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Yumiko Mei
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Akuma no mi
Varios
Seguimos caminando por ese inhóspito cementerio, ningún alma rondaba cerca excepto la del joven pelirrojo, Bleyd y yo, el tiempo seguía ofreciendo una lluvia constante como recompensa hacía los honores de ese hombre ahora calcinado y a hombros del chico, o más bien era una forma de llorar la poca dignidad que le quedaba a ese hombre destruido por la voluntad inacabable de conocimiento. Jugar con lo desconocido es mala idea y esto es un ejemplo claro de ello, pues al haber buscado cosas donde no debía acabó por destrozarse a sí mismo, tanto a él como a sus familiares y cercanos, esto es una situación de lo más horrenda y ese hombre fue capaz de crearla. No creo que fuera por el libro o por los tantos libros que en sus escritos presentaban todo tipo de información destructiva o peyorativa, a decir verdad solo podía leer parte de los escritos y lo que conseguía entender eran pequeños fragmentos que parecían ser novelísticos y contar historias de un ser que era capaz de controlarlo todo y de sus respectivos conocimientos sobre el mundo en el que vivía. Quizás mediante ese libro buscaba un sentido a la realidad o a la vida que estaba viviendo, aunque el libro no dejase nada claro y se quedase en una mera exposición de historias narradas con multitud de metáforas y enrevesadas tramas.
Me dí cuenta poco tiempo después que tenía la cabeza en mi mundo y poco pude entender de lo que Bleyd me estaba diciendo, a decir verdad no esperaba que dijese tampoco nada importante, no parecía ser lo suyo, pero sin embargo se me presentaba como una persona amable y sensata o al menos eso creía ver ante mis ojos. La lluvia no dejaba de brotar lágrimas y mi mente seguía vagando entre gota y gota, unos segundos después miré hacia delante y me encontré conque ya estábamos delante del edificio arruinado del que habíamos comenzado nuestra búsqueda. Unos cuantos recuerdos brotaron de mi mente, pues ese lugar sería también el fin de nuestro encuentro y más aún, de una historia que ha terminado en tragedia. Miré a las derruidas ventanas y como el joven pelirrojo se sentaba en las escaleras de al lado de la puerta con el cuerpo de su tío en brazos y esperando que su padre saliese. Bleyd fue el que rompió el continuo silencio que reinaba nuestra conversación, que a decir verdad eran solo frases sueltas, uno hablaba y tras un largo periodo de tiempo el otro contestaba, era una conversación que dejaba mucho que reflexionar y perdía por ello la diversión que una conversación normal debía de tener, al menos en mi opinión.
Sonaron tres "Knock" en la puerta de la casa y el dueño respondió, la situación se tronó desmoralizadora, el hombre nos miró varias veces y tras eso se giró y miró el calcinado cuerpo de su hermano y a su hijo sujetándolo, entendió gran parte de la situación de golpe y su cara cambió a una cara de dolor, pero no empezó a llorar y mucho menos, se acercó a su hijo y lo abrazó con fuerza. El hijo mantenía su mirada firme e intentaba no mostrar su dolor, algo impensable en muchas personas en su situación. Se quedaron así durante un tiempo y tras varios minutos, quizás horas, Thomas vino donde nosotros y empezamos a negociar el dinero que nos debía, la verdad es que no veía ya la necesidad de pedirle el dinero, pero como era un negocio teníamos que hacerlo, de no hacerlo acabaría transformando mi vida en puros trabajos voluntarios y donativos, que bien podría hacerme sentirme bien o hacerme sentirme mal, aún no sabía del todo el concepto de lo bueno y lo malo en cuanto a economía hablando, así que decidí aceptar su dinero, nada más y nada menos que cuarenta millones de berries.
