Lion D. Karl vs Crimson
Little GardenEl nombre de la isla es en sí mismo una contradicción. Es una de las islas prehistóricas todavía atrapadas en la edad de piedra con plantas y animales prehistóricos como los dinosaurios.
Turnos: Crimson - Karl - Crimson
Moderaciones: Devid2X
Reglas propuestas por crimson
-El reto podrá ser tanto a K.O como por nivel del rol en el que se moderará escénico, bélico, descriptivo.
-Los salteos de turno son de 48 horas y en caso de que ocurra se asumirá el daño al cien por cien en caso de que ocurra alguno.
-El lugar en el que se realizará el combate, el escenario, será elegido por el moderador del combate y debería ser un sitio imparcial para ambos combatientes.
-El ganador se llevará 1200 de experiencia y el perdedor 500 de experiencia.
-Si gano me convierto en Yonkaikyo. Supuestamente están los cuatro pero dos de ellos no se pasan a postear y creo que tengo nivel suficiente como para poder optar a ser uno así como también si derroto a Karl demostraré las cualidades necesarias para obteenr dicho cargo.
Regla propuesta por karl
-los daños serán permanentes
Crimson
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“Little Garden, otra vez nos encontramos” pasaba por la cabeza del joven pirata que merodeaoaba por aquella isla prehistórica en la que todavía habitaban muchos seres ya extintos en el resto del mundo, tales como dinosaurios y antiguos árboles gigantescos. Era un lugar en el cual se sentía cómodo ya que había estado en él varias veces y, curiosamente, casi siempre había acabado luchando en ese lugar, quemándo los bosques en numerosas ocasiones, resultando también él, herido.
Los animales del lugar parecían ya reconocer su simple presencia con solo sentir su olor, ver su figura o escuchar su respiración y la verdad es que era uno de los principales causantes de la muerte de muchos de ellos, así como también de la destrucción de sus hábitats. Era normal que ya supieran quién es su amable amigo del abrigo rojo. Lejos de querer atacarle éstos se alejaban, ya empezaban a tenerle miedo, sobretodo teniendo en cuenta que ya no era aquel aprendiz de hace tiempo, sino que poco a poco iba convirtiéndose en lo que buscaba tras muchos arduos combates y distintas desventuras, alguna que otra amorosa.
Caminaba por los bosques sigilosamente, aunque no lo hacía queriendo, simplemente es que sus pasos y movimientos eran así por naturaleza, entre la espesa maleza y los enormes troncos de los que apenas podía observar la copa del lado superior de los mismos que sombreaban todo el camino por la abundancia de las hojas.
Había escuchado que se encontraban en esa isla un grupo de reclutas marines buscando alguna especie de planta en especial, cosa que le importaba poco. Lo que era realmente interesante de esa revelación era el hecho de que al mando de ellos, y casi como niñera de los mismos, había un marine talentoso que se estaba ganando una buena reputación en la marina. No había nada que le gustase más que encontrarse con jóvenes marines para demostrar de lo que era capaz.
Ahora que sabía, o al menos esperaba, que un oficial coincidía en la misma isla que él tenía la necesidad imperiosa de encontrarse con él y comprobar si los rumores eran ciertos o si sólo era propaganda del periódico hecho expresamente por el gobierno mundial esperando ganarse la confianza de un pueblo que poco, o nada, conocía de la verdad de éstos y de su forma de gobernar.
Se preguntaba donde podría encontrarlos.
-¿Si fuera un remilgado soldado de traje blanco y con el cerebro lavado donde me metería?-pensaba absorto en sus pensamientos más profundos y conspiranoicos de su alocada y algo soñadora mente ambiciosa.-
Con la mano en la quijada mirando al infinito se hacía esa pregunta mientras continuaba con sus andaduras por la selva se cruzó un pequeño lagarto carnívoro delante de él, al parecer era de los pocos que no le reconocía, quizás era muy joven para saber de sus destrozos, grave error. El pequeño animal intentó morderle pues estaba pisando algunos de sus huevos al pasar, aún pensando en donde podrían encontrarse. Al notar como se acercaba ese ofidio le lanzó una patada que le rompió el cuello al instante dejándolo igual de roto que sus huevos.
Un marine, un novato que acaba de pasar de barrer y fregar los suelos a ponerse un uniforme, vio todo lo ocurrido y se acercó a comprobar su procedencia, pues no estaba permitida la entrada a la isla mientras estuvieran ellos buscando lo que se que busquen.
-Señor, deténgase. ¿Qué clase de individuo es usted y porque acaba de matar a ese pobre lagarto?-dijo queriendo imponer algo de respeto con la voz, cosa que no logró.-
-¿Quién me lo pregunta?-respondió irónico ignorándole totalmente. Continuó con su camino como si no lo viese.-
El marine se enfadó por la burla, como cabía de esperar, y desenfundado su espada se acercó a toda prisa al pirata, que seguía sin mirarle, dispuesto a detenerle. Él con un rápido movimiento logró adalantarse al pobre e inexperto marine y le tomó del cuello estampándolo contra un arbol y extragulándolo con una sola mano.
-Vaya, de esta pasta estáis hechos los marines hoy en día, que decepción-dijo riéndose de él mientras veía como se agotaban las fuerza.-
Algo en el traje del marine llamó su atención. Había un den den mushi, con un único número marcado (muy probablemente el de su superior). No podía tener tanta suerte. Cogió el caracol y llamó al número.
-Moshi mosh...-dijo irónico.- Tengo un amigo que te está esperando. Seas quien seas dile al hombre de más alto rango de tu grupo que lo espero exclusivamente a él en el pequeño prado del norte de la isla en dos horas o quizás su “amigo” no tenga tanta suerte...-concluyó riéndose y sin dejar tiempo de responder.-
Los animales del lugar parecían ya reconocer su simple presencia con solo sentir su olor, ver su figura o escuchar su respiración y la verdad es que era uno de los principales causantes de la muerte de muchos de ellos, así como también de la destrucción de sus hábitats. Era normal que ya supieran quién es su amable amigo del abrigo rojo. Lejos de querer atacarle éstos se alejaban, ya empezaban a tenerle miedo, sobretodo teniendo en cuenta que ya no era aquel aprendiz de hace tiempo, sino que poco a poco iba convirtiéndose en lo que buscaba tras muchos arduos combates y distintas desventuras, alguna que otra amorosa.
Caminaba por los bosques sigilosamente, aunque no lo hacía queriendo, simplemente es que sus pasos y movimientos eran así por naturaleza, entre la espesa maleza y los enormes troncos de los que apenas podía observar la copa del lado superior de los mismos que sombreaban todo el camino por la abundancia de las hojas.
Había escuchado que se encontraban en esa isla un grupo de reclutas marines buscando alguna especie de planta en especial, cosa que le importaba poco. Lo que era realmente interesante de esa revelación era el hecho de que al mando de ellos, y casi como niñera de los mismos, había un marine talentoso que se estaba ganando una buena reputación en la marina. No había nada que le gustase más que encontrarse con jóvenes marines para demostrar de lo que era capaz.
Ahora que sabía, o al menos esperaba, que un oficial coincidía en la misma isla que él tenía la necesidad imperiosa de encontrarse con él y comprobar si los rumores eran ciertos o si sólo era propaganda del periódico hecho expresamente por el gobierno mundial esperando ganarse la confianza de un pueblo que poco, o nada, conocía de la verdad de éstos y de su forma de gobernar.
Se preguntaba donde podría encontrarlos.
-¿Si fuera un remilgado soldado de traje blanco y con el cerebro lavado donde me metería?-pensaba absorto en sus pensamientos más profundos y conspiranoicos de su alocada y algo soñadora mente ambiciosa.-
Con la mano en la quijada mirando al infinito se hacía esa pregunta mientras continuaba con sus andaduras por la selva se cruzó un pequeño lagarto carnívoro delante de él, al parecer era de los pocos que no le reconocía, quizás era muy joven para saber de sus destrozos, grave error. El pequeño animal intentó morderle pues estaba pisando algunos de sus huevos al pasar, aún pensando en donde podrían encontrarse. Al notar como se acercaba ese ofidio le lanzó una patada que le rompió el cuello al instante dejándolo igual de roto que sus huevos.
Un marine, un novato que acaba de pasar de barrer y fregar los suelos a ponerse un uniforme, vio todo lo ocurrido y se acercó a comprobar su procedencia, pues no estaba permitida la entrada a la isla mientras estuvieran ellos buscando lo que se que busquen.
-Señor, deténgase. ¿Qué clase de individuo es usted y porque acaba de matar a ese pobre lagarto?-dijo queriendo imponer algo de respeto con la voz, cosa que no logró.-
-¿Quién me lo pregunta?-respondió irónico ignorándole totalmente. Continuó con su camino como si no lo viese.-
El marine se enfadó por la burla, como cabía de esperar, y desenfundado su espada se acercó a toda prisa al pirata, que seguía sin mirarle, dispuesto a detenerle. Él con un rápido movimiento logró adalantarse al pobre e inexperto marine y le tomó del cuello estampándolo contra un arbol y extragulándolo con una sola mano.
-Vaya, de esta pasta estáis hechos los marines hoy en día, que decepción-dijo riéndose de él mientras veía como se agotaban las fuerza.-
Algo en el traje del marine llamó su atención. Había un den den mushi, con un único número marcado (muy probablemente el de su superior). No podía tener tanta suerte. Cogió el caracol y llamó al número.
-Moshi mosh...-dijo irónico.- Tengo un amigo que te está esperando. Seas quien seas dile al hombre de más alto rango de tu grupo que lo espero exclusivamente a él en el pequeño prado del norte de la isla en dos horas o quizás su “amigo” no tenga tanta suerte...-concluyó riéndose y sin dejar tiempo de responder.-
Rylanor
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Karl estaba aburrido sentado en una rama de un árbol. Tocaba melodías con su guitarra mientras vigilaba los alrededores y que nada le ocurriese a sus hombres. Había perdido de vista a uno, pero no creía que le ocurriese nada. Ya iría a buscarlo después si no aparecía. Aborrecía aquella isla, aquel horrible calor húmedo, la enorme vegetación y los pesados e insistentes lagartos que insistían en atacar a sus hombres. La verdad es que no entendía la decisión de enviarle a él a cuidar de aquellos pobres diablos mientras investigaban la flora local. ¿Era aquel un castigo del Alto Mando por desaparecer durante dos años? Sentía que sus posibilidades estaban siendo desaprovechadas. Era un oficial de gran poder, el cual había aumentado exponencialmente en aquellos dos años de entrenamiento, y sin embargo le mandaban de niñera de una panda de novatos y científicos a aquel lugar.
Había estado ya anteriormente un par de veces, hacía dos años. Entonces era un oficial de menor graduación. También su poder era menor y sin embargo le había bastado para derrotar a las criaturas que poblaban aquella isla. El marine suspiró y siguió tocando para distraerse. Hacía tanto tiempo que no recordaba la última vez que se había sentado a tocar tranquilamente. Los primeros días en la isla habían sido relajantes al poder retomar aquella faceta suya, pero empezaba a aburrirse. Necesitaba algo de acción. El musculoso marine cambió de posición y se acomodó contra el tronco del árbol, con las piernas estiradas sobre la rama. Era un hombre bastante alto, de unos dos metros de altura, y muy corpulento. Su piel estaba bronceada como la de todo buen marinero, y surcada por numerosas cicatrices. Su cara comenzaba a mostrar los primeros signos de arrugas, fruto de las penurias que había pasado y que le habían transformado en la persona que era, implacable y sanguinaria. Su pelo castaño iba peinado hacia atrás, a excepción de un mechón rebelde que le caía sobre la cara. Las patillas le llegaban hasta la mandíbula y se le juntaban con la barba, espesa y profunda, aunque afeitada por las mejillas y bigote. Como resultado esta le cubría el contorno de la cara dándole un toque particular. Iba vestido con una camiseta negra ajustada, la chaqueta blanca de oficial y unos pantalones y zapatos del mismo color. La guitarra que portaba era de color rojo, y tenía una quimera dibujada. De repente Karl se motivó y comenzó a tocar una melodía animada.
Mientras lo hacía, pensó en sus logros. Había conseguido una importante reputación navegando para la Marina, uno de sus objetivos. Pero no era suficiente. Debía siempre aspirar a más, seguir combatiendo, seguir mejorando y volverse más temido, respetado y famoso. Ahora ya no era conocido únicamente por ser el ex-capitán de la Brigada Disciplinaria, o por ser el terror del East Blue. Ahora además le conocían por el título ganado en el gran torneo de luchadores. Le habían coronado como Mejor Luchador de los Siete Mares, y por ello se había ganado aun más fama. Sin embargo, era un título vacío. Sabía que no era tal y que ese título sólo le traería problemas. Pronto vendrían cientos de aspirantes como moscas a la carne muerta para reclamar su título. Pero estaba preparado. La idea no le disgustaba, de hecho estaba deseoso de ganarse el título de verdad aplastando a todos los aspirantes, pero sí le molestaba el que le trajese envidia por parte de los demás en lugar de respeto. Estaba reflexionando sobre este y otros temas cuando llegó un marine corriendo con un den den mushi en la mano.
- ¡Oficial! ¡Mi señor! - El marine se paró a los pies del árbol y se paró a tomar aliento. Karl paró de tocar, intrigrado - Tenemos problemas. Un extraño ha llamado a mi den den mushi. Tienen al recluta Hanaro. Un hombre ha llamado retándolo a usted a ir en persona al prado del norte en dos horas.
El marine miró de nuevo hacia arriba pero Karl ya no estaba allí. De repente vio que el altísimo oficial estaba a su lado. Retrocedió asustado, no por la velocidad si no por la expresión de su rostro. El oficial tenía una sonrisa de alegría macabra y siniestra, de oreja a oreja y los ojos desencajados. Su rostro parecía el de un loco. Era una mueca de alegría y maldad. Karl estaba rebosante de felicidad. Comenzó a reírse como un auténtico desquiciado y le cogió el den den mushi al aterrorizado recluta.
- Reúne al resto y llévalos al campamento base. Llévate esto también - dijo con la misma expresión de loco, mientras le tiraba la guitarra.
El marine, temblando, recogió el intrumento como pudo, (estuvo a punto de caer hacia atrás por la fuerza con la que se la había tirado) se llevó la mano a la frente en un intento de saludo y abrió la boca para decir algo, pero no le salieron las palabras. Salió corriendo a cumplir las órdenes. Ignorando el terror de su oponente, Karl llamó al den den mushi del marine.
- Tú, no sé quién eres, pero que sepas que has cometido un error. Acepto tu reto. Estoy deseando aplastar a alguien en esta aburrida isla, y espero que me resultes un entretenimiento apropiado. Como no resultes ser lo suficientemente fuerte y me hayas molestado sin motivo, haré que tus últimas horas de vida sean un infierno. Desearás no haber nacido. Prepárate, porque allá va Quimera Karl.
Dijo todo esto con una voz más de bestia que de hombre, en un tono grave y rasposo. Las últimas palabras las pronunció con evidente placer. Había algo terriblemente siniestro y maligno en aquellas palabras y en el modo en que las dijo. Una voz capaz de hacer temblar de miedo al mismísimo Satanás. Además, su nombre era famoso. Quimera Karl era el apodo que había recibido tras enfrentarse al en aquel momento tripulante de Sons of Anarchy, Allen D. Walker, en Orange Town. Un duelo épico que significó el comienzo del ascenso meteórico de Karl en su carrera en la Marina. No todos lo sabían, pero había recibido su apodo por su zoan mitológica de Quimera, que había empleado en su combate contra Allen. Aquel combate había sido una auténtica conmoción, porque un simple recluta había plantado cara y herido a un pirata poderoso. Había resistido contra él un buen rato, y aun conservaba las cicatrices de aquella pelea. Las portaba con orgullo. Las heridas que Allen le había inflingido lo habían tenido un par de semanas postrado en una cama, pero para cuando se recuperó lo hizo más fuerte que nunca.
Karl se agachó ligeramente y comenzó a correr a una velocidad que tenía poco que envidiar al soru. Era su Super Shadow. De repente saltó a esa elevadísima velocidad, y se mantuvo en el aire usando su Movimiento Aéreo para levitar. Con la inercia del Super Shadow podía desplazarse a grandes velocidades por el aire, aunque no podía controlar la dirección del vuelo por las mismas razones. Pero no lo necesitaba. Un gran árbol estaba en su camino, pero Karl no le prestó mucha atención. Recubrió su cuerpo de haki armadura y partió el árbol como si nada. Eso sí, le ralentizó y tuvo que descender a coger velocidad de nuevo con otro Super Shadow. Combinando aquellas tres técnicas (Super Shadow, Movimiento Aéreo y Haki armadura) se convertía en el hombre proyectil. Atravesó el camino hasta el claro de aquella manera, destrozando árboles, colinas y dinosaurios por igual, hasta que que llegó al prado. Miró a su alrededor, impaciente porque llegase su enemigo y aplastarlo.
Había estado ya anteriormente un par de veces, hacía dos años. Entonces era un oficial de menor graduación. También su poder era menor y sin embargo le había bastado para derrotar a las criaturas que poblaban aquella isla. El marine suspiró y siguió tocando para distraerse. Hacía tanto tiempo que no recordaba la última vez que se había sentado a tocar tranquilamente. Los primeros días en la isla habían sido relajantes al poder retomar aquella faceta suya, pero empezaba a aburrirse. Necesitaba algo de acción. El musculoso marine cambió de posición y se acomodó contra el tronco del árbol, con las piernas estiradas sobre la rama. Era un hombre bastante alto, de unos dos metros de altura, y muy corpulento. Su piel estaba bronceada como la de todo buen marinero, y surcada por numerosas cicatrices. Su cara comenzaba a mostrar los primeros signos de arrugas, fruto de las penurias que había pasado y que le habían transformado en la persona que era, implacable y sanguinaria. Su pelo castaño iba peinado hacia atrás, a excepción de un mechón rebelde que le caía sobre la cara. Las patillas le llegaban hasta la mandíbula y se le juntaban con la barba, espesa y profunda, aunque afeitada por las mejillas y bigote. Como resultado esta le cubría el contorno de la cara dándole un toque particular. Iba vestido con una camiseta negra ajustada, la chaqueta blanca de oficial y unos pantalones y zapatos del mismo color. La guitarra que portaba era de color rojo, y tenía una quimera dibujada. De repente Karl se motivó y comenzó a tocar una melodía animada.
Mientras lo hacía, pensó en sus logros. Había conseguido una importante reputación navegando para la Marina, uno de sus objetivos. Pero no era suficiente. Debía siempre aspirar a más, seguir combatiendo, seguir mejorando y volverse más temido, respetado y famoso. Ahora ya no era conocido únicamente por ser el ex-capitán de la Brigada Disciplinaria, o por ser el terror del East Blue. Ahora además le conocían por el título ganado en el gran torneo de luchadores. Le habían coronado como Mejor Luchador de los Siete Mares, y por ello se había ganado aun más fama. Sin embargo, era un título vacío. Sabía que no era tal y que ese título sólo le traería problemas. Pronto vendrían cientos de aspirantes como moscas a la carne muerta para reclamar su título. Pero estaba preparado. La idea no le disgustaba, de hecho estaba deseoso de ganarse el título de verdad aplastando a todos los aspirantes, pero sí le molestaba el que le trajese envidia por parte de los demás en lugar de respeto. Estaba reflexionando sobre este y otros temas cuando llegó un marine corriendo con un den den mushi en la mano.
- ¡Oficial! ¡Mi señor! - El marine se paró a los pies del árbol y se paró a tomar aliento. Karl paró de tocar, intrigrado - Tenemos problemas. Un extraño ha llamado a mi den den mushi. Tienen al recluta Hanaro. Un hombre ha llamado retándolo a usted a ir en persona al prado del norte en dos horas.
El marine miró de nuevo hacia arriba pero Karl ya no estaba allí. De repente vio que el altísimo oficial estaba a su lado. Retrocedió asustado, no por la velocidad si no por la expresión de su rostro. El oficial tenía una sonrisa de alegría macabra y siniestra, de oreja a oreja y los ojos desencajados. Su rostro parecía el de un loco. Era una mueca de alegría y maldad. Karl estaba rebosante de felicidad. Comenzó a reírse como un auténtico desquiciado y le cogió el den den mushi al aterrorizado recluta.
- Reúne al resto y llévalos al campamento base. Llévate esto también - dijo con la misma expresión de loco, mientras le tiraba la guitarra.
El marine, temblando, recogió el intrumento como pudo, (estuvo a punto de caer hacia atrás por la fuerza con la que se la había tirado) se llevó la mano a la frente en un intento de saludo y abrió la boca para decir algo, pero no le salieron las palabras. Salió corriendo a cumplir las órdenes. Ignorando el terror de su oponente, Karl llamó al den den mushi del marine.
- Tú, no sé quién eres, pero que sepas que has cometido un error. Acepto tu reto. Estoy deseando aplastar a alguien en esta aburrida isla, y espero que me resultes un entretenimiento apropiado. Como no resultes ser lo suficientemente fuerte y me hayas molestado sin motivo, haré que tus últimas horas de vida sean un infierno. Desearás no haber nacido. Prepárate, porque allá va Quimera Karl.
