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Teobaldo Voglio
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Tras la breve conversación acordamos mutuamente que la mejor opción era ir hasta la costa y tratar de interceptar el cargamento de esclavos que seguro seria introducido a reino por medio de un puerto secreto. Caminamos unos cuantos minutos mas, durante el trayecto pude notar como mi colega se arreglaba la ropa, seguramente lo hacia para no sentirse tan apretujado. El viento era calmo y la noche extremadamente fresca, quien pensaría que durante el día esto se volvía un desierto inclemente. No tardamos mucho en dar con lo que buscábamos, tras una duna pudimos ver a la distancia un pequeño mulle improvisado de madera, el cual terminaba en una pequeña cabaña.
Seguramente anclarían los barcos mar adentro, para posteriormente bajar a las personas en botes de remos- Bien parece que no han llegado aun tenemos tiempo para armar un plan, si nos dividimos las bombas puedes quedarte en esta duna y yo me trasladare a la otra que esta en frente, juntas forman un cuello de botella en este punto, el disturbio los dejara expuestos para un ataque frontal...
Mientras me encontraba contando los detalles del plan a mas se escucho detrás de nosotros una risa femenina, al girar así atrás para ver de quien se trataba, no vi a nadie, luego se produjo otra risa esta vez alcance a ver como una pzsca de arena se levantaba. Luego la misma risa se produjo esta vez venia de sobre nuestras cabeza, gracias a la luna pude notar la sombra de una figura humana, y luego la sombra de varias dagas que volaron en mi dirección.
Realice un movimiento rápido y ante mi callo una mujer la cual vestía un traje morado, el cual tenia en una de las solapas bordado el logotipo del Cp3, al tocar suelo la mujer dijo- Que hábil ratoncito, jejejeje se me antoja se me antoja- dicho esto la mujer salto de nuevo en mi dirección, sin embargo esta vez no retrocedí me dirigí a su encuentro, para cruzar puños al instante en que su mano me toco su puño entero se vio sumido en mi cuerpo.
Sin tiempo que perder use mi mano libre para timar un par de mis agujas, para luego plantar tres a lo largo de su brazo, no pude realizar otro movimiento dado que usando sus piernas cubiertas del su propio hakki armadura logro desprenderse de mi y poner distancia de promedio.
De pronto se hoyo otra voz femenina de tras de mi -Leona siempre tan descuidada, pero por eso te amo hermanita jajaja si no fuera por que eres demasiado impulsiva justo ahora yo tendría esa agujas en el brazo jajajajaja- Al parecer ese comentario no le agrado mucho a mi atacante pues pude apreciar por el resplandor de la luna una mueca de desagrado.
La mujer que recién llegaba a nuestro encuentro se dirigió a hora así notros - Disculpe por la falta de cortesía mi nombre es Virginia Stanter y formo parte del Cp3 junto a mis hermanas cuatrillizas, ahora bien como podrán ver los dos se han estado portando mal y armaron un alboroto de aquellos, por lo tanto es mi deber y el de mis hermanas el poner orden- Acto seguido salieron de entre las sombras dos mujeres mas idénticas a las dos primeras, las cuales vestían el mismo traje morado en cuya solapa se encontraba bordad el logotipo del Cp3, la mujer prosiguió tranquilamente -Depongan las armas y déjenos tomaros en custodia o de lo contrario me temo que los entregaremos en pedazos. Ya que no puedo permitir que un par de marginados interfieran de esta forma en un evento tan trascendente para el gobierno mundial.
Cuando la mujer termino de decir esas ultimas palabras se escucho como un grupo de hombres daba de gritos a lo lejos,los esclavistas y los esclavos habían llegado al puerto si queríamos llegar a ellos debíamos derrotar a estas mujeres, pero era obvio que no seria una lucha sencilla y el tiempo apremiaba. Mire a mas le sonreí para luego decirle - Cambio de planes, nos han descubierto y creo que entregarnos no es una opción- No puede decir mas, de pronto Leona me ataco al parecer mis agujas solo le habían causado una leve incomodidad, ya que pese a tocar puntos precisos aun podía usar la mano derecha. Al mismo tiempo la hermana mas próxima la imitaba.
La primera uso lo que me pareció una gran cantidad de shurikens los cuales venia a una velocidad inconcebible en mi dirección, use algunas de mis agujas para poder frenarlos, no obstante no dio resultado pues la potencia y fuerza eran pavorosas pronto las armas impactaron en el suelo dejando algunos boquetes. Mientras esquivaba estas armas también me tuve que hacer de las mías para esquivar la espada de la segunda hermana, salte hacia atras y puse suficiente distancia entre las dos.
Al mirar de reojo pude notar que mi colega Max se encontraba en las mismas que yo ahora cada uno con su problema y el tiempo corriendo en nuestra contra, era evidente que si los esclavos se acercaban a la fortaleza del casino no lograríamos liberarlos
Seguramente anclarían los barcos mar adentro, para posteriormente bajar a las personas en botes de remos- Bien parece que no han llegado aun tenemos tiempo para armar un plan, si nos dividimos las bombas puedes quedarte en esta duna y yo me trasladare a la otra que esta en frente, juntas forman un cuello de botella en este punto, el disturbio los dejara expuestos para un ataque frontal...
Mientras me encontraba contando los detalles del plan a mas se escucho detrás de nosotros una risa femenina, al girar así atrás para ver de quien se trataba, no vi a nadie, luego se produjo otra risa esta vez alcance a ver como una pzsca de arena se levantaba. Luego la misma risa se produjo esta vez venia de sobre nuestras cabeza, gracias a la luna pude notar la sombra de una figura humana, y luego la sombra de varias dagas que volaron en mi dirección.
- Spoiler:
Realice un movimiento rápido y ante mi callo una mujer la cual vestía un traje morado, el cual tenia en una de las solapas bordado el logotipo del Cp3, al tocar suelo la mujer dijo- Que hábil ratoncito, jejejeje se me antoja se me antoja- dicho esto la mujer salto de nuevo en mi dirección, sin embargo esta vez no retrocedí me dirigí a su encuentro, para cruzar puños al instante en que su mano me toco su puño entero se vio sumido en mi cuerpo.
Sin tiempo que perder use mi mano libre para timar un par de mis agujas, para luego plantar tres a lo largo de su brazo, no pude realizar otro movimiento dado que usando sus piernas cubiertas del su propio hakki armadura logro desprenderse de mi y poner distancia de promedio.
De pronto se hoyo otra voz femenina de tras de mi -Leona siempre tan descuidada, pero por eso te amo hermanita jajaja si no fuera por que eres demasiado impulsiva justo ahora yo tendría esa agujas en el brazo jajajajaja- Al parecer ese comentario no le agrado mucho a mi atacante pues pude apreciar por el resplandor de la luna una mueca de desagrado.
La mujer que recién llegaba a nuestro encuentro se dirigió a hora así notros - Disculpe por la falta de cortesía mi nombre es Virginia Stanter y formo parte del Cp3 junto a mis hermanas cuatrillizas, ahora bien como podrán ver los dos se han estado portando mal y armaron un alboroto de aquellos, por lo tanto es mi deber y el de mis hermanas el poner orden- Acto seguido salieron de entre las sombras dos mujeres mas idénticas a las dos primeras, las cuales vestían el mismo traje morado en cuya solapa se encontraba bordad el logotipo del Cp3, la mujer prosiguió tranquilamente -Depongan las armas y déjenos tomaros en custodia o de lo contrario me temo que los entregaremos en pedazos. Ya que no puedo permitir que un par de marginados interfieran de esta forma en un evento tan trascendente para el gobierno mundial.
Cuando la mujer termino de decir esas ultimas palabras se escucho como un grupo de hombres daba de gritos a lo lejos,los esclavistas y los esclavos habían llegado al puerto si queríamos llegar a ellos debíamos derrotar a estas mujeres, pero era obvio que no seria una lucha sencilla y el tiempo apremiaba. Mire a mas le sonreí para luego decirle - Cambio de planes, nos han descubierto y creo que entregarnos no es una opción- No puede decir mas, de pronto Leona me ataco al parecer mis agujas solo le habían causado una leve incomodidad, ya que pese a tocar puntos precisos aun podía usar la mano derecha. Al mismo tiempo la hermana mas próxima la imitaba.
La primera uso lo que me pareció una gran cantidad de shurikens los cuales venia a una velocidad inconcebible en mi dirección, use algunas de mis agujas para poder frenarlos, no obstante no dio resultado pues la potencia y fuerza eran pavorosas pronto las armas impactaron en el suelo dejando algunos boquetes. Mientras esquivaba estas armas también me tuve que hacer de las mías para esquivar la espada de la segunda hermana, salte hacia atras y puse suficiente distancia entre las dos.
Al mirar de reojo pude notar que mi colega Max se encontraba en las mismas que yo ahora cada uno con su problema y el tiempo corriendo en nuestra contra, era evidente que si los esclavos se acercaban a la fortaleza del casino no lograríamos liberarlos
Max D Dexer
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No paso mucho hasta que logramos llegar a un acuerdo e ir por el camino más sensato y eficaz que podíamos tomar. “Interceptar el cargamento de esclavos, salvarlos de un destino cruel y llevarnos un poco de porcentaje de lo que sea que allá de valor allí dentro”, en un principio parecía fácil si tomábamos en cuenta que teníamos el factor sorpresa y que además, la noche nos ayudaba más aun. Pero lamentablemente la realidad es otra, no era tan fácil como se oía, sin mencionar que antes habíamos hecho un gran alboroto en uno de los casinos más famosos de por aquí, y era lógico pensar que podrían estar moviéndose rápido. No podría saber hasta qué punto llegarían para encontrarnos y darnos caza, pero si hubiera algún superviviente en aquel casino, entonces si estaba seguro que lo harían.
Trate de no pensar mucho en ello, aunque la verdad, el ser muy desconfiado de todo pero a la vez algo despreocupado logro que me hiciera estremecer por el simple hecho de que podía sentir como unos ojos no seguían. ¿Tal vez mi imaginación? Siempre tenía ese sentimiento de que algo o alguien acechándome, por lo que pensé que posiblemente solo sea una mala pasada de mi subconsciente. Pero, esos pensamientos empezaron a salir de mi mente en el momento en que mi compañero había visto a nuestro “objetivo”, y que para nuestra suerte aun no habían llegado lo cual nos daba bastante tiempo para prepararnos. Fue algo breve, me explico el plan con bastante facilidad lo que me hizo reír un poco pues parecía como si él estuviera acostumbrado a hacer aquello todos los días. “Separarnos e intentar detonar bombas en las dunas distrayendo al enemigo para poder sorprenderlo con un ataque frontal”, al escucharlo parecía algo fácil, pero todo lo que se escucha fácil nunca lo es, ni de cerca.
Algo nos había sorprendido, ¿una risa quizá? De repente, se escucho otras dos veces y la última fue arriba, una forma femenina se alzaba ante nosotros, aunque el ataque iba más hacia mi compañero que a mí. Después de aquel inminente ataque, pudimos notar a una mujer, sus ropas eran ligeras y de color morado. Abrí mis ojos como platos al ver que en una de las solapas llevaba inscripto el logotipo de los Cp3, nunca imagine que llegarían al tal punto de llamarlo a ellos, aunque era lógico si tomábamos en cuenta el catástrofe que habíamos provocado. Aunque también era muy posible que estuvieran allí mucho más antes, si recordamos que aquel suceso que hiba a pasar, tendría involucrados a tenryuubitos. Fuera cual fuera el caso, esa persona la cual no estaba sola, está en nuestro paso y no creo que quiera ayudarnos en nuestro cometido.
Al parecer y gracias al pequeño discurso de una de las agentes del Cp descubrimos que en realidad eran cuatro, “cuatrillizas” para ser más exactos. “Tuvieron que aparecer en un momento tan inoportuno” me dije a mi mismo mientras veía como una batalla nada fácil se acercaba cada vez más, evitarlo era algo casi imposible. Mientras me preparaba para lo inevitable, escuche las palabras de Teo y le devolví la sonrisa, estaba claro que aburrimiento no tendríamos. Eran cuatro, dos fueron hacia mi compañero y las otras dos que sobraban hacia mí. Dos contra uno, no era muy justo que digamos, pero eso no me haría retroceder. -¿Apostamos quien logra derrotar a su par de Cp3 primero?- dije con una sonrisa y una leve carcajada mientras esquivaba los ataques de aquellas chicas que no hacían más que pensar que la tendrían fácil solo por tener un mayor número de manos y pies.
Los dos estábamos en las mismas, tanto Teo como yo teníamos que derrotar a dos enemigos antes de que el tiempo se nos agote, ya que si mi oído no me falla, había escuchado llegar los esclavos al pequeño muelle. Aunque toda mi atención se habían centrado en aquellos dos problemas que no daban ninguna señal de querer dejarme en paz. Una era un espadachín con una sola espada y la otra parecía solo usar sus propios puños además de utilizar pequeñas dagas. “Esto es un problema” pensé mientras intentaba protegerme de aquello ataque que no cesaban. Después de unos minutos de repente la chica que atacaba cuerpo a cuerpo logro encestarme un puñetazo en el estomago, dándome el tiempo suficiente para tomarla de su hombro con rapidez y cortarle desde el hombro izquierdo hasta la cintura. Aunque el daño era superficial, ella se sorprendió mucho y aquello le causo más daño del que se podía ver, ya que no solo le corte la piel junto con su ropa, si no también su orgullo.
