Drako Hyrule
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Akuma no mi
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Isla totalmente deshabitada por el ser humano y alejada de la mano de Dios, es montañosa, tiene un pequeño bosque muy frondoso en el centro y hay un poblado en ruinas, abandonada hace mucho tiempo en el sur, la unica zona sin montañas.
Condiciones
-No hay muertes ni amputaciones.
-Experiencia normal, según las normas.
-Es un reto amistoso.
-El terreno no beneficia a nadie.
-No hay cicatrices.
Comienza Ren Inuy. ^^
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Las bravías aguas del mar del este trajeron consigo el desamparo de una barcaza en apuros. –Vamos Ren. Al noroeste hay una isla, parece segura. Anclemos allí hasta el alba. La primaveral sonrisa de la joven hizo de las palabras de su maestro un cuenco caliente. Su enfermiza porfía hizo de la caja de madera un naufragio en manos del titán azul. Sostenidos de un pedazo de madera y ayudados por la corriente terminar en las costas sur de una isla tan grotesca como inerte. –Mira hija un poblado. Asienta su maestro luego de vagar un rato por la costa. –Estamos de suerte visitemos el lugar. Partieron ambas siluetas devoradas por las penumbras de la joven alba, la lluvia estaba muy arrebatada al igual que los suspiros de Eolo…
Mohosos rincones de casas vacías y calles hecha escombros, fue lo primero que los obres de la joven pudieron divisar. –Que es esto?. Cuestiono a su maestro –Estamos ante una civilización que fue exterminado o sucumbió bajo los brazos de la naturaleza. Alego el viejo. Casa linderas partida o quizás sin techo, un camino de piedras irregulares y quebrantadas; dejaban al final de la calle el comienzo de un terreno árido y sofocante. Ambas criaturas se hacían estar solos en aquella escupidera del diablo; o era eso lo que creían…
Mohosos rincones de casas vacías y calles hecha escombros, fue lo primero que los obres de la joven pudieron divisar. –Que es esto?. Cuestiono a su maestro –Estamos ante una civilización que fue exterminado o sucumbió bajo los brazos de la naturaleza. Alego el viejo. Casa linderas partida o quizás sin techo, un camino de piedras irregulares y quebrantadas; dejaban al final de la calle el comienzo de un terreno árido y sofocante. Ambas criaturas se hacían estar solos en aquella escupidera del diablo; o era eso lo que creían…
Joan D. Lluquer
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Aquel era el último lugar al que una persona normal iría a pasar su tiempo. Y por lo visto, yo no soy normal. Había llegado a aquella isla dejada de la mano de Dios en una barca, remando durante 2 horas. Llegué a una playa muy árida, sin ninguna forma de vida a la vista.
-Mejor me ando con cuidado, lo último que necesito es una picadura de un escorpión-pensé
Dejé la barca sobre la arena y empecé a caminar hacia el interior de la isla. Iba vestido con una camiseta blanca de manga corta y unos pantalones de chándal grises. De mi espalda colgaba una mochila que contenía mi armadura y mi katana. Delante de la boca llevaba un pañuelo para evitar que el polvo se me metiera en la boca y en las fosas nasales.
Aquella isla era básicamente tres cosas: arena,calor y montañas. Caminé durante dos horas sin descanso bajo aquel Sol inclemente. Afortunadamente, pude encontrar una piedra de tamaño considerable que me proporcionó una buena sombra. El calor era insoportable, y había oído que había un poblado en ruinas en el centro, así que decidí ir hacia él para tener un buen refugio. Anduve por aquel árido terreno durante horas, hasta que a lo lejos, vi lo que parecía ser un pequeño valle con un poblado en él.
-Bien, el poblado no parece que esté muy lejos... Mejor sigo caminando.
El poblado estaba a una distancia aproximada de unos 10 kilómetros. Continué caminando por aquel montón de arena hasta que estuve en el poblado. Aquel lugar estaba completamente derruido. Las casas estaban amarillentas por el viento y el calor. Estaba bastante cansado, así que decidí meterme en una casa a descansar. Me metí en una casa no demasiado grande, de una sola planta. Dejé la mochila en el suelo a modo de almohada, me tumbé y puse mi cabeza sobre ella. Sin darme cuenta, acabé dormido. Estuve durmiendo unas dos horas, y decidí seguir explorando aquel lugar. Salí de la casa y pude ver unas huellas de zapatos en el suelo.
