Iku Hanna
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Turnos: Yuzi-Dexter-Yuzi...
Escenario: Amazon Lily es una isla selvatica situada dentro del Calm Belt con una montaña enorme en el centro. La montaña se talla con las estatuas curvadas gigantescas de la serpiente y el nombre de la tribu nativa de la isla, Kuja, tallado en ella en kanji. Dentro del centro de la montaña es un valle profundo donde la aldea del Kuja puede ser encontrada.
Condiciones:
-Isla Neutral.
-Experiencia según las normas.
-Se quedan las cicatrices pero no las amputaciones ni heridas graves.
-Sin salto de Turno.
Yuzi Read
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Akuma no mi
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En cuanto puse un pie en la isla me di cuenta de que era bastante diferente a todo lo que yo había visto hasta aquel mometo, aparte de que el clima que hacía era cambiante e inestable, lo que más llamaba la atención de ella aparte de toda la extensión de verde que se podía apreciar a simple vista y que daban una sensación de que aquellos árboles eran salvajes y libres era la enorme montaña que se abría en el centro de la isla y casi parecia que se comia a los árboles, aunque a mi como buena arqueóloga e investigadora de extrañas y antiguas civilizaciones y tribus lo que quise ver más de cerca y examinarlo con más claridad fué el nombre tallado en medio de la montaña en el cual se podía leer la palabra "Kuja",
"¿El nombre de alguna gobernante? ¿De una ciudad? ¿De un animal propio de la isla?" Aquello no eran más que conjeturas ya que no sabía lo que significaba aquella palabra que sin duda alguna era un nombre propio y mi curiosidad pudo conmigo, decidí ir a investigar ese nombre sin olvidarme por supuesto de las esculturas de lo que parecian ser las serpientes más grandes que había visto en mi vida.
Comenzé a caminar adentrandome cada vez un poco más en la selva, aunque no sabía mucho de aquella isla había decidido informarme y saber al menos lo básico para no destacar en ella, decubrí que los únicos habitantes de la isla aparte de los animales eran una tribu de mujeres guerreras.
"¿Podía ser aquel Kanji el nombre de esa tribu?" Fué lo que me vino a la cabez acuando pensé en ello, aunque no era más que otra conjetura, ni siqueria sabia si estaba en lo cierto y si mi conjetura era correcta no podía hacer más que seguir andando para encontrar la ciudad donde ellas habitaban que si bien no me equivocaba estaba situada en el centro de la montaña.
"¿El nombre de alguna gobernante? ¿De una ciudad? ¿De un animal propio de la isla?" Aquello no eran más que conjeturas ya que no sabía lo que significaba aquella palabra que sin duda alguna era un nombre propio y mi curiosidad pudo conmigo, decidí ir a investigar ese nombre sin olvidarme por supuesto de las esculturas de lo que parecian ser las serpientes más grandes que había visto en mi vida.
Comenzé a caminar adentrandome cada vez un poco más en la selva, aunque no sabía mucho de aquella isla había decidido informarme y saber al menos lo básico para no destacar en ella, decubrí que los únicos habitantes de la isla aparte de los animales eran una tribu de mujeres guerreras.
"¿Podía ser aquel Kanji el nombre de esa tribu?" Fué lo que me vino a la cabez acuando pensé en ello, aunque no era más que otra conjetura, ni siqueria sabia si estaba en lo cierto y si mi conjetura era correcta no podía hacer más que seguir andando para encontrar la ciudad donde ellas habitaban que si bien no me equivocaba estaba situada en el centro de la montaña.
Dexter Black
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Akuma no mi
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"Lo que hay que hacer a veces", se dijo Dexter mientras, tirado en la cama, tragaba una Ivankov. Su esbelto cuerpo de hombre y su cara mayormente viril tornaron en un voluptuoso y adorable cuerpo femenino, desnudo sobre el lecho que debía abandonar. Aquel día no le apetecía en absoluto transformarse en mujer, pero teniendo en cuenta su objetivo era más que necesario ser Sapphire, y no Dexter. Las tierras de Amazon Lily eran peligrosas para los hombres, pues tribus de mujeres guerreras reinaban el lugar, y el sexo masculino era relegado a un plano exclusivamente reproductivo, llegando al punto de haber sido diezmados y buscar la reproducción en islas ajenas, para volver al lugar una vez las infantes nacían. Aunque contaban las historias de viejas, las amazonas del lugar sólo tenían hijas, aunque Dexter sospechaba que había algo más oscuro que aquello. Sólo habría un motivo para volver con las hijas una vez nacidas, y era rechazar a los varones. Era un hecho casi obvio.