La hermana enojada se abalanzo hacia mí con mucha furia, me defendí de su ataque para darle un golpe certero en su hombro con el mango de mi katana. –¡Por el orgullo del Cp3, te haremos mil pedazos!- fue lo que dijo, con un tono enojadísimo. El tiempo apremiaba, no podía perder más de él con ellas, así que corrí directo hacia ella y con la espada hice que la tierra ensuciara sus ojos haciendo que esta no pueda ver con claridad. Y mientras estaba “ciega” le di un fuerte golpe en el cuello con la parte sin filo de mi espada, esto provoco su inmediato desmayo. De repente, sufrí un fuerte golpe en la espalda haciéndome caer al suelo, era la otra hermana, al parecer aquella herida no le hirió tanto como pensé. Me levante viéndola directamente, ese sería el último combate o eso esperaba. –Te aremos pagar…Por todos tus pecados…bastardo…¡¡este será tu final!!- dio un grito en el mismo momento en que se abalanzo hacia mi intentándome dar un puñetazo en el rostro.
-Lo siento…eso es algo que no puedo permitir que hagan.
Esquive por suerte aquel ataque que venía a toda velocidad, para después darle un golpe en su rostro y como postre, corte superficialmente su mano junto con un golpe fuerte en su cuello con la parte sin filo de la espada, igual que con su hermana. Al finalizar la batalla, las puse en un lugar seguro, y también cerré las heridas de la chica peleadora ya que si seguía así podría morir.
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Me había detenido solo un instante en el cual pude ver a mi compañero peleando formidable mente, pero este tiempo de contemplación no duro mucho ya que si pestañar mis dos enemigas arremetieron de nuevo en contra mía. Por mi mente pasaban los segundos los cuales volaban, con cada salto que daba para esquivar a las dos peleadoras debo decirlo sus velocidad era inusual para mujeres normales. No obstante no parecían haber sido alteradas de ninguna forma, su duro entrenamiento, el conjunto de técnicas en combinación con su hakki las asía tremendas oponentes.
Y es que las dos parecían estar conectadas, pues sin hablar coordinaban sus ataques, Fue nuevamente Leona quien inicio el ataque lanzando a mis pies dos de sus dagas. Las cuales para mi sorpresa explotaron, esto me hizo perder el equilibrio por un instante, tiempo que fue aprovechado por la segunda hermana la cual se había impulsado en la espalda de Leona para lograr saltar y atacare desde arriba. Un movimiento rápido me permitió disparar le un chorro de adhesivo el cual le callo por sorpresa, no obstante logro cortarlo gracias a su hakki.
Pese a mis esfuerzos por contenerlas estaba cansado, este hecho junto a los silenciosos pasos de Leona no me permitieron percibir su tercer ataque salió de entre el polvo para acertar un fuerte golpe contra mi abdomen, un giro rápido y su pierna ahora se encontraba a la altura de mi rostro para propinarme una patada. Salí disparado a uno o dos metros de mi posición original, rodé sobre la arena para luego incorporarme, pude ver de nuevo a Leona correr en mi dirección parecía ser el mismo aire, con prontitud descubrí mi manga y use mi lanzadora de agujas con cinco movimientos rápidos salieron en su dirección 25 agujas micro finas.
Pero estas fueron fácilmente bloqueadas cuando Leona comenzó a correr por el aire para propinarme otro golpe el cual me dejo aturdido, por unos segundos. Al regresar de aturdimiento moví la mano derecha para propinarle un golpe directo en el rostro, esta a su vez dio un pequeño giro y cayó al suelo como si nada hubiera pasado, con la gracia y agilidad de un gato saco cinco de sus dagas apuntándolas así mi persona, estas no llegaron a mi pues explotaron al instante en el aire, al instante un densa niebla se hizo presente a mi alrededor. Esta situación e hizo recordar que yo también tenía explosivos y esto era algo que ellas desconocían, tome 2 de mis bombas de temporizadores las active, para luego dejarlas caer en el suelo.
Deje que el humo me envolviera poco a poco, contando los segundos para la explosión, de pronto el humo se cortó con el suave filo de una hoja de acero, la otra de las hermanas arremetía en mi contra con su espada su movimientos eran certeros y costaba esquivarlos un par de veces sentí como el filo acariciaba mi piel para abrir pequeñas heridas, las cuales dolían por un breve momento, para luego ser adormecidos por otro corte en la piel. Mientras esquivaba sus ataques, busque el momento para tomar una granada de fragmentación, con la mano izquierda, entonces use esta, junto a mi hakki de armadura para detener su ataque al ser un nivel por arriba del mío abrió en mi mano una pequeña apertura.
No obstante esta acción me dio el tiempo suficiente para cubrir la espada con adhesivo y en ella poner explosivo, solo basto que este tocara la espada para explotar, mi mano y la hoja de arma de mi oponente se hicieron pedazos, este hecho desconecto un poco a la hermana del Cp3 quien miraba in expresivamente como su espada se volvía añicos, tome entonces de mi bolsillo más cercano, mis agujas finas, para poder así aprovechar su desconcierto y presionar su puntos vitales. La joven cayó al suelo inconsciente, seguramente como muchos otros a lo largo de esta noche cuando se despertara se llevaría la gran sorpresa de no poder mover manos, pies y claro su mayor sorpresa no podría hablar.
Justo pasaban estos pensamientos por mi cabeza, mientras la veía caer al suelo cuando Leona irrumpió desde atrás, Un golpe con su daga en mi hombro derecho me regresaron a la realidad Leona había usado el humo y a su hermana como señuelo, pero quizás al verla desplomarse ante sus ojos hizo que herrara el golpe fatal, a esa duda estoy consciente que nunca tendré respuesta. Sin embargó fuera su sorpresa o mal cálculo la batalla continuaba y no tenía tiempo para fijarme en eso detalles. Usando algo de la fuera de mis abdomen, en combinación con la de las piernas la hice girar sobre mi espalda al saltar por delate, ahora con el dolor producto de la daga clavada en mi cuerpo se me hizo más difícil el mover el brazo derecho pero para ese momento.
Mi otro brazo comenzaba a reformarse, era a afortunado de ser un usuario logia, pues de lo contrario este plan no hubiera funcionado. Saque tan pronto como el tiempo me lo permitió una de mis agujas privilegiadas la cual lance contra el cuerpo de la ya derribada hermana. Inmediatamente una nube de gas pimienta surgió. Leona quien se incorporaba para tomar la ofensiva se vio envuelta, tocio un poco y sus ojos comenzaron a lagrimar.
Escuche su grito de angustia en el mismo instante que mis explosivos hacían lo suyo, use mi adhesivo para intentar cubrirme lo mejor posible, de las esquirlas. Leona, su hermana y yo salimos volando así atrás, sin darme cuenta habíamos puesto algo de distancia entre las bombas y nosotros. La explosión les cuso varios daños y seguramente las hubiera matado de estar más cerca, por mi parte presentaba algunos agujeros por el cuerpo pero nada serio, el combate había finalizado pero no así la aventura.
Tuve que trotar un poco para llegar a donde estaba Max el cual se veía fresco y afable a la espera de mi regreso. – Hea! Max pues creo que te debo una has terminado primero que yo jajajaja, te la pago luego ahora la función debe continuar y el ruido de tantas explosiones debió alertar a los guardias solo espero sean piratas de poca monta o reclutas novatos – dicho lo anterior me acerque para darle una palmada en el hombro y seguí caminando para decirle – Por cierto nuevo plan, hacemos control de daños y luego escapamos por mar en los botes.
Después de decirle eso como pude baje la duna me encontraba algo exhausto, un poco más de lo que me hubiera gustado admitir. Pero aun podía dar batalla, al llegar al pie de la duna pude ver como algunos custodios subían la duna por el lado contrario presurosos a responder al ruido. Esto era perfecto a lo mejor todavía podíamos emboscarlos, por los dos frentes.
Y es que las dos parecían estar conectadas, pues sin hablar coordinaban sus ataques, Fue nuevamente Leona quien inicio el ataque lanzando a mis pies dos de sus dagas. Las cuales para mi sorpresa explotaron, esto me hizo perder el equilibrio por un instante, tiempo que fue aprovechado por la segunda hermana la cual se había impulsado en la espalda de Leona para lograr saltar y atacare desde arriba. Un movimiento rápido me permitió disparar le un chorro de adhesivo el cual le callo por sorpresa, no obstante logro cortarlo gracias a su hakki.
Pese a mis esfuerzos por contenerlas estaba cansado, este hecho junto a los silenciosos pasos de Leona no me permitieron percibir su tercer ataque salió de entre el polvo para acertar un fuerte golpe contra mi abdomen, un giro rápido y su pierna ahora se encontraba a la altura de mi rostro para propinarme una patada. Salí disparado a uno o dos metros de mi posición original, rodé sobre la arena para luego incorporarme, pude ver de nuevo a Leona correr en mi dirección parecía ser el mismo aire, con prontitud descubrí mi manga y use mi lanzadora de agujas con cinco movimientos rápidos salieron en su dirección 25 agujas micro finas.
Pero estas fueron fácilmente bloqueadas cuando Leona comenzó a correr por el aire para propinarme otro golpe el cual me dejo aturdido, por unos segundos. Al regresar de aturdimiento moví la mano derecha para propinarle un golpe directo en el rostro, esta a su vez dio un pequeño giro y cayó al suelo como si nada hubiera pasado, con la gracia y agilidad de un gato saco cinco de sus dagas apuntándolas así mi persona, estas no llegaron a mi pues explotaron al instante en el aire, al instante un densa niebla se hizo presente a mi alrededor. Esta situación e hizo recordar que yo también tenía explosivos y esto era algo que ellas desconocían, tome 2 de mis bombas de temporizadores las active, para luego dejarlas caer en el suelo.
Deje que el humo me envolviera poco a poco, contando los segundos para la explosión, de pronto el humo se cortó con el suave filo de una hoja de acero, la otra de las hermanas arremetía en mi contra con su espada su movimientos eran certeros y costaba esquivarlos un par de veces sentí como el filo acariciaba mi piel para abrir pequeñas heridas, las cuales dolían por un breve momento, para luego ser adormecidos por otro corte en la piel. Mientras esquivaba sus ataques, busque el momento para tomar una granada de fragmentación, con la mano izquierda, entonces use esta, junto a mi hakki de armadura para detener su ataque al ser un nivel por arriba del mío abrió en mi mano una pequeña apertura.
No obstante esta acción me dio el tiempo suficiente para cubrir la espada con adhesivo y en ella poner explosivo, solo basto que este tocara la espada para explotar, mi mano y la hoja de arma de mi oponente se hicieron pedazos, este hecho desconecto un poco a la hermana del Cp3 quien miraba in expresivamente como su espada se volvía añicos, tome entonces de mi bolsillo más cercano, mis agujas finas, para poder así aprovechar su desconcierto y presionar su puntos vitales. La joven cayó al suelo inconsciente, seguramente como muchos otros a lo largo de esta noche cuando se despertara se llevaría la gran sorpresa de no poder mover manos, pies y claro su mayor sorpresa no podría hablar.
Justo pasaban estos pensamientos por mi cabeza, mientras la veía caer al suelo cuando Leona irrumpió desde atrás, Un golpe con su daga en mi hombro derecho me regresaron a la realidad Leona había usado el humo y a su hermana como señuelo, pero quizás al verla desplomarse ante sus ojos hizo que herrara el golpe fatal, a esa duda estoy consciente que nunca tendré respuesta. Sin embargó fuera su sorpresa o mal cálculo la batalla continuaba y no tenía tiempo para fijarme en eso detalles. Usando algo de la fuera de mis abdomen, en combinación con la de las piernas la hice girar sobre mi espalda al saltar por delate, ahora con el dolor producto de la daga clavada en mi cuerpo se me hizo más difícil el mover el brazo derecho pero para ese momento.
Mi otro brazo comenzaba a reformarse, era a afortunado de ser un usuario logia, pues de lo contrario este plan no hubiera funcionado. Saque tan pronto como el tiempo me lo permitió una de mis agujas privilegiadas la cual lance contra el cuerpo de la ya derribada hermana. Inmediatamente una nube de gas pimienta surgió. Leona quien se incorporaba para tomar la ofensiva se vio envuelta, tocio un poco y sus ojos comenzaron a lagrimar.
Escuche su grito de angustia en el mismo instante que mis explosivos hacían lo suyo, use mi adhesivo para intentar cubrirme lo mejor posible, de las esquirlas. Leona, su hermana y yo salimos volando así atrás, sin darme cuenta habíamos puesto algo de distancia entre las bombas y nosotros. La explosión les cuso varios daños y seguramente las hubiera matado de estar más cerca, por mi parte presentaba algunos agujeros por el cuerpo pero nada serio, el combate había finalizado pero no así la aventura.
Tuve que trotar un poco para llegar a donde estaba Max el cual se veía fresco y afable a la espera de mi regreso. – Hea! Max pues creo que te debo una has terminado primero que yo jajajaja, te la pago luego ahora la función debe continuar y el ruido de tantas explosiones debió alertar a los guardias solo espero sean piratas de poca monta o reclutas novatos – dicho lo anterior me acerque para darle una palmada en el hombro y seguí caminando para decirle – Por cierto nuevo plan, hacemos control de daños y luego escapamos por mar en los botes.
Después de decirle eso como pude baje la duna me encontraba algo exhausto, un poco más de lo que me hubiera gustado admitir. Pero aun podía dar batalla, al llegar al pie de la duna pude ver como algunos custodios subían la duna por el lado contrario presurosos a responder al ruido. Esto era perfecto a lo mejor todavía podíamos emboscarlos, por los dos frentes.