-Parece que no estoy solo. A lo mejor necesita ayuda.
Caminé por el poblado durante un cuarto de hora hasta que pude visualizar una figura humanoides. Me acerqué a esa figurascautelosamente, y cuando estuve lo suficientemente cerca pude ver que se trataba de una chica joven.
Hola.¿Necesitas ayuda?-le dije
-Mejor me ando con cuidado, lo último que necesito es una picadura de un escorpión-pensé
Dejé la barca sobre la arena y empecé a caminar hacia el interior de la isla. Iba vestido con una camiseta blanca de manga corta y unos pantalones de chándal grises. De mi espalda colgaba una mochila que contenía mi armadura y mi katana. Delante de la boca llevaba un pañuelo para evitar que el polvo se me metiera en la boca y en las fosas nasales.
Aquella isla era básicamente tres cosas: arena,calor y montañas. Caminé durante dos horas sin descanso bajo aquel Sol inclemente. Afortunadamente, pude encontrar una piedra de tamaño considerable que me proporcionó una buena sombra. El calor era insoportable, y había oído que había un poblado en ruinas en el centro, así que decidí ir hacia él para tener un buen refugio. Anduve por aquel árido terreno durante horas, hasta que a lo lejos, vi lo que parecía ser un pequeño valle con un poblado en él.
-Bien, el poblado no parece que esté muy lejos... Mejor sigo caminando.
El poblado estaba a una distancia aproximada de unos 10 kilómetros. Continué caminando por aquel montón de arena hasta que estuve en el poblado. Aquel lugar estaba completamente derruido. Las casas estaban amarillentas por el viento y el calor. Estaba bastante cansado, así que decidí meterme en una casa a descansar. Me metí en una casa no demasiado grande, de una sola planta. Dejé la mochila en el suelo a modo de almohada, me tumbé y puse mi cabeza sobre ella. Sin darme cuenta, acabé dormido. Estuve durmiendo unas dos horas, y decidí seguir explorando aquel lugar. Salí de la casa y pude ver unas huellas de zapatos en el suelo.
-Parece que no estoy solo. A lo mejor necesita ayuda.
Caminé por el poblado durante un cuarto de hora hasta que pude visualizar una figura humanoides. Me acerqué a esa figurascautelosamente, y cuando estuve lo suficientemente cerca pude ver que se trataba de una chica joven.
Hola.¿Necesitas ayuda?-le dije
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Akuma no mi
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El viento levantaba un poco de arena y formaba pequeños remolinos en las esquinas de la fantasmal ciudad. El astro ya estaba posado en el manto celestial y ambos continuaban caminando en busca de agua fresca. –Tendremos que destilar un poco de agua. Arremetió con palabras firmes el viejo, al parecer no le afectaba semejante calor. –Si, disculpa pero tengo calor. Colocando sus manos en la blusa logra sacársela y quedar en ropa íntima. –Caminemos un poco mas niña tal vez aquel frondoso bosque nos pueda dar un poco de savia dulce para beber. Ambos caminaron por las empinadas calles y tal vez con un poco de suerte podrían encontrar un buen refugio por unos días.
Cuando parecían estar acunados en una soledad tranquilizadora, el viento trajo consigo palabras que arrebataron su sosiego. Palabras fiemes que dejaron a la joven paralizada. –Hola. ¿Necesitas ayuda?. Como era posible en aquel apartado de mundo hubiera alguien mas que su sombra, acaso seria un espejismo producto de la brutal sed. Ambos giraron la cabeza en respuesta al canto apresurado de un joven. –¿Acaso tu me puedes ayudar? Afirmo la dama, que ahora sin blusa lucia sus dos pistolas bajo los pechos. –Cuidado Ren tal vez caímos en la guarida de algún bucanero. Seria e imprudente, dejo que su diestra tomara una de sus pistolas y regalara su precioso platinado al sol.