-Siento muchísimo como se ha tornado la situación y a decir verdad podría no haber acabado tan mal, de no ser porque su hermano vivía en esa gran biblioteca, que al empezar a quemarse todo empezó a arder al instante, es bien sabido que los libros y sobretodo el papel es un buen combustible. Investigamos acerca de la vida de su hermano y llegamos a la conclusión de que creó una organización que buscaba información, quizás solo era conocimiento prohibido, pero gran parte de los libros que pude ver eran novelas, quizás solo fuera un hombre adicto a la literatura que deseaba vivir en su mundo ficticio y despejarse por completo de la realidad, en tal caso ya ha conseguido su paz eterna y por ende su sueño eterno. De lo contrario, probablemente buscase alguna información concreta o algún grupo ideológico que no llegamos a comprender, pues esos libros robados tenían escritos en idiomas bastante ilegibles y entre los mismos se podían ver algunas firmas famosas en el submundo, pero de las cuales no pudimos sacar mucha información puesto que no tenemos conocimientos de ese mundo tan oscuro. Espero que comprenda el trabajo que nos ha conllevado esto y mantenga su cabeza fría a la hora de negociarlo.-Dije sonriendo mientras miraba a Thomas e intentando parecer lo más seria posible ante aquella situación descabellante.
-Es usted de lo más diplomática señorita, ha conseguido más de lo necesario y no tengo el más mínimo rencor a la muerte de mi querido hermano, si no hubiera sido por ustedes probablemente acabase muerto de otra manera más dolorosa aún y puede que con su cuerpo irrecuperable por completo, al menos así le podremos dar un entierro digno, a pesar de sus fechorías es mi hermano y como tal se merece el más alto respecto entre sus familiares.-Dijo el señor Thomas mientras mantenía su mirada firme y su voz sin ninguna discordancia.-En cuanto al dinero, aquí tienen sus cuarenta millones de berries, es una cifra bastante elevada pero creo que se lo merecen por su duro trabajo y espero que esas heridas que veo en sus cuerpos sanen pronto, muchísimas gracias por vuestro trabajo.-Añadió el hombre ofreciéndonos dos maletines, probablemente hubiese unos 20 millones en cada.
-Fue un placer hacer negocios con usted y espero que su situación familiar mejore en el futuro, hasta la próxima.-Decía yo mientras tomaba uno de los maletines y esperaba que Bleyd tomase el otro, teníamos que dividir las ganancias como habíamos concordado al principio, yo un 60% y el un 40%, los negocios eran los negocios.
Me dí cuenta poco tiempo después que tenía la cabeza en mi mundo y poco pude entender de lo que Bleyd me estaba diciendo, a decir verdad no esperaba que dijese tampoco nada importante, no parecía ser lo suyo, pero sin embargo se me presentaba como una persona amable y sensata o al menos eso creía ver ante mis ojos. La lluvia no dejaba de brotar lágrimas y mi mente seguía vagando entre gota y gota, unos segundos después miré hacia delante y me encontré conque ya estábamos delante del edificio arruinado del que habíamos comenzado nuestra búsqueda. Unos cuantos recuerdos brotaron de mi mente, pues ese lugar sería también el fin de nuestro encuentro y más aún, de una historia que ha terminado en tragedia. Miré a las derruidas ventanas y como el joven pelirrojo se sentaba en las escaleras de al lado de la puerta con el cuerpo de su tío en brazos y esperando que su padre saliese. Bleyd fue el que rompió el continuo silencio que reinaba nuestra conversación, que a decir verdad eran solo frases sueltas, uno hablaba y tras un largo periodo de tiempo el otro contestaba, era una conversación que dejaba mucho que reflexionar y perdía por ello la diversión que una conversación normal debía de tener, al menos en mi opinión.
Sonaron tres "Knock" en la puerta de la casa y el dueño respondió, la situación se tronó desmoralizadora, el hombre nos miró varias veces y tras eso se giró y miró el calcinado cuerpo de su hermano y a su hijo sujetándolo, entendió gran parte de la situación de golpe y su cara cambió a una cara de dolor, pero no empezó a llorar y mucho menos, se acercó a su hijo y lo abrazó con fuerza. El hijo mantenía su mirada firme e intentaba no mostrar su dolor, algo impensable en muchas personas en su situación. Se quedaron así durante un tiempo y tras varios minutos, quizás horas, Thomas vino donde nosotros y empezamos a negociar el dinero que nos debía, la verdad es que no veía ya la necesidad de pedirle el dinero, pero como era un negocio teníamos que hacerlo, de no hacerlo acabaría transformando mi vida en puros trabajos voluntarios y donativos, que bien podría hacerme sentirme bien o hacerme sentirme mal, aún no sabía del todo el concepto de lo bueno y lo malo en cuanto a economía hablando, así que decidí aceptar su dinero, nada más y nada menos que cuarenta millones de berries.
