Moderado rango D para Joan Bandidos agrupados

Te encuentras en Villa Fucsia últimamente ha estado sufriendo el acoso incesante de muchos bandidos, No es ningún secreto que el bosque siempre ha sido una guarida para tales villanos pero últimamente parece que se han organizado, anteriormente apenas extorsionaban a algún mercader o hacían algún robo aislado. A día de hoy los barcos mercantes son inmediatamente interceptados y saqueados, la marina se ve impotente con sus actuales efectivos, pues los bandidos se adaptan a todas las tácticas que la marina ha utilizado para capturarlos. Has llegado a la isla con un único propósito acabar con la plaga de bandidos y cobrar una jugosa recompensa por cada uno de ellos que consigas capturar. Después de caminar durante unos siete minutos desde el puerto al centro de la ciudad se alza ante ti el bailarín juglar, una posada de tres plantas construida con roble y decorada en estrambóticos y llamativos colores, de dentro del local la fiesta y la jarana son constantes, pero sabes que aquí se encuentra el sargento de la marina que se ocupa de los saqueos a la ciudad y los barcos mercantes de esta isla. Abres la puerta con decisión para acceder al local en donde subidos en un escenario varios juglares vestidos en coloridos tonos rojos amarillos y verdes están representando una obra, una veintena de personas disfrutan del espectáculo entre risas y alabanzas, pero en un rincón consigues ver a un hombre canoso medio escondido en una montaña de papeles, porta el clásico uniforme azul de la marina y está muy atareado por lo que puedes ver, aun así te acercas a él y esperas durante lo que parece una eternidad sin que se dé cuenta de tu presencia, algo molesto carraspeas haciéndote notar, el hombre se aparta un segundo de sus papeles y te mira, su cara está cansada, grandes ojeras marcan el contorno de sus ojos parece que no ha descansado mucho últimamente, con un suspiro te mira y te tiende un papel.- Este es el contrato recibirás diez mil berrys por cada bandido que captures, me da igual que estén vivos que muertos, si acabas con ellos tráeme sus cabelleras, además si consigues información de quien los comanda o como están recibiendo sus suministros además de sus fuentes de inteligencia, te recompensare gratamente, firma el papel y podrás empezar a investigar por tu cuenta, puedes ir al bosque o aguardar a que ataquen en el mar o en el pueblo, aunque eso ultimo es poco probable porque estamos empezando a patrullar.
Su voz suena cansada y repetitiva como un viejo disco rayado, parece que no eres el primero que viene buscando trabajo. Es tu momento toma las riendas y empieza la investigación buena suerte

No tenía mucho dinero, y había decidido ir a Villa Fucsia a hacer fortuna, ya que hay una gran cantidad de fugitivos de la ley con recompensa. La Marina era incapaz de capturarlos, ya que se habían adaptado a sus tácticas de combate. Pero no a las mías.
Caminé desde el puerto hasta el centro de la ciudad durante unos cinco minutos mal contados, hasta que me encontré con una posada de tres pisos, y de la cual salía un ruido ensordecedor. Decidí entrar, ya que allí probablemente hubiese alguien con información sobre los criminales. Cuando entré a la cantina, vi a unos cuantos juglares representar una obra, mientras unas veinte personas la disfrutaban. Al fondo de la sala pude ver a un oficial de la Marina de pelo canoso, junto con una montaña de papeles en su mesa. Me acerqué a él, pero tardo un rato en percatarse de mi presencia. Al final, carraspeé para que supiese que estaba allí, y me soltó un pequeño discurso, y parecía que se lo sabía de memoria, ya que hablaba con una voz muy monótona. Firmé el papel que me dio, en el cual ponía que cada criminal muerto o capturado era equivalente a 10.000 berries en mi bolsillo. Salí de la taberna con el contrato doblado en 4 partes iguales en mi bolsillo.
Estaba en una encrucijada: o iba al bosque y buscaba criminales o iba a un camino utilizado por los mercaderes. Si iba por el bosque, ellos tendrían ventaja sobre mi, y si iba por el camino tendrían más probabilidades de ganar. En ese momento se me encendió la bombilla: podría proponerle a un mercader que lo acompañara para protegerlo de los criminales, y salíamos ganando los dos: el lleva a salvo sus mercancías y yo gano dinero. Magistral. Así que fui caminando por el pueblo en busca de algún mercader dispuesto a aceptar mi propuesta.