Dijo todo esto con una voz más de bestia que de hombre, en un tono grave y rasposo. Las últimas palabras las pronunció con evidente placer. Había algo terriblemente siniestro y maligno en aquellas palabras y en el modo en que las dijo. Una voz capaz de hacer temblar de miedo al mismísimo Satanás. Además, su nombre era famoso. Quimera Karl era el apodo que había recibido tras enfrentarse al en aquel momento tripulante de Sons of Anarchy, Allen D. Walker, en Orange Town. Un duelo épico que significó el comienzo del ascenso meteórico de Karl en su carrera en la Marina. No todos lo sabían, pero había recibido su apodo por su zoan mitológica de Quimera, que había empleado en su combate contra Allen. Aquel combate había sido una auténtica conmoción, porque un simple recluta había plantado cara y herido a un pirata poderoso. Había resistido contra él un buen rato, y aun conservaba las cicatrices de aquella pelea. Las portaba con orgullo. Las heridas que Allen le había inflingido lo habían tenido un par de semanas postrado en una cama, pero para cuando se recuperó lo hizo más fuerte que nunca.
Karl se agachó ligeramente y comenzó a correr a una velocidad que tenía poco que envidiar al soru. Era su Super Shadow. De repente saltó a esa elevadísima velocidad, y se mantuvo en el aire usando su Movimiento Aéreo para levitar. Con la inercia del Super Shadow podía desplazarse a grandes velocidades por el aire, aunque no podía controlar la dirección del vuelo por las mismas razones. Pero no lo necesitaba. Un gran árbol estaba en su camino, pero Karl no le prestó mucha atención. Recubrió su cuerpo de haki armadura y partió el árbol como si nada. Eso sí, le ralentizó y tuvo que descender a coger velocidad de nuevo con otro Super Shadow. Combinando aquellas tres técnicas (Super Shadow, Movimiento Aéreo y Haki armadura) se convertía en el hombre proyectil. Atravesó el camino hasta el claro de aquella manera, destrozando árboles, colinas y dinosaurios por igual, hasta que que llegó al prado. Miró a su alrededor, impaciente porque llegase su enemigo y aplastarlo.
Crimson
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Precisión
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Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
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Se dirigía caminando apaciblemente con los brazos detrás de la cabeza mientras arrastraba al recluta con una liana atada a su cintura. Aquel pobre individuo estaba ya muy dañado y más aún por ser arrastrado de esa forma por toda la selva hasta llegar al llano que había indicado él. Poco le importaba el estado de salud de ese novato, pero no iba a matarlo, no de momento. Su palabra aún tenía algo de valor y le daría la oportunidad de poder rescatar a su compañero, aunque probablemente ambos acabasen muertos, a no ser que demuestre algo de valor durante el combate y pueda ganarse el favor de dejarlos vivir, aunque con la consiguiente humillación de ser derrotado poniendo en juego su reputación frente a sus subordinados.
Tardó escasos minutos en llegar dejando el rastro por todo el camino con el cuerpo del joven marine que estaba lleno de cortes y arañazos por la maleza y piedras del entorno rozando continuamente con su piel. Todavía no había arribado su, ahora, oponente del que todavía desconocía su nombre, aunque no le importaba en exceso, sólo quería combatir. Vivía para mejorar cada día en enfrentamientos y muy probablemente moriría en uno de ellos, no le importaba hacerlo si de verdad era muy inferior a su oponente y si por lo menos podía demostrar todo lo que era capaz de lograr.
Fue entonces, sumido en sus pensamientos, con los gritos de dolor de fondo, como si de una banda sonora decorando una escena de acción se tratase, cuando recibió la llamada al den den mushi, quizás de su nuevo "amigo". Dejó que sonase un poco, había que hacerse el difícil, nunca hay que dárselo todo tan regalado, como en cualquier cacería de mujeres tenía que ser el premio y no el que busca el premio, o al menos hacerle creer lo mismo. tras unos breves segundo contestó al sonido del caracol.
- Tú, no sé quién eres, pero que sepas que has cometido un error. Acepto tu reto. Estoy deseando aplastar a alguien en esta aburrida isla, y espero que me resultes un entretenimiento apropiado. Como no resultes ser lo suficientemente fuerte y me hayas molestado sin motivo, haré que tus últimas horas de vida sean un infierno. Desearás no haber nacido. Prepárate, porque allá va Quimera Karl.-
Inquietantes palabras amenazadoras de un individuo con voz imponente. O al menos es lo que sería para cualquier persona normal. Lejos de alterarse o ser intimidado causó el efecto contrario dibujando una perturbadora sonrisa ladeada que no hacía sino más que aumentar su excitación previa al combate. Podría hacer trampas en los alrededores, como solía hacer cuando llegaba antes a un escenario, pero no, no iba a usarlas, realmente había conseguido aumentar su expectación a un punto bastante alto, lo suficiente como para no contenerse. Definitivamente iba a divertirse con ese oficial del gobierno, sus suposiciones iniciales parecían ser ciertas.
No tardó en llegar ese al cual tanto ansiaba encarar, dejando una estela de bullicio y destrucción por el bosque y colinas, fácilmente visible desde casi cualquier posición, Si sólo con venir ya podía hacer semejante destrozo, podía imaginarse aproximadamente lo que causarían aquellos dos en el bosque en cuanto empiecen a pelear en serio, su estilo tampoco se quedaba atrás cuando se trataba de realizar “fuegos artificiales”. Él seguía dentro del bosque, sentado en la zona inferior del tronco, a la sombra de los tupidos árboles y resguardado del calor de la isla.
Cogió la cuerda con la que arrastraba a ese inútil y la guardó, podría servirle después. Se incorporó y salió acomodándose el abrigo como si intentara dar buena impresión. Al fin lo tenía frente a frente, siendo más alto que él por unos cuantos centímetros, así como también más corpulento, aunque poco le importaba la condición física de los que se enfrentaban a él.
-Al fin llegas... Quimera Karl... supongo que ese será ese apodo por la cara que tienes, aunque tranquilo te la arreglaré pronto-le dijo guiñándole un ojo.-
Sin avisar desenfundó de dentro de su abrigo dos pistolas, dos Desert Eagle doradas con las cual apuntó al cuerpo del oficial desde unos ocho metros de distancia, dífícilmente fallaría aunque se moviese debido a la cercanía de las distancias.
-¡Bang, Bang!-exclamó irónico viendo la dirección de Karl.-
No había disparado, simplemente había fingido hacerlo, con un amago burlón, para comprobar que es lo que hacía su rival, buscando el despiste. Sin embargo inmediatamente disparó pues siempre lo tenía en el punto de mira sin perderlo de vista y le seguiría disparando continuas ráfagas de tiros aunque se moviese. A alguien como él acostumbrado a moverse a velocidad del soru, es muy difícil escaparse de su rango de visión, sobretodo al estar en un campo tan llano como ese si ningún punto donde esconderse salvo los árboles que Crimson tenía detrás, muy lejos de la posición de Karl.
Bullet Storm [AF]
Mientras disparaba recubrió sus manos con energía cortante que se transmitieron a las balas para hacer de ellas unos proyectiles mucho más potentes y penetrantes que unos simples disparos normales, ayudado sobretodo por canalizar energía Disparó finalmente una tormenta de diez tiros por cada pistola más potentes de los normales. En caso de que se moviese simplemente tendría que volver a apuntarle siguiéndole con los disparos, aunque obviamente sería más difícil de acertar por estar en movimiento.
Simplemente estaba tanteándole con ese primer ataque, queriendo comprobar el nivel de su adversario y ver que tal se desenvolvía ante ese ataque.
Tardó escasos minutos en llegar dejando el rastro por todo el camino con el cuerpo del joven marine que estaba lleno de cortes y arañazos por la maleza y piedras del entorno rozando continuamente con su piel. Todavía no había arribado su, ahora, oponente del que todavía desconocía su nombre, aunque no le importaba en exceso, sólo quería combatir. Vivía para mejorar cada día en enfrentamientos y muy probablemente moriría en uno de ellos, no le importaba hacerlo si de verdad era muy inferior a su oponente y si por lo menos podía demostrar todo lo que era capaz de lograr.
Fue entonces, sumido en sus pensamientos, con los gritos de dolor de fondo, como si de una banda sonora decorando una escena de acción se tratase, cuando recibió la llamada al den den mushi, quizás de su nuevo "amigo". Dejó que sonase un poco, había que hacerse el difícil, nunca hay que dárselo todo tan regalado, como en cualquier cacería de mujeres tenía que ser el premio y no el que busca el premio, o al menos hacerle creer lo mismo. tras unos breves segundo contestó al sonido del caracol.
- Tú, no sé quién eres, pero que sepas que has cometido un error. Acepto tu reto. Estoy deseando aplastar a alguien en esta aburrida isla, y espero que me resultes un entretenimiento apropiado. Como no resultes ser lo suficientemente fuerte y me hayas molestado sin motivo, haré que tus últimas horas de vida sean un infierno. Desearás no haber nacido. Prepárate, porque allá va Quimera Karl.-
Inquietantes palabras amenazadoras de un individuo con voz imponente. O al menos es lo que sería para cualquier persona normal. Lejos de alterarse o ser intimidado causó el efecto contrario dibujando una perturbadora sonrisa ladeada que no hacía sino más que aumentar su excitación previa al combate. Podría hacer trampas en los alrededores, como solía hacer cuando llegaba antes a un escenario, pero no, no iba a usarlas, realmente había conseguido aumentar su expectación a un punto bastante alto, lo suficiente como para no contenerse. Definitivamente iba a divertirse con ese oficial del gobierno, sus suposiciones iniciales parecían ser ciertas.
No tardó en llegar ese al cual tanto ansiaba encarar, dejando una estela de bullicio y destrucción por el bosque y colinas, fácilmente visible desde casi cualquier posición, Si sólo con venir ya podía hacer semejante destrozo, podía imaginarse aproximadamente lo que causarían aquellos dos en el bosque en cuanto empiecen a pelear en serio, su estilo tampoco se quedaba atrás cuando se trataba de realizar “fuegos artificiales”. Él seguía dentro del bosque, sentado en la zona inferior del tronco, a la sombra de los tupidos árboles y resguardado del calor de la isla.
Cogió la cuerda con la que arrastraba a ese inútil y la guardó, podría servirle después. Se incorporó y salió acomodándose el abrigo como si intentara dar buena impresión. Al fin lo tenía frente a frente, siendo más alto que él por unos cuantos centímetros, así como también más corpulento, aunque poco le importaba la condición física de los que se enfrentaban a él.
-Al fin llegas... Quimera Karl... supongo que ese será ese apodo por la cara que tienes, aunque tranquilo te la arreglaré pronto-le dijo guiñándole un ojo.-
Sin avisar desenfundó de dentro de su abrigo dos pistolas, dos Desert Eagle doradas con las cual apuntó al cuerpo del oficial desde unos ocho metros de distancia, dífícilmente fallaría aunque se moviese debido a la cercanía de las distancias.
-¡Bang, Bang!-exclamó irónico viendo la dirección de Karl.-
No había disparado, simplemente había fingido hacerlo, con un amago burlón, para comprobar que es lo que hacía su rival, buscando el despiste. Sin embargo inmediatamente disparó pues siempre lo tenía en el punto de mira sin perderlo de vista y le seguiría disparando continuas ráfagas de tiros aunque se moviese. A alguien como él acostumbrado a moverse a velocidad del soru, es muy difícil escaparse de su rango de visión, sobretodo al estar en un campo tan llano como ese si ningún punto donde esconderse salvo los árboles que Crimson tenía detrás, muy lejos de la posición de Karl.
Bullet Storm [AF]
Mientras disparaba recubrió sus manos con energía cortante que se transmitieron a las balas para hacer de ellas unos proyectiles mucho más potentes y penetrantes que unos simples disparos normales, ayudado sobretodo por canalizar energía Disparó finalmente una tormenta de diez tiros por cada pistola más potentes de los normales. En caso de que se moviese simplemente tendría que volver a apuntarle siguiéndole con los disparos, aunque obviamente sería más difícil de acertar por estar en movimiento.
Simplemente estaba tanteándole con ese primer ataque, queriendo comprobar el nivel de su adversario y ver que tal se desenvolvía ante ese ataque.
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Karl estaba esperando en el bosque cuando un hombre joven, aparentemente más que él, salió de entre los árboles. Iba vestido con un abrigo rojo, y su pelo irónicamente era negro rojizo. Su actitud no le gustaba del todo a Karl, la manera en que se había colocado el abrigo le había resultado demasiado "chulesca" y Karl odiaba a la gente así. A veces él pecaba de lo mismo, pero no porque le gustase ir de "guay", simplemente se consideraba superior. Mientras que él se limitaba al típico intercambio de bravuconerías, la pose de aquel tipo era de "malote". En fin, tendría que darle una lección. Como esperaba, el jovenzuelo comenzó a atacarle verbalmente, pero la predisposición y el humor de Karl habían cambiado. Como única respuesta, se crujió los nudillos. Vió a su rival sacar dos pistolas y emular el ruido del disparo. Karl se recubrió de haki por acaso y se dispuso a esquivar los disparos con su Super Shadow. Su enemigo comenzó a disparar una ráfaga de tiros envueltos aparentemente en energía. Karl entonces, haciendo uso de su Super Shadow (Habilidad similar al soru pero ligerísimamente inferior en velocidad) se apartó de la trayectoria de los disparos y comenzó a avanzar hacia el chico avanzando en zig zag aprovechando el terreno llano y despejado. Karl aparecía y desaparecía como si fuese un mero flash, cada vez más cerca. Algunas de las balas le daban, pero rebotaban a causa de su haki. El golpe le dolía igual, como si le hubiesen dado con una piedra, lo que le decía que su rival era de menor poder que él pero no tanto... no debía confiarse.
Finalmente apareció frente a su rival a su derecha, casi por sorpresa, dado que sus apariciones y reapariciones habían sido siempre a menor distancia que la que había recorrido hasta entonces. Exponiéndose a las balas, había estado empleando una velocidad menor al máximo del Super Shadow, tanteando al rival, para finalmente con un único acelerón a máxima potencia colocarse junto a él y golpearle. Karl se puso en posición, mientras preparaba una buena finta que rematase su estratagema. Echó su brazo derecho hacia atrás como para coger impulso, y su izquierdo hacia delante como para hacer contrapeso. La masa muscular de su brazo derecho comenzó a aumentar visiblemente mientras. Sin embargo, de manera muy posiblemente inesperada por su rival, Karl golpeó el aire con su mano izquierda, con la palma al descubierto. De repente este se onduló y se generó una onda de choque justo junto al joven pirata.
Sokudan Move, Burst
Esta era una técnica no ofensiva, que no causaba daño, si no que empujaba al rival y desviaba proyectiles o ataques. La idea era desequilibrar a su enemigo, para impedirle atacar y lanzar el golpe definitivo. Ahora, Karl sin perder más tiempo, se dispuso a golpearle. Si su rival caía al suelo, lo aplastaría contra este usando su Impact Point, un puñetazo en que su masa muscular de ese brazo ha aumentado, golpeándolo en el pecho. Si se mantenía en pie, haría lo mismo pero golpeándole en dirección ascendente en el estómago para dejarle sin aliento y mandarlo volando un par de metros.
Master Sokudan, Impact Point [AF]
Finalmente apareció frente a su rival a su derecha, casi por sorpresa, dado que sus apariciones y reapariciones habían sido siempre a menor distancia que la que había recorrido hasta entonces. Exponiéndose a las balas, había estado empleando una velocidad menor al máximo del Super Shadow, tanteando al rival, para finalmente con un único acelerón a máxima potencia colocarse junto a él y golpearle. Karl se puso en posición, mientras preparaba una buena finta que rematase su estratagema. Echó su brazo derecho hacia atrás como para coger impulso, y su izquierdo hacia delante como para hacer contrapeso. La masa muscular de su brazo derecho comenzó a aumentar visiblemente mientras. Sin embargo, de manera muy posiblemente inesperada por su rival, Karl golpeó el aire con su mano izquierda, con la palma al descubierto. De repente este se onduló y se generó una onda de choque justo junto al joven pirata.
Sokudan Move, Burst
Esta era una técnica no ofensiva, que no causaba daño, si no que empujaba al rival y desviaba proyectiles o ataques. La idea era desequilibrar a su enemigo, para impedirle atacar y lanzar el golpe definitivo. Ahora, Karl sin perder más tiempo, se dispuso a golpearle. Si su rival caía al suelo, lo aplastaría contra este usando su Impact Point, un puñetazo en que su masa muscular de ese brazo ha aumentado, golpeándolo en el pecho. Si se mantenía en pie, haría lo mismo pero golpeándole en dirección ascendente en el estómago para dejarle sin aliento y mandarlo volando un par de metros.
Master Sokudan, Impact Point [AF]
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Su oponente era más rápido de lo que se imaginaba, siendo realmente difícil poder alcanzarle con sus disparos a pesar de la escasa distancia a la que se encontraban aquellos dos. Sin embargo algunas de sus balas recargadas de energía lograron impactarle, con eso debía ser suficiente para herir a cualquiera. Se equivocaba. Lejos de dañarle las balas rebotaban en su cuerpo. Con el Tekkai, técnica que conocía él muy bien, era imposible moverse tan deprisa (los que conseguían hacerlo) e incluso pudiendo hacerlo, no debería ser capaz de detener todas aquellas balas con tanta facilidad. Debía estar usando algo más resistente que eso, una habilidad que ya había visto en otra ocasión siendo usada por su eterno rival, Akatsuya Kaleth, el Hakki de Armadura. Era la única explicación lógica, a no ser que posea alguna akuma no mi que le permita endurecer su piel a límites insospechados, sólo tendría que seguir observándolo para comprobar si sus suposiciones eran ciertas. Igualmente, sea cual sea el caso sería bastante molesto tener que lidiar con ello, quizás iba siendo hora de no quedarse atrás y aprender también esa dichosa habilidad.
Tenía que prepararse para cuando le alcanzase, se movía rápido, pero aún no era capaz de alcanzar su velocidad cuando usaba el soru, por lo que no estaba realmente preocupado. Sin embargo en cuánto estaba lo suficientemente cerca demostró una inusitada velocidad, que logró sorprenderle y que apenas conseguía seguir con sus ojos.
-Es rápido -pensó buscándolo con los ojos.-
Apareció a su derecha, cargando el puño diestro, ese mismo brazo había crecido enormemente en muscultura, apenas le daría tiempo a cubrirse, ahora su velocidad se acercaba mucho a la del soru. Pero atacó con su brazo izquierdo golpeando el aire, lanzando una pequeña explosión de aire comprimido que logró desequilibrar su cuerpo, alejándole ligeramente se le cayó una de sus pistolas mientras tanto, logrando derribarle. Crimson sólo pudo cruzar sus brazos en forma de X para cubrirse de un poderoso puñetazo que vendría justo después del golpe de aire,
Mientras se cubría de debajo de la manga del brazo izquierdo salía un Dial de Rayos, gracias a sus brazales que le permitía esconder pequeños objetos y hacerlos salir cuando más convenga. Detuvo el potente golpe con ambos brazos lanzando una gran descarga con el Dial para dañar a su adversario y sobretodo para dejarle ese brazo inutilizable el mayor tiempo posible debido a que los músculos suelen atrofiarse, adormeciéndose en algunos casos, cuando la electricidad pasa por ellos.
Se estampó en el suelo por enorme fuerza del marine, obviamente mucho más fuerte físicamente que él mismo. Se hundió en el suelo con la espalda, siendo aplastado y dañado por la compresión pero no tanto al no ser la superficie de piedra maciza sino más bien un simple prado con tierra debajo de la baja hierba. Dio un par de disparos con la pistola que aún le quedaba en la mano hacia la tierra de los pies de Karl para levantarla por el impacto y que le saltase a los ojos, además de crear una pequeña nube de polvo que dificultaría su visión.
Geppou
Usando ésta técnica desde el suelo logró alejarse de ahí de un “salto” colocándose a la izquierda del oficial apuntando con su pistola a su sien a esa distancia resultaría dañado a no ser que tuviera un nivel muy alto de control de Haki. Pero no disparó, sólo buscaba distraerle, amagar para su posterior movimiento.
Soru
En un parpadeo su movilizó hacia la derecha, a una posición muy baja en donde él estaba prácticamente en cuclillas con su hombro izquierdo a escasos centímetros de la cadera de su adversario y con su mano derecha sobre la empuñadura de su katana enfundada, Silent Orange. Con una pasmosa aceleración la desenfundó atacando con un potente corte ascendente oblicuo hacia las costillas del marine, por debajo de su brazo para dificultar el que pueda cubrirse. La ventaja de ese ataque es que al fuerza venía desde las piernas ya que las estiraba, poniéndose de pie a la vez que lanzaba el corte. La ventaja de aquella arma es que con cada corte que hacía la hoja producía unas descargas eléctricas más altas si así también lo era el ataque y el que acababa de hacer era bastante potente.
-Ittoryu: Shiro Suigyū (Estilo de una espada: Búfalo blanco) [AMF]
Tenía que prepararse para cuando le alcanzase, se movía rápido, pero aún no era capaz de alcanzar su velocidad cuando usaba el soru, por lo que no estaba realmente preocupado. Sin embargo en cuánto estaba lo suficientemente cerca demostró una inusitada velocidad, que logró sorprenderle y que apenas conseguía seguir con sus ojos.
