Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Sáb 16 Ago 2014 - 2:51}

14/02/2012

Me encontraba en el puerto de Nanohana, en Arabasta ya que como condición de la misión de infiltrarme en alguna banda pirata de renombre, y por lo tanto hacerme pasar por un ciudadano normal o un pirata, en esta ocasión tenía un objetivo secundario también, que era investigar en los mercados sobre tráfico de algo llamado "Dance Powder" un polvo que por lo visto tras ser quemado, podía crear lluvia en unos instantes sobre el lugar, y por las características desérticas de aquél país, resultaba que era uno de los más peligrosos en la venta de este material. Yo, sin duda debía, gracias a mis conocimientos de mercado, razón por la cual era el eje de la misión, investigar esto con la mayor presteza posible.

Una de las cosas mejores de mi trabajo, era la capacidad de aumentar mis horizontes y conocimientos, ya que en varias ocasiones podía hacerme con "muestras" de ciertos materiales o cosas similares, ya que mi gran curiosidad, en ocasiones era el único sentimiento que yo podía expresar. Ese ansia por conocer más, por saber más, por enriquecer mi intelecto. Era casi una adicción.
En aquella ocasión, intentaría hacerme con una muestra, o varias, si era posible, de "Dance Powder" pues gracias a mis conocimientos científicos, podía ver si era capaz de mejorarla, solo por gusto propio.

Pero bueno, ese no era el caso actual. Ataviado con mis ropajes que consistían en una chaqueta larga abotonada verde y marrón, con detalles en negro y pantalones marrones claro y estrechos, con unas botas de tonalidad beige y algo altas de piel, nadie podría atestiguar fácilmente mi procedencia, pues además de no vincularme a ningún grupo social en especial, eran bastante variopintas. Era todo un hecho que no me gustaba la ropa tradicional y mi vestuario se componía de ropa atrevida.

Obviando esto, deambulé por los mercados, recordando la extrañez de los edificios de aquél país, labrados en rocas marrón claras para que la intensa luz no provocara daño a la vista. Algo muy sabio por los constructores del lugar, que con el paso de los años habían reparado en esa clase de detalles, o de hacerlos altos para proveer de sombras por las calles, algo muy bueno para una ciudad portuaria, ya que gracias al mar cercano y su brisa marina, provocaba que el ambiente fuera muy agradable, aunque soleado.
Continué, sin embargo, buscando algún vestigio de algún maleante por las zonas, que pudiera provocar el darme algo de información.

30/08/2013

Aquél día el joven espadachín se encontraba sentado en la azotea de un edificio de una de las ciudades más importantes de aquél reino, la ciudad de Nanohana, una ciudad portuaria en la que llegaban personas de todos lados del mundo, algo realmente asombroso. El joven de blanca cabellera y extraños ropajes para aquella zona de árido clima y terreno irregular. Sus ropajes consistían en un kimono violeta, vendas en el abdomen y una capa por encima del hombro acompañados de calcetines blancos y sandalias tradicionales. Sus ojos se fijaban en el horizonte, su mirada fría y calculadora, como si esperara algo extraño, algún acontecimiento fuera de lo común o que le llamara la atención, porque básicamente tampoco tenía mucho interés en el lugar, no había nada entretenido, la gente compraba en el mercado, se comunicaba entre sí y poco más. Los edificios eran altos, todos, por ello el joven no podía ver más allá de la calle en la que daba la zona de la azotea en la que se encontraba, a decir verdad era de los pocos que no estaban en la calle, aprovechando la sombra que proyectan los edificios al ser altos.

Su mirada se fijó en un chico que, al igual que él, destacaba por sus vestimentas, algo que no cuadraba con las ropas tradicionales de la ciudad y del reino en general. La suave brisa del mar refrescaba el ambiente y mecía suavemente la ropa del joven Kazuki, quien al ver a aquél sujeto decidió mover ficha, no tenía muchas ganas de moverse, pero ya se aburría de estar allí quieto, simplemente observando las cosas pasar, una persona tras otra, le aburrían y en su mente el caos no se detenía, algo realmente asombroso, sobre todo el cómo aquél chico mantenía una cordura asombrosa para el caos que tiene en su mente.

