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Yumiko Mei
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Habían pasado algunos días desde que dejé de lado a la joven peliverde, Neliel y me había dedicado a visitar las diferentes villas de la ciudad. Tras salir de Arlong Park, que ahora era un parque de atracciones, me encontré con la villa Cacoyashi, donde al parecer, las personas habían cambiado bastante en comparación a sus antepasados. Había niños correteando de un lado para otro jugando a ser piratas y marines y además se podía ver gran movimiento por las calles. Las personas no temían a que fueran atacadas y se sentían seguras.
Una niña vino corriendo hacia mi sin mirar y se estrelló contra mi, pocos segundos después se podía ver una mancha de helado en mi falda y una bola de helado en el suelo, pobre niña. Al parecer me había cargado su helado por estar en medio, así que cogí un billete de 100 berries y se lo dí a cambio de su perdón.
-Toma, comprate otro helado, ya lo siento por haber estropeado tu almuerzo.-Dije sonriendo tras ese despiste, aunque más bien era la culpa de la niña por cruzarse conmigo, pero tenía corazón de madre y tratar a una niña mal me parecía vergonzoso e inmoral.
-Gracias señorita y lo siento por haberme chocado.-Dijo sonriendo la niña mientras hondeaba el billete de 100 berries y corría hacia la tienda de helados.
Los ciudadanos seguían sus vidas tranquilos y yo tenía que buscar un lugar para limpiar esa mancha de helado, además de para tomar algo, estaba hambrienta. Me acerqué a la primera taberna que vi y entré. Nada más entrar se podía sentir el olor a tabaco y alcohol en el aire, aunque no era muy fuerte pero estaba presente. Por otro lado, se sentía un olor peculiar, olor a opio, una droga bastante potente y que producía alucinaciones, era normal de encontrarlo en clubes de fumadores, pero esto era una taberna, no me parecía correcto tener que soportar ese olor, pero no había otra opción. Seguí mi camino a la barra y pedí un trapo mojado, además de un tazón de ramen y un cocktail, eso serviría para rellenar mi tripa durante el día que iba a proseguir.
-Una cosa más, si es posible, ¿podría darme también el periódico?-Añadí mirando al viejo tabernero, estaría en sus 80 años y aún así, seguía caminando como si nada, no parecía estar afectado por la edad.
-Ahora se lo traigo señorita, disfrute de los frutos secos mientras tanto.-Dijo el hombre dejando una mirada cálida y con pocos rasgos faciales, no parecía ser un hombre de sonrisas, pero tampoco parecía ser un mal viejo.
Unos segundos después, el hombre trajo el periódico y un gran tazón de ramen junto a un vaso con un líquido verde, el cual suponía que era el cocktail que había pedido. Empecé a comer ramen y mientras lo hacía, abrí el periódico y empecé a hojearlo, al parecer no había nada interesante. Unos segundos después, tomé algo del cocktail, el cual estaba dulce y sabroso y algo hizo aumentar mi curiosidad. Al parecer, un hombre buscaba a varios ladrones que habían atracado su casa y por lo visto, este hombre se encontraba en esa misma villa. Este ofrecía una recompensa por encontrar y capturar a esos ladronzuelos y además, ofrecía algo de sake, eso era perfecto para mi, tendría la oportunidad de probar un nuevo sake y además podría cobrar una jugosa recompensa.
Dejé el vaso de inmediato y me terminé el ramen con mucha prisa, pocos segundos después, salí de la taberna y miré al cielo, estaba soleado y tranquilo, como cualquier verano en el East Blue. Los ciudadanos seguían correteando, aunque ya no había tanto movimiento por las calles, puesto que se encontraban comiendo y algunos durmiendo. Yo sin embargo, empecé a caminar en dirección a la casa de ese hombre que ofrecía la recompensa, una vez llegase ahí, pediría algo más de información y me pondría a buscar a esos ladrones. Quién sabe con que me toparía por el camino a la casa, que se encontraba en la otra punta del poblado, me preguntaba interiormente.
Una niña vino corriendo hacia mi sin mirar y se estrelló contra mi, pocos segundos después se podía ver una mancha de helado en mi falda y una bola de helado en el suelo, pobre niña. Al parecer me había cargado su helado por estar en medio, así que cogí un billete de 100 berries y se lo dí a cambio de su perdón.
-Toma, comprate otro helado, ya lo siento por haber estropeado tu almuerzo.-Dije sonriendo tras ese despiste, aunque más bien era la culpa de la niña por cruzarse conmigo, pero tenía corazón de madre y tratar a una niña mal me parecía vergonzoso e inmoral.
-Gracias señorita y lo siento por haberme chocado.-Dijo sonriendo la niña mientras hondeaba el billete de 100 berries y corría hacia la tienda de helados.
Los ciudadanos seguían sus vidas tranquilos y yo tenía que buscar un lugar para limpiar esa mancha de helado, además de para tomar algo, estaba hambrienta. Me acerqué a la primera taberna que vi y entré. Nada más entrar se podía sentir el olor a tabaco y alcohol en el aire, aunque no era muy fuerte pero estaba presente. Por otro lado, se sentía un olor peculiar, olor a opio, una droga bastante potente y que producía alucinaciones, era normal de encontrarlo en clubes de fumadores, pero esto era una taberna, no me parecía correcto tener que soportar ese olor, pero no había otra opción. Seguí mi camino a la barra y pedí un trapo mojado, además de un tazón de ramen y un cocktail, eso serviría para rellenar mi tripa durante el día que iba a proseguir.
-Una cosa más, si es posible, ¿podría darme también el periódico?-Añadí mirando al viejo tabernero, estaría en sus 80 años y aún así, seguía caminando como si nada, no parecía estar afectado por la edad.
-Ahora se lo traigo señorita, disfrute de los frutos secos mientras tanto.-Dijo el hombre dejando una mirada cálida y con pocos rasgos faciales, no parecía ser un hombre de sonrisas, pero tampoco parecía ser un mal viejo.
Unos segundos después, el hombre trajo el periódico y un gran tazón de ramen junto a un vaso con un líquido verde, el cual suponía que era el cocktail que había pedido. Empecé a comer ramen y mientras lo hacía, abrí el periódico y empecé a hojearlo, al parecer no había nada interesante. Unos segundos después, tomé algo del cocktail, el cual estaba dulce y sabroso y algo hizo aumentar mi curiosidad. Al parecer, un hombre buscaba a varios ladrones que habían atracado su casa y por lo visto, este hombre se encontraba en esa misma villa. Este ofrecía una recompensa por encontrar y capturar a esos ladronzuelos y además, ofrecía algo de sake, eso era perfecto para mi, tendría la oportunidad de probar un nuevo sake y además podría cobrar una jugosa recompensa.
Dejé el vaso de inmediato y me terminé el ramen con mucha prisa, pocos segundos después, salí de la taberna y miré al cielo, estaba soleado y tranquilo, como cualquier verano en el East Blue. Los ciudadanos seguían correteando, aunque ya no había tanto movimiento por las calles, puesto que se encontraban comiendo y algunos durmiendo. Yo sin embargo, empecé a caminar en dirección a la casa de ese hombre que ofrecía la recompensa, una vez llegase ahí, pediría algo más de información y me pondría a buscar a esos ladrones. Quién sabe con que me toparía por el camino a la casa, que se encontraba en la otra punta del poblado, me preguntaba interiormente.
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Me encontraba caminando hacia la vieja casa, cuando de repente vi a un extraño individuo caminando en la misma dirección. Era un joven con una espada de casi su altura a la espalda y que se encontraba comiendo un helado. No sabía como actuar ante aquél tipo y me quedé esperando para ver sus movimientos. Al parecer, nada más encontrar un cementerio, salió corriendo hacia la otra puerta de este y detrás de esta se encontraba la vieja casa. Así que le seguí y observé como se encontraba a punto de entrar. Disparé una flecha al lado de su cabeza, con total puntería, se clavó en la puerta y le cortó varios pelos. Era solo una señal de que no debería entrar, al menos, no solo.
-Hola, no deberías entrar en casas ajenas sin antes llamar. Supongo que vienes por lo mismo que yo, andas buscando a esos ladrones y lo haces para conseguir algo de dinero.-Dije mostrando una media sonrisa mientras caminaba hacia el joven- Podríamos entrar e investigar juntos, es más productivo créeme. La recompensa la repartiremos al final, si es que la hay, no he visto ninguna persona por los alrededores.-Añadí poniéndome algo más seria al hablar de la situación.
El cielo se estaba tornando cada vez más oscuro y las nubes lo empezaban a cubrir. Se acercaba una lluvia y no quería encontrarme fuera cuando esta empezara a descargar el agua sobre el suelo. Era el momento de entrar en la casa y ver que nos deparaba ahí dentro la cosa. Me acerqué a la puerta y cogí mi flecha que se encontraba clavada en esta. La puerta parecía de madera de roble viejo y bastante antigua, no parecía una casa digna para vivir, era más bien, una casa ruinosa y casi destruida.
Toqué el pomo de la puerta y esta se abrió ante el menor movimiento. Un chirrido sonó de las bisagras de esta y se abrió totalmente. Entré a dentro, donde todo estaba oscuro y busqué algo para hacer luz. Al no ver nada, solo se me ocurrió coger una de mis Hollow-Point Arrows e introducirle una bala de luz en su punta. Luego le hice una señal al joven con mi mano de que se girase y disparé la flecha hacia el suelo. Esta chocó contra el suelo y la bala se disparó, un pequeño flash deslumbró mis ojos y luego se iluminó toda la zona, la iluminación era perfecta, parecía casi de día ahí dentro. Eso duraría al menos 15 minutos, o eso es lo que me habían dicho cuando compré estas balas.
-Bien, ahora ya podremos investigar sin preocuparnos por antorchas y otro tipo de fuentes de luz, yo investigaré las dos habitaciones de la derecha, tu puedes investigar el ático.-Dije sonriendo al joven que tenía detrás. Antes de seguir, activé mi haki de observación por si llegara a ser necesario.
-Hola, no deberías entrar en casas ajenas sin antes llamar. Supongo que vienes por lo mismo que yo, andas buscando a esos ladrones y lo haces para conseguir algo de dinero.-Dije mostrando una media sonrisa mientras caminaba hacia el joven- Podríamos entrar e investigar juntos, es más productivo créeme. La recompensa la repartiremos al final, si es que la hay, no he visto ninguna persona por los alrededores.-Añadí poniéndome algo más seria al hablar de la situación.
El cielo se estaba tornando cada vez más oscuro y las nubes lo empezaban a cubrir. Se acercaba una lluvia y no quería encontrarme fuera cuando esta empezara a descargar el agua sobre el suelo. Era el momento de entrar en la casa y ver que nos deparaba ahí dentro la cosa. Me acerqué a la puerta y cogí mi flecha que se encontraba clavada en esta. La puerta parecía de madera de roble viejo y bastante antigua, no parecía una casa digna para vivir, era más bien, una casa ruinosa y casi destruida.
Toqué el pomo de la puerta y esta se abrió ante el menor movimiento. Un chirrido sonó de las bisagras de esta y se abrió totalmente. Entré a dentro, donde todo estaba oscuro y busqué algo para hacer luz. Al no ver nada, solo se me ocurrió coger una de mis Hollow-Point Arrows e introducirle una bala de luz en su punta. Luego le hice una señal al joven con mi mano de que se girase y disparé la flecha hacia el suelo. Esta chocó contra el suelo y la bala se disparó, un pequeño flash deslumbró mis ojos y luego se iluminó toda la zona, la iluminación era perfecta, parecía casi de día ahí dentro. Eso duraría al menos 15 minutos, o eso es lo que me habían dicho cuando compré estas balas.
-Bien, ahora ya podremos investigar sin preocuparnos por antorchas y otro tipo de fuentes de luz, yo investigaré las dos habitaciones de la derecha, tu puedes investigar el ático.-Dije sonriendo al joven que tenía detrás. Antes de seguir, activé mi haki de observación por si llegara a ser necesario.
- Hollow-Point Arrows:
- Se trata de 100 flechas de madera y cola de plumas de color anaranjado y amarillo, con una punta especialmente diseñada para que balas se puedan acoplar en esta.
- Descripción Completa:
- Cada flecha está diseñada de una manera especial. El material de cada varilla está hecho con una madera flexible pero resistente a los golpes por lo que no se doblaran muy fácilmente. La cola de plumas permite que su diseño sea lo suficientemente aerodinámico, haciendo juego con la punta hueca hecha de acero templado, un material lo suficientemente duro para resistir el movimiento, pero no tanto como para así poder impactar y hacer que la bala haga su efecto como si se tratara de una pistola disparándola. Cada punta de flecha además tiene una ínfima dosis de pólvora para accionar la bala ante el impacto.
- Imágen:
- Bala de luz:
- Balas que están echa con la tecnología de los Shichibukai para que contengan luz en su interior. Esta luz es facil conseguirla ya que puedes usar diferentes funcionamientos para conseguirla, el problema es poder meterlos en cada casquillo. Cuando la bala es tocada con alguna superficie o el usuario lo decide manda un potente destello que puede dejar ciego a alguien durante 2 post, o puede iluminar una zona bastante durante 1 post ( el post que se utilizo y el siguiente). Su velocidad es bastante grande por lo que se puede decir que impactara si o si.