Me quedé algo frustrado al ver que los pocos mercaderes que aún tenían valor para adentrarse por los caminos del bosque no partían hasta al cabo de unos días, aunque por fortuna me encontré con un comerciante de vinos que salía a la mañana siguiente a entregar unos barriles de vino. Era un hombre relleno de entrada edad, que se estaba quedando calvo. Rondaría el metro sesenta ya que le sacaba una cabeza y algo más y tenía unos ojos de zorro, como si tuviese experiencia en convencer a la gente.

Me contó brevemente su situación, desde enero hasta diciembre. Aguanté al tipo, pero decidí cambiar levemente el tema de conversación a cuánto estaría dispuesto a pagarme por protección contra los forajidos de las carreteras y caminos. El hombre aceptó mi protección, pero no me pagaría ni un perro berrie, me pagaría un un simple barril de licor, el cual probablemente vendería. Como no tenía más opción acabé aceptando el trato. Quedamos a las siete de la mañana en la plaza del pueblo. Cuando nos despedimos ya asomaba el ocaso, así que decidí explorar un poco las calles de la ciudad, ya que salen algunos bandidos del tres al cuarto que me podrían proporcionar dinero y lo más importante: información. Desenganché la katana de la mochila y me la até a la cintura, y empecé a caminar por la avenida principal a medida que se iban acabando los rayos de luz solar, quedando iluminado por el triste resplandor de las farolas. empecé a adentrarme en las calles, cada vez más estrechas, con la finalidad de poder encontrar a algún renegado de la justicia y sonsacarle información y cobrar una recompensa por él.

Las estrechas callejuelas de la ciudad se ramifican como un laberinto, el olor es cada vez más fuerte y nauseabundo y la escasa iluminación apenas deja ver gran cosa. Puertas tapiadas y muros deslucidos adornan tu camino, a tus pies la basura y los desperdicios se encuentran apilados en montones que amenazan con caerse al mínimo toque, aunque la presión de una presencia observándote ha crecido en tu interior desde que te adentraste en los estrechos callejones de un metro de ancho, alzas la vista para ver sombras moverse entre los edificios a tu espalda una lata cae y hace un sonido fantasmagórico, rápidamente te pones en guardia para ver a un gato que te bufa antes de salir corriendo y perderse de tu vista, tu nerviosismo aumenta a cada momento intentas continuar tu camino de exploración cuando un muñeco cae delante de ti dándote un susto de muerte, el muñeco parece un ahorcado y lleva un cartel que dice ”largo”. Ahora no te cabe la menor duda de que algo u alguien no quiere que sigas avanzando, ¿te armaras de valor y te adentraras en busca de aquellos que intentan intimidarte o te darás la vuelta para llegar descansado a tu reunión de por la mañana? También podrías buscar indicios o pistas que te indiquen algo de utilidad, usa tu imaginación las pistas están delante de tus narices solo tienes que encontrarlas pero eso amigo mío es lo difícil.

Avanzaba con paso firme por las laberínticas calles de Villa Fucsia, mientras buscaba a malhechores y renegados de la ley. Pero una extraña sensación de temor se iba apoderando de mi a medida que avanzaba por aquellos callejones que se iban iluminando cada vez menos y la basura iba acumulándose en mi camino. En aquel lugar se notaba un fuerte olor a cosas podridas y excrementos.Intentaba mantener la cabeza fría pero por algún extraño motivo estaba poniéndome de cada vez más nervioso. La sensación era como si alguien... como si alguien me estuviese observando. Sí, exactamente era esa sensación.

