Midorima y Worgulv contra Bogavante

Todo estaba… relativamente bien. De alguna forma, su bando tenía cierta ventaja. Midorima estaba tranquilo, no había mucho de qué preocuparse, todos sus nakamas estaban juntos, Dexter estaba cerca, Derian también y también había aparecido Drake. Ese lado debía estar más seguro que cualquier otro en Mariejoa. Suspiró tranquilo mientras se acercaba un poco más a Worgluv, tenía que estar cerca por si las moscas, aparte… Sabía que en una guerra y las situaciones se daban vuelta. La ventaja que tenían, iba a desaparecer de un momento a otro. Y como si un Dios malvado lo escuchará, eso paso… Habían llegado, al fin, las estrellas principales, los Trilobite hacían aparición en escena gritando como retrasado, que buscaban venganza. “Ahora es cuando se decidirá todo” pensó con calma para tratar de acercarse… Pero fue interrumpido, una maldita langosta gigante, quizás del mismo tamaño que la tortuga, se fijó en ellos. “¿Por qué a mí?”  le dijo una pequeña vocecita mientras miraba a su siguiente rival. Su cuerpo debería ser capaz de aguantar este round.

– Worgulv, será mejor que empieces a rezar. Lucharemos y ganaremos. Ya lo dijo Dexter, aquí no están nuestras tumbas. Yo confío en ti, y pondré mi vida en tus manos, pero ambos ¡SOBREVIVIREMOS! – gritaba mientras empezaba a centrar su Kenbunshoku en aquella langosta.

Observó con sorpresa, como es que partía con facilidad extrema el suelo, excavando en el. Midorima no perdió el tiempo, y activó el nivel 5 de golpe de su técnica. Iba a ir a tope, por dos razones, la primera era porque no quería que se repitiera lo mismo que en su combate pasado, y la segunda, no iba a subestimar a nadie más. Su cuerpo creció hasta los dos metros, y su pelo, ahora era blanco como la nieve. Siguió a la langosta con su Haki, no le era muy difícil y menos cuando se concentraba en un solo objetivo en particular. El crustáceo se movía con velocidad, pero ya sabía hacia donde se dirigía… “Maldito, no te dejaré.  pensaba mientras desaparecía y aparecía en un segundo al lado de su nakama, no perdió el tiempo y lo agarró con fuerza mientras volvía a moverse con velocidad a unos metros, a tiempo para ver como es que volvía a aparecer la Langosta.

– Este es el plan. Yo atraeré su atención, así tu tendrás ventanas para atacar a esa cosa. Dale duro y no te contengas. – dijo mientras sentía un fuerte dolor en su espalda. Unas rocas que habían salido despedidas por la salida de la langosta, le habían dado. Seguramente, aparecerían unos cardinales en esa zona de la espada. Miró a la langosta con furia mientras empezaba a caminar con calma, sus puños se pusieron morados por unos segundos, su Busoushoku Haki estaba listo. No sabía si aquella bestia entendería su lenguaje, pero le daba igual. – Langosta de mierda, yo seré tu oponente… – tomó una breve pausa mientras clavaba sus ojos verdes en los de ese animal. Sintió algo diferente en su cuerpo, un nuevo aumento de poder ¿Acaso lo obtuvo de manera inconsciente mientras peleaba con la tortuga? No le interesaba saberlo - ¡NO DEJARE QUE LASTIMES A MIS NAKAMAS! – gritó con fuerza… Seguramente, todos sus nakamas escucharían su grito por el auricular, tampoco importaba.

Dio dos pasos más, mientras ahora desaparecía por completo. Iba a tomar la delantera de un solo golpe, de un solo movimiento, ya estaba en la cabeza de aquel animal. Su pierna se tornó de un color morado azabache intenso, y sin dudarlo un solo segundo, lanzó una poderosa patada directo a la zona donde estaba. Sentía mucho poder en su cuerpo… Era probar de qué estaba hecho. Diera o no, se alejaría un par de metros de distancia, pero a una donde tendría la chance de rescatar a su nakama de ser necesario.

