgaban del techo ya secas. A la izquierda había toda una serie de tarros de cristal que guardaban dentro todo tipo de cosas desde hojas hasta semillas. A Selu le llamó la atención un tarro que estaba repleto de vainas de color negro, se aproximó hasta él y lo abrió una fragancia dulce salió de su interior, haciendo que al chico se le hiciese la boca agua.  

-¿Te gusta como huele la vainilla? –
preguntó una voz risueña.
La súbita pregunta sobresaltó al chico e hizo  casi tirase el tarro con las vainas.

-Si las tiras tendrás que pagarlas todas- dijo poniéndose muy seria, lo que hizo que Selu se pusiese un poco nervioso.- Surusurusruruse rio la tendera.- Tranquilízate chico era broma, ¿puedo ayudarte en algo?

Durante unos instantes Selu se quedó en blanco mirando a aquella mujer, de pronto reaccionó, buscó dentro de su zurrón y sacó la lista. Se acercó rápidamente al mostrador y se la entregó a la mujer.

-A ver que tenemos aquí, dos kilos de curry, siete ristras de ajo, laurel, orégano….Vaya lista de la compra más larga. ¿Esto es todo para ti? –quiso saber al mujer

-No -contestó el chico secamente.

-Y dime a quién vienes a hacerle la compra, ¿a tus padres? –inquirió la mujer insistentemente, mientras acopiaba el pedido del chico.

-No tengo padres –fue la única respuesta del chico.

-Vaya lo siento mucho –se disculpó la mujer.- No quería ser desconsiderada. ¿Entonces con quien vives, con algún pariente?

-Vivo con Yaya-contestó el chico un poco nervioso frente a tal interrogatorio.

-¿¡Yaya!? –exclamó sorprendida la mujer.- ¿Te refieres a Yuuna? ¿Kokoro D. Yuuna?

-¿La conoce?-preguntó Selu sorprendido.

-Surusurusuru, ¿por qué no lo has dicho antes que era ella quién te enviaba? –preguntó entre carcajadas la anciana pero robusta mujer –Paloma Blanca y yo servimos juntas en la marina, pero al poco de retirarse ella, yo también lo hice. Ya tampoco tenía más ganas de pelear, así que me vine aquí y abrí una tienda de especias y condimentos.

Mientras le relataba su historia de marine junto a Yaya la mujer a acabó de preparar su pedido y se lo colocó todo en un enorme saco. También añadió unas cuantas vainas de vainilla como regalo.

-¿Seguro que podrás con todo chico? –preguntó la mujer mientras le ayudaba a colgarse el fardo de la espalda.

-Sí, no se preocupe –contestó Selu, al que en realidad sí que le costaba un poco llevar aquella pesada carga.

-Está bien, pero ten mucho cuidado al regresar al puerto, se rumorea que puede haber delincuentes por la zona. Un barco de la marina ha llegado hoy al puerto y decenas de marines están peinando toda la isla, no se sabe bien en busca de qué, si serán piratas, bandidos o revolucionarios. Sea como sea ándate con ojo.

-Gracias- respondió Selu entre un poco agobiado mientras se alejaba de la tienda.

-¡Dale recuerdos a Yuuna de mi parte!-gritó la tendera desde el umbral de la tienda antes de volverse a introducir en ella.

Selu se giraba para contestarle cuando algo chocó contra él y lo tiró al suelo, de tal forma que cayó sobre el saco con la compra. Lo primero que hizo fue comprobar que la mercancía no había sufrido ningún percance. Una vez comprobó que todo estaba en su sitio dirigió su mirada al objeto que había impactado contra él. Sentado en el suelo se encontró con un recluta marine, pero era el marine más raro que había visto nunca. Su cara parecía estar tallada en madera y su pelo no parecía otra cosa sino un montón de hojas. Tras unos segundos de desconcierto por la rareza de aquel tipo reaccionó.

-¿Se puede saber a dónde vas con tanta prisa que ni siquiera puedes mirar por dónde vas? –le reprochó Selu al hombre árbol.


Última edición por Uslex el Dom 9 Feb 2014 - 18:55, editado 2 veces
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Jue 16 Ene 2014 - 20:40}

Baterilla, aquel era su siguiente destino. Kodama y sus compaleros habían sido enviados allí para buscar y capturar a un peligroso pirata. No tenía claro de quien se trataba, ni cuál era su crimen ni por qué se encontraba en aquella cálida y tranquila isla del South Blue.

Llegaron a la isla bastante antes de lo que tenían previsto. La brisa del mar les era favorable así que poco después del mediodía ya habían desembarcado en el puerto principal de la isla. Aquel lugar parecía de lo más idílico, la gente paseaba tranquilamente por la prácticamente carente de actividad zona portuaria. Anclaron el barco cerca de un gran faro de piedra blanquecina. A partir de allí emprenderían la búsqueda.

Los primeros en bajar del barco fueron los reclutas. Ellos serían los primeros que empezarían a registrar el lugar. Kodama desembarcó junto a un grupo de una docena de reclutas cuya misión consistía en asegurarse de que el tipo a quien buscaban no se encontraba en la zona este de la isla. Era la zona residencial de la isla y, por lo tanto, la primera que debían inspeccionar. Para ello les facilitaron varias copias del cartel de búsqueda en el que aparecía el hombre al que debían apresar. La foto no era muy nítida pero podía apreciarse claramente el imponente tamaño de aquel tipo y su larga melena de un tono rojizo como si estuviera en llamas. Bajo la foto podía verse su nombre, Alai Tendo y en la parte inferior del cartel se encontraba la cantidad de la recompensa que se ofrecía por su cabeza, nada menos que dos millones de berries. Se preguntó si, en caso de que tuvieran que luchar contra él, podrían reducirle.

Al llegar al extremo del pueblo se dividieron para cubrir más terreno. El pequeño pueblo estaba formado por edificios bajos de una o dos plantas como máximo dispuestos a distintas alturas aprovechando la inclinación natural del terreno.

Kodama fue a inspeccionar el extremo opuesto al que se encontraban. Era la zona con más vegetación que había visto en el pueblo, algo que a él le atraía instintivamente mucho más que un conjunto de estructuras de ladrillo. Durante un par de horas entró en todas las casas y comercios que había por allí y preguntó a todos con cuantos se topaba si habían visto al tal Alai. La ventaja de buscar a alguien con un físico tan destacable era que si cualquiera lo veía seguro que lo recordaría fácilmente. Recorrió todas las intrincadas callejuelas donde podrían hallarse más testigos potenciales a los que interrogar, pero sin conseguir ningún resultado positivo.

Cuando se cansó decidió cambiar de táctica. Se situó en una la zona más concurrida que había visto por allí, una pequeña plaza repleta de comercios y puestos de venta ambulante, y se quedó completamente quieto y en silencio transformado en su forma de árbol, aunque dejando sus ojos entreabiertos; de esta forma, gracias a que en su estado natural medía aproximadamente unos 11 metros, podía observar desde gran altura a todos cuantos pasaran por las cercanías. Permaneció en esa posición durante algunas horas. Tenían órdenes de no concluir la búsqueda hasta dar con su objetivo así que no tenía ninguna prisa. La gente pasaba a su alrededor mirándole atónita pues, aunque estaba en su forma de roble, aún conservaba las ropas de marine y sus espadas colgadas, así que era un fenómeno curioso en aquel lugar que atraía las miradas de todos los ciudadanos.

Entonces lo vio. Entre un par de edificios al final de una callejuela pudo ver durante un segundo los reflejos rojizos de la larga melena del pirata que buscaba. Sin pensárselo dos veces convirtió sus piernas en humanas y dio un salto, terminando la trasformación en el aire. Ante el incrédulo gentío echó a correr hacia las calles donde esperaba que aún estuviese el pirata.

Unos minutos después llegó hasta su destino donde, por desgracia, solo halló el cuerpo de un par de reclutas. No conocía a ninguno de ellos pero aun así no podía permitir que ese crimen quedara impune. Junto a él apareció otro de sus compañeros probablemente alertado por el ruido de la pelea que allí había tenido lugar. Con una motivación extra, Kodama reemprendió la búsqueda. El otro marine volvió al barco a informar de lo ocurrido y él volvió al rutinario proceso de interrogación.

Al poco tiempo llegó hasta una zona menos concurrida. Allí solo había unas pocas tiendas que no había podido inspeccionar anteriormente. Se acercó hasta la única que estaba abierta. Un comercio del que salía un hipnótico olor a hierbas y especias, eso le gustó, le recordaba a su bosque natal. Abrió la puerta y nada más entrar, bajo el sonido de las campanillas que colgaban del marco superior de la entrada, un tipo moreno que cargaba con un montón de productos a la espalda, chocó contra él y cayó al suelo.

-Oh, cuidado, ¿estás bien? Deberías tener cuidado- preguntó al chico del suelo tendiéndole la mano. Luego se dirigió a la dueña del establecimiento. En fin, señora me preguntaba si había visto a un pirata que anda por la isla estos días. Grande, musculoso y con melena roja. Es extremadamente peligroso y es urgente que demos con él. Aquí tengo un cartel con su foto, mírelo detenidamente. Míralo tu también, chico.- dicho esto le tendió el cartel y esperó su respuesta.
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Vie 17 Ene 2014 - 13:00}

Selu aferró la mano del recluta aceptando de esta manera su ofrecimiento de ayuda. El tacto de su mano era áspero y rugoso, bien parecía estar dándole la mano a un pino o a un abeto. Pero no le quiso dar más importancia al asunto.

-Gracias - balbuceó un poco ruborizado por lo mal que le había hablado a aquel hombre.

Una vez en pie se volvió a colocar el fardo a la espalda, se dispuso a salir de la tienda y volver a su preciada isla desierta. Ni siquiera iba a echar un vistazo al cartel, apenas llevaba un par de horas en la isla y en su trayecto hasta dar con la tienda de especias tan solo se había cruzado con un puñado de personas. Un grupo de mujeres ya entradas en años, que estaban de cháchara mientras hacían la colada en el lavadero del pueblo; un par de ancianos jugando a algún tipo de juego de mesa, a los cuales les había pedido indicaciones para llegar hasta la tienda; varios niños, más pequeños que él, que jugaban a marines y piratas; y poco más. Pero por curiosidad decidió echarle un vistazo al cartel, por un segundo reconoció aquel hombre, pero no era capaz de ubicarlo en sus recuerdos. Supo que esa mañana no había podido ser, repasó una vez más  el camino que había realizado des del embarcadero hasta la tienda, y estaba completamente seguro que no se había cruzado con aquel hombre. Entonces tuvo un momento de lucidez y recordó cuando y donde había visto a aquel tipo tan peculiar. Había sido la noche pasada, en alta mar.  

