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De cuatro puertos que tenía la ciudad, tú llegas por el sur. Solo puedes ver edificios cada vez más altos, especialmente en el centro de la isla, colores brillantes, demasiados sonidos diferentes como para tratarse de una isla tranquila. No existe vegetación que no sean palmeras atosigadas entre la polución de una ciudad, la sombra de las construcciones. El dinero no parece que escasee, aunque en los límites con el mar, la ciudad está un poco desmejorada. Supongo que tus viajes persiguiendo sueños acaban llevándote a este sitio, que es una parada más en el camino. Y aún no conoces su fama... La depravación en estado puro.
Tus opciones no son demasiadas. ¿Buscas líos, diversión? ¿O mejor comida y una cama antes de aventurarte a nada más? Porque ah, sí, me olvidaba. Te rugen las tripas y no está del todo claro si es debido al ligero mareo que tienes por el viaje en barco o a un hambre atroz. Quizás deberías entrar en esa taberna que está a unos metros, y que tiene un aspecto viejo. Destartalada y con la madera destrozada por la humedad del mar, el interior no parece prometer mucho más, aunque es difícil saberlo si no entras. Hasta ella parece estar cansada en ese puerto. O puedes moverte e intentar encontrar otro sitio que te guste más.
Tus opciones no son demasiadas. ¿Buscas líos, diversión? ¿O mejor comida y una cama antes de aventurarte a nada más? Porque ah, sí, me olvidaba. Te rugen las tripas y no está del todo claro si es debido al ligero mareo que tienes por el viaje en barco o a un hambre atroz. Quizás deberías entrar en esa taberna que está a unos metros, y que tiene un aspecto viejo. Destartalada y con la madera destrozada por la humedad del mar, el interior no parece prometer mucho más, aunque es difícil saberlo si no entras. Hasta ella parece estar cansada en ese puerto. O puedes moverte e intentar encontrar otro sitio que te guste más.
- OFF:
- Por ahora no es mucho lo que puedas hacer, es un post más de presentación que de otra cosa :3 como es tu primer moderado (al menos en este foro) te advertiré que escojas lo que escojas, yo soy la que te dice lo que te encuentras dentro de cada sitio. Lo que veas por la calle es cosa tuya, siempre que sea algo lógico (ej: ver un unicornio rosa fucsia porque sí(?)). También puedes escoger otras opciones que no he incluido, aunque no lo parezca.
Para cualquier otra duda envíame un MP o háblame por skype (está en la firma).
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acababa de llegar a la ciudad, llevaba un tiempo ya viajando en aquel barco a medio andar y hace un rato ya que habían comenzado a ahorrar en comida. Llego por el sur de la isla y frente a el se abría un paisaje dominado por los edificios que componían un horizonte cada vez mas alto mientras más al interior de la ciudad se mirase, pero el no buscaba gran comodidad, solo un lugar donde poder descansa sin moverse de un lado al otro y que le entregaran un buen plato de comida caliente. Apenas bajo del barco noto la ausencia de vegetación, cosa que en lo particular no le agradaba demasiado, siempre había preferido un ambiente fresco, vegetativo y salvaje más que las típicas ciudades infestadas de gente que no logran ver mas allá de sus necesidades generadas normalmente por los dueños de dichas ciudades. Pero no se quería apresurar a juzgar, por lo que se mantenía con la esperanza de que hubiese gente agradable y alguna que otra plaza mas hacia el centro de la ciudad.
Sus tripas no tardaron en rugir, cosa que lo obligo a centrar su atención en lo que tenia mas próximo, una taberna que se alzaba frente a el. No parecía el mejor lugar, la madera se veía bastante húmeda, vieja y mal cuidada, pero de todas formas su capital no le permitiría aspirar a mucho mas, ademas nunca le habían molestado esa clase de lugares, solo esperaba que tuviesen comida caliente o en su defecto, sabrosa. Nada mas importaba en ese momento, era un hombre llevado por sus instintos, y como tal se dirigió a aquella taberna sin siquiera pensárselo dos veces. Ya tendría tiempo luego para hacer algo de dinero, con una simple función callejera de acrobacias le bastaría, ya le había funcionado muchas veces en el pasado, no tendría por que ser distinto en esta ciudad, pero primero lo primero, y tenia el dinero suficiente para pagar aquel lugar.
