El último reducto: Mariejoa (Capítulo: Parte II)

Finalmente tras mucho movimiento pude quedarme en el barco, desde esas alturas se podía ver todo muy bien, aunque las vistas no eran muy buenas, todo estaba inundado, el lugar donde estaba antes era un campo de agua donde los tritones podían pastar libremente, por otra parte se podía decir que han conseguido ganar territorio y juntar a todo el mundo en el centro de lo que era la isla. Había hecho muy bien en coger este transporte, era más rápido que el ascensor, donde estaba a tope de gente.

El barco se acercaba cada vez más a la zona central de la isla, estaba todo tranquilo hasta el momento de que veía que el barco empezaba a caer cogiendo cada vez más velocidad de caída, me asusté un poco al ver de repente todo este lío que se había montado. A pocos metros del suelo solté la cadena que sujetaba y salté lo más lejos posible del barco, recubrí mi cuerpo solamente de hierro y caí con los dos pies a la vez contra el suelo, el barco a los pocos segundos había chocado, estando totalmente incapacitado para volver a volar.

Miré a mi alrededor, toda la zona estaba mojada, menos mal que tenía un buen calzado donde no entraba nada de agua dentro de ellas, también pude ver un agujero no muy lejos de mi posición, de donde salían otra vez los malditos tritones, no se si eran mucho o eran los mismos y no se cansaban de pelear. Ya había descansado lo suficiente antes en la zona del ascensor, así que me acerqué al a zona de combate para ver si tenía algún enfrentamiento entretenido, tanto con algún Gyojin o contra un pirata o un perro, me daba igual contra quien, pero quería sentirme útil. Saqué la espada y fui hacia la zona donde estaban todos los tritones y demás personas.

Resumen:

Allí se hallaba el caballero, subido en una roca mientras gritaba con fuerza y portentosidad al mismo tiempo que alzaba los brazos al cielo como si de una preciosa canción celestial se tratase y por ello estaba feliz.

- ¡Queridos hermanos estamos aquí reunidos para hablar sobre los caminos del señor! ¡Nuestra hermana la cebolleta Juanma ha caído y ahora está en un lugar mejor! ¡Vamos quiero escuchar un Halellujah!

Sus palabras iban con una enorme fuerza de voluntad, su abrigo blanco estaba al lado, echado y manchado por el pipí del maldito enano. Acto seguido se llevó la mano hacia la cabeza y con aquellas gafas de Sol volvió a gritar con fuerza mientras apoyaba su mano derecha en un precioso pino.

- [I] ¡Aquí el hermano pino Juan Carlos también está de acuerdo! ¡Dios padre os ama! ¡Debéis dar gracias al señor por hacer que Ryohei-sama os salvara! ¡Cantemos todos juntos en post de la felicidad! ¡Alabaré alabaré alabaré alabaré! ¡Alabaré al gran señor!

Tras seguir las ordenes de mi capitán y volver a subir a lo alto del muro, pude descasar otro pequeño momento, mientras Uracha curaba a los recién llegados Midorima, Hinori y Deaxter, que habían llegado a la cima  antes que yo incluso teniendo que bajar y volver a subir.

Parecía que estaban hechos de otra pasta, sobre todo el Dexter, que en un breve tiempo se recuperó rápidamente. Uracha después de tratarles, le entregó una carta al capitán, al igual que había hecho con Worgul y conmigo “es verdad, la carta” pensé para mis adentros, ya me había olvidado de la carta con todo lo que estaba pasando, la abrí y comencé a leerla en voz baja, a la vez que Dexter la iba leyendo, según la iba leyendo me venían a mi cabeza recuerdos de los pocos momentos que había pasado con el capitán Legim, que aunque fue muy poco, me lo había pasado muy bien. Sin embargo, cuando en la carta llegó al último párrafo parecía una dedicatoría, pues lo que ponía en mi carta era distinto a lo que estaba puesto en la mía.