Abrió el armario y sacó unas cuantas prendas. Muchos colores y distintos escotes, longitudes de pantalón, chaquetas, zapatos y alguna falda. No sabía para qué, si el conjunto que más adoraba era el de chaqueta shorts y bufanda con camisa corsé negra. Aquel día no sabía qué preferiría ponerse, si un calzado cómodo o unos tacones para lucir la elegancia que comenzaba a ganar con sus andares femeninos. "Hum... ¿Y qué tal los zapatitos planos?", pensó para sí misma, ya mentalizada de que aquel día era Sapphire. Los zapatitos planos eran elegantes y sensuales, y cómodos para moverse y correr casi tanto como las deportivas. Sí, era una buena opción.
Se vistió y arregló, sin perder de vista el espejo, controlando que todo en su cuerpo fuera correcto, y que tanto su cabello como su ropa estuvieran perfectamente colocadas, de forma pulcra, para dar buena imagen a lo que fuera que se encontraría en el lugar. Se ajustó el pecho, dejando cierta cantidad al descubierto, para que se aireara, y sentirse bella. Aunque fuera a una isla únicamente conformada por mujeres deseaba sentirse hermosa, pues, no en vano, era mujer, y la belleza de ese sexo era una de las cosas que más lo cautivaba, tanto como Sapphire como siendo Dexter. Pocos eran los días que no se quedaba en algún momento mirando como un bobo a alguna mujer, o se imaginaba regresando al encuentro de Nadia... Sueños que tenía miedo no poder cumplir nunca.
Una lágrima cayó por su rostro, pero no dejó fluir más. Abandonó el barco y se adentró en la jungla de aquella masa de tierra. Aún desde ahí se podían ver las serpientes talladas de la gran montaña y las letras grabadas en la parte baja. "Kuja", rezaba la indicación, seguramente el nombre de la tribu predominante. Tal vez la única de la isla. Lo cierto era que realmente poco o nada sabía de aquel lugar, y para eso estaba. Como científica su obligación era investigar sitios curiosos, hacer trabajos de campo y cosas que explotaran. Aunque se contendría mucho de hacerlo aquel día. No quería buscarse líos con nadie, y aunque llevaba tanto su equipo de combate mejorado como a su bastón Nadia con ella, no estaba segura de qué podría pasar, con qué se encontraría o qué demonios la estaría esperando.
Caminó por la espesura, dejando atrás la joya, llegando en momentos a perder de vista la hermosa montaña tallada, aunque conocía bien a dónde se dirigía. Nunca había estado, pero quería sentar bases para ser el "padre" de una futura Kuja. Las amazonas habían demostrado ser hermosas a la par que feroces, y seguro aquello se transmitía a todos los ámbitos de su vida. El amor, el sexo, debían ser mujeres con un gran apetito en todo. Debían de sentir como ninguna, amar más que nadie y disfrutarían el placer tanto como lo darían. Un escalofrío recorrió su espalda imaginando aquellas cosas. "No es momento de pensar con el pene, Sapphire. Ahora mismo ni siquiera tienes", dijo su cabeza, siempre tan mordaz, haciéndola volver a la realidad que tanto llegaba a hastiarla a veces.
Y de repente un olor llegó a sus fosas nasales. Era un olor a mujer, a mujer y a pólvora... Aquello no sería nada raro, en aquel mundo de locos incluso las mujeres iban armadas hasta los dientes, pero sí era raro toparse con aquel aroma en medio de un bosque. Aquella isla no parecía caracterizarse por la tecnología, eso se notaba a simple vista, y un aroma como aquel sólo podía significar que otra extranjera paseaba por el lugar. ¿Amiga o enemiga? Ésa era la pregunta que restaba en la mente de la (en aquel momento) dragona. Si era aliada no tenía motivo para preocuparse, pero si no... Tal vez debería estar lista para enfrentarse a un enemigo que no quería confrontar. En aquel cuerpo se sentía más débil que como Dexter. Estaba en forma y todo eso, pero su cuerpo femenino estaba limitado a las carencias propias de una mujer. Su fuerza y resistencia seguían siendo colosales, pero prefería poder usar todo su poder si por algún casual necesitaba luchar por sobrevivir.
