Falcopone Gialvanni
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El señor Falcopone suele desplazarse a la isla casino, no de una forma regular pero si de vez en cuando, principalmente para divertirse y observar como las demás personas se le quedan mirandole con curiosidad y sorpresa, siempre va acompañado de dos de sus mejores ejecutivos de la agencia Gialvanni, Johnny Copal y Vincenzo Maroni, a los cuales le tiene tanto respeto como si se trataran de sus familiares pero siempre guardando la relación entre jefe y trabajador. Al llegar a la isla y visitar multitud de edificios decidieron pararse en el presuntamente, mejor casino de esta, rapidamente Johnny abrio la puerta para que el Don bajase, mientras este se encendia un puro y miraba de arriba a abajo el casino, Uhm...vaya, es bastante grande, no recuerdo haberlo visitado antes, vamos caballeros... Vincenzo rapidamente echo la cerradura al vehiculo y se puso detras del Don junto a Johnny, al abrir las puertas se encontro con multitud de personas, jugando y divertiendose, ganando dinero y a la vez perdiendolo, el Don se quedo maravillado observando la cantidad de plantas que tenía, el sonido tintineante de las monedas era como un canto de sirenas para sus oidos, varios personas le reconocieron, mientras que las demas estaban concentradas en el juego, uno de los porteros se acerco a saludarle Es un placer tenerle aquí Don Falcopone Gialvanni, tenemos excelentes juegos que serán de su agrado..., el Don respondió con una señal de asentimiento mientras le echaba el humo del puro en el rostro, continuo caminando observando de una en una las mesas de juego cuando de pronto un presuntuoso jugador del lugar se acerco al Don, parecía haber bebido pues su olor le delataba, ademas de no ser consciente a quien se estaba dirigiendo, ¡Eh, gordinflón! pareces tener pasta, ¿te hechas unas partidas?, luego no te quejes si pierdes jejeje, el silencio se hizo de pronto en el lugar mientras que Vincenzo y Johnny se quedaron mirando al inepto jugador, Gialvanni tan solo respondió soltando una carcajada.
Johnny se acerco de una forma muy veloz al sujeto dándole una patada en la cara partiendole la nariz y dejándolo totalmente inconsciente en el suelo, posteriormente lo agarro y le susurro unas palabras al oído para después echarlo por la puerta del establecimiento, Cuando te dirijess al Don... deberras de haserlo con respeto, ¡basura...!, Falcopone le coloco la mano en el hombro en señal de gratitud y observo nuevamente como la gente estaba mirándola sorprendida y con temor, Damas y caballeros, que este contratiempo no pare vuestra diversión, por favor tan solo vengo aquí a pasar el rato, haced como que no estoy, aunque sabia perfectamente que su presencia se hacia denotar bastante, posteriormente se sentó en una de los sillones de las mesas del bar del lugar ocupando casi todo el asiento para el solo debido a su gran tamaño haciendo que Johnny y Vincenzo se sienten a su lado, el camarero se acerco a ellos dándoles la carta,
Bueno, ¿que queréis?, me parece que pediré vino
Yo un poco de whisky
...
Tan silencioso como siempre ¿verdad Vincenzo? Toughjojojo, te pediremos agua entonces.Al servirle el camarero lo que habían pedido, el grupo empezó a hablar de negocios y del futuro de los planes que tenían entre manos
Johnny se acerco de una forma muy veloz al sujeto dándole una patada en la cara partiendole la nariz y dejándolo totalmente inconsciente en el suelo, posteriormente lo agarro y le susurro unas palabras al oído para después echarlo por la puerta del establecimiento, Cuando te dirijess al Don... deberras de haserlo con respeto, ¡basura...!, Falcopone le coloco la mano en el hombro en señal de gratitud y observo nuevamente como la gente estaba mirándola sorprendida y con temor, Damas y caballeros, que este contratiempo no pare vuestra diversión, por favor tan solo vengo aquí a pasar el rato, haced como que no estoy, aunque sabia perfectamente que su presencia se hacia denotar bastante, posteriormente se sentó en una de los sillones de las mesas del bar del lugar ocupando casi todo el asiento para el solo debido a su gran tamaño haciendo que Johnny y Vincenzo se sienten a su lado, el camarero se acerco a ellos dándoles la carta,
Bueno, ¿que queréis?, me parece que pediré vino
Yo un poco de whisky
...
