Cuervo, Murciélago y Víbora (Privado: Alex, Derian, Kamikaz22)

Alex entró en la tienda de Derian. Era una tienda de campaña de un tamaño medio, de tela negra, dentro de la cual había una pequeña libería, una mesa de madera ligera y una silla, además de que Alex suponía que Derian habría ordenado que llevaran su ataúd. Alex saludó con un gesto a Derian. y posteriormente se hizo a un lado para que el vampiro y el espadachín pudieran presentarse. Entonces, recordó que había recogido las flores, y le dijo a Derian:

- Por cierto, Derian, podría buscar en estos libros acerca de una flor que me he encontrado antes. No la conozco, y me ha parecido interesante estudiarla. -mientras lo dijo, metió la mano en el maletín y sacó una flor violácea, de aspecto hermoso. Era una flor que no había visto antes, por lo que supuso que era autóctona de la isla. Dejó la flor en la mesa, para que Derian pudiera verla. Tal vez él la reconociera.

Tras colocarla en la mesa, se crujió los nudillos, uno a uno.

Derian estaba en su tienda, refugiado del exterior. Hacía un calor infernal por el color de la tienda, pero era necesario que fuese negra para que entrase la menor cantidad de luz solar posible. Combatía el calor con una botella de sangre fresca recién sacada de las bodegas del barco, aunque no le aliviaba totalmente. Al menos saciaba la sed, eso sí. Bebió un largo trago directamente de la botella mientras ojeaba un libro sobre Ireos, recordando datos que había olvidado sobre la isla. Hacía ya bastante que había estado allí de expedición, y aquel momento era muy importante. Al fin volvía para comenzar lo que había acabado y investigar el templo de Keyen.

- Y así me convertiré en un historiador de renombre. Espero que con esto el Gobierno empiece a confiarme más hombres y recursos para las excavaciones.

De repente la tela de la tienda se abrió, y la luz solar le cegó por un momento. Molesto, entrecerró los ojos y miró con el ceño fruncido a los recién llegados. ¿Quién se atrevía a distraerle de sus asuntos? Sin embargo, al notar por el olfato que se trataba de su médico se calmó y adoptó una expresión neutra. Tras él venía un hombre desconocido, un espadachín. ¿Quién sería y qué pintaría allí? De repente Alex le mencionó una flor que había encontrado y se la enseñó. A Derian el corazón le dio un vuelco, y botella y libro cayeron a la arena del suelo cuando el vampiro se levantó de golpe.

- ¡¿Pero qué has hecho?! ¡ESO ES UNA BROMA DE KEYEN! El veneno de esa flor es mortal, y se esparce por el aire al arrancarla. ¡Vete ahora mismo a tu tienda a preparar un antídoto, o pronto estaremos muertos todos!

Cogió de su estante un libro titulado "Fauna y flora de Ireos" y se lo puso en las manos a Alex, con cierta brusquedad. Tras eso lo empujó a la entrada, entre enfadado y asustado. Estaban en un serio aprieto, y si Alex no lograba preparar un remedio eficaz no sobrevivirían. Tras el momento de pánico, suspiró y recogió el libro y la botella del suelo. Por suerte no se había volcado, pues había caído de pie y el culo de la botella se había hundido en la arena. El libro estaba algo más perjudicado, pero no había daños que impidiesen la lectura. Dejó ambas cosas en la mesa y se giró hacia el acompañante de Alex, más calmado.

- Perdonad mi reacción. Entenderéis que en una situación extrema, incluso los más calmados pueden perder los papeles - dijo, en un tono neutro y cortés, tendiéndole la mano - Mi nombre es Lord Derian Markov, conde de Hallstat, capitán de Dark Ascensión y yonkaikyo.

Al poco tiempo de entrar, Alex le muestra la extraña flor que encontraron durante su exploración de la isla. Derian , de repente , adopta una actitud amenazante farfullando algo sobre que se trata de una planta mortal, y que corra a preparar un antídoto. Pasados unos segundos, ya más calmado,se presenta como Derian Markov, conde de Hallstat,capitán de Dark Ascensión y uno de los yonkaikyo.
-Yonkaikyo,yonkaikyo...-Meditaba Zaraki, pues ese nombre le resultaba familiar.De repente cayó en la cuenta, eran una especie de división inferior del ouka sichibukai.Gente fuerte y por lo general bastante peligrosa.
-Un placer , señor. Mi nombre es Zaraki Furokawa y soy un cazarrecompensas en busca de pistas sobre un pirata llamado Akira Mitsuki. Ciertos rumores lo situan en esta isla,pero empiezo a sospechar que mis informadores son un poco fraudulentos.
Tras su presentación, ligeramente mareado , decide volver a sentarse, esperando que los otros dos moradores de la tienda continuen con sus asuntos. Tal vez la planta le estuviese empezando a hacer efecto...

Alex recogió el libro a toda prisa y salió corriendo. Derian se había alterado mucho al ver la planta. Abrió el libro y empezó a buscar información sobre ella. "Dijo que se llamaba Broma de Keyen... veamos que tiene de especial esta amiga violeta" pensó mientras leía las hojas a todo correr. La receta del antídoto estaba escrita en una parte del libro dedicada a contravenenos, y ocupaba más de una página y media. era bastante complicada de hacer, pero supuso que podía lograrlo. El libro era antiguo, sin duda. Hablaba de las ruinas cuando aún estaban en pie. El médico leyó con detenimiento todos los apartados. Parecía que tenía todo lo necesario.