-Siento muchísimo como se ha tornado la situación y a decir verdad podría no haber acabado tan mal, de no ser porque su hermano vivía en esa gran biblioteca, que al empezar a quemarse todo empezó a arder al instante, es bien sabido que los libros y sobretodo el papel es un buen combustible. Investigamos acerca de la vida de su hermano y llegamos a la conclusión de que creó una organización que buscaba información, quizás solo era conocimiento prohibido, pero gran parte de los libros que pude ver eran novelas, quizás solo fuera un hombre adicto a la literatura que deseaba vivir en su mundo ficticio y despejarse por completo de la realidad, en tal caso ya ha conseguido su paz eterna y por ende su sueño eterno. De lo contrario, probablemente buscase alguna información concreta o algún grupo ideológico que no llegamos a comprender, pues esos libros robados tenían escritos en idiomas bastante ilegibles y entre los mismos se podían ver algunas firmas famosas en el submundo, pero de las cuales no pudimos sacar mucha información puesto que no tenemos conocimientos de ese mundo tan oscuro. Espero que comprenda el trabajo que nos ha conllevado esto y mantenga su cabeza fría a la hora de negociarlo.-Dije sonriendo mientras miraba a Thomas e intentando parecer lo más seria posible ante aquella situación descabellante.
-Es usted de lo más diplomática señorita, ha conseguido más de lo necesario y no tengo el más mínimo rencor a la muerte de mi querido hermano, si no hubiera sido por ustedes probablemente acabase muerto de otra manera más dolorosa aún y puede que con su cuerpo irrecuperable por completo, al menos así le podremos dar un entierro digno, a pesar de sus fechorías es mi hermano y como tal se merece el más alto respecto entre sus familiares.-Dijo el señor Thomas mientras mantenía su mirada firme y su voz sin ninguna discordancia.-En cuanto al dinero, aquí tienen sus cuarenta millones de berries, es una cifra bastante elevada pero creo que se lo merecen por su duro trabajo y espero que esas heridas que veo en sus cuerpos sanen pronto, muchísimas gracias por vuestro trabajo.-Añadió el hombre ofreciéndonos dos maletines, probablemente hubiese unos 20 millones en cada.
-Fue un placer hacer negocios con usted y espero que su situación familiar mejore en el futuro, hasta la próxima.-Decía yo mientras tomaba uno de los maletines y esperaba que Bleyd tomase el otro, teníamos que dividir las ganancias como habíamos concordado al principio, yo un 60% y el un 40%, los negocios eran los negocios.
Yumiko Mei
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Después de todos ese desastre y terminar con la negociación seguí a Bleyd que se encontraba en un banco separando las ganancias. Había repartido perfectamente, un 60% para mí y un 40% para el. Es me hizo sentirme perfectamente y sonreí felizmente por ello. La verdad es que a veces el dinero me importaba demasiado, debía pensármelo la próxima vez, un fajo de billetes de más no me iba a salvar la vida más que un amigo honrado y fiel. Seguidamente Bleyd me dijo unas frases y respondí con una sonrisa como de costumbre, esta vez con la cara algo más oscurecida y llena de cortaduras, por los problemas anteriores.
-Lo mismo digo, fue un placer trabajar contigo, aunque eso sí, debes mejorar tus formas de negociar, no estaré a tu lado siempre cuando quieras conseguir un buen fajo de billetes. En cuanto a la lucha, has estado impresionante y eso es raro oirlo de mi boca, sobre todo a gente que se dedica a matar de esa manera a sus enemigos. Por otro lado, el dinero aún no tiene un fin concreto, espero conseguir una buena causa para gastarlo, pero se verá en un futuro, de momento no soy ni adivina ni oráculo para saber donde y cuando iré a gastar mi dinero. Solo espero que no lo malgaste. Ahora sí, fue un placer verte y nos vemos en futuras aventuras, si sigues manteniéndote vivo por este mundo.-Dije mostrando la sonrisa habitual y dándole un abrazo a Bleyd, creo que se lo merecía por fin, solo esperaba que no se lo tomara demasiado enserio.
