Aventura en la isla de Shellstown [Pasado][Privado][Maximilian - Mellanie]

Me encontraba sentado al borde de la pileta central de la plaza Shelltown con las manos sumergida hasta la mitad en el agua. El agua caía desde cuatro aperturas ubicadas en la parte superior de la columna de la pileta generando pequeñas cantidades de burbujas suaves al caer a la pileta. Deje de jugar un momento para llevar mi guitarra a las manos y probar su afinación. Hacía ya un buen tiempo que no podía tocar con tranquilidad debido a una lluvia de situación que mantuvo mi mente preocupado. Mis dedos se posaron suavemente sobre las cuerdas, tocándolas con sumo cuidado y sintiendo el frio del material en las llenas de mis dedos. Extraños sentimientos de nostalgia llenaron mi corazón y el recuerdo de los días en que mi madre se deleita con mi música justo antes de partir generaban en mi un dolor no muy agudo pero si una sensación palpable de soledad.

Aquellas emociones rápidamente se dispersaron cuando recordé que ya no podía sentirme así, ya no estaba solo tenía compañeros, amigos y cámaras de viaje. Miré la plaza y vi algunas personas caminar frente a mí  sin prestarme mayor atención.

“Me preguntó ¿Dónde estarán esos dos?”

Comencé a tocar una suave melodía mientras esperaba a Mellanie y Ryuto. Recordé que nos habíamos separado al llegar a la isla debido a que ninguno de ellos la conocía. Yo había estado meses antes en aquella ciudad y por extrañas situaciones tuve que abandonarla. Supuse que Mellanie debía estar buscando alguna tienda donde pudiera comprar utensilios médicos y demás medicinas mientras que Ryuto como era de esperarse trataba de conquistar alguna que otra chica.

Una sonrisa se dibujo en mi rostro al imaginarme a Ryuto llegar con la marca roja de 5 dedos juntos y una palma en su rostro.

Nos habíamos separado al llegar a Shelltown. Maximilian había decidido darnos las mañana para que buscáramos que hacer en la isla y luego nos juntaríamos a almorzar. No era el típico capitán que ejercía su autoridad y aun así, respetábamos el hecho de cargar con la responsabilidad de guiarnos. Me encontraba divagando entre mis pensamiento mientras caminaba por las calles de la ciudad hasta que pude ver la zona comercial de la ciudad. Una tienda de ropa apareció justo frente a mí. Me quedé mirando las muestras que había en la vitrina exterior y los vestidos me parecieron ser muy bonitos.

[color=#660000]Veamos que habrá allí –[/color] fue el primer pensamiento que recorrió mi mente al ver el atractivo vestido purpura que estaba colocando en un maniquí.

Abrí la puerta y entré en la tienda. Desde fuera no parecía ser gran cosa pero esto cambio cuando vi el interior. Era una gran tienda, con repisas que se extendían hasta la parte de atrás y corredores amplias por donde podían caminar dos personas mientras miraban los productos de la tienda. Miré a mi derecha y la pared habían una gran foto de una chica posando para una cámara con bikini muy sexy. Por un momento me sentí extraña al imaginarme posando para una cámara mostrando mi cuerpo.

-Buenas días – dijo una voz que procedía desde detrás de mi posición

Me di media vuelta y vi que una chica algo pequeña con lentes amarillos y el cabello recogido hacia atrás llegaban caminando hacia mí con un par de zapatos en las manos.

-Ammm – dije entrecortado – solo estaba mirando – esbocé una sonrisa para no parecer algo ruda

La chica me sonrió de igual forma y luego dijo:

-¿Quieres algo en especial?, puedo ayudarte si quieres

Lo pensé por un momento y respondí a su petición diciendo:

-Tal vez un vestido bonito para una ocasión especial, que no muestre tanto

No sabía por qué pero quería algo como eso. Sabía muy bien que los piratas nos podíamos entrar a fiestas lujosas pero al menos lo usuario en algún momento.

-Tengo lo que quieres – dijo la chica guiñándome el ojo – sígueme

Me guio hasta la parte de atrás de la tienda justo al final de todas las estanterías y me encontré frente a un espejo. La chica miró a su alrededor y se acercó a una estantería que donde habían vestidos de todos los colores. Cogió un par y me los acercó. El primero era un vestido completo que llegaba hasta mis rodillas. La parte de pecho estaba cerrada. Era negro y el material era bastante suave.

-Es muy bonito – dije sonriendo

-Creo que ese te quedara espectacular pero mira este

El siguiente tenía un pequeño escote, no mostraba mucho pero el color era un purpura llamativo muy suave.

-Wau, es demasiado hermoso

-Oye, oye, tienes lo necesario para explotarlo, es como si estuviera echo para ti – dijo la chica

Me ruboricé por un momento por el comentario pero mi entusiasmo desapareció al instante.

-¿Cuánto cuestan? – pregunté con apartándolos de mi

La chica me observó y su expresión de comprensión me pareció extraña

-Compra uno y llévate el otro gratis, hoy comienza la nueva temporada de moda así que las tiendas de la ciudad están ofertando promociones y no me debo quedar atrás

-Vaya genial, entonces compraré este

-Y te llevaras el otro también – dijo graciosamente

Asentí con la cabeza con una sonrisa y caminamos juntas hasta el mostrador para pagarle lo que valía el vestido.

Una suave brisa hizo que un periódico en el suelo se elevara en el aire un poco y que cayera justo en a mis pies. Deje de tocar mi guitarra y me puse a curiosear las noticias del mundo. Al parecer había problemas en una isla extraña y el gobierno estaba tomando cartas en el asunto. Luego mis ojos se movieron hacia otro lado y vi la cara de un hombre aparecía dibujada en una de las columnas de avisos importantes. Al parecer un peligroso criminal había escapado de su encierro en un cuartel de la East blue y su paradero era desconocido. Aquello hizo que recordara algo que me comentó una vez un hombre en una taberna. Por lo general, los sujetos que escapaban de un encierro provisional no era tan peligrosos pero la imagen del sujeto que estaba en periódico no decía lo mismo.

Una sombra cubrió el periódico un momento. Levanté la mirada y vi la típica sonrisa de Ryuto frente a mí. Cogía con la mano derecha dos bolsas de papel y un olor agradable provenía de ellas.

-¿Has comprado algo de comer? – pregunté mientras mi mirada curiosa se queda fija en las bolsas del papel

-Si – dijo entusiasmado – son tartaletas de frutas con crema

La probabilidad de que fuese algo dulce y preparado con frutas hizo que me acomodara en mi sitio y dejara el periódico a un lado. Como si fuera un niño ansioso por recibir su premio, mi mente comenzaba a imaginar las deliciosas cosas que podía haber comprado Ryuto. Y no me decepcionó ya que cuando abrí la pequeña bolsa de papel que mi compañero me entregó pude oler un suave y delicado aroma a azúcar. Saque la tartaleta de pequeña bolsa y le di una mordida. Una lluvia de sensaciones, todas placenteras, llegaron hasta mi mente y el dulce sabor de la crema se fue esparciendo por mi boca. La sensación era increíble y cuando de terminé de masticar el primer trozo de tartaleta abrí los ojos. Ryuto me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

-Sabía que le gustaría capitán – dijo con su voz alegre y divertida

-Está muy bueno, gracias – dije mientras le daba otra mordida al exquisito postre

-Verdad que sí – agregó Ryuto con bastante ánimo para que luego su expresión cambiara a una seria

Casi nunca lo veía serio ya que Ryuto parecía ser una persona muy feliz. Nunca lo vi serio hasta el día en que toque un tema de sumo cuidado para nosotros.

-Entonces ¿lo harás? – preguntó con un tono frio y tranquilo

-No lose, tengo mis dudas pero es algo que debemos hablar con Mellanie

-Ya veo, claro que ella tiene derecho a saberlo

-Tienes mucha razón – respondí con tranquilidad – las mujeres siempre tienden a tomar mejores decisiones

Salí de tienda con una bolsa de papel colorida donde estaban los vestidos que había comprado. La encargada de la tienda había sido muy amable en indicarme donde podía encontrar una tienda de medicina y demás cosas curativas así que me dispuse a caminar en dirección a lugar indicado. Tras una caminata tranquila por las calles comerciales pude llegar hasta una tienda con un cartel donde estaba escrito “Medicinas”. Abrí la puerta y rápidamente pude captar un extraño aroma conocido que llegaba hasta mi nariz. El aroma de una vieja hierba curativa que se usaba como cálmate de dolor local en zonas de golpes combinado con raíces del algún árbol con propiedades medicinales podía diferenciarse también. Los estantes estaban abarrotados con frascos de extraños líquidos de diversos colores, algunos tenían bichos dentro que parecían estar ya sin vida. El piso de madera crujía a medida que caminaba lentamente mirando cada extraña mezcla y de pronto una voz tenue y algo apagada hizo que me girara de inmediato.

