[Presente // Privado // Bleyd, Etsu] Conociendo al nuevo

Loguetown, el lugar donde se llevó a cabo aquella batalla. No sabía exactamente porqué me encontraba allí, quizá porque a pesar de ser un lugar tan famoso nunca había optado por venir a ésta isla. Puede que solo quisiera ver lo que quedaba del lugar donde murieron los dos reyes de la piratería. No lo sabía, simplemente caminaba.
Arrastraba los pies, levantando una pequeña cantidad de polvo con mi paseo. Allá donde mirase no encontraba nada, solo roca yerma ennegrecida y algún que otro rastro de ceniza. Las corrientes habían limpiado casi por completo lo que antaño fue una isla, solo quedaba la nada. Me sentía sobrecogido, sabía o que había provocado aquello, pero no era nada verlo de primera mano, que simplemente imaginarlo.

El tiempo avanzaba y simplemente seguía allí, sentado en una roca a la espera de que algo interesante pasase, pero ¿el qué? Nada ocurriría, lo sabía, así que en mi mente, acostumbrada a la multitarea, solo tenía ahora espacio para un pensamiento, "bustercall". La destrucción absoluta por parte del gobierno, capaz de reducir una isla a una roca inerte, sin vida alguna y la que probablemente seguiría así durante mucho tiempo. Una idea fugaz pasó por mi cabeza, quizá podría reforestarse la isla y crear algún monumento que recordara lo acontecido, pero solo fue un pensamiento, que enseguida descarté, guardándolo en un lugar de mi memoria.

El sol empezaba ya a bajar, por lo que me levanté, me acerqué al borde del acantilado, a cer la puesta del sol y seguramente partiría tra ésta, ya no tenía nada más que ver allí, simplemente había sido un erro decantarme por aquel yermo lugar, no había nada interesante que llamase la atención y para una mente como la mía ese era de los peores castigos.

El sonido de unos pasos pesados y firmes comienzan a escucharse cada vez mas próximos.
Una figura envuelta en una negra tela que absorbe los últimos rayos de luz del día. Que contrasta con los reflejos del metal bruñido producidos por las piezas de una armadura también negra.
Esta figura se acerca al solitario extraño al pie del acantilado, con una voz firme pregunta.

-¿ Disculpe pero antes de suicidarse podría decirme donde esta la base de la marina mas próxima?.
-Los cretinos que se suponía que me llevarían, no han sido capaces de darme indicaciones, decían que este lugar esta encantado y un montón de sandeces mas.

dicho esto se cruza de brazos esperando la respuesta de su interlocutor.

Un sonido metálico me sobresalta y no tardo en girarme para encontrarme con un hombre que me dice que antes de suicidarme le indicase el cuartel de la marina más cercano, ya que los que le llevarían de regreso se marcharon aludiendo a un supuesto encantamiento del lugar.
Lo miré sorprendido, no me había percatado de que hubiese nadie más allí, quizá me deje llevar por el encanto del lugar y no me di cuenta de que había alguien más.

-Esto, no me había dado cuenta de que había alguien más –dije mientras me levantaba para mirarlo -el próximo cuartel está en una isla. Por cierto mi nombre es Etsu.

No sabía si podía fiarme del todo de aquel hombre, es posible que se tratase de algún delincuente en vez de un hombre honrado, por lo que no podía confiar del todo en él. Lo mejor sería ofrecerle llevarlo a la siguiente isla, total, en un barco de la marina no tendría mucho que hacer.

-Puedo llevarte, si quieres –comenté evaluando a aquel hombre.

Parecía que mi interlocutor estaba muy sumido en sus pensamientos para no oírme llegar, en ningún momento había intentado pasar desapercibido. De todas formas la información de que el cuartel estaba en la siguiente isla fue muy relevante.

- Encantado señor Etsu, yo soy Bleyd, Bleyd Master. Acepto gustoso y de buena gana vuestro ofrecimiento de llevarme a la siguiente isla. Respondí de buen grado y amablemente.

Mas me gustaría saber como vamos a ir no he visto ningún barco en las cercanías ¿lo tenéis oculto tal vez, o por otro lado esperáis transporte?.


