El último reducto: Mariejoa (Capítulo: Parte II)

SITUACIÓN GENERAL
16:35 Mariejoa
De repente el castillo del centro de la ciudad, donde se reúne el Gorosei explota generando una gran humareda negra, y al mismo tiempo una enorme sombra serpentiforme aparece sobre la ciudad, cruzando el cielo. Y de repente, cientos de puntos aparecen en el cielo. Cualquiera con un haki lo suficientemente desarrollado sentirá a un montón de personas que caen del cielo. Y cuando están a cierta distancia del suelo, un montón de enormes lonas se abren: paracaidistas. Una poderosa voz retumba en el lugar.
- ¡MUERTE AL GOBIERNO!¡LA REVOLUCIÓN TRIUNFARÁ! –la voz resuena por toda la ciudad, mientras los revolucionarios empiezan a descender a las calles. Muchos de ellos son abatidos por una figura que vuela por el cielo, soltando ráfagas de balas a toda velocidad. Cualquiera que tenga el haki a suficiente nivel, detectará que esta es la presencia más fuerte hasta el momento.
Al mismo tiempo, el hombre de pelo morado y el vaquero siguen su pelea aérea, donde éste último parece llevar mucha ventaja. El chico del tridente no hace más que evitar los pegotes verdes como puede. Mientras tanto, en las calles la cosa parece descontrolarse por momentos. Los hombres de esmoquin están arrasando las filas de los gyojins.

NOTAS

1)Karl:

2)Alex, Shun, Isma, Jesaix, Midorima, Worgulv, Deathstroke, Nemo, Asderdeker:

3)Fear, Issei, Kidah, Vagadus, Kasan, Drako, Shiroi:

4)Minato:

5)Deivid:

6)Kogato:

7)Uracha, Hinori:

8)Satou:

9)Meneror:

10)Dranser, Lugh, Virginia:

11)Derian:

12)Raikov, Bleyd:

13)Krauser:

14)Kaishi, Garland, Joseph:

15)Rob Marney:

16) Kodama, Sora:

17)Hiren:

18) Haine, Eris, Ban:

19)Al Naion:

20)Drake:

21)Nemonic, Sinclair, Kaito, Furukawa:

22)Arribor, Rose, Abel:

23)Liam, Bale, Goliat:

24)Habu, Abraham, Lugh E., Kamemaru, Yumiko:

25)Kaede, Flea, Shi:

26)Date, Anglesey, Erik:

27)Crock, Akai, Etsu, Ayane, Madara, Kurotabo:

28)Vongola, Ugetsu, Ushi:

29)Kyogre:

30)Etsu Rui:

31)Xira, Xenmas:

32)Roy, Mellanie, Maximillian:

33)Eoghan, Rowan:

34)Nagato:

35)Kyros:

36)Jack Dralion Stark:

37)Ryuta:

38)Elkilian:

39)Rhaegel:

40)Sawn, Kaiser:

41)Bisutomaru:

42)Dexter:

43)Emile:

44)Leoshiro, León:

45)Cánabar:

MAPAS

- Ya estoy cansado de toda esta mierda. - Mascullé mientras veía a Etsu Rui irse. No quería cruzarme con absolutamente nadie más. Quería ver al Gorosei y listo. Con un gesto de la mano me despedí de Kaede y Aexyr, desplegué mis alas y salí volando en dirección al centro de la ciudad. Mientras más temprano me cruce con el Gorosei, mejor para mí. Una presencia mayor que todas las demás se hacía ver. Al parecer el lugar al que iba no era el mejor, pero al menos habría que hacer el intento. El Gorosei me esperaba, yo lo sabía, y llegaría más rápido volando que corriendo y topándome con gente que quiere perder el tiempo. De llegar sin ningún inconveniente, aterrizaría y me dispondría a buscar la sala donde se encuentran los cinco viejos fuertes y sabios. Si los encontrase, lo primero que haría sería arrojar las espadas al suelo, pues no pretendía atacar a nadie ni causar problemas.

