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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Sáb 23 Jun 2018 - 11:03}

Habían pasado ya varios días desde el juicio de Bleyd. Días en los que Mura había estado dando vueltas como un pollo sin cabeza sin saber qué hacer. Se sentía nerviosa, aprisionada en el palacio y en la isla, en un pequeño mundo demasiado bueno para ser verdad con todos los horrores que había visto. Y todo pareció estallarle en la cara la noche anterior, cuando en sueños, distintos recuerdos se amontonaron para mostrarle otro laboratorio, exactamente igual  al lugar donde experimentaron con ella. Sin embargo, quien se encontraba ahí, a punto de ser cortada por varios científicos no era ella, aunque la pequeña imagen se parecía mucho a como lucía la felina de pequeña. Solo una cosa se le pasó por la cabeza al ver eso. De su garganta salió un grito, una palabra que no llegó a propagarse por el aire. "Dawn".

Mura se despertó sobresaltada, con el corazón  acelerado y la respiración agitada. El sudor caía por su piel empapandola. -Ha sido solo un sueño...- Musitó con los ojos empañados, antes de acurrucarse, abrazando sus rodillas y escondiendo la cabeza. Varias lagrimas se escaparon  por sus mejillas  mientras e mordía el labio, acallando su llanto. Aquella pesadilla le había mostrado algo tan real que le aterraba. ¿Acaso iba a suceder lo mismo con su hija? ¿Era su culpa? La idea de que durante todo aquel tiempo había estado vagando a la deriva ignorando el hecho de que más niños podían estar siendo utilizados como arma, con mayor éxito que quienes la acompañaban le heló la sangre. No pudo evitar recordar la imagen de Ao entre sus brazos, antes de morir... Lo odiaba.

Aquella noche no logró volver a pegar ojo, y seguramente no volviera a hacerlo hasta que encontrase una solución y para ello tendría que hablar con su capitán, le gustase la idea o no.

Nada las primeras luces del amanecer entraron por su ventana, la joven se obligó a levantarse de la cama, con los ojos cansados y el cuerpo entumecido y dirigirse al baño a paso lento. Una buena ducha ayudaría a ocultar su agotamiento, aunque más le valía pedir algo para aliviar sus ojos rojos si no quería preocupar a nadie. Se aseó, disfrutando del agua caliente recorriendo su cuerpo y sus cicatrices. Tal vez no hubiera hecho nada antes, nada suficientemente memorable al menos, pero las cosas habían cambiado. Desde aquel día nada sería como antes, lo había decidido.

Una vez estuvo más viva se dispuso a vestirse. Una camisa  blanca con el cuello sin abotonar, algo holgada para ella y un pantalón ajustado pero cómodo, de color rojo vino, y unas botas de estilo militar  serían su conjunto aquel día. Además, decidió recogerse el pelo en una coleta alta. Tras eso, se dispuso a encaminarse hacia los aposentos de Dexter, no sin antes coger lo primero que pudiese de la cocina: bollos, café, alguna pieza de fruta. No iba a ser capaz de hablar con el estómago vacío.


Última edición por Akane D. Murasaki el Dom 24 Jun 2018 - 0:43, editado 1 vez
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Sáb 23 Jun 2018 - 22:13}

Se mantenía en la cama con los ojos abiertos, expectante. Hacía por lo menos dos semanas que no dormía, pero seguía tirándose aquí y allá de vez en cuando, más por descansar la cabeza que por recuperar energías. Tenía tiempo ilimitado, no necesitaba dormir... Pero su mente no podía resistir la actividad constante. Seguía sobrecargándose, seguía sufriendo un agotamiento que no podía gestionar más que tirándose de cualquier manera en la primera cama que encontraba, aunque normalmente era la suya. Aquella era una de esas veces. respiró profundamente tomando una honda bocanada de aire, que poco a poco expulsó mientras esperaba lo que iba a suceder. En algún momento, no sabía exactamente cuándo, alguien llamaría a su puerta. Por eso no estaba en el Colmillo, donde podía ver hora tras hora el mar rompiendo contra su ventana, ni revolcándose por entre los sillones de la guarida mientras el olor a sal impregnaba sus pulmones. En su lugar, reposaba cómodamente disfrutando del olor artificioso de ambientadores con fragancia de bosque. ¿Qué sería tan importante para hacerlo levantarse al alba?

Dejó pasar los minutos, atento a cada sonido. En los pasillos los primeros servicios se orquestaban, y el paso acelerado de mayordomos y mucamas yendo y viniendo, amortiguado por las mullidas alfombras. Todo tenía que estar listo cuando los habitantes del palacio despertaban, y solía ser muy cerca del amanecer. Podía oler en su memoria los bollos recién hechos y la crema batida. Los cafés listos para servirse y las infusiones a punto para hundirse en el agua según alguien eligiese. Todo funcionaba siempre como un reloj, y Lumière Dindon, el primer mayordomo de palacio, se ocupaba de ello con exactitud impecable.

Y fue entonces cuando lo sintió. No era el sonido sino su ausencia lo que lo puso en alerta. Con gracia felina y en un silencio sepulcral alguien avanzaba por el pasillo, escuchando cuando estuvo muy cerca apenas las cerdas de los felpudos volver a tomar forma. Fuera quien fuese, había llegado hasta él. Fue levantándose calmadamente mientras esperaba a que la puerta sonase, y el topeteo delicado en la madera inundó la estancia cuando el Zafiro Negro prácticamente había tomado el pomo de la puerta. Con la misma tranquilidad de siempre, abrió.

-Oh. Hola.

Arqueó una ceja cuando la vio. Había cambiado de vestuario en los últimos tiempos y su cuerpo parecía por fin más de mujer que de niña. Todo el mundo crecía, al fin y al cabo, pero ver a Murasaki ante su puerta apenas vestida con unos pantalones ceñidos y una camisa desabotonada que desde su perspectiva dejaba ver un sutil pero formidable canalillo le hizo recordar el día en que se habían conocido, hacía ya... ¿Siete años? Dark Satou había desaparecido en aquel entonces, y Jaya había vuelto a su antigua y totalmente relativa gloria. Cómo habían cambiado todos durante ese tiempo, pero ella estaba casi irreconocible. ¿Dónde había escondido su pubertad todo aquel tiempo? Dio un paso atrás, no pretendiendo ser indecoroso.

-¿Estás bien?- preguntó, finalmente. No solía fijarse en esas cosas, pero había marcadas ojeras en el rostro y los ojos aún enrojecidos. Llevaba también algo para comer en las manos, pero eso le hizo cuestionarse varias cosas. ¿Tan urgente era que no podía desayunar primero? En cualquier caso, él también quería hacerlo-. ¿Te importa si lo hablamos de camino al comedor? Yo tampoco he desayunado y empiezo a estar hambriento.

Salió de la habitación, cerrando la puerta tras él y adelantándose a Akane, sin darse cuenta de que había dejado toda la ropa tirada por el suelo. Estaba desnudo.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Sáb 23 Jun 2018 - 23:17}

Mura se quedó un par de segundos esperando frente a la puerta, planteándose si debía llamar a aquellas horas. Era temprano como para que el dragón se encontrase despierto. De hecho, si Dexter era como Akagami, cualquier hora sería demasiado pronta para ir a hablar con él, a no ser que hubiera comida o algo serio de por medio. Solo por eso, se decidió a escuchar un poco mejor antes de abrir la puerta, transformando sus orejas en las de un felino. El sonido de sus nudillos contra la madera fue suave, delicado. Produciendo un ruido suficiente como para que alguien despierto lo escuchase, pero sin ser tan alto como para despertar a una persona dormida. Y aún así fue Akane quien se sobresaltó al escuchar como el pomo de la puerta se giraba y esta soltaba un leve chirrido.

El capitán se encontraba frente a ella, mirándola con sorpresa. Aunque por la inmediata reacción que había tenido parecía estar esperando a alguien más... Y por las vistas que ofrecía, debía ser una persona con la que compartía una relación íntima. Al escucharle hablar, Mura desvió la mirada, con la cara levemente sonrojada y carraspeó, tratando de volver al tema que iba a tratar. -No... No es nada.- Contestó, pensado que la pregunta tenía que ver con su reacción y no con su apariencia. Para luego, con tono más calmado escuchar su petición de hablar lo que fuera que quisiera de camino al comedor. Aquello terminó de descuadrar a la joven. Ya no solo porque su capitán estuviese en pelota picada frente a ella, si no por el hecho de que la hubiera "visto venir". Otra cosa no, pero estaba orgullosa de ser una de las personas más sigilosas de la tripulación y, posiblemente, de Fiordia. Lo primero tampoco era muy difícil después de todo.

-No hay problema pero...- No le dio tiempo a terminar de hablar. Sin siquiera plantearse el ponerse ni unos pantalones, el mayor de los dos se encaminó al pasillo. -Dexter... ¿Pretendes desayunar así?- Preguntó arqueando una ceja, esperando que su llamada de atención bastase para darse cuenta de su falta de ropa. Mura suspiró. ¿En cuántas situaciones bochornosas la había metido ya? La última que recordaba fue ese beso robado en Gray terminal, cuando se unió... O fue introducida en la tripulación, prácticamente sin permiso para reprochar. Como fuere, no iba a moverse de ahí hasta que el hombre estuviera vestido, eso lo tenía claro. Después ya hablarían.

Hablarían... Aunque su camino hacia el comedor fue un tanto tensó por culpa de la felina. No sabía como empezar a explicarle su "pequeño problema". -Necesito hablar contigo sobre... Cosas que me han estado rondando últimamente por la cabeza y que tienen que ver con mi pasado. Así que espero que no sea problema que lo hablemos en privado, por lo menos una parte.- Comentó mientras se dirigían al comedor.

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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Dom 24 Jun 2018 - 1:02}

-¿Así cómo?- preguntó, antes de darse cuenta de lo que sucedía-. Ah.

Con un chasquido de dedos, desde sus pies comenzó a formarse un pantalón bombacho de color azul celeste. Apenas se trataba de una ilusión y bajo ella se encontraba totalmente desnudo, pero sería suficiente censura como para que la puritana niña recién salida de la pubertad no se sintiera incómoda ante su... Bueno, sí, ante su pene. No entendía por qué, si ya debía saber que todos los hombres tenían uno, era biología básica, aunque dudaba que ni siquiera se imaginase lo que una pareja podía hacer con semejante instrumento. Con un pene en genérico, vaya. No con el suyo. No era de esa clase de pervertido.

-No debería incomodarte tanto, Mura- dijo, poniendo los brazos en jarras y mostrando una expresión cuya descripción más aproximada sería la de "papi guay"-. Todos los chicos nos vemos así cuando... Bueno, ¿Ya te han contado el cuento de las abejas y el polen? Porque la cigüeña...

Se dio cuenta de que estaba divagando. De hecho, se dio cuenta de que todavía no estaban en el comedor y, por tanto, no tenía comida al alcance. No iba a dar una clase de orientación sexual a la niña, todavía era demasiado joven y no podía romper la pureza que todavía conservaba. Era la pequeñuela de la banda, aun con sus veintitrés años... Ay, cómo pasaba el tiempo. Y cómo se le había retrasado la entrada en el flamante mundo de la madurez. En cierto modo, esperaba que nunca empezase a llevar chicos a hurtadillas ni escapase de casa con un amor de verano. Sin embargo, también era consciente de que Akane ya no tenía edad para esas cosas. Así mejor, no tendría que hacer de padre.