“Estimado Deathstroke, sin duda me recuerdas a ese tipo que te trajo a mí, Deadpool... él es un hombre de honor y profundas convicciones, pero a pesar de mis bromas no eres él, ni mucho menos un sustituto, eres una persona completamente diferente y que vale mucho, sin duda puedes llegar muy lejos si así te lo propones, y espero que en el nuevo futuro que se avecina hacia ti demuestres todo lo que realmente vales. Lamento haberme marchado así, sin despedirme, pero ya leíste antes mis motivos... fue un placer conocerte, y espero volver a verte de nuevo, pero eso sí, para entonces espero que seas muchísimo más fuerte ¿Si? Entrena mucho en pos de ello mi buen amigo.” Leí en mi carta en voz alta para los demás.

Tras esto Dexter nos dividió en grupos de 2 en el caso de que nos separásemos, para que fuésemos con nuestra pareja, era un buen plan, aumentaría nuestra supervivencia a los que no somos demasiados fuertes. Con esto hecho, nos dirigimos lo que parecía que era el centro de la ciudad y donde había aparecido un géiser y había caído un barco volador en que acababa de reparar, la cosa se estaba poniendo cada vez más sería. En cabeza de la marcha iba nuestro capitán. Una vez llegamos al lugar donde estaba el géiser pude ver a un hombre de un solo brazo luchando con multitud de gyogins, al capitán se adelantó para echarle una mano en la retención de estos bichos, por mi parte simplemente, desenfundé mi pistola y desenvainé una de mis dagas normales para prepararme la lucha que se avecinaba en el lugar. Cuando estuve preparado, no pude evitar que me viniese a la memoria la última vez que me había sentido así, en Sunaba, donde luche con Worgulv.

resumen:

Luego de despertar vi como el mismo agente era golpeado en la entrepierna, y como si nada se alanzó sobre mi, el tipo era realmente un hueso duro de roer, pero esta vez no le daría tiempo de acercarse lo suficiente para llegar hasta mi, antes de que llegara a un metro de mi levanté el brazo con mi cañón oculto y disparé tres "Ice impacts" contra él (balas congelantes).
[Trial Glaciar Dealer Fox][AF]

importante:

tres zorros celestinos salieron de mi muñeca y viajaron hacia Issei que venía amenazantemente hacia mi, rodeandole a la velocidad de una bala lo congelaron casi por completo, inmovilizándolo de lleno, al voltearme miré seriamente al pequeño enano que me observaba altaneramente como si estuviera bailando a su ritmo.

Rodeado de enemigos desenfundé mi arma de precisión y la acomodé en mi sien procurando que en el trayecto del disparo no solo estuviera mi cráneo, si no también el de mi congelado contendiente, acto seguido y sin pronunciar palabra alguna jalaría del gatillo siempre y cuando no viera ningún movimiento sospechoso, o palabra que saliera, pues si el oficial al mando intentaba negociar escucharía sus palabras aun con la pistola amenazando mi vida.

Al jalar del gatillo, mi arma expulsaría una Poker bullet, que en su punta lleva acuñada un naipe de corazones, así en el instante que se acercara lo suficiente a mi piel me introduciría en la bala y viajaría junto con ella penetrando el cuerpo de la estatua de hielo y alejándome del sitio a una increíble velocidad, luego de alejarme lo suficiente saldría del proyectil y buscaría un sitio seguro donde aterrizar.
[Manual de Prisa + Fake Suisidal Bang][AM]

resumen:

El viento pasaba por mi cuerpo y levantaba mi cabello. Era una sensación muy refrescante y ya no sentía mucho temor, ya que estábamos subidos en el barco y habíamos salvado de morir gracias a Maximilian. El chico que estaba a mi lado, llamado Roy me inspiraba bastante confianza pese a que no lo conocía muy bien pero de algo me sonaba, como si lo hubiera visto antes en algún lugar Muy pocas personas en mi vida me habían inspirado confianza verdadera pero los dos hombres que tenía a mi lado, generaban en mí una sensación de tranquilidad inmensa. Roy pareció darle a Max una barra metálica y Max le agradeció mostrándole una sonrisa. De pronto, oí un extraño sonido y vi como un géiser se elevaba a toda velocidad desde el suelo golpeando el barco. El impacto fue inmenso y el barco empezó descender a toda velocidad. Perdí el equilibro junto con Roy y caímos. No vi a Maximilian por ningún lado mientras nos alejábamos del barco cuando de pronto una reacción rápida de Roy hizo que nos salváramos por los pelos.
 