- ¡OH, MIERDA! -le faltaba un ingrediente.

Si el libro estaba en lo correcto, el veneno tardaba unas ocho horas en actuar. Necesitaba conseguir ese ingrediente en ese plazo. Era una muestra de agua. Pero no un agua cualquiera. Parecía ser que antaño, en las ruinas del centro de la isla había una enorme fuente de la que manaba un agua milagrosa. El médico supuso que se trataba de agua proveniente de un manantial, rica en sales y sulfuros. Necesitaba entrar en las ruinas y conseguir una muestra de ese agua.

Regresó corriendo, guardando todos los demás ingredientes en su maletín, a la tienda de Derian. Entró de golpe y dijo, con un gran nerviosismo:

- ¡Derian, esto es grave! Tengo que entrar en las ruinas para crear el antídoto.

El espadachín se presentó como Zaraki, un cazarrecompensas que se hallaba en la isla en busca de un pirata. Parecía algo mareado. "Debe haber inhalado una buena cantidad del veneno de la Broma de Keyen. El problema es que ahora el aire de la selva estará lleno de polen de la flor, mortal para nosotros." Suspiró y bebió otro trago de su botella, esperando a que volviese su médico. Este no se hizo esperar. Al escuchar sus palabras se levantó, recogió a su espada Vanator y se la ajustó al cinturón.

- ¿A qué esperamos? Vamos allá. Vos también deberíais venir, señor Zaraki. Alex, lleva todo lo necesario para preparar el antídoto en cuanto consigamos el último ingrediente. Ah, y debemos conseguir suficiente como para darle a toda la tripulación. Esa planta forma una "comunidad" con el resto de flores del mismo tipo, y están unidas por las raíces. Cuando una es dañada, todas liberan su veneno. Ahora vamos.

Derian caminó hasta la salida de la tienda. Al asomarse, el sol le deslumbró y le hizo tambalearse. Boqueó y esperó a que su cuerpo se acostumbrase a la luz solar. Con aspecto cansado, comenzó a caminar hacia la selva. Una vez estuvo bajo los árboles se sintió mucho mejor, al estar más refugiado de la claridad. Avanzó entre los árboles a paso rápido pero con cuidado. Conocía esa isla y sabía que estaba llena de peligros. Procuró respirar lo mínimo posible, aunque era inútil porque ya todos debían estar envenenados. De repente se fijó en una pisada grande y profunda. Como de un animal enorme. "Frekous..." Pensó "Lo que nos faltaba."

Estaba sentado , esperando a que el médico volviese de buscar los ingredientes que necesitaba para preparar el antídoto. No se hizo esperar , y a los pocos minutos entra Alex , visiblemente nervioso, y con la voz ahogada por el pánico, se dirige a Derian y le dice:
-Derian, esto es grave! Tengo que entrar en las ruinas para crear el antídoto.
El espadachín en ese momento no se da cuenta de los peligros que ello implica , pero tras ver la reaccion de Derian, parece darse cuenta de que las ruinas , no deben ser solo eso, unas simples ruinas.
-Debe haber algo más ahí fuera-piensa.
De repente, tanto Derian como Alex , se disponen a salir de la tienda en dirección a las ruinas, y Derian amablemente propone al espadachín que los acompañe.
-Cómo si tuviese alguna otra opción-se dice a sí mismo, y se dispone a salir de la tienda.Al levantarse , un mareo , esta vez mucho más fuerte que el anterior , hace que se tambalee , pero consigue recuperarse. Alex y Derian no parecen haberse dado cuenta. Se dispone a salir de la tienda, y cuando lo hace un fuerte sol le impide ver durante unos segundos, pero cuando se recupera, la vista le parece maravillosa desde su posición.Se dirige hacia Alex y Derian , que ya habían salido, y caminan unos pasos. De repente , Derian se detiene, y se fija en algo. El espadachín trata de mirar en la misma dirección , y enseguida lo descubre.Una huella enorme en el suelo. A juzgar por experiencias previas, Zaraki cree que se trata de una criatura parecida a la encontrada en la isla anteriormente , o incluso más grande. Explora el terreno en busca de más huellas.Tras una ardua labor,acaba encontrando un patrón en las pisadas. Claramente se dirigen hacia la zona donde Zaraki recuerda que se encontraban las ruinas. Eso desde luego podría retrasarlos.
-Las pisadas de esta criatura se dirigen hacia la zona de las ruinas, sin lugar a dudas-comenta a sus acompañantes, y sin esperar ningún tipo de reacción desenvaina su katana verde y se dirige rápidamente hacia el interior del bosque ,siguiendo las pisadas...

Nada más salir de la tienda, lo primero que vio Alex es a toda la gente alrededor de la hoguera. Tal vez no era buena idea alarmarlos. Derian empezó a caminar y el doctor lo siguió en silencio. Habían caminado tan solo unos metros cuando Derian se agachó a inspeccionar el suelo. Una enorme huella estaba marcada en el camino hacia las ruinas. El espadachín también la vio, y dijo que las pisadas se dirigían a las ruinas. A Alex no le gustaba aquello.

La zona de ruinas estaba frente a ellos. Aquellas parecían las ruinas de unas casas. El chico se preguntaba qué estaban haciendo allí. Aquella ciudad, en medio de la isla. Si Derian los había llevado aún conociendo el peligro de la isla, es que algo tenía que haber allí. Algo grande, seguramente. Empezó a caminar por las ruinas, por lo que parecía haber sido una calzada en tiempos antiguos. Alex no sabía mucho de arquitectura y diseño de ciudades antiguas, pero seguramente las zonas más importantes estaban colocadas en la zona más alta de la ciudad, o en su defecto, en el centro. Así que seguramente sería una buena idea avanzar internándose en la ciudad.

Apenas llevaban caminando unos diez minutos cuando se escuchó una especie de bramido que rebotó en las paredes de roca, haciendo imposible determinar su origen. Parecía venir de todos los lados a la vez. Alex estaba empezando a sentirse mal. La vista se le estaba nublando y le costaba centrarse. Miró a Derian y a Zaraki. Ellos también debían estar sufriendo los efectos de la flor.

- ¿Por qué no los atacas? -una voz sonó a su lado. Era un niño pequeño, moreno, con los ojos azules y una sonrisa demoníaca pintada en la cara. Era antinatural-. Sabes que puedes llegar antes si vas solo.

Zaraki dijo que las pisadas de la criatura se dirigían a las ruinas. Derian se agachó sobre la huella y la olió. Memorizó el olor y se levantó, siguiendo el camino a las ruinas. A medida iban avanzando iba constatando que la bestia no andaba lejos, pues seguía captando el aroma. Atravesaron la espesa jungla, encontrándose de repente en mitad de las ruinas del antiguo poblado de la isla. El vampiro alzó la vista, y vio lo que esperaba. Las ruinas de una enorme estructura encima de un monte.

- No estamos lejos ya. Eso es el monte de Kroniem, y sobre él se alzan los restos del tempo. Hace mucho que quería venir hasta aquí, pero no esperaba hacerlo en estas circunstancias.

Suspiró apesadumbrado, mientras meneaba la cabeza. Ser el primer arqueólogo en hacer una expedición al templo de Keyen era una de sus grandes metas, un objetivo que se le escapaba desde que se había hecho a los mares. Su gran obsesión. Y sin embargo ahora que por fin iba a ver los restos de la gran estructura no estaba contento ni emocionados. Estaba asustado aunque no lo reconociera y se mantuviera impasible. Además de eso comenzaba a notar unos mareos que nada tenían que ver con el sol. De vez en cuando escuchaba pisadas, risas de niños o voces en lugares donde no había nada. "El veneno se está extendiendo por mi sangre. Debemos darnos prisa."

- Allí - señaló un camino que ascendía por el monte - Por allí subiremos hasta el tempo.

Zaraki sigue corriendo en dirección a las ruinas. Los otros dos lo siguen, un poco por detrás. Las huellas aparecen aqui y allá ,pero consigue seguirlas. De repente, sin previo aviso, escucha voces extrañas , como de niños , diciendo cosas sin sentido , referentes a la muerte. Se gira en todas pero no ve absolutamente nada. Sigue caminando , preocupado por las voces. De repente cae en la cuenta. Antes de salir en la tienda, le echó un ojo rápido a la página del libro de plantas, y tienen efectos alucinógenos , pudiendo llegar a ser mortales tras una exposición prolongada.Se dió mas prisa si cabe , pues no podía confiar en que a sus compañeros no les estuviese sucediendo lo mismo. A pesar de no conocer demasiado bien la isla, intuye que escondía aún más peligros que unas simples plantas o criaturas gigantes. Tras un rato caminando , Derian señala lo que parece la cima de un monte, y un camino que conducía hacia dicha cima. Se dirigen rapidamente hacia la cima , pues , al menos en el caso de Zaraki ,parece que los síntomas descritos avanzan rápidamente. El camino es un poco serpenteante, pero no demasiado largo , por que tras un rato , divisan la cima. Al girar la última esquina , lo puede ver claramente , un gran templo que se encontraba escondido desde la cara por la que empezaron a ascender. Zaraki tiene la impresión de que el templo no está abandonado, algo se lo dice en su interior, pero a una señal de Derian , los 3 se dirigen hacia la puerta.Cuando están a escasos pasos de la entrada, pueden distinguir claramente voces, y no son los niños que lleva escuchando Zaraki desde que empezaron el ascenso,son voces adultas.Se paran a escuchar y pueden distinguir claramente :
-Debemos atacar el campamento. Son competencia.Pretenden buscar los tesoros de este templo.
Zaraki mira a sus compañeros inquisitivamente...

Alex observó al niño con horror. No pensaba matar a sus compañeros. Lo ignoró y continuó caminando, dejando aquella alucinación atrás. Llegaron a lo que parecía ser un templo en la zona de las ruinas. Para cuando iban a entrar, Alex empieza a escuchar voces desde el interior. No parecen las voces que lleva escuchando desde que entró en la zona de las ruinas. Son personas reales. Zaraki le mira inquisitivamente, tanto a él como a Derian. El médico observa al vampiro y al espadachín, y se descompone en una nube de cloro, quedando a ras de suelo, como un jirón de niebla. Empieza a avanzar lentamente, atravesando el umbral. El templo está en ruinas en el interior, como el resto de la ciudad, y en un extremo hay un muro derrumbado, formando otra entrada al lugar. El templo es una sala alargada, con columnas a ambos lados. Tres de ellas están derrumbadas, pero la estructura sigue manteniéndose estable. A unos veinte metros hay un grupo de hombres, siete. Llevan ropas de excavación, y tienen aspecto de ser arqueólogos. Pero hay algo en ellos que inquieta al médico. Sus miradas son de completa locura. Parece que han sucumbido a los efectos de la planta. El doctor ve que en las esquinas del templo hay grupos de las malditas flores violáceas. Así que eso pasaba. Pero por lo que había leído, si ya estaban en aquel estadio de la enfermedad, no podrían salvarse ni aunque el médico lograse preparar el antídoto. Iba a acabar con ellos.

Se deslizó en completo silencio, acercándose al grupo de hombres por detrás. No parecían darse cuenta de la presencia de la neblina, tal vez debido a las alucinaciones. Las voces seguían sonando en la cabeza del médico, pero él las ignoró. Observó la situación y se precipitó entre los enemigos, lanzando cloro en todas direcciones una vez estuvo entre ellos. Esperaba lograr cegarlos, o al menos, dejarles una visión borrosa el tiempo suficiente como para poder rematarlos sin problemas. Los hombres gritaron, llevándose las manos a la cara.

Alex se materializó, agarrando su daga con la mano izquierda, y realizó un tajo horizontal con el que cortó el cuello de dos de aquellos hombres. La sangre lo salpicó, manchando su ropa, pero en aquel momento no podía pensar en otra cosa que no fuera acabar con aquellos hombres. Se giró a tiempo para ver como uno de ellos había sacado una espada, y se lanzaba sobre él. El médico se descompuso en cloro y se rematerializó detrás del hombre, con la daga sobre su cuello. De un movimiento rápido, lo degolló como a un pez. Aún quedaban cuatro de ellos, con los ojos llorosos y completamente rojos por el efecto irritante del cloro.

Durante el ascenso, Derian comenzó a experimentar pequeñas alucinaciones. Al principio eran sólo sombras y susurros pronunciados por muchas voces en lenguas que desconocía. El vampiro no le dio importancia y continuó ascendiendo, disfrutando de las vistas. Desde el monte Croniem podía ver toda la zona interior de la isla hasta las montañas que la rodeaban. Desde aquel punto de vista, parecían los barrotes gigantes de una prisión al aire libre, la cual ocupaba toda la isla. Derian aisló aquel pensamiento y se adelantó en el último tramo, impaciente por ver el templo. Al llegar hasta arriba, esbozó una ligera sonrisa. El templo estaba parcialmente derruido, pero aun podía apreciarse la estructura cupular.

- Contemplad el templo de Keyen, una joya de los tiempos antiguos.

De repente notó algo extraño. Su fino olfato vampírico captaba un aroma a humano, y no era nadie de su tripulación. Las voces llegaron hasta sus oídos. Era un grupo rival, y no iba a permitir que nadie investigase el templo de Keyen antes que él. Frunció el ceño y comenzó a gruñir suavemente. El espadachín comentó que deberían atacarlos, mientras Alex se adelantaba en forma de cloro. El vampiro se aproximó también, en completo silencio, y observó el oscuro interior. A pesar de la diferencia de claridad, podía distinguir más o menos lo que ocurría dentro. Vio a Alex cegándolos con cloro y matando con un cuchillo a tres con precisión médica y rápidamente.

- Es mi turno.

Se adentró corriendo en el templo, espada en mano, y decapitó a uno de los hombres en el mismo movimiento de desenvaine. Uno de ellos parecía haber recuperado la vista parcialmente, y cargó contra Derian dando gritos. El vampiro, siseando, dejó caer la espada y lo agarró por el cuello mientras se transformaba. Lo levantó en el aire, al tiempo que sus colmillos se alargaban y su piel se hacía aun más pálida. Su pelo se volvió blanco plateado, y sus ojos dorados. Siseó de nuevo mientras apretaba con fuerza el cuello de su rival con ambas manos. Se escuchó un "crack" cuando la presión le partió la columna, y el hombre dejó de debatirse, colgando inerte. Derian tiró el cadáver a un lado y se volvió hacia los supervivientes enseñando los colmillos.

Todo esmuy confuso para Zaraki. Terminan el ascenso , con Derian Y Alex por delante. En un abrir y cerrar de ojos ,la mayoría de los hombres que se hallan en el lugar acaban muertos en el suelo. Lo que ve es a Alex desaparecer para luego aparecer delante de un par de hombres a los que les lanza algo que Zaraki no logra identificar , pero que claramente lo identifica como usuario de fruta del diablo. No conocía a casi ningún usuario pero no era demasiado difícil identificar a uno. Alex está seguro de que se halla ante uno. Segundos después , Derian hace su aparición , transformándose ante ellos en una especie de vampiro , rompiendo el cuello a su enemigo .
-Vaya! Otro usuario con fruta del diablo , vaya compañías me busco. Tenía razón en pensar que eran peligrosos .-se para a pensar , y entonces recuerda que Alex ya había hecho algo parecido hace unas horas , cuando se enfrentaron a la enorme criatura. En aquel momento , ya le pareció raro pero cuando le dijeron los efectos que producían las plantas de la isla, pensó que habían sido alucinaciones.
-Ahora todo concuerda..