La noche era serena, tranquila y cerrada. Hacía paneas unos días había habido luna nueva, así que esa noche el satélite terrestre no era más que una pequeña fisura apenas visible en el cielo estrellado del South Blue. La mar estaba tranquila, salvo un leve brisa marina que empujaba su bote suavemente. En el horizonte ya podía vislumbrarse el faro de Baterilla, anunciando con su resplandor que arribaría a puerto al amanecer. Fue el paz de la noche lo que le permitió oír cómo algo se le acercaba por la popa, al principio pensó que se trataré de algún banco de peces o alguna otra criatura marina atraída por el ruido de su propio bote. Debido a la oscuridad de la noche no podía distinguir nada con claridad, hasta que el destello del faro descubrió la procedencia de aquel chapoteo. A unos quinientos metros de la aleta de babor, una carabela se aproximaba hacia él.

La distancia y la negrura de la noche le impidieron  reconocer  que tipo de tripulación navegaba en él. Tuvo que esperar un par de minutos para corroborar sus sospechas, en este intervalo de tiempo la carabela le había ganado casi un cable y ahora sí que podía distinguir la bandera pirata que ondeaba en el palo mayor. Aún no alcanzaba a discernir cual era el símbolo de la tripulación, pero si podría apreciar el mascarón de proa, un elaborado a la par que temible dragón rojo y sobre él se podía distinguir la figura de un hombre.  En tan solo cinco minutos la carabela alcanzó su pequeño velero y pudo contemplar de cerca a aquel hombre. Era alto y fuerte, le dio la impresión que debería medir más de dos metros. Lo que más le llamó su atención era su cabello largo y rojizo como si hubiese estallado en llamas. Iba vestido con un chaleco, un haramaki y unos pantalones largos todo ello de tonalidades rojizas y que a simple vista parecían estar elaborados con algún tipo de piel de reptil. La carabela adelantó a su bote por babor, al pasar aquel hombre se lo quedó mirando fijamente mientras pasaba a su lado, pero no hizo ningún ademán ni musitó palabra alguna simplemente pasó de largo y prosiguió su camino hacia la isla.  Por la dirección que llevaba el navío parecían tener intención de echar el ancla en la parte norte de Baterilla.

Decidió relatarle aquel episodio con la carabela al marine y una vez lo hubo hecho se dirigió a la tendera.

-¿Disculpe podría usted guardarme esto un par de horas? –le preguntó a la mujer mientras le indicaba el paquete colgado a su espalda.

- Si claro chico no hay problema –
respondió la mujer.

Selu se volvió a quitar el fardo y lo colocó en un rincón de la abarrotada tienda, donde no molestase demasiado. Después se acercó al recluta para hablar con él.

-Si quieres yo puedo ayudarte a dar con ese pirata, soy muy bueno siguiendo rastros –dicho esto Selu adoptó su forma de Dip, muy parecida a un perro negro de pelo largo y desaliñado, pero del tamaño de un caballo.

Aah! –exclamó la tendera que no pudo contener un exclamación de asombro al ver como un niño de apenas doce años se transformaba en semejante criatura.-¿Es un usuario? –preguntó para sí misma.

-Solamente llévame a donde fue visto por última vez para que pueda captar su olor y te conduciré hasta él –le dijo al recluta con una voz gutural y mucho más grave que la que había oído hacía apenas unos segundos.- Te espero fuera.

Selu salió de la tienda en su forma de Dip, por suerte la calle estaba prácticamente desierta. Tan sólo un par de mujeres caminaban apresuradas calle arriba, tan enfrascadas estaban en su conversación que nos e percataron de la presencia de un cánido gigante en medio de la calle. El Sol comenzaba su descenso hacia el horizonte, supuso que aún les quedarían unas cinco horas de luz, tiempo suficiente para dar con aquel pirata y volver a sus quehaceres. Dirigió su mirada a la puerta de la tienda a la espera de que en cualquier momento saliese por ella el recluta cara de árbol.


Última edición por Uslex el Dom 19 Ene 2014 - 0:14, editado 1 vez
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Vie 17 Ene 2014 - 20:22}

El chico aceptó su mano y se levantó del suelo dándole tímidamente las gracias. Recogió sus cosas y se dispuso a salir de la tienda. No parecía tener intención de ayudarle en su captura, ni siquiera había dirigido una mirada hacia el cartel de búsqueda. Probablemente no supiera nada. Por su experiencia no creía que ese joven hubiera visto a aquel enorme pirata pelirrojo, si no había mostrado ningún signo de haberle visto al oír su explícita descripción de él, eso significaba que no tenía ni idea de donde podía estar.

La mujer tampoco dijo nada así que Kodama se dio la vuelta para marcharse de allí. Estaba ya en la puerta cuando de repente el chico pareció recordar algo. -Debe de haber tenido una revelación.- pensó Kodama al ver como de súbito el joven empezó a relatarle como la noche anterior se encontró con aquel pirata.

Según le había dicho, la noche antes de llegar a la isla se topó con un imponente barco pirata con la figura de un dragón en el mascarón de proa capitaneado por el hombre del cartel de recompensa. La descripción que dio el chico de aquel pirata coincidía con la del que Kodama y los marines rastreaban por la isla. Por lo que pudo deducir, aquella noche habían anclado su barco en la parte norte de la isla; probablemente cuando lo vio en la zona residencial se encontraría buscando provisiones o material de reparación para su barco.

Ahora se le presentaba un nuevo problema, según la información que sus superiores les facilitaron, el objetivo estaba solo, pero ahora acababa de descubrir que había llegado a Baterilla junto con, al menos, parte de su tripulación. Si eso era cierto la situación había cambiado por completo, ya no se enfrentaban a un solo hombre sino a toda una banda pirata. La parte buena era que no tenían constancia de ningún otro miembro aparte del capitán que fuese especialmente peligroso. Tal vez incluso pudieran hacerse cargo él y su grupo de compañeros reclutas.

Apartó de su mente esos pensamientos, ahora no era momento de pensar en aquello. Lo primordial era verificar si esa información era cierta y la única manera que tenía de hacerlo era inspeccionar personalmente la zona norte de la isla. Aun así decidió que lo mejor sería pasar por el barco para informar, por si las moscas.

Mientras Kodama se perdía en sus cavilaciones, el chico le tendió sus cosas a la mujer del mostrador para que se las guardase durante varias horas. No entendía muy bien el por qué de aquello ya que hace un minuto se había topado con aquel tipo mientras salía de la tienda. Sin embargo lo que dijo después le desconcertó aún más. El chico se ofreció a ayudarle a capturar a ese pirata, algo que podría haber pasado por normal si en ese momento no se hubiese transformado, ante sus ojos y los de la mujer, en una especie de perro gigantesco de pelaje oscuro. Debía de haber comido una de esas extrañas frutas, en ese momento no recordaba como se llamaban. Decidió ignorar este hecho pues, al fin y al cabo, él era un árbol.

-Solamente llévame a donde fue visto por última vez para que pueda captar su olor y te conduciré hasta él. Solamente llévame a donde fue visto por última vez para que pueda captar su olor y te conduciré hasta él. Te espero fuera.-
le dijo el extraño animal a la vez que salía por la puerta sin darle tiempo a responder a su propuesta.

Kodama agradeció su ayuda a la señora y fue tras él, no estaba seguro de que aquel tipo pudiera serle de ayuda, al fin y al cabo era solo un civil y no le gustaba la idea de que gente ajena a la marina se involucrara en la búsqueda de piratas, y menos aún de uno tan peligroso como aquel. Sin embargo estaba convencido de que el olfato de animal que, esperaba, poseía le podría resultar bastante útil. Cuando salió el chico-bestia estaba esperando a que saliera. Por suerte no había nadie por allí o se habría producido un gran revuelo por ver juntos a un árbol andante y un perro negro que medía casi tanto como él.

-Oye chico, si puedes convertirte en un perro, ¿si dejo que me ayudes con tu olfato me causarás problemas? Me gustaría pensar que no te lanzarás a hacer nada temerario y que no contarás por ahí que te he dejado ayudar en la captura de un pirata.- a pesar de que pudiera resultar extraño, Kodama confiaba rápidamente en la gente y por tanto no tenía motivos para desconfiar de aquel chico. -Haremos una cosa, yo iré a informar de lo que me has contado a mis superiores. Cuando vuelva te llevaré hasta el lugar donde apareció por última vez y tú me ayudarás a encontrarlo. En ningún momento te acercarás a ninguno de los piratas a no ser que sea necesario. ¿Estamos de acuerdo?
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Dom 19 Ene 2014 - 0:13}

Por fin vio al marine salir de la tienda.  A plena luz del día pudo comprobar que sus ojos no le habían mentido sobre el aspecto de aquel hombre. Su piel no era similar a la de un árbol, era auténtica corteza de uno de estos. Su olfato corroboró lo que su vista no acababa de creerse. Aunque desprendía un leve aroma a humano, parecía un olor residual, como si fuese artificial. Pero desprendía otra fragancia, mucho más fuerte que el olor a humano, un aroma que le resultaba familiar. Era una mezcla de olores, a tierra húmeda recién removida, a resina de árbol, a hierba fresca; eran olores que le recordaban a la gran robleda que crecía en la zona medio-este de Villamrk. No tenía muy claro qué clase de criatura era aquel marine, pero sabía que no era humano y eso ya era un punto a su favor.

El recluta se dirigió a él, le preguntó que si podría confiar en él y le resumió cuál pensaba ser su plan de acción. Reflexionó sobre las palabras del marine y  le ofreció una respuesta.

-No- respondió rotundamente al marine.- No estoy de acuerdo, no podemos perder el tiempo en que vayas a dar parte a  tus superiores. En el tiempo que tardas en ir y volver, la pista de Tendo podría enfriarse y sería mucho más difícil para mí seguirle el rastro. Además el tiempo que nosotros perdamos, es tiempo del que él dispondrá para hacer lo que le plazca. Personas inocentes podrían resultar heridas si se cruzan en el camino de ese monstruo. Creo que sería conveniente que primero diésemos con él y nos aseguremos que no causa problemas en la isla. Además por lo que he podido ver, su recompensa sólo asciende a dos millones de berries, apenas es un aficionado, no debería ser demasiado difícil reducirle entre los dos si actuamos con inteligencia.