Tan silencioso como siempre ¿verdad Vincenzo? Toughjojojo, te pediremos agua entonces.Al servirle el camarero lo que habían pedido, el grupo empezó a hablar de negocios y del futuro de los planes que tenían entre manos
- Johnny Copal (el primero) y Vincenzo Maroni:
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Annya observaba en su mesa, barajando las cartas a los demás clientes, mientras Falcopone entraba por la puerta. Ella mantuvo su rostro serio y ni se inmutó ante la poca cortesía de apagar el cigarro al entrar en el local, pero, de todas formas, era un cliente bastante importante. No le quitó ojo al señor, pues también tenía fama de problemático, y no dejaría que alguien como él provocase problemas en su casino, no mientras ella esté presente. Entonces pasó. Alguien le llamó gordinflón y uno de sus acompañantes le atacó. Annya dejó las cartas sobre la mesa, puso ambas manos en la mesa y se impulsó en una voltereta que terminaba en un salto hacia donde se encontraban los hombres, quedando en frente.- No me gustan los problemas, y menos de alguien tan maleducado.- Dijo sin ningún miedo, mirando fijamente el puro y con una carta entre sus dedos: El as de Tréboles.
Apaga ese cigarro, dile a tus matones que dejen en paz a la gente, por muy mal que te traten. Si te atacan, me ocuparé yo.- Dijo con su mirada sumamente fría, sus ojos rojos como los de los demonios. Se notaba bastante su enfado. De golpe, en su mano ya no había dos cartas, si no tres. El as en el centro, y otras dos cartas a su lado de la misma casa, las del valor más bajo: el 2. Parecía que fuese una para cada uno.- No me obliguéis a barajar vuestra última... mano.- Alzó las cartas, enseñándoselas a Falco, tapando el ojo izquierdo con ellas, sin temblar, sin miedo, llena de valor y a la vez ira. Aquel hombre no le agradaba en lo más mínimo, y menos el olor a tabaco que desprendía y se juntaba con los ambientadores del lugar.
La gente del local parecía temer bastante a ambos, a la crupier y a Falcopone, era curioso el miedo que infundía aquel enfrentamiento, a pesar de que ninguno se había visto antes. Seguramente temían más los daños colaterales que podían provocar al daño que pudiesen hacerse los unos a los otros. Annya miró de reojo a la chusma que los rodeaban y todos corrieron a seguir con su vida, como si ellos no estuviesen allí. La mirada de Annya infundía bastante miedo en quien se fijase en ella, como si no tuviese buenos sentimientos, sólo odio y maldad.
Apaga ese cigarro, dile a tus matones que dejen en paz a la gente, por muy mal que te traten. Si te atacan, me ocuparé yo.- Dijo con su mirada sumamente fría, sus ojos rojos como los de los demonios. Se notaba bastante su enfado. De golpe, en su mano ya no había dos cartas, si no tres. El as en el centro, y otras dos cartas a su lado de la misma casa, las del valor más bajo: el 2. Parecía que fuese una para cada uno.- No me obliguéis a barajar vuestra última... mano.- Alzó las cartas, enseñándoselas a Falco, tapando el ojo izquierdo con ellas, sin temblar, sin miedo, llena de valor y a la vez ira. Aquel hombre no le agradaba en lo más mínimo, y menos el olor a tabaco que desprendía y se juntaba con los ambientadores del lugar.