- Señores sabios. Me dispongo, en son de paz, a tener una corta charla con vosotros. - les diría. Me pondría de rodillas, mientras que las lágrimas más falsas de mi vida saldrían de mis acuosos ojos. - Me arrepiento de todos mis actos cometidos previos a mi muerte. Sí, he muerto, pero me han resucitado mediante un antídoto. No quiero escapar de la ley nunca más. Vosotros sois los buenos, vosotros ejercéis el bien. Sé muy bien que no pueden reducir a cero el precio por mi cabeza, pues lo hecho, hecho está, por ende, solicito un puesto en el Ouka Shichibukai o el Saigo Yonkaikyo. Así, os garantizaré que trabajaré para vosotros, y haré lo que me pidáis. Si no estáis conformes con darme alguno de esos de esos  cargos, me someto a hacer sus mandados, hacer misiones por vosotros, en contra de la Revolución, de la cual he dimitido al darme cuenta que estar en ese sitio asegura un asiento en el Infierno. Si no, hagan lo que sea conmigo, pero no me maten, no al menos antes de hacer un acto benévolo por vosotros, pues no quiero volver a ese horripilante lugar. - finalizaría, levantando la cabeza para ver sus caras, las cuales podrían ser de aprobación o de disgusto.

Resumen:

-¿Manzanas? ¿A qué clase de loco se le ocurriría incrustar frutas en las paredes de los edificios?- Pensé a la vez que me quedaba a cuadros.- En fin, al menos, espero que la fruta quede en el gobierno, aunque también podría venir a recogerla tras finalizar la guerra.

Andaba como podía, y llegué a una ''enfermería''. Allí me curaron, y más o menos, me podía mover con total libertad. No me encontraba al 100%, pero probablemente sí que estuviese al 90% o algo más. Bueno, los porcentajes daban igual en aquel momento. Tras dar las gracias a la maja enfermera, salí al exterior, debía seguir luchando. Al salir, pude ver como un edifcio reventaba, provocando un muy extensa nube de humo negro. Con aquella humareda no podría ver, por lo que activé mi mantra.

Notaba una presencia extraña en el cielo, miré, y unos puntos se habían formado allí. Era todo muy extraño, no sabía de lo que se trataba, por lo que decidí acercarme lo más rápido posible al castillo que minutos atrás había explotado. Me encontraba a unos pocos metros, cuando de repente, se pudo escuchar una estruendosa voz:


¡MUERTE AL GOBIERNO!- Decía.- ¡LA REVOLUCIÓN TRIUNFARÁ!- Prosiguió.

Estaba claro, se aproximaban los revolucionarios. Gracias a mi mantra, pude detectar más presencias cercanas, por lo que volví a mirar al cielo. Esta vez se podía distinguir a la perfección de que se trataba, paracaidistas. Saqué mi revolver, y comencé a disparar a los que caían por mi zona, cuando una especie de sombra, arrasó con muchos de los que caían. Un hombre, que había conseguido caer sano y salvo, me agarró por la espalda, amenazándome con una pistola. Alargué uno de mis cabellos hasta detrás de él, creando un muñeco, el cual acabo con la vida de aquel hombre desnucándolo.

Por otro lado, varios gyojins se acercaron corriendo, pero varios hombres trajeados acabaron con ellos sin molestarse si quiera. Decidí agacharme a buscar en el cuerpo de aquel hombre, al cual le quité la pistola, y algo de munición.

Una vez me encontré lo suficientemente cerca de aquel castillo, del cual provenía el humo, decidí intentar irrumpir en la sala, para mirar si algún alto cargo estaba en peligro, o algún compañero, para intentar ayudarlo. Pero, antes de eso, dos revolucionarios llegaron con mandobles. Les di varios tiros, acabando con sus vidas sin mucha dificultad. Activaría mi mantra para evitar algún que otro despiste tonto que me provocase heridas.

RESUMEN:

Una pared dura, sin duda. Estaba claro que los constructores de aquella maldita ciudad sabían hacer bien su trabajo. El golpe le había hecho algo de daño, pero no tenía tiempo para prestarle atención, no más que al bibliotecario al que evidentemente no le caía bien. Le había llamado masa bruta y se había quedado tan ancho, realmente se había perdido los valores. Lo curioso era que Arribor ni siquiera era especialmente corpulento, por lo que lo de masa se le antojaba raro. No pudo reprimir mirar para ver si su cuerpo había crecido últimamente. Seguramente no, hacía bastante ejercicio, sobretodo en lo que a patear cosas se refería. El tipo dijo algo más sobre un puzzle... o sobre un sofá, lo cierto era que no estaba muy atento. En cuaquier caso sería mucho más fácil ignorar al ávido lector y centrarse en lo suyo. Si la pared se había agrietado, no tardaría en derribarla del todo. Solo necesitaría un golpecito más, tal vez dos, o tal vez tuviese que ponerse serio para entrar, aunque los últimos días estaba intentando controlar sus arranques puntuales de ira. Aunque la pobre morsa era la que solía recibir buena parte de su dosis de enojo diario.

