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Tras la batalla... [Nat y Karl] Empty Tras la batalla... [Nat y Karl] {Mar 19 Ago 2014 - 5:00}

El humo aun se elevaba entre las ruinas de la que antaño fue la joya del East Blue. La gran ciudad había sido reducida a escombros y cenizas. De lo que antes había sido un frondoso bosque apenas quedaban los restos calcinados de algunos troncos, y las praderas cercanas eran ahora yermos sin vida. Pero lo más horrible eran los cuerpos. En algunas zonas los escombros habían impedido que el fuego avanzase y los quemara, y quedaban expuestos al sol liberando un terrible hedor. La guerra se había pagado un elevado precio... y hasta quienes lo habían ganado todo con ella, habían hecho algunos sacrificios. El Almirante Kurotora, Lion D. Karl, descendió del cielo sobre el centro de la plaza principal.


Comenzó a observar a su alrededor con cierta pesadez. Recordaba perfectamente aquella plaza. Antes de la guerra había estado a menudo allí. Nunca se hubiese imaginado que las cosas hubiesen podido terminar tan mal... incluso a él le dolía ver semejante grado de destrucción, aunque fuese más bien poco. Al fin y al cabo, aunque en el proceso hubiese perdido su moralidad, su objetivo era mejorar el mundo, no destruirlo. Comenzó a caminar por lo que quedaban de las calles, y se dirigió a lo que antes era el cuartel de la Marina del East Blue. Caminó entre los restos del edificio, apartando rocas de vez en cuando para destapar dantescas escenas con cadáveres de marines y lo que debían ser revolucionarios. Estos últimos habían aprovechado los momentos de mayor caos para asaltar el lugar. Asqueado, se apartó del lugar. Iban a necesitar un nuevo cuartel en aquel mar... Aquella guerra iba a salirles económicamente más cara de lo que pensaban.

Continuó por las calles, vagabundeando hasta llegar a los restos de una hamburguesería. Entonces le llegó un súbito recuerdo. Su segunda pelea con Allen había sido frente a aquel lugar. El marine suspiró, se sentó sobre una roca y agarró el guardapelo de su pecho con la mano derecha. No le habían llamado el Terror del East Blue por nada. El East Blue era su hogar, y Loguetown una ciudad donde había pasado muchos días de su vida. Eran muchos los recuerdos que ahora serían sólo recuerdos. Ya no podría visitar muchos lugares de su pasado. Se levantó y continuó caminando por la calle, hasta llegar a una posada que conocía bien. Era la posada en la que se había alojado con Emily cuando se fueron a hacer un viaje juntos por el East Blue aprovechando unas semanas de vacaciones de Karl. Se quedó mirando los restos, de entre los cuales ascendía una leve columna de humo. Se sacó el guardapelo y lo abrió, observando la foto de su novia muerta. Cerró los ojos y se quedó totalmente quieto durante unos instantes, jurando que acabaría con toda la podredumbre del mundo. Un mundo unido bajo un gobierno único de verdad, un gobierno dirigido solamente por los mejores de cada campo. En un mundo así, en Orange Town y en todas las ciudades habría servicios médicos decentes... y en un mundo así, Emily hubiese recibido un tratamiento médico adecuado. Podría haber vivido.

Se dio cuenta de que una lágrima caía por su rostro desde su ojo sano. Se la limpió y siguió caminando. Entonces llegó al lugar que quería visitar en último lugar. Las ruinas de su local. La taberna que había pertenecido a James, el último recuerdo de su amigo. Azumi Kento se lo había arrebatado, y ahora la guerra le había quitado el regalo que le había hecho este en su testamento. Recordó que había sido en el sótano de aquella taberna abandonada donde había pactado con Nat para que matase a Irvin. Y ahora resultaba que Nat también había muerto. Karl había recibido la noticia poco después de huir de Loguetown, y se había quedado bastante impactado. El ex-Shichibukai era un hombre de grandes aptitudes en quien Karl había depositado grandes esperanzas. Había creído que viviría lo suficiente como para hacerlo uno de sus lugartenientes cuando el Proyecto Amanecer comenzase a actuar en serio. Ahora la pregunta era, ¿quién lo había matado?
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Tras la batalla... [Nat y Karl] Empty Re: Tras la batalla... [Nat y Karl] {Mar 19 Ago 2014 - 17:12}