-Eso estuvo cerca – dije mirando el dirección al barco que se estrellaba contra un edificio inmenso.
 
Roy había clavado su espada en la pared de un edificio y ahora ambos colgábamos en el aire.
 
-¿Donde esta Maximilian? – pregunté preocupada
 
No escuché ninguna respuesta y noté que había una ventana cerca por donde podíamos entrar al edificio.
 
-Maximilian debe estar bien, lo presiento – pensé mientras miraba la ventana
 
-Roy, nuestra prioridad es encontrara a Maximilian – le dije mientras me sujetaba fuertemente
 
En ese momento, al estar tan cerca de Roy recordé que lo había visto antes en Water Seven donde ambos pasamos por unos momentos bastante extraños.
 

-Oye ya me acuerdo, te conocí en Water Seven hace algunos meses atrás – dije algo sorprendida en aquella situación tan riesgosa

Todo era un caos, toda había pasado muy deprisa , su capitán había aparecido de repente a la velocidad del rayo con sus otro par de camaradas restantes, uracha estaba tratando sus heridas, parecía que ellos habían establecido combate, el hombre esperaba hacerlo pronto, parecía que dexter también había recibido una carta del elegido de los dioses y procedió a leerla en alto:

``Estimados camaradas, si estáis leyendo esta carta es porque no regresé con ustedes tras la última aventura que hemos recorrido juntos en Sunaba. Se la di a nuestro fiel amigo Uracha, estoy seguro de que él os la hará llegar a todos de forma correcta, al fin y al cabo hay una carta para cada uno de ustedes. En todas dice lo mismo, pero quería dejar en cierto modo ese recuerdo de forma individual, y no colectiva. 

Hemos recorrido algunas que otras aventuras juntos, y a decir verdad fui sumamente feliz con ustedes, cada uno de los que formasteis parte de mi tripulación es porque tenéis algo especial y único, ....´´


Worgulv siguio leyendo en bajo hasta que llego a una parte dedicada, sola y exclusivamente para el hombre:

¨¨Buen amigo Worgulv, lamento mucho hacerte esto, se lo fuerte que eres, y que desearías más que nada en el mundo morir en batalla por una causa noble, lo respeto, y sobretodo lo admiro, pero considero que existe algo diferente por lo que tu debes de cumplir tu sueño, no por mi. ¿El qué? Aún no lo se amigo, pero si los dioses desean que mueras por mi, así será hagamos lo que hagamos ¿No? Por el momento hazte fuerte, mucho más, conviértete en el hombre más bestia del mundo, y para ello entrena asiduamente día a día, nunca descanses de entrenar, es la única manera de conseguir lo que te encomiendo buen amigo, y no olvides estar al día en tus clases de idioma, espero poder entablar alguna vez una profunda y amistosa conversación contigo. ¨¨

Un fuerte abrazo noble guerrero, y si los dioses lo desean, nos volveremos a ver. Sigue tus sueños, y sobretodo, conviértete en el hombre más bestia del mundo.


El hombre sujeto con orgullo el trozo de papel que contenían las ultimas palabras del enviado de los dioses, las palabras de alguien a quien admiraba, le hincharon el pecho de energía, estaba listo para seguir...que demonios tenían que hacer allí?

En los cielos una nave que no había visto jamas, descendía hasta estrellarse, un potente géiser que había reventado la zona central de la zona, se había alzado alto y lo había derribado, de él salían formas humanoides las cuales estaban muy lejos para distinguirse, eso solo podía implicar problemas, o lo que es mejor , la batalla que ansiaba. Saco una de sus hachas gemelas y su hacha gélida, y lanzo sus plegarias a sus dioses, para que le fueran favorables en el combate. Su capitán pensando en ellos y en su supervivencia dividió a la banda en parejas, al hombre le había tocado con el extraño joven de pelo verde aceituna, este se arrimo algo a el.