-En fin, dime- comentó cuando ya estaban llegando al comedor-. ¿Por qué querías hablar conmigo?- Acuchillarlo era una opción plausible también, pero sería algo que se esperaría de un enemigo... O de Akagami.

No necesitó hacer ningún gesto cuando llegó. Prácticamente como por arte de magia, su entrada en la lujosa habitación puso en marcha a los trece asistentes de cámara que se ocuparon de llevar, sin que ninguno de los dos comensales lo solicitase, todo lo que habitualmente desayunaban y las opciones de variedad preferidas. Incluso movieron con relativamente poco esfuerzo una mesa extra para acercar una cafetera llena y una freidora de beicon. Los huevos, por suerte o por desgracia, llegarían calentitos desde la cocina.

-Wow, cualquiera diría que sea mi primera comida del mes. - Soltó una sonora carcajada pensando en lo curioso que resultaba que, efectivamente, era su primera comida del mes. O por lo menos, la primera vez que comía en palacio en todo el mes y, al mismo tiempo, la primera vez que comería algo contundente en algún tiempo-. De todos modos, me has dejado intrigado. ¿Sucede algo? No esperaba visita tan temprano, y tú no pareces... Ya sabes, en tu mejor momento.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Dom 24 Jun 2018 - 17:02}

La cara de la pelinaranja parecía un cuadro. Cualquier dejadez de pudor que quedase en su rostro había sido oculto bajo la exasperación que le causaba su capitán. A veces comprendía el porque Aka acababa tan cansado. Quizás por eso se pasaba meses durmiendo. Sus cejas se fruncieron al tiempo que sus boca se mantenía entreabierta, como si quisera decir algo pero realmente no sabía el que. Aquello era absurdo. Tanto por las palabras burlonas de su capitán como por su imagen. -No necesito que me expliques lo que se hace con eso no que todos lo tenéis. Ya lo sé.- Logró contestar mientras sentía un tic en su ojos izquierdo. -Eso no cambia que sea indecoroso pasearse por ahí como si acabasen de traerte al mundo, capitán.-

Todo se volvió más normal al llegar al comedor. La boca se le hizo agua a la joven solo con el aroma de la comida, aún a metros de llegar, teniendo que pasarse el dorso de la mano por debajo de los labios para asegurarse de que no estaba babeando, antes de contestar al zafiro. Y eso que ya se había comido lo que llevaba consigo. Aunque era uno de sus pequeños defectos. Tenía un apetito que superaba hasta el de Akagami, y eso que el era un dragón. Y su cuerpo quemaba la comida demasiado rápido... -Es algo que llevo pensando una temporada. Desde que decidiste firmar la paz con el gobierno, aunque las cosas no salieran como pretendías.- Respondió antes de adentrarse en el comedor. -Y con respecto a mi apariencia, no he dormido muy bien, eso es todo.-

Desde la perspectiva de Akane, había comida para abastecer a una legión. Se sentó y esperó a que Dexter hiciese lo mismo antes de empezar a llenar su plato con un poco de todo: Tortitas con sírope, Zumo de naranja, tostadas con Mantequilla y mermelada, galletas, gofres, comida salada, baicon... Un poco de todo. Le pareció una buena forma de perder tiempo para que ambos estuviesen servidos y que los trece encargados presentes se marchasen. Además, con la tripa llena hablaría con más facilidad. También pidió chocolate caliente para cuando terminase de comer, Y otra cafetera. Lo mismo bebiendo un poco se despejaba.

Ya en la intimidad, Mura se detuvo un momento para dar un breve sorbo a su taza de café. Degustando el amargo brebaje antes de dejar la taza en su lugar de la mesa y centrar su atención en Dexter. -La verdad es que, aunque creo que ya lo supusiste, no fue un tema con el que estuviera de acuerdo... Y que me hizo replantearme varias cosas con respecto a mis propios objetivos. Quería explicarte cuales son mis objetivos y su razón de ser. Entre otras cosas.- Aquella sería la segunda vez que le contase a alguien su historia, siendo la primera persona Akagami. No lo hacía para darle pena, de hecho, el que se la tuvieran sería odioso. Pero necesitaba explicar el que la movía.

-Cuando era pequeña... No sé muy bien como contar esto.- Dijo medio sonriendo. -Mi primer recuerdo es el de una habitación blanca herméticamente aislada y un montón de personas con bata blanca. Mi nombre, Murasaki, era una forma de nombrar al experimento que estaban haciendo conmigo. Había más niños, todos divididos según su color de ojos. Nos modificaron y jugaron con nosotros para convertirnos armas biológicas para el gobierno. O eso fue lo que llegué a saber mas adelante, por los uniformes que llevaban las personas que nos vigilaban.- Se tomó su tiempo, para explicar aquello. -Yo conseguí escapar, pero muchos niños murieron...-

Mientras hablaba, decidió ir comiendo de forma distraída, para evitar que la comida se enfriase antes de que ella terminara. Imaginaba que explicar aquello llevaría tiempo. -Esa es una de las razones de que no me agradase la idea de afiliarnos al gobierno.- Comentó antes de saborear un trozo de tortita. -Aunque hay más.-
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Lun 25 Jun 2018 - 20:27}

-El sistema educativo es un éxito entonces- contestó con cierta sorna mientras untaba mantequilla en un bollo partido a la mitad-. Y créeme que no era tan grande cuando vine al mundo.

Se dio cuenta del estúpido doble sentido que acababa de generar unos segundos después de decirlo, pero empezó a comer como si no le importase. Con un poco de suerte, Mura sería lo suficientemente inocente para incluso en esas circunstancias no darse cuenta de ello. Pero no podía oler su miedo, porque si lo hacía se daría cuenta de la burrada que acababa de soltar y probablemente, como cualquier animal salvaje o gato, atacaría. Tal vez.

Mientras escuchaba a la chica y devoraba su bollo untado en mantequilla y rebosante de beicon no pudo evitar preguntarse si dormir mal era lo que hacía que sus pechos creciesen. No tenía ningún sentido, aunque bien pensado seguramente se refiriese a las bolsas en los ojos, las ojeras y la cara de estar a punto de caer muerta en cualquier momento... O, lo que era peor, lanzarse a exageradamente lenta velocidad mascullando "cerebros" a por él. En cualquier caso, hubo algo que devolvió a Dexter del río de sus pensamientos a la superficie, donde Mura trataba de explicarle por qué no le había parecido bien su intento de "alianza" con el Gobierno Mundial. Era la historia de siempre, el Gobierno Mundial era malo y ella había sido una de sus inocentes víctimas en lo más tierno de la infancia. Habían experimentado con ella y muchos otros, de los cuales la mayoría en aquel momento ya estuviesen muertos.

-No me cuentas nada nuevo- terminó por decir una vez se aseguró de dar buena cuenta del primer bollo. Aún quedaba bastante beicon, y pensaba aprovecharlo-. Es decir, no te lo tomes a mal, pero no es como si no conociese al Gobierno Mundial. Fui cazarrecompensas, y más tarde shichibukai. No sólo eso, sino que también me ofrecieron participar en investigaciones de alto secreto- las cuales, realmente, no tenía ni idea acerca de qué trataban-. Mi inicio como pirata fue viendo el desprecio por la vida que tiene el Gobierno Mundial. Pero tienes que ver las cosas con perspectiva.

Definitivamente Akane no había comprendido el plan en absoluto, o al menos no su parte más importante. Mes a mes y año a año, los gastos en defensa de Fiordia iban aumentando. No podían enfrentar a un enemigo más grande, más rico y con una insultante cantidad de recursos disponibles de los que ellos carecían. Pero eso no bastaba, ella no había entendido la idea, y debía explicársela.

-El plan era firmar una supuesta paz mientras los piratas de Zane se ponían en el punto de mira para poder financiar a la Revolución- sentenció-, que tiene muchas más opciones y probabilidades de éxito que nosotros. No podemos luchar eternamente y, si debemos seguir haciéndolo, necesitamos hacerlo discretamente.

¿Estaba siendo demasiado duro con ella? Empezó a untar otro bollo.

-Sé que es un horror- dijo mientras echaba algo de queso por encima, listo para el beicon-. Sé que lo que hicieron y lo que hacen es inhumano, pero no podemos perder de vista el objetivo que nos mueve. Podríamos haber acabado con esos laboratorios sin hacer ruido mientras nos preparábamos para el golpe final... Pero bueno, en cualquier caso no importa ya, ¿No? Seguimos como siempre. Nada cambia en realidad- Se quedó callado por un momento, mirando su desayuno. Tras unos segundos que se hicieron extraordinariamente largos, volvió a mirarla-. Aunque supongo que tal vez lo entendieses, ¿Qué más hay?
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Lun 25 Jun 2018 - 23:08}

Las palabras de Dexter cayeron como un jarro de agua fría sobre la chica. Sabía que no pretendía ser cruel y que la realidad era esa. Claro que lo sabía. Pero eso no cambiaba nada. Sí, seguían como antes y eso era el problema.  Mura suspiró. No era tonta, aunque lo pareciera a veces. -No es que no comprendiese el plan. Simplemente mi moral me impedía aceptarlo.- Reconoció, evadiendo un poco la pregunta en primera instancia. -Y es por eso mismo que la idea de dejar las cosas como están me aterra. ¿Permitir que se sigan usando vidas como si fueran...juguetes? No puedo soportar esa idea. No quiero imaginarme a mi familia sufriendo lo mismo.- Explicó.

No esperaba que aquellas palabras hicieran mella en su capitán. ¿Familia? Según tenían todos entendido en la banda, o casi todos, Mura no tenía parientes, mucho menos una relación sentimental. Pero claro, eso había sido decisión suya. Cuatro años atrás había decidido cortar lazos con su hija, apenas unos meses después de dar a luz a la criatura. En primera instancia, pensó que sería lo mejor para la niña. Su madre era una fugitiva que apenas si se valía para defenderse a sí misma. No podía proteger a otros. No tenía esa capacidad... Ese instinto maternal. Hasta había sido un milagro que la felina aún fuera capaz de tener hijos. Pero en ese momento, el que estuviera perdida en algún lugar del mundo la aterraba. ¿Y si los demás no podían protegerla? Dudaba que la hubieran abandonado a su suerte, pero si alguien se la arrebataba y sufría lo mismo.

Terminó el primero de sus platos, dejándolo a un lado. Ahí iría apilando el resto. -Años atrás... Creo que fue unos meses antes de ese reencuentro en Gray termina, cuando me "propusiste" unirme a tu banda.- Se le escapó una carcajada. No se podía decir que fuera una propuesta precisamente. Había decidido desde algún punto que se uniría a los Blue Rose y ni siquiera entendía el porqué. -Tuve una hija. No fue algo que buscase... Simplemente sucedió después de... ¿Un mal momento? Me apresaron y me utilizaron, se podría decir. Aún tengo unas bonitas cicatrices en la espalda por aquel suceso.-  Explicó, antes de volver a lo que les concernía. -En aquel momento decidí que alejarme era lo mejor para ella, ahora no estoy tan segura.-

Hizo otra pausa, tomando una taza con chocolate humeante. Se quedó un momento observando el espeso líquido oscuro, disfrutando de su aroma antes de probarlo. Dio un sorbo y luego decidió meter un trozo de bizcocho en él. -Una de las cosas que quiero hacer es ponerla a salvo, aquí, en El Ojo.-
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Lun 25 Jun 2018 - 23:42}

-No es una cuestión moral, Mura- repuso-. Se trata de estrategia. La situación no cambiaba sino para mejor. Podríamos haber hecho tantas cosas buenas con el dinero que ahora deberemos invertir en asegurar Wano...

Pero dejó de hablar y siguió escuchando. Había dicho "familia". ¿Se refería a ellos? Bueno, lo cierto era que compartían casa, rutina y aventuras; además, seguramente todos diesen la vida por cada uno de sus compañeros. Sí, lo cierto era que podían conformar una buena familia. Cada miembro tenía sus excéntricas costumbres, manías raras y como mínimo tres muletillas irritantes, pero eso no importaba cuando estaban en familia: Juntos podían luchar contra viento y marea, levantar castillos en el aire, atrapar el viento entre los dedos y tejer aventuras que llevasen a vindicar un destino más justo para toda la humanidad. O, si fallaban, por lo menos habría sido una gran historia que contar.

Pero no, no se refería a ellos. No hablaba de los Blue Rose, hablaba de una niña pequeña nacida poco tiempo antes de que ella se uniese a la banda. El filo del cuchillo saltó de entre sus manos con tanta fuerza que se clavó en el techo, y cuando abrió el puño la madera del mango no era más que serrín. No alcanzaba a comprender qué le enfadaba más, qué le descolocaba más. Apenas se dio cuenta de que todos sus músculos se habían tensado de repente y sus ojos se inyectaron en sangre, clavados en la mesa. ¿La habían forzado? Habían hecho de la pequeña mura un juguete y se habían encargado de romperla, aunque les hubiese salido mal. Por otro lado, ella... Era madre. Había concebido una hija, y había dado a luz a una criatura para luego abandonarla. ¿Por qué? Todavía en su mente se revivían los recuerdos de Dahlia, las excusas baratas que le había dado, su propio secuestro muchos años más tarde... ¿Cómo? ¡¿Cómo?! Estaba ante otra mujer que camuflaba su egoísmo con bondad, enmascarada bajo la montera del miedo y ataviada con los colores de la piedad. "¿Qué habría sido de ella si me hubiesen atrapado?" era una pregunta vana. ¿Qué podría sucederle si su madre no estaba allí? Si había decidido engendrar aquella hija a pesar de todo, no tenía ningún derecho a eludir su responsabilidad de aquella manera. ¡Si hasta llevaba un dragón para protegerla! No había forma humana de entender, consentir o perdonar aquella afrenta.

Respiró hondo, tratando de serenarse, y con cada exhalación de su aliento el polvo que todavía quedaba cerca de él se alejaba más y más, cubriendo algunos alimentos. Se encontraba inmóvil, incapaz de moverse, paralizado por saber que, de poner un solo músculo en marcha, iba a pagarlo con la mujer que se sentaba delante de él. Entendía sus motivos, pero no podía defenderlos. Eran motivos estúpidos, miedos estúpidos. De una mujer estúpida. ¿Cómo podía haber renunciado a su hija por las buenas? Cerró los ojos.

Dejó pasar un par de segundos, pero en su mente ya había contado hasta siete mil trescientos cuarenta y cuatro billones novecientos ochenta y siete mil quinientos diecinueve millones trescientos cuatro mil uno. No era suficiente para relajarse, pero sí para retomar la conversación o, al menos, para seguir hablando.

-Entonces- el movimiento de su cuello fue mecánico y repentino. Su sonrisa, tensa y crispada-, ¿Estás diciendo que has tenido sexo antes?- hablaba con un tono educado, pero lo artificioso de su voz se desparramaba por cada sílaba-. Porque, si te apetece probar con cariño... Me pareces muy atractiva- no parpadeaba. Por su expresión parecía mantenerse al borde de un estado psicótico-. Sobre todo desde que... ¿creciste?- señaló, con una mano temblorosa, su apenas visible escote, y supo que el cambio de tema no era el mejor. Y sus formas, desde luego, eran las peores. Pero necesitaba dejar el tema, al menos por un momento más.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Mar 26 Jun 2018 - 0:20}

La tensión se apropió del lugar en un instante.  La presencia de Dexter inundaba el lugar con irá, toda ella dirigida hacia su persona. Aquella presión espontanea, junto al sonido de la madera haciéndose añicos en las manos de su capitán, provocaron que todo el vello de su piel se erizase mientras un escalofrío recorría su espalda. "Parece que la has liado". Dijo Kouga en su mente, ante lo que Mura solo pudo asentir para sus adentros, apenas un pequeño gesto. Aquel hombre podía asesinarla en ese mismo momento si lo quisiera, pero el mismo intento calmarse. Muy en vano. En cualquier caso y, aunque el tema de conversación que había sacado fue estúpido, forzado... y claramente algo por lo que le cruzaría la cara a cualquier persona de normal, decidió intentar contestar al menos uno de sus comentarios, tratando de calmar el ambiente antes de continuar. No quería que le próximo cuchillo acabase en su cabeza en vez de en el techo.

-¿Cre...Crecer?- Preguntó arqueando una ceja, tratando de mostrarse lo más calmada posible antes de fijarse en donde señalaba la mano del hombre. -Esto... Mi cuerpo lleva varios años siendo así. Aunque normalmente llevaba vendas  y ropa apretada para disimular un poco mi físico. Me resultaba más cómodo para entrenar y trabajar. Pero ahora mismo no estoy haciendo ninguna de esas cosas.- Explicó. En parte tenía parte de culpa por el complejo que sus cicatrices le causaban. -Con respecto a tu oferta... Dejemos ese tema de conversación para otro momento.- Hizo una mueca. No le parecía mal que su capitán tuviera ese tipo de interés y era la primera vez que una persona decía sobre ella que era atractiva... O quizás la tercera si se paraba a pensarlo, pero no era el momento.

-Con respecto a lo que te he dicho. No voy a poner escusas. Tomé una decisión, una egoísta.- Dijo retomando el tema de conversación. -Y por eso mismo quiero redimirme. Sé donde está mi hija y quiero traerla a casa.- Hizo una pausa, poniéndose alerta por si le tocaba esquivar algo. ¿Podría esquivar un ataque de Dexter? "Tampoco voy a quedarme quieta y dejar que me mate si se descontrola". Pensó. -Pero necesito tu ayuda. Quiero asegurarle un lugar donde pueda crecer ajena a esos peligros y también quiero salvar a todo el que pueda salvar de aquí en adelante.-

Lo segundo que quería pedirle era aún más egoísta que sus acciones anteriores. Poner a su hija a salvo, más "cerca" de ella solo sería algo temporal. No podría protegerla si se ponía al frente de las batallas que estaban por venir. Y no quería esperar a que tuvieran un ejercito listo para encargarse del gobierno. -Quiero empezar a movilizarme por mi cuenta y tengo un par de ideas, si me quieres escuchar.-
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Mar 26 Jun 2018 - 0:49}

Así como se había enervado instantáneamente, de pronto comenzó a reírse. No era una risa alegre, sino más bien histérica, pero desde luego prefería un ataque de histeria a uno de rabia. La situación se había vuelto ridícula, con Akane intentando explicarle que todo aquel tiempo había llevado vendas mientras él podía escuchar la voz de su interior gritar "peligro". Lo estúpido de la situación, el cambio de tema radical, el cuchillo volador y, qué demonios, que alguien había abierto una ventana, empezaban a hacer que el ambiente se relajase enormemente. Por lo menos, lo suficiente como para que su expresión volviese, tras la risa histriónica, a una normal. No muy alegre, pero sí una mueca normal.

-No eras miembro de esta banda cuando todo eso sucedió- dijo, apoyando las manos en la mesa-. No puedo castigarte por ello como si lo hubieses hecho a día de hoy. Pero eres mi tripulante y, mientras vivas en Fiordia, también mi súbdita. Te tengo mucho cariño, pero me decepciona que hayas llegado a hacer eso, y efectivamente vas a redimirte.

Tomó una nuez del frutero. La cáscara era dura, pero con un movimiento suave hizo que se partiese en dos y empezó a comer de su interior. Desde siempre, el aceite que aquel fruto seco tenía lograba relajarlo en cierta medida. Ni de lejos le hacía pasar los enfados, ni mucho menos iba a calmarlo, pero recordaba el esfuerzo que le suponía de niño abrirlas.

-Cuando yo era pequeño- dijo, tomando otra entre las manos- no era capaz de cascar una ni pisándola. Yo fui por bastante tiempo un chico débil, que no tenía nada- "salvo todo el dinero que pudiese soñar", se ahorró decir-. Cuando estaba en casa, a veces intentaba tallar las nueces que me veía incapaz de abrir. Aprendí a golpearla de la forma perfecta para partir su cáscara a la mitad, y los primeros barcos que construí fueron tallados en nueces. Por eso siempre tengo a mano, aunque su sabor... No te creas que es la gran cosa.

La tapa de la segunda nuez saltó con un débil quejido similar al de la madera dilatada.

-Como soy tu capitán, y si sigo siéndolo me seguirás, vas a recuperar a tu hija hoy- se levantó del asiento, y como por arte de magia los bombachos se fueron tornando unos largos pantalones chinos de color azul marino. Por su pecho se extendió una camisa blanca, y sobre ella una chaqueta a juego con el pantalón. El toque se lo daban los zapatos color pardo y el cinturón de cuero trenzado, aunque en algún momento debería plantearse llevar ropa de verdad y no una mera ilusión-. Ahora mismo, me vas a decir dónde he de volar para llevarte, y vive el Sol que te voy a llevar. Puedes contarme tus ideas por el camino.

Se apartó de la mesa y comenzó a caminar. En la percha de su dormitorio había dejado el mismo conjunto que "llevaba puesto", y tenía un par de minutos para vestirse casi seguro. Una vez lo hubiese hecho, sería hora de volar.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Mar 26 Jun 2018 - 23:46}

Agachó la cabeza ante las palabras de Dexter, mucho más relajada que segundos atrás. Sin embargo, varios sentimientos confrontados se aremolinaban en su interior: Culpa, no por haber "abandonado" a Dawn, sino por lo que vendría de ahí en adelante con ella a su lado. No podía prometer que fuese a ser una buena madre. Era alguien que siempre había ido a su bola. Apenas si sabía apañarse decentemente con Nala y Sumire. Y ellas se podían valer por si mismas.  Pero la culpa no era solo por eso. La sensación de que alguien pudiera sentirse decepcionado  por sus acciones... Era una de las pocas veces que había sufrido ese tipo de problema moral.

