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Akuma no mi
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La noche era tranquila, en calma y el cielo estrellado, demasiada calma...a veces no es buena, sobretodo hasta que...
-AHHHHHHHHHHHHHH-me desperté resaltada y delirando un poco, miré una botella que estaba a medias en mi mesilla y pensé mirando al techo "debo beber menos" luego me giré hacia el ventanal de mi camarote y vi la luna llena en todo su esplendor, la miré fijamente y dije en bajo-odio las pesadillas...
Me levanté y me puse la chaqueta de cuero con el símbolo de Sons, cogí mis espadas y me dispuse a salir del barco para dar un paseo, la verdad no era demasiado normal a esas horas de la noche que una chica pasease sola por el medio del pueblo pero no me importaba, sinceramente nada me importaba ya, solo pasear y observar a la luna en su inmensidad.
Caminé poco a poco pasando por delante de varias tabernas pero ninguna me llamó la antención, así que preferí seguir todo recto, seguro que llegaría a la parte oeste de la isla y vería una playa. Poco a poco me acercaba más al horizonte y oía el ruido de las olas chocar contra la tierra.
La arena era suave y fina, mientras la pisaba, llegué a mitad de la playa y apoyé mis espadas en el suelo, me senté y me puse a observar el reflejo de la luna sobre el mar, era realmente precioso.
-AHHHHHHHHHHHHHH-me desperté resaltada y delirando un poco, miré una botella que estaba a medias en mi mesilla y pensé mirando al techo "debo beber menos" luego me giré hacia el ventanal de mi camarote y vi la luna llena en todo su esplendor, la miré fijamente y dije en bajo-odio las pesadillas...
Me levanté y me puse la chaqueta de cuero con el símbolo de Sons, cogí mis espadas y me dispuse a salir del barco para dar un paseo, la verdad no era demasiado normal a esas horas de la noche que una chica pasease sola por el medio del pueblo pero no me importaba, sinceramente nada me importaba ya, solo pasear y observar a la luna en su inmensidad.
Caminé poco a poco pasando por delante de varias tabernas pero ninguna me llamó la antención, así que preferí seguir todo recto, seguro que llegaría a la parte oeste de la isla y vería una playa. Poco a poco me acercaba más al horizonte y oía el ruido de las olas chocar contra la tierra.
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La noche no podía ser mas perfecta, luna llena, sin una sola nube a la vista y con un cielo estrellado maravilloso, me alegro de no tener que estar utilizando mi poder para disfrutar de estas noches tan maravillosas.
- La noche perfecta, con una mujer esto sería mi sueño hecho realidad, una pena que esté a tomar por culo del pueblo. - Dije refunfuñando.
Persiguiendo a un revolucionario había acabado en medio del monte sin remedio alguno, y para colmo encima se me escapó, cabrón con suerte... Pero bueno, esa no era una de mis preocupaciones, realmente aquel hombre no era mas que un mindundi que se las daba de superheroe.
Después de la persecución la noche se me había echado encima y no tenía nada que llevarme a la boca, así que llegar rápido al pueblo era algo bastante importante.
Dando vueltas por el monte, por fin logré salir a un pequeño risco donde no la vegetación no me molestaba, desde aquel lugar tenía una buena vista del pueblo con la luna llena de fondo y la inmensidad de las estrellas encima de ambas, una preciosa estampa.
-Bien, ahora que se donde estoy, iré al pueblo utilizando el Geppou. Dije a la vez que saltaba al abismo, desde que el Rokushiki ya no tenía demasiados secretos para mi me encantaba hacer el subnormal lanzandome desde lugares de gran altitud o dando saltos enormes gracias al Soru, en definitiva, que para pertenecer al Gobierno ultimamente mi comportamiento era muy infantil.
Utilizando el Geppou me había acercado ya bastante al pueblo, pero para no llamar la atención descendí un poco antes de que terminase el bosque, así nadie sospecharía.
- La noche perfecta, con una mujer esto sería mi sueño hecho realidad, una pena que esté a tomar por culo del pueblo. - Dije refunfuñando.
Persiguiendo a un revolucionario había acabado en medio del monte sin remedio alguno, y para colmo encima se me escapó, cabrón con suerte... Pero bueno, esa no era una de mis preocupaciones, realmente aquel hombre no era mas que un mindundi que se las daba de superheroe.
Después de la persecución la noche se me había echado encima y no tenía nada que llevarme a la boca, así que llegar rápido al pueblo era algo bastante importante.
Dando vueltas por el monte, por fin logré salir a un pequeño risco donde no la vegetación no me molestaba, desde aquel lugar tenía una buena vista del pueblo con la luna llena de fondo y la inmensidad de las estrellas encima de ambas, una preciosa estampa.
-Bien, ahora que se donde estoy, iré al pueblo utilizando el Geppou. Dije a la vez que saltaba al abismo, desde que el Rokushiki ya no tenía demasiados secretos para mi me encantaba hacer el subnormal lanzandome desde lugares de gran altitud o dando saltos enormes gracias al Soru, en definitiva, que para pertenecer al Gobierno ultimamente mi comportamiento era muy infantil.
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Después de estar varios minutos en el mismo sitio, me levanté para ver si había algo interesante, empezaba a hacer algo de frío al lado del mar, así que comencé a caminar despacio hasta volver al pueblo. Sabía la dirección que tenía que tomar para llegar al pueblo, me acordaba bien solo era ir todo recto por el camino de piedra...espera...o era por la derecha.
Pues al final no me acordé de como se volvía al pueblo así que decidí coger por la derecha, era un camino con bastantes piedras pero se caminaba bien, aun así tenía mucho barro como si estuviese lloviendo varios días seguidos y por culpa de eso casi me rompo una pierna con un agujero, aparte de que no se veía nada por la oscuridad.
Un rato más tarde desde una cuesta se podían ver las luces de las casas encendidas, así que bajé despacio hasta llegar a la carretera; había cogido el camino correcto y me reí para mi misma pensando "Mi instinto pelirrojo nunca falla"
Al cabo de un rato había llegado a la calle principal y luego me acerqué hasta la plaza, estaba completamente vacía.
-Todo vacío...¿es que no hay nada interesante por aquí?-miré hacia los lados y por un lado veía bosque y por el otro las casas y suspiré-hmp...
Pues al final no me acordé de como se volvía al pueblo así que decidí coger por la derecha, era un camino con bastantes piedras pero se caminaba bien, aun así tenía mucho barro como si estuviese lloviendo varios días seguidos y por culpa de eso casi me rompo una pierna con un agujero, aparte de que no se veía nada por la oscuridad.
Un rato más tarde desde una cuesta se podían ver las luces de las casas encendidas, así que bajé despacio hasta llegar a la carretera; había cogido el camino correcto y me reí para mi misma pensando "Mi instinto pelirrojo nunca falla"
Al cabo de un rato había llegado a la calle principal y luego me acerqué hasta la plaza, estaba completamente vacía.
-Todo vacío...¿es que no hay nada interesante por aquí?-miré hacia los lados y por un lado veía bosque y por el otro las casas y suspiré-hmp...
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Terminé de salir del bosque y por fin había llegado, enfrente mía estaba el dichoso pueblo, seguí caminando hasta adentrarme por unas callejuelas que parecían mas bien un laberinto, mientras caminaba me dí cuenta de algo muy obvio.
- Mierda, a estas horas no habrá nadie para comprar algo de comer... Que putada...
Poco después de darme cuenta de que aquella noche pasaría bastante hambre, salí a un espacio algo mas abierto, parecía mas bien la plaza del pueblo, justo en el centro había una fuente de la que brotaba agua y también un par de bancos que rodeaban a la susodicha, algunos arboles decoraban toda la plaza haciéndola mas alegre, un bonito sitio donde pasar la tarde.
Viendo que hoy no era mi día de suerte, me senté en un banco mientras pensaba que podía hacer para saciar este hambre voraz, me quedé un rato pensativo mirando a la fuente mientras recapacitaba, que asco de día...
- Tengo hambre... *Grrrrruuuuuuu... Grrrruuuuuuu*
- Mierda calla, si ruges por lo menos da ideas de que podemos hacer... Puto estómago...
Mi estómago no hacía mas que rugir, por si no era suficiente el hambre que ya sentía mi estómago me lo recordaba, esta noche iba a ser muy larga... O al menos eso pensaba hasta que vi llegar a una mujer a la plaza, por lo visto murmuraba algo, bah, seguro que no era nada comestible, pero bueno, al menos ella podría decirme donde encontrar comida, me levanté del banco y me acerqué a ella.
-Perdona, no sabrás si puedo comerte algo por aqui cerca verdad... (Mierda...) Digoo... Algún lugar donde encontrar comida.
Cojonudo... El hambre me hace confundir las palabras que quiero decir, mas me vale que la muchacha no se lo tome a mal y me cruce la cara de un guantazo, no sería la primera vez...
- Mierda, a estas horas no habrá nadie para comprar algo de comer... Que putada...
Poco después de darme cuenta de que aquella noche pasaría bastante hambre, salí a un espacio algo mas abierto, parecía mas bien la plaza del pueblo, justo en el centro había una fuente de la que brotaba agua y también un par de bancos que rodeaban a la susodicha, algunos arboles decoraban toda la plaza haciéndola mas alegre, un bonito sitio donde pasar la tarde.
Viendo que hoy no era mi día de suerte, me senté en un banco mientras pensaba que podía hacer para saciar este hambre voraz, me quedé un rato pensativo mirando a la fuente mientras recapacitaba, que asco de día...
- Tengo hambre... *Grrrrruuuuuuu... Grrrruuuuuuu*
- Mierda calla, si ruges por lo menos da ideas de que podemos hacer... Puto estómago...
Mi estómago no hacía mas que rugir, por si no era suficiente el hambre que ya sentía mi estómago me lo recordaba, esta noche iba a ser muy larga... O al menos eso pensaba hasta que vi llegar a una mujer a la plaza, por lo visto murmuraba algo, bah, seguro que no era nada comestible, pero bueno, al menos ella podría decirme donde encontrar comida, me levanté del banco y me acerqué a ella.
-Perdona, no sabrás si puedo comerte algo por aqui cerca verdad... (Mierda...) Digoo... Algún lugar donde encontrar comida.
Cojonudo... El hambre me hace confundir las palabras que quiero decir, mas me vale que la muchacha no se lo tome a mal y me cruce la cara de un guantazo, no sería la primera vez...
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-Perdona, no sabrás si puedo comerte algo por aqui cerca verdad... Digoo... Algún lugar donde encontrar comida.
Cuando me giré y escuché eso, mi cara se quedó con tono de...Da fuck? A lo mejor era por la noche, o la luz de la luna que me afectaba bastante a mi cerebro pero tampoco estaba loca, cuando lo vi era un hombre con una apariencia bastante alta, con el pelo por los hombros y llevaba ropajes negros, así que le dije:
-A estas horas dudo que encuentres algún sitio abierto para comer-dije riéndome-aunque al final de una calle me encontré con un bar abierto-ahora que me acordaba si que sabía donde se encontraba ese bar, era por donde había venido recto, por la calle principal que era bastante amplia y lujosa-Ven sígueme, está al final de la calle-dije mientras comenzaba a caminar por el lado de la fuente en la que estaba parada.
Cuando me giré y escuché eso, mi cara se quedó con tono de...Da fuck? A lo mejor era por la noche, o la luz de la luna que me afectaba bastante a mi cerebro pero tampoco estaba loca, cuando lo vi era un hombre con una apariencia bastante alta, con el pelo por los hombros y llevaba ropajes negros, así que le dije:
-A estas horas dudo que encuentres algún sitio abierto para comer-dije riéndome-aunque al final de una calle me encontré con un bar abierto-ahora que me acordaba si que sabía donde se encontraba ese bar, era por donde había venido recto, por la calle principal que era bastante amplia y lujosa-Ven sígueme, está al final de la calle-dije mientras comenzaba a caminar por el lado de la fuente en la que estaba parada.
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La chica se giró y se quedó mirándome con cara extraña, se había dado cuenta del pequeño fallo, por lo menos parecía que se lo había tomado bien, aún no tenía la cara marcada de una buena leche así que supongo que eso era buena señal, luego comenzó a hablarme.
-A estas horas dudo que encuentres algún sitio abierto para comer-dijo riéndose-aunque al final de una calle me encontré con un bar abierto- La chica parecía acordarse de donde había encontrado el bar del que hablaba, menos mal, no creo que pueda mantener callado mucho mas tiempo a mi estómago-Ven sigueme, está al final de la calle.-dijo mientras comenzaba a caminar por el lado de la fuente en la que estaba parada.
- Claro, te sigo. Le dije a la muchacha mientras me colocaba a su altura y comenzábamos así el paseo hasta encontrar el bar del que hablaba, pero, antes de seguir siquiera conversando con ella debía hacer algo importante, mantener una charla con mi estómago mentalmente.
" A ver, te lo voy a explicar fácil y simple, es de las pocas veces que una chica así de guapa se me acerca así que como vuelvas a abrir la boca verás lo que te espera..."
" Entiendo, pero ¿Qué gano yo con esto? "
" No me jodas, vamos ahora a un bar, allí te llenaré hasta que revientes pero solo te pido que no me putees la noche"
" DeeeeAaaaacuerdo "
Bien, ahora que el cabroncete este no va a volver a intervenir puedo tener una conversación normal y corriente con la muchacha. Mmm... ¿Cómo debería empezar la conversación? Preguntarle la edad no era buena idea, ya me han llovido muchas ostias por esa pregunta tan simple y no quiero repetir mas... Claro leñe, esa pregunta nunca falla.
- No nos hemos presentado todavía, Yo soy...(GGGRRRRRRRROOOOOOOOAAAAAAAARRRR) ...Noa. - Dije a la vez que mi estómago volvía a hacer acto de presencia.
En aquel momento me puse completamente colorado, podía sentir como subía mi temperatura corporal haciéndome sudar levemente, peeeerfecto, ¿Se puede saber que habíamos acordado tu y yo? Cuando estemos a solas te vas a cagar.
- Estoo... Perdona, hace un par de días que no como nada y ya no puedo controlar mi estómago... Je je... je... - Dije mientras me llevaba las manos a la nuca e intentaba que la muchacha no se molestase por aquello
-A estas horas dudo que encuentres algún sitio abierto para comer-dijo riéndose-aunque al final de una calle me encontré con un bar abierto- La chica parecía acordarse de donde había encontrado el bar del que hablaba, menos mal, no creo que pueda mantener callado mucho mas tiempo a mi estómago-Ven sigueme, está al final de la calle.-dijo mientras comenzaba a caminar por el lado de la fuente en la que estaba parada.
- Claro, te sigo. Le dije a la muchacha mientras me colocaba a su altura y comenzábamos así el paseo hasta encontrar el bar del que hablaba, pero, antes de seguir siquiera conversando con ella debía hacer algo importante, mantener una charla con mi estómago mentalmente.
" A ver, te lo voy a explicar fácil y simple, es de las pocas veces que una chica así de guapa se me acerca así que como vuelvas a abrir la boca verás lo que te espera..."
" Entiendo, pero ¿Qué gano yo con esto? "
" No me jodas, vamos ahora a un bar, allí te llenaré hasta que revientes pero solo te pido que no me putees la noche"
" DeeeeAaaaacuerdo "
Bien, ahora que el cabroncete este no va a volver a intervenir puedo tener una conversación normal y corriente con la muchacha. Mmm... ¿Cómo debería empezar la conversación? Preguntarle la edad no era buena idea, ya me han llovido muchas ostias por esa pregunta tan simple y no quiero repetir mas... Claro leñe, esa pregunta nunca falla.
- No nos hemos presentado todavía, Yo soy...(GGGRRRRRRRROOOOOOOOAAAAAAAARRRR) ...Noa. - Dije a la vez que mi estómago volvía a hacer acto de presencia.
En aquel momento me puse completamente colorado, podía sentir como subía mi temperatura corporal haciéndome sudar levemente, peeeerfecto, ¿Se puede saber que habíamos acordado tu y yo? Cuando estemos a solas te vas a cagar.
- Estoo... Perdona, hace un par de días que no como nada y ya no puedo controlar mi estómago... Je je... je... - Dije mientras me llevaba las manos a la nuca e intentaba que la muchacha no se molestase por aquello
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-Claro, te sigo
Después de seguir decirme comenzamos a caminar a la misma altura, mientras caminaba iba ensimismada en las profundidades de mi mente, en los lugares más recónditos de mi cabeza en los que jamás llegaría a pensar.
Había un gran silencio entre el hombre y yo, aunque no era de muchas palabras solo cuando tenía la suficiente confianza hablaría normal y como siempre sacaría mi lado de infantileza pero por ahora no lo conocía de nada y ya que lo acompañaba hasta el bar, pues un poco de charla no vendría mal.
Al cabo de unos minutos el rompió el silencio presentándose, se llamaba Noa, pero en medio de esa presentación sonó un gran ruido de su estómago, así que pensé “vaya el pobre sí que debe estar hambriento…”
Yo era muy buena notando las expresiones de la gente cuando estaba con alguien, y parecía que el chico estaba un poco nervioso por lo ocurrido, me pedía perdón porque llevaba varios días sin comer, justo lo que había pasado.
-No pasa nada, suele ocurrir a menudo-dije soltando una pequeña carcajada-aunque hay que estar un poco loco para estar tanto tiempo sin comer, ¿acaso eres especial?-dije sonriendo mientras volvíamos a caminar-me refiero a que narices habrás echo para estar así, soy yo en tu caso y ya no existiría jaja-después de decirle esto, me presenté ante el-Mi nombre es Rose.
A medida que avanzábamos las calles se hacían más finas, el bar se encontraba justo en el medio de un callejón al final de la calle principal con lo cual deberíamos estar cerca, no había si quiera una farola que diesen un poco de luz, tan solo el reflejo de la luna dejaba ver por donde pisábamos.
Creo que al sacar el tema del hambre yo también empezaba a tenerla, lo sé no era normal tenerla a estas horas de la noche, aunque he de reconocer que tampoco había comido mucho en todo el día, es más debería estar durmiendo ya que en el barco todos estarían durmiendo…o follando con cualquier prostituta que se hubiesen encontrado durante el día y si se diesen cuenta de que me fui sin avisarles a lo mejor se enfadaban, pero bueno no me preocupaba.
A lo lejos se empezaba a oír un poco de jaleo, supongo que alguien estaría celebrando alguna fiesta puede que de cumple o de…otra cosa y pensé “Hace tanto que no voy a una fiesta, a ver si en ese bar hay algo entretenido…”
Al cabo de unos minutos me metí al callejón junto con Noa, el callejón era frío y oscuro, lleno de basura por las esquinas y con las paredes pintadas, no sé si era buena haber venido a este lugar, me daba mala espina aunque si hubiese que luchar no me importaría y así estrenaría mi última espada; llegamos frente a la puerta, desde afuera ya se oía un gran alboroto y encima de la gran puerta de madera ponía un cartel con el nombre del bar un poco ilegible la verdad, debía tener muchos años porque estaba mugroso, miré al chico y le dije con una sonrisa.
-¿Entramos?
Después de seguir decirme comenzamos a caminar a la misma altura, mientras caminaba iba ensimismada en las profundidades de mi mente, en los lugares más recónditos de mi cabeza en los que jamás llegaría a pensar.
Había un gran silencio entre el hombre y yo, aunque no era de muchas palabras solo cuando tenía la suficiente confianza hablaría normal y como siempre sacaría mi lado de infantileza pero por ahora no lo conocía de nada y ya que lo acompañaba hasta el bar, pues un poco de charla no vendría mal.
Al cabo de unos minutos el rompió el silencio presentándose, se llamaba Noa, pero en medio de esa presentación sonó un gran ruido de su estómago, así que pensé “vaya el pobre sí que debe estar hambriento…”
Yo era muy buena notando las expresiones de la gente cuando estaba con alguien, y parecía que el chico estaba un poco nervioso por lo ocurrido, me pedía perdón porque llevaba varios días sin comer, justo lo que había pasado.
-No pasa nada, suele ocurrir a menudo-dije soltando una pequeña carcajada-aunque hay que estar un poco loco para estar tanto tiempo sin comer, ¿acaso eres especial?-dije sonriendo mientras volvíamos a caminar-me refiero a que narices habrás echo para estar así, soy yo en tu caso y ya no existiría jaja-después de decirle esto, me presenté ante el-Mi nombre es Rose.
A medida que avanzábamos las calles se hacían más finas, el bar se encontraba justo en el medio de un callejón al final de la calle principal con lo cual deberíamos estar cerca, no había si quiera una farola que diesen un poco de luz, tan solo el reflejo de la luna dejaba ver por donde pisábamos.
Creo que al sacar el tema del hambre yo también empezaba a tenerla, lo sé no era normal tenerla a estas horas de la noche, aunque he de reconocer que tampoco había comido mucho en todo el día, es más debería estar durmiendo ya que en el barco todos estarían durmiendo…o follando con cualquier prostituta que se hubiesen encontrado durante el día y si se diesen cuenta de que me fui sin avisarles a lo mejor se enfadaban, pero bueno no me preocupaba.
A lo lejos se empezaba a oír un poco de jaleo, supongo que alguien estaría celebrando alguna fiesta puede que de cumple o de…otra cosa y pensé “Hace tanto que no voy a una fiesta, a ver si en ese bar hay algo entretenido…”
Al cabo de unos minutos me metí al callejón junto con Noa, el callejón era frío y oscuro, lleno de basura por las esquinas y con las paredes pintadas, no sé si era buena haber venido a este lugar, me daba mala espina aunque si hubiese que luchar no me importaría y así estrenaría mi última espada; llegamos frente a la puerta, desde afuera ya se oía un gran alboroto y encima de la gran puerta de madera ponía un cartel con el nombre del bar un poco ilegible la verdad, debía tener muchos años porque estaba mugroso, miré al chico y le dije con una sonrisa.
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-No pasa nada, suele ocurrir a menudo-dijo soltando una pequeña carcajada "Mentira y lo sabemos los dos"-aunque hay que estar un poco loco para estar tanto tiempo sin comer, ¿acaso eres especial? "Especial no se, pero un tanto estúpido si..."-dijo sonriendo mientras volvíamos a caminar-me refiero a que narices habrás echo para estar así, soy yo en tu caso y ya no existiría jaja "Yo nada, fue aquel mono cabrón"-después de decirme esto, se presentó ante mi -Mi nombre es Rose.
- Encantado Rose. Le dije mientras le sonreía y cerraba los ojos para darle una sensación mas amigable. - Y no, no soy especial solo que un mono me robó la comida y para colmo me perdí en el bosque... Puto mono. Le conté para aclararle mejor la situación y el porqué de mi aspecto.
Seguíamos caminando por las calles y callejuelas que poco a poco se hacían mas estrechas o al menos esa sensación me dieron, todo puede ser que el hambre me estuviese afectando demasiado como para que la realidad se distorsionase, la cosa no podía ir ya a peor, solo faltaba que me quitasen la ropa y me dejasen en pelotas por la calle.
"Joer macho, no se como lo haces pero siempre la cagas, si no te roba un mono te dejas embaucar por una niña que te acabó dando a comer una fruta venenosa y te dejó tirado en el rio o, te acuerdas de esa vez que..." (¿Se puede saber que haces tu aquí? Hoy me tocaba a mi fastidiarle el día así que largo) "Eh eh eh, aquí el que manda soy yo por lo que ya puedes cerrar esa bocaza" (Cabrones, callad un poco que nos vamos de tema, ahora estoy con una muchacha impresionante que además de preciosa es simpática y nos va a llevar a comer algo, dejad de dar por culo de una puta vez) " Vale vale, ya sabes, relájate y se tu mismo, nosotros nos vamos y te dejamos solo." (Joder que genio tienes cuando te pones serio, esta vez dejaré de entrometerme en tus asuntos, tu puedes, vamos tigre) (Coño ya era hora, ahora seriedad y normalidad...)
Debíamos estar ya cerca del bar porque se podía escuchas bastante jaleo pero cuando desperté de mi tontuna me di cuenta de que no era mas que una casa en la que por lo visto estaban montando una buena fiesta, bufff... La última fiesta que recuerdo fue cuando aún los Heroes Bravos estábamos todos juntos y nos la pasábamos liándola por todos los pueblos y lugares que visitábamos, que tiempos aquellos...
La muchacha parecía tenerlo todo controlado, lo mismo había nacido en esta isla o algo aunque puede que simplemente lleve aquí algún tiempo y se haya acostumbrado a estas calles, los minutos pasaban hasta que llegamos a un callejón tenebroso repleto de basura y con las paredes llenas de pintadas, no había duda, o la muchacha no tenía ni zorra de donde estábamos y se había perdido o... Mierda, otra que quiere robarme la cartera...
Rose siguió caminando hasta llegar a la puerta del bar, estaba muy equivocado respecto a ella, suerte que no se me ha ocurrido atacarla ni nada por el estilo, una vez en la puerta me hizo una pregunta a la que mi estómago podría haber respondido sin dificultad alguna, la muchacha me preguntó que si entrabamos, como acto reflejo volvió a hacer acto de presencia... (GGGRRRRRRRROOOOOOOOAAAAAAAARRRR)
-Creo que eso responde tu pregunta mas que de sobra.Dije riendo, había llegado tal punto que ya pasaba de seguir prestando atención a mi estómago y simplemente me adelanté a ella y entré por la puerta del bar.
Nada mas atravesar la puerta pude ver personas pelearse entre ellas mientras jugaban una partida de cartas, otras que estaban tan sumamente sobrias que se reían hasta de ver pasar las moscas, un grupo que mantenían una conversión algo mas "civilizada" y otros tantos que se estaban dando leches de las que hacen pupita por tonterías de fanfarrón, menudo lugar al que me ha traído esta muchacha... Seguía observando el local mientras me acercaba a la barra para pedir una mesa al tabernero.
-Disculpe una mesa para dos personas por favor.
Siempre era educado con todo el mundo por lo menos a primer contacto luego ya según se desarrollasen los acontecimientos todo puede ser que le hable mas desagradable.
- Donde podáis sentaros chicos. ¿Qué vais a tomar?
- Bebida y comida, de la mas refrescante y sabrosa.
Tras la breve charla con el tabernero le hice una señal a Rose para que se acercase, mientras me dirigí a la única mesa libre de todo el local, por desgracia quedaba justo en el centro de los tres grupos conflictivos, los borrachos, los que buscaban pelea y los pervertidos que se quedaron mirando a Rose, me senté en la silla mientras esperaba ansioso la comida, entre tanto consideré oportuno preguntarle a la muchacha un poco sobre su vida.
- Bueno Rose, ¿Que te ha traído a esta isla?
- Encantado Rose. Le dije mientras le sonreía y cerraba los ojos para darle una sensación mas amigable. - Y no, no soy especial solo que un mono me robó la comida y para colmo me perdí en el bosque... Puto mono. Le conté para aclararle mejor la situación y el porqué de mi aspecto.
Seguíamos caminando por las calles y callejuelas que poco a poco se hacían mas estrechas o al menos esa sensación me dieron, todo puede ser que el hambre me estuviese afectando demasiado como para que la realidad se distorsionase, la cosa no podía ir ya a peor, solo faltaba que me quitasen la ropa y me dejasen en pelotas por la calle.
"Joer macho, no se como lo haces pero siempre la cagas, si no te roba un mono te dejas embaucar por una niña que te acabó dando a comer una fruta venenosa y te dejó tirado en el rio o, te acuerdas de esa vez que..." (¿Se puede saber que haces tu aquí? Hoy me tocaba a mi fastidiarle el día así que largo) "Eh eh eh, aquí el que manda soy yo por lo que ya puedes cerrar esa bocaza" (Cabrones, callad un poco que nos vamos de tema, ahora estoy con una muchacha impresionante que además de preciosa es simpática y nos va a llevar a comer algo, dejad de dar por culo de una puta vez) " Vale vale, ya sabes, relájate y se tu mismo, nosotros nos vamos y te dejamos solo." (Joder que genio tienes cuando te pones serio, esta vez dejaré de entrometerme en tus asuntos, tu puedes, vamos tigre) (Coño ya era hora, ahora seriedad y normalidad...)
Debíamos estar ya cerca del bar porque se podía escuchas bastante jaleo pero cuando desperté de mi tontuna me di cuenta de que no era mas que una casa en la que por lo visto estaban montando una buena fiesta, bufff... La última fiesta que recuerdo fue cuando aún los Heroes Bravos estábamos todos juntos y nos la pasábamos liándola por todos los pueblos y lugares que visitábamos, que tiempos aquellos...
La muchacha parecía tenerlo todo controlado, lo mismo había nacido en esta isla o algo aunque puede que simplemente lleve aquí algún tiempo y se haya acostumbrado a estas calles, los minutos pasaban hasta que llegamos a un callejón tenebroso repleto de basura y con las paredes llenas de pintadas, no había duda, o la muchacha no tenía ni zorra de donde estábamos y se había perdido o... Mierda, otra que quiere robarme la cartera...
Rose siguió caminando hasta llegar a la puerta del bar, estaba muy equivocado respecto a ella, suerte que no se me ha ocurrido atacarla ni nada por el estilo, una vez en la puerta me hizo una pregunta a la que mi estómago podría haber respondido sin dificultad alguna, la muchacha me preguntó que si entrabamos, como acto reflejo volvió a hacer acto de presencia... (GGGRRRRRRRROOOOOOOOAAAAAAAARRRR)
-Creo que eso responde tu pregunta mas que de sobra.Dije riendo, había llegado tal punto que ya pasaba de seguir prestando atención a mi estómago y simplemente me adelanté a ella y entré por la puerta del bar.
Nada mas atravesar la puerta pude ver personas pelearse entre ellas mientras jugaban una partida de cartas, otras que estaban tan sumamente sobrias que se reían hasta de ver pasar las moscas, un grupo que mantenían una conversión algo mas "civilizada" y otros tantos que se estaban dando leches de las que hacen pupita por tonterías de fanfarrón, menudo lugar al que me ha traído esta muchacha... Seguía observando el local mientras me acercaba a la barra para pedir una mesa al tabernero.
-Disculpe una mesa para dos personas por favor.
Siempre era educado con todo el mundo por lo menos a primer contacto luego ya según se desarrollasen los acontecimientos todo puede ser que le hable mas desagradable.
- Donde podáis sentaros chicos. ¿Qué vais a tomar?
- Bebida y comida, de la mas refrescante y sabrosa.
Tras la breve charla con el tabernero le hice una señal a Rose para que se acercase, mientras me dirigí a la única mesa libre de todo el local, por desgracia quedaba justo en el centro de los tres grupos conflictivos, los borrachos, los que buscaban pelea y los pervertidos que se quedaron mirando a Rose, me senté en la silla mientras esperaba ansioso la comida, entre tanto consideré oportuno preguntarle a la muchacha un poco sobre su vida.
- Bueno Rose, ¿Que te ha traído a esta isla?
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GGGRRRRRRRROOOOOOOOAAAAAAAARRRR
Solo eso bastó para entrar, Noa entró primero y luego yo, justo entrar parecía un local amplio, un poco mugroso para mi gusto, pero con bastante actividad; al lado de una ventana había unos señores jugando tranquilamente a unas cartas, al otro un par de personas comiendo y bebiendo, lo único malo es que estaban presentes unos cuantos borrachos armado pelea.
Mientras el se dirigía hacia la camarera, la mujer era bastante joven aparentaba mas o menos 20 años y era delgada con cabellos rubios, eso si tenía por su tono de voz se le notaba ser una rácana; yo fui detrás de el hasta que cogimos una mesa "la mejor mesa de todas..." pensé sarcásticamente, a su alrededor estaba lleno de borrachos pero como era la única que había libre era eso o estar de pie, pero tampoco era muy seguro.
Una vez ya sentados en la mesa el me preguntó que me había traído a esta isla, la respuesta era sencilla.
-Esta isla me llamó la atención desde el primer momento al que me eché a los mares, pero no es solo por eso-me apoyé lentamente en la mesa mirándole a los ojos-cuentan que en esta isla, las noches de luna llena son mágicas y que en el centro de Lvneel se haya un lago que contiene la esencia de lágrimas de una sirena, si suena raro pero dicen que quien encuentra esa esencia puede ser asquerosamente rico, además de que tiene propiedades mágicas-volví a sentarme bien en la silla cruzando mis piernas mientras miraba para el techo-pero no es mas que una leyenda y por eso he venido a investigarla, no soy arqueóloga ni nada parecido pero me encanta saber de esas cosas, siempre son interesantes y sobretodo saber si es verdad que existe o ha existido.
Después de haber acabado de contar la historia un viejo que estaba un poco borracho se acercó a la mesa y comenzó a hablarnos, no se le entendía muy bien pero parecía que quería explicar algo importante.
-Leyendas...en esta isla ese lugar está maldito...la ultima vez que una bella mujer...fue ahí...jamás regresó...nunca encontraron su cuerpo ni en el lago ni en la isla...joven muchacha...esa mujer se parecía a ti...si aprecias tu vida...no vayas a ese lugar maldito...
Después de que el viejo dijera eso se marchó del bar, eso me dejó extrañada solo me dejó con ganas de ir a ese lugar. Pero esta vez no iría sola, le propondría algo a este chico, yo le ayudé así que...algo a cambio no estaría mal.
-Verás...has oído lo que ha dicho el señor y lo que conté? Yo te he ayudado a venir a este sitio para que no murieses de hambre, por lo tanto que te parecería acompañarme a ese lugar cuando acabes de comer, y quien sabe a lo mejor...conseguimos millones de berries,¿que te parece?
Al cabo de un rato la camarera se acercó y nos dejó la comida y la bebida de mala manera en la mesa, casi desparramándose toda aunque menos mal que no llegó a caerse, mientras solo se escuchaba música de fondo y el ruido de los grupos conflictivos entre los que estábamos, la comida no estaba en muy buen estado que digamos, así que me limité a beber solo, dulce alcohol, recuerdo cuando era el único que me hacía compañía en las noches que sufría por el dolor de los maltratos, así que me limité a hablar.
-Y a ti, que te ha traído a esta isla? aparte de estar medio muerto de hambre, claro-dije riéndome.
Solo eso bastó para entrar, Noa entró primero y luego yo, justo entrar parecía un local amplio, un poco mugroso para mi gusto, pero con bastante actividad; al lado de una ventana había unos señores jugando tranquilamente a unas cartas, al otro un par de personas comiendo y bebiendo, lo único malo es que estaban presentes unos cuantos borrachos armado pelea.
Mientras el se dirigía hacia la camarera, la mujer era bastante joven aparentaba mas o menos 20 años y era delgada con cabellos rubios, eso si tenía por su tono de voz se le notaba ser una rácana; yo fui detrás de el hasta que cogimos una mesa "la mejor mesa de todas..." pensé sarcásticamente, a su alrededor estaba lleno de borrachos pero como era la única que había libre era eso o estar de pie, pero tampoco era muy seguro.
Una vez ya sentados en la mesa el me preguntó que me había traído a esta isla, la respuesta era sencilla.
-Esta isla me llamó la atención desde el primer momento al que me eché a los mares, pero no es solo por eso-me apoyé lentamente en la mesa mirándole a los ojos-cuentan que en esta isla, las noches de luna llena son mágicas y que en el centro de Lvneel se haya un lago que contiene la esencia de lágrimas de una sirena, si suena raro pero dicen que quien encuentra esa esencia puede ser asquerosamente rico, además de que tiene propiedades mágicas-volví a sentarme bien en la silla cruzando mis piernas mientras miraba para el techo-pero no es mas que una leyenda y por eso he venido a investigarla, no soy arqueóloga ni nada parecido pero me encanta saber de esas cosas, siempre son interesantes y sobretodo saber si es verdad que existe o ha existido.
Después de haber acabado de contar la historia un viejo que estaba un poco borracho se acercó a la mesa y comenzó a hablarnos, no se le entendía muy bien pero parecía que quería explicar algo importante.
-Leyendas...en esta isla ese lugar está maldito...la ultima vez que una bella mujer...fue ahí...jamás regresó...nunca encontraron su cuerpo ni en el lago ni en la isla...joven muchacha...esa mujer se parecía a ti...si aprecias tu vida...no vayas a ese lugar maldito...
Después de que el viejo dijera eso se marchó del bar, eso me dejó extrañada solo me dejó con ganas de ir a ese lugar. Pero esta vez no iría sola, le propondría algo a este chico, yo le ayudé así que...algo a cambio no estaría mal.
-Verás...has oído lo que ha dicho el señor y lo que conté? Yo te he ayudado a venir a este sitio para que no murieses de hambre, por lo tanto que te parecería acompañarme a ese lugar cuando acabes de comer, y quien sabe a lo mejor...conseguimos millones de berries,¿que te parece?
Al cabo de un rato la camarera se acercó y nos dejó la comida y la bebida de mala manera en la mesa, casi desparramándose toda aunque menos mal que no llegó a caerse, mientras solo se escuchaba música de fondo y el ruido de los grupos conflictivos entre los que estábamos, la comida no estaba en muy buen estado que digamos, así que me limité a beber solo, dulce alcohol, recuerdo cuando era el único que me hacía compañía en las noches que sufría por el dolor de los maltratos, así que me limité a hablar.
-Y a ti, que te ha traído a esta isla? aparte de estar medio muerto de hambre, claro-dije riéndome.
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-Esta isla me llamó la atención desde el primer momento al que me eché a los mares, pero no es solo por eso- Dijo mientras se apoyaba lentamente en la mesa mirándome a los ojos-cuentan que en esta isla, las noches de luna llena son mágicas y que en el centro de Lvneel se haya un lago que contiene la esencia de lágrimas de una sirena, si suena raro pero dicen que quien encuentra esa esencia puede ser asquerosamente rico, además de que tiene propiedades mágicas-volvió a sentarse bien en la silla cruzando las piernas mientras miraba para el techo-pero no es mas que una leyenda y por eso he venido a investigarla, no soy arqueóloga ni nada parecido pero me encanta saber de esas cosas, siempre son interesantes y sobretodo saber si es verdad que existe o ha existido.
Después de haber acabado de contar la historia un viejo que estaba un poco borracho se acercó a la mesa y comenzó a hablarnos, no se le entendía muy bien pero parecía que quería explicar algo importante.
-Leyendas...en esta isla ese lugar está maldito...la ultima vez que una bella mujer...fue ahí...jamás regresó...nunca encontraron su cuerpo ni en el lago ni en la isla...joven muchacha...esa mujer se parecía a ti...si aprecias tu vida...no vayas a ese lugar maldito...
Después de que el viejo dijera eso se marchó del bar, eso me dejó extrañada solo me dejó con ganas de ir a ese lugar. Pero esta vez no iría sola, le propondría algo a este chico, yo le ayudé así que...algo a cambio no estaría mal.
-Verás...has oído lo que ha dicho el señor y lo que conté? Yo te he ayudado a venir a este sitio para que no murieses de hambre, por lo tanto que te parecería acompañarme a ese lugar cuando acabes de comer, y quien sabe a lo mejor...conseguimos millones de berries,¿que te parece?
- Dame 5 minutos para comer y comenzamos a buscar.- Le Dije a Rose echándome para adelante como ella había hecho antes.
Mientras le decía esto llegó la camarera con la comida que habíamos pedido, lo hizo de mala gana pues casi derramó las bebidas, Menuda Zorra , pensé, luego de que dejase todo comencé a devorar la comida sin saborearla demasiado, ya lo había hecho con el primer bocado y casi lo vomito así que no era plan de ponerme peor de lo que ya estaba, Rose por su parte se limitó únicamente a beber, en cierto modo lo comprendía, si a mí ya se me estaba haciendo complicado comerme aquello para ella debía ser un suplicio.
-Y a ti, que te ha traído a esta isla? aparte de estar medio muerto de hambre, claro-Dijo riéndose.
- Verás, por raro que parezca yo también había oído hablar de esa leyenda y vine en busca de una buena aventura buscando ese tesoro, pero me perdí por el bosque durante varios días y así estoy ahora, con mas hambre que el perro de un ciego.
No tardé mucho en llenarme y estar preparado para empezar la aventura, solo quedaba ver si mi compañera Rose también estaba preparada para partir en busca de aventuras, me bebí toda la jarra de un solo trago y le pregunté.
- ¿Cuando comenzamos? - Le dije a la vez que le guiñaba un ojo y le hice un movimiento con la cabeza
Después de haber acabado de contar la historia un viejo que estaba un poco borracho se acercó a la mesa y comenzó a hablarnos, no se le entendía muy bien pero parecía que quería explicar algo importante.
-Leyendas...en esta isla ese lugar está maldito...la ultima vez que una bella mujer...fue ahí...jamás regresó...nunca encontraron su cuerpo ni en el lago ni en la isla...joven muchacha...esa mujer se parecía a ti...si aprecias tu vida...no vayas a ese lugar maldito...
Después de que el viejo dijera eso se marchó del bar, eso me dejó extrañada solo me dejó con ganas de ir a ese lugar. Pero esta vez no iría sola, le propondría algo a este chico, yo le ayudé así que...algo a cambio no estaría mal.
-Verás...has oído lo que ha dicho el señor y lo que conté? Yo te he ayudado a venir a este sitio para que no murieses de hambre, por lo tanto que te parecería acompañarme a ese lugar cuando acabes de comer, y quien sabe a lo mejor...conseguimos millones de berries,¿que te parece?
- Dame 5 minutos para comer y comenzamos a buscar.- Le Dije a Rose echándome para adelante como ella había hecho antes.
Mientras le decía esto llegó la camarera con la comida que habíamos pedido, lo hizo de mala gana pues casi derramó las bebidas, Menuda Zorra , pensé, luego de que dejase todo comencé a devorar la comida sin saborearla demasiado, ya lo había hecho con el primer bocado y casi lo vomito así que no era plan de ponerme peor de lo que ya estaba, Rose por su parte se limitó únicamente a beber, en cierto modo lo comprendía, si a mí ya se me estaba haciendo complicado comerme aquello para ella debía ser un suplicio.
-Y a ti, que te ha traído a esta isla? aparte de estar medio muerto de hambre, claro-Dijo riéndose.
- Verás, por raro que parezca yo también había oído hablar de esa leyenda y vine en busca de una buena aventura buscando ese tesoro, pero me perdí por el bosque durante varios días y así estoy ahora, con mas hambre que el perro de un ciego.
No tardé mucho en llenarme y estar preparado para empezar la aventura, solo quedaba ver si mi compañera Rose también estaba preparada para partir en busca de aventuras, me bebí toda la jarra de un solo trago y le pregunté.
- ¿Cuando comenzamos? - Le dije a la vez que le guiñaba un ojo y le hice un movimiento con la cabeza
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-Verás, por raro que parezca yo también había oído hablar de esa leyenda y vine en busca de una buena aventura buscando ese tesoro, pero me perdí por el bosque durante varios días y así estoy ahora, con mas hambre que el perro de un ciego.
Que interesante era todo, resulta que el también buscaba ese famoso tesoro, seguramente mucha gente era atraída a esta isla por esa leyenda, la gracioso era que nadie se atrevía a ir ese lugar porque decían que estaba maldito, pero no me importaba, y como siempre la ambición se apropiaba de mi cuerpo.
-¿Cuando comenzamos?-me preguntó el, como ya había acabado supongo que ya querría irse y como verdadera pirata que era no pensaba pagar.
Tenía pensado irme de un momento a otro, me crucé de piernas en mi silla y le dije:
-¿Paga antes, no? Me está dando mala espina este lugar-Después de haberle dicho eso, me levanté del lugar y le dije al oído-Como verdadera pirata que soy no voy a pagar, así que cuando lo acabes te espero abajo...eso sí, procura que no te siga esta gente que a lo mejor nos quitan el tesoro...
Salí de allí diciéndole adiós con una sonrisa luego miré a la camarera con cara de vete a fregar, que gente más desagradable, odiaba a ese tipo de personas que estaban siempre amargados, por lo menos yo a pesar de haber sufrido en mi pasado sonreía pero porque ya no quedaban lágrimas que pudiese derramar.
Cuando salí del bar ninguna farola alumbraba ya, así que me quedé al lado de la puerta esperando por Noa, al final el chico me había caído bien, así que no me importaría ayudarlo si necesitaba ayuda.
Que interesante era todo, resulta que el también buscaba ese famoso tesoro, seguramente mucha gente era atraída a esta isla por esa leyenda, la gracioso era que nadie se atrevía a ir ese lugar porque decían que estaba maldito, pero no me importaba, y como siempre la ambición se apropiaba de mi cuerpo.
-¿Cuando comenzamos?-me preguntó el, como ya había acabado supongo que ya querría irse y como verdadera pirata que era no pensaba pagar.
Tenía pensado irme de un momento a otro, me crucé de piernas en mi silla y le dije:
-¿Paga antes, no? Me está dando mala espina este lugar-Después de haberle dicho eso, me levanté del lugar y le dije al oído-Como verdadera pirata que soy no voy a pagar, así que cuando lo acabes te espero abajo...eso sí, procura que no te siga esta gente que a lo mejor nos quitan el tesoro...
Salí de allí diciéndole adiós con una sonrisa luego miré a la camarera con cara de vete a fregar, que gente más desagradable, odiaba a ese tipo de personas que estaban siempre amargados, por lo menos yo a pesar de haber sufrido en mi pasado sonreía pero porque ya no quedaban lágrimas que pudiese derramar.
Cuando salí del bar ninguna farola alumbraba ya, así que me quedé al lado de la puerta esperando por Noa, al final el chico me había caído bien, así que no me importaría ayudarlo si necesitaba ayuda.
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-¿Paga antes, no? Me está dando mala espina este lugar-Después de haberme dicho eso, se levantó del lugar y me dijo al oído-Como verdadera pirata que soy no voy a pagar, así que cuando lo acabes te espero abajo...eso sí, procura que no te siga esta gente que a lo mejor nos quitan el tesoro...
"Pues vamos apañados" pensé, ¿Que le hacía pensar que habiendo estado perdido en el bosque ahora iba a tener dinero? Aunque por otro lado también es cierto que nada de lo que nos sirvieron valía ni un triste Berri... Me quedé sentado mientras terminaba la jarra y entre tanto salía Rose de la taberna, los mugrosos que nos rodeaban se le quedaron mirando con cara de salidos y casi babeando, algo que no podía permitir.
Con tranquilidad me levanté cuando la camarera se acercó para traerme la cuenta " Puedes comerte la cuenta, quien sabe, igual sabe mejor que la comida..." Pensaba, no tenía dinero y de seguro que de allí no podría irme por la cara y menos con todos esos zarrapastrosos de detrás dando por saco, pero no había mas remedio.
-Verás, la comida solo se la comería una cabra así que no pienso pagarte.- Le dije a la camarera mientras sonreía levemente que se quedó algo desconcertada.
- ¡¡Eso no es motivo para no pagar!! - Dijo la camarera histérica mientras los "Simpáticos" del fondo se acercaban hasta formar un circulo a mi alrededor.
- Muchacho, vas a pagar lo tuyo y lo de todos ¡¡BUAJAJAJJAJA!!
Tras aquellas palabras, uno de los borrachuzos intentó atacarme con una espada algo desproporcionada, desenvainé mi Sanshiki y la interpuse para cubrime del golpe, después de aquello bostecé y me rasqué la oreja en señal de aburrimiento, el tipejo se lo tomó como una ofensa claramente así que levantó la espada para volver a dejarla caer pero eso no sería lo único que iba a caer.
Conforme levantó la espada utilicé el Soru para colocarme a su espalda a la vez que le daba con el reverso de la Sanshiki en la nuca dejándole sin sentido, el asombro en la taberna fue colosal, todos dieron un paso atrás mientras se armaban con espadas y armas de fuego, pobres ilusos, ¿De verdad piensan que van a alcanzarme?
Esperé justo al momento en que todos estaban mas nerviosos y en el momento que fueron a disparar simplemente me agaché haciendo que se disparasen entre ellos, los pocos que no fueron alcanzados intentaron cortarme con sus espadas pero colo consiguieron mover el aire, utilizando el Kami-e parecía que mas que un combate fuese bailar el limbo, cuando se cansaron de bailar conmigo me limité a realizar fintas y golpearlos en la nuca como al primero para dejarlos inconscientes.
- Toma, aqui tienes el dinero. -Dije mientras saqueaba a uno de los borrachuzos. - Y algo mas por los destrozos.- Dicho aquello salí por la puerta para seguir a Rose.
Ella me estaba esperando justo detrás de la puerta, el pueblo estaba completamente a oscuras excepto por la luz de la taberna y la que reflejaba la luna, ahora deberíamos dirigirnos al lago de la leyenda, no creo que nos costase demasiado llegar y de paso podría ser bastante divertido.
- Bueeeeno, ya he pagado la cuenta y no creo que esos mugrosos vayan a seguirnos. - Le dije a Rose mientras le sonreía para tranquilizarla.
La noche pintaba bien, entre la luz de la luna y el misterio del lago con la lágrima de la sirena aquello parecía mas el titulo de una película romántica, quien sabe, la muchacha era muy guapa a la par que simpática, la combinación perfecta y a eso sumado que le gustaban las aventuras como a mi pues posiblemente fuese mi prototipo de mujer ideal, pero por ahora debería centrarme en el lago y menos en esas cosas, ya tendría tiempo de resolver esa duda mas tarde.
- ¿Vamos Rose?- Le dije mientras comenzaba a caminar en dirección al lago. - Tu dirás que tienes planeado.- Tenía interés en saber como ibamos a conseguir la lágrima y supuse que tendría un plan ya elaborado.
"Pues vamos apañados" pensé, ¿Que le hacía pensar que habiendo estado perdido en el bosque ahora iba a tener dinero? Aunque por otro lado también es cierto que nada de lo que nos sirvieron valía ni un triste Berri... Me quedé sentado mientras terminaba la jarra y entre tanto salía Rose de la taberna, los mugrosos que nos rodeaban se le quedaron mirando con cara de salidos y casi babeando, algo que no podía permitir.
Con tranquilidad me levanté cuando la camarera se acercó para traerme la cuenta " Puedes comerte la cuenta, quien sabe, igual sabe mejor que la comida..." Pensaba, no tenía dinero y de seguro que de allí no podría irme por la cara y menos con todos esos zarrapastrosos de detrás dando por saco, pero no había mas remedio.
-Verás, la comida solo se la comería una cabra así que no pienso pagarte.- Le dije a la camarera mientras sonreía levemente que se quedó algo desconcertada.
- ¡¡Eso no es motivo para no pagar!! - Dijo la camarera histérica mientras los "Simpáticos" del fondo se acercaban hasta formar un circulo a mi alrededor.
- Muchacho, vas a pagar lo tuyo y lo de todos ¡¡BUAJAJAJJAJA!!
Tras aquellas palabras, uno de los borrachuzos intentó atacarme con una espada algo desproporcionada, desenvainé mi Sanshiki y la interpuse para cubrime del golpe, después de aquello bostecé y me rasqué la oreja en señal de aburrimiento, el tipejo se lo tomó como una ofensa claramente así que levantó la espada para volver a dejarla caer pero eso no sería lo único que iba a caer.
Conforme levantó la espada utilicé el Soru para colocarme a su espalda a la vez que le daba con el reverso de la Sanshiki en la nuca dejándole sin sentido, el asombro en la taberna fue colosal, todos dieron un paso atrás mientras se armaban con espadas y armas de fuego, pobres ilusos, ¿De verdad piensan que van a alcanzarme?
Esperé justo al momento en que todos estaban mas nerviosos y en el momento que fueron a disparar simplemente me agaché haciendo que se disparasen entre ellos, los pocos que no fueron alcanzados intentaron cortarme con sus espadas pero colo consiguieron mover el aire, utilizando el Kami-e parecía que mas que un combate fuese bailar el limbo, cuando se cansaron de bailar conmigo me limité a realizar fintas y golpearlos en la nuca como al primero para dejarlos inconscientes.
- Toma, aqui tienes el dinero. -Dije mientras saqueaba a uno de los borrachuzos. - Y algo mas por los destrozos.- Dicho aquello salí por la puerta para seguir a Rose.
Ella me estaba esperando justo detrás de la puerta, el pueblo estaba completamente a oscuras excepto por la luz de la taberna y la que reflejaba la luna, ahora deberíamos dirigirnos al lago de la leyenda, no creo que nos costase demasiado llegar y de paso podría ser bastante divertido.
- Bueeeeno, ya he pagado la cuenta y no creo que esos mugrosos vayan a seguirnos. - Le dije a Rose mientras le sonreía para tranquilizarla.
La noche pintaba bien, entre la luz de la luna y el misterio del lago con la lágrima de la sirena aquello parecía mas el titulo de una película romántica, quien sabe, la muchacha era muy guapa a la par que simpática, la combinación perfecta y a eso sumado que le gustaban las aventuras como a mi pues posiblemente fuese mi prototipo de mujer ideal, pero por ahora debería centrarme en el lago y menos en esas cosas, ya tendría tiempo de resolver esa duda mas tarde.
- ¿Vamos Rose?- Le dije mientras comenzaba a caminar en dirección al lago. - Tu dirás que tienes planeado.- Tenía interés en saber como ibamos a conseguir la lágrima y supuse que tendría un plan ya elaborado.
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Mientras observaba mis finas uñas y esperaba por el joven, apareció por la puerta, yo me separé de la pared en la que estaba apoyada y fui hasta el-Bueeeeno, ya he pagado la cuenta y no creo que esos mugrosos vayan a seguirnos.
Al escucharle decir eso me alegré, todo sería más fácil para la búsqueda de la lágrima de la sirena ¿sería de verdad una leyenda? Desde pequeña siempre había sentido un gran afán por ese tipo de leyendas, no solo por su riqueza cultural sino que también por la cantidad de aventuras que se podían vivir.
- ¿Vamos Rose?Tu dirás que tienes planeado.
-Claro, vayamos, tengo un mapa que conseguí…en la biblioteca de esta isla, es un poco antiguo pero podría bastar para llegar al bosque-dije mientras me ponía a su paso cuando caminábamos-Planeado, planeado…no tengo nada jajaja, es sencillo, no creo que podamos encontrarnos con algo peligroso, de ser así venceríamos fácilmente y solamente es buscar el sitio, no hace falta un plan.
Mientras tanto saqué unas pequeñas hojas de color sepia de mi bolsillo, estaban escritas de forma dificultosa pero al menos eran bastante legibles y debido a la falta de luz apenas se veía mucho “¿Es que no hay luz en esta ciudad?” pensé extrañada pues el resplandor de la luna no era suficiente, aunque como ya las había leído antes me acordaba más un poco menos de lo que ponían.
-En estos papeles se encuentra escrita la leyenda de la sirena-dije acercándole los papeles-ahora no se ve mucho así que los leeremos en cuanto lleguemos a la plaza a ver si allí hay algo de luz-dije con una sonrisa.
A pesar de ser una noche de verano se estaba levantando un poco de brisa fresca, en mis caderas llevaba atada mi chaqueta amarilla favorita de tela suave y fina, la desaté y me la puse, además de que me solté el pelo últimamente me aborrecía llevar siempre una coleta, era hora de que se viese mi melena pelirroja, mi mayor tesoro.
La luna estaba en su máximo apogeo nunca la había visto así de grande y tan brillante, parecía una obra de arte estampada a un cuadro, una idea para mi próximo dibujo a la que llamaría “Un paseo bajo la luna” después de eso miré al chico y pensé “Debería entablar algo de conversación…” le miré a los ojos y le dije de con una sonrisa:
-¿Has visto lo grande que es esta noche la luna? De pequeña siempre me contaban historias sobre ella, que era una mujer de cabellos blancos y de gran belleza que se enamoró completamente de un hombre pero el destino los separó, por eso se convirtió en ello para que admirasen su belleza por todo el mundo, pero como siempre eran historias, aunque de todas maneras esa luna está relacionada con la sirena…supuestamente por culpa de ella buscan la lágrima de la sirena-dije observando al horizonte-y a ti ¿no te contaban historias o leyendas?-dije mientras veía que ya nos acercábamos a la plaza principal y allí ya prepararíamos todo en orden.
De repente unos cuantos hombres había aparecido delante de nosotros, iban por lo menos 8 y todos armados, hasta que uno se adelantó y se puso a hablar.
-Os hemos oído hablar en la taberna de qué vais en busca de la lágrima de la sirena, dad media vuelta y olvidadla o sino tendréis que enfrentaros a nosotros y dudo que sobrevivais.
-Pero que…-dije para mí misma ¿Cómo se habían enterado? No eran los mismos borrachos que había allí a no ser que nos estuvieran espiando y estuvieran en otro sitio, di un paso hacia el frente con una sonrisa desafiante y me quedé a tres metros de ellos mientras agarraba mi espada-No estaría tan seguro de lo que dices, así que ahora dejadnos pasar…
Los hombres seguían sin inmutarse, saqué mis dos espadas y me quedé en frente a ellos.
-Venga quien es el primero en atacar…
Al escucharle decir eso me alegré, todo sería más fácil para la búsqueda de la lágrima de la sirena ¿sería de verdad una leyenda? Desde pequeña siempre había sentido un gran afán por ese tipo de leyendas, no solo por su riqueza cultural sino que también por la cantidad de aventuras que se podían vivir.
- ¿Vamos Rose?Tu dirás que tienes planeado.
-Claro, vayamos, tengo un mapa que conseguí…en la biblioteca de esta isla, es un poco antiguo pero podría bastar para llegar al bosque-dije mientras me ponía a su paso cuando caminábamos-Planeado, planeado…no tengo nada jajaja, es sencillo, no creo que podamos encontrarnos con algo peligroso, de ser así venceríamos fácilmente y solamente es buscar el sitio, no hace falta un plan.
Mientras tanto saqué unas pequeñas hojas de color sepia de mi bolsillo, estaban escritas de forma dificultosa pero al menos eran bastante legibles y debido a la falta de luz apenas se veía mucho “¿Es que no hay luz en esta ciudad?” pensé extrañada pues el resplandor de la luna no era suficiente, aunque como ya las había leído antes me acordaba más un poco menos de lo que ponían.
-En estos papeles se encuentra escrita la leyenda de la sirena-dije acercándole los papeles-ahora no se ve mucho así que los leeremos en cuanto lleguemos a la plaza a ver si allí hay algo de luz-dije con una sonrisa.
A pesar de ser una noche de verano se estaba levantando un poco de brisa fresca, en mis caderas llevaba atada mi chaqueta amarilla favorita de tela suave y fina, la desaté y me la puse, además de que me solté el pelo últimamente me aborrecía llevar siempre una coleta, era hora de que se viese mi melena pelirroja, mi mayor tesoro.
La luna estaba en su máximo apogeo nunca la había visto así de grande y tan brillante, parecía una obra de arte estampada a un cuadro, una idea para mi próximo dibujo a la que llamaría “Un paseo bajo la luna” después de eso miré al chico y pensé “Debería entablar algo de conversación…” le miré a los ojos y le dije de con una sonrisa:
-¿Has visto lo grande que es esta noche la luna? De pequeña siempre me contaban historias sobre ella, que era una mujer de cabellos blancos y de gran belleza que se enamoró completamente de un hombre pero el destino los separó, por eso se convirtió en ello para que admirasen su belleza por todo el mundo, pero como siempre eran historias, aunque de todas maneras esa luna está relacionada con la sirena…supuestamente por culpa de ella buscan la lágrima de la sirena-dije observando al horizonte-y a ti ¿no te contaban historias o leyendas?-dije mientras veía que ya nos acercábamos a la plaza principal y allí ya prepararíamos todo en orden.
De repente unos cuantos hombres había aparecido delante de nosotros, iban por lo menos 8 y todos armados, hasta que uno se adelantó y se puso a hablar.
-Os hemos oído hablar en la taberna de qué vais en busca de la lágrima de la sirena, dad media vuelta y olvidadla o sino tendréis que enfrentaros a nosotros y dudo que sobrevivais.
-Pero que…-dije para mí misma ¿Cómo se habían enterado? No eran los mismos borrachos que había allí a no ser que nos estuvieran espiando y estuvieran en otro sitio, di un paso hacia el frente con una sonrisa desafiante y me quedé a tres metros de ellos mientras agarraba mi espada-No estaría tan seguro de lo que dices, así que ahora dejadnos pasar…
Los hombres seguían sin inmutarse, saqué mis dos espadas y me quedé en frente a ellos.
-Venga quien es el primero en atacar…
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-Claro, vayamos, tengo un mapa que conseguí…en la biblioteca de esta isla, es un poco antiguo pero podría bastar para llegar al bosque-dijo mientras se ponía a mi paso cuando caminábamos-Planeado, planeado…no tengo nada jajaja, es sencillo, no creo que podamos encontrarnos con algo peligroso, de ser así venceríamos fácilmente y solamente es buscar el sitio, no hace falta un plan.
Como plan... Realmente solo tenía pensado llegar hasta el lago y después ya se vería... Por mi perfecto, aunque me gusta ir ya con un plan de antemano siempre me ha gustado mas improvisar y mas ahora que tenía mas libertad y no estaba tan vigilado por el Gobierno.
Seguimos caminando hacía el lago, estaba refrescando un poco y se había levantado un poco la brisa, a Rose pareció darle frío porque apenas tardó en ponerse la chaqueta que llevaba colgando en su cadera, si me hubiera dado cuenta antes podía haberle ofrecido mi chaleco, no abrigaba mucho pero gracias al poder de mi Akuma el clima no me afecta en lo mas mínimo... La próxima vez será.
-¿Has visto lo grande que es esta noche la luna? De pequeña siempre me contaban historias sobre ella, que era una mujer de cabellos blancos y de gran belleza que se enamoró completamente de un hombre pero el destino los separó, por eso se convirtió en ello para que admirasen su belleza por todo el mundo, pero como siempre eran historias, aunque de todas maneras esa luna está relacionada con la sirena…supuestamente por culpa de ella buscan la lágrima de la sirena-dijo observando al horizonte-y a ti ¿no te contaban historias o leyendas?-dijo mientras veía que ya nos acercábamos a la plaza principal y allí ya prepararíamos todo en orden.
Mientras me contaba su historia yo alcé la mirada observando la luna, aquella conversación me hizo recordar el día en que los Heroes Bravos se disolvieron... Aquello si que eran buenos tiempos, supongo que esa sería una buena historia que contarle a Rose.
- Verás yo... -Os hemos oído hablar en la taberna de qué vais en busca de la lágrima de la sirena, dad media vuelta y olvidadla o sino tendréis que enfrentaros a nosotros y dudo que sobrevivais.
Antes de que pudiera comenzar a contarle mi historia una pandilla de ocho hombres se cruzaron en nuestro camino, estaban armados y por sus palabras no parecía que viniesen a hacer amigos precisamente, estaba planeando una estrategia cuando de pronto Rose le contestó al que había abierto la boca.
Quizás fuesen los borrachos de la taberna pero me extrañaría, sobretodo teniendo en cuenta el espectáculo que había armado hacía apenas una media hora, puede que ahora quieran vengarse o simplemente quedarse el tesoro para ellos, en cualquier caso no nos quedaba otra que enfrentarlos, Rose ya estaba preparada y esperando a la reacción de cualquiera de ellos para lanzarse al ataque, sin duda no era la primera vez que se metía en follones.
Yo por mi parte consideraba innecesario ensuciar el filo de mi Sanshiki o de la Daga de Shiva, al menos con tipos de esta calaña, me limitaría a utilizar el combate cuerpo a cuerpo, estábamos ambos preparados cuando el primero de ellos se echó hacía nosotros, en ese momento utilicé el Soru para interceptarle en plena carrera. - No recuerdo haberte dado permiso para moverte. - Dije mientras le agarraba cara con la mano y estampaba su cabeza contra el suelo dejándolo inconsciente y sangrando por la cabeza.
- ¿Te parece bien cuatro para ti y cuatro para mi Rose? - Dije mirando fijamente al resto de los que quedaban.
Me había quedado bastante cerca de ellos pero prefería que se moviesen ellos primero y adelantarme a sus movimientos, con los nanobots recorriendo mi cuerpo el mínimo movimiento tiene el doble de potencia o de velocidad, así que lo que deberían haber visto estos ocho cuando ejecuté mi Soru debió ser algo así como casi una teletransportación.
Como plan... Realmente solo tenía pensado llegar hasta el lago y después ya se vería... Por mi perfecto, aunque me gusta ir ya con un plan de antemano siempre me ha gustado mas improvisar y mas ahora que tenía mas libertad y no estaba tan vigilado por el Gobierno.
Seguimos caminando hacía el lago, estaba refrescando un poco y se había levantado un poco la brisa, a Rose pareció darle frío porque apenas tardó en ponerse la chaqueta que llevaba colgando en su cadera, si me hubiera dado cuenta antes podía haberle ofrecido mi chaleco, no abrigaba mucho pero gracias al poder de mi Akuma el clima no me afecta en lo mas mínimo... La próxima vez será.
-¿Has visto lo grande que es esta noche la luna? De pequeña siempre me contaban historias sobre ella, que era una mujer de cabellos blancos y de gran belleza que se enamoró completamente de un hombre pero el destino los separó, por eso se convirtió en ello para que admirasen su belleza por todo el mundo, pero como siempre eran historias, aunque de todas maneras esa luna está relacionada con la sirena…supuestamente por culpa de ella buscan la lágrima de la sirena-dijo observando al horizonte-y a ti ¿no te contaban historias o leyendas?-dijo mientras veía que ya nos acercábamos a la plaza principal y allí ya prepararíamos todo en orden.
Mientras me contaba su historia yo alcé la mirada observando la luna, aquella conversación me hizo recordar el día en que los Heroes Bravos se disolvieron... Aquello si que eran buenos tiempos, supongo que esa sería una buena historia que contarle a Rose.
- Verás yo... -Os hemos oído hablar en la taberna de qué vais en busca de la lágrima de la sirena, dad media vuelta y olvidadla o sino tendréis que enfrentaros a nosotros y dudo que sobrevivais.
Antes de que pudiera comenzar a contarle mi historia una pandilla de ocho hombres se cruzaron en nuestro camino, estaban armados y por sus palabras no parecía que viniesen a hacer amigos precisamente, estaba planeando una estrategia cuando de pronto Rose le contestó al que había abierto la boca.
Quizás fuesen los borrachos de la taberna pero me extrañaría, sobretodo teniendo en cuenta el espectáculo que había armado hacía apenas una media hora, puede que ahora quieran vengarse o simplemente quedarse el tesoro para ellos, en cualquier caso no nos quedaba otra que enfrentarlos, Rose ya estaba preparada y esperando a la reacción de cualquiera de ellos para lanzarse al ataque, sin duda no era la primera vez que se metía en follones.
Yo por mi parte consideraba innecesario ensuciar el filo de mi Sanshiki o de la Daga de Shiva, al menos con tipos de esta calaña, me limitaría a utilizar el combate cuerpo a cuerpo, estábamos ambos preparados cuando el primero de ellos se echó hacía nosotros, en ese momento utilicé el Soru para interceptarle en plena carrera. - No recuerdo haberte dado permiso para moverte. - Dije mientras le agarraba cara con la mano y estampaba su cabeza contra el suelo dejándolo inconsciente y sangrando por la cabeza.
- ¿Te parece bien cuatro para ti y cuatro para mi Rose? - Dije mirando fijamente al resto de los que quedaban.
Me había quedado bastante cerca de ellos pero prefería que se moviesen ellos primero y adelantarme a sus movimientos, con los nanobots recorriendo mi cuerpo el mínimo movimiento tiene el doble de potencia o de velocidad, así que lo que deberían haber visto estos ocho cuando ejecuté mi Soru debió ser algo así como casi una teletransportación.
Rei Arslan
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-¿Te parece bien cuatro para ti y cuatro para mi Rose?
-Claro, mejor así para luchar-dije seriamente.
Con mis dos espadas preparadas me puse en frente a los cuatro que me tocaban, no tenían muchas pintas de ser bastante fuertes, pero...al fin y al cabo serían unos luchadores expertos, eso me recordó a una vez que estaba que estuve en Shellstown, en junto con dos amigos tuvimos que luchar contra un trío de borrachos que eran demasiado fuertes, que recuerdos, por eso ahora no debía subestimar nunca al enemigo, fuese como fuese quizás podían dar una sorpresa.
Lo que me extrañaba era que hubiese un gran revuelo con lo de la lágrima de la sirena, a pesar de ser una leyenda la gente se interesaba demasiado con ella como si fuera el tesoro más preciado del mundo...
No me gustaba tener esa sensación, la de querer investigar algo pero que te intenten matar o detener por ello, era demasiado extraño, quizás lo único que conseguía esa lágrima era cambiar los corazones puros por los ambiciosos, cambiando a la gente ¿sería eso posible?
Después de meditar eso unos segundos me puse en posición de ataque, acabar con ellos de forma dividida sería más fácil y así equilibraríamos fuerzas. Esta vez no iba a ser la primera en atacar, dejaría que eses hombres atacasen primero pero tampoco iría a por los 4 a la vez, debía esperar un poco y acabar con uno por uno, sino me sería imposible.
-Vamos, quien ataca primero, o es que…tenéis miedo de perder…
Los 4 hombres se separaron a la vez, pareciendo que iban hacer un ataque en conjunto pero tenía que evitarlo, en el sitio que estaba situada había un montón de barriles apilados unos encima de otros, además de un par de estacas de madera que hacía soporte para sujetarlos y que no se marchasen rodando.
En ese momento por mi mente pasó una idea, tal vez si consiguiera tirarlos podría derribarlos fácilmente y luego ir acabando uno por uno, bien ese era mi plan sencillo y rápido, sin muchas complicaciones, además al ser de noche sería más difícil de ver los movimientos de la gente dado que no había ni una sola farola o luz que alumbrase por la calle, aparte de que en ese momento el cielo se había cubierto de nubes tapando la luna llena gigante.
Con un sutil movimiento de mi espada corté la cuerda que rodeaba los barriles, empezando a causar un gran estruendo, parecían estar llenos de agua algunos pues muchos rompían por el suelo dejando un rastro mojado.
Escuché varios gritos y eran que algunos se habían resbalado al venir hacia aquí o habían chocado contra los barriles, que a pesar de ser de madera contenían acero, y eso les haría mucho daño dependiendo en donde les diese. En ese instante la luna volvió a destaparse y a recubrirlo todo con su resplandor blanquecino, era mi hora de atacar.
El aspecto de los cuatro hombres era bastante desigual, uno tenía un aspecto un poco demacrado, con varias cicatrices por la cara y la ropa rota, en cambio era bastante moreno pero de bastante avanzada edad, el otro que aún seguía sin levantarse también era moreno pero menos que el anterior, este iba más arreglado en cuanto a la ropa pero aun así también era de avanzada edad; por último solo quedaban 2, un rubio y un pelirrojo, en verdad me fascinaba ver a gente con ese color de pelo para no sentirme tan única a veces, sobre todo con pelirrojos, pues no era algo común que yo pudiese ver, estos dos aparentaban ser bastante jóvenes, y unos expertos luchadores, es más habían esquivado los barriles como si nada.
El que estaba intentando levantarse se cayó finalmente al suelo dejándome para luchar solamente contra el rubio y el pelirrojo; en verdad, no sé qué tal le iría a Noa, pero a lo menos esperaba que le fuese bien, me preocuparía que le pasase algo por mi culpa, por haberle pedido que viniese conmigo.
Tenía que actuar rápido, los dos se pusieron en posición en cuanto me di cuenta de lo que hacían, como la estrategia que tenía de antes no había funcionado con todos debería idear una nueva parte, comencé a correr hacia ellos con mis dos espadas intentando hacer un doble combo, es decir, con ellas podría darle una serie de golpes seguidos en el abdomen y dejarles debilitados para poder hacerles el ataque final, lo único malo fue que con uno había conseguido darle pero el otro lo había esquivado, en este caso el rubio se apartó al momento, dejé debilitado al pelirrojo en el suelo y fui hacia él, este estaba subido en una especie de roca saliente del camino y comenzó a hablar-somos miembros del CP y nos han asignado la misión de detener cualquier persona que intente dirigirse al lago-me quedé un poco anonadada ¿Qué es lo que podría hacer? Me quedé mirándole y cuando me di cuenta se había el rubio echó a correr hacia la dirección a la que nos dirigíamos ¿Habría más gente de esa por aquí?
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Rose se puso manos a la obra con sus rivales mientras yo hacía lo propio con los cuatro que me habían tocado, a simple vista no eran mucho mas que el anterior al que le había hundido la cabeza en el suelo, pero, la experiencia de los años y de los combates me habían enseñado que nunca se debía subestimar al adversario por muy débil que pareciese, además, precisamente poca experiencia en peleas callejeras no es que tuviese, no se como me las apañaba pero practicamente donde iba acababa combatiendo con personas de este estilo.
Trás acabar con el primero avancé dando un par de pasos al frente, mientras tanto los cuatro que me habían tocado me rodearon sin pensarselo dos veces, suponía que lo haría y por eso decidí dejar un poco de espacio entre Rose y yo para que no nos estorbásemos durante nuestras correspondientes batallas, no sabía mucho sobre Rose pero de seguro que un golpe suyo me haría mucha pupita y, obviamente no estaba dispuesto a comprobarlo con mi cara de por medio.
Ya cuando me tuvieron rodeado, me apuntaron con sus espadas y a la señal de uno de ellos los cuatro echaron a correr a por mi, la estratégia en sí no era mala ya que con ella conseguían que no tuviese un lugar por donde escapar ni esconderme pero con lo que ellos no contaban era con que mi lugar natural fuese el cielo, para cuando llegaron a mi altura yo dí un fuerte salto haciendo que se chocasen entre ellos y cayesen al suelo de espaldas.
- ¿Que pasa? ¿Acaso se os va la fuerza por la boca?- Dije burlándome de ellos mientras descendía lentamente utilizando el Geppou, a la vez que yo tocaba el suelo ellos se levantaron y volvieron a cargar contra mi persona, parece que no había quedado clara la enorme diferencia de poder existente entre nosotros.
La segunda vez que cargaron contra mi no fui tan benevolente, esta vez venían en pelotón saprados entre si por poco mas de medio metro de distancia, me limité a quedarme quieto y a utilizar el Kami-e, gracias a esta técnica del Rokushiki podía evitar sus tajos sin ningún problema y, tal y como lo planeé, tras cada tajo que ellos me lanzaban yo lo evadía e inmediatamente les propinaba una patada en el estómago dejándolos K.O. o bien un derechazo en plena cara haceindoles caer de bruces contra el suelo, esto fue lo que ocurrió con los dos primeros, los otros dos me limité a derribarlos con una patada circular a la altura de los tobillos y posteriormente rematarlos con un par de puñetazos en plena cara.
El aspecto que tenían antes y después de la pelea cambió sutilmente, antes de comenzar sus ropas estaban algo rasgadas al igual que sus pantalones y con algunas manchas supongo que de ron o de algún otro tipo de bebida, las botas que calzaban estaban ya bastante desgastadas por el uso y algo sucias, luego del combate sus ropas adquirieron un tono mas rojizo ya que de los golpes que les propiné algunos tosían sangre y otros directamente sangraban por alguna parte de su cuerpo, un panorama algo desolador pero ellos se lo habían buscado.
Tras terminar aquella pelea callejera alcé la mirada para ver como se encontraba la pequeña pelirroja, en ese momento ella estaba destrozando al último de los que le habían tocado, me acerqué hasta allí para ver lo que sucedía pues un pelirrojo que estaba sentado en una roca saliente del camino parecía tener algo que decirnos.
- Somos miembros del CP y nos han asignado la misión de detener cualquier persona que intente dirigirse al lago. - En ese momento me di cuenta de algo, a decir verdad los cuatro que había dejado en el suelo me sonaban de algo y ahora sabía de qué, a varios de ellos me los había cruzado en Ennies Lobby, concretamente en la sala de entrenamiento que tenemos allí, si recordaba bien, aún no sabían utilizar técnicas del Rokushiki pero su potencial era realmente sorprendente.
Dejando de lado el hecho de que les conocía de vista, ¿Porqué no se me ha informado de esta misión? No era un alto cargo ni mucho menos pero usualmente me dejaban un informe de las misiones por si acaso tuviese que intervenir saber los entresijos de los detalles y esas cosas, algo aqui pintaba mal y tenía que descubrir de que se trataba pero, me había quedado anonadado al saber que se trataban de Agentes del Gobierno y de las posibles consecuencias que tendría para mi el haberles destrozado, quien sabe si me expulsarían del CP o si me castigarían por mis actos...
En aquel momento miré a Rose y parecía haberse quedado como yo, sin mucho que decir, tras las palabras del pelirrojo, este había cambiado de peinado y echó a correr por el camino que debíamos seguir, esto no me gustaba lo mas mínimo, si podía hacer eso significaba que conocía al menos los entresijos del Semei Kikan y, si él estaba aquí de avanzadilla significa que cuanto más nos adentremos los CP´s que aparezcan serán al menos del mismo nivel que este.
- Tu dirás Rose, podemos enfentar al CP y llegar al fondo de este asunto o podemos dar media vuelta, como sea, esta es la última oportunidad de volver que tendremos sin consecuencias.- Y posiblemente tuviese razón pero la noche no había hecho mas que comenzar y yo quería más fiesta, ahora mismo me daba igual mi futuro en el CP, solo quería por una noche volver a sentir aquello que desde mi etapa como Heroe Bravo no había vuelto a sentir.
Trás acabar con el primero avancé dando un par de pasos al frente, mientras tanto los cuatro que me habían tocado me rodearon sin pensarselo dos veces, suponía que lo haría y por eso decidí dejar un poco de espacio entre Rose y yo para que no nos estorbásemos durante nuestras correspondientes batallas, no sabía mucho sobre Rose pero de seguro que un golpe suyo me haría mucha pupita y, obviamente no estaba dispuesto a comprobarlo con mi cara de por medio.
Ya cuando me tuvieron rodeado, me apuntaron con sus espadas y a la señal de uno de ellos los cuatro echaron a correr a por mi, la estratégia en sí no era mala ya que con ella conseguían que no tuviese un lugar por donde escapar ni esconderme pero con lo que ellos no contaban era con que mi lugar natural fuese el cielo, para cuando llegaron a mi altura yo dí un fuerte salto haciendo que se chocasen entre ellos y cayesen al suelo de espaldas.
- ¿Que pasa? ¿Acaso se os va la fuerza por la boca?- Dije burlándome de ellos mientras descendía lentamente utilizando el Geppou, a la vez que yo tocaba el suelo ellos se levantaron y volvieron a cargar contra mi persona, parece que no había quedado clara la enorme diferencia de poder existente entre nosotros.
La segunda vez que cargaron contra mi no fui tan benevolente, esta vez venían en pelotón saprados entre si por poco mas de medio metro de distancia, me limité a quedarme quieto y a utilizar el Kami-e, gracias a esta técnica del Rokushiki podía evitar sus tajos sin ningún problema y, tal y como lo planeé, tras cada tajo que ellos me lanzaban yo lo evadía e inmediatamente les propinaba una patada en el estómago dejándolos K.O. o bien un derechazo en plena cara haceindoles caer de bruces contra el suelo, esto fue lo que ocurrió con los dos primeros, los otros dos me limité a derribarlos con una patada circular a la altura de los tobillos y posteriormente rematarlos con un par de puñetazos en plena cara.
El aspecto que tenían antes y después de la pelea cambió sutilmente, antes de comenzar sus ropas estaban algo rasgadas al igual que sus pantalones y con algunas manchas supongo que de ron o de algún otro tipo de bebida, las botas que calzaban estaban ya bastante desgastadas por el uso y algo sucias, luego del combate sus ropas adquirieron un tono mas rojizo ya que de los golpes que les propiné algunos tosían sangre y otros directamente sangraban por alguna parte de su cuerpo, un panorama algo desolador pero ellos se lo habían buscado.
Tras terminar aquella pelea callejera alcé la mirada para ver como se encontraba la pequeña pelirroja, en ese momento ella estaba destrozando al último de los que le habían tocado, me acerqué hasta allí para ver lo que sucedía pues un pelirrojo que estaba sentado en una roca saliente del camino parecía tener algo que decirnos.
- Somos miembros del CP y nos han asignado la misión de detener cualquier persona que intente dirigirse al lago. - En ese momento me di cuenta de algo, a decir verdad los cuatro que había dejado en el suelo me sonaban de algo y ahora sabía de qué, a varios de ellos me los había cruzado en Ennies Lobby, concretamente en la sala de entrenamiento que tenemos allí, si recordaba bien, aún no sabían utilizar técnicas del Rokushiki pero su potencial era realmente sorprendente.
Dejando de lado el hecho de que les conocía de vista, ¿Porqué no se me ha informado de esta misión? No era un alto cargo ni mucho menos pero usualmente me dejaban un informe de las misiones por si acaso tuviese que intervenir saber los entresijos de los detalles y esas cosas, algo aqui pintaba mal y tenía que descubrir de que se trataba pero, me había quedado anonadado al saber que se trataban de Agentes del Gobierno y de las posibles consecuencias que tendría para mi el haberles destrozado, quien sabe si me expulsarían del CP o si me castigarían por mis actos...
En aquel momento miré a Rose y parecía haberse quedado como yo, sin mucho que decir, tras las palabras del pelirrojo, este había cambiado de peinado y echó a correr por el camino que debíamos seguir, esto no me gustaba lo mas mínimo, si podía hacer eso significaba que conocía al menos los entresijos del Semei Kikan y, si él estaba aquí de avanzadilla significa que cuanto más nos adentremos los CP´s que aparezcan serán al menos del mismo nivel que este.
- Tu dirás Rose, podemos enfentar al CP y llegar al fondo de este asunto o podemos dar media vuelta, como sea, esta es la última oportunidad de volver que tendremos sin consecuencias.- Y posiblemente tuviese razón pero la noche no había hecho mas que comenzar y yo quería más fiesta, ahora mismo me daba igual mi futuro en el CP, solo quería por una noche volver a sentir aquello que desde mi etapa como Heroe Bravo no había vuelto a sentir.
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