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![[Privado Midorima-Hinori][Pasado] Conociendo a la nueva nakama. Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
El barco al fin se había detenido, ya era hora de llegar, era el barco pirata de la banda de Dexter Black, el Zafiro Negro, era gigantesco y era prácticamente una obra de arte, a veces se cuestionaba como es que su capitán lograba tener tan buen gusto, al parecer aún faltaba por conocerlo aún más a fondo, de hecho, Midorima había tenido poco –por no decir nada- con sus nakamas, los conocía de nombre y algo sobre ellos, todos tenían algún motivo diferente por el cual seguían a Dexter ¿el suyo? Era meramente porque no creía poder confiar en otra persona para que sea su capitán, creía ciegamente en él, después de todo, era prácticamente uno de sus mejores amigos…un cercano, una relación extraña pero que al final, cada uno confiaba en el otro a su manera.
Se levantó de su cama mientras miraba por su ventana, habían llegado a una isla del East Blue, aquí deberían estar bien, sin problemas, sin marines poderosos o algo peor, caminó tranquilamente mientras se iba poniendo su polera de color verde, y de paso, se acomodaba sus anteojos y también, apretaba las vendas de su mano, se acomodó sus pantalones –había dormido con estos puestos y sin polera-, suspiró tranquilamente mientras caminaba a la cubierta, no tenía muy claro lo que iba a hacer, podría ir y comer algo, pero no tenía ganas, aparte comer solo no era algo agradable. Quizás podría explorarla solo, ver que hacer en el camino, o simplemente quedarse en la cubierta atendiendo a los demás muchachos de la banda, no tenía idea que podía hacer en este lugar, hasta que finalmente, llegó a cubierta.
El sol lo cegó durante unos segundos, se llevó su mano derecha tapándose sus ojos para al salir, ver la hermosa isla que se veía, si no mal recordaba, era la Villa Orange…parecía un lugar agradable para recorrer y visitar, pero no quería ir solo, recorrió con la mirada buscando a algún nakama que quisiera acompañarlo, fue entonces que vio la figura de una chica…de hecho, la única chica de la banda por el momento, era Hinori. Fue entonces que con una sonrisa divertida se empezó a acercar a paso silencioso, la iba a asustar para luego pedirle que la acompañará, se quería divertir un rato con ella de forma amistosa, aunque quizás la respuesta de ella no sería muy interesante, por probar no perdía nada. Se acercaba sin hacer ruido, como si fuera alguna especie de ladrón o violador experimentado, y entonces cuando la tuvo cerca apoyó ambas manos en sus hombros y gritó fuerte.
¡HINORI!.- soltó una pequeña risa mientras que usaba su velocidad para ponerse a su izquierda, y de ese modo, quizás confundir a su nakama y entonces como si nada hubiera pasado, le dijo con tranquilidad mirando a la Villa Orange.- Oye Hinori, ¿tendrías la molestia de acompañarme a la isla? Quizás podamos encontrar algo divertido y también de paso, hablar un poco y conocernos más. La confianza en una banda pirata es lo más importante ¿quieres?
Guardó silencio mientras sonreía mirando la isla, sus ojos verdes mostraban cierto brillo por la nueva aventura, era interesante saber que le iba a contestar Hinori, quizás le iba a pegar, quizás no, quizás lo insultaría o tal vez no…con una mujer nunca nada es algo cierto y menos si se habla de una mujer pirata…esperó en silencio cualquier reacción de su nakama. Ya era hora de conocerlos mejor. Luego iría a hablar con el resto.
Se levantó de su cama mientras miraba por su ventana, habían llegado a una isla del East Blue, aquí deberían estar bien, sin problemas, sin marines poderosos o algo peor, caminó tranquilamente mientras se iba poniendo su polera de color verde, y de paso, se acomodaba sus anteojos y también, apretaba las vendas de su mano, se acomodó sus pantalones –había dormido con estos puestos y sin polera-, suspiró tranquilamente mientras caminaba a la cubierta, no tenía muy claro lo que iba a hacer, podría ir y comer algo, pero no tenía ganas, aparte comer solo no era algo agradable. Quizás podría explorarla solo, ver que hacer en el camino, o simplemente quedarse en la cubierta atendiendo a los demás muchachos de la banda, no tenía idea que podía hacer en este lugar, hasta que finalmente, llegó a cubierta.