¿Y dónde diablos estaba Rose? Aquella maldita biblioteca era muy grande, seguramente la pelirroja estaría ojeando los libros, tal vez leyéndolos incluso. Había gente extraña en el mundo. Si de verdad había personas que abrían bibliotecas para que otros leyeran gratis, ¿quién pagaba las enormes puertas negras? Esa era la primera biblioteca que pisaba en su vida así que supuso que todas tendrían una puerta de ese tipo. No, una vez entró en una pero estaba ocupado pegándole a su irritante dueño y no se fijó en si la tenía o no. Bueno, sería más fácil dejar ese tipo de cuestiones a los intelectuales si es que todavía quedaba alguno entero en la ciudad en guerra.

-Muy bien, tú sigue con tus puzzles... o con tus sofás, lo que sea. -le dijo al "bibliotecario". -¡Oye, Rose! Vamos a atrevasar la pared, date prisa o quédate a cuidar el carrito. -No es que no fuese a esperarla para adentrarse donde fuera, pero si prefería quedarse leyendo ya era cosa suya. Al menos así podría quedarse con los libros que había cogido prestados. Supuso que al tipo que trabajaba allí no le sentaría bien, así que tiró de una mentira piadosa. -Tranquilo, tengo el carnet de la biblioteca en los otros pantalones. Luego los devuelvo. -Arribor cogió de nuevo carrerilla y lanzó una nueva patada contra el muro, aunque esta vez usaría Haki para no hacerse daño.

Si la pared cedía por fin, se adelantaría para inspeccionar lo que fuera que hubiera detrás, con el carrito de libros tras él y una canción en el corazón... o algo así, aún estaba medio dormido por haber madrugado. ¿Qué hora sería? Seguramente las tres o las cuatro, casualmente la hora de la siesta. Casi esperaba encontrar un colchón tras la puerta. Aunque sería más divertido abrirla desde el otro lado para restregárselo al bibliotecario. En cualquier caso estaría alerta, o al menos todo lo alerta que su "ágil" mente le permitía, y usaría a Franklin para iluminar los posibles rincones oscuros. Al final aquel bicho podría ser útil después de todo.

Acciones:

Vaya, ese chico era todo un problema, insultando a alguien muy superior, y de recompensa se llevó una regañada por parte de su compañera y un golpe en los testículos por parte del enano, ya tiene que darse la idea de que no tendrá hijos. Después de que el enano se fuera, esperaba órdenes de León, cuya aura parecía sorprendida, ¿Qué le dijo exactamente el enano?... ni idea, pero en el momento de que el enano se fuera León parecía activar su haki.

Nuestro líder provisional indico un refugio lejos de la batalla, pero yo no sabía en qué lugar, maldita ceguera; después de eso León trajo a dos personas cuyas auras estaban débiles, me dijo los detalles de sus heridas: estos dos hombres tenían quemaduras, y si fue causada por una explosión seguramente estaban heridos por metralla; el siguiente en la lista era un hombre llamado Fear, el cual dice que llevaba las piernas aplastadas un buen rato, si fuera así tendría que analizarlo primero, si tenían los huesos aplastados y venas y arterias rotas tendría que amputar, a pesar de mi habilidad medica no podía hacer milagros.

Ya todo planeado, León se iba a tardar unos minutos, por lo que solamente sonreí y dije –no te preocupes, sus vidas están en buenas manos, y confía en mi, que no voy a dejar que mueran en combate-, dicho esto me dirigí a donde todos caminaban. Los pacientes se habían acomodado en el interior de la casa, por lo que fui con el hombre de piernas aplastadas a revisarlo.

-Me dijeron que tenías las piernas aplastadas, pensé que sería más grave que esto- le dije. El chequeo fue más rápido de lo que pensaba: tenía heridas internas, sorprendentemente sus huesos no estaban rotos, solamente dañados, se había desgarrado algunos músculos, dificultando la habilidad de caminar.