- Imágen:
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-Ya siento mi entrada, no esperaba que supieras tanto sobre el asunto de la misión. Perdóneme Thomas, pensaba que su casa es la que tenía problemas. Le ayudaremos a encontrar a los ladrones y no se preocupe, encontraremos información sobre su tío. Mi nombre es Yumiko Mei.-Dije sonriendo, mientras mostraba una cara de pena e inocencia, no quería parecer una mala persona y por ello tomaba esa apariencia a veces, de chica inocente.
Tomé la flecha que me había dado Bleyd y me acerqué a Thomas para llevarlo a una sala donde pudiéramos discutir el precio de la misión. Subí arriba con el y me senté en una de las cómodas sillas que ahí había, al parecer era bastante antigua y bien acolchada. El hombre vestía ropa cómoda y no parecía ser un hombre muy metido en los negocios, así que me suponía un trato fácil y un gran beneficio.
-Veamos, para empezar, no sabemos nada de los ladrones y por ende, podrían ser desde mercenarios hasta piratas famosos. Eso sube el precio de la recompensa a los 5 millones de berries. Si por otro lado, sumamos que vamos a tener que desplazarnos a lo largo y ancho de la isla, serían otros 15 millones de berries y si además añadimos el precio de la valiosa información que desea saber sobre su tío, alcanzaríamos los 40 millones de berries. Ese es el precio final, o lo toma o lo deja, le aseguro que no hay personas más capacitadas que yo y mi socio.-Dije mostrando una cara seria y con voz firme y vocalizando lo mejor que podía.
-Me parece un precio exagerado, pero dado que las personas a las que había mandado antes, siempre habían muerto, si vosotros conseguís capturar a los ladrones y además la información de mi tío, os llevaréis los 40 millones.-Dijo el hombre finalizando su frase con una sonrisa.
-Está bien, firme aquí para que quede constancia por escrito, no es que no confíe en su palabra, pero esto es necesario para tenerlo en caso de duda.-Dije mostrándole un papel con el contrato que acababa de conseguir.
-Aquí tiene, nos vemos tras la misión. Recomiendo que primero investiguen por las diversas tabernas de la ciudad y luego busquen por el bosque, tengo entendido que hay algunas casas en las afueras.-Dijo el hombre sonriendo y devolviéndome el papel con su firma.
-Un placer hacer negocios con usted, investigaremos hasta el último detalle.-Dije sonriendo mientras salía por la puerta de la habitación y luego por la entrada de la casa.
Una vez fuera de la casa, me acerqué a Bleyd y le toqué el hombro, este estaba de espaldas. Esperaba que no lo asustara y le enseñé el papel que acababa de firmar el dueño de la casa.
-40 millones de berries, creo que es una cifra más que suficiente, yo me llevaré el 60% a ser posible, si no te parece un buen trato, siempre puedes pedirle más dinero al dueño de la casa, parece bastante rico.-Dije finalizando mi frase con una carcajada, esa recompensa era una buena cantidad de dinero para un trabajo tan mísero.
-Vayamos a visitar las diversas tabernas de la ciudad, probablemente tengan más información ahí, yo visitaré el norte del poblado y tu puedes ir a visitar el sur si te parece bien, nos volveremos a ver en 3 horas en el centro, al lado del edificio del ayuntamiento.-Dije sonriendo mientras me imaginaba mentalmente el mapa de la ciudad y disponía los diferentes puntos que iba comentando en mi mente.
La mejor manera de capturar criminales, era pillarlos por sorpresa, pero de poco nos serviría si no estábamos informados de quienes eran ni de que trabajo ejercían, solo sabíamos que habían conseguido sacar algo importante de esa casa tan ruinosa y poco más. Era el momento de investigar, así que me dirigí hacia el primer cartel que indicaba una taberna. El cartel era grande y bien cuidado, una taberna de calidad. Una vez dentro, me pondría a preguntar al tabernero sobre esos ladronzuelos, esperaba conseguir un buen trato.
Tomé la flecha que me había dado Bleyd y me acerqué a Thomas para llevarlo a una sala donde pudiéramos discutir el precio de la misión. Subí arriba con el y me senté en una de las cómodas sillas que ahí había, al parecer era bastante antigua y bien acolchada. El hombre vestía ropa cómoda y no parecía ser un hombre muy metido en los negocios, así que me suponía un trato fácil y un gran beneficio.
-Veamos, para empezar, no sabemos nada de los ladrones y por ende, podrían ser desde mercenarios hasta piratas famosos. Eso sube el precio de la recompensa a los 5 millones de berries. Si por otro lado, sumamos que vamos a tener que desplazarnos a lo largo y ancho de la isla, serían otros 15 millones de berries y si además añadimos el precio de la valiosa información que desea saber sobre su tío, alcanzaríamos los 40 millones de berries. Ese es el precio final, o lo toma o lo deja, le aseguro que no hay personas más capacitadas que yo y mi socio.-Dije mostrando una cara seria y con voz firme y vocalizando lo mejor que podía.
-Me parece un precio exagerado, pero dado que las personas a las que había mandado antes, siempre habían muerto, si vosotros conseguís capturar a los ladrones y además la información de mi tío, os llevaréis los 40 millones.-Dijo el hombre finalizando su frase con una sonrisa.
-Está bien, firme aquí para que quede constancia por escrito, no es que no confíe en su palabra, pero esto es necesario para tenerlo en caso de duda.-Dije mostrándole un papel con el contrato que acababa de conseguir.
-Aquí tiene, nos vemos tras la misión. Recomiendo que primero investiguen por las diversas tabernas de la ciudad y luego busquen por el bosque, tengo entendido que hay algunas casas en las afueras.-Dijo el hombre sonriendo y devolviéndome el papel con su firma.
-Un placer hacer negocios con usted, investigaremos hasta el último detalle.-Dije sonriendo mientras salía por la puerta de la habitación y luego por la entrada de la casa.
Una vez fuera de la casa, me acerqué a Bleyd y le toqué el hombro, este estaba de espaldas. Esperaba que no lo asustara y le enseñé el papel que acababa de firmar el dueño de la casa.
-40 millones de berries, creo que es una cifra más que suficiente, yo me llevaré el 60% a ser posible, si no te parece un buen trato, siempre puedes pedirle más dinero al dueño de la casa, parece bastante rico.-Dije finalizando mi frase con una carcajada, esa recompensa era una buena cantidad de dinero para un trabajo tan mísero.
-Vayamos a visitar las diversas tabernas de la ciudad, probablemente tengan más información ahí, yo visitaré el norte del poblado y tu puedes ir a visitar el sur si te parece bien, nos volveremos a ver en 3 horas en el centro, al lado del edificio del ayuntamiento.-Dije sonriendo mientras me imaginaba mentalmente el mapa de la ciudad y disponía los diferentes puntos que iba comentando en mi mente.
La mejor manera de capturar criminales, era pillarlos por sorpresa, pero de poco nos serviría si no estábamos informados de quienes eran ni de que trabajo ejercían, solo sabíamos que habían conseguido sacar algo importante de esa casa tan ruinosa y poco más. Era el momento de investigar, así que me dirigí hacia el primer cartel que indicaba una taberna. El cartel era grande y bien cuidado, una taberna de calidad. Una vez dentro, me pondría a preguntar al tabernero sobre esos ladronzuelos, esperaba conseguir un buen trato.
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Entré en la taberna y sentí el olor a alcohol y humo, además se podía sentir un ligero aroma a sudor, sudor frío, ahí acababa de pasar algo recientemente, pero no distinguía el que. Activé mi haki de observación y me acerqué a lo que parecía ser el tabernero, un hombre alto pero muy delgado, bastante poco cuidado y débil. Era la apariencia de un joven de mi edad pero con las arrugas de un abuelo, estaba bastante raro y no sabía por donde comenzar mi conversación con el, así que empecé por pedir una consumición, algo frío pero no demasiado.
-Buenas tardes, a ser posible, póngame un cocktail de sus mejores frutas y frutos secos para picar, muchas gracias.-Dije con voz suave y vocalizando correctamente, para terminar mostrando una sonrisa bastante habitual en mi.
-Está bien señorita, ahora mismo se lo traigo, mientras tanto, puede mirar el periódico que hay sobre la mesa, igual encuentra algo de interés. Aunque últimamente, las noticias van cada vez a peor.-Dije el hombre algo preocupado, pero con una intención clara de ocultar algo. Su aura era bastante débil y parecía estar bastante oscura, no sabía si debía de creer en el o mostrarme incrédula.
-Ya lo he leído esta mañana, así que hay pocos artículos que no haya visto. A decir verdad, venía a preguntar sobre un asunto bastante puntiagudo, algo que pasó hace unos días en una casa de las afueras, si fuera posible, me gustaría preguntárselo a solas.-Dije mostrando más seriedad y desdibujando mi sonrisa.
-Parece una señorita bastante inteligente y se está metiendo en un gran problema, pero está bien, si usted quiere, le explicaré todo lo que se, pase por la puerta de detrás y hablamos en el almacén, que hoy está casi vacío.-Dijo el hombre haciendo una señal a la puerta que tenía detrás y yéndose por su interior.
Seguí al hombre por la puerta y observé un completo cambio de ambiente, sentí la presencia de al menos cinco hombres más, lo cual antes no había sentido. Eso se estaba poniendo interesante. Dentro del almacén se podía sentir algo de frío y un cierto aire con aroma de pólvora, algo había sido disparado ahí, hace muy poco. Observé bastantes cajas y para mi sorpresa, vi un cuerpo atado a una de estas, que demonios hacía ahí un cuerpo, no lo sabía. Era un hombre pelirrojo y con pintas de estar en sus treinta, no parecía estar atado por placer, así que procedí a desatarlo. Mientras transformaba mi mano en tungsteno para cortar la cuerda que sujetaba sus manos, sentí una persona atacándome por detrás, tomé una flecha, me giré y disparé hacia la posición de donde provenía ese ataque. Un hombre de considerable tamaño acabó atravesado por la flecha en su hombro derecho, pero al parecer, eso no fue suficiente para parar su ataque y cortó parte de mi falda, ese ataque era muy peligroso. La falda no se había caído, puesto que el corte no había afectado la zona de sujeción.
Al ver ese ataque, sentí que algo más grande se apresuraba, y salté hacia atrás, donde no sentía ninguna presencia, a parte de la del débil hombre atado. Aterricé sobre una caja y miré a mi alrededor para encontrar a los diferentes oponentes a los que me enfrentaba. Había dos hombres cargando con katanas, otro con un gran martillo y dos más detrás con escopetas. Eso se había puesto muy interesante. Detrás de ellos se podía ver al tabernero, con un den den mushi en la mano y mostrando cierta cara de desprecio y malvada satisfacción. No me gustaba nada la situación a la que me estaba enfrentando, pero era necesario acabar con esos hombres si quería sobrevivir y salvar a ese pelirrojo. Cogí mi arco y multitud de flechas, que posteriormente dispararía. Concentré mi energía en el arco y lo recubrí de un aura de color azul oscuro, posteriormente, apunté varias flechas a los hombres con escopeta que había detrás y las disparé imbuyéndolas con haki de armadura. Las flechas atravesaron sus armas cuando estos las dispararon y acabaron clavándose en sus pechos. Los dos fueron empujados hasta la pared que tenían detrás y empezaron a desangrarse fuertemente por sus pechos.
Full Speed-Power Arrows+Busoushoku Haki(Nivel 2)[AIF]
Por otro lado, los hombres con katanas se apresuraron a venir a por mi. Salté con fuerza al ver esto y una vez me encontraba casi tocando el techo, transformé mi mano en una especie de clavo de tungsteno y atravesé el tejado, transformando el final del clavo en un gancho y sujetándome de esa manera del techo. Una vez ahí arriba, observé la cara de sorprendidos de los hombres de abajo y con la otra mano, disparé, sujetando el arco con el pie, dos flechas a sus respectivas cabezas, una de ellas fue correctamente y atravesó la respectiva cabeza de uno de los espadachines, pero la otra se desvió por detrás del otro y destruyo una caja, de lo que parecían explosivos, esta explotó desencadenando otra serie de explosiones y dejando todo destruído. Yo caí al suelo ante tales sonidos y me quedé algo sorda.
Unos minutos después, conseguí levantarme y tomé al hombre pelirrojo para salir de ahí, ese hombre parecía tener más respuestas que yo. Cogí el arco y disparé una flecha al tejado imbuída en haki de armadura, de esa manera dejé un agujero por donde podría saltar. Salté por este con el cuerpo del hombre entre mis manos y empecé a correr por los tejados de las diferentes casas de la ciudad. Los ciudadanos miraban sorprendidos como iba corriendo por encima de sus casas, seguí mi camino hacia donde pensaba que estaría la casa del hombre con el que había negociado anteriormente y me encontré con el gran cementerio de camino.
En el cementerio, pude distinguir el aura del joven Bleyd, entré en este y me acerqué a el, dejé el cuerpo en el suelo y unos segundos después procedí a hablarle sobre nuestra situación y el problema que se nos avecinaba, eso empezaba a resultar cada vez más peligroso. Aún no había hecho ni desatar al hombre pelirrojo.
