¿Juegas al strip póker? Ficha Ryan

Identidad

Exp: 0

Nivel: 19

Nombre: Ryan

Apellidos: :Slyver

Apodo: Sin apodo

Edad: 23

Sexo: Masculino/Hetero.

Raza:Humano.

Rango/Empleo:Pirata

Clase:Luchador

Profesión:Médico,Bufón,Científico

Rango social:Media

Akuma:Gravity-Gravity no mi

Tabla:

Kaibōgakuteki chishiki.(conocimiento médico)

Su estilo de lucha hace acopio de las habilidades que derivan de su conocimiento sobre el cuerpo humano. Debido a esto Ryan sabe exactamente o intenta establecer una aproximación de los elementos vitales del oponente, de ello derivan varias técnicas de lucha centradas en una parte de la anatomía humana:
Cisiones óseas: El cuerpo humano está formado por un sistema fundamental que es el sistema óseo. Los huesos se unen entre si formando diferentes tipos de articulaciones, desde aquellas que no poseen movilidad alguna a otras que son completamente móviles, estas últimas se denominan sinoviales. Si se ejerce una cierta acción orientada hacia este tipo de articulaciones el oponente puede perder la movilidad parcial o total sobre una de estas articulaciones de manera temporal o para siempre.
Fisuras musculares: Los músculos se insertan en los huesos por medio de tendones, debido a esto los músculos forman un sistema que puede utilizarse a favor de aquella persona que posea los suficientes conocimientos. Muy a menudo varios músculos se insertan en zonas próximas de un mismo hueso. Ryan aprovecha la anatomía del ser humano para golpear un cierto músculo y accionar otro debido a lo antes comentado. Un ejemplo de esto sería una patada en la región proximal del gastrocnemio (gemelo) que se puede utilizar para tensar la planta del pie y hacer que el oponente se caiga.
Impactos súbitos: Se trata de una variante de cisiones óseas, orientada a eliminar al sujeto o a dejarlo incapacitado para el resto de su vida. El principio en el que se basa es el mismo que las cisiones óseas pero en este caso se intentan dañar otros tipos de articulaciones que no son sinoviales sino que resultan vitales para la vida humana. Así por ejemplo las vértebras poseen discos intervertebrales entre cada una de ellas. Si se clava un objeto, o se da un potente golpe en una de estos discos o incluso en las propias vértebras, el oponente puede sufrir una incapacitación bastante severa.
Corte vital/genealogía vascular: El cuerpo humano es muy complejo en sí y a la vez puede ser dañado de múltiples formas, en esta técnica se utiliza en contra del oponente el conocimiento sobre los principales vasos sanguíneos. La técnica se basa principalmente en la sección de una vena superficial por la cual circule una gran cantidad de sangre, por ejemplo la yugular aunque existen muchas otras. El resultado es que el oponente se desangra, lo que le incapacita para el combate, o incluso llega a perder tal cantidad de sangre que hace imposible que llegue una cierta cantidad mínima de flujo sanguíneo al cerebro, provocando así su muerte.

Estilo de lucha

Descripción física

Ryan es un hombre que ronda los 1.83 m de altura, de complexión delgada pero atlética lo que le permite soportar grandes esfuerzos físicos. Su pelo es de un color rojo carmesí y echado hacia detrás, cabe mencionar que es pelirrojo natural. Su tez denota su raza más que caucásica debido a la piel tan pálida y blanca que posee su rostro, lleva tatuajes en ambas mejillas, en la izquierda lleva tatuada una lágrima de color verde mientras que en la derecha tiene lo que parece una estrella de color rojizo tirando a magenta. El significado de estos tatuajes es un tanto desconocido pero la lágrima representaría su dolor por aquellos niños que murieron y su estrella representaría todas aquellas ilusiones y sueños que aquellos niños pudieron haber tenido.
Sus labios son finos y su nariz un tanto puntiaguda. Sus cejas son finísimas y casi siempre las arquea. Sus ojos tienen un tono que recuerda el color amarillo y posee un mentón bastante pronunciado hacia delante.
Suele ir vestido con una camiseta sin mangas de color verde o blanco que le llega por el ombligo, tiene dos bordados, uno es un trébol y otro es una pica. Debajo de dicha camiseta lleva otra camisa comúnmente de color anaranjado que le cubre la parte del abdomen que la camiseta con bordado no cubre. Lleva unos pantalones bastante largos y unos zapatos que se parecen bastante a los tacones que utilizan las mujeres al vestir. Debido a que el pantalón que lleva es bastante largo, al vestirse mete lo que sobra del pantalón dentro de los zapatos creándose así pliegues en su pantalón que hacen que sus pantalones recuerden mucho a los que visten las personas musulmanas.
Tiene además dos cicatrices alrededor de ambas muñecas así como una gran cicatriz que le surca toda la espalda, desde la escápula hasta la primera vértebra lumbar. El origen de esta cicatriz se desconoce ya que Ryan es esquivo a la hora de dar respuestas acerca de ella. Su cuerpo suele ir depilado por completo, él piensa que el pelo es algo molesto a la hora de tratar una herida ya que puede infectarla y provocar males mayores. También posee un tatuaje en la espalda con forma de una viuda negra.
A veces suele vestir uno o dos pendientes. Tiene además dos barajas de póker en sus bolsillos su utilidad es bastante polivalente, aunque a simple vista sean un par de barajas y no puedan tener una utilidad mayor que la de echarse unas partidas al póker, en realidad para Ryan tienen otros muchos usos.