Tras decir esto desvió la mirada del marina y la elevó hacia el cielo, durante unos segundos se quedó en silencio contemplando el vasto cielo azul sobre el South Blue.

-En cuanto a mí, si me he ofrecido a ayudarte es porque he tenido muy malas experiencias con los piratas. Uno de esos despreciables corsarios, fue el responsable de la muerte de mi madre, y hace relativamente poco otro pirata estuvo a punto de matarme, tan solo porque se aburría –Selu detuvo un momento su discurso, al recordar los recientes sucesos acontecidos con el gyojin. Volvió a dirigir la mirada al marine y, aunque su rostro de permanecía sereno, su voz se había llenado de odio.- No pienso permitir que ese tipo de escoria campe a sus anchas tan cerca de mi hogar. Hoy están aquí en Baterilla, pero quién me asegura que mañana no deciden levar anclas y se presentan en Villmark buscando problemas. No consentiré que nadie vuelva a poner en peligro a los míos.

Dicho esto Selu se irguió y se acercó al marine, sus ojos dorados miraban fijamente a los del árbol-hombre. A continuación se dirigió a él nuevamente.

-Te prometo que actuaré prudentemente y que nadie de la marina sabrá de nuestra pequeña asociación. Pero del mismo modo, te prometo que no descansaré hasta que sepa que ese pirata inmundo se haya entre rejas. Así que ¿dónde dijiste que lo viste por última vez?
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Dom 19 Ene 2014 - 15:57}

Su plan no pareció convencer al chico. No tenía intención de esperar a que informase a sus superiores y volviese allí. La convicción con la que le expuso sus incovenientes era impropia de alguien de su edad.

-No- dijo el chico tras escuchar su plan para la captura del pirata -No estoy de acuerdo, no podemos perder el tiempo en que vayas a dar parte a  tus superiores. En el tiempo que tardas en ir y volver, la pista de Tendo podría enfriarse y sería mucho más difícil para mí seguirle el rastro. Además el tiempo que nosotros perdamos, es tiempo del que él dispondrá para hacer lo que le plazca. Personas inocentes podrían resultar heridas si se cruzan en el camino de ese monstruo. Creo que sería conveniente que primero diésemos con él y nos aseguremos que no causa problemas en la isla. Además por lo que he podido ver, su recompensa sólo asciende a dos millones de berries, apenas es un aficionado, no debería ser demasiado difícil reducirle entre los dos si actuamos con inteligencia.

Kodama meditó sobre las posibles consecuencias de aquellas palabras. ¿De verdad iban a a ir solos a por una banda pirata entera? Mientras cavilaba el chico continuó hablando sobre como unos piratas les habían atacado a él y a su madre hacía tiempo.

-Jajajajaja, vaya realmente eres un chico peculiar, aparte de por lo de convertirte en un enorme perro negro.- Entonces se puso serio -¿Un aficionado?, nosotros lo somos también, chico. Deberías aprender a tomarte las cosas con calma. - para él era fácil decir esto ya que durante muchos años no hizo nada más que permanecer inmóvil en mitad del bosque. Sin embargo la mirada del joven hacía gala de una convicción que conmovió al hombre-árbol, así que decidió ayudarle. -Adelante pues, vayamos.- dijo mientras caminaba a paso ligero hacia el callejón donde encontró los cuerpos de los dos marines asesinados. Esperaba que el olfato del joven perro les fuese de utilidad.

Avanzaba a paso rápido prestando atención a cualquier movimiento anormal a su alrededor, no quería correr el riesgo de que les emboscaran. El tipo perruno iba tras él, o eso pensaba, la verdad es que no le había dirigido la palabra en todo el trayecto, Kodama era un tipo callado y cuando se trataba de trabajo aún más. Descendieron por una empinada calle empedrada cercana a la plaza central del pueblo. La multitud de gente que antes abarrotaba cada rincón se había reducido hasta el punto de que era difícil encontrar a más de tres personas juntas.

Al poco tiempo llegaron hasta su destino. La sangre de los dos reclutas muertos aún manchaba el suelo de piedra del callejón, probablemente sus cuerpos ya se los habrían llevado sus compañeros. Ahora mismo deberían de estar inspeccionando la zona en busca de algún pirata. El hecho de que a esas alturas no los hubiesen encontrado todavía, dejaba constancia de lo bien ocultos que estaban. Sin embargo sería cuestión de tiempo, al menos si el olfato del chico era tan eficaz como afirmaba.

-Bien, ahora es tu turno.- dijo Kodama girándose hacia el gran perro.
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Lun 20 Ene 2014 - 21:16}

En seguida se pusieron en camino hacia el lugar dónde le habían perdido la pista al pirata. Selu se fijó que, aunque el marine avanzaba  paso veloz, estaba completamente alerta, se tomaba muy en serio su trabajo. Descendieron la misma calle empinada que hacía apenas una hora antes el mismo había ascendido en busca de la dichosa tienda. El pueblo estaba casi totalmente desierto, seguramente se había corrido la noticia de que un pirata peligroso andaba por la isla. Durante todo el trayecto el marine no pronunció palabra alguna, cosa que en cierto modo Selu agradeció, ya que no era muy dado a la conversación, al menos con extraños.  

Cuando  percibió el olor a sangre fresca, intuyó que su destino no se encontraba demasiado lejos. Su sospecha se confirmó cuando, al girar en la siguiente calle, el marine redujo la marcha hasta que se detuvo por completo. Selu se colocó a su lado para observar la escena. Se encontraban en un estrecho y sombrío callejón bastante próximo a la plaza central del pueblo. Y, tal y como su olfato le había indicado, la sangre teñía de rojo el empedrado del callejón.

-Bien, ahora es tu turno.- Le dijo el recluta mientras volteaba su rostro hacia él.

Sin mediar palabra Selu se adentró en el callejón dispuesto a dar con la pista del pirata. Muchos olores se mezclaban en aquel callejón, decidió que primero se centraría en los aromas más recientes y que después iría descartando rastros hasta aislar el de Tendo. El olor más reciente es el que aún permanecía allí, el olor a sangre fresca. La sangre pertenecía a dos personas distintas, ambos desprendían un aroma característico a salitre, tela de uniforme, pólvora, aceite para espadas y un leve olor a quemado. Selu supo a quién pertenecía esa sangre.

-Lo siento, espero que no fuesen amigos tuyos –
le expresó al recluta que lo acompañaba sin ni siquiera levantar la cabeza del suelo, ya que había deducido que aquella sangre era de marines.

Aunque oyó como el recluta le contestaba, no escuchó lo que decía, debido a que de nuevo se encontraba completamente concentrado en el rastreo. Detectó el olor de otras cinco personas, que olían de forma similar a los marines muertos y supuso que debían ser los compañeros del recluta. El rastro de estos cinco marines, junto al de los cadáveres, salía del callejón y se dirigía calle abajo, seguramente en dirección al puerto.
También captó el aroma a resina y tierra húmeda tan peculiar que desprendía el recluta hombre-árbol, pero un rastro más débil que el que había percibido fuera de la tienda. Lo cual indicaba que antes de chocarse con él en la tienda de especias, había descubierto los cadáveres de sus compañeros.
Finalmente captó un olor muy diferente a todos los demás, supuso que correspondería al de Tendo. Era un olor fuerte y acre, olía a una mezcla de sudor, saque, azufre, metal caliente, y más levemente a la sangre de los marines. Selu no supo que podría significar aquello salvo que era un asesino, mugriento, asqueroso y borracho. El rastro del pirata se adentraba en el callejón y parecía alejarse del centro del pueblo.

-Tengo el rastro de Tendo. ¡Vamos!-
le indicó al recluta señalando en la dirección en la que había huido el pirata, invitándolo a que le siguiese haciendo un ademán con la cabeza.

Mientras seguía el rastro, Selu pudo observar como un trazo de pequeñas gotas de sangre seguían la misma dirección que el pirata. Seguramente era sangre que goteaba del arma que Tendo había utilizado para matar a los dos marines. Pero apenas habían caminado una decena de metros el rastro de sangre se perdió, por suerte había captado perfectamente el olor de Tendo y le resultaría bastante sencillo seguirlo.
A medida que avanzaban siguiendo la pista del pirata del pelo de fuego, las calles eran cada vez más anchas, las casas cada vez se encontraban más separadas las unas de las otras y el empedrado del suelo acabó por desaparecer, dando paso a un camino de tierra. Cuando se quisieron dar cuenta acababan de pasar la última casa del pueblo, el camino que seguían se adentraba en los montes de la isla.
Antes de continuar Selu se detuvo un momento y se dirigió al marine.

-El rastro continúa hacia el bosque. Pero quiero que tú decidas. Si quieres, ahora que he captado bien el rastro, puedes ir a avisar a tus superiores y seguir luego con la búsqueda. Pero sigo pensando que entre tú y yo, si jugamos bien nuestras cartas y actuamos con inteligencia, podemos con ese pirata. A fin de cuentas yo soy un usuario de las frutas y tú…En fin, seas lo que seas tienes pinta de ser más fuerte que un humano – dicho esto Selu volvió a su forma humana y se acercó al marine para hablar con él.- Pero como te decía, tú decides. Tampoco quisiera que por mi testarudez tuvieses problemas con tus superiores. Sé cómo sois los marines, con vuestras reglas y procedimientos. Lo sé, créeme, vivo con una ex-vice almirante. ¿Y bien? ¿Qué prefieres hacer?
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Miér 22 Ene 2014 - 12:46}

El chico-perro olfateó durante un par de minutos el lugar donde habían sido asesinados los dos reclutas hacía un par de horas. Allí había visto por última, y en realidad por primera vez a su objetivo. Esperaba que fuera capaz de identificar el olor del pirata entre la amalgama de olores de aquel oscuro callejón, quizás el mayor problema fuera captar su rastro por encima de la sangre de los marines muertos que aún manchaba el suelo empedrado del lugar.

-Lo siento, espero que no fuesen amigos tuyos.- dijo el hombre-animal sin girarse. Debió deducir que la sangre pertenecía a soldados de la marina, algo que le sorprendió bastante. Parecía que al fin y al cabo su olfato si que era eficaz.