-Bueno, verás, en la ciudad solo hubo problemas, entré en una taberna y me encontré esta bonita sorpresa al preguntar sobre el robo de hace unos días. Unos cuantos hombres me atacaron y conseguí escapar, haciendo explotar el almacén sin querer, malditos explosivos que no debían de estar por ahí, en fin, volviendo al tema, traje a este hombre que se encontraba atado en el almacén de la taberna y suponiendo que nos daría más respuestas sobre cual era el problema.-Tras decir todo eso con voz suave y con una sonrisa algo inocente al final, empecé a desatar al hombre pelirrojo. Transformé mis manos en cuchillas de tungsteno y una a una, fui quitando las diferentes cuerdas que sujetaban sus manos y pies. Por último, le quité la banda adhesiva que tenía sobre la boca y este echó un largo suspiro, seguido de una fuerte respiración y de un grito de dolor, al parecer le había dolido que se la quitase con tanta fuerza.
-Bien, Bleyd, serás el encargado de interrogar a este hombre, se que podrás hacerlo, mientras tanto, yo miraré por las cercanías para ver si me han seguido o si nos están vigilando, confío en ti.-Dije sonriendo de medio lado mientras me posicionaba en un árbol cercano y miraba con atención a todos lados, podrían visitarnos hombres malos en cualquier momento, pero yo estaría vigilando continuamente por si eso llegara a pasar. Al parecer, mi arco aún no había dejado de brillar de color azul, era extraño seguir teniéndolo en la espalda de ese color, pero seguiría así por un rato, la energía que le imbuía era suficiente para dejarlo de ese color por un periodo de tiempo.
-Buenas tardes, a ser posible, póngame un cocktail de sus mejores frutas y frutos secos para picar, muchas gracias.-Dije con voz suave y vocalizando correctamente, para terminar mostrando una sonrisa bastante habitual en mi.
-Está bien señorita, ahora mismo se lo traigo, mientras tanto, puede mirar el periódico que hay sobre la mesa, igual encuentra algo de interés. Aunque últimamente, las noticias van cada vez a peor.-Dije el hombre algo preocupado, pero con una intención clara de ocultar algo. Su aura era bastante débil y parecía estar bastante oscura, no sabía si debía de creer en el o mostrarme incrédula.
-Ya lo he leído esta mañana, así que hay pocos artículos que no haya visto. A decir verdad, venía a preguntar sobre un asunto bastante puntiagudo, algo que pasó hace unos días en una casa de las afueras, si fuera posible, me gustaría preguntárselo a solas.-Dije mostrando más seriedad y desdibujando mi sonrisa.
-Parece una señorita bastante inteligente y se está metiendo en un gran problema, pero está bien, si usted quiere, le explicaré todo lo que se, pase por la puerta de detrás y hablamos en el almacén, que hoy está casi vacío.-Dijo el hombre haciendo una señal a la puerta que tenía detrás y yéndose por su interior.
Seguí al hombre por la puerta y observé un completo cambio de ambiente, sentí la presencia de al menos cinco hombres más, lo cual antes no había sentido. Eso se estaba poniendo interesante. Dentro del almacén se podía sentir algo de frío y un cierto aire con aroma de pólvora, algo había sido disparado ahí, hace muy poco. Observé bastantes cajas y para mi sorpresa, vi un cuerpo atado a una de estas, que demonios hacía ahí un cuerpo, no lo sabía. Era un hombre pelirrojo y con pintas de estar en sus treinta, no parecía estar atado por placer, así que procedí a desatarlo. Mientras transformaba mi mano en tungsteno para cortar la cuerda que sujetaba sus manos, sentí una persona atacándome por detrás, tomé una flecha, me giré y disparé hacia la posición de donde provenía ese ataque. Un hombre de considerable tamaño acabó atravesado por la flecha en su hombro derecho, pero al parecer, eso no fue suficiente para parar su ataque y cortó parte de mi falda, ese ataque era muy peligroso. La falda no se había caído, puesto que el corte no había afectado la zona de sujeción.
Al ver ese ataque, sentí que algo más grande se apresuraba, y salté hacia atrás, donde no sentía ninguna presencia, a parte de la del débil hombre atado. Aterricé sobre una caja y miré a mi alrededor para encontrar a los diferentes oponentes a los que me enfrentaba. Había dos hombres cargando con katanas, otro con un gran martillo y dos más detrás con escopetas. Eso se había puesto muy interesante. Detrás de ellos se podía ver al tabernero, con un den den mushi en la mano y mostrando cierta cara de desprecio y malvada satisfacción. No me gustaba nada la situación a la que me estaba enfrentando, pero era necesario acabar con esos hombres si quería sobrevivir y salvar a ese pelirrojo. Cogí mi arco y multitud de flechas, que posteriormente dispararía. Concentré mi energía en el arco y lo recubrí de un aura de color azul oscuro, posteriormente, apunté varias flechas a los hombres con escopeta que había detrás y las disparé imbuyéndolas con haki de armadura. Las flechas atravesaron sus armas cuando estos las dispararon y acabaron clavándose en sus pechos. Los dos fueron empujados hasta la pared que tenían detrás y empezaron a desangrarse fuertemente por sus pechos.
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Por otro lado, los hombres con katanas se apresuraron a venir a por mi. Salté con fuerza al ver esto y una vez me encontraba casi tocando el techo, transformé mi mano en una especie de clavo de tungsteno y atravesé el tejado, transformando el final del clavo en un gancho y sujetándome de esa manera del techo. Una vez ahí arriba, observé la cara de sorprendidos de los hombres de abajo y con la otra mano, disparé, sujetando el arco con el pie, dos flechas a sus respectivas cabezas, una de ellas fue correctamente y atravesó la respectiva cabeza de uno de los espadachines, pero la otra se desvió por detrás del otro y destruyo una caja, de lo que parecían explosivos, esta explotó desencadenando otra serie de explosiones y dejando todo destruído. Yo caí al suelo ante tales sonidos y me quedé algo sorda.
Unos minutos después, conseguí levantarme y tomé al hombre pelirrojo para salir de ahí, ese hombre parecía tener más respuestas que yo. Cogí el arco y disparé una flecha al tejado imbuída en haki de armadura, de esa manera dejé un agujero por donde podría saltar. Salté por este con el cuerpo del hombre entre mis manos y empecé a correr por los tejados de las diferentes casas de la ciudad. Los ciudadanos miraban sorprendidos como iba corriendo por encima de sus casas, seguí mi camino hacia donde pensaba que estaría la casa del hombre con el que había negociado anteriormente y me encontré con el gran cementerio de camino.
En el cementerio, pude distinguir el aura del joven Bleyd, entré en este y me acerqué a el, dejé el cuerpo en el suelo y unos segundos después procedí a hablarle sobre nuestra situación y el problema que se nos avecinaba, eso empezaba a resultar cada vez más peligroso. Aún no había hecho ni desatar al hombre pelirrojo.
-Bueno, verás, en la ciudad solo hubo problemas, entré en una taberna y me encontré esta bonita sorpresa al preguntar sobre el robo de hace unos días. Unos cuantos hombres me atacaron y conseguí escapar, haciendo explotar el almacén sin querer, malditos explosivos que no debían de estar por ahí, en fin, volviendo al tema, traje a este hombre que se encontraba atado en el almacén de la taberna y suponiendo que nos daría más respuestas sobre cual era el problema.-Tras decir todo eso con voz suave y con una sonrisa algo inocente al final, empecé a desatar al hombre pelirrojo. Transformé mis manos en cuchillas de tungsteno y una a una, fui quitando las diferentes cuerdas que sujetaban sus manos y pies. Por último, le quité la banda adhesiva que tenía sobre la boca y este echó un largo suspiro, seguido de una fuerte respiración y de un grito de dolor, al parecer le había dolido que se la quitase con tanta fuerza.
-Bien, Bleyd, serás el encargado de interrogar a este hombre, se que podrás hacerlo, mientras tanto, yo miraré por las cercanías para ver si me han seguido o si nos están vigilando, confío en ti.-Dije sonriendo de medio lado mientras me posicionaba en un árbol cercano y miraba con atención a todos lados, podrían visitarnos hombres malos en cualquier momento, pero yo estaría vigilando continuamente por si eso llegara a pasar. Al parecer, mi arco aún no había dejado de brillar de color azul, era extraño seguir teniéndolo en la espalda de ese color, pero seguiría así por un rato, la energía que le imbuía era suficiente para dejarlo de ese color por un periodo de tiempo.
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Al parecer nadie me había seguido, me quedé mirando como Bleyd empezaba a interrogar al joven pelirrojo, este estaba realmente asustado y se le notaba un nerviosismo casi extremo, probablemente no supiera si eramos buenos o malos, pero le había salvado, que es lo que importaba en ese momento. Bleyd le ofreció una galleta y el joven se la comió para poco tiempo después contarle lo que le había pasado, no era mucho, pero parecía que Bleyd ya había sacado conclusiones sobre lo que había pasado. Este se vino al lado mía y me empezó a hablar.
Según oía lo que Bleyd estaba diciendo, entendí que el joven era un rehén, "¿Enserio, no me digas?", pensé mientras seguía hablando, si estaba atado era lo más probable. Iban a pedir un rescate por el y el joven pelimoreno me dijo que sería una buena idea llevarlo a la marina, aunque no pensaba lo mismo, creía que sería mejor dejarlo con nosotros, confiaba en la marina, pero no tanto como para pensar que no estaba corrupta. Los marines podrían fácilmente venderlo de vuelta a esos hombres y conseguir bastante dinero con el. Seguidamente me informó de que había investigado en la hemeroteca y había descubierto que la última persona que vio con vida al tio del dueño de la casa, había sido el enterrador. Teníamos que conseguir más información que solo esa, eso nos servía de poco y además no nos mostraba un claro camino por el que deberíamos seguir.
-Está bien, cuéntame que conclusiones conseguiste sacar. Y por otro lado, el joven se queda con nosotros, confío en la marina, pero no tanto como para dejarlo en sus manos antes de saber quién estaba al corriente del secuestro de este joven pelirrojo.-Decía mientras me giraba a mirar al joven, el cual seguía deprimido en el mismo sitio donde lo habíamos dejado.
Bleyd me estaba contando cuales fueron las palabras de la guardia del cementerio, los cuales habían jurado que el cuerpo se lo había llevado un monstruo del inframundo, eso era totalmente incomprensible e improbable. El chico sacó la conclusión de que el tio intentó recuperar sus cosas, las que consistían en los libros robados y lo hacía principalmente para no alterar demasiado a su familia. No me parecía del todo correcto su razonamiento, pero lo dejaría pasar, primero tendríamos que encontrar e investigar tanto a la antigua guardia del cementerio como al enterrador, si es que seguía vivo.
-De pronto te has vuelto todo un detective, me parece correcto tu razonamiento, aunque no estoy del todo seguro con tu última conclusión, no veo tan probable que el hombre intentara desaparecer por un tiempo y volviera sin hacer ningún ruido y tomara esos libros, lo más probable es que se lo haya pedido a alguien. Deberíamos hablar e investigar a los antiguos guardias del cementerio y conseguir algo de información sobre el susodicho enterrador, el cual no se sabe donde está. Yo tomaré la delantera y me llevaré al joven pelirrojo, tengo entendido que se encuentran refugiados en una casa a unos doscientos metros del poblado, en el norte de este. Nos vemos ahí.-Dije sonriendo mientras saltaba y ayudaba al joven pelirrojo a levantarse.
Seguidamente le hice una señal al pelirrojo de que se sujetara bien de mi espalda y salí corriendo haciendo uso de mis botas de hermes y mi velocidad aumentada, alcancé el norte y lo que parecía ser una casa abandonada y mal cuidada, dejé al joven pelirrojo en el suelo, este se encontraba algo desmayado pero era normal tras ese rápido viaje. Le di un bollo de chocolate que guardaba y miré a los alrededores de la casa por si había alguna otra señal de vida, activé mi haki de observación y me quedé esperando a Bleyd mientras vigilaba todo el perímetro.
Según oía lo que Bleyd estaba diciendo, entendí que el joven era un rehén, "¿Enserio, no me digas?", pensé mientras seguía hablando, si estaba atado era lo más probable. Iban a pedir un rescate por el y el joven pelimoreno me dijo que sería una buena idea llevarlo a la marina, aunque no pensaba lo mismo, creía que sería mejor dejarlo con nosotros, confiaba en la marina, pero no tanto como para pensar que no estaba corrupta. Los marines podrían fácilmente venderlo de vuelta a esos hombres y conseguir bastante dinero con el. Seguidamente me informó de que había investigado en la hemeroteca y había descubierto que la última persona que vio con vida al tio del dueño de la casa, había sido el enterrador. Teníamos que conseguir más información que solo esa, eso nos servía de poco y además no nos mostraba un claro camino por el que deberíamos seguir.
-Está bien, cuéntame que conclusiones conseguiste sacar. Y por otro lado, el joven se queda con nosotros, confío en la marina, pero no tanto como para dejarlo en sus manos antes de saber quién estaba al corriente del secuestro de este joven pelirrojo.-Decía mientras me giraba a mirar al joven, el cual seguía deprimido en el mismo sitio donde lo habíamos dejado.
Bleyd me estaba contando cuales fueron las palabras de la guardia del cementerio, los cuales habían jurado que el cuerpo se lo había llevado un monstruo del inframundo, eso era totalmente incomprensible e improbable. El chico sacó la conclusión de que el tio intentó recuperar sus cosas, las que consistían en los libros robados y lo hacía principalmente para no alterar demasiado a su familia. No me parecía del todo correcto su razonamiento, pero lo dejaría pasar, primero tendríamos que encontrar e investigar tanto a la antigua guardia del cementerio como al enterrador, si es que seguía vivo.