La gente del local parecía temer bastante a ambos, a la crupier y a Falcopone, era curioso el miedo que infundía aquel enfrentamiento, a pesar de que ninguno se había visto antes. Seguramente temían más los daños colaterales que podían provocar al daño que pudiesen hacerse los unos a los otros. Annya miró de reojo a la chusma que los rodeaban y todos corrieron a seguir con su vida, como si ellos no estuviesen allí. La mirada de Annya infundía bastante miedo en quien se fijase en ella, como si no tuviese buenos sentimientos, sólo odio y maldad.
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Mientras el Don saboreaba su delicioso vino, una niña se acerco con valor a la zona donde estaban sentado los mafiosos y con gesto amenazante enseño unas cartas en las que figuraban el as de treboles y junta a ella otras dos, a Johnny no le gusto demasiado el tono de la muchachita e hizo el amago de levantarse hacia a ella a abofetearla, sin embargo Falcopone rápidamente lo detuvo, echándole una mirada de desaprobación aun con el puro encendido, dio una calada, y no expulso el humo, sin embargo esto no le pareció raro a ninguno de sus ejecutivos, después observo a la niña y dio una gran calada al puro terminando con el en cuestión de segundos y una vez mas sin expulsar el humo, dejando tan solo la boquilla del puro guardandosela posteriormente en el bolsillo de su camisa, despues dio una gran carcajada para despues mirar hacia Vincenzo y Johnny, los cuales se mostraban totalmente serios, Esa mocosa debe aprrenderr a dirrigerrse a la gente imporrtante, Don Gialvanni, el don volvio a beber de su copa de vino y se lo quedo en la mano mientras lo agitaba ¿Que opinas tu Vincenzo? Falcopone dirigio su mirada a su otro ejecutivo tan bien trajeado como Johnny, esto no hizo ademan de responder hasta que finalmente hablo, concretamente dijo solo una palabra Impertinencia
Falcopone se volvio de nuevo a la niña de las cartas sonriente y despreocupado, No es una mocosa Johnny Toughjojojo, es una mujer, una mujer valiente *comento severamente*, pero...me he encontrado muchos héroes y heroínas valientes, unos mas listos, otros mas idiotas y otros que ni si quiera sabían lo que hacían ¿en que grupo estas tu, dama? el líder mafioso cayo de nuevo y hecho una mirada de nuevo a los alrededores del casino pensando en la cantidad de dinero que podría generar aquel lugar, cojio el pañuelo que tenia en su camisa y quito las virutas que tenia la mesa de las cenizas del puro que se había fumado para después echarlas en una papelera cercana, lo sacudio y volvio a guardarlo de nuevo en el bolsillo de su camisa Seguramente ya me conocerás así que os ahorrare las presentaciones pero... me gusta quedarme con los nombres de aquellos que tuvieron el coraje de dirigirse a mi de ese modo
La muchedumbre del local continuaba observando el encuentro, esa chica parecía ser bastante importante, no tenia pinta de ser una simple jugadora de cartas, había algo mas detrás de ella, algo siniestro, esa mirada que desprendía era de maldad pura, y eso Falcopone lo veía, esa chica sabia lo que hacia incluso a sabiendas de estar en desventaja numérica, pero obviando eso, el líder mafioso mostró especial interés por conocer mas sobre ella, agarro la botella de vino y se sirvió de nuevo otra copa, bebió y le dirijió una sonrisa a la chica a la espera de que esta volviese a hablar bajo la atenta mirada de sus subordinados.