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Me encontraba parado sin ningún movimiento aparente, solo vigilaba a las hermanas que había logrado derrotar, las veía atentamente sin apartar los ojos de ellas. No solo para vigilarlas ya que sabía que no se moverían dentro de mucho tiempo, si no más bien porque me preguntaba una cosa “¿Por qué será que en mi batalla no habían utilizado haki para defenderse o algo si?” lo pensaba todo el tiempo, pero no lograba descifrar la respuesta. Tal vez pensaban que era tan débil que no necesitaban tales habilidades para derrotarme, pero tampoco creía que en la Cp3 les enseñasen a contenerse en una misión tan importante como lo era esa. Había visto la lucha entre mi compañero y sus dos contrincantes, pero los perdí de vista, lo único que lograba ver era humo. Mientras tanto veía en todas las direcciones, no querría que alguien más nos sorprendiera, después de todo no teníamos la fuerza necesaria para luchar contra personas más fuertes que aquellas hermanas.
Después de unos minutos me senté en el suelo buscando el tranquilizarme un poco y como no descansar. Cerré los ojos y note como los únicos sonidos que ensuciaban el ambiente eran los hombres a la lejanía acercándose con los esclavos y la pelea entre Teo y Cp3. Esperaba que este estuviera ganando y que saliera vivo, pero sabía que no debía interferir, el era muy fuerte hasta incluso más que yo. Me exalte un poco al escuchar grandes explosiones en la dirección de mi compañero, podrían ser sus explosivos y que gracias a ellos ganaría la batalla fácilmente, pero no había que tener tantas expectativas. Esperaba no tener que derrotar a otras dos enemigas, aunque estaba seguro que no lo haría. Mientras me volvía a parar logre ver una liana grande y gruesa a un lado de las dos muy heridas enemigas que acababa de derrotar, así que con eso las ate a un mismo árbol para que al despertar no logren moverse por un largo tiempo.
Veía el lugar por donde deberían aparecer nuestro objetivo pero lo único que escuchaba eran personas a la lejanía, por culpa de la noche no lograba ver nada más. Entonces voltee de nuevo en la dirección donde la pelea de mi compañero se estaba realizando hasta que todo se cayó. La batalla había terminado y esperaba al ganador en mi lugar sin moverme, respirando lentamente. Por suerte logre ver a Teo viniendo hacia mí, estaba algo dañado pero seguía vivo y eso era lo importante. Sonreí porque note que yo era el que había ganado la apuesta de quien ganaba primero a su par de Cp3, cosa que también me sorprendió. –Sí, esperemos sean unos idiotas como aparentan- dije intentando oír a nuestro objetivo acercarse al mismo tiempo que Teo volvía a hablarme. –Si lo ves bien así me parece bien- termine en el mismo momento en que sospeche haber escuchado a unas personas acercarse lentamente, posiblemente por culpa de aquellas explosiones en la batalla de mi compañero.
Mi compañero parecía algo exhausto, pero no era de extrañarse si tomábamos en cuenta por todo lo que habíamos pasado. Al parecer, unos custodios subían la duna por el lado contrario ya que aquellas explosiones habían hecho demasiado ruido. Imaginaba que Teo pensaba en lo mismo, y que sería una perfecta emboscada, si la hacíamos bien, así que me puse en posición más estratégica que pude encontrar para poder emboscarlos esperando la señal de mi compañero. No era de hacer cosas como esas todos los días, pero la inteligencia y “explosiones” de Teo nos ayudaron en varias ocasiones, así que tenia total confianza en sus tácticas y artilugios para ayudarnos en esta ocasión. No podía esperar más, quería hacerlos sufrir por sus pecados y liberar a aquellas personas que lo merecían.
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Tras ver como aquellos hombres subían la colina voltea a ver a mi compañero, quien se ponía en una posición cómoda listo para entrar en combate, Me dio la sensación de que esperaba a que yo diera la indicación, pues se me quedo mirando. Alce la mano y le indique que esperara un instante, luego voltea en dirección a donde estaban los esclavos, alcance de mi bolsillo una de mis bombas perseguidoras. Mire por la mirilla y note que habían dejado a un puñado de guardias, no mayor de 30 o 40 individuos en la custodia de los pobres presos, luego dirigí mi atención al grupo que subía por la colina.
Conté un total muy similar eran unos 20 o 30 tipos aproximadamente, ninguno de ellos me dio la impresión de que fueran fuertes, la ventaja la tenían el número. Luego dije casi como un susurro el cual buscaba ser lo suficiente mente fuerte como para que Max lo oyera – Max, estoy exhausto y me duele el hombro, dejemos que esos infelices que suben la duna lo hagan, no darán marcha atrás hasta que encuentre a las chicas. Mientras ahí abajo quedan unos 30 o 40 hombres, creo que si te mueves rápido y silencioso podrás contra ellos. Lamentablemente no creo poder moverme tan rápido así que permítete dejarles un regalo a esos que suben, te alcanzo en breve- Luego tome dos bombas rastreadoras y una con temporalizador, para luego arrojarlas en su dirección.
Estaba consciente de que no me quedaban ya muchos de mis hermosos explosivos, pero con los que me quedaba debía bastar, empecé a escalar hasta la duna, confiándole a Max la liberación de los esclavos. Mi intención era crear un avalancha de área sobre los sujetos que habían subido, claro que al momento de ver que no había enemigos arriba bajarían por esta misma duna ahora sin importar por donde bajaran cuando cruzaran mi línea roja imaginaria dejaría volar una de mis perseguidoras.
Esta estaría fijada para hacer detonar un pequeño pedestal donde dejaría una de las bombas de fragmentación, al caer al suelo esta explotaría y movería la arena, provocando que otra, más adelante cayera y así sucesivamente aplastando a los enemigos. No era un plan infalible pero por lo menos la detonación alertaría a mi compañero. Como pude me desplace de arriba asía abajo lo más rápido que mis heridas y cansancio me lo permitían, formando con adhesivo pequeñas estructuras cada 4 metros más o menos. En total me dio oportunidad de poner unas 7 luego me senté al final de la duna y rece para que mi plan saliera bien.
Luego mire así la dirección donde estaban los esclavos, respire hondo y después pensé – Es una pena que haya tanta violencia en una noche tan bella, jejejejejeje, pero bueno prefiero pelear afuera que debajo de esas dunas, bueno al menos el esta noche- El viento soplo suavemente, escuche entonces a lo lejos sobre mi cabeza, el sonido de unos silbatos seguramente aquellos que habían subido a revisar, habían encontrado los cuerpos tirados de las cp3. Solo esperaba que todo saliera bien y que no se nos presentaran más problemas.
Conté un total muy similar eran unos 20 o 30 tipos aproximadamente, ninguno de ellos me dio la impresión de que fueran fuertes, la ventaja la tenían el número. Luego dije casi como un susurro el cual buscaba ser lo suficiente mente fuerte como para que Max lo oyera – Max, estoy exhausto y me duele el hombro, dejemos que esos infelices que suben la duna lo hagan, no darán marcha atrás hasta que encuentre a las chicas. Mientras ahí abajo quedan unos 30 o 40 hombres, creo que si te mueves rápido y silencioso podrás contra ellos. Lamentablemente no creo poder moverme tan rápido así que permítete dejarles un regalo a esos que suben, te alcanzo en breve- Luego tome dos bombas rastreadoras y una con temporalizador, para luego arrojarlas en su dirección.
Estaba consciente de que no me quedaban ya muchos de mis hermosos explosivos, pero con los que me quedaba debía bastar, empecé a escalar hasta la duna, confiándole a Max la liberación de los esclavos. Mi intención era crear un avalancha de área sobre los sujetos que habían subido, claro que al momento de ver que no había enemigos arriba bajarían por esta misma duna ahora sin importar por donde bajaran cuando cruzaran mi línea roja imaginaria dejaría volar una de mis perseguidoras.
Esta estaría fijada para hacer detonar un pequeño pedestal donde dejaría una de las bombas de fragmentación, al caer al suelo esta explotaría y movería la arena, provocando que otra, más adelante cayera y así sucesivamente aplastando a los enemigos. No era un plan infalible pero por lo menos la detonación alertaría a mi compañero. Como pude me desplace de arriba asía abajo lo más rápido que mis heridas y cansancio me lo permitían, formando con adhesivo pequeñas estructuras cada 4 metros más o menos. En total me dio oportunidad de poner unas 7 luego me senté al final de la duna y rece para que mi plan saliera bien.
Luego mire así la dirección donde estaban los esclavos, respire hondo y después pensé – Es una pena que haya tanta violencia en una noche tan bella, jejejejejeje, pero bueno prefiero pelear afuera que debajo de esas dunas, bueno al menos el esta noche- El viento soplo suavemente, escuche entonces a lo lejos sobre mi cabeza, el sonido de unos silbatos seguramente aquellos que habían subido a revisar, habían encontrado los cuerpos tirados de las cp3. Solo esperaba que todo saliera bien y que no se nos presentaran más problemas.
Max D Dexer
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Esperaba cualquier señal de mi compañero, mientras intentaba calmar mi respiración y como consecuencia, mis latidos. No quería que los nervios se pusieran en medio y echen a perder todo lo que habíamos logrado hasta ahora, no cuando llegamos tan lejos. Teo me había dado la señal de quedarme quieto en el lugar, al parecer tenía un plan y si era así entonces le seguiría el rollo. Al parecer, los individuos que venían subiendo no eran pocos, como tampoco los que resguardaban a los presos que iban a ser vendidos como esclavos, aunque no era de sorprenderse. Miraba atentamente a mi compañero para no perderme de nada de información valiosa para cumplir nuestra misión.
Y como esperaba, la espera dio sus frutos, necesitaba que Teo dijese lo que quería que hiciera yo, ya que él era el que podía ver, con claridad, las cosas más que yo. ¿Dejarme a mí la misión del rescate? Eso era lo que esperaba oír, el se encargaría de los que estaban subiendo por aquellos ruidos provocados en la batalla de mi compañero mientras yo me encargaba de liberar a los presos, los cuales estaban custodiados por unos 30 o 40 hombre si es que Teo no se equivoca. Cuando termino de hablar afirme con la cabeza y le dije –Suerte- para ir con cuidado y sumamente sigilo hacia nuestro objetivo principal. Mientras iba sumamente lento, pensaba en la forma en que los neutralizaría, una simple batalla no sería muy buena en estos momentos, aunque eso no quitaría el hecho de que les daría su paliza a cada uno.
-Busco unas pequeñas vacaciones y sucede lo contrario… Esto solo me pasa a mí. (Dije para mí en voz baja, casi al punto de ser un susurro)
Mientras mi compañero, un poco mal herido, iba a su posición para su plan yo hacía lo mismo a un paso lento pero silencioso. “Si el lugar fuera un bosque podría hacerlo mejor” pensé de una forma para quejarme del lugar, a decir verdad no era muy bueno en la arena y ese lugar era Arabasta, no hay peor combinación. Bueno, una vez me acerque lo suficiente, pude ver con mis propios ojos la cantidad de hombres protegiendo a las pobres personas que allí se encontraban encerradas. La verdad era que eran bastantes, pero apostaba que eran débiles, pues así se veían. Estuve tan cerca a tal punto que podía ver a las personas apresadas dentro de sus celdas-carruajes, sinceramente no sabía lo que eran pero las veía mucho en cosas como estas. Y, para mi suerte, también logre ver al hombre que tenía las llaves de las celdas, necesitaba robarlas antes de la mega pelea pues si no, perdería mucho tiempo en buscarlas, y no me podía permitir cometer errores en una situación como esa.
Espere hasta poder tener una oportunidad, al final dio sus frutos ya que al parecer “la naturaleza llamo” al hombre de las llaves. Mientras este se alejaba mas del grupo hasta un lugar cercano y privado para hacer sus necesidades, yo lo seguía con toda el sigilo que mis piernas me permitían. Lentamente me acercaba a la espalda de aquel hombre, y al estar lo suficientemente cerca le di un gran puñetazo en la nuca y en la cabeza, haciendo que se desmaye en el acto. Busque por unos segundos hasta que por fin encontré las llaves de las celdas. Volví a ponerme en un estado de tranquilidad, o eso intentaba, para ir de nuevo hacia los otros 29 o 39 hombres que por suerte solo estaban en el frente de, llamémosle “caravana de esclavos”.
Me acercaba silenciosamente desde atrás, viendo el interior de las celdas, en ese momento mi ira no podía ser más grande. Había mujeres, niños y niñas, todo tipo de personas inocentes que te puedas imaginar, todas ellas con un destino atroz…un destino que yo podía cambiar. Logre ver como todos los guardias estaban reunidos en un solo lugar que era el frente de la caravana, estaban un poco separados, pero tampoco estaban esparcidos por toda Arabasta. Fue algo leve, pero pude notar una explosión, no sabía con certeza que podría ser pero lo que si sabía era que no fue una explosión natural. Esto alerto a los hombres enfrente de mí, no habría otra oportunidad como esta, así que me lance hacia ellos.
Aproveche la situación e intente que a los primeros que ataque los neutralizara de un solo golpe para hacer las cosas más rápidas. Al terminar aquello solo quedaron unos 20 restantes o aso creía a simple vista, estos ya estaban en alerta máxima, no me dejarían proporcionarles algún golpe sin antes resistirse. Aunque esto no significaba que eran difíciles de derrotar, la mayoría solo eran aficionados que se ofrecieron para aquella misión solo por dinero, sin afrontar las consecuencias de que era muy peligroso. Y así derrotando uno por uno a los más débiles, quedaron solo 10 que eran al menos un poco más fuertes. Por el cansancio y la fatiga, estos sí que me costaron, durante la batalla uno de ellos logro cortar mi pecho, por suerte al haberme movido rápido hizo que el corte no pasara de solo superficial.