El sol lo cegó durante unos segundos, se llevó su mano derecha tapándose sus ojos para al salir, ver la hermosa isla que se veía, si no mal recordaba, era la Villa Orange…parecía un lugar agradable para recorrer y visitar, pero no quería ir solo, recorrió con la mirada buscando a algún nakama que quisiera acompañarlo, fue entonces que vio la figura de una chica…de hecho, la única chica de la banda por el momento, era Hinori. Fue entonces que con una sonrisa divertida se empezó a acercar a paso silencioso, la iba a asustar para luego pedirle que la acompañará, se quería divertir un rato con ella de forma amistosa, aunque quizás la respuesta de ella no sería muy interesante, por probar no perdía nada. Se acercaba sin hacer ruido, como si fuera alguna especie de ladrón o violador experimentado, y entonces cuando la tuvo cerca apoyó ambas manos en sus hombros y gritó fuerte.
¡HINORI!.- soltó una pequeña risa mientras que usaba su velocidad para ponerse a su izquierda, y de ese modo, quizás confundir a su nakama y entonces como si nada hubiera pasado, le dijo con tranquilidad mirando a la Villa Orange.- Oye Hinori, ¿tendrías la molestia de acompañarme a la isla? Quizás podamos encontrar algo divertido y también de paso, hablar un poco y conocernos más. La confianza en una banda pirata es lo más importante ¿quieres?
Guardó silencio mientras sonreía mirando la isla, sus ojos verdes mostraban cierto brillo por la nueva aventura, era interesante saber que le iba a contestar Hinori, quizás le iba a pegar, quizás no, quizás lo insultaría o tal vez no…con una mujer nunca nada es algo cierto y menos si se habla de una mujer pirata…esperó en silencio cualquier reacción de su nakama. Ya era hora de conocerlos mejor. Luego iría a hablar con el resto.
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Un rayo de Sol entró por la ventana del camarote de la morena, dándole de lleno en los parpados, era una sensación bastante molesta, por no decir que horrible. Quería dormir unos minutos más, pero al parecer ese rayo no iba a dejarla tranquila. De modo que ahora se levantó de la cama de forma tranquila, llevaba puesta su ropa interior de color negro, no tardó en ponerse su sudadera blanca y azul por encima, después sus pantalones y botas. No veía necesario sacar sus guanteletes de combate, por lo que los ignoró dejándolos sobre la mesita dónde estaban. Después de unos segundos, pegó un suspiro y abrió la puerta despacio, aún estaba desperezándose e iba soltando bostezos de sueño, las ganas de darse la vuelta y tirarse en su cama de nuevo, la invadían totalmente. De hecho estuvo a punto, ya que se giró mirando al camarote, después sintió el sonido del mar y decidió asomarse a la cubierta un poco para ver cómo estaba el día. Aunque a juzgar por el maldito rayo que le había dado en los ojos debía hacer Sol, así era, pegó un suspiro y comenzó a pasear por la cubierta sin fijarse en nada ni en nadie de los que allí había.
Mientras iba entrecerrando los ojos, de repente sintió como la agarraban de los hombres y gritaban su nombre con fuerza, no pudo evitar soltar un pequeño gritó del susto. – ¡Kyaaaaaaaaaah! – Se asustó bastante y de repente se giró con el puño cerrado, pero no vio a nadie, después noto al peli verde en su izquierda. ¿No se notaba que había sido él no? La morena ahora respiró algo más calmada, aquellos sustos recién levantada no eran nada buenos. Se trataba de Midorima, uno de sus compañeros, tampoco sabía mucho sobre ellos, de modo que era un nombre más, sin embargo había sido el primero en tener interés en una conversación, aunque fuera dándole un susto. De repente empezó a hablarle, le propuso ir a la isla para que no fuera solo y de paso conocerse mejor, ya que eran compañeros de la misma banda. La corsaria sonrió de forma amable, su rostro era dulce y calmado, asintió tranquilamente y le respondió con un tono de voz suave y calmado mientras entrecerraba los ojos de manera tranquila.
- ¡Muy bien! Me apunto entonces Mido-kun.
Dijo simplemente con alegría, de repente una leve brisa de viento llegó hasta ellos, por el aire se movía algo, parecía ser un cartel o algo así. Este estuvo revoloteando hasta caer justo en el suelo de la cubierta, la morena lo tomó despacio comenzando a mirarlo de forma tranquila, segundos después quedó algo impresionada. No era posible, se traba de un cartel dónde aparecía ella, encima con una recompensa de unos 25.000.000 Berries, seguramente por escapar del Contra-Almirante peliblanco de aquella isla. No podía creerse que su cabeza ahora valiera dinero, eso la asustó un poco, la verdad es que de no ser por aquel almirante de las vendas, seguramente ella habría acabado muerta. Ahora dejó el cartel en el suelo y pegó un suspiro mientras se llevaba las manos a la cabeza y negaba varias veces. La verdad es que no estaba acostumbrada a eso, esperaba no ser atacada, pues no le gustaba mucho el combate, aunque si debía hacerlo, lo haría. Por el momento miró a su compañero cruzándose ahora de brazos y hablando en un tono calmado.