El joven saltó de allí a la azotea y rápidamente bajó rápidamente por las escaleras, a pesar de sus ropajes sus movimientos son verdaderamente raudos y precisos. Eso sí, emitían el típico sonido de las sandalias al golpear el suelo rocoso de las escaleras. Así hasta llegar a la calle, donde se colocó en la sombra más cercana y se dedicó a observar y seguir al chico de extrañas vestimentas, algo en él le llamaba la atención, no sabía el qué, pero algo le decía que si le seguía encontraría alguna forma de entretenerse e incluso divertirse en aquella ciudad en la que nada ocurría.

14/02/2012

Tras caminar, reparé en algo interesante. Una tienda llamada "Agua de Lluvia", algo que me resultó casi irónico y blasfemo para el pensamiento de allí. ¿Quizá así podía iniciar mi misión?.
Lo cierto es que me parecía un buen comienzo y, como no había nada mejor, entré en esta.

Dentro se componía la totalidad de la estancia por numerosas vasijas y útiles labrados en cerámicas y distintos materiales de similar factura pero reparé, con mi ojo de mercader experto, en que estas baratijas pese a su calidad bastante básica, tenían un alto precio.
Tras ello, me acerqué al dependiente que era un hombre de edad media, mayor que yo y con varias cicatrices por sus brazos que dejaba al descubierto de una camiseta sin mangas sobre la que se encontraba una especie de camisa de manga corta. Comencé mi charla.

-"¿No le parece un poco caro el hecho de que una vasija de cerámica de loza cueste 100.000 berries? Apenas está esmaltada, su coloreado no está hecho en base posterior y el engastado parece algo deplorable en cuanto a su estructura" musité, calmado, utilizando mis características de químico para intentar poner nervioso al hombre, que tras unos segundos, comenzó a hablar, balbuceando mientras intentaba excusarse mas no por verse intimidado.

-"Esas vasijas... no te importan. No puedes comprar aquí. La vasija esa... todas las vasijas están vendidas... la tienda está cerrada.. ¡¡Cerrada he dicho!!" se limitó a contestar, bastante nervioso, mientras señalaba la puerta algo tembloroso.

-"Oh... ya veo... Yo creo que estas vasijas...quizá escondan algo....¿O es que las llenáis cuando viene el comprador?" dije, en cierto tono irónico mientras tiraba la más cercana a mi, una de color azulado y blanco, al suelo, volviéndose añicos pero sin denotar ninguna especie de polvo extraño, ni contenido siquiera.

-"¿Cómo sabes tu?... Digo... ¡¡Fuera!!... ¡ESTÁ CERRADA!" gritó, señalando mucho más nervioso la puerta, a la par que sin mirar a su gesto, saltaba el mostrador apoyándome con una mano y le daba mientras saltaba una patada a este, tirándole un metro atrás, haciendo que golpeara contra la pared, pero sin mucho daño, mientras me volvía a erguir para mostrarme ahora tan solo a unos centímetros de él y agarrarle del cuello.

-"Ahora es hora de que hables. Comienza a cantar pajarillo, o esto se va a poner muy caliente" dije, con cierto sadismo pero sin mostrar el mínimo retazo de sentimiento, lo que hacía la escena algo tétrica.

30/08/2013

El joven samurái sigue su camino tras el joven de extraños ropajes, sus pasos son seguidos de cerca por una extraña tortuga negra de un metro con una gran calabaza de sake y una serpiente albina, desde pequeño le acompañan, y van a donde él va, así es como sigue al sujeto de extrañas vestimentas por las calles de aquella desértica ciudad, paso a paso cuidadosamente para no tener problemas de ser pillado al escucharse sus pasos, algo ya de por sí difícil debido al tipo de terreno en el que se encuentran, suelo arenoso donde la misma arena amortigua los pasos y el sonido de los mismos. De pronto el joven se adentra en una tienda, tienda cuyo nombre le resulta curioso e incluso entretenido al joven espadachín, pues llamar agua de lluvia a una tienda ubicada en una ciudad del desierto donde apenas llueve y la sequía es uno de los más importantes y destacados problemas de la población y del gobierno de la nación. El joven espadachín se desliza al interior de la tienda donde observa con disimulo al extraño, mientras hace como si observara las vasijas que hay en la tienda. La verdad es que todo lo que hay le parece burdo y simple, por no decir horrendo.

De pronto una discusión se desata entre el extraño sujeto y el dueño del lugar, al parecer aquella tienda vende algo más de lo que aparentemente vende, posiblemente algo que no esté permitido o algo poco moral pues el dueño de la tienda se encuentra nerviosísimo, el joven espadachín observa con detenimiento lo que sucede, hasta que el extraño hombre salta por encima del mostrador golpeando al dueño de la tienda con una patada en mitad del salto para luego empezar a hablar en un tono un tanto amenazador con el dueño del local, que desde la vista del samurái está aterrorizado, a punto de perder el conocimiento por puro terror. Eso el joven no lo permitiría, su personalidad no le permite ver como hacen sufrir a alguien sin intervenir, bien para ayudar a que sufra o para evitar que sufra. Así pues el joven se desplaza a una velocidad elevada hasta colocarse junto al chico de las amenazas, y desenvainando su katana la coloca delante de su garganta. |~Vamos hombre, seguro que hay otras formas de conseguir información que amenazar a un pobre desgraciado que no sabe que no colaborar significa morir.~| Dice el joven cazador con una voz extraña y curiosa.

14/02/2012

Un joven vestido tradicionalmente, de un rápido movimiento tras entrar en la tienda y ataviado con unos ropajes casi que podrían pertenecer a la lejana Wano, antepuso una espada, en concreto una katana, reforzando así su imagen de posible procedencia de aquél lugar, sobre mi cuello. No parecía haber miedo en sus ojos, pero sin embargo se atrevió casi a utilizar un tono irónico conmigo, cosa que no me gustaba del todo.
Entonces llegó mi hora de hablar, a ambos y dejar clara mi posición. Debía ser cauto, pues estaba en defensa de una misión mayor, aunque quizá podía usar a aquél individuo para cumplir mis objetivos.

-"A menudo el miedo es suficiente buen aliado cómo para soltar hasta la más afilada de las lenguas" musité elegantemente mientras reforzaba el agarre del cuello contra la pared y mi cuerpo se acercaba más a este, haciendo que mi cuello se presionara contra el arma del nuevo individuo, pero sin embargo no saliendo más que un hilillo naranja del corte que bajó por el arma de filo en forma de unas pequeñas gotas silbantes.

-"Está bien... está bien... Hablaré... Es en la trastienda... Ahí está lo que quiere... Ahí lo guardan ellos, pero déjeme vivir" sollozaba en una voz algo gangosa el tendero qué, quizá acababa de comprender que había algo más que dinero en juego y no tendría ningún reparo en acabar con su vida de ser necesario. Al fin y al cabo no era más que un peón en el ajedrez de la vida.

Tras esto, de un rápido gesto con mi mano situada en su cuello, le golpeé contra la pared, dejándole sumido en la inconsciencia. No quería matarlo pues si se había atrevido a mentir entonces tendría que volver a interrogarlo. Además, no era ese mi estilo, no mataba porque sí.

30/08/2013

Aquél hombre parece tener una meta fija, algo que el joven espadachín desconoce pero parece ser que opina que el miedo suele ser un incentivo para las confesiones, pero eso solo funciona con aquellos que poseen miedo a arriesgarse, pero aquel hombre, el dueño del local parece no tener las agallas ni el valor necesarios para soportar algo de presión, pero lo que más extrañó al joven es que su katana, Nanakirimaru, vibra, algo que solo indica que hay alguien con una akuma no mi en la cercanía, y cuando aquel sujeto, el que amenaza al dueño de la tienda, se apoya en el filo de la katana y empieza a correr por ella una gota de un extraño líquido el joven Kaito se percata de que él es el otro usuario de akuma no mi. |~Así que eres un usuario de logia…interesante…~| Dice el joven espadachín mientras se aparta a un lado y limpia la katana con un trapo que se encuentra en el mostrador de la tienda. |~¿Qué es lo que buscas en realidad? Estoy seguro que no eres un civil sino que formas parte de algún tipo de organización.~| Añade el joven con una voz fría mientras envaina nuevamente su katana. Al parecer entablar combate contra aquél hombre es un error, al menos por el momento dado que no posee forma alguna de golpearlo sin que su akuma le de la ventaja.

Aquél hombre consigue lo que quiere cuando el dueño del local le dice que en la trastienda tiene lo que busca, pero que le deje vivir. El extraño hombre lo golpea contra la pared dejándolo inconsciente al acto, para luego ir a la trastienda. El joven espadachín se acerca a la misma a ver lo que busca, cuando para su sorpresa ve algo raro, un polvo verde, no sabe lo que es pero no puede ser bueno si lo guardan con tanto recelo. Así que, sin que el extraño se dé cuenta el joven cazador se marcha hacía la zona de la tienda y levanta el dueño de la tienda escondiéndolo en una de las mayores vasijas dejándole una nota que le dice que guarde silencio, que ya le avisará de que puede salir.

14/02/2012

-"¿Que qué es lo que busco? Conocimiento" dije mientras reía en un tono bajo y frío, dedicándole solo ese tiempo a un espadachín de cualidades ínfimas. Estaba claro que no tenía pensado decirle absolutamente nada de mis cualidades, de mis objetivos, o de lo que formaba parte, pues él no merecía siquiera aquél tipo de conocimiento.

Desdeñando la idea, al tiempo que el hombre, algo insidioso, iba hacia la trastienda, que era el lugar al que yo me dirigía. Debió ver lo que había, pero muy pocas personas en el mundo sabían lo que era aquél extraño polvo verdoso, y este hombre, a juzgar por su mirada, no era una excepción, por lo que mientras depositaba el cuerpo inconsciente del tendero, me moví hacia la puerta de la trastienda, moviendo al espadachín de mi camino con una de las manos, pero no con mucho desdén pues casi parecía que lo hice cuidadosamente. No quería más violencia, no era algo que caracterizara a alguien ducho en conocimientos como yo, pero no soportaría un problema más. Al siguiente lo mataría.

Entonces, finalmente entré por la puerta, viendo restos de Dance Powder sin sintetizar, pues era de color verde oscuro. Era hora de buscar, así que de forma veloz, mientras el otro hombre no había entrado en la estancia, cosa que no pude saber por qué, entré en el laboratorio.
Observé rápidamente que había numerosos compuestos para formar más que el propio Dance Powder, así que me fijé en mi objetivo. Solo había dos cantimploras de unos tres kilogramos cada una llenas de la sustancia. Me las até al cinto de mis pantalones y, aun con el peso extra, coloqué mi larga chaqueta verde para ocultarlas, al tiempo que preparaba una reacción con nitroglicerina y alcohol. Esta haría una poderosa explosión en tres minutos.

Salí rápidamente de la sala, pues esa clase de compuestos eran bastante sencillos para alguien de mis facultades científicas y en un minuto más tarde, de la trastienda. Encontré al espadachín husmeando en una enorme vasija, pero no pude atisbar el por qué. Tampoco importaba. Simplemente me limité a dejar de mirarlo y sin hablar, irme de allí rumbo a la plaza mercante de nuevo.

30/08/2013

Aquél extraño sujeto no quiso revelar el motivo de su presencia en aquella tienda, en aquella ciudad, tampoco por qué amenazaba al dueño de la tienda hasta el punto de que este le mandara a la trastienda diciendo que es allí donde lo guardan. Al ver lo que era el joven espadachín supo lo que era, era el Dance Powder, aquel compuesto que causa lluvia y cuyo uso está prohibido. La verdad es que poco le importa los motivos que tuviera aquel sujeto, pero tratar así a una persona, por mucho que necesites que hable no es de buen samaritano. De pronto aquel hombre entra en el lugar y sale corriendo, algo que le da una tremenda mala espina al joven espadachín. Este coge a la vasija donde está el dueño de la tienda colocando su tortuga encima y haciendo que la serpiente se enrolla en la vasija. Es entonces cuando el joven toma la forma híbrida y sale volando de la tienda justo unos segundos después del hombre que salió corriendo antes.

Estando ya a unos treinta metros deja al hombre en un callejón y vuelve a la forma humana, saliendo de allí raudo para que el hombre no lo asociara a la explosión que se escucha, y que al parecer proviene de la tienda en la que se encontraba antes. Aquél desgraciado había fabricado una bomba que podría haberlos matado a ambos. |~Mal nacido, imprudente, asesino…~| Maldice en voz baja mientras corre por las calles buscando al desalmado que había explotado la tienda, su comportamiento le parece sospechoso, algo bastante habitual pues el joven Kaito no confía en prácticamente nadie, y menos en lugares como aquella tienda donde había un producto ilegal.

Su mirada fría y penetrante se mueve de un lado al otro, de calle en calle buscando cualquier rastro de aquél sujeto. A su vera se encuentran la serpiente y la tortuga corriendo a la par que el joven. Aún en carrera el joven toma la calabaza de la tortuga y le da un gran trago a la misma, bebiendo otra vez el sake que esta contiene. La verdad es que ese día es bastante extraño para el joven samurái, lleva tiempo sin encontrarse con un sujeto tan despreciable como aquél.

14/02/2012

Tras caminar unos metros, finalmente pude atestiguar cuando la deflagración se hizo presente, y tras pararme unos segundos y ver cómo todo el mundo casi corría en dirección a la explosión, haciendo que se arremolinara una enorme cantidad de personas a mi alrededor, seguí caminando impertérrito con una ligera sonrisa sobre mi inexpresiva cara, mientras iba camino del hostal dónde me alojaba.

Este local no estaba a muchos metros, cosa bastante buena, pues con la gran cantidad de gente que llenó las calles, así como las autoridades en búsqueda de un responsable, no era muy ocioso seguir caminando por allí, así que esquivando la marabunta de gente con una habilidad impropia de alguien convencional, pude alcanzar el portal del hostal.

Caminé unos segundos más por las escaleras, hasta llegar tranquilamente a la segunda planta, dónde busqué mi habitación, la 235 y tras encontrarla, pasar la llave magnética y asegurarme que no había nadie, una precaución que siempre solía tomar, deposité las dos cantimploras en una maleta que saqué de debajo de la cama. Una vez las hube acoplado al maletín, cerré este mediante otra llave y volví a meterlo bajo la cama.
Me tomé unos preciados segundos y con algo de regocijo pude vislumbrar a las autoridades y las personas todavía pendientes de la explosión. Los bomberos hubieron llegado y utilizaban agua no potable para intentar controlar las llamas.

-"Tienen para rato" musité bajo, cómo si hubiera alguien más en la sala cosa que no era así, pero acostumbraba a racionalizar ese tipo de situaciones desde un ángulo en perspectiva de tercera persona. Eso me ayudaba a pensar.

30/08/2013

La situación en las calles es de pánico y terror, aglomeraciones de gente alrededor de la tienda que ahora se encuentra en llamas, las fuerzas del orden se desplazan allí, al igual que los bomberos que se encargan de apagar el fuego, o al menos intentarlo, pues es lo que le falta a una ciudad desértica, un incendio, algo que llevaría a la población a una época de desesperación casi segura. Pero el problema es que entre el gentío el joven espadachín pierde de vista al causante de la explosión, y tiene que partir a otro lado, pues tampoco va a ponerse a buscarlo como un obseso. Sus pasos en mitad de la multitud son ágiles y precisos, evitando chocarse o llamar en exceso la atención de la gente, así podría desmarcarse de aquella situación y evitar ser señalado como posible culpable, algo que no le interesa al joven cazador.

|~Menuda ha liado el cretino ese…~| Dice en un susurro para sí mismo mientras se desmarca por una callejuela que lo lleva lejos de la tienda para así alejarse de las posibles acusaciones por no ser natural del lugar, cosa bastante habitual en cualquier parte en la que suceda algo fuera de lo común, y que el joven no quiere ser víctima de las acusaciones, no le apetece tener líos innecesarios antes de ponerse a buscar sus metas, además de que ser considerado un criminal no le ayudaría a encontrar el amor que tanto busca y anhela encontrar. Su mirada se mueve en busca de una taberna o algo donde poder descansar y tomar algo.

14/02/2012

Tras unos momentos, dejé de mirar por la ventana y cerré la cortina de la misma, tumbándome en la cama de aquél pecio. No era lo más cómodo del mundo ni siquiera lo pretendía, pero al menos estaba lo suficientemente cerca de todo cómo para ser útil.
Al fin y al cabo, ahora le tocaba relajarse pues había terminado la misión de cortar el suministro de Dance Powder del mercado negro de Nanohana. Sin embargo, lejos de las auténticas intenciones, se había hecho con un tonelaje lo suficientemente alto del compuesto cómo para poder investigar con él.

El primer paso de su plan ya estaba realizado. Era tener ese polvillo para poder utilizarlo para su "Rain Sweet", pero debía teorizar y ampliar un poco más sus conocimientos antes de poder fantasear con ello.
Sólo se formulaban en mi mente un montón de matices matemáticos y químicos así como posibles efectos y aplicaciones, lo que me hizo esbozar una tímida sonrisa en mi habitación.

-"Se acerca, se acerca" pronuncié con mis labios de forma casi muda, antes de seguir mirando el techo de mi habitación que contaba con una simple decoración en forma de una lámpara de lágrimas de baja calidad y siendo el propio material que lo sostenía bronce algo bruñido. El techo sin embargo resaltaba con un tono blanco algo pobre. No era una habitación muy lujosa, pero sin duda era perfecta para lo que había venido a hacer.

30/08/2013

Perdido de vista aquel sujeto tan inusual y tan desalmado como para volar un edificio sin pensar en las posibles víctimas inocentes que pueden verse dañadas por la explosión. Si bien parecía estar bajo órdenes, pues sus movimientos eran demasiado medidos y calculados como para encontrarse en aquella ciudad por simple casualidad. La verdad es que el joven espadachín solo quiere encontrar un lugar donde sentarse a beber algo de sake y comer algo para así disfrutar de un momento de paz y tranquilidad en aquella ciudad donde ahora reina el caos y la desesperación. Gente corriendo de un lado para el otro, gritos, desesperación inundan la ciudad en un caos poco agradable para el joven espadachín.

Poco tarda en hallar una pequeña taberna de aspecto reservado, su puerta de madera al borde de lo que se llamaría putrefacción, las ventanas abiertas de par en par, mendigando algo de frescor, permitiendo el paso de la luz solar al interior del local. El joven abre la puerta que chirría suavemente cuando entra al local percibe que es un lugar humilde, pero parece ser limpio y ordenado. El hombre que se sitúa tras la barra es bastante ordenado y limpio. Se encuentra limpiando una jarra con un trapo impecable. El joven se sienta a la barra y hace un gesto con la mano para llamar la atención del camarero. |~Póngame una jarra de sake y un plato de buena carne buen hombre.~| Dice el joven espadachín cuando el camarero se acerca.

14/02/2012

Epílogo

Miszvat, complacido y taimado, se acercó a la pequeña librería de su habitación y comenzó a leer sumergiéndose totalmente en la lectura. Esta hablaba de una mujer que se enamoró de un enorme lobo y describía la mezcla de miedo y pasión que sentía, provocando en el agente del Gobierno Mundial solo la idea de que hay seres más poderosos que otros y reforzando su idea de eugenesia.

El libro relataba lo suficientemente bien los ideales de esta, pues el lobo quería contener su alma animal para no hacer daño a quien amaba, pero cada noche se lamentaba, pues su auténtico ser, el depredador que llevaba por dentro, aullaba desconsoladamente y se arañaba el cuerpo deseoso de probar la carne que más amaba.

Así pues, un día fue preso de la furia, de la ira y de su parte descontrolada, y se comió viva a su amada. Después de esto aulló y lloró durante seis lunas, pero a la séptima aprendió que no hubo hecho nada mal, sino que simplemente hacía lo que su cuerpo le pedía. En ese momento se nos hace una pregunta interna a los seres racionales. ¿Debemos resistir e involucionar por aquellos más débiles que nosotros?

Miszvat conocía la respuesta, y es más, la llevaba a la práctica cada día.

30/08/2013

El camarero toma nota y al cabo de unos minutos le sirve en un plato blanco perfectamente limpio y la jarra impoluta, tanto que el joven puede ver perfectamente a través de ella. El joven le agradece con un gesto de cabeza y empieza a comer tranquilo, mientras en su mente suena una leve melodía de ambiente, una bossanova suave y tranquila que ameniza su estancia en el local mientras come y bebe con una tranquilidad impresionante para todo lo que ha sucedido en su presencia ese día. Poco más de cinco minutos en terminar con todo lo que ha pedido.

Termina y se levanta marchándose dejando el importe de lo consumido en la barra, no le agrada salir sin pagar, le parece un acto de deshonor y una falta de respeto para el trabajo de la gente, y más en un lugar tan bien cuidado como aquél. El joven se marcha hacia el puerto, pues allí ya no tiene más que hacer, el poco entretenimiento que tendría se acabó cuando perdió de vista aquél sujeto que acabó por volar una tienda por puro egoísmo y pensamiento cruel. La verdad es que la visita a aquella ciudad le deja una imagen nefasta en la mente del joven espadachín que se encamina hacia un barco para marcharse del lugar.

Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito]

Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Sáb 16 Ago 2014 - 2:51}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Dom 17 Ago 2014 - 19:16}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Mar 19 Ago 2014 - 7:30}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Mar 19 Ago 2014 - 19:40}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Mar 19 Ago 2014 - 19:53}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Miér 20 Ago 2014 - 15:05}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Miér 20 Ago 2014 - 19:02}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Jue 21 Ago 2014 - 13:32}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Jue 21 Ago 2014 - 13:46}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Jue 21 Ago 2014 - 16:16}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Jue 21 Ago 2014 - 16:27}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Jue 21 Ago 2014 - 18:05}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Jue 21 Ago 2014 - 19:10}

Re: Tráfico Ilegal en el Puerto. [Iro & Kaito] {Jue 21 Ago 2014 - 21:48}

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