La banda al completo se dirigía al geiser, unos hombres con parecido a los peces del mar, salían a su encuentro, sus compañeros empezaron a derribar a unos cuantos, a si que el no iba a ser menos, lanzo un ataque horizontal que secciono el pecho de uno de ellos que se congelo enseguida y cayo al suelo, siguió a su capitán hasta el mismo chorro de agua, parecía que él, había empezado una matanza, el hombre espero cual perro de presa hasta que fuese su hora de comer  

Resumen:

-Por fin aire fresco...- Pensé cuando ya habíamos salido de aquel mugriento túnel, ya taponado, junto con los civiles huyendo despavoridos. Vi que venían unos cuántos médicos con camillas para los heridos, mi pierna ya no me dolía así que no necesitaba atención médica ni nada, con un simple masaje se me pasó. De pronto, apareció el agente enano que vi antes en el paso marítimo, alagando al agente Issei por capturar a un revolucionario y dándole un duro golpe en la entrepierna, para mí que lo dejaría estéril para toda la vida. Por lo que pude oír se llamaba Ivanovich, un nombre extraño.

Quedéme mirando el cielo, rezándole a Dios para que todo esto terminara, era una tortura estar aquí y defender esta estúpida ciudad... y no quería ni imaginar la que se habrá armado por las otras zonas. Estaba en mi mundo hasta que el almirante nos dio unas palabras, diciendo que hemos hecho un gran trabajo y que atrapemos a los revolucionarios, y ayudemos a los civiles. No sé porque pero la batalla que tuvimos abajo era solo el primer plato, el segundo y el postre estarían por llegar. No paraba de pensar en lo que ocurrirá más adelante sin embargo, alejé esos pensamientos de mi cabeza y me dispuse a ayudar a los civiles, ahora era lo único que me importaba y así poder distraerme un poco hasta que nos den órdenes.

Resumen:

Aclaración:

El espadachín no tardó mucho en volver cuando se aseguró de lo que pasaba, pero ahora estaba todo inundado y el único sitio al que se le ocurría ir por el momento eran las alturas de la ciudad. Voló lo más rápido posible mientras trataba de ver lo que pasaba, se posó sobre uno de los tejados mientras sonreía tranquilamente observando la situación sin inmutarse. Todo parecía un verdadero caos pero su trabajo como revolucionario no había finalizado ni mucho menos, de modo que saltó a una de las calles comenzando a correr por esta con el haki de observación activado por si las moscas. Así evitaría ataques innecesarios hacia su persona y por supuesto trataría de localizar de nuevo a los suyos lo más rápido posible antes de que les ocurriera algo peligroso.

- Parece que me he separado bastante del grupo. Me pregunto ¿Dónde se encontrará Kaiser-sama? ¡Hnhnhnhnhnhn!

Bisutomaru había perdido la pista a los espadachines pero por el momento quería volver con los suyos, se hallaba nadando por los puertos ahora inundados tras aquellas olas. Pudo ver como muchos Gyojines se dirigían a lo harto pero a este le daba pereza, se quedó por la zona baja mientras se relamía despacio pensando en que poder hacer. Se había quedado solo y no era algo que le desagradara mucho pues estaba acostumbrado, su poderoso cuerpo de dos metros y medio era imponente y paseaba por los alrededores buceando mientras sus sádicos y rosados ojos observaban todo a su alrededor. Vaya idiotas esos del gobierno, no tenían nada que hacer contra los peces.

Por fin nos habíamos reunido todos, desde luego aquella guerra me estaba desgarrando el alma, el mundo no era tan perfecto, ni tan pacifico como esperaba. Aún había odios entres las distintas razas, un odio irrefrenable.

Me dolía el corazón, no por el es esfuerzo sino por que mi visión del mundo...se estaba cayendo a  cachos. Como era posible que hubiera tanto horror, aún recuerdo aquel día que observe la batalla de Loguetown desde la lejanía. Todavía era un niño...la guerra cambiaba a las personas y sin duda una cosa era ver una guerra y otra muy distinta era sentirla.

Estaba un poco cansado del ascenso, algo mareado y sentía ese dichoso dolor de cabeza, tan común en mi persona. ¿Sería una especie de mal de altura?, en ese caso se me pasaría con descansar unos pocos  y reconfortantes instantes.

Estaba un poco distraído cuando el grupo comenzó a hablar de unas cartas, de un tal capitán Legim...ese nombre me sonaba, no era el famoso Yonkou. Al parecer todos los presentes allí eran antiguos tripulantes suyos. O por lo menos casi todos, Dexter comenzó a recitar unas palabras a modo de capitán, leyendo su carta dando ejemplo de transparencia, el discurso fue emotivo para los antiguos tripulantes a Nemo solamente le llamarón la atención tres puntos de la carta:

La primera fue el motivo de la separación, al parecer el capitán se iba a adentrar en lo más profundo del Nuevo Mundo, donde muy pocos tenían la posibilidad de morir, morir...gente del calibre de Dexter...eso provoco que comenzará a plantearme mis propias preguntas. El paraíso del Grand Line podía ser una maravilla...tal vez debería...pensé para mis adentros.

La segundo fue a típica frase de soñador...EL ONE PIECE EXISTE...muchos habían repetido esas palabras atrás, calificados por algunos como visionarios para otros como salvajes barbaros. Yo no pude disimilar una leve risa del comentario...Al fin y al cabo yo en un momento de mi vida perseguí ese sueño...aunque eso quedaba ya muy lejos. Un hombre según crece pierde su capacidad de soñar,  no sería ni el primero ni el último, ese día moriría todo lo que quedaba del viejo Nemo, yo no sería la misma persona...

Lo último que llamo mi atención fue...descubrir que el Yonkou tenía un hijo, León Zaid...lo conocía, conocía a aquel hombre, habían pasado años desde su último encuentro. Aquel hombre quería destruir el mundo, vengarse de él, buscaba un arquitecto...me pregunto si lo habría encontrado. Yo ya tenía casi todo preparado para empezar a hacer lo que le dije en aquella ocasión...el experimento estaba casi preparado. Pronto recibiría una llamada...unque seguramente omitiera que sabía esto...sería lo mejor.

Antes de que quisiera darme cuenta el capitán me había asignado una pareja, Deathstroke...Yo me límite a asentir.
El grupo caminamos junto hasta llegar a una zona de geiseres, el grupo estábamos comunicados por los micrófonos, y aunque yo no hablaba me limitaba a pelear y ayudar a mi compañero,  para que en ningún momento se viese superado. Además mientras estuviera usando su arma de fuego, no tendría mucho que evitar, me bastaba con mantener a los hombres pez a raya.

Todos mientras una pregunta que formule a Yokohama resonó en mi cabeza, junto con su última frase:

- "¿Qué siente cuando uno muere?[...]No llores, mi trabajo aquí ha acabado...,¿Te acuerdas de el propósito inicial del viaje?, si era descubrir si poseías algo que la gente no tiene, y lo posees N, no me queda la ...Menor duda, lo posees, tienes la ambición de un rey, algún día despertara en ti junto con esa D, tú tienes mi legado, el legado de un héroe, pero tú....Tú tienes la voluntad de D, eres un rey sin reino, eres el elegido de D" -resonó en mi cabeza esas palabras.

Comencé a pelear con instinto con mis hakis, aunque experimentando un cosquilleo y una sensación que nunca había sentido antes.

Al escuchó los gritos del peliblanco. Parecía bastante malhumorado, al parecer por el cadáver del suelo. El nombre de Mark Kjellberg sonó, pero a decir verdad no le sonaba en absoluto. Decían "Leyenda andante", pero si había que hacer un juicio de valor, tirado en el suelo, encapuchado (o encapado, ya que no tenía cabeza que ocultar en su capucha ensangrentada), parecía un simple y vulgar ladrón, de no ser por el gigantesco puño metálico que llevaba en su brazo. Un gran botín, o un arma arrolladora. En cualquiera de los casos no podía sino incrementar sus sospechas acerca de aquel trío. Aunque había que reconocer una cosa: Tenían agallas si estaban tratando de mentir así a un trajeado y a un oficial de la Marina.

Las sospechas crecieron aún más cuando observó un gesto extraño. ¡Comenzó a saquear el cadáver! ¿En serio pretendía hacerles creer que eran inocentes mientras robaba en los restos de su compañero? No hacía sino empeorarlo. Sin embargo la mujer parecía tener algo más de cabeza. Con un tono serio, tal vez algo tímido, comenzó a explicar el por qué de su presencia allí, justificando que habían descubierto a un ladrón y se habían dispuesto a detenerlo, con tan mala suerte que el agente aquel o su compañero los habían confundido, atacando a la mayor amenaza... O algo así, con la mala suerte de que el tal Mark había muerto. La explicación a por qué la tal "Leyenda" había terminado su vida de forma tan patética vino de boca de León, el agente del Cipher Pol. Haki del Rey, cortesía de Dexter Black. La gran pregunta estaba alrededor, en ese momento, del fino oído que anunciaba el agente. Si había notado con sus sentidos el inicio del robo... ¿Por qué fue a la armería en lugar de seguir al ladrón? No tenía mucho sentido que alguien errara de esa manera, por lo menos en aquellas circunstancias. Y el agente estaba protegiéndolos... ¿Por qué?

-Les voy a explicar mi teoría de los hechos: Ustedes dos- dijo, señalando al albino, pero mirando a la cara a la mujer. Había dicho que era sorda, y sería una descortesía dejarla fuera de la conversación-. Son civiles en Mariejoa, una ciudad vetada para ustedes y, además, evacuada- sabía lo que decía, incluso a los Marines les habían puesto pegas para la subida-. No sé cómo llegaron a subir, pero no ha sido desde el Nuevo Mundo, ya que los ascensores no se activaron hasta hace un momento, y sospecho que en Paraíso sucede lo mismo. ¿Qué quiero decir con esto? Que por el simple hecho de haber entrado a la ciudad, ya son delincuentes- hizo una pausa, y no pudo evitar al ver la expresión de la mujer. Le recordaba mucho a Laura-. El Shichibukai Dexter Black llegó hasta aquí por un sonido ínfimo, por lo que la suposición de que erró en su objetivo es, cuanto menos, descabellada. Mi única deducción a partir de esto, basándome en su llegada sobre tan extraño aparato, y desvalijando el cadáver de ese... ¿Cazador? Me hace suponer que simplemente utilizaban esa tapadera con propósitos criminales, sobre todo al escucharlo recurrir a títulos simbólicos, a pesar de que, de delinquir, un cazarrecompensas no es más que un civil- miró momentáneamente al agente-. Sin embargo, debo decir que los métodos del Cipher Pol son... Excesivos- carraspeó momentáneamente, y desenvainó su arma un par de centímetros, planteándose si debía detenerlos o no-. Y ahora, debería detenerlos, pero hay tres razones para no hacerlo. La primera, es que mi deber es proteger, no asesinar- dirigió una mirada literalmente ASESINA al agente-, la segunda es que la ciudad ha sido evacuada, así que ustedes no están aquí. Y la tercera...- Dio media vuelta con un innecesario gesto, dejando que su chaqueta ondeara ligeramente para incrementar la epicidad de aquel discurso. Aquel día mucha gente daba discursos, y él no pensaba quedarse atrás-. Es que me da pereza- dijo, girando levemente la cabeza. Con suerte aquella mujer leería en sus labios la palabra "pereza".

Y entonces se marchó, haciendo caso por fin a su deber de defender la ciudad, y se dirigió al lugar donde ignoró la colisión de una especie de barco volador.

Estamos en Mariejois, y de repente alguien se nos echa encima, lleva un tridente, ¡como yo! Lanza su ataque, pero Kaiser yCánabar nos protegen, de nuevo. Cánabar libera su haki del rey, dejando sentir su presencia por toda el área. Yo también la siento, pero de manera distinta, no me da miedo, de hecho, parece una presencia serena y cálida. Quizá porque no ha querido afectar a los suyos. Sé que allí se va a liar una buena, por lo que decido dejar de lado mi alma no belicosa, desenfundo el tridente y me preparo para lo peor.

Resumen: