Lucha hipermegaultragigaépica en Enies Lobby: Nat VS Etsu.

VS



Enies Lobby es una isla judicial al cargo del Gobierno Mundial. En esta isla se encuentra el tribunal más importante del mundo. Como punto clave del Gobierno Mundial, la isla esta muy protegida, se encuentra suspendida sobre unas cascadas que crean un agujero en medio del océano, aparte de esto la isla esta cercada y fuertemente amurallada. Tras Enies Lobby se encuentra la "Puerta de la Justicia" que comunica la isla con el cuartel de los Marines e Impel Down, la prisión donde son enviados los mayores criminales de este mundo. Una peculiaridad de esta isla es que nunca anochece.

Turnos:
1=Nat
2=Etsu

Número aleatorio (1,2) : 1

Condiciones:
-Sin posibilidad de muerte.
-Daños On-rol.
-Salto de turno cada semana.
-Victoria a KO bélico.
-Sin límite de tiempo.
-Será en Ennies Lobby.

Era un día bastante soleado, sin una sola nube en el cielo. Las palomas canturreaban alegremente y los agentes del gobierno se movían con calma, como si no tuvieran nada que hacer, pese a que el asesino sabía que tenían bastantes tareas. Desde la derrota en Loguetown los papeles bailaban, subían y bajaban, y las misiones llovían. En cierto modo el espadachín se congratulaba de su habilidad para escaquearse de todo aquello, aunque frenaba su ascenso. Ascenso que tampoco le importaba mucho, de hecho de infiltrado en la Brigada estaba muy cómodo, Genos Demon era un buen tipo, y podía desviar las sospechas sobre Karl gracias al mando de aquel desconocido Marine. Sin embargo a veces se aburría tantísimo... Su mayor tarea era ver cómo el ciborg se hacía crecer las uñas una y otra vez, a veces incluso ni eso. Cuántas ganas de ponerse la mano en la cara para recuperar sus facciones de hacía un tiempo y reclamar su puesto de Shichibukai. Aunque tras hacerlo perdería bastantes opciones a la hora de actuar. La gente andaría con pies de plomo con él, y no le hacía gracia. Ser una sombra era más importante, al menos por el momento.

-Black- sonó una voz tras él-. Llevo tres días intentando encontrarte...

-Entonces he hecho un buen trabajo- Mordió una pipa, dirigiendo la mirada a su espalda, escupiéndola con desprecio.

-No te hagas el remolón, Black. Tu puesto está pendiendo de un hilo- las palabras de aquel hombre, identificado como un CP5, lo hicieron pensar. Él nunca se identificaba, y sus ascensos eran privados. Aunque aquello no le molestaba suponía tener que aguantar que los niños de quiero y no puedo le hablasen como si lo fueran a comer, y no lo dejaban estar tranquilo en su banco, sentado sobre el respaldo, con su bolsa de pipas observando el día que nunca llegaba a acabar-. Si no cumples mis órdenes enviaré un informe negativo y acabarás fuera.

Notaba las dagas en su espalda, rugiendo, pidiendo sangre. Pero no debía matar, al menos no por el momento. No era que le importara mucho la vida de aquel mequetrefe, pero prefería desestresarse con otra cosa. Algo que tal vez le diera un poco de guerra. ¿Le estaba apeteciendo pelear? Podía ser interesante.

-Bueno, cúidame las pipas- dijo, golpeándole el pecho con la bolsa, esperando hacerle un moratón, aunque si bien le había golpeado duro la resistencia del Cippher Pol era envidiable. Sólo necesitaba un reto... Un reto interesante, claro.

Se dirigió al centro de la plaza, con su traje negro. Odiaba llevarlo, pero desde que donó todas sus cosas a la beneficencia no tenía otra opción. Era bastante flexible, perfecto para la lucha, aunque no se podía decir lo mismo del día. Hacía demasiado sol, aunque bueno...

-¡Pobladores de Enies Lobby!- gritó a pleno pulmón-. ¡Reto al primero que se digne a presentar batalla!- se quitó el sombrero y lo dejó caer al suelo a unos pasos de él-. ¿Quién recoge mi reto?

Sólo quedaba esperar a que alguien apareciera dispuesto. La masamune estaba en su espalda, sobresaliendo el mango en su hombro y la punta del filo en la cadera. "Pronto, muy pronto..."

No tenía nada que hacer, nada más que vagar por Enies Lobby a la espera de algo que hacer. No había echo nada últimamente que realmente me plantease un reto, sino que habían sido misiones un tanto aburridas. Así que cuando escuché a alguien gritar a pleno pulmón que retaba a cualquiera, miré hacia él. Sonreí un poco y me fui acercando a él.
Parecía ser un CP, como yo, pero la verdad es que no había tenido ocasión de trabajar con él. Un duelo amistoso era lo que necesitaba, desestresarme un poco y quizá aprender algo interesante.

-Acepto el reto, compañero -comenté al colocarme frente al retador -soy Etsu Shiroi

Había perdido capacidades con las armas, pero sin embargo había cambiado de akuma y ganado cierto dominio sobre ésta. Esperaba estar a la altura del combate, aunque claro, mi dominio del rokushiki seguía siendo el mismo, por lo que no me preocupaba demasiado aquello. Me preguntaba si sería fuerte, si me haría esforzarme al máximo y sobre todo, si disfrutaríamos el combate, no podía esperar más, estaba ansioso por ver su primer movimiento.

