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Era un día tranquilo de primavera. La chica, había pedido a su capitán permiso para abandonar el barco durante una temporada al pasar el reino de Arabastra. Sola. En aquel momento la chica no precisaba de ninguna compañía. La visita que realizó a Little Garden con Sumire y la carta que leyó tras su reencuentro con esta, antes de cruzar la Red Line había llevado a la chica a pensar que su hogar pudiera estar en algún lugar de aquellas aguas. Era solo una pequeña posibilidad, pero aún así necesitaba comprobarlo. Por esa misma razón se había dirigido a Jaya. En teoría los miembros del gobierno acabaron con pueblos en los que los piratas tendían a acomodarse como si de bases se tratasen. "¿Puede existir algo así?" Se preguntaba la chica. ¿Acaso ella era hija de piratas? No era algo que le importase realmente. Ella era ella, y si ahora seguía el camino de los piratas era por pura venganza hacia los marines y el gobierno. No quería dinero robando, si siquiera le interesaba este.
Un suspiró salió de los labios de la chica, como si con este pudiera olvidarse de sus pensamientos, expulsarlos de su mente por un rato. A pesar de haber llegado sin problemas a Jaya, el lugar no parecía tener pistas algunas. Al menos no la zona de la ciudad. Había preguntado en un par de tabernas por si sus dueños recordaban algún suceso de años atrás, pero nada parecía haber pasado en el ajetreado lugar. "Tal vez en el otro lado de la isla...." Según tenía entendido solo encontraría un bosque. Sin embargo, los bosques ocultan cosas y no se podía tachar ninguna opción. Y con esa idea la chica había acabado en aquel sitio. Descansando en un claro del bosque junto con Sumire,que apenas se había quedado dormida, Owl que descansaba en su regazo en aquel momento, y Eagle que se encontraba sobrevolando la zona.
La chica sonrió acariciando la cabeza de Owl. -A veces me pregunto si no eharis de menos vuestro hogar también....- El Buhito la miró con sus enormes ojos como si no entendiera la pregunta. -Aunque supongo que ahora vuestra familia soy yo, ¿Verdad?- Como si la entendiera, el pajarito comenzó a "piar". Esto hizo que la chica se animase. -Gracias Owl.-Dijo mientras lo dejaba reposar sobre una pila de hojas del suelo, la cual había formado un lecho. Después, se puso en pie y comenzó a cantar la canción que sonaba en su cabeza siempre, a pesar de no haberla escuchado, al menos no que ella recordará. Pero, ¿Cómo lo iba a recordar? Al tiempo que las notas y las palabras salían de sus labios, su cuerpo comenzó a moverse, realizando un grácil baile. Una pequeña actuación para sus mascotas.
Un suspiró salió de los labios de la chica, como si con este pudiera olvidarse de sus pensamientos, expulsarlos de su mente por un rato. A pesar de haber llegado sin problemas a Jaya, el lugar no parecía tener pistas algunas. Al menos no la zona de la ciudad. Había preguntado en un par de tabernas por si sus dueños recordaban algún suceso de años atrás, pero nada parecía haber pasado en el ajetreado lugar. "Tal vez en el otro lado de la isla...." Según tenía entendido solo encontraría un bosque. Sin embargo, los bosques ocultan cosas y no se podía tachar ninguna opción. Y con esa idea la chica había acabado en aquel sitio. Descansando en un claro del bosque junto con Sumire,que apenas se había quedado dormida, Owl que descansaba en su regazo en aquel momento, y Eagle que se encontraba sobrevolando la zona.
La chica sonrió acariciando la cabeza de Owl. -A veces me pregunto si no eharis de menos vuestro hogar también....- El Buhito la miró con sus enormes ojos como si no entendiera la pregunta. -Aunque supongo que ahora vuestra familia soy yo, ¿Verdad?- Como si la entendiera, el pajarito comenzó a "piar". Esto hizo que la chica se animase. -Gracias Owl.-Dijo mientras lo dejaba reposar sobre una pila de hojas del suelo, la cual había formado un lecho. Después, se puso en pie y comenzó a cantar la canción que sonaba en su cabeza siempre, a pesar de no haberla escuchado, al menos no que ella recordará. Pero, ¿Cómo lo iba a recordar? Al tiempo que las notas y las palabras salían de sus labios, su cuerpo comenzó a moverse, realizando un grácil baile. Una pequeña actuación para sus mascotas.
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"¿Por qué la conquistaría?", se preguntaba Dexter mientras sobrevolaba la Red Line, observando cómo la batalla entre revolucionarios y marines no se detenía en lo más alto de Mariejoa. No era algo precisamente desconocido que Jaya ahora no era un paraíso sin dueño, sino una isla conquistada por una persona cuyos propósitos no terminaba de comprender. El cazarrecompensas que se hacía llamar "Señor de la Caza", Dark Satou, se había adueñado de la isla sin ley, y el Dragón no entendía a qué podía deberse el interés en el lugar, más que quitar a los piratas que se asentaban ahí su "hogar". No le parecía mal, por un lado, que los truhanes se desvanecieran y no llegaran más lejos. Pero no podía olvidar cuando, hacía más de tres años, conoció a Krauser, Kodama y Adam allí. Él tan sólo era un "piratucho", y además inmerecidamente. Recién aliado con Kedra, en Jaya buscaba un pequeño tiempo de descanso... Y pensar que si eso sucediera en aquel momento no podría hacerlo lo ponía de los nervios. El cazador no le caía mal del todo, pero había pasado una línea que no se debía transgredir.
Aceleró el vuelo, y en cuestión de diez minutos aterrizó en el pueblecito, Mock Town, volviendo a su forma humana. Estaba completamente desierto, salvo por un par de personas que paseaban por las calles con aspecto de pordiosero. Casi no reconocía la isla, incluso allí, donde había cortado la mano al Hércules. Miró el local de bisutería que visitó la primera vez, y estaba cerrado. La mancha de sangre aún seguía en el suelo tras tres años, pero sin embargo unos metros más allá, donde Zero había exhalado su último aliento, estaba perfectamente limpio, y las flores se amontonaban, algunas comenzando a pudrirse. ¿Tal vez no debería haber enfrentado a la pareja de Yonkous? Parecía, sea como fuere, que eran muy queridos por los propios piratas, no sólo los de su tripulación. Era casi enternecedor.
-Oh, disculpe- dijo, dando un pequeño salto hacia atrás en el momento de chocar con una anciana-, no estaba muy atento y me he perdido un poco en mi mente.
-No pasa nada- dijo, con una voz quebrada, tal vez por la época de miseria que vivía la isla. La verdad es que le entraba bastante curiosidad, y deseaba enterarse de todo de primera mano.
-¿Es mucha indiscreción preguntar qué ha pasado aquí? Hace tan sólo unos meses este sitio rebosaba vida.
-Los piratas... Ya no vienen a la isla, se sienten como ganado. Todos los que vivimos aquí somos piratas o hijos de piratas, delincuentes de nacimiento- tosió, otorgando bastante dramatismo a aquella escena. ¿Lo tendría preparado?-. Los jóvenes se han marchado, y los que se tomaban un descanso levaron anclas hace semanas. Nadie quiere que lo puedan cazar sin más en cualquier momento. Pero los pobres no tenemos más remedio que quedarnos, y pudrirnos aquí. Las pocas tabernas que quedan están vacías casi todo el día, y ya no hay peleas- comenzó a llorar, deteniendo su discurso. La situación parecía muy grave
"Vaya...", pensó el pirata, mirando hacia la colina donde, al parecer, estaba el "palacio", una mansión gigantesca. Normal que tuvieran miedo, si al fin y al cabo ese hombre usaba media isla como patio de recreo. Pero tenía que buscar ayuda, no podía reclamar todo aquello él solo.
-Gracias por la información- dijo, sacando la cartera, y dándole un millón de berries sin pestañear-. Con esto debería ser suficiente para pagar un pasaje a otro lugar donde vivir bien.
Sin esperar agradecimientos comenzó a avanzar por las calles, camino de la mansión. Tal vez lograra convencer a Dark por las buenas de que abandonase la isla, aunque lo dudaba. "¿Eso es lo que yo creo?", pasó por su cabeza al tiempo que se detenía, mirando a un punto fijo. Olía a dragón. ¿Madara estaba allí? Tomó su forma completa y batió las alas, acelerando hasta que el olor fue muy fuerte. ¿Madara en un bosque? No era normal en el Shichibukai, y tampoco olía a ácido, como solía desprender él. Y entonces llegó a sus ojos. Era una majestuosa dragona plateada. Su cuerpo era esbelto y alargado, y sus alas enormes. Con ella había una pequeña chica pelirroja, que parecía descansar. No podía negar su decepción, ahora que se había ilusionado con Madara, pero en fin...
Adoptó forma humana y se dejó caer en el claro como una piedra, tan sólo activando su haki para no hacerse daño, y llegó al suelo sentado, dejando un pequeño cráter. Ya había hecho su entrada espectacular, ahora sólo quedaba saludar amablemente.
-Hola- dijo, desde lo profundo del agujero. Era más bajo de lo que él alto. Menudo golpe se habría llevado de no ser por su resistencia, vaya-, ¿puedes ayudarme?- no la necesitaba, podría salir volando, pero tras caer del cielo tal vez no fuera lo mejor acercarse como un acosador.
Aceleró el vuelo, y en cuestión de diez minutos aterrizó en el pueblecito, Mock Town, volviendo a su forma humana. Estaba completamente desierto, salvo por un par de personas que paseaban por las calles con aspecto de pordiosero. Casi no reconocía la isla, incluso allí, donde había cortado la mano al Hércules. Miró el local de bisutería que visitó la primera vez, y estaba cerrado. La mancha de sangre aún seguía en el suelo tras tres años, pero sin embargo unos metros más allá, donde Zero había exhalado su último aliento, estaba perfectamente limpio, y las flores se amontonaban, algunas comenzando a pudrirse. ¿Tal vez no debería haber enfrentado a la pareja de Yonkous? Parecía, sea como fuere, que eran muy queridos por los propios piratas, no sólo los de su tripulación. Era casi enternecedor.
-Oh, disculpe- dijo, dando un pequeño salto hacia atrás en el momento de chocar con una anciana-, no estaba muy atento y me he perdido un poco en mi mente.
-No pasa nada- dijo, con una voz quebrada, tal vez por la época de miseria que vivía la isla. La verdad es que le entraba bastante curiosidad, y deseaba enterarse de todo de primera mano.
-¿Es mucha indiscreción preguntar qué ha pasado aquí? Hace tan sólo unos meses este sitio rebosaba vida.
-Los piratas... Ya no vienen a la isla, se sienten como ganado. Todos los que vivimos aquí somos piratas o hijos de piratas, delincuentes de nacimiento- tosió, otorgando bastante dramatismo a aquella escena. ¿Lo tendría preparado?-. Los jóvenes se han marchado, y los que se tomaban un descanso levaron anclas hace semanas. Nadie quiere que lo puedan cazar sin más en cualquier momento. Pero los pobres no tenemos más remedio que quedarnos, y pudrirnos aquí. Las pocas tabernas que quedan están vacías casi todo el día, y ya no hay peleas- comenzó a llorar, deteniendo su discurso. La situación parecía muy grave
"Vaya...", pensó el pirata, mirando hacia la colina donde, al parecer, estaba el "palacio", una mansión gigantesca. Normal que tuvieran miedo, si al fin y al cabo ese hombre usaba media isla como patio de recreo. Pero tenía que buscar ayuda, no podía reclamar todo aquello él solo.
-Gracias por la información- dijo, sacando la cartera, y dándole un millón de berries sin pestañear-. Con esto debería ser suficiente para pagar un pasaje a otro lugar donde vivir bien.
Sin esperar agradecimientos comenzó a avanzar por las calles, camino de la mansión. Tal vez lograra convencer a Dark por las buenas de que abandonase la isla, aunque lo dudaba. "¿Eso es lo que yo creo?", pasó por su cabeza al tiempo que se detenía, mirando a un punto fijo. Olía a dragón. ¿Madara estaba allí? Tomó su forma completa y batió las alas, acelerando hasta que el olor fue muy fuerte. ¿Madara en un bosque? No era normal en el Shichibukai, y tampoco olía a ácido, como solía desprender él. Y entonces llegó a sus ojos. Era una majestuosa dragona plateada. Su cuerpo era esbelto y alargado, y sus alas enormes. Con ella había una pequeña chica pelirroja, que parecía descansar. No podía negar su decepción, ahora que se había ilusionado con Madara, pero en fin...
Adoptó forma humana y se dejó caer en el claro como una piedra, tan sólo activando su haki para no hacerse daño, y llegó al suelo sentado, dejando un pequeño cráter. Ya había hecho su entrada espectacular, ahora sólo quedaba saludar amablemente.
-Hola- dijo, desde lo profundo del agujero. Era más bajo de lo que él alto. Menudo golpe se habría llevado de no ser por su resistencia, vaya-, ¿puedes ayudarme?- no la necesitaba, podría salir volando, pero tras caer del cielo tal vez no fuera lo mejor acercarse como un acosador.
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La chica dejo de cantar y volvió la vista al cielo al oír un extraño sonido. Un silbido como el que se producía cuando algo caía a bastante velocidad. " ¿Un ave herida?" Fue en lo primero que pensó lo que hizo que se alarmara por el bienestar de Eagle. ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si alguien la intentaba cazar? La sola idea de que algo así pudiera ocurrirle a su pequeña le erizaba la cola y le ponía las orejas de punta. Literalmente ya que había cogido costumbre de mantener siempre esa parte de su "yo" felina presente en todo momento.
Un suspiró salió de sus labios al ver que lo que estaba cayendo no era su águila de plumas alvinas, sino un hombre que se acercaba al suelo a bastante velocidad. -Menos mal...Eagle de estar bien....Espera. ¿¡ Desde cuando la gente cae del cielo!?- exclamó como si esperara ser respondida por una voz divina. Después de lo que estaba viendo, no sería algo extraño. Aunque si aquella voz quería aparecer ya se le había hecho tarde pues el hombre acababa de tomar tierra, dejando un enorme cráter a unos cincuenta metros de donde se encontraba. -¿Se habrá hecho puré?- tal vez la chica pudiera dejar a Sumire comerse lo que quedará de aquel hombre si había muerto, aunque la chica prefería no incitar a su dragona a comer humanos. Tampoco es que la carne humana fuese de la más apetecible. Donde hubiera un buen conejo o ciervo...
El caso es que, para sorpresa de la pelirroja, el hombre que estaba en el fondo del agujero no tenía rasguño alguno, al contrario. El hombre estaba sentado ahí como si nada cuando ella llegó al borde de este y la saludo amablemente al verla, pidiéndole después que e ayudara a salir. Adiós a su tranquilidad. bueno, no iba a dejarle ahí. -Claro, en seguida te ayudó...- Dijo al tiempo que se transformaba en su forma híbrida. los centímetros extra y la fuerza que tenía así le vendrían bien. -Agárrate a mi mano.- le dijo tendiéndole su...¿Mano? ¿Zarpa? ¿Qué más daba en ese momento?
Un suspiró salió de sus labios al ver que lo que estaba cayendo no era su águila de plumas alvinas, sino un hombre que se acercaba al suelo a bastante velocidad. -Menos mal...Eagle de estar bien....Espera. ¿¡ Desde cuando la gente cae del cielo!?- exclamó como si esperara ser respondida por una voz divina. Después de lo que estaba viendo, no sería algo extraño. Aunque si aquella voz quería aparecer ya se le había hecho tarde pues el hombre acababa de tomar tierra, dejando un enorme cráter a unos cincuenta metros de donde se encontraba. -¿Se habrá hecho puré?- tal vez la chica pudiera dejar a Sumire comerse lo que quedará de aquel hombre si había muerto, aunque la chica prefería no incitar a su dragona a comer humanos. Tampoco es que la carne humana fuese de la más apetecible. Donde hubiera un buen conejo o ciervo...
El caso es que, para sorpresa de la pelirroja, el hombre que estaba en el fondo del agujero no tenía rasguño alguno, al contrario. El hombre estaba sentado ahí como si nada cuando ella llegó al borde de este y la saludo amablemente al verla, pidiéndole después que e ayudara a salir. Adiós a su tranquilidad. bueno, no iba a dejarle ahí. -Claro, en seguida te ayudó...- Dijo al tiempo que se transformaba en su forma híbrida. los centímetros extra y la fuerza que tenía así le vendrían bien. -Agárrate a mi mano.- le dijo tendiéndole su...¿Mano? ¿Zarpa? ¿Qué más daba en ese momento?
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Agarró la mano de la muchacha y subió sin esfuerzo, tratando de no tirar al hoyo a la persona que lo "había rescatado". Echó un vistazo cuando estuvo arriba y contempló con interés el entorno: la dragona de antes, la chica, un par de pájaros y un claro de bosque de más de cincuenta metros... "Madre mía con la deforestación", pensó mientras se fijaba en su salvadora.
-Gracias- dijo, con una amplia sonrisa, observando aquellos ojos morados, encuadrados en una cabellera roja. Era bastante mona, aunque un poco pequeña para su gusto. Efectivamente había notado la diferencia de altura, pero si pensaba en su isla... bueno, por regla general todo el mundo era más alto que él, así que las chicas algo más pequeñas seguían siendo un bien nada rechazable-. No sé ni cómo he llegado hasta aquí- mintió-, pero me presento. Soy Dexter.
Miró de repente un árbol, y pudo ver un búho cazando una ardilla. Curioso para aquellas horas, pero espectacular. Aquellas maravillas lo tenían de siempre enamorado, pese a sus amoríos con la ciencia. La naturaleza guardaba un importante lugar en su corazón.
-¿Con quién tengo el placer de hablar?- preguntó, finalmente-. Y si dices Dark Satou sabré que mientes.
Rió, esperando que la chiquilla entendiera el chiste.
-Gracias- dijo, con una amplia sonrisa, observando aquellos ojos morados, encuadrados en una cabellera roja. Era bastante mona, aunque un poco pequeña para su gusto. Efectivamente había notado la diferencia de altura, pero si pensaba en su isla... bueno, por regla general todo el mundo era más alto que él, así que las chicas algo más pequeñas seguían siendo un bien nada rechazable-. No sé ni cómo he llegado hasta aquí- mintió-, pero me presento. Soy Dexter.
Miró de repente un árbol, y pudo ver un búho cazando una ardilla. Curioso para aquellas horas, pero espectacular. Aquellas maravillas lo tenían de siempre enamorado, pese a sus amoríos con la ciencia. La naturaleza guardaba un importante lugar en su corazón.
-¿Con quién tengo el placer de hablar?- preguntó, finalmente-. Y si dices Dark Satou sabré que mientes.
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¿Aquel extraño hombre había caído de la nada? No era capaz de creerse algo como eso, después de todo no existen ciudades en las nubes (al menos no que ella sepa) y aún si hubiera, el cielo estaba totalmente despejado. Antes se creía que se trataba de otra lagartija alada como Akagami (Sumire era la única a la que consideraba una dragona). Fuera lo que fuese, aquel hombre acababa de presentarse como Dexter por lo que ella debería hacer lo propio y decirle su nombre también, o al menos el nombre que solía llamarse ella cuando hablaba con extraños. En rara ocasión empleaba el nombre de Murasaki para dirigirse a personas que se dejaba caer por donde viajaba.
-¿Quién es ese tal Dark? Mi nombre es Akane.- Le dijo dedicándole una alegre sonrisa, tal vez algo forzada. No entendía la broma que acababa de gastarle aquella persona. ¿Por qué era una broma, verdad? No se le daba bien entender chistes e ironías. Aunque si fuera de aquel lugar tal vez lo hubiera comprendido. Fuera como fuese, suponía que ya se lo explicaría él al seguir con la conversación. Un graznido se escuchó entonces en los cielos, sin duda un sonido que a la pelirroja le era como poco familiar. La chica miró hacia arriba y alzó un brazo como si saludara a Eagle, un águila totalmente alvina que no tardo mucho en llegar y posarse en su hombro. -Ah, esta es Eagle. Viene conmigo, al igual que Sumire y Owl...- Dijo señalando a su dragona, sobre cuya cabeza se había osado Owl. -Hemos llegado a este lugar por casualidad por lo que, sí ese tal Dark es alguien que estaba buscando, temo no poder ayudarle...-
-¿Quién es ese tal Dark? Mi nombre es Akane.- Le dijo dedicándole una alegre sonrisa, tal vez algo forzada. No entendía la broma que acababa de gastarle aquella persona. ¿Por qué era una broma, verdad? No se le daba bien entender chistes e ironías. Aunque si fuera de aquel lugar tal vez lo hubiera comprendido. Fuera como fuese, suponía que ya se lo explicaría él al seguir con la conversación. Un graznido se escuchó entonces en los cielos, sin duda un sonido que a la pelirroja le era como poco familiar. La chica miró hacia arriba y alzó un brazo como si saludara a Eagle, un águila totalmente alvina que no tardo mucho en llegar y posarse en su hombro. -Ah, esta es Eagle. Viene conmigo, al igual que Sumire y Owl...- Dijo señalando a su dragona, sobre cuya cabeza se había osado Owl. -Hemos llegado a este lugar por casualidad por lo que, sí ese tal Dark es alguien que estaba buscando, temo no poder ayudarle...-
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La chica sonrió con alegría forzada, tal vez incómoda. ¿Había sido descortés por su parte presentarse de aquella forma? Quizás un poco, aterrizar plácidamente habría estado bien; pero no era lo suyo. Ahora la chica, Akane tal como decía llamarse, tendría una imagen de él distinta a la real, o tal vez una tan real que Dexter no llegaba a comprender. En cualquier caso, no importaba, había impresionado para bien o para mal. "Espero que para bien, vaya".
-Dark es... Bueno, según él es el dueño de esta isla. Es curioso que alguien pueda proclamarse dueño de algo que simplemente estaba ahí al alcance de cualquiera. Pero bueno, tampoco es importante- terminó por sentenciar-. Pero me sorprende ver a una chica joven en esta isla, lo único que he visto hasta ahora son pedigüeños y ancianas.
Miró a su alrededor. Tal vez el bosque fuera hogar de algún tipo de resistencia, o que la gente pobre hubiera huido presa del pánico a un lugar seguro, el único lugar seguro que habría en la isla. Lejos de Mock Town y el palacete que se autorregaló el "señor de las tierras". Si en algún momento pudo sentir indiferencia por el cazador, ahora sentía cierta rabia. Era cierto que él mismo se había adueñado de una isla, aunque lo único que había hecho era reorganizar el terreno y permitir a la gente de allí vivir en la superficie. ¿Se había construido un palacio algo ostentoso? Siendo sinceros, sí. Pero "su" isla se había enriquecido con el paso del tiempo, haciéndose casi irrisoria la inversión de construir una residencia para la banda y los principales dirigentes de la isla. ¿Podría lograr lo mismo él en Jaya?
-No me hables de usted, por favor. Me harás sentir viejo. ¿Estás aquí de paso o vives con tus amiguitos?- evitó señalar a la dragona. Podía ser una usuaria de Akuma no mi, o un dragón de verdad. Toda precaución era poca si no quería acabar entre los dientes de un lagarto gigante. Aunque dudaba que le resultara demasiado problemático huir-. Me resulta extraño que hayáis elegido este sitio para asentaros, pero si me dais vuestras quejas, yo se las transmitiré al tirano.
Se sentó con calma en el suelo y observó a la muchacha, preparado para anotar mentalmente todo lo que tuviera que decir al amigo de Alex. Se había pasado mucho y debía hacerlo recapacitar.
-Dark es... Bueno, según él es el dueño de esta isla. Es curioso que alguien pueda proclamarse dueño de algo que simplemente estaba ahí al alcance de cualquiera. Pero bueno, tampoco es importante- terminó por sentenciar-. Pero me sorprende ver a una chica joven en esta isla, lo único que he visto hasta ahora son pedigüeños y ancianas.
Miró a su alrededor. Tal vez el bosque fuera hogar de algún tipo de resistencia, o que la gente pobre hubiera huido presa del pánico a un lugar seguro, el único lugar seguro que habría en la isla. Lejos de Mock Town y el palacete que se autorregaló el "señor de las tierras". Si en algún momento pudo sentir indiferencia por el cazador, ahora sentía cierta rabia. Era cierto que él mismo se había adueñado de una isla, aunque lo único que había hecho era reorganizar el terreno y permitir a la gente de allí vivir en la superficie. ¿Se había construido un palacio algo ostentoso? Siendo sinceros, sí. Pero "su" isla se había enriquecido con el paso del tiempo, haciéndose casi irrisoria la inversión de construir una residencia para la banda y los principales dirigentes de la isla. ¿Podría lograr lo mismo él en Jaya?
-No me hables de usted, por favor. Me harás sentir viejo. ¿Estás aquí de paso o vives con tus amiguitos?- evitó señalar a la dragona. Podía ser una usuaria de Akuma no mi, o un dragón de verdad. Toda precaución era poca si no quería acabar entre los dientes de un lagarto gigante. Aunque dudaba que le resultara demasiado problemático huir-. Me resulta extraño que hayáis elegido este sitio para asentaros, pero si me dais vuestras quejas, yo se las transmitiré al tirano.
Se sentó con calma en el suelo y observó a la muchacha, preparado para anotar mentalmente todo lo que tuviera que decir al amigo de Alex. Se había pasado mucho y debía hacerlo recapacitar.
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Murasaki permaneció atenta a lo que el hombre le contaba, aunque no era capaz de comprender todo lo que le estaba contando. ¿Jaya estaba siendo controlada por alguien? No tenía sentido. Jaya era una isla independiente en la que piratas solían parar para aprovisionarse antes de seguir su viaje en el grand line, aunque seguramente pasaban también otros tipos de barcos por esta. Sin embargo, la pelirroja no podía negar el haber visto casi desierta la ciudad, cosa que quizá tuviera que ver con aquel "Dueño" de la isla.
-No tenía idea de que Jaya se encontrase en este estado...- Murmuró la chica para si misma, por lo que el hombre que cayó del cielo seguramente no le habría oído. En cambio, sus "amigos" ahí presentes si que la habían escuchado, además de haber notado el cambio de animo de la pelirroja, la cual no estaba especialmente animada. Bueno, no es que a un pirata le deba importar lo que pase ahí o allá, más sabiendo que esa clase de situaciones se dan en todo el mundo constantemente. Pero, la simple idea de pensar que ese tal Dark pudiera tener relación con el gobierno, causaba que sus recuerdos de aquellos horribles días de entrenamiento, la muerte de sus compañeros y la promesa que hizo tanto a ellos como a Keima, regresaran a su mente, aunque por fuera parecía totalmente tranquila y alegre.
Después de el breve resumen que Dexter le hizo sobre como se encontraba la isla, llegó el momento de que "Akane" explicará el motivo de que se encontrara en medio de el bosque con la única compañía de dos pájaros y una dragona. Quizá Sumire fuera la que más curiosidad causaba. -La verdad es que somos viajeros, llegamos a la isla esta mañana. Lo cierto es que note que la ciudad parecía...no estar bien, por cosas como las que me has descrito, pero no esperaba que fuera así de mal...- Dijo tuteándole en esta ocasión al ver que su anterior formalidad, construida por aquella lagartija sin alas que parecía querer matarla en cada entrenamiento, le había molestado. -Imagino que tú tampoco eres de aquí...- Comentó fijándose en su ropa.- Por cierto, estos son Eagle, Owl y Sumire...no te preocupes, Sumire no come humanos.-
-No tenía idea de que Jaya se encontrase en este estado...- Murmuró la chica para si misma, por lo que el hombre que cayó del cielo seguramente no le habría oído. En cambio, sus "amigos" ahí presentes si que la habían escuchado, además de haber notado el cambio de animo de la pelirroja, la cual no estaba especialmente animada. Bueno, no es que a un pirata le deba importar lo que pase ahí o allá, más sabiendo que esa clase de situaciones se dan en todo el mundo constantemente. Pero, la simple idea de pensar que ese tal Dark pudiera tener relación con el gobierno, causaba que sus recuerdos de aquellos horribles días de entrenamiento, la muerte de sus compañeros y la promesa que hizo tanto a ellos como a Keima, regresaran a su mente, aunque por fuera parecía totalmente tranquila y alegre.
Después de el breve resumen que Dexter le hizo sobre como se encontraba la isla, llegó el momento de que "Akane" explicará el motivo de que se encontrara en medio de el bosque con la única compañía de dos pájaros y una dragona. Quizá Sumire fuera la que más curiosidad causaba. -La verdad es que somos viajeros, llegamos a la isla esta mañana. Lo cierto es que note que la ciudad parecía...no estar bien, por cosas como las que me has descrito, pero no esperaba que fuera así de mal...- Dijo tuteándole en esta ocasión al ver que su anterior formalidad, construida por aquella lagartija sin alas que parecía querer matarla en cada entrenamiento, le había molestado. -Imagino que tú tampoco eres de aquí...- Comentó fijándose en su ropa.- Por cierto, estos son Eagle, Owl y Sumire...no te preocupes, Sumire no come humanos.-
Dexter Black
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-No, no soy de aquí- respondió con tono jovial mientras esbozaba una media sonrisa. La chica parecía inocentona y desconocía a la persona con quien trataba. Era normal, en cierto modo, que la gente no lo conociera más allá de los círculos más asquerosamente relamidos de la civilización, pues o bien le pedían favores por su afamado ingenio científico o, por el contrario, lo temían y odiaban sólo porque podría cazarlos llegado el momento... Nadie se paraba a preguntar por qué había aceptado el trato, ni lo que esperaba obtener, ni se habían cuestionado que sólo hubiera destronado a un Emperador del Mar y no se molestara en cazar cualquier pirata desprevenido, sino que al contrario los salvase... Como aquellos chicos, los Sky Pirates. Qué recuerdos aquel día en Mariejoa, cuando casi mueren por idiotas (y de hecho uno, según tenía entendido, había muerto), pero al fin y al cabo la capital de los Dragones Celestiales había sido casi una trampa mortal para todos los locos que se atrevieron a acercarse el día de la invasión. Pero volviendo al tema en cuestión, la muchacha había dicho que no comía humanos... La dragona, vaya-. Oh, qué buena noticia, porque yo tampoco como Dragones.
Su respuesta era perspicaz y casi ofensiva, si es que la dragona podía entenderlo, e incluso para su joven acompañante si profesaba devoción por ella. Esperaba no haberlas molestado y se levantó, intentando quitar hierro al asunto, como quien clava una espada y luego la deja salir rápidamente para que no haga tanto daño el retorno. Aunque claro, las espadas eran de acero, por lo que también le estaría quitando carbón. "Dexter, eres imbécil", dijo su mente casi hastiada de lo divagador que era el muchacho. Ciertamente, si Dexter conociese a alguien tan distraído como él... Bueno, lo amaría, porque Dexter era adorable en todos los sentidos. Más o menos.
-Si es tu primera visita a la isla, déjame que te prevenga- diría, si ella lo acompañaba-. La isla no estaba mucho mejor en años pasados, pero por lo menos no era la zona muerta que es hoy día. La verdad, recuerdo cuando la gente peleaba sin motivo en las calles y se me hace casi entrañable. Ahí conocí a un tal Adam Windwalker, un chaval algo rarito pero majo. Creo que se lo comió un vampiro en el váter hace tres o cuatro años... Y también a un hombre brócoli. Ese tipo sabe cuidarse, sabe hacer fotosíntesis y está fuerte como un roble. Creo que también come comida a veces, pero prefiere chupar tierra con mucho sustrato. Al fin y al cabo, es un árbol, ¿No?
Rió mientras recordaba a Kodama. La verdad es que había conocido a mucha gente en esa isla, y ahora Dark le había robado un pedazo de su historia. Debía pagar por ello.
Su respuesta era perspicaz y casi ofensiva, si es que la dragona podía entenderlo, e incluso para su joven acompañante si profesaba devoción por ella. Esperaba no haberlas molestado y se levantó, intentando quitar hierro al asunto, como quien clava una espada y luego la deja salir rápidamente para que no haga tanto daño el retorno. Aunque claro, las espadas eran de acero, por lo que también le estaría quitando carbón. "Dexter, eres imbécil", dijo su mente casi hastiada de lo divagador que era el muchacho. Ciertamente, si Dexter conociese a alguien tan distraído como él... Bueno, lo amaría, porque Dexter era adorable en todos los sentidos. Más o menos.
-Si es tu primera visita a la isla, déjame que te prevenga- diría, si ella lo acompañaba-. La isla no estaba mucho mejor en años pasados, pero por lo menos no era la zona muerta que es hoy día. La verdad, recuerdo cuando la gente peleaba sin motivo en las calles y se me hace casi entrañable. Ahí conocí a un tal Adam Windwalker, un chaval algo rarito pero majo. Creo que se lo comió un vampiro en el váter hace tres o cuatro años... Y también a un hombre brócoli. Ese tipo sabe cuidarse, sabe hacer fotosíntesis y está fuerte como un roble. Creo que también come comida a veces, pero prefiere chupar tierra con mucho sustrato. Al fin y al cabo, es un árbol, ¿No?
Rió mientras recordaba a Kodama. La verdad es que había conocido a mucha gente en esa isla, y ahora Dark le había robado un pedazo de su historia. Debía pagar por ello.
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La chica soltó una leve carcajada ante lo que el chico había comentado sobre no comer dragones, seguramente porque era tan torpe e inocente en ocasiones, que se había tomado aquel comentario como una broma de Dexter. -Entiendo que no comas dragones, yo tampoco lo haría...De hecho, no conozco a nadie que coma carne de dragón.- Respondió con total inocencia al tiempo que la imagen de su capitán pasaba fugazmente por su mente. "Supongo que ni un bruto amante de la carne como Aka habría algo tan basto como devorar a un dragón...Después de todo el casi parece creer que es uno de verdad." Pensó antes de fijar sus ojos en Sumire, quien parecía haber entendido las palabras de su contrario mejor que ella y acababa de "darles la espalda" antes de apoyar la cabeza en el suelo, como si la estuvieran molestando para dormir. Mura ladeó la cabeza ante el gesto de su amiga. "¿Algo la ha molestado? ¿Qué habrá sido?"
La joven de cabellos anaranjado comenzó a divagar en su mente buscando el motivo de aquella reacción, como supiera que la respuesta estaba ahí, pero no llegara a vislumbrarla por lo obvia que era...Al menos eso estuvo haciendo hasta que el chico de curioso cabello llamó su atención de nuevo, advirtiéndola de que la ciudad no se encontraba en su mejor momento, antes de perderse en sus pensamientos como había hecho ella antes, con la diferencia de que él comezó a hablar en voz alta sobre anécdotas y experiencias que tuvo en aquel lugar, tales como haber conocido a un hombre brócoli...¿Brócoli? "Parece que somos similares en algunas cosas..." Pensó la chica mientras se rascaba la nuca. -La verdad es que no es la primera vez que visito la isla...Aunque creo entender a que te refieres con que esta..."muerta"- Dijo recordando el día que conoció a uno de los miembros de la tripulación de los Red Demons. ¿Cómo podía ser la ciudad que vio aquel día y la que visitó esa mañana la misma? Algo no cuadraba. -Lo que no entiendo es que ha ocurrido...- Comentó, dejando clara su incertidumbre, tal vez esperando que él arrojara algo de luz sobre la situación.
La joven de cabellos anaranjado comenzó a divagar en su mente buscando el motivo de aquella reacción, como supiera que la respuesta estaba ahí, pero no llegara a vislumbrarla por lo obvia que era...Al menos eso estuvo haciendo hasta que el chico de curioso cabello llamó su atención de nuevo, advirtiéndola de que la ciudad no se encontraba en su mejor momento, antes de perderse en sus pensamientos como había hecho ella antes, con la diferencia de que él comezó a hablar en voz alta sobre anécdotas y experiencias que tuvo en aquel lugar, tales como haber conocido a un hombre brócoli...¿Brócoli? "Parece que somos similares en algunas cosas..." Pensó la chica mientras se rascaba la nuca. -La verdad es que no es la primera vez que visito la isla...Aunque creo entender a que te refieres con que esta..."muerta"- Dijo recordando el día que conoció a uno de los miembros de la tripulación de los Red Demons. ¿Cómo podía ser la ciudad que vio aquel día y la que visitó esa mañana la misma? Algo no cuadraba. -Lo que no entiendo es que ha ocurrido...- Comentó, dejando clara su incertidumbre, tal vez esperando que él arrojara algo de luz sobre la situación.
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Dexter vio cómo Akane no comprendía la broma, mientras la dragona había entrevisto la naturaleza de su comentario y se había echado a dormir. "Estrategia de mujer, da igual la raza" pensó con cierta añoranza de cuando pasaba por las broncas con Nadia, o las discusiones con amigas. Lo echaba de menos, la verdad. Pero eso no era lo importante, sino que la chica aún no sabía qué estaba sucediendo en la Isla y, por lo tanto, estaba en un evidente riesgo. No sabía cómo explicarlo, pero debía intentarlo para que sonase lo más racional posible. Sin embargo, ¿Cómo decirlo sin sonar melodramático?
-Verás, hace un tiempo Dark Satou, el "Dueño" de la isla decidió que necesitaba una base. Aun siendo miembro de un gremio de cazadores con territorio propio y transporte, este hombre necesitaba un lugar lejos de la vista de Alex Drachen, su líder. Era mi amigo, y ahora lleva meses desaparecido. Tengo miedo de que lo que fuera que hizo aquí acabase con la vida de Alex- hizo una pausa, viendo que se había desviado del tema demasiado-. La cuestión es que ese hombre decidió invadir esta isla "En nombre de la Justicia", y tras masacrar a media población por oponerse a él, obligó al resto a gastar todo su dinero en construir una mansión, donde seguramente haya algo más. Y bueno, desde que él se proclamó rey y señor de toda esta tierra la gente ha ido ahorrando, mayormente robando a sus vecinos y llegando a matarlos, para largarse. Y parece que al "Señor de Jaya" no le importa un bledo que sus ciudadanos estén en medio de una guerra civil, tan sólo que el resto del mundo no intente arrebatarle su terruño- se contuvo para no mostrar su ira, aunque pensar en todo lo que ese estúpido hacía a la Isla le daba ganas de matarlo-. Por eso tengo que hablar con él, si es que se digna a aparecer, y convencerlo de que abandone esta isla.
A grandes rasgos aquello era lo que suponía que pasaba, y de hecho, lo parecía. Tenía que hablar con el "Ahora Vicealmirante" Dark E. Satou, la persona que no entregó Jaya al Gobierno Mundial tras unirse a la Marina, por algún motivo. Quién sabe qué motivos tendría para conquistar una isla de Piratas. De hecho, quién sabe lo que habría bajo la Isla en aquel mismo instante, latiendo como un corazón marchito, listo para reptar por el mundo y destruirlo todo... Aquel hombre llamado Dark Satou era muy peligroso, y su aparente desaparición no podía ser nada bueno.
-Verás, hace un tiempo Dark Satou, el "Dueño" de la isla decidió que necesitaba una base. Aun siendo miembro de un gremio de cazadores con territorio propio y transporte, este hombre necesitaba un lugar lejos de la vista de Alex Drachen, su líder. Era mi amigo, y ahora lleva meses desaparecido. Tengo miedo de que lo que fuera que hizo aquí acabase con la vida de Alex- hizo una pausa, viendo que se había desviado del tema demasiado-. La cuestión es que ese hombre decidió invadir esta isla "En nombre de la Justicia", y tras masacrar a media población por oponerse a él, obligó al resto a gastar todo su dinero en construir una mansión, donde seguramente haya algo más. Y bueno, desde que él se proclamó rey y señor de toda esta tierra la gente ha ido ahorrando, mayormente robando a sus vecinos y llegando a matarlos, para largarse. Y parece que al "Señor de Jaya" no le importa un bledo que sus ciudadanos estén en medio de una guerra civil, tan sólo que el resto del mundo no intente arrebatarle su terruño- se contuvo para no mostrar su ira, aunque pensar en todo lo que ese estúpido hacía a la Isla le daba ganas de matarlo-. Por eso tengo que hablar con él, si es que se digna a aparecer, y convencerlo de que abandone esta isla.
A grandes rasgos aquello era lo que suponía que pasaba, y de hecho, lo parecía. Tenía que hablar con el "Ahora Vicealmirante" Dark E. Satou, la persona que no entregó Jaya al Gobierno Mundial tras unirse a la Marina, por algún motivo. Quién sabe qué motivos tendría para conquistar una isla de Piratas. De hecho, quién sabe lo que habría bajo la Isla en aquel mismo instante, latiendo como un corazón marchito, listo para reptar por el mundo y destruirlo todo... Aquel hombre llamado Dark Satou era muy peligroso, y su aparente desaparición no podía ser nada bueno.
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El rostro de la felina se ensombreció tras apenas haber escuchado las primeras frases que el hombre frente a ella acababa de pronunciar respecto al supuesto "dueño" de la isla. ¿Acaso al gobierno le daba igual todo mientras sus vidas fueran sin problema alguno? Bueno esa pregunta ya había encontrado respuesta hace años, ¿no? ¿Quién había robado todo a los niños del proyecto de "ojos"? Aquel experimento realizado para crear superhumanos que sirvieran al gobierno mundial como agentes de la marina u otros lugares...Esos recuerdo hacían que la chica ardiera en rabia, aunque lo ocultaba lo mejor que podía.