se encamino directamente a la puerta y observo la madera astillada del lugar, centrándose luego en la puerta, la cual tenia el mismo aspecto mohoso que el resto de la taberna, sin contar con las herrumbrosas bisagras de esta. Pero no había nada que hacerle, no tenia el mejor aspecto, pero siempre había preferido un lugar mas humilde que un antro de burgueses. Abrió la puerta con ímpetu, esperaba hallar un lugar agradable y de ser así se dirigiría directo a la barra, saludaría al tabernero y pediría cualquier plato que los satisficiese según sus prioridades. Tal vez después pediría una habitación, pero eso se vería luego de alimentarse un poco.
Sus tripas no tardaron en rugir, cosa que lo obligo a centrar su atención en lo que tenia mas próximo, una taberna que se alzaba frente a el. No parecía el mejor lugar, la madera se veía bastante húmeda, vieja y mal cuidada, pero de todas formas su capital no le permitiría aspirar a mucho mas, ademas nunca le habían molestado esa clase de lugares, solo esperaba que tuviesen comida caliente o en su defecto, sabrosa. Nada mas importaba en ese momento, era un hombre llevado por sus instintos, y como tal se dirigió a aquella taberna sin siquiera pensárselo dos veces. Ya tendría tiempo luego para hacer algo de dinero, con una simple función callejera de acrobacias le bastaría, ya le había funcionado muchas veces en el pasado, no tendría por que ser distinto en esta ciudad, pero primero lo primero, y tenia el dinero suficiente para pagar aquel lugar.
se encamino directamente a la puerta y observo la madera astillada del lugar, centrándose luego en la puerta, la cual tenia el mismo aspecto mohoso que el resto de la taberna, sin contar con las herrumbrosas bisagras de esta. Pero no había nada que hacerle, no tenia el mejor aspecto, pero siempre había preferido un lugar mas humilde que un antro de burgueses. Abrió la puerta con ímpetu, esperaba hallar un lugar agradable y de ser así se dirigiría directo a la barra, saludaría al tabernero y pediría cualquier plato que los satisficiese según sus prioridades. Tal vez después pediría una habitación, pero eso se vería luego de alimentarse un poco.
- OFF:
- te agradezco que estés llevando el moderado, así que puedes estar tranquila sobre eso, no creo que lo vayas a hacer mal jajaja. por lo demás este es uno de mis primeros moderados como tu dices, pero estoy llevando uno actualmente también, solo que con unas cuantas personas mas, cosa que creo yo que afecta en la manera de llevar el rol. bueno lo ultimo es que como puedes pensar, es uno de mis primeros roles, si, y no solo el primero en este foro, sino que uno de mis primeros roles en general, no había jugado en otro antes, por lo que espero que te guste como se va desarrollando el rol y que sepas que estoy abierto a cualquier critica que creas pertinente, ya sea en la ortografía o en el modo de narrativa, siempre es preferible corregir los errores para ir mejorando. esop nomas y gracias de nuevo por hacer el moderado jaja :hi:
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Lo de fuera predecía lo de dentro, el interior de la taberna no es mucho mejor, simplemente lo que se podía esperar. Mientras te diriges a la barra puedes distinguir vagamente en la penumbra a un par de personas solitarias que no tienen ojos para nada que no sean sus propios vasos encima de mesas desgastadas. Lo típico en un antro de ese tipo, aunque es cierto que es un poco pronto para estar emborrachándose.
Esperas a que te sirvan, y en una esquina con sofás puedes ver un extraño encuentro. Lo primero que se distingue es a dos hombres con pinta de matones, con trajes arrugados y desgastados que quizás pretendan dar una apariencia formal, pero no lo consiguen. Uno de ellos tiene el pelo ondulado, oscuro y largo hasta los hombros, además de unas cejas bien marcadas; el otro es rubio y de pelo casi al cero, con una barba bien cuidada; ambos musculosos y parecen bastante fuertes. Los acompaña una mujer morena y de muy buen ver (no solo por guapa, sino porque literalmente su ropa, -un top y una falda de color granate, además de unos tacones kilométricos- no tapa demasiado) hablan muy animados con un tercero. A ella no se la ve contenta. En un segundo se produce una transacción, algo cambia de manos. ¿O alguien? Empujan de forma un tanto brusca a la chica contra el tercer hombre y este les da un fajo de billetes, que empiezan a contar con avidez. Luego se levantan y se dirigen a la salida, y todavía se resiste a ir con ellos. ¿Cuál será tu siguiente paso? ¿Haces algo o te limitas a comer y olvidarlo?