Para poder comprender la psicología del personaje hace falta saber que su mente sufrió un cambio drástico debido a la conmoción que le causó el incidente con los niños, debido a esto Ryan posee dos personalidades.
La primera personalidad podríamos decir que es la que definen a Ryan en sí y que tenía antes de experimentar aquel suceso traumatizante. Esta personalidad caracteriza a Ryan por ser un hombre bueno, caritativo, siempre buscaba ayudar a la gente por ello comenzó a practicar la medicina. No entraba en una disputa a menos que no hubiese otra alternativa, le gustaba zanjar los conflictos con palabras y no con puñetazos. Poseía una noción acerca del bien y el mal bastante bien definida, para él todo lo que era bueno se basaba simplemente en aquellos actos que él podía realizar en favor de otras personas con el fin de que ellas mismas consiguieras estar felices y contentas consigo mismo. Esta faceta no esconde mucha complejidad ya que en resumidas cuentas Ryan en un principio era un bonachón. Además es un poco tímido y posee un grado de empatía bastante alto.
La segunda parte de su personalidad nace a raíz del tan reiterado acontecimiento. No quiere decir con esto que esta faceta sea la predominante en su estado actual ni mucho menos. Al final también detallaré como conviven ambas facetas pero de momento vamos a explicar esta.
Considera que el hombre es un ser vivo que tendría que estar erradicado, la prueba de ello se basa en que el hombre es el único ser vivo que vive para su propia autodestrucción.
No posee falta alguna de pudor, es una persona fría, astuta, calculadora, no le importa perder alguna parte de su cuerpo en combate con tal de ganarlo. Esta personalidad odia profundamente a los niños y siente predilección por los gritos de agonía y angustia, para él todo esto no es más que el verdadero humano, la verdadera naturaleza humana, seres cobardes, miserables que se aferran con todas sus fuerzas a la vida como si de una sanguijuela se tratase. En este aspecto esta personalidad podría resumirse como misantropía.
Lo curioso de todo ello no es cada una de las personalidades por separado sino la conjunción de ambas. Por una parte si solo actuase guiándose por la conducta que ofrece su primera personalidad sería alguien muy ingenuo, que ayudaría a cualquier persona sin dudarlo, lo que ayudaría en gran medida a exponerse mucho a ataques de otras personas. Por otro lado si únicamente conservase su personalidad “misántropa” sería alguien que iría por el mundo pegándose con cualquiera que se le cruzase y le mirase mal aunque en este aspecto si aportaría una cierta protección a la hora de ser un ser calculador, astuto y frío, lo que le ayudaría a tomar decisiones de manera rápida y concisa.
La unión de ambas facetas da lugar a lo que muchos psicólogos denominarían un sujeto desequilibrado. Por un lado ciertamente es un personaje bastante excéntrico, no tiene vergüenza, es capaz de ayudar a la gente pero sólo hasta cierto punto (a veces a cambio de algo), es calculador, es astuto pero todo esto está tapado bajo una capa de falsa incredulidad que reflejan sus gestos y comentarios. Es una persona alegre, carismático y bastante cómico. El problema de este sujeto es que si se le aplica algún estímulo que desequilibre la balanza psicológica interna que lleva construida en su interior, no se sabe cómo podría reaccionar.