El rostro de una anciana apoyada con un bastón sobre su derecha me miraba con sus ojos negros y con una gran intensidad. Movía la mandíbula casi como si estuviera masticando y su figura estaba algo encorvada muy probablemente por el desgaste de sus huesos.

-Buenos días, necesito algunas cosas – dije mientras llevaba mi mochila hacia adelante para sacar una lista de las cosas que iba a comprar

Saque un pequeño papel desde dentro de mi mochila y la anciana se acercó a pasos lentos pero seguros hasta donde estaba. Tomó el papel cuando se lo ofrecí y vi que su mano se agitó un poco cuando la estiró. Un disparo en mi mente me trajo el recuerdo de una enfermedad característica de los ancianos que afectaba el control de sus movimientos.

-Vaya, vaya, miren que tenemos aquí – dijo con su voz apagada la anciana mientras me miraba – parece que vas a viajar mucho niña

La anciana levantó la cabeza y pude notar como una ligera sonrisa aparecía en su rostro.

-Mmm yo… - respondí casi sin palabras

Era extraño que esa anciana supiera que viajaría y por un momento creí que Maximilian se había pasado antes por allí para jugarme una broma.

-¿A qué viene esa expresión? – dijo la anciana – te daré lo que necesitas

-Usted tiene…

-Si lo sé – dijo con un suspiro de resignación – hace unos 4 años que comenzó

-Tengo una medicina para que calme sus síntomas - dije mientras introducía mi mano izquierda en mi mochila mientras que con la derecha la sostenía para que no se cayera al suelo.

Revolví por un momento todas las cosas que tenía en la mochila y pronto hallé lo que buscaba. El contacto con algo frío y duró hizo que cogiera el pequeño recipiente de vidrio con una tapa negra. Lo agité un poco y vi que el contenido seguía siendo de un verde claro con puntitos de gris ceniza.

-Aquí está - dije con entusiasmo - sabe raro pero al menos mejorará su estado

Le entregué el recipiente a la anciana quien lo tomó con su mano temblorosa y lo levantó por encima de su cabeza para mirarlo al contraste de la luz de la lámpara que colgaba del techo.

-Vaya - dijo girando el frasco una y otra vez - hace tiempo que no veía esta forma de mezclar los ingredientes. Sólo una persona podría elaborar algo como esto - bajó el recipiente y me miró de pies a cabeza - pero tu no eres esa persona

Algo confundida por lo que había dicho la anciana la vi alejarse tras una cortina de tela que hacia de puerta detrás del mostrador. Luego regresó con una pequeña caja con montones de frascos vacíos y algunas bolsas pequeñas transparentes. Se acercó a un estante y comenzó a vaciar alguno de sus contenidos dentro de los recipientes. Algunos tenía la consistencia de la arena y otros eran gelatinosos. Introdujo en una pequeña bolsa algunas hojas secas de alguna planta rara y les hizo un nudo a la boca de la bolsa.

-Dime niña, ¿Quien te enseñó ha hacer esa medicina? - preguntó con su voz frágil y algo apagada

Me acerqué para ayudarla con la caja que poco a poco se llenaba de frascos con diversos contenidos. Vi en su anciano rostro una expresión de curiosidad e intriga antes de que respondiera.

-Mi padre me enseñó - dije con orgullo

El recipiente vacío que sostenía la anciana se partió quebró y los trozos de vidrio se esparcieron por todo el suelo. Su rostro tenía gotas de sudor y su mandíbula tiriteaba. Estaba pálida y me asustó bastante la idea de que a la anciana le estuviera dando un ataque al corazón.

-¿Te encuentras bien? - pregunté con algo de temor al ver el rostro de la mujer desfigurado

-Así que era cierto - dijo titubeando - era cierto que los Grim habían adoptado a una bebé hace algunos años atras

Los ojos se me abrieron totalmente y algo asombrada por aquello no pude evitar arremeter con la única pregunta que se generó al instante en mí mente.

-¿Conociste a mis padres? - pregunté con una lluvia de recuerdos de mis padres que llegaban como furiosos golpes en mi memoria - dime ¿Los conociste?

Mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y pronto no podría controlar el torrente de emociones que comenzaba emerger en mi ser.

-Si

Las voces de las personas a nuestro alrededor comenzaban a ser más frecuentes y sin darnos cuenta habían algunas parejas hablando entre sí cerca a la pileta de la plaza de Shellstown. Ryuto y yo terminábamos de comer nuestros panecillos cuando un grupo de marines paso corriendo a toda prisa justo frente a nosotros. Parecían algo agitados y las personas que estaba a nuestro alrededor pronto comenzaron a susurrar cosas. Yo miré en la dirección por donde se estaba alejando los marines y pronto los vi desaparecer entre un conjunto de edificios de calles estrechas.

-Me pregunto, ¿Que habrá sucedido para que ellos estén tan agitados, no es normal que se comporten así?

-A lo mejor alguien esta causando alborotos por ahí - dijo Ryuto balanceándose sobre el borde de la pileta mientras miraba al cielo - y no me digas que quieres ir a curiosear

-No estaría mal, verdad - respondí sonriendo pícaramente

Ryuto detuvo su balanceo y dio un salto hacia adelante. Con su típica sonrisa dijo un fuerte "Vamos" y pronto entendí que también su curiosidad se había despertado por el comportamiento de esos marines.

Seguimos el mismo camino del grupo de marines y nos adentramos por donde creímos haberlos visto desaparecer. Eran calles muy estrechas y los edificios algo altos pero pronto la agradable pintura de los exteriores de los edificios pasaron a un tonos gris y por otros lados marrón oscuro. Habíamos llegado a los barrios bajos de la ciudad. Sin duda algún un lugar peligroso para cualquier persona ya que sino mal recordaba aquella zona de la ciudad era un nido de criminales de la peor calaña. Oímos unos disparos cercanos y la mirada de Ryuto con la mía se cruzaron. Era obvio que algo no andaba bien y nuestra curiosidad había crecido aún más. Nos fuimos adentrando más por las calles y pronto dimos con un pasaje oscuro que terminaba en una calle más amplia. Se oían algunos gritos y quejidos. El sonido de pasos hizo que nos de tuviéramos justo antes de asomar la cabeza por el fuera del pasaje oscuro. Al menos 15 hombres con pañoletas que cubrían sus cabezas y con vestimentas ligeras pasaron corriendo frente a nosotros. Lo que pude ver es que estaban armados con fusiles y otros con algunas espadas. Le dije a Ryuto que se agachara y se mantuviera en silencio. Desde nuestra posición llegamos a escuchar las voces de algunos hombres hablando entre ellos.

-Esto ya está – dijo una voz algo chillona – los hemos acabado

-Creo que habrá que decírselo al jefe talvez se enfade porque sus planes puedan verse comprometidos pero no teníamos otra opción

De pronto se volvieron a oír los pasos de aquellos hombres pero esta vez se alejaban de la calle. Cuando ya no oímos nada, miré cuidadosamente por el borde del edificio que formaba el pasaje con el que estaba a su lado. Me sorprendió bastante ver que al menos 20 marines estaban en el suelo con los cuerpos magullados y sangrado por todos lados. Salimos a la calle y vimos la masacre que se había llevado acabo en ese lugar. Mientras caminábamos entre los cuerpos de los marines trataba de entender que podría haber ocurrido en aquel lugar. De pronto sentí una presión en la pierna y miré hacia abajo. La mano de uno de esos soldados me tenía sujeta por el pantalón y vi como el marine levantaba la cabeza. De sus labios brotaba sangre y su piel estaba muy pálida. En su rostro había una expresión de desesperación. Me agaché para poder oír lo que quería decirme ya que parecía estar balbuceando algo.

-Nos…nos emboscaron – dijo con su voz quebrada

-Tranquilo, ya acabó

Unas lágrimas brotaron de sus ojos y de pronto su vida terminó. Su cabeza cayó pesadamente al suelo y mano se desprendió de mi pantalón.

Me puse de pie y le hice una señal a Ryuto para que nos fuéramos de aquel lugar. Solo conseguiríamos meternos en problemas si nos quedamos a esperar a sus compañeros.