"Muerte... Desolación...", dijo la mente de Caspio cuando pisó Loguetown. ¿Cómo había sucedido aquello? No podía creer aquello. El puerto era una ruina, y la ciudad un cementerio. Reconocía la zona, había pasado por aquellas calles ya muchas veces. Teravan, Karl... Marines que había conocido y hacia los que había desarrollado gran complicidad. En algunos momentos se planteaba incluso que pudiera tratarse de una verdadera amistad. También estaba casi convencido de que Karl había ayudado a su nombramiento como Shichibukai. "Y ahora he perdido el puesto", pensó mientras avanzaba entre los escombros, acariciando la cicatriz de su ojo. Un símbolo de derrota, uno más, pero esta vez hecho por otro. Qué vergüenza... Las cicatrices eran algo que en el templo no se admitía, eran como marcas de deshonra. La derrota marcada en el cuerpo, para siempre. Y lo mismo había sucedido aquel día en Loguetown. Una cicatriz en el Gobierno, una derrota que tardaría mucho tiempo en ser olvidada, tal vez un paso más en el cambio que pretendía hacer Karl en el mundo. Un mundo perfecto, sin muertes innecesarias, sin injusticia, y con un lugar para él. Un mundo donde Yun podría descansar en paz, y Yazori ser libre...

Continuó avanzando, inmerso en sus tribulaciones, por los restos de las calles. El adoquinado había resistido, lleno de sangre y vísceras, pero la mayor parte de los edificios eran ahora pequeñas montañas de escombros , y casi ninguno superaba el metro de altura. Aunque algunas paredes y columnas habían resistido, pilares maestros y muros de carga. Habían sido diseñados para aquello, aunque se mantenían en muy mal estado. Era increíble la cantidad de poder que se había reunido en Loguetown, suficiente para arrasarla por completo. "La plaza...", dijo su mente mientras recordaba el "duro enfrentamiento" con Teravan, y los beneficios de aquello para ambos. Millón y algo de Berries, una miseria, pero aquello no era algo que le molestara. Cuanto menos buscado fuera, mejor para él. Aunque ahora ya no lo buscaba nadie.

Miró al suelo, y pudo observar el cuerpo decapitado de un hombre. No era el único cadáver, pero era desde luego el que en menos partes se había dividido de los que veía en derredor.  Menuda masacre se había organizado, y él se la había perdido. Podría haber salvado a gente, haberse colgado méritos, haberse hecho un verdadero nombre y demostrar tanto a 096, que estuvo dispuesto a perdonar su recompensa, como al Gorosei, la verdadera valía del último maestro Sentoki. Pero ni siquiera había podido frenar la venganza del último pupilo, el último que le había quedado por matar, y lo había matado a él... Por lo menos había dado su muerte en pos del favor de la vida. Ahora el poder de los elementos fluía por sus venas como antaño corría el mercurio. Un buen trato, realmente, aunque la debilidad que sentía desde entonces era un mal que le parecía incurable, aún controlando el poder curativo de los elementos, una enfermedad muy difícil de sanar...

De repente, una presencia cruzó el ambiente. La notaba muy difusa, pero la conocía. No sabía de quien era, pero tan grande que abarcaba la de tres personas. "Tres niños gordos peleando por una banqueta?", dijo su mente. "Es Karl, sin duda". Caminó hacia el origen de aquella perturbación, aquella aura que su alma decía pertenecía al Almirante Kurotora, Quimera Karl. Lo sorprendió ante los restos del bar donde tuvieron su última conversación, hacía ya cerca de un mes, tal vez más. ¿Cuánto tiempo pasó dormido? Pero era cierto, Karl estaba ahí.

-No esperaba verte aquí hoy, Almirante Karl. Espero que no te sentara mal el vino...

Con aquello debía ser suficiente. Karl sabría de su existencia, y tal vez alguien más, pero de momento Amanecer era lo primero. Tal vez hasta acelerar las cosas con respecto a ello sería una buena opción. Sólo tenía que esperar que el Marine supiera de él. Si ese ojo realmente analizaba todo, lo reconocería a pesar de sus secuelas. Las arrugas y la nueva cicatriz no significaban nada, nada más allá de una nueva vida. Tendría que pedirle que guardara el secreto. Ya no era Nat el verdugo, era Vincent Black, el hombre que renació. Y Karl lo iba a ayudar.
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Tras la batalla... [Nat y Karl] Empty Re: Tras la batalla... [Nat y Karl] {Miér 20 Ago 2014 - 2:34}

Al escuchar la voz, Karl se giró de golpe hacia el recién llegado. Se plantó justo frente a él, apareciendo y desapareciendo en un flash amarillo, apuntándole al cuello con los dedos de su mano derecha. Mientras lo hacía, un manchón negro como de tinta cubrió el brazo entero, y de repente su antebrazo se convirtió en una cuchilla. Observó al extraño. Había algo que le resultaba familiar en él. Llevaba unas gafas con lentes oscuras, pelo oscuro corto y ropas anchas. No sabía de qué pero estaba seguro de que había visto antes a aquel hombre. De repente el detector de wanteds de su ojo cyborg dio un resultado que el Almirante creía imposible. Se suponía que aquel hombre estaba muerto. Sin embargo... había mencionado el vino. Retrocedió dos pasos y reconvirtió su brazo en uno normal.

- ¿Nat? ¿Sigues vivo? ¿Qué clase broma es esta? ¿A caso fingiste tu muerte?

Karl sacudió la cabeza, extrañado y desconfiado. La explicación lógica era la que había mencionado, pero no se le ocurrían motivos para fingir su muerte, a menos que alguien peligroso lo quisiera muerto. Pero Nat no le parecía aquella clase de persona que huyese sin más de los problemas. Posiblemente hubiera algo más tras todo aquel asunto. Suspiró y dijo, cruzándose de brazos:

- Creo que me debes una historia, o al menos una explicación. ¿Qué narices ha pasado?

En ese momento cayó en la cuenta del comentario de Nat. A pesar de que debía haber permanecido oculto si es que era que realmente estaba ocultando su muerte, estaba informado de los últimos acontecimientos; el plan para asesinar a Irvin la Vega había funcionado bien. Tan bien que Hiroki también había muerto. Aquel vino había sido providencial, y gracias a él ahora ocupaba el puesto de su difunto enemigo. Se sacó una botella de agua y le dio un trago, al notar la garganta seca e irritada por el calor de las fogatas y la enorme cantidad de polvo y ceniza.

- Has cumplido tu parte. El vino funcionó a la perfección, y nadie ha sospechado nada.

Tras decir esto, se quedó esperando a ver si Nat le contaba la historia de lo que le había pasado. Tenían mucho de que hablar y que discutir.
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Tras la batalla... [Nat y Karl] Empty Re: Tras la batalla... [Nat y Karl] {Miér 20 Ago 2014 - 3:13}

Aquel recibimiento sorprendió al espadachín. Por algún motivo Karl no lo había reconocido con la frase, y se lanzó a por él usando su brazo sacacorchos como arma. Sólo que aquella vez, en vez de sacacorchos, había un machete. "¿Esto es lo que entienden los almirantes por hospitalidad?" dijo Nat, buscando salir al exterior y desenvainar a Colapso, aunque Caspio ganó la batalla y no hizo nada. El aroma de los cadáveres en descomposición no era muy agradable, pero saber que te estaban amenazando con un brazo machete era algo peor. No mucho, pero sin duda peor. De repente lo reconoció. Como sospechaba el ojo rojo lo reconoció, a pesar de sus achaques de batalla. Quien no hubiera reconocido sería él al recién ascendido Almirante. Siempre fue un hombre de cicatrices, o al menos aquello recordaba, pero lo de ahora era algo excesivo. La mitad de la cara estaba cortada a la mitad, cicatrizada como pudo, y sumado a las quemaduras de la cuenca ocular dañada, daban un aspecto deplorable al hombre quimera.

"Te debo una explicación", murmuró para sí el verdugo, analizando la situación. Era muy difícil que fuera a peor, porque incluso en caso de que muriera por segunda vez en un mes no tendría que soportar el irritante hollín y aquel horrible hedor.