-Es rápido -pensó buscándolo con los ojos.-
Apareció a su derecha, cargando el puño diestro, ese mismo brazo había crecido enormemente en muscultura, apenas le daría tiempo a cubrirse, ahora su velocidad se acercaba mucho a la del soru. Pero atacó con su brazo izquierdo golpeando el aire, lanzando una pequeña explosión de aire comprimido que logró desequilibrar su cuerpo, alejándole ligeramente se le cayó una de sus pistolas mientras tanto, logrando derribarle. Crimson sólo pudo cruzar sus brazos en forma de X para cubrirse de un poderoso puñetazo que vendría justo después del golpe de aire,
Mientras se cubría de debajo de la manga del brazo izquierdo salía un Dial de Rayos, gracias a sus brazales que le permitía esconder pequeños objetos y hacerlos salir cuando más convenga. Detuvo el potente golpe con ambos brazos lanzando una gran descarga con el Dial para dañar a su adversario y sobretodo para dejarle ese brazo inutilizable el mayor tiempo posible debido a que los músculos suelen atrofiarse, adormeciéndose en algunos casos, cuando la electricidad pasa por ellos.
Se estampó en el suelo por enorme fuerza del marine, obviamente mucho más fuerte físicamente que él mismo. Se hundió en el suelo con la espalda, siendo aplastado y dañado por la compresión pero no tanto al no ser la superficie de piedra maciza sino más bien un simple prado con tierra debajo de la baja hierba. Dio un par de disparos con la pistola que aún le quedaba en la mano hacia la tierra de los pies de Karl para levantarla por el impacto y que le saltase a los ojos, además de crear una pequeña nube de polvo que dificultaría su visión.
Geppou
Usando ésta técnica desde el suelo logró alejarse de ahí de un “salto” colocándose a la izquierda del oficial apuntando con su pistola a su sien a esa distancia resultaría dañado a no ser que tuviera un nivel muy alto de control de Haki. Pero no disparó, sólo buscaba distraerle, amagar para su posterior movimiento.
Soru
En un parpadeo su movilizó hacia la derecha, a una posición muy baja en donde él estaba prácticamente en cuclillas con su hombro izquierdo a escasos centímetros de la cadera de su adversario y con su mano derecha sobre la empuñadura de su katana enfundada, Silent Orange. Con una pasmosa aceleración la desenfundó atacando con un potente corte ascendente oblicuo hacia las costillas del marine, por debajo de su brazo para dificultar el que pueda cubrirse. La ventaja de ese ataque es que al fuerza venía desde las piernas ya que las estiraba, poniéndose de pie a la vez que lanzaba el corte. La ventaja de aquella arma es que con cada corte que hacía la hoja producía unas descargas eléctricas más altas si así también lo era el ataque y el que acababa de hacer era bastante potente.
-Ittoryu: Shiro Suigyū (Estilo de una espada: Búfalo blanco) [AMF]
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Como esperaba, la estratagema funcionó. Sin embargo algo fue mal. Una descarga le recorrió el brazo, haciéndole gritar de dolor. Ahí no se acabó la cosa, porque su rival levantó polvo con dos rápidos tiros. Mientras apartaba la cara para que no le fuese a los ojos, el otro se apartó de él velozmente, se levantó y con un hábil movimiento a gran velocidad ¿soru tal vez? se abalanzó sobre Karl atacándole desde abajo con una espada. Este se vio sorprendido, y no pudo hacer otra cosa que protegerse con el haki y dejarse golpear. La hoja le cortó ropa, piel y carne, y inmediatamente Karl notó una descarga eléctrica nuevamente, y el olor a carne quemada le llegó hasta la nariz. Otro nuevo corte para su colección. El tajo le recorría el torso desde la parte baja del costillar izquierdo hasta el pectoral derecho, cruzándole el tatuaje. Aturdido por la descarga, dolorido y muy enfadado, no pudo hacer otra cosa que rugir con ira y tratar de sujetar a su adversario por los brazos para inmovilizarlo y evitar que huyese...
... mientras su cuerpo comenzaba a transformarse. Comenzó a aumentar de tamaño, desgarrando la camiseta y los pantalones. La amplia chaqueta de oficial pasó a quedarle ajustada, no rompiendo de milagro. Sus brazos se cubrieron de escamas verdes de reptil, y de sus dedos surgieron afiladas garras.Su cuello se desplazó a la derecha con un desgradable ruido de huesos, y una segunda cabeza comenzó a brotarle. Mientras, su torso se cubrió de pelaje dorado, y sus zapatos rompieron ante la presión de la transformación, mostrando unos cascos de cabra. Las piernas se le cubrieron de pelaje blanco. El pantalón rompió por atrás, ante la presión de una cola de reptil, larga y gruesa, que se desarrolló velozmente hasta alcanzar casi dos metros de largo. Al final de esta salió una cabeza de ofidio con afilados colmillos y lengua de serpiente. Por último, las dos cabezas comenzaron a transformarse también. La cabeza original adoptó rasgos felinos, le salió pelo dorado, colmillos y melena de león. A la segunda cabeza se le alargó el morro, le salieron cuernos y pelo blanco, recordando vagamente a una cabra. El grito de rabia se transformó en un rugido con tres voces distintas. Toda esta transformación duró apenas unos breves instantes. Sin perder tiempo, la terrible bestia semihumana comenzó a vomitar fuego con sus cabezas delanteras, mientras que la cabeza de reptil se deslizaba sigilosa pero veloz por lo bajo y lanzó un rápido picotazo hacia la pierna derecha de su rival, buscando morder y retirarse.
Llamas y colmillos [AMF]
Tras esto, se retiraría velozmente hacia atrás. Karl odiaba usar su forma de Quimera, tanto la híbrida como la completa, pero su reacción instintiva ante el aturdimiento y la ira que le causaron la descarga había sido transformarse. Estaba realmente enfadado, porque sabía de que no haber sido electrocutado podría haber pensado con más claridad y realizar un ataque más elaborado. Ahora no le quedaba otra que rezar para que su rival no supiese aprovecharse de su breve momento de ira.
... mientras su cuerpo comenzaba a transformarse. Comenzó a aumentar de tamaño, desgarrando la camiseta y los pantalones. La amplia chaqueta de oficial pasó a quedarle ajustada, no rompiendo de milagro. Sus brazos se cubrieron de escamas verdes de reptil, y de sus dedos surgieron afiladas garras.Su cuello se desplazó a la derecha con un desgradable ruido de huesos, y una segunda cabeza comenzó a brotarle. Mientras, su torso se cubrió de pelaje dorado, y sus zapatos rompieron ante la presión de la transformación, mostrando unos cascos de cabra. Las piernas se le cubrieron de pelaje blanco. El pantalón rompió por atrás, ante la presión de una cola de reptil, larga y gruesa, que se desarrolló velozmente hasta alcanzar casi dos metros de largo. Al final de esta salió una cabeza de ofidio con afilados colmillos y lengua de serpiente. Por último, las dos cabezas comenzaron a transformarse también. La cabeza original adoptó rasgos felinos, le salió pelo dorado, colmillos y melena de león. A la segunda cabeza se le alargó el morro, le salieron cuernos y pelo blanco, recordando vagamente a una cabra. El grito de rabia se transformó en un rugido con tres voces distintas. Toda esta transformación duró apenas unos breves instantes. Sin perder tiempo, la terrible bestia semihumana comenzó a vomitar fuego con sus cabezas delanteras, mientras que la cabeza de reptil se deslizaba sigilosa pero veloz por lo bajo y lanzó un rápido picotazo hacia la pierna derecha de su rival, buscando morder y retirarse.
Llamas y colmillos [AMF]
Tras esto, se retiraría velozmente hacia atrás. Karl odiaba usar su forma de Quimera, tanto la híbrida como la completa, pero su reacción instintiva ante el aturdimiento y la ira que le causaron la descarga había sido transformarse. Estaba realmente enfadado, porque sabía de que no haber sido electrocutado podría haber pensado con más claridad y realizar un ataque más elaborado. Ahora no le quedaba otra que rezar para que su rival no supiese aprovecharse de su breve momento de ira.
- Spoiler:
- Si te alcanza el mordisco, quedas envenenado. Te dejo la descripción (Sacada de mi ficha) de los efectos de mi veneno: El veneno de la "serpiente" es letal, causa primero mareos y leves problemas para enfocar la vista, y en poco rato, visión borrosa, náuseas y dificultad para respirar. Sin tratamiento es mortal.
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Akuma no mi
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Su golpe dio en el blanco, pero quizás no tanto como esperaba, ya que él tenía la intención de partirlo en dos y "sólo" consiguió abrir una gran herida desde el costado derecho, dónde fue golpeado con su Silent Orange, hasta la zona derecha del pecho, desgarrando todo a su paso y llenándolo de dolorosas descargas que deberían reducir su movilidad. Sin embargo lejos de cesar con su empeño de querer combatir contra el pirata o de intentar huir por el daño sufrido empezó a gritar de rabia y tratando de tomarlo por los brazos con gran poderío.
Eso fue una reacción inesperada para él, no creía que respondería de aquella forma e intentó huir pero logró sujertarle del abrigo, lo suficiente como para que no pueda escaparse con facilidad, puesto que tenía bastante más fuerza que él y encima iba aumentado ahora pues se estaba convirtiendo en una enorme bestia tricéfala, dos en por encima del tórax y otra al final de una larga cola, o más bien en una forma híbrida de ésta, logrando ser un monstruoso ser que lo tenía tomado por los hombros. Esa no era una situación nada favorable para él, más aún teniendo en cuenta lo que costaba ya enfrentarse a ru rival sin haber estado usando su fruta de Zoan, una mejor bastante mejor que la suya al ser mitológica y la suya una simple.
Kami-e
Si quería ser capaz de lograr hacer algo debía estar lo mejor preparado posible y usando aquella técnica del rokushiki logró desenfundar su otra espada (lanzando antes su pistola), que se hallaba en la espalda puesta sobre el abrigo. Apenas la tenía cogida por el mango su oponente lanzó una enorme llamarado sobre él, que apenas pudo reaccionar de mala manera cubriéndose con la espada de fuego, clavándola sobre el suelo para que no saliera disparada, encogiéndose detrás de ella con la misma técnica que lograba molder su cuerpo como si de una hoja de papel se tratase. Su enorme estaba recibiendo todo a modo de improvisado escudo y absorbiendo con esa arma todas las llamas que venían hacia él. Ese momento que tardó en poder bajar la espada fue fatal, ya que logró quemarle, cosa algo típica en todos sus combates que tenía.
Mientras aún se escondía del ataque ígneo de su oponente éste le atacó con la cola en la cual había una cabeza de serpiente al final intentando morderle la pierna a lo que sólo pudo esquivarlo con la misma habilidad que ya había usado dos veces, siendo así muy dfícil de alcanzar, sin emabrgo recibió algunas quemaduras más en la pierna derecha por apartarse de la seguridad que le confería su acero. Inmediatamente después se alejó. su rival dando unos pasos hacia atrás parando con su abrasadora ofensiva
Al igual que Karl, él no podía quedarse atrás y dejarlo escapar con tanta facilidad, debía atacarle antes de que se reponga del todo de su primer ataque eléctrico. Delante de él había un infierno sobre la hierba de Little Garden que se alzaba hasta una altura de casi un metro y medio, la altura necesaria para poder camuflar sus ataques siguientes.
De la punta de sus botas salieron un par de cuchillas de unos 15 cm de largo, que alargó considerablemente con su energía de asesino, llegando a formar un filo de más de treinta centímetros. Incrustó en al superficie su katana también, junto a la espada de fuego logrando así un gran apoyo y sus posibles movimientos estaban relativamente ocultos por el fuego que tenía casi su altura, a diferencia del marine que era mucho más enorme.
Usando ambos aceros como punto de apoyo lanzó varias patadas con las cuchillas de sus pies, generando cortes de aire con aquellas patadas, de un tamaño algo menor a las que podrías hacer un rankyaku ya que todavía desconocía esa habilidad. Éstas ondas de aire cortantes se "bañaron" en fuego aumentando su envergadura y el daño que podrían causar si el impactaban ya que apenas eran visibles al ir por debajo de aquel mar rojo. Lanzó en total unas quince ráfagas de un tamaño aproximado de tres metros cada uno.
Art Assasin: Fire's Shadow (Arte del asesino: La sombra del fuego) [AF]
Las quemaduras le resultaban casi insoportables, tenía parte del cuerpo y los brazos quemados, aún con el grueso abrigo puesto el fuego le había llegado a la piel, debía terminar pronto el combate si no quería que empezaran a abrirse más las heridas por el esfuerzo. Se quitó la gabardina, le resultaba asfixiante seguir llevándola con todo el calor que hacía, más todavía al haberse aumentado la temperatura tan drásticamente por incendio. Ahora se desvelaba el set de cuchillos, puestos como dos correas alrededor de su cuerpo y los brazales en los cuales tenía un dial de rayos y un cuchillo. No tenía nada que ocultar y quería seguir combatiendo, aunque cada vez estaba más herido. volvió a empuñar ambas espadas.
Eso fue una reacción inesperada para él, no creía que respondería de aquella forma e intentó huir pero logró sujertarle del abrigo, lo suficiente como para que no pueda escaparse con facilidad, puesto que tenía bastante más fuerza que él y encima iba aumentado ahora pues se estaba convirtiendo en una enorme bestia tricéfala, dos en por encima del tórax y otra al final de una larga cola, o más bien en una forma híbrida de ésta, logrando ser un monstruoso ser que lo tenía tomado por los hombros. Esa no era una situación nada favorable para él, más aún teniendo en cuenta lo que costaba ya enfrentarse a ru rival sin haber estado usando su fruta de Zoan, una mejor bastante mejor que la suya al ser mitológica y la suya una simple.
Kami-e
Si quería ser capaz de lograr hacer algo debía estar lo mejor preparado posible y usando aquella técnica del rokushiki logró desenfundar su otra espada (lanzando antes su pistola), que se hallaba en la espalda puesta sobre el abrigo. Apenas la tenía cogida por el mango su oponente lanzó una enorme llamarado sobre él, que apenas pudo reaccionar de mala manera cubriéndose con la espada de fuego, clavándola sobre el suelo para que no saliera disparada, encogiéndose detrás de ella con la misma técnica que lograba molder su cuerpo como si de una hoja de papel se tratase. Su enorme estaba recibiendo todo a modo de improvisado escudo y absorbiendo con esa arma todas las llamas que venían hacia él. Ese momento que tardó en poder bajar la espada fue fatal, ya que logró quemarle, cosa algo típica en todos sus combates que tenía.
Mientras aún se escondía del ataque ígneo de su oponente éste le atacó con la cola en la cual había una cabeza de serpiente al final intentando morderle la pierna a lo que sólo pudo esquivarlo con la misma habilidad que ya había usado dos veces, siendo así muy dfícil de alcanzar, sin emabrgo recibió algunas quemaduras más en la pierna derecha por apartarse de la seguridad que le confería su acero. Inmediatamente después se alejó. su rival dando unos pasos hacia atrás parando con su abrasadora ofensiva
Al igual que Karl, él no podía quedarse atrás y dejarlo escapar con tanta facilidad, debía atacarle antes de que se reponga del todo de su primer ataque eléctrico. Delante de él había un infierno sobre la hierba de Little Garden que se alzaba hasta una altura de casi un metro y medio, la altura necesaria para poder camuflar sus ataques siguientes.
De la punta de sus botas salieron un par de cuchillas de unos 15 cm de largo, que alargó considerablemente con su energía de asesino, llegando a formar un filo de más de treinta centímetros. Incrustó en al superficie su katana también, junto a la espada de fuego logrando así un gran apoyo y sus posibles movimientos estaban relativamente ocultos por el fuego que tenía casi su altura, a diferencia del marine que era mucho más enorme.
Usando ambos aceros como punto de apoyo lanzó varias patadas con las cuchillas de sus pies, generando cortes de aire con aquellas patadas, de un tamaño algo menor a las que podrías hacer un rankyaku ya que todavía desconocía esa habilidad. Éstas ondas de aire cortantes se "bañaron" en fuego aumentando su envergadura y el daño que podrían causar si el impactaban ya que apenas eran visibles al ir por debajo de aquel mar rojo. Lanzó en total unas quince ráfagas de un tamaño aproximado de tres metros cada uno.
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Las quemaduras le resultaban casi insoportables, tenía parte del cuerpo y los brazos quemados, aún con el grueso abrigo puesto el fuego le había llegado a la piel, debía terminar pronto el combate si no quería que empezaran a abrirse más las heridas por el esfuerzo. Se quitó la gabardina, le resultaba asfixiante seguir llevándola con todo el calor que hacía, más todavía al haberse aumentado la temperatura tan drásticamente por incendio. Ahora se desvelaba el set de cuchillos, puestos como dos correas alrededor de su cuerpo y los brazales en los cuales tenía un dial de rayos y un cuchillo. No tenía nada que ocultar y quería seguir combatiendo, aunque cada vez estaba más herido. volvió a empuñar ambas espadas.
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La bestia que era ahora Karl rugió, enfadada. No había logrado envenenar a su rival, únicamente quemarlo un poco y incendiar la zona, ocultándolo a su vista. Lo veía al otro lado del humo hacer algo, pero no sabía qué. Karl comenzó de repente a estremecerse y volvió a forma humana. Se quitó la maltratada chaqueta de marine y la tiró a un lado, y se arrancó los restos de la camiseta y del pantalón, quedando vestido únicamente con sus calzones. El tatuje de una quimera que llevaba al pecho, junto con la herida de su torso, y varias cicatrices impactantes le daban un aspecto impresionante. Las más notables eran dos tajos: una enorme que tenía marcas de quemaduras alrededor y que le cruzaba el torso desde el pecho izquierdo a la cadera derecha, y otra que le cruzaba el torso en horizontal unos diez centímetros por debajo de los pectorales.
Karl había vuelto a forma humana por algo. Inmediatamente volvió a ser normal, de repente el tatuaje de su hombro derecho (Una estrella negra de cuatro puntas) comenzó a expandirse velozmente por su brazo, volviéndolo de color negro. Este brazo creció un poco y se hizo algo más ancho. De repente empezó a desfigurarse y a volverse amorfo, como si estuviese tomando forma. Era el Kuro no Arm, el mayor arma de los artistas marciales del Sokudan. El Kuro no Arm hacía la superficie del brazo más dura y tenaz, como si estuviese recubierto por una capa de algún material, y permitía moldearlo a voluntad adaptando una gran variedad de formas. Podía también aumentar la masa de ese brazo hasta 1/2 más de la masa original.
Karl se quedó quieto, esperando a ver cómo atacaba su rival, sin moldear aun su brazo. Se recubrió de haki por si acaso. De repente, más rápido de lo que fue capaz de reaccionar en ese momento, una onda de energía le trazó un corte a lo largo del cuerpo. El haki armadura le libró de parte de los daños, pero siguió siendo un golpe formidable. Karl gritó de color, mientras la herida comenzaba a sangrarle profusamente. El corte iba desde cerca de la clavícula izquierda hasta la ingle del mismo lado, cruzándole el tronco. De milagro no le cortó los genitales. Karl emitió un sonido a medio camino entre un jadeo y un gemido de dolor y transformó su brazo derecho desde algo más arriba del codo hasta el final en un escudo fino y alargado de algo menos de metro y medio. Se agachó y se cubrió tras él, centrando su haki en el escudo. Bloqueó la ráfaga completa, dando un leve grito de dolor con cada nuevo golpe en su defensa, que al fin y al cabo era parte de su cuerpo. Cuando el ataque finalizó, el escudo estaba abollado y machacado, pero resistía. Karl deformó su brazo, fuera de sí y realmente enfadado, y lo convirtió al completo en un látigo de cerca de dos metros de largo, más grueso que un látigo normal por la masa sobrante. Dio tras eso un salto bastante alto impulsándose con su movimiento aéreo. Esperaba pillar a su rival por sorpresa dado que no había visto posiblemente lo de brazo a través de las llamas. O eso esperaba. Recubriendo su brazo izquierdo en energía azul haciéndolo cortante como si fuese una katana, lanzó su brazo derecho convertido en látigo contra Crimson, buscando aprisionarlo atándole los brazos contra el tronco y manteniéndolo en el sitio. Para esto hizo el látigo algo más fino y le dio mayor longitud mientras lo lanzaba contra él, esperando que esto le diese una ligera ventaja por ser otra pequeña sorpresa. Tras esto se lanzó contra él dándole una estocada con su brazo izquierdo hacia el pecho, que ahora era un filo de energía.
Assasin Sokudan: Living Sword [AIF]
- ¡CONSIDÉRATE AFORTUNADO, ERES EL PRIMERO EN VER MI KURO NO ARM! ¡AHORA MUERE!
Karl había vuelto a forma humana por algo. Inmediatamente volvió a ser normal, de repente el tatuaje de su hombro derecho (Una estrella negra de cuatro puntas) comenzó a expandirse velozmente por su brazo, volviéndolo de color negro. Este brazo creció un poco y se hizo algo más ancho. De repente empezó a desfigurarse y a volverse amorfo, como si estuviese tomando forma. Era el Kuro no Arm, el mayor arma de los artistas marciales del Sokudan. El Kuro no Arm hacía la superficie del brazo más dura y tenaz, como si estuviese recubierto por una capa de algún material, y permitía moldearlo a voluntad adaptando una gran variedad de formas. Podía también aumentar la masa de ese brazo hasta 1/2 más de la masa original.
Karl se quedó quieto, esperando a ver cómo atacaba su rival, sin moldear aun su brazo. Se recubrió de haki por si acaso. De repente, más rápido de lo que fue capaz de reaccionar en ese momento, una onda de energía le trazó un corte a lo largo del cuerpo. El haki armadura le libró de parte de los daños, pero siguió siendo un golpe formidable. Karl gritó de color, mientras la herida comenzaba a sangrarle profusamente. El corte iba desde cerca de la clavícula izquierda hasta la ingle del mismo lado, cruzándole el tronco. De milagro no le cortó los genitales. Karl emitió un sonido a medio camino entre un jadeo y un gemido de dolor y transformó su brazo derecho desde algo más arriba del codo hasta el final en un escudo fino y alargado de algo menos de metro y medio. Se agachó y se cubrió tras él, centrando su haki en el escudo. Bloqueó la ráfaga completa, dando un leve grito de dolor con cada nuevo golpe en su defensa, que al fin y al cabo era parte de su cuerpo. Cuando el ataque finalizó, el escudo estaba abollado y machacado, pero resistía. Karl deformó su brazo, fuera de sí y realmente enfadado, y lo convirtió al completo en un látigo de cerca de dos metros de largo, más grueso que un látigo normal por la masa sobrante. Dio tras eso un salto bastante alto impulsándose con su movimiento aéreo. Esperaba pillar a su rival por sorpresa dado que no había visto posiblemente lo de brazo a través de las llamas. O eso esperaba. Recubriendo su brazo izquierdo en energía azul haciéndolo cortante como si fuese una katana, lanzó su brazo derecho convertido en látigo contra Crimson, buscando aprisionarlo atándole los brazos contra el tronco y manteniéndolo en el sitio. Para esto hizo el látigo algo más fino y le dio mayor longitud mientras lo lanzaba contra él, esperando que esto le diese una ligera ventaja por ser otra pequeña sorpresa. Tras esto se lanzó contra él dándole una estocada con su brazo izquierdo hacia el pecho, que ahora era un filo de energía.
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Varios
El exterior de los brazos, cerca del hombro, la pierna izquierda, la misma que ya había sido quemada y rota en alguna ocasión, y algo de la frente le escocía, resultándole muy molesto ese continuo ardor que a la larga sería todo un incordio. Tras el fuego, podía ver como sus cortes aéreos chocaban contra Karl. el primero causó que soltara un alariido de dolor, los demás prosiguieron, dándole de lleno, o al menos eso parecía desde su perspectiva. Sin embargo había conseguido detenerlo de alguna forma como comprobaría inmediatamente después.
El marine saltó por encima del fuego con un látigo negro en lugar del brazo que logró alcanzar al capitán pirata rodeándole del brazo izquierdo, pues había dado uno pasos atrás para esquivarlo pero no había sido suficiente. Entonces notó como empezaba a ser cortado por ese látigo, que parecía recubierto de un filo que él mismo era capaz de usar. Como acto reflejo envolvió ese brazo de energía condensada en forma de cuchilla para evitar que le arrancase el brazo, aunque recibió algunos cortes, ninguno muy profundo. Entonces prosiguió con un ataque al cuerpo, casi parecía más una estocada pues también ese brazo estaba lleno de filos, ahora sentía lo molestos que eran cuando él no atacaba con ellos, sino que recibía los cortes.
Tekkai
Endureció su cuerpo como si de una gran masa de hierro se tratase, quedándose inmóvil ante la agresión del marine recibiendo todo e golpe de lleno en el torso que fue detenido por los cuchillos que llevaba en ambas correas alrededor de su pecho, destrozando los cuchillos y llegando hasta su cuerpo, pero gracias a esa técnica no fue atravesado por el brazo aunque si recibió un corte en el pecho que provocó que expulsase sangre por la boca por la fuerza del mismo, logrando romper apenas el tekkai.
Movió la muñeca izquierda haciendo que la espada de fuego se encienda mucho más y que pase por delante del rostro de Karl, sin llegar a tocar su piel para cegarlo por el intenso resplandor de las llamas y también intentar quemar levemente su cara.
Inmediatamente su katana, una Ryo O Wazamo, empezó a recubrirse de energía, aumentando el alcance de la espada eléctrica, así como su poder de penetración y corte. Rápidamente empezó a lanzar multitud de estocadas, casi incontables por la gran cantidad y velocidad de ellas, hacia el cuerpo de su oponente, que aún le tenía sujeto y por tanto tampoco podría escaparse al estar ambos tan próximos. Cada estocada dejaba tras de sí una potente descarga que recorrería todo su cuerpo en caso de impactar, dañando toda clase de órganos al recorrer la corriente pro dentro. Fueron en total más de treinta puñaladas, lanzadas a la misma velocidad con las que lanza un Shigan, dirigidas principalmente hacia las costillas izquierdas del oficial que ya había sido dañadas con anterioridad por la misma espada.
Ittoryu: Washizume (Estilo de una espada: Garras de águila) [AMF]
Buscaba además la parálisis del cuerpo que iría en progresión mientras más cortes reciba.
El marine saltó por encima del fuego con un látigo negro en lugar del brazo que logró alcanzar al capitán pirata rodeándole del brazo izquierdo, pues había dado uno pasos atrás para esquivarlo pero no había sido suficiente. Entonces notó como empezaba a ser cortado por ese látigo, que parecía recubierto de un filo que él mismo era capaz de usar. Como acto reflejo envolvió ese brazo de energía condensada en forma de cuchilla para evitar que le arrancase el brazo, aunque recibió algunos cortes, ninguno muy profundo. Entonces prosiguió con un ataque al cuerpo, casi parecía más una estocada pues también ese brazo estaba lleno de filos, ahora sentía lo molestos que eran cuando él no atacaba con ellos, sino que recibía los cortes.
Tekkai
Endureció su cuerpo como si de una gran masa de hierro se tratase, quedándose inmóvil ante la agresión del marine recibiendo todo e golpe de lleno en el torso que fue detenido por los cuchillos que llevaba en ambas correas alrededor de su pecho, destrozando los cuchillos y llegando hasta su cuerpo, pero gracias a esa técnica no fue atravesado por el brazo aunque si recibió un corte en el pecho que provocó que expulsase sangre por la boca por la fuerza del mismo, logrando romper apenas el tekkai.
Movió la muñeca izquierda haciendo que la espada de fuego se encienda mucho más y que pase por delante del rostro de Karl, sin llegar a tocar su piel para cegarlo por el intenso resplandor de las llamas y también intentar quemar levemente su cara.
Inmediatamente su katana, una Ryo O Wazamo, empezó a recubrirse de energía, aumentando el alcance de la espada eléctrica, así como su poder de penetración y corte. Rápidamente empezó a lanzar multitud de estocadas, casi incontables por la gran cantidad y velocidad de ellas, hacia el cuerpo de su oponente, que aún le tenía sujeto y por tanto tampoco podría escaparse al estar ambos tan próximos. Cada estocada dejaba tras de sí una potente descarga que recorrería todo su cuerpo en caso de impactar, dañando toda clase de órganos al recorrer la corriente pro dentro. Fueron en total más de treinta puñaladas, lanzadas a la misma velocidad con las que lanza un Shigan, dirigidas principalmente hacia las costillas izquierdas del oficial que ya había sido dañadas con anterioridad por la misma espada.
Ittoryu: Washizume (Estilo de una espada: Garras de águila) [AMF]
Buscaba además la parálisis del cuerpo que iría en progresión mientras más cortes reciba.
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Su estrategia le salió mal. Sólo logró agarrar el brazo de su oponente, y cuando fue a golpearle su su "living sword", su rival se puso quieto, en tensión, en una postura que Karl reconoció. Se la había visto a Allen una infinidad de veces: tekkai. Maldijo, y imprimió más fuerza en su ataque. Sin embargo, sólo logró hacerle un corte en el pecho. El marine puso una expresión de terror, pues por la inercia del salto salía disparado hacia Crimson, mientras este agitaba su espada de fuego frente a su cara...
Karl notó un intenso dolor en su ojo izquierdo mientras notaba cómo este se quemaba. Cegado y dolorido, como acto reflejo usó su Movimiento Aéreo para retroceder en el aire. De repente notó varias rápidas estocadas, y comenzó a electrocutarse. La electricidad le paralizó parcialmente, y Karl soltó un alarido de dolor. Por suerte su canalización de energía era independiente de si su cuerpo estaba paralizado o no, y se alejó velozmente. Ascendió varios metros en el aire. Estaba muy herido, y perdía bastante sangre por sus múltiples heridas. Además, notaba un intenso dolor en su ojo izquierdo. Llevó, aterrado, la mano derecha a este. Notó un amasijo de carne quemada y caliente. "No..." Comenzó a temblar. Recuperó la visión en el ojo derecho de la temporal ceguera, pero era incapaz de abrir su ojo izquierda. "No... no... no puede ser."
- ¡MIERDAAAA!
Había perdido la visión en su ojo izquierdo. Ahora Karl estaba furioso. Comenzó a gritar con una ira devastadora. De repente su cuerpo comenzó a a envolverse por un aura de energía de tonos rojizos, amarillos y anaranjados. Sus músculos comenzaron a crecer e hincharse, aumentando el propio Karl de tamaño ligeramente. Estaba rabioso. Mientras, comenzó a transformarse de nuevo en su forma híbrida. Esta vez la transformación fue ligeramente diferente, pues al tener activado a la vez el Primer Camino, su cuerpo en forma híbrida era notoriamente más grande y musculoso.
Rage Mode [Flaming Mode+Primer Camino+Forma Híbrida]
Descendió al suelo, gruñendo con tres voces diferentes como una bestia. Bajó situándose de tal manera que Crimson quedaba entre él y las llamas, cortándole la retirada. Se quedó a unos cinco metros de él, manteniéndose totalmente inmóvil durante aproximadamente tres segundos, gruñendo. De repente, sin aviso previo, activó su Super Shadow, y moviéndose a una velocidad casi igual a la del soru (Gracias al aumento de velocidad del Flaming Mode) apareció frente a Crimson, envolviendo sus garras en energía cortante azul, aumentando su tamaño. Evitando dejarle espacio de reacción o contraataque, lanzó una veloz ráfaga de zarpazos y puñetazos. Repentinamente, atacó con un veloz mordisco de la cabeza de serpiente hacia el tobillo derecho del pirata. Continuó el combo con un veloz Original Iron Fist envuelto en haki armadura (Un puñetazo de gran potencia) al pecho de Crimson, tras el cual retrocedió un metro con su Super Shadow y remató el combo con un potentísimo puñetazo al aire. Este puñetazos hizo vibrar todo el aire y el suelo, y generó una onda de energía de enorme potencia, alcance y extensión mientras escupía llamaradas con su tres cabezas, envolviendo el ataque en fuego. Era el Supreme Fireball, con el cual durante su último combate con Allen había arrasado una parte de un bosque, generando un gran claro, y dejando un cráter de quince metros de radio. Un ataque letal, el arma secreta de Karl que usaba sólo para matar. Sólo le había fallado una vez, contra Allen. El resto de veces siempre había sentenciado el combate.
Combo letal del hombre Quimera [AB]
Karl notó un intenso dolor en su ojo izquierdo mientras notaba cómo este se quemaba. Cegado y dolorido, como acto reflejo usó su Movimiento Aéreo para retroceder en el aire. De repente notó varias rápidas estocadas, y comenzó a electrocutarse. La electricidad le paralizó parcialmente, y Karl soltó un alarido de dolor. Por suerte su canalización de energía era independiente de si su cuerpo estaba paralizado o no, y se alejó velozmente. Ascendió varios metros en el aire. Estaba muy herido, y perdía bastante sangre por sus múltiples heridas. Además, notaba un intenso dolor en su ojo izquierdo. Llevó, aterrado, la mano derecha a este. Notó un amasijo de carne quemada y caliente. "No..." Comenzó a temblar. Recuperó la visión en el ojo derecho de la temporal ceguera, pero era incapaz de abrir su ojo izquierda. "No... no... no puede ser."
- ¡MIERDAAAA!
Había perdido la visión en su ojo izquierdo. Ahora Karl estaba furioso. Comenzó a gritar con una ira devastadora. De repente su cuerpo comenzó a a envolverse por un aura de energía de tonos rojizos, amarillos y anaranjados. Sus músculos comenzaron a crecer e hincharse, aumentando el propio Karl de tamaño ligeramente. Estaba rabioso. Mientras, comenzó a transformarse de nuevo en su forma híbrida. Esta vez la transformación fue ligeramente diferente, pues al tener activado a la vez el Primer Camino, su cuerpo en forma híbrida era notoriamente más grande y musculoso.
Rage Mode [Flaming Mode+Primer Camino+Forma Híbrida]
Descendió al suelo, gruñendo con tres voces diferentes como una bestia. Bajó situándose de tal manera que Crimson quedaba entre él y las llamas, cortándole la retirada. Se quedó a unos cinco metros de él, manteniéndose totalmente inmóvil durante aproximadamente tres segundos, gruñendo. De repente, sin aviso previo, activó su Super Shadow, y moviéndose a una velocidad casi igual a la del soru (Gracias al aumento de velocidad del Flaming Mode) apareció frente a Crimson, envolviendo sus garras en energía cortante azul, aumentando su tamaño. Evitando dejarle espacio de reacción o contraataque, lanzó una veloz ráfaga de zarpazos y puñetazos. Repentinamente, atacó con un veloz mordisco de la cabeza de serpiente hacia el tobillo derecho del pirata. Continuó el combo con un veloz Original Iron Fist envuelto en haki armadura (Un puñetazo de gran potencia) al pecho de Crimson, tras el cual retrocedió un metro con su Super Shadow y remató el combo con un potentísimo puñetazo al aire. Este puñetazos hizo vibrar todo el aire y el suelo, y generó una onda de energía de enorme potencia, alcance y extensión mientras escupía llamaradas con su tres cabezas, envolviendo el ataque en fuego. Era el Supreme Fireball, con el cual durante su último combate con Allen había arrasado una parte de un bosque, generando un gran claro, y dejando un cráter de quince metros de radio. Un ataque letal, el arma secreta de Karl que usaba sólo para matar. Sólo le había fallado una vez, contra Allen. El resto de veces siempre había sentenciado el combate.
Combo letal del hombre Quimera [AB]
Crimson
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Su ataque surtió efecto, aunque no tanto como esperaba ya que su rival seguía de pie, aunque gritando por el dolor y la rabia producida por el arrogante pirata que lo enfrentaba y lograba hacer salir lo mejor y peor del oficial. Esa batalla estaba resultando bastante más entretenida para él de lo que esperaba en un principio al provocar al marine con un ataque de su subordinado que aún seguía en el bosque lloriqueando.
Lion d. Karl volvía a convertirse en ese ser mitológico, sino quería volver a ser aplastado por aquella bestia él debía hacer lo mismo y poder mostrar al fin su akuma no mi, también una zoan. Así que él también, al igual que el marine, empezó a transformarse. Primero su cuerpo se recubrió de plumas de un color marrón-dorado, después de su tonificada espalda brotaron dos gigantescas alas de unos siete metros de envergadura, también bajo ese manto de brillantes plumas. Su cuerpo empezó a crecer, aumentando su volumen, su masa muscular y convirtiéndo sus manos y pies en poderosas y enormes garras, haciendo de ellas poderosas armas. Finalmente su cabeza se convirtió en la de una rapaz, un águila real, con un curvado y poderoso pico dispuesto a desollar a quien esté delante de él, y sus ojos crecieron, volviéndose mucho más precisos en velocidad de reacción, así como también mejoró enormemente su visión, pudiendo observar todo con mucho más detalle, incluso pudiendo hacer “zoom” en algunas cosas más concretas, Eso junto a su gran velocidad era quizás la mayor de sus mejoras en su forma híbrida de águila.
-Voy a cazarte igual que a un pequeño conejo-musitó Crimson en aquella trasnformación.-
Entonces su rival descendió al suelo, pues se había elevado por el aire mientras gritaba y se volvía en una quimera híbrida. Rápidamente volvió a usar esa velocidad inesperada, que ahora era mcho más fácil de seguir gracias a sus nuevos y mejorados ojos capaces de seguir a las más rápidas y escurridizas presas mientras el águila se lanza en picaso a por ellas. Esa velocidad era muy parecida a la de su soru por lo que podía seguirlo, aunque con esfuerzo.
Quimera Karl apareció delante de él, recubriendo sus garras de filo, con las que le atacó, él hizo lo propio para defenderse, sólo que usando sus espadas para cubrirse, pero la fuerza física de su oponente era superior y recibió un gran corte en el pectoral derecho. Si hubiera estado en su forma humana ese corte habría sido mucho peor al ser proporcionalmente mayor la herida.
Prosiguió con más ataques hacia su cuerpo con otros zarpazos y puñetazos, que podía bloquear con sus espadas a duras penas, recibiendo más cortes, en el torso y en el brazo izquierdo, esperaba que su rival si viese afectado ya que el borde de sus espadas eran especiales, uno soltaba descargas eléctricas y el otro ataques ígneos por lo que debería resultar algo dañado en los brazos sólo con ser bloqueado con sus mejores armas.
Los distintos cortes de su cuerpo empezaban a ser notorios y su oponente no paraba de atacarle con rápidos ataques. De hecho continuó con dos más. Un ataque con la cola en la que tenía el final la cabeza de una serpiente que logró rozarle el tobillo para inyectarle una cantidad insignifcante de veneno, pero la suficiente para tumbarlo si no pensaba rápido. Sin pensarlo dos veces se quemó aquella herida con la espada de fuego, evaporando el veneno, a costa de hacerse más daño del que debía.
En ese mismo instante vino el siguiente movimiento, un poderoso puñetazo hacia su cuerpo que simplemente pudo detener a duras penas con el tekkai, haciéndole retroceder unos diez metros (hubieran sido más de no haber clavado sus espadas al suelo). Vio entonces como lanzó un puñetazo final, una onda expansiva que recorría el aire y que la bañaba con fuego, era el clímax de su ataque. Sin embargo ese sería un buen ataque del que aprovecharse.
Aceleró con el soru y dio un salto usando el geppou más sus potentes alas para impulsarse aún con más fuerza contra la onda, abriéndola con dos cortes ondas cortantes, lo suficiente como para no recibir todo el impacto de pleno y que sea menor el daño recibido. No se detuvo y entró por el pequeño agujero volando a la máxima velocidad a la que puede volar un águila en horizontal (120 km/h). Su rival no debería ser capaz de verlo pues el fuego inundaba toda la zona y era casi imposible ver a través de él, incluso al mismo Crimson le costaba con la visión casi perfecta que tenía.
Se envolvió con un ala, la izquierda, formando una gigantesca bola de plumas por la que salía por delante, para protegerse en parte, asomando la hoja, su espada de fuego que absorbiendo la mayor parte del fuego para no ser incinerado brutalmente además de lograr, a modo de cuña, abrirse paso con mayor facilidad. Sin embargo el fuego aún pasaba, bañando su ala de un manto rojo de llamas. Ya en dirección de Karl, que todavía seguía lanzando sus llamaradas, usó el tekkai para convertirse en una gran bola de cañón de fuego. Recubrió aquella ala de energía cortante de asesino para que sea como una pequeña cuchilla y giró sobre si mismo haciendo que la espada frontal actúe también como un taladro. Su velocidad (120km/h) apenas había disminuido durante el trayecto.
Meteoro [AB]
Su oponente no debería ser capaz de ver ese ataque puesto las mismas llamas que envolvía toda la zona eran suficientes como para no poder verle, además de lo inesperado que sería que se lanzase de cabeza contra la explosión sacrificando una parte de su cuerpo en el proceso. Lo estaba dando todo en ese ataque, arriesgándose quizás demasiado.
Lion d. Karl volvía a convertirse en ese ser mitológico, sino quería volver a ser aplastado por aquella bestia él debía hacer lo mismo y poder mostrar al fin su akuma no mi, también una zoan. Así que él también, al igual que el marine, empezó a transformarse. Primero su cuerpo se recubrió de plumas de un color marrón-dorado, después de su tonificada espalda brotaron dos gigantescas alas de unos siete metros de envergadura, también bajo ese manto de brillantes plumas. Su cuerpo empezó a crecer, aumentando su volumen, su masa muscular y convirtiéndo sus manos y pies en poderosas y enormes garras, haciendo de ellas poderosas armas. Finalmente su cabeza se convirtió en la de una rapaz, un águila real, con un curvado y poderoso pico dispuesto a desollar a quien esté delante de él, y sus ojos crecieron, volviéndose mucho más precisos en velocidad de reacción, así como también mejoró enormemente su visión, pudiendo observar todo con mucho más detalle, incluso pudiendo hacer “zoom” en algunas cosas más concretas, Eso junto a su gran velocidad era quizás la mayor de sus mejoras en su forma híbrida de águila.