- No veo justo esto, pero supongo que ahora mi cabeza también vale dinero. Deberé tener cuidado, bueno salgamos cuando quieras.
Mientras iba entrecerrando los ojos, de repente sintió como la agarraban de los hombres y gritaban su nombre con fuerza, no pudo evitar soltar un pequeño gritó del susto. – ¡Kyaaaaaaaaaah! – Se asustó bastante y de repente se giró con el puño cerrado, pero no vio a nadie, después noto al peli verde en su izquierda. ¿No se notaba que había sido él no? La morena ahora respiró algo más calmada, aquellos sustos recién levantada no eran nada buenos. Se trataba de Midorima, uno de sus compañeros, tampoco sabía mucho sobre ellos, de modo que era un nombre más, sin embargo había sido el primero en tener interés en una conversación, aunque fuera dándole un susto. De repente empezó a hablarle, le propuso ir a la isla para que no fuera solo y de paso conocerse mejor, ya que eran compañeros de la misma banda. La corsaria sonrió de forma amable, su rostro era dulce y calmado, asintió tranquilamente y le respondió con un tono de voz suave y calmado mientras entrecerraba los ojos de manera tranquila.
- ¡Muy bien! Me apunto entonces Mido-kun.
Dijo simplemente con alegría, de repente una leve brisa de viento llegó hasta ellos, por el aire se movía algo, parecía ser un cartel o algo así. Este estuvo revoloteando hasta caer justo en el suelo de la cubierta, la morena lo tomó despacio comenzando a mirarlo de forma tranquila, segundos después quedó algo impresionada. No era posible, se traba de un cartel dónde aparecía ella, encima con una recompensa de unos 25.000.000 Berries, seguramente por escapar del Contra-Almirante peliblanco de aquella isla. No podía creerse que su cabeza ahora valiera dinero, eso la asustó un poco, la verdad es que de no ser por aquel almirante de las vendas, seguramente ella habría acabado muerta. Ahora dejó el cartel en el suelo y pegó un suspiro mientras se llevaba las manos a la cabeza y negaba varias veces. La verdad es que no estaba acostumbrada a eso, esperaba no ser atacada, pues no le gustaba mucho el combate, aunque si debía hacerlo, lo haría. Por el momento miró a su compañero cruzándose ahora de brazos y hablando en un tono calmado.
- No veo justo esto, pero supongo que ahora mi cabeza también vale dinero. Deberé tener cuidado, bueno salgamos cuando quieras.
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Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
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Midorima no pudo evitar soltar una risita al ver la reacción de Hinori. Suspiró tranquilamente mientras escuchaba que si aceptaba salir a recorrer la isla con él, sintió como es que el viento soplaba trayendo consigo mismo un cartel de Wanted, Shintaro no le dio mucha importancia mientras su nakama lo recogía, al parecer era una mala noticia ya que lo tiró al suelo y empezó a negar con la cabeza, el peli verde de curioso lo agarró del suelo mientras escuchaba a su nakama, todo indicaba que tenía recompensa ¿Cuánto? No tenía idea, hasta que vio aquel wanted…increíble, Hinori valía 25 millones de berries, una cantidad increíble para ella…al parecer su nakama tenía variadas sorpresas.
Tranquila, dudo mucho que en esta isla nos metamos en problemas graves. Y si nos metemos, pues simplemente ganaremos, bien vamos.
Mencionó con una sonrisa tranquila, sin más sin esperar alguna respuesta saltó del barco, era una altura quizás considerable pero no importaba, cayó de pie y con ambas manos en el bolsillo, suspiró de nuevo mientras ahora observaba la villa con interés, la había visitado hace ya mucho y sabía que la fuerza militar no iba a ser suficiente para vencerlo, y más si ahora, estaba con Hinori quien por su recompensa aparentaba ser fuerte, quizás meterse en problemas y analizar su poder actual de pelea sería interesante, quería ver que tan fuertes eran sus nakamas y no había alguna otra forma, pelear con ella sería quizás otra alternativa pero era muy arriesgada, Midorima de vez en cuando no lograba controlarse, aunque bueno, ya vería que hacer para ver el poder de su nakama, por lo demás, primero quería comer algo, llenarse de energías para seguir explorando la isla, sin más miró a Hinori que ya estaba cerca y le dijo.
Bien, vayamos a comer algo primero, yo invito.