-De pronto te has vuelto todo un detective, me parece correcto tu razonamiento, aunque no estoy del todo seguro con tu última conclusión, no veo tan probable que el hombre intentara desaparecer por un tiempo y volviera sin hacer ningún ruido y tomara esos libros, lo más probable es que se lo haya pedido a alguien. Deberíamos hablar e investigar a los antiguos guardias del cementerio y conseguir algo de información sobre el susodicho enterrador, el cual no se sabe donde está. Yo tomaré la delantera y me llevaré al joven pelirrojo, tengo entendido que se encuentran refugiados en una casa a unos doscientos metros del poblado, en el norte de este. Nos vemos ahí.-Dije sonriendo mientras saltaba y ayudaba al joven pelirrojo a levantarse.
Seguidamente le hice una señal al pelirrojo de que se sujetara bien de mi espalda y salí corriendo haciendo uso de mis botas de hermes y mi velocidad aumentada, alcancé el norte y lo que parecía ser una casa abandonada y mal cuidada, dejé al joven pelirrojo en el suelo, este se encontraba algo desmayado pero era normal tras ese rápido viaje. Le di un bollo de chocolate que guardaba y miré a los alrededores de la casa por si había alguna otra señal de vida, activé mi haki de observación y me quedé esperando a Bleyd mientras vigilaba todo el perímetro.
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Poco tiempo después de haber llegado yo vino Bleyd que no pareció cansado por el trayecto, algo que me dejó un poquito boquiabierta, pero seguidamente volví a la calma. Miré alrededor y no había nada más que esa casa, era el momento indicado de ver que había dentro de esta y por ello activé mi haki de observación. Sentí varias presencias a parte de nosotros tres, eran un total de quince, pero no sabía donde se encontraban y sus almas parecían más débiles que las nuestras, hasta más débiles que la presencia de un ratón, era extraño, era como ver una persona escondiendo totalmente su presencia pero sin conseguirlo. Decidí coger a Bleyd de la mano y entrar a ese edificio que teníamos delante, con apariencia ruinosa y con forma de casa antigua.
Una vez delante de la puerta, toqué el pomo y la puerta se abrió sola dejando oír un fuerte chirrido que suponía venía de las oxidadas bisagras. Puse el primer pie dentro de la casa y la madera del suelo también empezó a chirriar como si de madera vieja se tratara, eso era bastante antiguo y podía caerse en cualquier momento, pensé por unos momentos. Seguí caminando por dentro de la casa escuchando esos fuertes chirridos que la madera dejaba y sin dejar de mantener mi haki de observación activo en todo momento por si cualquier cosa nos llegara a atacar. Entré en una de las habitaciones, se trataba de una pequeña cocina, había varios armarios abiertos y se podía ver que no estaban abiertos desde hace poco, pues había un montón de utensilios caídos por el suelo y por las mesas que poblaban la habitación, no tenían ni una pizca de polvo, menos el que les rodeaba por el suelo y por las mesas donde habían caído. Eso pintaba mal, alguien debió de investigar esa casa antes que nosotros o más bien saquearla, pues había algunas cosas que no cuadraban, no se veía ninguna cucharilla, ni tenedor y tampoco alguna cuchara. Podrían haber sido de plata y valer algo de dinero, pensé por un momento, mientras descartaba mi idea al ver un gran jarrón roto en el suelo, con pinta aparentemente antigua y que dejaba ver un líquido morado cubriendo parte del suelo a su alrededor, emanaba un cierto gas extraño, lo que me hizo alejarme desesperadamente de eso y salir por la puerta por donde había entrado, era veneno.
Busqué a Bleyd antes de salir y le hice una señal con las manos de que saliera volando de ahí, era demasiado peligroso, además de ser un gas venenoso, alrededor de este vi un par de bombonas de gas, que demonios hacía eso ahí, no estaba segura de ello, pero probablemente llegaran a explotar si el veneno no solo era veneno si no también un ácido corrosivo, tenía miedo de eso y tenía que hacer algo para salvar tanto mi vida como la de Bleyd. Una vez fuera me acerqué al pelirrojo que seguía sentado donde lo habíamos dejado y mirando al cielo, el cual poco a poco se llenaba de nubes cada vez más negras.
-Bleyd, eso no pinta nada bien, dentro hay un par de bombonas de gas y alrededor de estas una especie de veneno o ácido que se está expandiendo, quizás no explote, pero prefiero no jugármela, no tengo ni idea de que más podría haber en esa casa. A parte de eso, observé que los ladrones o saqueadores se llevaron todos los utensilios de plata que había en la cocina, pero no pareció interesarles nada más de esa sala y salieron huyendo, probablemente fuera hace poco, pues ese veneno no parecía llevar mucho tiempo expandiéndose. Deberíamos investigar los alrededores, mientras esperamos a que esto no explote. Tu pelirrojo, tienes dos opciones, puedes venirte con nosotros y asegurar tu seguridad o puedes irte en cualquier momento y estar expuesto al peligro que eso conlleva.-Dije sonriendo mientras miraba a Bleyd y seguidamente al joven pelirrojo sonriendo, estaba algo exhausta por haber salido de esa manera y también algo asustada, pues no me gustaba ver explosiones conmigo como víctima.
Seguidamente miré al chico y esperé una respuesta tanto de el como de Bleyd, sentí un fuerte olor a quemado y vi como la casa empezaba a arder poco a poco, hasta que de repente, boooooom, una gran explosión surgió de lo que anteriormente era una casa en ruinas. Tuve que taparme los oídos para no oír esa fuerte onda expansiva, aunque tampoco era demasiado, estábamos algo alejados de la casa y no nos afectó como si estuviéramos a escasos metros o peor, dentro. Miré a Bleyd con una cara de susto y luego con una sonrisa y luego giré mi cabeza al bosque más próximo, donde sentía varias almas alejándose de nosotros, quizás más lento de que ellos querían, eran las mismas que había sentido antes, pero ahora algo más fuertes, quizás estuvieran escapando o quizás me equivocase, pero teníamos que comprobarlo. Esperé la decisión de Bleyd y una vez este se decidiera y sin depender de lo que el dijera, saldría corriendo en dirección a esos bastardos escondidos en el bosque.
Una vez delante de la puerta, toqué el pomo y la puerta se abrió sola dejando oír un fuerte chirrido que suponía venía de las oxidadas bisagras. Puse el primer pie dentro de la casa y la madera del suelo también empezó a chirriar como si de madera vieja se tratara, eso era bastante antiguo y podía caerse en cualquier momento, pensé por unos momentos. Seguí caminando por dentro de la casa escuchando esos fuertes chirridos que la madera dejaba y sin dejar de mantener mi haki de observación activo en todo momento por si cualquier cosa nos llegara a atacar. Entré en una de las habitaciones, se trataba de una pequeña cocina, había varios armarios abiertos y se podía ver que no estaban abiertos desde hace poco, pues había un montón de utensilios caídos por el suelo y por las mesas que poblaban la habitación, no tenían ni una pizca de polvo, menos el que les rodeaba por el suelo y por las mesas donde habían caído. Eso pintaba mal, alguien debió de investigar esa casa antes que nosotros o más bien saquearla, pues había algunas cosas que no cuadraban, no se veía ninguna cucharilla, ni tenedor y tampoco alguna cuchara. Podrían haber sido de plata y valer algo de dinero, pensé por un momento, mientras descartaba mi idea al ver un gran jarrón roto en el suelo, con pinta aparentemente antigua y que dejaba ver un líquido morado cubriendo parte del suelo a su alrededor, emanaba un cierto gas extraño, lo que me hizo alejarme desesperadamente de eso y salir por la puerta por donde había entrado, era veneno.
Busqué a Bleyd antes de salir y le hice una señal con las manos de que saliera volando de ahí, era demasiado peligroso, además de ser un gas venenoso, alrededor de este vi un par de bombonas de gas, que demonios hacía eso ahí, no estaba segura de ello, pero probablemente llegaran a explotar si el veneno no solo era veneno si no también un ácido corrosivo, tenía miedo de eso y tenía que hacer algo para salvar tanto mi vida como la de Bleyd. Una vez fuera me acerqué al pelirrojo que seguía sentado donde lo habíamos dejado y mirando al cielo, el cual poco a poco se llenaba de nubes cada vez más negras.
-Bleyd, eso no pinta nada bien, dentro hay un par de bombonas de gas y alrededor de estas una especie de veneno o ácido que se está expandiendo, quizás no explote, pero prefiero no jugármela, no tengo ni idea de que más podría haber en esa casa. A parte de eso, observé que los ladrones o saqueadores se llevaron todos los utensilios de plata que había en la cocina, pero no pareció interesarles nada más de esa sala y salieron huyendo, probablemente fuera hace poco, pues ese veneno no parecía llevar mucho tiempo expandiéndose. Deberíamos investigar los alrededores, mientras esperamos a que esto no explote. Tu pelirrojo, tienes dos opciones, puedes venirte con nosotros y asegurar tu seguridad o puedes irte en cualquier momento y estar expuesto al peligro que eso conlleva.-Dije sonriendo mientras miraba a Bleyd y seguidamente al joven pelirrojo sonriendo, estaba algo exhausta por haber salido de esa manera y también algo asustada, pues no me gustaba ver explosiones conmigo como víctima.
Seguidamente miré al chico y esperé una respuesta tanto de el como de Bleyd, sentí un fuerte olor a quemado y vi como la casa empezaba a arder poco a poco, hasta que de repente, boooooom, una gran explosión surgió de lo que anteriormente era una casa en ruinas. Tuve que taparme los oídos para no oír esa fuerte onda expansiva, aunque tampoco era demasiado, estábamos algo alejados de la casa y no nos afectó como si estuviéramos a escasos metros o peor, dentro. Miré a Bleyd con una cara de susto y luego con una sonrisa y luego giré mi cabeza al bosque más próximo, donde sentía varias almas alejándose de nosotros, quizás más lento de que ellos querían, eran las mismas que había sentido antes, pero ahora algo más fuertes, quizás estuvieran escapando o quizás me equivocase, pero teníamos que comprobarlo. Esperé la decisión de Bleyd y una vez este se decidiera y sin depender de lo que el dijera, saldría corriendo en dirección a esos bastardos escondidos en el bosque.
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El bosque era el lugar perfecto para mi, me movía por este como si fuera mi casa y mejor aún, las personas que estaba siguiendo no parecían ser demasiado rápidas. Tras unos minutos corriendo conseguí alcanzarlos, al parecer estaban exhaustos y tomaron un descanso, me puse en una de las ramas de los árboles y me quedé mirando que irían a hacer. Eran dos tipos vestidos con ropas bastante desgastadas y sucias y tenían dos sacos con ellos que al parecer iban muy bien cargados, pero no detectaba de que, eso lo tendría que averiguar después de matarlos. Estos empezaron a discutir de algo, como si el trato que habían hecho no era suficiente, teníamos que averiguar que estaba pasando ahí.
-No jodas, debemos salir de aquí rápidamente, como se entere el jefe de que nos hemos cargado la casa nos mata.-Dijo uno de ellos asustado mientras miraba a su compañero.
-Es verdad, tenemos que salir de aquí, no estará contento para nada con esto.-Respondió el otro mientras se preparaban para marcharse.
Al ver que se iban, apunté una de mis flechas y disparé a uno de los sacos, dejándolo sujeto al suelo, seguidamente cuando uno de los hombres se giró, disparé la otra flecha clavándosela en la cabeza al otro. El anterior sacó dos katanas y empezó a mirar a todos lados para ver donde estábamos, disparé dos flechas a sus respectivas manos quitándole las katanas y salté sobre el, creando unas esposas de tungsteno que se las puse al vuelo nada más tenerlo cerca. Lo tiré al suelo y le puse otras esposas en los pies y le tapé la boca con una banda del mismo material. Tras eso, me aseguré de que su compañero estaba muerto y recogí mi flecha que tenía la punta llena de sangre, eso iba a resultar divertido, pensé. No era lo mio matar gente, pero esos tipos no parecían de los buenos y más en una situación en la que necesitaba algo de dinero. Recogí también los sacos y con el haki de observación rastreé la posición de Bleyd, para poco tiempo después alcanzarle.
Tiré el cuerpo al suelo una vez estaba al lado de Bleyd y me dispuse a limpiar mi flecha de esa sucia sangre, miré extrañada a Bleyd que había estado recogiendo frutas, ¿por qué demonios se dedicaba a recoger frutas mientras yo hacía el trabajo sucio?, me preguntaba. Le quité la banda de la boca al bastardo que tenía ahí presente y esperé a que diera un fuerte grito de dolor tras ejercer presión con la planta de mi pie en su frente. Seguidamente quité mi pie y me dispuse a presentárselo a Bleyd, debía conocer por qué ese hombre estaba ahí y qué deberíamos hacer con él.
-Vayamos por partes, alcancé a los hombres hace pocos minutos y maté a uno de ellos, no podía llevar a dos personas aquí y con una me parecía suficiente. Al parecer comentaban algo de que su jefe no les perdonaría por haber explotado la casa robada, algo que me sorprendió, pues ahora sabemos que tienen un jefe y debe ser el que está moviendo los hilos en esta comunidad tan extraña, deberíamos investigar eso. Traje a este tipo y estos dos sacos de cosas robadas que llevaban consigo. Llevaban también katanas, pero no parecían ser muy fuertes, así que preferí no llevarme esa basura conmigo. En cuanto a ti, ¿qué demonios haces recogiendo frutos?-Dije con una sonrisa para acabar terminando muy seria ante la última pregunta.