No puedes realizar acciones cerradas sobre nadie del local, excepto lo que ya está puesto, que pediste la comida y te la sirven.
Esperas a que te sirvan, y en una esquina con sofás puedes ver un extraño encuentro. Lo primero que se distingue es a dos hombres con pinta de matones, con trajes arrugados y desgastados que quizás pretendan dar una apariencia formal, pero no lo consiguen. Uno de ellos tiene el pelo ondulado, oscuro y largo hasta los hombros, además de unas cejas bien marcadas; el otro es rubio y de pelo casi al cero, con una barba bien cuidada; ambos musculosos y parecen bastante fuertes. Los acompaña una mujer morena y de muy buen ver (no solo por guapa, sino porque literalmente su ropa, -un top y una falda de color granate, además de unos tacones kilométricos- no tapa demasiado) hablan muy animados con un tercero. A ella no se la ve contenta. En un segundo se produce una transacción, algo cambia de manos. ¿O alguien? Empujan de forma un tanto brusca a la chica contra el tercer hombre y este les da un fajo de billetes, que empiezan a contar con avidez. Luego se levantan y se dirigen a la salida, y todavía se resiste a ir con ellos. ¿Cuál será tu siguiente paso? ¿Haces algo o te limitas a comer y olvidarlo?
No puedes realizar acciones cerradas sobre nadie del local, excepto lo que ya está puesto, que pediste la comida y te la sirven.
- OFF:
- Cuidado con las mayúsculas a principio de párrafo y algunas tildes que faltan.
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Al entrar al lugar, sus expectativas no habían mejorado, pues el sitio era tal cual como aparentaba su fachada. No presto atención a ese hecho, solamente quería alimentarse y reposar un poco, tal vez beber una refrescante cerveza y si se daban las condiciones a lo mejor entablaba una grata conversación con alguien. Pero no fue para su sorpresa descubrir que se trataba de un cubil para gente desdichada, sin oportunidad a optar por algo mejor que el alcohol todo el día, o por lo menos eso parecía al ver las lúgubres miradas de los tipos.
No presto mayor atención, pues aun que le molestara que hubiese gente obligada vivir así, no era un héroe que pudiese solucionar ese tipo de problemas a todo el mundo, no sin organizarse con mas gente y cambiar las estructuras desde un punto mas general. Continuo hasta la barra, donde se dejo caer de manera desgarbada en el asiento, alzando la mano a continuación para llamar la atención del tabernero. - Hola hombre. Hey, quisiera algo para comer, tráeme lo mejor que tengas- dijo con un tono amable, pero evidentemente algo cansado - Ah!, y si pudieras servirme alguna jarra estaría agradecido.- continuo luego apoyándose en la barra con los codos, reposando su cabeza en sus manos.
Su cerveza llego enseguida, negra y con espuma, era mejor de lo que esperaba de aquel lugar, pero lo que el mas quería era el alimento. Mientras ofrecía un par de tragos de vez en cuando a su cerveza a la espera de su plato, pudo notar una complicada escena. Eran típicos matones venidos a menos, probablemente la escoria de alguna organización o simplemente un criminal autónomo, sin embargo parecían fuertes, debían ser alguien de cuidado. Se podía ver a tres sujetos acompañados de una chica morena, bastante guapa y con un vestuario que deja poco a la imaginación. No era difícil descubrir lo que estaba sucediendo, en especial al ver la transacción de billetes que continuo con un forcejeo con la mujer. La chica trataba de resistirse, pero de ninguna manera lograría escapar de el par de gorilas que la acompañaban, los cuales acompañaban a un tercer sujeto que de alguna manera parecía haber "comprado" a la chica.
