VS
Entorno: Escombros en la plaza central de Loguetown.
Turnos: Karl-Crimson-Karl-Crimson...
Condiciones:
A muerte.
Se puede huir, si el cuerpo aguanta.
Se puede usar el entorno.
Salto cada 24 horas.
De ganar Karl, desarrollará una técnica gratuitamente aceptable a su nivel.
De ganar Crimson, desarrollará una técnica gratuitamente aceptable a su nivel.
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Rylanor
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Akuma no mi
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El rostro de Karl era de ira extrema. ¡No sólo había tenido la osadía de desviarle de un empujón, si no que había matado él a Katrina! Su gran oportunidad, perdida. El Vicealmirante dio un grito que era más un rugido, y al instante se transformó mientras levitaba en una bestia que parecía salida de una pesadilla. No parecía una quimera. Era una bestia cuadrúpeda alada de tres metros de altura y doce de largo. Su piel era grisácea, y parecía una especie de cuero grueso y rugoso. Su cola estaba llena de pinchos afilados como cuchillas, y sus piernas estaban acabadas en poderosas garras. Pero lo más monstruoso era su rostro. Una cabeza alargada, como de mamífero deforme, con cuernos y una boca llena de colmillos.
- ¡RED STINGER! ¡ESTÁS MUERTO! - rugió, con una voz gutural que no era de humano.
De repente un destello amarillo apareció en dirección a Crimson. Inesperadamente, la bestia podía seguir usando las técnicas de Karl. Y era mucho más veloz... en su forma de Demonic Chimera la velocidad de este aumentaba hasta más que duplicar la de su Lightning Shadow en forma humana. Este Lightning Shadow era de 600 kilómetros por hora. Mientras se lanzaba hacia Crimson con las fauces abiertas, se recubrió en haki armadura totalmente y vomitó fuego hacia delante, de tal manera que con lo rápido que se movía, su boca quedaba envuelta en llamas en lugar de salir la llamarada hacia delante. Su intención era atrapar al pirata con su mordisco (lo que a 600 kilómetros por hora era casi seguro), destrozarlo con el ataque, y si sobrevivía, se quedaría envenenado y quemado. Más aun, su veneno en esa forma era especialmente peligroso. A diferencia del de su forma completa, este iba coagulando todo el flujo sanguíneo hasta llegar al corazón y matar al envenenado de un infarto. Además iba con sus garras extendidas, listo para desgarrarlo si lo intentaba esquivar de alguna manera (lo que también resultaría potencialmente letal, dado que sus garras también eran venenosas y por la velocidad a la que iba).
Asalto de la Quimera rabiosa [AB] [Haki Armadura nivel 3]
La ira que sentía Karl por dentro no la había sentido hasta entonces... era la primera vez que activaba su forma de Demonic Chimera en combate. Sólo la rabia extrema activaba el poder de aquella forma, como la que le corroía en ese momento. Red Stinger se había reído en su cara de él en el puerto, engañándole, y ahora tenía la osadía de matar a Katrina Belatona ante sus mismísimas narices cuando pretendía hacerlo él. Su plan de meses de cuidadosa preparación para llegar a Almirante, fastidiado en un momento. Ahora ansiaba venganza, y cuanto antes. Tomaría su vida como venganza, destrozaría su cuerpo, y después iría a por Namzug. Su llama consumiría a todos sus enemigos. Nadie iba a interponerse entre él y sus objetivos. "Nadie puede contrariar a la Quimera sin pagarlo"
- ¡RED STINGER! ¡ESTÁS MUERTO! - rugió, con una voz gutural que no era de humano.
De repente un destello amarillo apareció en dirección a Crimson. Inesperadamente, la bestia podía seguir usando las técnicas de Karl. Y era mucho más veloz... en su forma de Demonic Chimera la velocidad de este aumentaba hasta más que duplicar la de su Lightning Shadow en forma humana. Este Lightning Shadow era de 600 kilómetros por hora. Mientras se lanzaba hacia Crimson con las fauces abiertas, se recubrió en haki armadura totalmente y vomitó fuego hacia delante, de tal manera que con lo rápido que se movía, su boca quedaba envuelta en llamas en lugar de salir la llamarada hacia delante. Su intención era atrapar al pirata con su mordisco (lo que a 600 kilómetros por hora era casi seguro), destrozarlo con el ataque, y si sobrevivía, se quedaría envenenado y quemado. Más aun, su veneno en esa forma era especialmente peligroso. A diferencia del de su forma completa, este iba coagulando todo el flujo sanguíneo hasta llegar al corazón y matar al envenenado de un infarto. Además iba con sus garras extendidas, listo para desgarrarlo si lo intentaba esquivar de alguna manera (lo que también resultaría potencialmente letal, dado que sus garras también eran venenosas y por la velocidad a la que iba).