Después de mis palabras esperé la respuesta del joven y empecé a buscar entre los sacos, había muchísima plata y algunos objetos muy extraños de oro, pero no era oro del bueno, más bien parecía una aleación pobre de bronce con un intento de transformarlo en oro, como hacían los antiguos alquimistas. Esos bastardos probablemente habían pensado que eso era oro y se lo habían llevado para venderlo, pero no era así y eso no llegaría a valer ni un berri. Buscando más adentro en los sacos encontré algo mucho más sorprendente, un libro que tenía algunas extrañas insignias escritas y lo saqué para mirarlo más detenidamente. Se trataba de una cubierta muy antigua y que representaba el bien y el mal, algo más extraño todavía era que tenía dibujado un dragón en la portada con alas esqueléticas, representando la muerte y debajo un dragón con alas angélicas, representando la vida. Se lo mostré a Bleyd y le hice una señal de que lo hojeara mientras yo seguía buscando por cosas valiosas, nunca se sabía lo que encontraríamos entre esa basura tras ver ese libro.
-No jodas, debemos salir de aquí rápidamente, como se entere el jefe de que nos hemos cargado la casa nos mata.-Dijo uno de ellos asustado mientras miraba a su compañero.
-Es verdad, tenemos que salir de aquí, no estará contento para nada con esto.-Respondió el otro mientras se preparaban para marcharse.
Al ver que se iban, apunté una de mis flechas y disparé a uno de los sacos, dejándolo sujeto al suelo, seguidamente cuando uno de los hombres se giró, disparé la otra flecha clavándosela en la cabeza al otro. El anterior sacó dos katanas y empezó a mirar a todos lados para ver donde estábamos, disparé dos flechas a sus respectivas manos quitándole las katanas y salté sobre el, creando unas esposas de tungsteno que se las puse al vuelo nada más tenerlo cerca. Lo tiré al suelo y le puse otras esposas en los pies y le tapé la boca con una banda del mismo material. Tras eso, me aseguré de que su compañero estaba muerto y recogí mi flecha que tenía la punta llena de sangre, eso iba a resultar divertido, pensé. No era lo mio matar gente, pero esos tipos no parecían de los buenos y más en una situación en la que necesitaba algo de dinero. Recogí también los sacos y con el haki de observación rastreé la posición de Bleyd, para poco tiempo después alcanzarle.
Tiré el cuerpo al suelo una vez estaba al lado de Bleyd y me dispuse a limpiar mi flecha de esa sucia sangre, miré extrañada a Bleyd que había estado recogiendo frutas, ¿por qué demonios se dedicaba a recoger frutas mientras yo hacía el trabajo sucio?, me preguntaba. Le quité la banda de la boca al bastardo que tenía ahí presente y esperé a que diera un fuerte grito de dolor tras ejercer presión con la planta de mi pie en su frente. Seguidamente quité mi pie y me dispuse a presentárselo a Bleyd, debía conocer por qué ese hombre estaba ahí y qué deberíamos hacer con él.
-Vayamos por partes, alcancé a los hombres hace pocos minutos y maté a uno de ellos, no podía llevar a dos personas aquí y con una me parecía suficiente. Al parecer comentaban algo de que su jefe no les perdonaría por haber explotado la casa robada, algo que me sorprendió, pues ahora sabemos que tienen un jefe y debe ser el que está moviendo los hilos en esta comunidad tan extraña, deberíamos investigar eso. Traje a este tipo y estos dos sacos de cosas robadas que llevaban consigo. Llevaban también katanas, pero no parecían ser muy fuertes, así que preferí no llevarme esa basura conmigo. En cuanto a ti, ¿qué demonios haces recogiendo frutos?-Dije con una sonrisa para acabar terminando muy seria ante la última pregunta.
Después de mis palabras esperé la respuesta del joven y empecé a buscar entre los sacos, había muchísima plata y algunos objetos muy extraños de oro, pero no era oro del bueno, más bien parecía una aleación pobre de bronce con un intento de transformarlo en oro, como hacían los antiguos alquimistas. Esos bastardos probablemente habían pensado que eso era oro y se lo habían llevado para venderlo, pero no era así y eso no llegaría a valer ni un berri. Buscando más adentro en los sacos encontré algo mucho más sorprendente, un libro que tenía algunas extrañas insignias escritas y lo saqué para mirarlo más detenidamente. Se trataba de una cubierta muy antigua y que representaba el bien y el mal, algo más extraño todavía era que tenía dibujado un dragón en la portada con alas esqueléticas, representando la muerte y debajo un dragón con alas angélicas, representando la vida. Se lo mostré a Bleyd y le hice una señal de que lo hojeara mientras yo seguía buscando por cosas valiosas, nunca se sabía lo que encontraríamos entre esa basura tras ver ese libro.
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Tras ver que el joven Bleyd se pone a investigar al bastardo que ahí sentado estaba, me giro a mirar al pelirrojo y hacerle una señal de que venga conmigo, no tenía ganas de ver ese duro y doloroso interrogatorio del que estaba hablando el pelimoreno. Me alejo unos cuantos metros de ahí, lo suficiente para seguir sintiendo sus presencias pero sin oír ruido alguno y con el saco con cosas al lado, en busca de algo más si es que hubiera. Dentro del saco encuentro un par más de trastos de plata y alguna copia de oro barato y por último algo que me sorprende tan en demasía como ese primer libro, se trata de un pequeño collar algo mugriento y oxidado. Formo una cuchilla con mi mano de tungsteno e intento pulir el collar un poquito, para mi sorpresa, se trataba de oro puro y lo que era más interesante, es que tenía un pequeño compartimento que se abría, dejando ver una imagen algo desgastada y sucia. Una vez más, use mi mano para limpiarla con cuidado para no dañarla y miré atentamente de que se trataba. En la imagen se podía ver a un joven pelirrojo, que se parecía en demasía al joven que tenía a mi lado y a su lado sujeto del hombro al dueño de la casa de donde habíamos partido. Eso me resulto extremadamente interesante y me giré seguidamente hacia el joven para preguntarle por qué salía en esa foto y más importante aún, cual era su relación con el dueño de esa pequeña casa.
-Me gustaría saber cual es tu relación con este hombre.-Dije enseñándole el collar y dejándole cogerlo.-Al parecer, ese hombre de tu lado es el mismo que nos había encomendado la misión de buscar y averiguar el ladrón de esos libros tan raros, tengo ganas de saber cual el porqué de esta foto y por qué está guardado en un collar de oro más o menos puro.-Añadí seguidamente para terminar con una sonrisa y esperar su respuesta con atención.
-Esto fue hace mucho tiempo, yo formaba parte de la misma familia que Thomas Kimball, más bien era hijo de su hermano. Mi padre fue buscado reiteradamente por sus dudosas actividades en contra del gobierno y de dudosa procedencia, había experimentado reiteradamente con las novelas, pero al parecer el gobierno censuraba cada uno de sus libros, por ello, sus últimos libros fueron escritos en un idioma casi inteligible para una persona normal, a menos que se sepa cierta información de alguna civilización antigua o teniendo algunos dotes de decodificación. Cabe destacar que no por ello mi padre fue una mala persona, a decir verdad, salvó varias veces a las personas del pueblo con sus discursos y a veces hasta consiguió apaciguar varias disputas ofreciendo dinero a las dos partes, era un hombre generoso y cálido. El problema es que desapareció hace unos cinco años y no volvió a aparecer, algunos le dimos por muerto, pues sacamos diversas conclusiones cuando entró en el bosque para no volver y por colmo, el gobierno prohibió pronunciar su nombre en esta isla debido a sus trabajos en contra de las ideologías del gobierno mundial. Siento haberte contado todo esto, es probable que ahora tu también seas buscada por saber tanto de mi padre, lo siento mucho.-Dijo el joven vocalizando correctamente y manteniendo un tono cálido, además terminó con una cara algo preocupada por todo lo que acababa de comentar.
-El hermano de Thomas Kimball podría ser el hombre al que estamos buscando, pues sabemos que hace cinco años desapareció y hace pocos días comentó Thomas que alguien robó ciertos libros de la colección de tu padre. Cabe destacar que primero habíamos intuido que el ladrón pudo ser tu padre, pero podría ser más bien un hombre con ciertas necesidades por conocer más sobre tu padre o quizás alguna especie de secta en busca de una ideología prohibida. No estamos seguros de quién podría ser, pero en cuanto lo descubramos y consigamos más información sobre tu padre te avisaremos. Y tranquilo, no me importa estar buscada por el gobierno por cosas como estas, a veces es mejor vivir en el peligro y la constante curiosidad que estar en un mundo aburrido y lleno de cosas correctas.-Dije con voz suave para terminar seguidamente esbozando una sonrisa.
-Muchas gracias por todo, si me necesitas en cualquier momento, podría ayudarte en su búsqueda, conozco ciertos lugares que mi padre solía frecuentar. Por cierto, Thomas Kimball consideraba a mi padre hermano, pero no es del todo cierto, pues en el fondo, mi padre era el tío de Thomas.-Dijo finalmente el joven y esperando mi respuesta con cierto entusiasmo.
-Está bien, podrás venir con nosotros, nos serás de mucha ayuda para encontrarlo. Me falta decirte que no lo buscamos por sus crímenes, más bien lo buscamos tanto por curiosidad, como por la recompensa que Thomas tenía pensado ofrecernos, pero a decir verdad, ahora mismo tengo curiosidad de ver de que tipo de hombre se trata y me importa mucho menos esa recompensa.-Dije para finalizar mientras bajaba del árbol y volvía lentamente hacia Bleyd
Unos minutos después alcancé el aura de Bleyd y me senté en una de las ramas de los árboles cercanos para ver que había conseguido hacer el joven. Seguidamente tomé una de las rojas y deliciosas manzanas que los árboles de ahí alrededor producían y le di un fuerte mordisco, saboreando cada pizca de esa sabrosa manzana. Estaba algo acuosa, pero a la vez era seca, estaba en el punto medio de una manzana amarga y una demasiado dulce, simplemente una delicia. Tras esto vi como el joven pelirrojo se puso al lado mía y algo más feliz se sentó en una de las ramas y esperó a ver que hacía Bleyd o yo. Tenía ganas de ir a investigar todos los lugares de los que me había hablado el joven pelirrojo, pero aún no estaba segura de si el Bleyd también quería, era cuestión de tiempo que aceptase.
-Me gustaría saber cual es tu relación con este hombre.-Dije enseñándole el collar y dejándole cogerlo.-Al parecer, ese hombre de tu lado es el mismo que nos había encomendado la misión de buscar y averiguar el ladrón de esos libros tan raros, tengo ganas de saber cual el porqué de esta foto y por qué está guardado en un collar de oro más o menos puro.-Añadí seguidamente para terminar con una sonrisa y esperar su respuesta con atención.
-Esto fue hace mucho tiempo, yo formaba parte de la misma familia que Thomas Kimball, más bien era hijo de su hermano. Mi padre fue buscado reiteradamente por sus dudosas actividades en contra del gobierno y de dudosa procedencia, había experimentado reiteradamente con las novelas, pero al parecer el gobierno censuraba cada uno de sus libros, por ello, sus últimos libros fueron escritos en un idioma casi inteligible para una persona normal, a menos que se sepa cierta información de alguna civilización antigua o teniendo algunos dotes de decodificación. Cabe destacar que no por ello mi padre fue una mala persona, a decir verdad, salvó varias veces a las personas del pueblo con sus discursos y a veces hasta consiguió apaciguar varias disputas ofreciendo dinero a las dos partes, era un hombre generoso y cálido. El problema es que desapareció hace unos cinco años y no volvió a aparecer, algunos le dimos por muerto, pues sacamos diversas conclusiones cuando entró en el bosque para no volver y por colmo, el gobierno prohibió pronunciar su nombre en esta isla debido a sus trabajos en contra de las ideologías del gobierno mundial. Siento haberte contado todo esto, es probable que ahora tu también seas buscada por saber tanto de mi padre, lo siento mucho.-Dijo el joven vocalizando correctamente y manteniendo un tono cálido, además terminó con una cara algo preocupada por todo lo que acababa de comentar.
-El hermano de Thomas Kimball podría ser el hombre al que estamos buscando, pues sabemos que hace cinco años desapareció y hace pocos días comentó Thomas que alguien robó ciertos libros de la colección de tu padre. Cabe destacar que primero habíamos intuido que el ladrón pudo ser tu padre, pero podría ser más bien un hombre con ciertas necesidades por conocer más sobre tu padre o quizás alguna especie de secta en busca de una ideología prohibida. No estamos seguros de quién podría ser, pero en cuanto lo descubramos y consigamos más información sobre tu padre te avisaremos. Y tranquilo, no me importa estar buscada por el gobierno por cosas como estas, a veces es mejor vivir en el peligro y la constante curiosidad que estar en un mundo aburrido y lleno de cosas correctas.-Dije con voz suave para terminar seguidamente esbozando una sonrisa.
-Muchas gracias por todo, si me necesitas en cualquier momento, podría ayudarte en su búsqueda, conozco ciertos lugares que mi padre solía frecuentar. Por cierto, Thomas Kimball consideraba a mi padre hermano, pero no es del todo cierto, pues en el fondo, mi padre era el tío de Thomas.-Dijo finalmente el joven y esperando mi respuesta con cierto entusiasmo.