Descripción psicológica

Gustos

Jugar al póker: a Ryan le encantan los juegos en los cuales puede aprovecharse de su astucia para ganar, debido a esto el póker es uno de sus juegos favoritos aunque también disfruta jugando al ajedrez.
Mujeres: en un primer momento Ryan era una persona bastante tímida que no podía acercarse a ellas sin sentirse ruborizado, ahora le encanta estar en compañía de mujeres, que le alaben y otras cosas principalmente relacionadas con el sexo.
Leer libros: siente predilección por aquellas novelas que traten de aventuras incluso a veces lee novelas románticas con el fin de poner en práctica aquellos comportamientos que lee en ellas.
Escuchar el sonido de la lluvia: a mucha gente le parece muy relajante y bonito escuchar cómo la lluvia cae y sentarse a disfrutar de tal espectáculo.
Fumar cannabis: pese a que no sea muy partidario de las drogas, el cannabis es algo diferente para él, no lo considera una droga sino un medio que la medicina pone a su disposición como relajante del sistema nervioso.
Escuchar música: gusto común en gran parte de la gente, siente apego por obras clásicas aunque no es reacio a escuchar otro tipo de música, en el caso de que no le gustase, no se lo callaría y dejaría de escucharla.
Hacer juegos de palabras: llega a ser un tanto pesado en ocasiones pero para él algo que le llama la atención es como se puede utilizar el lenguaje con el fin de hacer divertidos y cómicos juegos de palabras.
Jugar a la ruleta rusa: debido a que es un juego un tanto macabro, en vez de utilizar balas utiliza algo que la persona que está jugando con él no se espera, pero esto quedará a la imaginación de cada uno. Puede ser desde una bola de balines para sufrir dolor hasta algo más inusual como un preservativo.

Niños: por alguna extraña razón odia a los niños, no soporta sus llantos ni sus gemidos, para él son seres que no tienen ninguna posibilidad de sobrevivir en un mundo tan duro como en el que vivimos.
Animales: los animales no son más que bichos a los que tienes que cuidar, alimentar sacar a pasear, etc… si a Ryan no le gustan los animales es simplemente porque prefiere tratar con personas que por lo menos tienen capacidad de raciocinio y que son seres a los que merece la pena cuidar.
Prepotencia: es un aspecto psicológico del ser humano que es incapaz de soportar, las personas prepotentes no hacen más que adelantarse a una muerte segura.
Cyborgs: le parece un despropósito que la ingeniería sea capaz de crear tales abominaciones, para él si una persona posee algún elemento biónico o robótico, no le va a caer muy bien ya que sostiene que mejor intentar sanar la herida por medio de métodos médicos que gracias a la tecnología.
Viajar en medios de transportes aéreos: más que odiarlo se podría decir que le dan miedo ya que desconfía de que ese medio de transporte sea seguro, si tiene que volar que sea por sus propios medios.

Odios

Habilidades

Medicina: no voy a comentarla mucho ya que es algo muy reiterado además de que esta mediada por niveles de profesión.
Engaño: el engaño es una de las habilidades predilectas de Ryan. Es capaz de escapar de muchas situaciones simplemente intentando hacer que los razonamientos de su rival le confundan a el mismo.
Demagogia: la palabra es una herramienta muy poderosa, sobre todo si la utiliza alguien que verdaderamente puede ser capaz de convencer a otros con el simple uso de la palabra.
Cómico: posee un estilo del humor bastante peculiar ya que por un lado puede hacer reír a los niños con su simple apariencia física y haciendo algunos gestos con la cara o incluso sacar una carcajada de las personas mayores con algún chiste de humor negro.
Ludópata: su manejo del juego de cartas se sale bastante fuera de lo común, aunque las cartas sea un juego de puro azar esto es compensado gracias a habilidades como el engaño o la capacidad de calcular que posee.
Calculador: es capaz de idear situaciones que le sean favorables así como pensar rápido a la hora de tomar ventaja y planear cualquier estrategia que tenga como resultado algo bueno para él.