Divagando por su mente, terminó de comer todo lo que quedaba en sus platos mientras Dexter hablaba. No es que no le estuviera prestando atención, pero había muchas cosas en la cabeza, siendo la mayoría un caos que debía recolocar. Sin embargo, su capitán logró sacar de su ensimismamiento a la pelinaranja con una sola frase. Mura parpadeó repetidas veces. ¿Había escuchado bien?  -¿Perdón?- Preguntó incrédula la felina.  Aunque mientras lo hacía su capitán ya se estaba preparando para partir. -Se encuentran en una isla del Est Blue. ¿Cómo pretendes que vayamos....?- Tardó en cerrar su pregunta. Ya le había contestado: "Volando" Sí, vale. pero eso solo servía a la ida. Mura podía soportar la presión que suponía ir encima de Dexter o siendo llevada por él. Estaba acostumbrada en viajar montada encima de Sumire y, en alguna ocasión, de Berthil. ¿Pero y a la vuelta? Su hija tenía tres años, cuatro a lo sumo.  -Te das cuenta de que eso es una locura, ¿verdad?- Dudaba que la hubiese escuchado. Ni siquiera le dijo donde tendría que esperarle o cuando partirían. Como fuera... Tenía que hacer una llamada.

Cennin contestó al DDM solo tras la cuarta llamada, con voz ronca y un tono irritado. Pensándolo bien, tampoco había calculado la hora que sería en Isla Conomi... Bueno, aún habiéndolo hecho el chico hubiera sonado igual. -¿Quién demonios llama a estas horas? ¿Qué quiere?- Mura arqueó una ceja al escuchar su primera respuesta. Que ella supiera, su número solo lo tenían ella y Masrum, quien se comunicaba de vez en cuando con él para saber como se encontraba su hermana. Se había casado con el ingeniero hacía un año y eran quienes cuidaban de su pequeña Dawn.

-Yo también echaba de menos escuchar tu voz.- Contestó con ironía Mura. La conversación duró poco. Mura explicó los "problemas" que había tenido y la decisión de redimirse recuperando a su hija a su viejo "amigo", aclarándole que iba a visitarles ese mismo día, sino el siguiente. Este no terminaba de estar conforme con la idea, pero era su hija al fin y al cabo, así que "accedió" a regañadientes.

-Os veré en un rato.- Dijo finalmente Akane, suspirando.

-Solo espero que sepas lo que vas a hacer. No puedes volver a echarte atrás luego.- Contestó resentido Cinnen.

-Lo sé.- Tras aquello, Mura colgó el DDM y se dispuso a buscar a su capitán para marcharse. Aquel viaje sería movidito seguramente.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Miér 27 Jun 2018 - 0:26}

Eran unos pantalones preciosos, de color azul marino que brillaban plata al amparo de la luna. El bléiser, del mismo tono, contrastaba con la desenfadada textura del lino en su camisa, que dejó desabrochada a la altura del segundo botón. La hebilla del cinturón, por su parte, era discreta pero brillante, en una plata oscura que recordaba al acero, y unos zapatos del mismo color que su cinturón remataron el conjunto. Estaba listo para salir inmediatamente.

Caminó con paso decidido hacia donde olía Mura se encontraba, y se paró frente a ella con los brazos cruzados y mirada inquisitiva. No podía verla sin cierto rencor y una profunda molestia, aunque ella no tuviese culpa de lo que había hecho. De manera racional podía comprenderse, pero si dejaba que esperase más tiempo, tal vez la niña no perdonase nunca a su madre. Terminó bajando la cabeza mientras negaba compulsivamente. No, no había sido racional; podría haberse escondido, haber buscado una vida tranquila en cualquier lugar alejado de los ojos del Gobierno Mundial... Daba igual que para mantener su misma vida debiera dejarla apartada, pero un hijo debía cambiarlo todo. La vida no podía seguir indiferente a una vida que había crecido de uno mismo, y menos en una madre... ¡Estaban conectadas! Habían pasado nueve meses juntas, la una con la otra, y Akane había abandonado a su hija. No podía ni mirarla sin que se le cayese el alma a los pies.

-En fin...- terminó diciendo, mientras se apoyaba en una columna, encogiéndose de hombros-. ¿Dónde hay que ir?

Esperó su respuesta exactamente tres segundos, y tras eso se encaminó hacia la salida del palacio. El vestíbulo del magnífico edificio, decorado en mármoles oscuros y banderas de color violáceo. Algunas personas lo saludaban, pero él simplemente las ignoró para salir sin mediar palabra. Su objetivo aquel día era ir cuanto antes a donde fuera que debía llegar, coger a la niña y volver antes de la cena. Aunque seguramente la hija de Murasaki no estuviese familiarizada con el vuelo supersónico, así que tal vez estuviese precipitando las cosas. Se encaminó hacia los astilleros, donde John Johnson, el jefe de carpintería, trabajaba en la Joya III, el que sería algún día su buque insignia.

-Quiero un barco- dijo, y señaló el lugar exacto donde lo necesitaba. De hecho, Johnson sabía perfectamente lo que tenía que enviar y para cuándo. Aunque no serviría para su propósito inicial, por lo menos solucionaría la muerte por desnucamiento que tal vez la niña sufriese de ir en su grupa.

Según dio las órdenes pertinentes caminó por el nuevo puerto, que mantenía una zona franca únicamente para Akagami y él. Al contrario que Deathstroke, a ellos les venía muy bien espacio para despegar. Tomó su forma completa y esperó pacientemente mientras Mura no se subía a su lomo, sin decir absolutamente nada. Sólo estaba deseando volar y olvidar todo aquello por un rato.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Miér 27 Jun 2018 - 0:53}

Mura ladeó la cabeza al poco de cruzarse con Dexter, mirándole únicamente de refilón, en silencio. Tenía que mantenerse callada con la cabeza baja mientras se dejaba juzgar inquisitivamente. Era como un castigo no pactado que seguramente sería para la pelinaranja aún más duro que el año de tortura que sufrió como esclava.  Resopló con una media sonrisa ante lo irónico de la situación. Ella llevaba años condenada, lo había estado desde que se escapó y quería alejar a su hija de un futuro así. O eso pensó en su momento. Tal vez, de haber seguido igual, acallando sus preocupaciones al respecto para que la atormentasen en silencio no hubiera tenido que sufrir aquel martirio.

Dudaba que las cosas fueran a estar como "antes" y no únicamente con Dexter. "Mantente firme". Se dijo a sí misma mientras observaba como el hombre de cabello bicolor negaba mientras la observaba. Solo habló en cierto punto para contestar la pregunta de su capitán sobre a donde se dirigían y musitar con un nudo en la garganta que, si tanto le desagradaba su presencia en ese momento, porque no la había enviado con Sumire, en lugar de acompañarla. Pero solo fue eso, un murmuro que  pasó de largo al igual que él. Akane le siguió sin decir ni una palabra más por los pasillos hasta el exterior del palacio, y desde ahí hasta el puerto. No dijo nada mientras este hablaba con su carpintero y espero con una paciencia que la carcomía por dentro hasta que este se transformó en una imponente bestia de figura reptiloide y escamas azules.

"Solo va a ser un tormento más a la lista". Pensó sonriendo de forma amarga, antes de deslizarse por el lomo de su capitán, quedando sentada  en la zona de su espalda que separaba el cuello d las alas, con una pierna a cada lado. Se agazapó e incluso generó unos hilos con los que poder rodear el cuello de la bestia alada para no caerse en medio del vuelo. Una vez lista,  bajó el volumen que le permitían escuchar sus auriculares  para proteger sus tímpanos e indicó a la criatura que podía alzar el vuelo.

No hablaría mucho más durante el viaje.

No podría decir cuanto tiempo estuvo ahí subida, dudaba que apenas unas horas en las que se pasó todo el tiempo "tumbada", con los ojos cerrados la mayor parte del tiempo. Cuando los abría, podía notar como estos se volvían vidriosos, así que mantenerlos cerrados era una mejor opción. Se encontraba cansada por lo poco que había dormido, mareada por la velocidad que llevaban que no facilitaba el respirar tampoco, la verdad. Pero ella tenía resistencia suficiente para aquello. Al menos ese rato de embotamiento parecía dejar que se relajara... Aunque de haberlo hecho demasiado su viaje hubiera terminado ahí, cayendo al vacío por accidente. Por suerte o por desgracia, no sucedió.

Para cuando quiso darse cuenta, se encontraban sobrevolando la isla de Conomi.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Miér 27 Jun 2018 - 11:25}

Esperó paciente mientras Akane escalaba por su grupa, y rugió con una potencia que abarcaba toda la isla justo antes de iniciar la carrera. El asfalto que recubría su pista de despegue habría quemado las manos desnudas de cualquier persona, pero las acorazadas zarpas del dragón se movían con gracilidad apenas rozando el suelo. Mientras iba ganando velocidad sintió unos hilos invisibles presionar levemente su cuello, pero no les prestó atención y desplegó las alas instantes antes de que el camino terminase, dando la última zancada como un salto de dimensiones exageradas.

Ascendió con suavidad, ganando apenas un kilómetro de altura por cada varias millas de vuelo, y sus alas batían sólo cuando no encontraba una corriente de aire que lo impulsase. Volar siempre lo relajaba, e incluso en aquellos momentos sentir el viento golpear su hocico era una sensación reconfortante. Se dirigían a isla Conomi, una antigua población cojn viejas raíces y una historia de violencia. Según se contaba en las leyendas los primeros mapas completos del mundo, ya perdidos hacía eones, habían sido dibujados por una mujer nacida allí. En cierto modo temía que la historia pudiese repetirse, y que Murasaki hubiese apartado a su hija dejándola caer de la sartén a las brasas, pero en el fondo sabía que por muy egoísta que hubiese sido su decisión, jamás habría sido cruel en ella.

No habló en todo el viaje. Aunque hubiese querido no habría sido capaz de hacerse oír, por lo que se conformó con escuchar el tren de emociones que emanaba desde su compañera. A pesar de su enfado, trató de transmitirle algo de calma. Había actuado mal, pero no lo había hecho con mala intención... Mientras estuviese dispuesta a arreglarlo, era su obligación ayudarla.

Tardaron aproximadamente tres horas en alcanzar la Red Line, y dieron un pequeño rodeo para evitar sobrevolar Mariejoa. Cuatro horas tras aquello, el dragón comenzó a aminorar la marcha. Podía ver las pequeñas manchas de tierra que salpicaban el mar, el puente a ninguna parte de Tequila Wolf y las ruinas de Loguetown, donde tenía entendido se había instalado un pequeño asentamiento no hacía mucho. Le llevó un tiempo reconocer la isla Conomi, más por acercarse y apreciar los detalles que por cualquier otra cosa, y simplemente descendió suavemente dando vueltas alrededor del lugar. Una vez aterrizó, dejó que Mura bajase y recobró su forma natural.

-Akane- le dijo, seriamente-. Estoy enfadado por lo que has hecho. Pero no dejas de ser mi familia, no lo olvides.

Esperaba haber dado el tiempo suficiente a Johnson de llevar hasta él la nave que le había pedido. Se apartó de Mura con calma y le dio una palmada en el hombro; lo que iba a hacer debía hacerlo sola. Por su parte él iría a la rivera sudoeste, donde esperaba con ansias que I.S.L.A. llegase hasta él. Sólo entonces podrían marchar.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Miér 27 Jun 2018 - 17:01}

Los hilos se deshicieron nada más Mura notó como el dragón se posaba sobre el suelo, dejándose caer  por uno de sus lados. Se tomó varios segundos en recuperarse. Estaba pálida y por primera vez en su vida, mareada tras un vuelo. Poco le faltaba para echar el desayuno. Pero se recompuso, tragó saliva y miró a su capitán tras escuchar sus palabras.  Cabeceó asintiendo ante sus palabras y empezó a caminar.  Por un momento sintió que las fuerzas le fallaban. Una vez se alejara lo primero que tendría que hacer sería pararse a descansar. No quería asustar a Cinnen y su esposa, mucho menos a su hija. Pero tampoco quería mostrarse afectada delante de Dexter, por inútil que fuera aquella actuación un tanto arisca.

Hizo aparecer su cola y sus orejas se tornaron las de un puma mientras se alejaba, también se aseguro de volver a recalibrar sus auriculares antes de quitarselos de los oídos, apagarlos y dejarlso guardados en un bolsillo que tenía su camisa. Respiró hondo. Ahora le esperaba un breve pero tranquilo paseo por el bosque de arboles frutales que llevaban a la pequeña casa de madera. La había visto antes mientras volaban y sabía que no se encontraba muy lejos de donde habían aterrizado, pero igualmente se tomaría su tiempo.

-Esto me trae recuerdos.- Comentó Mura al aire, esperando que Kouga se hiciera presente ahora que estaban solos.

-¿El que te sermoneen como a una niña?- Preguntó el animal.

-Sabes que no me refiero a eso.- Le reprochó haciendo un puchero antes de acercarse a uno de los arboles. ¿Un naranjo? No, hay preferían las mandarinas. Pero no recordaba como se llamaba ese árbol en concreto, así que el nombre de Naranjo haría de buen sustitutivo. La joven subió con gracia y agilidad, quedando colgada de una rama, agarrandose con una mano y las piernas rodeando la madera, mientras su diestra se estiraba para alcanzar un par de frutos. Recuperaría el color tomando una o dos mandarinas... y podría ofrecerle alguna a su hija también. -Echaba de menos esta paz y soledad...- Hizo una pausa. -Aunque a la larga me acabaría cansando de ella.- Comentó, bajando como había subido. Dejandose caer a la sombra de aquel mandarino. Se tomó un buen rato antes de vencer la pereza y ponerse en marcha.  El cansancio y la sensación de comodidad le estaban jugando una mala pasada.

-Si te duermes te ganaras una segunda ronda de reproches.- Le recordó el felino a la pelinaranja, quien gruñó antes de ponerse en pie. Apenas otros cinco minutos después ya se encontraba frente a la casa de sus viejo amigo. "No sé si esa es forma de llamarle". Reflexionó, negando con la cabeza antes de llamar a la puerta. Al poco se escuchó un grito diciendo que entrase. El lugar era acogedor. No muy grande pero si lo suficiente como para que una pareja feliz y su hija lo habitasen, así como para dar al peliazul un lugar donde trabajar... Siendo continuamente molestado por una niña de tres años.

Cuando entró,  la imagen que vio le sacó una sonrisa. una diminuta figura trepaba  por la silla de Cinnen, intentando subirse a su regazo mientras este trasteaba con unos chismes. Donna, su mujer, se encontraba de pie, preparando algo en la pequeña cocina que había abierta al recibidor que era al mismo tiempo un comedor y salón. -Bienvenida.-Escuchó decir a la mujer de cabellos castaños. Pensar que cuando le salvó la vida a cambio de sufrir un doloroso castigo solo tenía unos quince años... El tiempo pasaba rápido.

-Siento venir a molestar de esta forma.- Se disculpó Mura con una sonrisa, antes de que la chica se voltease. Mura abrió los ojos como platos. Había madurado, y no solo eso, sino que iba a ser madre. El resto de habitantes del hogar detuvieron su disputa para quedarse mirando a la recién llegada. La niña se bajó de la silla y corrió hacia su "madre adoptiva". O eso supuso Mura que haría, pues no esperaba que la pequeña supiese nada de ella. Pero se equivocaba. Donna se agachó y le revolvió el pelo a la pequeña que le preguntó algo sobre su madre. Con sus oídos humanos no terminó de comprender su pregunta, pero viendo como la castaña asentía sonriendo y la pequeña se encaminaba hacia ella, temblorosa, podía hacerse una idea.

Akane se agachó para ponerse a la altura de la niña, mostrando una sonrisa asustada. Al hacerlo, pudo fijarse mejor en ella. Era preciosa. Pequeña, con la piel más pálida incluso que la suya y un cabello rojo oscuro. Sus ojos tenían una tonalidad de morado distinta a la de ella, mucho más pálido, y su cabello corto apenas pasaba por debajo de su mentón. Lo llevaba suelto y alborotado. La pequeña se acercó y preguntó en un murmuro -¿Mamá?-  Mura estuvo a punto de echarse a llorar. Sin voz para hablar asintió, aún manteniendo una sonrisa temblorosa. La pequeña Dawn sonrió entonces ampliamente y se abalanzó hacia la mujer, abrazándola.  Mura pudo sentir la mirada burlona de Cinnen sobre su cabeza. Se sentía engañada y se lo tenía buscado. Pero ya preguntaría más adelante al respecto. Reaccionando algo tarde, correspondió el abrazo de la niña.

-Te he echado de menos, Dawn...- Las palabras se vieron acompañadas de lágrimas silenciosas mientras la abrazaba con suavidad. Le acarició el pelo como solía hacer con Sumire, pero con mucha más gentileza, como si temiera lastimarla o ensuciarla con sus manos de asesina. Aquella niña era demasiado pura. Se apartó de ella  y se limpió las mejillas. -¿Quieres venir conmigo?- Preguntó.

Poco  después, ambas se encaminaban paseando de la mano por donde la pelirroja había venido.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Miér 27 Jun 2018 - 23:08}

Al suroeste de Conomi había una pequeña cala. Se trataba de una playa de arena dorada, tan fina que se escurría entre sus manos cuando intentaba tomar un puñado. Apenas había piedras esparcidas aquí y allá en un caos casi ordenado, y más allá de un par de pescadores nada rompía la serenidad del lugar. Para estar más cómodo, se quitó los zapatos y sintió el calor en ellos. Caminó unos pasos hacia la orilla y dejó el calzado tirado a un lado, junto a una roca de aspecto señorial. De hecho, parecía un bombín. La naturaleza podía ser muy elegante y hortera a la vez.

Se sentó en el hongo mirando la costa, esperando que en cualquier momento I.S.L.A. aparecería en el horizonte, preparada para llevarlo de vuelta al Ojo sano y salvo, o como mínimo para transportar al gato y a su hija sin poner en riesgo a nadie. Aunque habría preferido hacer la vuelta también volando, descansar las alas resultaba mucho más cómodo. Sin embargo, sabía desde lo más hondo que el submarino no aparecería pronto; tardaría todavía tres o cuatro horas, puede que más. Si no, bien podría haber tomado directamente la nave para viajar él mismo sin necesidad de transformarse; pero qué le iba a hacer, los reencuentros solían ser largos.

-¡Acho, y no etá el mozo ese de la gran siudá en mi asiento!- gritó un hombre desde su espalda. Era más bien gordo, bajito y por sus facciones podría haberlo confundido con un cerdo erguido. Llevaba boina, una caña de pescar y un acompañante tan flaco que parecía podría volar con que se levantase un poco de viento-. ¡Rapaz, que ese e mi sito, cohona! ¡Quita daí!

Dexter no pudo evitar arquear la ceja ante la extraña visión. ¿Qué le importaba a ese hombre que estuviera sobre una piedra? Había decenas a su alrededor con, ahora que se fijaba, forma de sombrero también. Había incluso un fedora hiperrealista que se negaba a creer que no hubiese sido tallado. ¿Cómo podría haber creado la naturaleza algo así? Aunque, bien pensado, la naturaleza siempre había demostrado tener un curioso sentido del humor dando mayor belleza a las formaciones accidentales que a máquinas perfectas surgidas de millones de años de evolución... Como ese paleto.

-Disculpe, pero...- intentaba ser diplomático, pero al carajo-. No me pienso mover de aquí.

Siguió mirando al infinito mientras ignoraba los gritos embravecidos de aquel hombre. Incluso habría jurado que intentó empujarlo, pero ni siquiera entonces le prestó la más mínima atención. Las olas rompían en la costa desbordando belleza exultante, y no iba a dejar que nadie le arruinase la jornada de relajación. Con una sonrisa, mientras los pueblerinos todavía estaban repasando una lista imaginaria de los miembros de su familia, simplemente se tumbó cruzando los brazos por detrás de la cabeza.

El cielo también era precioso, aunque los tablones de madera que amenazaban de forma bastante relativa la integridad de su cuerpo parecían medio carcomidos. Seguramente la marea los hubiese arrastrado hasta el lugar, y los habían sacado de algún lado escondido para prevenirlo a base de golpes. Cosa que, por otro lado, tampoco parecía funcionar, ya que él se mantenía sereno mientras un tras otro los maderos se rompían en su frente. Y, aunque no le doliesen, lo cierto es que le estaban tocando un poco los cojones.

-Tienen razón, caballeros. No debería sentarme aquí. Es un sitio peligroso. Pero no se preocupen, que nadie más volverá a ocupar su sitio.

Se bajó de la roca realizando un salto mortal triple con tirabuzón en la segunda vuelta y aterrizaje sobre una pierna, cayendo de pie justo detrás. Por un momento se quedaron pasmados, aunque no tanto como cuando levantó como si nada la roca para lanzarla, en cálculos aproximados, a unos trescientos metros de la línea de costa. Él, por su parte, se quedó tumbado en el agujero que había dejado, y por suerte o por desgracia, lo dejaron en paz. Sonrió con cierta tristeza. Allá donde iba terminaba con mala fama, aunque fuese por un par de gilipollas.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Jue 2 Ene 2020 - 17:11}

Mura pudo observar mientras iba caminando con la pequeña, ahora subida a sus hombros para ir aligerando la marcha, como una enorme cantidad de agua se elevaba en el horizonte, justo frente a sus narices. Aún quedaba un trecho para llegar a la costa pero no había que ser un genio para imaginarse a que se debía aquello. Aunque bueno, pudo haber sido una bestia marina que necesitaba respirar. Una ballena por ejemplo, como había leído tiempo atrás en uno de los libros de su maestro. Pero lo dudaba. Estaban demasiado lejos del mar y el ruido del agua agitada aunque bajo era inusual, como si algo hubiera provocado una serie de enormes olas con un proyectil. "Teniendo en cuenta que estaba con Dexter..." Una idea rondó su cabeza, y de verdad que quiso descartar que fuera eso. "Si hubiera planeado venir a por mi hija de primeras hubiera venido sola". Se repitió. "Sabía que era una mala idea". Y un suspiro se escapó de sus labios acompañando a esos pensamientos.