-Está bien, podrás venir con nosotros, nos serás de mucha ayuda para encontrarlo. Me falta decirte que no lo buscamos por sus crímenes, más bien lo buscamos tanto por curiosidad, como por la recompensa que Thomas tenía pensado ofrecernos, pero a decir verdad, ahora mismo tengo curiosidad de ver de que tipo de hombre se trata y me importa mucho menos esa recompensa.-Dije para finalizar mientras bajaba del árbol y volvía lentamente hacia Bleyd
Unos minutos después alcancé el aura de Bleyd y me senté en una de las ramas de los árboles cercanos para ver que había conseguido hacer el joven. Seguidamente tomé una de las rojas y deliciosas manzanas que los árboles de ahí alrededor producían y le di un fuerte mordisco, saboreando cada pizca de esa sabrosa manzana. Estaba algo acuosa, pero a la vez era seca, estaba en el punto medio de una manzana amarga y una demasiado dulce, simplemente una delicia. Tras esto vi como el joven pelirrojo se puso al lado mía y algo más feliz se sentó en una de las ramas y esperó a ver que hacía Bleyd o yo. Tenía ganas de ir a investigar todos los lugares de los que me había hablado el joven pelirrojo, pero aún no estaba segura de si el Bleyd también quería, era cuestión de tiempo que aceptase.
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Bleyd me había comentado que no había conseguido ninguna información de ese tipo, era de esperarse, lo que era inesperable es que no hubiera casi ni una gota de sangre por el suelo, aunque si por los árboles, un don en limpieza, sin duda alguna. Tras eso me comentó que deberíamos ir a investigar al bar de donde había salvado al pelirrojo, pero no lo haríamos, el chico ya sabía por donde podríamos encontrar información y nos llevaría gustosamente, al menos en eso habíamos quedado. Tras escuchar todas sus palabras me giré hacia el pelirrojo y le hice una señal para que nos guiara hacia donde se encontraba el complejo de esos criminales. Probablemente fuera una especie de organización la que los uniera, pues llevaban una extraña marca en sus piernas, una especie de tatuaje sobre la piel, al menos es lo que había visto antes en el hombre que maté del disparo.
-Bleyd, el chico nos llevará donde están los criminales, probablemente sean bastantes, así que prepárate, si no nos explican las cosas por las buenas, solo nos quedará matarlos a todos.-Dije mostrando una sonrisa de medio lado, no era mi estilo decir cosas tan sádicas, pero esos chicos me habían sacado la parte más asesina.
Tras eso el joven pelirrojo empezó a correr en dirección al bosque y yo lo seguí a su velocidad, no sabía donde nos dirigíamos y tampoco lo que llegaría a pasar, así que activé mi haki de observación por si cualquier cosa inesperada llegara a pasar. El bosque era frondoso, pero se podía correr con facilidad, al menos para mi que tenía experiencia en este tipo de lugares. Unos minutos más tarde conseguimos llegar al final del bosque y el chico pelirrojo se paró en seco, dejando ver que ya habíamos llegado. Desde ahí se podía ver como nada más terminar el bosque había un gran edificio con un símbolo gigantesco, el símbolo era un libro roto y mostraba por encima de este un ratón. No entendía que significaba y tenía cierta curiosidad por saberlo, así que me subí a un árbol y miré desde ahí. Con mi haki de observación pude distinguir al menos cincuenta almas ahí y para mi asombro, una de ellas era bastante poderosa, o al menos resaltaba mucho más que las del resto, solo era cuestión de esperar.
-Una cosa más, Bleyd, no te dije antes, pero este chico es hijo del dueño de la casa de donde partimos, ¿verdad que es interesante? Ya te contaré más después de que consigamos lo que queremos, información. Yo entraré por el lado izquierdo del edificio, probablemente hay otra puerta a la derecha, al menos es lo que he sentido. En el edificio hay un total de 50 personas y otra más que sobresalta por encima de los demás, la cual probablemente sea el jefe de todos, ten cuidado. Y tu, pelirrojo, te vienes conmigo, voy a protegerte a toda costa, así que no te separes de mi.-Dije sonriendo mientras saltaba del árbol y me dirigía a la puerta de la izquierda del edificio, que era exactamente el oeste.
Finalmente, al llegar sentí muchísimas miradas sobre mi, era algo inexplicable y fue cuando miré hacia arriba, al menos diez den den mushis cámara se encontraban sujetos al edificio, que tonta de mi, pensé. Ya me tenían vigilada y el factor sorpresa había desaparecido, solo nos quedaba luchar. Entré por la puerta del edificio, que estaba entre abierta y sentí que a cada lado de la puerta había un guardia. Tomé dos flechas y entré rodando por el suelo, los guardias dispararon pero sin darme y yo tensé la cuerda y atravesé la cabeza de un guardia con una flecha, el otro miró enfadado como su compañero moría y se preparaba para dar un segundo disparo. Este disparo salió del cañón de su arma y rozó contra mi cara, dejando ver una pequeña herida que estaba sangrando. Puse mi mano sobre esta para ver la sangre y luego tomé la otra flecha y la disparé hacia el pecho del mismo, atravesándolo con enorme ligereza. Luego de eso miré al resto del edificio, las cámaras estaban por todos lados y en todos los ángulos, me tenían vigilada por completo. Cabe destacar que dada la poca luz que había dentro del edificio, no había terminado de distinguir la decoración, que era ligeramente rojiza y presentaba rasgos antiguos y típicos de bibliotecas y academias antiguas. En las paredes abundaban los cuadros de corte antigua y el diseño bibliotecario, aunque cabe destacar que se observaba numerosas veces el símbolo del libro roto y el ratón, lo que en mi opinión quería significar una librería de ratones de biblioteca, o quizás no, no lo entendía del todo.
-Quién sea que controle esto, que se muestre ahora o acabaré con todos los que en este edificio se esconden y si hace falta con el edificio mismo, solo para llegar a ti.-Grité mirando fijamente a uno de los den den mushis cámara que me enfocaba.
Unos minutos después y mientras buscaba con la mirada alguna puerta o alguna entrada, aunque en el centro había una gran escalera que llevaba al segundo piso, una presencia muy fuerte apareció ante mi, en el centro de la escalera y mirándome con curiosidad. El hombre tenía el pelo grasiento y con un peinado extraño y feo, además de mostrar una cara horrible, con bigote extraño y una barba también del mismo tipo. En su ojo derecho tenía una especie de parque que se conectaba a la parte trasera de su cabeza y a su oído derecho, no sabía del todo lo que era, pero suponía que servía para comunicarse con sus hombres o para mostrarse más feo de lo que ya era. Al sentir su fuerza supuse que era la persona que había sentido pocos segundos antes en el bosque, el jefe de ese gran complot.
-Vaya vaya vaya, señorita, ¿no le han dicho que no está bien gritar en una biblioteca? Le enseñaré que no está nada bien romper las reglas y menos en un lugar tan sagrado del conocimiento.-Dijo el hombre con una cara orgullosa y preparándose para hacer algo.
-Yo seré quién te enseñe que no debes ir por ahí maltratando gente y robando libros.-Dije sonriendo de medio lado y preparando unas cuantas flechas para dispararlas en cuanto encontrase el momento.
El hombre apuntó con su mano y segundos después, sacó una especie de pistola, pulsó el botón de esta mientras apuntaba al techo y un gran candelabro empezó a descender del mismo. De la pistola no salió proyectil alguno, cosa que me sorprendió y no supe como interpretar. Al ver el candelabro cayendo a máxima velocidad, di una voltereta, salté y una vez estaba a la altura del candelabro, me impulsé en el mismo para alcanzar más altura todavía. Una vez en el aire, apunté dos de mis flechas al hombre extraño y las disparé a máxima potencia y cargados de haki de armadura. Las flechas alcanzaron al hombre, pero este movió su mano de manera extraña por segunda vez y apuntó a mi espalda, de ahí salió un gran pincho metálico. Este venía dirigido directo hacia mi y no tenía modo alguno de esquivarlo en medio del aire, por poco conseguí esquivarlo para que no tocase ningún órgano interno, pero atravesó la palma de mi mano izquierda, dejando un gran agujero y un gran dolor. Seguidamente caí al suelo y esperé unos minutos para levantarme, esperando que el hombre no hiciera nada durante ese tiempo, aunque probablemente me encontraba mucho peor de lo que quería. Necesitaba levantarme y matarlo, pero no podía con el dolor de mi mano y además, ese candelabro había incendiado la alfombra que cubría casi todo el suelo de esa sala, me quedaba poco para sobrevivir en ese estado. "Bleyd, espero que sobrevivas", pensaba internamente.
-Pelirrojo, escóndete, ya encontraré la manera de protegerte, pero no te muestres ante este hombre de ninguna manera.-Grité mirando hacia donde sentía el alma del joven pelirrojo, no tenía mucho tiempo para esconderse y yo tenía que levantarme ya de ahí, pero mis ojos se cerraban lentamente.
-Bleyd, el chico nos llevará donde están los criminales, probablemente sean bastantes, así que prepárate, si no nos explican las cosas por las buenas, solo nos quedará matarlos a todos.-Dije mostrando una sonrisa de medio lado, no era mi estilo decir cosas tan sádicas, pero esos chicos me habían sacado la parte más asesina.
Tras eso el joven pelirrojo empezó a correr en dirección al bosque y yo lo seguí a su velocidad, no sabía donde nos dirigíamos y tampoco lo que llegaría a pasar, así que activé mi haki de observación por si cualquier cosa inesperada llegara a pasar. El bosque era frondoso, pero se podía correr con facilidad, al menos para mi que tenía experiencia en este tipo de lugares. Unos minutos más tarde conseguimos llegar al final del bosque y el chico pelirrojo se paró en seco, dejando ver que ya habíamos llegado. Desde ahí se podía ver como nada más terminar el bosque había un gran edificio con un símbolo gigantesco, el símbolo era un libro roto y mostraba por encima de este un ratón. No entendía que significaba y tenía cierta curiosidad por saberlo, así que me subí a un árbol y miré desde ahí. Con mi haki de observación pude distinguir al menos cincuenta almas ahí y para mi asombro, una de ellas era bastante poderosa, o al menos resaltaba mucho más que las del resto, solo era cuestión de esperar.
-Una cosa más, Bleyd, no te dije antes, pero este chico es hijo del dueño de la casa de donde partimos, ¿verdad que es interesante? Ya te contaré más después de que consigamos lo que queremos, información. Yo entraré por el lado izquierdo del edificio, probablemente hay otra puerta a la derecha, al menos es lo que he sentido. En el edificio hay un total de 50 personas y otra más que sobresalta por encima de los demás, la cual probablemente sea el jefe de todos, ten cuidado. Y tu, pelirrojo, te vienes conmigo, voy a protegerte a toda costa, así que no te separes de mi.-Dije sonriendo mientras saltaba del árbol y me dirigía a la puerta de la izquierda del edificio, que era exactamente el oeste.
Finalmente, al llegar sentí muchísimas miradas sobre mi, era algo inexplicable y fue cuando miré hacia arriba, al menos diez den den mushis cámara se encontraban sujetos al edificio, que tonta de mi, pensé. Ya me tenían vigilada y el factor sorpresa había desaparecido, solo nos quedaba luchar. Entré por la puerta del edificio, que estaba entre abierta y sentí que a cada lado de la puerta había un guardia. Tomé dos flechas y entré rodando por el suelo, los guardias dispararon pero sin darme y yo tensé la cuerda y atravesé la cabeza de un guardia con una flecha, el otro miró enfadado como su compañero moría y se preparaba para dar un segundo disparo. Este disparo salió del cañón de su arma y rozó contra mi cara, dejando ver una pequeña herida que estaba sangrando. Puse mi mano sobre esta para ver la sangre y luego tomé la otra flecha y la disparé hacia el pecho del mismo, atravesándolo con enorme ligereza. Luego de eso miré al resto del edificio, las cámaras estaban por todos lados y en todos los ángulos, me tenían vigilada por completo. Cabe destacar que dada la poca luz que había dentro del edificio, no había terminado de distinguir la decoración, que era ligeramente rojiza y presentaba rasgos antiguos y típicos de bibliotecas y academias antiguas. En las paredes abundaban los cuadros de corte antigua y el diseño bibliotecario, aunque cabe destacar que se observaba numerosas veces el símbolo del libro roto y el ratón, lo que en mi opinión quería significar una librería de ratones de biblioteca, o quizás no, no lo entendía del todo.
-Quién sea que controle esto, que se muestre ahora o acabaré con todos los que en este edificio se esconden y si hace falta con el edificio mismo, solo para llegar a ti.-Grité mirando fijamente a uno de los den den mushis cámara que me enfocaba.
Unos minutos después y mientras buscaba con la mirada alguna puerta o alguna entrada, aunque en el centro había una gran escalera que llevaba al segundo piso, una presencia muy fuerte apareció ante mi, en el centro de la escalera y mirándome con curiosidad. El hombre tenía el pelo grasiento y con un peinado extraño y feo, además de mostrar una cara horrible, con bigote extraño y una barba también del mismo tipo. En su ojo derecho tenía una especie de parque que se conectaba a la parte trasera de su cabeza y a su oído derecho, no sabía del todo lo que era, pero suponía que servía para comunicarse con sus hombres o para mostrarse más feo de lo que ya era. Al sentir su fuerza supuse que era la persona que había sentido pocos segundos antes en el bosque, el jefe de ese gran complot.