Mura, no dijo nada hasta que hubieran pasado varios minutos, después de que Dexter terminará de explicar la situación en la que esa isla se encontraba. "¿No es parte del gobierno? ¿Actuaba por su cuenta?" Bueno, no era algo tan raro, en cualquier banda o grupo puede haber gente que usa el nombre de una asociación a la que pertenece, con tal de conseguir lo que quieren, pero...¿por qué esa isla en concreto? ¿Tendría relación con lo que ella estaba buscando? Variedad de ideas recorrieron su mente antes de que la chica dijera su opinión respecto al asunto a su acompañante:
-Lamento decir que sigo sin entender del todo lo que está ocurriendo...Mejor dicho, no comprendo el porque un marine necesite adueñarse de una isla..menos aún si el gobierno no sabe nada...- Hizo una pequeña pausa, aprovechando para ponerse en pie, mirando al chico con decisión. -No se que tanto puedas hacer o sí lo que me has dicho es verdad, pero confiaré en tú palabra. Si necesitas ayuda respecto a ese tema...lucharé contra dicho tirano también.- Afirmó al tiempo que en su mente se imaginaba la cara molesta de Bakagami aunque... por otro lado, sería raro que no quisiera ayudar en esta campaña, ¿no?
Mura, no dijo nada hasta que hubieran pasado varios minutos, después de que Dexter terminará de explicar la situación en la que esa isla se encontraba. "¿No es parte del gobierno? ¿Actuaba por su cuenta?" Bueno, no era algo tan raro, en cualquier banda o grupo puede haber gente que usa el nombre de una asociación a la que pertenece, con tal de conseguir lo que quieren, pero...¿por qué esa isla en concreto? ¿Tendría relación con lo que ella estaba buscando? Variedad de ideas recorrieron su mente antes de que la chica dijera su opinión respecto al asunto a su acompañante:
-Lamento decir que sigo sin entender del todo lo que está ocurriendo...Mejor dicho, no comprendo el porque un marine necesite adueñarse de una isla..menos aún si el gobierno no sabe nada...- Hizo una pequeña pausa, aprovechando para ponerse en pie, mirando al chico con decisión. -No se que tanto puedas hacer o sí lo que me has dicho es verdad, pero confiaré en tú palabra. Si necesitas ayuda respecto a ese tema...lucharé contra dicho tirano también.- Afirmó al tiempo que en su mente se imaginaba la cara molesta de Bakagami aunque... por otro lado, sería raro que no quisiera ayudar en esta campaña, ¿no?
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Akane prometió luchar a su lado si era necesario, pese a no entender del todo lo que sucedía. "Normal, es muy complejo", pensó con resignación el pirata, que miraba en dirección al monte sobre Mock Town, donde la villa de Dark estaba construida, y no podía decir nada. ¿Por qué tanta ostentación en una tierra miserable? ¿Por qué la gente bravía de Jaya no se había levantado? ¿Qué era de la época en que el "Hércules" paseaba por las calles de Jaya tranquilamente, aterrorizando a novatos como él? Los garridos luchadores de Jaya habían desaparecido. Tal vez demasiado débiles para enfrentar a Dark Satou, tal vez simplemente pragmáticos y decidieron no luchar, sino seguir su vida anárquica en otro lado... Quién sabe.
De sus ojos brotó una lágrima, que corrió por su pómulo derecho y se perdió en su cuello, o tal vez saltó desde su mentón al vacío... Quién sabe. Aquel día tenía que acabar con la hegemonía de un "aliado", y para ello ganarse el probable odio de Alex Drachen, su mejor amigo en mucho tiempo... ¿Qué debía hacer? ¿Qué podía hacer? Un suspiro se le escapó y, empezando a caminar, visualizó mil escenarios distintos, todos terminando en un Satou diciendo "Soy mejor para esta isla que tú", a pesar de haber hundido en la miseria más absoluta a su población. ¿De verdad no tenía la dignidad suficiente para retirarse? Igual había hecho eso, pero egoístamente callado, sin advertir a nadie, sólo disfrutando en silencio de cómo la isla moría por el eco de su gestión... "Cómo pudiste ser tan imbécil, Dark...". No era capaz de alejarlo de su mente, y eso era malo. Para Dark.
-Akane, voy a convencer a Dark. Por las buenas o por las malas. Si quieres ven conmigo, si no, ha sido un placer conocerte.
Dio un paso hacia delante, y luego otro. No había vuelta atrás, ahora sólo quedaba encargarse del tirano y liberar la isla. Que volviera a ser como fue en su día, y tan sólo proteger que nunca cambiara. No podía dejar que el único sitio donde la Marina no tenía verdadero poder se consumiera y abandonase. No podía eliminar de la lista de lugares felices en su memoria aquella isla. Debía luchar por ella.
-Chicos, estad preparados para invadir Jaya. Os daré más órdenes cuando pueda- dijo, encendiendo el transmisor de su oído, para luego seguir avanzando hacia la mansión con paso relajado-. Os veré en unas horas, con buenas noticias o nuevas órdenes. Corto.
Estaba decidido, ahora sólo era cuestión de qué deseaba Akane hacer.
De sus ojos brotó una lágrima, que corrió por su pómulo derecho y se perdió en su cuello, o tal vez saltó desde su mentón al vacío... Quién sabe. Aquel día tenía que acabar con la hegemonía de un "aliado", y para ello ganarse el probable odio de Alex Drachen, su mejor amigo en mucho tiempo... ¿Qué debía hacer? ¿Qué podía hacer? Un suspiro se le escapó y, empezando a caminar, visualizó mil escenarios distintos, todos terminando en un Satou diciendo "Soy mejor para esta isla que tú", a pesar de haber hundido en la miseria más absoluta a su población. ¿De verdad no tenía la dignidad suficiente para retirarse? Igual había hecho eso, pero egoístamente callado, sin advertir a nadie, sólo disfrutando en silencio de cómo la isla moría por el eco de su gestión... "Cómo pudiste ser tan imbécil, Dark...". No era capaz de alejarlo de su mente, y eso era malo. Para Dark.
-Akane, voy a convencer a Dark. Por las buenas o por las malas. Si quieres ven conmigo, si no, ha sido un placer conocerte.
Dio un paso hacia delante, y luego otro. No había vuelta atrás, ahora sólo quedaba encargarse del tirano y liberar la isla. Que volviera a ser como fue en su día, y tan sólo proteger que nunca cambiara. No podía dejar que el único sitio donde la Marina no tenía verdadero poder se consumiera y abandonase. No podía eliminar de la lista de lugares felices en su memoria aquella isla. Debía luchar por ella.
-Chicos, estad preparados para invadir Jaya. Os daré más órdenes cuando pueda- dijo, encendiendo el transmisor de su oído, para luego seguir avanzando hacia la mansión con paso relajado-. Os veré en unas horas, con buenas noticias o nuevas órdenes. Corto.
Estaba decidido, ahora sólo era cuestión de qué deseaba Akane hacer.
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La joven frunció el ceño al escuchar el comentario de su acompañante, ya que parecía no haber dejado lo suficientemente claro que quería ayudar a esas personas. -Como he dicho, quiero ayudar...Aunque he de decir que no me agrada la idea de tratar con ese sujeto.- Dijo al tiempo que echaba a caminar con intención de ponerse a la altura de Dexter. "Bueno, ni con él ni con nadie que tenga que ver con el gobierno." Pensó, chasqueando la lengua molesta por la situación en la que se había visto envuelta. "Yo he venido a esta isla a buscar pistas sobre mi pasado, no ha ver como esos sujetos que mueven los hilos del mundo, atormentan a más personas." Esas y otras cosas como el hecho de que tendría que avisar a su capitán de sus deseos de actuar como una revolucionaria en aquella isla y de que necesitaría su ayuda. Así que tendría que avisarle antes de que estallará lo fuera a comenzar. -Igualmente, si en algún momento hay que luchar, supongo que te ayudaré.- Comentó antes de silbar para avisar a sus amigas aladas de que se marchaba, y a Sumire de que tenía que agarrar a Owl, ya que este estaba dormido.