Se adelanta hacia los pocos supervivientes , que están aterrorizados con la visión del nuevo Derian , y acaba con sus vidas en cuestión de segundos. Tras eso , se gira hacia sus nuevos compañeros, y les dice , intentando parecer cordial :

-Creo que hay ciertas cosas que debería saber sobre vosotros dos , no? No os confundais , no creo que seais peligrosos, no para mí , pero no creo que unos usuarios de fruta como vosotros dos se encuentren dando un simple paseo por esta isla. Qué secretos oculta esta isla?  .

Se sienta. No parece dispuesto a continuar sin obtener algunas respuestas.

Bueno, aquello había sido rápido. Derian había acabado con los restantes hombres en un cerrar de ojos. Alex lo miró a la cara y le hizo un gesto afirmativo, indicando el buen trabajo realizado. Se crujió los nudillos con desprecio, mirando a los hombres muertos. Odiaba aquellas plantas. Lo que había hecho era horrible, pero al menos aquellos hombres no sufrirían más los peligros de la planta.

De repente, tuvo un bajón de tensión. O no. No era exactamente eso. Veía sombras bailar ante sus ojos. Un grupo de niños que lo señalaban y se reían. Le decían que matara también a Derian. Escuchó a Zaraki, que hablaba:

- Creo que hay ciertas cosas que debería saber sobre vosotros dos, ¿no? No os confundáis, no creo que seáis peligrosos, no para mí , pero no creo que unos usuarios de fruta como vosotros dos se encuentren dando un simple paseo por esta isla. ¿Qué secretos oculta esta isla? -aquellas palabras no eran acusatorias, pero el médico estaba bajo una enorme presión mental en aquel momento, con el coro de niños estridentes diciendo que era un enclenque, y que tenía que matar al cazador.

El médico miró con furia a Zaraki, empuñando su daga. Durante un instante, las voces lo dominaron, pero el médico gritó y se contuvo, soltando la daga y lanzándola contra el suelo al tiempo que se llevaba las manos a la cabeza, con los ojos cerrados y una mueca de sufrimiento.
Estaba teniendo fuertes dolores de cabeza. Metió la mano en su maletín rápidamente y sacó una jeringuilla. Se remangó la manga del brazo derecho y se inyectó aquello. Estaba drogándose con una especie de anestesia muy potente para evitar el dolor. Podría seguir un rato, pero estaba en el límite, tanto físico como mental.

- Lo siento... me duele demasiado la cabeza... -se disculpó mirando primero a Zaraki y luego a Derian.

Tras eliminar a los que quedaban, Zaraki se giró hacia ellos. Se sentó y dijo que no creía que estuviesen allí por un simple paseo, y que quería saber qué secretos guardaba la isla. Sin embargo, Derian no le hacía mucho caso. Observó a su médico, que tenía las manos sobre la cabeza y una expresión de sufrimiento muy intensa. No era que lo compadeciese realmente, pues como psicópata que era no sentía empatía ni sentimientos similares. Sin embargo sabía de sobra que si su médico estaba así era porque el veneno le estaba afectando, y no tardaría en afectarle a él. Se giró hacia Zaraki, un poco molesto y entrecerró los ojos.

- Señor Zaraki, tenemos asuntos más urgentes que atender. No me gustaría quedarme sin médico. Si realmente queréis saber el motivo de nuestra estancia aquí, os lo contaré todo si sobrevivimos. Pero hasta entonces os tendréis que conformar con saber que soy arqueólogo, y que vengo a estudiar a las antiguas civilizaciones de Ireos. Ahora continuemos. ¿Ya puedes seguir, Alex?

El conde habló en un tono frío y autoritario que no dejaba lugar a réplicas. Se giró y observó las profundidades del oscuro templo. Él podría ver perfectamente en aquella oscuridad, o incluso guiarse en oscuridad total por sus sentidos superdesarrollados, pero no sus acompañantes. Rebuscó entre las pertenencias de los muertos y cogió una antorcha. Mientras trataba de encenderla, comenzó a escuchar una voz que le sonaba terriblemente familiar. Era la voz de su padre. La figura del antiguo Conde Markov apareció ante su hijo.

- Eres una deshonra para nuestra familia, Derian. Escoria. Si nuestros antepasados te vieran, se asquearían. Colaborando con plebeyos y llevando a cabo tareas de esclavo. No eres mejor que los gusanos que se arrastran por la tierra.

- Cállate, viejo cadáver. Yo te maté, y me aseguré de dejarte bien muerto - murmuró entre dientes.

- Pues tal vez no te aseguraste bien - la alucinación se rió - ¡Redime tus pecados y mata a esos plebeyos! ¡Mátalos y bébete su sangre!

Derian frunció el ceño y ignoró todo lo que le rodeaba. Vació su mente y se centró en la tarea de encender la antorcha. Finalmente, una chispa surgió de la yesca y el pedernal y esta prendió. El vampiro se levantó y se dirigió hacia las profundidades del antiguo edificio empuñando el palo ardiente.