Pasado unos minutos, los cuales obviamente no conté, logre derrotarlos a todos sin excepción, algunos estaban muertos pero la mayoría solo inconscientes. Corrí lo más rápido que pude hacia las celdas, aquellas personas desesperadas estaba armando un gran alboroto, les pedí un momento de silencio ya que podrían llamar la atención y no solo eso, no me dejaban concentrar. Ya abiertas las celdas, todas las personas empezaron a escapar del lugar, al parecer el más “sabio” de todos ellos se había acercado hacia mí con otros hombres. Aquel anciano se había quedado para hablar conmigo mientras todas las personas pasaban a mi lado agradeciéndome por lo que había hecho,
-Primero que nada, gracias por tu ayuda y segundo, hay un puerto por donde llegamos, allí hay suficientes barcos para todos nosotros.
-No hay de que, sin ayuda no hubiera podido hacer esto y no hay problema con ello, yo y un amigo también pensamos irnos de aquí lo antes posible, pero lamentablemente debo esperarlo, así que no puedo ir con ustedes. (Dije algo cansado por todo lo anterior sucedido)
Aquel anciano lo comprendió y se fueron de enseguida, lo único que debía hacer era esperar a Teo, tenía esperanzas que lograría su parte, después de todo era muy bueno con sus juguetes.
Y como esperaba, la espera dio sus frutos, necesitaba que Teo dijese lo que quería que hiciera yo, ya que él era el que podía ver, con claridad, las cosas más que yo. ¿Dejarme a mí la misión del rescate? Eso era lo que esperaba oír, el se encargaría de los que estaban subiendo por aquellos ruidos provocados en la batalla de mi compañero mientras yo me encargaba de liberar a los presos, los cuales estaban custodiados por unos 30 o 40 hombre si es que Teo no se equivoca. Cuando termino de hablar afirme con la cabeza y le dije –Suerte- para ir con cuidado y sumamente sigilo hacia nuestro objetivo principal. Mientras iba sumamente lento, pensaba en la forma en que los neutralizaría, una simple batalla no sería muy buena en estos momentos, aunque eso no quitaría el hecho de que les daría su paliza a cada uno.
-Busco unas pequeñas vacaciones y sucede lo contrario… Esto solo me pasa a mí. (Dije para mí en voz baja, casi al punto de ser un susurro)
Mientras mi compañero, un poco mal herido, iba a su posición para su plan yo hacía lo mismo a un paso lento pero silencioso. “Si el lugar fuera un bosque podría hacerlo mejor” pensé de una forma para quejarme del lugar, a decir verdad no era muy bueno en la arena y ese lugar era Arabasta, no hay peor combinación. Bueno, una vez me acerque lo suficiente, pude ver con mis propios ojos la cantidad de hombres protegiendo a las pobres personas que allí se encontraban encerradas. La verdad era que eran bastantes, pero apostaba que eran débiles, pues así se veían. Estuve tan cerca a tal punto que podía ver a las personas apresadas dentro de sus celdas-carruajes, sinceramente no sabía lo que eran pero las veía mucho en cosas como estas. Y, para mi suerte, también logre ver al hombre que tenía las llaves de las celdas, necesitaba robarlas antes de la mega pelea pues si no, perdería mucho tiempo en buscarlas, y no me podía permitir cometer errores en una situación como esa.
Espere hasta poder tener una oportunidad, al final dio sus frutos ya que al parecer “la naturaleza llamo” al hombre de las llaves. Mientras este se alejaba mas del grupo hasta un lugar cercano y privado para hacer sus necesidades, yo lo seguía con toda el sigilo que mis piernas me permitían. Lentamente me acercaba a la espalda de aquel hombre, y al estar lo suficientemente cerca le di un gran puñetazo en la nuca y en la cabeza, haciendo que se desmaye en el acto. Busque por unos segundos hasta que por fin encontré las llaves de las celdas. Volví a ponerme en un estado de tranquilidad, o eso intentaba, para ir de nuevo hacia los otros 29 o 39 hombres que por suerte solo estaban en el frente de, llamémosle “caravana de esclavos”.
Me acercaba silenciosamente desde atrás, viendo el interior de las celdas, en ese momento mi ira no podía ser más grande. Había mujeres, niños y niñas, todo tipo de personas inocentes que te puedas imaginar, todas ellas con un destino atroz…un destino que yo podía cambiar. Logre ver como todos los guardias estaban reunidos en un solo lugar que era el frente de la caravana, estaban un poco separados, pero tampoco estaban esparcidos por toda Arabasta. Fue algo leve, pero pude notar una explosión, no sabía con certeza que podría ser pero lo que si sabía era que no fue una explosión natural. Esto alerto a los hombres enfrente de mí, no habría otra oportunidad como esta, así que me lance hacia ellos.
Aproveche la situación e intente que a los primeros que ataque los neutralizara de un solo golpe para hacer las cosas más rápidas. Al terminar aquello solo quedaron unos 20 restantes o aso creía a simple vista, estos ya estaban en alerta máxima, no me dejarían proporcionarles algún golpe sin antes resistirse. Aunque esto no significaba que eran difíciles de derrotar, la mayoría solo eran aficionados que se ofrecieron para aquella misión solo por dinero, sin afrontar las consecuencias de que era muy peligroso. Y así derrotando uno por uno a los más débiles, quedaron solo 10 que eran al menos un poco más fuertes. Por el cansancio y la fatiga, estos sí que me costaron, durante la batalla uno de ellos logro cortar mi pecho, por suerte al haberme movido rápido hizo que el corte no pasara de solo superficial.
Pasado unos minutos, los cuales obviamente no conté, logre derrotarlos a todos sin excepción, algunos estaban muertos pero la mayoría solo inconscientes. Corrí lo más rápido que pude hacia las celdas, aquellas personas desesperadas estaba armando un gran alboroto, les pedí un momento de silencio ya que podrían llamar la atención y no solo eso, no me dejaban concentrar. Ya abiertas las celdas, todas las personas empezaron a escapar del lugar, al parecer el más “sabio” de todos ellos se había acercado hacia mí con otros hombres. Aquel anciano se había quedado para hablar conmigo mientras todas las personas pasaban a mi lado agradeciéndome por lo que había hecho,
-Primero que nada, gracias por tu ayuda y segundo, hay un puerto por donde llegamos, allí hay suficientes barcos para todos nosotros.
-No hay de que, sin ayuda no hubiera podido hacer esto y no hay problema con ello, yo y un amigo también pensamos irnos de aquí lo antes posible, pero lamentablemente debo esperarlo, así que no puedo ir con ustedes. (Dije algo cansado por todo lo anterior sucedido)
Aquel anciano lo comprendió y se fueron de enseguida, lo único que debía hacer era esperar a Teo, tenía esperanzas que lograría su parte, después de todo era muy bueno con sus juguetes.
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Tras el sonido del silbato, observe desde mi posición como bajaban todos esos sujetos que habían vendido sus almas, en el momento justo que aceptaron contrabandear con personas. Espere impaciente al final de la duna, sus gritos y maldiciones llegaban a mis oídos, mientras veía como algunos se detenían en seco y apuntaban sus mosquetes en mi dirección. Sus armas tronaron al unísono con una fuerte explosión de pólvora y fuego, los perdigones de plomo viajaron tan rápido que no note cuando estos me traspasaron.
Después de disparar recargaron sus armas y se pusieron de nuevo a correr cuesta abajo, en ese preciso momento me reía de la ironía. Eran guardias armados pero con mosquetes de un solo tiro, de aquellos que se usaban en las batallas de antaño, pobres infelices ni en eso ayudaba su suerte o era acaso que se habían gastado todo su pago en bebida y mujeres. Dicen que una buena arma es como una mujer pero bueno cuando la carne gana la lógica desaparece, de nuevo un par de metros, se pusieron todos en línea y un nuevo disparo surgió, el producto de esta carga fue el mismo que el de la anterior.
Por otro lado el resto de esos infelices corría en mi dirección con espadas en mano de nuevo me reí para mis adentros, si sus fusiles eran malos, sus espadas no debían poseer filo. De nuevo la formación de fusileros se puso en marcha, tras su segunda descarga, tras ese último acto tanto ellos como los armados con espadas ya habían pasado la línea roja que me había fijado en la mente y presto con un solo movimiento de la mano deje libre la bomba rastreadora. Esta voló suave, ligera en el silencio de la noche sin perturbar la calma réinate en la inmensidad del desierto, parecía poesía pura una sonrisa amplia surgió en mi rostro, la cual me llevo a cerrar los ojos disfrutando del momento.
La primera explosión fue como la primera nota de una gran sinfonía el sonido fue fuerte estruendoso, luego vino una segunda explosión un poco más suave y tras esa siguió otra más, todas habían explotado mis cálculos habían sido precisos. Abrí los ojos para contemplar la belleza de mi obra, sin embargó mi expresión de asombro no era resultado de mi obra magna, sino de ver a 15 de esos granujas aun descendiendo por la duna de arena.
Lance un fuerte grito de rabia, porque me sentí como aun pinto al cual le daña el lienzo, era evidente que ya solo deseaba descansar no tenía fuerzas y había usado mis últimos explosivos en esa maniobra. Todo para ver a eso, a esos tipejos, descender sin rasguños. No me moví ni un ápice respire profundo y calme mi mente la cual estaba a punto de colapsar, deje que aquellos espadachines si se les puede llamar así se acercaran a mí. El más adelantado de los 15 llego hasta mi posición, blandió su espada contra mi cuerpo, basto que chocara contra mi cuerpo líquido para que se detuviera.
Use un juego rápido de manos y lo deje ahí tendido, tras ese llegaron dos más, mis movimientos ya no eran igual de rápidos, pero sin hakki no podrían dañarme, cayeron los dos ante mis pies al usar la aguaje que todavía tenía en mi mano. A estos le siguieron 6 al hilo use dos de mis agujas privilegiadas con lacrimógeno para hacerlos llorar como Madalenas, un golpe a cada uno con hakki los dejo inconscientes. A los últimos no los deje acercarse tanto dirigí en su dirección algo de mi adhesivo el cual los cubrió casi por completo solo tuve que esquivarlos unos segundos para ver como poco a poco se iban endureciendo sus extremidades.
Al final todo termino en una pelea cuerpo a cuerpo, pero había terminado me di media vuelta cansado y comencé a caminar en dirección a mi colega esperando que ahí donde estuviera todo hubiera terminado, ya no estaba de humor para luchar contra mas delincuentes. De pronto se escuchó un silbido largo luego uno corto y luego uno largo, gire mi vista asía la sima de la duna, solo para ser testigo de un contingente, no sabría decir si de marines, agentes de gobierno o sepa dios lo que si sabía era que traían cañones los cuales pude notar como empezaban a preparar.
Esta escena me lleno de miedo, coraje e ira, al volverme para correr note que en la otra colina también habían llegado, aquellos invitados no deseados. Corrí entonces tan rápido como mi cuerpo desecho me lo permitía, grite a todo pulmón –¡Corran!- mucho antes de divisar a mi compañero esperando que el grito los alertara antes que mi presencia. Mantuve el paso constante, por fin pude divisarlo se encontraba frente a la caravana, hablaba con un anciano o eso me pareció a sus pies los cuerpos inconscientes de los guardias algunas personas ya marchaban en dirección a la costa.
Cuando pase el primer cuerpo salieron nuevamente de mi boca las palabras –¡Corran!- justo al terminar de decirlo me tropecé con mis propios pies, mientras me incorporaba pude ver como dos de los esclavos daban media vuelta, junto al anciano que antes había estado hablando con mi colega. Al parecer no estaba tan lejos como había pensado, en segundos llegaron y me ayudaron a incorpórame, camine trastabillándome, hasta llegar a mi colega me detuve frente a él y con una cara de angustia le dije - Los derrote, pero nos han encontrado hay que salir de aquí ahora- me gire para luego gritar –¡Corran!- En ese preciso memento una gran explosión destruyó uno de los carruajes cercanos.
Restos de metal y fierros retorcidos se alzaron por los cielos, tras esa explosión llegaron tres mas muy cerca de donde estábamos pero ninguna había sido precisa aun estábamos de pie. Era evidente que estaban fijando el blanco una vez tuviera bien los cálculos ninguno de nosotros tendría oportunidad. Además era evidente que un pequeño ejército se aproximaba en nuestra dirección, pues cuando el sonido de las explosiones se disipo en la noche a estas le siguió el ruido de una horda de hombres gritan al unísono.
EL viejo que ya se había adelantado nos miró y dijo –corramos muchachos, estamos cerca del puerto- me di media vuelta para ver a mi colega ahora un poco más calmado le dije –Es todo Max aquí ya hemos terminado, vamos hacia el mar, por cierto un todo o nada el último en llegar al muelle paga la ronda- termine ofreciéndole una sonrisa y me puse en marcha sin decir nada más. Como aun me costaba correr uno de los jóvenes de antes me ayudo a moverme, las explosiones siguieron pero ya estaba lejos de la zona, ahora mi vista estaba asía adelante, esperando contemplar el mar lo antes posible y ganar mi ronda gratis, la brisa salina me hizo saber que solo faltaba un último esfuerzo.
Después de disparar recargaron sus armas y se pusieron de nuevo a correr cuesta abajo, en ese preciso momento me reía de la ironía. Eran guardias armados pero con mosquetes de un solo tiro, de aquellos que se usaban en las batallas de antaño, pobres infelices ni en eso ayudaba su suerte o era acaso que se habían gastado todo su pago en bebida y mujeres. Dicen que una buena arma es como una mujer pero bueno cuando la carne gana la lógica desaparece, de nuevo un par de metros, se pusieron todos en línea y un nuevo disparo surgió, el producto de esta carga fue el mismo que el de la anterior.