-¿Quieres que empute? Tu pierna está muy mal, no sé cómo te pudiste levantar- le pregunte en un tono serio, una pequeña broma a alguien que parecía no querer ayuda, -Es broma, no estás muy grave, tienes heridas internas, tus músculos están desgarrados pero me causa intriga que tus huesos no se hayan dañado… mucho. Lo que recomiendo es que descanses por ahora, no podrás utilizar tus piernas en ningún momento, por mientras atiendo a los otros dos que parecen estar “más graves”- finalice la conversación y camine hacia los dos hombres que estaban ahí.

Primero al más herido de los dos, no tenían heridas de metralla por la explosión, “que carajo con estos tipos, parece que el destino y la suerte estan de su lado” me dije, pero mis pensamientos no tenían relevancia en esta situación. “Sandāhīringu” pensé, regenerando las células del tipo con un aura de fortaleza “promedia”. Con mi habilidad no me fue difícil curarlo, unos minutos y estaría bien… en el modo superficial, solamente le tocaba descansar, sin embargo tan rápido como lo cure se fue; sus heridas claramente estaban curadas, pero eso no le quitaba el dolor, y tenía un pequeño porcentaje de que las heridas se volvieran a abrir, pero esta vez internamente.

Llegue con el otro tipo e hice lo mismo, pero esta vez me tarde más de lo normal, al momento de analizarlo además de las heridas causada por la explosión el hombre tenía molestias en la espalda, los músculos estaban muy tensos.

-Tienes que descansar, aunque tus heridas estén curadas el dolor aun no desaparece- le dije, evitando que vaya a la guerra en modo suicida como el otro tipo. Camine hacia Fear y aplique lo mismo tardándome unos quince minutos en curarlo; llevaba la cuenta de cuantas técnicas relacionadas con la electricidad: 6 técnicas, ahora tenía que pensar cómo organizarme con el uso de mis técnicas restantes, aunque pudiera hacer “segunda corriente”, lo estaba guardando para una ocasión muy especial.

-¿Quién más está herido? No importa que tan leves sean sus heridas, en una batalla el enemigo podría aprovecharse de ese punto débil- dije a los demás presentes, aunque en estos momentos nuestras órdenes eran resguardarnos, cabía la posibilidad de que el enemigo apareciera. A las afueras de este edificio pude escuchar ruido… no como el de las batallas, sino algo más.

-Kasanova, revisa que ha sido eso- le ordene a mi compañero, -que nadie se mueva, no nos podemos arriesgar- le dije, no podría arriesgar a las vidas que tengo que cuidar.

resumen:

Me lleve un chasco enorme al ver que ni era una caída al infierno ni un ascenso al cielo, los juegos de hoy en día no sabían hacer las cosas bien, lo único que me llamaba la atención en aquella penumbra que inundaba el segundo piso, que hacía que destacase aun más el rayo de luz, era que al pegar una de mis manos a la pared para orientarme y no darme de bruces contra algo, era que estaba arañada, eran trazos finos que solo me hacían suponer que alguien no era muy amable en ese lugar. Cuanto más me acercaba, mas podía darme cuenta de que no estaba solo, pues murmullos salían de la habitación con la puerta entreabierta y cuando finalmente pude mirar por la rendija que dejaba salir la luz, pude ver a un hombre enfrascado en un escrito, escribía a bastante velocidad, casi tanta como soltaba tonterías sobre una empanada mágica que nos destruiría a todos o que el principio del fin estaba cerca, verdaderas tonterías que hacían denotar la poca lucidez, si es que le quedaba alguna.


Tras un rato observándolo, decidí irme lentamente del lugar, dado que había profanado una casa ajena y una bandeja de lo que parecía oro, era un supuesto buen premio, pero el hombre escucho el crujir de la madera, lo que hizo que en un movimiento exagerado al levantarse, se lanzara contra mí, abriendo totalmente la puerta de par en par, para intentar apuñalarme con… ¿una pluma? Realmente ese hombre no estaba nada bien, pues gritaba algo extraño, su lenguaje se había tornado indescifrable, excepto por una pregunta sobre que hacía en su casa ¿Acaso no era obvio?