- Apariencia del jefe:
-Vaya vaya vaya, señorita, ¿no le han dicho que no está bien gritar en una biblioteca? Le enseñaré que no está nada bien romper las reglas y menos en un lugar tan sagrado del conocimiento.-Dijo el hombre con una cara orgullosa y preparándose para hacer algo.
-Yo seré quién te enseñe que no debes ir por ahí maltratando gente y robando libros.-Dije sonriendo de medio lado y preparando unas cuantas flechas para dispararlas en cuanto encontrase el momento.
El hombre apuntó con su mano y segundos después, sacó una especie de pistola, pulsó el botón de esta mientras apuntaba al techo y un gran candelabro empezó a descender del mismo. De la pistola no salió proyectil alguno, cosa que me sorprendió y no supe como interpretar. Al ver el candelabro cayendo a máxima velocidad, di una voltereta, salté y una vez estaba a la altura del candelabro, me impulsé en el mismo para alcanzar más altura todavía. Una vez en el aire, apunté dos de mis flechas al hombre extraño y las disparé a máxima potencia y cargados de haki de armadura. Las flechas alcanzaron al hombre, pero este movió su mano de manera extraña por segunda vez y apuntó a mi espalda, de ahí salió un gran pincho metálico. Este venía dirigido directo hacia mi y no tenía modo alguno de esquivarlo en medio del aire, por poco conseguí esquivarlo para que no tocase ningún órgano interno, pero atravesó la palma de mi mano izquierda, dejando un gran agujero y un gran dolor. Seguidamente caí al suelo y esperé unos minutos para levantarme, esperando que el hombre no hiciera nada durante ese tiempo, aunque probablemente me encontraba mucho peor de lo que quería. Necesitaba levantarme y matarlo, pero no podía con el dolor de mi mano y además, ese candelabro había incendiado la alfombra que cubría casi todo el suelo de esa sala, me quedaba poco para sobrevivir en ese estado. "Bleyd, espero que sobrevivas", pensaba internamente.
-Pelirrojo, escóndete, ya encontraré la manera de protegerte, pero no te muestres ante este hombre de ninguna manera.-Grité mirando hacia donde sentía el alma del joven pelirrojo, no tenía mucho tiempo para esconderse y yo tenía que levantarme ya de ahí, pero mis ojos se cerraban lentamente.
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Vi en las manos del hombre algo que me había apropiado minutos antes, el libro que encontramos. Al ver su cara entonces y una marca que tenía grabada en la mejilla izquierda, lo entendí todo a la perfección. Deduje todo a partir de esto, ese hombre era algo más importante en nuestro tablero de ajedrez que habíamos montado, era el que se había encargado de todo eso y era el hombre al que llevábamos todo el día buscando. No era nada más y nada menos que el dueño de esos libros y probablemente también el encargado de mandar a los ladrones a robarlos.
Segundos después de darme cuenta de todo eso, había caído inconsciente y me encontraba sumida en un sueño profundo, con llamas cubriéndome a todo mi alrededor y con un sentimiento que me incitaba a despertarme, pero que mi cuerpo no respondía haciéndolo. Unos minutos después de salir de ese profundo sueño, abrí los ojos lentamente y para mi sorpresa, me encontraba ya fuera del edificio y fuera del peligro. Salté y miré a mi alrededor preocupada, en busca de algo o de alguien, no sabía que hacía fuera y tampoco que había pasado durante el tiempo que no estuve despierta. Para mi sorpresa, a mi lado estaba el joven pelirrojo que conocimos ese mismo día, me mostró una sonrisa y me explicó que fue el encargado de sacarme del edificio, el cual estaba en llamas. Y así es, las llamas seguían saliendo de dentro, aunque cada vez eran menores y pocos minutos después, dolor y agonía era lo que se oía, era la misma voz del hombre que me había robado, lo peor acababa de pasar, era la única persona de la que podíamos sacar la información que tanto necesitábamos.
Por la puerta del edificio que ya no estaba casi en llamas, salía un hombre con pinta de verdugo, o más bien con una espada gigante ensangrentada, era Bleyd. Le miré de arriba abajo algo extrañada y busque cualquier herida posible, pero no vi casi sangre por su cuerpo, eso me dejó algo sorprendida, su aura había cambiado a un aura más oscura y cada vez menos pura, eso me asustó por momento. A su alrededor no había nada extraño y tampoco llevaba nada que cambiara su apariencia, era extraño pero no sabía que es lo que le había pasado ahí dentro.
-Bleyd, supongo que sabes que ese es el hombre al que debíamos interrogar, así que no te voy a echar la bronca, se que lo has hecho para salvarme y te lo agradezco completamente, pero eres tu el que tendrá que mediar con las consecuencias de haberlo ejecutado. Ahora bien, te diré mis deducciones antes de haber caído inconsciente, ese hombre tenía en su mejilla izquierda una marca que era igualita a la del libro y también igualita a la puerta del sótano de la casa del hombre que nos encargó este trabajo. Por ello, y por su emocionadísima expresión al tomar el libro, deduzco que el hombre que acabas de matar, es el tío de Thomas. Quizás tu tengas otra aproximación mejor, pero de no ser así, vamos a darle el pésame a Thomas y de ser posible, borrar toda evidencia de esta edificación, además de sacar el cuerpo, que probablemente esté en llamas de su tío y darle un funeral a medida.-Dije mostrándome algo adolorida, aún sentía mi mano sangrando, pues no tuve tiempo de parar la herida o siquiera cubrirla.
Tras eso tomé un par de hojas y me las puse sobre la herida, para poco después cubrirla de una capa de tungsteno, eso sería suficiente para sujetarlas y hacer que sus efectos prevalezcan al menos por una hora. Eso sería suficiente para cerrar esa fea herida y para aliviar el dolor que no paraba de molestar. Seguidamente miré al pelirrojo y le hice una señal de que volveríamos enseguida, teníamos que sacar el cuerpo de ese hombre fuera de ahí antes de que se derrumbara lo que quedaba del edificio, aunque a decir verdad, era una biblioteca, probablemente ardiese por casi dos días constantemente. Cogí a Bleyd de la mano y entré corriendo por la puerta, pero algo ocurrió en ese momento, una viga de madera caía del techo, no supe como reaccionar y levanté las manos para crear un pilar de tungsteno con ellas que la sujetara, pero probablemente no llegara a ser suficiente, así que le hice una señal a Bleyd de que mirase arriba y usara su espada, para sujetar o para cortar la viga, poco me importaba, mientras no nos cayera a toda velocidad, esa cosa pesaba al menos doscientos kilos.
-Encárgate de abrir de nuevo la entrada, parece que la puerta se está cerrando por el fuego, yo me encargaré de buscar el cuerpo de ese muerto y sacarlo fuera.-Dije con una sonrisa, mientras empezaba a correr por todo el lugar en busca del cuerpo, mi haki de observación no era capaz de detectarlo porque ya había perdido cualquier presencia parecida, no quedaba alma humana a parte de la de Bleyd y la mía, aunque la de Bleyd no era muy humana digamos, parecía una especie de demonio por dentro, aunque desde fuera no lo aparentaba. Seguí caminando y por fin di del cuerpo calcinado, quité un par de maderos de alrededor con mis brazos y creando tungsteno para ello y lo saqué creando una cama del mismo material, más bien una caja. La caja lo protegería si llegara a producirse algún fuego alrededor suyo, aunque el cuerpo ya estaba tan negro que era imperceptible alguna quemadura más. Tras eso empecé a buscar a Bleyd, con la esperanza de que ya hubiera abierto la entrada y pudiéramos salir de ahí.
Segundos después de darme cuenta de todo eso, había caído inconsciente y me encontraba sumida en un sueño profundo, con llamas cubriéndome a todo mi alrededor y con un sentimiento que me incitaba a despertarme, pero que mi cuerpo no respondía haciéndolo. Unos minutos después de salir de ese profundo sueño, abrí los ojos lentamente y para mi sorpresa, me encontraba ya fuera del edificio y fuera del peligro. Salté y miré a mi alrededor preocupada, en busca de algo o de alguien, no sabía que hacía fuera y tampoco que había pasado durante el tiempo que no estuve despierta. Para mi sorpresa, a mi lado estaba el joven pelirrojo que conocimos ese mismo día, me mostró una sonrisa y me explicó que fue el encargado de sacarme del edificio, el cual estaba en llamas. Y así es, las llamas seguían saliendo de dentro, aunque cada vez eran menores y pocos minutos después, dolor y agonía era lo que se oía, era la misma voz del hombre que me había robado, lo peor acababa de pasar, era la única persona de la que podíamos sacar la información que tanto necesitábamos.
Por la puerta del edificio que ya no estaba casi en llamas, salía un hombre con pinta de verdugo, o más bien con una espada gigante ensangrentada, era Bleyd. Le miré de arriba abajo algo extrañada y busque cualquier herida posible, pero no vi casi sangre por su cuerpo, eso me dejó algo sorprendida, su aura había cambiado a un aura más oscura y cada vez menos pura, eso me asustó por momento. A su alrededor no había nada extraño y tampoco llevaba nada que cambiara su apariencia, era extraño pero no sabía que es lo que le había pasado ahí dentro.
-Bleyd, supongo que sabes que ese es el hombre al que debíamos interrogar, así que no te voy a echar la bronca, se que lo has hecho para salvarme y te lo agradezco completamente, pero eres tu el que tendrá que mediar con las consecuencias de haberlo ejecutado. Ahora bien, te diré mis deducciones antes de haber caído inconsciente, ese hombre tenía en su mejilla izquierda una marca que era igualita a la del libro y también igualita a la puerta del sótano de la casa del hombre que nos encargó este trabajo. Por ello, y por su emocionadísima expresión al tomar el libro, deduzco que el hombre que acabas de matar, es el tío de Thomas. Quizás tu tengas otra aproximación mejor, pero de no ser así, vamos a darle el pésame a Thomas y de ser posible, borrar toda evidencia de esta edificación, además de sacar el cuerpo, que probablemente esté en llamas de su tío y darle un funeral a medida.-Dije mostrándome algo adolorida, aún sentía mi mano sangrando, pues no tuve tiempo de parar la herida o siquiera cubrirla.
Tras eso tomé un par de hojas y me las puse sobre la herida, para poco después cubrirla de una capa de tungsteno, eso sería suficiente para sujetarlas y hacer que sus efectos prevalezcan al menos por una hora. Eso sería suficiente para cerrar esa fea herida y para aliviar el dolor que no paraba de molestar. Seguidamente miré al pelirrojo y le hice una señal de que volveríamos enseguida, teníamos que sacar el cuerpo de ese hombre fuera de ahí antes de que se derrumbara lo que quedaba del edificio, aunque a decir verdad, era una biblioteca, probablemente ardiese por casi dos días constantemente. Cogí a Bleyd de la mano y entré corriendo por la puerta, pero algo ocurrió en ese momento, una viga de madera caía del techo, no supe como reaccionar y levanté las manos para crear un pilar de tungsteno con ellas que la sujetara, pero probablemente no llegara a ser suficiente, así que le hice una señal a Bleyd de que mirase arriba y usara su espada, para sujetar o para cortar la viga, poco me importaba, mientras no nos cayera a toda velocidad, esa cosa pesaba al menos doscientos kilos.
-Encárgate de abrir de nuevo la entrada, parece que la puerta se está cerrando por el fuego, yo me encargaré de buscar el cuerpo de ese muerto y sacarlo fuera.-Dije con una sonrisa, mientras empezaba a correr por todo el lugar en busca del cuerpo, mi haki de observación no era capaz de detectarlo porque ya había perdido cualquier presencia parecida, no quedaba alma humana a parte de la de Bleyd y la mía, aunque la de Bleyd no era muy humana digamos, parecía una especie de demonio por dentro, aunque desde fuera no lo aparentaba. Seguí caminando y por fin di del cuerpo calcinado, quité un par de maderos de alrededor con mis brazos y creando tungsteno para ello y lo saqué creando una cama del mismo material, más bien una caja. La caja lo protegería si llegara a producirse algún fuego alrededor suyo, aunque el cuerpo ya estaba tan negro que era imperceptible alguna quemadura más. Tras eso empecé a buscar a Bleyd, con la esperanza de que ya hubiera abierto la entrada y pudiéramos salir de ahí.
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Agilidad
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Precisión
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Agudeza
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Nada más tomar el cuerpo del hombre, pude ver como la puerta se había derrumbado debido a las llamas, pero estas no me estaban afectando, tenía parte de mi cuerpo convertida en tungsteno y eso me permitía resistir temperaturas mucho más altas que las que ahí había. Bleyd por otro lado, hizo algo útil por una vez, abrió un agujero en la pared por donde pude salir, tanto yo como el cuerpo del hombre muerto. Sentí como el edificio se derrumbaba rápidamente a medida que salía del edificio y una vez fuera, este cayó por completo, dejando todo lleno de escombros y destrozos. Bleyd estaba a mi lado y eso era bueno, pues no se había quemado con ese fogón de ahí dentro, en su brazo se podían notar quemaduras, así que tomé de mi mochila algunas hojas de unas plantas que recogí en Amazon Lily y las dispuse por su brazo, con la esperanza de que no se hiciera el fuerte y aceptara tener esas hojas por unos instantes. Si todo iba bien, las hojas harían efecto y dejarían una sensación agradable y quitando todo escozor y dolor en aquella zona donde fueran aplicadas, esta forma de medicina cada vez me asombraba más.