Continúo el camino en un agradable silencio, respirando aire fresco y disfrutando de los sonidos que la rodeaban en plena naturaleza. El peso sobre sus hombros y la suave respiración de su hija eran un extra que nunca pensó que pudiera sentir, y que tampoco esperaba fuera tan agradable, incluso cálido. Notó más presión que antes sobre su cuerpo, ahora también sobre su cabeza. ¿Dawn se había quedado dormida? La duda hizo que se detuviera al percatarse de que no iba tarareando como había hecho rato atrás y que la baraja de su espalda para llevarla de forma más cómoda para ambas. Mientras estaba en ello se puso nerviosa. Pudiendo observarla más de cerca. Era raro para ella todo aquello. Parecía irreal. Era de locos. -Estoy temblando.- Murmuró al darse cuenta del pánico que le daba sostener a un bebé por miedo a hacerle daño. -Todo está bien. Estarás en un lugar seguro y no tendrás pasar por lo mismo que yo, te lo prometo.- Y tras asegurarse de aferrarla suavemente contra su pecho siguió su rumbo, un tanto incómodo al estar pisando arena.

Sus pies se hundían en el suelo y levantaban polvo con cada paso que daba, además, no podía sacarse los zapatos para avanzar y no podría limpiarse de arena hasta que estuvieran en...¿Cómo iban a volver a casa? Bueno, ya se lo explicaría Dexter cuando le encontrara. En un principio, se planteó olfatear el lugar, pero la salinidad de la costa quizás no fuera lo mejor para su nariz, por lo que pasaría al plan B, buscar un lugar escandaloso acompañado de la característica presencia de su nuevo capitán. Estaba casi emocionada por presentarle a su hija. Se preguntaba: "¿Qué clase de actitud tendrá el gran záfiro azul en presencia de una niña tan pequeña?" Aunque bueno, lo poco que recordaba en aquél entonces sobre él no era tanto su capacidad para planificar acuerdos que le resultaban de lo más incoherentes posibles con la peor persona posible o que hubiera hecho una catapulta expresamente para propulsarla a ella a modo de "broma" (o quizás no tanto) sino cosas más agradables, como su primer encuentro. Bien pensado, a ella también la había tratado siempre como esa niña de dieciséis años y pico, así que supuso que no cambiaría en demasía esa forma de tratarla a ella con como trataría a su hija.

Al final, tras un rato paseando y maldiciendo por lo bajo mientras era observada por algunos pescadores del lugar, a los que no hizo demasiado caso por estar concentrada, más que para devolver el saludo si le hablaban, se encontró a Dexter tirado en la arena, con la ropa obviamente llena de la misma, mientras tomaba el sol en una especie de agujero. No pudo evitar lamentarse por la persona que le lavaba y planchaba la ropa a su jefe. -¿Disfrutando del sol, capitán?- Preguntó mirándole desde arriba, con media sonrisa en la cara. Se había situado con las piernas a cada lado de su cabeza. -Aunque podrías habernos guardado el sitio más a la sombra, no crees? Por cierto, pensaba que querías conocer a mi hija, Se llama Dawn.-
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Jue 2 Ene 2020 - 19:25}

Las nubes pasaban lentamente, tomando formas de animal de tanto en tanto. Un elefante que se deconstruyó en perro, un armadillo que se separó hasta parecer una lagartija, incontables manchas que se organizaron hasta semejar un dálmata... No pudo evitar acordarse de Robin tras tanto tiempo; había prometido visitarlo de nuevo, llevarse sus restos a donde finalmente se instalase, darle una tumba donde tuviese su descanso digno y merecido... Pero no lo había llegado a hacer. Ya no importaba tampoco, su perro debía ser poco más que huesos ya y si en algún momento pudo enterarse después de muerto de sus intenciones, estaba claro que sabría que había fallado. ¿Cómo podía dolerle decepcionar a un perro muerto? No sabía, ni tampoco quería saber. Estaba mejor simplemente disfrutando del sol.

Pero no era capaz.

Junto a Robin descansaban dos mujeres a las que había amado. Una le había dado nombre a su arma, mientras la ora yacía dentro de ella para siempre. La verdad, nunca se había molestado en tratar de llamarla de alguna manera, siempre contentándose con tratarla de "su hija" o "el bebé". Tampoco quería pensar en los nombres que le habría puesto, porque Alice o Karis llegaban a su mente como puñales al corazón, pero siempre le había gustado Helena. Con hache. O Rebeca, pero con c, porque la k era de zorras. De hecho esa distinción podía aplicarse a todas las Kandy, Kleo, Kloe, Krystal o Anika. Por el momento, visto lo visto, debía aceptar que Akane era la excepción que confirmaba la regla, aunque debía estar atento.

Decidió dejar de pensar por un rato para concentrarse en lo único que realmente quería tener en mente por el momento: ¿Cómo sería la hija de Murasaki? ¿Sería como su madre o sería tranquila? Igual tenía un par de enormes ojos morados y el cabello pelirrojo, pero capaz no se parecía en absolutamente nada a ella. Aunque, a decir verdad, casi esperaba a una Akane en miniatura con el mismo nivel de mala leche y mucha más energía... Y un lienzo en blanco. Sin traumas ni malos recuerdos, una niña podía marcar el destino del mundo mucho más de lo que Dexter jamás podría soñar.

- Mucho -respondió, echando la cabeza hacia atrás para ver a Mura. Desde esa perspectiva casi parecía tener mayor busto, aunque prefirió ignorar aquello por el momento. De surgir, tenían un largo viaje dentro de I.S.L.A. y un dormitorio muy cómodo para soñar guarradas-. Soy un lagarto, mi calor se gestiona así.

Se levantó perezosamente y se sacudió el grueso de la arena. Tras eso dejó fluir un poco de estática por el traje y los granos más dispersos saltaron por sí solos.

No tardó en fijarse en el bulto que llevaba la pelirroja -la niña, los otros entraban en su visión periférica aun sin pretenderlo- al tiempo que le era presentada como Dawn. Extendió los brazos hacia ella tímidamente, ofreciéndose a cogerla por un momento.

- Supongo que cuando despierte no será tan dócil, hay que aprovechar.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Sáb 4 Ene 2020 - 9:47}

Akane sonrió ante la petición del mayor, antes de extender los brazos para depositar a su hija en su regazo, con cuidad. –No sé qué decirte, sus “tíos” me han contado maravillas sobre ella. —Fue su respuesta al comentario. La pequeña remoloneo un poco al pasar de la cómoda postura que había encontrado en el regazo de su madre, teniendo que buscar una nueva para seguir durmiendo. Entre leves quejas y suspiros, entreabrió los ojos un instante y una mueca similar a una sonrisa se dibujó en sus labios mientras miraba a ambos adultos, antes de volver a acurrucarse, esta vez contra el pecho de Dexter.

La verdad es que la niña se parecía bastante a su madre: pelo cobrizo, un poco más claro que el de Mura que tenía una saturación de naranja rojizo casi sobrenatural, y con los ojos de color azul cielo en vez de morado. Pero bueno, los ojos de su madre originalmente no eran morados, y desde luego los del padre de la niña no eran azules, así que quizás esa fuera una pequeña pista sobre el propio pasado de la pelirroja. –Bueno, ¿qué te parece? Creo que le vas a caer bien. —Comentó la música estirándose.

Mura nunca hubiera pensado que el cargar con una niña tan pequeña podía dejar tan agotados los brazos, al igual que no esperaba ir a la isla Conomi aquél día ni que su hija acabaría por vivir en el Ojo con ella. De hecho, todo lo que esperaba era un permiso para poder cumplir con aquella promesa que parecía haber dejado en el cajón de las cosas pérdidas y olvidadas, al igual que Akagami. Cajón que duró muy poco tiempo abierto gracias a esa decisión de Dexter y que se hubo mantenido cerrado durante casi cuatro años, hasta que el mismo decidió por ella y por todos los miembros de los Blue Rose la disolución de la banda, así como entregar su vida al gobierno mundial. Siendo todo ello una farsa, claramente. Aunque Mura no lo vio tan claro, y no podía sacarse la conversación que hubieran tenido Dexter y ella mientras terminaban de operarle, mucho menos el dolor que sintió al ver como esa persona era atravesada sin poder hacer nada:

Cuando atravesaron el corazón a Dexter toda la confusión y el ruido que rodeaba el patíbulo pareció quedarse en un profundo silencio, como si por un instante todas las cosas del mundo hubieran dado el pésame a una de las personas que más habían marcado la vida de la pelirroja en los últimos años. Sintió un corte helado que no pudo esquivar, aunque tampoco parecía tener intenciones asesinas, pero lo ignoró. En silencio, dio un par de pasos hacía Dexter, que había caído rendido. Sintió su presencia expandirse y calló al suelo de rodillas, aunque no por el poder de su Haki, sino por no saber qué hacer. El dolor en su pecho era insoportable. Una lagrima cayó por su rostro, con los ojos abiertos, el resto de su cara era incapaz de generar otra expresión, aunque pronto todas sus facciones se tornaron en una mirada compungida por la pérdida y un grito de rabia se escapó desde su garganta al tiempo que su propia presencia parecía acrecentarse con su Haki del Rey descontrolado, y tras aquello otro silencio en su mundo. No se percató del suelo agrietado a su alrededor, y no le dio importancia tampoco a que la plataforma fuera a hundirse, porque no lo notaba. Sus ojos no eran capaces de apartarse del cadáver de su capitán y no lo hicieron hasta que Slade se lo cargó en brazos. Cerrando los ojos mientras una presencia que no recordaba en aquel instante cargaba con ella.

Tras eso, sus recuerdos quedaron bastante difusos. Ella estaba sumida en una depresión que llevaba tiempo sin sentir y no estaba preparada para asimilar. Creyó ver a Yoko y Berthil acercarse a ella para intentar alentarla, pero seguía confusa y estaba cansada. Con tanto ruido, lo mejor que pudo hacer el subcapitán por ella fue dejarla descansar en su quirófano improvisado mientras operaba al capitán. Ahí, se quedó, hecha un ovillo. La sangre se mezclaba con el olor de Dexter que impregnaba toda la sala. Casi parecía más un castigo que una forma de alentarla hasta que escuchó al cadáver hablar: “Ha ido de un pelo, ¿eh?”

La voz sonó con una levedad, apenas fue un susurro, pero Mura lo escucho alto y claro. Alzó las orejas mientras parpadeaba perpleja con su rostro aún oculto, haciendo que las últimas lágrimas dejasen sus ojos. Alzó la cabeza para confirmar, con la respuesta de Slade que, efectivamente era Dexter el que hablaba y no su imaginación. Sus ojos buscaron la cara del capitán, rojos tras haber estado llorando por su pérdida. Al menos parecía que se había desentumecido. De hecho, sentía una mezcla de alegría y enfado al mismo tiempo. Quiso gritarle que había sido un soberano imbécil, que a qué había venido todo aquello. Pero se contentaría con enfurruñarse y marcharse sin decir nada de momento, o eso pensaba. “Si te lo hubiera contado te habrías enfadado”. Aquellas palabras fueron como una bofetada para la chica, que se giró con una mirada que denotaba, había llegado a su límite.

–¿Enfadado? ¿Crees que no me he enfadado? – Las palabras le resultaban pastosas tras tanto rato llorando, su voz sonaba ronca y casi le costaba pronunciarlas. –¿Cómo crees que me sentí cuando Deathstroke nos contó que te habías entregado y te iban a ejecutar? ¿Cómo crees que me sentí cuando me prohibieron salvarte y me ordenaron que te dejara morir? ¿¡De verdad piensas que si hubiera sabido esto me hubiera enfadado y con cómo has hecho las cosas no!? – Tuvo que parar, mordiéndose el labio mientras las lágrimas querían volver a salir. La única respuesta que recibió, sin embargo, fue que no hubiera salido bien de otro modo. Akane se giró una última vez para echarle en cara que ella no hubiera interferido en sus planes de haberlo sabido y se fue a su cuarto pegando un portazo. Agradeció mucho el no haber dejado que su hija fuera con ellos, de hecho, quiso reprochar a Berthil y Yoko que hubieran traído a los mellizos con ellos.