Falcopone se volvio de nuevo a la niña de las cartas sonriente y despreocupado, No es una mocosa Johnny Toughjojojo, es una mujer, una mujer valiente *comento severamente*, pero...me he encontrado muchos héroes y heroínas valientes, unos mas listos, otros mas idiotas y otros que ni si quiera sabían lo que hacían ¿en que grupo estas tu, dama? el líder mafioso cayo de nuevo y hecho una mirada de nuevo a los alrededores del casino pensando en la cantidad de dinero que podría generar aquel lugar, cojio el pañuelo que tenia en su camisa y quito las virutas que tenia la mesa de las cenizas del puro que se había fumado para después echarlas en una papelera cercana, lo sacudio y volvio a guardarlo de nuevo en el bolsillo de su camisa Seguramente ya me conocerás así que os ahorrare las presentaciones pero... me gusta quedarme con los nombres de aquellos que tuvieron el coraje de dirigirse a mi de ese modo
La muchedumbre del local continuaba observando el encuentro, esa chica parecía ser bastante importante, no tenia pinta de ser una simple jugadora de cartas, había algo mas detrás de ella, algo siniestro, esa mirada que desprendía era de maldad pura, y eso Falcopone lo veía, esa chica sabia lo que hacia incluso a sabiendas de estar en desventaja numérica, pero obviando eso, el líder mafioso mostró especial interés por conocer mas sobre ella, agarro la botella de vino y se sirvió de nuevo otra copa, bebió y le dirijió una sonrisa a la chica a la espera de que esta volviese a hablar bajo la atenta mirada de sus subordinados.
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¿Heroína? No podrías haber estado tan lejos de la verdad...- Annya lanzó una carta, un 2 de tréboles, que pasó rozando a uno de los subordinados y acabó por incrustarse en la pared, como si fuese un cuchillo.- Primero, estas cartas no son cartas normales, están muy afiladas, pesan algo más, y el borde es más duro, por lo que si quiero, puedo clavarlas en vuestro corazón, así de sencillo. Y segundo, mi nomnre es Annya Ivankov, crupier principal de este casino, y también me ocupo de la seguridad algunas veces...- Dijo en un tono frío muy constante, aún con dos cartas en la mano. De pronto, Annya hizo un movimiento rápido y apareció otra carta como la que había lanzado.- Estos sitios están siempre trucados, y yo, como crupier, sé trucar a la perfección las cartas para que me den siempre la victoria...- Esbozó una leve sonrisa, moviendo levemente las cartas para que Falco pudiese ver que las cartas estaban trucadas, pues el grosor era ligeramente superior, pero la gente normal no podría notarlo.
Ahora, una aclaración, no soy una heroína ni nada tan absurdo como eso. Soy la dueña de este casino, y como tal, no me gusta que haya gente problemática que arruine el negocio, ¿entiendes? Realmente esa gente me importa menos que la carta que está en la pared.- Su mirada fría, insensible y llena de seguridad seguía clavada en el rostro de Falco, como si intentase ver a través de su alma, como si pudiese leer lo que piensa. Era una concentración sumamente complicada de conseguir, además de sobrehumana, terrorífica. A la mayoría de la gente, al menos a la gente común, habría bastado con la demostración de cartas, pero a algunos hace falta algo mayor... Es necesario que conozcan lo que es el verdadero miedo, el terror, el presentimiento de que alguien va a acabar contigo, sea así o no.- Puede llamarme Annie, señor Falco, pero solo si deja de molestar.- Entonces, la expresión de la niña cambió a una más dulce e inocente, acompañada de una sonrisa.
Annya se acercó un poco a él, para susurrarle al oído.- Vamos a un sitio más tranquilo, este enfrentamiento está haciendo que el casino pierda mucho dinero, distrayendo a la gente.- En aquel momento, la expresión y tonalidad de Annya volvió a la seria y fría de antes. Parecía poder controlar sus expresiones, su mirada, todo, a voluntad. Esa era la impresión que daba al cambiar de faceta en menos de un segundo.