Mientras hablaba me dedique a examinarlo con la mirada no parecía agresivo ni entrañar ningún peligro.
Lamentablemente las cosas que parecen mas dóciles y confiables a menudo son las mas peligrosas.

- Aunque lamento deciros que si esperáis un pago no dispongo de dinero alguno,  Pero si unos brazos y una espalda fuerte.

Intente una sonrisa genuina pero hasta yo note mi cara avergonzada.

Bleyd Master, durante un instante busqué ese nombre en mi cabeza, pero no aparecía. Había memorizado todos los carteles que el gobierno había sacado hasta la fecha, los nombres de los altos cargos de la marina, las personas más influyentes de éste mundo. La información era poder, y gracias a mi fruta y las habilidades secundarias que me proporcionaba, como la memoria eidética (memoria fotográfica), no tenía problema en manejar ingentes cantidades de datos.

-Habrá que esperar un poco al barco –dije sacando un den den mushi del bolsillo -aquí Etsu Shiro, CP7, me dirigiré hacia vosotros.

Dicho esto último hice un movimiento a Bleyd para que me siguiese. Bajé por la roca y llegué a una playa de arena quemada, en ella descansaba un bote, el cual movía hasta el agua, me subí en él e invité a mi nuevo compañero a hacer lo mismo.

-Habrá que esperar unos minutos hasta que lleguemos al barco –dije mientras la barca empezaba a moverse aparentemente sola pero no creo que haya problema.

Gracias a mis habilidades no tenía necesidad de usar los remos, simplemente arrastraba la pequeña embarcación por la superficie del mar. La visibilidad, sin sol era bastante limitada, por lo que abrí un bote en del tamaño de un cubo de fregar, en su interior había un líquido aceitoso y flotando sobre él diversos trapos blancos. Elevé uno y lo compacté, dándole forma de esfera, luego lo toqué con la punta de mi katana y el paño inmediatamente prendió.
Hice lo mismo con otros dos y los coloqué, uno en el centro de la embarcación, sobre nuestras cabezas y los otros dos, cada uno en un extremo. El fuego nos alumbraría y nos identificaría ante el barco de la marina.

-Bueno, ¿qué te ha llevado a visitar lo que fue Loguetown? –dije como si lo que acababa de hacer fuese lo más normal del mundo.

Me pregunte que seria ese de CP7 durante unos instantes lo justo para ver que no me importaba en lo mas mínimo. Seguí a Etsu hasta un bote en la playa de quemada arena, acepte su invitación y subí al bote colocándome lo mas centrado posible, por desgracia el pobre bote estaba bastante desequilibrado y la esquina opuesta a mi, donde se encontraba Etsu se elevaba del agua.
Cuando observe como levitaba los trapos ardiendo comprendí las historias de fantasmas, desde lejos  tendríamos el aspecto de un maldito fuego fatuo.

Antes de poder preguntarle sobre como su katana prendía fuego a las cosas me pregunto el motivo de mi visita a la isla. No teniendo nada que ocultar considere apropiada su pregunta después de todo me estaba llevando sin conocerme.

-Realmente no era mi intención llegar a Loguetown, pretendía arribar a la base de la marina mas cercana en busca de trabajo, siempre hay cosas que hacer para la marina y en estos tiempos un trabajo honrado es siempre bien recibido.

Sentía curiosidad por su katana y pose mis ojos en ella, no era mi estilo de arma demasiado fina y elegante sin suficiente resistencia y fuerza para un mamotreto como yo que solo sabe dar cuchilladas a diestro y siniestro, aun así siempre es bueno contemplar un trabajo artesano como es una espada de categoría.

El bote se movía con serenidad por encima de las oscuras aguas del mar. El fuego apenas iluminaba unos metros, pero desde lejos si que seríamos un objetivo fácil de divisar. Blyed me dijo que su objetivo era trabajar para la marina, no era mala opción para ganarse la vida.

-Si quieres trabajar para el gobierno tienes varias opciones, la primera pertenecer a la marina, le segunda al CP y la tercera cazar piratas para ellos -dije con calma mientras nos acercábamos al buque -te recomiendo el CP, somos pocos, pero tenemos nuestras habilidades especiales.

Finalmente llegamos al barco de la marina, nos alumbraron con un foco para reconocer nuestras caras. El hombre que estaba a cargo habló con otro, que desapareció corriendo, seguramente para comunicar la presencia de Bleyd. un minuto más tarde, un hombre de más rango vino hacia nosotros, nos miró desde lo alto del buque.

-Agente Shiroi, ¿quién es ese hombre? -preguntó con voz calmada.

-Bleyd Masters, busca una base de la marina para encontrar trabajo -respondí al oficial -yo me haré cargo de él, por si ocurre algo.

El oficial asintió y desapareció tan rápido como había venido, miré a Blyd y le invité a subir. Levité hasta lo alto del barco y luego le arrojé una escalera de cuerda, esperando que pudiese subir sin problemas. Hundí las bolas de tela en el agua y luego las arrojé a la barca, que tras subir Blyd subiría hasta la cubierta del buque.

-Bien, pues esto es un barco de la marina. Esta noche seguramente la pasemos aquí -dije empezando a andar hacia una puerta -creo que cualquiera de lso camarotes libres puede valerte.

Aquel hombre me abría un pequeño abanico de opciones que comente despacio.

- Ingresar en la marina, dudo que me gustara soy un espíritu libre, no podría quedarme en un sitio donde no hay jaleo ni bronca.
Por no hablar de que la disciplina no es lo mio soy prácticamente incapaz de seguir ordenes en medio de un combate, el CP no se lo que es si te soy sincero y cazar otras personas no es mi estilo, ademas arrastrar cadáveres es muy asqueroso. mi estilo es defender posiciones de un ataque o estar a la cabeza de uno.

Escuche como Etsu era llamado agente Shiroi. puede que fuera su apellido, pero tampoco pretendía ofender a mi anfitrión curioseando en su intimidad. Continué maravillandome con su espectáculo de levitación, hasta que una escala de cuerda descendió del barco, subí por ella sin demasiada prisa no tenia ganas de un baño y el acompañamiento de las risas de los marineros, una vez en el barco Etsu me ofrecía un camarote.
Opte por aceptar seguramente en cubierta no hiciera nada mas que molestar a la tripulación.

-Acepto gustoso y de buena gana tu amable ofrecimiento, no me gustaría molestar a la tripulación. muchas gracias.

Dicho esto le acompañe por la puerta en dirección a los camarotes.

La puerta se abría a un largo pasillo en el que había muchas puertas, las primeras eran mayores y eran metálicas, al igual que el resto del barco. Cuando terminaba el pasillo, se abría una estancias, con acceso a varios sitios. Una puerta pintada de blanco, con ojos de buey a cada lado indicaba el acceso a la cocina. Al lado, pero de madera había una en la que ponía en letras negras "cafetería". En frente había una metálica abierta en la que ponía "baños y aseos" y finalmente al lado de ésta salía otro pequeño pasillo, que llevaría a los dormitorios, me adentré por aquel nuevo pasillo.


-El CP, es la Cipher Pol, la oranización especializada del gobierno -comenté ahora que nos habíamos quedado solos -nos especializamos en obtener información, en la infiltración o el asesinato. También tenemos una jerarquía, pero siempre podemos elegir trabajar en solitario.

El nuevo pasillo estaba inundado de puertas de color azulado, en as que había un número en ellas. Me dirigí hacia el número 73, y la abrí. El interior contaba con un pequeño escritorio, una cama y una ventana circular que no podía abrirse. Era bastante reducido, pero siempre era así, había que maximizar el espacio.

-Este está libre, puede disfrutar de él -dije invitándole a entrar, luego continué con mi conversación anterior -lo que te iba diciendo, el CP trabaja para el gobierno, pero de manera más eficaz de la marina. Mientras que ellos buscan la calidad, nosotros la calidad, de ahí nuestro reducido número en comparación con los marines. Pero ya no puedo decirte más, porque entraría dentro del secreto de la organización.

Salí del pequeño cuarto, no tenía nada que hacer ya allí, tenía hambre y quería comer un poco antes de irme a la cama, pero antes tendría que darme un baño. Me coloqué en la puerta y me giré de nuevo hacia Bleyd.

-¿Necesitas algo más o vamos a comer? -pregunté sonriendo.

-Si por que no vamos a comer un poco antes de dormir.

Abrí la puerta y salí al pasillo.

-¿ A la cafetería verdad ?

Dije mientras leía las puertas intentando encontrarla.

- De todas formas me has dejado impresionado ahí fuera, esa forma de hacer levitar las cosas es muy practico.
sonreí al tiempo que hablaba
- Estará bien comer caliente por una vez,¿ sabes que hay o vamos un poco a la aventura?.
mira al final hemos llegado y no me he perdido, no esta mal para ser la primera vez que vengo, muy bien despues de usted mi honorable anfitrion

Le cedí el paso a mi compañero a la cafetería y espere a que entrara para seguirlo.

Dijo que si, que debíamos comer un poco antes de dormir mientras salía al pasillo conmigo, preguntó que si a la cafetería, cosa que era obvia, por lo que asentí con un gesto de la cabeza. Seguí por el pasillo, de vuelta a la cafetería mientras alababa mi habilidad d levitación, era el primero, que en realidad se paraba y la alababa. Sonreí un poco antes de volverme a girar hacia él.

-Es solo una akuma no mi, nada que no pueda tener cualquiera –comenté tranquilamente mientras me paraba frente a una puerta con el número 35, la abrí y entré un momento -si no te importa no poder nadar, las akumas no están tan mal. Me pasaré por el baño antes de cenar, tu puedes hacer lo que quieras.

Salí del camarote y seguí andando hasta llegar a la sala amplia en la que se podía acceder hacia los baños y la cafetería. Me dirigí hacia los baños, pues había cogido una muda y dos toallas, una para el cuerpo y otra para el pelo.

-Adelantaté si quieres y ve comiendo, o date una baño antes, como prefieras –dije internándome en los baños.

No eran unas estancias muy grandes, solo entrabas y se dividían en dos, uno con un cartel para mujeres y el otro para hombres. Entré en el de los hombres, había unos urinarios contra la pared, unas duchas en hilera y en el fondo, encasillados en paredes metálicas con puerta, los retretes. Me desvestí, dejé la ropa y las toallas en un banco, frente a las duchas, y me metí bajo una.
El agua salía caliente, me gustaba el agua bastante caliente, me relajaba y me ayudaba a sentir una sensación de limpieza. Por el rabillo del ojo, vi un extraño movimiento blanco, me giré para ver como Houkou poco a poco iba adquiriendo su forma. De repente un enorme perro blanco de 3 metros con cinco colas me estaba mirando. Empezó a gemir de forma lastimosas.

-Está bien… –dije abriendo con mi habilidad la ducha más alejada de mi -pero te vas al fondo, que luego me pones todo perdido.

Houkou soltó un ladrido de alegría y se fue corriendo hacia la ducha, empezó a pasar corriendo bajo el chorro y cuando se aburrió, comenzó a revolcarse en ella. Salí de la ducha, me sequé y comencé a vestirme sin quitarme la toalla del cabello. Houkou se encontraba ya a mi lado, sentado sobre sus patas traseras y ladeando la cabeza, atento a lo que hacía. Cerré de nuevo la llave de la ducha y lo miré expectante. Mientras se levantaba y se ponía de frente, con los ojos cerrados.

-Si, vale, voy –dije mientras empezaba a lanzarle un chorro de aire para secarlo -hala ya estás limpio y seco, ¡vámonos!

Extendí la mano a la espera de que volviese a transformarse en una katana, pero como no quiso, me di la vuelta, cogí la ropa y la toalla y salí de nuevo hacia la cafetería.

-Perdona la tardanza –comenté mientras me quitaba la toalla del pelo y envolvía la ropa con ella, luego se la ofrecí a Houkou -llévatela a la habitación, si vuelves, te daré un buen filete.

Dicho aquello, el enorme animal salió corriendo por el pasillo, moviendo las cinco colas a la vez.  Miré de nuevo a Bleyd y me adentré en la cafetería.

-No sé qué habrá hoy –dije inspirando los olores de la cafetería. Ahora ya sabía lo que había, al menos en parte, pues mi cerebro había analizado los olores -¡pollo!, ¿te gusta el pollo al horno? A mi Houkou le encanta

Dicho aquello me adentré en la cafetería, cogí una bandeja, y puse dos raciones de pollo en ella, dos vasos de agua, un plato hondo vacío y un pedazo de pan. Luego miré y vi a Bleyd, por lo que me dirigí a su mesa, donde me senté y coloqué un plato con el pollo en el suelo y vertí un vaso en el plato hondo, a la espera de que Houkou volviese.

”Tochopost”:

Ve comiendo, maravillosas palabras. Apenas el desapareció en dirección a los baños yo camine a por una bandeja y me serví. ni siquiera me fije bien que cogía, hacia mucho tiempo que no era exquisito con la comida comer caliente ya es suficiente y un verdadero placer.

al cabo de un rato entre plato y plato Etsu reapareció con una toalla en la cabeza y un perro lanudo al cual le entrego la toalla y su ropa.

Me pareció oírle decir algo de pollo, pero absorto como estaba en la comida no le preste mucha atención.
Como ya había terminado decidí repetir y sentarme a su lado ya que me apetecía achuchar un poco a su perro que parecía muy simpático.

- Tienes una bonita mascota, ¿como se llama?.
Le pregunte.

Mientras tanto me preparaba un buen cacho de pan relleno de pollo.

Bleyd estaba preparándose un bocadillo de pollo, parecía tener hambre. Yo en vez de eso usé el cuchillo y el tenedor para partir un pedazo y llevármelo a la boca. Bleyd se había fijado en mi mascota y me preguntó que cómo se llamaba.

-Yo lo llamo Houkou a falta de un nombre mejor -dije tras tragar -empecé a llamarlo de otras formas, pero a penas me hacía caso. Cuando vi su dibujo en un libro y lo llamé por ese nombre se puso la mar de contento.

Houkou volvía ya por el pasillo, sus zancadas se escuchaban y llamó la atención al entrar en la cafetería. No era normal encontrarse con un perro de tres metros y cinco colas. Houkou se acercó a mi y se sentó en el suelo a comerse tranquilamente el pollo que le tenía preparado, sin hacer más ruido del necesario para masticar.

-En realidad es una espada, solo que asimiló una fruta -dije tranquilamente mirando al enorme animal -es un buen compañero.

Tras terminar de hablar me llevé otro pedazo de pollo a la boca, la verdad es que era agradable conversar con aquel hombre, esperaba encontrármelo en otros lugares.

-¿Qué te parece lo que has visto hasta ahora, interesado en unirte al gobierno? -pregunté prestándole atención.

Mientras Etsu habla yo me acerco al perro y le apapucho acariciándole la cocorota y el lomo mientras le digo.

- Houkouuuuuu quien es un perro grande gordo y bonitoooooooo. Tuuuu claro que siii. Me encantan los animales así de grandes, adorables, estrujables.

Sonrio feliciano mientras me vuelvo a sentar y no continuo montando la escenita.

- Bueno todo esta muy bien es muy bonito pero la verdad es que aparte de trabajos esporádicos no podría responder a lo que se esperara de mi. Indisciplinado y pendenciero como soy me harían un juicio de guerra a la semana. ademas tengo la mala manía de mandar a paseo a todo el que me contradice. No la verdad no seria un buen subordinado y mucho menos un buen mando, estaríamos todo el día de fiesta en el bar.

Ademas que supongo que no se permiten tratos con gente fuera de la ley.

En este mundo existe demasiada gente que necesita ayuda que no le puede dar el gobierno.
Ya sea por que no puede entrar en donde están los problemas o le importa un pimiento lo que ocurra.
En esos momentos es cuando entro a jugar yo, ya que cuando no tienes nada no tienes miedo de perderlo todo.
Así puedes meterte en unos fregados de escándalo y armar un buen jaleo. No se si me explico.

je je ...

Me reí forzadamente después de meterle al pobre Etsu una perorata de mis tonterias

Bleyd se había levantado a acariciar a Houkou como si d un cachorro se tratase, algo que de no haber estado yo presente le hubiese costado como mínimo una mano y como máximo despertar la ira del animal.

Luego volvió a sentarse y empezó a contarme que él nunca podría trabajar para el gobierno porque era una persona demasiado indisciplinada y que no podría acatar órdenes con facilidad, pues saltaría con algo contra el que se la diese. Por último comento que en el mundo existía demasiada gente que necesitaba ayuda a la que el gobierno no podía ayudar, no podía estar más de acuerdo con aquel hombre, además dijo que así podría armar jaleo.

-Bueno, en caso de que no puedas seguir órdenes con facilidad, lo mejor es que no entres a formar parte de las fuerzas del gobierno -dije reconociendo que tenía razón -además siempre se puede hacer mucho bien desde fuera de él. Eso si, como te metas en líos yo iré por ti personalmente.

Tras decir aquello volví a meterme otro pedazo de pollo. Houkou me miraba, ya había terminado su parte, por lo que le arrojé una hogaza de pan, que devoró con prisas. Volvió a mirarme, agitando las colas como si quisiese más.

-¡No te voy a dar más! -dije en tono serio, haciendo que Houkou me gruñera antes de volver a ser una espada y caer al suelo -a veces me saca de quicio...

Me agaché para recoger el arma y colocarla sobre la mesa, seguí comiendo, como si eso fuese lo más normal del mundo.

Me tome un poco a risa el comentario de que vendría a por mi. Aunque oculte mi sorpresa bastante bien al ver como el gran perro achucha ble se transformaba en la katana de Etsu, parecía una de esas cosas a las que nunca te podrías acostumbrar

-Oh, siendo así tendré que portarme bien, no me gustaría que el gran Etsu y su fiel compañero vinieran a darme una lección de buenos modales, Así pues brindemos. Por una buena salud un buen viaje y por los amigos que puedes encontrar en donde menos te lo esperas. Aunque con agua dicen que trae mala suerte, tengo aquí un poco de licor ¿eres lo bastante hombre para probarlo?

Sonreí picaramente mientras ponía delante de el una botella de medio litro y un par de vasitos de chupito tallados en madera.

-Te aviso que es muy muy fuerte, si te lo tomas es por tu cuenta y riesgo.

Serví un vaso y puse la botella delante de el mientras me llevaba el vaso a los labios esperando que se decidiera si atreverse o no

Sonreí al escucharle que no quería que Houkou y yo le diésemos una lección de buenos modales. Y luego propuso un brindis, por la salud, los viajes y los amigos en general. Pero tenía razón, con agua decían que daba mala suerte brindar. Sacó una botella de licor, se sirvió un poco y la puso en la mesa por si quería echarme. Desde allí ya me olía el alcohol, la cogí y la tapé con delicadeza para acercársela nuevamente.

-Siento ser desagradecido, pero no tomo nada que embote mis sentidos -dije con tranquilidad -y l alcohol lo hace. De todas formas gracias.

Levanté el vaso de agua, haciendo un brindis y bebí hasta terminármelo todo. La suerte era algo que no me preocupaba, por el mero hecho de que no existía. Llamamos suerte a una serie de acontecimientos, buena si dichos acontecimientos nos aportan un beneficio o mala si nos aportaban un prejuicio.

-Bueno, pues creo que mañana nos separaremos -dije dejando el vaso sobre la mesa, le tendí la mano -esero que volvamos a encontrarnos nuevamente, Bleyd Masters.

Dicho aquello eché mi silla hacia atrás, me levanté y recogí al Houkou el cual estaba algo frío, cosa de sus enfados. Me daba igual, mañana seguro que estaría como siempre, era lo bueno de que fuese un perro, no podía pasar mucho tiempo sin que le hiciese caso.

-Me voy a dormir, ¿te quedas un rato más o también te vas a la cama? -pregunté conteniendo un bostezo.

- No hay problema a tu salud Etsu.

Me bebí de un trago el chupito de licor, este comenzó a abrasarme la garganta mientras el fuerte sabor inundaba mis sentidos, puse el vaso en la mesa mientras contenía un impulso de soltar fuego por la boca.

Estreche la mano que Etsu me tendía.

-La verdad ha sido un placer y has sido un magnifico anfitrión, si alguna vez necesitas mis servicios sera un placer trabajar para ti.

Vi como Etsu recogía a su apapuchable perro y se marchaba,  Cuando me pregunto si me quedaba nege rápidamente había sido un día largo.

-  Iré a dormir también mañana sera otro día muy buenas noches para ti.

Salí de la cafetería y me dirigí a la habitación de la que partimos con ganas de un buen sueño, a la mañana siguiente ya me ducharía .
Entre en la habitación y cerré la puerta para tirarme encima de la cama poniendo mi espada al lado cual amante cariñosa.