[Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Lun 20 Ene 2014 - 19:20}

09/01/2014

Algunos conocidos y yo nos encontrábamos en una taberna, esta tenía una apariencia rústica, típica de aquellos lugares. Sus paredes, su techo y su suelo estaban compuestos por numerosas tablas de madera, la gran mayoría de esta se encontraban podridas y levantadas en muchos lugares, producto de la humedad del lugar. La alegre música que se tocaba allí podía escucharse desde la otra calle, lo que ayudaba al negocio, atrayendo más y más clientes. Gritos y risas resonaban por todo el edificio, junto con todo tipo de insultos y algún que otro llanto desesperado. Todos estábamos sentados alrededor de una gran mesa de madera, con forma de ovalo y que estaba ubicada exactamente en el centro del bar. Las bebidas eran de mala calidad y tenían un sabor asqueroso, pero aun así cumplían su papel; Embriagarnos. No parábamos de reírnos, ni siquiera recuerdo de qué estábamos hablando... Solo que, de la nada, un grupo de Marines tiro abajo la puerta y comenzó a revolver todo el lugar, decían buscar a un "Revolucionario". Hubo varios que se opusieron, pero yo no fui uno de ellos, al principio.
Hubo disparos y varios espadazos, muchos caían al suelo muertos o inconscientes, mientras yo me limitaba a disfrutar de la pelea desde mi asiento, utilizando mi Akuma para enfriar mi bebida. Fue entonces que uno de los Marines cayó sobre mí y causó que derramara mi vino sobre mi atuendo. Voló varios metros antes de caer sobre su oficial, quien se lanzó a por mí. Luche arduamente, pero yo no era rival alguno para alguien de su rango. Caí al suelo en solo unos minutos.

Cuando desperté, me encontraba en una celda, esta no tenía ninguna fuente de luz más que una pequeña ventana con barrotes por la que asomé la cabeza. Al parecer me encontraba en un barco... Tal vez me llevarían a alguna prisión cercana... Miré a mi alrededor, la celda estaba desierta a excepción de otro hombre con cabellos rubios.
Mis manos se encontraban atadas una a la otra por esposas, pero... No eran de Kairouseki, tal vez no sabían que poseía una Akuma No Mi tipo Logia. Fue entonces que mis brazos comenzaron a transformarse en una especie de líquido incoloro que liberaba una especie de neblina desde el y las esposas fueron cayéndose poco a poco. Una vez me encontré libre de mis ataduras, me levanté del suelo y fijé la vista en el otro prisionero. Aún se encontraba inconsciente... Podría liberarlo, tal vez me ayudaría a escapar...
Me decidí a ayudarlo, así que me acerque a él y coloque mi mano sobre sus esposas. Estas comenzaron a congelarse poco a poco, hasta llegar a un punto en el que eran extremadamente frágiles. Con un simple golpe, logré destruirlas y liberar al rubio. Espere varios minutos junto a él, hasta que me harté y, luego de colocarme frente a él, apreté su nariz para que dejara de respirar por esta. Sin duda alguna mi plan funciono, pues el chico se despertó, pero no como esperaba. Parecía estar exaltado y algo molesto, puesto que envió un puñetazo a mi cara que me lanzó hasta el otro lado de la celda.

- Así agradeces a tu salvador… Fui yo quien te quitó las esposas. – Le dije luego de levantarme del suelo, al mismo tiempo que sacudía el polvo del traje y me acomodaba la mandíbula. - Así que, ¿Cual es tu nombre? - Pregunté, como si le conociera de toda la vida, esbozando una sonrisa en mi rostro.