-Lootear.-Dejé escapar en un suspiro, mientras me llevaba la mano a una de mis armas, poniéndolas debajo de la hoja para blandir la parte de madera como arma, convirtiendo la guja en una maza.-


Con un movimiento corporal demasiado exagerado, exprimiendo toda la inercia que pudiera con este movimiento, posicionando un pie más adelantado que el otro, el improvisado bastón, iba directo al torso del hombre, que podría intentar defenderse del golpe pero que por su complexión y su desalmada ropa parecía poco probable que lo hiciera (AMF). Y efectivamente, el golpe le impacto en el pecho, mientras yo me quedaba con una pose perfecta, estaba seguro que si en ese momento hubiera una cámara en aquella habitación, esa estaría enfocándome el trasero, haciendo un plano de la completa perfección, seguido de uno cogiendo la pluma que había salido volando y parecía caer a cámara lenta con la boca. El hombre había volado sobre su escritorio, haciendo volar los papeles que tenía sobre esta, formando una bonita lluvia y ahora lo único que había en esta, eran sus piernas, mientras el yacía grogui en el suelo, así que me decanté a entrar en el cuarto, y hubiera quedado todo perfecto en mi cabeza, si no fuera porque me tropecé con un montón de papeles, haciéndome pasar de la absoluta perfección a un estúpido. Que se le iba a hacer, pensé mientras me levantaba y me encogía de hombros.



Estaba seguro de que el hombre no se iba a levantar, había sido un boss de lo mas sencillo, así que me puse a dar vueltas por la habitación, buscando algo interesante o de valor, quizás ese hombre guardase algo interesante.

Resumen:

Las palabras de la chica eran sin duda las que más sentido tenían. Pero el que no se lo tomó muy bien al parecer fue el cocodrilo, aquello era increíble. Estaba cantando una canción no solo ridícula, inspiraba despecho totalmente o algo así, como si estuviera ofendido. Una gotita de sudor bajó por la cabeza del dragón negro que además seguía dolorido por su preciosa mano, eso nadie lo miraba. Ren al parecer pese a ser un infiltrado había dado la vida allí, el mercenario se acercó caminando hasta el charco de sangre y se quedó mirándolo seriamente. Sus rojizos ojos mostraban inexpresividad, era algo bastante extraño “¿Qué diablos planeabas Ren?” Pensó mirando aquellos restos de su mercenario, apretó un poco los puños mientras ahora gruñía despacio.

Cuando se dio la vuelta pudo ver que el borracho ahora se estaba cortando la cabeza, pero esta al ser un logia se le volvió a reconstruir como si no hubiese pasado absolutamente nada. Malditos usuarios de elementos raros, el moreno ahora se fijó en el cuerpo de aquel maldito pez, al parecer su rostro estaba algo reconocible, debido a su poder era muy posible que su cabeza valiera un buen precio. Sin pensárselo lo cogió de una pierna sin respeto alguno, como si de una bolsa de estiércol se tratase, después alzó la mirada sintiendo con su haki de observación algunas presencias bajando del cielo. La guerra no acababa solo con los malditos Gyojines, ignorando ese hecho empezó a caminar a una dirección al azar con el cadáver, cuando antes lo dejara en un cuartel o algo así antes proseguirían.

- La guerra no acaba aquí, la muerte de Ren no será en vano. Voy a vengarle y si tengo que cargarme a todo el ejército de sardinas lo haré. Kyofu No Yohei será quién diga la última palabra, ahora andando.

Dijo para después comenzar a caminar arrastrando a su presa de forma que estuviese boca arriba y si se dañaba que lo hiciera por la espalda. Después de las palabras de Ayane no pudo evitar ponerse a su lado, acto seguido la miró a los ojos de forma seria, ya no sentía nada raro y sexual, era como si la mala leche invadiera su cuerpo. Pasó su dedo índice manchado de sangre por su rostro para limpiar los últimos restos de lágrimas, después miró al cocodrilo dedicándole una sonrisa amable y seguidamente hizo lo mismo con Akai. Al otro hombre le levantó el pulgar agradeciéndole la ayuda, después alzó al maldito pez con una sola mano debido a su fuerza y gritó con fuerza tratando de darles ánimos a los suyos. Acto seguido continuaría andando.