Asalto de la Quimera rabiosa [AB] [Haki Armadura nivel 3]
La ira que sentía Karl por dentro no la había sentido hasta entonces... era la primera vez que activaba su forma de Demonic Chimera en combate. Sólo la rabia extrema activaba el poder de aquella forma, como la que le corroía en ese momento. Red Stinger se había reído en su cara de él en el puerto, engañándole, y ahora tenía la osadía de matar a Katrina Belatona ante sus mismísimas narices cuando pretendía hacerlo él. Su plan de meses de cuidadosa preparación para llegar a Almirante, fastidiado en un momento. Ahora ansiaba venganza, y cuanto antes. Tomaría su vida como venganza, destrozaría su cuerpo, y después iría a por Namzug. Su llama consumiría a todos sus enemigos. Nadie iba a interponerse entre él y sus objetivos. "Nadie puede contrariar a la Quimera sin pagarlo"
Crimson
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Vio como recorría sangre por su hoja, goteando por ella hasta caer y esparcirse por el suelo. Miró su espada y dio un sutil giro a su cuello y miró a Katrina Bellatona. No se lo podía creer. Estaba tendida en el suelo. Bañada de rojo. Muerta. No había sido suficiente su acto para poder salvarla. Se sentía culpable en ese momento. Su propia katana era la que la fulminó los últimos segundos de la Yonkou. Se lamentó de no haber podido salvarla y sus ojos azules grisáceos apuntaron a Karl, clavándose, fijos en su figura a más de quince metros de distancia. Un pequeño brillo pareció formarse de él. Estaba enfadado, mucho. No sólo con Karl, también con él mismo. No soportaba la idea de no ser capaz de lograr lo que se proponía, no soportaba ese sentimiento de impotencia que sentía en ese momento, no soportaba el hecho de Karl, a pesar de todo se hubiera salido con la suya, no soportaba ver como yacía aquella mujer entre los escombros con un corte provocado por los dos, no soportaba que la marina siempre termine haciendo lo que quería. Con los diales de rayo se dio aún más potencia a su ya dolorido cuerpo por culpa del rayo que acababa de darle. Los rayos lo tenían totalmente recubierto. Su Red Aura brillaba más que nunca, todo a dos metros a su redonda se bañaba en el mismo color rojo que le inundaba a él. Su corazón, su pulso, sus respiraciones, todo estaba acelerado. Su cuerpo estaba más que preparado para la inminente batalla. No iba a perdonar a Karl, no iba a perdonarse a sí mismo, no iba irse sin combatir, aunque sea la última vez de su vida.
Estalló un rugido, una bestia aún más terrorífica que a la que se afrentó en Litlle Garden se hallaba frente a él. De aquel monstruo salió unas palabras que le amenazaban de lo que estaba a punto de suceder. Sus venas se hincharon y le empezaron a arder, recordando el veneno de él que le recorrieron una vez. Crimson, casi por acto reflejo pasó a su forma híbrida, dejando la parcial atrás, Su tamaño aumentó hasta medir alrededor de los tres metros de alto. Su cuerpo seguía siendo estilizado, para seguir siendo capaz de volar a esas velocidades extremas. Sus plumas, totalmente erizadas por los rayos y rojas por el aura mostraban claramente lo que pretendía. Luchar.
-¡Haz de éste tu ultimo Gran Día, Quimera Karl!-gritó el águila respondiendo a las palabras de su enemigo, pues ahora lo consideraba como tal. Pensó en su tripulación, pensó en Allen que probablemente estuviese viendo todo aquel combate, pensó en todos los amigos que había hecho hasta entonces, pensó en todas las mujeres con las que había estado, pensó en ese par que realmente lograron cautivarlo, pensó en Uracha, pensó en Deadpool, pensó en las metas que tenía y pensó en su pelirroja, Dark D. Rose. Definitivamente no tenía pensado morir en ese momento ni en ese día. Pero si lo hacía, esperaba que su recuerdo lo siguiese manteniendo con vida y que ellos cumpliesen sus sueños, sueño que él no alcanzaría si moría.
