[Pasado][Privado][Maximilian - Haku -JesaiX] Buscando lo más delicioso de la vida

Pocos días antes que me aventurara en mi nuevo destino, había estado vagando de lugar en lugar tratando de buscar algo bueno que hacer. Llegó a mis oídos el nombre de Zaren, un lugar donde se vendían los más exquisitos postres y dulces que se podría imaginar. Sin dudarlo, comencé mis planes para dirigirme a ese lugar. No tenía mucho dinero para pagar algún barco lujoso o alguna embarcación de buena calidad que me brindara una travesía tranquila y sin problemas, así que la única  solución que me quedo es embarcarme en un viejo galeón de comerciantes que constantemente era atacado por piratas. Los pocos hombres que podían defenderlo estaban débiles y delgados o eran muy jóvenes o muy viejos para luchar en combate más. Yo acepté el trabajo como parte de ellos y me hice amigo de un muchacho de 13 años que ayudaba a limpiar la cubierta. El chico era bastante ágil e iba de acá para halla con sus escobas y trapos, manteniendo la cubierta a salvo de los vómitos de hombres y excrementos de aves que amenazaban con hacer sentir mal a toda la tripulación.

Afortunadamente el viaje fue muy tranquilo, salvo por la situación algo tensa que viví cuando un buque de la marina nos abordó y tuve que vestirme con ropas diferentes a las que traía, para no ser tan sospechoso. El vigía nos avisó luego de algunos días de viaje que la isla de Zaren estaba muy cerca. Corrí a la cubierta para tener la vista de aquella isla tan maravillosa para mí.

-Esperó que sea cierto lo que me han dicho – dije algo emocionado

El chico que limpiaba las cubiertas me miró y me sonrió. Estaba claro que mi rostro tenía una expresión de impaciencia y emoción. Anclamos en el puerto y ayude a descargar la mercancía  que había traído el galeón. Me dieron algunas monedas y me despedí de todos.

Llebaba ya cuatro dias en una poblada isla llamada Zaren. No me encontraba alli por ningun motivo en particular, asi que durante mi estancia alli me dedique a hacer turismo, conocer gente y a comer. Me hospedé en un hostal a las afueras de la ciudad mas cercana al puerto. Era un sitio humilde donde te dejaban un calido sitio donde dormir por unas pocas monedas, justo lo que yo buscaba ya que me pasaba todo el día fuera.                                                                                            

Era el momento de seguir con mi viaje hacia ninguna parte, por lo que, tras dar las gracias a la amable pareja anciana dueña del hostal, me diriji al puerto para ver que barcos zarpaban en las proximas horas y hacia donde, ademas tenia que negociar el precio, pues casi todo el dinero que tenia me lo habia gastado en los tan deliciosos como famosos postres de la zona.

Se podía sentir la brisa marina en todo el lugar y el olor a agua salada me producía algo de nostalgia, ya que a pesar de haber despedido solo unos minutos antes de aquella alegre tripulación que me había traído hasta la isla. Un grupo de marine llegaba caminando en mi dirección y tuve que agachar la cabeza para no tener ningún problema con ellos. Pasaron por mi lado y afortunadamente ninguno sospecho de mí. No era el hecho de que fuera muy conocido pero solo quería ser precavido con los soldados del gobierno que vigilaban el puerto aquella mañana. Mirando hacia atrás para asegurarme que ningún se alertaba por mi presencia, vi como los hombres del barco donde había llegado, se esforzaban para descargar cajas bastante grandes llenas de la mercancía valiosa. Sonreí al verlo ya a una mayor distancia de donde estaba.

-Parece que necesitan ayuda para descargar esas cajas, grrr pero quiero ir a probar los dulces – dije refunfuñando la pensar en echarle una mano a esos hombres – qué más da, solo será un momento

De pronto algo llamó mi atención. Mientras miraba a el barco de a lado y luego recorrí con la mirada el resto de puerto, mis ojos se quedaron fijos ante una figura peculiar. Vestía con un pantalón negro y una chaqueta de color azul, una espada en la espalda y a los lados el mango de 6 espadas sobresalían de su cintura.

-¿Un Gyojin? ¿Con 7 espadas?

Pude verle la cabeza con ojos penetrantes parecía buscar algo. Era la primera vez que veía uno y me quede muy sorprendido por intentar saber cómo podía dominar aquel juego tan abundante de espadas.

-Me preguntó, ¿Se molestara si me acercó? – pensé mientras seguía mirándolo con algo de interés

Me encontraba de camino al puerto. Hacia un día maravilloso, soleado y con la brisa entrando desde la costa. Era bien entrada la mañana por lo que las tiendas ya estaban abiertas y las calles a rebosar de ciudadanos, turistas y mercaderes de otras islas. Estaba envuelto en mis pensamientos cuando, sin darme cuenta, llegue a puerto. Allí la brisa era más fuerte, una sensación que siempre me había gustado, junto el olor a mar y el movimiento de los mercaderes.
Había barcos llegando y yéndose, cargando y descargando todo tipo de mercancías. Conforme andaba me encontraba a los mercaderes cargando sus productos, regateando precios y discutiendo. Finalmente me dispuse a preguntar a los mercaderes que me encontraba paseando por puerto hacia donde seria su próximo viaje y cuando lo harían. Algunos a los que pregunte se iban a quedar durante un tiempo en la isla, un par tenían que arreglar el barco y no sabían cuanto tardarían en tenerlo listo y unos pocos no se fiaban de mi por el hecho de ser un Gyojin, no negare que no me sorprendí por tal respuesta, ya que a los Gyojins les pasa como a los humanos, no todos somos malos.  

Seguía andando y conforme preguntaba me pasaba más de lo mismo `` ¡Que mala suerte la mía! ´´. Estuve a punto de conseguir que un buen hombre me llevara en su barco, pero para mi desgracia, no tenia suficiente dinero. Tras un rato deambulando por la zona me llamo la atención un tipo que vi, siendo más concreto, era un Gyojin, aquel Gyojin se encontraba charlando con un hombre de oscura melena, pensé que eran dos mercaderes por lo que me acerqué  si alguno me podía llevar en su barco.
-Perdonad, busco un barco que me pueda llevar, el destino me es indiferente, ¿alguno tendría un hueco para mí en su barco? Podría trabaja durante el viaje si es necesario.- Tenia que venderme bien para que alguno me aceptara, pues estaba cansado de buscar a alguien que me llevara.

El Gyojin se dio cuenta de que me le había quedado mirando y se acercó a mí. Era un ser bastante peculiar y  mientras mordía una manzana me hizo una pregunta que me tardé en contestar.
 
- Buenos días melenudo, ¿qué es lo que transportáis en esas cajas tan pesadas? –
 
-No lo sé – le respondí mientras miraba sus 6 katanas – tal vez algo valioso – dije sonriendo
 
No quería parecer agresivo ni descortés pero era casi imposible que no me sintiera algo interesado en aquel Gyojin. Luego de unos momentos, otra voz se unió a nuestra conversación y para mi sorpresa era otra Gyojin. El recién llegado pregunto por un barco disponible y ofreció sus servicios a cambio de un buen transporte.
 
-Debe haber algunos libre por aquí – dije con amabilidad – pregunta a los hombres que descargan las cosas
 
Al terminar de decir eso, un ruido estremeció todo el lugar. Sentí como  si mi cuerpo flotara por un momento en el aire para luego caer bruscamente de cara al suelo de madera. Mi cabeza estaba aturdida y mi visión borrosa, algo malo había pasado. Me giré y aun en suelo busque con la mirada la razón de lo que había sucedido. Dos barcos que estaban separados por unos cuantos metros, se incendiaban rápidamente. Una niebla espesa de humo gris no me dejaba ver bien pero noté que ya no estaba en el lugar donde había estado hablando con los gyojins. Estaba unos metros hacia atrás lo cual me daba entender que había sido lanzado por los aires por una extraña explosión.
 
-Que ha pasado aquí – dije mientras trataba de ponerme en pie
 
A mi alrededor no habían muchas personas pero poco a poco el muelle comenzó a llenarse de gente que gritaba y tenían en sus rostros expresiones de angustia y confusión. Había gritos por todos lados y cuando pude darme cuenta, por una calle principal, una gran tropa de marines se acercaba corriendo.
 
-Ah, no otra vez, debo largarme de aquí lo más rápido que pueda – pensé, mientras buscaba con la mirada algún lugar por donde huir.

Me puse de pie lentamente mientras veía el cuadro desgarrador de frustración y pánico que había en el muelle, gente corriendo de aquí para allá, gritos y más gritos. La gran tropa de marines se acercaba con gran velocidad y me escabullí lo suficientemente rápido como para librarme de ser arrestado por sospecha de un atentado en el muelle. Caminé por un callejón oscuro tratando de encontrar alguna salida lejos del puerto cuando una voz fina me susurró algo. No vi a mi interlocutor y cuando me giré un rostro apareció frente al mío.  

-No,no,no preguntes, sígueme – una anciana con muchas arrugas había aparecido frente a mi

La seguí hasta llegar a una vieja casa de madera. Entramos y ella cerró la puerta. Unas manos fragiles y delicadas aparecieron entre las sombras para luego darse a conocer una joven bastante simpatica que acompañaba a la anciana en ese lugar. La anciana me explicó que ella era su nieta y que era su costumbre ayudar a los viajeros que estuvieran en problemas. Algo sorprendido por aquello no me hice más problemas y deje que atendieran mis heridas. Gracias a ellas pude bien librado de lo que paso en el muelle y por la mañana del día siguiente buscar un bote abandonando donde poder subirme y alejarme de la isla.