-No te quites estas hojas, te quitarán el dolor de las quemaduras y las curará más rápido, creo que es de lo poco que puedo hacer a cambio de tu gran ayuda. Muchas gracias por abrir el agujero, aunque te aviso que la temperatura no es algo que me afecte demasiado, soy capaz de resistir temperaturas mucho más altas debido a mi habilidad especial, aunque quizás eso no lo sabías y por ello me salvaste, te lo agradezco.-Dije sonriendo mientras dejaba las hojas y me disponía a buscar al pelirrojo con la mirada.
Unos metros más lejos de mí se encontraba el chico pelirrojo que nos había acompañado durante todo el trayecto, al parecer se encontraba bastante mal en cuanto observó el cuerpo del hombre calcinado, que a pesar de lo poco que quedaba de él, lo reconoció, era evidentemente la persona a la que estuvimos buscando todo el tiempo y se encontraba en un lugar recóndito que probablemente no se nos hubiera ocurrido nunca investigar, pero fue un buena idea tener al joven pelirrojo con nosotros, una muy buena idea. Miré al joven con cierta pena y le abracé, infundiendo en el un espíritu de pureza y esperanza, confiando que eso le hiciera sentirse mejor, aunque quizás no era suficiente, pues perder a alguien querido suponía un dolor mucho más fuerte que ese y yo lo sabía, durante mi infancia perdí a mi compañero perfecto, mi pequeño tigrecito.
-Se lo que se siente perder a alguien querido, en mi infancia perdí dos seres muy queridos por mí y nunca llegué a encontrar la manera de reemplazarlos. Por ello debes ser fuerte y tener esperanza en que tu situación va a mejorar, la muerte del hermano de tu padre, es decir, tu tío, no es nada más que el inicio de una nueva etapa en tu vida, una etapa en la cual te volverás mucho mejor que tu padre y que tu tío, mucho mejor que cualquier persona. ¡Ánimo!-Decía con fuerza y sonriendo, intentando mostrar mi propia inocencia.
-Y ahora vamos hacia la casa de tu padre, será necesario darle un funeral digno a este hombre, que a pesar de haberse introducido tan adentro en la lectura y haber sido captado totalmente por la oscuridad de esta, fue un gran hombre, que supo ayudar hasta haber sido transformado por completo y creo que él es el primero en arrepentirse de lo que ha hecho.-Añadí sonriendo mientras miraba al joven con una sonrisa y señalaba el camino de vuelta a la casa de Thomas.
Una vez dije todas esas frases, el joven pelirrojo se levantó y tomó el cuerpo de su tío en sus hombros, al parecer había cambiado por completo su actitud y se sentía lo suficientemente fuerte como para llevar los restos mortales del hermano de su padre, un acto de valentía y honor sin duda alguna, estaba bastante sorprendida por lo que estaba viendo. Tomé mi arco y las cosas que había por el suelo y que me pertenecían y me encaminé en la misma dirección que el joven, si Bleyd no fuera a caminar por si mismo, lo tomaría de la mano o el hombro y lo llevaría, el peso tampoco era un gran problema, aunque no podía levantar pesos enormes, era capaz de levantar hasta unas cinco toneladas sin sentir dolor alguno, todo debido al entrenamiento de esos tres duros años en Amazon Lily. El sol se había difuminado por completo y el cielo se encontraba ahora poblado de densas nubes que comenzaban a gotear, de tal manera que parecían estar llorando por la muerte de alguien o más bien, por la muerte de unos cuantos, esa casa se había convertido en un matadero, muchos hombres murieron y muchos de ellos lo hicieron para proteger el conocimiento que su jefe intentaba mantener oculto de la humanidad o quizás solo de sus seres queridos.
-Parece como si el cielo está llorando por la muerte de este hombre, ¿no crees Bleyd?-Pregunté de manera reflexiva mientras miraba al cielo, que dejaba caer pequeñas gotas de agua, las cuales se escurrían por mis mejillas cada vez más frecuentemente. Había comenzado a llover.
-No te quites estas hojas, te quitarán el dolor de las quemaduras y las curará más rápido, creo que es de lo poco que puedo hacer a cambio de tu gran ayuda. Muchas gracias por abrir el agujero, aunque te aviso que la temperatura no es algo que me afecte demasiado, soy capaz de resistir temperaturas mucho más altas debido a mi habilidad especial, aunque quizás eso no lo sabías y por ello me salvaste, te lo agradezco.-Dije sonriendo mientras dejaba las hojas y me disponía a buscar al pelirrojo con la mirada.
Unos metros más lejos de mí se encontraba el chico pelirrojo que nos había acompañado durante todo el trayecto, al parecer se encontraba bastante mal en cuanto observó el cuerpo del hombre calcinado, que a pesar de lo poco que quedaba de él, lo reconoció, era evidentemente la persona a la que estuvimos buscando todo el tiempo y se encontraba en un lugar recóndito que probablemente no se nos hubiera ocurrido nunca investigar, pero fue un buena idea tener al joven pelirrojo con nosotros, una muy buena idea. Miré al joven con cierta pena y le abracé, infundiendo en el un espíritu de pureza y esperanza, confiando que eso le hiciera sentirse mejor, aunque quizás no era suficiente, pues perder a alguien querido suponía un dolor mucho más fuerte que ese y yo lo sabía, durante mi infancia perdí a mi compañero perfecto, mi pequeño tigrecito.
-Se lo que se siente perder a alguien querido, en mi infancia perdí dos seres muy queridos por mí y nunca llegué a encontrar la manera de reemplazarlos. Por ello debes ser fuerte y tener esperanza en que tu situación va a mejorar, la muerte del hermano de tu padre, es decir, tu tío, no es nada más que el inicio de una nueva etapa en tu vida, una etapa en la cual te volverás mucho mejor que tu padre y que tu tío, mucho mejor que cualquier persona. ¡Ánimo!-Decía con fuerza y sonriendo, intentando mostrar mi propia inocencia.
-Y ahora vamos hacia la casa de tu padre, será necesario darle un funeral digno a este hombre, que a pesar de haberse introducido tan adentro en la lectura y haber sido captado totalmente por la oscuridad de esta, fue un gran hombre, que supo ayudar hasta haber sido transformado por completo y creo que él es el primero en arrepentirse de lo que ha hecho.-Añadí sonriendo mientras miraba al joven con una sonrisa y señalaba el camino de vuelta a la casa de Thomas.
Una vez dije todas esas frases, el joven pelirrojo se levantó y tomó el cuerpo de su tío en sus hombros, al parecer había cambiado por completo su actitud y se sentía lo suficientemente fuerte como para llevar los restos mortales del hermano de su padre, un acto de valentía y honor sin duda alguna, estaba bastante sorprendida por lo que estaba viendo. Tomé mi arco y las cosas que había por el suelo y que me pertenecían y me encaminé en la misma dirección que el joven, si Bleyd no fuera a caminar por si mismo, lo tomaría de la mano o el hombro y lo llevaría, el peso tampoco era un gran problema, aunque no podía levantar pesos enormes, era capaz de levantar hasta unas cinco toneladas sin sentir dolor alguno, todo debido al entrenamiento de esos tres duros años en Amazon Lily. El sol se había difuminado por completo y el cielo se encontraba ahora poblado de densas nubes que comenzaban a gotear, de tal manera que parecían estar llorando por la muerte de alguien o más bien, por la muerte de unos cuantos, esa casa se había convertido en un matadero, muchos hombres murieron y muchos de ellos lo hicieron para proteger el conocimiento que su jefe intentaba mantener oculto de la humanidad o quizás solo de sus seres queridos.
-Parece como si el cielo está llorando por la muerte de este hombre, ¿no crees Bleyd?-Pregunté de manera reflexiva mientras miraba al cielo, que dejaba caer pequeñas gotas de agua, las cuales se escurrían por mis mejillas cada vez más frecuentemente. Había comenzado a llover.
Yumiko Mei
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Seguíamos caminando hacia la casa de Thomas, el joven pelirrojo mantenía su valentía y llevaba el calcinado cuerpo de su tío sobre sus propios hombros, un acto de lo más honorífico. A mi izquierda, Bleyd me había preguntado sobre cual sería mi objetivo tras esto, el se iría al sur según sus palabras en busca de algún trabajo. Yo no tenía claro que iría a hacer, quizás fuera a la próxima isla en busca de la entrada al Grand Line por enésima vez o simplemente seguiría deambulando por esas islas que poblaban el mar del este, me gustaban ambas ideas, pero no sabía escoger, digamos que iría hacia donde me llevara el destino o más bien, hacia donde me llevara la curiosidad. Miré hacia el cielo, el cual seguía mostrando una continua lluvia y que ya había terminado con el incendio de la casa que habíamos dejado atrás poco tiempo antes. El tiempo seguía mostrando pena y dolor ante la muerte de ese hombre, pero no había manera alguna de recuperar una vida como la suya, no esa vida sacrificada para hacer el mal a costa de un beneficio propio, aunque las intenciones fueran buenas, no hay porque cumplirlas por el mal camino, quizás esa fuera solamente mi opinión, pero estaba casi segura de que era lo correcto, al menos para mí.
-La verdad es que no se, quizás me quede por estos lares o puede que viaje en direcciones nunca pensadas. Para mi viajar es ir a un lugar donde pueda aventurarme y descubrir cosas nuevas, no ando en busca de un trabajo y tampoco de un tesoro, no necesito el dinero, el dinero es un fin último que busco para darles un buen hogar a mis padres. Prefiero seguir viajando y encontrarme muchas más curiosidades que dedicarme a algo concreto por el simple hecho de ganar dinero, es probable que solo sea mi humilde opinión, pero es lo que de verdad pienso.-Dije mientras miraba con entusiasmo a Bleyd y terminé con una sonrisa, algo más seria que antes, pues esta vez estaba diciéndole exactamente lo que pensaba.
Pasábamos por al lado del cementerio, cuando el pelirrojo empezaba a caerse por un lado, una de sus piernas le estaba fallando y corrí hacia el para ayudarlo. El joven me rechazó empujándome a un lado y ante eso, pude descubrir en su cara la señal de una persona fuerte y confiable, una persona que no sabe cuando rendirse y que sabe como manejarse. Se notaba como estaba destruido por dentro y seguía luchando contra los propios demonios que oprimían su humilde corazón, puede ser que solo fuera visión mía, pero las lágrimas en sus ojos, las cuales se intentaba quitar a medida que seguía caminando con todas sus fuerzas, mostraban un claro dolor y destrucción interior, así como las ganas de seguir adelante y la valentía de dejar atrás un camino perdido, el de su tío muerto.
-Bleyd, ¿observas tu también la valentía de ese joven? Quizás solo es impresión mía, pero ese chico ha dejado atrás más de lo que nosotros podamos imaginar, ha dejado atrás personas más importantes que nosotros y parece que es capaz de seguir adelante sin problema alguno, es capaz de mostrarse fuerte ante la vida misma y más importante aún, ante la propia muerte. Es admirable, me pregunto porqué no está en algún ejército o en algún lugar más importante del que está su familia, tiene lo que se necesita para estar ahí. ¿No crees Bleyd?-Decía mientras señalaba al joven pelirrojo, poco antes de llegar al cementerio que decoraba la casa de Thomas.
-La verdad es que no se, quizás me quede por estos lares o puede que viaje en direcciones nunca pensadas. Para mi viajar es ir a un lugar donde pueda aventurarme y descubrir cosas nuevas, no ando en busca de un trabajo y tampoco de un tesoro, no necesito el dinero, el dinero es un fin último que busco para darles un buen hogar a mis padres. Prefiero seguir viajando y encontrarme muchas más curiosidades que dedicarme a algo concreto por el simple hecho de ganar dinero, es probable que solo sea mi humilde opinión, pero es lo que de verdad pienso.-Dije mientras miraba con entusiasmo a Bleyd y terminé con una sonrisa, algo más seria que antes, pues esta vez estaba diciéndole exactamente lo que pensaba.
Pasábamos por al lado del cementerio, cuando el pelirrojo empezaba a caerse por un lado, una de sus piernas le estaba fallando y corrí hacia el para ayudarlo. El joven me rechazó empujándome a un lado y ante eso, pude descubrir en su cara la señal de una persona fuerte y confiable, una persona que no sabe cuando rendirse y que sabe como manejarse. Se notaba como estaba destruido por dentro y seguía luchando contra los propios demonios que oprimían su humilde corazón, puede ser que solo fuera visión mía, pero las lágrimas en sus ojos, las cuales se intentaba quitar a medida que seguía caminando con todas sus fuerzas, mostraban un claro dolor y destrucción interior, así como las ganas de seguir adelante y la valentía de dejar atrás un camino perdido, el de su tío muerto.
-Bleyd, ¿observas tu también la valentía de ese joven? Quizás solo es impresión mía, pero ese chico ha dejado atrás más de lo que nosotros podamos imaginar, ha dejado atrás personas más importantes que nosotros y parece que es capaz de seguir adelante sin problema alguno, es capaz de mostrarse fuerte ante la vida misma y más importante aún, ante la propia muerte. Es admirable, me pregunto porqué no está en algún ejército o en algún lugar más importante del que está su familia, tiene lo que se necesita para estar ahí. ¿No crees Bleyd?-Decía mientras señalaba al joven pelirrojo, poco antes de llegar al cementerio que decoraba la casa de Thomas.
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