Tras ello empecé a caminar hacia el puerto y le hice una señal de adiós con la mano mientras una lágrima cayó por mi mejilla, deseaba habérselo dicho ahora, había salvado mi vida y le debía mucho pero las despedidas no eran lo mio y era mejor separarse ahora que más tarde y en peores condiciones, al final y al cabo había sido yo quién le había metido en ese apuro y en esos estúpidos combates. Esperaba enserio que tuviera un futuro mejor y menos lleno de problemas y deseaba volver a verlo en algún futuro momento. No es que me gustara, en lo más mínimo, pero lo que había hecho era un acto honrado y se merecía mi amistad, quizás más que algunos estúpidos que había visto con anterioridad.
Torné hacia el puerto y en cuanto lo alcancé vi a uno de los pescadores, pregunté por el precio de su bote y conseguí un precio más que perfecto, nada más y nada menos que 100.000 berries por un barco de pesca. Abrí el maletín tomé un tajo de 100.000 berries y se lo pagué ahí mismo, el hombre mostró una cara de asombro y me dejó el barco totalmente listo para irme, además de darme las gracias innumerables veces. Una vez subí al barco orienté las velas hacia donde el viento quería llevarme y seguí rumbo hacia lo desconocido y con solo provisiones para 2 semanas, las aventuras me aguardaban por todo el mundo y yo esperaba encontrar muchas más aventuras y más personas como Bleyd por este mundo.
"Un honorable día sin duda alguna."-Susurré para mis adentros mientras miraba hacia el lejano horizonte.
-Lo mismo digo, fue un placer trabajar contigo, aunque eso sí, debes mejorar tus formas de negociar, no estaré a tu lado siempre cuando quieras conseguir un buen fajo de billetes. En cuanto a la lucha, has estado impresionante y eso es raro oirlo de mi boca, sobre todo a gente que se dedica a matar de esa manera a sus enemigos. Por otro lado, el dinero aún no tiene un fin concreto, espero conseguir una buena causa para gastarlo, pero se verá en un futuro, de momento no soy ni adivina ni oráculo para saber donde y cuando iré a gastar mi dinero. Solo espero que no lo malgaste. Ahora sí, fue un placer verte y nos vemos en futuras aventuras, si sigues manteniéndote vivo por este mundo.-Dije mostrando la sonrisa habitual y dándole un abrazo a Bleyd, creo que se lo merecía por fin, solo esperaba que no se lo tomara demasiado enserio.
Tras ello empecé a caminar hacia el puerto y le hice una señal de adiós con la mano mientras una lágrima cayó por mi mejilla, deseaba habérselo dicho ahora, había salvado mi vida y le debía mucho pero las despedidas no eran lo mio y era mejor separarse ahora que más tarde y en peores condiciones, al final y al cabo había sido yo quién le había metido en ese apuro y en esos estúpidos combates. Esperaba enserio que tuviera un futuro mejor y menos lleno de problemas y deseaba volver a verlo en algún futuro momento. No es que me gustara, en lo más mínimo, pero lo que había hecho era un acto honrado y se merecía mi amistad, quizás más que algunos estúpidos que había visto con anterioridad.
Torné hacia el puerto y en cuanto lo alcancé vi a uno de los pescadores, pregunté por el precio de su bote y conseguí un precio más que perfecto, nada más y nada menos que 100.000 berries por un barco de pesca. Abrí el maletín tomé un tajo de 100.000 berries y se lo pagué ahí mismo, el hombre mostró una cara de asombro y me dejó el barco totalmente listo para irme, además de darme las gracias innumerables veces. Una vez subí al barco orienté las velas hacia donde el viento quería llevarme y seguí rumbo hacia lo desconocido y con solo provisiones para 2 semanas, las aventuras me aguardaban por todo el mundo y yo esperaba encontrar muchas más aventuras y más personas como Bleyd por este mundo.
"Un honorable día sin duda alguna."-Susurré para mis adentros mientras miraba hacia el lejano horizonte.
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