-Te debo una explicación- repitió, en voz alta, para que lo oyera bien el marine-. Los rumores de mi muerte eran ciertos. Los de que con mi muerte se terminase mi vida... Son algo más falsos.

Hizo una pausa, pensando en cómo continuar. Revivir era algo que pocas veces se hacía, y explicarlo era, a todas luces, complicado. Decir que Galdo estaba vivo tal vez para Karl no significara nada, pero Galdo fue el último maestro en sucumbir a la purga. Lo único que lo salvó fue el corazón de la montaña, un mineral de Tochi Teikoku que se usaba para castigar a la gente. Renacían perdiendo su Akuma No Mi, y eran escarnio de su gente durante toda su vida. Pero también era una medicina mágica, que curaba cualquier herida casi al instante. Así había renacido, pero... ¿Debía contarlo?

-Yo ya no soy Nat, soy Vincent Black, agente del Cipper pol, y te agradecería borraras cuando pudieras mi cara de los registros criminales. No quiero dejar rastro de Nat. Él era débil y lo mataron, pero a Vincent le dieron el don de la curación- cortó su charla, y alzó la mano, apuntando a la cicatriz del labio, que separaba su cara en dos.

Se concentró unos instantes, y un brillo verduzco comenzó a aparecer en la cara de Karl. Si se ponía nervioso y le hacía algo podría salir muy mal aquello, pero si se mantenía quieto sin hacerle nada, seguramente lograría eliminar todas esas cicatrices, aunque le costaría mucha energía.

-Confía en mí. Mi historia no es importante, Amanecer sí...

Curación de cicatrices [AB]
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Tras la batalla... [Nat y Karl] Empty Re: Tras la batalla... [Nat y Karl] {Miér 20 Ago 2014 - 3:46}

De repente Nat, o Vincent, le apuntó a la cara con su mano. Notó que esta le brillaba, y a continuación un picor extraño en la herida a medio cicatrizar del lado derecho de su cara, en la cuenca de su ojo izquierdo y en general en la mayor parte de la cara pero en menor medida. Notó de repente una sensación extraña y parpadeó. Al hacerlo, se dio cuenta de que notaba también el parpadeo con el ojo izquierdo, el cyborg. Extrañado, abrió mucho los ojos al entender lo que significaba. Se llevó las manos a la cara y se la fue palpando con cuidado, en busca de las cicatrices y marcas. Todas y cada una de estas, incluidas las quemaduras de su ojo izquierdo, habían desaparecido. Y volvía a tener ambos párpados. Observó bastante impresionado a Nat, y le dijo:

- No se de dónde has sacado un poder tan sorprendente, pero te lo agradezco mucho. Ahora mi cara ya no debe parecer una tabla de cortar jamón.

Entonces pensó en las misteriosas palabras que acababa de decirle. ¿Qué era eso de que había muerto pero no se había acabado su vida? Sonaba muy siniestro, como a leyendas de nigromancia y muertos vivientes, pero el asesino parecía estar bastante vivo. Tras pensarlo unos momentos, entendió que Nat debía haber perdido una batalla y estuvo al borde de la muerte, y decidió comenzar una nueva vida por la deshonra. Le parecía algo extraño, pero había gente para todo. Era la clase de cosas que esperaba que se pasara por la cabeza a uno de los locos habitantes de Wano, y no a alguien como aquel hombre.

- Por descontado eliminaré toda fotografía y registro visual que quede en los registros sobre ti. Y bien, ahora que has decidido cambiar tu identidad, ¿cuales son tus intenciones? ¿Continuarás colaborando con Amanecer desde el CP?

Contar con gente en el Cipher Pol para continuar con el Proyecto Amanecer era cuanto menos una idea interesante y tentadora, aunque dada la intensa vigilancia sobre los propios agentes también aumentaba el riesgo de ser descubiertos. Mayor recompensa con un gran riesgo. Pero era así como debían trabajar, si fuesen a lo seguro siempre tardarían décadas en estar preparados para poder siquiera levantarle la mano al Gobierno. No, aquel era el método correcto. Seguía interesándole saber cómo había llegado el ex-shichibukai al CP, y quién lo había derrotado, pero decidió no presionarle. Era más importante ahora que lo había localizado de nuevo decidir el plan de actuación del Proyecto.

- ¿Y qué fue lo que te trajo a lo que queda Loguetown? Dudo que las vistas o el olor.
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Tras la batalla... [Nat y Karl] Empty Re: Tras la batalla... [Nat y Karl] {Vie 12 Sep 2014 - 13:46}

Muchas preguntas hacía aquel hombre, que se fió de él sin conocerlo de nada. Era ahora cuando no quería dejar nada a medias, y contarle el cómo había logrado un cambio tan extraño seguramente asustara al luchador. O lo asombrara más que a sí mismo, lo cual era harto improbable, pero plausible. Deseaba contarlo, pero por otro lado la necesidad de información que Karl tenía era difícil de satisfacer, y la ayuda que necesitaba era mucha. No sabía si querría aquello después de enterarse del pacto que hizo. Un pacto con el diablo, como pensaban algunos, unos pocos que lo habían reconocido. Pero tal vez Karl fuera diferente...

-Mi intención es continuar colaborando, lógicamente. Ahora puedo aportar mucho más, y no sólo eso... También tengo un plan. Pero hasta que pueda llevarlo a cabo necesito de tu ayuda, y entre eso cuento que finjas no conocerme a partir del momento en que nos despidamos. Toda relación entre Karl y Vincent Black, el hombre que ascenderá meteóricamente en la Marina, debe estar extinta. Si nos volvemos a reunir, será entre Amanecer y Ocaso. Piensa que Nat tal vez aparezca en un futuro, y cuando eso suceda ten por supuesto que Amanecer estará listo para cargar contra Mariejoia.

Miró a un lado y a otro. "Esto sigue desierto", pensó, aunque siempre podía haber algo que escapara a su control. El mantra, al fin y al cabo, no era infalible, y lo que estaba hablando con el ahora almirante era alta traición para el Gobierno Mundial, y ahora que el CP había olvidado no sólo sus crímenes sino su mera existencia, no podía permitirse cagadas. "Pero tal vez pueda servirme da algo si alguien nos descubriera...", dijo su mente, imaginando que si la imagen de Kurotora no estaba limpia, nadie iba a cuestionar los métodos de un Cipher Pol, por muy extraños que fueran.

- ¿Y qué fue lo que te trajo a lo que queda Loguetown? Dudo que las vistas o el olor.

Dijo, con esa cara que ya no parecía un cromo. La verdad es que aquello era una buena pregunta, pues ni siquiera se la había hecho en un principio. ¿Por qué Loguetown? ¿Por qué no otra isla cualquiera? Allí quería pasar una temporada, en el desierto yermo que un día fue Loguetown, quería aquella ciudad... Y no se había preguntado por qué. Tampoco le interesaba mucho, pero aquellas palabras lo hacían reflexionar. "Tal vez vine porque aquí debía estar", voló en su cabeza, mientras que el "Un lugar muerto para un hombre muerto" pasó corriendo a la misma velocidad. ¿Revivir Loguetown, tal vez? Aquello parecía una buena ocupación mientras el mundo se debatía entre el bien y el mal, estuviera donde estuviera. Nadie sabía dónde estaba la moral, pero sí sabía de la libertad, y eso era lo que piratas buscaban y revolucionarios decían amar. "Hay que construir una nueva balanza", sonó en su cabeza mientras pensaba que lo importante era la Justicia. Ni el bien, ni la libertad. La justicia era libre, buena, y utópica. Pero había que perseguirla, en ello estaba la verdadera felicidad.

-He venido...- dijo, aún sin saber qué saldría de su boca tras aquellas palabras-. He venido, buscando algo especial. Pero los muertos no necesitamos motivos. Los vivos sí. ¿Qué haces tú aquí, amigo?- dijo, tendiéndole una pequeña petaca con Bourbon que llevaba en la chaqueta. Uno de sus pocos gustos en los que no había cambiado tras el incidente.

Lo miró a los ojos. Esperaba su respuesta, la respuesta de un almirante, la respuesta de un compañero. La respuesta del nuevo Líder del mundo. Aquel día comenzaba la era del Amanecer de un Nuevo Mundo.
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Tras la batalla... [Nat y Karl] Empty Re: Tras la batalla... [Nat y Karl] {}

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