Sin más empezó a caminar, quizás rezando porque Hinori comiera poco, no tenía demasiado dinero como para pagar un gran banquete, tampoco es que quisiera uno pero ya vería, caminaba despacio para que su nakama no tuviera problemas en seguirlo. Aparte miraba cada sitio buscando algo entre elegante y moderno, y que se viera barato. Era un pirata después de todo y la banda estaba muy pobre, al final encontró uno, le apuntó a Hinori el sitio y al final entró, estaba casi vacío Genial, puede servir. pensó mientras se sentaba en una de las últimas mesas, suspiró mientras esperaba a su nakama, se sentó con ambos brazos cruzados y se quedó en silencio, no es que fuera un buen hablador. Por unos segundos cerró sus ojos, luego los abrió con calma mientras notaba que su nakama al fin había llegado.
Oye Hinori…¿Por qué eres pirata?
Le cuestionó sin preámbulos, quería saber su razón de ser pirata, el porqué elegir esta vida tan difícil y complicada. Esperó en silencio su respuesta, mientras notaba que la gente lentamente empezaba a llegar al restaurant, y entre ellos, un pelotón de unos seis marines…al parecer esto se iba a poner interesante, ambos tenían recompensa por su cabeza y solo esperaba que ellos no se dieran cuenta de su presencia.
Hinori, no te alarmes pero hay seis marines, están cerca de la puerta. Actúa normal, ambos tenemos recompensa, así que solo mantengamos un perfil bajo.
Susurró despacio y en un tono serio, lo había dicho despacio únicamente para que su nakama lo escuchara, sin más volvió guardó silencio mientras de vez en cuando de reojo miraba a los marines. Esperó respuesta de Hinori, y quizás, poder comer de forma tranquila…o por lo menos, no tener que correr mientras comía, sea como sea, solo quería saciar su hambre.
Tranquila, dudo mucho que en esta isla nos metamos en problemas graves. Y si nos metemos, pues simplemente ganaremos, bien vamos.
Mencionó con una sonrisa tranquila, sin más sin esperar alguna respuesta saltó del barco, era una altura quizás considerable pero no importaba, cayó de pie y con ambas manos en el bolsillo, suspiró de nuevo mientras ahora observaba la villa con interés, la había visitado hace ya mucho y sabía que la fuerza militar no iba a ser suficiente para vencerlo, y más si ahora, estaba con Hinori quien por su recompensa aparentaba ser fuerte, quizás meterse en problemas y analizar su poder actual de pelea sería interesante, quería ver que tan fuertes eran sus nakamas y no había alguna otra forma, pelear con ella sería quizás otra alternativa pero era muy arriesgada, Midorima de vez en cuando no lograba controlarse, aunque bueno, ya vería que hacer para ver el poder de su nakama, por lo demás, primero quería comer algo, llenarse de energías para seguir explorando la isla, sin más miró a Hinori que ya estaba cerca y le dijo.
Bien, vayamos a comer algo primero, yo invito.
Sin más empezó a caminar, quizás rezando porque Hinori comiera poco, no tenía demasiado dinero como para pagar un gran banquete, tampoco es que quisiera uno pero ya vería, caminaba despacio para que su nakama no tuviera problemas en seguirlo. Aparte miraba cada sitio buscando algo entre elegante y moderno, y que se viera barato. Era un pirata después de todo y la banda estaba muy pobre, al final encontró uno, le apuntó a Hinori el sitio y al final entró, estaba casi vacío Genial, puede servir. pensó mientras se sentaba en una de las últimas mesas, suspiró mientras esperaba a su nakama, se sentó con ambos brazos cruzados y se quedó en silencio, no es que fuera un buen hablador. Por unos segundos cerró sus ojos, luego los abrió con calma mientras notaba que su nakama al fin había llegado.
Oye Hinori…¿Por qué eres pirata?
Le cuestionó sin preámbulos, quería saber su razón de ser pirata, el porqué elegir esta vida tan difícil y complicada. Esperó en silencio su respuesta, mientras notaba que la gente lentamente empezaba a llegar al restaurant, y entre ellos, un pelotón de unos seis marines…al parecer esto se iba a poner interesante, ambos tenían recompensa por su cabeza y solo esperaba que ellos no se dieran cuenta de su presencia.
Hinori, no te alarmes pero hay seis marines, están cerca de la puerta. Actúa normal, ambos tenemos recompensa, así que solo mantengamos un perfil bajo.
Susurró despacio y en un tono serio, lo había dicho despacio únicamente para que su nakama lo escuchara, sin más volvió guardó silencio mientras de vez en cuando de reojo miraba a los marines. Esperó respuesta de Hinori, y quizás, poder comer de forma tranquila…o por lo menos, no tener que correr mientras comía, sea como sea, solo quería saciar su hambre.
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