Sus ojos azules como el cielo fijaron la ruta que sus demás sentidos marcaban, y comenzó a acercarse al olor que la preocupaba. Sus pasos eran calmados y sigilosos, pero raudos al mismo tiempo, tratando de no perder el rastro, pero tampoco desvelar su posición. A penas podía ver en la negrura del lugar, pero por suerte al fondo de la jungla se veía una luz blanca, casi cegadora, y una silueta negra avanzaba hacia ella, con una protuberancia en su cabeza que a todas luces era un sombrero, o al menos eso esperaba. Si no sería una mujer muy rara. Trató de acercarse a ella sin llamar la atención, enterarse un poco de qué pretendía, qué quería hacer allí, qué demonios podía querer allí una chica con sombrero de copa. Y de repente, por torpe, se tropezó con una rama. No se cayó por los pelos, pero estaba segura de que todo su sigilo se habría ido a la mierda. Aunque esperaba que aún así no se hubiera dado cuenta. "Tú debes pensar que la gente es retrasada, Sapphire...". Pese a que cambiara de cuerpo, su cerebro seguía despreciándola en la misma medida. Qué bien.
Abrió el armario y sacó unas cuantas prendas. Muchos colores y distintos escotes, longitudes de pantalón, chaquetas, zapatos y alguna falda. No sabía para qué, si el conjunto que más adoraba era el de chaqueta shorts y bufanda con camisa corsé negra. Aquel día no sabía qué preferiría ponerse, si un calzado cómodo o unos tacones para lucir la elegancia que comenzaba a ganar con sus andares femeninos. "Hum... ¿Y qué tal los zapatitos planos?", pensó para sí misma, ya mentalizada de que aquel día era Sapphire. Los zapatitos planos eran elegantes y sensuales, y cómodos para moverse y correr casi tanto como las deportivas. Sí, era una buena opción.
Se vistió y arregló, sin perder de vista el espejo, controlando que todo en su cuerpo fuera correcto, y que tanto su cabello como su ropa estuvieran perfectamente colocadas, de forma pulcra, para dar buena imagen a lo que fuera que se encontraría en el lugar. Se ajustó el pecho, dejando cierta cantidad al descubierto, para que se aireara, y sentirse bella. Aunque fuera a una isla únicamente conformada por mujeres deseaba sentirse hermosa, pues, no en vano, era mujer, y la belleza de ese sexo era una de las cosas que más lo cautivaba, tanto como Sapphire como siendo Dexter. Pocos eran los días que no se quedaba en algún momento mirando como un bobo a alguna mujer, o se imaginaba regresando al encuentro de Nadia... Sueños que tenía miedo no poder cumplir nunca.
Una lágrima cayó por su rostro, pero no dejó fluir más. Abandonó el barco y se adentró en la jungla de aquella masa de tierra. Aún desde ahí se podían ver las serpientes talladas de la gran montaña y las letras grabadas en la parte baja. "Kuja", rezaba la indicación, seguramente el nombre de la tribu predominante. Tal vez la única de la isla. Lo cierto era que realmente poco o nada sabía de aquel lugar, y para eso estaba. Como científica su obligación era investigar sitios curiosos, hacer trabajos de campo y cosas que explotaran. Aunque se contendría mucho de hacerlo aquel día. No quería buscarse líos con nadie, y aunque llevaba tanto su equipo de combate mejorado como a su bastón Nadia con ella, no estaba segura de qué podría pasar, con qué se encontraría o qué demonios la estaría esperando.
Caminó por la espesura, dejando atrás la joya, llegando en momentos a perder de vista la hermosa montaña tallada, aunque conocía bien a dónde se dirigía. Nunca había estado, pero quería sentar bases para ser el "padre" de una futura Kuja. Las amazonas habían demostrado ser hermosas a la par que feroces, y seguro aquello se transmitía a todos los ámbitos de su vida. El amor, el sexo, debían ser mujeres con un gran apetito en todo. Debían de sentir como ninguna, amar más que nadie y disfrutarían el placer tanto como lo darían. Un escalofrío recorrió su espalda imaginando aquellas cosas. "No es momento de pensar con el pene, Sapphire. Ahora mismo ni siquiera tienes", dijo su cabeza, siempre tan mordaz, haciéndola volver a la realidad que tanto llegaba a hastiarla a veces.