- Adelante amigos…

Re:

Aquella chica era demasiado parecida a la Shichibukai ¿Sería un trampa? Puede que incluso alguna fuera una impostora, eso hizo que el asesino se mantuviera atento a las dos en todo momento. Sus ojos estaban atentos a todo lo posible, no tardaron en llegar a una zona devastada y llena de escombros, aquello debió de haber sido el resultado de una potente explosión o algo por el estilo. De todas formas no le interesaba mucho lo que hubiese sucedido, tan solo se dedicó a mirar a su alrededor con una media sonrisa para después dirigir la mirada a aquellas dos chicas que seguía.

- Al parecer aquí ha habido una bonita explosión ¿Hacia dónde proponéis que nos dirijamos ahora?

Añadió ahora con una mirada seria mientras llevaba ambas manos a los bolsillos manteniéndose después callado y esperando una posible respuesta de aquellas dos mujeres, no podía evitar preguntarse por qué eran tan parecidas “¿Acaso han podido cambiarse la ropa y se han intercambiado las posiciones?” Pensaba ahora el moreno mientras alzaba una ceja, en aquella situación tan rara era mejor no llamar mucho la atención.

Por fin me había librado de aquel tío, me encontraba corriendo por entre las calles sepenteando al tiempo que usaba mis botas de hermes moviéndome a 12 metros por segundo, no quería que el pavo de antes me volviera a encontrar, yo intentaba ver la clásica serpiente verde enroscada alrededor de una copa o un símbolo de cruz roja, necesitaba material medico y no me atrevía a ir a un hospital de campaña de los marines. Sorprendentemente aun no me había dado cuenta pero varias personas bajaban en paracaídas gritando muerte al gobierno mundial. Me parecía excelente, el gobierno estaba lleno de cretinos,

Me oculte un segundo para recuperar el aliento, observe a ambos lados y decidí entrar en un local cercano. Por suerte la tienda estaba abierta abandonada a toda prisa, el interior estaba oscuro y no podía ver de que era. Entre con precaución activando la visión nocturna de mi casco, asegurándome que no había nadie. Cerré la puerta por dentro y me senté en el suelo escondido de la vista de fuera del local. Deje a Carnifex en el suelo, recargue mi lanzamisiles, la ballesta de repetición pesada. y guarde todo en su sitio. Me levante y con cuidado de no permitir que nadie me viera y comente a explorar el sitio. tal vez encontrara algo que pudiera serme útil, o valioso. Cuando fuera se calmaran las cosas ya saldría a investigar.

acciones:

El chico había huido, sabia que iria a perder y seria su única opción, las cosas no se iban a quedar asi.
Tendría que buscar a Drako. El callejón había quedado completamente destrozado, mientras me limitaba a salir de allí un pelotón de Marines reclutas aparecieron:

-Buenas, Sargento Raikov, hemos venido ya que emos escuchado explosiones por aquí.

-Hola, dame un Den Den Mushi que me comunique con la central.

El chico saco un caracol de su bolsillo y me lo entrego:

-Buenas, aquí el Sargento Raikov, teneis que poner recompensa a un hombre con armadura que se encuentra en esta isla, a intentado matarme, mandado al fotógrafo para que haga su trabajo.

Mientras terminaba la llamada.

-Vosotros, ¿Habéis escuchado? Id a buscarlo, esta herido, no habrá ido muy lejos, y mirad en las enfermerías.

Después de decir eso sali corriendo en busca de mi compañero, Drako

Resumen:

Eleve a los dos humanos con mi mano hasta mi hombro y después comencé a andar hacía el sur. Desde mi perspectiva veía las diferentes batallas que surgían una tras otras en el suelo, por lo que estaba deseando dejar a los dos humanos fuera del campo de batalla y comenzar con mi pelea, aunque también podría saquear alguna cosa, - que hago, ¿peleo o saqueo?¿peleo o saqueo? - pensaba dubitativo, mientras me acercaba al muro sur con cada paso. Por fin llegue a un edificio cercano al muro y mire por la ventana de una de las últimas plantas, observando que no había nadie en su interior.

Allí deje a los dos humanos - nos veremos cuando seáis más fuertes, será entonces cuando combatiremos - dije mientras me volvía, mirando el campo de batalla. Ya sabía lo que iba a hacer, combatir, luchar, aplastar al enemigo, pero en ese momento una voz surgió del cielo.