Por otro lado el resto de esos infelices corría en mi dirección con espadas en mano de nuevo me reí para mis adentros, si sus fusiles eran malos, sus espadas no debían poseer filo. De nuevo la formación de fusileros se puso en marcha, tras su segunda descarga, tras ese último acto tanto ellos como los armados con espadas ya habían pasado la línea roja que me había fijado en la mente y presto con un solo movimiento de la mano deje libre la bomba rastreadora. Esta voló suave, ligera en el silencio de la noche sin perturbar la calma réinate en la inmensidad del desierto, parecía poesía pura una sonrisa amplia surgió en mi rostro, la cual me llevo a cerrar los ojos disfrutando del momento.
La primera explosión fue como la primera nota de una gran sinfonía el sonido fue fuerte estruendoso, luego vino una segunda explosión un poco más suave y tras esa siguió otra más, todas habían explotado mis cálculos habían sido precisos. Abrí los ojos para contemplar la belleza de mi obra, sin embargó mi expresión de asombro no era resultado de mi obra magna, sino de ver a 15 de esos granujas aun descendiendo por la duna de arena.
Lance un fuerte grito de rabia, porque me sentí como aun pinto al cual le daña el lienzo, era evidente que ya solo deseaba descansar no tenía fuerzas y había usado mis últimos explosivos en esa maniobra. Todo para ver a eso, a esos tipejos, descender sin rasguños. No me moví ni un ápice respire profundo y calme mi mente la cual estaba a punto de colapsar, deje que aquellos espadachines si se les puede llamar así se acercaran a mí. El más adelantado de los 15 llego hasta mi posición, blandió su espada contra mi cuerpo, basto que chocara contra mi cuerpo líquido para que se detuviera.
Use un juego rápido de manos y lo deje ahí tendido, tras ese llegaron dos más, mis movimientos ya no eran igual de rápidos, pero sin hakki no podrían dañarme, cayeron los dos ante mis pies al usar la aguaje que todavía tenía en mi mano. A estos le siguieron 6 al hilo use dos de mis agujas privilegiadas con lacrimógeno para hacerlos llorar como Madalenas, un golpe a cada uno con hakki los dejo inconscientes. A los últimos no los deje acercarse tanto dirigí en su dirección algo de mi adhesivo el cual los cubrió casi por completo solo tuve que esquivarlos unos segundos para ver como poco a poco se iban endureciendo sus extremidades.
Al final todo termino en una pelea cuerpo a cuerpo, pero había terminado me di media vuelta cansado y comencé a caminar en dirección a mi colega esperando que ahí donde estuviera todo hubiera terminado, ya no estaba de humor para luchar contra mas delincuentes. De pronto se escuchó un silbido largo luego uno corto y luego uno largo, gire mi vista asía la sima de la duna, solo para ser testigo de un contingente, no sabría decir si de marines, agentes de gobierno o sepa dios lo que si sabía era que traían cañones los cuales pude notar como empezaban a preparar.
Esta escena me lleno de miedo, coraje e ira, al volverme para correr note que en la otra colina también habían llegado, aquellos invitados no deseados. Corrí entonces tan rápido como mi cuerpo desecho me lo permitía, grite a todo pulmón –¡Corran!- mucho antes de divisar a mi compañero esperando que el grito los alertara antes que mi presencia. Mantuve el paso constante, por fin pude divisarlo se encontraba frente a la caravana, hablaba con un anciano o eso me pareció a sus pies los cuerpos inconscientes de los guardias algunas personas ya marchaban en dirección a la costa.
Cuando pase el primer cuerpo salieron nuevamente de mi boca las palabras –¡Corran!- justo al terminar de decirlo me tropecé con mis propios pies, mientras me incorporaba pude ver como dos de los esclavos daban media vuelta, junto al anciano que antes había estado hablando con mi colega. Al parecer no estaba tan lejos como había pensado, en segundos llegaron y me ayudaron a incorpórame, camine trastabillándome, hasta llegar a mi colega me detuve frente a él y con una cara de angustia le dije - Los derrote, pero nos han encontrado hay que salir de aquí ahora- me gire para luego gritar –¡Corran!- En ese preciso memento una gran explosión destruyó uno de los carruajes cercanos.
Restos de metal y fierros retorcidos se alzaron por los cielos, tras esa explosión llegaron tres mas muy cerca de donde estábamos pero ninguna había sido precisa aun estábamos de pie. Era evidente que estaban fijando el blanco una vez tuviera bien los cálculos ninguno de nosotros tendría oportunidad. Además era evidente que un pequeño ejército se aproximaba en nuestra dirección, pues cuando el sonido de las explosiones se disipo en la noche a estas le siguió el ruido de una horda de hombres gritan al unísono.
EL viejo que ya se había adelantado nos miró y dijo –corramos muchachos, estamos cerca del puerto- me di media vuelta para ver a mi colega ahora un poco más calmado le dije –Es todo Max aquí ya hemos terminado, vamos hacia el mar, por cierto un todo o nada el último en llegar al muelle paga la ronda- termine ofreciéndole una sonrisa y me puse en marcha sin decir nada más. Como aun me costaba correr uno de los jóvenes de antes me ayudo a moverme, las explosiones siguieron pero ya estaba lejos de la zona, ahora mi vista estaba asía adelante, esperando contemplar el mar lo antes posible y ganar mi ronda gratis, la brisa salina me hizo saber que solo faltaba un último esfuerzo.
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Justo en el momento cuando aquel anciano y varios hombres más se estaban por retirar, llego Teo corriendo, gritando algo que no logre escuchar hasta que se acerco lo suficiente. Después de haberse tropezado y que le hayan ayudado a levantarse, se fue directo hacia mí para avisarme de lo que se avecinaba, me sorprendí por lo que dijo. Ya era suficiente todo lo que habíamos pasado, y ahora se venían más problemas, más grandes que los anteriores pues pude escuchar aquellos estruendos que provocaban quien sabe quien para quien sabe que. Asentí a lo dicho por Teo mientras ayudaba a las personas que intentaban escapar a toda velocidad.
Después, de la nada, una de las celdas donde estaban los prisioneros exploto, haciendo que todos los escombros de todo tipo salieran disparados por todo el cielo. Lamentablemente después de aquel vinieron mas explosiones que por lo que podía oír venían de cañones, sean quienes sean los que vinieron, no tramaban algo bueno. Todos empezaban a correr mientras Teo daba aquella orden, sabía que él había visto lo que se avecinaba, y yo lo único que sabía era que no era nada bueno. Sin dudarlo por ni un segundo empecé a correr también, si nos llegaban a dar esos cañones estaba seguro que sería nuestro fin, y eso no lo deseaba para nada. Fue leve, pero logre escuchar en medio de todo ese caos a muchos hombres gritar, parecía una mini guerra, no lograríamos hacer nada contra tantas personas, así que no teníamos más remedio que huir.
Seguíamos el rumbo el cual marcaba aquel anciano, a él lo cargaba un hombre fortachón que podía correr con aquel peso adicional, mientras en ese momento escuche a mi compañero hablar. “Si no arriesgas no ganas” pensé con una sonrisa mientras escuchaba las últimas palabras que me daba Teo. –Si lo que quieres es perder, no te detendré- dije con una risa de por medio, y con un tono algo arrogante a propósito para darle más diversión a las palabras. Veía como mi compañero algo mal herido intentaba llegar primero, no solo para ganar la apuesta si no más bien para sobrevivir a aquella catástrofe.
Corría a un nivel promedio, no estaba tan mal herido después de todo, pero aun así no estaba como nuevo. Me adelante lo suficiente como para estar al mismo nivel que mi compañero el cual parecía fatigado no solo física, si no también mentalmente. No quería sobrepasarlo pero tampoco quería perder, aunque tampoco quitemos el hecho de que nos estaban disparando cañones los cuales podían matarnos tan fácilmente. Empezaba a fatigarme también, el anciano gritaba que estábamos cerca y que aguantáramos. Ya pasado unos cuantos minutos, llegamos al puerto donde estarían los barcos con los que escaparíamos, y en efecto, allí estaban listos para zarpar. De repente una explosión se proporciono muy cerca de nosotros, haciéndonos volar unos cuantos metros hacia adelante. Al levantarme y abrir mis ojos, pude ver que estábamos a simplemente unos metros de aquellos ya mencionados barcos.
-¿Quién gano? No lo alcance a ver. (Dije muy cansado con algo de fatiga y además nervioso por lo sucedido)
No espere mas y aborde a uno de los barcos que empezaron a zarpar mientras intentaba ayudar a mi compañero a subir también. Al mismo tiempo logre ver como una cantidad grande de marines se acercaban, no eran tantos como para una guerra, pero si eran suficientes para atemorizar a muchos. Lo único que faltaba era que Teo subiese antes de que el barco se alejase lo suficiente del puerto y todo acabaría.
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El ruido era ensordecedor, el rugir de los caños rompía la calma de la noche los escombros de las carretas y la tierra desprendida por los boquetes dejados en el suelo se levantaban por sobre nuestras cabezas. Corrí a la par de mi colega quien seguramente había bajado un poco el ritmo para estar a la par, creo que deseaba una carrera justa y eso me agradaba, en ese preciso instante me encontraba distrayendo la mente en esa apuesta. Estaba tranquilo porque sabía que nosotros éramos los últimos, detrás nuestro ya no quedaba nadie, respire profundo y seguí corriendo.
De pronto lo vimos el muelle, los botes de remos y al anciano al cual estaban ayudando a subir a uno de nuestros vehículos de escape, una sonrisa se dibujó en mi rostro todo había acabado. Pero fue pronto para dar por terminada la aventura, justo recorríamos el muelle nuestros pasos retumbaban en la madera, cuando de pronto detono justo detrás de nosotros una bomba, arena, agua de mar y algunos restos de madera se esparcieron por todos lados. La onda expansiva arrojó nuestros cuerpos así adelante, rodé por la arena, para luego incorpórame aturdido y con una zumbido en los oídos.
Alcance a oír a duras penas a mi compañero, preguntando quien había sido el ganador, solo recuerdo que por inercia mis labios se movieron –Empate- pero los sonidos no salieron. Luego intente incorporarme, a duras penas logre mantener el equilibrio, para dar los últimos pasos hasta la embarcación que me esperaba, un joven el mismo que había cargado al anciano me extendió la mano con lo cual pude subir al interior del bote, en el instante que ponía el pie al interior de este, note la presencia de mi colega quien sentado contemplaba la escena, que se libraba a mis espaldas a la playa habían llegado varios marines.
Estos nos apuntaron con sus rifles y la descarga sobre nosotros se hizo evidente, sin perder ni un segundo los otros cuatro tripulantes del navío que podían moverse, comenzaron a remar con todas sus fuerzas. Me tendí en el suelo de manera húmeda y mire con atención la playa, de la casa del muelle ya no quedaba nada, la explosión que nos había hecho volar por los aires la había reducido a escombros. De pronto note como el viejo se aproximaba a mí con vendas en la mano, presuroso fue directo a mi abdomen, fue cuando note que tenía clavado un pedazo de escombro. El hombre con la preocupación en el rostro se preparó para darme los primeros auxilios, fue cuando lo interrumpí en su ardua tarea.
-Estoy bien no se preocupe, soy un usuario logia- entonces lleve la mano hasta la pieza de madera y de un solo tirón la retire – Lo ve no hay sangre- tras esto último pude ver como se aliviaba el rostro –Menos mal, jovencito te has salvado por poco, seria una pena ver morir a uno de nuestros salvadores- luego me dio una palmada en mi hombro herido, si un fuerte grito para luego aclararle que ahí me encontraba lesionado, el viejo se sorprendió me pidió disculpas y procedió a vendar el hombro. Cuando termino me dirigí a mi colega quien lucía al igual que yo algo fatigado, pero dichoso por a ver podido ayudar a esta pobre gente –¿Y ahora que colega? Me parece ha sido un empate, digo por las condiciones adversas- alzando el pulgar.
Mientras hablaba pude ver como detrás de nosotros se levantó dos fuentes de agua, al parecer el enemigo tenía cañones de largo alcance y las dunas de arena les daban el ángulo perfecto para apuntarnos, sin embargo, lleva vamos mucha distancia ya ganada, por lo que en cuestión de segundos dejamos atrás su rango de tiro. Estando ya un poco más descansado ayude, al impulso del bote uniéndome a los remeros, no tardamos en divisar el barco que había servido para trasladar al viejo y a todo el resto de los que una vez fueron esclavos.
Al parecer algunos, botes ya habían llegado hasta el barco y había tomado presos a los 10 tripulantes que había quedado de guardia, al vernos llegar nos tiraron una escalinata y nos ayudaron a subir por ella. Fui el último en subir pues me dispuse a amarar el bote al barco, pues pronto tendría que decir adiós por mucho que me doliera, pero aun había algo que hacer.
Apenas pose los ojos sobre cubierta note a los 10 fulanos atados al mástil principal, no les di mayor importancia, por lo que me dirigí a la cabina del capitán, busque entre sus cosas y encontré una botella de “Le perfume de afrodita” uno de los mejores vinos que se pueda encontrar en cualquiera de los mares- Bastardos, ganaban bien con la trata de esclavos, pero ahora seguro se arrepienten de sus pecados-
Salí de nuevo a cubierta con mi botín en mano y dos tarros, me acerque a una mesa junto a la cual habían dos barriles y llame a mi colega –Hey! Max, brindamos por el éxito de esta noche, mira encontré esta belleza “El perfume de afrodita” uno de los mejores vinos, solo para los mejores hombres, ¿Qué te parece?- Dicho eso me deje caer sobre uno de los barriles serví en los tarros y espere a que mi compañero se acercara, en ese momento tras a ver acabado de hablar. todos los presentes nos victorearon con silbidos y gritos de emoción.