Era increíble que la anciana encargada de esa tienda conociera a mis padres y mucho más increíble fue que ella les hubiera prestado muchas veces su ayuda cuando estaban en sus travesías por el mar y pasaban por Shelltown para reabastecer sus suministros. La anciana me contó también algunas cosas que nunca había oído sobre mis padres y como ellos fueron una vez unos piratas muy famosos entre los mares más peligrosos del mundo. El gobierno les había dado caza y cuando dejaron de hostigarlos, ellos desaparecieron sin más y ni más, hasta el día en que la isla donde ellos Vivian fue atacada por la Fuster Cal. Una expresión de sombría tristeza apareció en el rostro de la arrugada mujer cuando se enteró de lo que había pasado algunos años atrás, yo por mi parte con un nudo en la garganta no pude evitar derramar algunas lágrimas al recordar a mis padres muertos. La anciana me palmeo la espalda en señal de consuelo y su expresión cambio cuando supo que ahora tenía compañeros de viaje. Luego de terminar nuestra charla improvisada, decía que era momento de reunirme con Maximilian y Ryuto. Le agradecí a la anciana y le abracé antes de despedirme. No me cobró nada por los materiales para preparar mis medicinas, a cambio de que cuando pasara de nuevo por la isla viniera a visitarla. Me despedí agitando la mano y cuando doblé una esquina en dirección a la plaza central suspiré y sonríe segundos después, felices por ese día.

“Esperó que no se hayan aburrido de esperar” – pensé mientras caminaba mirando las casas que alzaban en la ciudad

Cuando llegué a la plaza miré por todos lados buscando a mis compañeros pero no los encontré. Pensé por un momento que debían haberse ido a buscar algo de comer así que decidí esperarlos sentada en la pileta.

“Cuando regresen les contaré lo que pasó” – pensé mientras me sentaba cerca a la pileta de mármol que se ubicaba en medio de la plaza.

Me quedé mirando un momento como algunas palomas decendian unos metros más allá para buscar algún grano de maíz para comer.

El caminó de regresó a la plaza fue silencio y algo incómodo. Normalmente Ryuto no estábamos mucho tiempo sin estar hablando ya que a él se le soltaba la lengua fácilmente pero en ese momento no había mucho que decir. Ambos estábamos pensando en lo más adecuado para poder entender la situación que acabábamos de presenciar. En mi estaban muchas dudas y la unica personas que podría ayudarme con ellas era Mellanie, así que nos detuvimos por un momento en medio de una calle poco transitada de los barrios marginales y nos miramos el uno al otro. Apresuramos la marcha luego de entender que debíamos llegar pronto a la plaza y cuando lo hicimos vimos que Mellanie estaba esperándonos sentada en el mismo lugar donde antes habíamos estado nosotros. Su rostro tenía un hermoso brillo de alegría y aquello tranquilizo mis pensamientos ya que no quería arruinar su posible momento de felicidad. Nos saludó al vernos llegar y luego de devolverle el saludo, nos pusimos en camino para buscar un lugar donde quedarnos por los días que estaríamos allí. Encontramos pequeño edificio donde se alquilaban habitaciones y decidimos entrar para averiguar los precios y si eran razonables nos quedaríamos. El encargado del lugar nos recibió con una sonrisa de oreja a oreja, su rostro algo arrugado y con pecas era bastante gracioso pero lo que más llamó mi atención fue sus ojos de color marrón claro que se mostraron cuando saque el dinero para pagar tres habitaciones separadas.

-Deberíamos guardar dinero para cualquier emergencia – dijo Ryuto mientras jugaba con su cabello

Estaba en lo correcto pero no quería dormir con él ya que siempre terminaba metiendo mujeres en las habitaciones. Suponía que Mellanie quería su espacio y debía tenerlo después de todo era una chica. Yo por mi parte también necesitaba algo de libertad para pensar en las cosas que estaban sucediendo en ese lugar.

“Parece un buen lugar” – pensé mientras miraba con los ojos las esquinas y las paredes de la recepción de aquel pequeño hotel

El encargado se giró sobre sí mismo luego de que coloqué mi nombre el libro de registros y cogió una llave de un pequeño estante dividido en varios espacios. Estiró su mano sosteniendo la llave y yo hizo lo mismo. Le agradecí al encargado con una leve reverencia y luego nos dirigimos al 3° nivel donde se suponía que estaban nuestras habitaciones. La había estaba justo pasando dos puertas en la derecha, las de mis compañeros las continuaban. Abrí la puerta y entré. El lugar era pequeño y a pesar de ello podía sentirse una gran tranquilidad. Dejé mi guitarra en un lado pero no mis katanas. Me recosté un momento en la cama y suspiré para aclarar mi mente. Deje la cama y salí de la habitación lentamente cerrando con la llave que tenía en la mano. Baje hasta el primer nivel y me senté en una pequeña banca de madera que estaba frente a la recepción para esperar a mis compañeros.