Y de aquello ya habían pasado dos semanas. Tiempo en el que estuvo evadiendo a todos los miembros de los Blue que seguían en Fiordida, pues el mapache estaba desaparecido y Neo voló nada más llegó la noticia de la ejecución de Dexter y, al parecer, los demás no le resultábamos tan cercanos como para quedarse. Durante esas semanas Mura estuvo lo más alejada posible de todos ellos, incluso si se cruzaba con alguno de ellos (salvo con el vikingo pues él había sido tan poco informado de la situación como ella) les evadía y seguía su camino sin mediar palabra. Viendo que Akagami había actuado de forma similar cuando le pedía ideas o que fueran a ayudar a su capitán, casi estaba siendo amable con esa actitud. Al menos había seguido disfrutando por un poco más la compañía de Sumire y de su hija, así como de sus “mascotas”. Y había llegado a su propia resolución una vez escuchó que Dexter iba a convertirse en líder de la revolución, pero antes tendría que hablar con él.

Así que ahí se encontraba, sentada en el alfeizar de una ventana del pasillo, abierta, que daba a los jardines del hogar que aquella persona le había procurado, esperando a hablar con él. ¿Sabría abordar la conversación sin que su mal carácter saliera a la luz? Tal vez no importase, o quizás fuera mejor no omitirlo. Como fuera, las cartas volvían a estar sobre la mesa tras cuatro años.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Sáb 4 Ene 2020 - 18:39}

- Esto lo cambia todo, ¿verdad? -preguntó Dexter en un susurro al bebé mientras lo sostenía en brazos.

Por un momento pensó que Dawn lo miraba, pero no tardó en darse cuenta de que se había quedado por fin dormida. No esperaba que todo sucediese de esa forma, y de pronto... Un bebé. Podía escuchar la respiración de Akane en la habitación, durmiendo profundamente. Era normal, en parte; horas de viaje a lomos del dragón, recuperar a su hija, una discusión que terminó de forma inesperada y la sensación de que todo aquello no estaba sucediendo. Sonrió. Había sucedido, de una forma o de otra, aunque ni en mil años habría pensado que podría estrenar I.S.L.A. con cualquiera que no fuese Alice. En cierto modo eso era lo más bonito de la vida, el no saber nunca qué podía suceder al instante siguiente. Ni siquiera él era capaz de verlo.

Arrulló a la niña en brazos antes de dejarla sobre su improvisada cuna -básicamente un sillón contra la pared- y paseó en silencio por el submarino. Libros, instrumentos, un reproductor de vídeo y algunas películas... No resultaban tan interesantes como la sala de máquinas, en realidad, perfectamente limpia y engrasada. Él la había diseñado para ser perfectamente segura y con una precisión milimétrica había organizado cada tubo, cañería o válvula de los conductos; también había diseñado la Inteligencia Artificial que controlaba el piloto automático, aunque seguía sintiendo cierta incomodidad ante la idea de dejar su seguridad a cargo de una máquina. Por eso no dormía.

Por eso, y por Akane.

Tenía sentimientos encontrados respecto al gato: Era su amiga, y se conocían hacía media vida -al menos media vida de Akane-, pero no sabía hasta qué punto podía confiar en ella; si bien su brújula moral apuntaba hacia la dirección correcta, su forma de desenvolverse era errática y peligrosa. La pelirroja podía suponer un peligro para todo lo que intentaban construir, y después de aquel día... ¿Debería sentir algo más? "No". Se había hecho la misma pregunta muchas veces desde la noche tras recoger a Dawn, y aunque tras todo ese tiempo aún encontraba su olor cuando se ocupaba del mantenimiento de I.S.L.A. la respuesta seguía siendo la misma.

Pero ese día no estaba haciendo el mantenimiento del submarino, simplemente daba vueltas sobre su cama fingiendo que dormía. Otra vez estaba en una cama que sentía ajena aunque era suya, y tras tantas veces había aprendido ya que solo una persona llamaba a esa habitación. Por algún motivo, Akane nunca había subido hasta el Colmillo, y Dexter mantenía respetuosamente la tradición de abrirle siempre la puerta.

Llevaba dos semanas tratando de hablar con ella, explicarle el plan y por qué no podía decírselo, y aunque ella se había negado a escuchar sabía que en algún momento terminaría entrando en razón. Había resultado ser ese por casualidad, pero tampoco iba a ser tan estúpido como para desperdiciarlo. En cierto modo le debía una disculpa, o una explicación en profundidad de por qué no podía contárselo. No podía dejarlo en un "si lo hubieses sabido no habría pasado", ni tampoco podía frivolizar con la muerte del mapache por culpa de aquel numerito. En cualquier caso se levantó, y sin pensar en otra cosa abrió la puerta.

Allí estaba ella, sentada sobre el alféizar de la ventana esperando para hablar con él, mirando los jardines del palacio maravillada; al menos a Dexter así le pareció. Volvía a ser de día muy temprano, como aquella vez, y en cierto modo se dio cuenta de que algunas cosas nunca cambiaban. De lo que no se dio cuenta fue de que, otra vez más, estaba completamente desnudo.

- Buenos días, Akane -alcanzó a decir mientras se acercaba al hueco de la ventana, respirando el aire fresco de la primavera en el ojo.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Sáb 4 Ene 2020 - 20:21}

Sus violáceos, fijos hasta aquel momento en algún punto perdido del jardín, se tornaron hacia la dirección en que había escuchado la voz del dragón. Su pulso se aceleró por un momento ante lo violento de la situación, más no tardó en volver a la normalidad. Sin la tenue luz que calentaba su rostro y reflejaba la palidez de su piel, se podía observar la cara de una mujer joven y realmente cansada, enmarcada entre los dos mechones sueltos de cabello y el flequillo que la larga trenza que había hecho para recogerse el pelo no era capaz de sujetar. No llegaba al punto de estar demacrada pero las bolsas bajo sus ojos indicaban que llevaba un tiempo durmiendo mal. Pero ella se mantenía inexpresiva y en silencio. Tardó un poco en contestar el saludo de Dexter, el mismo tiempo que le llevó el mirarle de pies a cabeza, clavando sus ojos durante unos segundos de más en el pectoral del dragón, que aún tenía leves marcas de la herida en el corazón y la operación. Pero no comentó nada al respecto, tampoco se alarmo, aunque bueno… No había ya nada que pudiera sorprenderle o hacer que se alarmase en aquella escena.

—Sí que hace buen día. —Concedió Akane, antes de volver su vista de nuevo al jardín, inspirando levemente para disfrutar del relajante aroma de las flores y la tierra empapada por el rocío. Dudaba que fuese algo que pudiera volver a hacer relajadamente. –Por cierto, para ser una lagartija de sangre fría, disfrutas mucho de ir falto de ropa. —Añadió con increíble parsimonia, antes de dejar que el silencio les rodeara. Quería dar un margen a Dexter, ver si tenía algo que decirle tras dos semanas sin hablar -que se hubieran alargado de no ser porque tenía algo de lo que hablar con él- o si simplemente iba a esperar abordar el tema de por qué había decidido dar el primer paso ella para hablar con él.

Y en verdad esperaba que Dexter dijera algo con solo eso, porque si no aquello se convertiría en un monologo, no muy diferente a hablar con una pared. Podría improvisar, incluso ya lo habría hecho en alguna ocasión en su cuarto, aprovechando los momentos en que Sumire se llevaba a su hija a jugar por ahí y el lugar se quedaba vacío. Puestos a pensar en ello, podía agradecer al menos que el plan de Dexter hubiera sido un éxito también por su hija. Por alguna razón, Dawn   no se parecía tanto a ella, o si lo hacía era a una versión de ella muy anterior a la que se unió a los Demons. Era más tranquila, aunque mantenía algo de su cabezonería, pero sin llegar a tener el temperamento de su madre… Y desde luego quería mucho a su familia, en especial a Dexter y a Akagami. De hecho, en esos momentos se encontraba visitando a sus “primos”, Suoh y Aloy. Pero de los dos dragones, aquel con el que más había congeniado fue con el de alas azules. Quizás Berthil era demasiado intimidante para ella. Lo que tenía claro, es que a la pequeña le hubiera roto el corazón que su “tío” hubiera muerto. —Por cierto, Dawn te manda recuerdos. Me dijo que esperaba que te “pusieras bueno” pronto para ir a verte porque te ha echado de menos. —Acertó a decir rompiendo el silencio, antes de volver a esperar las palabras del dragón.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Sáb 4 Ene 2020 - 23:59}

- Pero si ya estoy bueno -replicó con una media sonrisa y guiñándole un ojo-. ¿O no?

Inspiró profundamente a través del ventanal, dejando que el aroma de las flores impregnase completamente sus pulmones. Tras el tiempo encerrado había aprendido a apreciar más cada pequeña cosa, cada detalle, cada flor y cada hoja de una forma totalmente nueva. En cierto modo podría incluso decir que una parte de sí mismo había muerto, que se había reconciliado con los demonios que lo habían atormentado durante años. Incluso en cierto modo se podía decir que no había estado vivo hasta pasar por ese "trámite". Tampoco quería llenarse la boca diciendo haber renacido, o sentirse más completo, porque en su vida seguía faltando algo, pero tenía por fin un objetivo que lo impulsaba; tal vez un estúpido sueño idealista que terminase con él muerto, pero tenía uno.

- El sol hace bien a las cicatrices, ¿sabes? -Dexter sabía muy poco de medicina, pero escuchaba cuando su médico le decía algo-. Esta vez no es por gusto.

Se dio cuenta, cuando tocó la fría pared, de que tampoco llevaba parte de abajo y con un gesto de entendimiento dejó que una ilusión cubriese eficientemente su ten inferior. Desde la cintura, aproximadamente, comenzó a hilarse tranquilamente un pantalón que engañaba a los sentidos, a pesar de que no estuviese allí. Personalmente él seguía sin comprender aquella suerte de puritanismo, al menos no con él después de todo, pero cedió para que se sintiera más a gusto; al fin y al cabo, si había accedido a ir hasta allí no era cuestión de incomodarla.