De pronto lo vimos el muelle, los botes de remos y al anciano al cual estaban ayudando a subir a uno de nuestros vehículos de escape, una sonrisa se dibujó en mi rostro todo había acabado. Pero fue pronto para dar por terminada la aventura, justo recorríamos el muelle nuestros pasos retumbaban en la madera, cuando de pronto detono justo detrás de nosotros una bomba, arena, agua de mar y algunos restos de madera se esparcieron por todos lados. La onda expansiva arrojó nuestros cuerpos así adelante, rodé por la arena, para luego incorpórame aturdido y con una zumbido en los oídos.
Alcance a oír a duras penas a mi compañero, preguntando quien había sido el ganador, solo recuerdo que por inercia mis labios se movieron –Empate- pero los sonidos no salieron. Luego intente incorporarme, a duras penas logre mantener el equilibrio, para dar los últimos pasos hasta la embarcación que me esperaba, un joven el mismo que había cargado al anciano me extendió la mano con lo cual pude subir al interior del bote, en el instante que ponía el pie al interior de este, note la presencia de mi colega quien sentado contemplaba la escena, que se libraba a mis espaldas a la playa habían llegado varios marines.
Estos nos apuntaron con sus rifles y la descarga sobre nosotros se hizo evidente, sin perder ni un segundo los otros cuatro tripulantes del navío que podían moverse, comenzaron a remar con todas sus fuerzas. Me tendí en el suelo de manera húmeda y mire con atención la playa, de la casa del muelle ya no quedaba nada, la explosión que nos había hecho volar por los aires la había reducido a escombros. De pronto note como el viejo se aproximaba a mí con vendas en la mano, presuroso fue directo a mi abdomen, fue cuando note que tenía clavado un pedazo de escombro. El hombre con la preocupación en el rostro se preparó para darme los primeros auxilios, fue cuando lo interrumpí en su ardua tarea.
-Estoy bien no se preocupe, soy un usuario logia- entonces lleve la mano hasta la pieza de madera y de un solo tirón la retire – Lo ve no hay sangre- tras esto último pude ver como se aliviaba el rostro –Menos mal, jovencito te has salvado por poco, seria una pena ver morir a uno de nuestros salvadores- luego me dio una palmada en mi hombro herido, si un fuerte grito para luego aclararle que ahí me encontraba lesionado, el viejo se sorprendió me pidió disculpas y procedió a vendar el hombro. Cuando termino me dirigí a mi colega quien lucía al igual que yo algo fatigado, pero dichoso por a ver podido ayudar a esta pobre gente –¿Y ahora que colega? Me parece ha sido un empate, digo por las condiciones adversas- alzando el pulgar.
Mientras hablaba pude ver como detrás de nosotros se levantó dos fuentes de agua, al parecer el enemigo tenía cañones de largo alcance y las dunas de arena les daban el ángulo perfecto para apuntarnos, sin embargo, lleva vamos mucha distancia ya ganada, por lo que en cuestión de segundos dejamos atrás su rango de tiro. Estando ya un poco más descansado ayude, al impulso del bote uniéndome a los remeros, no tardamos en divisar el barco que había servido para trasladar al viejo y a todo el resto de los que una vez fueron esclavos.
Al parecer algunos, botes ya habían llegado hasta el barco y había tomado presos a los 10 tripulantes que había quedado de guardia, al vernos llegar nos tiraron una escalinata y nos ayudaron a subir por ella. Fui el último en subir pues me dispuse a amarar el bote al barco, pues pronto tendría que decir adiós por mucho que me doliera, pero aun había algo que hacer.
Apenas pose los ojos sobre cubierta note a los 10 fulanos atados al mástil principal, no les di mayor importancia, por lo que me dirigí a la cabina del capitán, busque entre sus cosas y encontré una botella de “Le perfume de afrodita” uno de los mejores vinos que se pueda encontrar en cualquiera de los mares- Bastardos, ganaban bien con la trata de esclavos, pero ahora seguro se arrepienten de sus pecados-
Salí de nuevo a cubierta con mi botín en mano y dos tarros, me acerque a una mesa junto a la cual habían dos barriles y llame a mi colega –Hey! Max, brindamos por el éxito de esta noche, mira encontré esta belleza “El perfume de afrodita” uno de los mejores vinos, solo para los mejores hombres, ¿Qué te parece?- Dicho eso me deje caer sobre uno de los barriles serví en los tarros y espere a que mi compañero se acercara, en ese momento tras a ver acabado de hablar. todos los presentes nos victorearon con silbidos y gritos de emoción.
Max D Dexer
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Era una suerte el hecho de que siguiéramos vivos después de aquello, no muchos sobreviven a una gran cantidad de cañones y mucho menos que estén a metros de darte. Con aquella explosión salimos volando con un sonido casi ensordecedor que nos dejaba algo desorientados. Podía ver como éramos los últimos en llegar a los barcos los cuales estaban zarpando, llegamos subirnos al último momento, donde después de sentarme di un gran suspiro intentando calmar mi corazón el cual iba a mil por hora. Mi compañero en ese momento mostraba al viejo que era un usuario de akuma no mi, y diciéndome que al parecer al final fue un empate nuestra carrera. Las olas no ayudaban mucho pues se movían muy bruscamente por los cañones que aun nos disparaban. “Insistentes” pensé en un momento.
Había gritado “por fin” en mi interior cuando logramos alcanzar el barco principal por donde fueron transportados las pobres personas hasta la isla. Fueron muy ingeniosos pues atraparon y ataron a unos 10 tripulantes del navío, me producían algo de asco pero luego se me había pasado. Hace no más de unos minutos estaba en una situación de vida y muerte, necesitaba algo con que despejar la mente, así que recorrí todo el barco solo y en silencio. No podía mentir, aquella aventura era una de las mejores que tuve, estaba seguro que repetirlo era algo que quería. Caminaba por todo el lugar hasta llegar a la cubierta, allí estaban todos felices, podrían regresar con sus familias, ser libres y no caer en la desgracia de un esclavo.
En aquella noche, sonreía, no podía ocultar mi felicidad por aquellas personas que acabábamos de salvar. Buscaba de reojo a mi compañero el cual había desaparecido hace poco tiempo, decidí esperarlo allí, era mi intuición y así lo hice. Después de unos minutos logre ver como llegaba con algo en sus manos, una botella y dos tarros para beber. Me había acercado a él pues eso fue lo que me pidió mientras seguía hablándome sobre aquella “belleza” que encontró. “El perfume de afrodita” era la forma que él llamaba a la bebida, al parecer una muy buena pues así la describió.
Me había reído bastante pues yo era algo no bebedor, y no estaba muy informado de las bebidas antiguas o de gran calidad, pero ese día en el cual casi muero preferiría rendirme ante aquella adicción de muchos piratas –Me parece una muy buena idea- le respondí con una sonrisa. Empezamos a beber cuando todas las personas que estaban allí gritaron y aplaudieron, lo hacían agradeciéndonos por nuestra gran valentía y acto el cual los salvo a todos. No dejamos a nadie atrás y eso me parecía algo genial, como también impresionante.
-¿Qué aremos ahora? Tenemos que irnos a una isla muy lejana para que los marines ni el gobierno nos encuentre a todos nosotros. (Le dije bebiendo de aquello que trajo mi compañero) –Además…sabes usar muy bien tu akuma, se nota tu experiencia…tal vez…no nada, olvídalo. (Comente muy tranquilamente cambiando de tema muy drástica mente)
Teobaldo Voglio
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Mi compañero se veía de muy buen humor y como no estarlo después de la noche que habíamos vivido, claro que no era el único la gente estaba muy dichosa también creo que mucho más de lo uno pudiera imaginarse. La libertad es el mejor que uno puede pedir, es esa la razón por la que yo me encuentro en los mares para poder encontrar a mi hermana y ser libre de vivir sin miedos no restricciones.
Mientras bebíamos y nos relajábamos Max encontró tiempo para responder a la pregunta que le había hecho en el bote, su idea era clara y concisa, siendo esta la de llevar tan lejos como fuera posible a todas estas personas. Luego nos tocaba a nosotros desaparecer, fue ahí cuando escuche en su voz un leve titubeo y termino su frase diciendo que lo olvidara. No se cuales fueran sus pensamientos, pero estaba claro que por el momento no podría acompañarlo más haya de Arabasta, aun cuando una parte de mi deseaba hacerlo y de esta forma también estaba la inquietud de ver que todas estas personas llegaran con bien a su destino.
Sin embargo pese a lo mucho que deseara seguir esta aventura, estaba consciente de que aun tenia algunos pendiente que atender, entonces di un largo sorbo a mi copa de vino para luego decirle a mi compañero.
– Max, déjame decirte que en verdad he disfrutado esta noche, creo en lo particular que hacemos un gran equipo, por lo que me gustaría seguir esta aventura contigo un rato más. No obstante, aún tengo pendientes en Arabasta, pero ten por seguro que yo no descarto la idea de formar nuevamente un equipo a tu lado. Bueno claro espero que el mar nos permita rencontrarnos pronto y cuando eso pase seré mucho más experimentado que lo que he aparentado esta noche, pues lo de hoy ha sido solo suerte- entonces solté una gran carcajada.
-Disculpa por sonar tan emotivo, pero lo de hablar, bueno a veces se me da y otras no, pero pues la verdad es que creo que seriamos imparables. En fin te parece si recorremos este barco antes de que parta de regreso a la costa, digo si tenían un vino de tan buena calidad seguramente tendrían otras cosas raras y caras con las cuales traficar, digo aparte de seres humanos- Dicho eso di un último trago a mi tarro, con lo cual termine mi bebida, me puse de pie y le dije a mi colega señalando en dirección contraria a la habitación del capitán- Creo que por ahí se baja a la bodega.
Luego me puse en marcha, en ese momento paso junto a mí el anciano con el cual habíamos llegado hasta la embarcación. El cual nos saludó amablemente, aproveche para decirle que tenía pensado bajarme pronto y que por favor no se alejaran mucho aun de a costa. Luego le comente si tenía algún problema con que mi compañero y yo revisáramos las bodegas inferiores en busca de artículos de valor, a esta pregunta el viejo contesto positiva mente, luego completo su comentario diciendo que con su libertad era suficiente y que tomáramos lo que quisiéramos como recompensa.
Entonces baje por las escaleras de madera hasta la primera bodega en ella encontré jaulas algunas estaban vacías, supuse que esas habían metido a estas pobres personas. Ahora bien las que seguían llenas estaban hasta reventar de animales salvajes, algunos raros y otros bueno eran simples animales, leones, renos, camellos, entre otros. Pase por entre las jaulas para llegar a la siguiente escalera, al descender encontré lo que sería el cielo para mí una cava de vinos completa de arriba abajo con los mejores vinos de todos los mares, no me era raro acababa de tomar con mi colega un vino único en su tipo, por sabor y cuerpo.
Estaba tan contento al leer cada una de las etiquetas hasta que llegue al final del pasillo, en el cual descubrí que todos estos vinos estaban adulterados, no era de extrañar que vendieran estas falsificaciones en el mercado. Pude recuperarme de ese golpe al recordar que al menos había tenido la oportunidad de encontrar el vino del capitán, quizás en único original en todo el barco. Tras recuperarme del dolor al ver tal sacrilegio a los vinos, regreso mi atención a la tercera y última de las escaleras, al llegar al fondo pude ver algunos papeles sobre una escritora, en las paredes había armas y otros mecanismos de guerra.
Junto a todos esos artefactos habían en el suelos algunos cofres, me acerque a un par de ellos solo para ver, que en algunos solo había telas, de las cuales unas eran harapos y otras más finas, claro que no soy un conocedor de telas así que no podría afirmar cuales eran cuales. Tras revisar entre los baúles divise en uno de ellos, lo que me pareció un objeto redondo, al desenvolver las telas note que era una fruta, si esta estaba hasta el fondo de este baúl posiblemente fuera una fruta del diablo.
Llame en ese momento a mi colega para que la viera, realmente estaba un poco dudoso e incluso si fuera una cabía la posibilidad de que fuera una copia. Deje la fruta sobre el cofre y seguí recorriendo la bodega en busca de algo más de valor, pero solo encontraba armas, note entonces un par de espadas en una repisa, tome algunas y regrese a donde estaba la fruta, estaba dando media vuelta cuando note al fondo un escritorio, me acerque a este y lo revise. Encontré en uno de los cajones un diario con las notas del cargamento de a nave, tome este junto a las espadas.
Para enseñárselas a mi compañero quizás alguna de esas le fuera de su iteres y bueno quizás encontráramos en el diario, el tipo y poder de la fruta que había encontrado, también esperaba que se me hubiera escapado algo a la vista y que mi compañero hubiera notado, pues en un barco como este y si se sabe buscar puedes encontrar buenos botines. Al llegar al baúl con las espadas y el diario me dispuse a esperar a que mi compañero diera su opinión, sobre lo encontrado.
Mientras bebíamos y nos relajábamos Max encontró tiempo para responder a la pregunta que le había hecho en el bote, su idea era clara y concisa, siendo esta la de llevar tan lejos como fuera posible a todas estas personas. Luego nos tocaba a nosotros desaparecer, fue ahí cuando escuche en su voz un leve titubeo y termino su frase diciendo que lo olvidara. No se cuales fueran sus pensamientos, pero estaba claro que por el momento no podría acompañarlo más haya de Arabasta, aun cuando una parte de mi deseaba hacerlo y de esta forma también estaba la inquietud de ver que todas estas personas llegaran con bien a su destino.
Sin embargo pese a lo mucho que deseara seguir esta aventura, estaba consciente de que aun tenia algunos pendiente que atender, entonces di un largo sorbo a mi copa de vino para luego decirle a mi compañero.