Meticulosidad: debido a que es un gran perfeccionista, no es capaz de llevar a cabo ningún plan que no haya sido estudiado minuciosamente con anterioridad
Daltonismo: sufre un problema genético que le impide distinguir el color morado o colores como el marrón muy oscuro que piensa que es rojo. Aunque este problema no le ha supuesto ninguna barrera a la hora de ejercer la medicina.
Discreción: a la hora de conocer a otras personas no es muy sutil eligiendo sus palabras por lo que puede llegar a ofender bastante a la persona con la que está hablando.
Cocinar: para él la cocina es algo desconocido ya que siempre le han dado de comer, ya fuera su madre cuando era pequeño o cocineros de restaurantes. Sobre este punto también podría aclararse que es un poco machista ya que delega la acción de cocinar en manos de la mujer.
Narcisista: la persona a la que más quiere en este mundo es a sí mismo, además tiene tendencia a ser un poco egocéntrico

Torpezas

Pertenencias & Armas

¿Qué es lo que podría contar acerca de mi vida? Para empezar diré que nací en una isla del South Blue, el nombre es lo de menos, lo importante es lo que paso allí y lo que me hizo convertirme en una persona que ansiara la libertad y odiara la represión, además de hacerme madurar y poder conocer mejor la naturaleza del ser humano.
Yo era un niño normal como otro cualquiera, si se entiende por normal las actitudes que los niños a menudo llevaban a cabo, jugaba como los otros niños, quería a mi familia, vivía feliz etc.

Cabe destacar que mi familia ni era rica, ni vivía en la miseria, simplemente era una familia que podía mantener a 3 hijos con el sueldo que el padre ganaba yendo a trabajar todos los días de sol a sol, pero ninguno de nosotros éramos conscientes de ello ya que éramos muy pequeños.
A medida que fueron pasando los años, mis hermanos y yo fuimos tomando conciencia del esfuerzo que nuestro padre estaba llevando a cabo para que a nosotros no nos faltase de nada, así pues decidimos estudiar duro e intentar traer dinero a casa para poder ayudar a la familia. Yo tenía 13 años cuando mi hermano mayor se alisto en la marina, nos dijo que una parte del dinero que ganase lo enviaría a nuestros padres. El día en el que partió fue un día un tanto triste, no tanto como cuando alguien se muere sino más bien cargado de un sentimiento de pena y angustia al ver que un ser querido se iba y muy probablemente no lo volveríamos a ver.

Siguieron pasando los años y yo encontré mi propia vocación, quería curar a la gente, no solo físicamente, sino también emocionalmente, se podría decir que mi grado de empatía era bastante superior al de los demás pero eso no haría más que complicarme las cosas en un futuro.
Un día vino a casa un hombre alto, trajeado y que hablaba con unas palabras que yo jamás había oído. Le pregunté a mi madre que quién era aquel individuo tan bien vestido que aparentaba ser un noble. Mi madre me contestó que era un célebre médico que estaba buscando aprendices para instruirlos. Mi reacción ante aquella contestación resultó más que obvia, imploré a aquél doctor a que me acogiese y me enseñase los secretos de su profesión.
En mi familia no hubo muchos quebraderos de cabeza, un hijo menos suponía un gasto menos pero claro, mi imagen acerca de mis padres era, como poco magnífica, pero ya que yo quería aprender medicina y ellos quitarse un gasto de encima, todos ganábamos.

Partí con aquel médico y nos fuimos lejos, muy lejos de aquél lugar que alguna vez llamé hogar, no lo volvería a ver en mi vida, pero eso yo no lo sabía.
Llegamos a la residencia del médico y al entrar a su casa me asombré ante el increíble espacio que había en aquella casa. Miraba de un lado a otro sin conseguir ver algún indicio que me dijese que aquella casa terminaría en algún momento. Además había muchos otros niños de más o menos mi edad.  Eso hizo más amena mi estancia en aquella casa tan grande. Al parecer los niños eran invitados de doctor lo que me hizo creer que era un persona buena y que se preocupaba por los demás.  Estaba casado con una mujer que cocinaba unos platos deliciosos, cuando ella estaba preparando la comida, todos los niños corrían impacientes para ver qué es lo que había de comer. El doctor a veces llevaba a los niños a jugar al parque, a ir a pescar, o a hacer lo que cualquier padre normal haría con sus propios hijos.

Con el transcurso del tiempo comencé a aprender el arte de la medicina, todo parecía indicar que me convertiría en un estupendo médico pero todas las historias tienen una parte triste, la mía no es una de ellas, sin embargo sí que tiene una parte macabra y vomitiva.
Tenía 21 años aquel día, me enviaron a una mansión de un hombre que tenía mucho poder, digamos que esta era mi prueba de fuego, si conseguía pasarla, me convertiría en un médico con el derecho a ejercer. Entre en aquella lujosa casa y me dirigí al salón, donde me estaban esperando mis pacientes. Debido a las dimensiones de aquella mansión, ahora me doy cuenta de que la casa del médico en la que me instruí no era nada comparada con esta, llegué a una sala llamado por los gritos de dolor y angustia que pensé debía estar sufriendo la persona a la que tenía que atender. Al entrar en aquella sala mis ojos se toparon con algo que puso de manifiesto la increíble perversión y capacidad de cometer atrocidades de los humanos. Había una gran cantidad de niños pequeños, incluso bebés, amordazados y dispuestos en línea ante lo que parecía una trituradora inmensa, los niños lloraban los bebés les daban la réplica y yo estaba paralizado ante la terrible escena que estaba presenciando. A muchos de aquellos niños los había visto en la casa del doctor por lo que mi angustia era máxima.

Una sombra detrás de mí, un empujón y me encontré en la habitación con aquellos niños.
A mi espalda un hombre mayor esbozaba una sonrisa y le decía a sus guardaespaldas que el médico que había solicitado había llegado. Me giré por un instante y vi que aquella persona mayor no era otro que el médico que me había instruido durante tanto tiempo.

-¿Qué significa esto? Pregunté débilmente al doctor

-¿Sabes una cosa hijo? La medicina no lo puede curar todo, como por ejemplo no puede hacer que las personas vivan eternamente, por ello hay que estar en continua experimentación para poder descubrir nuevas formas de curar a la gente. El principio básico de la medicina se basa en el ensayo y el error, por lo que tú solo puedes deducir el resto.

-¿Esta loco? ¿Cómo puede pensar que haciendo esto va a vivir eternamente? Es imposible, no lo haga por favor, se lo imploro son solo niños. ¡Son solo niños! Le dije gritando.

-Ahora vas a ver como se hacen las cosas por aquí, dijo mientras comenzaba a reírse.

En aquel momento uno a uno los niños iban siendo empujados hacia aquella extraña máquina que a mí me recordaba a una licuadora. Los hombres del doctor me obligaron a mira aquella escena horrible que siempre quedará grabada en mi subconsciente de alguna u otra forma.
Tras aquél macabro espectáculo el doctor se me acerco y me susurró al oído:
-Ya eres un doctor de verdad, dijo riéndose entre dientes.

Tras aquello mi mente estaba destrozada, rota, vacía, inmoral, sesgada. No sabía exactamente que pensar, que hacer, como actuar. Durante los dos próximos años me estuve preguntando acerca de la naturaleza del ser humano, un médico que se convierte en filósofo no es muy extraño dado a cabo las cosas que uno tiene que ver a lo largo de los años, te surgen preguntas acerca de la vida y la muerte y la moral y ética pero en mi caso era diferente. Un hombre de 21 años preguntándose acerca de la moral y la amoralidad de lo que está bien y lo que está mal de si la medicina servía para curar o para destruir.

Tras dos años divagando asumí que mi mente se había roto y que mi personalidad se asemejaba a la de un maníaco en potencia, no lo iba a cambiar, no era posible, simplemente tenía que convivir con ello.
A los 23 años mi personalidad externa era la de una persona un tanto loca pero graciosa en el sentido en el que todo lo que decía era en broma o al menos la gente así lo creía, por otro lado en mi subconsciente sabía que había un sentimiento reprimido que podría despertar en cualquier momento pero que no podía hacer nada para paliarlo.

Con todas estas premisas decidí que lo mejor era viajar y olvidar y la mejor manera de hacerlo, aquella que era fiel  a mis ideales, era la de pirata. Buen sueldo, libertad, en definitiva vivir del dinero de otras personas y disfrutar de la inmensidad del mundo visitando todo tipo de lugares, porque una persona que conoce mundo es más culta que otra que se aísla en su propio territorio, hay que conocer nuevas formas de cultura y costumbres, además dado que soy médico quería conocer prácticas médicas características de otras culturas para poder comprobar de una vez por todas si existe alguna que realmente me permita alcanzar la inmortalidad.

Me desperté en medio del bosque, desorientado, había tenido de nuevo aquella pesadilla. Me levanté y miré a mí alrededor, aquel bosque me resultaba familiar, los árboles eran altos y frondosos y se extendían de tal manera que formaban una cúpula ante mí, comencé a andar hacia delante y después de varios minutos caminando encontré ante mí un pequeño pueblo.

-¿Cuánto tiempo hacía desde que no hablaba con otra persona?