-Lo cierto es que no los conocía, pero aun así no quedara sin castigo.- Kodama lo creía firmemente. Estaba convencido de que todas las injusticias del mundo recibirían su castigo tarde o temprano, de una manera u otra, y aquella no era una excepción. Cazaría a esos piratas y los llevaría ante la justicia costase lo que costase.

De repente su compañero alzó la cabeza, había captado el olor del tal Tendo. Siguió su rastro hacia las afueras del pueblo, por el camino pudieron verse varias gotas de sangre, probablemente gotearían de alguna de sus armas antes de envainarla. El rastreo continuó en silencio durante varios minutos, caminaron por la parte norte del pueblo, por terreno cada vez más montañoso, hasta dejar atrás todas las casas y llegaron hasta el límite del bosque. A partir de allí se extendía un enorme tapiz verde de grandes árboles que cubrían casi por completo las montañas que coronaban la isla. Era un lugar perfecto para esconderse, entre la espesura de la vegetación montañosa, lejos de las zonas habitadas. Los marines tenían pensado inspeccionar aquella zona en cuanto hubiesen comprobado que el resto de la isla estaba despejada. Sin embargo necesitarían a todos los marines que allí había para peinar aquella vasta extensión de terreno y aún así podrían tardar días enteros.

Se disponía a adentrarse cuando su nuevo compañero se detuvo sin previo aviso. Le dijo que no tendría problemas si todavía estaba decidido a informar a sus compañeros marines de donde se encontraban los piratas pero que confiaba en que, si lo hacían bien, podrían hacerse cargo de todo ellos solos. También le confirmó lo que ya sospechaba, aquel chico había comido una Akuma no mi, probablemente una Zoan. En realidad fue un alivio oír eso, era la única explicación que se le ocurría para explicar el hecho de que el chico se trasformase en un enorme perro negro casi tan grande como él.

-Vamos. No tengo intención de llamar a la marina, si lo hacemos vendrán aquí con sus armas y sus cañones y harán trizas el bosque. Iremos tú y yo, así que procura no morir.- dijo firmemente Kodama. No permitiría que una gran batalla acabara con aquel bosque, él mismo se encargaría de la captura. Comenzó a andar hacia el interior de la montaña, el olor a naturaleza lo hipnotizaba, le recordaba a su vida pasada. En ese momento se detuvo, había caído en la cuenta de algo evidente, no tenía ni idea de como se llamaba aquel tipo con el que iba. Le sorprendió la cantidad de tiempo que se puede tratar con alguien sin siquiera conocer su nombre. -Muy bien, en marcha... emm... ¿Cómo te llamabas?
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Vie 24 Ene 2014 - 15:12}

El recluta, que al principio parecía dudar sobre el hecho de que fueran ellos dos solos tras la pista del pirata pelo de fuego, ahora presentaba una fuerte determinación sobre el asunto. Aunque sorprendido por la recién encontrada temeridad del recluta, se sentía bastante aliviado ya que le hubiese disgustado el tener que aguardar a que un destacamento de marines se hiciese cargo de la captura del pirata, cuando ellos dos ya se habían embarcado en la tarea. Selu notó que cuando el hombre-árbol habló sobre el bosque su voz se llenaba de sentimiento, cómo si aquel hombre tuviese una conexión especial con los bosques. Realmente era un tipo muy raro, y cuando tuviese ocasión le preguntaría acerca de ello.

El marine se había quedado en silencio, parecía hechizado observando el basto bosque que se erguía ante ellos. Selu le echó un vistazo, el bosque estaba casi enteramente constituido por encinas, robles y pinos, pero también podían contemplarse otros árboles típicos de la región. Aunque el dosel del bosque era bastante frondoso, no era lo suficiente como para impedir el paso del Sol. Sus rayos se colaban entre el ramaje de los árboles, originando haces de luz que le otorgaban al bosque un aire fantástico, cuasi feérico. A Selu le recordó un poco a su hogar, pero los árboles de aquellos montes eran hierbas en comparación con los que había en Villmark.

Decidido a continuar con el rastreo, Selu volvió a su estado de Dip. El rastro de Tendo seguía ahí, el aroma del bosque a madera, a hierba fresca, tierra y a flores no hacía más que resaltar el rastro del pirata. Era como seguir un reguero de tinta sobre un folio en blanco, no tendrían ningún problema para dar con él.

-Muy bien, en marcha... emm... ¿Cómo te llamabas? –
oyó que le preguntaba el recluta. Ahora que lo pensaba, él tampoco sabía cómo se llamaba aquel marine. No sabía porqué, pero sabía que podía confiar en aquel tipo, así que no dudó en contestar a su pregunta.

-Me llamo Selu, ¿Y cuál es tu nombre recluta? –Le preguntó Selu a aquel tipo. Escuchó el nombre que le decía, era un nombre que le sonaba de algo, un nombre muy extravagante. Del mismo modo extravagante le resultaba aquel tipo. Selu no dudó en aprovechar que aquel hombre había iniciado la conversación, para preguntarle sobre su extraña condición.- Y dime…¿qué eres tú? Quiero decir, pareces humano, pero no apestas cómo ellos. Hueles cómo a árbol, a naturaleza; y tu piel parece corteza de árbol de verdad. Además antes me he fijado en cómo te quedabas fascinado contemplando el bosque, como con nostalgia. ¿No serás algún tipo de espíritu del bosque verdad? ¡Brubrubrubru!Rio Selu ante lo descabellada que se le presentaba aquella última teoría.
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Dom 26 Ene 2014 - 18:23}

Selu. Ese era el nombre de su extraño compañero, la verdad es que viéndolo en su forma de perro gigante ese nombre no le pegaba mucho pero era más adecuado para su forma humana. Después el chico le preguntó por su nombre.

-Kodama. Así me llamó, o me llaman... bueno como sea, ese es mi nombre.- contestó el hombre árbol.

-Y dime…¿qué eres tú? Quiero decir, pareces humano, pero no apestas cómo ellos. Hueles cómo a árbol, a naturaleza; y tu piel parece corteza de árbol de verdad. Además antes me he fijado en cómo te quedabas fascinado contemplando el bosque, como con nostalgia. ¿No serás algún tipo de espíritu del bosque verdad?- preguntó Selu con una mirada de evidente y comprensible curiosidad. Después soltó una risotada que, al estar en su forma animal, resultaba intimidante. Aun así, ante la pregunta de si era un espíritu del bosque, Kodama rió.

-Jajajajaja, ¿un espíritu del bosque? No, no soy nada de eso, eso sería raro. Solo soy un árbol parlante.- explicó Kodama sin ser consciente de que eso era casi más extraño que lo que proponía el chico. Lo cierto era que él ni siquiera era consciente del hecho de poseer el poder de una Akuma no mi, el cual le permitía pensar, hablar y moverse aún siendo un árbol. A pesar de eso, en cierto modo el chico había acertado. -Aunque, en realidad mi nombre si que tiene que ver con eso. Kodama es el nombre de una raza de espíritus mitológicos que habitan en los árboles para proteger el bosque. Por eso escogí ese nombre.- tras una breve pausa en la que recordó con nostalgia el día en que eligió su nombre continuó con su camino. -Bien deberíamos continuar.-

Dicho esto siguió al tal Selu en busca del pirata Tendo. Con el prodigioso olfato de la forma animal de Selu no deberían tardar demasiado en encontrarlo. Durante el camino iba mirando a su alrededor en busca de posibles emboscadas o peligros. De vez en cuando, olvidando que él era el único árbol que podía hablar, se detenía a contemplar algún roble o alguna planta que le resultase curiosa y en alguna ocasión, cuando Selu se paraba para comprobar algún rastro o por cualquier otro motivo, entablaba una conversación con alguna de ellas, lógicamente sin recibir ninguna respuesta.

Esta costumbre solía irritar bastante a la gente debido a lo incomprensible de la situación, además sumado a sus otras peculiaridades hacía que fuese difícil llevar a cabo la tarea de búsqueda rápidamente. Sin embargo no era estúpido, siempre estaba alerta ante cualquier señal de peligro y se encontraba preparado para responder cuando hiciera falta. Observó al chico-perro y se preguntó cuánto podría faltar para dar con la banda pirata, sin darse cuenta de que hablaba en voz alta, algo que le ocurría debido a que durante muchos años no tuvo la capacidad de hablar en voz alta.

-¿Cuánto quedará para encontrarlos? Empiezo a estar cansado. Oye, Selu, ¿no hay ninguna manera de acelerar esto?
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Sáb 1 Feb 2014 - 18:30}

¿Un árbol parlante? Aquellas dos palabras no habían satisfecho su curiosidad, sino que la habían incrementado exponencialmente. Si bien es verdad que un primer instante había recelado de Kodama, incluso había llegado a mirarle como quien mira a un demente, pronto concluyó que aquella explicación encajaba perfectamente con lo que había advertido del árbol-hombre. Si su piel era arrugada y áspera como la corteza de un árbol, era porque de eso se trataba precisamente; y si su aroma boscoso y agreste era debido a su propia naturaleza arborescente. Al aceptar el hecho de que caminaba junto a un árbol pensante otros cientos de preguntas inundaron su mente. ¿Habría más cómo él? ¿Cómo aprendió a hablar? ¿Nació con esa condición o la adquirió con el tiempo? ¿Cuántos años tendría?, ya que aparentaba haber superado la cuarentena, pero parecía tener más de sesenta. ¿Qué corría por sus venas, sangre o sabia? ¿Comía como los humanos o se nutría del Sol como sus congéneres? ¿Estaría ligado a las estaciones del año como el resto de vida vegetal? Selu no pudo evitar esbozar una sonrisa al imaginarse a Kodama con el pelo de color rojizo en otoño, despojado de él en invierno y con un tocado floral en primavera. Esto le llevó a plantearse otra duda ¿Daría algún tipo de fruto?

Mientras todas estas cuestiones rondaban su cabeza, no perdía oportunidad para observar de reojo y con detenimiento a su amigo vegetal. En más de una ocasión contempló como mantenía distendidas conversación con la flora del bosque. Selu no observó ningún tipo de respuesta por parte de las plantas con las que conversaba. Tal vez se comunicaban a un nivel que él no era capaz de percibir, o quizás estaba realmente loco. Aunque sí era cierto que él era capaz de comunicarse con las bestias de Villmark, cuando los seres humanos tan solo lograban distinguir rugidos o gruñidos.  Selu se propuso satisfacer su curiosidad cuando terminara con aquella misión, entonces le preguntaría directamente a Kodama. Pero para ello primero tendría que centrarse y proseguir con la búsqueda el pirata pelo de fuego.

El rastro de Tendo era fresco, pero etéreo. Eso quería decir que aunque hacía relativamente poco tiempo que el pirata había pasado por allí, aún les llevaba una ventaja considerable. Selu contempló el cielo, el Sol continuaba su inexorable macha hacia el horizonte. Ya apenas les quedarían un par de horas de luz, no pensaba que fuesen a tardar tanto en dar con aquel forajido. No le agradaba la idea de tener que pasar la noche en Baterilla. Llevaba demasiados días fuera de casa, nunca había estado tanto tiempo alejado de la manada. Desde la muerte de su madre él se había hecho cargo de la protección de los suyos, si bien es verdad que desde la llegada de Yaya a la isla había dejado de lado sus obligaciones como líder. Cuando regresase a Villmark sería una de las primeras cosas de las que se encargaría. Con nuevo convicción, Selu aceleró el paso.

Llevaban caminando varias horas a través de los bosques y colinas de Baterilla, pero por fin parecía que se aproximaban a Tendo. Ahora su rastro era más fuerte y concentrado, lo cual indicaba que estaban muy cerca de dar con él; pero el problema es que ahora el suyo no era el único olor que captaba. Como mínimo ocho esencias más se dirigían en la misma dirección que el prófugo. Estaba a punto de informar a Kodama sobre esta situación cuando este se le adelantó.

-¿Cuánto quedará para encontrarlos? Empiezo a estar cansado. Oye, Selu, ¿no hay ninguna manera de acelerar esto?

-¿Acelerarlo?-preguntó Selu con una sonrisa en sus labios perrunos.- Estas cosas requieren su tiempo Kodama, rastrear es un arte que debe realizarse con escrupulosidad. Además, hay quién pensaría que un árbol, después de haberse pasado la mayor parte de su vida plantado en el mismo sin moverse, tendría algo más de paciencia. ¡Brubrubru! rio Selu escandalosamente.- Precisamente de eso quería hablarte, acabo de detectar…

Pero Selu dejó la frase inacabada, algo había llamado su atención repentinamente. La leve brisa del atardecer le había traído dos nuevos olores, olores que no había captado hasta ese preciso instante, olor a pirata. Oteó la zona para ver si localizaba a los acechantes, pero fue inútil. Se encontraba en una zona del bosque muy densa, además había varias formaciones rocosas que podrían servir como escondrijo a los piratas, y el hecho de que el Sol poniente apenas arrojase luz sobre la colina no facilitaba las cosas. Sabía que si tenía que localizarlos, tendría que hacerlo con su olfato. Estaba a punto de ponerse a rastrear la zona cuando su ultrasensible oído captó un sonido en la distancia. Tardó menos de un segundo en reconocer el clack del percutor de un arma de fuego a punto de ser disparada, y apenas un par en reaccionar.

-¡Cuidado!-le vociferó a Kodama, mientras se abalanzaba sobre él con la intención de tirarle al suelo.

Pew, se oyó el sonido de la bala cortando el aire, seguido de un gruñido de dolor.

-¡Aargh!- exclamó Selu de dolor al recibir el disparo en el hombreo derecho. El trauma provocó que Selu revirtiera a su forma humana al caer al suelo.

-¡Jessjessjess!

Selu se sentó en el suelo como pudo. Se agarraba el hombro herido con la otra mano, la bala estaba alojada profundamente en él. Con una mueca de dolor en su rostro, Selu dirigió la mirada al lugar de donde procedía aquella sádica carcajada. Sentado sobre una roca, donde antes no había nadie, ahora aparecía un chico.

Era un chico joven, mayor que Selu, quizá tendría quince o dieciséis años. Presentaba una estatura normal para alguien de su edad y una complexión entre atlética y fuerte. Su pelo era corto, oscuro y se encontraba resguardado bajo un sombrero de vaquero. Este era de color azul oscuro adornado con una luna de metal en forma de U. Sus ojos iban a juego con su sombrero vaquero, y se podía observar en ellos una pequeña chispa  de locura; que junto a su sonrisa burlona le daban un aire de demente. Su vestimenta estaba constituida por un chaleco formado por tres franjas horizontales, una roja, una blanca y otra azul; unos tejanos azules a juego con el sombrero y unas botas de vaquero blancas. Pero lo más llamativo era el pequeño ataúd que parecía llevar con él y que se encontraba situado a sus pies, tenía aspecto metálico y aunque era tan alto como el chico, no parecía lo suficientemente ancho como para que entrase una persona normal.. Selu se preguntaba que podría llevar allí dentro.  

-¿Has visto eso Evans? –preguntó, dirigiendo su cuestión a la copa de un árbol cercano- Ese enano ha hecho que fallases el disparo. Ya no podrás batir tu propia marca de matar a cien objetivos de un solo disparo. ¿Cuántos llevabas ya hermanito?

-Noventa y nueve-pronunció una voz grave y llena de odio que procedía exactamente del árbol al cual se dirigía el vaquero.

Aunque Selu miraba fijamente a aquel lugar, no veía quién estaba hablando. Entonces de la nada apareció un hombre sobre las ramas del árbol. Era más alto que el otro, pero más enjuto. Cubría su cabeza con un sombrero de ala ancha de color marrón, bastante más grande que el del vaquero. Selu no pudo distinguir la cara de aquel tipo ya que estaba cubierta con una máscara negra que tan solo dejaba a la vista uno de sus ojos, el derecho. Aunque estaba a bastante distancia de donde se encontraba él, creyó apreciar un fulgor odio en su mirada. Llevaba puesta una gabardina de color arena, esta era tan larga y ancha que le cubría completamente el cuerpo, desde los pies hasta el cuello. Lo único que sobresalía de ella era la cabeza. Apoyado en el hombro llevaba un fusil, este parecía mucho más largo que un fusil normal sobresaliendo casi medio metro por encima del hombro del chico.

-¿Quién demonios sois vosotros? –preguntó Selu dirigiéndose al vaquero, el cual seguía sentado en la roca con aquella estúpida sonrisa cruzándole la cara.

-¿No sabes quiénes somos? –preguntó el vaquero con asombro.-Cómo puede ser que este renacuajo no haya oído hablar de los Hermanos James. Permíteme que me presente chico-le requirió a Selu, mientras se levantaba de la roca y le dedicaba una reverencia con sarcasmo.- Mi nombre es James Adam, pero soy más conocido como Fifty guns Adam, y él es mi hermano pequeño James Evans, apodado Longshot Evans. Aunque somos más conocidos como los famosos Hermanos James, miembros de la tripulación de Dragón rojo Tendo, con una recompensa conjunta de un 1.000.000 de berries.

-¿Debería sentirme impresionado? Además, tan famosos no seréis, cuando no he oído hablar de vosotros.

-Vaya, vaya, el renacuajo tiene genio. ¿Crees que podrías hacer algo con ese temperamento? – le preguntó a su hermano Evans.

-El chico-perro es todo mío Adam.

-Cómo quieras hermanito, pero creo que el marine y yo nos lo vamos a pasar mejor que vosotros.

Dicho esto, Evans se cubrió completamente con su gabardina y, como por arte de magia, se fundió con el paisaje, desapareciendo ante la mirada asombrada de Selu.

-Muy bien, dejemos que los niños se diviertan-le comentó Fifty guns a Kodama.

El vaquero saltó desde la roca donde había permanecido de pie todo aquel rato y bajó al suelo junto a su ataúd de metal. Colocó el ataúd de tal manera que Kodama podía contemplar su interior. Dentro de él había todo un arsenal de armas, todas eran pistolas del mismo modelo, pero presentaban decoraciones diferentes. Y si su apodo era acertado allí habría realmente unas cincuenta pistolas. Mientras Fifty guns Adam revisaba su colección de armas, decidiendo cual escoger para enfrentarse a Kodama, comenzó a hablarle.

-Pareces nervioso recluta. No te preocupes, tú y yo nos lo pasaremos muy bien. ¡Oh!, creo que ya me he decidido –
del interior del ataúd el vaquero sacó dos pistolas, una era dorada y estaba adornada con llamas rojas y naranjas; la otra era plateada y estaba adornada con cristales que parecían de hielo.-Muy bien recluta te presento a California y a Alaska- le dijo a Kodama mientras le apuntaba con sendas pistolas.- Chicas, no seas tímidas saludad a mi nuevo amigo marine- concluyó antes de comenzar a disparar contra Kodama.

off para Kodama:
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Miér 5 Feb 2014 - 13:21}

Su respuesta a la pregunta de Selu sobre qué era él exactamente no pareció dejarlo satisfecho, más bien al contrario, la mirada de desconcierto del chico le indicaban que tal vez tendría que concretar un poco más en el futuro. Aunque su extraña tendencia de detenerse a hablar con otros árboles seguramente le dejarían claro que no era de esos que daban explicaciones claras.

Llevaban varias horas siguiendo el rastro del pirata pelirrojo y la noche no tardaría en cernirse sobre ellos, confiaba en que eso no dificultara su misión. Cuando le preguntó  su compañero  por la posibilidad de acelerar el proceso de rastreo este le respondió con una negativa, dando a entender que el rastreo era un arte y poniendo de manifiesto la extraña falta de paciencia del hombre-árbol. Iba a contestarle que no le importaba estarse quieto durante horas o incluso días pero que caminar durante tanto tiempo le incomodaba cuando Selu dejó inacabada su propia frase y se detuvo de repente mirando a su alrededor.

Kodama sabía lo que eso significaba, probablemente tendrían que lidiar con algún enemigo. En esa posición lo tendrían complicado para evitar un emboscada, la gran cantidad de vegetación sumada a las grandes rocas que poblaban el lugar les dificultaba enormemente el poder detectar a sus rivales. Mientras meditaba una estrategia Selu se lanzó delante de él gritando, para luego caer al suelo trasformado en su forma humana y con una herida de bala el hombro.

-Oye, ¿estás bien?. No debiste ponerte en  medio, ¿que puede hacerle una bala a un árbol?- dijo Kodama. Le agradecía que hubiese intentado salvarle pero en aquella situación, eso complicaba las cosas.

Kodama se preparó para desenvainar mientras observaba fijamente al tipo que acaba de aparecer. Parecía un chico de menos de 20 años, vestido con unos vaqueros y una llamativa camiseta a rayas, y con su oscuro cabello coronado por un sombrero. El joven portaba una extraña caja metálica que Kodama no supo identificar como un ataúd, pues nunca había visto uno, y sonreía de manera desquiciada mientras  hablaba dirigiéndose hacia un árbol cercano. Al principio creyó que hablaba con el árbol, al igual que él había intentado hacer antes, pero luego apareció un segundo hombre. Este también llevaba un sombrero, al igual que su compañero, aunque a él le cubría más. Además iba vestido con una larga gabardina que le tapaba hasta le cuello, probablemente para camuflarse y poder disparar sin ser visto. Kodama pensó que seguramente serían compañeros del tal Tendo y, por lo tanto, también era su deber detenerles.

Los hombres se identificaron como los hermanos James, miembros de los piratas del Dragón Rojo capitaneada por Alai Tendo y alardearon de su gran recompensa conjunta de 1.000.000 de berries. Tras su presentación, Selu les reprochó que no podrían ser tan famosos como ellos afirmaban ya que nunca había oído hablar de ellos, algo que enfadó a los dos hermanos. En cierto modo tenía razón, solo eran un par de piratillas de poca monta, nada realmente importante, su recompensa individual no llegaba al millón de berries. De hecho la marina ni siquiera se molestó en informarle sobre ellos. Aún así en un bosque tan espeso como aquel y con tanto terreno rocoso donde poder ocultarse si que podían causarles algunos problemas.

Kodama guardó silencio, ni siquiera se movió. Prefería estar alerta y esperar el momento oportuno para atacar. De este modo la situación se desarrolló sola. El tipo de la gabardina dijo que él se enfrentaría a Selu, supuso que por romper su estúpido récord de disparos acertados. Por su parte, el tipo del ataúd, un tal Fifty guns Adams se preparó para luchar contra él e incluso le presentó a sus dos pistolas, algo que le recordó el gusto de los piratas por las armas extrañas. El hombre de las pistolas se alejó rápidamente de alí, seguramente para prepara una emboscada, y Kodama no tuvo más remedio que seguirle, no quería que les atacase por la espalda.

-¿Estarás bien contra este tipo?- le preguntó a su compañero antes de marcharse. Lo cierto era que no le hacía mucha gracia separarse de aquella manera pero parecía que no tenían otra opción.

Encontró al tirador a unos 50 metros de donde se encontraban anteriormente, apoyado contra el tronco de un enrome árbol mientras daba vueltas a sus pistolas como si fuese un malabarista. Kodama echó mano a la empuñadura de una espada y justo cuando su adversario abrió el ataúd de hierro y dejó ver el enorme arsenal del que disponía se lanzó al ataque. Esquivó los primeros disparos corriendo por detrás de una roca, estaba dispuesto a acabar con aquello de una estocada cuando una de las balas impactó en ella y provocó una pequeña aunque intensa llamarada. Esto le paralizó, si había algo en este mundo que no soportaba era el fuego.

Aprovechando la situación, el tal Adams disparó una ráfaga de balas, esta vez desde una pistola distinta que le dieron de lleno congelando varias partes de su torso. Las balas no le preocupaban, simplemente se clavarían en su corteza sin llegar a penetrar pero, por lo que pudo comprobar, cada una tenía un efecto distinto, y eso si que podría ser peligroso. Al menos el hielo le sirvió para hacerle reaccionar y que pudiese esquivar la siguiente ráfaga. Avanzó hacia el pistolero cortando algunas de las balas que no podía esquivar, las cuales estallaban en pequeñas esquirlas de hielo, sin embargo cuando llegó a pocos metros de su rival, este cambio de arma. Comenzó a disparar de nuevo las balas llameantes, cuyo daño pudo bloquear con ambas espadas para evitar quemarse. Aún así volvió a quedarse paralizado, su naturaleza vegetal le instaba a huir de cualquier signo de fuego y esto no lo desaprovechó su rival. Tiró la pistola de balas congelantes y agarró de su arsenal un gran revólver con la palabra Texas inscrito en la culata con el que disparó un potente proyectil explosivo que mandó a Kodama a volar varios metros hacia atrás.

Sin embargo no se detuvo ahí, mientras reía sádicamente continuó disparando balas de fuego que impactaban contra rocas y árboles por igual. La zona estalló en llamas y Kodama se levantó, con parte de su corteza resquebrajada, furioso e indignado. ¿Cómo se atrevía aquel tipo a dañar el bosque de aquella manera? Alzó su arma izquierda y con ella detuvo uno de los proyectiles, que incendió la hoja de la espada. A pesar del extremo pánico que le provocaba el fuego, no iba a dejar que ese tipo destruyera el bosque solo por diversión así que utilizó la espada todavía en llamas y detuvo los siguientes disparos para evitar que quemaran más partes del bosque para lanzarse a continuación a por el pistolero. Este se movió rápidamente para poner distancia de por medio, pero Kodama se lo impidió agarrándole generando una gruesa rama desde su costado y agarrando su brazo derecho. Entonces con un único y certero corte con la espada en llamas puso fin al combate.

Contempló el cuerpo de su rival, no sabía si estaba muerto pero sin duda si malherido. El profundo corte que cruzaba la parte izquierda de su torso hasta su cadera, sin duda le impediría moverse durante una temporada, si es que no le costaba la vida. Aunque poco importaba eso, tenía cosas que hacer. Sabía que no tenía tiempo, pero aún así no podía dejar que el fuego devorase el bosque completamente, además de que el miedo que le tenía al fuego que le rodeaba le impedía volver. Cogió la pistola que disparaba balas de hielo y la disparó repetidas veces contra los focos del incendio.

Teniendo en cuenta que disparaba desde lejos para no tener que acercarse y que su puntería no era precisamente excepcional, le fue bastante bien. Logró apagar el incendio completamente en pocos minutos. Suspiró aliviado y echó a correr. El combate le había alejado de Selu, así que emprendió el camino de vuelta para comprobar que tal le iba.
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Miér 5 Feb 2014 - 20:47}

Longshot Evans había desaparecido en la nada, después de anunciar que se encargaría de Selu; lo cual dejaba a Kodama para encargarse de Fifty guns Adam.  Este último tras armarse con un par de pistolas se alejó rápidamente, Kodama se dispuso a seguirle para presentar batalla, pero antes de ir tras el pirata se dirigió a Selu.

-¿Estarás bien contra este tipo?- le preguntó el árbol con preocupación.

-No te preocupes. Me las apañaré, esto solo es un rasguño –contestó señalándose el hombro herido.-Ves tras ese desgraciado y bórrale esa estúpida sonrisa de la cara.

Pronunciadas estas palabras, Kodama marchó tras el pistolero. Selu aprovechó ese momento para echarle un vistazo al hombro, este comenzaba a sangrar bastante. No era una herida muy grave, pero debía cubrírsela con algo si no quería perder demasiada sangre. Selu se apuntó al hombro con uno de sus lanzarredes y disparó, thwip, creando un improvisado vendaje con la hebra pegajosa.

-Espero que aguante- dijo para sí mismo, mientras movía el hombro dolorido.

Entonces volvió a escuchar el pew de un disparo del fusil de Longhsot, reaccionó tan rápido como pudo y saltó a un lado ocultándose tras una gran roca. Y lo hizo justo a tiempo, ya que un bala impactó justo donde se encontraba una fracción de segundo antes.

-¡Has vuelto a fallar, Longshot Evans! –exclamó el chico en tono burlón.- Como sigas así van a tener que llamarte Mistake Evans ¡Brubrubrubru!

-Ríe mientras puedas niñato. Pero no te servirá de nada esconderte de mí. Mis balas te seguirán allí donde vayas – sentenció el pirata.

Selu se quedó pensando en lo que había dicho Evans. Pero pensó que obviamente se trataba de una fanfarronada más de aquel tipo. Desde donde estaba situado Evans era imposible que le alcanzase con un disparo, no tenía línea de fuego. Entonces escuchó un segundo disparo, esta vez la bala le rozó la sien derecha. Un fino hilo de sangre resbaló por su cabeza. Tras su pasmo inicial, el chico reaccionó rápidamente para buscar otro lugar donde guarecerse.

-¿Cómo había podido moverse tan rápido?- se preguntó así mismo.- Nadie puede moverse tan rápidamente.

Esta vez se ocultó tras el tronco caído de un gran árbol.  El chico asomó ligeramente la cabeza por encima del tronco para ver si era capaz de localizar al francotirador. Pero no era capaz de ver nada, estaba demasiado bien camuflado. Pew, se oyó el siguiente disparo.

-¡Aaaargh! ¡mierda!-
exclamó el chico de dolor al sentir la fría bala de acero alcanzándole en el muslo derecho.

-Ya no te ríes tanto chico-perro- dijo Evans con su característica voz fría y carente de emoción.- He decidido que no quiero matarte tan pronto. Quiero jugar un rato contigo. A ver cuantos disparos eres capaz de encajar antes de morir desangrado.

Selu echó un vistazo al a herida de su pierna, esta estaba sangrando profusamente. El chico se al vendó utilizando el mismo método que con la herida del hombro. Una vez estuvo bien vendado volvió a cambiar de escondite para evitar que el alcanzase un nuevo disparo. Esta vez Evans había cometido un error, le había hablado delatando así su posición. Selu se dirigió rápidamente, pero con cuidado de no ponerse en la línea de tiro del pirata.

-No sé qué pretendes chico, pero no te saldrá bien- oyó que le decía de nuevo el pirata. Lo cual le vino perfecto para acabar de asegurar cuál era su posición.

Según había calculado se encontraba justo sobre un gran roble a unos diez metros delante de él. Inspiró profundamente y salió corriendo a toda velocidad en dirección a aquel árbol. A pesar de que la herida de la pierna le dolía bastante intentó moverse en zigzag para evitar ser abatido por Longshot. Consiguió llegar hasta el pie del árbol sin que ningún disparo le acertase.

-¡No! ¿¡Cómo has conseguido encontrarme!?- escuchó que exclama Evans desde la copa del árbol. Aunque no podía verle aún era obvio que su voz procedía de allí.- ¡Maldito crío!

Selu trepó al árbol con gran agilidad dispuesto a tumbar al pirata con un directo de guantelete. Pero cuando llegó arriba no encontró nada, ni rastro del pirata. Entonces volvió a escuchar su voz.

-¿Qué pasa chico-perro? ¿Esperabas encontrarme  aquí? –escuchó la voz del pirata que parecía provenir de un extraño caracol que se encontraba en la rama del árbol.- ¡Sorpresa! –exclamó el pirata, pero con su mismo tono apático de siempre.

Entonces otro disparo más le acertó, esta vez en las costillas. El balazo le hizo perder el equilibrio y cayó del árbol. Trató de levantarse tan rápido como el permitieron sus heridas, y se puso a cubierto tras una gran roca. Se selló rápidamente la herida con su tela de araña y trató de pensar con claridad. Tenía que acabar rápidamente con aquello, si no acabaría muriendo a manos de aquel pirata de tres al cuarto.

-¿Qué pasa chico-perro te rindes ya?- preguntó el francotirador –¿No vienes a por mí?

Ahora la voz de Evans parecía proceder de todas partes a la vez, seguramente había más de aquellos extraños caracoles distribuidos por toda la zona. No era capaz de localizarlo con la vista, el oído tampoco le servía de nada, tenía que recurrir a su olfato para localizar al pirata. Selu volvió a cambiar a su forma animal, y se dirigió corriendo tan rápido como pudo al lugar donde el francotirador le había disparado por primera vez.

-¿Crees que convirtiéndote en un enorme perro negro estarás a salvo de mí? ¡Eres más idiota de lo que me esperaba! –le decía el francotirador. Pero Selu le hizo caso omiso y se centró en la tarea de rastrearlo.

Selu captó el olor a pólvora residual que despedía la bala que aún seguía alojada en la roca y procedió a seguirle el rastro. Mientras rastreaba la trayectoria de la bala, el chico trataba de ocultarse como podía para evitar ser alcanzado de nuevo por algún disparo. En un par de ocasiones estuvo a punto de alcanzarle una bala, pero había determinado que no permitiría que aquel pirata volviese a hacer blanco. El rastro dela bala le condujo hasta otra enorme roca, este hecho dejó al chico desconcertado. Entonces se fijó en una pequeña mella en la roca, primero la olfateó y acto seguido la lamió para saborearla. El chico primero esbozó una mueca de asombro, seguida de una pequeña sonrisa que cruzó su cara.

-A sí que es así como lo hace- dijo para sí mismo.

Selu volvió a su forma humana, se ajustó bien sus guanteletes y salió corriendo de su escondite. Mientras corría disparó un par de veces sus lanzarredes, antes de volver a esconderse de nuevo unos metros más hacia adelante.

-¿Aún no te has dado cuenta de que es inútil que te escondas? Puedo alcanzarte siempre que quiera, estés donde estés- sentenció Longshot, antes de disparar nuevamente contra Selu. Con la única diferencia de que esta vez la bala no llegó a su destino. -¿Cómo es posible? preguntó Evans antes de disparar una y otra vez sin obtener resultados.-¿Cómo lo haces? ¿No me digas qué…?

-Exacto- le dijo Selu a Evans- He descubierto cómo lo haces para acertarme siempre, aunque esté fuera de tu línea de fuego. Haces revotar las balas en el terreno y así logras que la bala llegue a su objetivo aunque no estés tú alcance. Y te preguntará cómo he evitado que me alcances ¿verdad? ¡Brubrubru!-preguntó Selu con sorna.

-Dime como lo has hecho maldito niñato- exclamó Evans y esta vez sí que se notó un poco de enfado en su voz.

-Muy sencillo. He utilizado mi lanzarredes para disparar en aquellos lugares donde podrías haber hecho revotar el disparo para alcanzarme. Tus balas no me han alcanzado, porque se han quedado enganchadas a mi tela de araña –explicó Selu.- Además ese truquito de los caracoles y la forma en que disparas me ha llevado a pensar que ni siquiera te has movido desde que empezamos a luchar ¿cierto?

-¡Maldito niño-bestia!-exclamó Evans enfurecido.- ¡No te servirá de nada, te dejaré hecho un colador!  

-Eso habrá que verlo- dijo Selu justo antes de transformarse nuevamente, esta vez en su forma híbrida.

Selu salió corriendo de su escondite. Mientras corría tan rápido como le permitían sus heridas iba disparando sus lanzarredes a los puntos donde Evans podía hacer rebotar sus disparos. Hasta que por fin se situó a escasos metros de donde suponía que Evans permanecía oculto. Selu se encontraba resguardado tras un árbol, a esa distancia no le servía de nada su táctica del lanzarredes, ya que Evans no necesitaba hacer revotar el disparo en ningún lugar para poder acertarle; podía dispararle directamente. El chico contempló como los últimos rayos de Sol alumbraban el bosque, y entonces tuvo una idea. Salió rápidamente de su escondite y enfocó sus guanteletes de tal forma que la luz del Sol poniente se reflejase en ellos y cegase temporalmente a Evans.

-¡Aargh mis ojos!-oyó que exclamaba Evans

Su técnica había funcionado del mismo modo que lo había hecho anteriormente con Shark. Selu aprovechó el instante de ceguera del francotirador para abalanzarse sobre él. El chico dio un gran salto en dirección a Evans y se dispuso a rebanarle con sus garras.

-Equis sangrienta (AI)

El ataque fue un éxito, causándole dos profundos cortes diagonales en medio del pecho. El francotirador abatido, cayó al suelo des del árbol donde se encontraba. Selu aterrizó a un metro de él.

-¡Diana!¡Brubrubru!-exclamó Selu al ver que con la caída el pirata había perdido el conocimiento.-Has vuelto a fallar Mistake Evans.

Minutos después vio como Kodama se acercaba hacia él. También tenía pinta de haberle costado lo suyo vencer a Adam. Selu se encontraba sentado en un tronco, aún en su forma híbrida, tratando de sacarse la bala que tenía alojada en el costado. Hacía un momento había conseguido sacarse la del hombro.

-¿Qué tal ha ido con Adam?-le preguntó al marine mientras lograba extraerse la otra bala. Mientras Kodama le contestaba, el chico se vendó las heridas utilizando unos trozos de tela que había arrancado de la gabardina de Evans, ya que había gastado todos los disparos de sus lanzarredes para poder vencer al pirata.- Entonces, ¿estás listo para enfrentarte a Tendo?
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Dom 9 Feb 2014 - 20:01}

Kodama no tardó en llegar hasta donde estaba Selu. Estaba preparado para ayudarle a enfrentar a su adversario pero parecía que el chico-perro no necesitaría de su ayuda. A pocos metros de él se hallaba el cuerpo inconsciente de su enemigo y no parecía que Selu estuviese herido de gravedad, solo algunas heridas de bala que, dada la fuerte constitución de su cuerpo canino, no creía que le supusieran un problema importante.

-¿Qué tal te ha ido con Adams? - le preguntó nada más verle llegar mientras vendaba algunas de sus heridas con trozos de tela arrancados de la ropa del tirador pirata.

-No se moverá en un tiempo, si es que todavía es capaz de hacerlo. - contestó el hombre-árbol acercándose a su compañero quien le preguntó si estaba preparado para enfrentarse al pirata Tendo. -Vamos a por él. No podrá escaparse así como así. - afirmó Kodama con total seriedad.

Le tendió la mano a Selu para ayudarle a levantarse y dejó que este continuara con el rastreo. Sin embargo Kodama no creía que fuese necesario seguir olfateando al pirata, imaginaba a donde deberían dirigirse así que en pocos minutos ya se había puesto a la cabeza de la expedición.

Estaba casi seguro de que el barco de Tendo se encontraba anclado en un pequeño y remoto golfo tras las montañas. Según las informaciones que tenía de la isla, aquel lugar era una antigua reserva natural ya que en él habitaba una especie de ave que solo se encontraba allí. Por ese motivo, la marina no tenía permiso para acceder allí a no ser que obtuviera una autorización especial. Aún así no pensó en ello antes por qué aquel lugar tenía una importante pega a la hora de esconderse allí: el único acceso era un estrecho canal por el que difícilmente cabrían dos barcos juntos y eso hacía que, en caso de huida, fuese como una ratonera sin salida.

No tardaron mucho en llegar allí. Kodama se ocultó tras unos arbustos, algo que siendo él un árbol en un bosque no parecía necesario. Sin embargo en ocasiones se le olvidaba que era un árbol y actuaba como u humano, o al revés. El hombre-árbol contempló el portentoso barco pirata que se encontraba anclado a pocos metros de la orilla. En el mascarón de proa lucía un amenazador dragón rojo con las fauces abiertas. Bajo el cuello de la criatura podía verse un gran cañón, tan grande como la cabeza el propio dragón. A poca distancia del barco se encontraban los piratas. Debían ser unos 20, divididos en tres grupos, cada uno alrededor de una hoguera dando buena cuenta de algunas de las aves y peces que habitaban en aquella exuberante zona. La parte mala era la ausencia de Tendo, probablemente estaría en el interior de la embarcación.

Tras analizar la situación durante unos minutos e idear algunas estrategias con las que salir bien parados habló por primera vez desde que habían reemprendido la marcha.

-Creo que deberíamos atraer a unos cuantos hacia aquella zona. - dijo señalando una parte del bosque en la que podía verse un claro rodeado por una espesa vegetación. -Podemos tenderles una emboscada allí y luego centrarnos en los que queden. Así nos será más fácil lidiar con Tendo. Podrías atraerlos hasta el claro y yo me ocultaría entre los árboles. ¿Qué te parece?, ¿estás listo para esto? - le preguntó a Selu. Quería asegurarse de que sus intenciones eran firmes. Al fin y al cabo él era un marine pero su nuevo compañero no lo era y no tenía ninguna obligación de capturar piratas.

Dicho esto se movió rápidamente hasta el claro donde, esperaba, emboscarían a la mayoría de piratas para después encargarse del capitán. No necesitaba oír la respuesta de Selu, estaba convencido de que llegaría hasta el final en aquello, sin embargo su deber era preguntar por si acaso. No tardó en llegar hasta la zona arbolada que rodeaba el claro. El lugar elegido se encontraba aproximadamente a 30 metros del campamento improvisado de la banda pirata.

Por suerte estaban lo bastante lejos del campamento como para poder acabar con ellos sin llamar demasiado la atención. De esa forma tendrían tiempo para actuar antes de que el resto de la banda se diera cuenta de la excesiva ausencia de sus compañeros.

Ahora lo único que debía hacer era esperar a que Selu atrajera a los piratas y atacar de improviso. Debido a su aspecto le era fácil ocultarse en aquel lugar. Envolvió sus ropas y sus armas con parte de su corteza para evitar destacar entre el resto de árboles y esperó pacientemente a que los adversarios llegaran.
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Mar 11 Feb 2014 - 16:38}

Parecía que Kodama no había tenido dificultades para encargarse de Adam y que, al igual que él, estaba dispuesto a llegar hasta el final con aquella misión. Cuando hubo acabado de vendarse las heridas, Selu volvió a su forma animal con la intención de continuar con el rastreo. El rastro de Tendo era fuerte y estaba bastante fresco, el chico calculó que deberían estar a unos dos o tres kilómetros de donde se encontraba el Dragón Rojo. Apenas había avanzado un par de metros siguiendo la pista del pirata cuando observó como Kodama, que hasta ese momento siempre se había mantenido en la retaguardia mientras él se guiaba por su olfato, se adelantaba y se colocaba al frente. El marine parecía saber exactamente hacia donde se dirigía, Selu dedujo que tal vez el marine supiese algo que a él se le escapase, así que, confió en la capacidad de Kodama y se dejó guiar por él.

Varios metros más adelante, el sendero que estaban siguiendo, paso al borde de un acantilado que le permitió advertir hacia donde se dirigían. Al pie de la colina y rodeado por escarpados acantilados se delineaba un golfo en la línea de la costa, era pequeño y estaba bien oculto de la mirada de curiosos, supuso que eran muy pocos los que se aventuraban por aquellos montes. La noche ya había caído y aún estaban bastante alejados, pero pudo llegar a distinguir una carabela fondeada en la bahía que sin duda tendría que ser la de Tendo. También podía distinguir tres pequeñas fuegos en la playa, aunque le era imposible apreciar aún cuantos miembros componían la banda de Tendo, desde allí se podía establecer que no eran pocos. Se había distraído un poco observando la escena desde allí arriba, en ese rato Kodama se había adelantado bastante, así que tuvo que correr un poco para darle alcance.

Apenas tardaron un cuarto de hora en bajar hasta el golfo. Ambos permanecieron ocultos entre la maleza observando detenidamente la lugar. La banda de Tendo, estaban repartidos en las tres hogueras que habían divisado desde lo alto de la colina, debería de ser su hora de cenar, ya que estaban todos dándose un auténtico festín. Por lo menos habría dos decenas de piratas, el Dragón Rojo no se contaba entre ellos.

-Creo que deberíamos atraer a unos cuantos hacia aquella zona. - dijo señalando una parte del bosque en la que podía verse un claro rodeado por una espesa vegetación. -Podemos tenderles una emboscada allí y luego centrarnos en los que queden. Así nos será más fácil lidiar con Tendo. Podrías atraerlos hasta el claro y yo me ocultaría entre los árboles. ¿Qué te parece?, ¿estás listo para esto?

–Nací preparado, ¿qué mejor forma de atraer la atención de cualquiera con un enorme perro negro? Tú ocúltate y yo me ocupo del resto- le anunció.

Dicho esto Kodama partió a ocupar su puesto, cuando Selu se aseguró de que estaría preparado, salió corriendo en dirección a los piratas mientras ladraba y gruñía con todas sus fuerzas. La primera reacción de los piratas fue de desbandada al ver como semejante bestia se acercaba hacia ellos a gran velocidad, pero cuando contemplaron que el objetivo de la criatura era su cena, los semblantes de sobresalto iniciales se tornaron en ira. Selu tomó toda la comida que le permitieron sus fauces y salió corriendo por donde había venido. Como supuso que sucedería varios de aquellos piratas se hicieron a las armas y comenzaron a perseguirle con la intención de recuperar lo que era suyo. El chico trató de no correr demasiado rápido para que los piratas pudieran seguirle la pista.
Cuando llegó al claro donde le esperaba Kodama oculto se detuvo de golpe y se giró hacia sus perseguidores. Estos al ver que el perro había detenido su huída y se volteaba hacia ellos decidieron empuñar sus armas por si decidía atacarles. Selu les echó un vistazo, al final le habían seguido más de la mitad de los piratas que se encontraba en la playa, unos doce. Estaban todos armados con espadas y jadeaban debido a la persecución. No parecían ser demasiado fuertes, ni tan peligrosos como los hermanos James. Estaba seguro de que Kodama y él podrían encargarse de ellos sin problemas. El chico dejó las viandas en el suelo y se dirigió a la tripulación.

-Una amiga me explicó una vez que al corazón de un hombre se llega por el estómago, pero nunca imaginé que se refería a algo tan literal- pronunció, para el pasmo de los piratas que acababan de ver a un perro parlante.- ¿Listo Kodama? ¿Qué tal mitad y mitad? Estos seis para mí y esos seis para ti.
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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {Sáb 15 Feb 2014 - 14:37}

Su plan funcionó bastante bien. Como esperaba, la forma canina de Selu atraería con facilidad a una buena cantidad de los piratas de los playa hasta el claro donde se encontraba escondido. No tardaron mucho en llegar.  Oculto entre la maleza, pudo ver como corrían tras su compañero intentando recuperar lo que parecía ser su comida.

Nada más entrar al claro, desenvainaron sus espadas y entre jadeos las alzaron hacia él. Al contrario que Selu, que no parecía que la carrera hubiese minado en absoluto su resistencia, aquel patético grupo de piratas habían llegado sudando y respirando agitadamente.

-Una amiga me explicó una vez que al corazón de un hombre se llega por el estómago, pero nunca imaginé que se refería a algo tan literal ¿Listo Kodama? ¿Qué tal mitad y mitad? Estos seis para mí y esos seis para ti.- exclamó el chico-perro confiado, al igual que le mismo, de la facilidad con la que conseguirían su victoria ante el sorprendido grupo de piratas que miraba a su alrededor buscando a quién se dirigía Selu.

-Me parece perfecto.- contestó Kodama cambiando a su forma humana mientras saltaba hacia sus adversarios con la mano ya en una de sus espadas.

Ante la estupefacta mirada de sus rivales, lanzó un corte vertical con el que derribo al primero de ellos. Luego  desenfundó la otra espada y acabó con el segundo para, sin perder un segundo, generar varias ramas con las que atravesó al resto de piratas excepto a uno, el cual echó  a correr de vuelta al campamento. Se disponía a darle alcance cuando se le ocurrió que tal vez pudiera serles de utilidad.

Se giró hacia su compañero, quien ya había derrotado a sus enemigos tal y como había supuesto, y le explicó lo que tenía ne mente:

-Tengo un plan. Pero debes darte prisa. Dejaremos que ese hombre avise a su capitán; así le haremos salir. Yo llamaré su atención y tú con tu velocidad podrás acercarte por detrás.

Tras oír su respuesta, echó a correr hacia le campamento improvisado de los piratas. Al llegar allí se encontró con lo que esperaba. El resto de la banda ya se había reunido, y frente a ellos se alzaba su capitán, Alai Tendo. En persona resultaba más amenazador que como se lo habían descrito. Su cabello rojizo coronaba su corpulento y musculoso cuerpo de más de dos metros de altura. Vestía una larga capa oscura que llegaba hasta el suelo y que dejaba su torso, cruzado por un par de cicatrices en forma de X, al descubierto. En el cuello lucía un colgante dorado que representaba la cabeza de un dragón, idéntico al que aparecía en el mascarón de proa de su barco. En la mano derecha portaba una especie de enorme tomahawk negro como los bordes rojos. Parecía la mezcla entre un hacha y una espada pero mucho más grande. Al ver la apariencia arbórea de Kodama, sus ojos se abrieron como platos y, tras unos segundos de cavilaciones, rió a carcajadas.

-Jajajajajajaja. ¿Eres un árbol? ¿Cómo demonios puedes ser un árbol? ¿Qué clase de criatura manda la marina para capturarme?- tras una breve pausa, su voz adoptó un tono más serio en el que se percibía un deje de rabia. -¿Tan estúpido les parezco que envían a por mi a un solo marine? Les demostraré lo que ocurre por subestimarme.

Tras decir esto alzó su extraña arma y la arrojó hacia el marine. Esta voló rápidamente hacia Kodama, quien tras apartarse en el último segundo vio como aquella cosa impactaba con fuerza en la arena dejando una gran polvareda a su paso. En ese momento supo que no debía dejar que esa cosa le diese. Tal y como probaba el enorme impacto, la potencia y el peso de aquella cosa era demasiado peligrosa.

Kodama desenvainó sus armas. Confiaba en que Selu no tardase en llegar ya que no sabía si podría retener a esa bestia durante mucho tiempo. Con un ágil movimiento se colocó frente al enorme pirata y lanzó un corte en forma de cruz hacia él. Este alzó el brazo y su arma voló hacia su mano. No tenía muy claro como había hecho eso por lo que, aprovechando su distracción, Tendo bloqueó el ataque del hombre-árbol. Kodama recuperó la compostura y se centró en el combate, probablemente utilizase hilos para recuperar su arma y no era capaz de verlos debido a la oscuridad de la noche. Sin perder un segundo dio un paso hacia atrás y esquivó el potente golpe que se le avecinaba.

En lugar de volver a atacar prefirió quedarse quieto para ganar algo de tiempo. Sin embargo  el resto de piratas no se lo permitieron. Varios de ellos saltaron hacia él espada en mano y Kodama tuvo que librarse de ellos con una serie de rápidos cortes. Por desgracia, debido a esa distracción, no pudo detener el potente impacto del arma de Tendo. El hacha espada se hundió en su corteza y le provocó un profundo corte en el torso a la vez que le mandaba a volar varios metros hacia atrás. Cuando quiso darse cuenta el enorme pirata se le había echado encima de nuevo y ya alzaba su arma para un nuevo ataque.

Kodama rodó por el suelo hacia el interior de la playa y extendió un par de sus ramas con las que agarrarse a los árboles más cercanos para impulsarse hacia ellos. Ya a varios metros de su rival, el marine se levantó como pudo y, mientras segregaba una buena cantidad de resina para cubrir la herida, analizó la situación a la espera de que su compañero llegara.

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El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] Empty Re: El Roble, la Bestia Oscura y el Dragón Rojo [Pasado] {}

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