12/11/2013

En las manos de de Shiro, un pez, no mas grande que un billete de 10 berries, revoloteaba intentando volver al mar. De la comisura del labio caia una baba espesa que mojo al pobre pez que en minutos dejo de ofrecer oposicion a su inevitable destino. Shiro no apreciaba demasiado el comer las cosas en frio, a pesar de que era lo propio en su especie. Desde que tubo uso de razón, y un fuego al cual arrimarse, no perdia la ocasión de cocinar, toscamente, sus comidas lo que provoco alguna que otra burla por parte de su familia y amigos. En aquella ocasión no poseia fuego a su abasto por lo que le quito las escamas consus zarpas. Cuando lo dejo medio limpio, lo destripo quitando le sus visceras. La sangre recorria las mano de Shiro como un rio en pleno mes de deshielo. Enjuagó las zarpas y el pescado. Shiro puso el pez en su boca y lo devoro en pocos instantes. Su cara torno como la de un bebe que no le gusta sus primeras papillas saladas. Lanzo las espinas al mar y salió del agua. Con unas hojas de un arbol que no pudo reconocer se seco sus patas. Sus zarpas olian a pescado asi que se puso a buscar algunas plantas aromaticas. Hayó algo de romero, que uso de paso como colonia natural enganchandose unas ramitas a su cuello. Tan absorto estaba en sus propios pensamientos que se topo de frente con un muro de ladrillos, mientras buscaba algo mas que comer de postre.

El rubio de ojos azules se encontraba en una celda. Un sujeto le había sacado las esposas pero rápidamente lo golpeo en su cara, ya que estaba demasiado furioso como para darle las gracias a ese sujeto que lo había “liberado”. Aun sus recuerdos estaban algo difuminados del porque estaba encerrado pero sabía que este encierro no iba a durar para siempre, así que se quedo tranquilo mientras trataba de recordar lo que le había pasado y también averiguando que venía a hacer a esta isla. Ya que lo único que lograba sentir era un fuerte golpe en su cabeza, era raro porque al ser de goma se suponía que no debía de dolerle, pero lo hacía y era fuerte. Minato estaba muy desconcertado ante todo. Pero aun así, logro unir los fragmentados recuerdos que tenía rondando en su cabeza, como si tratara de armar un rompecabezas en su propia cabeza, todas las piezas al final habían encajado.

Inicio Flash Back

Minato se encontraba tranquilamente en una taberna, lugar donde debía buscar cierta información para sí mismo ya que había escuchado de bocas de muchos, que unos piratas que al parecer estaban relacionados con su pasado, habían llegado a la isla de Arabasta. Lugar que odiaba por el intenso calor, pero aun así fue para ver si lograba encontrar la dichosa información. Pero justo cuando se estaba por ir ya que todo era una mentira y los piratas resultaban ser un grupo de poca monta, la taberna fue atacada por un gran grupo de marines y estos confundieron al rubio con uno de los miembros de los corsarios.

Aun cuando logro derrotar a varios marines, un fuerte golpe lo tumbo y lo dejo inconsciente tirado en el suelo de madera de la taberna. Cuando logro despertar estaba en un barco, encerrado pero un barco y solo. Lo sabía por el inconfundible olor a océano y porque el barco surcaba con facilidad las olas. Intento salir como pudo de ese lugar, pero al parecer la “cárcel” era hecha de Kairoseki y no podía salir usando sus poderes de fruta del diablo, pensando que las esposas eran de ese material dejo de insistir tanto en escapar y lo haría en cuanto los marines lo sacaran de este sitio. Un lugar oscuro, de unos 6 metros de ancho y 4 de alto, una pequeña cama y un lugar donde poder beber agua. Se dejo caer en la cama y se quedo nuevamente dormido, pero esta vez porque el mismo se puso a dormir.

Fin del Flash Back

Su siguiente despertar fue en una isla, con un olor muy dulce y atrayente, pero esta vez en la prisión tenía un compañero. Un hombre de una contextura muscular definida, y se notaba que era grande, un metro ochenta o un poco más, su color de pelo era un rubio platinado casi llegando a blanco, ante eso y al ver que sus manos estaban libres, su primer movimiento fue golpear a ese sujeto en el rostro para que este se alejara. Estaba demasiado confundido, pero entonces la imponente figura de un oso en dos patas que estaba fuera de la jaula en la cual mantenían encerrado a Minato se hizo ver en los azulados ojos del rubio. Se levanto de inmediato mientras se acercaba con cierta curiosidad al oso, y viéndolo con detenimiento. No muchas veces se ve a un oso, pero muy pocas se veía a alguien como su “compañero de celda” se alejo de ambos. Y se quedo en silencio, sin decir palabra alguna.

09/01/2014

El rubio se quedo sin decir ni una sola palabra, tirado en uno de los rincones de la celda. Parecía estar recordando algo, pues su mirada se veía vacía y sin objetivo alguno. Me quede varios segundos mirándolo, y por fin sus parpados se cerraron. - Otra vez... Idiota. - Dije al saber que a quien había liberado ya no me ayudaría a escapar de este condenado barco. Mire a mi alrededor otra vez, con tal de buscar algo que me pudiera ayudar... Nada, todo estaba en completa oscuridad y la celda se encontraba desierta, además del otro prisionero. - "¿Y ahora que?" - Pensé, no veía forma alguna de escapar de allí, pero unos segundos después una puerta se abrió a unos metros de la celda y permitió que un gran rayo de luz nos iluminara los rostros. Marines, como me lo suponía, siempre estaban complicándome la vida. No tenían una gran constitución física y parecían ser reclutas, sin habilidad alguna para luchar. Coloque mis manos detrás de mi espalda para esconder el hecho de que ya no tuviera las esposas y me acerqué a los barrotes de hierro. - ¡Ayúdenme por favor! ¡Mi compañero se muere! - Dije con un tono desesperado, esperando que cayeran en la trampa. Se quedaron varios segundos debatiendo delante de mi, diciendo que habían creído escuchar que el rubio y yo no nos conocíamos. - ¡Que esperan! ¡Esta muriendo, esta muy enfermo! - Por fin, ambos sucumbieron ante mis mentiras y se decidieron a entrar a la celda para sacarlo de allí. Abrieron la puerta con unas enormes llaves de plata y volvieron a guardarlas, entraron y se propusieron cargar al rubio entre los dos. Mientras lo tomaban de los brazos y lo cargaban sobre sus hombros, levante mi pierna en el aire y la deje caer sobre la espalda de uno de ellos, precisamente, del que poseía las llaves y se encontraba más cerca de la puerta. Su compañero se percató de la agresión realmente rápido, pero antes de que desenvainara su espada, lo tome por el cuello y lo asfixie hasta asesinarlo. Cayó al suelo sobre su compañero, el cual se encontraba inconsciente. - La bondad Marine... Sera su perdición. - Dije mientras revisaba los bolsillos de quien tenia las llaves. - No, no lo creo. - Fue lo único que pude escuchar antes que la culata de un fusil me diera de lleno en la cabeza.

Otra vez, había quedado inconsciente y me habían llevado a otra locación. Esta vez nos encontrábamos al aire libre, en una especie de jaula. Parecía que estábamos en el patio de una prisión... Ese rubio aun seguía a mi lado, durmiendo. - Idiota. ¡Despierta! - Le grite mientras me acercaba a él. En efecto, se despertó, pero me recibió de la misma manera que la primera vez que lo vi. El puñetazo me lanzó hasta el otro lado de la jaula y causó que me golpeara contra los barrotes. Otra vez se arrinconó y me ignoro por completo... - Este es retrasado... - Dije en voz alta, mientras buscaba una manera de salir de aquí.

Nos encontrábamos en un área bastante grande, a nuestra izquierda había un edificio de madera un tanto improvisado, seguramente una prisión de segunda. A nuestra derecha, podía verse un gran bosque, y sumándole el clima, intuí que debíamos encontrarnos en una isla tropical. Toda el área estaba surcada con muros y no veía manera alguna de salir. Pero entonces, una bola de pelo blanca y bastante grande cayó rodando por uno de los muros... ¿Que mierda era eso? Se acercaba lentamente a nosotros, manteniendo la mirada siempre fija en el suelo que pisaba, parecía estar buscando algo. Finalmente se encontraba a unos metros de nosotros, y ¡Bam!, toda la jaula se estremeció. El idiota se había dado en la cabeza con ella. Cayó al suelo sobre su trasero y utilizando sus manos para disminuir el impacto. - ¿Nos ayudas? - Pregunté, pues tenia una idea, pero mi fuerza no era suficiente para concretarla. Me acerqué a los barrotes y, usando el poder de mi Akuma, coloqué las manos sobre las partes superiores e inferiores de 4 de estos, que, si se los quitara, dejarían un espacio suficiente para dejarme pasar. Los ochos lugares que había tocado quedaron congelados, lo que los volvió mucho mas frágiles que antes. - Ahora, necesito que golpees exactamente en el centro de estos barrotes, con tu fuerza, las partes congeladas se quebraran y los desprenderán de la jaula. Te daré lo que quieras si o haces. - Dije al oso panda.

12/11/2013

Habia un muro, no muy alto, por lo que el oso panda, tirando de una epica dantesca, se subio a lomo de el muro. Al intentar pasar la pata, tropezo con un pequeño resquicio del muro con el que se desestabilizó y cayo rodando muro a bajo. El panda parecio desorientado pues camino erratico hasta tropezarse de nuevo, esta vez con los barrotes. Un extraño tipo se acerco al oso pidiendole ayuda. Shiro parecio no comprender muy bien el porque le hablaba como si fuera subnormal. Mas extraña se volvio la situacion cuando pidio que rompiera los barrotes tras manipularlos de forma extraña. Shiro se levanto y rasco levemente la parte que le habia indicado. El tacto frio le hizo sospechar de que aquel tipo poseia una extraña habilidad para enfriar. De repente, Shiro empezo a segregar saliva densa como la que tiene una persona cuando esta ante un suculento plato de comida. Por la mente de él, paso la sensacional idea de crear un macedonia y enfriarla con la habilidad de ese chaval. Ese favor que le habia prometido iba cobrarselo en cuanto encontrase una buena cantidad de frutas. Aquella isla parecia muy buena para encontrar manjares exquisitos que Shiro adoraria degustar. -Me parece bien.-dijo. Luego golpeo donde le habian señalado con un golpe seco. Los barrotes se desintegraron en cristales minusculos, de los que Shiro se aparto como si creyera que se trataba de brujeria satanica de aquel sujeto espeluznante.

Minato miraba con cierta desconfianza al sujeto que estaba haciendo algo con los barrotes, aun cuando lo había golpeado sabía que afuera estaría lleno de marines, o por lo menos un par de ellos. Así que era mejor guardar las precauciones y estar alertas, el oso rápidamente hizo lo que el rubio platinado le dijo, y los barrotes volaron en miles de pedazos. Definitivamente, su “compañero” era un usuario de las frutas como él, pero debía mantenerlo en secreto. Uzumaki sabía que no debía confiar en su habilidad de la Gomu Gomu no mi, pero hace un tiempo que ha estado peleando prácticamente con ella…así que en esta isla por lo menos, no usaría la fruta del diablo y dejaría todo a su cuerpo entrenado en las técnicas de asesinatos y en su fuerza innata que gano en los años de entrenamiento con sus padres y también sobreviviendo como pudo en los diez años que estuvo “inactivo”.

Paso cerca de los dos sin decir palabra alguna, no les debía nada y menos algo que no había pedido. Lo habían ayudado de forma indirecta, sí, pero eso no indicaba que debería hacer algo por esos dos, así que simplemente con las manos en sus bolsillos se marcho. Aunque antes limpió sus ropas de la tierra, vestía con sus ropas de siempre y luego miro lo que parecía ser la cárcel y vio el muro por donde seguramente había llegado el oso, no era tan alto así que se acerco y aunque dijo que no usaría su fruta del diablo, en esta ocasión era necesario, así que estiro su brazo derecho hasta llegar a lo alto del muro, y cuando tuvo el suficiente agarre se dejo llevar y voló por encima del muro, en su vista aérea logro saber que estaba en lo que parecía ser un Archipiélago, no sabía cuál de todos, pero tampoco le interesaba a lo lejos logro divisar un pequeño barco de madera y ese era su futuro transporte, así que dejo que la gravedad hiciera lo suyo para luego caer fuertemente en el suelo y levantando una gran cantidad de polvo. Le dolió un poco y luego se reviso, no tenía nada roto así que sin dudar se levanto para ir a caminar rumbo al pequeño barco que vio desde las alturas.

09/01/2014

Me percaté de que el oso poseía la capacidad de hablar mi idioma... Era extraño y tenía curiosidad sobre el tema, pero ese no era el momento ni el lugar para ponerme a averiguar sobre eso. El oso ejecutó mi plan a la perfección, haciendo uso de su enorme fuerza física para destrozar los ya congelados barrotes de hierro. Salí de la jaula apenas tuve la oportunidad, respiré profundamente, como si llevara encerrado años en una celda oscura sin aire fresco... Aunque en realidad no hayan sido más que horas en una jaula al aire libre. Miré a mi alrededor para intentar percatarme de todo lo que podía ocurrir en ese momento, que aparecieran Marines o nos atacaran... ¿Zombies? Todo estaba despejado, por lo menos dentro del muro que rodeaba todo el perímetro de la prisión. Iba a agradecer al oso, cuando noté que el rubio había decidido salir de su trance y volver al mundo real. - Oye, ¿Ya estas bien? - Pregunté, pero el solo pasó por mi lado, ignorándome completamente. Ni siquiera se había dignado a agradecer que lo hubiésemos sacado de allí. Me quedé mirándolo fijamente varios segundos, mientras el se alejaba de nuestra posición y se dirigía hasta el muro, seguramente pensaba saltarlo. Fue grande mi cara de sorpresa al darme cuenta de que el también era un usuario de Akuma No Mi... Al parecer una Paramecia que le entregaba a su cuerpo las propiedades características del caucho, puesto que logró estirar su brazo a una distancia que fácilmente se lo arrancaría a cualquier ser humano. Se aferró con fuerza a la pared, y al dar un pequeño salto, su cuerpo volvió a su forma original y el salió disparado por los aires. - Panda, tu solo espérame un minuto, enseguida vuelvo. - Dije a la bestia peluda, al mismo tiempo que corría hacia el muro, quería saber que es lo que haría este tipo. - Un bote... - Me susurré a mi mismo luego de saltar el muro. Ese chico se estaba acercando a el, seguramente planeaba llevárselo. Comencé a seguir al rubio hasta llegar a la supuesta costa, donde se encontraba el pequeño bote, atado a una estaca en la orilla. Comenzó a desatarlo lentamente, pero logré detenerlo antes de que se subiera subiera él. - Oye. No pensabas llevarte eso y dejarnos varados aquí, ¿No? - Dije, mientras me acercaba a el cada vez más. - Creo que debe haber algo dentro de esa prisión que te interese, tal vez... ¿Armas? ¿Algún recuerdo? Mi guitarra se encuentra allí, y voy a necesitar toda la ayuda posible para conseguirla. Te pagaré, si es necesario. - Al parecer, el dinero no le interesaba, y estoy seguro de que se hubiese ido de la isla en ese mismo momento, si no fuera porque el bote ya se encontraba a varios metros de la costa, y al ser el un usuario de Akuma No Mi... Bueno, no era buena idea ir a nadar, además, el agua se veía bastante profunda... - Si... Genial. - Dije mientras soltaba aire por la boca y sacudía la cabeza. - Ahora necesitaremos al panda... Otra vez. - Dije al mismo tiempo que me daba la vuelta y volvía caminando a la prisión. El muro, fue fácil saltarlo por segunda vez, seguramente era para mantener fuera a los animales. Allí estaba esa acurrucable bola de pelo, pero esta vez, rodeado de Marines... No sabía si el rubio me había seguido y tampoco me importo, el panda me había ayudado y era hora de devolverle el favor, así que comencé a atacarlos haciendo uso de las artes marciales y los poderes de mi Akuma No Mi, que, juntos, formaban una devastadora combinación, propinando golpes que congelaban la piel a quienes se acercaban lo suficiente.

12/11/2013

Shiro no recupero su compostura hasta que un tipo rubio parecio ignorar completamente al otro chaval al cual habia ayudado. Shiro le parecio gracioso y se rio tapandose la boca para que nadie se percatase. Los dos salieron y Shiro, con pocas ganas de quedarse alli para verlas venir, los siguio erguido sobre sus patas traseras. Vio como el rubio se elongaba como si fuera chicle, hecho que sorprendio a Shiro. Para dos personas que encontraba en aquella isla resultaban ser la gente mas rara y sorprendente de aquellos lares. Shiro arrugo la nariz, parecio detectar el olor de algo, o alguien, mas acercandose. Se puso a cuatro patas y haciendole caso al "señor ddejo las cosas frias", se quedo alli a su espera. Esperaba ese favor por su parte que iba a cobrarle en cuanto reuniese las frutas mas jugosas de aquella isla. La baba empezo a caer de la boca del oso. Subitamente, Shiro desperto de sus divagaiones mentales mientras un grupo, no muy numeroso, de personas lo rodeaban, armados y vestidos de blanco. Shiro no era violento, sin embargo ante gente con mas miedo de el que el de ellos, no debia confiarse y si veia la ocasion huir antes de que arremetieran. La tranquilidad duro poco, Shiro se quedo atonito al ver que el primero en golpear era el chaval que instantes antes le habia ordenado que se quedase alli. Los gritos de varios de ellos dañaron los oidos del panda que llevaba tiempo sin oir a gente levantar el volumen. Alguno de los asustados por la violencia decidio huir, pero otros, mas en concreto uno, arremetio sin venir a cuento al pobre Shiro. Su espada se alzo para cortar la cabeza del osito. Shiro encogio el cuello e intento ponerse sobre sus patas de atras. Aunque salvo el cuello, la espada le esquilo parte de la frente. La mirada asesina de Shiro se poso sobre su agresor. Este intento lanzar otro golpe levantando su katana y herir el abdomen del panda, pero este fue mas rapido y rapidamente estiro su brazo y clavo sus garras en la cara de su rival. Este empezo a gritar echandose las manos a la cara paraquitarse las zarpas, pero el quejido se vio ahogado por la rotura de su traquea, pues Shiro inco brutalmente su otra mano en su cuello. La sangre salpico el pelaje, recien lavado, cuando zarandeo a su victima y lo estampo contra la pared. El pobre marine empezo a dar espasmos en sus ultimos instantes de vida. Cuando dio su ultimo aliento gorgoteo, junto con sangre, palabras inaudibles para cualquier persona, aunque no era dificil imaginar que debio ser alguna perjurio para su aasesino. Shiro, enrabietado, rugio ferozmente para acallar los alli presentes.

Minato estaba tranquilamente caminando por el bosque cuando la voz molesta de su compañero lo molesta. Lo ignoro hasta que llegaron a la costa y cuando estaba a punto de irse en la pequeña embarcación las palabras lo hicieron reaccionar, busco en sus ropas con desesperación hasta que logro notar que faltaban sus armas. Sus preciadas Kunais, sin darle caso al idiota de su compañero, empezó a correr rápidamente, acto seguido llegó al muro en apenas unos cuantos minutos para luego usar nuevamente su habilidad y saltar el muro, en el aire logro notar como es que el oso estaba peleando con lo que parecían ser marines, así que se dejo caer justo donde estaba el oso, aprovecho la caída para derrotar a dos marines a base de patadas en su rostro y caer sobre ellos. Luego miro de reojos y simplemente sonrió. Este se levanto tranquilamente mientras miraba al oso y entonces este le dijo.

Minato: Oye oso…yo te puedo ayudar a derrotarlos. Sabes algo, necesito ir a buscar algo que me pertenece…¿me podrías echar una mano?

Pregunto justo cuando un marine estaba apareciendo detrás del gran oso, estaba dentro de su rango, así que estiro su brazo derecho y logro conectar en el rostro de aquel marine dejándolo tirado en el piso. Logro ver como es que también esta aquel chiquillo, pero de momento lo ignoro e hizo que su brazo volviera a la normalidad. Esos malditos acaban de sellar su muerte al robarle aquellos Kunais a Minato, así que se dio media vuelta cuando logro ver a lo lejos lo que parecía ser una torre, seguramente en ese lugar estarían sus armas. Pero cuando disponía a dar un paso más, muchos marines aparecieron para rodear a los tres individuos, eran cerca de 20, muchos para Minato así que estaría obligado a unir fuerzas con esos sujetos. Así que se puso en posición de pelea mientras esperaba alguna reacción por parte del oso o de su compañero. Mientras tanto, con su habilidad del diablo, derroto a otro marine que se venía acercando a paso rápido para tratar de cortarlo por la mitad. El chico salió volando debido al golpe del rubio, y el brazo de este volvió a la normalidad. Minato se permitió esbozar una sonrisa al notar que estos marines eran muy débiles para él. Así que este se puso delante del oso y de su compañero de celda, él sería el encargado de liberar el camino. Era hora de recuperar sus Kunais.

09/01/2014

Luego de lograr lanzar a un Marine sobre otro, causando que ambos cayeran al piso algo aturdidos, di la vuelta para ver como se encontraba el Panda... Parecía saber defenderse, la facilidad con la que había matado a aquel tipo... Entonces, el tipo rubio apareció, otra vez, haciendo uso de su Akuma para saltar un muro de unos 2 metros, que sería fácil de trepar para cualquier persona. - Presumido... - Dije en voz baja. Comenzó a repartir golpes por todo el lugar, venciendo a varios Marines en breve. Quedé sorprendido, el rubio no era tan débil como parecía.
La batalla continuó, los Marines caían uno a uno, hasta que, por fin, todos se encontraban muertos o inconscientes. Pero, como era de esperar, la prisión no poseía tan pocos guardias. Más y más salieron del edificio, armados con fusiles y espadas. Eran alrededor de 20 hombres, pero los números no lo eran todo. Débiles y sin convicción... Como muchos otros Marines a los que ya había derrotado. El rubio fue el primero en atacar, lanzando por los aires a uno de ellos como si se tratara de un muñeco de trapo. Luego, le seguí yo, que corrí velozmente hasta la posición de uno de estos, el cual, confiado, se había separado del grupo, y logré conectar una fuerte patada a su costado derecho, a la altura de las costillas. Cayó al suelo, pero no tardo mucho en levantarse. De una manera desesperada, sacó una pistola del interior de su chaqueta y la cargó. Había decidido permitírselo, sería divertido jugar con él. - ¡Ahora sí! - Dijo, apuntándome. La bala atravesó mi cuerpo sin complicaciones algunas, como si estuviera hecho de agua. Y yo, intacto, comencé a caminar lentamente hacia mi enemigo. Lanzó el arma al suelo, creyéndola inútil. Se encontraba paralizado, seguramente porque sabía que su vida se acababa. - So... Solo seguía ordenes, por favor... - Dijo, mientras yo acercaba mis manos a su rostro. Su desgarrador grito de dolor casi me dio lástima, mientras que mis manos congelaban toda su cabeza con un frío capaz de quemar. 2 Marines huyeron, saltando los muros, al ver a su difunto compañero. - Cobardes. - Susurré. El rubio se encontraba frente a nosotros, listo para despejar le camino al edificio de la prisión, donde se encontraban nuestras pertenencias.

[Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora.

[Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Lun 20 Ene 2014 - 19:20}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Mar 21 Ene 2014 - 23:00}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Mar 21 Ene 2014 - 23:34}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Miér 22 Ene 2014 - 0:55}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Jue 23 Ene 2014 - 0:56}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Jue 23 Ene 2014 - 16:33}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Jue 23 Ene 2014 - 17:54}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Sáb 25 Ene 2014 - 22:18}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Lun 27 Ene 2014 - 23:15}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {Jue 30 Ene 2014 - 20:31}

Re: [Privado][Pasado][Minato Uzumaki, Zenas y Shirokuma] Un Revolucionario, un Pirata y un Panda en la Isla Carnívora. {}