Esta no era una manera amistosa de responder, lo que parecían gentiles palabras, pero ella era una brutal hembra indomable. Ni el viento ni la arena y lo árido de aquel lugar la harían doblegarse ante ningún hombre. –Crees que una mujer como yo necesita tu ayuda, nosotros estamos bien. Y espero que te alejes de aquí. Impone quitando el seguro de su pistola y ofreciendo el gatillo a su dedo. –No es momento de pelear hija. Tal vez no esta solo. –Cállate viejo…
El sol ofrecía un eterno infierno, el viento ya calmo y el sonido del oleaje dejaban a los 3 encerrados en la eternidad del silencio. Estando separados a unos 10m, un rango lo suficientemente escaso para desarrollar una pelea, la dama clamo -Pues si eres lo suficientemente intrépido ven a ayudarme, vence mi cólera y te heredare mi confianza. Seria el momento de poner a prueba su akuma o tal vez el joven de camiseta blanca y mochila en la espalda. Ella no podía permitir ser tomada por sorpresa odiaba eso y vio en su debilidad una oportunidad para poner a prueba el inmolado entrenamiento. – espíritu errante que esperas ven a ayudarme, las palabras son vanas muéstrame tus acciones…
Cuando parecían estar acunados en una soledad tranquilizadora, el viento trajo consigo palabras que arrebataron su sosiego. Palabras fiemes que dejaron a la joven paralizada. –Hola. ¿Necesitas ayuda?. Como era posible en aquel apartado de mundo hubiera alguien mas que su sombra, acaso seria un espejismo producto de la brutal sed. Ambos giraron la cabeza en respuesta al canto apresurado de un joven. –¿Acaso tu me puedes ayudar? Afirmo la dama, que ahora sin blusa lucia sus dos pistolas bajo los pechos. –Cuidado Ren tal vez caímos en la guarida de algún bucanero. Seria e imprudente, dejo que su diestra tomara una de sus pistolas y regalara su precioso platinado al sol.
Esta no era una manera amistosa de responder, lo que parecían gentiles palabras, pero ella era una brutal hembra indomable. Ni el viento ni la arena y lo árido de aquel lugar la harían doblegarse ante ningún hombre. –Crees que una mujer como yo necesita tu ayuda, nosotros estamos bien. Y espero que te alejes de aquí. Impone quitando el seguro de su pistola y ofreciendo el gatillo a su dedo. –No es momento de pelear hija. Tal vez no esta solo. –Cállate viejo…
El sol ofrecía un eterno infierno, el viento ya calmo y el sonido del oleaje dejaban a los 3 encerrados en la eternidad del silencio. Estando separados a unos 10m, un rango lo suficientemente escaso para desarrollar una pelea, la dama clamo -Pues si eres lo suficientemente intrépido ven a ayudarme, vence mi cólera y te heredare mi confianza. Seria el momento de poner a prueba su akuma o tal vez el joven de camiseta blanca y mochila en la espalda. Ella no podía permitir ser tomada por sorpresa odiaba eso y vio en su debilidad una oportunidad para poner a prueba el inmolado entrenamiento. – espíritu errante que esperas ven a ayudarme, las palabras son vanas muéstrame tus acciones…
Joan D. Lluquer
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Akuma no mi
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Aquella chica que aparentemente estaba solo, hablaba con un espejismo o una alucinación. La chica estaba en sostén, la cual cosa me sorprendió un poco. La chica me respondió con desconfianza y con una pistola en la mano, de la forma más amable posible. Entendía su desconfianza, ya que en el mundo hay gente muy perturbada y malvada. Aunque iba armada con dos pistolas.
-No quiero hacerte daño.-le dije.Pero si quieres que demuestre mi fuerza lo haré. Solo dame un segundo.
Dejé mi mochila en el suelo y extraje la armadura y me la puse. La armadura de color azul eléctrico brillaba bajo el inclemente Sol. Hice una pequeña reverencia hacia ella, una muestra de respeto, ya que no hay rival débil ni adversario despreciable.
Con tu permiso.
Nos encontrábamos a una distancia de unos 10 m y ella tenía pistolas. Situación ventajosa: para nada. A no ser que tú vayas armado con pistolas. Desenfundé un trabuco y disparé a unos 10 cm de su pie, como distracción. Seguidamente, aprovechando su distracción, me acerqué por un lateral hacia ella y le intenté agarrar la muñeca para que no pudiera usar su pistola. Seguidamente, le intenté dar un golpe en la nuca para dejarla inconsciente.
Golpe en la nuca (AIF)
-No quiero hacerte daño.-le dije.Pero si quieres que demuestre mi fuerza lo haré. Solo dame un segundo.
Dejé mi mochila en el suelo y extraje la armadura y me la puse. La armadura de color azul eléctrico brillaba bajo el inclemente Sol. Hice una pequeña reverencia hacia ella, una muestra de respeto, ya que no hay rival débil ni adversario despreciable.
