Nehuer Ledoux
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Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Hay una plaga que lleva expandiéndose millones de años.
Azota a la naturaleza, destruye la tierra y mata seres vivos.
Se llama humanidad, y es el peor de los males que existe.
Hemos entrado en una profunda decadencia que avanza;
Ya no somos uno con el planeta porque el ego nos lo impide.
Quisimos ser diferentes, la diferencia ha implicado superioridad.
Y la superioridad conduce a un predominio arrogante, vil.
Un predominio que se deshace de todo, incluso de nosotros.
Llegará un día en el que se extinguirá la vida, ¿la causa?
Creo que es más que evidente, será una raza de inútiles:
Los Humanos.
Azota a la naturaleza, destruye la tierra y mata seres vivos.
Se llama humanidad, y es el peor de los males que existe.
Hemos entrado en una profunda decadencia que avanza;
Ya no somos uno con el planeta porque el ego nos lo impide.
Quisimos ser diferentes, la diferencia ha implicado superioridad.
Y la superioridad conduce a un predominio arrogante, vil.
Un predominio que se deshace de todo, incluso de nosotros.
Llegará un día en el que se extinguirá la vida, ¿la causa?
Creo que es más que evidente, será una raza de inútiles:
Los Humanos.
- Nehuer Ledoux.
- Capítulo 1: Reflexiones y tristeza -
Ploc, ploc, ploc. El grifo del baño gotea... al igual que mi alma porque llora de pesar, ya no aguanto más, al ver a esa pobre gente siendo aplastada por el capitalismo. Ni siquiera este diario que me acompaña por años en mis pensamientos más internos es capaz ya de aliviarme. Escribir ya no es la solución, meditar ya no es suficiente, necesito actuar. Desde lo más profundo de mi corazón grito sin conseguir exteriorizar éstas sensaciones que me invaden cada dos por tres. ¿Será que mi sentido de la justicia está tan retorcido y exagerado que soy incapaz de presenciar la agonía ajena? ¿O realmente es mera humanidad lo que albergo? Todos los que se hallan a mi alrededor actúan con tanta naturalidad, como si fuera tan normal... me preocupa muchísimo el hecho de que estemos perdiendo de vista nuestro objetivo real como Nobles del mundo. ¿No es nuestro deber llevar las riendas del mundo a nuestras espaldas? Si es así me pregunto porqué no hacen de éste un lugar mejor para todos. Ahora que lo recuerdo hace ya un rato que el señor Dudley ha venido a avisarme de que pronto estará la cena servida, debería bajar pero no en estas condiciones. Finalmente decido levantarme del retrete y enjuagarme las lágrimas restantes con una toalla, tras refrescarme un poco salí del baño hasta conducirme a mi alcoba. Qué se le va a hacer, mientras algunos no tienen ni para servir pan en sus casas yo puedo permitirme, o más bien mi familia, el tener un baño por cada dormitorio. ¿Totalmente excesivo cierto? Es una exageración vivir en una mansión de tal envergadura cuando ni se puede llegar a usar en su totalidad, podríamos estar destinando el dinero a obras de caridad y vivir en un casa adosada, espaciosa pero sin exageraciones de espacio. Al dejar atrás mi cuarto debo recorrer un pasillo kilométrico enfundado por una alfombra roja persa, tantas molestias para simplemente llegar hacia las escaleras que me conducirían hacia el comedor.
Al llegar mi padre ya estaba sentado en un extremo de la mesa y mi madre en otro, yo como siempre permanecía en el lado derecho, aunque un tanto alejado. La conversación cuanto menos repugnante era discutir sobre si realmente valía la pena invertir millones y millones de Berries en el vino de Micqueot. Un producto exquisito de otra isla, reconocido por muchísimos, aunque últimamente estaba decayendo su venta por el excesivo precio expuesto desde que Warren Ledoux manejaba el monopolio del vino. ¿A caso no se daba cuenta que el mismo estaba jodiendo su propio negocio? ¡Dominar la exportación de un producto no significa que puedas hacer lo que quieras con él! ¡Hay unos límites de cuan descarado puedes llegar a ser! Pero mi padre como siempre tenía que ir un paso más allá. Yo negué con la cabeza incrédulo mientras mi madre le reía las tonterías, ambos se dieron cuenta y no tardó mucho mi padre en preguntarme desafiante.
¿Qué ocurre hijo? ¿Te molesta quizás algo de lo que haya dicho? - Mencionaba inquisitivamente y dirigiendo su mirada gélida hacia mi buscando mis ojos para verme cara a cara. Eso siempre había provocado que me estremeciera pero será que con el paso del tiempo iba creciendo, cada vez más le iba perdiendo el miedo, e incluso el respeto por eso le respondí. - ¿Y cómo no me iba a molestar? Hablas sobre que el vino de Micqueot está dejando de ser un negocio rentable, de que has invertido millones y millones de berries para ahora no ganar tanto de lo esperado pero dime padre, ¿no era obvio con la encarecida y abrupta subida de precio que impusiste en el mercado? ¿A caso pensabas que la venta iba destinada a un sólo tipo de público? Los que más consumían ese alcohol eran la clase media y ahora te has cargado ese sector... - Fruncí el ceño, entrecerrando los ojos expresé mi malestar en el rostro. - Siempre buscando crear este desnivel entre clases sociales, es despreciable...
¡Basta Nehuer no puedes hablarle así a tu padre! - Afligida al ver discutir a su marido e hijo no pudo aguantar más las palabras y tuvo que reprocharme mi actitud. -
Déjale querida, empieza a hacerse mayor y él también quiere ver con sus propios ojos y pensar. ¿Verdad Nehuer? Que sólo se te ha ido de las manos la conversación pero que no iba con ninguna malicia, pretendias dar tu punto de vista nada más. ¿Me equivoco? - Pude notar su furia detrás de esa fachada elegante. Estaba totalmente cabreado pero alguien de su talla no podía perder los estribos de un momento a otro. Debía permanecer en calma porque él era el VII sucesor del linaje Ledoux. - Sí claro, perdón padre. - Frío y escueto respondí a la situación intentando evadir posibles consecuencias que pudieran darse a posterior. Él simplemente entrecruzó sus dedos apretando sus manos y dejando escapar un enorme suspiro para luego hacer un ademán con el que asentía y aceptaba mis falsas disculpas. Ambos al final tuvimos que ceder por el bien de mi madre, Lily. -
Ah, señor... dame fuerzas para poder llevar por buen camino a estos dos. Nehuer cambiando de tema, ¿cómo te ha ido en la excursión de arte ecléctico? Si no recuerdo mal hoy era cuando visitabais la Iglesia Magdelein a las afueras de Goa, ¿no? - Preguntó con orgullo, e intentando cambiar abruptamente de tema, para desviar mi atención. -
Si me disculpa madre, padre iré a mi alcoba a descansar hoy no me encuentro muy bien, además estoy sin apetito. Pueden decirle a Dudley que mande a retirar mi plato. - Dije para acto seguido levantarme y dirigirme hacia la enorme escalera. - Alto ahí Nehuer. - Ordenó mi padre. - ¿Qué te sucede? No es mi habitual en ti toda ésta escena, nos preocupas mucho. Sobre todo a mí no me está gustando nada la actitud que llevas arrastrando estos meses anteriores. Exijo una respuesta sincera por tu parte o me veré obligado a tomar medidas. - Argumentaba para que de una vez mencionase todo lo que llevaba acumulando durante el último año. - ¿Ah, sí? ¿Quieres saber lo que me ocurre? ¡Pues quizás ya va siendo hora de que sí! - Exclamé. - ¡Padre, no ha notado que Goa esta cayendo en una profunda decadencia!? Se han avistado ladrones a dos manzanas de aquí, la brecha que está causando el capitalismo en esta isla se está haciendo grande a pasos agigantados la gente ya no tiene nada que perder y por eso vienen hasta nuestras mansiones a robarnos. ¡Están perdiendo el respeto a la Nobleza y lo hemos causado nosotros! Nos lo merecemos... somos la causa de que ellos cada vez vivan peor y nosotros mejor... al final sucederá algo irremediable antes de que sean aplastados...
¿Era eso lo que te preocupaba Nehuer? ¿La situación del Reino? Oh, dios mío por un momento pensé que era algo mucho peor como que estabas tomando drogas o juntándote con la gente equivocada, pensé, tenía la sensación de que poco a poco te perdía. Recuérdalo eres mi único hijo y primogénito, en tus hombros pesa el futuro de la familia. Me siento orgulloso que mires por la prosperidad de Goa pero no es asunto tuyo, almenos no hasta que te conviertas en una persona influyente es decir el VIII sucesor Ledoux y todavía falta mucho para eso. Te diré algo Nehuer, no puedes controlar todo lo que ocurre y la vida es muy cruel, nosotros no tenemos ninguna culpa de que queramos prevalecer. En esta vida Nehuer el fuerte aplasta al débil y toma el control, para que unos pocos puedan gobernar con puño firme este sistema mundial muchos deben caer. Eso es así y jamás cambiará... - Intentaba explicar con dureza y sin pelos en la lengua su punto de visión. - Pues no comparto tu forma de ver las cosas padre, si en mi mano estuviera el poder de cambiar las cosas te aseguro que no estaríamos en esta situación. - Repliqué. - Que presuntuoso por tu parte, así no llegaremos a ningún lugar hoy estás obcecado ve a descansar y retomaremos esta conversación en un mejor momento. - Finalizaba así por su parte lo que habría sido el primer intercambio serio entre opiniones que habíamos tenido a lo largo de nuestra relación padre e hijo. -
Aquel día recuerdo subir a mi habitación, encerrarme en el más absoluto silencio y oscuridad a divagar en lo más profundo de mis pensamientos. Era lo único que producía en ese momento reflexiones y tristeza.
"El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Sino, ésta establecerá un fin para la humanidad." - John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) Político estadounidense.
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