– Max, déjame decirte que en verdad he disfrutado esta noche, creo en lo particular que hacemos un gran equipo, por lo que me gustaría seguir esta aventura contigo un rato más. No obstante, aún tengo pendientes en Arabasta, pero ten por seguro que yo no descarto la idea de formar nuevamente un equipo a tu lado. Bueno claro espero que el mar nos permita rencontrarnos pronto y cuando eso pase seré mucho más experimentado que lo que he aparentado esta noche, pues lo de hoy ha sido solo suerte- entonces solté una gran carcajada.
-Disculpa por sonar tan emotivo, pero lo de hablar, bueno a veces se me da y otras no, pero pues la verdad es que creo que seriamos imparables. En fin te parece si recorremos este barco antes de que parta de regreso a la costa, digo si tenían un vino de tan buena calidad seguramente tendrían otras cosas raras y caras con las cuales traficar, digo aparte de seres humanos- Dicho eso di un último trago a mi tarro, con lo cual termine mi bebida, me puse de pie y le dije a mi colega señalando en dirección contraria a la habitación del capitán- Creo que por ahí se baja a la bodega.
Luego me puse en marcha, en ese momento paso junto a mí el anciano con el cual habíamos llegado hasta la embarcación. El cual nos saludó amablemente, aproveche para decirle que tenía pensado bajarme pronto y que por favor no se alejaran mucho aun de a costa. Luego le comente si tenía algún problema con que mi compañero y yo revisáramos las bodegas inferiores en busca de artículos de valor, a esta pregunta el viejo contesto positiva mente, luego completo su comentario diciendo que con su libertad era suficiente y que tomáramos lo que quisiéramos como recompensa.
Entonces baje por las escaleras de madera hasta la primera bodega en ella encontré jaulas algunas estaban vacías, supuse que esas habían metido a estas pobres personas. Ahora bien las que seguían llenas estaban hasta reventar de animales salvajes, algunos raros y otros bueno eran simples animales, leones, renos, camellos, entre otros. Pase por entre las jaulas para llegar a la siguiente escalera, al descender encontré lo que sería el cielo para mí una cava de vinos completa de arriba abajo con los mejores vinos de todos los mares, no me era raro acababa de tomar con mi colega un vino único en su tipo, por sabor y cuerpo.
Estaba tan contento al leer cada una de las etiquetas hasta que llegue al final del pasillo, en el cual descubrí que todos estos vinos estaban adulterados, no era de extrañar que vendieran estas falsificaciones en el mercado. Pude recuperarme de ese golpe al recordar que al menos había tenido la oportunidad de encontrar el vino del capitán, quizás en único original en todo el barco. Tras recuperarme del dolor al ver tal sacrilegio a los vinos, regreso mi atención a la tercera y última de las escaleras, al llegar al fondo pude ver algunos papeles sobre una escritora, en las paredes había armas y otros mecanismos de guerra.
Junto a todos esos artefactos habían en el suelos algunos cofres, me acerque a un par de ellos solo para ver, que en algunos solo había telas, de las cuales unas eran harapos y otras más finas, claro que no soy un conocedor de telas así que no podría afirmar cuales eran cuales. Tras revisar entre los baúles divise en uno de ellos, lo que me pareció un objeto redondo, al desenvolver las telas note que era una fruta, si esta estaba hasta el fondo de este baúl posiblemente fuera una fruta del diablo.
Llame en ese momento a mi colega para que la viera, realmente estaba un poco dudoso e incluso si fuera una cabía la posibilidad de que fuera una copia. Deje la fruta sobre el cofre y seguí recorriendo la bodega en busca de algo más de valor, pero solo encontraba armas, note entonces un par de espadas en una repisa, tome algunas y regrese a donde estaba la fruta, estaba dando media vuelta cuando note al fondo un escritorio, me acerque a este y lo revise. Encontré en uno de los cajones un diario con las notas del cargamento de a nave, tome este junto a las espadas.
Para enseñárselas a mi compañero quizás alguna de esas le fuera de su iteres y bueno quizás encontráramos en el diario, el tipo y poder de la fruta que había encontrado, también esperaba que se me hubiera escapado algo a la vista y que mi compañero hubiera notado, pues en un barco como este y si se sabe buscar puedes encontrar buenos botines. Al llegar al baúl con las espadas y el diario me dispuse a esperar a que mi compañero diera su opinión, sobre lo encontrado.
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Teo y yo estábamos tomando muy tranquilamente aquella bebida que si bien no me atrevería a tomar por simple capricho, lo hacía simplemente para celebrarlo con mi compañero. Se podía notar la felicidad de todo allí, como no, hicieron una fiesta que duro días. Ellos estaban felices y eso me ponía feliz a mí lo que provocaba un ambiente increíblemente satisfactorio, después de todo, yo y todos los que estábamos allí incluido Teo, sabíamos lo que significaba ser libres. Mientras más nos alejábamos de la isla del desierto, Arabasta, la noche se volvía un paisaje hermoso digno de recordar, no solo por lo que paso ese día, si no también por el mismo hecho de que se consigue a raíz de eso. Al fin y al cabo, la libertad era algo que todos merecían, o así lo creía yo.
Los dos no hablábamos mucho, yo simplemente pensaba en que debíamos disfrutar del momento antes de separarnos todos, sería algo difícil, pero sabía que el destino nos tenía algo preparado para el futuro. Fue entonces, después de unos minutos de vaso tras vaso, Teo empezó a hablar. En ese momento le preste toda mi atención a sus palabras, se hacía feliz el hecho de pensar que podríamos no solo hacer equipo en un futuro si no también que seamos amigos de aventuras. Me hacia reír un poco por lo cursi que podría sonar, pero así me sentía yo, quitando claro todos los lados malos de la vida y de mis metas, una de ellas era tener una infinidad de aventuras. Obviamente, muchas de ellas las tendré que hacer solo, pero no estaba mas de vez en cuando ir de aventura con amigos, o más bien dicho… Tu familia.
-Por supuesto, sería un honor compartir la sangre y sudor contigo en otra de estas liadas con el gobierno. (Me reí un poco sonriéndole) –Me parece buena idea, después de todo necesitamos saciar nuestra hambre. (Termine de hablar con una sonrisa mientras me paraba)
Al mismo tiempo que mi compañero, termine mi bebida con algo de más lentitud que él, y asentí con la cabeza cuando me señalo el lugar donde supuestamente se encontraba la bodega del barco. De esa forma nos dirigimos hacia allí, después de pedirle permiso al viejo el cual nos había acompañado todo el tiempo de escape de los cañones, y al permitirnos el paso comenzamos a adentrarnos a lo que posiblemente fuera un lugar del tesoro. En ese momento me acorde de los cuentos de piratas que me contaba mi hermano mayor cuando éramos pequeños, siempre cuando recuerdo aquellos momentos me sale una sonrisa involuntaria. Trataban de buscar la “X” que marca el tesoro escondido, así que empecé a buscar por todos lados cualquier cosa que sea de valor y que nos sirva.
Si había contado bien, habían tres bodegas diferentes, una se encontraba más abajo que la anterior. En la segunda bodega pude encontrar unos cofres pequeños, los cuales tenían collares y anillos de oro, eran extraños y bellos así que los tome, de seguro valdrían algo de dinero. Sin hablar de una carta bastante gorda que se encontraba escondida detrás de una pared, obviamente de madera, estaba con un agujero por lo que me di cuenta rápidamente y así fue como se me ocurrió romperla y sacar lo que ahora tenía en mis manos. La revise con cuidado y al parecer contenía dinero, podría ser falso así que quise revisarlo mejor, pero de repente escuche a mi compañero llamarme por algo. Baje a la última bodega donde se encontraban varias cosas como un escritorio, varios cofres medianos y demás. Al parecer Teo había encontrado algo oculto dentro de un cofre lleno de telas, por lo que se podía ver era una fruta, y lo primero que se me cruzo por la mente fue “Akuma no mi”. Estaba consciente de que podría ser falsa o simplemente artificial, pero no estábamos seguros, después de todo el papel que mi compañero quería que leyese no decía más que “una elegante fruta del diablo para una persona elegante y poderosa”. Supuse que se refería para un noble, o para un Tenryuubito, cosa que la volvía un objeto importante.
Pude observar como mi compañero portaba unas espadas junto con aquel diario de los cargamentos de la nave el cual nos daba una información casi nula. Al parecer quería mostrarme las espadas por si me intrigaba alguna de ellas, desafortunadamente no tenían nada en especial aquellas katanas, simplemente tenían una linda decoración. Tome ambas, ya que podrían tener un gran valor como también podrían valer poco, solo la suerte y el destino dirá el dinero que cuestan cada una. Eran buenas tenía que admitirlo, pero aun así la que tenia era mucho más importante para mí, un apego sentimental irrompible era lo que no dejaba que me separe de ella. Dejando aquel tema un poco de lado empecé a buscar por todos los lados hasta que encontré un cofre sin nada en su interior, por suerte tenía el tamaño perfecto para meter dentro la fruta.
-Con tan poca información no tenemos nada más que hacer. (Dije tomando la fruta guardándola en el cofre que había encontrado) –Además, allí arriba encontré más dinero con el cual divertirse. (Termine de decir con una sonrisa mientras empezaba a estirarme, no quería admitir que estaba un poco cansado) –Volvamos, creo que eso es todo lo que tienen estos miserables, al menos encontramos cosas decentes ¿no? Ya veremos si esto es real o no. (Con una sonrisa y una pequeña carcajada le señale a mi compañero que subamos de nuevo hasta la cubierta)
Después de aquella alocada noche de búsqueda en las bodegas, volví a subir de nuevo, con la sorpresa de que la fiesta por la “libertad” de los esclavos aun seguía. Sonreí mientras veía esas caras felices, y pensar que todo aquello lo habíamos hecho dos piratas solitarios. Al llegar al frente del barco, lugar donde no se estaba festejando ninguna fiesta, pude notar como las estrellas brillaban más que nunca, me aprecian hermosas, y mientras presenciaba aquella belleza pensaba en todo lo que habíamos conseguido en esta gran aventura. Sinceramente fueron muchas cosas, pero eran de esperarse pues el peligro por el que estábamos pasando era bastante. Pero, que será aquella fruta, ¿enserio seria una akuma no mi? Si es así, ¿Qué clase de poderes tendrá? ¿Sera artificial? Con todas esas preguntas yendo y viniendo en mi cabeza logre recordar a Selene “La Magnifica”, ¿Cómo estará ella y su hija? ¿Lograron escapar? Todas esas preguntas recorrían mi mente en ese momento. Pero, ¿habia algo en lo que estaba seguro? Si, en que la aventura fantástica que acababa de tener estaba llegando a su fin, así que me di media vuelta y con una sonrisa me propuse a volver a la fiesta, a olvidar un poco aquellas preguntas las cuales por ahora no tenían respuesta. Quería pasar todo el día en la fiesta con mi amigo Teo, antes del inevitable adiós.
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Cuando llego mi compañero hasta donde estaba, lo primero que tomo fue el libro que le entregue en el cual estaba escrita la información de las mercancías del navío, Max dio una rápida leída al manuscrito, al concluir su lectura, fui yo quien sujeto el libro para leer las mismas palabras que mi colega previamente había visto, al parecer donde estaba la descripción de la fruta solo estaba escrita la frase “una elegante fruta del diablo para una persona elegante y poderosa” y eso fue todo. Me sentí un poco decepcionado, pero bueno al igual con un mejor documento se podría averiguar el valor de la fruta, si es que lo tenía.
Luego Max prosiguió a revisar las espadas que había tomado, junto con el diario, observo cada una de las espadas y luego me dijo que no tenían nada de particular, salvo unas hermosas decoraciones en las empuñaduras. Al final me quede a lado de estas, mientras mi compañero buscaba por los alrededores, regreso luego de unos segundos con un pequeño cofre en la mano, metió en el la fruta y luego lo cerro con un candado. Mientras me decía que sin mayor información por el momento era todo lo que podíamos hacer, luego me dijo que había encontrado un par de cosas valiosas en la parte superior, junto a estas palabras surgía en su rostro una leve sonrisa. Con esto último dicho me propuso que subiéramos de nuevo a cubierta, mientras surgía una carcajada animosa y no estaba de más, habíamos como bien decía encontrado cosas buenas.
Su risa fue contagiosa y a los pocos segundos era yo quien reía, finalmente me calme y le dije -Creo que tienes razón ha sido una fructífera búsqueda, ahora solo espero que de entre todas estas cosas y las que has encontrado, nuestra cereza del pastel sea esa fruta- respire hondo para recuperar la compostura, para luego seguirlo de cerca.
Una vez estuve sobre cubierta note que la fiesta y la diversión seguían, decidí unírmeles, fui a la mesa que habían preparado con algunos bocadillos de los cuales tome tantos como pude, luego fui por el resto de la botella que había estado tomado con Max. Justo en ese momento lo vi alejarse hacia el frente el barco donde todo era calma, por un instante tuve la idea de seguirlo, pero al dar el primer paso decidí que lo mejor era que estuviera con sus pensamientos, había sido una noche muy larga y creo que era necesario para el ese momento de calma.
Di media vuelta y regrese a las festividades, decidí divertirme con aquellas personas como simple he dicho cuando hay que luchar, hay que luchar, pero cuando hay que celebrar entonces es hora de celebrar. Luego de comer y beber un poco me puse a platicar con el viejo al parecer él venia del south blue, de la isla de Saint Reia no me dijo luego mucho solo que se encargaba de entrenar a los nuevos reclutas y que en una pequeña operación fue capturad, para luego ser vendido. Según me dijo no había visto su hogar en dos años y que ahora más que nunca su espíritu rebelde estaba más que nunca avivado.
Le dese suerte en su empresa y regrese a donde estaba la fiesta ahí me encontré a Max quien se había unido al grupo, luego del alboroto nocturno, lentamente todo se fue silenciando poco a poco, conforme salía el sol por el horizonte. Esto me dio pie para tomar la decisión de salir rumbo a Arabasta mientras un quedaban las reminiscencias de la fresca noche, me despedí del viejo y luego de mi amigo Max – Colega, ya sabes que cuentas conmigo simple que me necesites, cuida de toda esta gente vale, ahí te dejo a ese viejo en mi lugar dice que es revolucionario- Solté una fuerte carcajada – Nada viejo no se lo tome personal y Max espero que esa cosa que encontramos seá real, si es así bueno no me sorprendería ver en ti algunos cambios cuando nos rencontremos jajajajaja- dicho eso ultimo estreche la mano del viejo y por último la de mi colega.
Tome mi mochila en la cual tenía el dinero robado y la mitad de las cosas que habíamos encontrado en las bodegas, las espadas se las había dejado a mi colega para que las vendiera, pues no deseaba cargar conmigo nada que fuera tan estorboso, la fruta la deje a su cuidado por lo mismo. Luego descendí por la escalinata hasta el bote que había atado al barco, di una última mirada al navío y a todos sus tripulantes, alce las manos para despedirme de todos ellos. Para luego agarrar los remos, comencé a remar suavemente alejándome, fue en ese justo instante mientras veía como este se alejaba en el horizonte, que llego a mí un sentimiento de nostalgia.
Me la había pasado muy bien y en el fondo hubiera deseado continuar el viaje con ellos, pero bueno en ocasiones los caminos se bifurcan, pero no por eso quiere decir que no se vuelvan a rencontrar con el sendero principal. A cada brazada llegaban a mí los recuerdos de la noche, me preguntaba si todas las personas del otro casino habían logrado abandonar Arabasta, el viejo y sus amigos habían corrido con suerte ¿pero y los demás? Luego pensé en la maga Selene en verdad me gustaría en algún momento ver uno de sus shows, sin tener que correr por mi vida, me reí pues en verdad deseaba ver su talento en el escenario.
Sin duda esta aventura me había dejado muy buenos recuerdos, así como buenos amigos, Max, el viejo y Selene estarían siempre en mi mente y mi corazón. Al final todo había valido la pena no por el dinero obtenido sino por todo lo vivido. Tras un rato de navegar note como el cielo azul cubrió la bóveda celeste y el día había llegado, por fortuna para mi yo también había llegado a las costa de Arabasta tome mis cosas y me prepare para la caminata que me esperaba, Pronto llegaría a mi hogar para tenderme en mi cama, seguramente dormiría dos días antes de recuperar las fuerzas, pero el cansancio había valido la pena.
Luego Max prosiguió a revisar las espadas que había tomado, junto con el diario, observo cada una de las espadas y luego me dijo que no tenían nada de particular, salvo unas hermosas decoraciones en las empuñaduras. Al final me quede a lado de estas, mientras mi compañero buscaba por los alrededores, regreso luego de unos segundos con un pequeño cofre en la mano, metió en el la fruta y luego lo cerro con un candado. Mientras me decía que sin mayor información por el momento era todo lo que podíamos hacer, luego me dijo que había encontrado un par de cosas valiosas en la parte superior, junto a estas palabras surgía en su rostro una leve sonrisa. Con esto último dicho me propuso que subiéramos de nuevo a cubierta, mientras surgía una carcajada animosa y no estaba de más, habíamos como bien decía encontrado cosas buenas.
Su risa fue contagiosa y a los pocos segundos era yo quien reía, finalmente me calme y le dije -Creo que tienes razón ha sido una fructífera búsqueda, ahora solo espero que de entre todas estas cosas y las que has encontrado, nuestra cereza del pastel sea esa fruta- respire hondo para recuperar la compostura, para luego seguirlo de cerca.
Una vez estuve sobre cubierta note que la fiesta y la diversión seguían, decidí unírmeles, fui a la mesa que habían preparado con algunos bocadillos de los cuales tome tantos como pude, luego fui por el resto de la botella que había estado tomado con Max. Justo en ese momento lo vi alejarse hacia el frente el barco donde todo era calma, por un instante tuve la idea de seguirlo, pero al dar el primer paso decidí que lo mejor era que estuviera con sus pensamientos, había sido una noche muy larga y creo que era necesario para el ese momento de calma.
Di media vuelta y regrese a las festividades, decidí divertirme con aquellas personas como simple he dicho cuando hay que luchar, hay que luchar, pero cuando hay que celebrar entonces es hora de celebrar. Luego de comer y beber un poco me puse a platicar con el viejo al parecer él venia del south blue, de la isla de Saint Reia no me dijo luego mucho solo que se encargaba de entrenar a los nuevos reclutas y que en una pequeña operación fue capturad, para luego ser vendido. Según me dijo no había visto su hogar en dos años y que ahora más que nunca su espíritu rebelde estaba más que nunca avivado.
Le dese suerte en su empresa y regrese a donde estaba la fiesta ahí me encontré a Max quien se había unido al grupo, luego del alboroto nocturno, lentamente todo se fue silenciando poco a poco, conforme salía el sol por el horizonte. Esto me dio pie para tomar la decisión de salir rumbo a Arabasta mientras un quedaban las reminiscencias de la fresca noche, me despedí del viejo y luego de mi amigo Max – Colega, ya sabes que cuentas conmigo simple que me necesites, cuida de toda esta gente vale, ahí te dejo a ese viejo en mi lugar dice que es revolucionario- Solté una fuerte carcajada – Nada viejo no se lo tome personal y Max espero que esa cosa que encontramos seá real, si es así bueno no me sorprendería ver en ti algunos cambios cuando nos rencontremos jajajajaja- dicho eso ultimo estreche la mano del viejo y por último la de mi colega.
Tome mi mochila en la cual tenía el dinero robado y la mitad de las cosas que habíamos encontrado en las bodegas, las espadas se las había dejado a mi colega para que las vendiera, pues no deseaba cargar conmigo nada que fuera tan estorboso, la fruta la deje a su cuidado por lo mismo. Luego descendí por la escalinata hasta el bote que había atado al barco, di una última mirada al navío y a todos sus tripulantes, alce las manos para despedirme de todos ellos. Para luego agarrar los remos, comencé a remar suavemente alejándome, fue en ese justo instante mientras veía como este se alejaba en el horizonte, que llego a mí un sentimiento de nostalgia.
Me la había pasado muy bien y en el fondo hubiera deseado continuar el viaje con ellos, pero bueno en ocasiones los caminos se bifurcan, pero no por eso quiere decir que no se vuelvan a rencontrar con el sendero principal. A cada brazada llegaban a mí los recuerdos de la noche, me preguntaba si todas las personas del otro casino habían logrado abandonar Arabasta, el viejo y sus amigos habían corrido con suerte ¿pero y los demás? Luego pensé en la maga Selene en verdad me gustaría en algún momento ver uno de sus shows, sin tener que correr por mi vida, me reí pues en verdad deseaba ver su talento en el escenario.
Sin duda esta aventura me había dejado muy buenos recuerdos, así como buenos amigos, Max, el viejo y Selene estarían siempre en mi mente y mi corazón. Al final todo había valido la pena no por el dinero obtenido sino por todo lo vivido. Tras un rato de navegar note como el cielo azul cubrió la bóveda celeste y el día había llegado, por fortuna para mi yo también había llegado a las costa de Arabasta tome mis cosas y me prepare para la caminata que me esperaba, Pronto llegaría a mi hogar para tenderme en mi cama, seguramente dormiría dos días antes de recuperar las fuerzas, pero el cansancio había valido la pena.
Max D Dexer
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No podía recordar cuanto tiempo había pasado en aquella parte del barco donde el sonido y el alboroto de la fiesta no llegaban. El viento allí era refrescante, el oxigeno era re habilitador para mis pulmones, en pocas palabras el ambiente era genial esa noche. Veía el gran océano mientras sostenía la fruta la cual yo y mi compañero sospechábamos si fuera real o no, pero mirándola más de cerca era idéntica a como los libros las describen, y mientras más tiempo la veía, mas me encontraba inseguro. La guarde simplemente porque no quería complicar más mi existencia, en ese momento al menos, había una fiesta ahí no mas y no quería ser el aguafiestas ni tampoco el único que no se divierte. Entonces volví a la fiesta dispuesto a disfrutar de la noche, aunque no dejaba de alejarme de la multitud, pues no importaba cuanto lo intentase, jamás podía aguantar a tantas personas alrededor de mí.
Estaba pensando en todo lo que habíamos pasado, desde el casino banana-cocodrilo y lo que le siguió a partir de allí. La maga Selene y su hija, los túneles para escapar, la pelea con los Cp3 y demás batallas de fuerza bruta como también de estrategia. Iba a ser un poco difícil dejar atrás aquella aventura, pero si no lo hacía entonces no podría tener otra más adelante, y quien sabe tal vez mucho más peligrosa o con una recompensa más alta aun. Pero eso solo lo decidirá el destino el cual me acompaña siempre con una sorpresa como esta, después de todo, no esperaba para nada encontrarme con alguien como Teo o mucho menos que terminemos como los amigos que somos ahora. Porque si lo piensas bien, el a ver compartido una aventura como esta era suficiente para tener una relación fuerte, para mí.
La luna ya fuera del alcance del ojo, y el sol saliendo por el famoso horizonte hicieron que Teo decidiera irse en ese momento de regreso a Arabasta. Era algo triste, pero debía superarlo pues nadie dijo que sería la última vez que nos encontremos, y yo estaba seguro que nos volveríamos a encontrar –También podrás contar conmigo- le respondí con una sonrisa y una carcajada a lo que él decía y que me parecía gracioso. No tardo mucho en despedirse de nosotros, bajarse del navío y tomar un pequeño barco de remos para volver a la isla que estábamos tratando de escapar el día anterior. Volver allí era peligroso, y mucho más para nosotros dos, pero aun así no me preocupe por él, después de todo era muy fuerte y listo. Me acerque a la orilla del barco donde me encontraba para levantar la mano y despedirme justo como él lo hacía, como también gritando.
-¡¡Cuídate de los marineritos, y espero volver a tener una gran aventura contigo!! (Termine con una sonrisa mientras veía como se alejaba cada vez más)
Una vez despareció de la vista me dirigí a las habitaciones del barco, y las personas como también el viejo me habían dicho que podía tomar la habitación del capitán, y así lo hice. Una cama de alta calidad, un lindo escritorio que combinaba con las alfombras del suelo, un baño de alta calidad, flores hermosas en su tipo y muchas cosas más que aunque eran lindas me producían asco, ya que todo eso de seguro no fue conseguido legalmente o al menos no por un trabajo legal. De todas formas me propuse a acostarme en aquella cama extremadamente cómoda, mirando el techo intentando despejar mi mente por completo. Tarde o temprano me quede dormido, aunque no me acordaba cuando paso. Lo único que recuerdo era una oscuridad interminable, y podía verme a mí caminar entre esta oscuridad, caminando hacia lo que parecía una luz al final del camino. De repente una vez alcance aquella luz, en mi cabezo vino de golpe los recuerdos del día en donde perdí al ser que más amaba en este mundo y como me lo habían arrebatado enfrente de mí. Desperté de golpe con un montón de sudor en mi cuerpo. “Mierda, una pesadilla” pensé mientras me ponía de pie, me quitaba la ropa y ordenaba el dinero en el escritorio para bañarme.
Una vez estuve limpio de nuevo, mientras me volvía a poner la ropa pude darme cuenta de que la cantidad de dinero que poseía junto con los otros objeto, no me dejaría espacio y seria evidentemente muy incomodo irme de allí hasta allá con cosas enzima que posiblemente sean demasiado evidentes. Le dije esto al viejo que avía salvado en Arabasta y este me dijo que en una de las habitaciones comunes encontró una mochila bastante cómoda y amplia para poner objetos, como el cofre que contenía la fruta, era demasiado grade para mis bolsillos, si bien podían entrar se dejaban muy al descubierto. Así que sin perder el tiempo que esa mañana me brindaba me puse en marcha hacia aquella habitación, que el viejo me describió que en la puerta decía el numero “236” y en efecto, la encontré. Una vez entre por la puerta, pude notar unos muebles normales sin nada fuera de este mundo, y buscando un poco más detalladamente pude encontrar lo que buscaba. Una mochila no tan grande pero tampoco tan pequeña y que pudiese entrar todo o la mayoría del dinero que tenía junto con el pequeño cofre.
En ese momento lo que más me gustaba de aquella mochila era que su color era negro, y a mí me gustaba mucho ese color. Una vez puse el cofre que contenía la fruta y la mayor cantidad de dinero posible, la mochila se lleno, pero aun quedaba un poco de oro, aunque no eran un problema ya que los bolsillos de mi chaqueta y pantalón eran lo suficientemente grandes para meter esa pequeña cantidad de dinero que aun sobraba, aunque como estábamos hablando de oro, el peso era bastante grande pero conociéndome de seguro me acostumbre a él y lo tome como un reto que debo superar. Después de volver con la mochila hasta la habitación del capitán del barco, agradecí al viejo por su ayuda mientras le decía a todas las personas que el viaje que debíamos tomar era un poco largo si queríamos librarnos de la marina y el gobierno. Lo que ocurrió después de esto fue, por suerte, días calmados y llenos de felicidad cuando por fin todas las personas lograron volver, muchas con sus familias, otros a sus negocios y el resto simplemente eran libres.
Tres días desde aquella gran aventura, ahora mi encontraba en otra isla, tomando un café después de terminar vendiendo el navío por donde habíamos navegado y las espadas que encontramos en la bodega del mismo, como el barco era del gobierno, pude venderlo a un alto precio. Simplemente me quede con un bote para mí solo y seguir de esa forma mis travesuras por el mundo, hasta conseguir lo que vine a buscar en este mundo.
- Mochila Chachi:
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