Recordé al instante lo que sucedió dos años antes, aquel infanticidio me revolvió las tripas pero no podía vivir en el pasado o acabaría loco culpándome por aquellos niños que no pude salvar. Entré a aquél pueblo y me dirigí a la primera persona que vi, sin embargo esta salió corriendo despavorida gritando. Yo no me podía explicar que estaba sucediendo hasta que un espejo me reveló mi apariencia física. Tenía que haberlo intuido, viviendo dos años en el bosque llevaba unas pintas de ermitaño, no, más bien de loco.
Seguí andando intentando razonar con la gente pero huían uno tras otro. Por fin un anciano me paró y me preguntó que quien era.

-¿No va a salir corriendo como los demás?

-Hijo, la gente de este pueblo nunca ha salido más allá de aquí, por eso solo están acostumbrados a ver a la misma gente todos los días. Yo ya he vivido mucho y no he estado toda mi vida aquí por lo que se distinguir ciertas cosas, he visto gente como tú en las ciudades.

-¿Gente como yo?

-Eso es, vagabundos. Ven por aquí hijo te daremos algo de comer y veremos qué podemos hacer por ti.

La situación era un tanto cómica pero me hacía falta información y ropa nueva así que me mantuve callado y seguí al anciano hasta su casa. Una vez allí me ofreció ropa y algo de comida.

-Gracias por todo señor.

El anciano no dijo nada simplemente me mostró una sonrisa.

-¿Podría indicarme donde se haya el puerto de esta isla?

Me contó que él no se acordaba de su ubicación ya que la última vez que se fue de las isla fue hace muchísimo tiempo, además sus gestos y palabras hacían notar que  estaba desarrollando una enfermedad neurodegenerativa muy común en las personas mayores, el Alzheimer.
Salí de aquella casa y comencé a preguntar a las personas del pueblo. Todos me indicaron el mismo lugar y curiosamente también me hablaron de un hombre con pinta de psicópata que había llegado hace poco al pueblo.

Con cada una de las advertencias que me hacían yo me iba riendo y ellos se quedaban perplejos.

-Cosas mías, decía.

Me dirigí hacia el lugar que me indicaron las personas a las que había preguntado. Al llegar a la ciudad vi una tienda de tatuajes a la que muchos piratas entraban y salían. Pensé que si quería comenzar una nueva vida, lejos de esta asquerosa isla tendría que cambiar mi apariencia principalmente por temor a que uno de mis hermanos que era marine me reconociese.

La persona que entró en aquella tienda de tatuajes nunca volvió a salir, otra persona en su lugar salió de aquella tienda.
Me acerqué a un pirata para preguntarle una duda que me estaba rondando la cabeza desde que llegué al puerto.

-Oye tú, ¿Qué se supone que debo hacer para convertirme en un pirata?

Aquel pirata debió de creer que yo era una especie de retrasado mental o que simplemente era gilipollas. Debió creer que era un simple payaso pues así lucía yo en ese preciso momento. Piel blanca pelo color rojo y una lágrima y unas estrellas estaban tatuadas en mis mejillas. Me dijo que tenía que enfrentarme a un grupo de marines que me señaló con el dedo.

Yo, como no tenía las más mínima idea de que era ser un pirata asentí con atención y me dirigí hacia el grupo de marines que el tipo me había señalado.
-Oye, mirad, venid dijo el pirata a sus compañeros. Ese pobre imbécil va a morir. Dijo soltando una carcajada.

Arremetí contra el grupo de marines que andaba patrullando el puerto. Era un grupo de 4 marines. Ante el asombro del pirata me acerqué a los marines y le propicié una serie de puñetazos y patadas que dejaron a 3 de ellos por los suelos, el cuarto simplemente se resbaló y cayó al mar.
Se dio la alarma en el puerto y yo miré a los lados y me tiré al suelo. Como había tanta gente, los marines que salieron de los cuarteles creyeron que el ataque se había producido a manos de aquellos piratas que estaban riéndose por lo que arremetieron contra ellos capturándolos en el proceso.
Un mercader que estaba en el suelo a causa de la estampida comenzó a pedir ayuda. Yo me acerqué a él y le inspeccioné. Parecía que se había fracturado el calcáneo de la planta del pie por lo que tuve que ayudarle a levantarse.

Le comenté que necesitaba salir de aquella isla y que a cambio podía tratar su fractura si me llevaba con él. El hombre aceptó y me condujo hacia su barco que no era nada del otro mundo, pero por lo menos flotaba. Antes de partir el hombre me preguntó por mi nombre.

-Ryan, me llamo Ryan.

Historia

Sueños húmedos...

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