Soltó un suspiro, no estaba seguro del ambiente de la ciudad a la que había llegado, tal vez solo se tratara de los barrios bajos o el puerto, pero evidentemente estas escenas eran pan de cada día, y se podía notar en la gente que continuaba con sus miserables ratos de borrachera sin prestar la mas mínima atención al violento encuentro. Tackero no buscaba solucionar las penurias de cada persona con la que se cruzara, pero no podía permitir una violación tan clara.
El tabernero se acerco a el y le dejo un plato frente a el. Era tal y como se esperaba de ese lugar, pero de todas formas parecía sabroso, se trataba de un pescado asado acompañado de unas papas cocidas, el cual lamentablemente no podría probar aun. Se levanto del asiento y comenzó a dirigirse hacia la puerta, pero antes de continuar dio media vuelta, volviéndose hacia el tabernero nuevamente - Eee, esto ... no creas que intento escaparme, enseguida vuelvo a pagarte- continuo su camino sin prestar atención a lo que le dijese el tabernero en respuesta.
Los hombres ya estaban afuera y tal vez era lo mejor, pues de seguro aquellos tipos podían querer buscar pelea y terminarían dejando un caos dentro de la lamentable taberna. Tackero les hablo mientras salia por la puerta - Oye, me gustaría que dejaras a la chica, por favor - dijo con voz calma, dirigido directo al punto y sin muchos rodeos con el tema. No quería parecer un temerario ni tampoco un miedoso, por lo que se mantenía con una postura tranquila, solo quería solucionar las cosas sin tener que llegar al combate. - Es una amiga mía, si quieres te puedo dar unas monedas para que la dejes libre - dijo mientras sacaba una pobre bolsa con unas pocas monedas dentro y la extendía ofreciendo la al par de gorilas, mientras que extendía su otra mano insinuando que le entregaran a la chica.
No presto mayor atención, pues aun que le molestara que hubiese gente obligada vivir así, no era un héroe que pudiese solucionar ese tipo de problemas a todo el mundo, no sin organizarse con mas gente y cambiar las estructuras desde un punto mas general. Continuo hasta la barra, donde se dejo caer de manera desgarbada en el asiento, alzando la mano a continuación para llamar la atención del tabernero. - Hola hombre. Hey, quisiera algo para comer, tráeme lo mejor que tengas- dijo con un tono amable, pero evidentemente algo cansado - Ah!, y si pudieras servirme alguna jarra estaría agradecido.- continuo luego apoyándose en la barra con los codos, reposando su cabeza en sus manos.
Su cerveza llego enseguida, negra y con espuma, era mejor de lo que esperaba de aquel lugar, pero lo que el mas quería era el alimento. Mientras ofrecía un par de tragos de vez en cuando a su cerveza a la espera de su plato, pudo notar una complicada escena. Eran típicos matones venidos a menos, probablemente la escoria de alguna organización o simplemente un criminal autónomo, sin embargo parecían fuertes, debían ser alguien de cuidado. Se podía ver a tres sujetos acompañados de una chica morena, bastante guapa y con un vestuario que deja poco a la imaginación. No era difícil descubrir lo que estaba sucediendo, en especial al ver la transacción de billetes que continuo con un forcejeo con la mujer. La chica trataba de resistirse, pero de ninguna manera lograría escapar de el par de gorilas que la acompañaban, los cuales acompañaban a un tercer sujeto que de alguna manera parecía haber "comprado" a la chica.
Soltó un suspiro, no estaba seguro del ambiente de la ciudad a la que había llegado, tal vez solo se tratara de los barrios bajos o el puerto, pero evidentemente estas escenas eran pan de cada día, y se podía notar en la gente que continuaba con sus miserables ratos de borrachera sin prestar la mas mínima atención al violento encuentro. Tackero no buscaba solucionar las penurias de cada persona con la que se cruzara, pero no podía permitir una violación tan clara.
El tabernero se acerco a el y le dejo un plato frente a el. Era tal y como se esperaba de ese lugar, pero de todas formas parecía sabroso, se trataba de un pescado asado acompañado de unas papas cocidas, el cual lamentablemente no podría probar aun. Se levanto del asiento y comenzó a dirigirse hacia la puerta, pero antes de continuar dio media vuelta, volviéndose hacia el tabernero nuevamente - Eee, esto ... no creas que intento escaparme, enseguida vuelvo a pagarte- continuo su camino sin prestar atención a lo que le dijese el tabernero en respuesta.
Los hombres ya estaban afuera y tal vez era lo mejor, pues de seguro aquellos tipos podían querer buscar pelea y terminarían dejando un caos dentro de la lamentable taberna. Tackero les hablo mientras salia por la puerta - Oye, me gustaría que dejaras a la chica, por favor - dijo con voz calma, dirigido directo al punto y sin muchos rodeos con el tema. No quería parecer un temerario ni tampoco un miedoso, por lo que se mantenía con una postura tranquila, solo quería solucionar las cosas sin tener que llegar al combate. - Es una amiga mía, si quieres te puedo dar unas monedas para que la dejes libre - dijo mientras sacaba una pobre bolsa con unas pocas monedas dentro y la extendía ofreciendo la al par de gorilas, mientras que extendía su otra mano insinuando que le entregaran a la chica.
- Off:
- Disculpa por la tardanza en responder el tema, fue por problemas de tiempo. Cualquier otra corrección se agradece.
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-¡Eh, tú! ¡¿Dónde vas?! -exclama el tabernero alzando la mano, pero sin seguirte. Después de unos segundos la baja. "No vale la pena" piensa. Hasta a él lo domina ese ambiente depresivo que reina en su propio local. No te preocupes, tu comida seguirá ahí si decides volver, tan solo estará un poco más fría.
Para cuando sales ya es un poco tarde, el hombre y la chica se alejan, aunque ella sigue mirando atrás... A esa ya no la puedes salvar de su amargo destino, ni con todo el oro del mundo en tus manos. El matón moreno escupe en el suelo por alguna razón desconocida y te suelta:
-¿En serio crees que podrías comprarla con esas pocas monedas? Además de que es difícil que sea amiga de nadie en esta ciudad, excepto de otras como ella -expresa, con una sonrisa cruel. -Y vale bastante más que eso que tienes -dice, y aunque pudiera parecer un cumplido en una situación completamente diferente, ahora las palabras suenan demasiado ásperas como para serlo.
El rubio, algo más serio que su compañero, hace ademán de echarlo un poco hacia atrás para que no se encare contigo.
-Discúlpalo, a veces no sabe lo que dice -gruñe, dirigiéndola una mirada. -Si de verdad quieres una chica, ven aquí. -Le tiende una pequeña tarjeta amarillenta con una dirección escrita y nada más. -Hay muchas esperándote, a ti o a cualquiera. Aunque por supuesto no podrás pagar una tan buena como la que se te acaba de escapar -dice con una voz ya más suave, mirando el lugar por donde se fue la mujer de granate.
Ambos se van.
Para cuando sales ya es un poco tarde, el hombre y la chica se alejan, aunque ella sigue mirando atrás... A esa ya no la puedes salvar de su amargo destino, ni con todo el oro del mundo en tus manos. El matón moreno escupe en el suelo por alguna razón desconocida y te suelta:
-¿En serio crees que podrías comprarla con esas pocas monedas? Además de que es difícil que sea amiga de nadie en esta ciudad, excepto de otras como ella -expresa, con una sonrisa cruel. -Y vale bastante más que eso que tienes -dice, y aunque pudiera parecer un cumplido en una situación completamente diferente, ahora las palabras suenan demasiado ásperas como para serlo.
El rubio, algo más serio que su compañero, hace ademán de echarlo un poco hacia atrás para que no se encare contigo.
-Discúlpalo, a veces no sabe lo que dice -gruñe, dirigiéndola una mirada. -Si de verdad quieres una chica, ven aquí. -Le tiende una pequeña tarjeta amarillenta con una dirección escrita y nada más. -Hay muchas esperándote, a ti o a cualquiera. Aunque por supuesto no podrás pagar una tan buena como la que se te acaba de escapar -dice con una voz ya más suave, mirando el lugar por donde se fue la mujer de granate.
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