Una Curiosidad | [Pasado] | {Tina & Titania}

Unas horas antes de esto: Salida de Shellstown

La mañana se había levantado más brillante que nunca. El sol, cada vez más caliente pero todavía algo dormido, se alzaba sobre las madrugadoras cabezas de todos los jornaleros del muelle mientras otras personas, como Lowell por ejemplo, dormían unas horas más. Pero claro, ése no era el caso de Titania. La rubia se había levantado como de costumbre a las seis, para empezar su entrenamiento y preparar el viaje que les esperaba inevitablemente. Y es que por juegos del destino o simple suerte la noche anterior se había topado de frente con Byakuro, acordando con éste mismo salir de la isla juntos para evitar peligros innecesarios que le pudieran asechar a la ex prostituta. El trasfondo, de igual manera, les había otorgando la posibilidad de sobrellevar esa carga para cada uno, ya que como poco aquella situación se podía tachar de ciencia ficción o pesadillesca, siendo la comidilla el día siguiente en todas las tabernas de la ciudad.

Y, como no podía ser de otra manera, al día siguiente la prensa se hizo eco de todo lo ocurrido la velada predecesora de esta mañana. Hablaban y escribían sobre un crimen cometido en la zona pobre de la ciudad, donde una joven fugitiva del barrio rojo fue asesinada en un asunto de mafias. También hicieron una fuerte mención de otro cuerpo encontrado en la misma habitación que la anterior muchacha, pero que se correspondía con un hombre de constitución poderosa que poseía marcas de batalla, al igual que el escenario del crimen, puesto que la habitación presentaba un boquete en la pared y claros síntomas de haber presenciado una pelea entre dos o más sujetos.

Todo esto lo oía Titania mientras volvía de su carrera por el puerto, ignorando como de costumbre a los marineros que le lanzaban improperios como fruto de su ajustada vestimenta para correr. Muchos configuraban sus teorías, otros sencillamente condenaban la acción, y sólo unos pocos decidían callar y pasar de página. Pero absolutamente todos ellos ignoraban la verdad que solamente conocía la joven que corría delante suyo, y es que ella estaba segura que nunca nadie pensaría que ella llevó acabo la ejecución del hombre a través de la mano de su nuevo aliado. Cosa que la hace pensar en dos dichos muy viejos pero ciertos: "Nunca nada es lo que parece ser" o "No todo lo que brilla es oro".

Pero así, sumergida por completo en sus pensamientos, es como de pronto se cruza violentamente con alguien, acabando el encuentro en una doble caída debido a la velocidad que llevaba la rubia. Esto molesta muchísimo a Titania, que hecha toda una furia se levanta dispuesta a cruzarle la cara al causante de esa situación. Pero se detiene en seco al verle la cara, volviendo en sí para hablar tranquilamente.

¿Qué te pasa?- Le pregunta eso en tono retórico a la joven mientras baja el puño.

La frialdad del tono con el cual se dirige a la muchacha es, si cabe, más gélido que el de costumbre. Pareciera, incluso, que intenta ocultar algo, pero da igual. La mujer de los cabellos dorados y la mirada heladora solamente se limitaba a observar desde suposición a la otra, para después cruzar los brazos y esperar pacientemente respuesta. Bueno, si es que daba contestación alguna y no salía huyendo, cosa que sería propia de gente del pueblo. Y es que allí, todos eran igual de cobardes y molestos a ojos de Titania.

El rostro de la torpe mujer era distinto al de cualquier otra mujer que Titania hubiera visto jamás, provocando en su interior una reacción opuesta a la que tendría normalmente con otra persona común y corriente. Pero esa sensación pronto se acabaría, más preciosamente cuando la chica de cabellera celeste le intentara acertar una patada baja, consiguiendo que la rubia alzara su pierna y acto seguido pisara sin piedad el tobillo de su agresora. Y lo hubiera mantenido así un buen rato, pero se vio obligada a soltarle el pie cuando ésta se levantó dado que Titania no poseía la fuerza necesaria para anclarla más al suelo.

Tú eres quien se ha chocado conmigo- respondió todavía con los brazos cruzados. Pide disculpa-.

Esa curioso ver como esa joven de aspecto angelical tenía una clara expresión de rabia hacia Titania, pero igual de llamativo era observar la indiferencia de la rubia ante esta respuesta. No es que subestimara a la joven pero no la veía capaz de hacerle nada, y menos si tenemos en cuenta todo a lo que se ha enfrentado la ex prostituta desde su llegada a esta tóxica, mecánica y sucia ciudad. Aunque una cosa es cierta al cien por cien, y es que si la torpe muchacha la sigue tratando de esa manera va a recibir una lección de educación, dando completamente igual que en un primer momento la joven de los cabellos cortos hubiera ignorado la opción de golpearla en la cara. Cosa que por cierto se comienza a arrepentir.

Vamos, no tengo todo el día-. Su tono serio acompaña a sus brazos todavía entrelazados.

Una perdida de tiempo era todo aquello para la rubia ya que encargarse de tal asunto no la atraía ningún beneficio, y más si tenemos en cuenta que pensaba irse con el peliblanco ese mismo medio día. A lo cual una se debía preguntar qué era lo que retenía a la muchacha del cabello dorado a estarse ahí, mirando fijamente a la otra joven caída en el suelo. Aunque no tardaría demasiado en arrepentirse de haber tomado esa nefasta decisión fuera cual fuera el motivo que la impulsó a ello, pues darle si quiera un minuto de su tiempo a la niña ésa había acabado por ser totalmente contraproducente a las prisas que llevaba desde buena mañana la ex prostituta. Y es que una vez la cría se hubo alzado, la intentó tirar al agua después de unas pobres palabras sin sentido para Titania. Y digo que intentó porqué cuando la mujer de la cazadora notó que la cogía del brazo, reacciono como pudo y se sujetó a otro hombre que estaba ahí, haciéndole caer a él antes que a ella; mas hubo un pequeño problema, y es que ese hombre también garró a la rubia antes de tomar agua, pero ésta fue más rápida y evito mojarse entera cogiéndose al borde de las tablas que conformaban el suelo, acabando eso sí ligeramente empapada, pero por la columna de agua que provocó el cebo que usó para salvarse del inesperado baño hace unos instantes.

Maldita perra-. Susurró aquello mientras subía al puerto de nuevo.

Mas cuando estaba consiguiendo levantar su cabeza por encima de las tablas, vio a dos hombres volar hacia ella. Como es normal los esquivó. Agachó su cabeza y observó fugazmente el vuelo de esos dos inútiles, acabando ambos en el agua totalmente inconscientes. Pero esto no sorprendió a Titania, puesto que un par de segundos después prosiguió su ascenso al puerto. No hace falta decir, supongo, que los pensamientos que llevaba la rubia no eran de dejar pasar esa falta de respeto y volver a casa con Lowell, si no todo lo contrario, iba con todo para dejarle claro que con ella no se juega. Pero esas ideas se apagaron cuando observó a esa tipa hablar con un niño. Vio que esa imbécil le devolvía un reloj al chaval, cosa que la extrañó y la hizo meditar en otras opciones. Estuvo así un breve periodo de tiempo hasta que al final retomó sus cabales y volvió a serla misma de siempre, pensando en que quizás la idiota le podría resultar útil y todo, y en caso de que no fuera así siempre podía devolverle la "cortesía" de otra manera.

Más te vale agradecer al crío, ya que gracias a él te salvas-. La rubia le susurró al oído aquello a la par que se situaba a las espaldas de la misma, con sumo cuidado de que el chaval no la escuchara.

Después se marchó con un paso muy lento esperando que la chica se girara y fuera a por ella, pues con esas palabras la incitaba a ello. Sus intenciones eran alejarla de la zona aquella y, de ser posible, de toda la visión popular para tener más rango de acción a la hora de ejecutar sus planes. Además, y por si acaso, también comenzó a prepararse para darse la vuelta y pelearse si la otra se tiraba sobre suyo en una tonta pelea callejera. Y es que por lo que ha visto de la tipa, sabe que la va a seguir pero no en qué va a acabar ya que ha demostrado ser alguien asquerosamente impulsiva, y esa gente es muy difícil de contrarrestar.

La mujer de cabellos dorados se movía ágil y rápida entre el gentío, mirando de vez en cuando y a reojo que la otra tipa la siguiera aún a sabiendas que no hacía falta, pues conocía muy bien el hecho de que esa clase de personas eran amantes del riesgo y las aventuras. Esta muchacha no era la primera de ese estilo con la cual Titania se encontraba, Lowell podía dar buena cuenta de ello ya que en él mismo es así. Y por eso, entre otras muchas experiencias, la ex-prostituta entendía muy bien cómo explotar susodicha personalidad y ponerla a su favor, aunque esta vez no era para beneficio propio sino más bien para zanjar un tema moribundo. No es necesario recordar que, por estupideces o cortes de conexiones neuronales en el cerebro de la chica de pelo azul, casi la llega a echar al mar momentos antes, cosa que ha enfadado muchísimo a la rubia y que por supuesto, no dejará ir sin antes tomarse por su cuenta su venganza.

No tardaron demasiado ambas mujeres en llegar a un solar abierto, donde no había mucho más que unos ladrillos y pequeños bloques de tubos apilados y listos para ser usados en construcciones de los alrededores. Y entonces fue cuando la chica de los ojos tiernos preguntó primero. La respuesta que Titania le dio momentos más tardes fue una muy sencilla, y es que los hechos hablaron por sí solos minutos antes.

Entiendo que acabes de llegar y no sepas cómo funcionan las cosas aquí, niña-. Contestó aquello la antigua meretriz a la vez que se detenía y giraba, de modo que se quedó cara a cara con la muchacha a una distancia de diez metros aproximadamente. Pero cuando surge un problema entre "ciudadanos", sólo existen dos maneras de solucionarlos: pagando o recibiendo-. Cruzó los brazos la rubia y la miró indiferentemente. Le hacía saber con esas palabras a la forastera las leyes de la calle, que se aplicaban a diario en Shellstown pese a la vigilancia de la Marine. Elige-. No hace falta decir el tono que utilizaba Titania, el cual es como siempre, serio y frío como el invierno más helado que se pueda rememorar.

Más allá de una disculpa lo que realmente le interesaba a la rubia era algo mucho más valioso, como el dinero o información. De ser posible prefería evitar los combates dado que nunca suelen acabar siendo aclaradores y beneficiosos, aunque en este caso nada perdería peleando contra una chica tan enclenque.