- ¡MUERTE AL GOBIERNO!¡LA REVOLUCIÓN TRIUNFARÁ! – escuché algo atónito, - con que esta isla es del gobierno, aaaaah y son ellos los que han permitido que me capturen, voy a vengar lo que me han hecho, ahhhhhh- dije bastante cabreado.

Observe a un hombre vestido con ropas de marine, aunque no sabía su rango, solo que estaba peleando contra dos hombres uno de ellos con un pelo largo turquesa. Mientras iba corriendo hacia él, vi que estaban atacando al marine, si no le daban muerte le asestaría un golpe vertical para que no se levantara y si acababan con él, no atacaría. En cualquiera de las dos situaciones, hablaría con ellos , - humanos, veo que estáis en contra del gobierno así que combatiré a vuestro lado, se ve que sois buenos luchadores - dije, pensando en que el gobierno pagaría su ofensa eternamente.

Hachazo vertical (corte de madera) [AMF]

Resumen:

Cuando nos reunimos con los demás pude ver como Dexter estaba un poco mas alejado luchando contra alguien y los demás observaba como algunos estaban heridos o desmallados, al parecer la situación había empeorado mucho, no fue una buena idea haber desaparecido ese tiempo la verdad debía actuar y rápido.

-Hinori yo ire a ayudar a Dexter, tu si quieres ve a curar a los demás o a luchar junto a ellos.

Dije seriamente y me fui sin esperar una respuesta, de repente escuche una voz que retumbo por todo la isla...  ¡MUERTE AL GOBIERNO!¡LA REVOLUCIÓN TRIUNFARÁ! Debido ami Haki Mantra pude observar como varias figuras aparecieron en el cielo y poco después una ráfaga de balas paso cerca mía, pero eso no consiguió que cambiara mi opinión de ir junto con mi capitán

-Dexter me dirijo hacia tu posición, llegare en menos de un minuto.

Dije por el auricular corriendo a una velocidad gracias a mi akuma no mi, en cuention de 10 segundos llegue hasta el y sonrei.

Vamos tío no tengas piedad!!

Resumen:

Liam estaba totalmente de acuerdo conmigo,  siempre era bueno tener camaradas así, lo que no me esperé fue lo que nos dijo el gigante a continuación, nos ofreció llevarnos a un lugar seguro a sus hombros. Ambos aceptamos agradecidos, ese gigante nos había salvado la vida, y probablemente lo estaba volviendo a hacer al ofrecernos esa ayuda.

Mientras íbamos a los hombros del gigante, pudimos ver cómo avanzaba la batalla, había explosiones por todas partes y se podían ver a muchos guerreros de bandos diferentes combatiendo en el suelo. Mi brazo izquierdo seguía inmovilizado y la herida del hombro palpitaba con mi pulso cardíaco, no sabía si sería capaz de seguir peleando, pero lo mejor sería recuperar fuerzas en un lugar seguro. Llegamos al muro sur y el gigante nos dejó en una de las ventanas de la última planta.

Nos veremos cuando seáis más fuertes, será entonces cuando combatiremos

Estoy impaciente por que llegue ese día, por cierto, muchas gracias señor gigante.

Tras eso, unas sombras en forma de serpientes aparecieron en el cielo, y miles de puntitos empezaron a descender gritando -¡MUERTE AL GOBIERNO!¡LA REVOLUCIÓN TRIUNFARÁ!-. Eran los revolucionarios que aprovecharon la ocasión para lanzar su ataque al gobierno, el gigante dijo algo sobre que haría pagar al gobierno y se lanzó hacia la batalla. Al mismo tiempo, un cúmulo de hombres se acercaba volando por el cielo, con el estandarte de los Akai Ryu Pirates, capitaneados por el Yonkou Kirito Furukawa, un espadachín formidable. Estaba impresionado con la cantidad de gente fuerte que había, así que decidí que, en vez de huir tras el intento de luchar como un bando aparte, lucharía en el bando de aquel pirata, pues al menos quería hacer notar mi nombre.

Liam, ¿qué te parecería si, tras saquear un poco este lugar, luchamos un poco a favor del Yonkou Kirito? Así podremos derrotar a algo más que a unos pequeños pececitos.

Resumen: