Encuentro explosivo en Loguetown (Presente privado) ( Togabito,Hyo,Same,Morti)

Loguetown. El ser que se dirigía allí ya había estado antes en la ciudad del alfa y el omega con su compañero Sawaki y había organizado una verdadera carnicería. Su cara ya era famosa en aquel lugar y su sonrisa tétrica ocupaba el cartelito donde ponía ``Same D. Shark 35.350.000 Berries´´. Esa recompensa era algo realmente escandalizadora. La gente miraba el cartel con miedo y otros con asco pues el peligroso tiburón toro les había arrebatado la vida a muchos marines aquella vez. Lo que no sabían era que ese poderoso pirata había aumentado su fuerza bastante y estaba camino de allí. La criatura que había causado sangre, dolor y lágrimas estaba llegando y aquella pobre gente no lo sabía. Habían dejado al enorme ser como un accidente y algo que no volvería a pasar.

Shark avanzaba a toda velocidad acercándose al puerto bajo el agua. Sus dorados ojos ya veían bajo el agua los barcos pasando cerca de su posición. Aquel enorme pez sonreía con su típica sonrisa sádica y enfermiza que tanto ponía nerviosa a la gente. Su cuerpo musculoso y resistente estaba listo para la acción al igual que sus nuevas habilidades las cuales había conseguido desarrollar. No tardó mucho en subir hasta unas cajas desde el agua saltando y estirando el brazo enganchándose. Este sonrió observando todo el pequeño mercado que allí había y a la gente pasar. La gente lo observó asustada y horrorizada, sus ojos no podían creer que aquel demonio hubiese vuelto. Los niños estaban paralizados y algunos marines no tenían ni el valor que decir nada.

Vamos, vamos. ¿Qué es esta bienvenida camaradas?

Dijo entre carcajadas y con un tono burlón mientras crujía los huesos de sus brazos y de su cuello. Su mirada observaba de forma temible a un puesto donde había bastante gente comprando pescado aunque ahora todos le prestaban atención a él. Había llegado la hora de sembrar el terror y aquel monstruo estaba dispuesto a hacerlo. De repente gruñó un poco y un aura azul empezó a rodearle, de sus codos se formaron dos enormes cuchillas bastante anchas, tanto como el grosor de sus brazos. Estas estaban hechas de aura cortante y eran de color azul. La gente empezó a ponerse nerviosa cuando de repente el tiburón toro estiró sus brazos y golpeó sus puños entre ellos. De sus puños se formó un tiburón de dos metros de color azul que salió disparado contra el puesto de pescado. Al tocar el puesto, este exploto produciendo una explosión que hizo reventar el puesto y partir en cachitos a la gente que había dentro. Ese tiburón estaba hecho de energía cortante también y era enorme. Ahora había desaparecido pues ya había sido detonado. La gente comenzó a gritar como loca y a correr mientras los marines acudían al enorme tiburón toro que dejaba tras él un océano que podría usar como escapatoria si algo fallaba. Un marine le lanzó un puñetazo al pecho, al impactar el tiburón sonrió de lado y de una patada en la cabeza lo derribó para después observar a los demás.

Sin pensárselo salió corriendo al pequeño mercado arrasando las tiendas con aquellas cuchillas. Otros dos marines lanzaron tajos con sus armas pero este usó las enormes cuchillas de los codos para bloquearlas y partirlos después en dos de un elegante giro. En esa forma su fuerza aumentaba mucho y su karate Gyojin era ya impresionante. Un sonido de pasos llegaron a sus oídos y se giró lanzando un cuchillazo a otro marine que se acercaba, la cabeza de este cayó al suelo rodando mientras que el Gyojin de 2,15 reía sin parar. En su opinión solo estaba aplastando cucarachas. De repente ante sus ojos apareció un tipo con barba castaña y ojos marrones. Vestía con el uniforme de recluta y al parecer era un sargento. Este sacó una guadaña y lanzó un tajo al tiburón. Shark sonrío de lado interponiendo la cuchilla de su codo derecho bloqueando el golpe. Tras aquello lanzó un tajo al brazo del sargento con la otra cuchilla partiendo su brazo. Aquel hombre comenzó a gritar cuando de otro tajo fue partido en dos y su cadáver quedó allí tirado mientras le tiburón seguía con su masacre alerta a todo en el puerto y el mercado.

Todo estaba tranquilo, las gaviotas volaban, los ciudadanos caminaban por las calles y los piratas llegaban a puerto, todo eso era normal en Loguetown, la ciudad del alfa y el omega, lugar donde nació y murió el Rey de los Piratas.

Aquel día Morti había sido enviado a aquella ciudad para transladar a unos piratas capturados a la prisión de Impel Down. Aquel joven agente del gobierno acababa de pisar tierra después de un duro viaje en un acorazado de la marina, este vestía su ropa típica aunque a diferencia de la ropa oscura que normalmente llevaba los miembros de la Cipher Pol, la de Morti era realmente llamativa, esta consistía en una gabardina roja como la sangre, la parte baja de esta gabardina que le llegaba aproximadamente hasta las rodillas estaba rasgada, bajo dicha gabardina la cual estaba abierta se podñia ver un traje negro el cual consistia en pantalones y chaleco, bajo el cual se veía una camisa de color blanca. Sobre su cuello se encontraba colgada una corbata roja como su gabardina, sus manos eran cubierta por unos guantes blancos, totalmente limpios sin ninguna mancha, calzaba unos zapatos negros al igual que la mayoria de los miembros de la Cipher Pol. Su altura era aproximadamente 1,85m y su piel era pálida como la de un muerto, su cuerpo delgado y sus ojos rojos como la sangre, su cabello era medio largo de color castaño y peinado de manera alocada. Sus dos armas las llevaba sobre su cintura las cuales consitia en dos pistolas, una de color plateada y otra de color negra.

Morti caminó lentamente por las calles de Loguetown escoltados por dos marines que acudieron a su llegada. A los pocos minutos se comenzó a escuchar un alboroto no muy lejos del lugar por lo que Morti dió una orden.

-Se escucha jaleo, que es lo que pasa.

Uno de los marines que se encontraban con él desconocian lo sucedido pero, de pronto, un marine llegaba corriendo desde el lugar donde se encontraba dicho alboroto que, al llegar a donde estaba Morti se paró debido a una señal de parada que hizo Morti con su mano derecha a lo que el agente del gobierno pregunta.

-Que es lo que sucede soldado.

Aquel Marine que conocía la llegada de un agente del gobierno dedució que era dicho agente debido a que era escoltado por lo que decidió comentarle al CP1 que había un hombre que no quería ser requisado y estaba provocando temor entre los marines por lo que Morti aceleró su paso y llegó a donde se encontraba aquel hombre, aparentemente, un pirata.

-Parece que estas montando una buena...

Dijo Morti a unos diez metros a la espadal de aquel joven pero, de pronto, otro ruido se escuchó en el lugar, parecía venir del puerto, ¿Que es lo que habría pasado?, se preguntaba Morti en su cabeza, no era normal aquello que estaba pasando aquel día en aquel lugar.

-Eres un pirata...¿verdad?, dime, a que banda perteneces y cuantos sois.

Preguntó Morti pensando que el ruido procedente del puerto sería de un miembro de la banda a la que perteneciera aquella persona, aunque aún no estaba confirmado que fuera pirata u revolucionario.

La isla de Loguetown, un lugar donde solía haber mucho jaleo y mucha confusión ya que era lugar de paso para los piratas que querían ir al Grand Line con su tripulación. Un lugar donde todo comenzó y donde creen que comenzarán todas las grandes eras piratas ya que es el lugar donde comenzó y acabó la historia del primer Rey de los Piratas. Una multitud de gente caminaba por las calles del lugar algunos eran simples ciudadanos, otros marines y seguramente habría algún pirata pero el que más destacaba era un extraño ser de pelaje gris con algunas manchas blancas en el rostro y vestido con mucha elegancia con una maleta en su mano derecha. Ese ser era Hyo Toranosuke, un novato en las filas de la revolución y un músico amateur que se entretiene tocando el violín.

Hyo caminaba tranquilo entre la multitud hasta llegar a un callejón donde se separó del gentío y con ágiles saltos apoyados en paredes y salientes hasta llegar al tejado de un edificio donde se paró al borde para observar la ciudad y ver si había algo que hacer para causar el caos. La mirada de sus ojos era como la de un felino, penetrantes y muy profunda. Tras un rato quieto el hombre gato sacó un violín de la maleta y empezó a tocar haciendo sonar una dulce melodía.

Aquel tiburón continuaba con su pequeña masacre en el puerto peleando con marines. Sus cuchillas de los codos hechas de energía cortante partían sin piedad a sus víctimas en dos y la risa tétrica del enorme ser era lo último que las presas escuchaban.

- Tú, enfréntate a mi hombre pez.

Dijo la voz de un tipo con el uniforme de Sargento Mayor. Era un hombre de pelo rosa oscuro y de ojos amarillos. Su barba estaba desaliñada y en sus manos portaba una guadaña de color azul clara con el mango en un tono plateado. El tiburón le miró con su sonrisa burlona de siempre aguantando un poco la risa, aquel estúpido quería enfrentarse a la peor de sus pesadillas y lo iba a lograr. La risa de Shark se escuchó en aquel lugar mientras preparaba sus brazos para un ataque.

- Pobre inútil, si crees que puedes enfrentarte a mí y salir vivo de esta es que estas un poco loco. Ya has visto lo que les ha pasado a tus compañeros, el suelo está lleno de su sangre y de sus sueños que nunca llegaran a cumplirse ahora. Es una lástima pero vas a tener que unirte ahora a ellos.

Las palabras del tiburón habían sido muy ofensivas y crueles para aquel tipo que ahora apretaba los puños sintiéndose impotente por las palabras del tiburón toro. Pensar que sus amigos habían sido despedazados y que nunca más los podría ver le quitaba las ganas de todo. Ahora aquel hombre solo sentía odio hacia el tiburón que le observaba con una sonrisa burlona que le ponía nervioso. Finalmente el marine gruñó enfurecido y corrió a por el tiburón lanzándole un tajo a las costillas con su guadaña mientras le gritaba enfurecido.

- ¡Maldito asesino!

El Gyojin bajó su brazo parando la hoja de la guadaña con su cuchilla de energía del codo. Los ojos del marine se abrieron como platos cuando observó que tenía frente a él al enorme ser y que le había parado el ataque. Shark fijó sus dorados ojos en el sargento y con la mano libre realizó un golpe de Karate Gyojin al hombro de aquel marine que gritó de dolor cayendo la guadaña de sus manos. A continuación el tiburón lo cogió del cuello elevándolo y observándole con una media sonrisa picara en el rostro mostrando sus peligrosos dientes afilados de forma amenazante.

- No me digas que tienes miedo, deberías haber sabido que enfrentarse a mí significaba la muerte amigo, ahora reúnete con tus compañeros y forma parte de mi masacre.

De repente Shark con la otra cuchilla realizó un corte decapitándolo en el momento y comenzando a reír de forma sádica. La sangre de aquel marine adornó el puerto de aquella isla, todo estaba volviéndose una locura y algunos reclutas le miraban asustados sin saber que hacer contra el tiburón que ahora avanzaba hacia ellos con una burlona sonrisa. Estaba organizando una buena y eso le pasaría factura mas adelante.

La melodía del revolucionario se escuchaba en la calle bajo él y algunos de los presentes se mostraron atraídos por la melodía, a otros les había agradado y algunos otros simplemente ignoraron la presencia de dicha melodía. Algo parecía estar ocurriendo ya que un gran alboroto se entremezclaba con la melodía por lo que al acabar de entonar dicha melodía el joven felino guarda su instrumento y con un hábil salto baja a la calle sin ninguna complicación. Una vez abajo se encaminó hacia el lugar donde probablemente sucedía todo ya que todo indicaba esa localización y, aparte, mis ojos felinos veían una concentración bastante grande en esa dirección. Sus pasos tranquilos lo encaminaban a una escena que no le agradaría mucho ya que se vería envuelto en problemas serios con la autoridad.

Su pupila vertical miraba con atención lo que ocurría y al mismo tiempo el joven memorizaba la localización y el aspecto de todos los marines que lograba ver, así podría saber qué hacer en cada momento. Estaba aparentemente calmado analizando a todos los marines para determinar cuál sería la mejor opción, si huir o luchar, en cuyo caso determinaría el marine más fácil de vencer dado que apenas había empezado con su entrenamiento cuando salió de su isla. Tras un rato inmóvil Hyo saltó velozmente hacia una masa de gente que se encontraba a la izquierda del extraño gyojin que había comenzado con la matanza portando en sus manos dos dagas idénticas, dos de las cinco trituradoras, dagas destinadas al desmembramiento inmediato de miembros de dimensiones no muy grandes o para causar cortes de profundidad seria en todo el cuerpo. Sin un ápice de duda y sin vacilar clavó una de las dagas en el brazo derecho del marine para luego segar parte de su cuello causándole una muerte instantánea e indolora, un regalo por ser su primera víctima. Se levantó impoluto ya que lo hizo todo de tal manera que la sangre no le salpicó a él y dijo -¿Quién es el siguiente-nya?-

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