The Zone Of God: Extrem Power [AMF][Busoushoku Haki LVL 3]

Parecía que la batalla estaba ligeramente controlada, su capitán era un hombre impresionante, estaba acabando con todos los enemigos, hasta que unas criaturas que parecían sacadas de un sueño de un pescador retorcido salieron del geiser, se auto llamaron los trilobites, el hombre no había oído eso en su vida, como la mayoría de palabras de ese idioma que empezaba a entender, no hacia falta ser un experto para saber que esos ¿hombres? eran muy poderosos, el hombre extendió sus brazos y ejecuto su ritual de batalla, su hacha gélida estaba hambrienta por probar el sabor de la carne, a su lado estaba su compañero el hombre de pelo aceituna Mido algo creía recordad que era su nombre, la verdad le consideraba uno de los mas poderosos y eso que no le había visto en acción, alzo sus hachas hacia el geiser, estaba listo para todo,...o no

La cosa se empezaba a poner fea. Si pierna estaba rota, su golpe había hecho acción de rebote y su misma fuerza le había destrozado la pierna. Ahogó un grito de dolor mientras trataba de no apoyar la pierna en el suelo, observó a Worgulv atacando, pero al igual que su ataque, no le había hecho daño. Maldijo por lo bajo mientras empezaba a tener un poco de miedo, dudaba que ahora podría ganar y mucho menos en esas condiciones, si había alguna oportunidad, iba a tener que darle muy fuerte a la Langosta. Suspiró para calmarse mientras ahora veía que su rival se centraba en él, al menos, su plan había funcionado a pesar de que ahora estaba muy herido.

El ataque de la Langosta no tardó en venir, abrió la boca y tal tanque, empezó a lanzarle muchas piedras y notaba algunos pedazos de metal. Suerte que le había avisado su Haki, y así, con un esfuerzo sobre humano, cargando todo su peso en su pierna derecha, la que no estaba rota, fue que dio un salto grande a un lado, y también rodó por el suelo… No había esquivado el ataque por completo, ni de broma, casi todo el sector derecho de su cuerpo, estaba lastimado. Tenía piedras enterradas en su cuerpo, al igual, que el estúpido metal. El dolor era inimaginable, pero debía ganar, le había hecho una promesa a sus nakama, no iba a morir aquí. Si no tenía una pierna, no le quedaba otra que luchar apoyado en sus manos, así que se dio una voltereta quedando apoyado únicamente en sus manos. Recordó con cierta molestia, que las langostas, tenían un punto débil… Su estómago. Y entonces habló por el auricular.

– Worgulv, ataca al estómago. Es el punto débil de esa cosa, en mi estado, creo que lograré dar buenos golpes pero tú tendrás que imprimirle más daño. – dijo con un tono que demostraba como estaba, cansado y hecho pedazos. Notó que la langosta ahora estaba blindada al cien por ciento, lo único que quedaba al aire, era su estómago… Era la oportunidad que tenían para ganar, después de esto, dudaba que pudiera seguir luchando.

Como pudo, empezó a caminar con sus manos, se movía en zigzag avanzando hacía su rival. No buscaba confundirlo, ni nada, solo buscaba que en el caso de que esa cosa lo atacara, tener chances para esquivar lo que fuera que viniera. No tardó mucho en llegar al estómago de su rival, como pudo, imprimió sus fuerzas en levantar su cuerpo y quedar de forma paralela al suelo, elevado un par de metros, lo suficiente como para poder conectar una serie de golpes antes de que la gravedad hiciera efecto. Imbuyó sus extremidades en su Busoushoku, tantos sus dos puños, como su pierna derecha. Y entonces aguanto todo el dolor que tenía en su cuerpo, fue que lanzó una tanda de golpes y patadas directos al abdomen de su rival. Aparte a cada golpe, también enviaba proyecciones de su haki armadura, una armadura invisible para potenciar sus golpes. Lanzó en total, una serie de unos veinte golpes, todos dirigidos al mismo punto y así poder ganar de una forma u otra, todo dependería de la acción de su nakama. Su cuerpo, tocó el suelo, no se iba a poder mover y más le valía a esa cosa, por lo menos, gritar de dolor.

The Zone Of God Extreme Power: Promise [AB][Busoushoku Haki LVL 3]