Con tu permiso.
Nos encontrábamos a una distancia de unos 10 m y ella tenía pistolas. Situación ventajosa: para nada. A no ser que tú vayas armado con pistolas. Desenfundé un trabuco y disparé a unos 10 cm de su pie, como distracción. Seguidamente, aprovechando su distracción, me acerqué por un lateral hacia ella y le intenté agarrar la muñeca para que no pudiera usar su pistola. Seguidamente, le intenté dar un golpe en la nuca para dejarla inconsciente.
Golpe en la nuca (AIF)
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-Daño ¿Pero que es eso joven? ¿Mas daño que mil tempestades y un invierno tan grosero que arruino mis sueños? Pues muéstramelo. Maestro no quiero que te metas ya estas viejo… -Vamos Ren acaso es necesaria esta parodia, pues engrandece tu banal ego yo te observare. El viento se arremolinaba la situación estaba tensa. La musa observo como el apuesto y cortés joven se colocaba una armadura tan brillante como los cielos. La ira de Marte se apodero del garguero de Belcebú, el cielo se despejo y Apolo puso su encanto, que aun mas dejaba esa armadura enaltecida como un cuerpo celeste. La joven supuso que esa armadura le daría una gran resistencia pero opacaría un poco su agilidad. –Maestro pongamos a prueba la akuma junto con Daburu kōgō.
En el primer quiebro mental el frío de dos trabucos se pinto en el cielo junto con su erupción, dos municiones acariciaron los pies de la joven que como respuesta atemorizo su mirada hacia ellos. Perdiendo así el eje de concentración.
No obstante en su segundo plano pudo ver al joven que tomaba su muñeca acercándose por el lateral, su otra mano le intentaba dar un golpe en la nuca. Pero una cola escamosa opaco el intento del ahora atrevido. Producto a su akuma genero una cola de 1m que evito el daño directo de semejante golpe.
Recuperando la distracción en su otro mundo, práctica un contra ataque velos. La mano que era presa de su agresor se abre dejando danzar la pistola en el aire. Acto seguido la tenor le da un puntapié a la pistola re dirigiéndola al mentón de su agresor…
Volviendo a su otro plano hace que su cola, la cual producto del golpe había mordido el piso, pegue un pequeño latigazo a los pies del hidalgo caballero. Quería tumbar al joven y que acariciara la madre tierra, si esquivaba el golpe de la pistola el retroceso le haría perder equilibrio perfecto para tumbarlo.
Puntapié a la pistola + Latigazo (combo AIF)
En el primer quiebro mental el frío de dos trabucos se pinto en el cielo junto con su erupción, dos municiones acariciaron los pies de la joven que como respuesta atemorizo su mirada hacia ellos. Perdiendo así el eje de concentración.
No obstante en su segundo plano pudo ver al joven que tomaba su muñeca acercándose por el lateral, su otra mano le intentaba dar un golpe en la nuca. Pero una cola escamosa opaco el intento del ahora atrevido. Producto a su akuma genero una cola de 1m que evito el daño directo de semejante golpe.
Recuperando la distracción en su otro mundo, práctica un contra ataque velos. La mano que era presa de su agresor se abre dejando danzar la pistola en el aire. Acto seguido la tenor le da un puntapié a la pistola re dirigiéndola al mentón de su agresor…
Volviendo a su otro plano hace que su cola, la cual producto del golpe había mordido el piso, pegue un pequeño latigazo a los pies del hidalgo caballero. Quería tumbar al joven y que acariciara la madre tierra, si esquivaba el golpe de la pistola el retroceso le haría perder equilibrio perfecto para tumbarlo.
Puntapié a la pistola + Latigazo (combo AIF)
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Aquella jovencita hablaba de una forma muy poética, digna de mis respetos. Esquivó mi codazo con una cola y me hizo soltar mi pistola, para lanzármela de vuelta a mi barbilla. Intercepté la pistola le traté de golpear con ella en la nuca. Trató de golpearme con su cola en los pies, pero desenvainé mi katana y intenté clavar la punta en su cola. Seguidamente, utilicé la katana como apoyo para probar de lanzarle una patada al pecho.
Eso debería bastar...
Culatazo en la nuca+clavar la espada en su cola+patada al pecho (AF)
Eso debería bastar...
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