Una espada se alzó, y la vaina cayó a un par de metros tras él, impulsada por la fuerza con que había desenfundado su arma. Apuntaba al cielo, y la bajó rápidamente, quedando en línea recta con el corazón de su rival. Una brisa comenzó a soplar, leve y serena, refrescante. La gente se había echado atrás, sabiendo que en cualquier momento podría haber golpes peligrosos para todos. No en balde todos conocían los principios básicos del Rokushiki, y podía ser bastante molesto toparse con un Rankyaku mal lanzado, cosa excesivamente habitual en combates como aquél, en los que participaba un peliblanco. No tenía nada en contra de los peliblancos, pero siempre que veía ese cabello la cosa acababa mal. Drake, el lobo blanco; Derian, el vampiro probablemente homosexual; Galdo... Demasiada gente con un cabello albino con resultado desastroso, aunque Derian nunca había conseguido tocarlo. "Debe de ser una mella en la moral de ese vampiro presuntuoso".

-Bien, Etsu Shiroi- dijo, con una sonrisa y voz pausada-. Comencemos este baile.

Así mismo, inclinó la cabeza ligeramente y activó su mantra, esperando un primer ataque.

En un abrir y cerra de ojos, su espada se alzó para luego terminar apuntando a mi pecho, mientras tanto parecía que el propio clima se preparó para el combate. Una ligera corriente de aire pasó por la isla, como si el viento no quisiese perderse ni un ápice del enfrentamiento.
El círculo de gente que se había formado a nuestro alrededor, se alejaba de nosotros, sin duda porque no sabrían lo que podía pasar en un combate como éste.
Me animó a iniciar el "baile" a la vez que bajaba ligeramente la cabeza. Le sonreí a la vez que me alejaba ligeramente de él y desenvainaba mis espadas.
Ambos sabíamos usar el rokushiki, o al menos algunas técnicas de éste, así que seguramente el combate lo decidirían nuestras otras habilidades, por lo que salté en el aire, usando geppou para mantenerme en él, a la vez que giraba sobre mi, haciendo una voltereta en el aire.

-¡Rankyaku! -exclamé mientras una onda cortante salía desde mi pierna izquierda, directa al cuerpo de mi contrincante.

Tras ésto me quedé flotando en el aire, usando geppou de vez en cuando para no bajar la altura. Me gustaba estar en el aire, me daba una mayor sensación de libertad. Sabía que mi ataque sería evadido o loqueado sin mucha dificultad. Solo quería permanecer atento a una cosa, lo que él haría.
No podía tomármelo a ligera, ya que no tenía el placer de conocer sus habilidades, por lo que lo básico era descubrir hasta dónde podían llegar. Note como Houkou relampagueaba ligeramente en mi mano izquierda, sin duda estaba esperando el combate casi tanto como yo.

Rankyaku [AID]

Los colmillos rugían, pidiendo luchar. Sin embargo, no era el momento. Su rival debía atacar, y así lo hizo. Un salto en el aire y lanzó contra el espadachín una onda cortante. "Me está midiendo", pensó para sí, mientras observaba la ejecución perfecta de aquella pierna tormenta, y realizó un complejo e innecesario quiebro hacia la derecha, quedando ligeramente agachado para evitar la onda que corría hacia él. Aquel testeo iba a ser muy errado.

Miró a su oponente, flotando en el aire, esperando su respuesta, y recordó los vuelos del águila en aquellas tardes del templo. Era hermoso verlo, y mortal para los topos, e incluso para los ruiseñores y palomas que volaban cerca. Ya sabía su ataque. Iba a ser poesía.

Se incorporó lentamente, y movió el arma despacio, dibujando líneas de fuego en el aire. Con suerte pasaría como una técnica mística como las de algunos yonkis de Skypeia y no como muestra de su akuma no mi.

Las líneas iban formando una figura, y tras unos diez segundos se mostró. Era un águila roja de fuego, lista para luchar y arder, era libertad mortal. Le dio un empujón con la espada y el ave voló contra su objetivo, donde, al impactar, se expandiría en llamas. No era algo muy fuerte, pero sí vistoso, perfecto para ocultar poder.

Tajos random con pollo a la Kentucky [AMB]

Se movió hacia la derecha para esquivar el rankyaku. Parecía haberle costado, por lo que sino me equivocaba mi nivel de combate era superior al suyo, una ventaja que no dudaría en aprovechar. Se levantó sin mucha prisa a la vez que movía su arma en el aire, dejando tras ésta una línea ígnea que poco a poco se iba complicando hasta formar una figura, un ave de color rojo, un águila si no me equivocaba.
Golpeó la figura de fuego con el arma, sin aparente fuerza, como una madre que anima a su polluelo a salir del nido, el ave voló hacia mide forma grácil, y no sabía si debería o no esquivarla. No parecía una técnica muy poderosa, pero tampoco podría fiarme mucho de ella.

Decidí que lo mejor no era esquivarla, sino interceptarla antes de que llegase a mi, por lo que le lancé otro rankyaku que pasó a través de la criatura flamígera, deformándola, directa hacia el miembro del CP con el que me batía. Pero algo me sorprendió, el ave se contrajo sobre si misma un instante antes de estallar en llamas. Usé kamisori kempo por instinto, lo que me permitió alejarme de la llamarada, pero no completamente, por lo que en última instancia me vi obligado a usar el poder de mi fruta para no quemarme, moví una masa de aire hacia abajo, arrastrando las llamas con ella.

-Interesante técnica -comenté lo suficientemente algo para que me oyese -deja que te muestre yo la mía.

Dicho aquello empecé a concentrar la energía psiónica frente a mi, creando así una nube de humo azulado brillante que poco a poco se compactó hasta formas una esfera brillante de tono azulado. Podía hacerlo mucho mas rápido, pero dado que yo no lo había interrumpido en su demostración, esperaba que él tampoco lo hiciese. finalmente lancé la esfera contra él, a una velocidad considerable.

Psiball [AM]