- Te escribí una carta -dijo, sin mirarla-. Mientras estaba en prisión, me refiero. Es... Curioso, ¿sabes? había tantas cosas que no me atreví a decirte... Tenía miedo de que cualquier cosa saliese mal, de que... No sé. -Dejó la vista fija en el cielo. Las nubes ya no parecían animales, pero la situación se parecía tanto a hacía unos años... Solo que, aquella vez, él era el que debía una disculpa-. Hay una especie de ley cuando ves el futuro: Es la profecía ciega. Si tú dices que algo va a suceder, sucederá... O no. Porque si te niegas a aceptar ese destino lo cambiarás, y de verdad que estudié al menos cien escenarios tras contártelo. Ninguno era bueno para ti. Sé que no justifica haberte hecho pasar por esto, ni haberle pegado a Berthil, ni... -Frenó antes de mentar a Rocket. Él sabía lo de su enfermedad, pero era una pobre excusa si fingía que no habría intentado curarlo: El mapache debía morir para que el mundo tuviese una oportunidad-. La clarividencia puede ser una maldición, Akane, y muchas veces elegimos el destino que más nos complace sin pensar en las consecuencias. Yo de verdad que he intentado hacer lo mejor, pero lo mejor nunca hace feliz a nadie.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Dom 5 Ene 2020 - 1:16}

Mura dibujó una mueca ante el comentario de Dexter, antes de apoyar la cabeza sobre sus manos, quedando con las piernas cruzadas y los codos clavados en sus propias piernas, con la espalda algo encorvada. Era una postura muy informal, de hecho, resultaría hasta burda o maleducada en los ambientes en que su maestro se solía mover, pero ¿y qué?—Supongo que malo no estás, no.—

Sus ojos observaron al hombre a su derecha mientras se estiraba y hacía como ella, tomando aire para disfrutar de la brisa matutina, notando que no se había percatado hasta ese momento de lo que decía sobre ir en paños menores, esta vez sí se le escapó una leve risa. –No lo decía porque tuvieras que vestirte. Solo era una observación. —Aclaró, antes de prestar completa atención a sus palabras.

¿Una carta? ¿El no ser capaz de ver un mejor futuro para ella? Todo ello sonaba vacío para Mura. Si bien tenía cierta curiosidad por qué fue lo que le escribió estando en la cárcel. Pero eso siempre ha sido parte de su personalidad. Quizás ahí el excapitán de los Blue pudiera jugar una baza a su favor. –Me gustaría… leer la carta luego, si aún la tienes. —Admitió, mientras deshacía la postura en la que se encontraba y se estiraba elegantemente antes de ponerse de pie, de espaldas al jardín. –Y sobre lo del destino… Yo no sé qué se siente pudiendo observar tantas cosas. Mis capacidades para “percibir” que va a pasar son más bien de un futuro inmediato, pero…Cuando era pequeña, durante unos dos o tres años tuve la oportunidad de viajar con una persona que tenía, entre otras cosas muchos libros. Algunos contenían historias viejas y llenas de polvo, en las que existían dioses y criaturas que podían predecir el destino. Y en casi todas ellas ese destino terrible que tanto intentaban los protagonistas evadir, acababa llegando a ellos por saber que existía y tratar de enfrentarlo. Si no hubieran buscado una forma de evadirlo tal vez no se hubiera hecho realidad, es lo que opino yo… Además, ¿qué hubieras hecho de no haber llevado la razón? ¿Y si tus cálculos en el patíbulo no hubieran sido correctos a pesar de seguir tu plan? Si dices que ves el futuro, también sabías cómo iba a reaccionar, que provocaría un “escándalo”. –Esa palabra sonó acida en sus labios. ¿Era eso lo único con lo que las personas a su alrededor podían definirla? Inspiró, algo agitada.

Tuvo la necesidad de apretar los puños para mantener la calma con la que llevaba hablando desde que habían llegado. –Entonces… ¿Me utilizaste? ¿La razón por la que no me contaste nada fue para usarme como distracción para tu plan? —Su voz se quebró un poco al pronunciar aquella pregunta. Akane alzó la mirada, clavando sus ojos en los azules de Dexter, esperando una respuesta. Se podía notar en su mirada que esperaba que la respuesta no fuera esa. —¿Por eso no podías contármelo? —
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Dom 5 Ene 2020 - 1:50}

- Nunca te he utilizado, Akane -contestó con cierta sequedad-. De hecho has peleado contra la única persona que, aun pudiendo haberte matado, jamás lo habría hecho.

El almirante de hielo era una persona confiable: Atento y galán, un poco pervertido... Todo el mundo sabía de qué pie cojeaba; todos sabían que, de enfrentarse a una mujer, evitaría por todos los medios hacerle daño. También cualquiera sabía que Al Naion atacaría a cualquiera que tratase de interrumpir su duelo. Había muy pocas circunstancias en las que aquel cuadro fallase, todo el mundo lo sabía. Lo que no todo el mundo sabía era que la Ventisca del Sur había aceptado luchar contra Murasaki a sabiendas de todo aquello, consciente de que nadie evitaría que él mismo impidiese, sin dañar a la muchacha, que se acercase al patíbulo.

- No eras parte del plan. -Trató de acariciar su cara-. Cuando Deathstroke te lo hizo saber había dos opciones: Ibas a intentar asaltar la ejecución o quedarte cuidando a tu hija. -Tras tanto tiempo estuvo a punto de decir "mi hija", pero afortunadamente verbalizó bien-. Yo solo traté de que, si elegías la opción más probable, nada malo pudiera sucederte y estuvieses aquí de vuelta.

Tras aquello se detuvo por un momento, fijándose en el gran roble que decoraba el centro del jardín. Siempre le habían dicho que otros árboles eran más nobles, pero él disfrutaba viendo el enjuto roble ascendiendo poco a poco con la fuerza que ninguna planta más esbelta poseería nunca.

- Había dos posibilidades llegados a mi ejecución -confesó. Era una parte que se había reservado para sí mismo, ni siquiera Deathstroke era consciente de ella-. Si no hubiera explicado todo perfectamente a Slade, incluyendo qué debía hacer, en qué orden e incluso cuándo ir al lavabo podría no haber funcionado. Si no hubiera hecho que nuestro médico cambiase mi destino en el momento que yo debía morir... No podría contarte esto. Pero si yo hubiese muerto hace dos semanas nada cambiaría respecto a ahora: Slade tomaría mi lugar, unificaría a la Revolución y encararía al Gobierno en la gran guerra final. La única diferencia reside en que yo no lo vería. Y era un riesgo que estaba dispuesto a correr.

"Y era lo más probable", reconoció en su cabeza. De hecho, de no haber sido porque Deathstroke había reunido sangre suficiente ni toda su fortaleza podría haberle salvado de una muerte segura. Una vez cerradas las heridas, al fin y al cabo, una tubería vacía no servía para trabajar y el colapso habría sido inminente. A pesar de lo que pudiese hacer pensar en ese momento a sus compañeros, él estaba realmente afrontando un destino que, antes o después, le iba a sobrevenir.

- Podría haberte utilizado -constató, tras un rato de silencio-. Podría haberte pedido algo que he buscado años, y te habría atado con ello a esta isla... Pero no lo hice. Porque tomé mi camino, y todos los demás debíais tomar el vuestro.
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {Dom 5 Ene 2020 - 10:46}

La tensión del momento se relajó con las palabras de Dexter un poco. Mura aflojó los hombros y prestó atención a lo que le decían. No era tan cabezota como para no escuchar las palabras de su amigo. Amigo, pues la jerarquía que antes acompañaba ya no se encontraba entre ellos. Dejó que apoyara la mano contra su piel, que sus dedos acariciaran su mejilla, y suspiró. Todavía estaba molesta, sobretodo porque el “no ser parte del plan” podía implicar en otras ocasiones que no era útil, o que se atreviera a decir que el pelearse con esa persona en concreto estaba predestinado si hacían las cosas así, y estaría a salvo. No era ella la que se jugaba la vida. Pero lo dejó pasar por alto.

Simplemente se dedicó a seguir con la mirada los ojos grises del hombre frente a ella, forzando un poco el cuello, pues al contrario que Akagami, Dexter era terriblemente alto. Se fijó en como sus ojos se perdían en el jardín de nuevo y trató de adivinar hacía que se dirigía su mirada. Con la diferencia de pensamiento de ambos, Mura no se fijó en el roble por sí mismo, sino que se puso a escrutar con la mirada entre sus ramas y hojas algún animalito. Pero no encontró nada. Tampoco le encontró sentido a las palabras que acababa de pronunciar él en última instancia: “Pero si yo hubiese muerto hace dos semanas nada cambiaría respecto a ahora.” Por mucho que se refiriese a su plan, aquellas palabras hicieron que Mura de verdad se enervará, ni siquiera quiso terminar de escuchar las palabras del contrario, y lo que tardó en interrumpirlas fue el tiempo que sus hilos tomaron para formar bajo sus pies los escalones necesarios para que la felina pudiera encararla como era debido.

La mano de Akane trató de cruzar el rostro de Dexter con una fuerza mucho mayor de lo que una bofetada normal pudiera tener, y si bien era posible que el chico de cabellos bicolores la esquivase, en verdad esperaba que su mejilla se enrojeciese con la forma de su mano, tanto como lo habían hecho sus ojos durante el mes pasado por su culpa. –No te atrevas a volver a decir que nada hubiera cambiado. –Espetó Mura sin apartar la mirada ni por un instante. –¿Qué tu plan hubiera salido bien igualmente? ¿Debo entender qué te hubiera sido indiferente el morir? Tu muerte habrá significado algo para el mundo, incluso si ha sido una farsa. Pero lo que hubiera supuesto tu muerte para nosotros hubiera cambiado muchas cosas, cosas que creo tenías cierto interés en proteger. –

No esperó respuesta alguna a ese comentario, y tampoco iba a dejarle rechistar, por lo que simplemente deshizo su escalerita y volvió a acomodarse frente a él, de brazos cruzados y con la espalda contra el muro. En su cabeza, la voz de Kougar intentaba recordarle que no era para discutir con él para lo que había ido, tratar que se templase. Mura Bufó, aunque se sentía en parte hipócrita teniendo en cuenta lo que quería hablar con el Zafiro. “Solo que yo no pretendo morir ya…” Se recordó a sí misma.

Los minutos se alargaron en silencio hasta que Dexter volvió a perturbarlo para añadir algo que casi hace reír a Mura. No una risa amarga, pero tampoco alegre. Quizás algo burlesca ante tal idea. Pero sus comisuras apenas se movieron. Si había entendido bien el uso que tal vez Dexter le hubiera dado a su persona. –Bueno, parece que los seres divinos también se equivocan. – Bromeó, aunque era una broma de muy mal gusto. –Creo que hay algo que todavía no entiendes, Dexter… Y es que da igual lo que hagas, no puedes atarme a este lugar. Las ataduras que tuve, y las que aún mantengo son cosas que yo misma he elegido. Pero hay muy pocas cosas que pueden mantenerme atada a algo realmente. Si se hubiera dado esa situación, incluso si hubiera accedido a tu petición, esas ataduras hubieran sido solo algo temporal. –Pensándolo bien, Akane llegó a la conclusión de que era el propio dragón quién se hubiera atado a sí mismo con aquella petición. Pero eran solo cavilaciones suyas basadas en su comportamiento con su hija y con los pequeños de Akagami. Pero ya era tarde para esas ocurrencias.

–De hecho… Esa palabra: “ataduras”. Puede que venga bien para hablar de lo que dejamos a medias hace cuatro años. A no ser que tengas algo más que decirme. –Esperó un poco para ver si quedaba algo más que abordar por su parte y tras recibir o no sus palabras y corresponder a ellas le diría la decisión que había tomado. Luego vendrían los detalles y el por qué. –Voy a marcharme, Dexter. Dejaré Fiordia cuando tenga un par de cosas arregladas. –
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Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura)  Empty Re: Tenemos que hablar (privado Dexter/Mura) {}

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