Sabía que se iba a lanzar a por él, sabía cómo, sabía que no podía esquivarlo, sabía que era mucho más poderoso que él, sabía que no saldría indemne, sabía que huir era la peor opción en ese momento y sabía que sólo había una forma de defenderse, atacar. Aceleró viokentamente, usando haki en sus piernas. Estas dieron un brillo metálico de color negro. El suelo se agrietó y se destrozó por sus poderosa arrancada, por lo menos seis veces más rápida que su forma híbrida normal e incluso más si tenía en cuenta que con su haki su fuerza aumentaba en el lugar en el que lo aplicase. Dio un prodigioso salto para blandir sus portentosas alas carmín y acelerar más si cabe su velocidad. No sabía si era tan rápido en ese momento como su contrincante, pero al menos debería de acercársele bastante, pues no tenía mucho espacio para acelerar.
-Ittoryu: Ryusenkan [AB] [Haki de Armadura Nivel 2 + Haki de Observación Nivel 2]
Echó las alas hacia atrás, dejando de moverlas, poniéndola en una posición mucho mñas aérodinámica. Giro en su propio eje creando un tornado de de pequeños relámpagos a su alrededor que se iba juntando en uno sólo que giraba junto él. Su hoja, se recubría de las descargas que brotaban de sus dos diales, aumentando más aún su poder de corte, el filo de su hoja se estiró y se bañó en ellas. Se abrazó a su espada, ahora negra, concentrando todo su haki ahí, dejando a un lado la defensa, a diferencia de él, que a pesar de tener un haki superior lo había repartido uniformemente por todo su cuerpo. Más que una espada era un taladro rojo en medio de una tormenta, pues encima llovía, en ese momento. Quería destrozarle todos esos colmillos con su meitou, quería electrocutarlo, quería atravesar su gargante, quería matarlo. Entró directamente a sus fauces en esa vorágine de electricidad que lo rodeaba. Agachó la cabeza, protegiéndose la cara con el pecho. Notó como sus colmillos le atravesaban varias partes de su cuerpo, desgarrándolo, dejó de sentir su brazo derecho. De su hombro brotó una chorro de sangre. Había perdido esa extremidad. Sus piernas estaban llenándose de cortes por todos esos dientes. Volvió a sentir ese ardor en las venas. Sintió como sus plumas estaban en llamas mientras entraba, aunque esperaba que debido a la velocidad en conjunto de ambos el fuego fuese sólo pasajero y no le achicharrase del todo. Esperaba entrar dentro de la desvirtuada quimera y salir atravesándolo del todo.
Estalló un rugido, una bestia aún más terrorífica que a la que se afrentó en Litlle Garden se hallaba frente a él. De aquel monstruo salió unas palabras que le amenazaban de lo que estaba a punto de suceder. Sus venas se hincharon y le empezaron a arder, recordando el veneno de él que le recorrieron una vez. Crimson, casi por acto reflejo pasó a su forma híbrida, dejando la parcial atrás, Su tamaño aumentó hasta medir alrededor de los tres metros de alto. Su cuerpo seguía siendo estilizado, para seguir siendo capaz de volar a esas velocidades extremas. Sus plumas, totalmente erizadas por los rayos y rojas por el aura mostraban claramente lo que pretendía. Luchar.
-¡Haz de éste tu ultimo Gran Día, Quimera Karl!-gritó el águila respondiendo a las palabras de su enemigo, pues ahora lo consideraba como tal. Pensó en su tripulación, pensó en Allen que probablemente estuviese viendo todo aquel combate, pensó en todos los amigos que había hecho hasta entonces, pensó en todas las mujeres con las que había estado, pensó en ese par que realmente lograron cautivarlo, pensó en Uracha, pensó en Deadpool, pensó en las metas que tenía y pensó en su pelirroja, Dark D. Rose. Definitivamente no tenía pensado morir en ese momento ni en ese día. Pero si lo hacía, esperaba que su recuerdo lo siguiese manteniendo con vida y que ellos cumpliesen sus sueños, sueño que él no alcanzaría si moría.
Sabía que se iba a lanzar a por él, sabía cómo, sabía que no podía esquivarlo, sabía que era mucho más poderoso que él, sabía que no saldría indemne, sabía que huir era la peor opción en ese momento y sabía que sólo había una forma de defenderse, atacar. Aceleró viokentamente, usando haki en sus piernas. Estas dieron un brillo metálico de color negro. El suelo se agrietó y se destrozó por sus poderosa arrancada, por lo menos seis veces más rápida que su forma híbrida normal e incluso más si tenía en cuenta que con su haki su fuerza aumentaba en el lugar en el que lo aplicase. Dio un prodigioso salto para blandir sus portentosas alas carmín y acelerar más si cabe su velocidad. No sabía si era tan rápido en ese momento como su contrincante, pero al menos debería de acercársele bastante, pues no tenía mucho espacio para acelerar.
-Ittoryu: Ryusenkan [AB] [Haki de Armadura Nivel 2 + Haki de Observación Nivel 2]
Echó las alas hacia atrás, dejando de moverlas, poniéndola en una posición mucho mñas aérodinámica. Giro en su propio eje creando un tornado de de pequeños relámpagos a su alrededor que se iba juntando en uno sólo que giraba junto él. Su hoja, se recubría de las descargas que brotaban de sus dos diales, aumentando más aún su poder de corte, el filo de su hoja se estiró y se bañó en ellas. Se abrazó a su espada, ahora negra, concentrando todo su haki ahí, dejando a un lado la defensa, a diferencia de él, que a pesar de tener un haki superior lo había repartido uniformemente por todo su cuerpo. Más que una espada era un taladro rojo en medio de una tormenta, pues encima llovía, en ese momento. Quería destrozarle todos esos colmillos con su meitou, quería electrocutarlo, quería atravesar su gargante, quería matarlo. Entró directamente a sus fauces en esa vorágine de electricidad que lo rodeaba. Agachó la cabeza, protegiéndose la cara con el pecho. Notó como sus colmillos le atravesaban varias partes de su cuerpo, desgarrándolo, dejó de sentir su brazo derecho. De su hombro brotó una chorro de sangre. Había perdido esa extremidad. Sus piernas estaban llenándose de cortes por todos esos dientes. Volvió a sentir ese ardor en las venas. Sintió como sus plumas estaban en llamas mientras entraba, aunque esperaba que debido a la velocidad en conjunto de ambos el fuego fuese sólo pasajero y no le achicharrase del todo. Esperaba entrar dentro de la desvirtuada quimera y salir atravesándolo del todo.
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Primero vio un destello rojizo yendo hacia él, pero iba demasiado rápido para distinguir nada de lo que le rodeaba. Luego, dolor. Un dolor intensísimo en la mandíbula, cuando el impacto combinado con el ataque de Crimson le reventó varios dientes a pesar de su poderoso haki armadura. Y no se acabó ahí. A pesar de que había sido desviado y frenado por el choque inicial, el ataque siguió entrando, haciéndole cortes en el paladar y rajándole de cuajo toda la parte derecha del equivalente en su forma de Quimera a la mejilla, de tal manera que si cerrase la boca, un pedazo grande de carne y piel le quedaría colgando, dejando al descubierto la parte derecha de su mandíbula inferior. Pero tampoco paró aun ahí. La espada siguió penetrando y se le clavó en los músculos de la parte derecha del rostro, algo más atrás de dónde había cortado. Y ni así acabó todo. Una terrible descarga eléctrica le hizo aullar de dolor, y revolcarse en el aire luchando por no perder la consciencia y estrellarse contra el suelo de la plaza. Gritó como había gritado cuando perdió su ojo izquierdo, o cuando Allen le rajó el torso y casi lo parte a la mitad. Como cuando Takeshi lo travesó con sus espadas. El dolor era indecible, y la descarga estuvo a punto de matarlo.
Casi inconscientemente, gimoteando por el dolor, cerró con fuerza sus mandíbulas por el entumecimiento de los músculos. Estaba terriblemente aturdido y a duras penas se mantenía despierto y consciente. En un instante de lucidez, tomó aire y vomitó una poderosa llamarada. Muriese o no, se llevaría consigo a Red Stinger, o al menos le causaría un gran daño. Comenzó a bambolearse en el aire, cada vez notando más dolor en los músculos por forzarlos a mantenerse volando a pesar del entumecimiento de la electricidad. No era capaz de mantener su técnica de levitación, por eso se veía obligado a volar con sus propias alas. Como un moscardón borracho y gigantesco, revoloteó por la plaza dando tumbos, y finalmente, escupió a Red Stinger en una esquina. No quería saber nada más del combate... y su rival debía estar destrozado ya.
Mordisco llameante [AMF] [Haki armadura nivel 3]
Volando como pudo, se dejó caer pesadamente sobre un tejado (haciendo temblar peligrosamente el edificio) y volvió a su forma de humano. Respiró con dificultad y metió su mano en su bolsa de médico, rebuscando en su interior. La herida de la mandíbula le sangraba a chorros... no sólo porque llevaba la mitad de su mejilla colgando, si no porque el corte en el interior de la boca le había llegado hondo y cortado una arteria. Si no hacía algo, podía incluso desangrarse. A pesar de su estado, logró sacar un tubo blanco: el regenerador celular. Se lo acercó a la boca y le dio al botón que liberaba el compuesto pegando la abertura a la herida interior. Tras usar una cantidad apropiada, y notando que ya sangraba menos, se cogió con cuidado con los dedos la piel que le colgaba y unió ambos extremos de la herida como pudo. Activó de nuevo el tubo y gastó el resto de la medicina en cerrar la herida. Sabía que no debía hablar demasiado o forzar mucho la boca o se abriría de nuevo, pero así al menos no iría enseñando los dientes por ahí... aunque le quedaría una fea cicatriz cuando curase.
- Puto Stinger... tocando los huevos hasta el final.
Machacado, sacó un puro, se lo llevó a la boca y lo encendió. Dio una larga calada y echó una bocanada de humo. Al instante se arrepintió, pues le picaba una animalada en la herida. Enfadado, lo apagó intentando no estropearlo y se lo guardó. "Ni un puro me puedo fumar tranquilo... si sobrevive, juro que le meteré todos los puros de mi caja por el culo uno a uno. ENCENDIDOS." Suspiró y se quedó tirado donde estaba, reposando. Tardaría un rato en pasársele el efecto de la descarga, y aunque no estaría al 100% de sus fuerzas, sí listo para seguir combatiendo con eficacia. Pero antes debía descansar un rato.
Casi inconscientemente, gimoteando por el dolor, cerró con fuerza sus mandíbulas por el entumecimiento de los músculos. Estaba terriblemente aturdido y a duras penas se mantenía despierto y consciente. En un instante de lucidez, tomó aire y vomitó una poderosa llamarada. Muriese o no, se llevaría consigo a Red Stinger, o al menos le causaría un gran daño. Comenzó a bambolearse en el aire, cada vez notando más dolor en los músculos por forzarlos a mantenerse volando a pesar del entumecimiento de la electricidad. No era capaz de mantener su técnica de levitación, por eso se veía obligado a volar con sus propias alas. Como un moscardón borracho y gigantesco, revoloteó por la plaza dando tumbos, y finalmente, escupió a Red Stinger en una esquina. No quería saber nada más del combate... y su rival debía estar destrozado ya.
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Volando como pudo, se dejó caer pesadamente sobre un tejado (haciendo temblar peligrosamente el edificio) y volvió a su forma de humano. Respiró con dificultad y metió su mano en su bolsa de médico, rebuscando en su interior. La herida de la mandíbula le sangraba a chorros... no sólo porque llevaba la mitad de su mejilla colgando, si no porque el corte en el interior de la boca le había llegado hondo y cortado una arteria. Si no hacía algo, podía incluso desangrarse. A pesar de su estado, logró sacar un tubo blanco: el regenerador celular. Se lo acercó a la boca y le dio al botón que liberaba el compuesto pegando la abertura a la herida interior. Tras usar una cantidad apropiada, y notando que ya sangraba menos, se cogió con cuidado con los dedos la piel que le colgaba y unió ambos extremos de la herida como pudo. Activó de nuevo el tubo y gastó el resto de la medicina en cerrar la herida. Sabía que no debía hablar demasiado o forzar mucho la boca o se abriría de nuevo, pero así al menos no iría enseñando los dientes por ahí... aunque le quedaría una fea cicatriz cuando curase.
- Puto Stinger... tocando los huevos hasta el final.