En un momento de mi marcha por las estrechas calles, vi sombras moverse detrás mía e inmediatamente una lata cayó a mis pies dándome un susto y poniéndome en guardia. Mi corazón empezó a aumentar su ritmo cardíaco, y por n momento pensé que me quedaría en el sitio de un infarto. Menos mal que era un chico joven y hacia ejercicio, porque si no, ya estaría en el suelo. Cuando me giré vi que sólo era un gato callejero. Aquel lugar me estaba poniendo paranoico. Caminé durante un rato más, no sabría decir cuánto, y de repente ante mi cayó un muñeco delante mía. Aquel trasto casi me da un paro cardíaco. Para culminar la faena, el muñeco, que parecía ahorcado, tenía un cartel que rezaba la palabra "Largo". Definitivamente le estaba tocando la moral a alguien que no quería que siguiera avanzando. Respiré hondo y traté de calmarme. Noté como mi corazón, que antes latía con la fuerza de mil caballos,se iba ralentizando y volviendo a su ritmo normal. Una vez calmado me paré a pensar un momento.

Está claro que esa o esas personas no quieren que avance.Tienen la ventaja del terror psicológico, pero eso se va a acabar. Al fin y al cabo, no son más que personas. También tienen la ventaja de conocerse el camino... No puedo llegar tarde para proteger al mercader. Creo que la mejor idea será dar media vuelta y volver mañana con luz. A lo mejor por el camino me cruzo con un rajagargantas...

Di media vuelta, mucho más tranquilo y con la esperanza de encontrarme algún criminal.

Poco a poco has conseguido calmarte pudiendo dejar atrás tus miedos y el muñeco ahorcado, cada paso que das hacia la luz de las calles principales te devuelve la seguridad en ti mismo, comienzas a encontrarte en callejones cada vez más amplios y donde la basura y la inmundicia comienzan a descender, el aire limpio te hace sentir mejor y te relajas cuando ves las luces de las farolas, finalmente has dejado atrás todo ese barullo de callejuelas, delante de ti se encuentra una avenida principal bien iluminada, los juegos de luces y sombras combinan a la perfección pues los espacios entre las farolas se encuentran sumergidos en una oscuridad casi impenetrable, en esta oscuridad apenas consigues distinguir la forma de un banco. Giras la cabeza solo para echar un último vistazo al callejón algo triste por no poder desenmascarar el secreto de sus callejuelas. De improviso una calavera se abalanza sobre ti, el fuego azulado que surge de sus ojos ilumina la oscuridad del callejón generando sombras fantasmagóricas, un sonido de ultratumba proviene de su mandíbula y aunque no sea físicamente sientes el ataque hacia tu psique, sabes que has de resistir contra el desmallo provocado por el susto de ver semejante atrocidad, algo que inexplicable en ese momento, pero ¿podrás resistir el terror y mantener tu cordura para no desmayarte o huir del espectro?  Aunque si consigues capturar una calavera hablante podrías forrarte exhibiéndola o vendiéndosela algún millonario excéntrico, esta es tu oportunidad la aprovecharas armándote de valor o la dejaras pasar en vistas a algo más significativo.

A medida que avanzaba hacia las calles principales sentía una mayor sensación de seguridad en mi mismo. Los callejones se iban haciendo más amplios, dándome una sensación de tranquilidad y libertad. La basura y los desperdicios iban disminuyendo a medida que me acercaba a las avenidas principales. El aire limpio golpeó mi cara haciéndome sentir muchísimo más relajado y tranquilo y finalmente vi las luces de las farolas, dejando atrás aquel laberinto de calles. Empecé mi camino hacia algún motel por la avenida principal, bien iluminada por la luz de las farolas. Me resultó curioso el contraste que realizaban las luces de las farolas junto con la oscuridad, ya que entre farola y farola había un espacio de oscuridad impenetrable y, aparentemente, infinita. Pude distinguir la silueta de un banco. Eché un último vistazo al callejón, algo nostálgico por el hecho no poder haber desenmascarado el misterio del muñeco de paja colgante. De repente, una calavera se abalanzó sobre mi. Sus ojos desprendían unas llamas azules que iluminaban el callejón del que provenía, generando sombras que bailaban a su alrededor de manera espectral y un sonido inhumano salió de su mandíbula y noté un ataque dirigido hacia mi yo inmaterial. Hice un esfuerzo por no desmayarme y lo logré. Casi por instinto, desenvainé mi espada y le lancé un corte dirigido al lóbulo frontal. Si las cosas se ponían muy feas podría huir fácilmente, en el monasterio en el que entrené aprendí muchas maneras de huir, pero sobre todo muchos estilos de lucha. aunque siempre le podría lanzar el ataque letal que reservo para ocasiones "especiales". Una parte de mi sabía que aquello tal vez sería una estratagema para evitar que me metiera en los asuntos de los bandidos... O tal vez no...

Armándote de valor y fuerza de voluntad consigues mantener el tipo estoicamente mientras lanzas un tajo dirigido al ojo de la blanca calavera, tu arma hace colisión contra el blanco hueso haciendo que se fracture, astillas salen despedidas mientras el fuego azulado de los ojos se extingue en el aire, una pequeña explosión genera una voluta de humo, que impide tu visión, retrocedes por instinto a la luz mientras esperas que el humo se disipe, lamentablemente parece que algo o alguien la ha tomado contigo y la luz se apaga dejándote en la oscuridad, tus ojos no están acostumbrados y apenas puedes distinguir nada aparte de movimientos en el rabillo del ojo, algo te esta acechando, tus sospechas se confirman cuando una sombra negra se abalanza sobre ti por tu flanco izquierdo, lo poco que puedes distinguir cuando esta encima de ti son dos filos curvos de color negro, por fortuna consigues cubrirte internándote mas en la oscuridad. El terreno es una gran desventaja para ti, por el contrario tu atacante esta totalmente preparado para la lucha en la oscuridad y la guerra psicológica que se genera a partir del miedo a la oscuridad. En este punto tienes varias opciones, puedes seguir la pelea y derrotar a tu rival, huir del combate o llamar por ayuda después de todo es una calle céntrica y la guardia esta alerta pero tu tomas las decisiones pueden ser estas pautas o alguna cosa impresionante. La decisión es tuya

El corte que le lancé a la calavera voladora al ojo le impactó de lleno, fracturándolo y haciendo saltar astillas óseas en diferentes direcciones. Pude ver que la llama azul proveniente de sus ojos se apagaba en el aire. Una pequeña explosión levanto una cortina de humo, haciendo que instintivamente me dirigiera a una zona iluminada por el resplandor de las farolas. Pero el universo estaba en mi contra en ese momento, ya que algo apagó el alumbrado de la calle. Mis ojos no estaban adaptados a la oscuridad y tardarían unos 45 segundos en estarlo, aproximadamente. En ese momento no podía distinguir nada, pero pude entrever una sombra en el rabillo de mi ojo que se lanzaba furiosa contra mi. Cuando estuvo lo suficientemente cerca pude ver que tenía dos colmillos o dos armas filosas, las cuales iban dirigidas a mi con muy malas intenciones. Afortunadamente me cubrí, pero desgraciadamente me adentré más en la oscuridad. Estaba en una clara desventaja, ya que mi enemigo parecía estar acostumbrado a luchar en la oscuridad y conocía el terreno. Ademas, tenía el factor del miedo, que inmediatamente lo usé en mi favor convirtiéndolo en adrenalina. Intenté mantener la cabeza fría... ¿Que podía hacer?

Me acordé de que estaba en una de las calles principales, por lo tanto la marina estaría atenta a los incidentes. Siempre podría pedir ayuda a gritos o disparar, aunque eso podría ser una táctica suya para tenderme una trampa. No creo que me quisiera matar, simplemente me quería asustar.
Aproveché mi adrenalina y mi tendón biónico del codo para lanzar tajos a mi alrededor, cosa que me proporcionaría una defensa "temporal". Mientras lanzaba cortes al aire, procuré tener una pistola a mano para ver si la podía usar si se acercaba demasiado.

Tus tajos consiguieron acertar a algo y un espeso liquido empapo tu hoja y el suelo, mas por el contrario no pudiste oír ningún gemido ni señal de dolor, si no solamente unas pisadas que se perdían en la oscuridad. La sensación de miedo y acoso que te invadía se va disipando poco a poco al tiempo que tu adrenalina desciende y te vas calmando, parece ser que has asustado a tu atacante, al menos lo has herido aunque no puedes ver del todo bien tus ojos ya han comenzado a acostumbrarse a la oscuridad, aquí y allí ves pequeños charcos en el suelo que dejan un reguero fácilmente rastreable. Al fondo de la calle ves aparecer tres personas una de ellas parece ser un funcionario pues va encendiendo las farolas apagadas en el camino , a su lado los hombre parecen guardias del pueblo, llevan una gorra de color azul y una porra en las manos, por no hablar de que los dos tipos le sacan cabeza y media al otro dándoles un aspecto de gorilas que no se los quita ni su bendita madre, al cabo de unos instantes llegan hasta donde estas tu.- Perdone joven pero es peligroso deambular por estas calles a tan alta hora de la noche, a no ser que este usted buscando problemas, esta zona es territorio de los ladrones de las sombras y no les gusta que se metan en sus asuntos.- El amable funcionario fue el que hablo de los tres mientras los otros dos te repasan descaradamente con la mirada como si saborearan el momento en el cual sus porras impactaran contra tu cráneo reduciéndolo a una masa sanguinoliente de hueso y liquido cerebral. Parece que estos tipos no tienen muchas buenas pulgas pero si que tienen algo de información que podrías sacarles, o tal ve prefieres seguir el rastro de tu herido atacante, de todas formas aun tienes que descansar para estar fresco por la mañana en tu cita con el comerciante, tantas opciones y tan poco tiempo, por que te decantaras en esta noche de sorpresas.

Mis "cortes preventivos" hirieron a aquella cosa que me acosaba en la oscuridad, humedeciendo mi hoja en un líquido espeso. Oí como unas gotas de ese líquido, que debía ser sangre, cayeron al suelo. Me encontraba bastante contento, me atrevería a decir que estaba eufórico por los resultados que había dado mi técnica. Pero al instante, caí en que no escuché ningún grito ni gemido, solo los pasos de aquella sombra corriendo por el asfaltado de la calle. El miedo y la adrenalina en mi cuerpo van disminuyendo, y mi corazón vuelve a latir con normalidad. La euforia del momento desaparece, volviendo a mi estado de ánimo normal. No puede ver a donde huía mi rival, ya que mis ojos no estaban acostumbrados a la oscuridad del todo, pero pude ver los charquitos de sangre fácilmente rastreables.
Al fondo de la calle pude ver a tres siluetas avanzando por la calle. Una de ellas iba encendiendo las farolas apagadas, así que pensé que sería un funcionario. Las otras dos figuras parecían ser guardias del pueblo, ya que le sacaban una cabeza y media al otro hombre y llevaban una gorra azul cada uno y una porra. Cuando me quise dar cuenta, estaban a mi lado. El hombrecillo me dijo que qué hacía a esas horas deambulando por aquellas calles, ya que era bastante peligroso debido a que era territorio de los ladrones de las sombras. Mientras el otro hombre hablaba, los dos guardias me examinaban con la mirada. Aquellos gorilas tenían cara de pocos amigos y no quería más problemas, así que envainé mi espada,pero antes la limpié con mi mano para evitar el óxido.
Ladrones de las sombras... aquello sonaba bastante interesante. así que decidí preguntarle al funcionario sobre aquel grupo criminal.

-No, disculpe, no busco ningún problema. Simplemente soy un hombre venido a hacer fortuna deteniendo a malhechores, y uno de ellos me ha asaltado mientras me dirigía al hostal más cercano.Ladrones de las sombras... nuca había oído hablar de ellos. ¿Hace mucho que perturban su paz y tranquilidad?- pregunté sin malas intenciones y sin mirar desafiantemente a los guardias.

Peticiones retardadas:

Los tres individuos escuchan tus palabras valorando la situación, acaban mirándose entre ellos después de taladrarte con las miradas inquisitoriales.-Muy bien veamos, los ladrones de la sombra son un gremio que lleva aquí desde la fa fundación de la isla es como decirlo. Un grupo de delincuentes que solo intenta sobrevivir, algunas extorsiones, algún que otro robo, siempre a comerciantes y gente rica que se lo pueden permitir, nunca hacen derramamiento de sangre, incluso se han dado casos de donativos a mercaderes que habían sido robados anteriormente y que estaban a punto de arruinarse, realmente no están dentro de la ley pero tampoco permiten que nadie altere el estatus quo, es decir ellos necesitan a los mercaderes para poder sobrevivir, esta ciudad tiene mucho negocio si ese negocio se acabara ellos saldrían perdiendo, lamentablemente los piratas y bandidos que nos están atacando han perturbado esa paz, los ladrones de las sombras tienen una guerra abierta contra ellos, no han sido pocos los bandidos que han aparecido atados de pies y manos delante de la posada para disgusto de las fuerzas de seguridad locales, como comprenderás para ellos es una ofensa que unos delincuentes hagan su trabajo. Si estas pensando en intentar algo contra ellos quítatelo de la cabeza, estarás tu solo contra todos y por todos me refiero a la ciudad, puede que de vez en cuando nos roben, pero son gente honorable que solo toma lo que necesita para sobrevivir y solo a los que pueden permitírselo. Ahora si me disculpas he de seguir trabajando.