Zaraki observa al médico , que realiza movimientos extraños e incluso saca una daga , para acabar inyectándose algún tipo de medicamento, que parece calmarlo un poco . Alex pide perdón y menciona que le duele la cabeza.
-Los efectos de las plantas parecen avanzar rápidamente-piensa Zaraki , al que hace rato que las voces dejaron de atormentar , pero cuya cabeza también está a punto de explotar. Se controla porque no tiene ninguna  intención de parecer débil ante dos usuarios como aquellos.  De hecho , y sin que sirviese de precedente, en estos momentos estaría dispuesto a formar parte de la banda de estos curiosos individuos, pero nunca se lo diría , es demasiado orgulloso para aquello. Se sienta para ver si así logra calmar un poco esa terrible cefalea , en lo que Derian , que llevaba un buen rato en silencio , responde a su pregunta , diciéndole que ya le contara los detalles si salen con vida , pero que en este momento la vida de su médico está en peligro, Por el momento le revela que son arqueólogos , y tras una breve pausa , como esperando una réplica, se dirige al interior del templo encendiendo una antorcha para iluminar la estancia. Derian parte delante, y Alex , que apenas se puede sostener en pie se apoya en   Zaraki durante unos segundos. Los tres avanzan por oscuros pasillos, siempre atentos a cualquier ruido. Al girar una esquina , pueden distinguir a lo lejos varios puntos de luz , que recuerdan a una sala iluminada por antorchas. Derian les hace una señal de que avancen, pero Zaraki se frena en seco. En su mente , resuenan las palabras:
-Mátalos. Ellos son los asesinos de tu hermana. Es que no lo ves?

Zaraki sacude la cabeza negativamente, y sigue avanzando. Estas malditas plantas acabarían por matarlo , o peor, hacer que se enfrente al médico o al vampiro.

Ya puede ver la sala, pero no logra ver nada de interés en ella, aunque le recuerda a un salón del trono, pero sin trono. Sin embargo, Derian está entusiasmado con el hallazgo.
-Ya estamos cerca-dice el vampiro, que parece ver algo que los demás no pueden.
Zaraki se apoya en una columna esperando a que Derian le diga qué es lo que están haciendo exactamente allí.

El médico empezaba a sentir que perdía el control sobre sí mismo. Estaba empezando a costarle el controlarse. Necesitaba respirar tranquilamente para mantener la poca cordura que aún tenía. Caminaba apesumbrado por los pasillos. Suspiró. Más le valía a Derian y al cazador que estuvieran cerca de la maldita fuente.

Estaba pensando eso cuando el corredor por el que avanzaban desembocó en una enorme sala, similar a un salón del trono. Había un gran asiento ornamentado frente a ellos, con grabados e inscripciones en un idioma que el médico no sabía ni le interesaba descifrar en aquel momento. Había algo que había oído, y esperaba que no fuera una ilusión. Ruido de agua, un poco más adelante. Metió la mano en su maletín, y extrajo un cilindro con una anilla. Lo lanzó hacia delante, en la dirección en la que venía el sonido. La bomba de magnesio explotó, iluminando como una antorcha el lugar. Vio un reguero de agua bajar pegado a la pared. Aquella debía ser el agua que necesitaban. El médico se acercó, dispuesto a recoger el agua. Sin embargo, cuando estaba a escasos dos metros, a su lado la pared se derrumbó, levantando una oleada de polvo. Un bramido retumbó en la sala. Alex sintió como algo lo embestía, pero por suerte había permanecido en su forma gaseosa en cuanto ocurrió el derrumbe. La criaura lo atravesó. Por su tamaño, bien podía ser el animal que había dejado las huellas en la entrada de las ruinas. El médico continuó avanzando y empezó a llenar un bote con el agua curativa mientras a unos siete metros a su izquierda, la criatura se recolocaba para embestir, tal vez a Derian y Zaraki.

Al fin habían encontrado el agua. Derian sonrió, y avanzó hacia ahí. La alegría por haber encontrado la sala del trono quedó olvidada al ver que habían encontrado el último ingrediente del antídoto. Por un momento bajó la guardia, y cuando la pared se derrumbó y el gigantesco Frekou entró en la sala bramando, se llevó un respingo. Sin embargo, reaccionó rápido. Encajó la antorcha entre un montón de piedras caídas de las paredes y se preparó para hacerle frente a la bestia. Era un enorme reptil alado con aspecto de triceratops pero bípedo, y con dos brazos acabados en garras. Alex parecía estar demasiado tocado para hacerle frente, y dudaba que Zaraki pudiese con semejante bestia. "Es enorme. Al menos cinco metros de altura y doce de ala a ala."

- ¡Alex! ¡Ignora a la bestia y prepara el antídoto! ¡Zaraki, cubre a Alex! ¡Yo la mataré!

Rumble ball - Abominación vampírica

Velozmente, se metió la mano en la gabardina y sacó el tubo de plástico que le había dado Alex. "Veamos lo que pueden hacer estas bolitas. ¡Necesito ser algo grande y poderoso!" Abrió el tubo y dejó caer una rumble ball en la palma de su mano. Se la metió al instante en la boca. Aun no las había probado, y no conocía aun sus transformaciones. Tan sólo esperaba que fuese algo útil. De repente Derian comenzó a aumentar brutalmente de tamaño. Sus ropas desaparecieron, y su piel se volvió morada. Sus músculos aumentaron hasta una talla desproporcionada, y le salieron dos alas de su espalda. Le desapareció el pelo de la cabeza, y la boca se le lleno de colmillos desproporcionadamente grandes. Por último, le surgieron poderosas garras de las manos, y los ojos se le volvieron totalmente rojos (globo ocular incluido).

- Esto me gusta - dijo, con una voz anormalmente grave - ¡Ven aquí ahora, bestia!

Rugió, y cargó contra el Frekou. Ahora lo superaba en tamaño por un metro, y era más corpulento que él. Sin embargo la piel del reptil era bastante dura, y sus alas tenían una envergadura mayor. El ser correspondió cargando él también. Derian, esperándoselo, frenó en seco y agarró al ser por los cuernos. Lo levantó y volteó en el aire y lo lanzó por el agujero por donde había entrado en la sala. Hubo un sonido sordo y la estancia tembló. Con un feroz rugido, Derian echó a volar y atravesó el enorme agujero persiguiendo al Frekou. A su alrededor veía imágenes y escuchaba voces, pero no les prestaba atención. Cuando Derian cazaba, su atención se centraba únicamente en aquello que estaba cazando.

Tras inspeccionar con calma la sala, al fin encuentra lo que echaba de menos en una sala de estas características. Efectivamente, el trono se halla allí , en  una zona menos iluminada. Se trata de un asiento de dimensiones considerables, ornamentado , con inscripciones ininteligibles para Zaraki. Se dedica un tiempo a observar la belleza de tal objeto , al tiempo que una gran explosión , no muy lejos de donde se encuentra , distrae su atención. Gira en la dirección hacia la que provienen los ruidos y puede ver al médico recogiendo algo , pero, justo a su lado , se produce otro gran estruendo , y una gran criatura, posiblemente la misma cuyas huellas habían conducido al grupo hasta la zona del templo, y cuya pista habían perdido , embiste al médico , que con el poder de su extraña fruta, se convierte en un extraño gas, provocando que el bicho simplemente atraviese la nube que ahora es Alex.
- ¡Alex! ¡Ignora a la bestia y prepara el antídoto! ¡Zaraki, cubre a Alex! ¡Yo la mataré!-escucha gritar a Derian que se halla todavía bajo la forma que su fruta le otorga.
Tras estas palabras, Derian saca de algún bolsillo una especie de pastilla, y al tragarla se transforma , aumentando su tamaño brutalmente.
-Rumble balls.Esto se pone muy interesante.-piensa rápidamente Zaraki. Conoce la existencia de dichos objetos y ha oído leyendas sobre los terribles poderes que otorgan , pero nunca había visto una en acción , y sin duda era impresionante. En estos pensamientos se encuentra nuestro amigo , mientras la lucha entre el vampiro y el monstruo es encarnizada. Derian , con una fuerza sobrehumana , lanza a la criatura por los aires provocando que atraviese una pared, y se lanza a perseguirla por el agujero que ha formado. Entre tanto Zaraki apremia a Alex, que parece estar mezclando substancias, con la intención de crear el antídoto que necesitan , cada vez con más urgencia.
-Alex , por nuestro bien espero que no te falte demasiado, el tiempo apremia. Y con que te duela la cabeza la mitad que a mi , debes estar a punto de explotar- dice, mientras observa al médico , que le devuelve una sonrisa bastante tranquilizadora.
-El antídoto está casi listo .-confirma Alex.
-Me quedare contigo , creo que Derian podrá solo con la criatura. Viendo vuestros poderes, seguramente sería más un estorbo que una ayuda en ese combate-comenta Zaraki, y Alex asiente, mientras sigue mezclando substancias en varios viales.
-Listo .-dice Alex ,Refiriendose a su antídoto.
Zaraki se ofrece voluntario a ser el primero en probarlo , y tras tomar un trago, todo se oscurece para él...

Alex le dio la mezcla preparada al cazador. Esperaba que las prisas con las que había mezclado todos los ingredientes no hubieran afectado al resultado final. Sintió una puñalada en la cabeza. Era como si tuviera un hierro al rojo atravesándole. Gritó y se llevó las manos a la cabeza. Dolía demasiado. En un momento de locura, agarró el cuchillo y se lo llevó al cuello, dispuesto a cortarse con él. Se empezó a hacer un corte en el cuello, cerca de la yugular, pero se detuvo en un momento de lucidez y agarró el frasco con antídoto. Bebió un trago largo. Sabía a una mezcla entre huevos podridos y desinfectante, y le dio una arcada. Sin embargo se contuvo. Sintió como su vista se nublaba. Escuchaba a Derian pelear contra la criatura, más allá del muro, pero no podía ver nada. Perdió el conocimiento tras unos instantes.

Cuando abrió de nuevo los ojos, se encontraba tirado en el suelo. No sabía cuanto tiempo había pasado, pero no estaba en el templo. No sabía que había ocurrido. Ni siquiera quien lo había llevado hasta allí. Distinguió la voz lejana de alguien. Intuyó que se trataba de Drake. También podía ser Nat. Su vista seguía nublada y no podía ver bien, por lo que se dedicó a intentar escuchar las incomprensibles cosas que decían. Tras dos minutos lo acabó dando por imposible.

Parecía estar bajo techo. ¿Tal vez una tienda de campaña del campamento de Derian? No podía asegurarlo. Pero al menos aquellos endemoniados niños ya no lo molestaban. Había hecho bastante antídoto, además de añadir un inhibidor de esporas, lo cual evitaría un nuevo contagio en un tiempo suficiente como para irse de la isla. Empezó a preguntarse cosas: "¿Dónde estoy?¿Que ha pasado con Derian y Zaraki?¿Cómo he llegado hasta aquí?" y cosas similares, típicas de un despertar en un sitio desconocido. Sentía el sol entrando en aquel lugar, así que se levantó y salió al exterior, quedando momentáneamente cegado antes de poder ver a su alrededor.

Con un grito de victoria, la enorme bestia en que se había transformado Derian se abalanzó sobre el Frekou. Este estaba tirado boca arriba al otro lado del agujero, con un ala rota y dando quejidos de dolor. El lugar era una especie de gruta subterránea llena de estalactitas y estalagmitas. El vampiro rugió desgarrando el torso del reptil con rápidos cortes. El animal trató de revolverse y ambos comenzaron a rodar por la caverna clavándose las garras y tratando de matarse mutuamente. Derian daba mordiscos a ciegas, tratando de alcanzar el cuerpo del otro y sentenciar el combate succionando toda su sangre. Tras varios intentos, alcanzó un tramo de piel escamosa y mordió con todas sus fuerzas, cortando piel, carne y venas. La sangre comenzó a fluir a borbotones, y el monstruo vampírico sorbió esta todo lo rápido que pudo. El Frekou seguía lamentándose, pero era inútil ya. Unos segundos después dejó de debatirse y se quedó inmóvil. Vació su cuerpo de sangre, y con un grito de victoria volvió a su forma completa.

- Y no vuelvas a levantarte, mala bestia - dijo, cansado.

Tambaleándose, y con un fuerte dolor de cabeza, se encaminó hacia la habitación anterior. Las voces eran de nuevo audibles, y cada vez más fuertes. Derian hizo todo lo posible por ignorarlas, y llegó junto a su médico y el espadachín. Ambos estaban tirados en el suelo, inmóviles. No parecían estar muertos. Le bastó con acercarse un poco para escuchar el latido de sus corazones con su gran oído y constatar que seguían vivos. Entonces vio el antídoto. "No se si llegará para toda la tripulación... pero ojalá sea así. Nosotros hemos sucumbido más rápido al veneno porque nos metimos de lleno en la jungla, pero ellos deben estar aun en las primeras fases. Si me doy prisa, podré evitar quedarme sin marineros en mitad de una isla deshabitada." Dio un trago al antídoto, y al instante notó un fuerte adormecimiento. Sacudió la cabeza, cerró el frasco y se lo metió en el bolsillo, atontado. No podía dormirse pasase lo que pasase. Con un quejido, se cargó a Zaraki y a Alex a los hombros, y salió del templo caminando con esfuerzo. Una vez fuera, se elevó por los aires y comenzó a volar hacia el campamento. El aire lo despejó un poco al darle de frente en la cara, pero estaba muy cansado. Por si fuera poco, el sol contribuyó a debilitarle dándole de frente en la cara. Fue sólo por pura fuerza de voluntad que logró seguir volando y llegar al campamento. Una vez allí, sacó el frasco y llamó a gritos a la tripulación. La mayoría estaban medio atontados y notando ya los efectos del veneno, pero estaban lo suficientemente conscientes como para beberse la fórmula. Una vez lo hicieron y Derian se aseguró de que todo el mundo estaba curado, se fue a su tienda y se dejó caer en el suelo, quedando allí dormido al instante.

Zaraki se despierta , sobresaltado , con los primeros rayos del sol. No sabe cúanto tiempo ha pasado , han podido ser horas , días , o incluso semanas. Lo último que recuerda es tomarse la supuesta cura contra los efectos de la maldita planta que habita en la isla. Parece estar de nuevo en el campamento de Derian , así que en cuanto consigue mover sus agarrotados músculos se dirige a intentar descubrir que es lo que pasó tras tomar la medicina. Tan pronto como sale del lugar en que se encontraba , una gran tienda en la zona central del campamento , puede ver claramente a Derian y al médico charlando , parece que los efectos  de la medicina les han durado menos que a él. Se dirige hacia allí con intención de averiguar que ha pasado , mientras intenta recordar. Le vienen a la mente imágenes difusas. Recuerda algo , pero le parece una estupidez. -La planta también debe tener efectos alucinógenos -piensa. Pero , en el fondo , no se lo logra quitar de la cabeza. Está seguro de que Álex le ha ofrecido un puesto en la banda de Derian.-Imposible-se dice a sí mismo ,pero a medida que se acerca la incertidumbre lo invade, y en un arrebato de locura, se acerca a Alex y Derian y les grita:
-Está bien. Aceptaré unirme a la tripulación, pero solo si  Alex  consigue batirme en duelo singular.Si yo le derroto , me iré de aquí. Sin rencor.. Es como si lo hubiesen poseído. Tras unos segundos se da cuenta del error que ha cometido , mas es demasiado tarde. La suerte estaba echada. La decisión sería solo de Alex. Pobre de Zaraki si estaba equivocado y ni siquiera tenían intención de reclutarlo , quizá lo atacaran allí mismo sin piedad por semejante insolencia.
Alex y Derian, paralizados ante tal situación parecían estar meditando que hacer...