Akane comenzó a caminar a la altura de Dexter, quien parecía estar comunicándose con alguien, aunque no veía ningún Den Den Mushi, pero sus oídos felinos le permitían escuchar un leve murmuró cercano al oído del hombre. Aquello solo recordó una vez más a la chica que tenía que hablar con la lagartija voladora a la que había jurado su lealtad. Un suspiro se escapó de sus labios con pesadez, sabía las consecuencias que aquello podía traer. Bastante era el haberse adelantado a ellos diciendo solo un par de palabras antes de partir a lomos de Sumire..."Supongo que se enfadará conmigo...Aunque bueno, con suerte al estar luchando contra el gobierno me lo perdone...un poco." Se dijo a sí misma al tiempo que agarraba la bolsa en la que llevaba sus cosas para buscar en ella su Den Den. Sería mejor tenerlo a mano para que no se olvidara de llamarle, con lo despistada que era.
-Y bien, Dexter. ¿A dónde te dirigirás? Es decir, ayudaré al combatir, pero no creo que sea buena idea estar presente en tus intentos de negociar. Así que preferiría que me dijeras donde debería actuar yo si las cosas no van como esperas.-
Akane comenzó a caminar a la altura de Dexter, quien parecía estar comunicándose con alguien, aunque no veía ningún Den Den Mushi, pero sus oídos felinos le permitían escuchar un leve murmuró cercano al oído del hombre. Aquello solo recordó una vez más a la chica que tenía que hablar con la lagartija voladora a la que había jurado su lealtad. Un suspiro se escapó de sus labios con pesadez, sabía las consecuencias que aquello podía traer. Bastante era el haberse adelantado a ellos diciendo solo un par de palabras antes de partir a lomos de Sumire..."Supongo que se enfadará conmigo...Aunque bueno, con suerte al estar luchando contra el gobierno me lo perdone...un poco." Se dijo a sí misma al tiempo que agarraba la bolsa en la que llevaba sus cosas para buscar en ella su Den Den. Sería mejor tenerlo a mano para que no se olvidara de llamarle, con lo despistada que era.
-Y bien, Dexter. ¿A dónde te dirigirás? Es decir, ayudaré al combatir, pero no creo que sea buena idea estar presente en tus intentos de negociar. Así que preferiría que me dijeras donde debería actuar yo si las cosas no van como esperas.-
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Dexter escuchó las palabras de la pelirroja, y caviló durante un instante. ¿De verdad podía negociar con Dark Satou? Era un hombre tan arrogante y egocéntrico que sólo serviría para hacerlo enfadar y tratar de demostrar su poderío, tal vez muriendo en el proceso o intentando matarlo. Aunque, habida cuenta de las diferencias de poder entre ambos, casi significaba lo mismo. ¿Entonces era algún tipo de chantaje aparecer delante de Satou exigiéndole liberar la isla? Bueno, cabía la posibilidad, pero tenía que hacerlo tanto por él como por toda la gente que merecía vivir libre en alguna parte. Aunque fuera allí.
-Tal vez tengas razón- dijo, sin ser muy consciente de qué estaba pasando por su cabeza. Las posibilidades bullían constantemente en aquel momento, y llevar un acompañante podía o hacer que la tensión rompiese el diálogo o, en otro caso, que Akane saliera herida si Dark finalmente era derrotado por su orgullo-. Si ese hombre decide atacar, es probable que conociéndolo primero te elija a ti. Al fin y al cabo, a mí ya me ha visto enfadado. En cualquier caso, debemos pensar bien el siguiente paso.
Miró un momento hacia ella y volvió a dirigir la mirada a la opulenta mansión que el "Dueño de Jaya" se había ordenado construir con el sacrificio de pocos... ¿De verdad podía negociar con él? No, no lo creía. Iba a hacerlo de otra manera, aunque no sabía si podría funcionar. "¿Cuándo no te ha salido a ti algo bien, Dexter?", preguntó su cabeza con tono maternal, aunque con un deje irónico que hacía al dragón denotar una sinceridad casi nula. Pero si todo salía mal, al menos ya estaría preparado.
-Si tienes aliados hazlos venir, Akane. Cuanta más gente venga mejor- dijo, mientras dos alas azules se desarrollaban en su espalda, batiéndolas para desperezarlas un poco-. Yo voy a reclamar a Dark que abandone la isla, y si mañana no lo ha hecho entraré y lo sacaré por la fuerza. Espero no tener que matarlo.
Reflexionó un momento, pensando en todas las variables. Con Midorima muerto, sólo le quedaban Deathstroke, Worgulv y los enfermos... Sus fuerzas estaban muy mermadas, pero debía hacerlo ya o el dictador de Jaya se haría más fuerte... Sólo esperaba que al menos tuviera el buen juicio de no huir sólo por su inminente derrota.
-Nos veremos cuando todo empiece, te lo prometo. Ten suerte- dijo, finalmente, antes de marcharse volando hacia su barco.
-Tal vez tengas razón- dijo, sin ser muy consciente de qué estaba pasando por su cabeza. Las posibilidades bullían constantemente en aquel momento, y llevar un acompañante podía o hacer que la tensión rompiese el diálogo o, en otro caso, que Akane saliera herida si Dark finalmente era derrotado por su orgullo-. Si ese hombre decide atacar, es probable que conociéndolo primero te elija a ti. Al fin y al cabo, a mí ya me ha visto enfadado. En cualquier caso, debemos pensar bien el siguiente paso.
Miró un momento hacia ella y volvió a dirigir la mirada a la opulenta mansión que el "Dueño de Jaya" se había ordenado construir con el sacrificio de pocos... ¿De verdad podía negociar con él? No, no lo creía. Iba a hacerlo de otra manera, aunque no sabía si podría funcionar. "¿Cuándo no te ha salido a ti algo bien, Dexter?", preguntó su cabeza con tono maternal, aunque con un deje irónico que hacía al dragón denotar una sinceridad casi nula. Pero si todo salía mal, al menos ya estaría preparado.
-Si tienes aliados hazlos venir, Akane. Cuanta más gente venga mejor- dijo, mientras dos alas azules se desarrollaban en su espalda, batiéndolas para desperezarlas un poco-. Yo voy a reclamar a Dark que abandone la isla, y si mañana no lo ha hecho entraré y lo sacaré por la fuerza. Espero no tener que matarlo.
Reflexionó un momento, pensando en todas las variables. Con Midorima muerto, sólo le quedaban Deathstroke, Worgulv y los enfermos... Sus fuerzas estaban muy mermadas, pero debía hacerlo ya o el dictador de Jaya se haría más fuerte... Sólo esperaba que al menos tuviera el buen juicio de no huir sólo por su inminente derrota.
-Nos veremos cuando todo empiece, te lo prometo. Ten suerte- dijo, finalmente, antes de marcharse volando hacia su barco.
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