Machacado, sacó un puro, se lo llevó a la boca y lo encendió. Dio una larga calada y echó una bocanada de humo. Al instante se arrepintió, pues le picaba una animalada en la herida. Enfadado, lo apagó intentando no estropearlo y se lo guardó. "Ni un puro me puedo fumar tranquilo... si sobrevive, juro que le meteré todos los puros de mi caja por el culo uno a uno. ENCENDIDOS." Suspiró y se quedó tirado donde estaba, reposando. Tardaría un rato en pasársele el efecto de la descarga, y aunque no estaría al 100% de sus fuerzas, sí listo para seguir combatiendo con eficacia. Pero antes debía descansar un rato.
Crimson
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Destrozados. Esa es la mejor palabra para definir el estado de los dos combatientes. El capitán de sons of Anarchy yacía en el suelo, totalmente ensangrentado, pero no desangrándose, con multitud de heridas y un par de sus colmillos aún clavados en su cuerpo. En parte por las quemaduras, no tan graves debido a la velocidad a la que había cruzado el fuego, pero sobretodo por el veneno coagulante que impedía que su sangre se moviese con libertad. A varios metros de distancia estaba el Vicealmirante, con la cara destrozada por el choque de ataques, volando torpemente con sus alas, apenas soportando el dolor. El monstruo de la marina contra el águila pirata. Ése sería un buen titular para la pelea que acababa de acontecer en apenas escasos momentos, pues hace apenas unos segundos que Crimson había saltado del edificio dispuesto a salvar a Katrina Bellatona, aunque luego falló en su intento y fue su propia hoja salvadora la que degolló a la emperatriz pirata. En apenas segundos se había iniciado y concluido el combate con dos poderosos ataques.
En el suelo Crimson temblaba por el dolor. Su rostro estaba tenso de apretar fuertemente sus mandíbulas intento no gritar. Seguía en su forma híbrida. Con su habilidad todavía activada fue capaz de ir cojeando hasta su brazo que estaba a unos metros de él. Guardó su katana para tener el brazo izquierdo libre. El fuego que los rodeaba se extinguía por culpa de la lluvia. Cada gota que le caía encima era como un puñal clavándose en sus heridas. Llegó por fin y lo recogió. Su brazo, al desprenderse de él, había vuelto a su forma humana. Lo guardó dentro de uno de los compartimentos de su abrigo. No tuvo mucho cuidado con él, pues no tenía mucho tiempo si quería sobrevivir. Encima todo fue a peor.
Karl volvió lanzando un último ataque. Una enorme ola de fuego se aproximó nuevamente a él. Haciendo un acopio de sus escasas fuertes se desplazó con ayuda de sus alas hacia un lateral, buscando esquivar gran parte de las llamas, a su vez, desenfundó su Rebellion para absorber todo el fuego que podía. Fue insuficiente. Las llamas lo empujaron varios metros hacia atrás y sus plumas no tardaron en incendiarse. De no ser por el movimiento y la espada ya estaría más que muerto. Rodó por el mojado suelo, buscando apagarse y volvió a su forma humana, para desaparecer las prendidas plumas. Su cuerpo, tenía numerosas quemaduras. Ya no veía a la quimera. Probablemente se había ido pensado que eso sería suficiente para rematar a Crimson.
Sacó su Den Den mushi y llamó a su gran amigo Deadpool -Eh, creo que...- hizo una breve pausa para toser- necesito de tus pastillas, pero no de las que nos gustan a nosotros... Estoy un pelín envenenado, así que ven cuánto antes y trae ayuda si puedes... No te llamaría si no fuera estrictamente necesario... Estoy en cerca del patíbulo... ¡Ven!- colgó y volvió a llamar-.Rose... Creo que... Es buen momento para esa... Segunda cita- dijo con la respiración entrecortada y riendo ligeramente. En su voz se podía notar el gravísimo estado en el que se encontraba- Estoy en la plaza central, enfrente del Ayuntamiento... Muy ce-cerca de la plataforma de ejecución. Trae a Ikaru lo más rápido que puedas... Y... Ayudad a Abyss, que está intentando sobrevivir contra un Almirante. Incluso desde aquí puedo verlo... Creo que él lo tiene ligeramente más complicado que yo- finalizó intentando reír, a pesar de no conseguirlo y cortó la llamada. Ya no podía hacer mucho más, si no venían enseguida, esas podrían ser sus últimas palabras. Se abrazó a su brazo y soltó la espada de Fuego, no tenía más fuerzas para seguir cogiéndolo. Ni siquiera podía quitarse los dos colmillos, uno del muslo y el otro en las costillas, que todavía seguían incrustado en su cuerpo. Miró al cielo y vio como caían incesantemente, para su desgracia y dolor, las gotas. Parecía que lo hacían en cámara lenta, parecía que era lo último que vería. Soltaba sonidos preocupantes al respirar, su cuerpo tiritaba. Sentía escalofríos. Le costaba el simple hecho de existir, pero quería mantenerse despierto. Iba a aguantar hasta que viniera a por él. Crimson agonizaba, pero era lo único que le quedaba por hacer.
En el suelo Crimson temblaba por el dolor. Su rostro estaba tenso de apretar fuertemente sus mandíbulas intento no gritar. Seguía en su forma híbrida. Con su habilidad todavía activada fue capaz de ir cojeando hasta su brazo que estaba a unos metros de él. Guardó su katana para tener el brazo izquierdo libre. El fuego que los rodeaba se extinguía por culpa de la lluvia. Cada gota que le caía encima era como un puñal clavándose en sus heridas. Llegó por fin y lo recogió. Su brazo, al desprenderse de él, había vuelto a su forma humana. Lo guardó dentro de uno de los compartimentos de su abrigo. No tuvo mucho cuidado con él, pues no tenía mucho tiempo si quería sobrevivir. Encima todo fue a peor.
Karl volvió lanzando un último ataque. Una enorme ola de fuego se aproximó nuevamente a él. Haciendo un acopio de sus escasas fuertes se desplazó con ayuda de sus alas hacia un lateral, buscando esquivar gran parte de las llamas, a su vez, desenfundó su Rebellion para absorber todo el fuego que podía. Fue insuficiente. Las llamas lo empujaron varios metros hacia atrás y sus plumas no tardaron en incendiarse. De no ser por el movimiento y la espada ya estaría más que muerto. Rodó por el mojado suelo, buscando apagarse y volvió a su forma humana, para desaparecer las prendidas plumas. Su cuerpo, tenía numerosas quemaduras. Ya no veía a la quimera. Probablemente se había ido pensado que eso sería suficiente para rematar a Crimson.
Sacó su Den Den mushi y llamó a su gran amigo Deadpool -Eh, creo que...- hizo una breve pausa para toser- necesito de tus pastillas, pero no de las que nos gustan a nosotros... Estoy un pelín envenenado, así que ven cuánto antes y trae ayuda si puedes... No te llamaría si no fuera estrictamente necesario... Estoy en cerca del patíbulo... ¡Ven!- colgó y volvió a llamar-.Rose... Creo que... Es buen momento para esa... Segunda cita- dijo con la respiración entrecortada y riendo ligeramente. En su voz se podía notar el gravísimo estado en el que se encontraba- Estoy en la plaza central, enfrente del Ayuntamiento... Muy ce-cerca de la plataforma de ejecución. Trae a Ikaru lo más rápido que puedas... Y... Ayudad a Abyss, que está intentando sobrevivir contra un Almirante. Incluso desde aquí puedo verlo... Creo que él lo tiene ligeramente más complicado que yo- finalizó intentando reír, a pesar de no conseguirlo y cortó la llamada. Ya no podía hacer mucho más, si no venían enseguida, esas podrían ser sus últimas palabras. Se abrazó a su brazo y soltó la espada de Fuego, no tenía más fuerzas para seguir cogiéndolo. Ni siquiera podía quitarse los dos colmillos, uno del muslo y el otro en las costillas, que todavía seguían incrustado en su cuerpo. Miró al cielo y vio como caían incesantemente, para su desgracia y dolor, las gotas. Parecía que lo hacían en cámara lenta, parecía que era lo último que vería. Soltaba sonidos preocupantes al respirar, su cuerpo tiritaba. Sentía escalofríos. Le costaba el simple hecho de existir, pero quería mantenerse despierto. Iba a aguantar hasta que viniera a por él. Crimson agonizaba, pero era lo único que le quedaba por hacer.
Bueno, voy a considerar que esto es un empate. Así que voy a ser bueno y ambos desarrolláis una técnica gratuitamente (si sobrevivís al capítulo en lo que queda, con esas heridas).
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