El hombre se aleja para continuar con su trabajo dejándote en la calle cada vez mas iluminada, el alba esta cada vez más cerca y llevas todo el día de arriba abajo tal vez sea hora de descansar o tal vez podrías reanudar la búsqueda de tu sangrante rival.

Aquel hombrecillo respondió a mi pregunta diciéndome que aquel gremio de filibusteros llevaba ahí casi desde la fundación de la ciudad. Me dijo que sólo intentaban sobrevivir a base de extorsiones y algún que otro robo, pero solo a gente rica que se lo podía permitir. Nunca derramaban sangre e incluso me contó que se dieron casos de mercaderes a punto de entrar en bancarrota y habían salido de ésta gracias a donativos del propio gremio. Me dijo que no estaban técnicamente dentro de la ley, pero no permiten que nadie altere su status quo y por lo tanto, necesitaban a los mercaderes para sobrevivir. Pero últimamente llegaban a la isla bandidos y piratas dispuestos a robarles su trabajo y, en consecuencia de ello, habían aparecido varias de estas personas atadas de pies y manos colgando de la puerta de una posada. Eso probablemente era el motivo del ataque que había recibido hacia unos minutos. Acabó la conversación diciendo que no intentara nada contra ellos, ya que si lo hacía, pondría a toda la ciudad en mi contra.
Sentí algo de pena por aquel bandido al que había atacado, pero claro, había maneras más ortodoxas de ganarse la vida. Los hombres se alejaron mientras las farolas iban siendo encendidas por el funcionario. Entonces empecé a pensar... a lo mejor el mercader quería capturarme. O tal vez no. Sólo había una manera de averiguarlo: acudir puntual a mi cita. Así que me marché, con la guardia alta, a la posada más próxima. Tal vez allí podría conseguir más información allí sobre aquellos "bondadosos" bandidos.

No te cuesta demasiado encontrar un posada con buen aspecto, es una posada de tres pisos y por lo que puedes ver la planta de abajo es un mesón, el olor de la comida recién hecha llena tus sentidos. Dedicas unos segundos a observar la fachada, esta construida en ladrillo rojo de buena calidad, tiene diferentes acabados que le dan un fino detalle de buen gusto, varias ventanas iluminadas se encuentran en el primer y segundo piso, el tejado es de piedra caliza y colgando de las vigas de madera de este se encuentra un gran cartel que dice así “Mesón del Brazo Amigo”
La verdad es que el sitio tiene buena pinta aunque puede que hasta sea demasiado ostentoso, pero echar un vistazo no te va a hacer daño y no compromete a nada. El interior está muy bien iluminado hay muchas mesas en donde los comensales charlan animadamente, al fondo una banda de música toca una animada melodía mientras que en la pista de baile diversas parejas disfrutan de la fiesta y la jarana. Te acercas al mostrador situado a tu derecha en donde un muchacho joven vestido con un elegante esmoquin negro espera para atender al personal.
-          Hola y bienvenido al mesón del brazo amigo donde todos son bienvenidos mientras dejen sus problemas fuera. Puede disfrutar de nuestra cocina o hacer uso de nuestras habitaciones, disponibles para todos los bolsillos, desde las suites hasta las sencillas pasando por dobles triples e incluso cuádruples, todas con baño individual y ducha. Disponemos de servicio de habitaciones si lo desea.

El muchacho te da una genuina sonrisa mientras espera tu respuesta, la verdad es que ha sido muy agradable, puedes quedarte aquí o buscar otros sitios, incluso podrías dormir a la intemperie si no tienes ganas de gastar tu dinero, pero eso no es muy cómodo ni agradable que digamos.