Ahora, una aclaración, no soy una heroína ni nada tan absurdo como eso. Soy la dueña de este casino, y como tal, no me gusta que haya gente problemática que arruine el negocio, ¿entiendes? Realmente esa gente me importa menos que la carta que está en la pared.- Su mirada fría, insensible y llena de seguridad seguía clavada en el rostro de Falco, como si intentase ver a través de su alma, como si pudiese leer lo que piensa. Era una concentración sumamente complicada de conseguir, además de sobrehumana, terrorífica. A la mayoría de la gente, al menos a la gente común, habría bastado con la demostración de cartas, pero a algunos hace falta algo mayor... Es necesario que conozcan lo que es el verdadero miedo, el terror, el presentimiento de que alguien va a acabar contigo, sea así o no.- Puede llamarme Annie, señor Falco, pero solo si deja de molestar.- Entonces, la expresión de la niña cambió a una más dulce e inocente, acompañada de una sonrisa.
Annya se acercó un poco a él, para susurrarle al oído.- Vamos a un sitio más tranquilo, este enfrentamiento está haciendo que el casino pierda mucho dinero, distrayendo a la gente.- En aquel momento, la expresión y tonalidad de Annya volvió a la seria y fría de antes. Parecía poder controlar sus expresiones, su mirada, todo, a voluntad. Esa era la impresión que daba al cambiar de faceta en menos de un segundo.
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Las cartas estaban sobre la mesa, literalmente y nunca mejor dicho, al ver el don las cartas clavadas en la pared cerca de sus subordinados y después de afirma la chica que podría clavárselas en su corazón, el don se le hincho la vena del cuello, pero parecía totalmente calmado a pesar de querer estallar como un volcán, -Hagamos una cosa dama Annya...- comento mientras dando una muestra de la habilidad de su Akuma no mí sin intención de querer impresionar sino por comodidad, estiro su brazo hacia atrás arrancando la filosa carta, dejándola de nuevo en la mesa para que la chica la guardara, Me gusta este casino, a primera vista me caeréis tan bien al igual que vuestro padre, pero...no amenacéis de esa forma a mis subordinados delante mía, o hacedlo al menos cuando yo no mire, son mi familia... concluyo severamente, el cariño del don por sus subordinados era bastante grande, los trataba como si fuera unos hermanos para él, tenía que dar a entender que no era un civil normal y corriente y si quería podría encargarse perfectamente de llevar una guerra abierta a un simple casino por muy grande que sea, tanto como la facilidad de la joven para matar con esas cartas. Mientras que Johnny y Vincenzo miraban con curiosidad las cartas pero totalmente impasibles, el Don saco su cartera y saco de ella como unos 2500 o 3000 berries y se los dio a Johnny señalando a uno de los metres del casino -Que eso os sirva de pago por las molestias causadas señorita Annya, el dinero es un poderoso caballero, aunque eso ya lo sabréis seguro-, al mencionar la chica que la mayoría de los juegos estaban trucados y que los clientes eran tan ineptos para no darse cuenta el Don se echó a reír, a la par de que Johnny se volvía a sentar de nuevo en la silla después de haber pagado y servirse una nueva copa de Whisky.
¡Toughjojojo!, os lo dije, es una mujer lista, de acuerdo vamos, el Don y sus dos subordinados siguieron el paso de Annya, mientras le susurro a Johnny al oído Adonde quiera que nos lleve espera fuera, y ni se te ocurra tocar a nadie, Vincenzo estará conmigo no te preocupes, Johnny hizo una señal de asentimiento estando de acuerdo con el Don, señorita Annya, prefiero llamarla como a usted se sienta más cómoda, es posible que sea el líder de una agencia criminal, pero al igual que Falcopone sentía cariño por sus vasallos, mostraba a la par un profundo respeto por las mujeres, independientemente de la afiliación que se encuentre, como si es pirata o marine o como si tiene unas cartas tan afiladas como una guillotina.
Sin duda era lo mejor tal como dijo Annya la gente estaba más pendiente de la conversación entre el Don y la dama del casino, si esos civiles estaban más concentrados en el conflicto era exactamente lo mismo que un estancamiento en los continuos ingresos del casino, algo que el propio Don entendió.
¡Toughjojojo!, os lo dije, es una mujer lista, de acuerdo vamos, el Don y sus dos subordinados siguieron el paso de Annya, mientras le susurro a Johnny al oído Adonde quiera que nos lleve espera fuera, y ni se te ocurra tocar a nadie, Vincenzo estará conmigo no te preocupes, Johnny hizo una señal de asentimiento estando de acuerdo con el Don, señorita Annya, prefiero llamarla como a usted se sienta más cómoda, es posible que sea el líder de una agencia criminal, pero al igual que Falcopone sentía cariño por sus vasallos, mostraba a la par un profundo respeto por las mujeres, independientemente de la afiliación que se encuentre, como si es pirata o marine o como si tiene unas cartas tan afiladas como una guillotina.
Sin duda era lo mejor tal como dijo Annya la gente estaba más pendiente de la conversación entre el Don y la dama del casino, si esos civiles estaban más concentrados en el conflicto era exactamente lo mismo que un estancamiento en los continuos ingresos del casino, algo que el propio Don entendió.
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Annya cogió el dinero con el rostro totalmente serio, como si aquello no le importase en absoluto. La chica los dirigió a una sala de reuniones con una mesa de madera de forma ovalada en el centro. Ella se sentó en uno de los extremos, colocando varias cartas boca arriba; todas de tréboles.- Puede sentarse donde le quiera.- Miró al don y a su secuaz, alzando una ceja.- Bien, como sabe este casino es de las principales atracciones del lugar. No me gusta que incidentes como eses alteren el funcionamiento del local, me hacen perder dinero. Por muy famoso, respetado, peligros o temido que sea, no debe atacar a nadie. Yo nunca he hecho daño a mis empleados y clientes y sin embargo todos me temen y obedecen. Es absurdo llegar a la violencia tan rápidamente.- Dijo con un tono de aburrimiento bastante notable. Parecía que aquello era rutina para ella o algo similar.- Y... Es muy descortés fumar en esta clase de lugares. Alguien con sus modales debería saberlo.- Su rostro permanecía inexpresivo y sus ojos permanecían perdidos en las cartas que había sobre la mesa.
Dime... ¿Qué carta de la baraja es la más importante?- Preguntó desviando su mirada al don con una sonrisa algo siniestras. Pasó su mano derecha por encima de las cartas de la mesa sin apartar la mirada de aquel hombre. Era una pregunta bastante sencilla a simple vista y sin duda guardaba un truco en ella... Pero adivinar en lo que piensa la muchacha era un trabajo sumamente difícil.
La chica se levantó, cogiendo una carta y ocultándola de los presentes. Puso las restantes boca abajo.- La vida es un cruel juego en el que sólo una carta importa... El resto son sus secuaces. La carta más importante es la que se encuentra en mi mano. - Dijo caminando por la habitación, sin apartar la mirada del hombre.- Si la adivinas... Dejaré que hagas lo que quieras, pero... Si no lo haces me servirás, ¿te parece adecuado?- Tras proponer aquel extraño juego esbozó una inocente sonrisa característica de una niña pequeña, cargada de dulzura.
Dime... ¿Qué carta de la baraja es la más importante?- Preguntó desviando su mirada al don con una sonrisa algo siniestras. Pasó su mano derecha por encima de las cartas de la mesa sin apartar la mirada de aquel hombre. Era una pregunta bastante sencilla a simple vista y sin duda guardaba un truco en ella... Pero adivinar en lo que piensa la muchacha era un trabajo sumamente difícil.
La chica se levantó, cogiendo una carta y ocultándola de los presentes. Puso las restantes boca abajo.- La vida es un cruel juego en el que sólo una carta importa... El resto son sus secuaces. La carta más importante es la que se encuentra en mi mano. - Dijo caminando por la habitación, sin apartar la mirada del hombre.- Si la adivinas... Dejaré que hagas lo que quieras, pero... Si no lo haces me servirás, ¿te parece adecuado?- Tras proponer aquel extraño juego esbozó una inocente sonrisa característica de una niña pequeña, cargada de dulzura.
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