El comandante y el poderoso pirata (Rol libre)

El frio en aquella isla era algo habitual, era ya la segunda vez que el marine viajaba aquella isla. Pero ahora no era un simple recluta, era comandante de la marina y el segundo al mando de la brigada disciplinaria de la flota de Lion D Karl. Desde el barco de la marina se podía ver un pequeño bosque donde tras este último se hallaba el pueblo de Bighorn. Krauser estaba en lo alto de la borda, había llegado a la isla para hacer una inspección en un pequeño bar de la zona donde decían que unos revolucionarios habían armado follón. Supuestamente habían asesinado a unos reclutas que se encontraban en su día libre hacia ya dos semanas. Era poco probable que esos idiotas estuvieran allí pero habían mandado al comandante a investigar. Ahora no podía echarse atrás, como de costumbre iba sin camiseta y el frio no ayudaba. Sin decir nada a nadie se bajó del filo de la borda y caminó hacia su camarote, una vez hubo llegado abrió la puerta y se dirigió a su armario. Sacó una sudadera de color blanco con capucha y se la puso. Recogió unas cuantas cosas más y salió de aquel sitio. Se dirigió por cubierta hacia la borda de nuevo y con ayuda de unos cuantos reclutas tiró un bote al agua. Tras eso observó a sus hombres con total tranquilidad en la mirada y en su tono de voz.

- Ya sabéis, lo de siempre. Si en dos horas no he vuelto enviad a seis reclutas al pueblo, ya sabéis donde está situada la taberna. Nos vemos después.

Una vez hubo dado las ordenes saltó de forma elegante al bote cayendo de pie con las rodillas flexionadas. El sistema de transporte se movió un poco pero nada serio, tras aquello comenzó a remar hasta llegar a la costa. Ya en ella echó a caminar hacia el pueblo. Iba encapuchado con la sudadera blanca y con sus pantalones negros largos, en la espalda llevaba con él su enorme espadón atado con un cinturón. Sus sandalias finas de madera iban dejando huellas en la nieve mientras pasaba por el bosque. En poco tiempo llegó al supuesto pueblo donde había ocurrido todo y empezó a observar sus casas con curiosidad buscando el lugar de los hechos. En poco tiempo consiguió llegar al bar donde había sucedido todo. Una vez entró se sentó alejado en una de las mesas observando todo, la gente lo miraba de forma rara por los vendajes que este portaba en el rostro que solo dejaban ver sus ojos y un poco de su tabique nasal. Un camarero se acercó a él preguntándole que deseaba y este tan solo le pidió un vaso de agua, no tenía hambre y solo estaba allí para mediante sus dotes de espía y asesino enterarse de algo que le fuera útil para así poder saber algo sobre aquellos revolucionarios que le habían mandado capturar o en caso extremo asesinar sin ninguna piedad pues era algo que el enorme comandante no tenia.

*El pueblo parecía tener un día de lo mas tranquilo, el sol resplandecía, las mujeres compraban en el mercado, los botadores comeciaban en el puerto, la vida se hacía patente en aquel pequeño pueblo de la costa, pero toda paz se ve mermada por acontecimientos inusuales, pues en la lejanía un barco con bandera negra atracó en el muelle 12. Este navío de imponentes velas blancas, casco rojo y negro con 36 cañones por banda, 4 cubiertas y un mascarón característico de calavera con un puro era la señal de que los problemas se acercaban. Los marineros arribaron el barco y los botdores de puerto al ver la calavera con el puro en la boca y cabello Blanco se pusieron pálidos y comenzaron a desplegar rampas para los integrantes de aquel navio, los cuales comenzaron a bajar. Otros botadores corrieron al pueblo y comenzaron a avisar a toda persona viviente*

-!IL BIANCO! IL BIANCO HA REGRESADO!

*El pueblo comenzó a alegrarse, pero, ¿por qué? era Meneror, "Il Bianco" temido pirata y asaltante de navíos de la marina mercante ¿porque el pueblo le iba a apoyar?, pues resultaba que muchos de sus botines los repartía para hacer fama entre la población local y ser el "buen samaritano" el señor Don Meneror, el cual apareció en cubierta y comenzó a descender hasta ir a la taberna como acostumbraba hacer tras cada saqueo, esperando su vino de las 12 a la par que los pueblerinos vitoreaban*

-Il Bianco ha regresado!! ha traido dinero para todos!

*Meneror sonreía levemente y abrió la puerta de la taberna. Era un hombre alto, fornido, portaba un puro en la boca y un cabello largo y blanco, a la par de una cicatriz de lado a lado de la cara sobre la nariz, además vestía como un mafioso, pañuelo al cuello, chaleco, y una exorbitado abrigo de piel que colgaba de sus hombros, impidiendo ver su mano izquierda y dejando ver un puro encendido en la otra, el cual se llevó a la boca y observó a la tabernera haciendo un aceno de que se moviera. Esta no lo dudó y le colocó la mesa de siempre y el vino. Il Bianco se sentó y de piernas cruzadas junto a dos guardaespaldas y comenzó a beber cuidadosamente su reserva mientras fumaba sin percatarse de la presencia del Marine*

Krauser estaba tranquilamente escuchando un conversación entre dos hombres que había sentados cerca de él. Ambos hablaban de los revolucionarios que buscaba, pero al parecer habían huido de la isla hacia ya una semana. Este suspiró al saber que no pintaba nada en aquel lugar. En ese momento escuchó los gritos de la gente, pensó que algo andaba mal hasta que sus ojos se fijaron en el hombre que había entrado. Un tipo alto de melena blanca con una curiosa cicatriz. Aquel hombre sonaba bastante a Krauser pero ahora no caía en donde le había visto antes. Estaba pensativo en ese instante y no acertaba. Llevo el vaso de agua a su boca bebiendo a través de sus vendajes. Una vez se bebió el vaso de agua se fijo en un chico que parecía estar borracho. Este amenazaba a un camarero para que le pusiera alcohol pero al no tener dinero no se lo servían. La gente prestó un poco de atención aquella escena, el hombre borracho sacó una navaja y se puso como loco. Sus gritos pronto cesarían, el marine se levanto y de un puñetazo en la cabeza lo tiro al suelo dejándolo inconsciente. La gente miraba aquel hombre, algo asustada por lo que había hecho, aunque la mirada del camarero era más bien de agradecimiento. Tras unos instantes observó a los civiles y dijo en voz alta y con su tono frio y grave de siempre.

- No os preocupéis, yo me llevare a este idiota después. Soy Krauser, comandante de la marina.

La gente al oír su rango se tranquilizó un poco pues por sus pintas lo habían tomado por un loco que querría armarla. Aquel camarero le ofreció vino y algo de comer pero este se negó enseguida. Estaba allí por su misión y ya que se había enterado de que no podía completarla no pintaba nada allí. Tras haber desvelado su rango observó de nuevo al tipo del pelo blanco cuando cayó en un pensamiento. Había visto aquel tipo en un cartel donde se ofrecían diez millones por su cabeza. En ese momento pensó en arrestarlo pero contaba con una desventaja muy grande. Aquel tipo por lo que había visto tenía todo el apoyo del pueblo y seguramente le ayudarían en cualquier caso. Luego tenía guardaespaldas y no sabía lo poderosos que estos podían llegar a ser. Frunció el ceño unos instantes para después caminar a donde estaba aquel hombre. Tras varios segundos llegó y se quedo de pie observándole a una distancia de unos dos metros.

- Espero que esté disfrutando de una buena bebida, señor Meneror. Tengo entendido que es usted un hombre muy buscado, y seguro que se ha percatado ya de que soy un comandante de la marina. Un rango que no se obtiene fácilmente. Ahora mismo creo que usted tiene inmunidad hacia mí por la situación en la que estamos.

Este se sentó en una mesa de al lado observándole de forma seria pero dejando notar una pequeña sonrisa que apenas se pudo ver por los vendajes que llevaba.

*Meneror siguió bebiendo su vino para luego exhalar el humo de su puro mientras observaba al Marine con especial indiferencia, pero lo que no evitaba que sus ojos no se clavaran en él, tras quitar la ceniza del puro habló*

-Eso parece ser señor Comandante..si no tened a bien que el infierno iba a ser un paraíso para vos, pero yo al igual que vos soy un hombre de principios...
*Al decir esas palabras señaló al pobre diablo que había sido noqueado por borracho*

-¿Marine de día y de noche no?*ríe levemente sin mover labios*- Y que trae por estos lares a un alto dignatario de la Marina, con la cual he compartido buenos momentos..

*los guardaespaldas mantienen la compostura al comenzar a reírse por aquel comentario*

-De todos es sabido que la marina no viene a esta villa si no es por causa mayor, pero estáis ante un ciudadano hoy..que...bebe su vino de las 12:00 en compañía mas bien solitaria y ,sin embargo, vos venís aquí... os molestáis en venir aquí . Pero decidme¿ que no es solo para hacer el mero trámite de pirata-marine?

*Miró a la camarera y sin decirle nada esta le sirvió otro vino, esta vez tinto, el cual dejó sobre una copa en la mesa para luego Meneror decirle al marine*

-Os invito señor..señor? ¿como debo llamaros Marine? oh que tonto soy.....

*chasqueo los dedos y mi guardaespaldas de mi derecha saca un  documento que me da en mano y comienzo a leer ante el Marine*

-Señor..Krausser, capitán de navío en comandancia...un buen rango si señor.

Krauser observaba de forma seria aquel hombre, sus ojos castaños estaban clavados en él. El infierno un paraíso para el marine decía, el mismo infierno era el marine en si una vez que su habilidad salía a la luz. Ahora le estaba preguntando que hacia alguien como él en un sitio así, este suspiró cruzándose de brazos y observándole tranquilamente mirando sus ojos.


- Digamos que estoy aquí buscando a unos alborotadores que han tocado las narices de la marina, por no decir que se han cargado a dos de mis camaradas. Pero al parecer ya no están aquí. Ya ves que la marina se aburría y han enviado un Comandante para ello pero no me quejo, tengo delante a alguien a quien ansiaba ver en persona. Pero pese a que tu cabeza valga unos diez millones y seas un peligroso pirata, tú mismo acabas de decirlo. Eres un ciudadano bebiendo vino a las 12:00.

A continuación la camarera llegó y le sirvió un vino tinto aquel hombre que enseguida le ofreció invitarle a Krauser. Este negó en ese instante, no tenía ganas de alcohol ya que no le atraía mucho y su sabor no le agradaba del todo. Todo apuntaba a que ese tipo no era un pirata como los demás, tenía el apoyo del pueblo y se comportaba como un autentico Mafioso. Conservaba aquella elegancia y aquella forma de hablar tan educada. Después de unos segundos el hombre recibió unos papeles de algo tras chasquear los dedos. Tranquilamente empezó a leer como si aquello fuera algo que debía hacer en el momento, no tenía sentido. Tras unos segundos aquello si tenía sentido. Había dicho el nombre del marine y su rango. Krauser se quedó sorprendido totalmente pese a su expresión seria que siempre se mantenía de esa forma. ¿Cómo había conseguido aquella información? Aquel tipo parecía tener una lista de marines o algo así. O simplemente había estudiado a los altos rangos, había muchas posibilidades. Aunque también podría haber alguien corrupto de por medio pasándole información, si eso era así partiría en dos al traidor a la marina. Pero eso eran solo posibilidades, el verdadero motivo solo lo sabría el  peliblanco. Tras unos segundo aquel marine suspiro de forma tranquila observándole a los ojos. Sus vendajes se movieron un poco dando asi la señal de que iba a hablar. Tras unos cortos segundos comenzó a hablarle en un tono tranquilo y serio, pero no sin antes soltar una pequeña carcajada.

- Sin duda no sois un cualquiera Meneror. Debo admitir aunque no me guste que tenéis madera de Shichibukai. Tenéis al pueblo a vuestro favor y sabes información sobre la marina, eso le hace un hombre realmente temible. Seguramente no le vais a contar el motivo de que sepáis todo eso a un Comandante de la marina pero supongo que no puedo hacer nada. Bravo, tenéis ahora la sartén por el mango. Aunque creo que la teníais desde que llegasteis a esta isla. Estoy interesado en el motivo. Decidlo o no es cosa vuestra Meneror.

*Meneror al escuchar todas aquellas palabras  y ver que no tomó el vino miró atentamente al marine mientras una sonrisa se esbozaba de su cara muy levemente, para luego dar otra calada a su puro y exhalar el  humo. Tras hacer este gesto los guardaespaldas se movieron un paso atrás al ver dicho humo de nuevo .¿Que tendría ese humo de especial?¿ porque un mero guardaespaldas iba a "escapar" de algo tan inofensivo? no se sabía aún. Tras eso Meneror quito la ceniza del puro para responderle*

-Entonces mi señor Krausser, creo que tenemos algo ya en común, vos me veis como un Sichibukai y yo deseo llegar a tal rango, más si me permitís el atrevimiento y no por mero egocentrismo le diré algo...si, tengo la sartén por el mango y os diré el porque.

*Volvió a beber de su copa para saborear el buen tinto, una vez bebió la posó sobre la mesa y comenzó a hablar con el puro en la boca  y tono serio*

-El mundo es corrupto mi buen señor, solo hay que saber manejarlo....la sociedad por la que usted lucha, es una mentira, que siempre se repite y se regresa a su origen, el engaño. Mirad..
*señala una esquina oscura del bar*
-Allí podreis ver a un capitán de navio fuera de servicio aceptando chanchullos de poca monta para sacarse unos berries...allá al otro lado varios jueces comprados..y más allá un fiscal de este mismo pueblo. ¿Por que lo hago decís? porque es fácil...esta y otras son mi ciudad.

*Exhala humo*

-El miedo es un gran factor a tener en cuenta ¿no cree?.la gente no comprende el poder de un pirata o una marine por lo tanto le obedecen como es mi caso. Y debéis recordar que siempre se teme a aquello que no se puede comprender.

*Le mira de nuevo fijamente*

-¿Temo a la Marina? claro como cualquier otro,y no tengo suficiente poder como para "destacar aún" pues toda empresa..empieza en la sombra ¿no cree capitán?

*Un marinero entra en la taberna raudo y de improvisto buscando a Meneror, al divisarlo corre hacia a él para darle una noticia por su oído, Meneror al oírle sonríe levemente y le ordena marcharse*

-Señor Krausser, creo que es usted alguien con cabeza y no un corupto ¿verdad? eso no quita que podamos hacer...negocios..y me han dado muy buenas noticias para mi hoy.

Los ojos del Comandante seguían fijos en aquel tipo que fumaba su puro con tranquilidad, en una de sus caladas los hombres dieron un paso atrás. No sabía el motivo por lo que lo habían hecho, seguramente no les gustaba el humo o algo así. Aunque eso no era algo que le quitara el sueño al marine, siguió escuchando las palabras de aquel hombre con tranquilidad. Aquel hombre pretendía además ser un Shichibukai. Ninguna de las palabras que dijo después eran mentira, la marina no era un buen lugar y además había corrupción por todos lados. Mientras seguía con su mirada las indicaciones de aquel hombre se daba cuenta de los múltiples traidores que había en la marina. Aquel peliblanco estaba teniendo razón en todas sus palabras pero el hombre de las vendas seguía con su expresión seria escuchándole. Tras unos momentos un hombre entró diciéndole algo a Meneror, no sabía de que se trataba, aquel hombre se largó después. Las palabras del pirata volvieron a ser correctas, el Comandante no era corrupto ni nada parecido pero estaba abierto a posibles negocios con aquel hombre de pelo blanco y aspecto de mafioso. Tras haber escuchado toda la conversación cerró sus ojos unos instantes para después abrirlos fijándose en los de aquel hombre.

- Veo que estáis al tanto de todo, la marina es un lugar lleno de corrupción. Eso no hace falta que lo jures, tu quieres el puesto de Shichibukai. Ante ti tienes posiblemente a uno almirante en un futuro. Por ahora pertenezco y soy el segundo al mando de la brigada dirigida por Lion D. Karl. También es conocido como Quimera Karl. Seguro que alguien como usted a oído hablar de él. Pero bueno eso no viene al caso, como habéis dicho yo no soy ninguna basura corrupta como el resto de marines. Solo me dedico a hacer mi trabajo y es algo simple. Cuando no estoy de servicio capturo piratas o revolucionarios según mi guía de referencia.

Con total confianza sacó un pequeño libro de bolsillo de pasta negra y letras rojas y lo dejó frente a Meneror para que este lo pudiera coger. Tenía más libros en su camarote y no le importaba perder uno. En dicho libro se veían bastantes piratas y revolucionarios con equis rojas en sus rostros. Todos eliminador por el marine, ahora según aquel libro estaba centrado en eliminar a una banda llamada Sons Anarchy. Meneror estaba situado de los últimos y eso significaba que no estaba interesado en cazarle por ahora y pasaría bastante. Tras un suspiro volvió a observarle con total calma en la mirada y asintiendo a las últimas palabras que el peliblanco había dicho.

- Como bien dice, aunque yo no sea alguien corrupto está claro que ambos podemos negociar. No sé qué noticias ha recibido pero estoy abierto a ofertas. Adelante, diga lo que tenga pensado. Se mantener una conversación entre dos hombres y no entre marine y pirata.

*Meneror escuchó con especial atención las palabras del Comandante, pues había tocado su punto "frágil" por así decir de Meneror..ser Shichibukai, algo que deseaba por Mera protección para sus negocios turbios en los barrios bajos. Tras beber de su copa observa el libro rojo que le ofrece el comandante y tras cogerlo y observarlos alza la vista por encima del mismo para decirle*

-¿Debo temer algo por estas X señor Krausser? *tira el libro encima de la mesa  mientras le observa* - Soi el último y me gusta ser así..asi la Marina no tiene percepción de lo que hago..aunque sea pactar con el Diablo

*los guardaespaldas ríen por lo bajo*

-Sois sagaz, veo que habéis matado a muchos de esta escoria , sin embargo....no demuestra nada a mis ojos Comandante, pero como habeis dicho...podemos hacer negocios.


*Termina de fumarse el puro para dejar la última ceniza en el cenicero y que al mismo momento de acabarlo un guardaespalda le coloca otro puro en la boca y lo enciende. Meneror exhala el primer humo para hablar de nuevo cuando el Marine dijo sobre lo que pensaba*

-¿Que pienso? ¿Negocios?. Si a lo segundo , más a lo primero os diré una cosa...se que trabajais para el señor Karl y que teneis, bueno, reyertas con Sons of Anarchy, los cuales están entorpeciendo mis negocios en el Paraíso, algo que francamente moléstame en demasía.

*hace un aceno con su dedo para que la gente abandone la taberna y los piratas  y guardaespaldas esperaran fuera preparando el barco para la partida, pues lo que iba a ahblar es mas bien confidencial*

-¿Puedo confiar en usted señor Krausser?, de hombre de negocios a hombre honesto..no de pirata a Marine...

*Traga un poco de humo para echarlo de nuevo y hacer una pausa*

-Quiero eliminar a la competencia....Sons of Anarchy.

Aquel hombre tras leer el libro lo tiró y dijo que no le importaban las equis ni a cuantos se había cargado. Estaba tranquilo sabiendo que era de los últimos en la lista del Comandante, podía pasar años hasta que Krauser llegara a él. Este suspiró con calma escuchando sus palabras. Aquel tipo definitivamente sabía mucho de la marina, pero algo le impresionó. Sabía que trabajaba para Karl. Eso era algo bastante curioso y de lo que trataría de averiguar. Después le preguntó si podía confiar en él y mando a toda la gente fuera del bar. Tras darle una calada más a su puro dijo aquellas palabras. Quería eliminar Sons of Anarchy.


Pasaron unos segundos y el marine no decía nada de nada, tras unos momentos llevó la mano a la increíble espada de su espalda y clavó esta en el suelo con fuerza. Después la subió y recogió algo. Había atravesado uno de los filos de su guía de referencia y la recogió llevándosela al bolsillo. Después guardó la espada enorme en su espalda y observo aquel tipo de nuevo. Bostezó un poco y se levantó de su sitio observándole tranquilamente. Sus fríos ojos se clavaron en los de aquel hombre y tranquilamente contestó.


- Precisamente ahora son mi objetivo. Y también puedo asegurarle que no duraran mucho más. Tengo contactos muy poderosos que van tras ellos. A esa banda le queda poco de vida. Pero yo también estoy metido en eso. Si lo que quieres es que esa banda desaparezca no se preocupe. Porque dentro de poco serán solo historia. En caso de que los planes que tengo fallen y quiera usted mismo acabar con ellos debe saber que puede contar conmigo. Al fin y al cabo el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

Tras sus palabras empezó a caminar hasta la barra del bar tranquilamente donde cogió una botella de un refresco de limón, no había nadie ahora por lo que se permitió el lujo de cogerla sin permiso. Volvió a donde estaba con el peliblanco y se sentó en la mesa donde anteriormente estaba sentado. Abrió aquella botella y empezó a beber de forma tranquila como si nada. Tardó unos veinte segundos en bebérsela entera sorbiendo el liquido a través de aquellas vendad que tenia. Una vez había acabado dejó la botella encima de otra mesa y volvió su mirada al pirata que tenia frente a él.

- No estaría haciendo nada malo pues solo trato de eliminar a una banda pirata y es por lo que me pagan. Así que no veo problema que negociar sobre la destrucción de dichos bucaneros. Yo puedo ofrecerle mi ayuda para acabar con ellos en caso de que mis otros contactos no lo hagan. Es algo simple, pero claro. Siempre hay un ``pero´´. Usted va a ganar quitarse de en medio a esos molestos gusanos con mi ayuda pero. ¿Qué gano yo a cambio señor Meneror? Si Lion D Karl se entera de que he hablado con un pirata de esto puede que me meta en un buen lio.

*Meneror escuchó atentamente las palabras del Marine con especia detenimiento, pues había dado en el clavo de sus objetivos, pues aquellas mugrienta banda, Sons of Anarchy iba tras Meneror, aunque por lo visto sin mucho éxito. Meneror dió un sorbo a su vino mientras mantenía el puro en al boca, apra luego mirar al marine como se acercaba a la barra, a la par de qeu aquel movimiento le había dejado algo confuso, sin embargo, una sombra se esbozó en la pequeña risa de Meneror*


-¿Entonces no creeis que podemos sacar ambos tajada en esta empresa?...no siempre se requiere gente para destruir a piratas, mas sin embargo...yo os podría quitar peso si vos me lo quitáis a mi...

*Exhaló el humo del puro nuevamente, mientras que la gente del bar obserbaba a aquellos dos con especial ahínco, pues, ¿dos hombres totalmente contrarios negociando?, era raro de veras. Meneror se levantó de su sillón y guardó el puro el cual apagó en el cenicero en su abrigo, para luego decir en alto*

-Si quereis que os condecoren y triunfar rápidamente, venid a fuera, y creo que vos y yo podemos llegar a un acuerdo para semejante problema hallado en nuestros caminos con tal banda...os espero .

*Se giró sobre si miso y chasqueó los dedos, al hacerlo, casi todola taberna se levantó de sus sitios ¿porque? parecían ser agentes de paisano o de ciudadano mismamente que estaban de encubierto en la taberna y siguieron a Meneror hasta la salida. Una vez fuera, Meneror observó el puerto y vio que varios navíos se acercaban en la lejanía, pero este simplemente murmuró*

-Es demasiado pronto....

El trato iba bien por el momento, el marine ignoraba las miradas de la taberna. Le daba lo mismo que le vieran, no le interesaba que le condecorasen pues su código estricto implantado por él mismo decía que debía llegar a almirante sin ayudas y por sí solo. No había duda de que iba a llegar a su modo. Aquella banda de idiotas a los que Krauser perseguía serian eliminados fácilmente debido a la cantidad de enemigos que se habían ganado en poco tiempo. Tenían detrás al Shichibukai Takeshi. Tenían detrás al Shichibukai Kirito. Y ahora iba tras ellos aquel pirata de pelo blanco. Todo se les complicaba, el motivo por el que el comandante iba tras ellos era por culpa de un miembro de aquella banda. Bueno, quizás la culpa era de dos miembros en lugar de uno. El primero era un tal Jallial que se hizo pasar por él y casi mata a su compañero por su culpa. Y el segundo era Zarlet, uno de sus objetivos a los que derrotar.

Ahora el hombre de pelo blanco le dijo que se dirigiera a fuera, no pensaba ser condecorado y lo evitaría pues no quería. Ahora observó como más de una persona se levantó saliendo a fuera también. Al parecer desde el principio la taberna estaba llena de tipos que iban con Meneror. Estaban bien camuflados y el comandante no habría sospechado que eran agentes del peliblanco. Realmente aquel tipo era alguien a tener en cuenta en un futuro pues era bastante peligroso. Pero ahora lo tenía como aliado, cuando salieron fuera al parecer unos navíos se acercaba. El comandante no se fijó bien en sus banderas y no sabía de qué bando estaban. Su mirada ahora se fijó en el hombre de pelo blanco y tras unos segundos habló muy seguro de sí mismo como si no temiera a nada por alguna razón.

- No sé que son esos barcos pero no se preocupe. Si son piratas yo mismo los eliminare antes de que lleguen a tierra firme. Si son marines con un simple gesto mío se darán la vuelta sin molestar ni preguntar. Si son revolucionarios morirán tan pronto como lleguen al puerto. Si son cazadores no podrán tocarme y si lo hacen los matare fácilmente, si tenemos a agentes mundiales lo mismo. No debe preocuparse señor Meneror, sean lo que sean los barcos no les tema. Puedo eliminar cualquier cosa, aunque sería mejor dentro de la taberna. El frio de esta isla molesta mis habilidades especiales.

Dijo de forma tranquila esperando a ver que eran esos barcos, sin duda podría ocuparse de ellos a no ser que fuera su líder Lion D Karl. Pero si no era él estaba claro que nada podría parar al Demonio de la niebla. Ahora solo faltaba la respuesta del peliblanco y saber que estaba ocurriendo. Debía acabar rápido aquello o sus hombres irían a tierra firme y molestarle, y si es que aquellos barcos no eran de los suyos, cosa que no creía.

Barbazul estaba en una esquina desde la que se veía la puerta de la taberna y al fondo el mar. Estaba envuelto en una capa negra con capucha, y en una zona sin luces, se había asegurado de aquí fuera antes de ponerse a observar. Había seguido a este en otra ocasión hasta la isla y no debía preocuparse por cuando aparecía, ya que siempre se montaba un buen jaleo al aparecer él. Se había ganado al pueblo a base de dar berries a diestro y siniestro. Cuando Meneror salió de la taberna con todo su sequito pensó que su corazonada había sido cierta, no había vuelto para celebrar los pillajes, si no por negocios. Barbazul se sorprendió bastante al ver salir un marine de la taberna y ponerse al lado del pirata. Fuera por el motiva que fuera el marine de la venda tenia pinta de ser fuerte, y no un simple recluta. Cuando llego a la altura de Meneror

-No sé qué son esos barcos pero no se preocupe. Si son piratas yo mismo los eliminare antes de que lleguen a tierra firme. Si son marines con un simple gesto mío se darán la vuelta sin molestar ni preguntar. Si son revolucionarios morirán tan pronto como lleguen al puerto. Si son cazadores no podrán tocarme y si lo hacen los matare fácilmente, si tenemos a agentes mundiales lo mismo. No debe preocuparse señor Meneror, sean lo que sean los barcos no les tema. Puedo eliminar cualquier cosa, aunque sería mejor dentro de la taberna. El frio de esta isla molesta mis habilidades especiales.

Al parecer se había aliado con Meneror para conseguir el cargamento de aquellos barcos, o simplemente meneror le había engañado, sea como fuere debía hacer algo, y rápido. Con una buena distracción fueran cuales fueran los planes que tuvieran esos dos se complicarían, y son algo de suerte, se complicarían mucho.
Se escabulló por las callejuelas de detrás de la taberna, giro a la derecha y luego a la izquierda, continuo recto unos doscientos metros, y giro a la derecha, entrando en una pequeña callejuela. La callejuela era más bien una entrada trasera a la mansión de madera de pino, allí tenía preparada una pila de madera, con alguna que otra escoba. Se había asegurado que la servidumbre no estuviera en casa sobornándolos con algunas cervezas y promesas. Prendió la escoba, lo que le daría cierto tiempo para escapar y no ser relacionado, y salió andando con paso seguro y con la capucha bien ajustada hacia el bosque de la isla donde tenía intención de admirar el espectáculo. Se había asegurado que la casa que ardería era de un juez corrupto y no causaría daño a ciudadanos inocentes.
En pocos minutos el fuego empezó a consumir la pira de madera y luego la pared de la casa, la alarma sonó por todo el pueblo y Barbazul desde su escondite subido en un árbol estuvo atento a todo lo que pasaba.

*Aquellos navíos parecían ser desde la lejanía buques mercantes, ergo, podía divisarse una bandera mercante procedente del North Blue. El convoy de 5 navíos venía muy dañado, casi a punto de irse a pique, pero podía divisarse que el navío que iba en cabeza portaba la bandera de Meneror , por lo tanto se podía deducir que aquel convoy de 4 mercantes había sido saqueado y esperaba a Il Bianco en el puerto para repartir la mercancía*
* Los marineros se aproximaron al muelle en cuanto estos navíos tocaron puerto, amarrándolos y comenzando la descarga del botín saqueado. Meneror observaba todo desde el muelle, pues le gustaba que las transacciones se hicieran delante de su persona, al menos por el Momento. Un marinero, con galones de teniente bajó corriendo del buque de Meneror para ir hacia su jefe con especial preocupación y hablarle a este mientras Meneror miraba la mercancía mientras su humo del puro ambientaba el lugar*

-Capitán se cuales eran las órdenes pero hemos venido antes con el botín para ofrecérselo a su persona, el resto de la flota vendrá en una hora y asi podrá tener todo el botín, se que no hemos cumplido las órdenes a rajatabla, pero estábamos seguros de que quería ver la mercancía, al menos las primeras entregas.

*Meneror simplemente observó a su teniente, sonriente en medida, pues la mercancía era la mercancía y por lo tanto estaba complacido, pero no pudo evitar hablar hacia su subordinado colocándole la mano en el hombro*

-Teniente Bellamour, estós harto contento con vuestras andanzas y por este gran botín, seguro que ardéis en emoción por haber sido tan....adulador, vuestras manos se llenaras de fervientes riquezas por vuestro buen trabajo....podeis iros.

*El teniente contento dió media vuelta, pero en ese momento Meneror saltó con más palabras*

-¿A donde vais?....he dicho que podéis iros pero vuestras manos no...*exhala humo*

-Pe..pero mi capitán me ha dicho que podía irme.

-Y no lo dudeis mi buen teniente...pero vuestras manos ansían la codicia y por ello *le agarra su mano izquierda con su mano derecha*...seréis recompensado.

*En ese momento la mano del Teniente comenzó a enrojecerse paulatinamente, como si una roca volcánica comenzara a hervir dentro de su pequeña mano, el humo comenzó a salir de la misma quemando así rápidamente la mano de aquel Teniente, sus gritos comenzarn a oírse en toda la zona como si de un fatal asesinato se tratase, sus gritos inundaron la zona, asustando hasta al más valiente, su cano quedó carbonizada y desachiendose en ceniza mientras Meneror lo sltaba y dejaba que aquel despojo humano se retorciera en el suelo por la pérdida carbonizada de su mano, acto seguido miró a sus Hombres*

-Las órdenes..son ordenes !Y si digo que el cargamento venga junto de una sola tacada es por algo maldita escoria! *mirando al teniente* - La próxima vez que no obedezcáis la órdenes al pie de la letra os juro que os quemo la otra mano y luego os hago comer vuestras cenizas *Mueve su pie rápidamente para pisarle la cara contra el suelo y mira a su tripulación*

-Que estáis mirando ! seguid descargando *se gira sobre sus talones para tomar asiento en una de las sillas que disponen para él mientras le dan una toalla para que limpie su mano, aún candente. ¿Que había hecho? ¿cuál era su poder?. Le sirvieron una copa de Vino mientras observaba la descarga y hablaba a uno de sus guardaespaldas.

-Debemos cambiar la ruta, que la novena flota parta al sur para ayudar a los rezagados de este botín, no me falléis.

*Tras decir aquello bebió de su copa y miró al frente*

La mirada del comandante de la marina observaba lo que estaba pasando de forma tranquila, aquellos barcos que se acercaban no estaban en su mejor estado al parecer. Un hombre se acercó hasta donde estaba el peliblanco y ambos comenzaron hablar de unas mercancías o algo por el estilo. Cuando parecía que aquel hombre se iba el capitán pirata le dijo que se acercara a donde estaba y nombró sus manos. La mano derecha del peliblanco agarró la izquierda de aquel hombre e hizo algo muy raro. Aquel hombre gritaba de dolor sin parar, parecía como si estuvieran masacrándolo pero solo le tenía cogida la mano. La mente del marine pensaba en que tal vez el pirata tenía bastante fuerza y le estaba destrozando la mano pero no fue así. Cuando aquel hombre le soltó la mano solo quedaba ceniza, le había carbonizado la mano de alguna forma y el castaño no había entendido como. No parecía portar armas de fuego y eso significaba una cosa y era que se trataba de un usuario de la fruta del diablo. La posibilidad de ser una zoan estaba descartada pero podía ser una logia o una paramecia perfectamente.

Aquello sinceramente le daba igual al enorme asesino el cual también era portador de una de esas frutas del diablo. Meneror decía que quería la mercancía toda de un simple viaje y no en varios y era seguramente el motivo por el que estaba así, ahora se había sentado y observaba como descargaban aquella mercancía mientras bebía otra copa de vino. El castaño sacó su enorme espadón y comenzó a girarla a bastante velocidad mientras la cogía por el mango. El enorme espadón daba vueltas por encima de la cabeza de Krauser, finalmente de un golpe la clavó en el suelo y pegó un salto colocando una mano en el mango y posando sus pies sobre la parte ancha del arma. Parecía ser la posición más incomoda del mundo pero a él no le importaba estar así. Ahora giró el rostro pues se había colocado a dos metros al lado del peliblanco observando los barcos, su mirada se dirigió a él y comenzó a hablarle en un tono inexpresivo y tranquilo.

- Impresionante, debo admitir que tenéis un gran poder. Los rumores eran ciertos, ahora puedo aceptar que seguramente seáis un usuario de la fruta del diablo aunque tal vez me equivoque señor Meneror.

De repente se escuchaba algo de escándalo en la zona del pueblo y al final de dicho pueblo parecía haber una especie de mansión ardiendo y un humo negro que subía hacia el cielo de aquella isla. Este supo que alguien había prendido fuego a la casa o tal vez se hubiera quemado por accidente, de todas formas activó su haki de observación y frunció el ceño. Tras un suspiró bajó del arma y con una sola manó agarró su espadón por el mango y la sacó del suelo colocándosela en el hombro por la parte ancha para de ese modo no cortarse con ella. Después dirigió su mirada de nuevo al hombre peliblanco y le habló en un tono algo mas serio que el tono usado anteriormente.

- Voy a ver qué está pasando allí detrás, enseguida volveré.

Una vez los barcos llegaron a la isla, no espere más, me transforme en pantera nebulosa totalmente y me aleje saltando por las ramas de árboles, ayudado por la cola, y el tamaño. Era hora de afrontar mi verdadero objetivo, las leyendas sobre una katana legendaria. Para empezar la búsqueda debía conseguir el mapa, cosa que tenía un tipo enemigo de meneror, el cual me pidió que quemara aquella mansión a cambio del mapa, seguramente el estaría delante de la mansión riéndose, yo ya tenía lo que quería, asique mis negocios con el tipejo habían acabado. Antes de partir había dejado el den den en la rama ya no lo necesitaría.

Tras un par de kilómetros saltando por los árboles llegue al claro, un gran circulo sin árboles y con una piedra en medio, donde empezaría mi búsqueda, debía seguir el sendero que subía a las montañas, este parecía en desuso desde hace mucho pues habían crecido hierbas arbustos en el, preferí seguir por los árboles, ya que me es más cómodo que andar esquivando tanto arbusto, además se veía mejor el camino desde arriba.

El camino finalizó abruptamente, dando lugar a la falda de la montaña, que no tenía árboles, sino que era todo arbustos de diferentes tamaños y roca viva. Las rocas eran negras, parecían magmáticas los arbustos no los reconocía pero tenían entre medio metro, y metro y medio de alto y formaban a veces una densa mata y otras estaban difuminados por la ladera. Mi objetivo estaba casi en la cima, la subida me costaría mucho, pero sería menos raro ver un animal subir que a un hombre así que continúe con mi actual forma.

*La Mano de Meneror volvía a recuperar su color habitual levemente, mientras que el pirata observaba la fiscalización del contrabando y reparto del botín, pero cuando sus hombres se disponían a entregar las últimas cajas al Buque Insignia de Meneror, este les alertó:

-No, esa caja dádsela al pueblo por los gastos  y a modo de compensación por el trato recibido.

*Tras decir esto los marineros obedecieron sin demora y Meneror se giró para observar al marine y a sus palabras, pues él había notado también que algo ardía y eso en cierta medida le daba igual, pero no podía de dejar de preguntarse el porque, así que hizo un aceno a la tripulación*

-Dad la vuelta a la isla, os segurié por el bosque, si a las 12:00 no he llegado hundid los mercantes.

*Los marineros asintieron y quitaron amarras de la flota entre grandes gritos de órdenes y movimientos variso de los navíos saliendo de la Bahía con el "Big Crocodile " al Frente, mientras que Il Bianco se dirige hacia el Marine*

-Os acompaño si me permitís, seré hombre de negocios, mas no soporto que este pueblo sea dañado por nadie. Y francamente ver un incendio tan..inusual es digno de verse

*Tras decir eso se dispuso a caminar hacia donde el incendio tiraba, a la espera de que le Marine le siguiera con paso amistoso*

El marine había escuchado las palabras del peliblanco dejando la caja aquella a los ciudadanos del pueblo. Con razón era alguien tan querido por la gente, parecía una especie de Robín Hood. Ahora le había dicho al marine que caminaría con él. Este sintió caminando a su lado de forma tranquila dirigiéndose hacia el humo. Si había sido algún pirata o revolucionario el causante pobre de él. Krauser era una persona tranquila y calmada, pero cuando se trataba de luchar era alguien sádico y cruel. No miraba por el salud de su objetivo y partirlo en pedazos era su principal objetivo, cuando el poder de su fruta salía a la luz miles de gritos de terror invadían la zona. Sus castaños ojos observaban con el ceño fruncido como la mansión estaba cada vez más cerca de ellos.

- No creo que haya sido un accidente, estas mansiones suelen estar muy vigiladas para ese tipo de cosas, ha sido provocado claramente. Al fin y al cabo sigo siendo un comandante de la marina. El culpable va a acabar como un maldito puzle. A piezas.

Dijo hablando con el peliblanco mientras se frenaba una vez estaban frente a la casa ardiendo. La gente estaba allí con cubos de agua tratando apagar el fuego pero en vano. Aquella enorme llama de fuego estaba demasiado grande para ser apagada, la casa estaba condenada y nada se podía hacer para salvarla. Ahora la idea que le pasó al marine fue derribar los cimientos para tirar la madera al suelo y que la nieve hiciera el resto para tratar de apagar aquello. Sin pensárselo estiró la mano de forma calmada y cerró los ojos. De su mano salió una especie de brillo blanco y en poco tiempo se había formado un shuriken del tamaño de una televisión. Este tenía cuatro puntas y estaba formado de energía cortante. Sin pensárselo lanzó el ataque contra la parte derecha de la casa. Una vez que fue lanzado, el Gran Espada cerró el puño y las puntas del Shuriken crecieron tres metros alargándose y destrozando esa parte de la casa.

De esa forma ante el peso de la izquierda, la zona de la derecha cedió y cayó al suelo quedando el fuego sobre la nieve y poco a poco apagándose sobre los restos de aquella mansión. La gente miraba asustada temiendo que sus casas también se incendiaran. Había sido buena suerte que el marine y Meneror estuvieran por allí. El gracioso que se había divertido ahora era el objetivo del marine, este no sabía de quien se trataba, su Haki estaba activado en todo momento por si las moscas. Miraba a varios lugares hasta que sus ojos pudieron ver a un tipo alto y moreno. Sus ojos eran de un color verde claro y vestía de traje con una corbata morada. Este se estaba riendo mirando la mansión destrozada. Krauser observó al peliblanco hablándole tranquilamente.

- ¿Sabéis quien es ese idiota que se está riendo señor Meneror?

*Meneror observó con gran atención el movimiento del Marine,sin embargo, su rostro no cambió de aspecto. Tras observar por unos segundos la casa derruida los hombres de Meneror aparecen a la espalda de él, para preguntarle ¿que demonios ha pasado? a lo que Meneror simplemente respondió con un:*

-Volver al barco, soltad amarra....no tardaré nada.

*Tras decir aquellas palabras los marineros asintieron amablemente para darse media vuelta e irse hacia el puerto para obedecer las órdenes dadas por su capitán, tras eso Meneror observa al Marine, pues este le había preguntado algo, y él como de costumbre responde*

-¿Se lo preguntamos?.

*Camina con paso firme hacia la montaña adelantándose al marine. Para Meneror esto era estúpido y pesado por lo tanto con los ojos cerrados y soltando un suspiro logra coger un puro de su abrigo, para luego, llevárselo a la boca  y encenderlo con su mechero  no sin antes decir al marine según marchaba*

-A mi me ha estropeado mi tranquilidad y seguro que a vos os gustará tener a un prisionero más. ¿Venís?

*Portando su bastón negro de mano camina tranquilamente colina arriba sin quitar lo ojos del camino*

Krauser escuchó como Meneror les decía a sus hombres que enseguida iría, al parecer aquel hombre ya se iba después de todo. Ahora el peliblanco le dijo que los dos ganaban si iban a por el tipo que se reía, él ganaba un prisionero y Meneror diversión con el que le había estropeado su tranquilidad. El peliblanco se adelantó empezando a caminar hacia donde estaba aquel hombre riéndose. Krauser le siguió después a paso tranquilo, una vez llegaron, el marine fue el primero en hablar con aquella basura.

- Parece que te hace mucha gracia que la casa haya ardido.

- No sé de qué me hablas, lárgate de aquí estúpido, yo me rio de lo que deseo.


Le contestó en un tono chulesco aquel hombre mientras sacaba un cigarrillo y se lo encendía, ese payaso no sabía lo que se estaba jugando hablándole así a un comandante de la marina. El castaño miró a Meneror de forma calmada para después volver a clavar su mirada en el tipo que se estaba riendo de aquella forma, sin duda alguna parecía ser un sospechoso pero el marine no necesitaba esa escoria para nada, de payasos estaba el mundo lleno. Sin pensárselo lanzó una patada con fuerzas a la boca del estomago de aquel tipo dejándole sin oxigeno para después imbuir su puño derecho en un color negro metálico usando su haki de armadura para golpearle en la espalda y dejarle clavado en el suelo con el cigarro apagado y sangrando un poco por la boca. A continuación el marine frunció el ceño mirando aquel hombre y le habló en un tono amenazante y serio.

- No voy a arrestarte porque no tengo pruebas contra ti y porque no quiero una rata como tú en mi barco. Pero como te vuelvas a reír de esa forma de una desgracia ajena, te partiré en dos con mi espada payaso.

Se estaba haciendo tarde, si el marine no volvía pronto sus hombres irían hacia allí y no le interesaba que vieran a Meneror. Aquel hombre no era mala gente, se dedicaba a impartir justicia y demás, no mataba a gente inocente pos gusto ni nada parecido. El marine se quedó mirándole tranquilamente.

- Ha sido un placer Meneror, ya sabe que aquí tiene un amigo para lo que sea necesario siempre que no sea ilegal, debo volver con mis hombres ni no le importa o todo esto se va a llenar de marines en pocos minutos y no quiero rellenar informes luego. Cuídate amigo.

Tras sus palabras al peliblanco, le hizo un saludo con la mano mientras sonreía de lado dejando a merced del peliblanco al tipo que se estaba riendo. Le daba igual lo que pasara con él, esa rata merecía la muerte y si el pirata quería cargárselo no se iba a impedir. Krauser ahora iba rumbo a su barco mientras suspiraba de forma calmada y tranquila, había sido un día duro y necesitaba un descanso, era hora de volver al cuartel.