Y de repente un olor llegó a sus fosas nasales. Era un olor a mujer, a mujer y a pólvora... Aquello no sería nada raro, en aquel mundo de locos incluso las mujeres iban armadas hasta los dientes, pero sí era raro toparse con aquel aroma en medio de un bosque. Aquella isla no parecía caracterizarse por la tecnología, eso se notaba a simple vista, y un aroma como aquel sólo podía significar que otra extranjera paseaba por el lugar. ¿Amiga o enemiga? Ésa era la pregunta que restaba en la mente de la (en aquel momento) dragona. Si era aliada no tenía motivo para preocuparse, pero si no... Tal vez debería estar lista para enfrentarse a un enemigo que no quería confrontar. En aquel cuerpo se sentía más débil que como Dexter. Estaba en forma y todo eso, pero su cuerpo femenino estaba limitado a las carencias propias de una mujer. Su fuerza y resistencia seguían siendo colosales, pero prefería poder usar todo su poder si por algún casual necesitaba luchar por sobrevivir.
Sus ojos azules como el cielo fijaron la ruta que sus demás sentidos marcaban, y comenzó a acercarse al olor que la preocupaba. Sus pasos eran calmados y sigilosos, pero raudos al mismo tiempo, tratando de no perder el rastro, pero tampoco desvelar su posición. A penas podía ver en la negrura del lugar, pero por suerte al fondo de la jungla se veía una luz blanca, casi cegadora, y una silueta negra avanzaba hacia ella, con una protuberancia en su cabeza que a todas luces era un sombrero, o al menos eso esperaba. Si no sería una mujer muy rara. Trató de acercarse a ella sin llamar la atención, enterarse un poco de qué pretendía, qué quería hacer allí, qué demonios podía querer allí una chica con sombrero de copa. Y de repente, por torpe, se tropezó con una rama. No se cayó por los pelos, pero estaba segura de que todo su sigilo se habría ido a la mierda. Aunque esperaba que aún así no se hubiera dado cuenta. "Tú debes pensar que la gente es retrasada, Sapphire...". Pese a que cambiara de cuerpo, su cerebro seguía despreciándola en la misma medida. Qué bien.
Yuzi Read
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Caminaba con cuidado y los ojos abiertos mientras seguía la ruta que se había marcado, estaba decidida a llegar a donde, según la información que poseía se situaba la aldea de aquellas mujeres amazonas y para ello había memorizado todo el camino que tenía que hacer desde la playa para que fuese, en la medida de lo posible un poco más seguro caminar por aquel bosque que más bien era una selva pero daba igual era un lugar oscuro con mucha vegetación y animales salvajes, además era bastante espeso así que si algún enemigo se acercaba a ella sería muy difícil de localizarlo desde el suelo si este no era despistado y hacia ruido.
Y así fué, por suerte la persona que decidió seguirme no era muy precavido, eso o simplemente era bastante patoso puesto que cuando ya llevaba un buen rato de camino recorrido pensando en rídiculas teorías (incluso creo que en aquel momento se me ocurrió que podría haber un Poneglyph en aquella isla) note un ruido en la espesura muy cerca mio.
Me giré bruscamente hacía la fuente dle ruido aunque no veía nada ya que la oscuridad y la distancia se lo impedian, no sabía si era un animal salvaje, un extranjero, una amazona o simplemente un lindo conejito pero no podía arriesgarme por lo que di un salto digno de cualquier célebre acróbata y me agarré al árbol más cercano sin dejar de mirar el lugar de donde había salido el ruido, me agaché en la rama y acto seguido apunté con mi rifle hacia aquel lugar mientras decía con voz seria.
-¿Quien eres?- No sabia ni si era un humano pero si lo era aquellas palabras me servirian para que revelara su identidad o para que intentara huir y le disparara para detenrlo, al fin y al cabo podría serme útil y si era un animal... bueno pues ya tendría comida para hoy.
Y así fué, por suerte la persona que decidió seguirme no era muy precavido, eso o simplemente era bastante patoso puesto que cuando ya llevaba un buen rato de camino recorrido pensando en rídiculas teorías (incluso creo que en aquel momento se me ocurrió que podría haber un Poneglyph en aquella isla) note un ruido en la espesura muy cerca mio.
Me giré bruscamente hacía la fuente dle ruido aunque no veía nada ya que la oscuridad y la distancia se lo impedian, no sabía si era un animal salvaje, un extranjero, una amazona o simplemente un lindo conejito pero no podía arriesgarme por lo que di un salto digno de cualquier célebre acróbata y me agarré al árbol más cercano sin dejar de mirar el lugar de donde había salido el ruido, me agaché en la rama y acto seguido apunté con mi rifle hacia aquel lugar mientras decía con voz seria.
-¿Quien eres?- No sabia ni si era un humano pero si lo era aquellas palabras me servirian para que revelara su identidad o para que intentara huir y le disparara para detenrlo, al fin y al cabo podría serme útil y si era un animal... bueno pues ya tendría comida para hoy.
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