-Voy a cazarte igual que a un pequeño conejo-musitó Crimson en aquella trasnformación.-
Entonces su rival descendió al suelo, pues se había elevado por el aire mientras gritaba y se volvía en una quimera híbrida. Rápidamente volvió a usar esa velocidad inesperada, que ahora era mcho más fácil de seguir gracias a sus nuevos y mejorados ojos capaces de seguir a las más rápidas y escurridizas presas mientras el águila se lanza en picaso a por ellas. Esa velocidad era muy parecida a la de su soru por lo que podía seguirlo, aunque con esfuerzo.
Quimera Karl apareció delante de él, recubriendo sus garras de filo, con las que le atacó, él hizo lo propio para defenderse, sólo que usando sus espadas para cubrirse, pero la fuerza física de su oponente era superior y recibió un gran corte en el pectoral derecho. Si hubiera estado en su forma humana ese corte habría sido mucho peor al ser proporcionalmente mayor la herida.
Prosiguió con más ataques hacia su cuerpo con otros zarpazos y puñetazos, que podía bloquear con sus espadas a duras penas, recibiendo más cortes, en el torso y en el brazo izquierdo, esperaba que su rival si viese afectado ya que el borde de sus espadas eran especiales, uno soltaba descargas eléctricas y el otro ataques ígneos por lo que debería resultar algo dañado en los brazos sólo con ser bloqueado con sus mejores armas.
Los distintos cortes de su cuerpo empezaban a ser notorios y su oponente no paraba de atacarle con rápidos ataques. De hecho continuó con dos más. Un ataque con la cola en la que tenía el final la cabeza de una serpiente que logró rozarle el tobillo para inyectarle una cantidad insignifcante de veneno, pero la suficiente para tumbarlo si no pensaba rápido. Sin pensarlo dos veces se quemó aquella herida con la espada de fuego, evaporando el veneno, a costa de hacerse más daño del que debía.
En ese mismo instante vino el siguiente movimiento, un poderoso puñetazo hacia su cuerpo que simplemente pudo detener a duras penas con el tekkai, haciéndole retroceder unos diez metros (hubieran sido más de no haber clavado sus espadas al suelo). Vio entonces como lanzó un puñetazo final, una onda expansiva que recorría el aire y que la bañaba con fuego, era el clímax de su ataque. Sin embargo ese sería un buen ataque del que aprovecharse.
Aceleró con el soru y dio un salto usando el geppou más sus potentes alas para impulsarse aún con más fuerza contra la onda, abriéndola con dos cortes ondas cortantes, lo suficiente como para no recibir todo el impacto de pleno y que sea menor el daño recibido. No se detuvo y entró por el pequeño agujero volando a la máxima velocidad a la que puede volar un águila en horizontal (120 km/h). Su rival no debería ser capaz de verlo pues el fuego inundaba toda la zona y era casi imposible ver a través de él, incluso al mismo Crimson le costaba con la visión casi perfecta que tenía.
Se envolvió con un ala, la izquierda, formando una gigantesca bola de plumas por la que salía por delante, para protegerse en parte, asomando la hoja, su espada de fuego que absorbiendo la mayor parte del fuego para no ser incinerado brutalmente además de lograr, a modo de cuña, abrirse paso con mayor facilidad. Sin embargo el fuego aún pasaba, bañando su ala de un manto rojo de llamas. Ya en dirección de Karl, que todavía seguía lanzando sus llamaradas, usó el tekkai para convertirse en una gran bola de cañón de fuego. Recubrió aquella ala de energía cortante de asesino para que sea como una pequeña cuchilla y giró sobre si mismo haciendo que la espada frontal actúe también como un taladro. Su velocidad (120km/h) apenas había disminuido durante el trayecto.
Meteoro [AB]
Su oponente no debería ser capaz de ver ese ataque puesto las mismas llamas que envolvía toda la zona eran suficientes como para no poder verle, además de lo inesperado que sería que se lanzase de cabeza contra la explosión sacrificando una parte de su cuerpo en el proceso. Lo estaba dando todo en ese ataque, arriesgándose quizás demasiado.
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Contempló, satisfecho, la enorme explosión de llamas. Era imposible que sobreviviese a aquello, se dijo a sí mismo. Era su mejor golpe, y la única vez que le había fallado había sido porque aquel marine entrometido había delatado su posición. Sin embargo, esta vez no fallaría, pensaba frotándose los brazos, en los que tenía escamas quemadas y hundidas para dentro por la defensa de Crimdon. ¿O sí fallaría? De repente escuchó un fuerte silbido de algo cortando el aire. No podía ser... ¿estaba atravesando el Supreme Fireball? Imposible. Su técnica era infalible.
- Este tío es un auténtico monstruo. Tal vez lo logre, así que más me vale prevenir.
Como medida preventiva, se centró en tensar sus músculos del torso, que al haber aumentado de tamaño y masa por el Primer Camino, conformaban una especie de armadura natural que protegía sus huesos y órganos, una técnica de la que se sentía orgulloso a la que llamaba Muscular Armor. A esto sumó su haki armadura, para, a la vez que protegía sus órganos, proteger los propios músculos que hacían de defensa. Preparada su defensa dijo:
- No sé quién eres, pero pronto descubrirás mi poder real. Tengo una persona a la que debo derrotar aun, así que no moriré aquí.
Sus heridas eran graves, pero sobreviviría a ellas. Lo que más le preocupaba era el hecho de que no aguantaría mucho más combatiendo. Se debía dejar de tonterías y atacar con todo lo que tenía aunque debiese exponerse mucho para ello. Se preparó para atacar a Crimson en cuanto saliese (Si salía) manteniéndose en total tensión. De repente del mar llamas en que se había convertido aquella pradera emergió algo enorme envuelvo en fuego girando. Esto impactó contra Karl, el cual notó un fuerte dolor en el estómago mientras la espada de Crimson iba penetrando lentamente a través de su "Muscular Armor". El marine salió disparado girando con Crimson, tratando de clavarle las garras mientras las recubría de energía. Sus brazos se quemaron y se llenaron de cortes a causa del ala de su enemigo. El dolor era cada vez más intenso. A pesa de su haki y su Muscular Armor, la hoja iba penetrando entre sus músculos cada vez más, al tiempo que Karl notaba una fuerte quemazón. Debía ser la espada de fuego que antes había empleado para defenderse de él. Gritó de dolor con tres voces diferentes y comenzó a intentar morderle repetidamente con su cabeza de serpiente, tratando de envenenarlo más y causarle el mayor daño posible con los mordiscos. Posiblemente en breves su rival notaría los efectos del veneno, y entonces podría intentar darle la vuelta al combate. Había comprobado que su enemigo se hacía valer de su gran agilidad y su habilidad y precisión con sus armas. Sin embargo, ¿cómo haría frente a tener que pelear estando mareado y con la visión nublada? A un guerrero de su clase su veneno le resultaría especialmente dañino en combate. Para rematar su contraataque, trató de apartar el ala de Crimson un poco con las manos empleando haki armadura pero sin poder evitar cortarse de todos modos, y intentó vomitarle fuego directamente sobre el cuerpo.
Defensa final de la Quimera [AF]
Tras esto soltó un quejido cuando la hoja le penetró aun más. Estaba a punto de llegar a sus órganos internos, lo que ya no le pondría en serios aprietos, si no que en auténtico peligro de muerte. Además tantos giros empezaban a marearle. Con un rugido, comenzó a crear de tamaño brutalmente de manera casi instantánea, transformándose en una enorme Quimera de ocho metros de altura y otros tantos de largo. Rugió con intensidad, enfadado por las heridad recibidas. Aun le quedaba un tiempo para intentar ganar ese combate, pero sospechaba que no demasiado. Debía darse prisa. El enorme ser gruñó y saltó hacia atrás, para evitar que Crimson quedase justo bajo su cuerpo y pudiese hacer de las suyas. Sin embargo, a causa del mareo, al saltar hacia atrás cayó sobre su lomo, y quedó tumbado. Aprovechó para buscar con la mirada a su enemigo, y entonces se dio cuenta de que no sabía ni su nombre. Admiró la pradera en llamas. Una parte importante de esta estaba siendo devastada por un incendio enorme, y Karl sabía que entre las llamas se ocultaba el enorme cráter del Supreme Fireball.
- Guerrero, aun no sé ni tu nombre. ¿Cómo te llamas? - dijo, con sus dos cabezas delanteras.
La cabeza de reptil, que ahora guardaba menos parecido aun con una serpiente, se alzó siseando sobre su cuerpo, en tensión y vigilante. Si su rival se dignaba a aparecer lo destrozaría a mordiscos. Los atentos ojos del reptil suplían la carencia de vista de su cabeza de león, que no tenía ahora ojo izquierdo, vigilando que Crimson no estuviese entre la hierba escondido.
- Este tío es un auténtico monstruo. Tal vez lo logre, así que más me vale prevenir.
Como medida preventiva, se centró en tensar sus músculos del torso, que al haber aumentado de tamaño y masa por el Primer Camino, conformaban una especie de armadura natural que protegía sus huesos y órganos, una técnica de la que se sentía orgulloso a la que llamaba Muscular Armor. A esto sumó su haki armadura, para, a la vez que protegía sus órganos, proteger los propios músculos que hacían de defensa. Preparada su defensa dijo:
- No sé quién eres, pero pronto descubrirás mi poder real. Tengo una persona a la que debo derrotar aun, así que no moriré aquí.
Sus heridas eran graves, pero sobreviviría a ellas. Lo que más le preocupaba era el hecho de que no aguantaría mucho más combatiendo. Se debía dejar de tonterías y atacar con todo lo que tenía aunque debiese exponerse mucho para ello. Se preparó para atacar a Crimson en cuanto saliese (Si salía) manteniéndose en total tensión. De repente del mar llamas en que se había convertido aquella pradera emergió algo enorme envuelvo en fuego girando. Esto impactó contra Karl, el cual notó un fuerte dolor en el estómago mientras la espada de Crimson iba penetrando lentamente a través de su "Muscular Armor". El marine salió disparado girando con Crimson, tratando de clavarle las garras mientras las recubría de energía. Sus brazos se quemaron y se llenaron de cortes a causa del ala de su enemigo. El dolor era cada vez más intenso. A pesa de su haki y su Muscular Armor, la hoja iba penetrando entre sus músculos cada vez más, al tiempo que Karl notaba una fuerte quemazón. Debía ser la espada de fuego que antes había empleado para defenderse de él. Gritó de dolor con tres voces diferentes y comenzó a intentar morderle repetidamente con su cabeza de serpiente, tratando de envenenarlo más y causarle el mayor daño posible con los mordiscos. Posiblemente en breves su rival notaría los efectos del veneno, y entonces podría intentar darle la vuelta al combate. Había comprobado que su enemigo se hacía valer de su gran agilidad y su habilidad y precisión con sus armas. Sin embargo, ¿cómo haría frente a tener que pelear estando mareado y con la visión nublada? A un guerrero de su clase su veneno le resultaría especialmente dañino en combate. Para rematar su contraataque, trató de apartar el ala de Crimson un poco con las manos empleando haki armadura pero sin poder evitar cortarse de todos modos, y intentó vomitarle fuego directamente sobre el cuerpo.
Defensa final de la Quimera [AF]
Tras esto soltó un quejido cuando la hoja le penetró aun más. Estaba a punto de llegar a sus órganos internos, lo que ya no le pondría en serios aprietos, si no que en auténtico peligro de muerte. Además tantos giros empezaban a marearle. Con un rugido, comenzó a crear de tamaño brutalmente de manera casi instantánea, transformándose en una enorme Quimera de ocho metros de altura y otros tantos de largo. Rugió con intensidad, enfadado por las heridad recibidas. Aun le quedaba un tiempo para intentar ganar ese combate, pero sospechaba que no demasiado. Debía darse prisa. El enorme ser gruñó y saltó hacia atrás, para evitar que Crimson quedase justo bajo su cuerpo y pudiese hacer de las suyas. Sin embargo, a causa del mareo, al saltar hacia atrás cayó sobre su lomo, y quedó tumbado. Aprovechó para buscar con la mirada a su enemigo, y entonces se dio cuenta de que no sabía ni su nombre. Admiró la pradera en llamas. Una parte importante de esta estaba siendo devastada por un incendio enorme, y Karl sabía que entre las llamas se ocultaba el enorme cráter del Supreme Fireball.
- Guerrero, aun no sé ni tu nombre. ¿Cómo te llamas? - dijo, con sus dos cabezas delanteras.
La cabeza de reptil, que ahora guardaba menos parecido aun con una serpiente, se alzó siseando sobre su cuerpo, en tensión y vigilante. Si su rival se dignaba a aparecer lo destrozaría a mordiscos. Los atentos ojos del reptil suplían la carencia de vista de su cabeza de león, que no tenía ahora ojo izquierdo, vigilando que Crimson no estuviese entre la hierba escondido.
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Lo logró, su ataque le alcanzó con perfección, debía de estar ya muerto, o al menos con heridas que le impedirían levantarse en meses, si es que lograba volver a andar tras ese gran ataque. Pero fue todo tan sencillo, aunque su ataque fue certero, no fue letal, pues en pleno movimiento rotatorio que agredía, cortaba, aplastaba y quemaba su rival fue capaz de lograr recomponerse defendiéndose con uñas y dientes, literalmente, aunque en esta particular ocasión lo hizo con garras y colmillos desgarrando e hiriendo partes de su ya maltrecha ala izquierda. Con última medida de su defensa logró abrir ligeramente el escudo que formaba alrededor del pirata su ala para lanzar una bocana ígnea hacia su cuerpo, entrando el suficiente como para dañarle con aún más quemaduras.
Tras esta potente colisión ambos salieron disparados, cada uno hacia una dirección, aunque no demasiado separados. Crimson rodó por el suelo de manera bastante brusca, aunque en parte le vino bien ya que logró sofocar las llamas que le envolvía. Por otra parte su rival soltó un atronador rugido que hizo que muchos animales de los alrededores se asustasen y se alejasen, pues incluso más fuerte que lo de los dinosaurios del lugar. Él por su parte dejó de apretar los dientes y por primera vez en todo el combate soló un desgarrador alarido de dolor. No sólo eran las diversas heridas que había abierto su rival o las yagas por las quemaduras, algunas muy profundas, en su ala, principalmente y en algunas zonas más de su cuerpo, no. Era algo más, algo que estaba recorriendo su cuerpo desde el interior de sus venas, algo que le quemaba por dentro y algo a lo que no estaba habituado, ni acostumbrado.
Todo indicaba a que al fin había logrado atravesar sus músculos con los colmillos del final de su cola por la cual asomaba una cabeza de serpiente. Y la verdad es que desde que vio aquella cola, había estado intentando evadirla, pues sus conclusiones eran ciertas. Aquellas inyecciones que le había realizado el ataque de las fauces de su enemigo, consiguieron envenenarle y poco a poco los efectos tóxicos irían en aumento. Claramente no estaba en las mejores condiciones para pelear, puesto que su magnífica visión estaba siendo mermada, volviéndose ahora a la de un humano normal aunque estuviese en su forma híbrida.
Entonces notó de dónde había provenido aquél estruendoso bramido. El marine pasó a su forma total de quimera, siendo ahora un inmenso ser de ocho metros de alto y muchos más de largo, con la cola por encima del cuerpo como si de un escorpión de tratase. El total de aquella enorme figura era aterrador, pero eso no hacía más que encender su espíritu de batalla. Su pico pareció formar una sonrisa, un gesto que sólo demostraba su felicidad por poder encontrar otro oponente al cual poder enfrentarse sacando lo máximo de si. Cierto era que lo había subestimado y que pretendía ganar sin usar su mayor habilidad y sin si quiera usar su fruta. Pero la continuo y arduo fragor de la batalla había conseguido despertar en el esas ganas de seguir luchando hasta que uno de los dos caiga totalmente rendido al suelo. Aquél oficial había conseguido lo que muy poco habían hecho, ganarse su respeto en pleno combate. Entonces unas arrolladoras palabras provenientes de aquel monstruo psicológico interrumpieron ese momento.
-Guerrero, aun no sé ni tu nombre. ¿Cómo te llamas? -dijo con una voz dual.-
Lo cierto era que aún no se había presentado, y de hecho no iba a hacerlo pues confiaba en que iba a terminar ese encuentro con dos simples movimientos. Pero ahora veía no que fue así, e incluso había logrado ponerlo contra las cuerdas en diversas ocasiones durante el transcurso de la pelea.
-Capitán de Sons of Anarchy, Crimson. Anteriormente conocido como Red Stinger-exclamó como respuesta.- Ahora recuerdo quién eres, en las condiciones actuales probablemente habrías superado a mi antiguo segundo al mando. Has mejorado mucho Lion D. Karl. Todo este tiempo de inactividad me han pasado factura, tengo que volver a ponerme en forma-continuó con su aguilesco rostro que reflejaba solemnidad, entusiasmo y temeridad a partes iguales.- Ahora sabrás el porqué de mi nuevo nombre...-concluyó.-
Sus plumas empezaron a tornarse de un fuerte color rojo sangre, un carmesí brillante y metálico que recubría todo su cuerpo. Estaba canalizando su espíritu de tal manera que hacía que los músculos reaccionaran de forma mucho más deprisa, mejorando las contracciones musculares y por tanto elevando su velocidad a tal punto de que era tres veces superior a la que normalmente tenía.
-No tengo más opciones. Morir o vivir, todo o nada, ésto se pone realmente emocionante- pensó en ese momento con la temperatura de todo el prado subiendo por el incendio que se acrecentaba cada vez más.-
Soru
Su velocidad con el soru ya era de por si casi imperceptible para ojos no especiales, pero ahora con su su velocidad al punto más álgido debía ser prácticamente imposible ver, y si quiera seguir, los movimientos de aquel pirata. Se movía por los alrededores de la inmensa bestia, buscando confundirle, despistarle, hacer que falle en sus intentos de defensa y empiece a dudar de sus posibilidades de victoria. No obstante no todo iba a salir bien al capitán de los Hijos de las Anarquía puesto que la herida en su pierna que se provocó así mismo antes y el veneno que intoxicaba su sangre mermaban esta apabullante velocidad, reduciéndola considerablemente hasta ser tan sólo el doble de rápido, esperando que ésto fuera suficiente.
Repentinamente dejó de dar vueltas, como águila acechando a su presa, y se acercó al inmenso ser por un lado, cerca de las costillas izquierdas. El hecho de ser un objetivo tan grande le convertía en un blanco fácil de lo cuál debía aprovecharse. Empezó a lanzar cortes con su Silent Orange y si espada ígnea hacia el costado del torso del enorme animal mitológico y a las patas para dañarle todo lo posible y evitar la movilidad de la quimera. Volvió a moverse con el soru para volver a rodearle y atacar de la misma forma pero desde el otro lado. Todos aquellos cortes tenían su celeridad aumentada, siendo así mucho más complicado poder escaparse o poder esquivar sus cortes. Igualmente la capacidad de penetración de sus tajos eran mucho más profundos a ser lanzados a una aceleración mayor y al ser estar permanentemente recubiertos con energía cortante, sin contar el hecho de que una quema y la otro electrocuta.
Nittoryu: Senkō (Estilo de dos espadas: Destello)[AF]
Tras esta potente colisión ambos salieron disparados, cada uno hacia una dirección, aunque no demasiado separados. Crimson rodó por el suelo de manera bastante brusca, aunque en parte le vino bien ya que logró sofocar las llamas que le envolvía. Por otra parte su rival soltó un atronador rugido que hizo que muchos animales de los alrededores se asustasen y se alejasen, pues incluso más fuerte que lo de los dinosaurios del lugar. Él por su parte dejó de apretar los dientes y por primera vez en todo el combate soló un desgarrador alarido de dolor. No sólo eran las diversas heridas que había abierto su rival o las yagas por las quemaduras, algunas muy profundas, en su ala, principalmente y en algunas zonas más de su cuerpo, no. Era algo más, algo que estaba recorriendo su cuerpo desde el interior de sus venas, algo que le quemaba por dentro y algo a lo que no estaba habituado, ni acostumbrado.
Todo indicaba a que al fin había logrado atravesar sus músculos con los colmillos del final de su cola por la cual asomaba una cabeza de serpiente. Y la verdad es que desde que vio aquella cola, había estado intentando evadirla, pues sus conclusiones eran ciertas. Aquellas inyecciones que le había realizado el ataque de las fauces de su enemigo, consiguieron envenenarle y poco a poco los efectos tóxicos irían en aumento. Claramente no estaba en las mejores condiciones para pelear, puesto que su magnífica visión estaba siendo mermada, volviéndose ahora a la de un humano normal aunque estuviese en su forma híbrida.
Entonces notó de dónde había provenido aquél estruendoso bramido. El marine pasó a su forma total de quimera, siendo ahora un inmenso ser de ocho metros de alto y muchos más de largo, con la cola por encima del cuerpo como si de un escorpión de tratase. El total de aquella enorme figura era aterrador, pero eso no hacía más que encender su espíritu de batalla. Su pico pareció formar una sonrisa, un gesto que sólo demostraba su felicidad por poder encontrar otro oponente al cual poder enfrentarse sacando lo máximo de si. Cierto era que lo había subestimado y que pretendía ganar sin usar su mayor habilidad y sin si quiera usar su fruta. Pero la continuo y arduo fragor de la batalla había conseguido despertar en el esas ganas de seguir luchando hasta que uno de los dos caiga totalmente rendido al suelo. Aquél oficial había conseguido lo que muy poco habían hecho, ganarse su respeto en pleno combate. Entonces unas arrolladoras palabras provenientes de aquel monstruo psicológico interrumpieron ese momento.
-Guerrero, aun no sé ni tu nombre. ¿Cómo te llamas? -dijo con una voz dual.-
Lo cierto era que aún no se había presentado, y de hecho no iba a hacerlo pues confiaba en que iba a terminar ese encuentro con dos simples movimientos. Pero ahora veía no que fue así, e incluso había logrado ponerlo contra las cuerdas en diversas ocasiones durante el transcurso de la pelea.
-Capitán de Sons of Anarchy, Crimson. Anteriormente conocido como Red Stinger-exclamó como respuesta.- Ahora recuerdo quién eres, en las condiciones actuales probablemente habrías superado a mi antiguo segundo al mando. Has mejorado mucho Lion D. Karl. Todo este tiempo de inactividad me han pasado factura, tengo que volver a ponerme en forma-continuó con su aguilesco rostro que reflejaba solemnidad, entusiasmo y temeridad a partes iguales.- Ahora sabrás el porqué de mi nuevo nombre...-concluyó.-
Sus plumas empezaron a tornarse de un fuerte color rojo sangre, un carmesí brillante y metálico que recubría todo su cuerpo. Estaba canalizando su espíritu de tal manera que hacía que los músculos reaccionaran de forma mucho más deprisa, mejorando las contracciones musculares y por tanto elevando su velocidad a tal punto de que era tres veces superior a la que normalmente tenía.
-No tengo más opciones. Morir o vivir, todo o nada, ésto se pone realmente emocionante- pensó en ese momento con la temperatura de todo el prado subiendo por el incendio que se acrecentaba cada vez más.-
Soru
Su velocidad con el soru ya era de por si casi imperceptible para ojos no especiales, pero ahora con su su velocidad al punto más álgido debía ser prácticamente imposible ver, y si quiera seguir, los movimientos de aquel pirata. Se movía por los alrededores de la inmensa bestia, buscando confundirle, despistarle, hacer que falle en sus intentos de defensa y empiece a dudar de sus posibilidades de victoria. No obstante no todo iba a salir bien al capitán de los Hijos de las Anarquía puesto que la herida en su pierna que se provocó así mismo antes y el veneno que intoxicaba su sangre mermaban esta apabullante velocidad, reduciéndola considerablemente hasta ser tan sólo el doble de rápido, esperando que ésto fuera suficiente.
Repentinamente dejó de dar vueltas, como águila acechando a su presa, y se acercó al inmenso ser por un lado, cerca de las costillas izquierdas. El hecho de ser un objetivo tan grande le convertía en un blanco fácil de lo cuál debía aprovecharse. Empezó a lanzar cortes con su Silent Orange y si espada ígnea hacia el costado del torso del enorme animal mitológico y a las patas para dañarle todo lo posible y evitar la movilidad de la quimera. Volvió a moverse con el soru para volver a rodearle y atacar de la misma forma pero desde el otro lado. Todos aquellos cortes tenían su celeridad aumentada, siendo así mucho más complicado poder escaparse o poder esquivar sus cortes. Igualmente la capacidad de penetración de sus tajos eran mucho más profundos a ser lanzados a una aceleración mayor y al ser estar permanentemente recubiertos con energía cortante, sin contar el hecho de que una quema y la otro electrocuta.
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Karl se quedó anodadado. ¿Red Stinger? ¿El capitán de Allen? Además acababa de decir que ahora mismo tenía suficiente poder para superar a su archienemigo. La mente de Karl daba vueltas, y el mundo parecía dar vueltas a su alrededor, en parte porque la información le había dejado en shock y en parte por la pérdida de sangre. De repente vio a Red Stinger, o ahora más bien Crimson, envolverse en energía roja.
- Red Stinger... si sobrevives, dale un mensaje a Allen de mi parte - dijo con tres voces a la vez - dile que le encontraré y le derrotaré de una vez y para siempre.
El momento era simplemente épico. El incendio había creado inmensas columnas de humo que daban la impresión de que el día se había oscurecido, al tapar el sol. El mismo sol entre el humo parecía un disco de color rojo sangre, y la luz en el campo de batalla parecía rara. El mismo aire olía a sangre y quemado. El propio prado ahora era una masa de incendios y terreno quemado, iluminando a ambos combatientes. La inmensa Quimera parecía estar en una pose solemne, aunque a lo mejor era sólo un efecto visual
- Ahora toca luchar por nuestra vida, Red Stinger. Vivir o morir. Demuéstrame de qué estás hecho.
Trató de mantener a Crimson vigilado, pero estaba cansado y tocado por las heridas, y por culpa de haberse quedado parado en vez de mantenerse en movimiento, ahora comenzaba a notar el bajón de energía. De repente Crimson se movió a una velocidad brutal. Le pareció notar que había algo extraño en los movimientos de Crimson, pero el dolor de la terrible herida que acababa de recibir bajo el esternón le distrajo, y perdió de vista al guerrero. De repente comenzó a recibir cortes a lo largo del costado izquierdo. Karl rugió. Los golpes eran poderosos y le dolían, pero con su actual tamaño no eran más que heridas pequeñas, un poco profundas y dolorosas. Notaba pequeñas descargas eléctricas en algunos cortes, y en otras, quemazón. El subidón de adrenalina le hizo olvidar el dolor parcialmente, y Quimera se levantó de golpe, enfurecido. Se apartó velozmente de la zona donde estaba Crimson y se giró hacia él, gruñendo y siseando. De repente la parte superior de su cuerpo se agachó ligeramente, como dejando paso libre a la cabeza de reptil, que siseando, se alzó dispuesta a morder. Sin embargo, repentinamente Karl hizo un barrido con su pata derecha, con las garras extendidas. Su idea era tratar de darle con la pata y tirarlo hacia un lado. Tras eso, saltaría hacia él y trataría de inmovilizarlo atrapándolo con las zarpas. Si saltaba su barrido, la cabeza de ofidio le atacaría velozmente, y si lograba alejarse del barrido sin necesidad de saltarlo, vomitaría fuego en su dirección.
Ataque de la Quimera rabiosa [AIF]
- Red Stinger... si sobrevives, dale un mensaje a Allen de mi parte - dijo con tres voces a la vez - dile que le encontraré y le derrotaré de una vez y para siempre.
El momento era simplemente épico. El incendio había creado inmensas columnas de humo que daban la impresión de que el día se había oscurecido, al tapar el sol. El mismo sol entre el humo parecía un disco de color rojo sangre, y la luz en el campo de batalla parecía rara. El mismo aire olía a sangre y quemado. El propio prado ahora era una masa de incendios y terreno quemado, iluminando a ambos combatientes. La inmensa Quimera parecía estar en una pose solemne, aunque a lo mejor era sólo un efecto visual
- Ahora toca luchar por nuestra vida, Red Stinger. Vivir o morir. Demuéstrame de qué estás hecho.
Trató de mantener a Crimson vigilado, pero estaba cansado y tocado por las heridas, y por culpa de haberse quedado parado en vez de mantenerse en movimiento, ahora comenzaba a notar el bajón de energía. De repente Crimson se movió a una velocidad brutal. Le pareció notar que había algo extraño en los movimientos de Crimson, pero el dolor de la terrible herida que acababa de recibir bajo el esternón le distrajo, y perdió de vista al guerrero. De repente comenzó a recibir cortes a lo largo del costado izquierdo. Karl rugió. Los golpes eran poderosos y le dolían, pero con su actual tamaño no eran más que heridas pequeñas, un poco profundas y dolorosas. Notaba pequeñas descargas eléctricas en algunos cortes, y en otras, quemazón. El subidón de adrenalina le hizo olvidar el dolor parcialmente, y Quimera se levantó de golpe, enfurecido. Se apartó velozmente de la zona donde estaba Crimson y se giró hacia él, gruñendo y siseando. De repente la parte superior de su cuerpo se agachó ligeramente, como dejando paso libre a la cabeza de reptil, que siseando, se alzó dispuesta a morder. Sin embargo, repentinamente Karl hizo un barrido con su pata derecha, con las garras extendidas. Su idea era tratar de darle con la pata y tirarlo hacia un lado. Tras eso, saltaría hacia él y trataría de inmovilizarlo atrapándolo con las zarpas. Si saltaba su barrido, la cabeza de ofidio le atacaría velozmente, y si lograba alejarse del barrido sin necesidad de saltarlo, vomitaría fuego en su dirección.
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Sus cortes le dieron de pleno a la inmensa bestia, pero no fueron suficientes como para derrotarlo ni lograr que se desvaneciera puesto que al tener semejante tamaño, los cortes eran proporcionalmente menores. Karl inmediatamente volvió a la carga soltando un estruendoso berrido por sus tres cabezas, de león, macho cabrío y serpiente. El marine le atacó con un nuevo bocado de la cabeza de serpiente, en los que los venenosos colmillos eran la peor parte de aquella agresión.
Sin embargo sólo fue un amago, pues la picadura no se produciría, aún, moviendo con rapidez una de sus zarpas a modo de barrido, para derribar al pirata el cual con la visión cada vez más nublada, más exhausto y más infectado por el líquido tóxico que circulaba sus venas, apenas pudo evitar el ataque, cubriéndose con ambas espadas, pero siendo tumbado igualmente, recibiendo otro corte en el torso, que empezaba ya a desangrarse tras tantas heridas producidas durante el transcurso del intenso combate.
Casi por puro instinto, al ver como una gigantesca sombra de cernía sobre él, rodó por el suelo para esquivar las garras que querían atraparlo y, probablemente, triturarlo. Consiguiendo esquivar tañ ataque a duras penas, quedando bajo el enorme monstruo tricéfalo. Se levantó todo lo rápido con pudo, con nauseas y cada vez más debilitado por la corrosión de la sangre de sus venas. No faltaría mucho para que estuviese totalmente acabado si además sumamos los múltiples daños sufridos en todo su cuerpo, tanto cortes como quemaduras. Estaba ya llegando a su límite, por lo que tendría, debía más bien, que terminar cuanto antes con él. Así que sólo le quedaba un último ataque, dos a lo sumo.
La verdad era que aún ganándole, su muerte estaba casi asegurada, los síntomas se agraviaban a cada segundo, a cada respiración y a cada latido de su bombeante corazón. Pero no le importaba en lo más mínimo. Si tenía que morir en el fragor de la batalla lo haría, pero ganando la misma con el último suspiro de su vida. Si aún se mantenía en pie, aún seguiría luchando hasta que deje de hacerlo. La derrota no era un opción. Quería ser el mejor y lo iba a demostrar. Nadie le había regalado nada en su estancia en el Grand Line, todo se lo había ganado gracias a su espíritu y a su incanzable ambición que le llevaría a ser una leyenda, no iba a rendirse, no ahora.
De manera casi instantánea tras el esquive, y ya incorporado, clavó sus dos espadas en el suelo, nuevamente y lanzó todos sus cuchillos que tenía en dos correas alrededor de su pecho, aunque algunas habían sido destrozados antes. Un total de unos 20 cuchillos hacia la zona más blanda de la quimera, su abdomen. Entre esos cuchillos, se hallaban escondidos sus dos Knuckle Blade, Risas y Lágrimas, camuflados entre tantas armas blancas. Si alguno de éstos dos llegaba a clavarse sobre su oponente sería prácticamente una victoria inmediata ya que éstos estaban recubiertos de kairoseki en todo el filo. Cogió sus dos espadas nuevamente, ésta vez con la Siltent Orange en la izquierda y la espada flamígera en la derecha. Lanzando dos ondas cortantes, que llegarían escasos momentos después de los cuchillos (y de Risas y Lágrimas) siendo los detonantes finales en caso de que Karl quede inutilizado por el kairoseki.
Art Assasin: Wolf Among Lambs (Arte Asesino: Lobo entre corderos) [AIF]
Sin embargo sólo fue un amago, pues la picadura no se produciría, aún, moviendo con rapidez una de sus zarpas a modo de barrido, para derribar al pirata el cual con la visión cada vez más nublada, más exhausto y más infectado por el líquido tóxico que circulaba sus venas, apenas pudo evitar el ataque, cubriéndose con ambas espadas, pero siendo tumbado igualmente, recibiendo otro corte en el torso, que empezaba ya a desangrarse tras tantas heridas producidas durante el transcurso del intenso combate.
Casi por puro instinto, al ver como una gigantesca sombra de cernía sobre él, rodó por el suelo para esquivar las garras que querían atraparlo y, probablemente, triturarlo. Consiguiendo esquivar tañ ataque a duras penas, quedando bajo el enorme monstruo tricéfalo. Se levantó todo lo rápido con pudo, con nauseas y cada vez más debilitado por la corrosión de la sangre de sus venas. No faltaría mucho para que estuviese totalmente acabado si además sumamos los múltiples daños sufridos en todo su cuerpo, tanto cortes como quemaduras. Estaba ya llegando a su límite, por lo que tendría, debía más bien, que terminar cuanto antes con él. Así que sólo le quedaba un último ataque, dos a lo sumo.
La verdad era que aún ganándole, su muerte estaba casi asegurada, los síntomas se agraviaban a cada segundo, a cada respiración y a cada latido de su bombeante corazón. Pero no le importaba en lo más mínimo. Si tenía que morir en el fragor de la batalla lo haría, pero ganando la misma con el último suspiro de su vida. Si aún se mantenía en pie, aún seguiría luchando hasta que deje de hacerlo. La derrota no era un opción. Quería ser el mejor y lo iba a demostrar. Nadie le había regalado nada en su estancia en el Grand Line, todo se lo había ganado gracias a su espíritu y a su incanzable ambición que le llevaría a ser una leyenda, no iba a rendirse, no ahora.
De manera casi instantánea tras el esquive, y ya incorporado, clavó sus dos espadas en el suelo, nuevamente y lanzó todos sus cuchillos que tenía en dos correas alrededor de su pecho, aunque algunas habían sido destrozados antes. Un total de unos 20 cuchillos hacia la zona más blanda de la quimera, su abdomen. Entre esos cuchillos, se hallaban escondidos sus dos Knuckle Blade, Risas y Lágrimas, camuflados entre tantas armas blancas. Si alguno de éstos dos llegaba a clavarse sobre su oponente sería prácticamente una victoria inmediata ya que éstos estaban recubiertos de kairoseki en todo el filo. Cogió sus dos espadas nuevamente, ésta vez con la Siltent Orange en la izquierda y la espada flamígera en la derecha. Lanzando dos ondas cortantes, que llegarían escasos momentos después de los cuchillos (y de Risas y Lágrimas) siendo los detonantes finales en caso de que Karl quede inutilizado por el kairoseki.
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Karl se olió algo. Crimson le lanzaba una lluvia de cuchillo, sin embargo ¿Por qué? ¿Por qué cuchillos? Era un monstruo de tal tamaño que aunque le diesen en la parte blanda del cuerpo no dejarían de ser poco menos que una picadura de mosquito. Algo iba mal... debía haber alguna clase de truco. Karl comenzó a destransformarse velozmente, quedando suspendido en el aire en forma humana, empleando su Movimiento Aéreo para no caer. Sin embargo estaba en el trayecto de algunos de los cuchillos. Envolvió su manos en haki y con unos hábiles golpes desvió tres de ellos, sin embargo las heridas y el cansancio le impidieron hacer lo mismo con el resto, y dos se le clavaron en el abdomen. De repente Karl notó un frío horrendo, y sus fuerzas comenzaron a desvanecerse. "No... no... ¿es kairoseki? ¿Cómo puede tener kairoseki? Mierda... apenas puedo respirar... ¿cómo voy a mantenerme levitando?" De repente una de las ondas que antes iba hacia su cuerpo de Quimera pasó rozándole el hombro izquierdo, causándole una herida profunda y dolorosa. Al instante noto una fuerte quemazón y la herida humeó por el fuego de la onda. El luchador dio un grito de dolor y cayó de los aires, precipitándose velozmente hacia el suelo. Estaba a una altura de cuatro metros. Al caer puso el brazo derecho inconscientemente y notó un dolor agudo al tiempo que se escuchaba un fuerte "crack". Gritó nuevamente. A duras penas estaba consciente, y sabía que si seguía forzándose con semejantes heridas, moriría.
- Jamás... no puedo rendirme - murmuró jadeando, respirando fuerte y con dificultad. Sus ojos estaban cubiertos de lágrimas - ¡Tú jamás lo entenderías! ¡Yo NO VOY morir aun!
Se agarró el puñal de kairoseki, que a pesar de la caída (En la que se le había soltado el otro cuchillo) seguía clavado su carne, y lo arrancó con grandes esfuerzos. Una llama extraña iluminaba su único ojo, mientras, ignorando su dolor, se levantaba apoyándose sobre su brazo izquierdo. Le costó horrores levantarse. De repente cayó sobre las rodillas y comenzó a toser sangre. En la caída debió romperse varias costillas además del brazo. Sin embargo, ignorando sus gravísimas heridas, se levantó. Se tambaleó. Había perdido muchísima sangre, tanta que cualquier otra persona estaría postrada en el suelo. Pero él no. Su voluntad de vivir y morir matando era lo único que lo mantenía en pie.
- Red Stinger... te venceré. No como oficial marine... si no como Lion D. Karl. Por mi orgullo de iniciado en el Sokudan... no puedo... - cada vez jadeaba más. Le costaba más respirar al estar de pie - no puedo... dejarte ir... sin más... te derrotaré igual que... igual que... lo haré con... Allen.
Cayó de nuevo al suelo, de rodillas. Sin embargo, volvió a levantarse. Lo que quedaba del incendio que había devastado el claro hacía brillar su único ojo, y la luz en el campo de batalla era ahora más siniestra. Al estar toda la vegetación demasiado húmeda el incendio no se había propagado más, y tras consumir buena parte del claro sólo quedaban hogueras sueltas a lo largo del lugar. El humo tapaba el aire, y ahora se veían claramente los surcos en el maltratado suelo de los diferentes ataques, y el enorme cráter del Supreme Cannon de Karl.
De repente un manto de energía roja cubrió a Karl. Este se levantó con algo de menos esfuerzo aparentemente que antes. Con sus últimas energías, Karl había convocado sus fuerzas y estaba usando inconscientemente una técnica del Sokudan que permitía mover el cuerpo empleando energía. Con esta técnica, aunque todos los músculos estuviesen agarrotados por una descarga o el cuerpo paralizado por un veneno, uno podía moverse igual empleando su canalización de energía para mover su cuerpo tirando de él con finos hilos de energía. Karl no dominaba esta técnica y era incapaz de emplearla a más de un 5% de eficacia. De hecho se movía torpemente y empleando esto como un mero apoyo y no para moverse realmente. De repente empezó a levitar y avanzó así hacia Crimson al darse cuenta de que caminar le hacia más daño. De repente dio un acelerón levitando en dirección a Crimson. Toda la energía que le envolvía se concentró en su puño izquierdo, y a la vez envolvió este en haki.
- ¡FINAL HIT! [Haki armadura] [AF]
- Jamás... no puedo rendirme - murmuró jadeando, respirando fuerte y con dificultad. Sus ojos estaban cubiertos de lágrimas - ¡Tú jamás lo entenderías! ¡Yo NO VOY morir aun!
Se agarró el puñal de kairoseki, que a pesar de la caída (En la que se le había soltado el otro cuchillo) seguía clavado su carne, y lo arrancó con grandes esfuerzos. Una llama extraña iluminaba su único ojo, mientras, ignorando su dolor, se levantaba apoyándose sobre su brazo izquierdo. Le costó horrores levantarse. De repente cayó sobre las rodillas y comenzó a toser sangre. En la caída debió romperse varias costillas además del brazo. Sin embargo, ignorando sus gravísimas heridas, se levantó. Se tambaleó. Había perdido muchísima sangre, tanta que cualquier otra persona estaría postrada en el suelo. Pero él no. Su voluntad de vivir y morir matando era lo único que lo mantenía en pie.
- Red Stinger... te venceré. No como oficial marine... si no como Lion D. Karl. Por mi orgullo de iniciado en el Sokudan... no puedo... - cada vez jadeaba más. Le costaba más respirar al estar de pie - no puedo... dejarte ir... sin más... te derrotaré igual que... igual que... lo haré con... Allen.
Cayó de nuevo al suelo, de rodillas. Sin embargo, volvió a levantarse. Lo que quedaba del incendio que había devastado el claro hacía brillar su único ojo, y la luz en el campo de batalla era ahora más siniestra. Al estar toda la vegetación demasiado húmeda el incendio no se había propagado más, y tras consumir buena parte del claro sólo quedaban hogueras sueltas a lo largo del lugar. El humo tapaba el aire, y ahora se veían claramente los surcos en el maltratado suelo de los diferentes ataques, y el enorme cráter del Supreme Cannon de Karl.
De repente un manto de energía roja cubrió a Karl. Este se levantó con algo de menos esfuerzo aparentemente que antes. Con sus últimas energías, Karl había convocado sus fuerzas y estaba usando inconscientemente una técnica del Sokudan que permitía mover el cuerpo empleando energía. Con esta técnica, aunque todos los músculos estuviesen agarrotados por una descarga o el cuerpo paralizado por un veneno, uno podía moverse igual empleando su canalización de energía para mover su cuerpo tirando de él con finos hilos de energía. Karl no dominaba esta técnica y era incapaz de emplearla a más de un 5% de eficacia. De hecho se movía torpemente y empleando esto como un mero apoyo y no para moverse realmente. De repente empezó a levitar y avanzó así hacia Crimson al darse cuenta de que caminar le hacia más daño. De repente dio un acelerón levitando en dirección a Crimson. Toda la energía que le envolvía se concentró en su puño izquierdo, y a la vez envolvió este en haki.
- ¡FINAL HIT! [Haki armadura] [AF]
Crimson
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El marine se transformó en su forma humana intentando cubrirse con las manos desnudas de los cuchillos, craso error. Finalmente Risas y Lágrimas consiguieron dar en la diana, clavándose en él y haciéndolo precipitar, cayendo pesadamente contra el suelo. El combate parecía resuelto, él había ganado. Ya podía estar tranquilo, todo había salido tal y como quería. Estaba satisfecho del resultado, no se arrepentía de nada de lo que había hecho durante el transcurso de su estancia en este mundo y aunque lamentaba no haber llegado a cumplir su sueño, estaba orgulloso de poder acabar en un combate de semejantes características en el que tuvo que darlo todo de sí. Sus ojos empezaron a cerrarse poco a poco, casi instintivamente volvió a enfundar sus armas. Envainó la katana en su cintura y colocó la espada de fuego de mala manera junto a esta, entre el cinturón y el maltrecho pantalón.
Ya apenas veía y la respiración estaba cada vez más entrecortada, con una pesadez en que sentía en todo su cuerpo. Definitivamente no era la mejor versión de si mismo. Cerró los párpados, tapando sus gigantescos ojos de águila. Las nubes se amontonaban alrededor de la zona de batalla, que ya estaba casi apagada debido a que el incendio provocó un ascenso del aire y por tanto la presión del mismo era menor. Cómo no empezó a llover, precipitando algunas gotas sobre el rostro del joven pirata, aunque no fue lo suficiente como para despertarle del sueño en el que se hallaba sumido. Su mente dejó de estar en su cabeza, volando hacia fuera, casi en un viaje astral. Se desmoronó incando las rodillas en el suelo...
Olas, se escuchaban olas rompiendo contra unas rocas, casi de forma atronadora, era lo único que se escuchaba en ese paraje desierto que parecía ser una rocosa playa. El capitán pirata estaba metido en el agua hasta las rodillas. Sin embargo no estaba debilitado incluso podía nadar mas apenas se acordaba de como hacerlo pues llevaba desde los trece años sin poder meterse en el agua a riesgo de perder su propia vida. No sabía donde estaba, era un lugar demasiado desconocido para él, no reconocía nada de aquel lugar y... estaba en blanco y negro, hasta ahora no lo había notado pero no había ningún rastro de color salvo la escala de grises que inundaban todo.
Salió caminando de la playa hacia las rocas de la costa, sin saber muy bien porqué lo hacía. Al fondo se erigía una enorme pared pedregosa acorde con todo el aspecto turbio del paisaje. Se detuvo el atronador sonido de las olas, haciéndose el silencio repentinamente y enfriándose todo el ambiente. El pirata se sentó en esas rocas en las cuales estaban sus pertenecias y un tablero de ajedrez, aunque desconocía porqué estaba ahí.
De pronto un relámpago cayó del cielo a unos metros detrás de él. Del humo desprendido salió una imagen sombría con un rostro blanquecino que se acercó poco a poco a Crimson, que parecía estar muy tranquilo recogiendo y empaquetando sus pocas pertenencias envolviéndolas en un trapo mientras un corcel negro recorría la zona galopando con gran velocidad. Ahora entendía el porqué de ese ajedrez y el sitio en dónde estaba.
-Ya estabas tardando en venir-exclamó el pirata sonriente con sus cosas en el hombro a modo de mochila.-
-Hace tiempo que camino a tu lado-respondió aquel ser.- Tampoco haces nada por alejarte de mí.-
-Lo sé, no es la primera vez que siento este frío. Aunque nunca con tanta fuerza-comentó.-
-¿Estás preparado?-preguntó.-
-Nací preparado-dijo sonriente.-Juegas al ajedrez ¿verdad?.-
-Sí, y de hecho soy un gran jugador-dijo.-Llevo mucho tiempo sin jugar.-
-Juguemos entonces. Si gano, continuaré viviendo, si pierdo me iré contigo. Doble o nada. ¿No te parece interesante?-le retó Crimson.-
-Me parece un buen trato. ¿Elegimos color?.-
-Puedes empezar-ofreció Crimson, sentándose en las rocas con la tabla de ajedrez entre los dos.-
-¿Seguro que quieres que La Muerte empiece?-cuestionó sorprendido.-
-Por supuesto, ya me has dado toda una vida de ventaja-contestó con una sonrisa ladeada.-
Empezaron a jugar, sacando primero el peón, jugando con las blancas obviamente. El joven pelinegro continuó con un movimiento agresivo del caballo, en toda una declaración de intenciones. Siguieron con la partida que se aplazaba en el tiempo, pareciendo más largo de lo que realmente era al estar en ese sepulcral silencio que solo era roto por el sonido de las fichas contra el tablero. No parecía haber un ganador claro. De pronto algo rompió aquella calma, en forma de bramidos, la voz de Karl, esta vez humana retumbaba por toda la costa haciendo eco en las rocas. Se podía escuchar con plena claridad las palabras de aquel hombre. todavía seguía vivo.
-Al parecer todavía no es su momento-dijo de pronto la sombra.- Ni tampoco el tuyo por lo visto.-
-Otra vez será. De todas formas iba ganando. Nos veremos en la próxima vida -se despidió irónico y bromeando-
... Abrió los ojos, apenas había pasado un instante pero para él había transcurrido mucho tiempo, todo el dolor acumulado volvía a su cuerpo, apenas podía ver nada, incluso con sus ojos. Sólo podía divisar la silueta de Karl y los movimientos del águila estaban claramente mermados. Pero se incorporó, vomitando sangre, pero lo hizo. Ese día no iba a morir, pase lo que pase había visto directamente a La Muerte a la cara y continuaba con vida. Los gritos de su adversario y sus ganas de vivir también le habían devuelto a la vida. Por lo visto ninguno de los dos estaba dispuesto a morir ese día y según la conversación que había tenido, ninguno lo haría pese a sus múltiples heridas casi rebatiendo al destino.
Su rival se abalanzó sobre él a toda velocidad cargando su puño hacia atrás. Iba a darlo todo en ese último ataque, se movía más por voluntad que por fuerza. Él tampoco estaba en unas condiciones demasiado favorables como para poder moverse a gran velocidad, pero el aura rojiza que emanaba de su cuerpo cuando usaba su canalización de espíritu lograba que todavía pudiera tener la capacidad de realizar un último ataque. Sería un choque de ellos, frente a frente, uno de los dos debía quedar en pie. Llevó su mano derecha al borde la katana, al tsuka. Todo se decidiría ahí. Aguardaba el momento justo para lanzar su corte. Sólo podía ganar uno.
Ittoryu Iai: Hiryō no katto (Estilo de una espada, Desenvainar y Envainar: Corte del Dragón Volador) [AMF]
Se movió utilziando el soru, como última suspiro de energía, moviéndose bastante rápido para el lamentable estado en el que se encontraba realizando un potente corte oblicuo y ascendente hacia el torso de Karl, dispuesto a partirlo por la mitad atacando con toda la fuerza que poseía con un corte que parecía casi invisible a ojo humanos por la técnica realizada. Crimson por su parte recibía de lleno el golpe en el pecho, a costa de poder atacar mejor a la zona más sensible del oficial.
Tras su ataque cayó al suelo de rodillas, "patinando" y envainando lentamente su katana con el clásico sonido metálico que produce esa acción dejando un corte tras de sí al guardar completamente su espada. Tenía todo el torso ennegrecido por el golpe que le había dado su rival. Le había destrozado bastantes costillas y tenía varios órganos perforados por astillas de los huesos. Empezaba desangrarse y ya no podía continuar más, había llegado a su límite hace bastante y ese último ataque era pura obstinación. Sentía como su cuerpo desfallecía, cayendo hacia adelante.
-Lo has hecho bien Karl...-dijo en un último suspiro quedando totalmente inconsciente, todavía en su forma híbrida yaciendo sobre el suelo que se estaba convirtiendo en barro por la lluvia.-
Ya apenas veía y la respiración estaba cada vez más entrecortada, con una pesadez en que sentía en todo su cuerpo. Definitivamente no era la mejor versión de si mismo. Cerró los párpados, tapando sus gigantescos ojos de águila. Las nubes se amontonaban alrededor de la zona de batalla, que ya estaba casi apagada debido a que el incendio provocó un ascenso del aire y por tanto la presión del mismo era menor. Cómo no empezó a llover, precipitando algunas gotas sobre el rostro del joven pirata, aunque no fue lo suficiente como para despertarle del sueño en el que se hallaba sumido. Su mente dejó de estar en su cabeza, volando hacia fuera, casi en un viaje astral. Se desmoronó incando las rodillas en el suelo...
Olas, se escuchaban olas rompiendo contra unas rocas, casi de forma atronadora, era lo único que se escuchaba en ese paraje desierto que parecía ser una rocosa playa. El capitán pirata estaba metido en el agua hasta las rodillas. Sin embargo no estaba debilitado incluso podía nadar mas apenas se acordaba de como hacerlo pues llevaba desde los trece años sin poder meterse en el agua a riesgo de perder su propia vida. No sabía donde estaba, era un lugar demasiado desconocido para él, no reconocía nada de aquel lugar y... estaba en blanco y negro, hasta ahora no lo había notado pero no había ningún rastro de color salvo la escala de grises que inundaban todo.
Salió caminando de la playa hacia las rocas de la costa, sin saber muy bien porqué lo hacía. Al fondo se erigía una enorme pared pedregosa acorde con todo el aspecto turbio del paisaje. Se detuvo el atronador sonido de las olas, haciéndose el silencio repentinamente y enfriándose todo el ambiente. El pirata se sentó en esas rocas en las cuales estaban sus pertenecias y un tablero de ajedrez, aunque desconocía porqué estaba ahí.
De pronto un relámpago cayó del cielo a unos metros detrás de él. Del humo desprendido salió una imagen sombría con un rostro blanquecino que se acercó poco a poco a Crimson, que parecía estar muy tranquilo recogiendo y empaquetando sus pocas pertenencias envolviéndolas en un trapo mientras un corcel negro recorría la zona galopando con gran velocidad. Ahora entendía el porqué de ese ajedrez y el sitio en dónde estaba.
-Ya estabas tardando en venir-exclamó el pirata sonriente con sus cosas en el hombro a modo de mochila.-
-Hace tiempo que camino a tu lado-respondió aquel ser.- Tampoco haces nada por alejarte de mí.-
-Lo sé, no es la primera vez que siento este frío. Aunque nunca con tanta fuerza-comentó.-
-¿Estás preparado?-preguntó.-
-Nací preparado-dijo sonriente.-Juegas al ajedrez ¿verdad?.-
-Sí, y de hecho soy un gran jugador-dijo.-Llevo mucho tiempo sin jugar.-
-Juguemos entonces. Si gano, continuaré viviendo, si pierdo me iré contigo. Doble o nada. ¿No te parece interesante?-le retó Crimson.-
-Me parece un buen trato. ¿Elegimos color?.-
-Puedes empezar-ofreció Crimson, sentándose en las rocas con la tabla de ajedrez entre los dos.-
-¿Seguro que quieres que La Muerte empiece?-cuestionó sorprendido.-
-Por supuesto, ya me has dado toda una vida de ventaja-contestó con una sonrisa ladeada.-
Empezaron a jugar, sacando primero el peón, jugando con las blancas obviamente. El joven pelinegro continuó con un movimiento agresivo del caballo, en toda una declaración de intenciones. Siguieron con la partida que se aplazaba en el tiempo, pareciendo más largo de lo que realmente era al estar en ese sepulcral silencio que solo era roto por el sonido de las fichas contra el tablero. No parecía haber un ganador claro. De pronto algo rompió aquella calma, en forma de bramidos, la voz de Karl, esta vez humana retumbaba por toda la costa haciendo eco en las rocas. Se podía escuchar con plena claridad las palabras de aquel hombre. todavía seguía vivo.
-Al parecer todavía no es su momento-dijo de pronto la sombra.- Ni tampoco el tuyo por lo visto.-
-Otra vez será. De todas formas iba ganando. Nos veremos en la próxima vida -se despidió irónico y bromeando-
... Abrió los ojos, apenas había pasado un instante pero para él había transcurrido mucho tiempo, todo el dolor acumulado volvía a su cuerpo, apenas podía ver nada, incluso con sus ojos. Sólo podía divisar la silueta de Karl y los movimientos del águila estaban claramente mermados. Pero se incorporó, vomitando sangre, pero lo hizo. Ese día no iba a morir, pase lo que pase había visto directamente a La Muerte a la cara y continuaba con vida. Los gritos de su adversario y sus ganas de vivir también le habían devuelto a la vida. Por lo visto ninguno de los dos estaba dispuesto a morir ese día y según la conversación que había tenido, ninguno lo haría pese a sus múltiples heridas casi rebatiendo al destino.
Su rival se abalanzó sobre él a toda velocidad cargando su puño hacia atrás. Iba a darlo todo en ese último ataque, se movía más por voluntad que por fuerza. Él tampoco estaba en unas condiciones demasiado favorables como para poder moverse a gran velocidad, pero el aura rojiza que emanaba de su cuerpo cuando usaba su canalización de espíritu lograba que todavía pudiera tener la capacidad de realizar un último ataque. Sería un choque de ellos, frente a frente, uno de los dos debía quedar en pie. Llevó su mano derecha al borde la katana, al tsuka. Todo se decidiría ahí. Aguardaba el momento justo para lanzar su corte. Sólo podía ganar uno.
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Se movió utilziando el soru, como última suspiro de energía, moviéndose bastante rápido para el lamentable estado en el que se encontraba realizando un potente corte oblicuo y ascendente hacia el torso de Karl, dispuesto a partirlo por la mitad atacando con toda la fuerza que poseía con un corte que parecía casi invisible a ojo humanos por la técnica realizada. Crimson por su parte recibía de lleno el golpe en el pecho, a costa de poder atacar mejor a la zona más sensible del oficial.
Tras su ataque cayó al suelo de rodillas, "patinando" y envainando lentamente su katana con el clásico sonido metálico que produce esa acción dejando un corte tras de sí al guardar completamente su espada. Tenía todo el torso ennegrecido por el golpe que le había dado su rival. Le había destrozado bastantes costillas y tenía varios órganos perforados por astillas de los huesos. Empezaba desangrarse y ya no podía continuar más, había llegado a su límite hace bastante y ese último ataque era pura obstinación. Sentía como su cuerpo desfallecía, cayendo hacia adelante.
-Lo has hecho bien Karl...-dijo en un último suspiro quedando totalmente inconsciente, todavía en su forma híbrida yaciendo sobre el suelo que se estaba convirtiendo en barro por la lluvia.-
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Llovía. El agua caía sobre Karl mientras este sobrevolaba el destrozado suelo, casi rozándolo con los pies. A causa del enorme subidón de adrenalina todo parecía irreal y desdibujado a su alrededor. Hasta su dolor, un dolor enorme y tan intenso que estuvo a punto de dejarlo inconsciente, parecía algo abstracto ahora. Además todo parecía ir a cámara lenta. Haber perdido su ojo izquierdo le restaba visión, pero le daba igual. No tenía intención de esquivar a su rival, sólo golpearlo y hacerle el máximo daño posible antes de caer derrotado.
El momento pareció detenerse totalmente cuando Crimson, envuelto aun en esa energía escarlata de la que recibía su nombre, se puso en posición. Él tampoco estaba en su mejor momento. El cansancio, las heridas y el veneno debían estar haciendo mella en él, pues parecía tener dificultades para respirar. La posición que este hizo antes de desvanecerse en el aire le era tan familiar a Karl que para él era ya casi un preludio al combate, un gesto ceremonial por parte de sus enemigos antes de abalanzarse hacia la melé descontrolada de la batalla. El oficial había visto ya tantísimas veces el soru que reconocía hasta las posturas que solían hacer los usuarios de rokushiki antes de emplearlo. Rokushiki y Sokudan... su vida entera parecía ser una batalla eterna entre ambos estilos de artes marciales. No hacía más que luchar por la superioridad de su arte, más minoritario y poco conocido, frente al estilo de lucha arquetipo del Cipher Pol. Un estilo tan conocido que se había pasado a ser empleado por algunos piratas y revolucionarios.
Como Karl predijo, pues era obvio, su rival apareció frente a él. No quedaba otra opción que el brutal choque frontal de fuerzas. Ambos estaban demasiado agotados para seguir intentando estratagemas, o llevar adelante la clase de batalla que habían estado teniendo antes. El marine conocía de sobra cómo se desenvolvían las batallas cuando dos personas de igual poder o similar se enfrentaban. Primero había un intercambio de golpes medio de tanteo, buscando impresionar al rival con sus facultades pero sin mostrar aun las cartas de la victoria. Después se pasaba a un combate más elegante, en que primaban las artimañas, los golpes ingeniosos y se buscaba superar al rival en astucia y habilidad. Luego llegaba otra fase en que se pasaba a sacar los auténticos ases bajo la manga y se comenzaba a buscar superar al otro por pura fuerza y técnica, sacando los golpes más brutales y letales a relucir. Finalmente, la última fase se daba cuando ambos ya estaban demasiado cansados y heridos. Un mano a mano en que se golpe al enemigo ya casi por pura inercia y voluntad de ganar, buscando tan sólo encajar los golpes lo suficiente para poder dar otro con la esperanza de tumbar al rival. En ese punto estaban ellos. Era la fase final del combate.
La energía roja que rodeaba el puño de Karl comenzó a extenderse por su antebrazo a medida que el golpe de este avanzaba hacia el pecho de Crimson. El aura llameaba, y parecía moverse hacia atrás y extenderse como si fuese un guante por pura inercia, como si la resistencia del aire y la velocidad del golpe afectasen a la energía de su mano. En a penas unos instantes, todo acabó. El puño de Karl impactó en el pecho de Crimson, y la energía se expandió en todas las direcciones como una pequeña explosión. Percibió cómo los huesos de la caja torácica de su rival cedían y se hundían, rompiéndole las costillas y posiblemente el esternón, mientras algunas plumas se quemaban por la intensidad de la energía. Notó también un fuerte dolor en su mano izquierda al mismo tiempo, y un pinchazo en el antebrazo cuando su cúbito reventó por la fuerza del golpe. No era la primera vez que se rompía aquel hueso, y debía siempre andar con cuidado al golpear con el brazo izquierdo, porque los golpes demasiado fuertes le hacían que el hueso quebrase de nuevo. También varios huesos de su manos habían roto, y sus dedos se dislocaron. Sin embargo no tuvo tiempo a lamentarse por la nueva herida, porque un momento después notó algo frío y cortante que le atravesó por el abdomen y comenzó a rajar hacia arriba. Karl soltó un simple "oh" de sorpresa y cayó de rodillas, llevándose las manos a la herida. Con diferencia era la más peligrosa que había recibido junto con la estocada bajo el esternón, mortales ambas casi de necesidad. Sin atención médica, aquella herida combinada con todas las que había recibido lo matarían en cuestión de minutos. Se miró las manos, manchadas de sangre. Lo que más le alarmaba era que para ser una herida tan grave no sangraba tanto como debería. Notó cómo su consciencia se desvanecía, y su último pensamiento coherente se lo dedicó a Emily, que seguía aun en Orange Town esperando su regreso. Se maldijo por ser tan inconsciente.
- Emily - murmuró con una voz casi inaudible.
Una lágrima de su ojo sano bajó por su mejilla. Tras un segundo que se le hizo eterno, se bamboleó y cayó hacia un lado. El aturdido Karl vio como si el suelo se acercase a gran velocidad, incapaz de comprender qué ocurría. Lo último que escuchó antes de perder el sentido de manera definitiva fue un ruido de pisadas fuertes y a alguien llamando a un médico a gritos...
Cuando despertó, tardó en ubicarse y comprender la situación. Estaba en una camilla rodeado de aparatos médicos, y envuelto en vendas. Una de estas le cubría parte de la cara, cubriendo la cuenca vacía de su ojo izquierdo. Se notaba débil, débil y hambriento. No recordaba bien qué había pasado. Pero entonces los recuerdos llegaron al tropel a su mente. El secuestro, la persecución, el enfrentamiento y el final fatal. Dio un ligero salto en el sitio y se llevó las manos al torso, recordando el tajo letal que había recibido. Esto le costó caro, pues todo el dolor de sus heridas aun sin curar le vino de golpe por el brusco movimiento, y Karl aulló de dolor. De repente una figura conocida entró en la habitación.
- A menos que quieras morir de verdad, quédate quieto - le dijo con una sonrisa y en un tono que parecía disfrutar de esas palabras el médico - Has pasado una semana al borde de la muerte. Creíamos que ibas a morir, pero te recuperaste de milagro, amigo. Llevas tres semanas en coma. ¿Qué narices hiciste para llevarte unas heridas tan graves? - preguntó, con curiosidad, como quien pregunta el tiempo que hizo ayer - Ni que te hubieses batido en duelo con un Rey del Mar. Esos golpes parecían más de una fiera que de un ser humano. Hemos tenido que operarte varias veces, varias a vida o muerte y suerte tendrás si el único daño permanente que te llevas es tu ojo izquierdo. No me extrañaría si conservas lesiones de por vida, Karl.
El joven doctor comenzó a anotar algo en una subcarpeta que llevaba en la mano, mientras el anodado marine se preguntaba se qué lo conocía. Estaba aun muy aturdido. Era un joven de pelo negro, ojos color ámbar, mirada despreocupada y una sonrisa de felicidad casi estúpida de oreja a oreja. Cabellos despeinados, bata blanca sin atar bajo la cual se veía un traje elegante y dos yoyos al cinto. Karl parpadeó un par de veces antes de exclamar:
- ¡Garoon! ¡¿Qué... - tosió fuertemente, notando un fuerte dolor en el pecho - ¿Qué haces tú aquí? ¿Dónde estamos?
Su amigo le ignoró por unos momentos mientras terminaba de escribir algo. Se conocían ya de hacía años. Garoon era un ex-miembro del CP2 que había entrado en la Marina. Estaba como una auténtica regadera, y se había hecho amigo de Karl durante unas operaciones conjuntas del CP y la Marina sofocando rebeliones en el North Blue. Durante un tiempo habían sido inseparables, y el propio Garoon había entrado en la Brigada Disciplinaria de Karl. Cuando esta se disolvió, Garoon fue asignado a un destino diferente y perdieron el contacto temporalmente. Sin embargo eran más que amigos y compañeros de batalla, eran auténticos aliados. Garoon era uno de los colaboradores más directos del Proyecto Amanecer, la organización ultra-secreta de Karl. Tras terminar de escribir, Garoon se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta.
- Contéstame, ojos de meado - dijo Karl.
- Estamos en un hospital militar de la Marina de reciente construcción en el Reino Sakura. Tus tropas te recogieron y te trataron como pudieron. De alguna manera se las ingeniaron para conservarte vivo y que aguantases hasta llegar a aquí. Tienes buenos médicos entre tus hombres, pero sin tu increíble testarudez de no morirte y el equipamiento médico que teníamos aquí, hubieses muerto.
- ¿Y Crimson, qué fue de él?
Garoon le dirigió una sonrisa enigmática y se fue. Enfurruñado, Karl frunció el ceño como pudo, pues las vendas de la cara estaban bastante apretadas, y cerró su ojo con intención de descansar un rato. Si Garoon no tenía intención de contarle nada no lo haría. Sabía que lo hacía por hacerle rabiar, pero no podía evitar preguntarse por el destino de su rival. ¿Habría muerto? ¿Lo habrían capturado? ¿Habría encontrado el modo de escapar? A lo mejor le habían rescatado sus hombres. Karl deseaba fervientemente que hubiese huido, para poder enfrentarse a él algún día... Suspiró y miró por la ventana.
- Al final sobreviví, Emily... Espera por mi, volveré.
Apretó el puño con decisión. Aquella era la promesa de un luchador del Sokudan, y Karl cumplía sus promesas.
El momento pareció detenerse totalmente cuando Crimson, envuelto aun en esa energía escarlata de la que recibía su nombre, se puso en posición. Él tampoco estaba en su mejor momento. El cansancio, las heridas y el veneno debían estar haciendo mella en él, pues parecía tener dificultades para respirar. La posición que este hizo antes de desvanecerse en el aire le era tan familiar a Karl que para él era ya casi un preludio al combate, un gesto ceremonial por parte de sus enemigos antes de abalanzarse hacia la melé descontrolada de la batalla. El oficial había visto ya tantísimas veces el soru que reconocía hasta las posturas que solían hacer los usuarios de rokushiki antes de emplearlo. Rokushiki y Sokudan... su vida entera parecía ser una batalla eterna entre ambos estilos de artes marciales. No hacía más que luchar por la superioridad de su arte, más minoritario y poco conocido, frente al estilo de lucha arquetipo del Cipher Pol. Un estilo tan conocido que se había pasado a ser empleado por algunos piratas y revolucionarios.
Como Karl predijo, pues era obvio, su rival apareció frente a él. No quedaba otra opción que el brutal choque frontal de fuerzas. Ambos estaban demasiado agotados para seguir intentando estratagemas, o llevar adelante la clase de batalla que habían estado teniendo antes. El marine conocía de sobra cómo se desenvolvían las batallas cuando dos personas de igual poder o similar se enfrentaban. Primero había un intercambio de golpes medio de tanteo, buscando impresionar al rival con sus facultades pero sin mostrar aun las cartas de la victoria. Después se pasaba a un combate más elegante, en que primaban las artimañas, los golpes ingeniosos y se buscaba superar al rival en astucia y habilidad. Luego llegaba otra fase en que se pasaba a sacar los auténticos ases bajo la manga y se comenzaba a buscar superar al otro por pura fuerza y técnica, sacando los golpes más brutales y letales a relucir. Finalmente, la última fase se daba cuando ambos ya estaban demasiado cansados y heridos. Un mano a mano en que se golpe al enemigo ya casi por pura inercia y voluntad de ganar, buscando tan sólo encajar los golpes lo suficiente para poder dar otro con la esperanza de tumbar al rival. En ese punto estaban ellos. Era la fase final del combate.
La energía roja que rodeaba el puño de Karl comenzó a extenderse por su antebrazo a medida que el golpe de este avanzaba hacia el pecho de Crimson. El aura llameaba, y parecía moverse hacia atrás y extenderse como si fuese un guante por pura inercia, como si la resistencia del aire y la velocidad del golpe afectasen a la energía de su mano. En a penas unos instantes, todo acabó. El puño de Karl impactó en el pecho de Crimson, y la energía se expandió en todas las direcciones como una pequeña explosión. Percibió cómo los huesos de la caja torácica de su rival cedían y se hundían, rompiéndole las costillas y posiblemente el esternón, mientras algunas plumas se quemaban por la intensidad de la energía. Notó también un fuerte dolor en su mano izquierda al mismo tiempo, y un pinchazo en el antebrazo cuando su cúbito reventó por la fuerza del golpe. No era la primera vez que se rompía aquel hueso, y debía siempre andar con cuidado al golpear con el brazo izquierdo, porque los golpes demasiado fuertes le hacían que el hueso quebrase de nuevo. También varios huesos de su manos habían roto, y sus dedos se dislocaron. Sin embargo no tuvo tiempo a lamentarse por la nueva herida, porque un momento después notó algo frío y cortante que le atravesó por el abdomen y comenzó a rajar hacia arriba. Karl soltó un simple "oh" de sorpresa y cayó de rodillas, llevándose las manos a la herida. Con diferencia era la más peligrosa que había recibido junto con la estocada bajo el esternón, mortales ambas casi de necesidad. Sin atención médica, aquella herida combinada con todas las que había recibido lo matarían en cuestión de minutos. Se miró las manos, manchadas de sangre. Lo que más le alarmaba era que para ser una herida tan grave no sangraba tanto como debería. Notó cómo su consciencia se desvanecía, y su último pensamiento coherente se lo dedicó a Emily, que seguía aun en Orange Town esperando su regreso. Se maldijo por ser tan inconsciente.
- Emily - murmuró con una voz casi inaudible.
Una lágrima de su ojo sano bajó por su mejilla. Tras un segundo que se le hizo eterno, se bamboleó y cayó hacia un lado. El aturdido Karl vio como si el suelo se acercase a gran velocidad, incapaz de comprender qué ocurría. Lo último que escuchó antes de perder el sentido de manera definitiva fue un ruido de pisadas fuertes y a alguien llamando a un médico a gritos...
Cuando despertó, tardó en ubicarse y comprender la situación. Estaba en una camilla rodeado de aparatos médicos, y envuelto en vendas. Una de estas le cubría parte de la cara, cubriendo la cuenca vacía de su ojo izquierdo. Se notaba débil, débil y hambriento. No recordaba bien qué había pasado. Pero entonces los recuerdos llegaron al tropel a su mente. El secuestro, la persecución, el enfrentamiento y el final fatal. Dio un ligero salto en el sitio y se llevó las manos al torso, recordando el tajo letal que había recibido. Esto le costó caro, pues todo el dolor de sus heridas aun sin curar le vino de golpe por el brusco movimiento, y Karl aulló de dolor. De repente una figura conocida entró en la habitación.
- A menos que quieras morir de verdad, quédate quieto - le dijo con una sonrisa y en un tono que parecía disfrutar de esas palabras el médico - Has pasado una semana al borde de la muerte. Creíamos que ibas a morir, pero te recuperaste de milagro, amigo. Llevas tres semanas en coma. ¿Qué narices hiciste para llevarte unas heridas tan graves? - preguntó, con curiosidad, como quien pregunta el tiempo que hizo ayer - Ni que te hubieses batido en duelo con un Rey del Mar. Esos golpes parecían más de una fiera que de un ser humano. Hemos tenido que operarte varias veces, varias a vida o muerte y suerte tendrás si el único daño permanente que te llevas es tu ojo izquierdo. No me extrañaría si conservas lesiones de por vida, Karl.
El joven doctor comenzó a anotar algo en una subcarpeta que llevaba en la mano, mientras el anodado marine se preguntaba se qué lo conocía. Estaba aun muy aturdido. Era un joven de pelo negro, ojos color ámbar, mirada despreocupada y una sonrisa de felicidad casi estúpida de oreja a oreja. Cabellos despeinados, bata blanca sin atar bajo la cual se veía un traje elegante y dos yoyos al cinto. Karl parpadeó un par de veces antes de exclamar:
- ¡Garoon! ¡¿Qué... - tosió fuertemente, notando un fuerte dolor en el pecho - ¿Qué haces tú aquí? ¿Dónde estamos?
Su amigo le ignoró por unos momentos mientras terminaba de escribir algo. Se conocían ya de hacía años. Garoon era un ex-miembro del CP2 que había entrado en la Marina. Estaba como una auténtica regadera, y se había hecho amigo de Karl durante unas operaciones conjuntas del CP y la Marina sofocando rebeliones en el North Blue. Durante un tiempo habían sido inseparables, y el propio Garoon había entrado en la Brigada Disciplinaria de Karl. Cuando esta se disolvió, Garoon fue asignado a un destino diferente y perdieron el contacto temporalmente. Sin embargo eran más que amigos y compañeros de batalla, eran auténticos aliados. Garoon era uno de los colaboradores más directos del Proyecto Amanecer, la organización ultra-secreta de Karl. Tras terminar de escribir, Garoon se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta.
- Contéstame, ojos de meado - dijo Karl.
- Estamos en un hospital militar de la Marina de reciente construcción en el Reino Sakura. Tus tropas te recogieron y te trataron como pudieron. De alguna manera se las ingeniaron para conservarte vivo y que aguantases hasta llegar a aquí. Tienes buenos médicos entre tus hombres, pero sin tu increíble testarudez de no morirte y el equipamiento médico que teníamos aquí, hubieses muerto.
- ¿Y Crimson, qué fue de él?
Garoon le dirigió una sonrisa enigmática y se fue. Enfurruñado, Karl frunció el ceño como pudo, pues las vendas de la cara estaban bastante apretadas, y cerró su ojo con intención de descansar un rato. Si Garoon no tenía intención de contarle nada no lo haría. Sabía que lo hacía por hacerle rabiar, pero no podía evitar preguntarse por el destino de su rival. ¿Habría muerto? ¿Lo habrían capturado? ¿Habría encontrado el modo de escapar? A lo mejor le habían rescatado sus hombres. Karl deseaba fervientemente que hubiese huido, para poder enfrentarse a él algún día... Suspiró y miró por la ventana.
- Al final sobreviví, Emily... Espera por mi, volveré.
Apretó el puño con decisión. Aquella era la promesa de un luchador del Sokudan, y Karl cumplía sus promesas.
bueno aunque el final fue bastante parejo, según se da a entender Karl venció realizando el golpe final a Crimson.
por otro lado aun falta evaluar según los parámetros de moderación.
ortografía y demases: en general, ambos textos tienen mucha coherencia y cohesión, al igual de buena puntuación, sin embargo a ratos puedo distinguir algunas faltas en los post de crimson, más que errores ortográficos, son descuidos de teclado peo aun así dificultan la lectura.
pro para karl.
ambientación: ambos se destacaron desenvolviéndose en su entorno, sin embargo le daré el punto a crimson quien destacó utilizándolo a su favor y se desenvolvió en distintos biomas de la isla
pto para crim
Rol Bélico: mi respeto para ambos... sus ataques fueron sumamente elaborados y bien pensados, temerarios y destructivos... empate pto para ambos
pto para ambos
Asumir daños: pues igual... basta con ver el resultado del estado en que quedaron sus personajes, para darse cuenta... cada ataque fue muy bien asumido y tratado por ambos usuarios.
pto para ambos
Acciones cerradas no leí ninguna
pues en síntesis mediante este método tengo que declarar empate en cuanto a moderación... así que no veo otra solución que declarar a karl vencedor por unos cuantos segundos (Onrol) pues dio el golpe decisivo.
lo que resultaría en 1200 ptos para karl, 500 para crimson y la actualización de los pjs con las cicatrices correspondientes
por otro lado aun falta evaluar según los parámetros de moderación.
ortografía y demases: en general, ambos textos tienen mucha coherencia y cohesión, al igual de buena puntuación, sin embargo a ratos puedo distinguir algunas faltas en los post de crimson, más que errores ortográficos, son descuidos de teclado peo aun así dificultan la lectura.
pro para karl.
ambientación: ambos se destacaron desenvolviéndose en su entorno, sin embargo le daré el punto a crimson quien destacó utilizándolo a su favor y se desenvolvió en distintos biomas de la isla
pto para crim
Rol Bélico: mi respeto para ambos... sus ataques fueron sumamente elaborados y bien pensados, temerarios y destructivos... empate pto para ambos
pto para ambos
Asumir daños: pues igual... basta con ver el resultado del estado en que quedaron sus personajes, para darse cuenta... cada ataque fue muy bien asumido y tratado por ambos usuarios.
pto para ambos
Acciones cerradas no leí ninguna
pues en síntesis mediante este método tengo que declarar empate en cuanto a moderación... así que no veo otra solución que declarar a karl vencedor por unos cuantos segundos (Onrol) pues dio el golpe decisivo.
lo que resultaría en 1200 ptos para karl, 500 para crimson y la actualización de los pjs con las cicatrices correspondientes
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Hojas actualizadas... sin embargo no me gusta haber ganado por un tecnicismo así. Si decides pedir una segunda corrección, Crim, incluso te apoyaré en ello. Me da un tanto de rabia este resultado porque que después de un combate tan reñido quedemos a empate y Deivid se tuviese que ver obligado a elegir un ganador de una manera arbitraria me parece un poco decepcionante. En fin, para mi esto ha sido un empate y en un futuro pienso intentar desempatar.
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Yo también veo justo el empate, más que nada porque fallaría por no revisar mis post tras escribirlos xDDD. Obviamente pido una segunda corrección, que lo haga quién quiera. Gane quién gane, mis felicitaciones Karl, llevaba tiempo sin divertirme tanto en un combate. Y Devid... al menos ya sabes a qué te vas a enfrentar, prepárate.
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Caligrafía: Es obvio, el punto va directamente para el que escribe mejor y menos faltas de gramática u ortografía tiene. Crimson, denota que no modifica sus posts o revisa si están bien, te doy como consejo escribir en Word. Karl, no ha tenido ninguna. A excepción de la falta de comas en algunas oraciones. (Todas, opcionales claro está, es diferido al tipo de narración o al mismo lector que esté escribiendo/leyendo) Punto para Karl.
Rol bélico: Esto, es lo mejor de los dos. Me ha ENCANTADO el combate, es el mejor que he visto en mucho tiempo, y es que es mucho tiempo XD. En fin, no daré ningún detalle específico. Los dos atacan y se defienden, respetan y contraatacan con tenacidad. Con inteligencia, con algo que se le llama "la epicidad" de las cosas. Ataques bien estructurados, pensados, etcétera. Lo mejor. Lo digo nuevamente, fue un gran combate y para mí, es el mejor empate que he visto en OPD. Si para otro no lo es, que se lo lea bien. Empate.
Rol descriptivo: Describen tan bien ataques, como movimientos con lógica de anime, que tampoco se puede decantarse por uno. Empate.
Escénico y Ambientación al escenario: Ambos lo hicieron espléndido, aprovecharon y destacaron el entorno como dios manda. Sin embargo, Crimson ha destacado en este punto, por lo que el mismo, es para él. Punto para Crimson.
Asumir daños: Otra cosa que me llama mucho la atención. Respetan tan bien las nomenclaturas y los ataques del contrario que TODO se tornó muy épico. Sobre todo el final. No puedo darle puntos a nadie, ya que es en extremo difícil decir todo con cada punto. Más encima, son daños permanentes. Lo que lo hace muchísimo mejor. Empate.
Acciones cerradas: Ninguna, no he visto nada cerrado ni tan anticipado. Cero GM, cero metarol. Empate.
Por lo tanto, el encuentro para mí, queda en un rotundo y épico EMPATE. Vengo mirándolo desde que empezó hasta su final, me sé muchos de los detalles, pero este encuentro no merita una moderación técnica. Como sabrán, los daños son permanentes. Como es un empate, los premios quedarían repartidos de esta manera (por las condiciones):
Experiencia: Sacando un mínimo porcentaje, ambos se llevan 700 de experiencia.
Otros: Crimson se convierte en Yonkaikyo. Esto va a la decisión del Staff. Tiene la tenacidad y es vivaz para serlo. Además de que se cambiarán. Si no se puede, tendrá el derecho moral de poder serlo. Capitán de Tripulación y demás. Como dije, a decisión del Staff. Más si Karl se enfrenta en el futuro al Yonkaikyo. (Odio de Marines a Shichibukais y por lo tanto, a Yonkas (Almirantes-Shichis, véase el anime-manga xD))
Otros: Esto es mío. Pido por favor un segundo encuentro en el futuro. Karl es el marine más imponente del foro entero. Más marine que cualquiera. Más justiciero que cualquiera. Crimson, un tío de personalidad chocante, poderoso, inteligente, todo lo necesario para enfrentarse a Quimera Karl, de frente y a la altura de este.
En fin, ojalá les haya gustado. Gracias. (Es mi primera moderación xD)
Rol bélico: Esto, es lo mejor de los dos. Me ha ENCANTADO el combate, es el mejor que he visto en mucho tiempo, y es que es mucho tiempo XD. En fin, no daré ningún detalle específico. Los dos atacan y se defienden, respetan y contraatacan con tenacidad. Con inteligencia, con algo que se le llama "la epicidad" de las cosas. Ataques bien estructurados, pensados, etcétera. Lo mejor. Lo digo nuevamente, fue un gran combate y para mí, es el mejor empate que he visto en OPD. Si para otro no lo es, que se lo lea bien. Empate.
Rol descriptivo: Describen tan bien ataques, como movimientos con lógica de anime, que tampoco se puede decantarse por uno. Empate.
Escénico y Ambientación al escenario: Ambos lo hicieron espléndido, aprovecharon y destacaron el entorno como dios manda. Sin embargo, Crimson ha destacado en este punto, por lo que el mismo, es para él. Punto para Crimson.
Asumir daños: Otra cosa que me llama mucho la atención. Respetan tan bien las nomenclaturas y los ataques del contrario que TODO se tornó muy épico. Sobre todo el final. No puedo darle puntos a nadie, ya que es en extremo difícil decir todo con cada punto. Más encima, son daños permanentes. Lo que lo hace muchísimo mejor. Empate.
Acciones cerradas: Ninguna, no he visto nada cerrado ni tan anticipado. Cero GM, cero metarol. Empate.
Por lo tanto, el encuentro para mí, queda en un rotundo y épico EMPATE. Vengo mirándolo desde que empezó hasta su final, me sé muchos de los detalles, pero este encuentro no merita una moderación técnica. Como sabrán, los daños son permanentes. Como es un empate, los premios quedarían repartidos de esta manera (por las condiciones):
Experiencia: Sacando un mínimo porcentaje, ambos se llevan 700 de experiencia.
Otros: Crimson se convierte en Yonkaikyo. Esto va a la decisión del Staff. Tiene la tenacidad y es vivaz para serlo. Además de que se cambiarán. Si no se puede, tendrá el derecho moral de poder serlo. Capitán de Tripulación y demás. Como dije, a decisión del Staff. Más si Karl se enfrenta en el futuro al Yonkaikyo. (Odio de Marines a Shichibukais y por lo tanto, a Yonkas (Almirantes-Shichis, véase el anime-manga xD))
Otros: Esto es mío. Pido por favor un segundo encuentro en el futuro. Karl es el marine más imponente del foro entero. Más marine que cualquiera. Más justiciero que cualquiera. Crimson, un tío de personalidad chocante, poderoso, inteligente, todo lo necesario para enfrentarse a Quimera Karl, de frente y a la altura de este.
En fin, ojalá les haya gustado. Gracias. (Es mi primera moderación xD)
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